La novela española de posguerra se desarrolló en tres décadas, caracterizadas por el realismo social en los años 50, la experimentación en los 60 y autores emblemáticos como Camilo José Cela, Miguel Delibes, Carmen Laforet y Luis Martín Santos. La obra de Delibes se centró en temas rurales y personajes humildes, mientras que Cela exploró nuevas técnicas y un estilo satírico. Laforet y Martín Santos renovadoron el género con enfoques existencialistas.
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La novela española de posguerra se desarrolló en tres décadas, caracterizadas por el realismo social en los años 50, la experimentación en los 60 y autores emblemáticos como Camilo José Cela, Miguel Delibes, Carmen Laforet y Luis Martín Santos. La obra de Delibes se centró en temas rurales y personajes humildes, mientras que Cela exploró nuevas técnicas y un estilo satírico. Laforet y Martín Santos renovadoron el género con enfoques existencialistas.
La novela española de posguerra se desarrolló en tres décadas, caracterizadas por el realismo social en los años 50, la experimentación en los 60 y autores emblemáticos como Camilo José Cela, Miguel Delibes, Carmen Laforet y Luis Martín Santos. La obra de Delibes se centró en temas rurales y personajes humildes, mientras que Cela exploró nuevas técnicas y un estilo satírico. Laforet y Martín Santos renovadoron el género con enfoques existencialistas.
La novela española de posguerra se desarrolló en tres décadas, caracterizadas por el realismo social en los años 50, la experimentación en los 60 y autores emblemáticos como Camilo José Cela, Miguel Delibes, Carmen Laforet y Luis Martín Santos. La obra de Delibes se centró en temas rurales y personajes humildes, mientras que Cela exploró nuevas técnicas y un estilo satírico. Laforet y Martín Santos renovadoron el género con enfoques existencialistas.
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LA NOVELA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA GUERRA CIVIL.
CAMILO JOSÉ CELA, MIGUEL DELIBES, CARMEN LAFORET Y MARTÍN SANTOS
LOS PRIMEROS AÑOS DE POSGUERRA (Década de los 40) Rasgo esencial de la novela de esta época es la total desorientación por falta de unidad generacional. Hasta 1945 hay una serie de narradores que cultivan una novela histórica, de exaltación, que evolucionó posteriormente hacia una justificación del régimen. Realmente, la historia de la novela española de posguerra se inicia a partir de la obra de dos escritores: Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte inicia el Tremendismo (1942) y Carmen Laforet con Nada que inaugura la novela existencial (1945). Miguel Delibes sigue esta línea con La sombra del ciprés es alargada (1947). Características de estas novelas: reflejo de la vida de posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial. los temas giran en torno a la amargura de la vida cotidiana. personajes desorientados, frustrados… falta de crítica directa o de denuncia. técnicamente, destacan por su sencillez y tradicionalidad. DÉCADA DE LOS 50 (novela social) Con la publicación de La colmena (1951) de Camilo José Cela, se abrió un nuevo rumbo: el Realismo social, movimiento literario que se desarrolló a lo largo de esta década. Es una literatura de corte realista, atenta a los condicionamientos histórico-sociales del individuo que, en 1956, con la aparición de El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio queda consolidada. Entre las características de esta narrativa están: estructura aparentemente sencilla y preferencia por la narración lineal. relato objetivista basado en técnicas cinematográficas. número elevado de personajes y preferencia por el protagonista colectivo. concentración espacio temporal. predominio del diálogo y fidelidad a la hora de recoger el habla de las distintas clases sociales. en cuanto a la temática, interés por testimoniar la situación por la que atraviesa el pueblo. DÉCADA DE LOS 60 (novela experimental) A partir de 1960 comienzan a manifestarse síntomas de cansancio del realismo social; los autores tienen cada vez más en cuenta las aportaciones de los grandes novelistas extranjeros, y pronto causará un fuerte impacto la nueva novela hispanoamericana. En 1962 se publica Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, que se considera la obra inaugural de esta nueva etapa de nuestra narrativa. A lo largo de esta década, se suceden aportaciones decisivas en la línea de la renovación. Destacan: Miguel Delibes, Cinco horas con Mario; C.J. Cela, San Camilo, 1936; Goytisolo, Señas de identidad; Joan Benet, Volverás a Región y Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa. Algunas de las novedades técnicas: Perspectivismo (narrar un mismo hecho desde el punto de vista de los distintos personajes). Desorden temporal (flash back, contrapunto, técnica caleidoscópica...) Incorporación de elementos extraños: informes, expedientes, textos periodísticos,... Imitación de géneros menores: novela folletinesca, novela policíaca,... → pastiche Nuevas técnicas para reflejar los pensamientos de los personajes: el monólogo interior. MIGUEL DELIBES Su obra muestra un compromiso con la dignidad del ser humano, que combina con el amor a la naturaleza y el rechazo a la deshumanización, al materialismo y al consumismo. En ella abundan los seres indefensos y los ambientes humildes: los niños, los viejos, la vida en el campo, la pobreza de los pueblos y del paisaje castellano. Pero también se fija en la vida de la ciudad de provincias y en la pequeña burguesía. Su estilo se mantiene siempre dentro de la sencillez, lo que no ha impedido que, a lo largo de su extensa obra, haya ido experimentando nuevas técnicas narrativas. Se inicia con La sombra del ciprés es alargada, en ella el autor se centra en la Castilla rural y en la mentalidad de los hombres que la habitan, personas humildes y marginadas la mayoría de las veces. En 1950 publica El camino, novela sobre el despertar a la vida de un niño, Daniel el Mochuelo; así como la vida de un pueblo y sus gentes desde unos ojos infantiles. Una de las obras más significativas del Realismo social es Las ratas, denuncia la subsistencia y las desigualdades sociales en un pueblo agrícola. Cinco horas con Mario (1966) -su obra maestra- diálogo/monólogo interior de Carmen, mujer de clase media que vela el cadáver de su esposo. El contraste entre Mario, profesor solidario y progresista, y Carmen, de mentalidad cerrada y convencional, refleja el de la España progresista y el de la tradicional. Otras novelas destacadas: El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes y El hereje (la única de carácter histórico: ambientada en el Valladolid del S. XVI, tomando como eje la vida de un personaje, Cipriano Salcedo, y es, sobre todo, un canto apasionado por la tolerancia y la libertad de conciencia).
