Antonio Piñero LOS CRISTIANISMOS DERROTADOS Present

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LOS CRISTIANISMOS DERROTADOS – Antonio Piñero


¿Cuál fue el pensamiento de los primeros cristianos, heréticos y
heterodoxos?
Después de la muerte de Jesús de Nazaret fueron muchos los seguidores de
sus enseñanzas que, durante los primeros siglos, desarrollaron diversas formas
de entender su mensaje y se agruparon en distintas escuelas, cada una de ellas
con modos diferentes de interpretar y practicar el cristianismo.
Estos grupos, algunos más estructurados y jerarquizados, y otros de
organización más anárquica, tuvieron entre sí fuertes enfrentamientos
doctrinales y agrias disputas teológicas.
De estas pugnas surgió una doctrina y un grupo vencedor que empezó a
prevalecer sobre los demás y que, con el paso del tiempo, llegó a convertirse en
la dominante y «oficial» hasta el día de hoy: la de la Iglesia católica.
Pero ¿qué pasó con las otras corrientes? ¿Cuáles eran?

Título: Los cristianismos derrotados


Editorial: EDAF
Autor: Antonio Piñero
ISBN: 978-84-414-2005-2
Formato: 15X23 cm | Nº de páginas: 300 | Tapa dura
Puede comprar el libro en:
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Introducción
LOS INICIOS
1. El nacimiento del cristianismo. Variedad de ideas y concepciones desde los
mismos comienzos
* Los inicios del grupo cristiano
* La figura y religión del Jesús histórico
* El concepto de “herejía” o heterodoxia
* La reinterpretación de los dichos y hechos de Jesús
* Necesidad de unidad entre los grupos cristianos. El intento de Lucas
* Eusebio de Cesarea, continuador de la perspectiva de Lucas
2. El judeocristianismo hasta el final de la composición de los escritos del Nuevo
Testamento: 50-120 d.C.
* La diversidad teológica del judeocristianismo desde el 50 hasta el 120 d.C.
aproximadamente
1. La naturaleza del Salvador
2. La naturaleza de la Iglesia
3. La naturaleza de la salvación
o El modo de la resurrección
* Avisos en el Nuevo Testamento contra las heterodoxias.
* La búsqueda de un consenso
LOS AGITADOS SIGLOS II Y III
1. De qué fuentes disponemos para conocer esta época
2. Principales grupos disidentes de la opinión mayoritaria
3. Primeros debates “trinitarios”. Cristianismos con notable componente judío: los
“judaizantes”
1. Primeros debates “trinitarios”
2. Ebionitas y judaizantes
3. Elcasaítas
4. Los milenaristas
4. Grupos gnósticos y afines: cristianos que se creían especiales
1. Los marcionitas
* La doctrina de Marción
* La primera lista de escritos sagrados cristianos: las Sagradas Escrituras
marcionitas
* La expansión de la Iglesia marcionita
2. La salvación por el conocimiento revelado: la gnosis
* Panorama general de la gnosis
* El nacimiento de la gnosis occidental
* Ideas básicas de la gnosis y del gnosticismo
o Algunos ejemplos de este cristianismo
3. Grupos gnósticos particulares o afines al gnosticismo
1. Simonianos
2. El bardesianismo
3. Fibionitas y Libertinos
* El aparente final del gnosticismo
5. Movimientos de renovación de la Iglesia en los siglos II y III
1. Cristianismos descontentos con el Antiguo Testamento o con su interpretación
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2. Un cristianismo regido por el Espíritu, no por la jerarquía: los montanistas


