La energía hidroeléctrica aprovecha la energía potencial del agua al caer desde alturas mediante presas y embalses para generar energía eléctrica; el agua hace girar turbinas conectadas a generadores convirtiendo la energía mecánica en eléctrica.
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La energía hidroeléctrica aprovecha la energía potencial del agua al caer desde alturas mediante presas y embalses para generar energía eléctrica; el agua hace girar turbinas conectadas a generadores convirtiendo la energía mecánica en eléctrica.
La energía hidroeléctrica aprovecha la energía potencial del agua al caer desde alturas mediante presas y embalses para generar energía eléctrica; el agua hace girar turbinas conectadas a generadores convirtiendo la energía mecánica en eléctrica.
La energía hidroeléctrica aprovecha la energía potencial del agua al caer desde alturas mediante presas y embalses para generar energía eléctrica; el agua hace girar turbinas conectadas a generadores convirtiendo la energía mecánica en eléctrica.
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La obtención de la energía hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica aprovecha el movimiento del
agua para convertirlo en corriente eléctrica comercial. La primera vez que esto se hizo fue en Northumberland (Gran Bretaña) en 1880 y es una tecnología que se sigue aprovechando en la actualidad con pocas modificaciones.
El funcionamiento es sencillo, convierte la energía potencial del agua acierta
altura en energía eléctrica. Se permite la caída del fluido y la energía potencial se convierte en cinética alcanzando gran velocidad en el punto más bajo; en este punto se le hace pasar por una turbina y provoca un movimiento rotatorio en un generador que a su vez se convierte en energía eléctrica de tensión y frecuencia desordenadas. Una vez extraída la energía eléctrica el agua se devuelve al río para su curso normal, pudiéndose aprovechar de nuevo para obtener energía eléctrica aguas abajo o para el consumo humano.
Denominamos turbina a la máquina que se emplea para transformar energía
mecánica en energía eléctrica, aunque inicialmente esta será desordenada, no comercial. Hay dos tipos fundamentales de turbinas para aprovechar la energía hidráulica, turbina Pelton y Francis-Kaplan; la primera se utiliza en el caso de saltos superiores a 200 metros y pequeños caudales, normalmente para presas situadas en zonas de alta montaña; las segundas son más indicadas en el caso de saltos menores.
Esta energía eléctrica se va a convertir en energía eléctrica comercial utilizando
primero un transistor y posteriormente un alternador. La energía eléctrica así obtenida está en alta tensión, varios miles de voltios, y a frecuencia comercial, en España a 50 Hz. Los cables de alta tensión van a trasladar a la energía eléctrica por el país llegando a nuestras viviendas a tensión comercial, 230 V en corriente monofásica y 400 V en trifásica. El cambio de alta a baja tensión se realiza en transformadores.
Para aprovechar la energía hidroeléctrica necesitamos agua estancada en un
embalse o presa situada a una altura por encima del cauce habitual del río; se llama salto de agua a la diferencia de altura entre el nivel superior e inferior. La ventaja principal respecto a otras renovables es que el caudal de agua puede ser controlado, de forma que en el momento de demanda eléctrica dejaremos fluir el líquido generando energía; en el caso que no exista esta demanda mantendremos cerradas las compuertas hasta que vuelva a existir demanda; este es una ventaja respecto a la energía eólica ya que de momento en ésta no se resuelve el problema del almacenamiento.
La energía hidroeléctrica es un recurso natural especialmente indicado para
zonas lluviosas o por las que circulan ríos caudalosos; es recomendable que estos ríos tengan cauces poco variables aunque en el caso de ríos con caudales oscilantes se pueden usar los embalses para el almacenamiento de agua en tiempos de sequía.
El principal problema que presentan es que la generación de energía
hidroeléctrica necesita invertir grandes sumas de dinero por lo que en regiones donde abundan petróleo o carbón no suele ser competitiva; otro inconveniente es que la construcción implica un gran impacto ambiental al ser necesaria la inundación de valles y desplazamiento de población; también debemos señalar que se modifican las condiciones físicas y químicas del río como salinidad, temperatura, nutrientes... ya que el agua embalsamada altera las condiciones naturales del río. Algunas especies como salmones necesitan desovar aguas arriba de la presa; para facilitar esto se construyen canales biológicos.
Citamos anteriormente que la
energía hidroeléctrica tiene su
principal ventaja en la facilidad de
ceder energía en los momentos de mayor demanda; otros puntos a su favor es que durante la explotación el impacto ambiental es mucho menor que en las energías fósiles (no produce gases de efecto invernadero ni contamina a la atmósfera), su explotación apenas requiere mantenimiento, el almacenamiento de agua también se puede utilizar para regadíos y se evitan inundaciones al poder regular el caudal
Las centrales hidroeléctricas
La mayoría de las centrales tienen agua
embalsamada para la regulación de energía. De todas formas algunas apenas tienen reserva de agua, se denominan centrales de agua efluente. En este tipo de centrales la energía producida depende de las precipitaciones de esa estación; en las épocas más lluviosas desarrollan la potencia máxima, mientras que en el verano apenas producen energía.
