La Creación de La Experiencia J Grinberg
La Creación de La Experiencia J Grinberg
La Creación de La Experiencia J Grinberg
DE LA EXPERIENCIA
Jacobo G rinberg-Zylberbaum
LA CREACION
DE LA EXPERIENCIA
T ra d u c c ió n de
E duardo R oselló T oca
Primera edición: Octubre, 1990.
IS B N ; 84-87598-02-1
D epósito legal: M. 41.240-1990
A Alberto Guevara-Rojas
Sumario
Dedicatoria 9
Introducción 11
1 El espacio y el cerebro 13
2 La experiencia 27
3 Correlativos fisiológicos
de la cualidad de la experiencia 31
4 Patrones compuestos y unidad
de la experiencia 39
5 Fisiología y naturaleza de los
procesos neuroñales 53
6 El presente 60
7 Campos neuronales y espacio 67
8 Tiempo y conciencia 71
9 El cerebro consciente 77
10 Transformación de la actividad
neuronal en experiencia consciente 89
11 Comunicación, gravitación y unidad 103
12 Visión extraocular
13 Creación de la experiencia visual 145
1-1 Conciencia de unidad 151
15 Psicofisiología del poder 161
Conclusión 189
Creo que no hay nada que sea más urgente ni de mayor utilidad que
esta integración. Este libro es una modesta contribución a ese fin.
Quiero señalar al lector que este libro representa el trabajo
teórico y experimental que he realizado durante los últimos quince
años. Cada capítulo ha sido escrito en un periodo diferente y mani
fiesta cuál era mi forma de pensar en el momento en que lo escribí.
He cambiado y mis ideas han cambiado igualmente, y esos cambios
pueden ser percibidos en el libro. lie llegado a la conclusión (1988)
de que todo lo que existe no es más que un nivel particular de
conciencia, incluso lo que llamamos materia. Esta idea es explicada
en el último capítulo del libro y en su Conclusión. Términos tales
como campo cuántico, continuo tiempo-espacio y espacio de alta
Sintérgia son empleados con el mismo significado. De igual m anera,
he empleado como sinónim os el Sí Mismo, el Yo Puro y el Proce
sador Central.
Estoy en deuda con muchas más personas de las que puedo
mencionar por la relación que con ellas he mantenido y por las ideas
que me han proporcionado. Sin embargo, quisiera expresar mi
gratitud especialmente a Alberto Guevara-Rojas, Héctor Brust
Carmona, E. Roy John, Karl Pribram , John Legión Cooke, Gerardo
Bueno Zirión, Joana Ornelas, Andrea Gold, Jenny Lewis y Diego
Rapoport.
1
El espacio y el cerebro
Inicio este trabajo con un análisis del espacio. Las razones que me
impulsan a hacerlo son considerables. En prim er lugar, todo lo que
existe es el espacio en diferentes niveles o grados de organización.
El espacio es la base y el fundamento de todo y, al mismo tiempo,
es uno. En segundo lugar, si tenemos una profunda comprensión de
las características del espacio, comprenderemos en su esencia la
experiencia, el tiempo y la materia.
Bastaría ofrecer una base conceptual de lo que denominamos
tiempo para justificar que dediquemos el prim er capítulo de este
trabajo al espacio. Comprender y sentir lo que es el tiempo supone
poseer la sabiduría. Puesto que el espacio subyace a la comprensión
del tiempo, estimo que la comprensión del espacio es pues la llave
de la sabiduría.
Se han realizado numerosos intentos para desentrañar el misterio
del espacio. Kant, por ejemplo, consideraba que el espacio era aprio-
rístico, que nos venía dado. Para Kant, tanto el tiempo como el
espacio eran las bases genéticamente establecidas sobre las que se
edificaba el mundo fenomenológico. El concepto kantiano de espacio
era de una abstracción impresionante a causa de su pureza. Una
discusión que establecía la permanencia del espacio incluso tras la
eliminación o destrucción de todos los objetos materiales, de todas
las entidades orgánicas, de todo de lo que podemos percibir o pen
sar, permitió a Kant considerar al espacio como un fundamento
indestructible de la realidad.
Otros pensadores han llegado incluso más lejos en su com
prensión del espacio. Ouspensky, por ejemplo, apoyándose en las
ideas de Hinton, Dunne y Gurdjieff, habla sobre espacios de dife-
H jA C O liO G R IN B tR G -Z V L B E R B A U M
Quiero comenzar este capítulo con una cita escrita en 1927 por J.W .