* Expansión del montanismo
3. El “encratismo” o movimiento a favor de la continencia sexual
* Evangelio de los Egipcios
* Julio Casiano y Taciano el sirio
* Hechos apócrifos de los apóstoles
* Epístola del Pseudo Tito “Sobre la castidad”
4. Cristianismos que promocionaban una cierta independencia de las mujeres
* Textos del cristianismo primitivo que resaltan la figura de María Magdalena, a
veces junto con otras mujeres
o Reacciones de otros autores cristianos primitivos
* El caso especial del Evangelio de Juan
* Los evangelios gnósticos. El Evangelio de María Magdalena y el de Felipe
* Otros apócrifos, en especial los Hechos
* La postura tradicional de la Gran Iglesia sobre la posición de la mujer
* Desarrollo de esta teología antifeminista en el cristianismo mayoritario o de la
Gran Iglesia
LOS PRIMEROS VALLADARES CONTRA LA HETERODOXIA: SIGLOS II AL IV
El triunfo del cristianismo paulino
1. Escrituras, tradición, cargos eclesiásticos y sucesión apostólica
* Control de las Escrituras en busca de la unidad
* Control de las tradiciones: consolidación del concepto de tradición recta
* Control de la jefatura: la noción de jerarquía unido a la idea de sucesión
apostólica
2. La declaración formal de un canon o lista de libros sagrados del Nuevo
Testamento
* El Antiguo Testamento como Biblia del cristianismo primitivo
* Otras autoridades sagradas del cristianismo primitivo
* Sorprendente aparición de un canon de escritos cristianos a finales del siglo I
* ¿Qué pasó entre el 100 y el 200 que explique este cambio?
* Efectos del canon de la iglesia marcionita
* ¿Dónde se dio el paso trascendental de confeccionar una lista de textos
sagrados cristianos?
* Rapidez en la aceptación del canon
* Criterios que impulsaron la formación del canon
* La lista o canon de escritos sagrados cristianos no fue un arma definitiva contra
la heterodoxia
3. La formación de libros específicos “Contra los herejes”: Ireneo, Hipólito,
Epifanio
* El concepto de herejía
* Ireneo de Lyon
* Hipólito de Roma
* Epifanio de Salamis
EL MUNDO ESPECIAL DEL MANIQUEÍSMO
1. Mani y el mundo de los maniqueos
* El lugar del maniqueísmo dentro de la historia de las religiones
* Vida de Mani
* Doctrinas de Mani y de los maniqueos
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* El concepto de la salvación
* La iglesia maniquea y sus textos
* Vida religiosa de los maniqueos
LAS GRANDES DISPUTAS TEOLÓGICAS DE LOS SIGLOS IV Y V
1. Arrio y el arrianismo. El concilio de Nicea
* Vida de Arrio
* La doctrina de Arrio
* ¿Cómo se había llegado en el cristianismo a los planteamientos arrianos?
* El Concilio de Nicea (año 325)
* La continuación de las disputas
2. Una teología “moderna”: Pelagio y la controversia pelagiana
* La teología básica de Pelagio y sus discípulos
* Condenas de Pelagio y de sus seguidores
* Juliano de Eclana
3. Otras disputas teológicas de los siglo IV y V. Las escuelas de Alejandría y
Antioquía. Los “monofisitas” o defensores de una sola naturaleza de Jesucristo
* La escuela alejandrina
o Apolinar de Laodicea
o Eutiques
o Los monofisitas coptos y etíopes
* La escuela antioquena
4. Nestorio y las iglesias nestorianas
* Vida y doctrina de Nestorio
* Evolución del pensamiento de Nestorio
* Las iglesias nestorianas
5. El Concilio de Calcedonia del 451. La formación final del credo que dura hasta
hoy
* Las declaraciones cristológicas del Concilio de Calcedonia del 451
MOVIMIENTIOS DE RENOVACIÓN ECLESIÁSTICA DE LOS SIGLOS IV Y V
1. Prisciliano y su trágico destino
* Vida de Prisciliano
* Posibles obras de Prisciliano
* Las doctrinas de Prisciliano y de sus seguidores
2. La crisis donatista y sus antecedentes.
* Novaciano como antecedente del donatismo
* El donatismo
* Doctrinas de Donato
MOVIMIENTOS DE RENOVACIÓN EN LA EDAD MEDIA
1. Los bogomilos
* Antecedentes:
o Mesalianos
o Paulicianos
* Primeras noticias sobre los bogomilos
* Doctrina de los bogomilos
* Extensión del movimiento bogomilo. Su relación con los cátaros.
2. Los cátaros
* Origen de los cátaros
* Doctrina cátara
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* La comunidad o “iglesia” cátara


