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 Nota para los lectores: Esto es para todos los que pedían más de
Matt y Chris de La evolución del amor. Espero que disfruten entrar en
la mente de Matt tanto como yo disfrute escribirlo. ¡Felices Fiestas!

Nota de la correctora: Quería comentarles sobre el significado del título, decidí

dejarlo como el original porque tiene varios significados, les dejo dos de ellos que
son los más cercanos a lo que la autora quiso expresar con él: *hard candy es como
llaman a los caramelos duros que no puedes masticar, pero también en forma más
vulgar se asocia con el pene, al que las prostitutas llaman 'candy' por su acción de
chuparlo, al leer la historia de seguro le hallaran sentido ^^.

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 Era la tercera vez que Matt quemaba el chocolate, tiro toda la
maldita olla al fregadero y juro nunca tratar de cocinar de nuevo.

Como le había sucedido las últimas dos veces el juramento solo

duro lo suficiente para recordarle en primer lugar porque había
decidió hacer eso. Con un suspiro, raspo el chocolate quemado hacia el
bote de la basura y abrió el libro de cocina en la sección de postres.
Quizás no le haría a Chris su postre favorito, pero seguramente por
Dios que el encontraría algo que fuera capaz de preparar.

― ¿Matt? ¿Qué estás haciendo ahí?

Mierda. Desamarrando el delantal de alrededor de su cintura,

Matt lo dejo a un lado. ― ¡Nada, bebé! Vuelve a dormir.

No hubo respuesta. Matt suspiro aliviado. Chris había estado

enfermo la última semana y media debido a una fuerte gripe. Apenas y

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era capaz de salir de la cama. Matt había estado bien cuidándolo,
excepto cuando tenía que cocinar. Siempre había sido un inútil en la
cocina pero no le había molestado hasta ahora. Preparar comida para
un chef profesional era muy desmoralizante, incluso sí el chef no podía
comer nada más que sopa y crackers¹.

Ahora que Chris estaba en vías de recuperación y su apetito

había regresado, Matt estaba obligado y malditamente determinado a
hacer los dulces que había estado anhelando desde el primer día que
cayó enfermo. Matt pensaba que era lo menos que podía hacer dado
que Chris se había visto forzado a no preparar la comida que
normalmente amaba hacer para navidad.

El ruido de zapatillas sobre el piso de madera, sacudió a Matt de

sus pensamientos. Se giró justo a tiempo para ver a Chris atravesar el
arco de la sala, bostezando y frotándose la parte de atrás de su cuello
con una mano. Su bata azul abierta sobre sus pijamas, su mandíbula
mostraba la barba de un par de días y su cabello negro se levantaba
hacia todos lados. Matt pensó que se veía adorable.

―Hey, Chris. ―Empujando la olla cubierta con el chocolate

quemado más abajo en el fregadero y fuera de la vista, se apresuró a
llegar con Chris y envolvió sus brazos alrededor de los hombros de
Chris. ― ¿Qué estás haciendo fuera de la cama?

Chris arqueo una oscura ceja. ―Vine a ver que era todo ese
ruido.

―Oh. ―Matt hizo un gesto de dolor―. Oops. Lo siento.

¹() Galletas secas.

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 ―No tienes que disculparte. ―Chris deslizo su mano bajo el
suéter de navidad de Matt. Sus palmas sobre el desnudo abdomen de
Matt aún se sentían demasiado calientes, incluso aunque su fiebre
había descendido hoy―. Me siento mucho mejor. No entiendo por qué
quieres que siga en la cama.

Matt le dio sus más diabólicas sonrisas, la que siempre lograba

que los ojos verdes de Chris brillaran con lujuria. ―La misma razón
por la que te quiero en la cama el resto del tiempo, bebé.

Riéndose, Chris se inclinó y beso los labios de Matt. ―Cariño,

eres la persona más caliente que haya conocido.

―Si, tanto como tú. ―Matt le regreso el beso, con lengua extra―.
Supongo que por eso te casaste conmigo.

Chris sonrió, sus ojos brillaban. ―Una de las muchas razones.―

Matt sintió su pecho oprimirse. Cada vez que él pensaba en su

ceremonia de enlace con Chris el verano pasado, él se emocionaba.

Sentimental, ese soy yo.

No lo ocultaba. Nunca había negado lo que sentía.

Afortunadamente, a Chris siempre le había gustado eso de él.

Matt se acercó a Chris y presiono su mejilla en el cabello de

Chris. ―Hueles a VapoRub².

―Si, bueno, he usado tanto en los últimos diez días que ya está
dentro de mis poros.

