Revista Pedagogica Argentina 1889

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REVISTA

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PEDAGOGICA ARGENTINA.
TOltiO 11.
Año 1889.
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PEDAGOGICA ARGENTINA.
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CENTRO UNION NORMALISTA.

TOMO II.
CORRESPONDIENTE AL AÑO 1889 .

BUENOS AIRES.
IMPRENTA oE JuAN A. ALSINA, M"Exroo 1422 ( ÁNTES 634-).

1889.
,
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA.
ÓRGANO DEL OEN'rttO UNIÓN ~ORniALISTA.

Año H. Enero de 1889. Nt'un. XIU.

PRIMER ANO DE LABOR


Al empezar con este número, nuestro segundo afio de tea-
bajo, cumplimos con el grato deber de saludar á nuestros
colegas tanto nacionales como extranjeros, que por medio de
su palabra y ~jemplo nos han infundido animación y valor
para proseguir nuestra escabrosa tarea.
Muchisimos fueron los obstáculos con qu~ hemos trope-
zado en este primer año de v'da, pero todos han sido de
efectos contraproducentes, pues en vez de hacer bambolear
la base sólida en que descansa esta Revista, no han servido
más que para asegurar con nnevos elementos su estabilidad,
como lo demuestm palpablemente los adelantos y mejoras
que se han introducido, guiados por el pl'imer año de espe-
riencia y con el ánimo de corresponder lo más dignamente
posible, á la favorable acogida y protección decidida que in-
merecidamente nos han dispensado nuestros amigos: los maes-
tros argentinos.
Defensores como el que más, del magisterio nacional, cree-
mos haber seguido el programa que nos hemos impuesto, u
levantar nuestra débil voz para aplaudir las medidas tomada~
por las autoridades escolares, cuando las creiamos justas
como al observar y rebatir las que á nuestro juicio eran
acreedores á ello; en una palabra, en la Revista Pedagógica
Ar,qenEina, sostenida exclusi varnente pOl' los maestros, sin te-
ner ¡ninguna ingerencia las autoridades directa ni indirecta
rl]ente, ha nacido y crecido independientemente, pronta para
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decir la verdad, como hasta ahora lo ha hecho; y debido pre-
cisamente á esto es la simpatía de que goza entre los maes-
tros .
Como verán nuestros lectores, este número va con aumento
de páginas habiéndose introducido algunas secciones nuevas
que dan más variedad y se seguirán introduciendo otras á
medida que sean necesarias.
Antes de terminar, pennítasenos enviar una palabra de
sincero afecto á los amigos y demás personas que nos han se-
cundado en nuestras tareas, honrándonos con sus produccio-
nes. Reiteramos nuevamente el ofrecimiento á todos los
maestros y amigos ele la educación poniendo á su disposición
las columnas de la R evista Pedagógica Argentina.

LA DIRECCIÓN.

ESCUELA "CENTRO UNION NOlUfALISrrA"


El 22 del pasado mes, tnvo lugar la distribución de certifi-
cado. á las alumnas que rindieron exámenes satisfactorios en
la Escuela del Cent?·o Unión Normalista.
Á ln 8 él e .la noche se encoutra ban los salones de cla-
se y los patios completamente llenos de una selec.ta coucu-
n·cncia, compuesta en su mayoría de miembros del personal
doeente de las esencias de ln Capital que ávidas de eaban
pnl par la realidad de la existencia de esta escuela, pues para
mn<"hOA era un problema muy élifícil ele re. olvcr, por cuanto
ni los Uons~jos Escolares lo hauian podido cumplir, no obs-
tante que, desvirtuando el objeto lle su fundación se daban en
las escuelas nocturnas conocünientos profesionales.
El Centro «Unión Normalista», cuyos miembros son todos
pr f'esores ó maestros normales impulsados por patrióticos
sentimientos, decretó la fundación de esta escuela, que en el
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tercer año de su existencia cuenta con más alumnas que
muchas de las Escuelas Normales de la República, pues, del
primer año solo rindieron exámen 31 alumnas.
Abrió el acto el Presidente don Luis Suarez, leyendo el
discurso e¡ u e publicamos en otro lugar;-asistieron además el
señor Inspector de Colegios Nacionales y Escuelas Normales
don Eleodoro Suarez, el Inspector General de Instrucción
Primaria, don Eleodoro Calderón, el Inspector Técnico don
Juan M. de V edia, el Sub Inspector y ex Presidente del Centro
don Esteban Paulero, y varias otras personas que ocupan alto
puesto en la educación de la Capital. Al distribuir los certi-
ficados, se organizó una pequeña pero simpática fiesta en que
tomaron parte las alumnas, señoritas O. .Álvarez, A. Florín-
da, C. Guerrero, J. Mendoza, etc., y las profesoras señoritas
Milagros de la Vega y Florinda, las que ejecutaron varias
piezas con suma maestría, habiendo sido todas muy aplau-
didas por los concurrentes y felicitadas por la presidencia.
El Centro «Unión Normalista>> resolvió en su última sesión
agradecer por medio de una nota el generoso concurso
prestado por dichas señoritas que se brindaron espontánea-
mente á tomar parte en la fiesta.
Alternando con la declamación y ejecución de trozos musi-
cales se pronunciaron los discursos que transcribimos á con-
tinuación:

DISCURSO DEL SEÑOR PRESIDEJNTE DEL ÜI']NTRO UNIÓN NORliiALISTA,


PROFJ<:SOR NORl\IAL DON LUIS 8UAREZ, EN EL ACTO DE LA DJSTRI·
BUClÓN DE CERTIFICADOS Á LAS ALU1\1NAS DE LA. ESCUELA QUE
ESTE CENTRO SOSTlENE, EL 22 DE DICIEl\1BRE DE 1888.

Señoritas alumnas:
Señores profesores:
Tengo la gratísima satisfacción de haceros entrega en acto ptíblico
de los certificados que acreditan vuestra suficiencia y consagración al

' estudio en el año que ha terminado.-El Centro que presido, se ha


preocupado de la marcha ele esta escuela y seguido paso á paso
vuestros esfuerzos y se congratula del laudable resultado obtenido
lamentando tan solo que no haya concuuido la otra parte del per~
sonal enseñante, que como es notorio y lo sabéis, es el menos pre-
Parado y el que más necesita de la enseñanza que habéis recibido.
El rol qua esta Escuela esLá llamada á desempeñar en lo sucesivo
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no escapa á los ojos de la observación y es innegable si se tiene en
cuenta su índole y objeto-ella viene á llenar un gran vacío en nues-
tras necesidades escolares puesto que las que concurren á sus aulas,
se inician en la difícil tarea de la ensefianza y asimilan con caudal
de conocimientos indispensables para el mejor desempciio de su de-
licada misión.
Lamento, como he dicho, que la Escuela no haya sido mista para
desautorizar á los espíritus despreocupados y de ideas preconcebidas,
de que los dos sexos pueden asociarse en las mismas aulas y hasta
en las salas de exámenes, : siguiendo con ventaja serios estudios.
Permitidme que apropósito de esto entre en apreciaciones, sobre la
benéfica evolucion que se está produciendo, y en la cual sois el factor
eficiente: me refiero á confiar la educación primaria en manos de la
mujer.
Pienso como Tocqueville, que la singular prosperidad de los Esta-
dos Unidos de ,la América del Norte, se debe en gran parte á la
superioridad de la mujer.
En efecto considerémosla como educacionista pri~aria y veremos que
se le da la primacía; y si á ésta tomamos como modelo, no veo
muy lejano el dia en que la ensefíanza toda, esté confiada á la mu-
jer, porque es de todo punto necesario convenir, que es el elemento
más apropiado, si se quiere un instrumento indispensable con un
buen sistema de educación primaria. Con la presencia de la mujer
dice Loveleye, la escuela no es esa prisión sombria que entristece y
desalienta á los nifíos, porque ha dejatlo caer sobre ellos un reflejo
del espíritu de familia; la gracia misma y la belleza dan un encanto
secreto á sus lecciones.
Permitidme, vuelvo á repetir, que me cstienda en otras considera-
ciones, porque este asunto merece para mí como para los que dirigen
la enseñanza una preferente atención.
Tratándose de la educación primaria como condición indispensable
para la existencia de un pueblo libre, la mujer es recordada en pri-
mer término, y esto se explica, comparando el réjimen antiguo con el
moderno, pues ahora se ha elevado al rango de maestra del hombre.
Así como el mayor 6 menor atrazo de los pueblos se mide por el
mayor ó menor nivel intelectual, allí donde la mujer esté al frente
de la enseñ.anza, estoy seguro encontrareis un pueblo de sentimien-
tos morales, y amigo del progreso, allí donde la mujer sea un elemen-
to extrafío á la enseíianza, encontraréis un pueblo sin conciencia y
sin capacidad moral para el bien.
Los .Americanos y Alemanes, han resuelto el problema en favor de
la mujer, como maestro de la Escuela primaria, la ternura de su
sentimientos y suavidad de caráter convierten la escuela en un jardín
de infantes según la poética clasificación alemana.
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No está lejano el día, en que la mujer argentina, ocupe el lugar
que le corresponde, á imitación de las Americanas del Norte, cuyas
instituciones nos sirven á menudo de modelo. Debemos pues imitar
este digno ejemplo, y si contamos con el decidido concurso de las
autoridades escolares y el vuestro, habremos conseguido la reforma
más trascendental de que es susceptible la enseñanza entre nosob·os.
La mujer, dice Maistre, sin haber inventado, ni el álgebra ni el te-
lescopio, hace cosas más grandes aún, forma sobre sus rodillas un
hombro honrado y una mujer honrada.
La reforma de que os hablo, está iniciada y parece continuar-la
Escuela se radica entre nosotros cada día que pasa-ahí tenéis esos
suntuosos edificios con sus formas esculturales, dando la medida
de la cultuTa de nuestro país, ahí están dando su muda pero
elocuente lección al pueblo, que ve en ellos cifrada su futura gran-
deza!
Á qué de reflexiones se presta la solución del problema de la es-
cuela propia, cuando se piensa como se ha dicho «que un solo niño
que se educa al hacerse hombre, piensa como Newton, gobierna como
Washington, é inventa como l?ulton». Señ01itas alumnas: penetráos
del rol é importancia de la misión civilizadora que estáis llamadas á
desempeñar, trabajando con empeño pm:a preparar á nuestra joven re-
pública un porvenir de gloria! ....... .
Tenéis en vuestras manos un depósito sagrado, los destinos futuros
del país, la formación de los hombres que son hoy su esperanza y que
serán mañana su honor!
Si nuestro pasado ha sitio glorioso y queremos qne nuestro presente
sea su consecuencia, no olvidéis que educar al ptleblo es condición
de vida, de orden y de progreso, y si la educación es la ciencia de
la vida necesitamos no detenernos, porque esto constituye la fuerza
viva y palpitante que como un torrente arrastráis á la patria á los
luminosos senderos del progreso! ....... . Tened presente que la Repú-
blica Argentina se engrandece con extraorclinarla celeridad y que en
este siglo en que el mundo es gobemaclo por el poder ele la inteligmr
cia, sólo la instrucción puede nivelar á todos los hombres, igualando
sus fueros y derechos.-No descuidéis ese inmeLso peligro que su
cierne sobre nosotros á título de que progresamos, en medio del cual
se nota la decadencia del sentimiento moral, que es el que más victo-
rins ha aleanr.arlo, rlominánrlo el matcriallRmo qne nos invade ...... .

Váís á recibir el título que acreclita vuestra labor, pero no os en-


1 vanezcáis por ello, él tan solo os habilita para presentaros á las
autoridades escolares y significarles que venis á colaborar en la gran
obra de la educación, que vuestros propósitos son los de progresar
en la senda del estudio, amparadas por vuestros primeros pasos.
-10-

Tened en cuenta, que llevaís tan sólo nn certificado de idoneidad,


para que os abran las puertas del magisterio.
En la exala ele de los conocimientos _humanos avanzaís un paso
mas, es necesario que este progreso continúe siempre en armonía,
para que .J.as conquistas que habeís hecho hasta aquí, os impulsen
con más enerjía á adelantar en el camino que venís recorriendo.
Pero cuando lleguéis á la cumbre, cuando aleaucéis el ideal de
vuestros afanes, cuando estéis ya fuera <le las bancas ele la Escue ·
la y se presenten á vuestra memoria los buenos y malos días que
habéis pasado en ellas, recordad siempre con agradecimiento á las
personas que han teui<lo la alta y delicada misión de dirigir vuestra
inteligencia en la paciente y fecunda tarea de la enseñanza. No olvi·
déis que ésta, como se ha dicho, reviste hoy u11 carácter que su
propia majestad le imprime, y que adquiere uu desarrollo siempre
creciente del cual no es posible snsh·aerse sin grave pcrjllicio para
vosotras.
No olvidéis de la gran verda l q11e la mejor en~>efianza es la
que tiende á hacer que el niño se dé cuenta de sus propios actos, y que
la ensefianza j' la escuela misma constituyen un complicado sistema,
que crece, se desarrolla y modifica con el concur~o de hombres
eminentes que proclaman ca<la día una vercllt<l consagrarla por la
experiencia y coronada por el éxito.
Señoritas alumnas-además tlel titulo de que voy á haceros entrega,
hay otros que como ha dicho un distinguido profesor, que ~tnnque
no se distribuyen en sesión solemne, son más indispensables y me·
ritorios, títulos que no debéis dejar de merecer un solo im;tantc por
que aseguran el aprecio, la paz <lel espíritu y la recompensa di-
vina.
Estos títulos son los que se acuerdan á la rectitud de principios
á la pureza de costumhres, á la honradez y á la virtud!
Señores Profesores-Habéis cumplido vuestros deberes con plausi·
ble eJL.peño y os felicito sinceramente por ello. Habéis desempeñado
con acierto y dedicación las funciones encomendadas.-Persevcrad en
la obra, inculca l á vuestras alumnas los sanos principios bajo los cua·
les habéis sido formados, para que ellas puedan continuar eficazmeute
la tarea en que nos hemos empeñado, ya que á nosoh·os según lo
preconi1.an las prácticas no nos será rlaclo continuarla.
He dicho.
·- 11-

DISGURSO JJlC LA ALUMNA DE PRrMEH AÑO, SmÑORITA AoEI,A FI,ORINDA

Señor Director.
Señores Profesores.
Señores: Las alumnas ele esta escuela no podemos guardar estos
certificados, sobrada recompensa de nuestras fatigas, sin presentaros
el testimonio de gratitud que vengo á expresar en su nombre y en el
mio propio.
Sentiríamos el peso de un remordimiento, si al acep tar este titulo
en silencio, lográramos infundir en algún ánimo, la sospech a de que
lo recibimos para ostentarlo con orgullo como una vanidosa conquista
de nuestros propios esfuerzos.
No, señores; muy lejos estamos de abrigar esa idea.
No ignoramos el depósito precioso que se nos acaba de confiar , Y
no quiero disimular tampoco, que este pequeño papel que tanto gran-
de encierra, sin embargo levanta en nuestros corazones las emocio-
nes más gratas.
¿Pero dónde está, señores, la causa de ese placer que sentimos nacer
confundido entro los impulsos invencibles de amor propio y lo.· del
agradecimiento? ¿Está acaso en nosotros?
Ah! No, señores profesores, y sería necesario dejarse cegar por la
más obsecada pretensión para desconocer, que si somos felices en este
momento soís esclusivamente vosotros los autores de esa dicha, que
si hay gloria en este acto, debe recaer toda ella sobre vuestras ca-
bezas, no sobre las nuestras.
Los premios que llevamos nos representarán siempTe de vuestra
parte los vastos conocimientos, l:l. paciencia inquebrantable, la ím-
proba tare;t cuotidiaua, los desvelos, la fatiga. De la nuesü·a apenas
la satisfacción uel deber cnmplillo; y digo apenas, porque cuántas
exhortaciones c<u·iñosas habremos necesitauu para llenarlo¡;!
Hay tanta diferencia entro vue;;tro mérito, y el nuestro que si yo
concibo que séamos nosotras las premiadas, e tan sólpoo rque pienso
que para la grandeza de vuestra ruisión n o encontrm·íamos nosoh·os
bast:nte recompensa en el Universo.
Apóstoles y atletas de la educación, os hemos vi. to como Anteo al
tocar la tierra, recobrar más fuerzas cada vez que t.ropezábais con
dificulhtlles en nuestro espíritu ó en nuestra voluntad, como si á se-
mejanza de e¡;e se midios mitológico, esos obstáculos fnenin la madre
que prestara nueva vida y nuevos brios á nuestros alientos este-
nuados.
-- 12-
\
Y de esa interminable lucha renovada día á día, durante un año
Y durante muchos años más, ¿qué provecho queda para vosotros?
Nada; ni siquiera la del modesto labrador, que, surcando la tierra
del alba á la oración, experimenta al :fin del año el placer de recojer
por fruto la dorada espiga.
Vosotros no obtenéis ni esa recompensa positiva. Sembráis en nuestro
espú·itu la simiente rle la ci ncia y de la virtud; nos abl"Ís las puer-
tas de la sociedad para que podamos entrar en ella alta la frente, y
venh á compartir con nuestras madres la tarea de enseñarnos el go
bierno del hogar.
Esa es vuestra generosa misión: desparramar á manos llenas la
preciosa semilla para que nosotros solamente recojamos el fruto!
De tan grandiosa obra no contáis vosotros con más premio que el
de vuestra conciencia y el de nuestra gratitud. En cuanto á ésta,
señores profesores, estad seguros de que tenemos embebida en el es·
píritu la noción de los beneficios adquiridos y que hemos palpado
demasiado en cada hora de enseñanza, vuestra contracción pru·a no
conservru· en todos los momentos de nuestra vida el recuerdo de la
obra que acabáis de cumplir.
No sé si ha podido existir ele nuestra parLe, algún empeño por
sermndaros, pero estoy cierta de que en tal caso, jamás pudo llegar
á la altura de vuestro celo.
Á nosotros sólo nos queda la fácil tarea de aprovechar ele vues-
tros sacrificios, y esperan:os no defraudar las esperanzas que os hayan
alentadv á practicarlas.
Después de haberos agradecido á vosotros, nuestros inmediatos ue·
nefactores, se me impono ru1 deber, un recuerdo para terminar.
No sé cómo podría hablarse de los beneficios que conseguimos
bajo vuestra dirección, sino traer á nuestra mente la memoria de
aquello que nos cuseü'lste á tener siempre presente á venerar y á
respetar.
No se puede asistir á esfos actos sin que surja espontáneamente :í
nuestro espíritu el genio augusto de Dn. D. F. Sarmiento, el apóstol
decidido ó incansable obrero de la educación, cuya sombra veneranda
fiotará eternamente en el recinto ele la enseñanza argentina.
Gracias á él, gracias al C. N. de Educación que no omite csfuer
zos por que se esparzan los ópimoa frutos ele la educación de un es·
tremo á otro ele la República, y á vosotros, amables profesores, otra·
vez, gracias.
He dicho.
Adela Florinda.
Diciembre 22 de 1888.
-13-

DISCURSO DlJ LA ALUMNA DE 2. 0 AÑO STA. JOSEFA MENDOZA.

SEÑOR DIRECTOR:
SEÑORES PROFESORES:
SEÑORES: Al elevar mi débil voz ante un público tan ilustrado y coro·
petentc como el que me escucha, lo hago en la seguridad de que sabreis
disculpar los muchos errores que, ya ele concepto, ya de forma, pudiera
cometer.
Pecaría de ingrata si en este instante solemne para nosotras no roa.
nifestase públicamente en nombre de mis compañeras y en el mio, el
agradecimiento sincero hacia nuestros distinguidos profesores, que con
una abnegación sin ejemplo ocupan el tiempo que les dejan libres sus
pesadas tareas en proporcionarnos el pan del alma como alguien ha Jla.
mado á los conocimientos que fortalecen la mente y á las virtudes que
ennoblecen el corazón.
El título que acabamos de recibir como premio á nuestros afanes será
el lazo material que simbúliza la vinculación de nuestros afectos de nues.
tros sentimeintos á los de los Sres- profesores que forman el personal de
este establecimiento y que nos recordará siempre el origen de cualquier
triunfo que podamos llegar á obtener en la carrera que hemos abra
zado.
Voy ahora, á permitirme unas ligeras consideraciones, manifestación
ingenua de mi observación personal.-¿Qué era yo cuando entré á for-
mar parte del clemente educa<lo por el Centro U1úón Normalista? ¿Quó
me siento en la actualirlád?
He ahí los dos ptmtos que voy á tocar.
Empleada en una de nuestras escuelas comunes encontrábame per-
pleja ante cualquiera dificultad, cualquier ob táculo en el desempefio de
mis delicadas fnnciones.-¡Vergüenza me daba constantemente molestar
á mis superiores por estas causas, tanto más cuanto que ellos tenían
tantas ocupaciones, tantos niños que atender 1 Sufría moralmente y me
debatía buscando en los libros las soluciones de tantos problemas que
día á rlía se me presentaban en el círculo de mi acción-Confieso que
no lo conseguía y que eran inútiles mnchos de mis esfuerzos y vanos
mis l¡abajos aposar de mi buena voluntad y decisión por los niños que
me estaban confiados.
Estudiaba pues, sin orden, sin método, sin preparación y era ese el
resultado lógico de mis desvelos.
Oí un feliz día para mí, nombi·ar al «Centro Unión Normalista y cono-
cedora de sus propósitos me inicié en su enseñanza.
-14-
1Cuanto agrarler.co el haber venido aquí 1 Dos años há que concurro
á sus aulas y 1cuánto bien me hn proporcionado esta escuela!
Han desaparecido en parte, esas dificultades de que he hablado, hoy
algo sé, hoy dirijo á mis tiernas criaturas con más resultado que antes
y, en una palabra, estoy satisfecha de mí misma.- IIe oír~o como
vosoh·as en las lecciones de pedagogía las tristes consecuencias que
provoca un mal maestro y aquel que sienta un poco ele amor á la niñez
como debemos entirlo en alto grado las que nos dedicamos á esta
nobilísima profesión, no podemos escuchar sin temor esas reflexiones
que llaman la atención sobre la gran responsabilidarl que los maestros
encarnamos.-Es necesario pues no desmayar en la lucha empezada;
démosnos tiempo para estudiar en la forma en que lo hacemos aqní
con órden, con método y tlíreceión acertada y no entregándonos á nues-
tras inespert:a. manos ya que no porlemos conseguirlo en los establecí_
mientos destinado exclusivamente á este objeto.
Col\IPAÑERAS: No se si á vosotras os ha pasado esto mismo pero
confieso aquí, em este momento olemne, que hoy me siento mucho
mejor maestra 6 menos mala, no se como decir, <lehido en gran parte
á las leeciones recil idas en el "Centro Unión Normalista"
Y á vosotros, señores profesores ¡Qué podré deciros que no rPsulte
pálido y pequeño en razón ele los beneficios l¡ue r ecibimos? Nada, si
no asegm·aros nuevamente que si la gratitud os el galardon que reciben
los maestros de corazón generoso y desinteresado, vosotros lo mereceis
plenamente: ese es el veredicto de las alumnas en · cuyo nombre he
hablado.
He dicho señores.
Diciembre 22 ele 1888.
.Tosefa Mer~clozct.

DISCURSO l'RONUNCI.ADO POR EL PROFESOR NOR~IAL SWÑOR G. f::liSTO.-


ÜLAUSURANDO EL ACTO.

SEÑORES:
Tócame la bomosa y agradable tarea de clausurar esta simpática
reunión que ha revestido todos los caracteres el una sencillez y solem-
nidad tocantes.
SencilJa reunión, digo, porque ella no ha sido sino lo que debía ser¡
solemne porque ha puesto en ju go los resortes rle nuestra alma produ_
ciendo en todos nosotros, alumnos, profesores y concurrentes, emo_
ciones que dejarán impresión vívida y duradera.-¿ Y cuál es la causa
del estado ,'iolentamente agradable de nuestro espíritu? Vosotras, lo
babeis dicho, señoritas oradoras, permiticlme daros este nombre, es
la resultante ele esa influencia recíproca, ele esa simpatía expontánea
-15-

que se establece entre personas que persiguen un mismo fin, que


procuran reali:r.ar el mismo ideal: el mejoramiento de la educación
de los nifios á nuestra dirección por el mejoramiento del estado pe-
·dagógico de cada uno.-¿ Lo conseguimos? Digo que sí, pues hechos
elocuentes producidos fuera de e~:~ te recinto lo atestiguan, si no fue-
ran bastante las pruebas que en vuestros exámenes habéis rendido.
"El Centro Unión Normalista" entonces llena la misión que se
propuso realizar al fundar esta escuela y de ello deben felicitarse au-
toridades, pueblo y la asociación que esta dirige.
Las alumnas qne han hablado á vuestro nombre han expresado
publicameute sn gratitud, hija legítima de los bellos sentimientos
del que es modelo el corazón ele la mujer, hacin el Centro; acepto
su gratitud en su nombr y en el mismo os la retribuyo.
Injusto sería además, si también públicamente no hiciera constar
que los esfuerzos tle cada uno de los profesores de esta escuela han
encontrado la decisión, constancia y entu iasmo, en la gran mayoría
de las alumnas.-Esta trinidad, entusiasmo, constancia y decisión
(inteligencia no la menciono porque está demás manifestarlo siempre
que se trate de la mujer argentina) esta trinidad, decía, os hará ir
muy lejos. - Constituyen, además, la base de lo más elevado que pueda
pedirse á la naturalez humana: el carácter.
Sí, el carácter que es fner:r.a, po<ler, movimiento, vida; el carácter,
resultante forzosa, induthble de lo más noble de las facultades humanas;
el carácter, que inspira y enjen<lra respeto y carifio hacia los demás;
el carácter que es dignidad personal.-Tratad siempre, sefioritas, de
tener carácter; la mujer como el hombre, es un ser que se debilita,
que se anula sino la corona esa aureola preciosa que se llama carácter.
- -Puede carecerse de inteligencia, no imponerse por los conocimientos
que se hayan adquirido pero lo que no se tolera, lo que uno mismo,
ni siquiera se disculpn, porque la conciencia se revela reprochándolo•
es que pudiendo hacer el bien no lo realiza, evitar el mal y no lo
evite, abdicar do sus convicciones por influencias ilegítimas; contra
eso, señores, levanto mi voz indignado y pidiendo á todos los ma-
estros en nombre de su sacerdocio, de la misión elevada que se les
ha con:fiado, formemos al nií'ío bueno, de generosos sentimientos, de
nobles ideas; esa será la valla que opondremos á la descomposición
que parece querer infiltrarse en nuestra sociabilidad.
Ved, pues, señoritas, la parte que á vosob·as os toca y realizadla en
la esfera de vuest.ra ace:ón porque si así no lo hicieráis vuestra con-
ciencia os pedirá á nombre de millares de inocentes, que sin direc.
ción segura h abréis abandonado á los azares de la vida. Pero, por
vosotras, no temo que no cumplais así vuestra misión. Sé de lo que
sois capaces, pues que lo demuestra vuestro entusiasmo y afan por todo
-16-

lo que se refiere á nuestra escuela; y aqueJJa.s que tanto hacen por me-
jorar, por beber los buenos principios, 1 como puedo ct·eet· vayan á la
práctica y no los realicen 1 No, sería un absurdo creerlo y por eso
he dicho que de vosotras nada temo.
El "Centro Unión Normalista" mira con intérés :vuestros deseos
por intruiros y os agradece al mismo tiempo que lo admira y publica
los sacrificios que os imponeis por concurrir á sus aulas robando al
descanso y al solaz infinitas horas para dedicarse al noble y virtuoso
ejercicio del estudio.
Sed constantes, sofioritas, porque no es mero refran aquello de que
la débil é inofensiva gota de agua horada la piedra. Formaos el há-
bito del estudio porque de ello dependerán vuestl·os triunfos escolares
el dia que os retireis de esta escuela.
Voy á terminar, sefiores, haciendo votos porque pronto, muy en
breve, desaparezca ó se le dé otro carácter á esta escuela, porque ese
dia habremos alcanzado á esto, que todos los maestros de cor~'zón de-
bemos aspirar: que en la Capital de la República no haya escuelas
con maestros sin título, sin preparación profesional; mientl·as exista
uno solo en estas condiciones, e te establecimiento debe funcionar-
Sefioritas: Id, tranquilas y placenteras á vuestros bogares y mostrad
con orgullo sí, el título que se os va a discernir porque es él el justo
aunque mode. to premio que vuestt·os esfuerzos, nwlCa suficientemente
ensalzados, han logrado alcanzar. Conservadlo con amor, con carifio
porque es un hijo de vuestras obras, segnn expresión de algtúen,
porque lo habéis en un momento feliz y porque materializado es el
vinculo que os une á esta escuela y á cada una de sus maest.ros.
G. Sisto.
Diciembre de 1888.

-
Se repartieron los certificados á las siguientes señoritas:
PRIMER AÑO.-Sobresalientes: -Arlela Florinda, María G. Gu-
tiérrez, Ventura Picarel, Angela Mascietti, .Julia Mascietti,
Carmen Guenero, Micaela Chichisola y Otilia Alvarez.
Distinquidas:-Emilia Cruz, Elena Tul'duri, Emilia Villarií'io,
Catalina Giappone, Emma Piñeiro. Lidia Muñoz, Emma Pc-
renger, Agustina Brevand, Mercedes Veira, Isabel Percil·a,
Colomba Bezalú, Carmen Zolezzi, Matilde Carneiro. Juliana
-17-
Robelo, Octavia Maldonado, Isabel J. Molina, Concepción
.Alvarez, Dorincla Olivera y Natalia Pereira.
Bttenas:-María L. Rodríguez y Concepción Filipón.
SsGUNDO .AÑO.-Sobresalientes:-Jesefa Mendoza, Clara Larghi,
Emilia Gorbea.
Distinguidas:- María Sivori, El vira Casabona, Sofía Casabona,
María Sande y Rita Perez.

SI YO FUERA MAl~STRO DE ESCUELA ....


I
Si yo fuera maestro de escuela, ]qué de cosas babia de ha-
cer y enseñar á los chicos, y aún á los grandes(
Por decontado viviría siempre penetrado de lo noble, de lo
alto, de lo trascendenté, de lo sacerdotal de mi magisterio
y en esta penetración superlativa encontraría fuerza, abne-
gación é inspiraciones para el cumplimiento de mis debe-
res.
-Qné bella, me diría, que dulce, qué fecunda, qué santa
es la misión del maestro de escuela(
¡Hacer hombres, no de grosero barro, como Dios los hizo,
sinó de ángeles( ¿Quién en la sociedad humana tiene misión
como la mia?
Sólo la misión de la madre tiene algo de esta misión, pero
nada más que algo, porque el ángel eu manos de la madre
es como materia líquida en que lo que se graba desvanece
apenas grabado, y en las del maestro de instrucción primaria
es materia ya lo bastante sólida para que persevere hasta el
más delicado perfil que en ella se grabe. Yo soy, des pues
de Dios, aquel á quien es dado formar una sociedad á medi-
2
-18-

da de la voluntad propia, sublimemente buena 6 sublimemente


mala, ó término medio entre estas dos sublimidades.
¡Ah! Vivir estrechamente unido en el amor á unos mismos,
inocentes y hermosos seres con todas las madres, y constituir
de consuno con ellas á elevar y acercar á Dios, por medio
de la inteligencia, á esos seres mi mos! ¡Qué felicidad la rnia,
y qué augusto, hermoso y santo mi ministerio!
Así me dirís yo, si fuese maestro de escuela, y en esta
hermosa y alta idea de mi profesión, ¡qué de cosas no babia
de hacer y en. eñar á los chicos y aún á los granuesl
II
Si yo fuese maestro de escuela, la naturaleza seria mi primer
ayudante, y estoy seguro de que, con ayuda de ella, había
de hacer prodigios de enseñanza. Hasta los árboles y las flo-
res del jardín que rodean mi escuela, y los pájaros que can-
tasen en los primeros, y las mariposas que volasen de una
en otra en las segundas, y los deliciosos eOuvios de árboles y
flores que penetrasen en primavera y estío por las rasgadas
ventanas de mi escuela, alegrada y embellecida por una le-
gión de ángeles ele cabello rizado y rubio y ojos azules como
la flor del litosperma, y mejillas de azucena y rosa, habían
de ser para mi y mis discípulos fuente inagotable de ense-
ñanzas, de consuelos y de alegrías.
En las dulces alboradas y en los misteriosos crepúsculos del
estío, rodeado de mis hermosos é inteligentes discípulos, tre-
paría al collado que señorease el dilatado horizonte, y lleno
de luminosa y santa inspiración ante las maravillas ce la na-
turaleza, haría descender al corazón y á la inteligencia de mis
discipulos la actitud para sentir y comprender aquellas mara-
villas.
Y educada por mí, formada intelectualmente por mí la ge-
neración que sucediese á aquella que me hubiese confiado
la gran obra de redimir de la ignorancia hereditiva á sus
-19-

hijos, ¡de qué porveuh· tan he1·moso, y noble, y fecundo en


bien no me sería deudor el pueblo donde yo ejerciese mi
profesión!
¡Y con qué entrañable n.fán y purlsimo deleite no procu-
raría aquel pueblo pagar la gran deuda de gratitud que para
conmigo hubiera contraído!
Profundo dolor, que á veces raya en indignación, se apo-
dera de mí cuando me cuentan los que andan por los pueblos
rurales que han visto á los maestros de escuela desempeñar
su gloriosa y fácil misión, como desempeñan la infame y di-
fícil suya los forzados de los presidios; y considero que, por
consecuencia de esta dejadez y de esta ignorancia de la na-
turaleza de su misión, ni aún cuenta ni puede contar el maes-
tro con el respeto de sus discípulos.
¡Ahl Si yo fuese maestro de escuela, grandes cosas había
de enseñar á chicos y grandes sólo con vivir siempre pene-
tradísimo de lo elevado, de lo noble, de lo trascendente, de
lo sacerdotal de mi magisterio.
Intenciones me dan cada vez más irresistibles, de ver si
obtengo un título de maestro de escuela en cambio de la poca
ciencia que he acreditado durante treinta años, escribiendo
treinta libros que no me han dado gloria tan positiva como
la que en un año me dal'ia el magisterio de la primera ense-
ñanza, ejercido como es forzoso que le ~jerza todo el que de
él tiene la altísima idea que yo tengo.
TRUEBA.

(Continuará.)
-2/J-

CORRESPONDENCIA DE DOLORES.
SUMARto .-Los ox:l.menes.-Espero.nzas en el año que viene.- Las vacaciones largas.-
Los programas de las oscllelas comttnes.-Viaje á Ranchos : la "Asociación
Sarmiento"- Interesan tos datos á eso respecto .

Dolores, Diciembre 25 de 1888.


Señot· Director:
Después de los días de consiguiente agitación á las tareas de
fin de año, hemos entrado en los de calma y silencio; que
les siguen .
Los salones de clase no resuenan con la voz del profesor ni
con el movimiento periódico y animado de la grey infantil.
Los bancos no crujen á sn peso, y cada alumno, Tetirado en
su casa ó alojado á sitios recreativos en la campaña, cría fuer-
zas y bríos para entrar al'doroso á la próxima campaña escolar.
Miéntras ellos desean san, nosotros hablaremos de exámenes,
vacaciones y otros asuntos.
Los primeros se han verificado medio á escondidas en las
escuelas comunes. Digo así, porque sólo por casualidad se
sabía que en la escuela de tal número ó de tal otro, se verifi-
caban 6 se habían verificado, y porque pasaban sin concu-
rrencia ninguna, según mis informes.
Los examinadores, 6 clasificadores m~j or dicho, eran los
mismos miembros del Consejo; hecho muy plausible, por-
que si ellos no se interesan cuando el caso lo requiere, difí-
cilmente lo harían otros nombrados de afuera. Pero no hay
duda que todo el interés de extraños á la ca!Tera no suple
la suficiencia de los prácticos. Es una lástima que los maes-
tros den ocasión á que se evite nombrarlos clasificadores.
Se nota con extrañeza que una gran parte de los alumnos
matriculados no se han presentado á examen. ¿Qué signi-
fica esto, se pregunta uno? ¿O existen los alumnos que los
-21-

maestros señalan en sus libros, 6 no existen? ¿O no se pre·


sentan los niños poe no tener como ir paquetes, 6 los maestros
les piden que queden en sus casas de miedo que resulten
malos 6 medianos en su escuela? ¿O es que la puntualidad
y la asistencia no se se exigen debidamente?
Algo hay, eso es lo cierto. A verígli.ese y p6ngasele remedio;
si se han de efectuar exámenes, que no sean sólo una ri-
sible poteforma.
Antes de apartarme de este punto, quiero d~jar constancia
de que las escuelas con distinguidos todos menos dos 6 tres,
no se han visto en Dolores. Es un hecho que favorece á
que se forme una buena opinión de los exámenes.
Los verificados e~ la Normal, han sobrepasado nue tr&s es·
perauzas, de tal modo que nosotros mismos hemos quedado
admirados de ver el fruto de tantos afanes por parte de maes-
tros y discípulos. Se ha realizado un verdadero tour de force,
que peemite augurar paea el año entrante un resultado aún
más lisongero, puesto que se contará con todo él.
Mas pura que tales esperanzas se realicen será menester
que tengamos más desahogo para funcionar. El cuerpo de
edificio que aún ocupa el Consejo Escolar, nos hace una falta
inmen a; pero aquella corporación permanece firme en sus
trece y no lo deja. Siempre encuentm un punto de apoyo
á su propósito, y así vamos pasando y pasando. ¡Que
no tocar la Providencia á esos argentinos corazones, para
hacerlos palpitar con la elevación y nobleza de intenciones
que clel>en marcar siempre su ru m !.Jo!
Si (!ara el entrante año escolar, estamos en posesión de esas
cuatro piczn:.,, con In ele npnriciún de algunos tn hiq ues rle c11ns
y de las otras, que ya ocnpa 1::1. escuela, quedará ésta habilitada
para recibir en su seno hasta 600 alumnos, cifra á que sin nin-
guna duda se llegará fácilmente, con tal de haber espacio. Asi
nuestra querida Normal ocupará no puesto sobre las primera
-22-

de la República. Este levantado propósito abriga el doctor


Montes, su digno é infatigable Director, y no hay duda que
lo veremos realizado.
¡Con tal que en las vacaciones podamos hacer algo 1
Y á propósito: son algo largas estas. ¡Con tres meses!
¿No bastarían dos?
-El año que viene regirán los mismos programas en las es-
cuelas provinciales, que éste pronto á terminar. Esos progra-
m::~.s á parte de sus defectos remarcables, tienen el de no estar
de acuerdo con los que es necesario seguir para ingresar á las
escuelas normales. Son así un tropiezo que se pone al que
desea dedicarse á la carrera del magisterio. El C. G. debe
fiiarse en esto y, dejándose de historias, debe adoptar los
programas, que rigen en las escuelas de aplicación, y co-
munes de la Capital federal. Tienen éstos sus defectos, no
hay duda, pero vale la pena pasar por ellos con tal de faci-
litar el ingreso de un alumno de las escuelas provinciales en los
grados superior·es de una aplicación anexa á otra normal, ó
al primer año de la misma.

Por asuntos agenos á mi empleo, tuve ocasión de visitar


mi antiguo y querido pueblo de Ranchos. Al día siguiente
debía tener lugar una asamblea de la •Asociac~ón Sarmiento•
y fuí invitado á ella. Acepté con él gozo consiguiente al que
después de larga ausencia vuelve al seno de una compañía
de francos y leales amigos y consocios.
Fuera de eso la •Asociación Sarmiento• es acreedora á las
simpatías de los buenos. Es el primer esfuerzo serio y per-
severante en la obra de cooperar el pueblo á su propia edu-
cación.
El día designado para la asamblea amaneció lluvioso, y
continuó así hasta la noche. Eso no fué obstáculo: la C. D.
puso carruajes á los socios y la simpática reunión tuvo lu-
gar en uno de los salones de la Escuela número 1 de varones.
-23-

Leída el acta de la reunión anterior se dió lectma á la


«Memoria de la cuarta C. Directiva.• Como los datos que
consigna y la relación de los trabajos practicados son dignos de
ser conocidos, brindo con ellos á los lectores ele la «Revista
Pedagógica Argentina.> Y si alguno de ellos vive en algún
pueblo de campo, le in vito á aprovecharlos, para fundar otra
•Sarmiento• en el lugar de su residencia.
Durante el afio de 1888 la C. D. ha calzado y vestido 50
nifios de ambos sexos, cuya pobreza ha sido plenamente pro-
bada. Los gastos, que este servicio ha demandado, han sido
cubiertos por la Asociación con sus recursos propios.
Se han verificado dos conferencias propagandi. tas de la ins-
trucción, tratándose en una, de los deberes de los padres para cou
sus hijos ciudadanos argentinos, y de los leheres y derechos de
los que ostentan este último título, en la otra. Ambas conferen-
cias, encomendadas á personas ilustradas y poseed.oras del don
de la palabra, han sido de muy saludables efectos, siendo uno de
los más resaltan tes, el ingreso espontáneo á la ociedad de doce
señoras y sefioritas, que se sintieron tocadas en el alma y com-
prendieron que á ellas les correspondía también colabor!lr en ln.
obra de redención de la ignorancia y caridad en que está cm·
peñada la congregación de que me ocupo. Ésta, deseosa á su vez
de demostrar á tales clamas su satisfacción, y de premiat· su
generoso impulso, las honró con diplomas confeccionados al
efecto y celebró una de las conferencias en su obsequio.
El 25 de Mayo se abrió un bazar, que fué m uy favorecido
por el pueblo de Ranchos, el cual comienza á enorgullecerse
de contar en su seno á la •Sarmiento». El 1inado general
cuyo nombre ostenta, envióle nn hermoso cnadro al óleo,
trabU¡jo de una sobrina, acolllpaílúndolo de una carta autógrafa.
que, como otra anterior, conserva la sociedad con piadoso
respeto. De Chascomús y otros puntos también favorecieron
con objetos valiosos al uazm·. Éste arrojó una utilidad líquida
de 608 pesos en número redondo.
-24

La Asociación ha resuelto protejer las aspiraciones de los


jóvenes, que deseen seguir la carrera de maestros en alguna
escuela normal. Al efecto, puesta de acuerdo con el C. E.
aunarán sus recursos para aumentar la beca, que el Gobierno
Nacional da á los niños pobres, pues se comprende que con
ellos no puede un joven ó una joven vivir fuera de su pueblo
y de su familia.
Las sirnpatias que despierta la Asociación se manifiestan
también por las donaciones de que es objeto de vez en cuando·
En el año pasaJo han sido las más notables, la del señor Án-
derson, que, estando de paso, dejó diez nacionales, las diversas
remesas enviadas para el bazar y el regalo de una manzana
de terreno ubicada en el cuartel 5.", en un paraje inmejorable
por su posición topográfica, y estratégica, pues está rodeada
de poblaciones donde la grey infantil es numerosa. El autor
de esta donación generosa, es el señor don Cornelio Pe-
dernera.
Al Aceptar el terreno, la Asociación concibió el proyecto
de levantar sobre él un edificio escolar, que será acaso el pri-
mero que se ostenta en medio de las estancias argentinas.
Para llevarlo á cabo cuenta con sus recursos ya respetables
y con combinaciones matemáticamente hechas, en conocimiento
de las cuales no creo aventurar nada si digo y afirmo que,
en todo el año 89, el edificio se ostentará ufanamente, en el
sitio que hoy pisa libre é indiferente el potro de los campos.
La C. D. recuerda que recibió en custodia 300 $ existentes
en el Banco y 119 y 13 centavos en caja. Al terminar su
administración deja 803 $ en el Banco con sus intereses; en
caja 191 .$ y en cuotas á cobrar 100 nacionales. El capital actual
de la •Asociación Sarmiento• es, pues, en números redondos
de unos 1100 nacionales.
Sus socios son 91, ó sean 11 más que en el año anterior. Al-
g_~nos han desertado, tal vez, corno l0 dice la Memoria, por
-25-

economizar un centavo y rnedio dia-rio; pero el ingreso cte nue-


vos socios ha 5uperado al número de los salientes.
La asociación ha sido reconocida persona jurídica, habiéndose
conido los trámites c0n tal brevedall, que no cabe iluda de
la simpatia que en el S. G. l1a encontrado.
En una palabra: la «A ociación Sarmiento», nacida ele una
conversación de sobreme a en el mes de Junio de 1885, ha
triplicado el capital que tenía el año anterior; se nos presenta
propietaria de una manzana de terreno; ha socorrido 50 niños
pobres de a::n bos sexos; ha aumentado el número de asociado
y por ende sus recursos mensuales; ha obtenido la aprobación
de sus estatutos; y promete emprender obras de aliento y de
incalculables beneficios. Ellas acabarán de sentar SLl mere-
cida reputación.
¡Que las bendiciones de los hombres de lnen la acompañen
y la premien 1
Saluda al señor Director, u corresponsal.
E. R. Jonas.

LA ~SUU~LA NO HACI~ TODO EN LA EDUCACIÓN


Influencia del hogar.

