Cyberbullying en El Perú, en El Contexto Del Covid-19

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Cyberbullying en el Perú, en el contexto del Covid-19

AUTORES:

Gómez Benites Mayret Estefania (orcid.org/0000-0003-3612-5895)


Marcelo Pozo Norma (orcid.org/0000-0002-3423-3027)
Mendizábal Simón Henry (orcid.org/0000-0002-8327-1572)

ASESORA:

Dra. Ferradas Martínez Mónica de Lourdes (orcid.org/0000-0002-7790-6914)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Violencia

LIMA NORTE - PERÚ


(2021)
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 1
II. OPINIÓN........................................................................................................... 3
III. ARGUMENTACIÓN ........................................................................................ 5
IV. CONCLUSIONES ................................................................................................ 9
INTRODUCCIÓN

El impacto que ha tenido la pandemia del coronavirus en nuestro país ha repercutido, en


estos últimos dos años, en diferentes áreas de nuestra sociedad. Las personas han tenido que
cambiar su ritmo de vida, su rutina y su forma de relacionarse con los demás; debido a esta
enfermedad que día a día contagia a miles de personas y ocasiona muertes a nivel mundial.

La sociedad se ha visto en la necesidad de ajustar su estilo de vida. Por ejemplo, las empresas
han adaptado su forma de trabajo a la modalidad virtual, incluidos sus procesos de selección
de personal. Por supuesto, el ámbito académico no podía estar ajeno a esta situación.

En ese sentido, aparecieron dificultades en los estudiantes para poder adaptarse a esta nueva
normalidad y, por consiguiente, a esta nueva metodología de enseñanza virtual. El no poder
relacionarse cara a cara con sus profesores y compañeros, estar metidos en casa todo el día,
o el propio miedo producto de la incertidumbre; repercute en su estado de ánimo y en su
manera de relacionarse, asimismo puede ocasionar estrés y ansiedad. A esto se le suma el
hecho de que muchos tienen que hacer hasta lo imposible por conectarse a sus clases
virtuales, ya que muchos de ellos no cuentan con internet estable o en el peor de los casos ni
siquiera tienen internet. Es un contexto complicado para el correcto desarrollo emocional y
cognitivo del alumno. Y todo empeora si, además de todo ello, el alumno es víctima de
cyberbullying.

El cyberbullying, es entendido como el acoso escolar producido entre estudiantes de manera


reiterada e intencional mediante medios tecnológicos, como por ejemplo las redes sociales
(Cedillo, 2020). Se evidencia en nuestro país en todas las clases sociales, sin importar edad
o sexo, causando un increíble daño psicológico y emocional en la víctima. Quien es, por lo
general, una persona que es incapaz de defenderse, sufre constantemente insultos, burlas,
intimidaciones, amenazas, daño psicológico y emocional por parte de otro estudiante que se
aprovecha de su posición de poder y del anonimato que la virtualidad otorga.

Cabe resaltar que el cyberbullying, al igual que el Bullying tradicional, no solo involucra a
la víctima y al agresor, sino que también existen los observadores, aquel grupo de estudiantes
que día tras día observan y son testigos de estas humillaciones hacia su compañero(a), y
toman en muchos casos una posición de colaboración, incentivando las conductas de acoso
o compartiendo capturas de los insultos por redes sociales lo cual ocasiona que más personas

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sean cómplices. También se encuentra en el grupo de los observadores aquellas personas que
ven estos actos de intimidación y maltrato psicológico y no hacen absolutamente nada para
detener esta grave situación, no la denuncian y en vez de eso callan o solo la ignoran. Estos
estudiantes, aunque no lo sepan, contribuyen con la situación de cyberbullying, ya que con
su silencio colaboran de forma pasiva para que continúen estos actos.

No es problema que recién haya aparecido. Desde hace un tiempo se viene reportando un
aumento de casos. Al respecto, Delgado (2020) expone un estudio realizado en EE.UU. por
L1ght, una empresa que detecta y filtra contenido abusivo y tóxico en línea. Se encontró que
el discurso de odio entre los niños y adolescentes aumentó un 70 % desde que los estudiantes
comenzaron sus clases en línea.