Dunne. En mi opinión, el problema que Dunne presenta es la cues
tión más importante a la que debe responder la fisiología. De hecho,
casi todo este libro está dedicado a plantear ese problema en tér
minos fisiológicos y a tratar de resolverlo. Se refiere al modo en que
el cerebro manipula la información y a cómo nace la experiencia tras
dicha manipulación. El significado de la palabra experiencia se acla
rará con lo que sigue:
PERCEPTOS
Aunque esto sea cierto, nuestra experiencia subjetiva tiene una rea
lidad mucho más compleja que la de una configuración de energía.
En prim er lugar, como perceptores que somos estamos separados de
lo que percibimos en el sentido de que somos capaces de hablar
sobre ello, de pensar en ello e incluso de intentar comprender su
base fisiológica. En segundo lugar, esta separación de nuestras per-
34 J a c o d o G r i n b c r o - Z y i .b e r b a u m
L a c r i l \ c i ó n d e l a n x r c R iH N C iA 35
C . Procesos de imaj^inucióii
Cuando imaginamos un objeto como resultado de escuchar el des
cripto que lo representa, transformamos el patrón auditivo activado
por el descripto en una duplicación casi exacta de la activación neu-
ronal originalmente activada cuando vimos el objeto, lo que coincide
con la evidencia experimental que muestra la aparición de potenciales
provocados de perfiles de onda similares al ver una figura geomé
trica o al imaginarla"'-.
¿Cómo se traduce un descripto para dar lugar a un percepto
imaginado? Una forma de explicar esta transformación consiste en
suponer que el patrón auditivo eferente se transforma en un patrón
compuesto que alcanza las estructuras polisensoriales y activa un
patrón combinado que, a su vez, duplica la activación neuronal
visual excitada originalmente por el objeto mediante la activación de
los circuitos de divergencia. Esta tranformación percepto-
imaginado-descripto no es más que uno de los numerosos procesos
de la imaginación. Otro es la aparición de un percepto imaginado sin
que estén presente ni descriptos ni sonidos, sino estímulos de otras
modalidades (olores, impresiones táctiles, etc.). Esto implica que una
sim ple imagen puede ser evocada por varios estímulos que activen
presumiblemente patrones combinados similares capaces de abrir los
mismos circuitos de divergencia de modo que pueda aparecer una
activación neuronal simple que dé origen a la misma imagen.
L a c r e a c ió n d e l a e x p e r ie n c ia 47
P R O Y E C C IO N E X T E R N A D E P E R C E P T O S FREN TE A
P R O Y E C C IO N IN T ER N A D E IM A G EN ES
LA PARADOJA D E UN OBSERV A D O R
D E N T R O D EL SENSOR
IN T E R A C C IO N E S E N T R E PE R C E P T O S Y D E SC R IPT O S
Es vin hecho bien conocido que hay interacciones recíprocas entre los
perceptos y los descriptos^’. Las operaciones perceptuales (acuidad,
detalle, discriminación) están íntimamente relacionadas con el desa
rrollo del lenguaje, y el lenguaje se desarrolla como producto de las
operaciones perceptuales La existencia de esas interacciones
recíprocas suponen que las operaciones fisiológicas responsables de
la aparición de los descriptos (patrones compuestos y circuitos de
convergencia) pueden cambiar el estado fisiológico de las poblacio
nes de neuronas responsables de la aparición de los perceptos.
Una dirección de esas interacciones recíprocas perceptodescripto
ya ha sido discutida. La dirección opuesta (descripto-percepto) sólo
ha sido analizada respecto a la imaginación, aprendizaje y procesos
de recuperación. Sin embargo, aún no ha sido discutida la capacidad
de un descripto de cambiar ún percepfo. Hablemos de esas operacio
nes. La identificación de un objeto-estímulo suele llevar algún
tiempo. Incluso si el objeto es familiar, esa identincación no es
instantánea. Algunos resultados experimentales indican que ese
tiempo es de unos cientos de milisegundos^*. Si en los primeros cie
ntos de milisegundos la información aferente puede originar un
patrón compuesto, durante el tiempo restante esos patrones pueden
modificar el estado de activación de las neuronas y acompasar de
esta forma la representación del objeto- estím ulo. Los detalles de esta
interacción aún no son bien conocidos, pero posiblemente suponen
la potenciación de los patrones y la inhibición de los elementos repr
esen tacionales de forma que el objetoestímulo externo los halle con
un estado de excitabilidad cambiado y con una disponibilidad
la excitación diferente. Este cambió tiene que suceder tras los prim e
ros cientos de milisegundos transcurridos desde la presentación del
objeto-estímulo, y ése es el tiempo necesario para que surja un pa
trón compuesto que cambie el percepto evocado por el objeto-
estímulo aún presente.
