Fidelidad y Transparencia

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Tema 3

FIDELIDAD VS. TRANSPARENCIA. LA EQUIVALENCIA.


Los conceptos de fidelidad y transparencia son cualidades que se ha observado como ideales a tener
en cuenta en la traducción: son dos métodos ideales para traducir.
Se trata de buscar el punto medio/el equilibro de la traducción que está fiel al texto de partida
tratando de utilizar el mismo sistema sintáctico o utilizar una variante que por aproximación sea la
transparencia del texto de partida.
El sentido de la transparencia está en el hecho de tratar de sobreponer un texto al otro sin lograr la
fidelidad, pero tratando de hacer encontrar en el texto de llegada las mismas características
presentes en el texto de partida.
Entonces, la transparencia se logra en un texto de llegada que sin tener las mismas características
del texto de partida, lo haga simil al anterior (que haga hacer presente el texto de partida en el texto
de llegada).
La transparencia contra la fidelidad se logra a través de una equivalencia del texto.
Tanto la fidelidad como la transparencia son dos cualidades válidas del texto de llegada, son dos
recursos que utiliza el traductor para llegar a la transposición del texto.
La fidelidad representa una transposición lo más fiel posible al texto de partida, ofreciendo el
significado exacto del texto de origen tratando de construir un texto similar al de partida sin
distorsionarlo.
La fidelidad tiene un inconveniente: si el traductor se esfuerza en no alterar el texto de partida
sencillamente en traducirlo, puede caer en la extranjerización del texto.
Entonces la fidelidad tiene como inconveniente la creación de un texto del texto de llegada que
refleje las características del texto de partida, pero sin mantener las características propias de la
lengua de llegada. Ejemplo: el riesgo es escribir un texto en español (texto de llegada) que tiene el
“sabor” de la lengua italiana (texto de partida).
En contraposición a la fidelidad tenemos la transparencia.  “Transparencia” significa que el
texto de llegada se parece al texto de partida tanto que parece que fue escrito por un nativo de la
lengua. A través de la transparencia logramos ajustar la fraseología (la utilización de la fraseología
hace la traducción de ideas). La transparencia no es un texto idéntico, porque el traductor ha sabido
utilizar la lengua de llegada como si hubiera sido el escritor.
Se dice que inicialmente la característica principal de una traducción es que sea fiel.
Si queremos hablar de una traducción fiel, tenemos entonces que hablar de una traducción que
refleje las características del texto de partida en la lengua de llegada. Se dice que una traducción
que cumple el requisito de la “transparencia” es una “traducción fiel”, mientras una traducción que
cumple el requisito de la “fidelidad” es una “traducción ideomatica”. Las dos cualidades no son
necesariamente excluyentes entre sí.
Tanto los criterios para medir las transparencia como los criterios para medir la fidelidad son
muchos.
Si el texto de partida “suena mal”, no se cumple la transparencia y en una traducción hecha por un
especialista, esto se trata de desbalanzar la transparencia y la fidelidad.
Sin embargo un caso tal es el sistema de traducción automática, porque no tiene en cuenta la
pluralidad de los aspectos semánticos. Entonces un sistema automático de traducción da un
significado, que puede no ser correcto por el tema tratado. El traductor automático carece del
sentido de selectividad.
Otra característica de la transparencia es la utilización ideomatica del texto: la utilización de un
proverbio o de una frase hecha que sea equivalente a la de la lengua original.
Una dificultad importante que encuentra el traductor son los culturemas, es decir las palabras de
una realidad cultural que pertenece al texto de partida y que no encuentra su similar en el texto de
llegada. Hay 3 tipos de culturemas:
1. geográficos: por ejemplo no hay similares de la Patagonia
2. etnográficos: de moda (ej. papillon,smoking), artisticos, religiosos, culinarios (ej. pizza, paella,
kebab, würstel)
3. sociales/historicos y politicos
Un buen traductor trata de encontrar la equivalencia entre la palabra/frase del texto de llegada y del
texto de partida. El primer autor que utilizó el término “equivalencia” fue Jakobson (un lingüista),
que analizó el término desde un punto de vista lingüístico, afirmando que la equivalencia absoluta
no existe.
Se empezó a hablar de equivalencia en los años 60 y en el desarrollo de este concepto en la
traducción se dividen dos periodos:
- Hasta la fin de los años 70: este concepto se desarrolla
- Entre los años 80 y 90: se desarrolla y se implanta como un sistema que valoriza la tendencia que
va hacia la fidelidad del texto y la tendencia que la transparencia (hacia una traducción liberal) del
texto.
En estas dos formas de traducción se contraponen dos elementos importantes:
1. La traducción que va hacia la fidelidad se convierte en una traducción literal (no significa
traducción literaria!!)
2. La transparencia hace de la traducción un hecho dinámico que se mueve hasta lograr la
equivalencia.
La equivalencia utiliza mucho el carácter subjetivo de la lengua, es decir el análisis de las
características lingüísticas y psicológicas del texto.
Entonces el traductor influido por su conocimiento lingüístico hace que el traductor dé al texto de
llegada su propia personalidad. Es decir, a través del conocimiento de la lengua y de la cultura y a
través del subjetivismo, el traductor logra establecer la equivalencia y construir un texto propio (un
texto que pase a través de su personalidad, pero que no excluya la personalidad del autor).
El traductor en la creación del texto de llegada tiene que tener en cuenta quien es el receptor.
Para que un texto llegue al destinatario es necesario conocer la cultura y el receptor, el texto original
y que técnicas aplicar traducirlo.

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