Muy poco influye el maestro en la formación del carácter


del niño. Snn los padres, los hermanos, los compañeros, ·.
quienes Jo forman. La educación que e da en las escuela
puede ser completa, puede comprender todos los departamen-
tos de la ciencia; pero si el joven se ve en la forzo tt nece-
sidad de ir todos Jos días á un hogar donde reina el vicio, el
desaseo, la inmoralidad, toda la inOuencia del saber no vale
grao· cosa. El carácter y Ja índnle sou productos del hogur;
y si éstos por malas condiciones físicas y morales se desvir-
-26-

túau, la cultura intelectual adquirida en la escuela será un


instrumento de mal, antes que un instrumento de bien.
De ninguna manera debernos considerar nuestro hogar corno
un punto dónde sólo podemos it· á comer y á dormir, no: él
es la salvaguardia del honot·, la fuente de los placeres más
puros, el refugio de la~ tempestades de la vida social; en él
debemos cultivar el respE)to que nos debemos á nosotros mis-
mos y asegurarnos las mejores condiciones.
'l'res cuartas partes de los vicios que degradan á la sociedad
y que se convierten en los crimen es que la hace u desgraciada
no existirían si nos respetasemos á nosotros mismos. Para
que sea un centro de felic.idad y para que ejerza iuflueuciu
benéfica sobre sus miern bros, y en especial sobre los uiños
que en él se educan, el hogar debe ser poseído por el espíritu
del aseo, del afecto y de la armonía, y para que todo esto
sea una realidad es indispensable que en él reine una mu-
jer metódica, industriosa y bien educada.
Y tanto es ello cierto, que podernos decir, sin equivocarnos,
que la felicidad 6 la desgracia son obra de la mujer. Ningu-
na nación puede progresar sino cuando sus hogares progresan,
y esto no sucede, escepto cuando la mujer Jo quiere y lo
pone en planta. La mujer debe saber hacer felices los ho-
gares, y para que sepa, debe enseñársele.
SAMUEL SMILES.

MUSEOS ESCOLARES.
Al visitar algunas escuelas, hemos tenido la grata impresión
de ver en casi todos los salones donde se dictan las clases,
un armario 6 pequeña biblioteca comerticla en un principio
de museo, conteniendo infinitas variedades de objetos natura-
les y artificial::'s.
-27-

Figuraban allí, en estrecho consorcio, la zoología, la botánica,


la mineralogía, la industria del hombre bajo diversas faces,
la numismática, la farmacopea, etc. etc., tono reunido en muy
poco tiempo por los mismos alumnos.
No se puede menos que aplaudir la conducta de tales pro-
fesores al fomentar en los niños el espíritu de coleccionar todo
lo que puede reportar una gran utilidad en la enseñanza..
Hay en esto, hasta cierto punto, un medio de hacer que el
niño adquiera hábitos de conservación de los objetos que le
rodean, pues como se le ~lcostumbra á observar, necesariamente
halla en todos ellos un tin útil.
Desearíamos únicamente que esos pequeños muscos, CSjJC-
cie de cajas euciclopédicas, no se olvidarán tanto por parte de
los profesores encargados de sacar de ellos tun magníficos
resultados.
Desearíamos que el profesor al hablar á sus alumnos de una
sustancia q¡;te tiene allí, tan cerca de su mano, y de los ojos
de los niños, no se contentara simplemente con mencionarla,
dejándola do"rmir el sueño de los cuerpos inanimados, sino
que la sacara de su at"mario y la pasara á cada uno de los
niños para que la observaran pllr sí mismos y que por Si
mismos dijeran de ella el mayor número posible de pro-
piedades.
Decir al niño: •esto es algodón; el algodón es blanco, etc.,
el algodón sirve para hacer camisas, etc., no es enseñar, es
simplemente abotargar la inteligencia de los pequeñuelos con
grande.g dósis de aburrimiento. ¡Cuanta compasión hemos sen-
tido por los niños al entrar en una clase donde el maestro lo
hace todo y lo hab la todo, mientras los alumnos permanecen
mudos y estáticos como los ban0os donde están sentados!
Es de todos bien sabido, que el niño posee siempre idens
más ó menos exactas de todos los objetos que le rodean; corres-
ponde pues al buen educador guiar al niño para que halle
-28-

por sí mismo lo q ne se le desea enseñar; es necesario con-


ducirlo de la mano y no llevarlr1 en ln·azos bácia la meta
deseada.
Eso es lo q uc simr lemente deseamos y quisiéramos q ne
todos los maestros hiciemn.
EMILIO.

REVISTA DEL INTERIOR.


SANTIAGO DEL ESTERO.-Esta Provincia cuenta con 137 escuelas; de
las cuales, 63 son de varones, 23 de mujeres y 51 de ambos sexos; de
éstas son elementales 7 y 130 infantiles.
Concurren á estas escuelas 4 298 varones y 2 302 mujeres; total
6 600 alunmos.
Asistentes 3 823 varones y 2 053 mujeres. Total 5 876.
La asistencia media es de 5 698,45 .
Saben leer y escribir 1 238 varones y 579 mujeres, total 1 817. No
saben leer y escribir 2 591 varones, 1 468 mujeres; total 4 059.
Personal docente 59 varones, 73 mujeres de los cuales solo 12 son
diplomados. Ayudantes 4 varones, 14 mujeres; 4 poseen iliploma.
Los maestros cuestan 23 825 S por cuatrimestre.
TuculllÁN.-El Poder Ejecutivo de esta Provincia ha sido autori-
zado para invertir la suma de 50 000 pesos moneda nacional para la
construcción de edificios escolares,.
SANTA FE.-El Gobierno de la Provincia ha destinado tm millón de
pesos nacionales para la construcción de edificios para escuelas.
ENTHK Ríos.-En todo:; los distritos escolares en que han tenido
lugar conferencias pedagógicas, se han obtenido muy buenos resultadol:l,
demostrando por las conclusiones presentadas, la buena aptitud de los
educadores que en ellas toman parte.
-Los exámenes verificados en el Jardín de Infantes anexo á la Escue·
la Normal, han llamado muchísimo la atención.
CoRRlENTES.-Los exámenes de las escuelas 'públicas han dejado com-
placida á la mayoria del pueblo. La música es una de las asignaturas
--29-

en que más s han distinguido los alumnos; es una buena recomenda-


ción de la competencia y laboriosidad del profesor especial sefior M. de
los Santos Esquive!.
MENDOZA.-La Superintendencia de Escuelas de conformidad con el
art . . l.' del Reglamento, ha resuelto que el 15 del presente tengan Ju-
gar los exámenes de los preceptores y preceptoras no diplomados que
solicitaron rendirlos para obtener el titulo de maestros de instrucción
primaria.
SaLTA.- El resultado de los exámenes que tuvieron lugar en las
Escuelas Normale , han sido muy satisfactorios.
Las escuelas de aplicación anexas á dichas escuelas, han demostrado
haber hecho grandes progresos.

ECOS DE TUCUMAN.
El Director de la E cuela Normal de Maestros ha enviado
al Ministerio de Instwcción Pública el informe sobre el nuevo
Plan de Estutlios de las Escuelas Normales. Es un interesante
escrito, que honra al señor Lopez y al personal de su Escuela.

-La Directora de la Escuela Normal ha enviado una not.'t al


Ministerio de J., C. é l. Pública dando cuenta del resul-
tado de los últimos exámenes rendidos por las alumnas
becada. por la Provincia. Dicho resultado es el siguiente:
2.' .Á.?io: Maria Soria, término medio 8; Rosa Brizuela, id.
9; Luisa Diaz, id. 5.
1.' Atio: Manuela Marchetti, término medio 9; Dolorc
Lizarraga 9; Lastenia Lopez 6; Viccnta Leal 5.5; Agustina
Ficno 5.5.
6.' Grado: Josefa Ibazeta, término medio 7; Indamira
Cabot 5. N o se presentaron 2.
5." Grado: Rosa Ceballos, término medio 9.5.
4." Grado: Vicenta Martinez, término medio 9.5.
-30 ·-

-La Sociedad Sarmiento, en sn última Asamblea procedió al


nombramiento de la Comisión redactora, del«T1~cu,mánLiterario»,
q nedando compuesta del siguiente modo: Director, el doctor
Alberto de Solclati; redactores señores Manuel Perez, B.
Raúl Diaz y Pío Parada; colaboradores, señoxes Luis E. ele
Vasconcellos, I. C. Meodez y Nicolás Ayula; administrador
sefior José R. Fierro. Es un excelente contingente, por lo cual
nos felicitamos.
-Según un iofoxme de la Municipalidad de Monteros, existen
en este Departamento 4 escuelas gracluadas y 15 rurales.
Estas escuelas están servidas por 18 directores, 2 sub direc-
tores y 9 ayudantes. Se han matriculado 1670 niños, siendo
de éstos 1008 varones y 662 mujeres.
RAMÓN V. LóPEZ

Consecuentes con nuestro propósito de hacer justicia al mé_


rito, cábenos la satisfacción de insertar en nuestra Revista,
las siguientes lineas acerca del distinguido Profesor Normal
señor Ramón V. López, actual Director de la Escuela Normal
de MaestTos de Tucumán.
Hizo sus estudios profesionales en la Escuela Normal de
Profesores uel Paraná, sobresaliendo por su inteligencia y con-
tracción al estudio, así en las bancas del estudiante, cotn o
en la cátedra del profesor.
Su maestro el señor José M. Torres, conociendo las rele-
vantes cualidades de López, recomendóle como tal, y después
fué nombrado Inspector Nacional de Escuelas de Tucumán,
Provincia de u nacimiento, donde inauguró la conferencias
pedagógicas entre los maestros de instrucción prirn&ria y fundó
<La Escuela », el primer periódico de Educación de dicha pro-
vincia.
Los importantes servicios que prestó en el delicado puesto
que se le había encomendado, le hicieron acreedor á la esti-
mación de sus superiores y subalternos, quienes contul·on siern-
-31-

pre con él para vencer las diocultades inmensas que se pre-


sentaban á cada paso ·interceptando la marcha próspera de la
educación.
Después de haucr organizado en gran parte la instrucción
primaria, fué nombrado Vice-Director y Profesor de Filosotia
de la Escuela Normal de Maestros, y creó, en unión con
otros señores, la sociedad Amigos de la Educación, que
hace honor á Tucumán y euyos fines principales son: fo
mentar la Instrucción primaria y construir edificios ade-
cuados para que puedan funcionar cómodamente las escuelas
elementales.
Más tarde el Gobierno Nacional lo nombró Director de la
Escuela Normal de Maestros, por renuncia del señor Silvano
Bores, puesto que en el presente desempeña con la aprobación
de sus com provincianos.
López es muy joven aún, pero es pel'severante en sus pTopó-
sitos é infatigable en su trabajo; estudia y consagra la labor de
su inteligencia, no sólo para los que acuden á las aulas de la
Escuela Normal con el fin de dedicarse á la noble carrera
del Magisttrio y la generación que se levanta en Tueurnán
guiada por sus sabias lecciones y prudentes consejos, sino
también al elevado cargo de Diputado de la Legislatura de la
Provincia, donde fué llevado por el sufragio libre de sus
conciudadanos.
La Instrucción de la Provincia le debe sus primeros tra-
bajos d0 organización, y su Magisterio, la formación de una
parte de los maestros que ocupan altos puestos en la educación.
Es modesto y abnegado, pues sus únicos deseos y su primera
preocupación han sido consagrarse con el mismo celo y acti-
vidad del primer día que abrazó la canera del profesorado,
al fomento de la educación y al adelanto de la niñez, sin pre-
tensiones de lucro 6 títulos.
Hay en él un rasgo que hace resaltar más la nobleza de
-32-

sus procederes: es muy caritativo; no hay alumno meneste-


roso que no tenga que agradecerle inmensos favores.
Antes de terminar, felicitamos al señor Lopez por el exce-
Lente informe elevado al Ministerio de .J., C. é Instrucción
Pública, sobre el Plan de Estudios y Programas vigentes en
las Escuelas Normales de la República que, sin duda alguna,
será uno de los mejores presentados con dicho objeto.

- -- - ~ -~><;;;;>-<==~--

VARIEDADES.
El reinado del aluminio.-Según refiere The Joumal of
Comerce, parece que dentro de poco tiempo tendremos al alu-
minio reemplazando al hierro. Las ventajas que se sacarían
de este cambio son innumerables, pues teniendo en cuenta que
este metal es tres veces menos pesado que el hierro y que
tiene igualó mayor maleabilidad que éste, le hacen mayor-
mente preferible para emplearle en las artes y en las indus-
trias. Gran partido sacarían de él la arquitectura, la electri-
cidad, la construcción de los caminos de hierro, el arte naval,
el arte de la guerra y quizás hasta se llegaría á conseguir con
él la realización de la navegación aérea.
Confiamos en que dentro de poco tiempo la inteligencia del
hombre nos pondrá en la edad del aluminio.
El peso del pensamiento.-(< Más leve que el pensamiento »
era hasta ahora la expresión que se usaba para significar lo
sutil y lo imponderable, pero ahora tenemos que recurrir á
otra imagen porque la ciencia con sus investigaciones incan ·
sables, acaba de inutilizar aquélla.
Un profesor italiano, Mosso, acaba de construir una balanza
para verificar el peso del pensamiento humano. Extiéndese
una persona hm·izÓutalmente y coloca su cabeza en la balanza.
-33-

Como cada esfuerzo de la imaginación lleva al cerebro mayor


cantidad de sangre, el platillo de la balanza descenderá tanto
más cuanto mayor sea la fuerza é intensidad del pensamiento.
Hasta durmiendo podemos hacer perceptible el movimiento de
la balanza, pues basta para eso que en medio del sueño un
ruido cualquiera, haga concentrar nuestra atención.
Partiendo de esta teoría ha hecho, dicho profesor, otros ex-
perimentos más fáciles c¡ue los de la balanza. Metiendo la
mano dentro de un recipiente lleno de agua, el nivel de ésta
sube ó baja según la intensidad flel pensamiento, puesto que
la tal intensidad altera la circulación de la sangre, y por eso
aumenta ó disminuye el volúmen de la mano. Por la simpl~
observación del pulso, el profesor Mosso adivinaba cuando un
amigo suyo leía en italiano ó en griego, cuando estudiaba
matemáticas ó historia.
Los experimentos son muy curiosos, y así como se mide la
luz, no pasará mucho tiempo sin que se llegue á pesar el pen-
amiento por gramos, pudiéndose calen lar los kilógramos de
imaginación que ha gastado un autor en la confección de una
de sus obras.
Efectos de la civilización.-Según 1a opinión de dos sabios
norteamericanos, los señores Caton y Hammond, la raza lu¡.ma-
na civilizada no tendrá en el futueo cabellos ni dientes. En
cuanto á la época en que tan infausto suceso se verá realizado,
creen dichos señores qoe será hacia el año 3 500. En esa época
nuestros descendientes serán pPlados como un huevo y desden-
tados como las gallinas.
Los dos autores americanos que emiten esta teoría, son de
la opinión que la calvisie ó depilación y la falta de los dientes
sean los concomitantes de una civilización más adelantada, y
que á medida que el hombre se vaya perfeccionando, irá
naciendo riespojado de los cabellos y de lofl dientes, atributos
de la animalidad de donde desciende.
Así, pues, en el año 3 500 sólo los salva;jes, en caso de que
entonces los haya, poseerán estos apéndices tegumentarios.

3
-34-

ALEMANIA.- La ciudad ele Berlín contaba bastn fines del afio 1888 con
175 escuelas comunales, comprendiendo 2 918 clases.
El personal docente se hallaba formado por 17 4 directores, 1 830 ins-
tructores, 914 instructoras y más ele 39 suplentes. El número ele niños
inscriptos ascendía á 163 263, lo que da c0mo término medio 56 alum-
nos por clase. El mínimo de horas de clases era de 24 á 28 horas
semanales para los instructores y de 22 á 24 para las instructoras. El
presupuesto de gastos do 1888-1889 asc~enclen á 1 880 488 $.
-La prensa de Berlín encarece la necesidad de aumentar el sueldo
1tl personal de las escuelas, destinando para ello una parte del exce-
dente del presupuesto que asciende á la importante smna do 11 845 000
pesos fuertes .
-Se resolvió el año pasado (1888) en Prusia que desde el 1.• de
Octubre se hacía grattúta la enseñanza primaria, clllllplieudo así un
precepto de la Consiitucción del 31 de Enero de 1850.
-El Emperador Federico III antrs de morir, acordó una pensión
de 3 000 marcos á la viuda do Frcebel, que raside on Hamburgo.
-Muchos amigos ele los principios del célebre pedagogo Frcebel, pien-
san erigir una torre, que se llamará Frobelthtwm, en la cima de una
colina (Kirchberg) á la que visitaba Frcebel con frecuencia en sus
paseos.
En el séptimo congreso de institutores que tuvo lugar en Francfort
del Mein, en las vacaciones de Pentecostés, se resolvió lo siguiente:
e Abolición de la distinción existente entre las escuelas superiores ó
de la burguesía (gekobene Volkssclmlen ocler Bu¡·gue1·schule) y las
escuelas del pueblo, es decir, de los pobres (gowohnliche Volskshulen,
d. h. Armenschulen);-Abolición de las escuelas preparatorias y de las
clases elementales de los establecimientos de enseñanza sectmdaria y
mcdia;-.A.bolición de la retribución escolar.
-En Prusia se ha constituido una sociedad para los cuidados del
cuerpo y que hace lo posible por fomentar en la juventud el gusto por
los ejercicios físicos.
El Ministro de instrucción pública del imperio, M. Gossler, aplaudió
la formación de dicha sociedad y le ha prestado su adhesión por medio
de una carta en que dice:
«La escuela y la familia no pueden bastar por sí solas á llenar las tareas
que les imponen los cuidados del cnerpo, esa parle tan iruportante de
la educación. Ellas tienen necesidad del concurso de las comunas y
de las asociaciones. Se trata en primer lugar de la creación de plazas
- 35-

de juegos. En los pequeños centros de poblaciones es raro que sea


necesario proveer á instalación en esa clase de sitios, pero en las
grandes ciudades es de una necesidad imperiosa.».
FRANOIA.-En el mes de Julio del año próximo pasado, quedó defi-
nitivamente instalada en París la sociedad titulada <La Liga Francesa•
para la protección de la infancia contra los abusos de los padres, impi-
diendo que los destruyan física y morlllmente.
He aquí el programa adoptado por dicha asociación en su última
asamblea:
<La Liga francesa tiene por objeto investigar, indicar á quien corres-
ponda ó recoger á los nifios maltratados ó en peligro moml en las
condiciones del art. 1. 0 de sus Estatutos.
Se consideran nifios á los menores de 16 años.
Se consideran maltratados:
1. 0 Los niños que son objeto de malos tratamientos físicos habitua-
les ó excesivos.
2. 0 Los niños que á causa de una culpable negligencia de sus
padres, se hallan privados habitualmente de los cuidados indispensables.
3. 0 Los niños que se dedican á la mendicidad, vagancia 6 vida de-
sordenada.
4. 0 Los niños que se hallan empleados en oficios peligrosos.
5. Los nifios materialmente abandonados.
Se consideran en pelig1·o moral :
l. o Los nifios cuyos padres viven en desórden notorio y escandaloso.
2.0 Los niños cuyos padres se entregan habitualmente á la em-
briaguez.
3. 0 Los niños cuyos padres viven de la medianidad.
4. o Los niños cuyos padres han sido condenados por crimen.
6." Los nifios cuyos padres han sido condenados por robos, exita-
ción de menores al libertinaje, ultraje público al pudor y ultraje á las
buenas costumbres».
En seguida trata de la organización de comités locales, de las trami-
taciones de la asociación en los diversos casos que pueden presentarse y
de los deberes de sus asociados.
Esta sociedad es digna de encomio y de hallar imitación en todas las
partes civilizadas del mundo.
-Otra institución muy importante y de fines sumamente útiles acaba
también de organizarse en París. Su Presidente es el señor Berthlo
y sus fines los siguientes :
« t.• Desenvolver gratuitamente en las escuelas de todo orden, la
fuerza y destreza de los que deberán un día á la Francia sus servicios
militares.
-36-

2.• Con tal objeto procurarán, por todos los medios, el contribuir á
la cultura pedagógica del cuerpo humano.
3. • Introducir en Jos establecimientos ele instl'llcción primaria, se-
cundaria y superior, al lado ele los ejercicios gimnásticos de la mecánica
clásica, los juegos al aire libre y las recreaciones activas que son su
complemento.
4.• De fomentar el que se consigne un número de horas suficiente
á los juegos, en la vida escolar de todas las edades.
6! Estudiar, formular y hacer conocer los medios prácticos que
puedan conducir á ese resultado, determinando en qué medida ellos son
aplicables á las nifias ».
EsPAÑ.A .-En el Congreso Pedagógico que tuvo lugar en Agosto
último en la ciudad de Barcelona, con motivo de la Exposición Uui
versal, se tomru·on las siguientes resoluciones:
•La ensefianza debe ser obligatoria desde la edad de 6 á 12 afios.
La actual organización ele las escuelas es defectuosa y no permite
la aplicación de los progresos pedagógicos.
Es de desear que las escuelas se hallen subdivididas en grupos de
40 alumnos.
Una vez las escuelas organizadas de esta suerte, conviene agregar
á su programa la enseñanza del dibujo y del canto.
Conviene establecer en cada distrito un museo portátil que pueda
sucesivamente transportru·se á cada una de las escuelas del distrito.
Es necesario dar más extensión á los estudios pedagógicos en las
Escuelas Normales.
Hay conveniencia en agregru· al programa de las Escuelas Normales
la ensefianza de la gimnasia, de la música y de la lengua francesa.
En las Escuelas Normales de instructoras la enseñanza debe estar
exclusivamente á cargo de profesoras.
Las funciones de Inspector provincial deben ser inamovibles.
Para que todas las escuelas públicas llenen eficallmente su cometido,
es necesario aumentar el número de Inspectores.
Los recursos destinados al pago de sueldos de los instructores deben
incluirse en el presupuesto del Estado.
-Uno de los miembros de la Sociedad Barcelonesa de «Amigos de
la Instrucción», el profesor señor Pedro Arnó, ha presentado varias
conclusiones mostrándose contrario á la vacunación de los nifios por
creerla más bien peligrosa que benéfica para übnnse de la \>imela.
-37-

INPORME DE LA EDUCACIÓN COMÚN.


PRESENTADO AL MINISTRO DE lNSTRUCIÓN PúBLICA POR EL
PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN
DON BENJAMIN ZORRILLA.

Hemos recibido el infnrme que el Dr. Zorrilla ha elevado


al Ministerio respecti,·o sobre la marcha de la educación común
durante el año 1887.
Como se vé bastante tarde sale á publicidad, por lo
que mur.hos datos no están conformes con el estado actual de
la educación, pero sea dicho en honor de la verdad, contiene
cifras magnificas que no podemos Tesistir á la tentación de
darles publicidad.
El Dr. Zorrilla hace Tesaltú en su informe los tt-aba:jos efec-
tuados durante el año que lo motiva, citando entre otros:
El Plan de Estudios para las escuelas comunes de la Capital
y Gobernaciones Nacionales, haciendo notar que el principal pro-
pósito que ha tenido en vista, ha sido el de darle un carácter
escencialmente nacional.
En edificación escolar, cunde el ejemplo de la Capital á to-
das las proYincias, llegando continuamente noticias muy hala-
gadoras de todos los puntos de la República.
Han funcionado en todo el pais 2 995 escuelas, con 5 991
maestros y concnrridas por 2152.150 alumnos.
La población escolar se ha calculado en 498 041 niños; como
se vé aún no alcanzan á la mitad los que gozan de los benefi-
cios ele la educación. De estos pertenecen á la Capital Federal
116 e cnclns, 27715 alumnos y 746 maestros.
Existen maestt·os diplomados 1313 y sin diplomas 3 348, lo
que dá un 28 "!. de diplomados.
De las escuelas normales han salido 949 maestros. pero rnu
chos han abandonarlo la carrera, por otras mas lucrativas.
- 38

En solo los edHicios ad hoc de la Capital, se educan 20 720


niños.
Se ha abonado: por sueldos, alquileres y gastos diversos
580 440,12 pesos nacionales; por subvenciones 458 389,77; por
útiles escolares enviados á las provincias 140 285,87; por los de
la Capital 36 080,23 y á las Colonias, Asociaciones, etc. 5188,41
Por su bveución para edificios escolares á las provincias y va-
rias sociedades particulares, 123 732,05 pesos.
En general por tesorería se ha abonado 2 650.890'35.
Para el fondo de jubilación existen 17 427.93 pesos.

BIBLIOGRAFÍA.
Acusamos recibo de Jos siguientes folletos llegados de Costa--Rica:-
<Apuntamientos geog1·ájicos, estadísticos é históricos>, por J . B, Calvo; Bo-
tánica, por Paul Biolley; Ejercicios gramaticales, por A. Brenes; Nociones
de Teoria MusicaL, por M . J _Nuñez.
El primero de estos folletos, es una obra laboriosa, nutrida de abun-
dantes y preciosos datos tanto geográficos como históricos sumamente
útiles; y dá á conocer la República de Costa Rica en sus diversas ma-
nifestaciones.
Los diferentes capítulos en que se divide, tratan del aspecto general
del país, población, producciones, industrias y artes, comercio, vías de
comunicación, instituciones políticas y principales poblaciones. En la
segunda parte hace una descripción histórica desde el descubrimiento
basta nuestros días.
El primer folleto de los elementos de Historia Natural, la Botánica
consta de 61 pág. bien impreso y con excelente papel.
El autor la dedica para el uso de las escuelas primarias.
Tiene w1a introducción en la cual hace algunas indicaciones muy úti-
les á los maestros.
La parte didáctica está escrita en un estilo fácil conciso y sumamente
ndaptable á la inteligencia infantil.
Aunque sin tiempo para leerlo detenidamente, creemos no equivocar-
nos al asegurar que este folleto hasta podría servir de texto para las
escuelas argentinas, con la única variación en los ejemplos, pues todos
ellos han sido tomados de la nación para la que fué confeccionado, lo
- 39 -

que no deja ue ser una gran ventaja; pues se ha despojado completa-


m ente de los textos extranjeros.
Otro iueonvcnieu1e reconocido tambien por el autor, por euya razón,
no sabemos á qné a tr ibuirlo, es la carencia de láminas ilustrativas, no
obstante él la cree. de suma importancia para suplir los ejemplares natu-
~~ .
H e aquí el párrafo á que se refiere, al indicar algunas observacioes á
los maestros:
• Con frecuencia faltarán al preceptor los representantes de ciertas
clases de plantas y animales en flora ó en la fama de la localidad. En
este caso los cuadros ó láminas de historia natnral que tiene á la venta
el Gobierno en el almacén Nacional, pueden serle de mucha utilidad y
mas to davía los dibujos h echos en el encerado. E stos dibujos, con los
cuales h an ue representarse míces, hojas, flores, animales ú 01·ganos in.
tcri or es de l cuerpo hum ano, tendrán que ser muy claros y sencillos para
que el niño-poco acostumbrado al manejo del lápiz-pueda reprodu-
cirl os e11 s n pi1.arra ó en su cuaderno. Si escribir algo, equivale á leer-
lo (los veces, como se ha dicho con sobrada razón, el dibujo es el mejor
auxilio de la memoria y la mejor garant!a de la atención del alumno» .

NOTICIAS
A NUESTROS AGENTES.

Deseando regularizar l a marcha administrativa de la (<RE-


VISTA PEDAGÓGICA ARGENTINA)), pedimos encarecidamente
á nues tros agentes, se sirvan saldar las cuentas del año pa-
sado, á la maycr brevedad.
Indíce del año 1.-A causa del recargo de trabajo escolar
durante el pasado mes, no hem os vodidc-, remitir con el número
anter ior el índice <lcl primer torno; eumplimos adjuntándolo á
este.
Nuestro canje.-Entre las secciones nuevm. que inaugura-
m .~s hemos creido conveniente incluir una, e n que bajo el título
ele eN uestro cange> se publicará el título de los artículos que
-40-

la Dirección de esta Revista, crea que puedan ser útiles á los


maestros.
Consecuente pues, con 1•sta resolución están á disposición de
los miembros del •Centro Uuión Normalista• y de nuestros
snscritores, las Revistas que se indiquen en dicha sección, para
lo cual deberán solicitarlas en la Dirección; Charcas 939.

Conferencias de Maestros en Santiago del Estero.-El Conse-


jo General de Educación ha resuelto citar á todos los preceptores
de hs escuelas provinciales á las conferencias pedagógicas, que
empezarán el 1." de Febrero próximo.
Los preceptores gozurán de 1.50 pesos m/ n. de sobresueldo
diario mientras duren las conferencias; esce¡ tnánse Jo de la
Capital.
Todos los preceptores que sin cansa justificada no concurran
á las conferencias serán de tituidos inmediatamente.

Escuela Centro Unión Normalista.- Por un error, al compo-


ner nuestro último número se nos queclaron las clasificaciones
obtenidas por las alumnas del segundo año de esta Escuela.-
Queda salvado el error, pues las publicamos á continuación.
Pedago,qía.-Sobresalientes.-.Tosefa Mendoza y Clara Larghí.
Distinguidas.-Maria Saude 9, Sofía Casabona 9, María Sivo-
re 9, Emilia Gorbea 8, Rita Perez 8 y Elvira Casabona 7.
Historia.-Geograjía y Ciencias Naturales.-.J. Mendoza 10.
10. 10, C. Larghi 10. 10. 10, E. Gorbea 10. 10. 10, M. Sivori
10. 10. 9, E, Ca abona 9- 10. 10, S. Casabona 10. 10. 10, M-
Sande !:!. 10. 9, R. Perez 9. 10. 8.
A?·itmética.~Gramatica y Lectum. - J. Mendoza 10. 10. 10, C.
Larghi 10. 9. 10, E Gorbea 10. 10. 9, M. Sivol"i 9. 9. 9, E. Casa-
bona 9. 10. 10, S. Casabona 8. 9. 9, .M:. Sandc 9. 10. 8, R. Perez
8. 9. 6.

Otro Colegio Nacional.-Despues de muchas gestiones ante


Jos respectivos Gobiernos Nacional y de la Provincia, pronto
41 -

va á tener Entre Ríos, otro Colegio Nacional ubicado en la


ciudad del Paraná, actual Capital de la Provincia- Solo se es-
pera tener un local apropiado para expedir el decreto corres-
pondiente.
En cuanto á alumnos, un buen contingente se ln remitirá Ja
Escuela Normal de Profesores allí establecida.
Parece que el personal docente será nombrado á propuesta del
Gobierno de la Provincia, pero nosotros creemos que sería mas
conveniente que fuese propuesto por la inspección general.

Presupuesto Escolar de la Capital.-- ·Creemos llegar á tiempo


para indicar al Cons~jo Nacional la necesidad, mas aún, la
conveniencia de que uniforme los sueldos para todos los em-
pleados que desempeñan el mismo puesto.
Tal vez se le haya pasado desapercibido al confeccionar el
anterior presupuesto, pero debe subsanarse en el actual.
Apuntar cada error, sería cosa de nunca concluir, y aclemás
tiene el Consejo personas sumamente competentes que lo pue-
den asesorar; pero por lo pronto vemos en las escuelas noc-
turnas que no hay dos prosupuestos conformes.
El sueldo de Jos directores varía de 42 á 62 pesos mensuales,
y teniendo además el que posee la última cantidad, casa para
su familia mientras que, los que ganan menos, ni eso tienen.
En cuanto á los subprece¡Jtores de estas escuelas sucede J.o
mismo.
Los directores de escuelas militares varían en sueldo de 50 á
80 pesos.
Además vemos variación entre los sueldos de subpreceptores
porteros, subvención pura casa, l>anido, aseo. etc., etc.
Creemos que estas breves partidas observadas, servirán para
hacer j)Oner mayor atención á la confección del presupuesto
que ha de regir el presente año. Pero también deuemos re-
cordar que por Jey no se le puede rebajar á ningún empleado
-42-
en la enseñanza, luego el único medio es au!llentn t' los sueldo~
inferiores hasta alcanzar á los mayores.
Además sería muy conveniente y facilitaría la contabilidar1
del Consejo, como también mas eqnitativo que se redondearan
todos Jos sueldos.
Parece que así se le prometió á los maestros el aíio pasarlo.
Se aco"tu'3-rá de e\\ o e\ B.. Cons ~{) ?

Honores á dos Maestros.-El Gobierno de Colombia ha dr.


m·etado honores ú dos maestros que í'allccicrou en el ejNcicio
de su magisterio recornendánclo á los Institntores Ja memoria
de estos dos abnegados servidores de lh patrin en el impo,·-
tante ramo del Magisterio.
Esto es muy honroso y habla muy Hlto rn favor del Gobier-
no y del Magisterio de la República de Colombia.

Los Sábados en las Escuelas.-Por causas muy justas que


otros colegas han expuesto ya antes que no~oi"ros, es ele espe-
rar que el Consejo N. rle Educación, tománclolos en cuenta
dicte la acertada resolucióu de que los días Sáhaclos haya clase
en nuestras Escuelas simplemente hasta la 1 ]J. m.
Hemos hahlado con mnchos Directores de Escuelas gntdua-
das y todos ellos se quejan rle la carencia ele tiempo pnra dnr
conferencias de su ma u ti Ji dad al personal de sus r!'~pcdi ras
escuelas.
Desearíamos con anhelo ver implantada tal refor1na an!c ., de
empezar el nuevo curso,

Una profesora normal brava.-Eu la lí11 ea dPl [('rrocul'l'i l nl


Azul y Bahía Blanca, hay una directora de escudn, que, (' OU
frecuencia, se irrita, alza la voz y á veces la m:mo, qu t:<'ja
caer sobre sus erlncandus.
Le deseamos un año mas benigno en el próxima escolar,
para que las bellas cualidades, que la adornan no sean oscu ·e-
cidas pot:- un carácter tan exaltado.
-43-

Ayudarano al cumplimiento de nuestros votos si conside-


ra que ostenta el títu lo rle Profesora Normal!

Fuer a ignorantes.-El Gobierno de los Estados Unidos ha


dispuesto no hace mucho, que los inmigrantes que entran en el
país, deben sufrir un examen de saber leer y escribir, y los
que no sepan sean inmediaiarnente reembarcados para su país,
pues son indí,qnos ele ejercitar las tibertacles concedidas á los cht-
cladanos de aquella nación.

Alumnos caros, maestros costosos.-Bajo este título trae el


Tuoumán Litemrio, un estenso ar tícu lo, haciendo resaltar los
desventajas que hay, al concerler becas á alumnos de las Es-
cuelas de aplicación anexas á las normales.
Todo cuanto asegUl'a, es lo que pasa en todas las escuelas
normales, y solo sentimos no disponer de espacio, para ampliar
aún mas lo que en él se dice.
El Sr. Ministro de Instrucción Pública y la Inspección deben
p1·eocuparse de este punto, si no se quiere desvirtuar el ol>jeto
de la fundación rle escuelas normales.

Escuela Normal en Concordia.-EJ Dr. Posse se ocupa


actualmente de organizar el personal docente de la Escuela
Normal mixta creada por el presupuesto vigente en Concordia,
Provincia de Entre Ríos.
Con esta serán 35 escuelas nor males que funcionan en la Re-
pública-
Al fin! En la imprenta ya, nuestra correspondencia de Do-
lores, nos llega la noticia que des pues de batallar un año, el Dr.
Montes, director de la Esc uela Normal de Dolores, consiguió
que el Consejo Esco lar entregara la pUl'te del edificio donde
funch na la escuela, que indebidamente y con pe1:juicio de la
educación del pueblo, se le detenía hasta hace poco.
-44-

Solo con la constancia del Dr. Montes se consiguió que eva-


cuaron la plaza fuerte pues así era considerad o para los seño-
res consejeros de educación.
El pueblo dolorense está de felicitaciones.

Los Tribunales en un edificio escolar.-El Consejo Nacio-


nal de Educación ha estado poco feliz al ceder el hermoso edi-
ficio escolar •Petronila Rodríguez• para que se convierta en
Palacio de Justicia.
Francamente nos ha sorprendido este cam hio ele frente, pues
días antes de publicarse aquella bonita nota en que no esca-
seaban las flore li terarias, nos aseguraban personas muy bien
informadas que el Consejo cumpliría con su deber, esto es,
resistiría al pedido del señor Ministro é iría hasta el sacrificio,
en caso que fuese necesario.
Pero be aquí, que al día siguiente publicó la prensa de
esta Capital una humild e nota concediendo el edificio.
Mal asesorado ha estado el H. Consejo al acceder, habi endo
obrado no solo en perjuicio de sus intereses sino deJa educa-
ción común.
También tenemos entendido que los herederos ele Petronila
Rodríguez, viendo que se ha desvil·tuado su última voluntad,
piensan presentarse ante los tribunales á los efectos correspon-
dientes. Será digno de verse como ellos mi mas tendrán que
condenarse á pagar daños y pe1juicios y para concluir la fiesta,
abandonar la cómoda casa que ocupan .
Si hoy pretenden introducir los Tribun ales mañana querrán
otro edificio para Ministerios y siguiendo este orden de ideas,
presentimos ya cual será el fin que tenflrán estos grandes y
explendidos ediücios de educación.
Biblioteca de maestros.- Tenemos el placer de avisar á . los
maestros de la Capital que la Biblioteca situada en el edificio
escolar de la esq uinu de Viamont y Talcahuano, está ya abierto
al servicio público de 12 á 5 p. rn.
- - 45-

Una vez que empiecen ú funcionar las cluses, permanecerá


abierta despnés de las 4, con el objeto de que puedan acudir
los empleados de las escuelas públicas, para qnienes especial-
mente ha sido creada esta Bibliotecn.
Actualmente se está imprimienclo el catálogo general, que
será distl'ibnido adjunto al Monitor y se repartirá gratis á
quien lo solieite.
Es de sentirse que no posea un local más espacioqo, pnes en
los salones que funciona actualmente no hay lugar ni para
poner un volúmen más.

Colegios Nacionales y Escuelas Normales-Por el Ministerio


de Instrncción Ptíblica se ha paRado unn ciL·cular á los Di-
rectores de Colegios y Escuelas Normales r~cordáncloles la
obligación que tienen ele pasar el coHespondiente informe
durante el mes de Febrero.
Esta anvertencia del Dr. Posse ha sido con el objeto de
poder presentar su Memoria al H. Congreso en lns primeras
sesiones del nño, destmyendo la mala práctica establecida de
dar cuenta en las últimas sesiones.
Es nna acertada medida, y sólo deseamos que siga su ejem-
plo el Cons~jo Nacional de Eclncaeión, para no vernos obliga-
dos á leer datos y cifras sumamente atrasadas.

Estéban Lamadrid.-Ha sido nombrado secretario interino


del Consejo Escolar del clistritu 3.", mientras dure la ausenr.üt
del titular, el inteligente joven, Profesor Normal, Estéban
Lamadrid.
Es un acertado nombramiento, por lo qne sólo sentimos que
no lo sea en propiedad.
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA.
ÓRGANO DEL CENTRO UNIÓN 00R.MALISTA.
Año JI. Febrero de 1889. Núm. XIV.

ÁPROPÚSITO DI~ UNA COMPAÑÍA riEATRAL DE NIÑOS.


En la época mercantil porque atravesamos no se omite
esfuerzo intelectual para inventar negocios especulativos que
rindan pingües ganancias aunque sea hollando la moral pú-
blica y aboliendo con golpes maestros las prácticas más puras
y juiC'.iosas de nuestra sociedad. Esto lo vemos y palpamos cuo-
tidianamente, y sin darnos cuenta muchas veces dejamos que la
corriente se deslice sin alzar el grito de protesta que sugiere la
inclinación al bien y que impone la conciencia de ciudadano.
Muy agradable impresión ha causado en la mayoría del pú
blico afecto á espectáculos líricos, la compañía infantil de
za;rzuela que no ha mucho formó un mercader con el solo y
esclusivo objeto de lucrar á espcnsas de las criaturns q ne tie-
nen la desgracia de pertenecer á padres indignos de tal unmbre,
desde el momento que comercian con sus hijos sustrayéndolos
al desarrollo propio de la edad y evadiendo la obligación
escolar.
Los diarios y periódicos de la Capital han condenado unos
semejante idea, otros la han aplaudido, y una mayoría la han
mirado con indiferencia sin emitir juicio alguno. Nosotros no
podemos permanecer en si lencio ante un hecho q ne tan fatales
consecuencias nos ha de traer y que no ha tardado en tener su
repercusión en el nuevo teatro infantil que acaba de formarse.
La niñez, como ha dicho Spencer, es lo mas sagrado y mas
,qnnto aue hav en el mundo. La civilización moderna le se-
-48-
fíala grandes destinos, los gobiernos pr0gresistas levantan tem-
plos para su albergue y del seno mismo de la sociedad culta,
surge la idea de los asilos para recoger al huérfano y al me-
nesteroso; pero nunca para esplotar su indigencia.
Formense en horal.mena asociaciones que satisfagan la.
necesidades mas apreminntes de tanto niñ0 desvalido y enséi'ie-
seles un oficio qne les asegLue ganar el sustento por medio
del trabajo honrado que dignifica y rol.Justece; aplaudamos
con entusinsmo la funuaciQ.n de instituciones de caridad, es-
cuelas de aprendices ele artes é industrias, asilos navales, etc.,
que pasan casi desapm·cibidos á los ojos de la generalidad pero
no fomentemos con nuestra aproba<·ión las compañías teatrales
de niños que hoy se han formado y seguirá1J formándose si el
público negando su concnrso y las autoridades cumpliendo
su deber no ponen una valla á estos desmanes.
Vamos á considerar la cuestion bajo dos fases: los infantes
que forman el elenco de la compañía ó bien son huérfanos y
rlesamparados ó tienen padres que atiendan á sus necesidades.
En el primer caso es cosa triste para la opulencia de Buenos
Aires y para el concepto del Gobiern0 que huérfanos argen-
tinos se hospeden en los camarines de un teatro, cuando se gas-
tan sumas considerables en la constmcción de h0spicios cómo-
nos y ventilados.
En el segundo caso los padres seducidos por la utilidad
pecuniaria ó por una perspectiva asaz prematura y ul.Jsurda
han faltado al deber mas sagrado, poniendo á los que son
prendas del alma y no de un sentimiento egoísta en el IJorde
de un precipicio.
La naturaleza física del niño como la de una planta, requiere
aire, luz y los auxilios necesarios á su incapacidad. Y si esto
es asi, en virtud de qué derecho se tiene á una criatura du-
rante las horas del día en un para:je oscuro, limitando su contí-
nua locomoción, indigestando su memoria con piezas dramáticas
imligeribles en esa edad, forzando los órganos vocales con un
ejercicio que la naturaleza lo exige recien en la pubertad, y
-49-

corno suplemento de estas marcadas violencias, hacerle velar


hasta media noche respirando el aire viciado de entre telones?
(,Qué derecho asiste á un padre para desviar á su hijo del ca-
mino de la escuela y encerrarle en una cárcel donde se apri-
sioua su cuerpo y su inteligencia? ¿Podrá invocar en nuestra
tierra el móvil de la necesidad ?-No.
Toda persona que tiene dos brazos gana aquí, con facilidad,
el pan necesario y suficiente para la vida; si no los tiene, si es
invál:do, las puertas de los asilos de caridad le están franquea-
da~ ,, las escuelas maternales que sostienen nuestras damas,
las de primeras letras attes y oficios que sostiene el Gobierno,
las e ongregaciones religiosas y asociaciones particulares, tienen
sierttpre un lugar para sus hijos menesterosos.
1 as¿mos ahora al espectácuh que ofrecen al público los ac-
to tes infantiles representando un diálogo amoroso, cantando un
duo del mismo carácter, criticando defectos y costumbres, pin-
tando el calor de las pasiones y en una palabra desarrollando
las escenas gastadas de la opereta fl'llncesa ó los episodios mas
originales que nos presenta el teatro moderno. Á nosotros nos
hace el mismo efecto que nos produciria un hombre ele la época,
de medio metro de elevación desde la planta del suelo, ocu-
pando el recinto de un club político, y con una actitud dantesca
sosteniendo un diálogo sobre legislación, crítica de nuestros
vicios, cánceres s 1ciales y otras cuestiones no menos cir-
cunspectas. Esto sin ir mas lejos, sin penetrar en las conse-
cuencias de una enseñanza corruptora de los sentimientos mo-
rales.
El niño por su propia inquisitividad trata de darse cuenta de
los objetos que le rodean, ele las palabras q ne oye y retiene,
y qué tmzos pueden dejar en su corazón las veleidades y desli-
ces del amor cuyos episodio.> acaba de representar, qué frases
oo escucharán de la gente ele bastidores esas niñas de doce
años! Hemos tenido ocasión de notar que muchos admiradores
de la uelleza y gracia dl~ las pequeñas damas y afeetos á la
sociedad de camarines, hau ido movidos tal vez por la cnriosidad,
-50-

á felicitarlos, acariciar sus rostros y palmear sus tiernos bra-


citos.
Tal es la suerte que . corren nuestros protagonistas, cuyos
porvenir comienza ya á vislumbrarse con tintes sombríos. Pero
hemos dicho anteriormente que las autr. ridades escolares tie-
nen en este asunto una participación directa y su mutismo im-
plica una falta grave.
La ley nacional de educación establece eEplícita y claramente
que la instrucción primaria es obligatoria y gmtuita para todo
niño de 6 á 14 años, hace responsables de esta obligación á
los padres y tutores, pone en mano de las autoridades los
medios necesarios para respetar sus mandatos llegando hasta
concederles el uso de la fuerza pública para conducir los ni-
ños á la escuela, señala un mínimum de conocimientos, esta-
blece la inspección, etc., etc. ¿Y se conside·ra á esta ley como
ficticia? . . . ¿Es nota muerta?- Qué hacen los consejos
escotar-es de distritos ¿olvidan qu~ es su deber estimular por
todos los medios á su alcance la concurrencia á la escuela pro-
porcionando para este objeto vestidos á los indigentes? ¿ olvi-
dan que deben castigar á los padres 6 tutures por faltar á la
obligación escolar ?-Y el Consejo Nacional que gasta sendas
sumas en suntLlosos edificios ¿ignora que en nuestra sociedad
existen parias que reclaman su poderoso auxilio? Estas refle-
xiones nos sugiere la formación de las compañías teatrales
infantiles, que no ha provocado una sola m.edida, un sol 1 grito de
protesta de parte de las autoridades competentes, y el espec-
táculo triste que nos presenta á cada momento un número .
considerable de r..iños vagando por nuestras calles y paseos pú-
blicos en las horas del trabajo diario. l.{ o hace mucho que un
caballero inglés notando la suerte de estos vagos que sin ocu-
pación provechosa ni domicilio fijo vejetan en el ocio sirviendo
de pasto á, vicios de todo género, observó que un 90 ·; . no sabían
leer ni escribir. ¡Satisfactoria situación y decantado progreso
de la instrucción primaria! Hemos adelantarlo, es cierto, pero
el camino es largo, y el horizonte inmenso; mucho nos falta
-51-
que realizar por medio de una labor má's asidua y menos
ilusoria.
Esperamos que el eco de nuestra voz repercuta en los oídos
de las autoridades escolares, para no lamentar por mas tiempo
la explotación injustificable que se hace cou los niños desvián-
tlolos de la ruta de la, escuela y para no presenciar el espec-
táculo triste de los que v:1gu~:~ por nuestras calles y paseos,
sin las nociones mas rudimentarias que labren sus rústicas in-
teligencias.