* La lucha anticátara de la Gran Iglesia
3. Un movimiento casi coetáneo de renovación: los valdenses
Conclusión: la variedad como esencia del cristianismo
Breve sumario alfabético de las heterodoxias de los siglos II al XII
Bibliografía
PRESENTACIÓN DE “CRISTIANISMOS DERROTADOS”
Hotel Madroño. Madrid
La idea general de este libro estaba en mi cabeza mucho tiempo antes de que
me decidiera a escribirlo. En realidad estaba en ciernes como expansión
necesaria e interesante del capítulo 10 de la Guía para entender el Nuevo
Testamento”, que lleva por título “El comienzo de la reinterpretación de Jesús”.
Pero esta expansión ha adquirido vida por sí misma y ha resultado un proyecto
muy distinto y mucho más rico.
Por otro lado tiene también ciertas concomitancias con el libro de Bart Ehrmann,
Lost Chrisitnities”, editado en español como “Cristianismos perdidos”. Pero a su
vez y de nuevo la realización de “Cristianismos derrotados” es muy distinto y
espero que mucho más completa.
Sin duda, el anuncio de la existencia de este premio –realizado en una de las
tertulias sobre temas de heterodoxia, también propiciadas por Ámbito Cultural de
El Corte Inglés y Edaf (que ustedes tienen en Internet)- fue un acicate
interesante para que el autor se decidiera por fin a emprender la tarea y
emprendiera a labor de precisa su contenido y redactarlo.
Algunos de los presentes que estuvieron este mismo año a la presentación de
Los Apocalipsis. 45 textos apocalípticos, de Editorial Edaf, recordarán que -al
hablar de la influencia moldeadora de los círculos e idas apocalípticos judíos en
el cristianismo naciente- mencioné muy de pasada la existencia en el siglo II de
por lo menos 9 o 10 cristianismos diferentes:
Doscientos años después de la muerte de Jesús- un observador imparcial que
se paseara entre los cristianos podría observar entre ellos una gran unidad,
cierto, pero también la existencia de bastantes grupos diferentes al “ortodoxo” o
mayoritario: por los menos 9 o 10 cristianismos diferentes.
Eran –enumerados de prisa- los siguientes:
• Cristianismos que negaban que Jesús fuera Dios: ebionitas, nazarenos.
• Cristianos que negaban a Pablo de Tarso y su doctrina, al que denominaban
falso profeta y traidor a Jesús y a la ley de Moisés: el grupo que está detrás de la
literatura Pseudo Clementina.
• Cristianismos proféticos en los que la comunidad era regida no por obispos y
presbíteros, sino por profetas: montanistas y gnósticos del siglo II.
• Cristianismos que negaban la validez, la verdad o la inerrancia de las
Escrituras sagradas: Marción, Pseudo Clementinas, ciertos gnósticos
testimoniados sobre todo en los textos de Nag Hammadi
• Cristianismos que negaban la encarnación verdadera de Jesús: docetas,
grupos que están detrás de los Hechos apócrifos de los apóstoles
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• Cristianos que negaban la resurrección futura: grupos que aparecen


mencionados en Pablo (1 Corintios) y en las Epístolas Pastorales
• Cristianismos que promocionaban la independencia de las mujeres: grupos
representados por el Evangelio de María Magdalena o por los Hechos apócrifos
de los apóstoles
• Cristianismos que negaban el cuerpo y el mundo, es decir, que promovían un
ascetismo extremo, y que se manifestaban totalmente contrarios a la vida sexual
y al matrimonio. Grupos representados por el Evangelio de los Egipcios, la
Epístola del Pseudo Tito, los Hechos apócrifos de los apóstoles
• Cristianismos que promocionaban una vida libre e incluso libertina: gnósticos
libertinos criticados por Epifanio (los fibionitas) e Ireneo de Lyon; los
carpocracianos mencionados por Clemente de Alejandría
El libro parte de los inicios mismos del nacimiento del cristianismo que dan
origen a este panorama. “Cristianismos derrotados” intenta explicar –con un
lenguaje sencillo y con absoluto interés pedagógico y didáctico- primero cómo se
llega a esta situación del siglo II, y naturalmente lo que vine después. En otras
palabras: que estamos acostumbrados a hablar de “cristianismo”, en singular,
cuando nos referimos a la religión dominante en el hemisferio occidental. Sin
embargo, sería mucho más apropiado utilizar este vocablo en plural,
“cristianismos”, tanto en nuestro tiempo como en la Antigüedad y en los inicios
mismos del movimiento cristiano.
Por tanto, el libro comienza buceando en el ambiente de los primeros seguidores
de Jesús y procura aclarar cómo el nacimiento de la teología cristiana –que es lo
mismo que decir el nacimiento del cristianismo- sólo tiene lugar después de la
muerte de Jesús a base de una gran tarea intelectual por el grupo de sus
seguidores, que no eran muchos, de explicar a la gente cómo había sido en
realidad la vida, la figura y la misión de Jesús de Nazaret.
El grupo de cristianos que funda el cristianismo no se quedó parado, rezando y
esperando a que viniera el fin del mundo, a que volviera Jesús desde los cielos
para cumplir su tarea de introducir el reino de Dios en otro mundo
sustancialmente distinto, sino que al igual que los esenios de Qumrán, lo autores
o recopiladores de los manuscritos del mar Muerto, se dedicaron a explicar a
judíos y a los paganos que estaban a su alcance la importancia de Jesús para la
salvación.
El libro explica clarísimamente que toda reinterpretación, heroización de una
figura es necesariamente plural, porque son muchos los que intentan esa tarea.
Esta interpretación se hace a base de estudiar lo que hoy llamamos el Antiguo
Testamento para descubrir en él a Jesús. Esta tarea es esencialmente alegórica.
Y aquí y ésta es otra de las líneas del libro –la teología cristiana de Pablo y de
otros cristianismos nace en un ambiente judío, sí pero profundamente
helenizado: o es griega o no es- y se hace a base del método alegórico. Es
decir, se encuentra a Jesús en el Antiguo Testamento a base de alegorizar a
éste. La ciencia de la interpretación de los textos griegos considerados como
venerables comienza en Alejandría; el arte de la hermenéutica se desarrolló allí
en torno a los textos homéricos que constituían el primer fondo literario helénico.
El estudio del incomparable fondo literario y religioso que constituían la Ilíada y
la Odisea representan el primer período glorioso de la hermenéutica alejandrina.
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El arte de descifrar lo que está escrito sólo puede darse cuando se ha


