Método de Ensayo Eric Ericson
Método de Ensayo Eric Ericson
Método de Ensayo Eric Ericson
MÉTODO DE ENSAYO
(Por Eric Ericson)
El director se prepara
Una de las cualidades necesarias de un director es la habilidad para lograr su concepto de una pieza
coral en un corto tiempo de ensayo eficiente. Para facilitar ésto, el director debe llegar al ensayo con
un concepto musical definido y un completo dominio técnico de la obra que va a ensayar. Un director
no puede aprender una pieza en el ensayo sin perder tiempo. Además, si es incapaz de aprender la
partitura- o es, tal vez, sólo “vago”- el repertorio estará limitado a obras que cantan otros coros.
¿Cómo preparas una nueva obra coral? Si has tenido práctica, posees buen oído y una larga
experiencia, simplemente la lees. Este es el ideal: el oído interno no solamente oyendo las notas
correctas que lee el ojo, pero también transformando la música en sonido coral.
El primer paso es asegurarte de que puedes cantar cada parte. Usa tu mano para reflejar la obra en
movimientos rítmicos simples. La mano debe aprender a reflejar fielmente la intención musical.
Siéntate al piano y chequea la exactitud de tus intervalos, poniendo especial atención en la entonación.
Esto te ayuda a prepararte para ensayar la pieza sin instrumentos. Analiza las dificultades de la pieza y
llega a un concepto de tempo e interpretación. Es esencial la completa familiaridad con la obra; un
director de coro que no puede cantar cada parte correctamente y sin vacilación no puede ser un
maestro habilidoso y eficiente.
Es considerablemente más difícil para el oído interno aprender a oír el sonido completo de la pieza,
que oír las partes individuales. Si ves que tu habilidad para leer y escribir verticalmente es limitada,
comienza cantando los acordes en voz alta y chequéalos en el piano.
Ejercita los saltos entre diferentes partes lentamente para forzarte a leer y pensar múltiples partes al
mismo tiempo. Es, por supuesto, aconsejable tocar todas las partes simultáneamente. Pero hazlo en
combinación con alguna actividad vocal para llegar a una manera vocal de tocar. Recuerda, cuando los
2
martillos en el piano golpean las cuerdas, es un hecho solo remotamente conectado con su producción
vocal. Trata de tocar en un tono tan suave y “cantante” como sea posible, para que lo que tocas sirva
de soporte al concepto vocal. Toca las partes corales todas juntas, pero cántalas parte por parte.
Toca una de las partes y canta una segunda hasta que hayas dominado todas las combinaciones
posibles.
Si estas preparando una pieza a cuatro voces, trata de tocar tres de las partes y cantar la cuarta. Esto
puede presentar algunas dificultades, pero lo fuerza a uno a pensar tanto melódica como
armónicamente y a tomar conciencia de la entonación en todo momento.
6. Dar el tono
Usa un diapasón para dar el tono. Al preparar la obra, toma conciencia de todos los lugares desde los
que querrías comenzar el ensayo.
Ahora, practica moviéndote de una parte a otra, una vez más en el tempo correcto. Este ejercicio tiene,
por supuesto, su lugar natural en piezas “imitativas”, donde uno canta una serie completa de entradas.
Intentando cantar las entradas, el director puede percibir los problemas que pueden surgir para el
coreuta que tiene dificultades para conectar con la entrada previa.
Elabora una guía de director, es decir, marca tu partitura con una línea que va de arriba hacia abajo de
la partitura, haciendo hincapié en todas las entradas y dinámicas importantes que deben ser
observadas y apuntadas por el director. Ahora canta la partitura además de dirigir con ella.
Si las partes del coro son particularmente complicadas en su entramado, anota una parte de piano
para condensar lo que es melódica y armónicamente importante en la partitura. El proceso de anotar
una parte de piano además de analizar la música armónicamente es muy reveladora y especialmente
útil cuando se estudia el contrapunto de la música coral del siglo XVII.
Practica dirigir toda la partitura, dando los pies para las entradas, frases y articulación. Al mismo
tiempo, memoriza la obra y trata de imaginar el sonido coral ideal. Trabaja hasta que domines la
3
dirección requerida para la pieza, de modo que estés libre para concentrarte en el sonido del coro en el
ensayo.
