Muerte
Muerte
Muerte
“Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. (1ªTs.
4:18).
“Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí, que era bueno en
gran manera”. (Gé. 1:31)
Y ¿no es así?
De ninguna manera.
¿Qué hay después de la muerte?
Jesús nos habla del cielo y del infierno. Y de éste último dice: “Si
alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su
frente o en su mano, también beberá del vino de la ira de Dios, que
ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con
fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el
humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen
reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen,
ni nadie que reciba la marca de su nombre.” (Apocalipsis 14:9-11).
“He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así
el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. El alma que
pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el
padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y
la impiedad del impío será sobre él. Por tanto yo os juzgaré a cada
uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor”.
(Ezq. 18:4,20,30-32).
“Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la
verdad muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu”. (1ªPd.
3:18).