constituido un conjunto de textos cuya evidencia no se manifiesta de manera
inmediata. En este caso, los cristianos debían dar sentido a ciertos pasajes del
Antiguo Testamento, si es que lo ocurrido con Jesús como mesías, el Cristo,
debía ser como se creía, el cumplimiento de la alianza antigua de Yahvé con su
pueblo. Sobre todo en Alejandría es donde se practicaba el comentario alegórico
del texto recibido, una técnica de exégesis que constituyó el modelo a seguir
para la interpretación de los dos Testamentos en los primeros siglos del
cristianismo y que determina todo su nacimiento.
Una vez aclarado –espero- cómo nace el cristianismo -a saber como un
auténtico fenómeno exegético, de interpretación de repensar, de reinventar a
Jesús- intento luego sumergir al lector en el siglo II y empiezo a explicarle varias
cosas fundamentales:
Una: qué opinaban teológicamente esos cristianismos hasta el Concilio de Nicea
y Calcedonia/Constantinopla: cómo había una diversidad grande de
interpretaciones de Jesús y de la Iglesia dentro de una cierta unidad.
Segunda: Cómo dentro de esa diversidad existió desde el principio un grupo,
formado alrededor de la teología de Pablo de Tarso, que es el más compacto y
numeroso de todos –ha conseguido convencer a más paganos que los otros
grupos para que se hagan discípulos de Jesús- y de qué medios se valen para
hacer que su interpretación de la figura y misión de Jesús de Nazaret vaya poco
a poco eliminando otra interpretaciones.
Explico también de qué medios se vale este grupo mayoritario para alzarse con
el poder absoluto dentro de los diferentes cristianismos, a saber:
1. El control absoluto de la comunidad en cuanto masa social, con sus jefes –o
cargos eclesiásticos- como sucesores de los apóstoles en especial de Pablo.
2. El control ideológico del grupo, al ser los que mantenían oficialmente el
“depósito” de la recta doctrina. Formación del concepto de herejía. El que no
piense como el grupo mayoritario es massa damnata, gente destinada a la
condenación.
3. El control de la interpretación de la Escritura común con el judaísmo, el
Antiguo Testamento.
Cuando se lleve a cabo este triple programa (“recta interpretación” de los textos
sagrados; formación del concepto de “tradición” o recta doctrina; establecimiento
de la jerarquía basada en la “sucesión apostólica”), a lo largo de los siglos II y III,
tendremos completado el proceso de constitución del cristianismo.
Tercera: el libro ofrece una visión sintética y espero que clara de los principales
cristianismos que van quedando derrotados a la vera del camino hasta el siglo
XII. He hecho un esfuerzo de síntesis para presentar al público cuáles eran las
ideas de estos cristianos: maniqueos, arrianos, nestorianos, priscilianistas,
pelagianos, bogomilos, cátaros, etc. de modo que puedan Ustedes ahorrarse
centenares de horas de lectura y encuentren cómodamente sintetizadas en el
libro lo que una persona culta debe saber de estos cristianismos.
Para que se hagan una idea de la pervivencia de otros cristianismos a pesar de
la fuerza tremenda del paulinismo dominante voy a ofrecer, como complemento
a lo que se dice en el libro, dos perspectivas:
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A. unas breves pinceladas sobre la interpretación más judía del cristianismo.