Una vez que te hayas preparado meticulosa y claramente, y sepas cómo quieres que se articule y
frasee la obra, puedes ir a tu primer ensayo con toda confianza; ahora tienes la habilidad técnica para
comunicar tus ideas al coro. Al trabajar para obtener el sonido ideal de un coro, recuerda que se
desarrolla a partir de la experiencia individual de cada director con el canto coral, experiencia que se
digiere y se desarrolla en el propio concepto de sonido. En consecuencia, aprovecha cada oportunidad
de escuchar canto coral de buena calidad. Los mejores coros del mundo están a tu alcance a través de
grabaciones, también recomendaría que cada director de coro escuche, estudie y ejecute música
distinta de la música coral. Ciertamente, los sonidos de las flautas dulces y cuerdas del siglo XVII son un
ejemplo para la correcta articulación y fraseo de la música coral del mismo período. De esta manera
uno puede aprender mucho sobre los estilos vocales de Bach, Haydn, Brahms y Hindemith estudiando
y escuchando sus composiciones no corales.
EL Primer Ensayo
La impresión completa.
Es muy importante poder darle al coro una imagen musicalmente convincente de toda la pieza con la
que se está por trabajar. Puedes contarles sobre el compositor y el estilo de la obra además de discutir
el significado del texto.
El texto
Aborda la obra aislando sus dificultades. Por ejemplo, comienza haciendo que el coro lea el texto
rítmicamente. Mantén la lectura en un modo ligero/liviano, semi susurrado (tarareado) y rítmico, ya
que esto llevara orgánicamente al canto. Después de esta preparación inicial del texto y el ritmo, el
paso siguiente podría ser, hacer que el coro cante la pieza en una nota única de recitación para hacer
hincapié en la conexión entre el texto y las notas.
La melodía.
Haz que el coro cante la melodía al unísono dondequiera que esta aparezca en la obra. La
aproximación general del coro a la pieza seguramente mejorará a partir de esta experiencia con la
melodía. En este punto, definitivamente aconsejo no ensayar parte por parte con el piano. Si después
de una pasada más hay una oportunidad remota de que el coro pueda cantar una parte fácil de la pieza
sin usar el texto y el soporte instrumental, inténtalo. Si la obra tiene carácter legato, podrías cantar
“no” o “mo”, si la pieza es rítmica, prueba “bo”. Ahora si me dices “Mi coro no lee música”, me gustaría
responderte que probablemente nunca lo hará si no les das a los cantantes la oportunidad de tratar de
4
leer música sin soporte instrumental. Está preparado para que los intervalos salgan mal algunas veces.
Con la escucha activa, el oído interno logra práctica y experiencia. Esto no puede suceder si la parte
solo es arrastrada por un piano pesado.
El tempo de ensayo en piezas rápidas debería ser lo suficientemente lento para que la vista y el oído
puedan concentrarse en cada intervalo. Para evitar la confusión, es mejor comenzar con un tempo
realmente lento en lugar de reducirlo solo levemente. Sin hacer caso del tiempo, es absolutamente
necesario que cada paso del ensayo sea hecho con un pulso vivo y rítmico. Los ritmos descuidados en
las etapas iniciales del aprendizaje de la obra siempre se revelarán después en una falta de sentimiento
rítmico y disciplina, y son tan irrazonables como ignorar las alteraciones de una obra.
Si el director puede crear un sentimiento fuerte e independiente por el ritmo en el coro, esto lo
ayudará en todos sus esfuerzos posteriores: las consonantes se ubicarán bien, los intervalos tendrán
vida, cantar juntos se sentirá natural, la producción vocal se relajará con mayor facilidad rítmica, etc.
En las etapas iniciales de lectura de la pieza, el coro puede tener algunas dificultades para mirar al
director. Una solución podría ser golpear la batuta suavemente en el atril o usar un suave aplauso. Los
golpes muy torpes y pesados (generalmente creados por la estampida del pie) tienden a matar el
verdadero sentimiento rítmico.
Si la pieza es tan difícil que corres el riesgo definitivo de fallar al usar el método arriba indicado,
entonces, por todos los medios, ensaya las partes separadamente. Pero asegúrate de que tienes en
cuenta los principios sugeridos. El director de un coro aficionado no puede pretender ser un maestro
exigente. Hasta puede ser necesario enseñar de memoria. Trata de aplicar las simples reglas que
aplicas cuando le enseñas a un bebé a caminar. Puedes tener que dejar que el coro cante con el líder
dando el ejemplo (sosteniendo él bebe en brazos). La próxima vez, procederás con menos soporte
(“tomando la mano del bebe) y, eventualmente, los cantantes estarán casi solos (“dejar que él bebe se
tome de un dedo). Así que, sin fracasos deprimentes, pero no tanto soporte que el esfuerzo por leer
música se diluya completamente. Si practicas cada parte poco a poco, siguiéndola y cantándola juntos,
entonces tendrás a todo el coro ocupado la mayor parte del tiempo sin demasiada espera ociosa. Es
por supuesto, bueno hacer que el coro siga el ensayo de cada parte. Esto estimula la familiaridad con
las líneas completas de la melodía y proporciona práctica en lectura musical escuchando y mirando.