²()VapoRub es un ungüento mentolado que se frota en el cuerpo para aliviar el resfrió.

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 Chris se asomó para espiar sobre el hombro de Matt. ― ¿Matt
que estás haciendo?

―Nada. ―Tomo el brazo de Chris y lo guio por el arco hacia las

escaleras―. Déjame ayudarte a subir las escaleras. Necesitas descansar.

Chris dejo de caminar y le dio una seria mirada a Matt. ―No me

des esa cara de inocencia. Oí el claro ruido de mi olla de salsa
golpeando el fregadero hace unos minutos. ―Olio el aire―. Y huele a
chocolate quemado.

Maldición. Debería de saber que lo notaria. Aparentemente la

nariz de Chris se había limpiado en las últimas horas.

Bajando la cabeza, Matt se mordió el labio y vio hacia arriba a

través de sus pestañas a Chris. El inocente acto no funciono, pero Chris
no podía resistir la mirada de cachorrito de Matt. ―Estaba tratando de
hacer un pastel de chocolate para ti. Siento haber hecho un lio.

Como esperaba, la expresión de Chris se suavizó y le sonrió.

―Eso es muy dulce de tu parte, Matt.

―Quise decir que trate de hacerlo. ―Matt arrugo la nariz―.

Desearía no haber hecho un desastre en la cocina. Quiero decir, es casi
navidad, tu estas muy enfermo y yo no pude ni siquiera lograr hacer tu
postre favorito.

―La intención es lo que cuenta. ―Una diabólica sonrisa curvo la

boca de Chris―. Además con lo mucho que amo el pastel de chocolate,
ese no es mi postre favorito.

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 Eso era nuevo para Matt. Chris no solo había inventado su
propia receta para el rico postre sino que lo hacía cada navidad y
comía grandes cantidades de eso, Matt frunció el ceño. ― ¿No lo es?

―No.

―Entonces ¿cuál es? ―Por favor, Dios, Satán y FSM³, que sea
pudin instantáneo, galletas oreo o algo así.

Chris deslizo sus brazos alrededor de la cintura de Matt, se

inclinó y llevo sus labios a la oreja de Matt. ―Tu polla.

Matt sintió sus rodillas débiles. Inclino la cabeza a un lado para

que Chris pudiera besarle el cuello. ―Eso no es muy dulce.

―Permíteme disentir. ―La barba raspaba el cuello de Matt―.

Pero el chocolate hace todas las cosas más dulces. ―Chris chupo el
punto en el cuello de Matt que siempre lograba que se le erizara la piel.

―Oh, mi Dios. ―Enterrando ambas manos en el cabello de

Chris, Matt jalo su cabeza arriba y lo beso duro. ―Tengo chocolate.

―Lo derretiremos en el microondas. ―Chris mordisqueo el labio

inferior de Matt―. A menos que ya tengas algo derretido.

Matt sacudió la cabeza. La imagen mental de lo que pensaba que

quería Chris hizo que perdiera la capacidad de hablar. Saliendo del
abrazo de Chris, Matt tomo su mano y lo guio a la cocina.

Chris no dijo nada acerca del lio en el mostrador, por lo que Matt
estaba agradecido. Matt encontró el tazón con el chocolates oscuro en

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trozos—que había dejado— detrás de una lata vacía de leche
condensada. Lo levanto con una sonrisa. ―Finamente listo.

―De veras. ―Tomando el tazón, Chris lo metió en el

microondas, programo el tiempo y se giró hacia Matt con total lujuria
en los ojos―. Quítate la ropa.

El tono de mando en la voz de Chris hizo que el pene de Matt se

levantara en el frente de sus pantalones de cirugía, que el
‘accidentalmente’ se había traído a casa después de que estuvo en el
hospital el invierno pasado. Se quitó el suéter sobre su cabeza y
desanudo los pantalones. Para cuando Chris sacó el chocolate unos
segundos después, Matt estaba completamente desnudo con su pene
tan duro como el granito del mostrador.

Riéndose, Chris dejo el chocolate derretido en el mostrador. ―

¿Ansioso?

―Has estado enfermo mucho tiempo.

―Ah, sí. Olvidaba que eres constitucionalmente incapaz de pasar

dos días sin sexo.

―Me conoces muy bien, Chris. ―Envolviendo su mano

alrededor de su pene, Matt le dio a Chris una gran sonrisa―. Entonces.
¿Dijiste algo sobre una polla con chocolate?