- --=-e-e>==--

ENSEÑANZA OBJETIVA DE LA HISTORIA.


En el número X de esta Revista, decíamoo que el doc-
tor V. E. Montes, se estaha ocupando en la confección de
mapas ilustrados para la enseñanza . de la Historia Nacional!;
pues b~en, ahora tenemos la satisfacción de anunciar á nues-
tros lectores y á los maestros en general que dichos cua-
dros se hallan terrninados debido á la preferente atención
que siempre le ha prestado su aubr.
Como ningún maestro debe demorar en solicitarlos y pll-
nerlos en práctica en sus respectivas escuelas, creemos de su-
ma utilidad transcribir aquí su descripción tomada de una
cada que el autor dirigió al Sr. Inspectot· de Escuelas N or-
male, Dr. J. B. Zubiaur.
" El primer cuadro lleva por título ''El descubrimiento
del Nuevo Mundo". Le haré una ligera enumeración de los
grabados que contiene: Cristobal Colon, pobremente vestidr,
llega en compañia de su hijo Diego, al convento de la Rá-
bida, que aparece con sus torres vetustas y antiestéticas;
sigue el retrato de Juan Pérez de Marche na, el n.)ble y de-
sinteresado amigo de Colón, que descubrió la grandeza de
su proyecto á través de sus harapos; Colón, de pié con las
-52 ·-
fulguraciones del genio en el rostro, expone ante los frai·
les del con vento sus teorías sobre la redondez del planeta;
retrato del gran cardenal de España, Don Pedro González
de Mendoza, merced á cuyo influjo, Cülón obtuvo una au-
diencia de los Reyes Católicos, cuyos retratos nparecen en
seguida, así como la flotilla zarpando del Puerto de Palo:;,
entre la consternación de un pueblo que tiembla ante los
peligros, más imaginarios que reales, de la navegación; retra·
to de Martín Alonso Pinzón, jefe de ' 'La Pinta'' ; Colón do·
mina, con ademán enérgico y palabra persuasiva, los sinto·
mas de rebelión que empiezan á manifestarse entre la vil
tripulación; el ansiado descubrimiento, y Colón, en actitud
fervorosa, co11 los ojos levantados hacia el cielo, la plegaria
en los labios, y el estandarte de Castilla en la mano, toma
posesión de la isla; varios grabados representando los naturales
de la isla eon sus trajes, armas, instrumentos de música y
fiestas populares; Colón es recibido por los Reyes Católicos,
á la sazón en Barcelona, con todos los honores debidos á un
hombre de su mérito; tercer viaje de Colón, en que toca,
por primera vez las costas del continente; su inicua y aleve
prisión, su apoteósis por la humanidad, que admira su genio,
que encomia la fortaleza de su alma, que ensalza su descu.
hrimiento, el más portentoso que haynn presenciado los si·
glos, que anatematiza sus verdugos, y glorifica su nombre,
.colocándolo al nivel de los varones más ilustres de los antiguos
y modernos tiempos; y, por último, cerrando el cuadro, elre-
trnto de América Ves¡.,ucio, que dió su nombre al mundo
deseubierto, sin quererlo, ni sospecharlo; del flagelado Amé·
rieo, que era un cosmógrafo competentísirno, un cabal lero de
hábitos irreprochables, y el primero que describió, por orden
de los Reyes de Castilla, el Nuevo Mundo.
" El segundo cuadro se titula: '·El Descubrimiento y Con·
quista del Río de la Plata ". Aparece en primer término, la
hermosa figura del piloto mayor, Juan Díaz de Solís, con-
templando el gran estuario que acaba de descubrir¡ después
-53-

su deplorable muerte por los Charrúas, que disparan sus fle


chas sobre el malogrado navegante, que yace en tierra mo-
ribuDdo; los aborígenes de esta parte de la América,' los
querandies, los minuanes, yaros, timbús, avil_)ones, agaces, pa-
yaguás, mocovies, patagones, tehuelches y fueguinos; el re-
trato de Hernando de Magallanes, tan grande por su valor
indomable, como por su ciencia profunda, descubridor del
Estrecho que lleva su nombre, y el primero que demostró
prácticamente la teoría de Colón sobre la redondez del
planeta; Sebastian Gaboto, funda el fuerte de Santi Spíritu, en
la confluencia del Carcarañá con el P:ll'aná, entre los mato-
rrales de la llanura virgen, probablemente conmovida ante
la novedad del espectáculo; el mismo Gaboto surca, el pri-
mero, las aguas del Pamguay, y dispersa con su artillería
los indios agaces que se disponían á atacarlos; aparece luego
el Fuerte de Santi Spíritu, devorado por las llamas del in-
cendio, menos voraces, á no dudarlo, c¡ue las que calcinaban
el corazón del mala ven tu rudo Cacique Mangoré, que cae
muerto á los pies del caballeresco Nuño de Lara, jefe del
fuerte; la infortunada Lucía Miranda ardiendo en la pira, y
Sebastián Hurtado, su a¡.msionado esposo, asaeteado por orden
de Siripo: muerte de García Ramón, primer explorador del
Uruguay, por los miuuanes; primera fundación de Buenos
Aires, en las márgenes del Riachuelo, con sus ranchos de
paju y barro, circunJados por muros de alta tapia y zanjas
profundas, tal como la describen los cronistas de la época; el
combate tan Llesastroso para los conquistadores, á orillas del
Riachuelo; el retrato de Ulclel'ico Schmilclel, bizano solda-
do de la expedieión y primer historiador del Río de la
Plata; incendio de la ciuJacl por los c¡uer.tndíes; combate na
val de Ayolas en el paso de la. Angostura con los indios
agaces, que tripulaban 300 barcas formadas de troncos de
árboles; el mismo Ayolas, al frente de 200 soldados, busca
comunicarse con los conquistadores del Perú; sn muerte por
los indios payaguás; el arrogante Alvar Núñez Cabeza de
-54-
Vaca, llega á la Asunción después de haber explorado 400
leguas de tetTitorio desde las costas del Brasil; los conjura-
dos deponen á Alvar Núñez y nombran en su reemplazo al
Capitán Domingo Martínez de !rala.
El cuadro 3.• se titula " El Coloniaje ". Los grabados se
suceden en el orden siguC\nte: Don Gerónimo Luis de Ca-
brera funda la ciudad de Ct..rdoba en Julio de 1573, y el ·
teniente general don Juan de Garny, la de Santa Fe en el
mismo año. El mismo Garay, en Julio de 1580, reedifica
Buenos Aires, con 70 soldados que llevan el vistoso uni_
forme de la época y pasea por sus calles, entonces silen-
ciosas y desiertas, el estandarte real; Vera y Aragón, cuarto
adelantad0, introduce en estas regiones las primeras vacas;
Alonso de Vera funda la ciudad de Corrientes; Hernando
Arias de Saavedra, nombrado gobernador á la partida de
Torres y Aragón, derrota á los indios pampas, y arrebata
200 leguas al desierto; el retrato de Fray Francisco Solano.
1
los indios de las misiones jesuíticas imprimiendo un libro;
el maestre de campo Vera Mujica toma por asalto la Colo-
nia del Sacramento el 7 ele Agnsto de 1680; don Bruno de
Zabala funda la ciudad de Montevideo en Febrero de: 1726;
una batalla de la guerra guamnitica (1756); retrato de don
Pedro de Zeballos, primer virey del Río de la Plata; demo-
lición de las murallas de la Colonia del Sacramento el 4 de
Jnnio de 1777 por el mismo Zeballos; retrato de don Juan
José de Vertiz, el Rivadavia de la P.poca colonial; la impren_
ta ele los Niños Expósitos; insurrección " y snplicio de Tupac
Amarú; fac &imil de los primeros periódicos de Buenos Aires:
" El Telégrafo Mercantil" (Abril de 1801) y" El Semanario
de Agricultura" (1802); retrato del sabio naturalista é infa-
tigahle explorador don Félix de Azara.
El cuadro 4. • está consagrado exclusivamente á las in va
siones inglesas; la bandera británica aparece flameante sobre
las murallas del fuerte de Buenos Aires el '27 de Junio de
1806; el brigadier Berresford de pie, con la mano en el po-
-55-
mo de la espad3, contempla la ciudad que acaba de con-
quistar; retrato de Santiago Linie-rs; las tropas de éste mar·
chao a la reconquista de Buenos Aires; combate y toma del
Retiro; el comandante Pueyrredón quita personalmente al
fi:ente de sus húsares un estandarte al regimiento 71; los
ingleses capitulan en el Fuerte; los trofeos de la victoria; 2. •
inva ión; los ingleses se apoderan por asalto de Montevideo
el 3 de Febrero de 1807; retrato de don Pascual Ruiz Rui-
dobro, defensor de la plaza; retrato de don Martín de Ál_
zaga, alcalde de 1er voto; los ingleses atacan la plaza del
Retiro; Craufurd capitula en Santo Domingo; se rinden á
discreción en el Retiro; Whiteloke capitula el 7 de Julio; los
héroes de las dos invasiones; manumisión de 70 esclavos en
la plaza de la Victoria, presidida por el Virey Liuiers, her-
moso y conmovedor espectáculo, precursor de otro más gran-
dioso y sublime á que asistiremos en breve, la manumisión
de todo un pueblo, la munumisión de todo un continente .
El cuadro 5." se titula (<La Revolución de Mayo ". Apare·
ce en el 1er. grabado el antiguo Cabildo de Buenos Aires
y en frente, eu la plaza de la Victoria, grupos de ciudada ~
nos que piden la deposición del Virey Cisneros; signen los
retratos de los 9 'lli cm bt·os de la Junta revolucionaria; la
batalla de Suipacha en que las armas de la revolución ob-
tienen su primer triunfo, bajo las órdenes del general don
Antonio Gonzalez 13alcarce, que aparece rodeado con los tro-
feos de la victoria, 2 banderas y 4 cañones; el pequeño ejér-
cito de Belgrano, compuesto de 700 hombres, combate deno-
dadamente en el Paraguay, el 19 de Febrero de 1811, contra
7000 soldados de Velazco; retrato del Dean Fúnes; Belgrano
enarbola en las baterias del Rosario, la bandera argentina,
inspiración sublime de su alma generosa; los miembros del
primer triunvirato, don Feliciano Chiclana, don Manuel Sa-
rratea y don Juan José Passo; e:jecución de Álzaga; hatalla
de Tucumán; retrato del geneml Eustaquio Diaz Velez; ren-
dición de los españoles en Salta; retrato de don Martín Ro-
-56-
driguez que mandó el nla izquierda del ejército en la bata-
lla de alta; retrtdo del vencido en alta y Tucumán, don P1o
Tristán; infaustas jornadas ae Vilcapujio y Ayouma; el gene-
ral H.ondeau derrota á Vigodet en el CmTito el 31 de Di-
ciemlJrc de 1812; la asamblea del año 13; el c.ombate de San
Lorenzo en que fulgura con destellos inmortales el sable de
los granaderos á caballo; el sargento Cabra], del que he di-
cho en otra ncasión:
Batiéndose como un héroe,
Y como un mártir muriendo,
No salvaba, sucumbiendo,
A su patria el paladín;
No, CaJ,ral: allí salvaste
Con tn arrojo sin segundo,
La independencia ue un mundo
En José de San Martín 1

El retL-ato de don Gel'vasio Posadas, primer Director de


las Provincias Unidas; el del ministro Larrea, merced á cu-
ya iniciativa poderosa y fecunda y alta pL'evisión militar se
organizó la escuadrilla de Brown, laureada por la victoria
de los épicos combate de Martín García y Montevideo ; el
Generul don Cárlos María de Al vear pL'esenta personalmente
á la asamblea las 8 banderas tomadas al enemigo en Mon-
tevideo; Alvear es nombrado Director de las Provincias Uni-
das; retrato de Ignacio Ál varez y Thomas; el Congreso de
Tncnmán declam la independencia de las Provincias U ni-
das; proezas de Güemes en el Norte de la República.
El cuadro 6." se titula "La campaña continental. " El or·
den de los grabados es el siguiente: retrato del General
Pueyrredón, Director de las Provincias U ni das, que ordena
la expedición á Chile; el General San Martín pasa revista á
sus tropas en la ciudad de Mendoza; el paso de los Andes,
sólo comparable al que Aníbal y Napoleón hiciéran de los
Alpes; la batalla de Chacabuco en el momento decisivo en
que San Martín carga con los granaderos de Zapiola la ca-
·-57-
ballería enemiga; los héroes de Chacabuco, O'Higgins, el bri-
gadier Soler, las Heras, el comandante Necochea, el coronel
Zapiola, etc., etc.; retrato de Rafael Maroto, vencido en Cha-
cabuco; entrada triunfal de San Martín á Santiago de Chi-
le; batalla de .Maipo en el momento en que San Martín
toma en sus manos la bandera a1·gentina, y huyen los sol-
dados de Osorio; retrato de Lord Tomás Cochrane; el ejér-
cito de San Martín se hace á la vela en Valparaíso para
dar libertad al Perú; San Martín y ·su ejército saludan en la
babia de Paracas al sol naciente; .Arenales den·ota en Paseo
al brigadier O'Reilly; entrada triunfal á Lima; San Martín,
tJ:emolando una bandera en la .mano proclama la independen-
cia del Perú; retratos G.e los ministros de San Martín, Pro-
tector del Perú; Pringles se arroja al mar en la playa de Pes-
cadores; entrevista de Guayaquil; retrato de don Tomás GuL
do, de Lavalle, Suarez, Olavarría, Olazábal, y de don Ru-
decindo Alvarado, etc., etc .
El cuadro 7.' empieza con la batalla de Cepeda, el 1·· de
Febrero de 1820, ganada por los caudillos del litoral, Francis-
co Ramirez y Estanislao Lopez, contra el director Rondeau;
Manuel de San·atea celebra con dichos caudillos el tratado
del Pilar; gobierno de don Martín Rodríguez; creación de
un Banco de descuentos; Gobierno de Las Hm·as; presiden-
cia de Rivadavia; los 33 orientales; Lavalleja; Brown des-
truye en el Juncal la escuadra imperial; batalla de Ituzain-
gó; muerte de Brandzen; los héroes de Ituzaingó; el Marqués
de Barbacena, vencido en Ituzaingó; fusilamiento de Dorre_
go; convención de Barracas; triunfos del General Paz en
el intet·ior; le bolean el caballo en el Tío; batalla de la ciu-
dadela de Tucumán, e u que caen vencidas por el bárbaro
Facundo, las legiones de La Madrid, que en tiempo no leja-
no, bajo las órdenes del invencible Paz, lo habían humilla-
do en la Tablada y Oncativo.
El cuadro s.• y último de la colección, está consagrado á
la luctuosa y brutal tiranía de Rosas; chorrea sangre, como
-58-
la época siniestra á 4 'e se refiere. Los grabados están co·
locados en este orde 1: retrato de Rosas y del General don
Juan Ramón Halcarce, que le sucede en el mando; expedi-
ción de Rosas al desierto; rett·ato del General Juan Jo~é Via-
mónt; asesinato de Facundo Quiroga en Barraca Yaco; Matan-
zas de Pago Largo; retrato del mártir corrent~uo Genaro Be-
rón de Astrada; asesmato dP-1 Dr. Maza en la secretaría rle la
Legislatura; revolución del Sud; los jefes de esta revolución;
epis0dio del joven Lastra; el Quebracho Herrado; muerte de
Lavalle en Jujuy; Marcos Avellaneda es degollado en Metán;
escenas de la mashorca en Buenos Aires; victm.·ia de Caá-
Guazú; el vencido en Caá-Guazú; batalla del Rodeo del Me-
dio; retrato del intrépido Gen E:ral Acha; el fraile Aldao; Don
Manuel Oribe; Joaquín Suárez y Melchor Pacheco y Obe~ ;
asesinato de FJorencio Varela; publicistas y poetas de Ja Ji.
bertad; pronunciamiento contra Rosas en la Concepción del
Uruguay; el General Urquiza, en la batalla de Caseros
Mi Mapa Histórico, como usted lo ve, es un cu1·so completo
de Historia Argentina, desde el descubrimiento \del Nuevo
Mundo basta la caída de Rosas, sin escluir un sólo acontecí-
miento de trascendencia, y sin romper en lo más mínimo la
unidad hwtórica que debe brillar sin eclipses en obras de es-
ta índole.
Si la misión del hombre de Estado es producir el máximum
de seguridarl por el mínimum de impuestos, la misión del
maestro de escuela es producir el máximum de ilustración
por el mínimum de esfuerzo de parte de sus discípulos.
La inteligencia de los niños argentinos, por lo que concierne
al estudio de;la historia patria, gime cautiva en las mazmorras
de la rutina. Mi Mapa Histórico, como lo probará la ex-
periencia, es un mapa libertador. Pronto, muy pronto,
esas tiernas inteligencias abandonarán sus lóbregos calabozos,
entonando e':J.tusiastas y alegres cánticos á Pestalozzi, de cu-
yas hermosas doctrinas mi mapa es una modesta aplicación.>
VICTORIANO E. MONTES.
-59-

CARTA CERRADA.
L!t Plata, Febrero de 1889.

Señor Director de la Revista Pedagógica Argentina.

Le quedaría muy grato si pudiera dar cabida en las colum·


nas de esa Revista las siguientes mal peregenadas lineas, tra-
zadas al correr de la pluma y slr, tiempo para releerlas p0r lo
que le pido disculpa á V. y á los lectores de la importante
Revista Pedagógica A'rgentina que dignamente V. dirige:
Con la extrañeza consiguiente que se experimenta al ver
una persona atacarse á sí misma, he leido en la Revista de la
Enseñanza que se publica en esa capital, el primer artículo,
constituido por una carta crítica á los profesores normales de la
República.
Sin tiempo para analizar y desean do no aprobar con el Fi
lencio, lo aseverado en él, comunícole mis impresiones á e .e
respecto por si V. no lo hubiere leido.
Dejando para mejor ocasión demostrarle con datos estadísti-
eos y nombres propios de entrP los pocos normalistas que ten-
go el honor de conocer, debo ante todo manifestarle que no me-
habría sorprendido dicho artículo, si hubiera aparecido en una
publicación antinormal (discúlpcseme el vocablo); pero en una
Revista en que figuran al frente cinco nombres con sus co-
rrespondientes títulos de " Profesores Normales", ...... franca-
mente no sé á qué atribuirlo si á un exceso de modestia de
parte de la Dirección 6 á la demasiada franqueza con q ne pro-
ceden, si hablan por expm:iencia propia.
Creo, sefior Director, que á la tal carta abierta le correspon-
dería con mayor derecho, el titulo de carta cerrada, y en
tal concepto tomarla la Dirección de la citada Revista.
Empieza con una serie de verdades de aquellas ... , . que á
nadie se le ocurre poner en tela de juicio, y en seguida parece
-60-
querer protestar porque no ocupan lof' normalistas los prime-
ros puestos en la educación; pero más adelante se arrepiente
de lo dicho y se congmtula de ello.
Creo, señor; que el decir normalista habrá querido decir yo
á lo menos así diría el original,) esta es mi muy humilde opi-
nión, porque á decir verdad, no sé quién es ese señor Pollot
y como nnnca lo he oído non1brar, supongo quese oculta bnjo un
pseudónimo.
Después ele esta defensa-ataque, entra á estucl iar las condi-
ciones de los actuales pL·ofesores normales y agrega muy ufano
que "no tienen las condiciones suficientes para llevar la edu-
cación á la altura que anhelamos."
Esto me hace afirmar más en mis trece al asegurar que el
autor de las anteriores líneas no solamente no es normalista
sino que nunca ha oido dictar una clase de Pedagogía en nin-
guna de las escm~las normales de la República Argentina y que
según se desprende, sólo las conoce teóricamente pero cuando
él desempeñe el puesto de pedagogo enseñante entonces ... qui-
zá (exceso de modestia) saldrán buenos, no; exelentes profesores
normales.
Si supiera que éste ha sido el móvil que lo ha inducido á
enviar dicha carta abierta. . . . . . . pero no: noblesse obl1'ge
Aunque al retractarse cuando dice. que no dice que no te.
nemos profesores de Pedagogía agrega: " Los encargad os de
dar á los alumnos maestros normales argentinos la preparación
profesional de que carecen ellos mismos, etc.
Luego, por el prurito de encontL·ar todo malo, mr,nifiesta el
deseo de combatir l..'t actual organización normal y se detie-
ne á tiempo, pretest::tndo tal vez, la extensión de la carta;
pero nosotros le indicaremos otro medio, cual es, el de soli·
citar al Director de la antedicha Revista una colección del ri-
mer año y recorriéndo la con un poco de atención no tardará en
notar que ha sido esa misma Revista la más ferviente defen-
E>ora del actual plan; luego, creo que no debe cambiar tan
pronto de bandel'a.
-61-

Si con esas lineas desea atacar al actual Ministerio, demues-


ha ignorancia completa de lo que en él pasa, pues sin alabar
á nadie, puesto que no tenemos para qué y sin desmerecer en
nada los esfuerzos de los anteriores Mini tros, el actuul es e
que más ha hecho para colocar á la altnrfl que le correspon-
de, á la ense.ñanza normal por la preferida atención que le pres-
ta y la decidida y eficaz ayuda de la inspección.
Al fin concluye con estas palabras (en sustancia) si la memo-
ria ni me es infiel: yo no digo lo que digo, digo lo que no digo
si no es e o algo por el estilo es, pues asegura que individual-
mente considerados los profesores no tienen las condiciones
exigidas etc., y Gnaliza con que no todos son malos pero .... etc.
llegado aquí creo que en honor de la verdad, debo indicarle ó
recordar simplemente porque es indudable que debe haberlas
sabido antes y mejor que yo, aquellas palabras del distinguido
profesor Dr. F. Martín y Herrera que cita en su texto ele mo-
ral:" la suma de infinitos ceros nunca dará una unidad''.
Poniéndome á sus órdenes, tengo el placer de saludar á V.
afectuosamente.
lNSTOUD.

RESEÑA HISTÓRICA DE LA PEDAGOGIA.


I
Al pretender escr~b.ir una reseña histórica de la Pedagogía,
no me guía otro móvil que el deseo de coadyuvar á los eleva-
dos propósitos de la Revista Pedagógica ..Argentina, presentando
c3 sus lectores, principalmente á los maestros de nuestras escne-
1us, lo que podría llamarse una <síntesis de las diversa teorías y
métodos de ensefianza suscitados y aplicados en los pueblos que
tienen una historia, desde la mas remota antigüedad' hasta
-62-
nuestros dias• En ella se encontrarán las verdades esenciales
y durables que son los elementos de una introducción necesa
ria al estudio de la Pedagogía.
No desconozco lo difícil de la empresa acometida y que con
tan elevado criterio y reconocida autoeidad han emprendido
distinguidos educacionistas y eseritores didácticos, no dosconozco
Ja debilidad de mis fuerzas intelectuales para penetrar en el
hermoso escenario donde aparecen con gallarda figura, un
Rouseau, un Pestalozzi. un Mann; no desconozco, digo, tan
serios como imponentes obstáculos, pero si audaces son mis
pretensiones, creo no será vana la intención de contribuir en
algo con mi voluntad y contingente escaso de mi inteligen_
cia, al gn:ndioso edificio de la educación.

II

Si formáramos un cuadro sinóptico de los elementos que


han enriquecido la Pedagogia moderna, estariamos contestes
en afirmar que todos ellos provienen de épocas remotas ó
por lo menos lejanas á nuestros días.
Los pedagogos mas eminentes, los que han abordado con
mas ciencia el tema de la educación, los filósofos antiguos,
los filántropos de la edad media, enciclopedistas del siglo
VIII, nada desconocido dieron á lu:t, y si fundaron diversas
doctrinas, métodos y sistemas corno los qu e aparecen escu-
dados por el peripato de .Aristóteles ó el racionalismo de
Platon, no dejaron sino un toé\o nuevo cuyos elementos dis-
persos fueron formados de uua civilización relativamente an-
terior. Sin ir mas léjos, el mismo sistema mútuo que
instituyó Lancaster en Inglaterra era conocido en la India
desde tiempo inmemorial.
Iguales conceptos podrían verterse sobre las demás ciencias
considerando que todas las cosas son rr.lativas y que del se-
no mismo de los errores ban brotado verdades eternas, que
el estudio de los falsos principios ha dado lugar al descnbri
-63-

miento de leyes inmutables; pero es necesario considerar


que la Pedagogía nunca ha tenido su dornínio científico y
propio como otros ramos del saber.
La ciencia en un tiempo fué una, y á medida que el es-
píritu humano conquistaba verdades y ensanchaba el círcu-
lo de sus conocimientos, combinaba estas en distintos grupos
los cuales fortaleciéndose mas y mas por el transcurso de
los años, tendiéron á independizarse de la ciencia madre.
Así nació tres siglos antes de nuestra era las Matemáticas,
así ha surgido en Jos tiempos modernos la Física y la His-
toria Natural pero la P edagog ía parece que no fué capaz
por si sola de conqnistar principios y tuvo que esperar el
desarrollo de sus hermanas la Fisiología, Metafísica, Psicolo-
logía, Lójica, Legislación etc. para tornar de ella la savia fe-
cundante y seguir entonces las vías del progreso.
De esta manera el estudio de la Pedagogía antigua es-
puramente práctico y solo en la moderna es donde se en-
cuentran los principios que fundan la ciencia de la educa·
ció o. No obstante, nuestra reseña aunque abarque todas las
épocas y países que tienen una historia, escluye la teoría,
la eual cabe con mas cü·cunspeccióu en un h·ado formal so-
bre la materia.
Tres son los fases qne vamos á considerar para ol>tcner el
mejor resultado posible en nuestros propósitos. En la pri-
mera seguiremos la marcha dL la civilización que tuvo por
cuna el Asia antigua, vivió esplendorosa en los imperios de
oriente y occidente, quedó aletargada en el medio día de la
misma Europa hasta ser despertada pOL' el cristianismo; ob-
servaremos al truvez de ese clesal'L'ollo, que el ~· ensamiento ha
buscado siempre salir del estreeho límite de la ignorancia y
elevarse con majestuoso vuelo hasta llegar al mundo incon-
mensurable de la verdad.
En la segunda, buscaremos las influeocias naturales inhe-
rentes al sujeto del pensamiento, veremos las razus, lus cos·
ó
-64-
tumbres, el medio social eu que vivió y otros factores, á
unos como colaboradores ocultos del desenvolvimiento de
nuestras facultades y organismo á otros como agentes direc-
tos de la actividad intelectual.
En la tercera, lmscuremos al que prodigó al uiño las pri-
meras caricias y cnidados tan necesarios á h. adolescencia, a 1
primer institutor; lo estudiaremos en el vasto campo de los
hechos, observaremos los medios que empleó paru transmitir
conocimientos, el objeto de estos y su mayor 6 menor es-
tensión; lo compararemes con el pedagogo de nuestros días.
Así podremos constatar lo qne la pedagogía moderna debe
á la antigua.

A. GARCÍA APARICIO.

(Continuará,.)

OORHESPONDENClA
INA S ISTENCIA DE ALUMN O S
3." Remedios.- Si todos los maestros llevásemos en nuestro
pecho ese amor á la niñez que tanto alabamos en Pestalozzi,
Froebel, Bnscdow, Giran!, etc.; si en virtud de ello convirtié-
semos la escuela en un verdadero sitio agradable, lleno de
atractivos para los alumnos y al cual se viesen irresistiblemen_
te arrastrados, podríamos afirmar que pronto veriamos declinar
notablemente esa enfermedad hereditaria y hasta diríamos
contagiosa que sufren tantas escuelas: la crecida inasistencia de
alumnos.
-65-

Sin embargo, no nos formamos la ilusión de que eso fuera


bastante para que rlesapareciese del todo, no; si se tratase de
los niños únicamente, si no hubiese que luchar con tantos pa-
dres que no reconocen aún los beneficios de la educación, en-
tonces si abrigaríamos, no la esperanza, sino la seguridad de
que pronto las escuelas estuviesen libres de dicho mal.
Para conseguir que los padres que se encuentren en esas
condiciones, envíen sus hijos con regularidad á las clases, sólo
existen dos medios: el convencimiento ó la fuerza. Agotados
los recmsos del primero de estos medios, es imprescindible re·
currir al segundo.
En algunos partidos, han creído las personas amantes del
progreso educacional, que podrían dar buen resultado las con-
ferencias tendentes á demostrar el benéfico papel que desem-
peña la escuela, tratando de interesar de ese modo á las fami
lias y dispensarlas á ser eficaces cooperadores del maestro,
allauándole el camino que clebe recorrer en cumplimiento de
su difícil cuanto honrosa misión.
Esas conferencias no producen, sin embargo, lo que se espe-
ra de ellas; y la razón es muy sencilla: á esos actos no asisten
precisamente Jos que debieran estar presentes y aprovechar de
las excelentes ideas que se vierten; la concurrencia está ge-
neralmente compuesta de personas que saben atribnir á la-
educación la importancia que se merece.
Estas ideas deben llevarse, en forma de consejos, personal
mente en el seno de las familias q uc han menester de ellos,
y á nadie me:jor que á las autoridades escolares en cada par-
tido les correspóode llenar esta patriótica cuanto humanitaria
tarea. Esto provocará sin duda más de una sonrisa: se creerá
que es pedir algo que no está en armonía con las elevadas
funciones de conse:jero escolar; que sería triste rol el de reco-
rrer casa por casa para obtener por la razón lo que no es
dable obtener fácilmente de otro modo; pero eso lo dirán aque-
llos precisamente que no estén penetrados de ln importancia de
esas elevadas funciones, que no reconozcan que la autoridad
-66-
escolar local es la que debe hallarse en contacto más directo
eon todos los vecinos, 6 que crean que el C. E. no puede comu-
nicarse sino por medio de notas ú oficios cuya sola vista, en
otras épocas, imponía á los pocos familiarizados con la corres-
pondencia oficial. Iniciada la tarea por el C. E. y ayudado por
la propagancta que hagan en el mismo sentido los bueools ami-
gos de las escuelas, se adelantaría un paso más en la regulari-
dad de la asistencia.
Además, muchos son los puntos en que existen asociaciones
cuyo objeto es suministrar vestido y calzado á los hijos de
padres indigentes para que puedan concurrit· á la escuela, y
donde no existan esas asociaciones es un deber del C. E. el
llenar e~:>a necesidad, desapareciendo, por consigui jnte, el mo-
tivo de la demasiada pobreza qne es el pretexto que se exhibe
á m en u do para justificar una asistencia irregular.
Pero, cuando los recursos pacíficos y razonables se agotan
es necesario recurrir á medidas obligatorias. La Ley de Edu-
cación Común sancionada el año 1875, establece en uno de
sus artículos lo siguiente: « Art. 12.-La inasiste ncia injustifi-
cada de un alumno cnando se prolongue por diez días consecu-
tivos 6 qnince alternativos durante un mes será castigada con
una multa de cincuenta pesos, que pagará el padre, tutor 6
encargado del inasistente, sin pe1juicio de ser aumentada hasta
el máximum de la pena señalada en el art. 10. Los C. E. de-
clararán las causas legitimas de inasistencia, tanto generales
como accidentales •. No examinaremos si este articulo era 6
no conveniente en la época en que fné sancionada la ley;
ésta rige aún en el día y, por lo tanto, puede juzgarse de su
bondad en la actualidad.
Creemos que el mencionado artículo es el que coarta comple-
tamente la acción de los C. E. y que es el que favorece ]a ina
sistencia. Hay pa· :res que envían sus hijos á la escuela como
si fuese para prestar un servicio al maestro, y la prueba de ello
es que más -:e una vez lo amenazan con retirar al niño, si no
se procede á su gnsto y paladar. Ahora bien; validos de la li:
67-
beralidftd ó mejor diremos de la generosidad de la ley respecto
á las inasistencias, no se preocupan mucho de las órdenes del
C. E., sabiendo que éste no puede hacer otra cosa sino some-
terse á lo dispuesto en ella. Resulta que un alumno puede
tener en un mes hasta 14 inasistencias no justificadas, la que
hace más de la mitad del mes escolar ordiuario que podemos
calcularlo en 25 días, y el C. E. y el maestro y todos deben
guardar silencio sobre el asunt,,.
Esa ley debe ser evidentemente reformada en muchos ar-
tículos, y especialmente eu el que nos hemos referido. En
vez de diez días consecutivos ó quince alternativos, señalaría-
mos tres días de inasistencia injustificada para merecer las pe-
nas establecidas.
Sucede en general que todas las inasistencias reciben más ó
menos su justificación; pero las razones que se dan, ¿pueden y
del,en aceptarse t ·1 das? Es natural que no, y entonces ¿ cuá-
les son las causas legítimas de inasistencia? ¿Es al maestro
á quien corresponde averiguarlas? Estas dos últimas pregun -
tas demandarían detenidas reflexiones ll u e lo ya largo y
pesado de este artículo nos impide exponerlas.
Basándose sobre ellas deberían tomarse á nuestro juic~o las
siguientes medidas: 1.' t El motivo do cualquiera inasistencia
deberá comunicarse por escrito al maestro, por los padres ó
encargados de los niños,. Se nos objetará que es establecer
algo que en la práctica ofrece serios inconvenientes por miles
circunstancias; mucho mejor; cu-al) tos más inconvenientes ha-
ya, mas tratarán de librarse de ellos no haeiendo faltar á los
niñ• lS á la escuela. 2.' e Semanal 6 q uincenalmente los maes-
tros pasarán al C. E. una nómina de los alumnos que hayan
tenido inasistencias adjuntando los justificativos recibidos'· 3.'
e El Consejo determinará qué inasistencias son legítimas y
cuáles no, llamando á los padres de los niños que hayan tenido
estas últimas, ante el C. E., para amonestados por primera
vez y proceder con toda rigidez en caso de reincidencia'.
Mientras no se resuelva algo en ese sentido las inasistencias
-68-

tendrán vida prolongada, y debemos perder la esperanza de


verlas desaparecer.
Habíamos indicado también como una causa dfl inasi,<tencia
el mal tiempo que pone intransitables las calles, por varios
días en algunos pueblos de campaña. Algo de esto podría
remediarse si los C. E. se interesasen con las autoridades mu-
nicipales para que éstas dedicasen su atención en facilitar el
. acceso á los edificios escolares, las que, fuera de duda, se
apresurarían á satisfacer tan justa indicación.
No tocamos el punto que se relaciona con las enfermedades
eomo causa de inasistencia, porque temeríamos incurrir en
errores nacidos de nuestra incompetencia sobre el asunto; sólo
nos limitaremos á mencionar la conveniencia de difundir mu-
cho los conocimientos higiénicos en el pueblo, y de que la
escut~la sea en esto el modelo, basándose en una sabia y metó-
dica educación física.

Merlo, Febrero de 1889.


F. BRUNET.

SI YO FUERA MAESTRO DE gsCOELA ....


(Conclusión)

III.
1Si yo fuese maestro de escuela l. .. Desde que empecé á
entrar en tentaciones de ver si obtengo un título de tal, he
acopiado datos preciosos acerca de tan augusto ministerio, y
debo meditar, apoyándome en ellos.
-69-
Si yo fuese maestro de escuela, empezaría á desempeñar
mi honrosa y dulce misión aplicando mi ciencia y mi vir-
ud á mi propio hogat·, ó sea á mi personalidad y la de m i
mujer y mis hijos, pensando que los deberes de todo ciu-
dadano empiezan en su propio hogar.
Fot·mat·ía mi pL'esupuesto de ingl'esos y gastos, y expet·i-
mentaria un gran dolor al encontrarme con que los prime·
rr>s eran infel'iores á los segundos; pero este encuentro no me
desalentaría, al contrario, me infundiría rna;vor fe para de-
sempeñar mi misión, pensando que ésta ni siquiera carecería
de la santidad del sacrificio que, como yo, aceptarían gusto-
sos mi mujer y mis hijos iJentificado.s con mis sentimientos
é. ideas en todo, sin esceptuar lo concerniente á mi pt·ofe-
sión. Pensaríamos que todo se reduciría á comer pan more-
no eu vez de pan blanco, y en vestir tela burda en lugar
de tela fina.
Pasaría luego á visitar por primera vez la escuela, con la
emoción y el respeto del sacerdote que visita al templo don-
de va á ~jercer su santo ministet·io, y el dolot· y la indig-
nación pugnarían por apoderarse de mí al encontrar nn es-
tablo falto de toda decencia, de toda comodidad, de toda sa-
lubridad y de toda alegría, en lugar del santuario de la
ciencia que yo me había imaginado; pero echando la culpa
de ello, no al pueblo, no á las autoridades, no á los veci·
nos, sino á los que me habían precedido allí en el magiste-
rio, que no ha.bian tenido dignidad para rechazar tal igno-
minia, ni talento para hacer comprender á las autoridades,
al pueblo en general, y á los vecinos en particular, el de_
coro que el magisterio de primera enseñanza requiere; in.
dicaría á la autoridad municipal la necesidad de proceder
inmediatamente á dar á la escuela la decencia, la ·comodidad,
la salubridad, la alegría que en ella faltaban, .v mi dolor
y mi indignación subirían de punto al oir al señor alcalJe
esta contestación:
- « Señor maestro, por ahora es imposible pensar en
-70-
eso, porque todavía no se ha podido acabar de pagar
lo qne el año pasado se gastó en las novilladas, etc.,
etc._, y hay que ir pensando en las de este año. Ande us.
ted, que los chicos de aquí para des tri par terrones han de
servir y no conviene enseñarles á malas mañas. Tan bue-
nos como ellos éramos sus padres, y unos aprendimos escue-
la en el pórtico de la iglesia, donde no sé cómo quedamos
uno vivo para contarlo, y otros no lo aprendieron en ningu-
na parte ».
En vano trataría de convencer al señor Alcalde y á los de-
más seiiores de justicia de que su contestación era una bar-
baridad, y entonces me resignaría á empezar en aquel es-
tablo el ejercicio de mi hermosa profesión, diciendo con pro
funda seguridad de no equivocarme: « Todo es efecto de
que mis predecesores se creen indignos de pertenecer al ma-
gisterio. Yo educaré á la par á los niños y á los grandes.
y r:o tardaré en recnjer el fruto de esta doble educación,
viendo, con ayuda de unos y otros, realizado el bello ideal
que me ha traído al magisterio ».

IV.
Consolado y resignado y con esta reflexión y esta espe-
ranza, me recogería aquella noche en mi hogar, preparándo.
me con la meditación y el descanso, á empezar la mañana
siguiente mis fecundas y nobles tareas; pero gritos desafo-
dos ele ¡vivan los novillos 1 turbarán mi sueño, y en vano
tratada de adivinar lo que significaban aquellos gritos lan-
zados por personas mayores y menores, como si se dirigiesen
á mí.
Y al encaminarme la mañana siguiente á la escuela, se me
presentaría el alguacil diciéndome qne iba á escoltarme para
que nadie se metiese conmig·o, pues el pueblo estaba indig
nado, con motivo de haber corrido la voz de que yo pe<'lia
que se gastase en mejorar la escuela lo que se había de
gastar en las novilladas, etc., etc.
-71-
Iustalnríame al fin en la escuela, y esperaría á que los ni-
ños fueran concurriendo á ell:c>, pero esperaría poco menos
que en vano, que sólo unos cuantos niños descarados, in-
quietos, con mas trazas de ir por curiosidad que por deseos
de aprender, irían á oír mis lecciones, y al preguntarles si
sabían por qué no iban los demás, me contestarían como
chungándose conmigo:
- • Han hecho novillos, porque sabiendo que á usted no
le gustan, han dicho que al que no quiera caldo, la taza
llena. »
Al salir de la escuela los chicos, se entretendrían en tirar
piedras á las golondrinas que anidasen en las ventanas de
la iglesia y en los aleros de los tejados, y en clavar alfileres
en formae de flechas á las caballerías que pasasen por la
carretera, y en atar cacharros viejos ó manojos de paja
encendida á la cola de los perros, y en pegar fuego en
los matona1es de las afueras del pueblo, y en derribar á pe-
dradas la fruta verde y las ramas de los frutales, y en magullar
la corteza de los árboles, golpeando sin piedad al tronco, y
eñ buscar nidos para sacar los ojos á los pajaritos con una
espina.
Y como en la escuela y fuera de ella les reprocharía yo tales
entretenimientos. amenazándoles con el castigo si rei01:idían
en ellos, los padres de los niños, y aún los señores de jus-
ticia exclamarían:
-'' Miren en qué chochadas se entretiene el maestro 1 ¡Có_
mo si no hubiéramos sido todos chicos y traviesos, y cómo
si no hubiera qué dar á cada edad lo que le corresponde 1
1Si ese maestro no sabe nada! ¡Lástima que los vecinos del
pueblo echemos el cuajo en el campo para llenarle la tripa
mientras él está muy descansado y orondo resguardado del
sol y de la lluvia! •
Luego no sabría como componerme con los dos ó tres ban-
dos en que estaría dividido el pueblo, como en casi todos los
pueblos es uso y costumbre, aún prescindiendo de los ban
-72-
dos políticos. Los del bando de la Plaza me acusarán de
partidario de los del bando d•>. la Plazuela; v los del ban-
do de la Plazuela, de los del bando de la Plaza. Y cuan-
do llegasen los exámenes, corno por mas que me hubiese
descrimado por hacer unos sabios y unos santos á todos mis
discípulos, estos resultarían hechos unos tunos, no habría pa-
dre ni madre que no dij eH e:
-• Que esté hecho un tuno el hijo de fulano ó mengano
apesar de lo que el rnaesh·o ha sudado vara enseñarle, na-
da extraño es, porque el chico de suyo es tuno, por here-
dado de sus padres; pero si lo está mi chico, que gracias
á Dios viene de gente lista, es pol'que el maestro no le ha
enseñado nada, l por ser sus padres del bando que al maes-
tro no le gusta 1 Es lástima que nos maternos para. que se
regale un maestro como ese t.
Y á todo esto, el maestro y la maestra y los maestrillos
rabiaríamos de hambre y andaríamos con un trapo delante
y otro detrás, porque ni nosotl'os, ni el Gobemador Civil, ni
la Junta Provincial, ni la Dit·ecc:ón General de Instrucción
pública, ni el lucero del alba, habríamos logrado que el pueblo
los diese á cuenta, siquiera una mensualidad de las doce
ó más que nos deberían, porque el pueblo tendría un gran
padrino para estas picardías y otras en el aspirante á mi
voto en las próximas elecciones.
Si yo fuese maestro de escuela, aún sería mas desdichado
que siendo esct·itor que es casi lo más desdichado 4ue se
puede ser en España 1 •
C. 'l'RUEBA.
-73-

PERFILES DE UN MAESTRO DE ANTAÑO·

.... Sesenta afios muy curnpliditos; alto y uo muy gallardo


cuerpo; ojos grandes y vivos; morena y arrugada tez de color
de puchero alcorconiano y con más dobleces que pellejo
de fuelle; pelo blanco y fuerte con riz1.dos copetes en ambas
sienes, uno de los cuales servía para sostener la pluma de es-
cribir sobre la ore:ia izquierda; boca sonriente, hendida á lo
Voltaire, con más pliegues que dientes, y menos pliegues que
palabras; barba rapada de semana en semana, monda ó pe-
luda, según que era Lunes ó Sábado; quijada tan huesosfl y
cortante, que había servido para matar filisteos, y que tenía
por compafiero y vecino á un corbatín negro, durísimo y su
cio, donde s~ encajaba aquélla corno la flor en el pedúnculo
un gorrete, de. quien no se podía decir que fué encarnado, si
bien conservaba históricos vestigios de este color, la cual pren··
da no se separaba jamás de la cúspide capital del maestro;
luenga casaca castafia, aunque algunos la creyeran nuez por
lo. descolorida y arrugada; ch•:lleco de provocativo color ama-
rillo, con rao.as que convidaban á recrear la vista en él como
en una especie de ameno jardín; pantalones cefiidos en cuyo
términos empezaba el imperio de las medias negms, que se
perdían en lontananza oscura de unos zapatos con más golfos y
promontorios que puntadas, y más puntadas que lustre; manos
velludas, nervudas y flacas, que ora empufiaban crueles disci-
plinas, honra de la escuela de Ituzaeta, que unas veces nada-
ban en los bolsillos del chaleco para encontrar la caja de
tabaco, y otras bugeauan en la faltriquera del pantalón para
buscar dinero y no hallarlo ... .
B. PÉREZ GALDOZ.
-74-

BIBLIOGRAFIA.