Esta problemática que se vale del anonimato de los medios tecnológicos puede incluso pasar
desapercibido para los adultos que trabajan en los centros educativos, tales como profesores,
directores, incluso a los padres de familia. Ellos no tienen conocimiento de estos actos,
debido a que no utilizan las redes sociales o simplemente no tienen acceso a las cuentas en
donde se manifiesta este acoso y, por consecuente, no solucionan el problema. Esto refuerza
la conducta acosadora ya que debido al anonimato que brinda la virtualidad el agresor se
siente seguro y continúa con su conducta.

Agregado a ello, debemos tener en cuenta lo afirmado por Ballesteros y Mata (2017), las
propias particularidades de Internet ocasionan que la huella emocional ocasionada por el
cyberbullying sea indeleble en el tiempo, lo que permite que otras personas se unan al
hostigamiento posteriormente. Las publicaciones en los foros o redes sociales se quedan ahí
si el autor no las elimina. Entonces hablamos de un acoso perenne en el tiempo, en el que
cualquier persona con acceso a esa información puede participar.

Como vemos, el tema es amplio y requiere atención de parte de la población. Por ello nos
preguntamos ¿Cómo se evidencia el cyberbullying en nuestro país en el contexto del Covid-
19?

Este artículo de opinión busca dar a conocer un tema al cual no podemos ser indiferentes: El
cyberbullying.

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II. OPINIÓN

En nuestra opinión el cyberbullying se evidencia actualmente en el contexto de pandemia en


nuestro país de la siguiente manera: estudiantes que día a día sufren de acoso virtual en redes
sociales y otros medios tecnológicos, además estudiantes que se dedican a publicar
comentarios ofensivos y humillantes en páginas web públicas, también se evidencia en la
deserción escolar que muchas veces se da a consecuencia del cyberbullying, ya que los
estudiantes no pueden cargar con el estrés y la frustración de verse humillados ante muchas
personas. Todo ello conlleva a la vulneración de derechos, por ejemplo, se da la vulneración
del derecho de la intimidad, sobre ello Villanueva (2019), refiere que “la Convención sobre
los Derechos del Niño, […] señala en su artículo 16 sobre el derecho a la intimidad, que
todos los menores de 15 y 18 años tienen derecho a una vida privada, la que se debe respetar
[…]” (p. 6). Asimismo, la vulneración del derecho a la integridad tanto física como moral, a
propósito de esto Villanueva (2019), refiere “La Carta magna de 1993, […] artículo 2,
numeral 7, […] indica que […] las personas gozamos de derechos tanto al honor como a una
óptima reputación y a nuestra intimidad. Asimismo, el Decreto legislativo N° 1410, […]
incorpora el acoso, chantaje sexual […]” (p.6).

Según Villanueva (2019) “[…] UNICEF […], informó que de acuerdo a una investigación
realizada con más de 170.000 jóvenes de 13 a 24 años […], una tercera parte de adolescentes
[…] habían sufrido cyberbullying y que una quinta parte preferían faltar a clases por temor
[…]” (p. 1). Por otro lado, “Las redes sociales generan […] fascinación en los jóvenes, […]
esto hace que el adolescente permanezca […] horas conectado, creando en él […]
dependencia y necesidad. Es bueno destacar el poco control […] que tienen los jóvenes sobre
su información privada en el internet” (ovejero Smith y Rivero 2013 página 146, citado por
Villanueva 2019, p. 6)

En nuestra opinión, para que se dé esta problemática, deben existir tres involucrados, una es
la víctima, quién suele ser una persona indefensa, que es víctima de acoso constante, insultos
e intimidaciones mediante los medios tecnológicos como redes sociales. Por otro lado,
tenemos al agresor, quien es el segundo involucrado, este personaje se caracteriza
comúnmente por ser una persona que en apariencia puede llegar a parecer agradable y
sociable sin embargo se vale del anonimato que otorgan los medios tecnológicos para causar
el acoso hacia su víctima. Finalmente, están los observadores, son aquellas personas que o