―No realmente, pero eso es lo que intentaré. Como tú

obviamente imaginaste. ―Chris tomo una cuchara de madera del cajón
y agito el dulce derretido, viendo a Mat con una traviesa sonrisa todo
el tiempo―. Sube al mostrador.

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 ― ¿El mostrador? ―Matt busco un lugar libre del lio que había
dejado. Chris no era exactamente un loco de la limpieza, pero permitir
poner su desnudo trasero y genitales sobre las superficies donde
usualmente preparaban los alimentos―. ¿Estás seguro?

―Muy seguro.

―Pero—

―Matt. Puedes limpiar después. Hay líquido antibacterial debajo

del fregadero. Ahora te quiero sobre el mostrador. ―Metiendo un dedo
en el tazón, Chris se llevó una gota de chocolate a los labios y lo
lamio―. Mmmm. Temperatura y consistencia perfecta. Apúrate antes
de que este demasiado… ―Su mirada se detuvo en la entrepierna de
Matt por un segundo― Duro.

El oscuro fuego en la mirada de Chris hizo que Matt se moviera.

El subió, estremeciéndose un poco cuando su desnuda piel estuvo en
contacto con la fría superficie.

Chris llevo ambas manos al pecho de Matt y le dio un suave

empujón. ―Acuéstate, levanta tus rodillas y separa tus piernas.

Oh mi jodido Dios. Deslizando su trasero unos centímetros, Matt

planto sus pies en el mostrador y abrió las piernas ampliamente. Se
apoyó fácilmente sobre sus codos para ver con interés a Chris que
tomaba la brocha para la barbacoa del cajón.

―Creo que te dije acostado ―dijo Chris, cerrando el cajón.

―Si, pero no hay manera en el infierno de que no vea esto.

―Matt movió las caderas―. Cúbreme con el chocolate, Sexy Chef.

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 Riéndose, Chris metió la brocha en el chocolate derretido. La sacó
goteando gruesas gotas del oscuro líquido. ―Sostente así.

Matt logro evitar moverse cuando las primeras gotas del caliente
y pegajoso chocolate cayeron en la sensible piel de la cabeza de su
pene. Pero el sentir la brocha recorrer de arriba hacia abajo su eje era
demasiado para él. Gimió y se movió, los talones casi se caían del
borde del mostrador.

―Si estás buscando tener todo tu cuerpo cubierto de chocolate,

sigue de esa manera ―dijo Chris la tercera vez que Matt se movió
levantándose. Inclinándose lamio el chocolate que se había escurrido al
interior del muslo de Matt. ―Creo que está terminado, amor. Sostén tu
pene mientras el chocolate se seca.

Matt apoyo su peso en su codo izquierdo y circulo la base de su

pene con su mano derecha sosteniéndolo mientras Chris llevaba el
tazón y la brocha al fregadero. El plateado piercing de su glande
brillaba contra el rico y oscuro dulce. El chocolate tensaba su piel al
secarse. No se sentía como nada que hubiera experimentado antes.

Realmente se sentía malditamente bien. Tan bien que sus bolas

dolían por eso. Claro aparte del hecho de que estaba extendido en el
mostrador de la cocina con su erecto pene cubierto de dulce en el aire,
eso podría tener algo que ver con su excitación.

Cuando Chris regreso del fregadero, la pasión en su mirada hizo

que el interior de Matt se oprimiera. Dejando salir un gemido. ―Chris.
No voy a durar, bebé.

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 Chris le dio una tierna sonrisa. ―No quiero que dures. Solo
quiero que te corras en mi boca.

Las palabras casi causan que en realidad se corriera. Matt apretó

sus dedos en la base del pene. ―Si eso es lo que quieres. Sera mejor
que traigas tu boca aquí malditamente rápido.

Riéndose, Chris acaricio con ambas palmas los muslos de Matt.

―No te preocupes, dulce corazón. He tenido mucha práctica tratando
con tus rápidos disparos.

Matt abrió la boca para protestar, pero las palabras se derritieron

en un gemido cuando Chris se inclinó y jalo el piercing con sus dientes.
―Oooooh, Dios.

―Mmmm. ―Chris lamio la cabeza del pene de Matt como si

fuera un helado. Su lengua limpio la punta de la ruborizada piel bajo el
chocolate. ―Delicioso.

Matt ni siquiera trato de contestar. ¿Cuál era el punto? Hablar no

era ni remotamente posible cuando los talentosos labios de Chris
rodeaban su pene y lo llevaban profundamente a su garganta.
Jadeando, movió sus caderas, todo lo que era posible con su precaria
situación. Chris tomaba los empujes de Matt fácilmente debido a la
práctica, una mano masajeaba las bolas de Matt y el pulgar de la otra
frotaba su agujero.