PRBIJm CENSO GENERAL DE LA PROVINCIA DE SANTA FE.


Se ha recibido en la dirección de esta Revista un ejemplar del pri·
mer censo de la Provincia de Santa Fe, levantado por el Doctor Ga·
briel Carrasco bajo la administración del Doctor José Galvez.
Es una obra monumental en la cual se detallan con precisión suma-
hasta los menores datos que puedan ser de alguna utilidad.
El Director General hace constar, al mismo tiempo, la celeridad con
que se ha procedido en la confección de este trabajo, pues en menos
de un afio pudo presentarlo totalmente. concluido y remitir el primer
ejemplar impreso al sefior Ministro de Gobierno.
Consta de 3 tomos, conteniendo: el primero el censo _de la pobla·
ción; el segundo tiene preciosos é importantes datos, sobre agricultura,
cumercio, industrias, vías de comunicación, instituciones administrativas
y sociales, leyes, etc.; y el tercero trata esclusivamente de las escuelas.
Tanto el _primero como el segundo contienen una infinidad de cuadros
gráficos y demostrativos, cartas geográficas detalladas y una profusión
de vistas fotográficas que representan los principales edificios públicos
y particulares.
El censo escolar aprobado por el Consejo Provincial de Educación
da un total de 190 escuelas, como existentes en el afio de 1886; pero
hace constar que la gran diferencia que existe entre su población y
la asistencia escolar es debido á que aún no se ha podido llevar la
escuela á todos los ámbitos de la Provincia como es el deseo del pue-
blo y autoridades, por la disminución de la población.
Trae un cuadro demostrativo en que se nota que de 21 escuela que
existían en 1870 ha decuplicado en los 16 afios siguientes. Pero es
de advertir, que del afio 70 al 81 sólo se han creado 37, correspon,
diendo 2, 31 por afio; y 132 en los cinco últimos, habiéndose instalado
solo en el 86, 62 escuelas, ó sea la tercera parte del total.
La escuela mas antigua es la que se sostiene en el Convento de San
Carlos, en San Lorenzo, que está instruyendo desde los primeros afios de
de nuestra emancipación, (1810).
De los 337 maestros empleados en la provincia solo 165 son argentinos,
siendo los 172 restantes exsranjeros; como se ve, este elemento es el que
predomina y no es de estrafiar si se toma en consideración la gran masa
de inmigrantes que afluye diariamente á sus costas.
-75-

REVISTA DEL INTERIOR·


SAN Lms.-El presidente de la Comisión de Educación, pasó una
nota al Ministerio del ramo, solicitanrlo la cooperación de la policía
con el fin de regularizar la asistencia á las escuelas de la provincia y al
efecto, el Ministerio pasó una nota al Jefe de policía, ordenándole pasase
circulares á todas las comisarías de los departamentos. Es una medida
acertada que dará eficaces resultados.
Las escuelas de la provincia han abierto la matrícula del presente
afio escolar. Se calcula en diez mil niños de ambos sexos los que fre·
cuentarán las escuelas de la provincia.
Ciento ocho escuelas funcionarán, entre estas hay seis graduadas diri-
gidas por maestros hábiles y peritos en la materia.
La Comision de Educación tiene vivo interés por que generalicen en
la provincia las escuelas mixtas, pero se tropieza con el inconveniente
de ser escasas las buenas maestras, no obstante el buen sueldo que se les
paga. Este varía desde cien hasta treinta pesos nacionales.
En breve el Inspector nacional señor Reynaldo Pastor, y demás vocales
honorarios, se ocuparán de la confección de un nuevo plan de estudios
y reglamentos escolares. Tratarán en lo posible de darles una fo.tma
práctica y de fácil aplicación, de que antes adolecía. La instrucción pri.
maria en esta provincia cada día recibe mayor impulso y mejora nota-
blemente.
TucuMÁN.-La municipalidad de la Capital ha cedido para la construc-
ción de un edificio ad hoc para la Escuela Normal, un terreno que
consta de 142 metros de frente por 65 de fondo.
C.AT.A.MARCA.-El señor Ministro de l. Pública ñe esta Provincia ha
dirigido una circular á los vecinos de mayor espectabilidad en cada De-
partamento. á fin de que concurran á verificar la eleccción de la Comi-
sión escolar que ha de funcionar el corriente año.

REVISTA DEL EXTERIOR.

lTALIA.-El <'onsejo Superior de instrucción pública ha aprobado en


general un proyecto de reformas de los programas de la ensefianza pri-
maria, que le fné presentado por una comisión ministerial.
-76 -
-Las Escuelas Normales han sido también objeto de notables refor-
mas. Ha sido sometido al Ministerio un proyecto de una comisión
compuesta de los profesores Anguilli, Fornelli y Failla.
-El Inspector general ele las escuelas de R.oma, sefíor Tegon, ha
presentado un detallado informe sobre los resultados que ha obtenido
la comisión italiana que fué á Naas, Suecia, para estudiar el método de
l a ensefíanza de trabajo manual empleado por el profesor Salomón.
-En el sexto Congreso Nacional de maestros que se reunió en Bolofia
en el mes de Setiembre último, se presentó entre otras la siguiente con·
clución:
< Debe ensefiarse en las escuelas la historia de los sucesos que han
dado á la Italia su unidad y su independencia, sacando partido de los
recursos que ofrecen los monnmentos, los recuerdos locales, las fiestas
nacionales, los paseos escolares, los cantos é himnos nacionales.
INGLATERRA.-El número ele nifios en edad escolar que había en In-
glaterra en el afio 1887, ascendió á 7 432 700 ¡ en Escocia había 1 233 584.
La inscripción en las escuelas alcanzaba á 4 960 301 en Inglaterra y
636 664 en Escocia, lo que da una asistencia media de 3 544 564 para
I nglaterra y de 491 736 para Escocia.
SurzA.-Acábanse de crear, por vía de ensayo, clases especiales para
alumnos ele débil inteligencia.
No serán admitidos los niños que por enfermedades corporales ó men-
tales no se hallen en condiciones de freeuentar nna escuela y quedan
igualmente excluidos aquel los que estén moralmente corrompidos. El
número de alumnos en cada clase no excederá de 25.
FINLANDIA.-Á principios del afio pasado, falleció el distinguido peda-
gogista Uno Cygnreus. Fué encru·gado por el Gobierno de estudiar
en el extranjero los adelantos pedagógicos y gracias á sus esfuer?.os y
luminosos informo, Finlandia tuvo el honor de ser el primer país que
implantó el trabajo manual entre las materias de los programas de las
escuelas primarias y normales.
MÉnoo.-En el presente afio comenzru·á á regir una ley últimamen·
te sancionada que se titula de «Instrucción obligatoria» porque éste
es un principal objeto.
En su m·tírnlo 1. • dice que: < ol día escolar será de seis horas, la
semana de cinco días y el año de seis meses>.
-Se ha tratado también en el Senado, de agregar á la Constitución
un artículo que haga la instituccíón primaria láíca, gratuita y obliga-
toria para todos los niños de la república.
FRANOIA.-Escuelas Nonnales.-En una sesión del día 28 de Diciem-
bre, el Coneejo Superior de Instrucción pública de Francia sancionó
y aprobó un proyecto de ley relativo á los programas ele las escuelas
normales primarias.
E n la parte literaria, los programas de psicología, moral, pedagogía,
-77-
historia y lenguas vivas son los únicos que han dado lugar á algunas
observaciones.
El programa de 2. • año, que contenía toda la moral teórica, la moral
práctica y nociones de economía política ha parecido demasiado recar·
gallo. Se ha trasladado la economia política al final del curso del ter·
cer año y se ha aligerado considerablemente el programa de pedagogía
práctica comprendido en ese curso.
El programa de insh·ucción cívica ha sido modificado bajo el punto
de vista de la disposición de los textos y ligeramente disminuido.
Por lo que toca á las lenguas vivas, ciertas prescripciones un poco
minuciosas parecian indicar especialmente el método que había que
seguir y podían poner obstáculos, sin ningún provecho á la libertad del
maestro. Estas indicaciones han sido suprimidas.
En la parte científica, los programas de ciencias, excepto los de quí-
mica, historia natural é higiene, han sido modificados.
El programa que ha sufrido mas variaciones, ha sido el de química
orgánica de tercer año.
Sin destruir la sabia clasificación de este programa, se han hecho
bastantes supresiones, á propósito para indicar mas claramente el carác-
ter elemental y general que debe guardar siempre la enseñanza prima-
ria, hasta en la escuela normal.
Por último, el eminente decano de la Facultad de Medicina de París,
M. Brouardel, ha redactado un nuevo programa de higiene, mas en re-
lación con las necesidades de nuestra época y mejor apropiado á lns
facultades del profesor.
Por lo que toca á las escuelas normales de maestras, la simplificacio-
nes de programas se han dirigido principalmente sobre la instrucción
cívica, las ciencias y las labores de costura.
En estas últimas, se ha suprimido todo ~o que tenía un carácter de-
masiado profesional, demasiado técnico, que recordara mucho mas los
talleres de modista, que los establecimientos de educación pedagógica
donde deben formarse las maestras de la niñez.
Relativamente á las escuelas primarias superiores, el Consejo superior
resolvió que no había porque adoptar los nuevos programas que se le
proponían. Se ha contentado con agregar al programa de física, el p lano
inclinado, la palanca, el cabrestante, la prensa hidráulica y los globos.
Por medio de notas especiales, ha indicado que el profesor, en sus
lecciones de ciencias físicas y naturales debería fijarse sobre todo en se-
ñalar las aplicaciones que interesan mas particularmente al país en que
enseñe.
-78-

VARIEDADES

ESPERIMEN'l'O DE ELECTRICIDAD ESTÁTICA.-Tómese una pipa de


barro, de las más baratas, y póngase delicadamente en equilibrio sobre
el borde de una copa, de manera que pueda oscilar libremente al menor
contacto como el fiel de una balanza.
Hecho esto, se trata de hacer caer esta pipa sin tocarla, sin soplar,
sin agitar el aire de ninguna manera, sin mover la mesa ni el vaso.
La electricidad permite resolver el problema propuesto.
1'ómese, pues, una copa semejante á la que sostiene la pipa y frótese
enérgicamente en la manga de saco ó levita. La copa se electriza
luego al frote del paño, y cuando está electrizada, se acerca á un
céntimetro del tubo de la pipa en equilibrio, y la traerá enérgica
mente, siguiendo la copa hasta caer de su apoyo.
Este curioso esperimento es una bonita variante del péndulo elec-
t:rico, y muestra que la tierra de pipa, cuerpo muy mal conductor de la
electricidad, se presta muy bien á la atracción de un cuerpo eléctri-
zado.

ÜONDUCTlliiLIDÁD DE'l CALOR POR LOS 1\lETALES.-Tómese una Japi-


cera provista de su guarnición met.-ílica, péguese tm trozo de papel á
la superficie de este mango, <'le manera que el papel quede adherirlo
por mitad á la madera y al metal del instrumento; caliéntese luego
con precaución la superficie del papel adherido al mango á la llama de
una lámpara alimentada con alcohol, y muy luego se verá como se car·
boniza y eneg:rece la parte del papel pegado á la wadera, mientras per-
manece blanca la parte arlhericla al metal. La madera es mal con-
ductor del calor, y en ella se carboniza el papel; el metal, al con ·
trario, es buen conductor y el papel apenas se calienta.

TELEGRAl'ÍA. ÓPTWA.--f3egún asegura una revista europea, con la luz


eléetrica reflejada por las nubes, se pueden hacer sefiales determinadas,
que salvando montañas, establezcan relaciones entro dos puntos distantes
en muchos kilómetros.
He aquí las experiencias hechas con el mejor éxito á este respecto
en la punta austral del África, posesión inglesa, Mr. Hunt-Grabbe ha
establecido en Simon's Bay un potente foco luminoso con fuerza de
100 000 bujías en una serie ele lámparas formando puntas y brazos,
- 79-
expresando los signos convencionales que se adoptan en el telégrafo
ordinario de Morse ; ahora bien, lanzando los rayos luminosos contra
una nube en dirección á la ciudad del Cabo de Buena Esperanza, en
esta se observaban perfectamente las señales á causa de reflejarse di-
chos rayos luminosos en la nube, leyéndose distintivamente el alfa-
beto telegráfico á pesar de hallarse interpuesta entre ambos puntos la
famosa montaña de la mesa.
De modo que para comunicarse las escuadras cou las ciudades del
litoral, cuando la atmósfera sP- encuentre en condiciones apropósito,
salvando distancias hasta de 100 kilómetros, puede emplarse este sis-
tema de comunicación á espaldas del enemigo, es decir, aun cuando
este establezca un bloqueo ó verdadero sitio sobre la costa.
Sagún parece, el Almirantazgo inglés se propone seguir ensayando
este nuevo sistema de telegrafía óptica.

ÜTRA DE LAS INFINITAS APLICAClONES DE LA ELECTRICIDAD.-La elec-


tricidad parece que está llamada á intervenir como agente universal
en todas las necesidades del hombre.
En estos momentos anuncia la prensa ele Lónclres una nueva apli-
cación de la eleetricidad, descubierta por el quími_co Mr. Stwart, de
cocer el pan por medio de la electridadau, operación que, según se ase-
gura, es mucho más breve y econóinica con la veutaja de que el pan
sale mejor cocido. La gran empresa de pauaderos de los señores Ro-
bertson, que tiene varias panaderías en Lóndres y Glasgow han com-
prado el invento y lo han aplicado á sus establecimientos.

NOTICIAS.
EL TRABAJO 1\IANUAJ, EN CoRRIENTEs.-El sefíor Pitz Simón, Rector
del Colegio Nacional de Corrientes, ha elevado un informe al Minisiro
de Instrucción Pública, que versa especialmente sobre la implantación
que se hará en ese establecimiento y en el presente año, de la ense-
ñanza manual.
He aquí algunos párrafos del citado informe:
« Siendo la mano, dice, el instrumento principal en el trabajo, debe
ser esta educada para que efectúe con exactitud y rapid éz todos los
-80--
movimientos necesruios en las cosas de uso ordin ario en la vida. Solo
una estrecha alianza entre la mente y la mano, continua, puede produ-
cir un carácter simétrico.
La instrucción manual promueve el altruismo, por quees obje!.i.va;
al contrmio, el viejo sistema de educación, consistente en procedi-
mientos subjetivos, promueve el egoísmo.
Mucho hemos adelantando sobre las ideas de nuestros antepasados,
que creían rebajado su orgullo de castellanos al alzar el pañuelo que
se les caía de las manos; una prueba es que no desdeñamos ya la e1 se-
fianza industrial, que cada día va ganando posiciones.
Es de alta conveniencia social difundir el amor al trabajo desde la
niñez, por medio de la enseñanza de artes y oficios que proporcio-
narán á los jóvenes pobres, ecupación más sana y más segura que la
de los empleómanos ó desocupados.
"ecesitamos trabajadores argentinos instrnidos, que serán buenos
ciudadanos. ,
La iniciativa y el ejemplo del señor Pitz Seinon, son digno~ de
aplauso y de imitación.

LOABLE ACOIÓN.-~'Ú". J. A. vVilliamsoón, eminente filántropo de Fi·


ladclfia, acaba de hacer donación de 1 596 000 pesos fuertes pru·a la
funrlación de una «Escuela libre de artes mecánicas.,
Los alumnos serán admitidos sin distinciones de ninguna especie y
se les facilitará habitación, alimentos, vestidos é instrucción completa-
mente gratis.
CUARtO CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE Ali1ERICA.-EJ Rey ele
Italia, á solicitud del Ministro de Instrucción Pública, ha expedido un
decreto reglamentando la manera tle celebrru· el cuarto centenario del
descubrimiento de América por Cristobal Colón.
El programa consiste en publicar las obras del ilustre navegante,
eomo trunbién todos Jos documentos y cartas geográficas que den luz
sobre su vida y viajes. Habrá también una lista analí!.i.ca de todas
las obnts que se hayan publicado en Italia sobre Colón y el descubri-
miento de América, desde los tiempos más antiguos basta nuestros
días. El presidente de la comisió11 encargado de dirigir estos tra-
bajos, es el señor César Correnti, presidente del Instituto ue historia
italian!t.
Para cubrir los gastos de esta obra se han asignauo 12 000 liras á
cargo del Tesoro.
Lo:; Estados Uniuos se preparan también para celebrar el aniver-
smio clel gran descubrimiento, y entre otras solemnidatlades habrá nna
exposición universal en Nueva York en 1802, con la idea de que su
consecuencia sea la creación de una exposición permanente que reuna
los objetos naturales que dieran á conocer mejor la historia, los re-
cm·sos, las artes y la industria dtl las tres Américas.
-81-
Es de esperar que las dP.más nacicnes americanas sabrán asociarse
brillanntem~nteá los festejos que se celebren con motivo del gran
aniversario.

RENOVACIÓN DE CONSE:JCS ESCOLARE!<.-El Consejo Nacional de Edu-


cación, de acuerdo con lo que dispone lrt ley de educación comtín, ha
procedido á la renovac;ión ele los diversos consejos escolares, quedando
éstos constituidos en la forma de que más abajo damos cuenta.
La misma repartición ha pasado á los miembros salientes, nota ele
agradecimiento por los servicios prestados á la educación.
Se han con~:~tituido además tres comisiones, encargadas de poner en
posesión de sus respectivos puestos á los nombrados.
Se ha encargado á los vocales del Consejo, sefiores Federico de la
Barra y doctor Martín y Herrera y al secretario Julio A . García, para
que pongan en posesión de sus puestos á los nombrados en las dife
rentes parroquias en la siguiente forma:
· Don Federico ele la Ban·a-1 Catedral al Norte, 2 San Miguel, 5 Pie-
dad, 9 Socorro.
Doctor Julio A. García.-10 Pilar, 12 San Cristobal, 13 San Juan
Evangelista, 15 Flores, 16 Belgrano.
Doctor don Martín y Herrera.-3 Catedral al Sud, 4 Sal Telmo, 6
San Nicolás, 7 Concepcion, 8 Santa Lucía, 11 lUonscrrat, 14 Balvancra.

Consejos escolares de distrito.


1.' Dist?-ito.-Don León Gallardo, doctor Alejo Gonzalez Garafio, doc-
tor Francisco Hamos Mejía, Raul IIarilaos, Adolfo Labougle.
2.' Distrito.-Doctor Boniíacio Lastra, doctor Amancio Alcortl, doctor
José M. Rosa, Ezequiel Ramos Mejía, doctor José Ayerza.
3.' Distrito.-Doctor Dnvid de Tezanos Pintos, doctor Manuel Obarrio,
doctor Gervasio Granel, Luis Hnergo, Leonnrdo Pereyra.
4. • Distrito.-Doctor Eduardo Basabilbaso, Alberto Mcntlez, dot.:tor
Juan A. Boeri, id. Gervasio Videla Dorna, Joaquín Homos.
5.' Distritc. - Doctor Andres U garriza, Miguel Rod1·iguez, Octa vio ele
la .Barra, Manuel l osse, Faustino M. Lezica.
6: Dist1·ito. - Doetor Martin Bustos, id Nicanor Avelleyra, id . .Pedro
Palacios, Alejandro Sorondo, Bernardo Gru·ay.
7: Distrito.-Doctor Isaac Areco, doctor Miguel Navarro Viola, doc-
tor Ernesto Weigel Mufí.oz, doctor Juan J. Soncira, doctor Roque-
Gutienez. ·
s: Distrito.-Mariano Patmero, D. Otto, Krausse, Octavio Centeno>
Salvador Lopez, Angel Navarro.
9: Distrito.-Doctor Virgilio M. Tedin, doctor Melitóu del Solar,
don Pablo Groussac, doctor Carlos L. Villar, don N. Espinosa.
10 Distrito.-Doct01· José Miguel Olmedo, don Angel Silva, doctor
AgusLin Vattilana, don Eduardo Ruiz, don David Snfem.
-82-
11. Distrito.-Doctor dan Antonio E. l\1alaver, doctor Mauricio Gon·
zalez Catáu, don Calixto Oyuela., don Enrique Ooyo, don José C. Pefia.
12. Dist1·ito.-Doctor Carlos Roballos, don I-lector Quesada• don Lo-
renzo Bernabó, doctor Fmncisco Fontana, don Enrique Fernandez.
13 Dislil·ito.-Don J osé Fernandez, don Agustín Macías, don Domingo
Oichero, doctor Gerónimo Lotero, don Manuel Gomez.
14. Dist-rito.-Don Juan G. Ballesteros, don Telémaco Gonzalez, don
Manuel Cadelago, don Domingo Straw, don Rufino Acosta Cardoso.
15 Distritn. - Doctor Gregario I.tiarte, doctor Enrique Quin~'l.na, don
Rafaél Barreda, don José Cabral, don Alberto l . Diana.
16. Distrito.-Doctor José M. Astigueta, doctor Julio Fonrouge, don
Mariano Agrelo, don l\Ianuei Pira1 don Horacio Guerrico.
CoNGREso PEDAGÓGHJO DE PaRIS.-El Gobierno de Entre Rios ha
nombrado representante de la Provincia en el Congreso Pedagógico
que se celebrará en el mismo edificio de la Exposición de París, al Ins-
pector de colegios nacionales y escuelas normales doctor José B. Zubiaur,
Igual encargo recibirá de Corrientes.
Cada una de estas proviacias le asigna 10 000 francos para gastos
El Ministro de InsU:uccióa Pública le encomendará también estudios
que se relacionan con los establecimientos de educación secundaria y
normal.
REAISTA DE LA ENSEÑANZA.-Esta importante Revista que se pu-
blica en esta ciudad, ha cumplido tm afio de existencia.
Al felicitarle por sus progresos, nos congratulamos en devolverle el
cordial saludo que hRce á la prensa.

ENSEÑANZA DE SORDOS JIWDOS.-El sefior José M. Solá, director del


Instituto de sord.o mndos <General Belgrano», de la Capital federal,
se presentó al Ministerio de Gobierno, con dos nifios de ocho á diez
afios de)dad, los que hizo escribir y hablar, ante el Ministro sefior Seguí.
El sefior Solá hizo presente al sefior Ministro que tenía intención
de trasladarse á La Platc á establecer un asilo de sordo mudos, para
lo que solicitaba la cooperación del Gobierno. El sefior seguí ofrecióle
su cooperación, y Solá ha presentado una solicitud en la que expone·
Que existiendo en la provincia de Buenos Aires un número respetable
de nifios sordo mudos (648), según la estadística de 1884, y careciendo
la Provincia de establecimientos especiales para dicba ensefianza, viene
á impetrar la cooperación del Exmo. Gobierno, para trasladarse á La
Plata y establecer un asilo, donde tantos desgraciados pueden encon-
trar tm consuelo á su incalificable situación.
«Con mi plan ele ensefianza, que abarca cuatro afios de estudios, se
obtiene la aptitud de la palabra, juntamente con la de entender la del
interlocutor por el simple movimiento de los lábios, además de las no"
ciones fundamental es de esrritura, aritmética, gramática, geometria y
dibujo•.
-83-
Solicita para su establecimiento, un número de becas, ó en su defecto
una subvención, dejando por este medio á voluntad del P. E., resuelva
lo que estime por conveniente.
La solicitud concluye en Jos siguientes términos: «Siendo la casi tota-
lidad de los nifios sordo mudos, tanto ele la República como ele la Pro·
vincia ele Buenos Aires, pobres de solemnidad, toda tentativa á fin de
conseguir su reabilitación ante la patria y la sociedad, sería infructuosa
sin la protección del Exmo. Gobierno.•
El sefior Ministro de Gobierno, ofreció su cooperación importante al
señor Solá, y no dudamos que el sefior Paz, secundará estos propósitos y
ayudará á la instalación de este benéfico establecimiento en la Plata,
donde podrán enconb·ar asilo todos los desgraciados ele la provincia
que la naturaleza les ha negado dones tan necesarios en la vida.
ARMAllfENTOS Y EouoACIÓN.-l)arnegie en su excelente obra la Derno-
cacia Tt·iunfante, trae un cuadro interesante sobre lo que gastan dife-
rentes países en su ejército y en la educación, al cual agregado el nues-
tro tendríamos el siguiente resultado:
A.amamenio. Educaci6n.

Estados Unidos $ 47 000 000 93 000 000


Gran Bretaña é Irlanda.. . .. 144500 000 33 425 000
Francia ................ .. . 176000000 16 000 000
Alemania! .. .. ..... ....... 100000000 36 000 000
Rusia ... : .. .. • • •• o ••••• •• 165000 000 5 000000
Austria . . ................ . 67 000 000 14000 000
Italia ....... . ........ . .... 94500 000 5 500000
Espafia .. ...... .... .. ... 31500 000 6 000 000
República Argentina ..... . . 9 000 000 4000 0()0
Como se ve, pues, la República AI·gentina gasta en la Instrucción pú-
blica 1 peso por habitante, los Estados Unidos 1 peso 55 centavos, la
Italia 18 centavos, la Alemania 76 centavos, la Francia 42 centavos, etc.
En los ejércitos y marina gastamos 2 pesos 25~ccntavos por babitant<:,
los Estados Unidos 78 centavos, la [talia 3 pesos 13 centavos, la Alema-
nia 2 pesos 18 centavos, la Francia 4 pesos 60 centavos.
Una ojeada sobre las cifras anteriores puede facilmentc hacernos co-
nocer la supremacía de unos países sobre los otros, toda vez que gasten
menos en sus ejércitos y más en la educación.
CENTRO ESTÍMULO LITERARIO.-Tnvo Jugar en este Centro )a asam ·
blea extraordinaria que marcan sus estatutos, para poner en posesión ele
sus puestos respectivos á los miembros que en la última sesión resultaron
electos en reemplazo de los que terminaron su período en la Comisión
Directiva.
Con este motivo hicieron uso de la palabra, el Vice presidente cesante
eefior Izquierdo Brown, el Presidente electo sefior N. E. Massa y los
84-
señores A. N. Sanchez y A. S. Sanguinetti, pronunciando oportunos
discusrsos que fueron muy aplaudidos.
Felicitarnos sineeramente al «Cenh·9 Estímulo Literario•, por los pro-
gresos que ha realizado en su segundo año de vida activa, y esperamos
que ellos continúen siempre adelante para poder así merecer continua-
mente, el aplauso de todos aquellos que como nosotros ven con pla-
cer dedicarse á la juventud al estudio de la literatura.
La nueva Comisión Directiva ha quedado constituida de la siguiente
manera:
Presidente Honorario don Victoriano E. Montes, id. efectivo señor Ni-
colás E . Massa, Vice presidente Ltús M. Poviña, Secretario Antonio N.
Sanchez, Pro secretario Alfredo Drochi, Tesorero Antonio S. Sanguinetti,
Pro tesorero Ernesto Castelbum, Bibliotecario Victorino Diaz.
Vocales:.- bquierdo Brown, Federico Barzi, Manuel Cutrin, Nicolás
Boreda y N, Paulettí.
Suplentes:- Jaime N. Agüero, Manuel Cadelago y Enrique Codino·

EL BUSTO DEL PROl'ESOR TORREJON.-El gran escultor Romairone,


está dando los últimos toques al busto de Torrejon.
En breve, pues, veremos destacarse en la Recoleta, su silueta de frente
alta y pensadora, en el mármol blanco como su conciencia y en actitud
tranquila como lo fué su vida eiemplar y con su barba levantada cual
cuadraba á su c1lrácter inquebrantable.
Eregido por sus alumnos, van á dar un mentís, á aquello de que el
corazón olvida pronto lo que cubre la tierra.
Estas acciones honran á los que las hacén y á los que las reciben.
Una vez que se inaugure nos ocuparemos de él.

REPROBAnos .-El señor Ministro de Instrucción Pública, resolvió no


hacer lugar á las solicitudes que se le presentaren á fin de que permi-
tiera rendir exámen en Febrero á lo~; alumnos que habían obtenido cero
en Diciembre por ser contrario al decreto que sobre exámenes se expi-
dió el 15 de Noviembre último.

DIRECT<lR DE LA ENSEÑANZA NORMAL.-Ha sido contratado el señor


Carlos Hordh ex-alumno de la escuela normal de Náass, con el objeto de
confiarle la dirección de los eursos de enseñanza manual que se estable·
cerán en el Colegio Nacional de Corrientes.
Trae consigo una colección completa de utensilios, compuesta de más
de cien modelos que servirán pantlos talleres que se establecerán en di-
cho Colegio.

REGJ,A~IENTO INTERNO DE LAS ESCUELAS NOHMALES. -Se ha deroga-


do el Reglamento interno para las escuelas normales de la República,
según se desprende de la resolución del Ministerio de I. P . al responder
~obre una consulta hecha al respecto del alcance del m"tículo 10.
-85
Dicho artículo establece que para poder cursar los años correspon-
dientes, á fin de obtener el título de profesor, era necesario haber obteni.
do más de 6 puntos .
Aunque estnrno · en contra de esta supresión, creemos que el Minis-
terio debe proceder á efectuar la nueva reglamentación á la mayor
brevedad á fin de no dejar á alumnos y profesores á disposición de los
Directores.

MAI.A NOTICTA .-EI Ministeno de I . P., no sabemos por qué, ba


resuelto disminuir de las planillas de sueldos el personal docente de las
Escuelas Normales y Colegios Nacionales, los aumentos que dictó el H. O
al dictar el presupuesto del presente año.
Tratamos de avcl'iguar si esta supresión era por razones económicas
y se nos sorprendió diciendo que sólo sería por los meses de Enero y
Febrero.
No conocemos ninguna resolución superior á este h echo tanto más cuan-
to que el Presupuesto sigue para todo e l año 1889 y noparte de él .
Que no se nombre profesor en vacaciones para que perciban sueldos
sin haber trabajado muy bueno es pero que se le q uite á quien ha ense.
fiado todo el año no vislumbramos razón ninguna que lo justifique .

ESCUELA NORJIIAL DE PROFESORES DE LA CAPITAL . -Esta escuela se


ha trasladado á su nuevo edificio sito en la calle de Caridad entre More
no y Alsina.
La inscripción tanto de los cursos normales cumo de la escuela de apli
cación tiene lugar todos los dias de 12 á 4 p. m. desde el 15 hasta el 28
del presente mes.
Los exámenes de los ahunnos aplazados y de ingreso al curso
normal y escuela de aplicación se efectuarán del dia 20 al 28 de 12 á
4 p. m.

EDUCACIÓN col\IÚ.N EN 'l'ucuntAN . -El inspector general de Tucuman


ha presentada un informe detallado del estado de la educación en Tucu-
man con el objeto de ser remitido á la Exposición de París.
El informe abraza el lapso de tiempo que media entre los años 1881 y
1888.
El señor Mosna, comienza su loable trabajo manifestando que basta
hace peco la municipalidad tucumana se preocupaba poco de dotru· las
escuelas de los elementos necesarios y conducentes á su fin; y que á
pesar de todo, salvando los inconvenientes con que naturalmente ha
b-opezado, hoy su estado es satisfactorio, «sobre todo si se considera su
Situación anterior. »
Los capítulos prrmero y segundo del informe de 1888 (mayo 1 ° ) son
de consideraciones generales; en el tercero ocúpase de las escuelas par-
ticulares que funcionan independientemente de la acción económica del
municipio, aunque estén siempre vigiladas por él, como el poder comu-
-86-
nal único capaz de ejercer una infiLlencía directa sobre la educación po-
pular.
Da cuenta en dicho crpítnlo de la existencia de siete escnelas. De és-
tas, cinco son dirigidas por religiosos y dos por laicos. Concurren á ellas
más ó menos 1238 alumnos.
Las escuelas municipales, dice el señor inspector, están regenteadas
por profesores que si bien no ostentan el título ó el diploma de normales
(lo qne en mnchos casos no acredita competencia, como sncede en varios
que conecemos), poseen la experiencia necesaria adquirida por la prácti-
ca de los sanos principios y de las leyes de la edncación mo-
derna.
Sn número es de 18, con un personal docente de 48 y un gasto de suel-
dos de 20,793 pesos, en mobiliario, textos y útiles de 2723, en costuras
de 860 y en alquileres de 8163 pesos.
Asiste un térmíno medio de 2. 735 alumnos y 2.439 alumnas.
Después de dar cuenta exacta y de interés reconocido sobre la organi-
zación interna, método de enseñanza, textos que se emplean en ella'
etc., ocúpase en el séptimo capitulo de los edificios escolares y
dice:
Notorias y r ec:onocidas son todas las deficiencias que contienen los
edificios en que funcionan las escuelas municipale¡:: de la capital y espe-
cialmente las de la campañ.a. Ningunu de ellos reune las condiciones de
conveniente ubicación, de distl-ibnción de los salones de clases de super-
ficie y volúmen de éstas, de aire y .luz, condiciones todas aconsejadas
por la higiene y la ciencia de educar y que son el carácter distintivo de
las casa-escuelas.
Conocer los defectos de una cosa, es principiar á modificarlos. Si
la municipalidad de Tucuman se penetra, como el señor inspector, de las
malas condiciones de los edificios escolares, con la lectura del informe
que nos ocupa, no dudamos que sabrá procurar el remedio, adecúando
¡as construcciones escolares á su alto y trascendental objeto.
Acompañan al libro de qu e damos somera cuenta varios cuadros.
El primero, comprende el presupuesto de gastos escolares, tales como
sueldos, mobiliarios, costuras y alqnileres ..
El2° la estadística escolar de 1881 á 1887.
El 3o es el mísmo que el ant-erior, pero referente á 1887 sola-
mente.
El 4• se refiere á edificios escolares y los demás encierran datos sobre
el personal docente, movimiento de la oficina de inspección y estadísti-
ca de las escuelas particulares.
,
!REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA.
ÓRGANO DEL CE.~TRO UNIÓN ~OR.~IALISTA .
Año H. l\'Iarzo <le 1889. Núm. XV.

RESEÑA HISTÓRICA DE LA PEDAGOGÍA.


( Continuación.)

II
¿Qué han hecho los pueblos salvajes de las diferentes par_
tes del mundo en· el sentido de la educación?- Basta considerar
su vida vegetativa y holgazana, sus costumb~·es rústicas, sus
hábitos instintivos, para contestar de una manera negativa á
nuestra interrogación. Muchos historiadorf\s siguiendo el hilo
de las investigaciones, han buscado en las hordas nómades del
Asia y otras tribus errantes, nociones rudimentarias de educación
física y moral; nosotros, sin desconocer el mérito de esos espíritus
dis~uisidores, robustos de erudición y pródigos en anécdotas
curiosas, prescindiremos de penetrar con nuestra pluma, donde
el progreso no dejó el menor vestigio de su acción transformado_
ra y fecundante para comenzar nuestra reseña con el Imperio
Chino, que nos presenta las primeras manifestaciones de las socie-
dades primitivas y nos muestra cou indelebles caracteres las
primeras revelaciones de la vida civilizada eri los tiempos más
remotos.
Ningún pueblo de la antigüedad ofrece como éste un espec-
táculo tao curioso y atrayente. Su uniformidad ha permane-
cido inmóvil por más de tres mil años y su espíritu absoluto le
ha apartado del resto de la civilización oriental.
El Imperio Chino constituye una gran fam!lin. cuya cabeza
-88-
es el emperador y sus demás miembros los mandarines. altos
funcionarios púulicos, padres de familia y otras personas mayo-
res; todos ellos ejercen una autoridad sagrada nacida del régi-
men patriarcal. Una fuerza superiGr y universal domina la
naturaleza y el emperador (Hijo del Cielo), que pretende tener
relación directa con esta fuerza, ejerce también el poder legislati-
vo. ¡Cuidado que alguien se atreva á criticar la ley ni á pene-
trar siq niera en el espíritu de tan irrevocables mandatos! Y no
es de extrañarse, cuando la obediencia ciega y autómata tü=me
por fuente de origen el hogar doméstico; los pac'!res disponen de
tantos medios autoritarios sobre sus hijos, que hasta pueden ma-
tarles, sin incurrir en pena ni profanar costumbres.
Considérese que este medio brutal de disciplina ha predo-
minado muchos siglos, y que en el VIII de In era cristiana se
vendía en los mercados la carne humana, y será fácil suponer
que la cultura del Celeste Imperio jamás llegó á conquistar el
rango elevado qne se le concede. Es imposible concebir un
progreso positivo donde no hay libertad de pensamiento y donde
la voluntad es t~na, soberana, despótica, y los individu()s es-
clavos de esta voluntad. Sin embargo, nos sorprenderá el saber
que existía un gran número de escuelas (la villa más miserable
no careció de la suya); pero no fueron ellas, por cierto, la salva-
guardia de los chinos, no, los templos augustos de la civilización
antigua, fueron las cárceles donde se remachaban las cadenas
del pueblo oprimido.
El niño asistía á la escuela desde la edad de seis años y la ins-
trncei!Sn comprendía principalmente los proverbios y máximas
de sns creencias religiosas y Jos ceremoniales del culto. La
en seüanza de la lectura y escritura era simultánea y empleaban
colllo texto de primeras letras el Wang-po-hong ó libro de las
tres palabras, escrito en sentencias que sintetizaban sus dogmas
y reasumían la ciencia. La aritmética, nociones de litet·atura é
historia, y ejercicios de composición complementaban la instruc-
ción primaria.
En la escritura no empleaban letras alfabéticas; cada idea ú
-89 --
objeto tenía UD signo representativo y estos alcanzaban á ochenta
miL En cuanto al Jengunje, puede decirse que era confuso y
difícil; el vocabulario tenía cerca de cuatrocientas palabras mo_
nosilábicas ó engendradoras, las cuales combinadas entre sí, for-
maban dicciones compuestas, que cambiaban de significacié!l
según el tono de voz con que eran expresadns.
Los ejercicios gimnásticos y atléticos, que tanto han llamado
la atención entre los griegos y los romanos, eran completamente
descuidados. Ningún niño podía correr ó saltar en la calle, tam-
poco en el colegio, cuyas puertas le esperaban abiertas al ama-
necer, y cuando regresaba á su casa debia leer á sus padres, en
alta voz, las lecciones recibidas en el día y aprender luego una
buena dosis de preceptos, para que el látigo del maestro no caye-
ra de improviso sobre su achatada cabeza.
La educació[¡ pública de las niñas uo era conocida; desde la
edad de diez años no debían salir de su casa y las madres tenían
el deber moral de enseñarles á ser afables, hablar con gracia y
trabajar la seda. A los veinte abriles era necesario casarlas.
En ninguna parte del mundo los exámen~s han sido tan
severos y minuciosos como en la China. Para tener opción á
los empleos públicos, lo cual es digno de imitarse entre nosotros,
era necesario haber pasado por muchas pruebas hasta obtener
el titulo de Ki-Nien (licenciado ), superiol' al grado de Sin tshioi,
equivalente á nuestro bachillerato.
El estado costeaba en las grandes ciudades la instrucción
elemental, la cual si bien DO era oblig·atoria, constituía el patrimo-
nio de todas las clases sociales, que la miraban como una ne-
cesidad ó, más bien dicho, una conveniencia á los intel'eses
individuales. Los pueblos pequoños y villorrios sostenían sus
escuelas con independencia de la acción oficial.
Los estudios superiores, que presentan la particularidad de ha-
ber sido costeados con la protección de los mismos graduarlos,
eran considerables con relación á la época. Confucio, el filósofo
más sabio que tn vo la China, había declarado 1500 años a. J. que
el fin del hombre es la perfección, y la consideraba corno un medio
-90-
d'e r~conquistar la pureza que el cielo había dado á los mor·
tales, pero que estos perdieron por su culpa é ignorancia. Con
estas ideas se de<lícó á la enseñanza y expresó sus doctrinas en
diversos escritos, los cuales reunidos con los de Mentzio, han
dado lugar á cuatro libros: el Int-Kien, Shu-Kien Li-Ki y el
Ohun-Ohin.
Para dedicarse á un estudio superior era necesario ser muy
contrafdo, y el que aspiraba al titulo de Ki-Nien, equivalente al
bachillerato, debía estudiar los mencionados libros y conocer
la retórica, versificación, historia, etc.
El último examen hacia del doctor un académico, y para
conquistar el nombre de sabio era preciso conocer los ochenta
mil cal'acteres con ideas y voces correspondientes. Ello hace pen·
sar que habría muy p0cos, por más que aseguren los escri-
tores chinos que Tas-Hu-Ti fundó con 3000 sabios, tres siglos
a. J., una escuela superior.
La literatura abarcaba cuatro mil años, y entre otros cono-
cimientos superiores se contaba la brújula, la imprenta y la
fauricaeión de la pólvora.

A. GARCÍA APARICIO.

( Continuará. )

HAGAMOS BUENAS AMAS DE LLAVES.


(Traducido de •L' Avvonire Educativo• para la •B.ovista Pedagógica Argentina•).

La cuestión del trabajo manual se agita hoy dentro y fuera de


la Nación. Se discute el sí ó el no y cuándo se podrá adoptar
en la escuela elemental. Linda en verdad, y empeñada la dis·
cusión, discutamos también nosotras, señoras maestras. ¿No les
-91-
ha pasado nunca por la mente que nuestras discípulas, hechas
señcritas, son llamadas por la madre naturaleza al gobierno de
la familia? Seguramente que sí, me contestarán muchas. Y
entonces ¿porqué hemos hasta ahora olvidado el trabajo femenil
en nuestras escuelas? Porqué se dá mayor importancia á una
franja y á una blonda que á una camisa, ó á un par de ¡Inedias?
Porqué se están acostumbrando á las alumnas á diseñar bonitas
guardas, lindas flores, antes que una bata ó un pat· de calzon-
cillos.
Confesémoslo, en verdad: hemos equivocado la vía, y sería
bueno que volviéramos para emprender otro camino más recto
y más seguro.
Es indiscutible: las niñas de la quinta clase os dibujarán un
bonito pavimento, un bello ramo de flores, algún paisaje, si
quereis, pero no sabrán nunca dibt\jar un cuello, las partes
de la camisa del padre, la bata de la madre, ni los calzoncillos
del hermanito.
Os sabrán trazar una bella flot·cita sobre una blonda, un
lindo canario sobre un par de zapatillas, pero se turbarán si
ponéis en sus manos tres metros de franela para que corten
una camisa. No sabrán por dónde empezar, y concluirán con
desperdiciar todo, ó con buscar quien le haga el favor de cor-
társr.la. Y estoy tan cierta de lo que digo, que la experiencia
conquistada á mi costo me lo asegura. Era la primera vez que
tuve necesidad de cortat· un par de calzoncillos para mi es-
poso. ¿Cómo hacer; hacérmelos cortar?- ¡Dios mío, una maes-
tral .... Me armé de valor: tomé la tela, la tendí sobre una
mesa, y empecé á dibujar, pero fué inútil, no lo conseguí. En-
tonces tuve una idea: descoser un par de calzoncillos y sobre
esos cortar los otros. ¡Y decir que había estudiado en la es-
cuela normal! Comprendí entonces que de mis florcitas y de
mis mosaicos, no sabia qué hacer, y me entregué completa-
mente á aprender á cortar. Busqué un buen periódico (Guía
de los trabajos femeniles, dirigido por la señora Ermelinda For-
nari) y sola, solita, con únicamente mi Guía, pasaba largos
-92-
días dibujando y recortando papel. Ahora estoy segura de no
tener que descoser un par de c<:llr.onrs rara cortar otro par.
Señoras maestras, estoy segura de Yn estro admirable arte en
bordados, galones y encajes, pero estoy igualmente segura que
no sa breis que hacer, en el caso qne yo me encontré.
Haréis, pues, una buena obra pensando un poco sobre esto.
Hoy que la educación de la mujer ha tomado una dirección
seria, hoy que Italia es¡;era mucho de ella, débense abolir tantas
frivolidades de nuestras escuelas; y dar otra dirección á las
jóvenes que deben ser un día esposas de un honesto operario,
un humilde jornalero, que no sabrá qué hacer de nuestros bor-
dados.-Acosturnbrémoslas m~jor á la limpieza y orden de
la persona, puesto que de este depende el de la casa.-¿Vemos
una chicuela con un rasgo en el vestido? hagámoselo notar y
enseñérnosle á componer su vestido, y acá no le falta á la
voluntariosa maestra ocasivn rte darle algunos consejos. Un vestido
remendado dura más que un nuevo, y en las familias rle :ute-
sanos, donde no se puede hacer tanta pomp:t de novedad, el
arte de remendar debe ser preferentemente conocido. Sea la
maestra el ejemplo! lleve vestidos remendados, y, cua.ndo pue-
da, llevetambien algo para componer en la escuela. Las niñi-
tas, por ese instinto imitativo que tanto las distingue, fácilmen-
te seguirán á su maestra.
¿El bedel no hu barrido bien la escuela y para empezar la
elase faltan algunos minutos?-hagámosle observar á las alum-
nas, y la maestra no se ofenda por un poco de polvo que pue-
da levantarse barriéndola en conjunto; será muy recompensada
con las bendiciones de los futuros esposos de estas. Demasiado
á menudo se ven altercados entre marido y mujer; ésta acusa
de grosero al mari.lo porque la contradice sus ideas, faltas y
caprichos; él acusa de ligera á su esposa porque pasa todo el dia
en cosas inútiles, mientras su casa desordenada se arruina.
La antigua Roma fué la reina del mundo hasta que sus mu-
jeres tenían en sns manos la rueca y el huso; pero cuando se
dedicaron á las puntillas y encajes, á pintarse el rostro con em-
-93-
plastos y cosméticos, Roma cayó de su grandeza y se volvió el
juguete de todos aquellos pueblos que había subyugado .
. Hagamos ent0nces buenas amas de llave; sea este nuestro
más grande ideal.