Como conclusión, la manipulación unitaria y abstracta de la
información perceptual y motora se relaciona con la activación de los
patrones compuestos. Las interacciones entre esos patrones son la
base de fenómenos complejos tales como el aprendizaje, la unifi
cación abstracta de los perceptos, descriptos y órdenes motoras y
posiblemente el desarrollo y las características del yo.
5
Fisiología y naturaleza de
los procesos neuronales
PR O G R A M A S M IN IM O S Y A L G O R IT M O S
C IR C U IT O S D E CONVERGENCFA Y A L G O R IT M O S
LOS D E S C R IP T O S C O M O A L G O R IT M O S
C IR C U IT O S D E D IV E R G E N C IA Y A LG O R ITM O S
Uno de los aspectos más interesantes del tema que estamos tratando
es que puede ser sometido a control experimental. Se pueden realizar
56 J A C O B O G R I N B C R O - Z 'í l b e r b a u m
S IG N IFIC A D O F IS IO L O G IC O D E L P R E S E N T E
C A M B IO S PERCEPTÜALES R E L A C IO N A D O S CON
C A M B IO S EN LA D U R A C IO N D E L P R E S E N T E
E L A L G O R IT M O IN C LU SIV O Y
LA EX PA N SIO N D E L PR ESEN TE
neuronal que actúa como un modulador muy com plejo que transfiere
la estructura y la dinámica del cerebro al continuo espacio-tiempo.
P o r tanto, lo que llamamos realidad es la proyección de nuestra
propia naturaleza. El medio físico a través del cual tiene lugar esta
proyección es precisamente el campo neuronal. Ya que lo que apa
rece como materia es una distorsión del espacio-tiempo, el campo
neuronal puede asimismo ser concebido como el instrum ento usado
por el cerebro para materializar el espacio. En nuestra percepción de
la realidad, la materialización se presenta como el objeto que usamos
y con el que nos relacionamos.
La realidad, y esto incluye a la materia, es más una creación que
una reproducción. No somos espejos isomórficos que reflejan una
realidad externa e inmutable: con la activación de nuestros cam pos
n cu ro n ales cream os la experiencia.
El campo neuronal, hablando en términos generales, tiene la
capacidad de interactuar con el campo cuántico de forma continua y
congruente porque la organización del campo neuronal concuerda
con la organización del campo cuántico cuyos rasgos distintivos son
la convergencia de la información, el alto grado de conexión entre
las partes y la existencia de diferentes niveles de coherencia. A pesar
de la diferencia de complejidad, el campo neuronal y el campo cuán
tico comparten una organización común debido a que el cerebro ha
evolucionado como modelo del espacio. Esta característica de la
evolución del cerebro será tratada en los capítulos siguientes. En este
momento basta decir que, como espacio que es, el cerebro incluye
en su organización codificación convergente, alta conectividad y
diferentes grados de coherencia en sus estructuras. Pero el cerebro
no ha conseguido aún la plasticidad y la capacidad de convergencia
que tiene el espacio, aunque en su estructura estén contenidos los
mismos fundamentos de la estructura de éste.
A causa de los diferentes niveles de actividad cerebral (atómica,
iónica, eléctrica, electromagnética y química, por ejem plo), el campo
neuronal también tiene una inclusión variada e integral de niveles de
actividad energética. Podemos pensar que, como campo que es, el
campo neuronal es capaz de interactuar con todos los otros campos
conocidos en la física y de modificarlos. En este sentido yo concibo
el campo neuronal como una especie de fuerza unificadora con capa
cidades inimaginables. Una de ellas, la más im portante para noso
tros, es la creación de la experiencia.
8
Tiempo y conciencia
('•') Antes de tomar una docisión existen una gran cantidad de posibilidades. La
Jim dón de onda es una función matemática directamente relacionada con la proba
bilidad. Cuando se escoge una de las posibilidades, las demás se colapsan. A esto se
denomina colapso de la función de onda.