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bien pueden ser parte de este abuso incentivando estas conductas mediante el compartir los
insultos mediante sus redes sociales, compartir fotos o capturas de las intimidaciones entre
sus grupos de amigos, etc. o incluso hay otro grupo que no necesariamente promueve este
acoso, pero actúa ignorando la situación y callando, este grupo sin saberlo ayuda a que el
cyberbullying continúe incrementándose entre las personas. Cabe resaltar que comúnmente
en cuestiones de prestar ayuda psicológica que ayude a superar los estragos del cyberbullying
la sociedad suele prestar mayor atención a la víctima, dejando de lado muchas veces al
agresor y a los observadores quienes en nuestra opinión también necesitarían de ayuda y
atención psicológica.

Las consecuencias del cyberbullying son diversas ya que puede afectar a nivel psicológico y
emocional dañando la autoestima de la víctima al ser atacada con frecuentes insultos,
intimidaciones y humillaciones, las cuales estarían propensas a desarrollar ansiedad o
depresión. Asimismo, cabe resaltar que el cyberbullying en algunos casos podría llegar a ser
fatal ya que se han evidenciado casos en los que la víctima no soporta el constante acoso y
burlas por parte de otras personas y termina suicidándose. Por ello, es indispensable actuar
oportunamente en estos casos para prevenir este tipo de sucesos y ayudar a los involucrados
a nivel psicológico y emocional para que puedan superarlo.

Las causas del cyberbullying afectan al individuo en lo emocional y psicológico, así mismo
se deben tener en cuenta los diversos factores, la educación, factores emocionales, factores
sociales, factores psicológicos y una causa irrefutable del incremento de este acoso son las
redes sociales y su facilidad de acceso sin límite de edad, Su fácil acceso también produce
una dificultad de control por parte de los padres.

En cuanto a modalidades del cyberbullying tenemos por ejemplo el colgar una imagen
comprometedora ya sea real o ficticia que pueda afectar a la víctima, y distribuirlo en su
entorno. Asimismo, crear páginas web en donde se incluya la foto de la víctima y se cree una
especie de encuesta para que la gente vote por ella en categorías denigrantes, como, por
ejemplo, “la persona más fea”. Lo cual, en nuestra opinión daña severamente la autoestima
de la víctima al sentirse denigrada y humillada por los demás. Asimismo, otra modalidad es
la de crear un perfil o una cuenta falsa a nombre de la víctima en donde se pueda colocar
confesiones falsas sobre la persona, incluyendo de tipo sexual. Esto ocasiona un daño
psicológico y emocional en la víctima ya que puede ganarse insultos de todo tipo por parte
de las personas que acceden a esos contenidos. Además, también tenemos el hacer circular

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rumores acerca de la víctima sobre un comportamiento inadecuado para que se gane el
repudio de la gente. Asimismo, enviar mensajes amenazantes por correo electrónico con
insultos e intimidaciones de todo tipo. Todo ello influye negativamente en la víctima la cual
se siente atrapada en una espiral sin salida.

III. ARGUMENTACIÓN

El cyberbullying causa efectos psicológicos en la víctima la cual no puede defenderse, al


respecto Flores & Macedo (2019) refieren “Cyberbullying is the use of digital media with
the intention of psychologically harassing a victim that cannot easily defend itself and how
these generate transcendental consequences in the lives of those who experience it, being
victims of insults, harassment, […]” (Abstract, parr. 1). En efecto, el cyberbullying o
también llamado ciberacoso es el uso de los medios digitales con el propósito de acosar a
una víctima de forma psicológica, la cual en su mayoría no puede defenderse. Todo ello,
genera consecuencias trascendentales en las víctimas, las cuales son víctimas de
hostigamiento e insultos.

Cabe resaltar que los informes de acoso cibernético en el Perú están creciendo tal y como se
ve en la Plataforma Virtual de Bullying del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, al respecto Flores & Macedo (2019) refieren “The reports of cyberbullying,
[…] are growing […] between the months of February and June 2018, the Virtual Bullying
Platform of the Ministry of Women and Vulnerable Populations (MIMP) They recorded 397
harassment alerts […], of which only 46 were reported” (Abstract, parr. 1).
Lamentablemente, a pesar de que se registran alertas de acoso a través de redes sociales en
esta Plataforma Virtual del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables se puede
observar que es poca la gente que se atreve a informar de estos casos de acoso, lo cual influye
en que este tipo de conductas negativas se sigan propagando entre la gente.