Bajo ciertas circunstancias, es de ayuda hacer que todo el coro cante cada parte de la partitura.
También es una buena idea poner una fermata (calderón) en ciertos acordes para darle al coro la
oportunidad de escuchar cuidadosamente y dejar que cada parte encuentre su función vertical en
relación con otras partes.
5
La estructura de la obra debería determinar cómo se van a ensayar las partes. A menudo, con polifonía
extensiva, uno tiende a desarrollar cada parte cuidadosamente antes de reunir todas las partes. Sin
embargo, en una pieza construida sobre acordes (homofoníca), puede ser de ayuda combinar las
partes en diferentes combinaciones de partes, que ensayen juntas de acuerdo a la estructura de la
pieza, es decir, cantus firmus con las más móviles de las otras partes, partes imitativas y canónicas unas
con otras, las partes externas con bajo general, luego las partes acompañantes juntas, etc.
Variación
Es importante alternar entre el trabajo con detalles y la experiencia de la impresión general, para
mantener el interés de los cantantes. En efecto, el ensayo puede convertirse en una apasionante
exploración en la música. Sin embargo, si una cuerda del coro tiene problemas extensivos, no dejes a
todo el coro sentado y esperando mientras esa cuerda aprende su parte. Es mejor llamar a un ensayo
extra para esa cuerda en particular.
Tocando el piano.
Es mi firme convicción que usar demasiado piano en un ensayo puede destruir la calidad de sonido de
un coro así como su habilidad para leer música. En consecuencia, recomiendo tan poco
acompañamiento del instrumento como sea posible. Sin embargo, hay situaciones en las que
recomendaría usar un instrumento. A veces, uno encuentra intervalos en una pieza coral que son muy
difíciles de cantar porque son armónicamente difíciles. Podría ayudarle si primero tocas la parte,
acentuando los intervalos difíciles y luego haces que el coro cante mientras tocas las armonías
“explicativas”.
La mayoría de las piezas corales en la música del siglo XIX derivan de partes de piano, tal como la
música del barroco generalmente deriva de su parte de bajo. En estos y otros casos similares, creo que
el soporte de un instrumento no solo facilita el aprendizaje, sino que es musicalmente necesario y
deseable (sin embargo, el ensayo de los detalles finos debe hacerse a capella). Aún al trabajar con
nueva música coral complicada, recomiendo algún soporte instrumental, desde un punto de vista
psicológico. Sin embargo, la condición debe ser que el piano se toque con mucha habilidad musical y
técnica, y con mano liviana. Los cantantes no deben depender del piano, pero deberías usarlo en
cambio, como un control sobre sus propias iniciativas musicales.
Cantando juntos
Cuando el ensayo de la parte individual termina y el coro está listo para cantar juntos, comienza
cantando de una manera completamente relajada, rítmicamente y en la dirección del sonido. Evita
demasiada interpretación en una etapa en la que el coro todavía está leyendo las notas. Eso hace que
el canto sea muy incómodo y podría retrasar el aprendizaje de la pieza. Además, por ahora, niega la
dinámica fuerte de la pieza. Es más fácil darse vuelta con menos dinámica en esta etapa para liberar el
6
sentimiento del sonido coral y de los ritmos. Intenta evitar cantar la pieza una y otra vez sin ninguna
motivación y explicación del porqué. Aquí el oído del director se pone a prueba. Personalmente creo
que hay que detenerse en cuanto aparece un intervalo errado. Cuando corrijas al coro, deberías
nombrar el intervalo y completar la imagen cantándolo. Luego, asegúrate de que la parte está bien
antes de ponerla en su entorno nuevamente. Trata de evitar darle todas las correcciones al coro
después de que haya cantado la pieza. Un coro puede muy raramente retener más que unas pocas
correcciones. De todo lo dicho, parece que se deben corregir sólo las notas erradas. Naturalmente, se
debe prestar muchas atención al fraseo y la articulación desde los primeros momentos de ensayo, pero
el director debe ser muy cuidadoso al elegir qué corregir y cuándo. Así que, evita perder demasiado
tiempo dando forma a un detalle en una parte, mientras dejas pasar errores más serios en otra parte.
Calidad de interpretación.