L a c r e a c i ó n DI3 IJV E X P E R IE N C IA 7J
LA IN C LU SÍO N C O M O B A S E DE LA E V O L U C IO N
LA C O N C IEN C IA EN LA C U SPID E D E LA EV O L U C IO N
M EM O R IA IC O N IC A , M E T A C O N T R A S T E , ESPA CIA D O
SE C U E N C IA L , C O N C IEN C IA Y P R O C E S O S D E IN C L U S IO N
Si las ¡deas que acabamos de exponer son ciertas, debe poder ser
comprobado. Afortunadamente hay un proceso que cuando se analiza
de forma adecuadada permite clarificar y concretar el significado
fisiológico y fenomenológico de los procesos de inclusión.
80 J A C o n o G r ín b u r o - Z y l b e r b a u m
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l a b a s e d e l a c o n c ie n c l v
IN T E R A C C IO N E S D E C A M PO S E N E R G E T IC O S
EN UNA ESTR U C TU R A
tación única del mismo ser consciente. Tal vez el desarrollo de los
nuevos patrones y campos inclusivos no sea más que la m anifestación
de diferentes niveles de complejidad de una energía única e idéntica.
La conciencia podría entonces ser concebida como un fenómeno
general y ampliamente extendido que se maniFiesta de diferentes
formas. Algo sim ilar debía pensar W undt cuando afirmaba que toda
entidad viva tenía conciencia; en lo único que difieren los procesos
conscientes es en su nivel de complejidad.
La experiencia y la conciencia son el resultado de al menos dos
procesos diferentes e interrelacionados. El desarrollo de los campos
neuronales, en prim er lugar, y los procesos lógicos de inclusión, en
segundo. La aparición de los campos energéticos neuronales y la
interacción entre ellos y algún campo elemental en la estructura del
espacio parece ser imprescindible a lo que sentimos que es la expe
riencia y la conciencia. El cerebro consciente es la conexión entre
nosotros y las organizaciones de la energía en el espacio. Somos una
manifestación de esas interacciones.
10
Transformación de la
actividad neuronal en
experiencia consciente
LA T E O R ÍA SIN T ER G IC A
TR A N SFO R M A C IO N D E LO S P A TR O N ES N EU R O N A LES
EN E X P E R IE N C IA
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O R G A N IZ A C IO N SIN T E R G IC A D E L C ER EB R O
C A M B IO S G R A V ITA C IO N A LES Y C A M PO N EU R O N A L
L O C A L IZ A C IO N D E LA E X P E R IE N C IA
ALTA COHERENCIA
T 3 P3
T 4 P4
T5 O 1
T6 O2
BAJA COHERENCIA
En las prim eras presentaciones del patrón era obvio que los
sujetos carecían de sensibilidad o de capacidad de discrim inación
puesto que no eran capaces de observar cambio alguno en sus
experiencias cuando cambiaba la m orfología de sus patrones elec-
troencefalográficos. Tras una pequeña práctica, los sujetos obser\'a-
ban una m ejora gradual en su situación hasta el punto que podían
sentir sutiles alteraciones subjetivas que empezaban a corresponder
primero a cambios mayores y luego a cambios menores de sus
patrones electroencefalográficos. Esta mejora en la discrim inación
produjo una creciente sensibilidad y capacidad de reconocer estados
internos.
Cuando se dominó esta sencilla técnica de retroalimentación, se
entrenó a los sujetos en una segunda técnica que denominamos
Técnica de Retroalimentación de los Potenciales Provocados (un
potencial provocado es la respuesta electrofisiológica del cerebro a
la presentación de un estímulo). En este caso se hicieron registros
occipitales sincronizando el barrido del osciloscopio con el disparo
de un destello de luz reflejado por una pantalla blanca. Se dijo a los
sujetos que estuvieran atentos a la luz y a su experiencia interna
durante su presentación, y que posteriorm ente observaran las curvas
de los potenciales provocados por el destello para relacionar
fínalmente la morfología de los potenciales provocados con la calidad
y las características de su experiencia interna. Cuando los sujetos
eran capaces de identiñcar y relacionar cambios en los componentes
de sus potenciales provocados con alteraciones de su experiencia
subjetiva, se introdujo una tercera técnica en la que se les enseñó a
modificar uno o dos componentes de los potenciales provocados
empleando cualquier medio de control consciente que supieran.