Ahora bien, para que exista una agresión como tal, es necesario que participen al menos dos
personas: un sujeto agresor y un sujeto agredido. Respecto al sujeto agresor, existe un perfil
determinado que ilustra los rasgos de los ciberacosadores. Entre las principales
características, tenemos a personas disruptivas y desafiantes, baja tolerancia a la frustración,
necesidad de dominación, uso de la violencia para solucionar sus problemas y bajo

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rendimiento académico (Aguilar et. al, 2016, p. 21,22). Como podemos notar, todos estos
comportamientos y conductas no permiten un desarrollo social adecuado. Además, estas
deficiencias son un claro ejemplo de un problema de valores. Los cuales, en su mayoría, se
deben a que en el hogar no se tiene un referente moral. Las familias autoritarias, o
disfuncionales, no permiten que los niños crezcan en un entorno amigable, que les permita
desarrollar sus habilidades sociales de forma eficaz. Esto deriva en problemas de conductas
que pueden provocar, incluso, aparición de trastornos de conducta en los niños.

En cuanto a los sujetos agredidos, se identifica una serie de características que identifican a
la víctima. Son personas tímidas, de baja autoestima, introvertidas y sumisas. Existe una alta
incidencia de crisis emocionales respecto a cómo se perciben. Además, presentan
indicadores de pensamientos distorsionados acerca de sus capacidades e imagen personal.
Incapaces de desarrollar estrategias para afrontar situaciones de hostigamiento (Carrillo y
Reales, 2020, p.21). Esto pone de manifiesto la vulnerabilidad en la que se encuentran estas
personas. No solo por su carácter que algunos podrían considerar “débil”, sino por la falta
de recursos, especialmente ligados a lo emocional, para poder lidiar con este problema. Si
ellos no pueden aceptar su imagen, su propio yo; serán incapaces de responder a las agresivas
o, simplemente, ignorarlas.

Sin embargo, en el caso del Cyberbullying, no solo tenemos esta clásica división de
agresor/agredido. También participan, de forma directa o indirecta, una serie de sujetos
alrededor de la situación de agresión. La ejecución u omisión de sus actos, alimenta la
proliferación de esta problemática. Al respecto, se agrega que, además de ellos, se identifica
a una serie de sujetos espectadores; a saber: las personas seguidoras o cómplices del sujeto
agresor, las personas reforzadoras pasivas, las personas observadoras y las personas
defensoras de la víctima (Chaves, Morales y Villalobos, 2020, p.13). De ellos, es necesario
destacar el impacto negativo que tiene la presencia de los reforzadores pasivos. Estas son
personas, a diferencia de las observadoras, que son conscientes del daño que se está causando
a la víctima, pero no hace absolutamente nada por defenderla. La indiferencia en su
expresión más reprochable.

La presencia del Cyberbullying genera una serie de consecuencias que, a pesar de su


obviedad, son pasadas por alto en la mayoría de los casos. El Cyberbullying evidencia un
aumento en la ansiedad social, en la que participan ambos sexos, sin embargo, nos permite

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determinar el comportamiento interpersonal, donde podemos identificar que el sexo
masculino es un factor de riesgo de agresión por internet y por celular, donde influye miedo
y problemas psicológico (Ruíz Martín et al., 2019. p22). Ciertamente es difícil que los
agresores acepten su participación ya que los agresores utilizan sin control el internet o
celular dando a consecuencia la agresión y eso produce ansiedad social ya que el internet
despierta en algunos niños y adolescentes el sentimiento de que no existen normas jurídicas
o principios éticos que regulen las interacciones que se producen en la red; por ello,
experimentan total libertad para lo bueno y para lo malo. La red ofrece las mismas paradojas
que nos brinda la sociedad. Podemos encontrarnos con comunidades virtuales solidarias y
con los más perversos agresores infantiles. Este riesgo exige a padres y maestros prevención
a partir de una formación adecuada y el uso responsable de las tecnologías de información y
comunicación. Se sugiere educar sobre el uso adecuado de las TICs en hogar y escuelas, a
fin de prevenir y desencadenar otras formas de violencia. Es necesario incrementar el
horizonte de esta investigación en otras regiones, con miras a identificar la magnitud del
problema y profundizar el conocimiento empleando investigación cualitativa.