Angela Vaccaro.

rrExrros APROBADOS POR EL CONSEJO N. DE EDUCACIÓN.


Después de tanto esperar, y cuando ya se han provisto por
el depósito los pedidos de útiles que los diversos Conse:jos Esco·
lares y Provincias han solicitado para el corriente año, se ha
expedido el Consejo Nacional de Educación aprobando y dese·
chando los textos que ha creirlo conveniente.
Según el acuerdo de fecha 18 de Enero de 1887, éstos serán
los únicos textos que podrán emplear los maestros de las escue-
las públicas; quedando encargados los Inspectores Técnicos y
los Conse:jos Escolares de comprobar su fiel cumplimiento.
Entre los varios textos aprobados, el Director de la Escuela
tiene el derecho de elegir el que considere más conveniente.

LECTURA Y ESCRITURA.

Carteles de lectma y logograña, por Berra.


Carteles <El Nene•, por Andrés Ferrei.ra.
Carteles de lectura, por Alfredo V. Acevedo.
Libros Ll y 2.(•, por Alireuo V. Acevedo.
-94
Libro 1.0, por Juan M. Mantilla.
Lecturas infantiles, por E. Rocherolles.
El buen lector, por Julia S. de Curto.
El lector americano (3 tomos), por Abelardo Núñez.
Leoturas prácticas, por Jost y Humbert.
Frascuelo, por S. BrUllo.
Glorias argentinas, por Mariano Pelliza.
El Tempe argentino, por Márcos Sastre.
Lecturas selectas, por Calixto Oyuela.
El Mosaico, lectura manuscrita.
El Argentino, por Pelliza.

CALIGRAFÍA.

Cuadernos 2. 0 , 3. 0 y 5.0, de F. Berghmaus.


Cuadernos 1 á 8, de Garnier.
Cuaderno 4.', de Juan V. Olivera.

ARITMÉTICA.

Aritmética (1." y 2. 1 tomo), por Leysenme .


Aritmética para los niños, por A. Vallín y Bustillos.
Sistema métrico decimal, por José M. Arecbaga.

GJWME'l'RÍA.

Geometría para los nifíos, por A. Vallin y Bustillos


Geometría, por Paul Bert.
Geometría, por Sonnet.

MORAL Y URBANIDAD.

Nociones prácticas, por Esteban Lamadrid.


Elementos de moral, por A. Franch.
Instrucción cívica, por D. E. Ortega.

GEOGRAFÍA.

Lecciones de Geografía argentina, por Benigno T. Martinez.


Lecciones de Geografía argentina, por Francisco Guerrini.
Nociones de Geografía Física y Política, por D. A. Cosson.
Lecciones de Geografía, por Albino y Gritta.
-95-

HISTORIA.

Nociones de Historia argentina, por Benigno T. Martínez.


Compendio de Historia, por Juana Manso.
Nociones de Historia General, por Juan Tufró.

CIENCIAS NATURALES.

Nociones de Fisiología, por M . Foster.


Nociones de Botánica, por J. D. Hocker.
Nociones de Geología, por A. Geikie.
Principios de Agricultura, por N. T. Lupton.
Nociones de Física, por Balfour Stewart.
Nociones de Química, por Roscoe.
Nociones de Ciencias Naturales, por Pablo A. Pizzurno.

DIBUJO.

Cuadernos de dibujo, por Tufró y Gilardon.


Dibujos (parte analítica), por Krussi.
Cuadernos de dibujo, por T. S. O. y R. B.

MÚSICA Y CANTO.

Abecedario musical, por J. C. Panizza.


Tratado de música, por Saturnino Berón.
Método de solfeo, por Hilarión Eslava.
Método de solfeo, por F. G. Gg.idi.
Carteles y método de solfeo, por Gabriel Díez.

--- o Q><;Q"""'==---
-96-

LECCIONES DE COSAS.
Que la educación edética contribuye poderosamente al me-
jor desarrollo de la percepción, no cabe duda: que las lecciones
de cosas facilitan y robustecen la compensión de los objetos,
es indudable. Llámanse lecciones de cosas esos ejercicios de
instrucción intelectiva ó material que se usan en la enseñanza
de la niñez.
Att"ibúyese á Pestalozzi el empleo primitivo de las lecciones de
cosas, y la elevación de estos procedimientos al rango de proce-
dimientos pedagógicos racionales; pero nos parece d~jnr eu muy
mal lugar á los Maestros de todas las edades; quitándoles el buen
juicio que tuvieron, como atestigua la Historia.
Infinitos son los medios qu e puede disponer el Maestro para
en eñnr á sus discf puJos; entre los mas renombrados, y cuya
garantía es tan notoria, aparecen el métoclo intituivo y el
socrático .
Nada hay en el mundo más á propósito para dar á conocer
un objeto, que el objetn mismo, ni nada hay que imprima más
consistencia en el alma, que el alma, que la adc¡uision de u na
idea, que el objeto <lue representar.
Los buenos Maestros uo dejan de ilustrar á sus alumnos por
medio de viñetas ó representaciones, y auxiliados de un bnen
método de preguntas, consegu ir no solo desarrollar la inteli-
gencia de sus alumnos sino grabar pedectamente en su tierna
alma la idea que pretenden enseñar.
Al efecto, hay que tener en cuenta las condiciones de las
mismas preguntas, Ja manera particular de hucerlas, la capacidad
del alumno y su altura tle conocimientos.
Respecto de uno de estos extremos, ¿cuántos esfuerzos nm·
logrados y cuántos di gustos reciben no pocos Profesores ? Los
-fJ7-

individuos de las Juntas que van a examinar á los niños des-


conocen unos, la importancia de este particular y otros se sirven
de él como arma ofensiva para crear untngonismos 6 invalidar
los n•>bles .Y constantes trabajos del Maestro.
Las preguntas que se hagan á los niños han de ser breves'
claras, precisas, ordenadas y que ejerciten la inteligencia, se
refiere á no encerrar cuestiones complejas en una proposición,
cosa harto dificil de deseo vol ver á no pocos graduados: la
claridad afecta á las palabras y á Jos pensamientos: si las palabras
que empleamos son conocidas por el alumno, es evidente que
la pregunta será entendida; pero si empleamos términos sinó -
nimos, homónimos ó de mayor alcance que la inteligencia del
niño, éste no podrá responde r, aun cuando sea familiar la res-
puesta: la presición exige que no deben emplearse mas pala-
bras que las necesarias á exponer el pensamiento huelgan los
términos accidentales y superfluos que no couducen más que á
obstruir la comprensión de la pregunta. Han de ser ordenadas,
es decir, qne entre una y otra pregunta haya la debida cor-
respondencia que la cuestion de la nctuul se relacione con la
anterior y haga entre las antecedentes y consiguientes la debida
ilación: por la forwación del progmma se deduce la caracterís-
tica del Maestro.
La última condición que hemos asignado á las preguntas, se
que ejercitan la inteligencia: no puede darse mas tontería que
obligar al niño á conte~tar con un monosílabo. Dejarle entre
la negación y afirmación, es crearle la rluda, es acostum-
brarle á no pensar, es atrofiar su inteligencia en un círculo de
donde puede salir con muchísima indiferencia: esta manera
de conducirse no responde á los fines tan sagrados de educador:
ya sabemos que se generaliza bastante, pero esta circunstancia
no la elimina del dictado de mala.
Se trata de dar á conoce1· un objeto, un sitio, un aparato, y
dehemos atender en primer términl) á la materia de que está
construido, la forma, su analogía con otros conocidos, las
-98-
partes qué lo constituyen, el fiu d13 su existencia, y por último,
la definición .
La definición ha de re unir lus condiciones lógicas que hemos
dicho, y ser una especie de consecuencia de lo anteriormente
expuesto y nó una imposición del Maestro: debemos· despues
hacer varias preguntas sobre el particular á i.os niños, no de una
manera maquinal, si no de modo que todos estén persuadido
que es posible sea cual fuere el preguntado. Con esto se obtiene
y sostiene la atención, ex.-:itar el deseo de saber, la curiosidad y
el aprovechamiento de una lección para todo. Contiene muy
mucho que uno de los niños sea el encargado de repetir los cono-
cimientos adquiridos en aquella sesión, como prueua de la
aplicación y para mayor afianzamiento de lo explicado. Cnan<lo
ses posible llevar los niños á un punto, bien para examinarlo,
bien para ver prácticamente el objeto de nuestras investigacio-
nes, lo cual constituye las excurciones escolares, desde luego
debemos aprovechar 1as circunstancias; haciendo ejercicios que
redundan en aproYeehamiento del alumno.
Oblíguese 6 cada cual á anotar en los cuadernos empleados a1
efecto las impresiones que reciba, exponer la. posición, figura y
:'!emás circunstancias y hacer una relación de todo lo que
ha visto.
Estos ejercicios contribuyen poderosamente á la mejor instruc-
ción del alumno: por ellos auquiere soltura en la redacción de
documentos, se fija su atención en las circunstancias que rodean
al asunto, se forma un peq uefio diccionario que le permite expre-
sar sus pensamientos con claridad y solide:t~, su imaginación se
desarrolla, su juicio adquiere base firme para comparar, la me-
moria toma incremento y no deja escapar las ideas adquiridas;
en fin es el complemento de la verdadera educación é ins-
trucción .
¿Cuántos personas necesitan de estos ~iercicio&?
No se verian á cada paso tantos despropósitos y tantas heridas
hechas á nuestra hermosa lengua eastellana?
LORENZO DIEZ SANTOS.
- 99-

REVISTA DEL EXTERIOR.

ESTADOSUNmos.-Según el censo del afio 1880, contaban los Estados


Unidos con 225,888 edificios para escuelas ele primera y segunda cose-
fianza; el número de alumnos ele ambos sexos ascendía á 9.946,160.
Los maestros y maestras eran 236,019 y los gastos anuales de la en-
sefianza de 79.336,813 pesos fuertes.
ESPAÑA.-Damos en seguida algunas ele las conclusiones aprobadas
en el Congreso Pedagógico de Barcelona:
Que la ensefianza debe ser obligatoria para los nifios y nifias de 6 á
12 afios.
Que en los establecimientos oficiales de beneficencia haya registPos
para observaciones pedagógicas.
Formacion de un cuerpo de maestros militares.
Que los padres no pueden dejar ele intervenir en la educación de
sus hijos.
Que conviene fomentar los ·entimientos estéticos, morales y religio-
sos en la niñez.
Que deben ser severamente castigados los blasfemos y los que cometan
atentados á la moral.
La ciencia pedagógica exige que para la ensefianza de los niños se
emplee un Jeuguaje sencillo, al alcance de su inteligencia.
El mejor procedimiento para ensefiar la lengua castellana en Catalufia
y las provincias vascongadas, es el estudio comparativo con el dialecto
própio.
La actual organización de las escuelas no permite la aplicación de los
últimos adelantos pedagógicos, y, en su consecuencia, conviene que las
escuelas se subdividan en grupos de 40 alumnos.
En los programas para las escuelas de ensefianza superior no debe fal·
tar la gimnasia y el canto.
En cada cabeza de partido deberá organizarse un museo portátil,
para que pueda ser trasladado á cada una de las escuelas del distrito.
Es indispensable premiar á los donantes de objetos, libros, etc., para
las scuelas.
Es necesario ampliar los estudios pedagógicos en las escuelas normales
afiadienclo francés, gimnasia y música. '
Los actuales maestros de las escuelas normales para maestras, debe-
rán ser sustituidos por sefioras.
No deberá haber más que dos títulos de maestros: uno de ensefianza
elemental y otro de superior, que abarcará los estudios normales.
Supresión de los maestros adjuntos.
-100-
Las vacantes en las escuelas normales deberán ser provistas por
oposición, y en las elementales por turno de traslado y ascensos.
Los tribunales de oposición serán formados exclusivamente por pro-
fesores.
Deberá rodearse de prestigio é independencia á la inspección escolar
declarándola cargo inamovible.
Hay que hacer extensivo á los inspectores provinciales y maestros
normales el aumento <le sueldo por quinquenios.
H<~y que crear inspectores provinciales en Ultramar, y aumentar sus
sueldos con 625 pesetas como minimun.
Los gastos de la enseñanza deben figurar en los presupuestos del
Estado.
Hay que establecer en todos los pueblos escuelas nocturnas para
adultos.
Conviene reformar las juntas provinciales y locales, dando en ellas ca-
bida á los maestros.
REPÚBLICA ÜRIJ.:NTAL.-El Gobierno ha aceptado la idea y los servicios
del sefior Alberto Gómez Ruano para fundar e n la Capital una Biblioteca
y Museo Pedagógico.
-Los programas presentado:: por la Comisión especial, y que merecie-
ron la justa censura ele los doctores Berra y Pena, han sido rechazados.
-Ha sido nombrado in pector técnico ele la Capital el señor José H.
Figueiras, ex inspector del departamento de Rocha.

REVlST A DEL INTERIOR.

Tu coMAN. -En el primer cuatl'imestre del año próximo pasado han


funcionado en toda la provincia 111 escuelas fiscales, de las cuales 14
eran ele varones, 10 de mujeres y ¡ 87 de ambos sexos .
D e todas estas escuelas 26 eran graduadas, 26 elementales y 59 infan-
tiles.
El número de nifios inscripto:; ascendía á 1) 472, siendo 5 170 varones
y 4 302 mujeres.
-101-
Á fines del último mes del cuatrimestre había 8 254 educandos de los
cuales sabían leer y escribir 1 663 varones y 1 463 mujeres, y no sabían
2 791 varones y 2 337 mujeres. La asistencia media fué de 8 040 alumnos
de ambos sexos .

SALTA.-El doctor Benjamín Zorrilla ha donado al Consejo de Educa-


ción de esta Provincia, un terreno para casa-escuela situado en el pueblo
de Cachi.
-El Consejo do Educación ha encargado al departamento topográfico
el plano para el primer edificio escolar que debe sacarse á licitación.
ENTRE Ríos. -Por decreto fecha 17 ele Diciembre último se ha man-
dado sacar á licitación la construcción de 56 edificios para escuelas ele
caro pafia en los diversos distritos escolares de la Provincia.
Es un paso más que da el Gobierno do Entre Rios en beneficio ele 1!1.
educación común y por el que merece las felicitaciones de todo el
pueblo.
-Pronto quedará establecida en la ciudad lel Par,má una escuela po-
pulru· ele niñas, que reportru·á, sin duela alguna, grandes beneficios á las
familias que constituyen dicha población.
Las bases generales para la fundación de la nueva escuela h an sido ya
aceptadas por el Gobierno de la Provincia y han sido nombrados presi·
dento y secretario ele la Comisión Directiva lo3 doctores Emilio Villa-
rroel y Matías Errausquín.

VARIEDADES.
CoNSUMO DE PA t'EL.-Calcúlase que hay en el mm1do unas 4,000
fábricas de papel, que prodneen anualmente 980 millones de kilogramos
do papel de todas clases, de las cuales el periodismo consmne 300 mi-
lloMs; los libros Hll mi11ones; el comercio 100 millones; los gobiernos
otros 100 millones; las industrias 75 millones; las escuelas 95 millones
y la correspondencia particular las restantes 119 millones de kilogramos.
l?ECúNDIDAD DE J,As 1\IOSCAs.-¿Una mosca á cuántas otras puede
dar la vida en el espacio de un año?-Está probado que en condiciones
atmosféricas favorables, cada mosca produce generalmente seis genera-
-102-
ciones anuales, poniendo cada vez, por término medio, ochenta huevos
Suponiendo que la mitad de éstas producen 40 hembras y así sucesiva-
mente, llegaremos á la terrihle conclusión de que una mosca, al fin de un
afio, tendrá 8,192 millones de descendientes.
ÜONSERV.ACÓIN DE SUSTANCIAS ANiliJALES.-Para los estudios zooló-
gicos se hace indispensable la conservación por algún tiempo de cuerpos
enteros ó de restos de animales; al efecto, úsanse varios líquidos cuyas
fórmulas son bien conocidas por los naturalistas. Pero, he aquí que un
nuevo profesor de historia natural, el Sr. Gravita, propone una nueva
fórmula, que se compone de:
Clorato de sodio (sal común.). 260 gr.
Nitro. 20 <
Acido bórico . so <
Agua . 1,000 <
Toda clase rle materia orgánica bafiada con este líquido, conserva por
largo tiempo el color, la forma y la consistencia ordinaria.
EL ALCOHOL DESPUÉS DE LAS COMIDAS.-El sabio fisiólogo Claudio
Bernard reprobaba con frecuencia á su amigo, el célebre químico Ba·
lard, el uso de las bebidas alcohólicas después de las comidas como un
medio de facilitar la digestión.
-«Voy á demostrarte cuál es la acción del alcohol en el estómago»,
dijo un día á Belard.
Éhizo la siguiente experiencia: Después de haber dado á comer
á. algunos perros diversas sustancias alimenticias, ingirióles alcohol;
pasadas algunas horas, abrióles el estómago, y r econoció que las sustan·
cías no habían sido digeridas y que muchas de ellas no estaban aún
modificadas por el jugo gástrico.
-• ¿Qué deduces de esto?»
-<Deduzco, respondió Balard con toda gravedad, que el alcohol no
ha sido hecho para los perros•.
EL FONÓGRAFO Y LA TIPOGRAFÍA.-Desde que se vulgarizó el COnO-
cimiento del fonógrafo de Edisón, no pasa semana alguna sin que de
este ingenioso invento se descubra alguna nueva y útil aplicación.
Una de las más curiosas y última de ellas, es el utilizar el fonógrafo
como auxiliar de la tipografía. Por medio de este aparato, un compo·
sitor del Wadd, de Nueva York, compuso nn artículo que había sido
dictado poT el redactor.
Este medio novísimo trae un perfeccionamiento importante á los
servicios periodísticos¡ por él puede el r edactor, el cronista ó el r<,porter
dar verbalmente y con mayor facilidad al personal tipográfico, todas
las informaciones relativas á cualquier aconteciiniento notable.
El resultado será ventajoso para el periódico, que así obtendrá infor-
maciones más rápidas y completa~; para el periodista que sin gran moles-
tía tra'Smit'e de viva voz á la ti'[lografía todas las noticias que desea pu·
- 103 -
blicar, y también para los compositores, qne por este medio se verán
libres de descifrar loa garabatos verdaderamente cabalísticos de algunos
escritores.
ORQUESTA AUTOMATrcA.-En la torre de Eiffel se piensa instalar una
orquesta cuyas músicas serán reemplazadas por Eolo.-Scguramente
que esto constituirá la octava maravilla del mundo.

AYACUCHO Y TANDIL.

RIMEMBRANZA.

En el goce de mis vacaciones fui á visitar estos dos pueblos.


E l primero, cuna de mi educación me atraía fuertemente por
los recuerrlos de la infancia que e::t rni despertaba, recuerdos
que en la edad viril se paladean con la fruición propia de los
placeres que ya no volverán. Diez años había que fa ltaba de
él y era rni deseo vehemente l legar cuanto antes para respirar
el aura de la infancia, recorrer los sitios pred il ectos en donde se
deslizaron tranquilos y felices mis pt·imeros años, ver la escu ela
sobm todo la escuela en Llonrle tantas emociones bab ia sufridoll
Esta no funcionna eu el mismo local en donde la conoci; se le
ha construido otro más cómo1lo, elegante .v apropiarlo, pero,
ni pude resistir al deseo de vol ver á visitar la antigua ca.sa.
Al entrar en aquella mansión, mil ideas encontradas se agol-
paron á mi mente, herida por los recuerdos de la niñez y pasé
por uo momento á vivir en otros tiempos . . . .
La reacción se produj o y perdóueseme si he manifestado algo
que á nadie interesa, de carácter íntimo pero q ue al tratar de
Ayacucho no podría d~jar pasar.
-104-
Pasemos ahora al objeto de estas líneas: la educación en
dicho partido-siempre que de esta se trate, se uoo á ella un
nombre: Manuel Vilardaga. Es secretario del Consejo Escolar
desde hace diez años y de él puede decirse the. rhigt man in
the rhigt place.
De una actividad y laboriosidad incansables se afana y desve-
la por todo lo que se relaciona con la educación en el distrito.
A él se le deben, puede decirse, los edificios escolares, biblio-
teca pública, que se construye y que se terminará muy en
breve, los útiles de bibliotecas escolares y u~a infinidad de
obras del misrn •l género. Es imludable que los di versos Conse-
jos Escolares, como otras autoridades han contri buido eficaz-
mente á que estas nbras se llevaran á cabo pero la iniciativ~
con todas sus amarguras, con todas us dificultades, esa, le cor·
responde á Vilardaga. Certámenes, distribución de premios,
ofertas escolal'es han encontrado en Vilardaga acogida simpá-
tica siempre y lo vemos figurar en primern, línea en todas es-
tas manifestaciones sencillas pero elocuentes de nuestra civili-
zación. Es natural que haya equivocado el camino muchas ve-
ces pero su intención ha sido siempre elevada. Llevado por su
verbosidad incorregible diga algunas veces. lo que no conviene
lo admito tambien, pero reconozco siempre en él uu fondo de
sinceridad; adviértase que me refiero á cuestiones educacionales.
La secretaría, es una oficina modelo. Con secretados como
Vilurdaga en Ayacucho y el señor Venegas en el Tandil, de
quien nos ocuparemos mas adelante, el Consejo General no
tend rí:t mucho que hacer. Los Consejos Escolares de ambos
partidos, se hacen un honor en contar entre sus empleados per-
sollas de Ja. buena voluntad, entusiasmo y competencia de los
nombrados.
Libl'Os, registros, planillas, etc., todo lo que constituye lama-
teria del movimiento de esta oficina está llevado con escrupo-
losidad. Representa una. suma de trabajo crecida, pero confieso
que se llena de contento el que acostumbrado como es general,
á ver desatendidas estas oficinas pó.blicas, encuentra una en las
105-

condiciones de esta. Es la resultante del trabajo metodico


ordenado y paciente. '
Pasando á las escuelas, observaremos que á excepción de-
dos, todas están ocupando locales alquilados con los inconve-
nientes propios de las casas destinadas á un objeto distinto al
que fueron constituidas. Los edificios propios son cómodos y ele
gantes, no tanto corno yo los quisiera pues en pueblos así, cada
escuela debería ocupar una manzana de terreno. El edificio
en el centro; jardines ó árboles á su alrecledor, graneles patios
en donde las cúaturas pueclieran saltar y correr con toda li-
bertad. He ahí el desideratum: la escuela en donde el alma se
modela y el cuerpo se robustece mens sana in corpore sano.
¡Es difícil en estas poblaciones! Al contrario; por lo general
es facil y no lo hacen no se por qué.
En el Tandil en donde pronto se levantarán edificios escol!'l.-
res sería bneno que el Consejo Escolar los exigiera ~n estas"
condiciones. Así llenarían plenamente su objeto.
Los edificios escolares de Ayacucho le hacen dar prez y honra
mucha más adquirirá con su biblioteca pública y con obras
corn plementarias que se hacen en las escuela-> para darles en -
sanche y comodidad.
El pueblo de Ayacut:ho ha apoyado toda iniciativa del Con-
sejo Escolar en el sentido de mejorar el estado de la educación;
ha respondido elocuentemente á su llamado y las fiestas que
con motivo de la inauguración de los edificios escolares tu vieron
lugar, los certámenes que con el fin de consegnir fonrlos para
vertir lo. niños pobres y muchos otros at·.tos del mismo género
han sido siempre concurridas y en contrado eeo simpático en
todos los corazones.
¡Hermoso espectáculo el de un pueblo que para un acto de
estos olvida los res e oti mientos que los di videu y se agrupa uoi-
do al rededor de los nobles y puros seo ti mi en tos que inspira
la infancia.
Ayacucho hu dado esa bellu, esa hermosa lección y ha evi-
denciado que si cualquiera causa puede fraccionarlo, al solo
- 106 --
hombre de eclucacíón 6 ca,·idrul se aceren y fusion, y no recuer
da sino el fin que lo une y el propósito que persigue.
El personal docente parece que trata de responder á los es·
fnerzos clel Consejo y procura llenar sus deberes con la rnejo-
conciencia. Digo esto, porque, aparte de lo que puede obser·
var y de los informes que me procuré, sin estar investido de car
rácte.' oficial alguno, hice algunas indicaciones, que fueron
aceptadas por los señores directores y profesores con la rneior
buena voluntad.
G. S.

(Continuará).

NOTICIAS .
TRANSORTPOIÓ~ . -Nuestro colega «Revista de la Educación », de la

provincia de Buenos Aires, reproduce en su número de Diciembre últi·


mo el artículo Los nervios y la educaci6n, de nuestro colaborador, señor
T. Pifiero, publicado en el número 3 de esta Revista.
Hasta aquí nada hay de particular; más bien habríamos ele dar las
gracias por la deferencia, pero no se las damos al estimable colega
por haber sufrido un error al transcribirlo como propio del <Magisterio
Espaí'íol ».
Al César lo que es del César ... .

PERl·:~osos !-Hay algunos maestros de las Escuelas Comunes que se


mues tmn refractarios al cumplimiento de sus deberes y se han acostum-
brado tanto á la vida tranquila de las vacaciones, que aun no se han
presentado á sus respectivas clases, donde tanta falta hacen.
Por los nifios y por el bien de la ensefianza en geneml, señores maes-
tros, un poco más de buena voluntad!

JURAMENTO SINGULAR,-Reproducimos á continuación el texto del ju .

ramento que prestan los alumnos de cierta Escuela Normal ele la Repú-
blica, al recibir sus diplomas:
-107-
«$Juráis po~· Dios y por la Patria desempef!ar con fidelidad y patriotis.
mo cualquie1· cargo que en el ~jercicio ele vuestra profesión se os confíe;
ahogar los sentimientos mezquinos y las mi1·as egoísta8 que rebajan la dig
nidad del maestro; poner cuidadoso empellio en desarrollar ¡·acionalmente
las fac!!ltades físicas, intelectu,ales y morales de los niños confiados á
vuestra di?·ección; enseflarles á acatar y respetar la Con~titución y las
Leyes de la República Argentina, proponeros que ellos sean hijos cariftosos-
y obedientes, y lleguen á ser después padres prevism·es y amorosos, ciuda-
danos patriotas y abnegados, hombres bttenos y hábiles obreros del progreso :
. consagrar todr;~ vuestroi esfuerzos á enaltece¡· el Magisterio y el mejora
miento de la ed~tcacción en la Nación A~·gentina? .... Si así no lo hiciereis,
Dios y la Patria os lo demanden.
e En nombre del Excmo. Gobierno de la Nación os confiero el título

de .. . . etc. >

PoBRES MAESTROS !-Hace tres meses que no se les abona los suel-
dos á los maestros del partido de Balcarce, obligándolel!l así á guardar un
ayuno forzoso. Tenemos entendido que esto no es por culpa de la Di-
rección General de Escuelas, sino del Consejo de la localidad, que dis·
pone de fondos tan sagrados.

MERLO.-De este floreciente pueblo hemos recibido la triste noticia


de que también se les adeuda á los siempre pobres maestros cuatro meses
de sus tristes sueldos!
Es tanto más de sentirse, cuanto que hasta los padres de Jos a lum -
nos se han apercibido de esta irregularidad.
A este respecto hemos recibido la siguiente carta:

Merlo, Marzo 6 de 1889.

Seflor Director de la <Revista Pedagógica A1·gentina ».

Muy sefior mío :


Como vecino de este pueblo y padre de familia, me tomo la libertad
de molestarlo para llamar su atención hacia un hecho, increíble al pare-
cer, pero que sin embargo es realidad, y es que aquí, en Merlo, á pocas
leguas de la capital de la provincia, con miles facilidades de comuni.
cación con ella, los maestros de las :Escuelas Públicas no han percibido
aún sus honorarios por los meses de Noviembre, Diciembre, Enero y
-108-
Febrero último. Y según informes que tengo, no es la primera vez que
esto sucede; se repite con bastante frecuencia.
No es mi intención señalar culp11ble nlguno de esta irregularidad
pues no sé de qué depende ; hngo const3r únicamente su existencia.
Veo muchas veces en los periódicos que, cuando no se paga á los
empleados de una repartición, á más tardar el 5 ó el 6 del mes siguiente
á Rquel cuyo sueldo deben percibir, se levantan quejas y se pide m~q

puntualidad: y ¿qué dirán los maestros de Merlo, que ven pasar meses
y meses sin recibir un solo centavo, y que nadie levanta una voz de
protesta ó reclamo, que nadie intercede en su favor?
Es una vergüenza que esto suceda en la primera provincia de la Re_
pública y en la que actualmente gasta tantos millones en levantar sun-
tuosos palacios escolares en su capital.
Es necesario convencerse que los maestros no pueden conformarse con
que se les llame los abnegados obreros del progreso, los mártires de
la humanida<l, los apóstoles del bien, los valientes soldados de la educa
ción, etc., cte.; saben muy bien que son mortales, y sujetos á las mismas
imperiosas neces idades que cualquier prójimo.
Espero que Vd., señor Director, levantará u autorizada palabra pi-
diendo un poco más de consi<leración pam aquellos que se dedican á las
nobles funciones de educadores de la juventud.
Saludo respetuosamente al señor Director.

H.

SociEDAD, EscmJJ,A Y FAMILI.A.-Desde hace algt'tn tiempo se ha consti-


tuído en l\'lilán una sociedad de señoras, cuyo principal objeto es mejorar
la cla e proletaria infantil.
Esta sociedad se propone recoger á los niños después de las horas
oficiales de clases y retenerlos en locales apropiados, continuando su edu-
cación moral y física, y enseñarles un trabajo manual, basta que los
padres puedan ir á buscarlos.
De este modo se evita el espectáculo nada moral ni digno de las grandes
ciudades, que después de las clases se ven vagar por las calles muJtitucles
de pilluelos, los que no solamente olvidan las sabias lecciones de sus
maestros, sino que aprenden mucho de lo que deberían ignorar.
Nuestras damas, cuya beneficencia reconocida se ha hecho prever
bial, aumentarían las deudas de gratitud que tienen para CQn la clase
-109-
menesterosa si, imitando á las matronas milanesas, fundaran establecí_
mientos que respondieran á estos fines .
MEDALLA QUE uoNRA.-La Legislatura del Estado de Sonora (Méjico)
acordó dar una merlalla de oro al señor Enrique Quijada, por los ser-
vicios prestados á la instrucción pública como director de una escuela
de niños.
EL EscOLAR Ir.uSTRADO.-Con sentimiento tenemos que anunciar la
desaparición de este apreciable colega, que se publicaba en la ciudad de
Córdoba.
Así nos lo hace saber, por tener que ausentarse su director y redactor de
dicha ciudad.
Hacemos votos por su pronta resurrección.

NoMBRAMIENTos .-Escuela Normal ele Profesores ele la Capital:


Director, Dr. D. Honorio Leguizamón, vice-director y profesor ele mora·
y urbanidad, Noel Cardinal; profesor de p edagogía en 1." y 2.• año,
Honorio J. Senet; id id en 3. o 4. o y 5. o año, Ciriaco Zapata; ele aritmética
y teneduría ele libros, Julián H. Perez; de álgebra, Juan Tufró; de trigo-
nometría y cosmografía, Dr. Francisco Canale; ele historia argentinr.;
Alejandro Sorondo; de geografia argentina, Ramón O. Leguizamón; de
historia en 3." y 4." año, Alfonso Zumarán; id id en 5." año, Rómulo Mar-
Cenara; ele geografía en 3.' y 4.•, Carlos M. Urien; ele filosofia, Calixto
Oyuela; de instrucción moral y cívica y derecho político, Luis A. Peyret,
ele idioma nacional y caligrafia, Ednarclo Caamaño; Reynaldo y Avelino
Herrera; de literatura, composición y declamación, Juan José Gru:cía
VelJoso; de fisica y química, Francisco Ballester; ele ciencias natnrales,
Jorge Ryan y Dr. Martín Torino; ele francés, F. Fontana de Philipp; de
inglés, Guillermo Martin; ele dibujo natural, Jorge Ryan; ele gimnasia
Carlos M. Lavcggio; de ejercicios militares, Ramón R García ; de música,
Ricardo Furlotti; secretario contador, Julián H. Pérez; ayudante ele los
gabinetse, Manuel Ruiz.
Escuela ele Aplicación Anexa-Regente y profesor de crítica pedagó
gica, Francisco Guerrini; sub-regente .Y profesor de crítica pedagógica,
Luciano J. Ferreyra; profesores de grado, Manuel Viera, Pedro Carimatti,
Juan W. Gez, Juan Andrés Quintamt, José Moyano, Emiliano Codoni,
José Z. Rodríguez y Bonifacio Arias; profesor ele música, Saturnino Berón ;
de francés, Luis Delcourt; ele dibujo lineal, Carlos L. Massa, Juan C
Orouzelles y Jaime Agnero.
-110-
Santiago del Estero cuenta con dos distinguidos jóvenes más al fren-
te de la educación.
Los profesores Crouzeilles y Agüero fueron nombrados por el Go·
bierno de dicha provincia para ocnpar respectivamente los puestos de
Inspector y Dil·ector de la primera Escuela Graduada de la Capital.
Ambos' son jóvenes inteligentes que han desempeñado siempre con celO
y acierto l0s diferentes puestos que se les ha confiado.
Ultimamente era Director de un grado en la Escuela Normal de
Profesores de la Capital el uno, y Vicedirector de la Escuela Graduada
Superior dell6 o distrito el otro.
Felicitamos á los citados Profesores Normales, deseándoles acierto y
feliz éxito en las medidas que tomen en bien del progreso educacional de
dicha Provincia.

UN UAESTRO EN LA EXPOSICIÓN.-Ha sido nombrado por el Consejo


Nacional de Educación, representante rle éste en la Exposición de París,
el Director de la Escuela Graduada del lor distrito, Don Pablo A·
Pizzurno.

· HIGIENE EN J,AS ESOUELAS .-Publicamos á continuación el proyecto


de reglamento que presentó al Concejo Deliberante el Concejal Dr.
Tamini para hacer observar las reglas higiénicas en las escuelas.
Créemos que este proyecto ha sido redactado con mucha ligereza,
pues si el H. C. le prestara su apoyo, sería sencillamente irrealizable.
Es muy bueno teóricamente, pero imposible en la _práctica.
Hé aquí el proyecto:
El H. Concejo Deliberante ordena:-Art. 1° Quince días después de
promulgada la presente ordenanza, todas las escuelas del Municipio,
comunes y particulares, tendrán un médico nombrado y pagado por la
Dirección de cada una de ellas, cuya misión sería la siguiente:
l. ° Concurrir diariamente á la hora de entrada de los niños ó niñas
á la Escuela, hora que será fijada por la Dirección de ésta, y observar
el pulso, la lengua, la garganta, las facies y los ojos de cada concurren·
te, con el único objeto de saber si está ó no enfermo.
2.• Examinar á las alumnas ó alumnos internos en las escuelas par-
ticulares con el mismo fin.
3. 0 Permitil' la entrada á la Escuela al niño ó niña que estnviere en
c~tado fisiológico; prohibiendo dicha entrada á los ó las que reputase
-111-
enfermos, exceptuando sólo á quien tuviere tma dolencia cutánea insig-
nificante.
4.• Expedir certificados en que conste qne el niño á quien se lo ha
prohibido la entrada no está sano.
5.o Llevar un registro en que fignrcn Lodos los niños ó niñas que hu-
biere reputado enfermos.
H.'' Hacer cumplir la ordenanza de fecha y dar parte á la Inspección
G. do II. de las infracciones á dichas ordenanzas.
7." Revacunar á aquellos 1úños que hubiesen sido vacunados tres ó
más años atrás.
8. 0 Pasar á la Direeción G. de la .A.. P. d 1.• de cada mes una relación
dotalln.da de todo lo que se relacione con su misión especial.
.A.rt. s.o El administrador do vacuna pondrá á disposición de los médi-
cos escolares el número ele placas de cow-pox que éstos le solicitasen.
Art. 4.( La Dirección de cada escuela comunicará á la Dirección Gene.
ral de la A. P. el nombramiento del médico que hubieren elegido.
Art. 5.• Comuníquese, etc.

Febrero 25 de 1889.
Francisco A. Tamin·i.

ÜTRO EDIFICIO PARA ESCUEL..l.S.-El Consejo Nacional de Educación


ha resuelto adquirir un terreno en la Parroqtúa Catedral al Sud, con el
fin de levantar otro edificio pam escnela.
Con este objeto llama á los propietarios de terrenos e u dicha Parroquia
que deseen venderlos, los propongan al Consejo Nacional; los que en el
caso de ser aceptados, se les abonará inmediatamente, después de firmar
las escrituras.

20 000 NIÑos SIN EDUCARSE.-• 'egún hemos visto en una correspon-


dencia aparecida en un periódico de la Capital, es deplorable el eetado
de la educación primaria en la Provincia de Catamarca, pues demuestra
que ex:i~:~ten veinte mil que no reciben ningún género de instrucción.
Er. EscoLAR ARGENTINO.-Este diminuto y siinpáti<:o semanario ór-
gano de los nifios de las escuelas comunes de la Capital, ha iniciado
otro concurso para los pequeñuelos que deseen ver sus i leas en las
letras de molde.
El concurso se cerrará el 22 de Abril y á los maestros les toca en-
tusiasmar á los niños para que se vayan acostumbrando á redactar
-112-
composiciones, secundando así los propósitos que trata de cons<:>guir la
redacción del citado periódico.

FoLLETOS REommos.-Hemos reci bido dos folletos, uno cuyo título


es Pro senola de Carmelo Ventura, de Sicilia y el otro es Instrucción
Cívica para las escuelas, por Ricardo Jimenez, de San José Costa Rica).
Por haberlos recibido tarde no nos podemos ocupar en este número;
pero prometemos hacerlo en el próximo.

Jl.iAESTnos DE JuJUY.-Al fin se ha acordado la Comisión de Educación


de esta Provincia de los pobres maestros, pues ha ordenado que se les
abone cinco meses de sus sueldos atrasados. 1Más vale tarde que
nunca 1

AsiLo SAN JosE.-Se ha inaugurado en San Miguel de Bella Vista,


partido de Moreno, un asilo para niños huérfanos y desvalidos meno-
res de ocho años, donado por la distinguida señora Dorotca Gallardo
á las hermanas de San José.
Asistió á la inaug uración el señor Arzobispo de BuenoA Aires y una
numerosa y selecta concunencia que fué conducida en tren expreso
desde la Capital.
S.i:rvn este desprendimiento, de ejemplo para que encuentre imita-
dores entre tantos magnates, que derrochan s u fortuna en festin<:>s sin
r ecordar, sin dedicarle siqÚiera un momento á los pobres que gimen
bajo el peso ele la miseria.
Honra á la familia Gallardo y á la patria argentina que aún tiene
tales hijos.

Dos PEDAGOGOS MENOS. -Hemos leído en periódicos extranjeros el


sensible fallecimiento de los ilustres profesores, M. Matbero Arnold y
James J ohonnat.
Ocupándose del primero dice la R ewe Pedagogique:
Era hijo del celebre señor Arnold, que fué durante muchos años prin·
cipal de la escuela de Rugby. Después de brillantes estudios llegó á
ser fellaco del colegio de Oriel en Oxford; fué nombrado en 1851 Ins-
pector real de escuelas elementales; desempeñando estas funciones ha
adquirido sn reputación y rendido á su país servicios reales. En dos
ocasiones, en 1859 y 1865, fué encargado de una misión en el conti-
nente, á donde fué á estudiar la organización de la instrucción pri-
maria: relató sus impresiones en un tomo publicado en 1867. Apesar
-113-
de su talento distinguido M. Arnold había quedado sobre ciertos puntos,
imbuído de viejas preocupaciones británicas¡ eso explica por. qué no
había sabido rendir justieia al movimiento de opinión que ha insti-
tuido en Francia la enscfiam:a contemporánea, laica y obligatoria.
En r.uanto á Jobonnot dice el Journal of Eclucatión.
Hu obra Litulada "Principios y práctica de la ensefianza" es un libro
muy reconocido y digno de ser traducido hasta en el Japón .

EscuELA CENTRO U:rnóN NORl\IALISTA.-El 26 del corriente se rea-


brirán los cursos de esta escuela, que sostiene el Centro Unión Nor-
maiista con el objeto ele mejorar intelectualmente á los ayudantes y
sub-preceptores.
Se recuerda que dicha escuela es mixta y funciona ele 7 á 9 p. m. en
el local de la Escuela Elemental ele nifias, situada en la calle Bel-
grano 637 .
En la última reunión que celebró este Centro se hizo los siguientes
nombramientos pam esta escuela:
Vice Director don Manuel Pcreira.
Profesor de Pedagogía, profesores normales M. Pereyra y J. M. Aubin.
Id id Nacional, id id G. Sisto y J. Fcrnandez,
Id id Aritmética, id id L. Giapone y J. H. Perez .
Id id Gcog,·afía, id id E. Suarez y F. Gucrrini.
Id id Histat·ia id id C. L. 111. Jassa y J. A. Quintana.
Id id H. Natural id id Luis Suarez.

EL PROFb:SoR DI"N LUis SUAREZ.-Tenemos el placer ele presentar al


llistinguido Profesor Normal Don Luis Suarez, nombrado ultimnmentc
Inspector Nacional de Instrucción Primaria do la Provincia de Buenos
Aires.
Suarez ha sido uno de los pocos que con constancia y actividad, al-
canzó el puesto que hoy le ha designado el Consejo Nacional ele Edu-
cación.
Vice Director de una Escuela Superior completa, Director .mas tarde
y Secretario Sub Inspector hasta hace poco, son los puestos que gradual
y sucesivamente ha desempefiado siempre con contracción y laborio-
sidad, mereciendo la confianza de sus superiores y la estima de inferio-
res y amigos.
Felicitamos al Consejo Nacional por el acertado nombramiento y solo
114
deseamos que continue premiando á los buenos servidores de la edu-
cación.

INSPECTORES DE INSTRUCCIÓN PitD!AiliA.-El Sefior Ministro de lns·


trucción Pública resolvió últimamente que los Inspectores nacionales en las
Provincias no pudieran dosempeñ.ar al mismo tiempo ninguna cátedm
en los Colegios Nacio11ales ó Escuelas Normales; por habórselc comi-
sionado para que inspeccionen las oficinas del matrimonio civil.
Al mismo tiempo se les ha asignado cien pesos mensuales por este
trabajo extraordinaúo.

NoMBRAMTENTos .-El Consejo Nacional de Educación ba hecho los


sigui en tes nombramientos:
Secretario Sub-Inspector del s.• Distrito al inteligente Profesor Nor-
mal D. Estéban Lamadrid, que lo desempeñ.aba interinamente.
Director de la Escuela Superior Completa del l.cr Distrito al Profe-
sor Normal, D. Guillermo Navaorr.
Secretario Sub-Inspector del l.er Distriw al distinguido Profesor Don
José T. Ojeda.
Todos son nombramientos muy acertados por lo que no dudamos que
cumplirán cada uno con los deberes que le imponen sus respe,·tivos
puestos.

PRI!I-IER EscUELA G.&ADUADA.-El 26 del corriente se inaugurará la


primer escuela superior completa de Santiago del Estero, dirigida por el
Profesor Normal, D. Jaime N. Agüero.

EscuELAS NoRliiALES.-De todas partes recibimos noticia de que las


Escuelas de Aplicación anexa3 á las Normales, están invadiéndose de
alumnos; y solo la de la Capital se verá privada de admitir el número
de niños que su espacioso local puede contener por la imprevisión del
Ministerio, al dotarla del exíguo número de profesores-
Esperamos que ahora que el Sr. Ministro se esta ocupando del pre·
supuesto para el afio entrante, atenderá mejor á las necesidades del es.
tablecimiento y de la educación en general.
Al mismo tiempo creemos que aumentando el número de becas y
cumpliendo las disposiciones al respecto, se conseguiría tener mas alum-
nos maestros y por lo tanto mas profesores, que bastante se necesitan,
sin mucha erogación al Erário abandonando tambien el sistema ele sub-
-115-
dimisión de cátedras que pronto llegará al infinito sobre este punto
pensamos vol ver á la. mayor brevedad.

ESCUELAS Dlil A1~ns Y OFICIOS EN SANTA FÉ.-Es ya un hecho la


creación de dos escuelas provinciales do Artes y Oficios, una en el Ro
sario y la otra en Santa Fe.
La dirección será confiada á monseñor Gal vera y la otro al padre sa
lesiano Castañeda.

SACERDOTE MODELO.-El cura de una villa de Italia, mientras celebra·


ba el sacrificio de la misa y en el acto del sermón, descargó toda su ira
contra la indefensa maestra del lugar, por no haber querido esta, que
dicho sacerdote enseñara la religion durante las horas de clase, por no
haber recibido órdenes de sus superiores.
Al siguiente dia se presentó la referida maestra ante los tribunales
civiles, acusando al humilde varón de difamador.

As~LO DE NIÑOs DESVALIDos.-La 0omisión Directiva de la Sociedad


que costea esto Asilo, se ha dirigido al Consejo Nacional de Educación,
solicitando se le nombre nn preceptc.r, á fin de dar una instrucción com-
pleta á los alumnos del Establecimiento.
Es una solicitud justa, cuyos beneficios redundarán en bien del mis-
mo Consejo y de la educación, por lo que creemos que será debidamente
atendida y despachada favorablemente.