Durante la aplicación de la técnica de los potenciales provocados,
los sujetos inform aron sobre diferentes experiencias relacionadas con
la apariencia y modificación de la morfología de los potenciales.
Desgraciadamente las observaciones eran de naturaleza tan variable
que se podía decir muy poco sobre ellas excepto que había una
tendencia general a experimentar una cierta sensación de des
integración del sentido de los límites y diferencias a medida que el
sujeto se aproxim aba a los primeros componentes m orfológicos de
sus potenciales provocados.
Una vez que los sujetos fueron capaces de ejercer un grado
satisfactorio de autocontrol mediante la modificación consciente y
108 J a c o b o G r in b e r g - Z y l b e r b a u m
; I CORRELACION
JA interhemisferica
MA correlación
^ ______________interhemisferica
prueba 1 » ! prueba 2 PRUEBA 3
CORRELACION
2 PRUEBAS
□JA I ma
PATRONES DE CORRELACION
INTERHEMISFERICA
os
JA __ ___________
3 4l
OS
JA
5 (
OS
i....V-V. 4. - - • - ' i ' . .-V.i.
1.0
0 .9 -
0.8
O 0.7 -
ü 0.6
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LU 0.5
CE
DC 0.4
O
ü 0.3
0.2
0.1 -
5 6
PRUEBAS
JA
OS
PATRONES DE CORRELACION
INTERHEMlSFERiCA
............. E
JA
CORRELACION
21
C EX
Figura 11 La parte superior de la figura muestra los patrones de
correlación inlcrhemisfcrica de dos sujetos durante una situación
de control sin comunicación (C) y durante una sesión experimen
tal (E). El diagrama de barras de la parle inferior muestra la
media y la desviación estándar de las correlaciones de ambos
sujetos durante las dos sesiones. Se puede observar que el sujeto
que liene una correlación superior es el que ejerce mayor influen
cia durante la sesión.
L a C R ii/\C IÓ N DH l A GXTr;RIIINClA 117
118 J a c o b o G r in b e r g - Z y l b e r b a u m
CAMARA INSONORIZADA
Figura !•<
Cuadro 1
5,821 FT 14,556 FT
0,114 VT 0,470 VT
16,468 FD 16,240 FD
16,170 FI 15,531 FI
0,262 C 0,335 C
J 1---------- 1---------- L l — 1— 1 1 1
litMtfIWW— Wl
A B A A B
— 1_____ [ - J---------.---------1 1 • 1 1 L-
yWtUVMfViMVVV Aiwvy'V''**^
A B A B
Una vez que esto sucedía, ios niños podían percibir cualquier
material que se les presentara con una exactitud y precisión sorpren
dente. Generalmente la primera sesión en que aparecía el fenómeno
suponía una gran consumo de energía, los niños manifestaban claros
signos de cansancio y a veces se quejaban de un intenso dolor en sus
ojos. Este dolor y la fatiga asociada al mismo dism inuían en el
momento de la detección. En casos más avanzados la visión extra-
ocular no parecía im plicar un consumo especial de energía: los niños
podían detectar objetos sin ninguna preparación adicional con total
naturalidad y maestría.
Cuando los otros niños veían los resultados de sus colegas,
expresaban su deseo de participar y aprender ellos también. En estos
casos la activación del fenómeno parecía acelerarse. P or tanto,
parece que la ausencia de dudas sobre la existencia del fenómeno y
la confianza en el instructor facilitan el proceso.
Para tratar de establecer el grado en que la visión extraocular
sigue las leyes de la perspectiva y de la Gestalt de la visión ocular,
diseñamos el experimento siguiente: a un niño se le pedía que descri
biera el material que estaba viendo extraocularmenfe a medida que
se separaba este material de él sin decírselo. El niño describía sin
dudarlo el material como moviéndose, y no como que se estuviera
enpequeñeciendo o cambiando de otra forma: percibía el m ovimiento
como lo habría percibido con sus ojos. Continuamente se le presen
taban objetos en movimiento y siempre su detección y su percepción
eran extraodinariamente precisas.