CAMILO JOSÉ CELA (Premio Nobel de Literatura en l989)
Aunque su obra es muy variada, se pueden apreciar en ella unos temas comunes: la guerra civil y sus consecuencias; y la sociedad española en su conjunto, a la que satiriza grotescamente. Toda su narrativa refleja un profundo pesimismo. Su actitud es la de un espectador distanciado y burlón, con un humor negro, amargo, desgarrado y cruel. Sin embargo, a veces manifiesta ternura por algunos seres desvalidos y adopta un tono lírico. En general, ofrece una visión deformadora del mundo, cercana al esperpento de Valle-Inclán. Su estilo se caracteriza por la riqueza expresiva en la descripción de tipos y ambientes; también se distingue por su afán de experimentar nuevas técnicas narrativas. Etapas: Primera etapa (años cuarenta): a ella corresponden La familia de Pascual Duarte y Pabellón de reposo. En La familia de Pascual Duarte se narra la historia de un campesino extremeño quien, condenado a muerte, recoge por escrito su sórdida vida, llena de acontecimientos truculentos, asesinatos, violencia y horrores diversos. Se advierten en ella variadas influencias: la novela picaresca, las novelas naturalistas... Todo ello unido da como resultado una obra que, al seleccionar los aspectos más desagradables de la realidad y recrearse a veces en ellos, propone una nueva estética que se denominó Tremendismo. Segunda etapa (años cincuenta): introduce el Realismo social con La colmena, considerada la obra maestra de Cela. Lo más destacado es su falta de argumento. El autor ofrece, a través de una acción que transcurre en poco más de dos días de invierno, un panorama colectivo de la vida del Madrid de la inmediata posguerra, en un ambiente de pobreza en el que un gran número de personajes (más de trescientos), fracasados y relacionados entre sí, intentan sobrevivir. Tercera etapa (desde los años sesenta): se deja influir por la corriente experimental. A esta época pertenecen novelas como San Camilo, 1936, en la que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid y Mazurca para dos muertos, ambientada en la Galicia rural de los años 30. CARMEN LAFORET Ganó, con 23 años, la 1ª edición del Premio Nadal con su novela Nada, que obtuvo un enorme éxito de público y de crítica. La novela sigue el itinerario de la joven Andrea, que recién terminada la Guerra Civil española se traslada a Barcelona, cargada de ilusiones y dispuesta a emprender sus estudios universitarios. Sus ansias juveniles y sus expectativas chocan con el mundo gris, cargado de violencia, que representan su abuela y sus tíos que la acogen en su casa. Sin embargo, en la universidad conoce a Ena, que desempeñará un papel importante en su vida, pues con ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer. La producción literaria de la escritora no es muy amplia. En 1950 publicó La isla y los demonios, novela ambientada en Canarias, donde se había criado. En 1955, La mujer nueva, que refleja sus propias experiencias religiosas, y que tiene como tema central la fe de la protagonista, Paulina, una mujer que pasa de criticar a la Iglesia a practicar la religión católica. Siguió, en 1963, La insolación, primer volumen de la trilogía Tres pasos fuera del tiempo, de la que no llegó a publicar los otros dos tomos. También escribió novelas cortas, libros de cuentos y narraciones de viaje. Casi toda su obra gira en torno a un mismo tema central: el enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno. LUIS MARTÍN SANTOS Su formación en las corrientes filosóficas modernas y las innovaciones narrativas lo llevó a replantearse el papel de la novela española de los años cincuenta y a apostar por una renovación del género que incluía la experimentación lingüística y estructural de las obras. Además de Tiempo de silencio, su producción narrativa abarca un libro póstumo de cuentos, Apólogos, y la edición de algunas partes de Tiempo de destrucción, en la que el autor retomó el tema del aislamiento cultural de España. Tiempo de silencio es considerada la novela que inicia la narrativa experimental en España. El asunto de la obra tiene mucho de relato folletinesco, con rasgos de novela negra y lo original no es el argumento sino el tratamiento que el novelista hace de la historia: Pedro es un investigador que se ve implicado en un aborto clandestino que acaba en muerte, en un suburbio madrileño de chabolas. La policía lo detiene y, al demostrarse su inocencia, queda en libertad. Poco después, sufre la venganza de un chabolista, que mata a su novia. Pedro abandona Madrid y se hace médico rural. Su gran novedad es la forma, el estilo, que supone una ruptura radical y definitiva con el realismo convencional: se explota el monólogo interior, cuya principal función es caracterizar a los personajes; hay un constante cambio de narrador (1ª, 2ª, 3ª persona); se acude a digresiones para ironizar y criticar sucesos; se ofrecen distintos registros lingüísticos…