L . ~ ENSEÑANZA.-Bajo este título h emos tenido el honor rle ser vi-


sitarlos, por un periódico que se publica en Madrid, el cual ingresa en
la poca numerosa falange de los defensores y propagadores de la edu-
cación.
Su primer número lo componen selectos artículos, de los principales
pedagogos de Madrid.
Su cuerpo de redactores está compuesto de ocho Profesores Norma-
les, por lo que promete cpntinuar siendo interesante.
Devolvemos gustosos el cordial saludo que hace á la prensa, y deja-
mos desde ya establecido el canje, enviándole nuestra humilde Revista.

CORRESPONSAL.-Ha sido nombrado corresponsal en Europa, del Cen ·


tro Unión Normalista, el Profesor Normal, D. P. A. Pizzurno compro-
metiéndose al mismo tiempo de envíar correspondencias mensuahnente
-116-
á dicho Centro, comunicándole los adelantos educacionales de los países
que visite.

PRESUPUESTO ESCOLAR DE SANTA FÉ.-El gobierno de eata provincia


prestó su aprobación al presupuesto escolar sancionado últimamente
para el año actual.
Representa el cálculo de recursos, medio millón de pesos distribuí
dos de este modo:
Contübución directa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200000
~1ultas. . . . •. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20000
Subvención nacional del año 1887 . .... ........... 32688 32
Id id id id 1888................ 37881 65
Tercera parte con que contribuye la nación . . . . . . 98653 33
Tercera parte con que contribuirá la nación si se
hiciera uso de los incisos 8, y 15.. . . . . . . . . . . . . 16665 66
Subvenc1ón con qne contribuirá la provincia para
llenar el presupuesto . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . 04311 04

500000 00

PE.r S.A.MIENTOS.

1-La Naturaleza comienza todo, la Educación acaba la obra.


A1'ist6teles.
2-Es menester reformar al hombre por la Educación y á esta por la
fa.wilia.
Jttlio Simón.
3-Edttcar es despertar al hombre, frotar con nieve lo que esta he·
lado, refrescar lo que está ru·diendo.
Hippel.

4-La perfección moral é intelectual del hombre, está en razón direc·


ta de la perfección de su educación.
Schwat·fz.

5-La Educación es al hombre lo que el ruolde al barro; le da forma.


Balmes.
-117 -
6-Parir muchos hijos, vale infinitamente menos que educar bien á
uno solo.
S. Catalina.

7-La Educación es una verdatlera transfiguración, un organismo cien-


tífico con que se modifica, y á veces se suple, el organismo de la na-
turaleza.
Idem.

8-Si la Educación es el aprendizaje de la vida real, la Escuela debe


dax á los nifios una idea exacb de las realidades que les speran al
entrar en el combate de la virla.
Rousselot.
9-Siempre he creído que si se reformase la educación de la juventud,
se conseguiría reformar el género humano.
Leibnitz.

MÁXIMAS.

I. No te fíes de los que condenan las asociaciones por clases, po¡·.


que los que tal hacen, buscan en la división de los demás el bien pro-
pio á expensas del ajeno.
II. Toda asociación es una suma de fuerzas. Dos, ven y pueden
más que uno; tres, más que dos, y así sucesivamente.
III. La existencia de una asociación es indicio evidente ele fe en una
idea, y de virtud en los asociados.
IV. No te fíes de los que aborrecen la tem·ía en nombre ele la prác·
tica. Ésta sin aquélla, es un ciego que va derecho al abismo .
V. Los rutinarios temen de continuo que la ciencia ponga á descu-
bierto sns torpezas y extravíos.
VI. ¿Qué queda del Maestro si lo despojamos de la cultuxa pedagó
gica? Nada.
VII. Una simple instrucción, por sólida y variada que sea, no hará
jamás un buen Maestro, si éste no se halla en posesión de la ciencia de
la educación y ensefianza.
Vill. Tanto abundan los hombres instruidos como escasean los bue.
nos Maestros.
IX. Desconfía de los que no te hablen más que de las necesidades
- 118-
del cuerpo; de los que para inspirarte repu<>nll.ncia al estudio, aparentan
interesarse por tu suerte y condolerse de las privaciones que sufres. Las
buenas aptitudes y condiciones profesionales, obtienen al fin, como re·
compensa, más pronto ó más tarde, pan en abundancia.
X. Desconfía de los que te hablan contra todas las manifestaciones
del progreso, contra toda aspiración noble á tu perfeccionamiento moral,
intelectu al y profesional, porque es sefial de que viven sumidos en la
más supina ignorancia ó ele que conspiran contra tu suerte.
XI. o vayas á los cafés á divertir á un público ocioso con disputas
sobre las cosas de tu profesión. Reúnete sólo con tus compañeros y
con los que puedan ilush·arte ó ayudarte en tu santa empresa paTa
tratar seriamente lo que interesa al Magisterio y la escuela.
XII. Huye de los que, permaneciendo extrafios á la obra común de
adelanto y de regeneración, pasan el tiempo poniendo faltas á cuanto
hacen los demás en bien de la educación. Es un in licio claro do va·
nielad y de envidia que debes condenar al desprecio.
XIII. Los necios no pueden prosperar sino cutre necios.
XIV. Es altamente ridículo combatir las teorías pedagógicas, pi-
diendo plaza exclusiva para los métodos y p1·oceclimientos; porque son
aquéllas preci ·amente las únicas que pueden conducir al mejoramiento
de éstos. ¿Cómo puede ser bueno un método ó un procedimiento, si
no los abona la ciencia pedagógica?
X V. Generalmente aborrecen por sistema los discursos pedagógicos
y el bxillo y la corrección del lenguaje loR que no saben hablar, esrri bir.
ni pensar. Nada recomienda tanto al Maestro como la exposición me·
tóJica de sus conocimientos y la claridad, precisión y limpiPza de su
palabra.
XVI. Descouña ele los que, careciendo de doct.rinas y de instrucción
y talento pqm tratarlas, pretendan hacerte superficial, despertando en ti
aficiones exelusi vas al noticierismo . Las revistas de primera eusefianza
que so convierten en un pobre zurrón de ripio, no pueden titularsQ pro·
.fesionales ni pedagúgicas, sin hacer traición á su título y sin ultraje á la
ilustración de sus lectores.
(De El Filantl·opin de Tolsthoi).
.
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
'
ÓRGANODEL CENTRO UNIÓN NOR&
tALISTA

Año n 4bi•il d e :1.889 1 Núm. XVI


COMISIÓN REDACTORA
Emilio R. Olivé . - José M• Aubin. - Fran cisco Cuer rini

ADVERTENCIA Á NUESTROS LECTORES

El hecho de encargarse una nueva Comisión de la redacción y


administración de esta «Revista», desp ués de haber aparecido los
dos primeros números del corriente año, necesita una explicación
que evite suposiciones más ó menos av(lnturadas.
Nuevas y apremianles ocupaciones im¿iden al Sr. Guerrini aten-
der solo á la publicación del órgano del «Centro Unión Normalista))
y le han obligado á pedir ayuda á algu.ws de sus compañbros, quie-
nes se han apresurado á prestarsela, confiando, nó en sus facultades
que juzgan limitadísimas, sinó en su buena voluntad que es m u;y
grande.
La Comisión que desde hoy se hace cargo de la redacción de es-
te periódico encierra su progt'ama en estas palabras.
Hace1· de la «REVISTA PEDAGÓGICA ARGENfiNA» un periódico útil
á lodo el magisterio, y digno de la Asociación de la cual es órgano.

EMILIO R. ÜLIVÉ-JOSÉ Ma AUBJN


FRANCISCO GUERRINI.
- 120-

LA OBRA DEL nr. ZORRILLA ¿ESTÁ COMPLETA~

El personal de nuestras escuelas

Si no estuviera al frente del C. N. da Educación al Dr. Zorrilla;


si no nos dirijiéramos al meritorio ciudadano que á despecho de to-
das las críticas y de todos los obstáculos ha realizado el gt·an pro-
yecto de la edificación escolar en la Re!Jública, no escribiríamos
este articulo, puesto gu3 para realizar la reforma que vamos á pe-
dir, se necesitan más energía y más firmeza que no han sido nece-
sari!ls para levantar los cinc uenta y cuatro edificios escolares de
que tanto (y con justa razón ) se envanecen los habitantes del muni-
cipio y los argentinos todos.
Y sin embargo, esta reforma complementaria las varias que á la
iniciativa del Dr. Zorrilla se deben, pudiéndo~e asegurar, sin miedo
de incurrir en error, que ella asegurar: a el éxito y el progreso cons-
tante de nuestros establecimientos de educación.
Un di!lrio bien intencionado dijo no hace mucho tiempo lo si-
guiente: «Las escuelas han sido reformadas por fue~·a, es necesario
que lo ~ea n por dentro">
Y dijo bien; termitlada la edificación escolar on la Capital de la
República, el Consejo Nacional de Educación debe, si quiere seguir
mereciendo el aplauso de la opinión pública, ocupaNe de la compo-
sición del personal ds nuestras escuelas, que, tal como eatá consti-
tuido deja mucho que desear.
En la organización del personal docente de las esc uelas de la Ca-
pital se cometen dos errores fundamentales, uno que se refiere á su
distribución, y el otro á su calidad .
En cuanto á la distribución, nos bastará ojeare! «Presupuesto de
las escuelas comunes de la Capital para el año 18 ~8~ para conven-
cernos de que, algunos Consejos Escoiares, asignan á las escuelas
puestas bajo su inspección el número de maestros que les parece,
sin tener en cu enta otra regla que su capricho ó el mayor ó menor
deseo de complacer á tal 6 cual Director ó Directora.
Y como no nos gusta afirmar sin plena convicción, vamos á dar
las pruebas, concretándonos á examinar, por ahora, la composición
- 121-

del personal que funciona en las escuelas graduadas comple~as, que


generalmeete son las mejor atendidas.
Según dicho presupuesto, el número de maestros correspondien-
tes á cada esc:uela, como el de alumnos confiados á sn dirección, es
el que se expresa en el cuadro siguiente: (1 ).

1' Distrito-Gradu. de Niñas-11 empleadas (5 de ellas preceptoras) para 350 tliñas-31 por empl.
» » » de Varones 13 » 6 » » 850 » 65 »
2' de Niñas 8 4 400 50
de Varones 11 6 400 44
3' » de Niñas 12 5 500 41
» de Varones 9 4 400 44
5' de Niñas 22 8 » 1000 45
» de Varones 13 7 700 53
6' » de Niñas 15 7 800 53
7' » » de Niñas 8 3 450 56
» de Varones 11 6 500 45
8• » de Niñas 8 4 400 50
de Varones 7 4 400 57
9' de Niñas 22 8 800 36
10' de Varones 8 4 400 50
11' de Niñas 13 5 800 61
12' de Niñar 12 5 600 50
I2' de Varones 12 5 600 50
13' » de Niñas 6 2 300 » 50
» de Varones 6 3 350 58
14' de Niñas 12 4 '100 58
de Varon t s 11 4 600 M

No incluimos los Distritos de Belgrano y Flores porque de su or-


ganización no ha podido Sl'lr responsable el C. N., sinó las autorida-
des escolares de la provincia.
Ahora bien, después de examinar este cuadro ¡,no salta á la vista el
poco tino con que_se hace la distribución del personal por los señores
que forman la mayoría de los Consejos Escolares de Distrito1
El dell or Distrito, por ejemplo, corno ha podido creer que, si uu
e:!:lploado en la escuela de niñas, tiene bastante trabajo atendiendo
á 31 alumnas, como ha podido creer, repetimos, que los empleados
de la escuela de varones pudieran atender 65, esto es, á más del
doble?
Se podrá objetar que el exceso del personal que se nota en la Es-
cuela Graduada de Niñas, se debe á que el C. Escolar lo había or-
ganizado creyendo contar con todo el edificio de la calle de Cuyo y
E~meralda, cosa que no ha sucl'ldido después, y que no ha sido por
lo tanto, posible, hacer reducciones, sin lesionar derechos sacratísi-
mos adquiridos después de muchos años de buenos servicios.
Convenimos en que el Consejo se encontrara con un persona l

(1) En el número de cada Escuela no se incluye el Diretor.


- i22

abundante con relación al número de Hiñas que asignaba á la Es-


cuela de que nos ocu!)amos, pero worqué al confeccionar su presu-
puesto, en vez de conservar sus 1l empleados á la Escuela Graduada
de Niñas , porqtté no pasó dos ó tres á la escuela elemental de ~año­
ritas de la Calle de San Maet!n, cuyas empleadas deben atender
cada una de ellas á 63 alumnos, á estar á lo consagrado en el pre-
supuesto~
y ll o es únicamente en el 1or. Distrito donde ha predominado ta.n
singular criterio al confeccionar los presupuestos.
En el onceno nos encontramos con qué una escuela de varones
(la única de la Parroquia) capáz para 500 n!ños, tiene nueve em-
pleados, es decir que corres¡>Onden á cada uno de ellos, (excluyendo
de entre los nueve al Director, que es fácil que no tenga clase algu-
na) 61 alumnos, en cambio nos encontramos con otra infantil, á la
cual, para 600 alumnos, se le asignan 13 empleadas, fuera de la Di-
rectora, es decir á razón de 46 alumnos por empleada.
De manera que el Consejo Escolar de Monserrat ha creido que
los maestros de la escuela de varones (no sabemos porqué razón),
podrán atender, cad;~. uno de ellos, 15 alumnos más de los que pue-
den tener á su cargo los de la escuela infantil, á que nos refe-
rimos.
Cosas no menos extrañas se encuentran en los presupuestos de las
parroquias de Santa .Lucía, Socorro, Pilar, San Juan Evangelista y
otras que no examinamos por no alargar este artículo en de-
masía.
El exámen de la distribución del personal en las escuelas de los
Distritos 1o y 1l o y oteos, demuestra que no ha sido hecha teniendo
en cuenta las verdaderas necesidades de cada establecimiento,
sinó que se ha tratado de salir del paso de cualquier modo y nada
más.
Todos los que de educación se ocupan, saben que los tratadistas
han demostrado que es imposible que un solo maestro pueda aten-
der debidamente á más de 40 alumnos, (1) ¡Cuan lejos estamos nos-
otros de esta cifra!
De las 22 escuelas graduadas que :figuran en nuestro cuadro, sola-
mente en 2 corresponden, 40 ó menos alumnos á cada maestro; en
cambio, en 15 de ellas cada empleado debe atender á 50, 54, 58, 60

(1) Lo mismo opinaron los Sres. Secretarios Sub-Inspetores. al ser con-


sultados por el C. N. de E. El Consejo Esco:ar de la Concepc16n ha arre-
~lado sus presupuestos calculando este número por cada empleado.
- 123-

y hasta 65 niños. Y eso tratándose de las escuelas graduadas que,


como todos sabemos y ya hemos dicho, sou las más atendidas, si nos
ocupamos de las elementales é infantile~, la desigualdad será más
patente.
En las escuelas graduadas el Director, y en muchas el Sub-Direc-
tor no tienen necesidad de dar clase, pueden .atender exclusivamente
á la Dirección, á observar á los maestros, á seguirleR en el curso
de sus trabajos á fin de ver lo que es preciso alentar, y lo que con-
viene suprimir.
En las escuelas elementales é infantiles se calcula casi siempre
bajo la base de 50 alumnos por maestro, cuando se trata de deter-
minar el número de empleados que á cada una corresponde; asi par :J.
una e~cuela de 250 alumnos (como son la mayor parte) Sd forma la
planilla del personal de cada una así:
1 Preceptor elemental 6 infantil.
1 Sub-preceptor.
2 Ayudantes.
Si por casualidad la escuela es capáz para contener 500 niños, ya
hemos visto como organizan el personal el Consejo Escolar del 11 o
Distrito y algunos otros que se le parecen.
De manera que, el Director de una escuela elemental (salvo raras
excepciones) no lo es más que de nombre, pues casi siempre tiene ne-
cesidad de hacerse cargo del 4° grado, con lo cual ya tiene bastante
trabajo, y máxime cuando, (como en la mayoría de los casos sucede)
tienen que habérselas con niños preparados en los grado<' primero,
segundo y tercero por Sub-preceptores y Ayudantes de estos de los
cuales dijo Diez Morí en una ocasión «que eran ayudantes que no
ayudaban nada.'»
El O. N. de Educación puede poner órden en ese asunto orde-
nando dos cosas: primera que al hacer sus presupuestos los consejos
parroquiales, calculen un empleado por cada 40 alumnos, y segunda
(y estn es de no menor importancia) haciendo que en cada escuela
haya tantos maestros diplomados como grados la escuela tenga, y
eso pot• lo menos.
Sí, por lo menos, pues conste que nosotros creemos que si una es-
cuela necesita 10, 12 6 20 empleados, todos deben ser maestros y
buenos. Si como está probado un empleado no puede atender debi-
damente, mas allá de 40 alumnos, y en una escuela cualquiera el
grado primero consta de 130 niños (cosa muy común) siendo por lo
tanto necesariO dividirlo en tres secciones, poner una en manos de
un maestro y dejar las otras dos en manos de subalternos, general-
-124-

mente inhábiles, es uña verdadera sinrazón; sin embargo, como sa-


bemos que no todo lo bueno y útil es posible ponerlo en práctica, á
lo menos de una vez, nos contentaríamos con qué, por ahom, so
concediera á las escuelas element!\les ó graduadas inl!ompletas lo
que yá se á concedido á casi todas las completas, esto es, un maestro
por cada grado.
Y si ha cada escuela · ~lemental ó infantil se le concedía lo que
pedimos ¡cuánto ganaría la enseñanza en general!
No sucedería lo que ahora sucede, no se verían obligados los Di-
rectores á confi..tr los grados infantiles á Llos ó tres ayudantes que
hacen ...•. lo que pueden ¡y pueden poco, pero muy poco! Notar-
darían las pobres criaturas dos y hast.a tres años en salir de esta
especie de purgatorios que se llaman primero y segundo grado; em-
pezando á leer á los 6 años, podriari muy holgadamente haber t!ur-
sado al4° grado á los diez y á e~ta edad, serian muchos, muchísimos
los padres que les dejarían seguir los estudios primarios y entoncE>s
los grados quintos de las escuelas graduadas completas (en especial
de las de varones) serían un pocomásnumerososdeloqueordinaria-
mente son, y muchas de ellas que nunca han podido formar grado
sexto, lo formarían sin grandes esfuerzos.
Réstanos ahora ocuparnos de las personas á quienes se c.:.nfia el
difícil encargo de educar á la niñez argentina, y como el asunto dá
mucho de sí, como se pueden decir muchas y muy curiosas cosas y
no queremos dar muchas proporciones á este artículo, preferimos de-
jarlo para el próximo número, en el que seguiremos probando que,
no está coro plata la obra del Dr . Zorrilla.

ASISTENCIA A LAS ESCUELAS


De un colega español extractamos las siguientes consideraciones
sobre este importante asunto, aplicables entre nosotros:
Uno de los grandes males que minan el progreso de la educación
es, indiscutil,lemente, la asistencia irregular de los alumno¡¡ á las
escuelas.
La generalidad de los padres de familia cree que Ifuede retener
~ 125-
J

en casa, con cualquier pretexto fútil, á niños que están matricula-


dos en alguna escuela, sin comprender que con semejante conducta
cometen la doble falta de conspirar contra la buena fama del esta-
blecimiento donde sus hijos se educan, y contra el purvenir de sus
propios vástagos, cuya ed uca~ión dilatan torpemente.
Un niño puede concurrir varios años á una escuela sin resultados
visibles, con tal que multiplique sus inasistencias. Su inteligencia
no le habilitará para marchar ni siquiera al lado de los más nulo~,
si ésto$ asisten con más regularidad quo él.
La tarea del Maestro es dupla: primero tiene que desenvolver la
inteligencia del niño, preparándola, como el labrador el surco, pa-
ra recibir la simiente fecunda de la enseñanza, y en seguida cultivar
la simiente hecha planta ya, pero débil aún para desarollarrse sin
sus cuidados. La enseñanza del Maestro respecto del alumno, es lo
que el suelo primero y el sol después, r especto de la planta.
Si el niño S'3 elimina de la enseñanz'l. del Maestro, éste no podrá
ejercitar sobre él todos los recur.~os del sistema, y los resultados
tienen que ser r elativos, sino nulos. Las facultades del niño 'se des-
arrollarán, indudablemente; pero como ·el medié que servira de in-
fluen ci a desenvolvedora carece de órden y sistema, ese desarrollo
será ilógico, contrario á la naturaleza, y la intelectualidad del ni no
se resentirá toda la vida de semejante error.
Por eso decíamo 1, que el padre que no cuida de q o e su hijo asista
con regularidad á la escuela, conspira con tea el porvenir de su vás-
tago, haciéndol e un mal t anto más grave cuanto mayor sea la falta.
Hay que pensar, por otra parte, que estos er1·ores son irremedia-
bles y marcan signos de desgracia para toda la vida. El corazón del
niño se modelfl, con arreglo á las influ encias que desenvolvieron su
inteligencia en la primera ellad, y si éstas no fueron buenas, preci-
samente por esa causa, habrán echado hondas raíces en la concien-
cia, y no se cambiarán más ó se cambiarán difícil!Pente.
Si todos los padres de fam ilia dedicaran un momento de su vida
á est udiar los serios problemas sociológicos que lleva envuelta la
'3ducación de la niñez; si gastasen sus horas de ócio (algunas, si no
todas), en leer tal cual obrilla que trate fundamentalmente la mate-
ria, estamos seguros que no descuidarían tanto el alto deber de
educar á sus hijos de un a manera regularé inteligente.
No es educar á los niños mandarlos á la escuela cuando no son
necesarios en casa, 6 cuando albor,>tan demasiado; eso es conspirar
contra los niilos; eso es tratarlos peor que á sirvientes ó á esclavos.
Por ese camino y con semejante conducta, hemos formado la socie-
-126-

dad actual, ineducada, frívola y maleable hasta lo inverosímil. Para


cambiarla, hay que cambiar de derrote:-o y de conducta. tLo quie-
ren así los padres de familia? tQuieren que sus hijos sean buenos, es
decir, conscientemente buenos? No tienen más que educarlos, ha-
ciendo que concurran regularmente á las escuelas.
El gérmen del mal está en la irregularidad de la asistencia á las
clases, pues con semejante conducta esos niños sólo consiguen beber
á sorbos en las fuentes del saber lo que otros á raudales.

Con mayor elocuencia, que la más completa disertación sobre la


importancia y bondad del trabajo manual en la escuela prima-
ria, habl an ios hechos que pasamos á mencionar acerca de las con -
quistas realizadas día á día por esta nueva institución.
El ejemplo que nos ofrecen Italia, Bélgica, Suecia, Inglaterra,
etc ., debe ser imitad0 por nuestro pais. Ya no se puede, racional-
mente, dudar de los beneficios que la implantación del trabajo ma-
nual producirá en nuestro sistema de enseñanza, cuando las nacio-
nes que marchan á la vanguardia de la civilización se apresuran á
adoptarlo é intt•od ucirlo en sus escu.:.las. No seamos remisos en dar
forma práctica á la grande idea que señala una de las conquistas
más trascendentales, sino la primet·a de nuestro siglo, en materia de
educación.
Léanse las siguientes noticias sobre los t•ápidos y continuos pro-
gresos del trabajo manual, especialmente del sl6jd, sistema sueco.
-En Turin ha. terminado la primera experiencia sobre el trabajo
manual. Al regreso del profesor Borgna, miembro de la comisión
italiana enviada á Naas, la Municipalidad da Turin quiso hacer una
prueba en tres escuelas, y encargó al referido profesor de enseñar el
sl6jd (trabajo en madera) á los alumnos del curso inferior de la
escuela Boncompagni. La prueba duró de Febrero hasta Junio.

(1) De la Pevista populm· de conMcimentos uleis.


- 1~7 -

Terminada ésta, el profesor Borgna presentó á la Municipalidad un


informe, del cual resulta: que la enseñanza tuvo buen éxito; que
desarrolló en los alumnos el amor al trabajo, la d·isciplina y la
emulación,- que el canto fué alternado con las lecciones Mbre el tra-
bajo manual; que los educandos ejecutaron bien veinte modelos en
madera; que simultáneamente se instruyeron también en el dibujo;
que ninguno de ellos, á pesar de hacer uso de instrumentos muy
cortantes, se hirió; y que el trabajo m9.nual hace sentir sus benéfi
cos efectos á la educación moral é intelectual de los alumnos.
-En Canneto sull'Oglio, pequen:o pueblo de Italia, efectuóse
bajo la dirección del profesor Cabrini Cario, un cut•so de trabajo
manual entre los alumnos de las escuelas elementales, y el 1 o de
Cctubre abrióse una exposición de los trabajos hechos en cartón y
madera.
-La sociedad pedagógica de Cavezzo (Halia) aprobó, por unani-
midad, la introducción del trabajo manual en todas las escuelas del
municipio, como enseñanza facultativa.
-En Avezzo ensayóse el trabajo manual con resultados bastante
satisfactorios. El infatigable profesor Maí~rotti dió conferencias
sobre los siguientes temas : 1° Concepto del trabajo manual, 2°
Los ejercicios frrebelianos y su aplicación en las escuelas elemen-
tales; 3° El dibujo lineal en la escuela elemental; 4° Ejercicios de
plástica en la escu,la elemental; 5° Ejercicios de cartonería; 6° El
sl6jd; 7° Ejercicios aplicados á las pequeñas industrias femenin ali.
-Con el título de Sl6jd Association of Great Bt•itain and
Ireland, fundóse en Lór.dres una sociedad dclstinada á difundir el
sl6jd en las escuelas primarias.
La primera reúnión vele'.lróse el 4 de Junio en el palacio del
conde Meath. Fué nombrado presidente el conde y secretarios los
señores Chapman y Nystrom; para vice-presidente fueron elegidos
hombres ilustres como Samuel Smith, A. H. D. Acland, Dr. Abott,
Dr. Gladstone, Míss Buss, Miss Shiref; y tesorero .John Lubbock.
Los sei'lores Salomón y Abrahamson fueron nombrados socios.
Estos nombres demuestran la seriedad con que es considerado el
1l6jd educativo en Inglaterra.
Propónese la nueva sociedad:
1o Hacer conocer el sl6jd á los profesore9 y al púbiico, y reunir
todas las personas que se interesen por su propagación.
2° Fundar una institución para habilitar maestros r¡ue enseñen el
sl6jd y la cual será un centro de propaganda de este sistema en las
- 128-

otras ragiones, y de información en todo lo que se refiera al trabajo


manual.
3• Trabajar para dar al slójd carácter nacional, adoptándolo á las
costumbres inglesas y aceptando todos los principios que sean ver-
daderos para todas las naciones.
4° Iustituir un registro general en el que serán inscriptos todos
los maestros y escuelas que practiquen el trabajo manual y que sean
aprob:::.das y acepten le inspecc ión de la asociación .
-Tuvo lugar en Nivelles, del29 de Agosto al 29 de Setiembre,
un curse de trabajo manual com¡;>lementario organ izado por el go-
bierno. Concurrieron 43 profesores . El programa, además de los
trabajos froebelianos, comprendía la cartonería., la plástica en
yeso y el trabajo .:n madera.
-En Lacken hubo un concurso de trabajo manual con tan buen
~xito, que se resolvió introducirlo en todas las escuelas.
-La So-::iedad N aciana! de Trabajos Manuales, de Bélgica, dis-
cutiendo en una de sus sesiones (23 de Setiembre) sobre los mejores
medios de propaga¡· el t1·aba}o manual, votó las siguientes con-
clusiones:
1• Sl>licitar el concurso de los inspectores, rogándoles pongan al
servici<J de la idea de la sociedad los medios de persuasión de que
disponen.
2• Interesar á los maestros para que introdt1zcan en sus escuelas
el trabajo manual, por medio de conferencias, exposiciones , publi-
caciones en los periódicos. etc.
3• Persuadir á los adrninisteadores coloniales de la necesidad de
organizar sériamente el trabajo manual, poniéndolo en relación con
las necesidades de las clases olJreras.
4° Hacer un llamamiento á la sociedad que estada muy bien dis-
puesta á ver difundida esta enseñanza.
5° Organizar frecuentes conferencias y exposiciones de los trabe-
jos entre los alumnos.
6• Interesar á los padres mostrándoles las numerosas ventajas del
trabajo en la escuela.
7• Organizar de tiempo en tiempo lecciones modelos sobre el
trabajo manual á fin de que las familias puedan evaluar los ser~­
cios que esta enseñanza presta.
8• Prop.tgar la idea en los periódicos pedagógicos y políticos.
- !29-

'
NOCIONES DE METODOLOGIA
ORDENADAS CON ARREGLO Á LOS PROGRAMAS VIGENTES

Por José María Aubin

Todos los tratadistas establecen en la Pedagog ía dos grandes di-


visiones: la primera que se ocupa de 1 estudio del niño ó sea de
sugeto de la educación, y la segunda qne trata del objeto de la
mh;ma, ó sea, de los métodos de enseñanza y de las reglas que sir-
ven de base al régimen escolar.
La primera (estud io del ni no) es lo que propiamente constituye la
Pedagogía, la segunda (estudio c! el objeto) constitu.v e lo que es lla-
mado por unos Metodología y por otro~:< Didáctica ó Metódica (1).
Divídase á su vez la Metódica en general, que trata de los princi-
pio3 comunes á todos los métodos, y en especial que estudia las
diversas materias que forman los programas, señalando los mejores
medios para la enseñanza de cada una de ellas.
Método y procedimiento-Sin multiplicar á semejanza de muchos
autores las discinciones y las divisiones, es sin embargo imposible
prescindir de algunas de ellas.
Importa pues señalar la diferencia que existe entre el método y
el procedimiento.
Los métodos están constituidos por el conjunto de principios que
presiden á la enseñanza, que fundan y señalan su objeto y que
reglan su marcha, en tanto que los procedimientos 110 son más que
medios especiales que se emplean en la aplicación de los métodos.
El método es general, el procedimiento particular.
Dos maestros pueden seguir igual método en la enseñanza de la
Geografía ó de la Historia, pero pueden muy bien usar procedi-
mientos diversos.
Los procedimientos pueden, segun Mr. Braun dividirse en tres
clases ó categorías, los primeros sr1 refieren á la exposición hecha
por el maestro, por ejemplo la descripción 6 el razonamiento, los
segnndo~ á la aplicación (es decir al trabajo del alumno), por ejem-
plo la redacción exacta, ó la ampliticadón de lo que se ha explicado

(1) As! la llama Mr. Daguet .


130-
y los últimos referentes a la correcciÓil de los deberes que puede
ser, como se sabe, hecha por el maestro 6 por los mismos f.lumnos.
Metodología general-La importancia que la ciencia pedagógica
ha adquirido de medio siglo acá, ha servido especialmente, no solo
para fijar la imprecindibilidad de los conocimientos, sind lo que es
más importante. bajo cierto punto de vista, la manera de adqui-
rirlos.
De manera que, antes de abordar las diferentes partes en que la
onseñanza se divide, antes de determinar las reglas que especial-
mente con vienen á cada una de ellas, la ciencia aconseja hacerse
cargo de lo que constituye la esencia 6 principio de los métodos
generales, de los que determinan la tendencia, alcance y finalidad
de toda enseñanza.
La metodología general debe pues empezar examinando cuales
son las condiciones generales de su método.
Principios generales de un buen metodo-Los métodos en ense-
ñanza no pueden ser absolutos, cambian con la naturaleza de los
ramos que se enseñan y según á quien estos ramos se enseñan.
Se enseñarán las matemáticas de una manera y la Geografía de
otra.
No se seguirá el mismo método para enseñar á los alumnos de
una escuela infantil, que para trasmitir conocimientos á los que si-
guen los cursos superiores de una Universidad 6 Escuela Normal.
Un método de enseñanza si ha de merecer el dictado de bueno
necesita reunir las siguientes condiciones:
1• Estar de acuerdo con los caracteres do los conocimientos que
se comunican á los niños.
2•Conformarse con las leyes que presiden á la evoluci6nmental en
las diversas edades de la vida.
3• No perder de vista el objeto y extensión de los diversas grados
de instrucción que pueden alcanzar los niños.
Sistemas de enseñanza. Los sistemas .de enseñanza no depen-
den ni del órden que se sigue ni de los medios que sa emplean para
instruir á los niños: ellos se refieren únicamente á las diversas
formas 6 maneras según las cuales la enseñanza se trasmite,
De tres maneras se trasmite la enseñanza.
Ya liS el ma.estro el que la trasmite y en este callo puede dirigirse
á un alumno 6 á mu;:hos.
Cuando se dirija á un solo alumno resulta puesto en práctica el
sistema individual, cuando se dirija á muchos practica el simul-
ó!lineo.
- 131 -·

Puede llegar el caso e11 que el maestro descubra en ciertos niños


la facultad , por excelencia pedagógica, la de trasmitir, y en este
caso dirijirse al grupo formado pur talés niños, á fin que ellos á su
vez trasmitan á la masa de los niños no iniciados los conocimientos
6 nociones adquiridas: entonces practica el maestro el sistema
mútuo.
El sistema individual no puede considerarse en relación con su
aplicabilidad á las escuelas, pues solo á la enseñanza privada es
aplicable.
Si hubiera un maestro capáz de perder el tiempo, de introducir
el desórden en una clase como lo haría un maestro que teniendo
20 alumnos tuviera que atender á cada unu de elks aisladamente
dejando á los demás huérfanos de sus lecciones por largo rato, ha-
brá llegado el caso de creer en el cretinismo pedagógico.
Sin embargo, si se considera en que hubo un tiempo (1) en que
este sistema contenía y expresaba la última palabra en materia de
trasmisión escolar podremos fácilmente obse¡·var los inmensos pro-
gresos realizados por la pedagogía moderna desde que el padre de
ciencia de la niñez el gran Pestalozzi sentó sobre bases inconmovi·
bles el edificio de la educación moderna.
(ContinuardJ

PttENSA ExrrBANJERA

EL MOVIMIENTO PEDAGÓGICO FRANCÉS EN 1888


Po1 EL PROFESOR RICARDO R UBIO, SBCRETARIO DEL MUSEO PBDAGÓGICO
DB MADRID,

Dice Mr. Buissori, el director de la enseñanza primaria en Fran-


cia, apreciando en un trabajo reciente la historia de la instrucción
pública en su país, durante el siglo trascurrido desde la gran re-
volución al año actual , que entonces en 1789 nació la idea de

(1) 1654-Ver <!L' eco le parossiale».


- 132-

una educación nacional, idea cuyo completo desarrollo corres-


ponde á nuestros días, al 1889. El tiempo compeendido entre am-
bas fechas lo llena el tl'abajo de conquistar y afirmae las bases
que, desde un principio, consideraeon sus propagandistas indispen-
sables para la educación de un pueblo democrático: la gratuidad, la
obligación, la neutraiidad de la escuda. La ley ha 0onsagrado ya
estos principios y bajo su garantía marcha libremente la obra del
pedagogo. La escuela funciona, pues, beneficiada por las conquistas
de mil luchas en que ha ido año por año adquiriendo sus cond icio-
nas actuales .
Ahora bien, debemos preguntarnos, y tal es el objeto del presen-
sente artículo, ¿cuál es la obra del año que acaba de pasae1 En
este movimiento ¿,qué nuevos elementos ha podido aportar, que in-
flu encias ha puesto en juego?
No concretándonos solamente á la escuela, ni á la instrucción,
sino mirando á las ideas pedagógicas en general, no es aventurada
Ia afirmación de que los edudadores franceses, los discípulos direc-
tos de Rousseau, claman siempre por que la educación se haga
atendiendo , sobre todo, á la naturaleza del educando y siguiendo
sus indicaciones . Piensan ellos que hay que dirigit• en el niño con
el mismo cuidado el desarrollo de su espíritu y el desarrollo de su
cuerpo; que la obra educadora es defectuosa, si por igual no SH po-
nen en ejercicio las facultades todas de la infancia y que sólo á favor
de este cultivo omnilateral, puede esperarse el vigor fisico é inte-
lectual de las generacion es. A satisfacer esta necesidad viene cada
año una nueva institución, ó se predica una nueva reforma, ó se
condena una práctica antigua: es unas veces, la introducción del
trabajo normal en las escuelas; otras veces, la cruzada contra el
recargo intelectual y la sedentariedad (sddentarité) de los alumnos
ó contra los program11s, ó contra los procedimi~ntos en uso.
Alguno de estos problemas ha interesado más vivamente en Fran-
cia durante el año pasado, y este interés ha constituido un:'\ nota
domin a nte. Se despidió el año 1887 con dos fuertes protestas co n-
tra el excesivo predomir1io del trabajo mllntal en las escuelas; el
Congreso pedagógico de París y la Academia de medicina formula-
ron esas protestas contra el recargo de los programas, contra el
exclusivismo de la ed uca ción intelectual y estadística en mano,
presentaron los desastrosos efectos de una iu strucción que, aten-
diend•J sólo al cultivo intenso de determinadas facultades, agotaba
toda~ las düm t..s energías del individuo y lo inutilizaba para la luch:t
- 133-

dtlla vida que pide rompensación de fuerzas para que mutuamente


se sostengan y vigoricen.
Urgía, pues el remedio, el recargo intelectual y la sedentariedad
escolar, que atrofiaban los músculos y debilitaban la naturaleza e~­
tera de la juventud, lo exigian sin duda; y se buscó este atendiendo
á lo que venía desatendido, cuidando y fortaleciendo lo que venia
quedando descuidado y dé1Jil; se vió claramente ~a importancia del
desarro~lo físico y se consideró su educación como la primera
fuerza para la reg¡meracién de la raza. Y esta idea de la educación
fisica ha sido la que ha preocupado á los pensadores franceses en el
año pasado. Libros y revistas han mantenido viva y han fomentado
la idea del d~recho del cuerpo ó una dirección más esmerada y más
completa.
Parece queJa civilización en este resp~cto no viene ya para Fran-
cia, como el sol, por el Oriente; han cambiado los vientos. Sus pe-
dagogos y sus escritores buscan por el lado opuesto las enseñanzas
y las teor1as. Rousseau halla en Locke la inspiración de sus más sa.
nos principios pedagógicos; los modernos entusiastas de la educa-
ción física acuden tambien á Inglaterra para estudiar procedim:en-
tos y resultados. Una literatura escogida, y ya bastante rica, se ha
producido en Francia en esto sen ti do. Levoisin hace un arreglo del
Tom Brown para popularizar la educación de los colegios ingleses,
en que ante todo se tiende á formar la personalidad y el carácter
de sus educandos, dejándoles libre su iniciativa individual para que
ejercitándola, se vigorice,
Baje• el pseudónimo de A. Laurie, otro escritor francés de que
luego hablaremos, había publicado, años ha, La vie de college en
Angleterre, libro lleno de interés, historia de la formación de un
muchacho trasportado de un liceo de París á un colegio de Ingla-
terra; del régimen de la comunidad, de la. vigilancia, de la reclusión
y de la snla de estudio (con su pian inclusive) al de la independen-
cia, al del paseo diario con libertad de eligir el sitio; al del trabajo
individual en su propia habitación, al del endurecimiento de la
piel por el baño matinal y del músculo por el juego violento.
Narjoux, el arquitecto que ha estudiado y descrito la higiene de
la construeción escolar en los principaleP estados do Europa, la au-
toridad profesional más alta en esas materias dentro do su pais,
dedica un también animado capítulo de su libro En Anglete1·re á
la vida escolar inglesa.
En 1888 , tres nuevas obras han aparecido, que condensan
esta resu"'lta tendencia en favor de la educación física á la inglesa.
- 134-

Una hace la exposición entusiasta del género de vida de los colegios


en Inglaterra; describe otra los juegos corporales á que sus mora-
dores deben el vigor de su raza; la tercera estudia científicamente
la fisiología de los ejercicios físicos y concluye condenando la gim-
nasia de aparatos y predicando el juego enérgico al aire libre.
Digamos algo de ellas:
L'éducacion en Angleterre; Colleges et Universités, par Pierre
de Coubertin (un volúmen in-16, Hachette, 1888). M. de Couber-
bertín, ~ anglófobo » en 1883 y hoy casi « anglómano », traza en
este libro á grandes rasgos la historia y la organización actual de
los grandes centros educativos visitados y estudiados por él durante
su permanencia en Inglaterra: Eton, Harrow, Rugby, W ellington,
Winchester, Malborough, ChartherhouseT Coper's Hill, W estmens-
ter, Oxford, Cambridge, etc. á cada establecimier.to dedica un capí-
tulo lleno de vida, procurando que resalte en su animada descrip-
ción aquel rasgo que le es característico. N o es esto un libro de
crítica de aquella organización, pero al hablar de cada colegio, in-
liste siempre el autor en el sport alli más en boga, para concluir
con un capítulo titulado Problemas y soluciones en el que con
frase enérgica ataca los vicios de la educación pública francesa, el
mal emplazamiento y defectuosa ventilación de liceoa y escuelas, la
falta de grandes parques para el juego libre, el abandono del cuerpo á
la inacción y á toda falta de higiene y policía .
Quizá el único liceo francés que posee un estanque para baños y
natación, ejercicios de los más recomendables, es el liceo Michelet;
pero sólo se usa en bl verano por las molestias y gastos que ori-
gina.
Como dice M. de Cubertin «en été il y a les bains froids; cela
dure deux mois de l'année: z~~ reste du temps on ne se lave pas. ~
Y nn es que este refinamiento debiera ser caro para los colegios;
es la falta de costumbre y el desconocimiento de tales beneficios. En
Harrow cada alumno (y son 500) paga al año 12 francos por el sos-
tenimiento del estanque, que aprovecha diariamente.
El abandono del cuerpo, concluye M. de Cubertin, lleva á la pos-
tre á desastrosos efectos ; el alumno pasa en el colegio por una edad
muy crítica; y como no aprende á respetar y cuidar su cuerpo; y como
las horas de descanso no las emplea en juegos enérgicos que absor-
ban su actividad mental y corporal, el tedio y el aburrimiento le
efitregan á las faltas y á los vicios, y de estos á la corrupción y á la
anemia.
(Continuará.)
-135-

ECONOMIA DOMÉSTICA
APUNTES REDACTADOS DE ACUERDO CON E L PROGRAMA DE ESTA ASIG-
NATURA, VIGENTE PARA EL EXÁMEN DE MAESTRAS, EN LA PRO-
VINCIA DE BuENOs AIRES, POR JosÉ Ma . .A.uBIN.

1° Por Economía Doméstica debe c0mprenderse el arte de admi-


nistrar los asuntos privados de una familia; es pues la aplicación de
Jos principios generales de b ciencia económica á la dirección de
una casa.
Para que en un hogar haya buena dirección y economía, es nece-
sario que haya en ella moralidad, órden, inteligencia, aseo y como-
didaJ, condiciones que deben ir acompañadas de un prudente espíritu
de economía y previsión el cual pone · siempre á las familias a cu-
bierto de la escaséz y de las penalidades.
No debe en ningún caso confundirse el ahorro con la avaricia. El
primero es salvador, la segunda perjudicial y cara. Para demostrar
la verdad de esta afirmación, basta considerar lo que sucede á las
personas que, guiadas por una falsa noción de lo que constituye el
aho1TO, se privan de alg0 necesario, una buena alimentación por
ejl:lmplo.
Al principio acumulan más recursos que no aquellos que atien-
den debidamente á su nutrición, pero al fin su naturaleza denigrada
es atacada por enfermedades que ronsumen, no sólo los recursos
así adquiridos, sinó los que prudentemente se hubieran podido
guardar.
2• Nuestro cuerpo, como sér en la Naturale~a, vive según las
leyes de esta y despliega sus mismas fuerzas, actitudes ó procesos,
á saber: el dinámico ó ftsico y el químico: armonizAndo se ambos
en el orgánico que expresa la fuerza total, sintética ó productora,
asi en la Naturaleza entera como en él desenvolvimiento de cada
individuo.
3° El hombre es un sér dual compuesto de cuerpo y alma: sus
deberes respecto á si mismo se llividen en deberes relativos al cuer-
po y deberes relativc.s al alma.
- 136

DebE:o entenderse esta división:


El sugeto común de todos los debet·es es siempre el sér racional
y libre, pues el cue1'!JO en si mismo es incapáz de obligación, es el
se1·vidor del alma y to la su imp:;•tancia consiste en la participa-
ción indispensable que toma en el cumplimiento d el fin d e esta.
Por lo que se I'efiel'e a su cue1•po, tiene el hombre los debel'es que
so desprenden de este pt•ecepto: Evitrt á tu cuqrpo todo acto ó ata-
que que pueda daña1·le ó destruide, desarróllalo, fortl:fi calo y per-
fecciónalo .
La sobt'iedad y la templanza, deben ser pues condiciones indispen-
sables de nuestro sér, ya que son ellas las que conservan el organis-
mo, cuyo desarrollo depende siempre de la observancia de un buen
régimen, y de la ejecución continuada de un razonado y justo ejer-
cicio.
Los deberes del hombre respecto á su alma pueden compendiarse
en la siguiente fórmula:
Libra á tus facultades de cuanto pueda rebajarlas. Emplea to-
do~ los medios á tu alcance para conseguit' su consel'vación y desm·-
rollo.
Estos debe1·es se refieren á cada ttna de nuestras facultades: á la
inteligencia cuyo extravío es fuerza evitar si uo queremos perder
nuestro guía, á la sensibilidad y á la voluntad que bien edt,cadas
constituyen la fisonomía de nuestro carácter.
El conocimiento de estos deberes importa de una manera muy
marcada al am::~o de una casa, pues estando ella encargada de ia.
dirección del hogar, llenaría imperfectamente su misión si única-
mente se ocupara de los in teresas materiales de la familia.
Precisamente la principal misión 11ue le ha impuesto la naturaleza
cúnsiste en ser guia y protectora de la infancia, edad en que se ad-
q uiereo los primeros principios, los cuales, como es notorio,ejercen
una influencia decisiva en la vida.
El conde de Segur docía: los hombres haeen las 7eyes y las mujeres
las costumbres, y siendo estas hs que engendran en nosotros los
hábitos que llegan (tal es su intensidad) á constituir una segunda
naturaleza, se comprenderá cuan necesario es á la madre de familia
el conocimiento de las leyes, si se quiere que los deberes morales y
m'tteriales que ellas crean, sean practicadas en el hogar y que su
conocimiento sea un hecho desde la nifiez.