Cada niño, al margen de haber tenido el mismo entrenam iento,
demostraba un estilo personal durante la visión extraocular. Una
niña, por ejemplo, hacía siempre rápidos movimientos de barrido con
sus dedos cuando se le presentaba el material porque decía que así
era “más sencillo y más exacto” . Un niño prefería las figuras al
material escrito. Otro prefería las letras a las fotografías. La lectura
de palabras solía realizarse gradualmente, comenzando con letras. En
general solían bastar unos minutos para que el niño comenzara a leer
palabras completas (o a verlas, en el casos de textos escritos en
lenguajes desconocidos para el niño) y posteriorm ente alcanzaba una
velocidad de lectura similar a la que tenía cuando usaba los ojos.
Dos niños fueron la excepción de esta regla porque su velocidad de
lectura y su interés aumentaron con el uso de la visión extraocular,
lo cual les fue enormemente beneficioso en sus tareas escolares.
L a CREACIÓN D E LA EX PER IEN C IA 137
siem pre que haya una excitación del patrón de interferencia entre los
campos cuántico y neuronal dentro o fuera del cuerpo. A este res
pecto, cabría pensar en ía posibilidad de que la interacción entre ¡os
campos esté focalizada por un factor hipotético de direccionalidad,
responsable de la activación de experiencias localizadas.
Sin las restricciones impuestas por un campo neuronal orientado
visualmente, las imágenes que resultan de una interacción directa
entre el procesador central y el campo cuántico están relacionadas
tanto con un nivel normal de la realidad como con niveles que tras
cienden lo habitual. Por consiguiente, es concebible que personas que
hayan aprendido a interactuar directamente con el campo cuántico
sean capaces de detectar inform aciones muy sutiles y de afectar
directamente el campo cuántico y, de esta forma, la realidad física.
U n ejemplo de esa capacidad es el fenómeno que hemos llamado de
visión intracorporal en niños entrenados para la visión extraocular.
El acceso a diferentes niveles de la realidad depende del nivel del
campo cuántico en que tiene lugar la interacción. El fenómeno se
asemeja al de activación y transform ación de los patrones cimáticos.
La imagen visual puede ser concebida como un cierto tipo de patrón
orgánico cimático-sintérgico que cambia durante el fenómeno extra-
ocular cuando los niños con los ojos vendados establecen un contacto
directo con cristales de cuarzo. Las imágenes visuales extraoculares
se focalizan y se clarifican con el uso de cristales de cuarzo, y las
fotografías bidimensionales parecen adquirir una tridimensionalidad
cuando los niños tienen en su mano unos cristales de cuarzo. De
forma sim ilar, en la cimática, ios patrones bidimensionales se hacen
tridimensionales cuando el campo vibracional que interactúa con el
medio aumenta sü frecuencia * . Es probable que el campo neuronal
cambie su estructura durante la interacción con el cristal que aumenta
su Sintérgia y su coherencia provocando un efecto análogo al cimá-
tico de transformación dimensional.
La coherencia interhemisférica posiblemente aumente con el uso
de cristales de cuarzo, efecto que se relaciona con la mejora que
hace el procesador central de la capacidad de manejar el factor de
direccionalidad. El procesador central puede ser concebido como 1a
fuei-za que es capaz de transform ar patrones de energía en experien
cia consciente. El factor de direccionalidad es una emanación del
procesador central. Si el procesador central es una función guestál-
tica y no localizada, entonces el factor de direccionalidad sirve para
148 Ja co bo G r in b e r g - Z y l b e r b a u m
O R B IT A L E S D E LA C O N C IEN C IA
E L PR O C E S A D O R C EN TR A L
C O N S ID E R A C IO N E S FISIC A S Y F IS IO L O G IC A S
N A TU R A LEZA D E L PR O C E SA D O R C E N T R A L
C O N C IE N C IA D E UNIDAD
P SIC O F IS IO L O G ÍA D E LA CO N C IEN C IA
E L A T R A C T O R EX TR A Ñ O D E L
FU T U R O ID E A L D E L H IP E R C A M P O
fuera del tiempo. Esta acción es atractiva, sim ilar a la atracción que
ejerce un imán sobre las sustancias férreas. La existencia de fuerzas
universales de la Naturaleza, como la de la gravedad, im ita al prin
cipio de la conciencia. P or tanto, no es extraño que haya sido posible
obserN’ar cambios gravitacionales relacionados con modificaciones del
grado de unificación cerebral, como vimos en el Capítulo I J .
En lenguaje cotidiano, la energía vitalizadora del atractor extraño
del ideal futuro del hipercampo también recibe el nom bre de amor.