Y B. Algunos textos sobre la lucha del grupo mayoritario contra los herejes.
A. Se suele decir que cuando las tropas romanas acabaron con el grupo de
judeocristianos que tenía su sede principal en Jerusalén, en el año 70, el
judeocristianismo dejó de existir en la práctica. Yo creo que hay que matizar
seriamente esta afirmación:
1. Muchos años más tarde el judeocristianismo nos lega tres evangelios
apócrifos importantes, tanto que concitan la atención de S. Jerónimo. Estos son
los Evangelios de los hebreos, Evangelio de los nazarenos y Evangelio de los
ebionitas.
2. El judeocristianismo nos ha legado un corpus amplísimo de literatura
ideológico-novelesca: Las Homilías Pseudoclementinas y las Recognitiones, que
editaremos Gonzalo del Cerro y yo en la serie Hechos Apócrifos de los
Apóstoles.
3. Aparte de la secta o grupo de los ebionitas –que dura hasta los siglo V o VI-
tenemos otro grupo, el de los elcasaítas, que tiene enorme importancia porque
es él probablemente el que transmite al maniqueísmo la base cristiana que esta
religión posee.
4. El cristianismo egipcio, según el testimonio del historiador Sócrates (Historia
eclesiástica, V 22), en el siglo V todavía celebraba la eucaristía el sábado por la
tarde junto con una comida.
5. La situación de las comunidades judía y cristiana parece vivir un momento
crucial en el siglo III. Tal como apunta lo ocurrido con un obispo, llamado Pablo
de Samosata, hubo en Antioquía una confrontación constante entre cristianos de
cultura y costumbres orientales y los cristianos helenizados. La conducta de
Pablo de Samosata en la época en que Zenobia era reina de Palmira, durante
los años 260-270, testimonia la vocación oriental, quizás judaizante, de la región
al norte de Antioquía de donde Pablo era oriundo, ya que la historia de sus
debates doctrinales es en parte la de sus choques con la iglesia helenizada de
Antioquía.
Pablo de Samosata, a la sazón obispo de Antioquía, adquirió entre los obispos
de las diócesis vecinas fama de judaizante. Su judaísmo inicial, verdadero o
apócrifo, está ligado según la tradición eclesiástica a su relación con Zenobia,
relación que es innegable desde el punto de vista histórico. El que se acusara a
un obispo de judaizante tiene interés enorme: el judeocristianismo seguía vivo y
con ello la atracción por la religión madre.
B. La lucha contra los herejes es feroz ya en el siglo II. Así el problema de los
herejes está en el centro de las preocupaciones de Ignacio de Antioquía a
principios del sigo II. Un cristiano, Satornilo, predicaba en Antioquía que Cristo
no había tenido una realidad física: era la tesis del docetismo. Como su mismo
nombre indica (dokeô, “parecer”), Cristo no era más que mera apariencia para
esta secta. El obispo de Antioquía replica con elocuencia que “Jesucristo nació
verdaderamente, que comió y bebió verdaderamente así como que fue
perseguido y crucificado, que murió y verdaderamente resucitó”.
Pero el docetismo siguió teniendo muchos partidarios en Antioquía. Después de
Ignacio, Serapión, obispo de la ciudad de 190-191 hasta 211-212, tuvo que
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luchar para poner fin a este movimiento; sus acciones nos manifiestan cómo la
autoridad eclesiástica vigilaba el problema de los herejes. He aquí la carta de
Serapión a los cristianos de Rosos a propósito del evangelio apócrifo de Pedro
que se presaba a defender las tesis de Satornilo:
Nosotros, hermanos míos, recibimos a Pedro y a los otros apóstoles como a
Cristo mismo; en cuanto a los escritos que algunos adjudican falsamente a su
nombre, la experiencia nos enseña a rechazarlas, porque tenemos conciencia de
no haberlos recibido por tradición.
A veces era difícil definir quiénes eran los herejes. La concordia entre las
comunidades se abría camino difícilmente a causa de la divergencia de las
doctrinas. Dionisio de Alejandría escribió a Esteban, obispo de Roma, hacia el
254, que por fin se había realizado la unidad de las iglesias. Éstas son sus
palabras:
Sabe ahora, hermano, que están unidas todas las iglesias de Oriente e incluso
las más lejanas, que antes estaban divididas; que todos sus dirigentes, en todas
partes, tienen los mismos sentimientos y se alegran, más de lo que se puede
figurar, de la paz alcanzada contra toda esperanza:
Sin embargo no reinaba la armonía tanto como Dionisio quería hacer creer.
Apenas dos años más tarde, en la carta que dirigió a Sixto II -sucesor de
Esteban- trata de las importantes divergencias que existían en el interior de las
comunidades de Cilicia, de Capadocia y de Galacia en relación con la validez del
bautismo otorgado por los herejes. El obispo de Roma lo consideraba válido,
pero los obispos que dependían de Antioquía estimaban que era preciso
reiterarlo. Era ésta una brecha en la unidad que dio ocasión a Antioquía para
hacer bloque con Cilicia, Capadocia y Galacia. Ya al final del siglo II en la época
de Serapión, encontramos un primer indicio de la independencia que quería
conquistar para sí en Oriente la iglesia de Antioquía.
Por último, los que no seguían la línea oficial contaron todavía en el siglo V con
la ayuda de algunos emperadores. Teodoreto de Ciro (393-hacia el 466), en su
Historia eclesiástica, proporciona detalles sobre las actuaciones del emperador
Valente (364-378) en Antioquía. Su texto pone de manifiesto cómo paganos,
judíos y cristianos (heterodoxos, según el historiador) se comportaban en el
universo heterogéneo de la ciudad a pesar de que el Imperio romano fuese ya
en esa época oficialmente cristiano:
Valente, que pasaba la mayor parte de tiempo posible en Antioquía, había dado
licencia a los paganos, a los judíos y a todos los que bajo la cobertura del
nombre de cristianos proclamaban dogmas contrarios a las máximas
evangélicas. De hecho, los servidores del error oficiaban sus misterios paganos;
Valente permitió que floreciese de nuevo la mentira que, después de Juliano, se
había extinguido bajo Joviano. Se celebraron de nuevo las diasias, las
dionisíacas, las festividades de Deméter y no a escondidas, como se hubiese
esperado en un imperio cristiano; las bacantes realizaban sus carreras en el
centro del ágora (Historia eclesiástica IV 24, 2-4).
No quiero cansarles más. Espero que disfruten con la lectura del libro, que
aprecien el esfuerzo de claridad y de síntesis, y que concluida la lectura tengan
en sus mentes como idea ya bien adquirida y asentada que la variedad es la
esencia del cristianismo y que un mejor conocimiento de las heterodoxias del
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cristianismo tanto de los primeros siglos como posteriores ensancha el horizonte