(Continuara).
-137-

¿NOENCPNTRARÍAMOS ALGUNA ARGENTINA?

Un distinguido colega ha publicado en su último número un ar-


tículo proponiendo la creación de una «Escuela Gro.duada Modelo»
en la Capital de la Nación, en la cual escuela se ensayarían y some-
terían á la piedra de toque de la práctica, los métodos y procede-
mientas más modernos que en materia de educación ¡;e conozcan.
Nada tenemos que decir del proyecto, muy al contrario, lo creemos
de suma utilidad, pero lo que nos ha llamado la atención ha sido
un hecho muy sencillo y que nos ha llenado de sorpresa.
Dice el colega: Pod1·la rwmb1·m·se además una regente no¡·te-ame-
¡·icana de las mejores que han venido al país, ó tcostear? una ¡·eco-
mendada de las mejores escuelas non.wles de los Estados Unidos.
AEn estas estamos? Con qué después de tantos años (desde el go .
bierno de Sarmiento). después de tantos años repetimos de estar la
educación superior de la mujer argentina en manos de unas cuantas
docenas de ilustraciones americanas, todavía necesitamos si quere-
mos una buena regente ir por ella á los Estados-Unidos?
Todas estas e~cuelas normales puestas desde mucho t iempo atrás
en manos de directoras, r ege ntes y profesoras de Pedagogía y Cr i-
tica, norte-americanas no han podido formar una sola alumna capaz
de servir de regente en una Escuela Modelo?
O la culpa es de los maestros ó bien las alumnas no sirven para
maestras.
Las niñas argentinas han dado mil pruebas de lo que puede es-
perarse de su talento, con qué ...... fácil es adivinar el resto.
Nosotros creemos, empero, que sin ir á los Estados-Unídos, á pe-
dirla, encontraremos, si la escuela se establece regente para ella
muy compe!ente y muy argentina.
Si se busca con buena voluntad Aá qué se encuent1 a más de una?
- 138 -

EJERCICIOS INTUITIVOS
(Programas de 1o y zo grado)

COMPARACIÓN ENTRE UN ANIMAL VUNA PLANTA (IJ.

M . Quisiera que me dijeséis lo que habéis viRto por el camino


al venir á la escuela . -N. Y 0 he visto un perro grande; yo un gato
chiquito; yo un caballo ... -Decidme como llamamos nosotros á
los perros, gatos y caballos.-N. Les llamamos animales.-Está
bien; y al pasar por delante de u11a linda casa que tiene arriates y
tiestos,¡,que hal.éis observado en los tiestos y arriates~- N. Flores.-
M . ¡,Y de qué otro modo llamamos á lo que está en los tiestos 6
macetas~ --N. Plantas.-M. Pues vamos á decir algo sobre los ani-
males y las plantas. Decidme ¡,quién de vosotros ha visto un ani-
mal herido ó con algun daño en el cuerpo1-N. Yo, señor. El otro
día he visto en la calle de Lima un caballo con la pierna rota. -M.
tY cómo supiste que la tenía rota1-N. Porqué si se la movían re-
l~nchaba de un modo lastimero.-M. ¡,Y por qué crées tú que los
daba~ -N. Porque le dolía la pierna.-M. Es verdad, porque ex-
perimentab!'. un dolor. ¡,Experimenta dolor un árbol cuando se le
corta alguna rama?-N. No señor.- -M. ¡,Y qué es un caballo1-N.
Un animal-M. De modo que cuando un animal está herido experi-
menta ... ¿quét-N. Siente dolor. -M. ¡,Y qué es un árbol?-N.
Una planta. M. Entonces una planta no siente .. .- N. No señor;
las plantas no experimentan dolor.-M. Está bieu; de manera que
la diferencia entre un animal y una planta será ... ¡,cuál7-N. Que
un ;tnimal siente dolor y una planta nó.-M. No habéis pasado
alguna vez por una pradera donde hubiera carneros, bueyes ó gua-
nacos1-N. Si señor, viniendo del Azul yo he visto, en el campo
vacas y carneros.- M. ¿Y que hacían cuando los vistóís~- N. Co-
mer hierba, correr ... -M. Y cuando un animal de estos está en-

(1) La M . significa el maestro, la N. los niños ya se trate de uno 6 de


varws.
- 139 -·

cerrado en un cercado desde el cual se divisa un lugar bien verde,


aqué es lo que créeis que quisiera hacer?-N. Ir á aquel sitio.-N. Y
si vá y se come toda la hierba que hay, ¡,qué querrá ha<:er después
el animal1-N. Ir á otro sitio donde haya más.-M. Luego el ani-
mal puede ir de un lugar á otro, ó, en otros términos, puede mo-
verse. ¡,Puedo moverse un árbol?-N. No, señor, los árboles no
pueden moverse.-M. ¡,Y por qué~-N. Porque están sujetos al
suelo. ·-M. Es cierto, porque se hallan fijos á la tierra. ;,Y qué me
habéis dicho que son el perro, el caballo, los gatos y los carneros1
-N. Animales.-M. ¡,Y el árbol qué flS1-N. Una planta.-M.¡, Qué
diferencia hay pues, entre un ani:!lal y una planta1-N. Que un
animal puede eambiar de lugar y una planta nó, porque está fija en
el suelo. -M. Cuando un anim al y una planta mueren en qué di-
fiaron de lo que eran antes?-N. En que antes vivían,estaban vivos.
-M. Es verdad; tenían vida. El animal y la planta son ambos sé-
res vivientes tY qué se dice de ambos cuando han cesado de vivir? ..
-N. Se dice que yá no viven .. que han muerto.-M. Qué tienen,
pués, de común?-N. Que ambos viven ... que ambos crecen ... que
ambos mueren.-M. Decídme, todo esto en una frase.- N. Un ani-
mal y una planta son séres que crecen y mueren.-M. Algunos de
vosotros habréis visto comer á un caballo, ¡,no es verdad~-N. Sí,
señor.-M. AY qué comía~-N. Alfalfa.-M. Bueno. ¿Y qué es la
alfalfa para el caballo.-N. Su alimiento.-M. ¡,Y por dónde toma
el caballo la alfalfa?-N. Por la boca.-M. Y qué habéis dicho
que era el caballo?-N. Un animaL-M. ¡,Y por dónde ~oma un ani-
mal su alimento? -N. Por la boca.- M. Cuál de vosotros podrá
decirme cómo toma una planta su alimento? (nadie responde).
Cu~~ondo nosotros echamos ¡¡gua sobre las raíces de nna planta,
¡,dónde vá esa agua?-N. A las raíces de la planta.-M. Es cierto.
y qué beneficio produce el agua á la planta?--N. La hace brota·r .-
M. ¿Qué bien nos reportan á nosotros los alimentos?-N. Nos ha-
cen crecer ... engordar ... -M. Si el agua que la planta toma por las
raíces le hace brotar, qué es, pues el agua para la planta1-N. Es
como su comida, su alimento.-M. Está bien; veamos ahora quién de
vosotros sabe decirme de que otra manera toma su alimento la
planta ... ¿Nadie?. Pues, entonces, os le diré yo: por sus hojas.
¿Quién me puede decit• ahora la clase de alimentos que la planta to-
ma por sus hojas?-N. Agua ... aire ... - · Está bien. (Aquí puede
da1· algunos pormenm·es sobre la alimentación de las plantas y
venir d esta conclusión: un animal :ama sus alimentos por la boca
y una planta por sus raíces y hojas.) M. Ahora quisiera que alguno
- 140-

de vosotros me dijera de qué manera ó cómo respiramos.-N. Por


la boca y las narices y por medio de los pulmones .-M. En efecto;
y el caballo, el perro, el gato y el buey ¿cómo respiran?-N. Como
nosotros; tambien por medio de pulmones.-AJ. Y creéis vosotros
que las plantas respiran? (A lgún niño puede ser que diga que si,
pero es indudable que la mayoría dirá que nó). M. Sí, las plantas
tambien respiran y ;,sabeis cómo lo hacen? ... Puesto que nadie me
rosponde, yo os lo diré: las plantas respiran por las hojas.
(El maest1·o seguirá haciendo preguntas análogas á la. indica-
dai más arriba, hasta que se haga decir á los niños la di{e1·encia
que hay en la respiración ent1·e los animales y las plantas.)

V AR'IEDADES

Nueva aplicacion del papel

La resistencia, maleabilidad e impermeabilidad r¡ue la ciencia na


logrado ::!ar al papel, le }tacen apto pa:-a poder reemplazar ventajo-
samente á l~~o madera, al vidrio y á otras materias resistentes é im-
permeables.
Ultimamente se le ha empleado para fabricar garrafas J barriles
para petróleo, con la ventaja de que estos no presentan juntura al -
guna por donde pueda escaparse el líquido.

Arboles de lluvia

En algunas :florestas del Perú hay ciertos árboles gigantescos que


miden más de 18 metros de altura y á los cuales los indios dan el
nombre de gamaicasái.
Estos árboles son una especie de condensadores Jiaturales de las
nube~ y del vapor de agua que generalmente existe en la atmósfera,
de tal manera que siempre mantienen anegado con una lluvia finí-
sima el suelo que los alimenta.
Piénsase aclimatar estos vegetales en los paisei muy secos con el
-141-

objeto de obtener así una irrigación natural favorable á la agricul-


tura.

Iluminacion por el magnesio

Antes de haber llegado la luz eléctrica al estado práctico actual,


descubrióse que el magnesio,· al quemarse, daba una luz clara y
brillante, haciendo concebir las esperanzas de que esta luz podría
generalizarse, si se llegase á obtener el referido metal por un precio
inferior al que entonces tenia. Mas los progresos de la. luz eléctrica
dieron lugar á que, por decirlo así, no se pensara ya en la del ma-
gnesio, cuyo costo, debido al desenvolvimiento de aquella, quedó
reducido á la quinta parte de lo que era cuando se hicieron los pri-
meros ensayos de sus lámparas. Por los precios porque actualmen -
te se obtiene el magnesio, en el caso de que todavía su luz pueda
competir con la de la lámpara eléctrica de arco voltáico, es induda-
ble que se puede contar con ella siempre que sea necesario emplear
una luz de grande intensidad por un corto espacio de tiempo y que
no se pueda hacer uso de la 1uz eléctrica.
La nueva lámpara de magnesio de M. Gratzel, de Hannover, es
portátil en todos los casos y en todos sus elementos y quema, como
las antiguas, unas tiras ó hilos de magnesio que, á manera de torci-
das, salen conforme se queman por un simple mecanismo.
Esta lámpara puede ser construid&. para quemar una 6 varias tiras
al mismo tiempo, habiendo tanto más regularidad en su luz cua-nto
mayor sea el número de aquellas, y puede funcionar por algunas
horas sin necesidad de darle cuerda. Las lámparas dt-l reverbero 6
de reflector reflejan la luz á gran distancia, sin la menor pérdida en
su intensidad. El grande inconveniente para que se pueda genera-
lizar esta luz es el precio del magnesio que, á pesar dl3 ser ya muy
inferior de lo que era, no puede competir con la luz eléctrica, que
se obtieue mucho más barata.

El Egoísmo

Nada se puede dar más lastimoso


Que el amor excesivo de sí mismo,
Vicio que constituye el egoísmo
Ridículo á la par que pernicioso.
A. todo sentimiento generoso
Se opone con fatal antagoni1mo
- 142-

No admite la amistad ni el patriotismo


Y hace al hombre cobarde y cauteloso.
Es con toda virtud incompatible,
Porque teniendo el interés por guía
Sólo su propio bien le halla sensible.
Tengamos á este vicio <~.ntipatía,
Pues es de todo el mundu aborrecible
El hombre á quien domina y extravía.

LIMBANO CoRRii:A.

BIBLIOGRAFÍA

PRO SCUOLA

Hamos tenido el placer de recibir un folleto que lleva por titulo


el que sirve de epígrafe á estas líneas y cuyo autor es el Sr. Car-
me]o Ventura, de Sicilia
En él se ocupa de demostrar la ventaja de que las escuelas pri-
marias elementales pasen al Estado.
Dl3sarrolla su tésis con un estilo elegante, dando una res.e ña his-
tórica de las escuelas europeas y particularmente de las italianas.
Ataca duramente la enseñanza en manos de los sacerdototes y
recuerda la bandera de los jesuitas que era todos para Dios, y para
la Iglesia, ninguno para la Patria y para el pueblo! Todo para
los tiranos ejecutadores inmediatos del Concilio de Trentol

INSTRUCCION CIVICA
Por Ricardo Jimenez, Costa Rica.

Ha visitado nuestra mesa de redacción un elegante folleto, bieu


- 143-

impreso que desarrolla el programa de Instrucción Cívica de las


escuelas de Costa Rica (América Central.)
Comienza, dando una idea del origen :!el derecho público en
aquella nación y continúa de~arrollando las diversas partes en que
se dividen los poderes, indicando los deberlls y derechos de cada
uno.
Creemos que los términos empleados son muy elevados para que
puedan ser comprendidos por los pequeñuulos como tambien es
tratado con demasiado abstracción por lo que sería más convenien-
te para los colegios de segunda enseñanza .

PRIMER CENSO DE SANTA FE

Hemos sido obsequiados por el último tomo del Censo de Santa Fé.
Como los anteriores está elegantemente impreso é ilustrado con va-
rias láminas. Tiene además como portada el retrato del ilustre go-
bernador de la Provincia, Dr. D. José Galvcz.
La obra completa consta de 1 tomos con 784 páginas, 16 cartó-
gramas, 23 páginas fotolitografiadas, conteniendo 55 vistas de ciu-
dades y edificios de la provincia y un plano general de la misma.
Este trabajo ha costado á la Provincia 56,G36 pesos; el de Bue-
nos Aires en 1881 costó 70,000 .
Resulta que la obra cuesta O. 25 por cada habitaute; esta canti-
dad es relativam"'nto el doble de la que costó por habitante el Censo
de Buenos Aires de 1881 (duce cer)tavos),y cuatro veces más que el
de Estados Unidos de 1880; en que se invirtieron 3,200 .000 pesos.
El Censo del municipio de la Cavital Federal costó 300,000 pesos
m. n. ó sea cerca di) 47 centavos por habitante.
Este último tomo contiene la descripción fisica, política y admi-
nistrativa de la provincia, con los menores detalles.
Concluye con una relación histórica que comprende desde su
devescubrimiento y conquista hasta nuestl'os días.
Concluimos estas lineas agradeciendo la fineza del obsequio y fe-
licitando sinceramente al director del Cen~o por su esmerado tra-
bajo y al Gobernador por el honor que le cabe en esta magna obra
;¡ue honra á la Provincia de Santa Fé y á la República toda.
Si las demás provincias hBrmanas imitaran a esta, dejaríamos de
Sflf extranjeros ignorantes de nuestro propio suelo.
- 144 -

NOTICIAS
Nuevos edificio• e s colttres-Han quedado ya terminados los
nuevos edificios escolares que se construían en el 14• distrito, situados
uno en la calle Cuyo y el otro en la de Anchorena.
El Consejo Nacional de Educación ha dispuesto que la inauguración
de dichos edificios tenga lugar en el próximo mes de Mayo.
Acaba de adquirirse tambien la propiedad sita en la calle de Vene-
zuela número 753 (u) parroquia de Monserrat, con el objeto de construir
un edificio para escuela que llene las necesidades que hace tiempo se
dejan sentir en dicho distrito.

Informe bochornos o - Llamados por la curiosidad de ver lo


que se dice oficialmente, respecto á los exámenes, leemos siempre los in-
formes de los Secretarios de distrito, que se están publicando desde
hace varios números, en el "Monitor de Educación Común," pero cual no
sería nuestra sorpresa al ojear los del No 153 de dicha publicación, al
encontrarnos con un informe, que, por respeto á sí mismo, n•J debería
haber permitido su autor que se estampara en un órgano de educación.
Casi estamos seguros que el presidente firmante no lo ha ni siquiera
visto, no decirnos leido, porque seguros estamos, que de lo contrario, no
habría dejado pasar tales insolencias, castigadas ademll.s por las leyes
del país.
Y nótese que no entramos á analizar dicho informe bajo la faz de ve-
?'acidad que puede presentar por cuanto nos aventuramos á asegurar que
ha sido dictado por personas completamente parciales; pero tambien
estamos seguros que no consegun·án su objeto.
¡ Por honor al país'y á la dignidad de las autoridades que dirigen la
educación de esta República, débese ordenar, sin dilación ninguna,
que se levante un sumario, pero en sério, 6 como dicen los chicos de veras
¡eh! no jugando, que aclare estos hechos y se castigue severamente al
culpable.

Liga f.t•ancesa d e la enseñanza-Damos á continuación las


dos circulares que el señorJuan Macé, propagandista de la enseñanza,
ha remitido á la prensa y de cuyo lectura se desprende el fín útil que
se propone:
"Liga f~ance s a de la enseña.aza-Congreso internacional de las obras
de iustrucción popular por la iniciativa particular-Para la patria-POI'
ellib1·o-Por la espada- París, Enero 1• de 1889-Dáse una cita general
este año á todas las formas de la actividad humana en el mundo entero

- 145 --

para celebrar dignamente nuestro centenario del 89. No lo hay, inspi-


rándose mejor de la divisa de la revolución francesa: libertad, igttalulad,
fmternidad, que el esfuerzo fraternal, int.entado libremente, virilmente
fuera de las acciones gubernativas, p:ua disminuir entre los hombres la
desigualidad de cultura intelectual. Una reunión especial de los indi-
viduos que asumieron la tarea de todos los países, tenía que ocupar un
puesto en esta fiesta del linaje humano.
La Liga francesa de enseñanza se propone organizar en París, en
todo el mes de Agosto, un congreso internacional de la.s obras de ins-
trucClón popular por la iniciativa privada.
Invoca la cooperación de todas las sociedades que dieron ese objeto
á sus trabajos. El programa del congreso quedará terminado con una
sesión preparatoria á que serán convocados los representantes en París
de las sociedades extranjeras que hayan enviado su adhesion. Celebra-
ráse á principios de Abril, en la oficina de la Liga, 14, calle Juan Jacobo
Rousseau, donde se pueden dirijir desde ahora todas las comunicaciones
al señor Chenneviéres, secretario general adjunto.
El presidente de la Liga francesa de euseñanza.--Juan Macé.
Seria prematuro dar desde al. ora el pro~rama del •:ongreso internacio-
nal cuya organización ha emprendido la Liga francesa de la enseñanza
puesto que el programa no ha de quedar d':lterminado definitivamente
sino en la reunión anunciada para el mes de Abril.
Creemos así mismo, que hay utilidad en hacer conocer á las socieda-
des que tendrán una adhesión q•1e enviar, lo que se les pregunta y cual
ha sido el pensamiento de los organizadores.
Trátase, ante todo, de juntar los elementos de una estadística general
de las obras de instrucción popular, resultantes de la iniciativa privada
entre todos los pueblos civilizados, y de establecer un primer vinculo
común entre todos los individuos que asumieron,· en su país, conforme á
la circular, la tarea de 11 disminuir entre los hombres la desigualidad de
cultura intelectual.,
Por consiguiente, no se dirige sólo á las sociedades el llamamiento
de la Liga francesa de la enseñanza. Quedan invitados á figurar en
nuestro congreso las obras individuales lo mismo que las obras colee ti-
vas, trás de las cuales se oculta muchas veces un hombre que es el alma
de aquellas.
Son ejemplos sobre todo, más bien que proyectos y teorías lo que de-
berá traerse, buscarse allí; y el lugar que suele tomar la discusión deberá
ser ocupado, casi enteramente por la exposición, no de lo qne podría
hacerse, sino de lo que se hizo.
Los adherentes al congreso, sea en su nombre personal, sea en nombre
colectivo, tendrán, pues, que suministrarle sencillamente una relación tan
eompendida como fuera posible-comprenderase el porqué-de las
obras que están llevándose á cabo: su historia suscinta, su modo de
funcionamiento, el importe de sus recursos y los resultados conc;;eguidos
-146-

hasta la fecha. Esto es todo cuanto se le pide, encargándose la Liga


francesa de la enseñanza de los gastos ele instalación de este primer
congreso, pues abrigamos la esperanza de que otros han de acompañarlo.
Ni siquiera ser~ necesario imponerse viajes muy costosos para muchos.
Puede contarse más ó menos en toda.,; partes con la pres~ncia en París
en el mes de Agosto, de compatriotttS atraidos por la maravilla de nues-
tra gran exposición del centenario del SD, y muchos ha.n de consentir,
siu d•1da alguna, en hacerse los representantes de la obra de instrucción
popular de Stl país, para dar sobre ellas, si fuera. necesario explica~.iones
verbales en apoyo de los documentos remitidos.
La cuestión de gastos de publicación que originará esta extensa inda·
gación, se arreglará en el Congt·eso entre los representantes de los in-
teresados.
Tales es, en conjunto general, el plan de la empresa que va á ins-
talarse. Confiamos con la cooperación simpática de los hombres de
progreso en el mundo entero para llevarla á cabo.
El presiden! e de la Liga francesa de la enseñanza. -Juan Macé.

Faltan escmelas pub lica s-Continuamente recibimos quejas


de los padres de familia que no saben donde colocar sus niños, pues re-
corren varias escuelas y por todas partes oyen el mismo estribillo : no
hay lttgar. ·
Los Consejos Escolares interesados directamente de que no
quede ningún niño sin recibir los beneficios de la educación, deben po-
ner mayor atención á este clamor que estamos seguros reciben dia-
riamente.
Es necesario que se fijeu particularmente los Consejos de los su-
bul·bios, que hasta hace un año tenian sus parroquiR.s llenas de quintas
6 terrenos baldíos, que hoy día todo está habitado y especialménte por
obreros, que por regla general son los que tienen más niños y que ma-
yormente necesitan de la protección del Estado. Nos referimos con
más atención á los parroquias del Pilar, San Cristóbal y Balvanera, en
donde, por lo menos, hacen falta, cuatro escuelas elementales.
Sabemos que un director de una de las ascuelas situadas en uno de
los distritos nombrados anotó por curiosidad, todos los niños que tenía
que rechazar por falta de local; y estos alcanzaron hace quince dlas
á 200.
ERto sólo un director, y sólo los que ha querido y podido anotar.
Las consecuencias y los comentarios á las autoridades escolares .

.Jacinto "l'ernaudez -En reemplazo del señor Juan Cubilas,


que fué jubilado, ha sido nombrado Director de la Escuela Graduada de
varones de SanTelmo, el Profesor Normal Señor .Jacinto Fernandez,
qne antes ocupaba el puesto de Vice-Director de la misma escuela. Fe-
licit amos al compañero por su merecido ascenso.
- 147-

Busto de Sarmiento -La Directora de la Escuela Normal de


Profesoras de la,Capital, ha sido autorizada para colocar en dicho es-
tablecimiento un busto del general Sarmiento, cuyo costo ha sido satis·
fecho por suscriciún levantada á iniciativa de las alumnas del curso
normal de la misma Escuela.

Escuela Normal de ltle••eedes-El Oe.ste de Mercedes, pro·


cincia de B11enos Aires, trae en su nÚmC\ro del Sábado 6 del corriente dos
columnas de informes, notas, etc. que se ocupan de un asunto puramen-
te administrativo y que está llamado á decidir el Sr. Ministro de Ins-
trucción Pública.
El caso es como sigue: el director de dicha escuela, pide la separación
de uu alumno becado y empleado al mismo tiempo de ese establecimien-
to, fundándose en su carácter lige¡·o y faltas de disciplina; advirtiende
que el mismo director extendió hace poco tiempo un informe que con-
cluía con las siguientes palabras: "qt~e por sus aptitudes y condiciones
poclía desempeñar funciones en el magistm-io con !.a misma competencia de
los mejores profesores de la Esmwla Normal del Pamná."
El alumno y empleado en cuestión solicitó informes parciales de los
Profesores, y todos se los extendieron del modo mas ámplio y satisfac-
torio para él, yendo por lo tanto todos en contra del informe del Direc-
tor de la Escuela.
Creemos sinceramente que un director que se encuentra rode~do de
personas completamente contrarias á su proceder, dicha escuela nunca
dará buenos resultados, no obstante su mejor voluntad.
No entramos á aclararlos hechos, dejando este trabajo á sus superio-
res inmediatos, pero el director que se halla en estas condiciones, debe
por dignidad propia y del sacerdocio que desempeña, alejarse inmedia-
tamente de ese centro que no le pertenece.

toot"ereaeias pedagóglea• - Como lo prescribe el Re-


glamento respectivo, el Sábado 4 del próximo mes de Mayo volverán
á tener lugar las conferencias pedagógicas prácticas en las distintas
secciones escolares de la capital.
Deseariamos que en alias, al tratarse de lecciones prácticas, tomara
una parte activa en las discusiones de los diversos puntos todo el per-
sonal enseñante y que dejando á un lado el temor de las criticas y de la
falta de Ulla buena expresión de la palabra, se levantara esa atmósfera
fría y ese aspecto de indiferencia que se ha notado en algunos distritos·
Esperamos que todos los maestro · convencidos de la importancia y de
la utilidad que les reporta estas conferencias, no dejarán de llevar su
grano de arena para cimentar debidamente la grande obra: la educación
del pueblo.
Como ya lo hemos hecho en años anteriores, publicaremos en nuestra
- 148

"Revista" los resúmenes de todas las conferencias y las conclusiones


que presenten los disertantes.

I..a Edneaelón- Retribuimos complacidos el saludo que dirij e


á la prensa este colega al entrar en su próspero cuarto año de exis-
tencia.

Nne•a• E•enelas-Debido al crecido número de niños en estad o


de recibía &ducación con que cuenta el 14° Distrito E scolar, éste ha
propuesto al Consejo Nacional de Educación sean elevadas á la catego-
ría de elementales las escuelas infantiles designadas con los números 9,
13 y 16, y crear en reemplazo de ellas tres nueva'! escuelas, dos para
mnas y una para varones. Hallamos may justa la propuesta por las
razones que dejamos ya señaladas en uno de nuestros sueltos ante-
riores.

t:ontra lo• niños qne f'nman - De nuestro estimable colega


·'La Educación" de Madrid, tomamos lo siguiente:
"En varias naciones de Europa ha comenzado una guerra. terribh1
contra los fumadores de corta edad.
Los maestros franceses han colocado, escritas, en varias escuelas , las
siguientes máximas:
"El fumar oscurece la inteligencia de los jóvenes y les priva casi por
completo de la memoria."
"El hábito cría en la.juventud una costumbre avasalladora que debi-
lita y enerva todas sus fuerzas . "
Suiza y Alemania han establecido multas y castigos para los padres
que permitan fumar á sus hijos pequeños.
En la última de aquellas naciones está prohibido fumar por las calles
á todo menor de dieciseis años.
Nosotros, que tan dados somos á copiar costumres extranjeras, de-
biéramos imitar en esto á los extraños.
Porque este vicio aquí en España, está en la niñez tan arraigado,
como no puede estar en parte alguna."
Al leer taies reflexicnes se nos ocurre preguntar: ¡;¡ por aquí cómo
estamos? ¿no se podría hacer algo tambien para desterrar ese vicio cas¡
general en t :>das las criaturas?

Dlredoradel.lardln delnfante•- La Sta. Asuncion Ayear-


di ha sido nombrada directora del Jardín de Infantes de la ciudad de
Córdoba, premiando con este nombra1niento su perseverancia y su com-
petencia en la noble carrera de la enseñanza.
Varios padres de familia y sus antiguos discípulos de San Martín,
donde ha residido por mucho tiempo, le preparan una sencill11: pero elo-
cuente manifestación de simpatia.
-149-

Error-Por error tipográfico cometido en nuestro número a.nt erío


aparecieron como profesores de dibujo de la Escuela Normal de la Ca-
pital, los señores Agüero y Crouzeilles, debiendo ser estos dos nombres
~1 epígrafe con que encabezabamos la noticia subsiguiente:

En bien de los niños- La profectura de policía tle París acaba


de prohibir expresamente colorar los juguetes por medio de las sustan-
cias tóxicas siguientes:
1". Colores arsenicales, como: sulüro de arsénico (propiamente rejal-
gar, amarillo real); arsenita de cobre, etc., y todo color en que el arsénico
forme elemento constituyente.
2a. Colores de base ;le plomo, como óxido de plomo (litargirio, alba-
yalde, calcinato, etc.); mezclas ó combinaciones de base de óxido de
plomo, como amarillo mineral, amarillo de Viena, de Nápoles, amarillo
paja mineral, etc.; carbonato de plomo, (albayalde ó blanco de plomo,
cromatos de plomo, etc.); y en general cualquier color que contenga una
sal de plomo como elemento constituyente.
Sa. Colores de base de cobre, como óxidos, carbonatos, acetatos.
4a. Colores de base de mercurio.
5a.. Colores que no contengan una sal de baryan soluble en el agua ó
en los ácidos (coronato de barita, carbonato de barita, etc., etc., etc.)

Miguel Eugenio ~bevreul-EllO del corriente dejó de existir


en París el reputado qu!mico con cuyo nombre encabezamos estas líneas;
baja al sepulcro á una edad muy avanzada, pues apenas le faltaban
cinco meses para cumplir los 104 años. La Francia, que ha perdido en
él uno de sus hijos más aventajados, le ha hecho funerales dignos de un
príncipe·
Sus t.rabajos más notables, además del estudio de los cuerpos grasos
de oríjen animal, tuvieron por objeto el conocimiento especial de los co-
lores, el de sus contrastes, de su alianza y la graduación de sus ma·
tices.
Entre otras varias obras que ha escrito, deja:
Investigaciones químicas sobre los cue1pos grasos de orígen animal; Lec-
ciones de química aplicada á la tintum; De la ley del contmste simultáneo
de los colm·es y de la variactón de los objetns coloreados, considerado según
esta ley en sus 1·elaciones cm~ la pintura; De los colm·es y sus aplicaciones á
las artes industriales, pm· medio ele círculos cromáticos; é infinidad de otras
obras no menos importantes.

La en8eñanza rellglo8a en Salta. - El Director de la


Escuela Normal de Salta, ha dirigido al Ministro de Instr•1cción Pública
la siguiente nota:
"Tengo el honor de dirigirme á V. E. consultando una. medida que me
-150-

permito proponer después de la exposición de los antecedentes que la


motivan.
Sucede, Sr. Ministro, que algunos sacerdotes empleados en el serci-
nario conciliar y padres de San Francisco, ban comenzado á agitar des-
de el púlpito y el confesionario la cuestión de la. enseñanza religiosa en
las escuelas normales.
Hánse además valido de señoras y algunos individuos que recorren
los hogares, sembrando la desconfianza en las familias é induciendo á.
las madres ya que en la mayoría de los padres se torne estéril la tarea,
para que retiren los niños de los mencionados establecimientos, lo mis-
mos que de las escuelas comunes de la provincia, porque no se enseña la
parte dogmática de las verdades religiosas.
Yo no creo, señor Ministro, que esta prédica haga mucho camino
pero si puede perjudicar á algunos niños que, habiendo emprPndido con
buen éxito sus estudios en la escuela normal, se vean obligados á aban_
donar. las aulas por las sugestiones que analizo y por el mandato de
algunas madres que por ignorancia los impelan á inscribirse en las
escuelas que con el nombre de Josefinas se están fundando en esta
ciudad, sin pl;;.n, sin programa que aseguren siquiera el mínimum de
instrucción.
Si al sacerdotb corresponde dar en la escuela enseñanza 1·eligiosa á los
niñr•s cuyos padres quieren que la reciban, pienso que dado el estado de
nuestra sociabilidad, que todavía se commueve ante la cla'le de propa-
gallda que denuncio, V. E. si lo estima conveniente, pueJ.e autorizarme
para destinar una hora en la semana, para que el día que determine la
curia ~clesiástica dé la enseñanza que motiva esta consulta ya que ella
no pertenece á los maestros, según la buena doctrina educacionaria.
Con este motivo, saludo á V. E. con mi consideración y aprecio. -
Fmncisco Alsina.
El ministerio ha dictado al piíl de esta nota la resolución siguiente:
Buenos Aires, Abril 10 de 1889.- Contéstese al director recurrente
que se atenga á lo que prescriben el plan de estudios y los programas
que el gobierno ha dictado para el régimen de las escuelas normales, y
que tenga presente que la fiel y estricta observancia de esas disposi-
ciones es la rr edida más eficáz que puede tomarse para destruir toda
propaganda adversa á la vez que la garantía más segura del crecimiento
constante de esos establecimientos, y archívese. - Posse.

_ _ _,O,.-<>O...,__ ..___ _
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÓRGANO DEL CENTRO UNIÓN NORMALISTA

Año II Mayo y Junio de 1889 1 Núm. XVII


COMISIÓN REDA CTORA:
Emilio R. Olivé . - José Ma Aubin. - Francisco Guerrini

NO TAS É IMPRESIONE S
La Prensa del28 del pasado Abril, publicó un suelto redactado
en los siguientes términos:
No ha lugar-El Consejo Escolar del 12° distrito de la Ca-
pital se dirigió al Consejo Nacional de Educación, proponiendo al sub-
preceptor de la Escuela n° 1, D. Placido Oliva, para ser ascendido á
precel?tor en virtud de su buen comportainiento y voluntad decidida por
el maJisterio.
El Consejo resolvió no hacer lugar á la propuesta mencionada en vir-
tud de qua el Sr. Oliva carece de titulo.
Nada tendríamos que objetar á la resolució:1 del Consejo Nacio-
nal, si siempre que se propone ascender á personas no diploma-
das procediera como lo ha hecho en el caso del Sr. Oliva, muy al
contrario, aplaudiríamos sin reservas su proceder.
Pero sucede que on la mayoría de los casos el Consejo se guia
por un criterio muy distinto del que por esta vez le ha inspirado.
Más de diez Señoritas, en lo que vá de ai'io, han sido ascendidas
de sub-preceptoras á maestras infantiles sin que ninguna de ellas
posea un diploma ni un certificado que acredite su competencia.
Como no podemos ni siquiera sospechar que el Consejo haya que-
rido mostrarse injusto con el Sr. Oliva, concediéndole lo que á otros
ha concedido en igualdad de circunstancias, creemos que justa-
mente alarmada la primera autoridad escolar por el gran número
de promociones propuestas por los C. E. de Distrito , promociones
que favorecen generalm&nte á personas inhábiles, ha resuelto ha-
cer cumplir el artículo 24 de la ley de Educación Común que dice :
Nadie podrá ser director, sub-director ó ayudante de una escuela
-- 152 -

pública sin justificar su capacidad técnica, moral y física para la


enseñanza; en el primer caso con diploma 6 certificado expe
didos por uut01·ídad escolar competente en el país, etc., etc.
Si es asi (como creemos) no podemos menos de felicitar al Con-
sejo Nacional por su resolución, si no lo es ... sentimos de ct.J-
razón tener que señalar una imparcialidad notoria.

El4 del corriente se han reanudado en los diversos distritos de la


Capital las conferencias pedagógicas que vienen celebrándose con
buen éxito de dos años á esta parte.
El Monitm· de la Educación Común decía, ocupándose de ellas,
que es de esperar que las conferencias de este año pongan en evi-
dencia un progreso sobre las de los dos años anteriores.
Iguales son nuestros votos; sin embargo, creemos que si las con-
ferencias han de dar buen resultado es necesario modificar su actual
modo de ser ó de celebrarse.
En nuestro sentir, y en el de casi todos los educacionistas y edu-
cadores, las conferencias tienen por objeto capital probar la bondad
ó deficiencia de uno ó varios métodos, y dentro de estos métodos
de taló cual procedimiento.
Esta bondad es proclamada en las conferencias en virtud de
votaciones en que toman parte todos los presentes.
Ahora bien, sobre cien concurrentes á estas conferencias 70 son
ayudantes y sub-preceptores cuyos conocimientos pedagógicos son
iguales á cero (salvo honrosísimas y ... escasísimas excepcione8).
y sin embargo esta masa incompetente casi siempre es la que
decide.
El núme1·o ahoga á la calidad en un asunto en que la calidad
debiera primar en absoluto sobre el número,
Así se explica que en algunos distritos se haya dado el caso de
aprobarse úna conclusión y á renglón seguido una enmienda ó
conclusión adicional contraria en un todo á la que acababa de darse
por buena.
Creemos que en las conferencias sólo debieran tener voto los
maestros diplomados, los ayudantes y los sub-preceptv:-es no tie-
nen allí más misión que la de aprender.

*
**
- 153-

Un diario ha dicho que en este año darán principio las conferen


cías doctrinales y que la sesión inaugural st.rá presidida pot•
el Exmo. Sr. Ministro de Justicia, Culto é Instrucción Pública.
Aplaudimos sin reserva la resolución del C. N., pues esperamos
más, pero mucho má~, de las conferencias didácticas que no de las
práct~cas.
En cuanto al Sr. Ministro, si como se anuncia, contribuye con su
presencia á dar a.utoridad y esplendor á la sesión inaugural, se
hará merecedor al cariño de los maestros, poco acostumbrados á ser
objeto, por parte de lRs autoridades, de galanterías semejantes.

En nuestro número anterior nos hemos quejado de los términos


inconvenientes en que está redactado un informe publicado en el
número 153 del periódico órgano del C. N. de Educación.
En el n• 154 se publica otro, en el cual con már; saña que justicia
se rebaja el buen nombre de un maestro elevado recientemente
por la superioridad al puesto de Secretario Sub-Inspector de Dis-
trito.
Repetimos lo que ya hemos dicho; cuando se denuncian hechos po-
co agradables y se estampan juicios demasiado duros debe levantarse
inmediatamente un sumario y cuando se haya llenado esta dili-
gencia hacer sériamente responsable al maestro que de tal manera
descuida su misión ó al se:!retario que con tanta ligereza abusa de
su posición haciendo daño á un inocente y c0mprometiendo la se-
riedad de su cargo.

*
••
El Consejo Nacional de Educación ha publicado un aviso en El
Monitor pidiendo que los maestros diplomados que estén sin ocupa-
ción y aspiren á ocupar un puesto en las Escuelas Comunes, así
como los que estando empleados aspiren á mejorar su posición,
remitan á la dirección dellJtonitor un conocimiento de sus uombres,
títulos que poséen, puestos que ~esempeñan, en qué distritos y es-
cuelas (si estuviesen en ejercicio de la ens8ñanza) años de servicios
y cuantos antecedentes pudieran servir de testimonio para demos-
trar sus aptitudes.
Dicho aviso tieM por objeto el facilitar á los Consejos Escolares
-154-

el conocimiento del número de aspirantes idóneos que hubiese en


la Capital, para que puedan formar sus ternas de acuerdo con lo
que la ley establece, sacándolos cuando fuese conveniente, no sólo
de las escuelas y límites de su jurisdicción, sino de todo el distrito
de la Capital.
La nómina ~e los aspi!'antes será publicada en esta revista.
Esta resolución nos parece muy buena y oportuna.
Los Consejos Escolares podrán consultar estos datos, cerciorarse
de su exactitud y elegir los mejores maestros para llenar las vacan-
tl'ls que ocurran en las escuelas puestas bajo su dependencia.
Merecen un aplauso el Consejo que la ha dictado y el Dr. Herre-
ra, que creemos ha sido el que la ha inspirado.

LA OBRA DEL Dr. ZORRILLA ¿ ESTÁ COMPLETA 1

El personal de nuestras Escuelas

II
Decíamos en nuestro número anterior que nos restaba ocuparnos
de las personas á quienes se confía la difícil tarea de educar á la
juventud argentina, es decir, de la calidad de nuestro personal
docentl:l, que, tal como está constituido en el día, no está á la altura
de su misión.
Los programas vigentes son extensísimos, y si se considera que
además de un perfecto desarrollo de los mismos, se nos exige (con
justa razón) que en la escuela no sólo se enseñe sinó que l!e eduque,
se comprenderá que aquellos sobre quiones pesa tan grande res-
ponsabilidad tenemos derechv á pedir los elementos necesarios para
salir airosos de nuestro compromiso.
Nada más justo por parte de los poderes públicos que el deseo de
obtener para el pueblo una educación verdadera: en paí!>es como el
nuestro, regidos por instituciones libérrimas, la conservación y el
desarrollo de la nacionalidad sólo se obtiene contando con el concur-
-155- .,
so de una opinión, de una fuerza, del pueblo, en fin. Cuando esta
fuerza, esta opiuión, ese pueblo siguen una ruta segura iluminados
por la antorcha de la ilustración, el de3arrollo del sentimiento na-
cional es continuo y magestuoso; cuando la antorcha se apaga el
caos sobreviene y sociedades é instituciones están á merced de lo
desconocido, de fuerzas tanto más brutales cuanto más ci':lgas.
Es pues de incuestionable importancia la misión del edurador,
exigiendo por lo tanto condiciones no comunes de reunir.
Cuando un institutor suizo de universal renombre decía «hab1·á al
frente de cada escuela un buen maestro» reasumía en una frase
concisa y profunda el pensamiento de todos los que saben medir las
dificultades conqu~ el maestro tropieza á cada hora y las condicio-
nes morales é intelectuales que debe reunir para vencerlas ó
evitarlas.
Parafraseando la sentencia á que nos hemos referido podemos
decir nosotros: habrá al servicio de cada escuela un buen personal,
y, tson buenos los personales que prestan sus servicios en nuestras
escuelas1
En su mayoría inmensa ¡No!
Para qu¡.¡ un personal sea bueno, debe ser homogéneo, debe ins-
pirarse en idénticas doctrinas y sentir un mismo ideal, debe conocer
muy bien el carácter de la infancia, debe tener amor á su profesión,
y sobre todo, conocer muy bien lo que enseña, los medios de tras-
mitirlo y tener por último el tino y el poder observador necesario
para comprender el alcance, el poder receptor de aquellos á quienes
debe enseñar y educar.
Cuando un personal reune estas circunstancias, la escuela ventu-
rosa que lo posée ofrece un aspecto profundamente simpático, se
respira en ella el órden, la bondad, la alegria; en el rostro de los
niños se ve impresa la vivacidad, la placidéz, la inocencia, la alegría
en fín, esa santa alegría que constituye el encanto de la niñez.
tSe vé esto, presentan tal aspecto nuestras escuelas?
En la generalidad, en las que sobre 10 6 12 empleados sólo hay
dos ó tres maestros y ocho ó nueve empleados sin preparación
alguna Nó, en una ó dos cuyos Directores han tenido la suerte de
poder reunir un personal selecto s1.
Se nos dirá que la mayoría de las escuelas, mejor dicho, que
todas cuentan con Directores expertos, escogidos entre los más
hábiles.
Convenido; pero no basta un buen Director para hacer una buena
- 156-

escuela, como no es suficiente ser un gran general para ganar una


batalla.
Si G! primero está secundado por personas incompetentes y ruti-
nal'ias, las tres cuartas partes de sus esfuel'zos resultarán estériles; si
el segundo sólo cuenta para vencer con la ayuda de odciales de poco
saber y con tropas de poca instrucción tiene la casi seguridad de ser
batido.
Urge pues, es de imprescindible necesidad reformar la composi-
ción del personal docente de nuestros establecimientos de edu-
cación.
)~s preciso acabar con los ayudantes que no ayudan nada,
disminuir gradualmente los sub-preceptores supliéndolos por maes-
tros diplomados.
Se nos objetará que el número de maestros ha aumentado de dos
años á esta parte.
Lo negamos.
Lo que ha aumentado es el número de los que cobran como maes-
tros y .... de cobrar á ser .... hay bastante diferencia.
La buena voluntad del Consejo Nacional se ha estrellado contra
la comp~acencia de los más de los Consejos de Distrito, que han
ascendido á sub-preceptores y á maestros, (sin más mérito que la
antigüedad) á los que durante años y años no han sido más que
inútiles sub-preceptores y peores ayudantes.
Es decir que tenemos á los mismos incompetentes cobrando mayor
sueldo.
Y no se crea que exageramos.
Ocupándose «El Monitor de la Educación Común)) de este asunto
decía:
«Ya que los concursos no se han establecido por todos y para la
provisión de todas las plazas vacantes que quedan en las escuelas,
debemos, cuan !o menos, fijarnos mucho en los candidatos, y no
proceder ligeramente 6 en virtud de recomendaciones ó informes
que no tengan otro objeto que el de favorecer á determinada
persona.
«Todos hablan de esto con sano criterio, todos sienten y recono-
cen la necesidad de que . así se haga, pero pocos son los espíritus
elevados y desprendidos de intereses personales, que procuran ante
todo el progreso y la buena marcha de las escuelas, :fijándose antes
que en P-1 amigo y los compromisos personales que pueden haber
contraído, en las cualidades de los maestros.
- 157-

« Falta, por otra parte, en nuestro organismo escolar,unarueda


importante y que consiste en el registro de los maestros, de que
varias veces hemos oído hablar al Sr. Presidente del Consejo Na-
cional y que esta corporación desea implantar, para que en él se
inscriban todos los miembros del cuerpo docente y puedan compul-
!larse en cualquier tiempo los títulos que poséen y las cualidades
que puedan hacerlos acreedores á la consideración de las auto-
ridades.