Por otro lado, es importante resaltar cuáles son las causas para que este problema se
manifieste en los estudiantes, al respecto podemos mencionar diversos aspectos. Una de las
causas del cyberbullying es la aparición de las tics, es decir, las tecnologías de información
y comunicación, Asimismo, la facilidad para tener acceso a una computadora con internet
en la casa y/o en el colegio, cabe resaltar que el cyberbullying se realiza por internet y se
centra en diversos aspectos, como por ejemplo la parte física, la orientación sexual, raza,
nacionalidad, etc. (Villanueva, 2019, p. 1). Efectivamente, se puede decir que la aparición
de las nuevas tecnologías de alguna manera ha influido en el origen del cyberbullying, ya
que debido a la facilidad de uso de estas tecnologías muchos agresores han encontrado la
manera perfecta para realizar este tipo de actos de acoso y maltrato psicológico, así como
también la distribución de todo tipo de información negativa, y muchas veces falsa,
relacionada a las posibles víctimas con el propósito de dañar su imagen frente a todos,
Asimismo, es importante resaltar que en los medios virtuales es posible realizar todos estos
actos de forma totalmente anónima, lo cual podría beneficiar al agresor, el cual se sentiría
completamente seguro. De igual manera, el hecho de saber que no será descubierto podría
influir para que continúe con estos actos negativos.

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Acerca de este tema, podemos incluir algunas investigaciones que se han hecho con relación
al uso de internet por parte de los adolescentes, así como también sobre la accesibilidad a
teléfonos móviles. El grupo telefónica realizó una investigación en la cual da como resultado
que en nuestro país el 70,3% de los usuarios que son consumidores de internet utilizan las
cabinas públicas para acceder a ella, cabe resaltar que en estos espacios los adolescentes se
encuentran sin supervisión de algún miembro de la familia. Asimismo, es importante
destacar que ocho de cada diez adolescentes cuentan con un teléfono móvil en el cual se
encuentran instaladas aplicaciones necesarias para la comunicación y éstas las utilizan sin
supervisión de un adulto o familiar. (García, et al. 2010, citado por Flores & Macedo, 2019).
En efecto, la mayoría de adolescentes utiliza los servicios públicos de cabinas de internet
para acceder a este, lo cual podría generar que al estar solos, sin la supervisión de un adulto
responsable, puedan incurrir en actos negativos tales como el cyberbullying, Asimismo, el
contar con teléfonos móviles y hacer uso de ellos para entrar a redes sociales como Facebook,
Instagram, Snapchat, WhatsApp, entre otros, sin la debida supervisión, podría influir en el
mal uso de estos medios tecnológicos de comunicación.

Este problema se presenta de diferentes formas o modalidades, entre ellas se encuentra el


hostigamiento. El hostigamiento se refiere a un acto de forma intencional que se da mediante
las palabras, conductas o también acciones continuas hacia un individuo, lo cual genera
alteración emocional y le provocan incomodidad. Asimismo, cabe resaltar que éste se da por
medio de llamadas, de mensajes, publicación de fotos, entre otros. (Flores & Macedo, 2019,
prr. 1) Efectivamente, el hostigamiento es una forma de acosar a la víctima, lo cual genera
problemas psicológicos y emocionales dado que la persona se haya acorralada entre estos
actos que le generan daño.

Otra modalidad que se ve en el cyberbullying es la exclusión y el ostracismo. Esta modalidad


se refiere a cuando a la víctima la excluyen de un grupo de amigos, esto se da de manera
virtual, sin embargo, no siempre es así, se manifiesta al dejar a la víctima de lado ignorar sus
mensajes de texto o sus llamadas telefónicas e incluso negándole el saludo. (Flores &
Macedo, 2019, prr. 6). Cabe resaltar, que eso genera daño emocional en la víctima, ya que
se siente sola y aislada lo cual podría traducirse en sentimientos de soledad, tristeza y
abandono, lo que a su vez podría considerarse como un factor de riesgo para su salud mental.