de la comprensión de esta religión.
Y por último: da la impresión de que con la represión de cátaros y albigenses la
Iglesia mayoritaria gozó de paz. Pero esta paz era engañosa. Al parecer el grupo
mayoritario quedó satisfecho con la represión a sangre, fuego de los
movimientos que he mencionado y con el hallazgo de la Inquisición, realizado
esos momentos. Pero su éxito fue sólo aparente, pues la represión de cátaros y
bogomilos y otros, como los valdenses, dejó un poso de descontento hacia la
representación visible de la Gran Mayoría, la Iglesia de Roma, que alcanzaría su
expresión primero en la confirmación de la gran partición de la cristiandad en
católicos occidentales y ortodoxos orientales (el cisma de Oriente), y segundo en
los comienzos del siglo XVI con los inicios de la Reforma protestante.
La Reforma tuvo un éxito fulgurante debido no sólo, ni mucho menos, a motivos
religiosos, sino también de índole puramente política y social. De esto no caber
duda. Pero desde ese siglo la pluralidad del cristianismo fue imparable de nuevo.
Hoy se cuentan, como mínimo, unas quinientas confesiones cristianas de cierta
envergadura. Parece empresa titánica e imposible luchar contra esa variedad,
pues la variedad polimórfica pertenece a la esencia del cristianismo desde su
nacimiento mismo.

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