Ahora bien, es mucho más difícil aconsejar sobre cómo transformar meramente el canto adecuado en
algo que tiene calidad artística y musical. Es más fácil señalar las cualidades para que una
representación coral sea buena: intensidad de frase, claridad de articulación, expresión musical del
texto, creación de un buen sonido coral, la diferencia de sonido, una actuación dinámica y vívida y , por
supuesto, la musicalidad general de la actuación. Pronto te darás cuenta de que diferentes directores
llegan al mismo objetivo de maneras diferentes y por diferentes medios. Un director podría inspirar a
su coro para que tenga una maravillosa actuación, simplemente por su apasionante análisis del texto.
Otro, podría alcanzar el mismo resultado ensayando los detalles técnicos de las notas. Un tercer
director podría dar ejemplos tan vívidos cuando canta y toca la pieza para su coro que se quedarán
excitados y simplemente imitarán lo que él ha hecho. Aún otro director usará su técnica de golpes
instructivos y expresivos para reemplazar muchas lecturas verbales. De más está decir que ningún
director puede trabajar únicamente en una línea u otra. La técnica perfecta por sí sola, no puede
transformar a un coro ignorante o con poco ensayo en uno bueno. De manera similar, las instrucciones
verbales valiosas e inspiradoras pueden perderse completamente o destruirse por el uso de una
técnica de dirección pesada. A veces, ni el golpe enérgico, ni una descripción atractiva del texto harán
que el coro cante el acento o el acorde correcto. La única solución podría ser describir técnicamente el
tratamiento vocal de la fuerza de una consonante o del encuentro de dos vocales.
Aún cuando el director ha desarrollado sus propias fortalezas, tiene una mejor probabilidad de llegar al
mejor resultado cuando conoce cómo usar su imaginación para combinar todas estas instrucciones
fundamentales.
Por último, algunos puntos de vista sobre cómo planificar un ensayo. Si estás ensayando para un
concierto, trata de distribuir la obra por un período largo de tiempo, de modo que no tengas que
trabajar con la pieza por más de 15- 20 minutos por vez. La pieza podría aún descansar completamente
7
por unos pocos ensayos, o simplemente ser cantada directamente. Te beneficiarás con el proceso de
maduración y el coro no correrá el riesgo de aburrirse con la pieza. A pesar de esto, si sientes que una
pieza comienza a “desgastarse” y, aunque completamente ensayada carece de sentimiento de
conjunto, prueba algunos de los siguientes recursos para estimular la escucha que es una parte tan
esencial del buen canto coral: pon el coro en un círculo, o para un cambio, pon los tenores y bajos
delante de las sopranos y contraltos. Y una táctica aún más eficiente es poner el coro en cuartetos.
Cambios como éstos forzarán a cada cantante a escuchar a las otras voces.
Cuartetos.
Prueba dividir el coro en grupos (cuartetos dobles o aún cuartetos simples) y deja que los cantantes
canten unos a otros. Esto agudiza la ambición y la concentración de cada individuo. Siempre hay riesgo
de que alguien se sienta incómodo, pero, por lo otro lado, creo que a un cantante de coro le gusta el
desafío personal y, en consecuencia, este método le será valioso. Además, el método expone una
confianza de parte del director, que a menudo aumentará la confianza del cantante en sí mismo. Aún
más, es más deseable hacer que el coro cante en tantos entornos como sea posible. Todo buen coro
debe aprender cómo ajustarse a oír su sonido en diferentes salas, por supuesto, es importante que
tenga amplias oportunidades para familiarizarse con un nuevo entorno acústico antes de un concierto.
Cambiando la Tonalidad.
Otra forma de estimular los oídos del coro es cambiar ocasionalmente la tonalidad de una pieza. Hay
por supuesto, obras que no pueden ser transpuestas debido al rango o a cualidades sonoras especiales,
particulares de la tonalidad escrita, pero muchas se prestan a la transposición.
El Resultado.
La clave para ensayos divertidos y productivos radica en la habilidad del director para conducir al coro
con energía y buen ritmo hacia cualquiera que sea el objetivo musical.
El director debería hacer sus planes para el ensayo siguiente mientras tiene el último todavía fresco en
su mente. La mayoría de los cantantes quieren trabajar, pero sólo si la obra parece significativa y
muestra algún resultado. Un director con una fuerte voluntad musical, que muestra confianza en su
coro al ser valiente con su repertorio y al exigir el buen progreso en los ensayos, generalmente verá
que se está avanzando. La afirmación “Mi coro nunca podrá cantar esta pieza”, aunque dicha
comúnmente, solo se refleja en el director. Ser un buen director implica una responsabilidad tanto
hacia la música, como hacia su instrumento viviente - los cantantes - que están invirtiendo tiempo y
esfuerzo en la alegría de hacer música y la están haciendo bien.