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IV. CONCLUSIONES

En el cyberbullying participan tres tipos de involucrados: los sujetos agresores, los sujetos
agredidos y los sujetos espectadores. Es necesario que los sujetos espectadores no actúen
como reforzadores pasivos que permitan la concurrencia de estos hechos de violencia. Esto
permitirá que los sujetos agresores no sientan que sus actos son validados y que los sujetos
agredidos obtengan un soporte emocional externo.

Las principales consecuencias del cyberbullying son la ansiedad social y el daño emocional
que presentan los sujetos agredidos. Una forma de mitigar estos daños es regular los sitios
de comunidades online en los que nuestros hijos participan. No solo en las redes sociales,
también en los foros, juegos en línea, etc. Evitar sitios web con comunidades tóxicas también
ayuda a prevenir daños potenciales.

Las causas del cyberbullying están ligadas, en su mayoría, al libre acceso que tienen los
sujetos agresores a la internet. La falta de supervisión parental y la probable disfunción
familiar crean un ambiente en el que el anonimato de la red permite descargar agresividad
hacia los demás. Es necesario una supervisión más eficiente de parte de los padres de familia
para que puedan darse cuenta de los peligros que supone tanta “libertad digital”. Las escuelas
de padres son una gran herramienta para explicar esta problemática, con su ayuda, podrán
ser orientados en cómo poder evitar que sus hijos sean agresores y agredidos.

El hostigamiento, la exclusión y el ostracismo son algunas modalidades del cyberbullying.


Todas ellas generan un daño emocional a la víctima. Por lo tanto, se recomienda trabajar en
el área social y emocional del sujeto agredido. Esto permitirá que sus estrategias de
afrontamiento mejoren cuando esté involucrado en una situación de agresión.

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Referencias

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adolescentes y el ciberacoso. Universidad de Valencia.
http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Los_Adolescentes_y_el_Cibera
coso.pdf

Ballesteros, B. y Mata, L. (2017). Jóvenes: Bullying y Ciberbullying. Revista de Estudios de

Juventud, 17(115),

http://www.injuve.es/sites/default/files/2017/42/publicaciones/revista_completa_inj
uve_115.pdf

Carrillo, M. y Reales, P. (2020). Violencia y cyberbullying en adolescentes escolarizados.


Una revisión sistemática. Universidad Cooperativa de Colombia
https://repository.ucc.edu.co/bitstream/20.500.12494/33384/1/2020_violencia_cybe
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Cedillo, G. (2020). Acoso escolar cibernético en el contexto de la pandemia por COVID-


19. Revista Cubana de Medicina, 59(4),
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003475232020000400001&
lng=es&tlng=es.

Chaves, A., Morales, M. y Villalobos, M. (2020). Ciberbullying desde la perspectiva del


estudiantado: “Lo que vivimos, vemos y hacemos”. Revista electrónica Educare.
https://www.redalyc.org/jatsRepo/1941/194162217003/194162217003.pdf

Delgado, P. (2020). Los casos del cyberbullying aumentan en la pandemia. Observatorio de


Innovación Educativa. https://observatorio.tec.mx/edu-news/cyberbullying-
enaumento-durante-la-pandemia

Flores Pizarro, B. & Macedo Álvarez, J. (2019) Ciberbullying en el Perú del 2015-2019
Recuperado de http://repositorio.upeu.edu.pe/handle/UPEU/2409

Ruiz Martín A., Bono Cabré, R. & Magallón Neri, E. (2019) ciberacoso y ansiedad social
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Villanueva, L. (2019) El cyberbullying en adolescentes y el riesgo de suicidio en el distrito
de San Martín de Porres 2018-2019 (tesis de grado) Recuperado de
https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://repositorio.ucv.e
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3D1%26isAllowed%3Dy&ved=2ahUKEwjS99-
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