Las centrales de agua embalsada pueden ser de dos tipos, de regulación o de
bombeo. Necesitan de un embalse o pantano artificial que retiene el agua gracias a las presas, como se ha indicado antes. Las centrales de regulación son aquellas que tienen la posibilidad de almacenar agua que fluye en el río, siendo especialmente interesante para cubrir horas punta de consumo. Las centrales de bombeo se utilizan para acumular caudal, llegando a éstas mediante bombeo desde aguas abajo en el momento que existe exceso de energía; también se llaman centrales de acumulación.
Hoy en día la energía hidráulica es la primera de las renovables a la hora de
producir energía eléctrica en el mundo. Si analizamos los datos de los países pertenecientes a la OCDE, entre los que se encuentran los más industrializados del mundo (EE.UU, Japón, Alemania, Canadá, Francia, Japón o Reino Unido). En el gráfico 1 vemos que la energía hidroeléctrica es la tercera fuente de energía primaria tras los combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) y la energía nuclear. Se puede ver que la producción de energía hidroeléctrica supera de largo a la eólica y al resto
Energía hidroeléctrica
El agua es uno de los grandes recursos energéticos con que contamos. La
energía hidroeléctrica es la que proviene del aprovechamiento de la energía potencial acumulada en el agua y que al caer desde cierta altura se convierte en energía cinética, una vez ha caído, una buena parte de dicha energía cinética se transforma en energía eléctrica por medio de los transformadores conectados a las turbinas. Finalizado el proceso, la electricidad ya está lista para ser distribuida . La energía hidroeléctrica está dentro del grupo de las llamadas “energías renovables”, es decir, es inagotable, limpia y no contaminante. Como contrapunto, hay que señalar que para su obtención es necesaria la construcción de pantanos que en muchas ocasiones causan un impacto ambiental ya que alteran el ecosistema fluvial y su construcción es costosa. Aun así, se trata de una de las fuentes de energía más rentables y alrededor del 20% de la energía usada en el mundo proviene de la energía hidroeléctrica, aunque cabe decir que está muy desigualmente repartida, dependiendo de las precipitaciones pluviales de cada zona. Las instalaciones en las que la energía potencial del agua se transforma en energía eléctrica son las centrales hidroeléctricas”, en ellas el agua que cae a través de un salto geodésico pasa por unas turbinas que transmiten la energía a un alternador convirtiéndola en electricidad. Estas centrales hidroeléctricas varían mucho en capacidad, pueden construirse al aire libre o en caverna. Pueden ser de agua fluyente, de acumulación por bombeo o de embalse. Las hay también mareomotrices que son las que aprovechan la energía de las mareas, corrientes submarinas y movimiento de las olas.
Energía hidroeléctrica
El aprovechamiento de la energía potencial acumulada en el agua para generar
electricidad es una forma clásica de obtener energía. Alrededor del 20% de la electricidad usada en el mundo procede de esta fuente. Es, por tanto, una energía renovable pero no alternativa, estrictamente hablando, porque se viene usando desde hace muchos años como una de las fuentes principales de electricidad.
La energía hidroeléctrica que se puede obtener en una zona depende de los
cauces de agua y desniveles que tenga, y existe, por tanto, una cantidad máxima de energía que podemos obtener por este procedimiento. Se calcula que si se explotara toda la energía hidroeléctrica que el mundo entero puede dar, sólo se cubriría el 15% de la energía total que consumimos. En realidad se está utilizando alrededor del 20% de este potencial, aunque en España y en general en los países desarrollados, el porcentaje de explotación llega a ser de más del 50%.
Desde el punto de vista ambiental la energía hidroeléctrica es una de las más
limpias, aunque esto no quiere decir que sea totalmente inocua, porque los pantanos que hay que construir suponen un impacto importante. El pantano altera gravemente el ecosistema fluvial. Se destruyen habitats, se modifica el caudal del río y cambian las características del agua como su temperatura, grado de oxigenación y otras. También los pantanos producen un importante impacto paisajístico y humano, porque con frecuencia su construcción exige trasladar a pueblos enteros y sepultar bajo las aguas tierras de cultivo, bosques y otras zonas silvestres.
Los pantanos también tienen algunos impactos ambientales positivos. Así, por
ejemplo, han sido muy útiles para algunas aves acuáticas que han sustituido los humedales costeros que usaban para alimentarse o criar, muchos de los cuales han desaparecido, por estos nuevos habitats. Algunas de estas aves han variado incluso sus hábitos migratorios, buscando nuevas rutas de paso por la Península a través de determinados pantanos.
La construcción de pantanos es cara, pero su costo de explotación es bajo y es
una forma de energía rentable económicamente. Al plantearse la conveniencia de construir un pantano no hay que olvidar que su vida es de unos 50 a 200 años, porque con los sedimentos que el río arrastra se va llenando poco a poco hasta inutilizarse.