El am or tiene asimismo diferentes niveles, desde el puram ente inter
personal hasta el am or universal.
El auténtico líder de conciencia ha alcanzado la cúspide de la
experiencia universal del am or y dispone de poder suficiente para
activar el am or en el hipercampo y en las conciencias individuales.
El nivel de la experiencia amorosa individual activada depende de la
distancia de la conciencia individual al centro del atractor extraño,
o sea, que esta experiencia también se relaciona con la capacidad de
unificar.
Como resultado de lo que acabamos de decir, el líder auténtico
capaz de experimentar la Conciencia de Unidad puede reconocer el
mencionado atractor extraño y funcionar en el nivel de conciencia
que sirva como polo atractivo para el resto de los campos neuro-
nales. Podemos decir que representa el Yo en que serán convertidos
los otros y coexiste simultáneamente con ellos. Su conciencia baña
el hipercam po, afectando a todos los campos neuronales con los que
interactúa.
Sin embargo, la existencia de un guía de la conciencia no basta
para activar en las especies el atractor extraño del ideal futuro del
hipercam po. Es necesario que los hombres estén preparados para
recibir su influencia. Los sistemas educativos de todo el mundo
deberían responsabilizarse de esta preparación, cuyo éxito también
dependerá de los líderes de la conciencia.
Cuando hablamos de la necesidad de un líder no nos referimos
necesariamente a la existencia de ninguna persona en particular. El
liderazgo puede ser compartido. El atractor extraño tiene su origen
en el propio hipercampo, razón por la que su influencia actúa invisi
blem ente sobre las conciencias individuales. El grupo de campos
neuronales lo alimenta y, cuanto más sintonizados están con su in
fluencia, más crece esta influencia. La existencia de un líder perso
nalizado no es necesaria si hay un porcentaje significativo de la
L a C R E A C IÓ N D E L A E X P E R IE N C tA 167
C O N C IE N C IA D E UNIDAD
L A E ST R U C T U R A D E L H IP E R C A M P O
P S ÍC O FIS IO L O G IA D E LA C O M U N IC A C IO N
SESIONES
PATRONES DE CORRELACION
ENTRE SUJETOS
Control Inicial
Grupo Experimental
Pareja Experimental
Control Final
v->'yVVvAw^
Control
Inicial
Comunicación
del Grupo
Control
Final
P S IC O FIS IO L O G ÍA DEL PO D E R
Nueve aproximaciones al
estudio de las relaciones
entre eventos
I. CA M B IO S D IM EN SIO N A LES
l í . LA EX PA N SIO N D E L P R E S E N T E
I l í . C IM A TIC A
IV . N E U R O A L G O R IT M IZ A C IO N
V. LA T E O R IA SIN T ER G IC A
V IÍÍ. S IN C R O N IC roA D
C.G . Jung intentó explicar las relaciones entre eventos a las que no
se les puede adjudicar causas objetivas mediante un principio, la
sincronicidad, que se puede definir como un principio acausal de
conecíividad entre eventos Lo que comúnmente se denominan
casualidades debidas al azar, para Jung representaban instancias de
sincronicidad.
El principio de sincronicidad incorpora la conciencia al análisis
de las relaciones entre eventos considerándola como el fundamento
conector entre éstos. La conciencia, sin embargo, no se reduce a la
función de darse cuenta sino que se considera como un reino genera
lizado de existencia. La descripción que sigue es responsa-bilidad del
autor del presente libro por lo que tal vez no esté de acuerdo con ¡as
ideas de Jung o de cualquier otro pensador.
A partir de Descartes (1637), la realidad se ha dividido en dos
reinos separados e independientes; el de la materia por un lado y el
de la conciencia o la mente por otro. Ha sido tan potente este dua
lismo que en Occidente se le considera como un principio objetivo
y no como un producto conceptual. De esta forma, para el occidental
es claro que atribuirle conciencia a la materia es tan erróneo como
considerar que la materia y la conciencia son una y la misma rea
lidad.
Desde mi punto de vista esta concepción occidental es errónea
por las siguientes razones:
IX . E L OBSERV A D O R
1842.
63. Neisser, U. Psicología Cognitiva. México: Trillas, 1985.
64. N orbu, N. The Cycle o fD a y and Night, Oakland; Zhang Zhung,
1984.
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L a c r e a c ió n d e i a e x p e r ie n c ia 215