Como predijo, Matt no duro mucho. Su pene aún estaba cubierto

de chocolate cuando se corrió. Disparo en la garganta de Chris con un
fuerte grito. Chris lo trago, sus músculos se contraían alrededor de la

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cabeza del pene de Matt saliendo del orgasmo en un casi doloroso
placer.

Chris no dejo a Matt hasta que lo dejo seco. Matt colapso cuando
Chris finalmente lo soltó. ―Maldición, bebé.

―Gracias. ―Chris lamio sus labios, logrando verse equilibrado a

pesar del chocolate que embarraba toda su cara. Levanto la pierna de
Matt y se froto la mejilla con la planta de su pie. Matt se movió cuando
le hizo cosquillas. Chris se reía. ― ¿Que dirías sobre un agradable baño
en la tina? Necesito un baño urgentemente, y temo que ahora tú
también.

―Me parece divertido. ―Matt se sentó envolviendo con sus

piernas la cintura de Chris acercándose para un beso con sabor a
semen y chocolate―. ¿No quieres tomarme primero?

Las mejillas de Chris se ruborizaron. ―Realmente, no hay

necesidad en este momento. Yo…bueno...

Se interrumpió. Matt sonrió. ― ¿Te corriste con solo chupar mi

pene?

El rojo de las mejillas de Chris se profundizo. ―Si, bueno,

también había pasado mucho tiempo para mí, sabes.

Riéndose, Matt toco las piernas de Chris hasta que encontró la

pegajosa humedad en el pijama de Chris. ―Creo que el chocolate hizo
que te corrieras.

―Quizás en parte fue eso.

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 ―Puto chocolate.

Chris se rio. ―No puedo negar eso. ―Sus manos subían y

bajaban por la desnuda espalda de Matt―. Hablando de eso, ¿dejaste
algo de chocolate o usaste todo en tu intento de hacer un postre?

―Hay otra barra en la despensa. ― Matt se estremeció cuando la

lengua de Chris recorrió la concha de su oreja.

―Mm. Bueno. ―Chris beso la punta de la nariz de Matt―. ¿Por

qué no llevamos esa barra de chocolate y el Cabernet a la tina con
nosotros?

Matt pretendió considerarlo. ― ¿Estas planeando hacerme cosas

depravadas con dulces y una botella de vino?

―Y el corcho, también. Sí.

―Entonces vamos. ―Bajando sus piernas de la cintura de Chris,

Matt salto del mostrador―. Ve por el chocolate. Yo llevare el vino y las
copas.

―Bien. ―Antes de que Matt pudiera moverse, Chris lo detuvo

con su mano en una mejilla―. Te amo, dulce corazón.

La garganta de Matt amenazaba con cerrarse. Con todo el tiempo

que él y Chris habían estado juntos, eso no debería seguir sucediéndole
cada vez que Chris decía esas tres pequeñas palabras. Pero seguía
pasándole. ―También te amo. ―Inclinándose, Matt le dio un suave
beso en los labios a Chris. Vamos antes de que tus pijamas te rosen.

Chris se rio. ―Un muy buen punto.

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 Ambos tomaron los accesorios, entonces se dirigieron a la
enorme tina en el cuarto de baño de su recamara. Matt caminaba
desnudo a lado de su marido con el corazón lleno y una enorme
sonrisa. El amor después de todo ese tiempo y los juegos entre ellos
nunca disminuía.

Matt sonrió, imaginando la expresión de Chris la mañana de

navidad cuando viera el libro de recetas, ‘Cocinando con Semen’ que
Matt le había comprado.

No puedo esperar por navidad.

~ Fin ~

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 Acerca del Autor
Ally Blue es reconocida por el mundo en general (o al menos por
sus héroes que tienden a sufrir mucho) como la sacerdotisa de la
agonía Gay. Tiene un gran sombrero de pene y lo lleva dentro de una
burbuja de plástico anti-balas durante los desfiles gay en navidad. Su
harem de prostitutos tiene el doble deber de protegerla y darle
espiritualmente pecaminoso entretenimiento. Su banda favorita es
Radiohead, su color favorito es el verde lima y ella pierde
perfectamente el tiempo viendo la versión extendida de la trilogía del
señor de los anillos un buen sábado. Su último sueño es que un día
después de un mal día de trabajo y apoye a su familia sobre manlove
solo. Ella no es hippie ni cirujano de cerebros, no importa lo que los
amigos de sus hijos digan.

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