Los Consejos Escolares proponen frecuentemente ternas para la


provisión de la dirección de escuelas y aún para los cargos de
maestros, sub-preceptores y ayudantes, resultado de una elección
impremeditada, hecha bajo la presión de las circunstancias, y sin
que un criterio recto y justiciero haya precedido á su designación
en las ternas.>>
Este vicio que el órgano oficial del Concejo Nacional denunciaba,
lejos de disminuir ha acrecentado.
Los puestos de maestros y maestras crJados en 1888 y 1889 han
sido concedidos coruo ya hemos dicho, no á los maestros diplomados
sin·ó á los que han tenido en vez de títulos buenos padrinos que han
hecho valer la antigüedad de sus servicios.
¡La antigüedad! Singular razón! Ajustándonos á ella un sub-
preceptor con catorce años de servicios (los hay) tendría mayor
uerecho á la dirección de una escuela que el jóven preceptor recién
salido de una Escuela Normal.
Entre dos diplomados la antigütldad constituye un mérito, ~ntre
un diplomado y un práctico no representa nada.
Referiremos (garantizando su veracidad) un caso que demuestra
cómo se hacen los nombramientos por ciertos consej0s y á quienes
favorecen.
TrAtase de una señorita que en 1887 (dos años atrás) fue nombrada
Ayudante en una oscuela común de la Capital.
No satisfecha esta señorita con su empleo pidió ser ascendida á sub-
preceptora, pero el Consejo respectivo, poco satisfecho de sus ser-
vicios no hizo 1ugar á su pretensión.
Entonces nuestra heroína (como diría un novelista pl)r entregas)
se proveyó de media docena de recomendaciones gracias á las
cuales obtuvo el anhelado puesto en otro Distrito.
De como se portó en el ejercicio de su nuevo empleo, que desem-
- 158-

peñó durante un año, dará muestra el hecho de httber sido apercibida


y multada por el Consejo á cuyas órdenos servía.
Ahora bien, parece que esta señorita hubiera debido ser eliminada
de entre el personal enseñante, pues ni su r.iencia ni su carácter
permitían que continuara en el desempeño de sus funciones, pues
nade. de esto.
Otro Consejo ha creído que debía reco:!lpensar tantos méritos y
tanta ¡antigüedad! promoviéndola al rango de ¡preceptora infantil!
Malo ha sido el nombramiento, pero aún ha sido peor el desaire
hecho á una pobre precAptora. diplomada, que hace 4 años sirve
como ayudante, y que prentendía, con mejores títulos que la nom-
brada, el puesto vacante.
Siguen pues los abusos, y mientras se emplea á personas notoria-
mente inhábiles tenemos como decía «El Monitorn más de veinte
(más de cuarenta decimos nosotros) profesores y profesoras norma-
les que con frecuencia son suplantados por personas que carecen de
título y que ni siquiera una tintura de preparación tienen.
Es duro decir estas cosas; pero los periodistas honrados, los
maestros que amamos nuestra profesión y que deseamos para la
educación nacional diarios y sólidos progresos, debemos decir la
verdad.
Es preciso que el Consejo Nacional asuma una actitud enérgica y
que exija á los consejos parroquiales que al elevar las ternas para la
provisión de empleos, remitan también los títulos y antecedentes
de los que en ellas figuran.
Y si alguna vez alAgaran qud no se han presentado maestros di-
plomados solicitando los puestos vacantes, devuélvase la terna, y
pídas'3 que se forme con Preceptores de los inscriptos en el registro
que, con muy buen acierto, ha ordenado abrir el Consejo Nacional.

**.¡¡.
Cuando se trata de conseguir que todos lo que enseñan sean
maestros, hay que recordar una faz de la cuestión, la económica.
Se objetará quizá que es {á lo menos por ahora) imposible conseguir
quelos600 ó 700 empleados, que prestan su servicios en la Capital
sean maestros A causa del enorme gasto que ocasionarían.
Aparte de que los frutos cosechados compensarían con creces lo~
sacrificios hechos, vamos á demostrar que sinó todo, mucho podría
-- 159-

hacerse en pró de nuestra idea sin que los gastos fuesen in~osteni­
bles.
Empiécese por suprimir las licencias no fundadas y los empleados
innecesarios, y se verá que con lo que se economiza se obtienen
recursos suficientes para mejorar la composición del personal
actual.
Y qué, se nos dirá tsobran maestros7 ¡,No resultaba del articulo
publicado por Vd. on el n• XVI de esta Revista que el personal era
pocot
Contestaremos á estas dos preguntas: á la primera que en reali-
dad sobra personal, á la segunda que nosotros no hemos dicho que
faltara personal, sinó que estaba mal distribuido.
Hecha esta salvedad, vamos á probar cómo es posible reducir el
número de empleados.
Empecemos nuestro exámen por un Concejo que sólo tiene tres
escuelas diurnas y una nocturna, siendo de las tres primeras, dos
graduadas y una elemental.
Según datos oficiales publicados en «El Monitor» el número de
niños matriculados en dichas escuelas en el año pasado y en el
corriente, como asimismo el de maestros dedicados á su instrucción
está contenido en el cuadro siguiente:

NIÑOS MATRICULADOS MAESTROS


1888 1889
Graduada de Varones .. 284 316 12
Graduada de Niñas ... . 348 386 16
Elemental de Niñas ... . 260 320 13
Para atender debidamente á los 316 niños de la primera escuela
bastan ocho maestros, sin embargo concediéndole nueve sin contar
el Director, resulta que sobran en dicha escuela dos maestros.
Los 386 de la Graduada de Niñas pueden ser atendidas por 9
maestras; concediéndole 11, es decir dos más y siempre contando la
Directora aparte, resulta que sobran 4 empleadas; pur lo que toca á
la elemental sus 320 alumnos no necesitan más que 8 maestras,
poniéndole 10 y la Directora, tenemos 11 empleados, sobrando otros
dos (1).
De modo que sin que el personal resulte insuficiente sobran siete
empleados en tres escuelas.
(1) En estos cálculos contamos .(O alumnos por cada maestro.
-160-
Si se concede que tres de estos siete son sub-preceptores y cuatro
ayudantes, resultará que la supresión de dichos empleos importará:
3X50 = 150 $
4X30= 120 »
Total 270 $
Véase cómo esta suma permitiría bolgadame!lte mejorar el perso-
nal de estas tres escuelas en el sentido pedido no únicamente por
nosotros sinó por el clamor unánime del magisterio.
En otro Distrito vecino al que acabamos de aludir, nos éncon-
tramos conqué, la Escuela Graduada de Varones con 435 alumnos
inscritos, tiene 16 empleados y la de Niñas con 381, cuenta con 15.
Contando 40 alumnos por maestro, ambas escuelas pueden ser
atendidas por 11 y 10 empleados respectivamente.
Concediendo á la primera 13 y á la segunda 12, resultan 6 em-
pleados sobrantes.
Súmese el importe de sus sueldos, y véase si no sería posible dis-
minuir en ambas escuelas el número de sub-preceptores y aumentar
el de maestros, sin recargo para el tesoro escolar.
Y no se diga que conspiramos coDtra los Directores y contra el
interés de la educación.
Que nos digan todos los que están al frente de una esc uela común
si no preferirían atender á 435 niños acompañados de 11 bttenos
maestTos que no de 15 personas entre las cuales seguramente más
de la mitad son incompetentes para desempeñar la misión que mala-
mente se les cnnfía.
No queremos multiplicar los ejemplos, pero afirmamos (y podría-
mos probar) que no hay Distrito en el cual no puedan hacerse bien
entendidas economías.
Creemos que el C. N. de Educación puede hacer mucho en pró del
mejoramiento de nuestro personal docente con sólo adoptar las si-
guiantes resoluciones:
1° No nombrar para el puesto de maestro á ninguna persona des-
provista de diploma.
2• Asignar á cada escuela y á razón de 40 niños por empleado, el
número de maestros necesarios no según la capacidad del
edificio, sino según la inscripciór. debidamente compro-
bada (1).
(1) Decimos debidamente co mprobada, porqué cuesta creer que en una
escuela bien dirigida sobre 700 inscritos solo haya una asistencia media
de 400.
-161-

3• Suprimir de hecho los ayudantes, exigiendo á los sub-precapto-


res algunos conocimientos pedagójicos y tres meses de práctica
hechos en una escuela común de la Capital.
4° Que mientras todos los sub-preceptores no sean suprimid0s haya
en todas las escuelas, sin distinción, un maestro diplomado por
cada grado.
Si las reformas enunciadas se plantearan pronto desaparecerían
los lunares que afean á nuestras escuelas y más alto y seguro vuelo
lograría la educación popular.

APOYO DE LAS FAMILIAS

La Escuela sin el apoyo de las familias es como un árbol sin raí-


ces; no puede dar fruto>. El maestro en ese caso es como el jardi-
nero que, á pesar de sus cuidados y desvelos no consigue mantener
la vida ni hacer brotar nuevos jérmenes á la planta desprovista du
lo esencial. Todo trabajo, todo sacrificio es estéril: la planta perece
prontam&nte.
Dasde el momento en quo se apaga el i aterés y el entusias-
mo de las familias, en lo que se refiere al trabajo de sus hijos en la
escuela; en que desaparece ese ardiente y noble deseo de coadyu-
var á la tarea del maestro, todo está perdido; la lucha es imposible,
pues la familia es invencib)e á ese respecto.
Despertar en todas las familias, interés y amor por la institución
que dirige desde sus primeros años á las prendas más queridas del
hogar, y las forma y prepara para entrar má3 tarde en la azarosa
vida, llevando un caudal de fuerzas morales, intelectuales y hasta
físicas, es un deber que se impone por sí mismo, es una obligación
que llenada ha de facilitar el desenvolvimiento de las trascendenta-
les tareas del educador.
¡Qué hermoso espectáculo presenta un pueblo cuando se le ve
agruparse en torno de sus establecimientos de educación, que es
uno solo cuando se trata de sus escuela&, que las defiend~, las sos-
-162-

tiene, las ama como verdaderos bienes que posée, que está or-
gulloso de ellas y dice con cierta justificada vanidad: estas son mis
escuelas!
Al contrario: qué desagradable es ver á otro pueblo que1hace de sus
escuelas pasto de la maledicencia, que sólo le merecen desprecio y
que son origen de rencillas y divisiones que tan mal se avier.en con
el carácter augusto y sagrado de la educación!
Feliz del primero que ha sabido comprender los grandes beneficios
y preciosos resultados que les ofrecerá la educación difundida en
sus hijos; que ha profundizado y hecho práctico aquel inolvidable
pensamiento del famoso estadista argentino: << La escuela es el se-
creto de la prosperidad de los pueblos.»
Desgraciadas aquella.s poblaciones que miran con frialdad cuánto
se refiere á su educación; la luz no penetrará jamás en ellas, y el
oscurantismo, por más que esté disfrazado bajo la apariencia de
una mal comprendida civilización, será siempre el dios á quién
rendirán culto.
Para el progreso de la escuela en cualquier parte que sea, es
necesario conseguir el mayor número de afecciones á ella; rodearla
del fuerte prestigio que le da el apoyo de las famillias; por esto
débese trabajar para convertir á las que se muestran rebeldes.
Los que tenéis alguna influencia sobre las familias, que forman
esa colectividad denominada pueblo, empleadla en consiguir sus
voluntades en favor de la educación; los que os habéis encarg&.-
do de propagar la religión de Cristo, poned al servicio de esa gran
causa, el poder moral de que estais investidos, y así cumpliréis co-
mo buenos ministros de Dios; las familias que estáis penetradas de
la bondad innegablé de la escuela, no desperdiciéis ninguna opor-
tunidad en dar vuestros saludables consejos á quienes falta la fé y
la convicción en ella: sed otros tantos focos que irradien constante-
mente el calor que fecunde ~1 sentimiento de amor á la educa-
ción.
A vosotras, en p~~orticular, madres de familia que sabéis toda la
importancia que revisten esos templos donde vuestros tiernos hijos
van á recibir el desarrollo que el Creador ha encomendado al hom-
bre, á vosotras correponde hacer partlcipes á aquellas madres des-
preocupadas de esto, los verdaderos fines de !la escuela, y conver-
tirlas en nuevos y fuertes apoyos suyos. ¿Quiénes, sino vosotras,
está con mejores aptitudes para realizar estas transformaciones? Esos
- 163-

tesoros de cariño, de bontad, de abnegación, que como mina ina-


gotable poséen vuestros corazones, ponedlos tambien en favor de
esta santa causa, y así ejerceréis la caridad en una de sus numero-
sas formas; así contribuiréis á la salvación moral de muchos séres,
que serán otras tantas fuerzas que se incorporarán al movimiento
del progreso que efectua nuestra cara patria.
La mujer que siempre toma parte en todos esos actos en que los
elevados sentimientos del alma juegan el principal papel: ¿por qué
no habría de tomar sobre st esa tarea? ¿por qué no habría de luchar
usando de esas armas que sólo ella posée y ante laa cualas es im-
posible rasistir? Pensad en esos inocentes niños, en esas angelica-
les criaturas, entregadas por misteriosa fatalidad á padres priva-
dos de ese hermoso destello que ilumina la inteligencia del hombre
y le hace comprender el bien de sus hijos, y no podréis menos que
sentiros conmovidas y dispuestas á remediar lo que la Providencia
ha hecho quizá de ese modo, para ofreceros ocasión de ejercitar
la caridad y probar una vez más el amor que encierran vuestros co-
razones.
El maestr" tíen:J tambien su puesto señalado en esta labor, la que
realizada con perseverancia daria tan ópimos frutos. Sé destruirla
un escollo en que estrella con frecuencia la e~cuela, y no sólo le
desembarazaría de un obstáculo pués le comunicaría además fuer·
zas que obraban anteriormente en oposición.
Nuestro país que día á día vo;~ aumentar su población por la afluen-
cia de numerosos inmigrantes que, al buscar su propio bienestar,
concurren al engrandecimiento del país, necesita más que
ninguno mantener en todos sus habitantes un sentimiento de deci-
dida coopéración y apoyo para eus éscuelas, donde se educan y
educarán generaciones que irán, á pasos agigantados, elevando
nuestra patria á una altura que hará envidiable el nombre argen-
tino.

F. BRUNET.

Merlo.


-164-

INSTRUCCIÓN PÚBLICA
Reproducimos del último mensaje presentado al Congreso por S.
E. el señor Presidente de la República, la parte referente al estado
de la instrucción pública; en él se dá una idea de lo mucho que he-
mos adelantado en la edncación del pueblo y nos hace presentir, que
venciendo algunos defectos radicales que aún subsisten, pronto lle-
garemos á un fiil satisfactorio ,v b1J,Btante 1JJJJJ1gü.eño_?3J'3 la_ 'tuJ
· Ao
Argeotíoa, en matería de edaeaeíóa.
<<Creo que uno de los primeros deberes ?e un gobierno ~s me~or~r
y difundir la instrucción pública, sin om1tir esfuerzo m sacrrfic10
alguno para conseguirlo. .
El órden, el bienestar, la libertad y el progreso de los pueblos
están en razón directa de su instrucción; la instrucción dá al hombre
'-"- e<H'"';\'>'<\é\'ll. t\<> "'ú "'"~ '<fi<>'<"o>. ':í <>.>'\ <:.<Y\'\<:><:.\tn\~"-\.0 ~<!. b'll... ~!!,~~~()';!¡ J
ñ<>\><:l:<>s u <o \torrlbTe y de ciudadano, redoblando á la vez sus fuerzas
productoras.
Los cientos· de miles de hombres que cada año vienen al país,
atraídoS' por la dulzura de nuestro climn y por nuestro progreso ya
realizado, no sólo necesitan tierras feraces para dar empleo á sus ro-
bustos brazos, necesitan tambien escuelas para educar sus hijos y
prepararles á la vida civilizada.
Por mi parte he hecho cuanto ha sido posible para ver multi-
plicadas las escuelas, y no estaré satisfecho de mis afanes hasta que
no quede un solo rincón en la República, que no esté alumbrado por
la luz que proyecte una escuela, por modesta que sea.

Instrucción superior.
Las do!': Universidades Nacionales siguen su camino de progreso,
anmentando la enseñanza que se da á los jóvenes que las frecuentan
y enriqueciendo sus bibliotecas, sus gabinetes y laboratorios, ha-
biéndome sido agradable prestarles todo el concurso que de mi ha
dependido.
Sin embargo creo es conveniente que las universidades armoni-
cen sus planes de estudio y que tomen como punto de partida, los
qne se hacen en los colejios de la Nación .

........ 165-

Ambas Universidades son autónomas, pero sin más enlace entre


sí que sus estatutos que son uniformes.
De esto resulta que las diversa~ enseñanzas que suministran no
~ua1·dan completa uniformidad, lo que, aparte de otros inconve-
nientes, trae el que experimenta un alumno que ha comenzado sus
estudios en la una y quiere terminarlos en la otra.
El progreso y la cultura del pals reclaman ya la creación dG la
Facultad de F ilosofía y Letras.

Instrucción secundaria y normal.


Las reformas bechas en los planes de estudios de todos los Cole-
gios Nacionales y de las escuelas Normales dan excelentes resul-
tados.
No creo que convenga, por ahora, crear más escuelas normales ,
siendo preferible dotar á las existentes de edificios adecuados, pues
así la enseñanza será más provechosa y podrá darse á mayor número
de alumnos.
Las Escuelas Normales gozan de tal créd ito en la República, que
los edificios en que funcionan no pueden dar cabida á los aspi-
rantes que acuden á ellas en demanda de la instrucción que sumi-
nistran.
Su crecimie nto es incesante, sus resultados son bajo todos aspec-
tos, altamente satisfactorios y el país puede legítimamente felicitarse
de contar con estos e~tab le c imientos que devuelven con usura en
beneficios las erogaciones qne su sostenimiento demanda.
Tiene actualmente la República treinta y cuatro Escuelas Nor-
males, distribuidas en la siguiente forma:
Dos en la Capital, cinco en lá Provincia de Buenos Aires, tres
en Córdoba y dus en cada una de las demás provincias.
El año 1888 tuvieron estas escuelas setecientos cincuenta y
ocho profesores y IJnce mil trescientos setenta y cinco alumnos.
En el año presente, el número de sus profesores asciende á 927
y el de sus alumnos ha aumentado en cerca de una tercera parte.
Impera en todas ellas disciplina y órden perfecto y en análoga
:-elación á su crecimiento en concurrencia, mejoran suil cuerpos
docentes como consecuencia natural del número, cada día mayor,
de m¡¡,estros idóneos que ellaa mismas suministran ,pa1·a atender á
las exijencias de su propio perfecciollamiento y para que se difun-
dan en seguiia por toda la República, tomando su puesto de labor
-166-

al trente de las escuelas comunes que existen y surgen constante-


mente en el vasto territorio de la Nación.

Instrucción primaria
El desenvolvimiento que se ha dado á la instrucción primaria
satisface los deseos del patriotismo y hace esperar fundadament~
que bien p1·onto no habrá niños desheredados de la instrucción que
dá la escuela.
Me complazco en reconocer que en gran parte este progreso se
debe al Consejo Narional de Educación, cuya dedicación al cumpli-
miento de su altisma misión, es verdaderamente ejemplar.
Los gobiernos de provincia con celo patriótico se dedican á difun-
dir la instrucción primaria y hoy cuentan el progreso que realizan
por las escuelas que fundan.
En la capital de la República han funcionado en 1888, 133 escue-
las públicas, lo que da un aumento de 17 escuelas sobre las que
funcionaron en 1887.
Ha habido en el mismo año mencionado un aumento de 79 maes-
tros y de 2983 alumnos.
El Consejo Nacional de Educación posée sesenta y tres edificios
propios y seis ter1·eoos, en los que pr onto se construirán otros
tantos edificios mas, consagrados igua.lmente á las escuelas.
Cincuenta y cinco de esos edificios fueron avaluados en Julio
de 1888 en la suma de 9. 506.948 pesos.
No es aventurado suponer que los sesenta y tres que ah01·a tiene,
más los S<;Ji3 terrenos, valgan once millones de pesos, suma. casi igual
á la que ha recibido hasta el presente, para costear todos los gastos
de la instrucción que le está encomendada.
Este fenómeno se explica por la honrosa economía con que esos
fondos han sido manejados y por el prodigioso aumento en el valor
de la propiedad raíz.
Las provincias poseen trescientos sesenta y nueve edificios pro-
pios, destinados á las escuelas comunes, distribuyéndose esta suma
en la siguiente forma:
Buenos Aires posée 200, CorrienttJs 12, Córdoba 18, Cattl-
marca 10, Entre-Ríos 15, Jujny9, La Rioja 13, Mendoza 17, Salta8,
San Luis 9, Santa Fé 18, San Juan 5, Santiago 14 y Tucumán 22.
En los territorios nacionales existen, construidos ya 6 grandes edifi-
cios de propiedad pública y ocupados por escuelas mixtas.
- 167-

Resulta, pues, que hay en la República cuatrocientos treinta y


ocho edificios de propiedaci pública consagrados á la educación
común; debiendo agregarse á esta cifra los siguientes, pl'óximos á
terminarse:
2\) en Santiago del Estero, 8 en Córdoba, siendo 2 de ellos verda-
deramente suntuosos, 18 en Mendoza, y 16 en la Provincia de
Buenos Aires.
Debo también hacer notar al ocuparme de este punto, que varias
provincias han destinado fondos especiales á la edificación escc•lar,
figurando entre ellas Tucumán con 300.000 pesos, Salta con 150.000
y Santa Fé con 1.000.000.

Durante el ai'io 1888 han funcionado eh la capit!:ll de la Repó.blica


133 escuelas primarias, siendo de estas, graduadas 28, elementales
61, infantiles 28 y de adultos 16. Las mismas se dividen en 40 de
varones, •18 de niñas y 45 de ambos sexos.
Han sido dirigidas por 825 maestros de los que son varones 20ü
y mujeres 616.
Y han sido concurridas por 30.698 nifíos, varones 15.493 y muje-
res 15.205.
En las Provincias y Territorios Nacionales y Colonias han funcio-
nado durante el mismo afio 2.263 escuelas primarias públicas, con
4.744 maestros y 175.239 alumnos, dividiéndose estcs totales en ht
siguiente forma:
Escuelas Alumnos Maestros
Buenos Aire!i' .................. 630 47.898 1342
Santa-Fé ... ...... .... ....... . . 290 13.14G 349
Entre-Ríos .... ..... . ... . . ..... 115 8.058 240
Corrientes .................... 198 9.370 2GG
Córdoba ................... ... 148 11.032 280
Santiago ...................... 185 6 .770 192
Tucumán ......... .... . . ... ... 111 11.797 228
Salta .............. ... ........ 98 8 .978 167
Jujuy ............ · ... · · · · · · · · · 50 2.828 93
San Luis ...................... 115 8.103 188
Rioja ......................... 84 5.177 124
Mendoza ............ . ......... 8:3 9.666 !-27
San Juan ..................... 69 8.501 133
Catamarca .................... 69 7.555 116
Colonias y gobernaciones ....... 34 3.334 50
Escuelas de Aplicación ......... 34 12. 915 730
---- ---
'l'otal ................... ~63 175.?39 4.744
- 168-

A estas cifras, que corresponden únicamente á la instrucci ón


primaria costeada por el erario público, ya de la nación ó de las pro-
vincias, falta agregar las oscuelas primarias particulares, que han
sido en el año de que me ocupo: en la capital 138 con 669 maestros
y 14.948 alumnos, y en las provincias y gobernaciones de Terri-
torios y colonias, 693 escuelas, con 1094 maestros y 33.723 alum-
nos.
Reasumiendo estas cifras generales, resulta que durante el año
1888 han fundonado en la República 3227 escuelas primarias, diri-
gidas pcr 7332 maestros y concurridas pOI' 254.608 niños.
Lo que, comparado con los resultados de 1887 revela un aumento
en 1888 de 199 ascuelas, 1001 maestros y 27.158 alumnos.
En presencia de este cuadro que halaga justamente los anhelos
del patriotismo, puedo .tfirmar con satisfat.!ción la creencia ya expre-
sada en mi anterior mensage, de que, consagrando á obra tan fe-
cunda todos los &lamentos de qHe el país dispone, hemos de alcañ-
zar, An no lejano día, la realización del noble ideal que perseguimos
t•bteniendo que en todo el vasto territorio de la República, no
quede privado de la educación primaria un solo niño que tenga
Ir. edad escolar.

LA M ORAL EN LA ESCUELA

Los tiempos son difíciles, decía un gra.n escritor francés lamen-


tando el descreimiento de su época: algo paracido pcdriamos decir
nusotros despues de lear el articulo que con el título que encabeza
estas líneas ha publicado un distinguido colega.
Que niegue lo más elemental el pobre ignorante, incapáz de ar-
rancat• de su cerebro una chispa de luz, pase, pero que espíritus jó-
venes y elevados duden de lo cierto, de lo probado, cosa es que
aflige el ánimo más e~> tero, y que dá derecho á decir, no ya, los tiem-
pos son diflciles, sinó los tiempos son tristes.
Y sin embargo así sucede.
Eljóven autor del artículo que contestamos tiene talento y co-
-169-

razón sano, y con estos dotes no ha vacilado en estampar conceptos


como el que sigue:
Dejándose lleva¡• (dice) por frases MuY BONlTAS PERO POCO PRÁC-
TICAS dicen muchos : debe enseñarse al niño el bien por el bien,
no po1· el provecho ó utilidad que puede sacarse practicándole,
porque entonces se rebaja el ideal de la moralidad.-¡,Y qué nos
importa que se rebaje ó no la idea de moralidad, si lo cierto es, á
despecho de lo que digan los TONTOS, que nculie hace el bien pm·
el bien?
No queremos, por no alardear de eruditos, abrir el libro inmenso
de la Historia y demostrar con la enseñanza que de sus págin¡¡s
brota, que nuestra civilización, la plenitud de nuestro derecho, la
inviolabilidad de la personalidad humana, descansan sobre cimien-
tos amasados con la carne, los huesos, la sangre y las lágrimas de
mil y mil abnegados que lo sacrificaron todo, vida y porvenir, en
aras del bien porque en sí es eternamente bueno, bello y verdadero;
sólo queremos hacer notar que todo corazón noble se sentiría he-
rido de muerte, si creyera que las grandes acciones, en vez de atraer
sobre el que las ejecuta el respeto y el cariño de sus semejantes,
sólo le dan derecho al dictado de tonto.
Afortunadamente, para consuelo de los que creen que el bien no
es un nombre y nada más, Cásto, el Hombre-Dios, el tonto entre los
tontos, puesto que dejó el cielo y su augusta y eterna serenidad
para bajar á la tierra á ceñirse una corona de espina.s, dijo:
Bienaventurados los mansos y pobres de espíritu ('lS deci1· Los
tontos) po1·que ellos verán á Dios, fuente ete1·na de toda verdad
y de todo bien.
Pasando á u u nueve órden de ideas, otras y no menos amargas
reil.exiones se nos ocurre!'!.
Corren los días patrios, tristes y lluviosos, como aquellos en que
French, el intérprete del pueblo daba el primer gt·ito de patria y
libertad.
Todo corazón patriota bate con más fuerza en estos días; todo
argentino consagra un recuerdo á los que con su entereza y gran-
deza de alma, al darnos libertad, dieron vida á una nueva y glo-
riosa nación.
Si la doctrina expuesta en el artículo á que contestamos triunfara,
si se llegara á enseñar á los niños, y los niños llegal'an á creer que
el bien debe practicarse, no sólo por el bien, sino po1· las huenas
consecuencias que trae al individuo, nuestros hijos encontrarían
-170-

tontos en grado extremo al sargento Cabra! y al negro Fl\lacho, los


cuales despreciaron la vida, el único bien que poseían, sacrificán-
dola en aras de la patria.
Estos sacrificios santos y sublimes, honrados en todos los pueblos,
no serían en lo futuro, si triunfara el princ¡pio del bien por las bue-
nas consecuencias que trae, más que quijotadas ridículas, porque
perder la vida ... ¡vamos! ... no sabemos qué buenas con,ecuencias
puede traer al que la pierde.
Y lanzados en este ca.mino j¡qué no dirían de Belgrano que no
contando con más patrimonio que su espada, cedió en beneficio d9
la educación popular la suma con que le obsequiara el Congreso,
despues de sus triunfos de Salta y Tucumán?
Tonto de capirote le declararían, y con él,:\ San Martín, Moreno,
Rivadavia y cien más que, si hubieran dado o idos á un bien enten-
dido interés (según Ja doctrina que combatimos) no hubieran muer-
to pobres y en el destierro, aún cuando no hubieran dado vida á un
gran pueblo.
Pero nada de esto sucederá.
Habrá siempre en el fondo del alma humana algo grande y su-
blime; un sentimiento puro que rechazará al egoismo brutal é in-
digno, para enaltecer la abnegación y el sacrificio propio en bene-
ficio de la comunidad, de nuestros hermanos.
Sí, no puede triunfar una doctrina de consecuencias tan hCJrribles•
y que, seguramente, no debe su origen más que á un desfallecirnien-
~o de un alma fogosa y contrariada.
No será el egoísmo hipócrita y pequeño, lo que inculcaremos en el
ánimo de los niños, sinó la fé, la abnegación, el desinterés, la ge-
nerosidad, estos sentimientos que son los únÍCos que pueden alen-
tar al homb1·e en la lucha que sus ideas ó creencias le obligan á
sostener, y los únicos que pueden echar hondas raíces en su cora-
zón.
No porque son pocos los espírítus elevados dotados de suficiente
desprendimiento pa•r a realizar estas grandes acciones que admi-
ran y sorpr·enden debemos renegar de ellos, convirtiéndolos en ob-
jeto de burla ó menosprecio, al contrario, debemos non la palabra
y el ejemplo difundir sus virtudes, á fin de conseguir que, lo que
hoy es excepción, sea mañana generalidad.
Siémbrese con fé la semilla, que l.t cosecha, aunque viniere tar-
de, no dejará de ser ópima.
Y cuando dejen de ser escasos los espíritus generosos, la Hu-
-171-

m anidad habrá dado un gran paso en la obra de su perfeccionamien-


to ; habrá en todos los corazones mas fé, más sinceridad, más vir-
tudes; la vida será más fecunda y más bella y según la dulce expre-
sión de Carducci
.... cantici
di gloria, di gloria, di gloria
con·eran per !'infinito azzuro.
JosÉ M. AuBIN.
Mayo 22 de 1889.

REVISTA DEL EXTERIOR

Francia.-La Academia de Paris acaba de recibir un importante


donativo de parte de M. Augusto Robin, con el cual se ha introdu-
cido un premio de mil francos para recompensar actos de amor
filial.
-Se ha formado en París una <<Liga Nacional para la educación
física», la cual tiene por fin principal:
1o Desarrollar gratuitamente en todas las Escuelas, sin excepción,
la fuerza y la destreza que preparan para el servicio militar, la
salud vigorosa de la cual depende el equilibrio intelectual y
moral;
2° Para conseguirlo, aumentar y elevar dignamente la cultura
pedagógica del cuerpo humano;
3° Introducir en los establecimientos de instrucción primaria,
secundaria y superior, juntos crm los ejercicios metódicos de la
gimnasia, los ejercicios al aire libre y las recreaciones activas que
ion el necesario cumplimiento de aquella;
4° Conseguir que los poderes públicos establezcan que un deter-
minado número de horas sea consagrado á dichos ejercicios y juego ,
en l& vida escolar de todas las edades;
5• Estudiar, formular y hacer conocer los medios prácticos 'iUe
- 172-

suada.n conducir á estos resultados; determinar en qué medida deban


per aplicados á la educación de las niñas;
Ü° Conseguir que las munic!palidades pongan á disposición de la
población escolar terrenos aparentes para los juegos y ejercicios
públicos, y provistos de los aparatos necesarios;
7° Crear todos los años un gran concurso de fuerza y destreza en
el que tomarán parte los más hábiles de las Escuelas de la provincia,
constatand•> así periódicamente las condiciones físicas de las genera-
ciones que se suceden.
-Esta misma «Liga Nacional de educación fisica», está organi-
zando un concurso de fuerza que tendrú lugar el23 de Junio próximo
y al cual han sido invitadas las escuelas de Francia.
El concurso se llamará «Leuditn en conmemoración de una antigua
tradición universitaria.
El Presidente de la República dará para el premio una co¡..a de
plata sobre zócalo de mármol, destinado á constituir un recuerdo
colectivo perpétuo; es decir que la copa de plata será dada al colegio
cuyos alumnos más se hayan distinguido y permanecerá exhibida en
sus salones durante un año. Al efectuarse el concurso siguiente, la
copa será trasladada al colegio que se distin~a sobre los demás, y así
sucesivamente en los años siguientes.
-Con fecha 31 de Enero último, el Ministro de Instrucción Públi-
ca resolvió aprobar el Reglamento del Congreso l1'1ternacional de
Instrucción Primaria, que deberá tener lugar en París delll al 18
de Agosto próximo, con motivo de la Exposición y del Centenario de
1889.
Las cuestiones que se pondrán á la órden del día son las
siguierttes:
1o ABajo qué forma y en qué medida la enseñanza profesional
(agrícola, industrial, comercial), puedu darse en las escuelas prima-
rias, elementales y superiores y en las escuelas normales~
2° Participación que conviene dar á las mujeres en la enseñanza
primaria, como maestras, como directoras de establecimientos y
como inspeetoras.
3° Del rol y de la o1·ganización de las escuelas de aplicación anexas
á las normales y á establecimientos análogos.
Estos tees puntos podrán ser tratados por escrito.
Las memorias debeeán dirigil'se antes del 1° de Junio al Vice-
Rector de la Academia de París, Presidente del Cumité de organiza-
- 173-

ción de la enseñanza primaria, en la Soborna, bajo cubierta del señor


Ministro de Instrucción Pública.
Los oradores q U::l tomen parte en las discusiones podrán expresar-
se en su propio idioma, pero en este caso sns discursos serán tradu-
cidos inmediatamente al francés.
La Comisión de la asamblea general elegirá entre los miembros
del Congreso, un presidente y cuatro vice-presidentes, de los cuales
dos serán delegados de países extranjeros.

Italia.-1-Ia sido nombrado Ministro de lt;strucción Pública,


Bacelli, acérrimo partidario de llevar la enseñanza primaria al
Estado.
-Ha sido aprobado por las Cortes el proyecto de jubilación á los
maestros. Estos contribuirán con el tt·es por ciento y los Municipios
con el cinco.
-Muy pocos eran hasta ahora los Jardines de Infantes, pero pare-
ce que han comenzadu ya a popularizarse y que dan muy buenos
resultadus. En Roma no existía nin g uno, pet•o dentro de poco tiem-
po se instalará uno en el 'l'rastévere que es esperado con ansia por
toda la población.
-En Roma se ha dispuesto que la enseñanza religiosa en las
eS•!uelas se dé en la última hora de clase del dia Sábado y solamente
á los niños que quieran recibirla.
-El gobierno italiano ha dispuesto, con objeto de hacer más
obligatoria la enseñanza en la provincia de Roma, no conceder
licencia de caza ni de uso de al'mas á los padres que no mand en su;;
hijos á la escuela.
-Se piensa abrir en Nápoles una Escuela de Canto coral pua los
aspirantes al magisterio de enseñanza primaria. Esta escuela será
la primera que se crea en Europa para objeto tan loable.
-La casa editora Sandron, Palermo, piensa editar una Bibliote-
ca para los Maestros, en condiciones sumamente ventajosas. !.a
misma casa acaba de dar á la publicidad un libro titulado: «Cues-
tiones cientifico-fil0.sóficas para la cultura de los Maestros» sobre el
cual se hacen los mejeres elogios .
.....,.Con motivo de la publicación de los nuevos progt•amas escola-
res, los Inspectores de anseñanza primaria han sido encargados para
que expliquen á los maestros, reunidos en sus respectivas circuns-
cripciones, el objeto y alcance de dichos programas.
- 174-

-De la Gazeta Ufficiale extractamos los siguientes datos esta-


dísticos ¡·eferentes á la enseñanza primaria en el año 1885-86:
<<Existen en ~1 R eino 431 410 escuelas elementales públicas regu-
lares y 2,665 irregulares .
El personal docente estaba compuest0 tle 44,618 maestros de am-
bos sexos, 2,383 ay udante g. El número de niños inscl'iptos en las
encu elas regulares er a de 1,988,723 y en las it·regulares de 77,217.
<< Comparando el número de los niños inscriptos con el número
de pobl ación, se encuentr:1n 7,29 niñas por cada lOO habitantes, si
se compara el numéro de niños de 6 á 12 años se ve que los ins-
criptos forman el 60.35 por ciento de los niños de esta edad. Esto
varia, por ciertQ, según los partidos: es de 88.96 en Lombardía;
87.95 en el Píamonte; 35.54 en Pulla; 33.1G en Calabria y 31.93 en
Sicilia.

-Hé aqui las bases para una Ley de Instrucción primaria que se
presentará en breve al Parlamento italiano:
1"' Las Escuelas depenclert.n de la provincia bajo la dependencia
del Consejo escolástico debidamente reformado.
2" El nombramiento de Maestros se hará después de un período
de prueba y el pago por lo::; oficiales del Gobierno.
3" El ascenso ¡;e hará de clase á clase, de pueblo menor á mayor
y de provincia á provincia.
4.. Los pueblos que tengan la enseñanza ó grados completos se
encargarán de nombrar al Director ó Profesor-Jefe entre los Maes-
tros del pueblo, retribuyéndole con una gratificación.
5" Se establecerán circunscripciones escalare~ para facilitar la
asistencia de niñ os á las Escuelas.
6"' Se aumentará el número de [nspectores.
7.. Todos los Maestros podrán recorrer todos los grados de la
carrera, desde Maestro de Escuela rural hasta Director de Escuela
Normal é Inspector.
8" Los pueblos entregarán en las Cajas del Estado las cantidades
para el sostenimiento de la enseñanza, y éstas harán el reparto á los
Maestros.

-El Inspector General de las Escuelas de Roma, Sr. Tegón, ha


presentado un detallado informe sobre los resultados que ha obte-
nido la comisión italiana qua fué á Naas, Suecia, para estudiar el
- 175-

método de la enseñanza de trabajo manual empleado por el Profe-


sor Salomón.
-Los Inspectore3 han recibido órden para cuando hagan visitas
á las escuelas, que visiten las instaladas en las cárceles ó presidios.

Turquia.-Con numerosa asistencia de miembros del profesorado,


entre los que se encontraban desde los maestros de aldea hasta los
catedráticos más ilustrados de la Universidad, se ha celebrado en
Bucharest (Rumania) un Congreso Pedagógico.
El tema discutido fué el sigui en te: Programa de la Escuela
Prima1·ia, llegándose á aceptar las siguientes conclusiones:
<<Sea cual fuere el número de clases y el del personal docente, la
enseñanza primaria obligatoria debe tener la misma extensión y
comprender las mismas materias de estudio en todas las escuelas,
rurales y urbanas.
«Las materias de enseñanza primaria . serán: Lengua Nacional,
Aritmética, Historia patria, Geografia Nacionaf y general, Dibujo y
Geometría aplicada á la vida práctica, Caligrafía, Ejercicios de Mú-
sica y Gimnasia.
«La Historia Sagrada, el Catecismo, la Historia Natural, la Ense-
ilanza Moral y las Nociones de Agricultura, serán dadas en el libro
de lectura. »

Suiza.-Según datos tomados del «Almanaque de Gotha» la


p•>blación de la Suiza asciende á 2,846,102 haoitantes ó sean 69
habitantes por kilómetro cuadrado.
En toda la Confederación existen 5,130 escuelas primarias, las
cuales son frecuentadas por 461,622 alumnos de ambos sexos y re-
genteadas por 8,826 maestros y maestras.
Existen 472 escuelas infantiles ó «Jardines de infantes~ con un:t
asistencia de 15,098 alumnos de ambos sexos. Las escuelas com-
plementarias, que están frecuentadas por 24,525 alumnos de ambos
iexos, ascienden á 971.
Las escuelas de obras para niñas son 1,600 con una inscripción
de 136,552 niñas y con 3,543 maestras.
El número de escuelas secundarias se eleva á 432, frecuentadas
por 21,293 alumnos de ambos sexos.
Existen 905 Escuelas Normales con 1,337 alumnos de ambos
sexos. Las escuelas medianas, cantonales, Gimnasios, Escuelas
-176-

industriales, Escuel8 s especiales, etc., ascienden á 10,706, frecuen-


tadas por 14,586 alumnos de ambos sexos.
Las diferentes Academias y Facultades que existen en los canto-
MB de Zurich (el Politécnico y la Universidad), Universidades
cantonales de Berna, Basilea, Ginebra, Lausanne, y Neuchatel
cuentan con 2,174 alumnos matriculados y 505 profesores.
Las escuelas particulares se elevan á 320, con 15,635 alumnos de
ambos sexos.
Según los datos estadísticos de 1885, las escuelas primarias y
secundarias han costado 5,985,394 fr·ancos durante ese año. Las
escuelas superiores, 4,688,706. Además las diversas Municipalida-
des han ga tado 15,719,663 francos, lo que da un total de 27,393.763
francos, ó sean má:s ó menos, cinco millones y medio de pesos
fuertes.
Faltacontar además las sumas que el Gobierno Federal umplea
en subvencionar las innumerables escuelas · cantonales de todas
clases, tales como escuelas industriales, agrícolas, etc.
El cuadro de adelanto que presenta la Suiza en materia de ins-
teucción pública, es el reflejo del nivel intelectual y moral de este
pueblo.

Japón.-- El Japén cuenta con 37,547,650 habitantes. Gasta


en la educación 86,717,919 pesos. Cuenta con 5,952 niños en esta-
do de educación de los cuales la reciben 3,037,270 y no la reciben
2,914,730.
Existen 29,589 es melas públicas elementales y 567 privadas; el
número de maestros asciende á 64,017.
Hay 80 Escuelas Normales coa 640 maestros y feecuentadas poe
6,305 alumnos dt~ ambos sexos.
Las escuelas superiores de niñas ascienden á 7 :con 61 maestras y
4fil alumnas inscriptas.
Existe una sola escuela de música regent.,ada por 9 maestras y
frecuentada por 1l alumnos.

Alemania.-El Diputado Windhorst ha presentado una prúpo-


sición al Parlamento para prohibir en las escuelas todo libro que no
esté visado y aprobado por la autoridad competente.
-Según la última estadística oficial, existen en Prusia 34,016
oscuelas, de las cuales 3, 718 son urbanas y 30,298 rurales.
El perllonal docente está compuesto por 53,750 maestros y 5. 750
- 177-

maestras, 1,602 segundos maestros y 32 segundas maestras, que


dan un total de 61,134 maestros sin incluir las maestras de labores.
Asistieron á las escuelas 4,838,247 alumnos, de los cuales
2,422,044 eran varones y 2,416,203 niñas. Los gastos ascendieron
á 116,615,648 marcos, lo que da nn término medio de 24,10 marcos
por alumno, ó sean más de ocho pesos.

--- - ..--........ zw;:

Ejercicios intuitivos
(Programas de lo y 2o Grado)

El cuero

M. Vean ustedes esto ... ¿saben qué es~-N. Sí, señor, un pedazo
de cuero. -M. Muy bien ... ¿Y ustedes saben qué es el cuero~ ....
¡cómo~ nadie contesta~... es posible que ustedes no se hayan
fijado!.. . veamos, Carlos, ¿de dónde se saca el cuerll?-De los
animales.-ilf. ¡,De qué parte, Enrique1-De la pieL-M. Perfecta-
mente; entonces ¡,qué es el cuero?-N. Es la piel de lus animales.-
M. Dilo Angel. .. repite Horacio ... Bien. Nombren ahora algunos ani-
males cuya piel sirva para hacer cuero.-N. La vaca, la oveja, el
caballo) la cabra .... -M. Basta con esos; pero yo quisiera saber si
la piel de todos esos animales que ustede.s acaban de citar, es lú
mismo que este pedazo de cuero.-N. No, no, señor.-M. ¡,Por qué~
-N. Porque tiene pelos, grasa ... -M. Qué se ha hecho entonces
para convertirlo así,-N. Le han quitado el pelo ... lo han raspado ...
lo han limpiado.-M. ¡,Y quién ha hecho esto~-N. El hombre.-
M. Será. entonces materia prima ó elaborada?-N. Elaborada.-M.
Sí, es una materia elaborada; ustedes van á. decirme ahora algo
más sobre esta cuero, ¿qué ven aqui? . . -N. Está pintado de color
negro.- M. ¿Y de este otro lado~-N. Es amarillo.- -M. Un ama-
rillo oscuro ¡,no es ciertoV-N. Si, señor.-M. Y no han visto uste-
des cueros de otro color?-N. Sí, señor ... Yo he visto verde ...
rojo ... blanco .. .-M. Muy bien; al cuero se le puede dar el color
-178-

que uno quiere; ven aquí, Manuel; toma este pedazo de cuero y
colócatelo delante dtl los ojos ... perfectamente, mira ahora á donde
está tu compañero Carlos Alo ves~-No, señor.-M. ¿Por qu é no lo
puede ver, Carlos~-Porque es opaco~-M. ¿Cómo es el c uero~-N.
Opaco.-M. Ten ga ahora Luis; voy á t aparle los ojos con este
pañuelo; no ve nada tvo rdad~ ... (los niños reirán, ¡mejor! .. )i,q ué es
esto? (aproximándol e el cuero á la nariz). Luis.-Cuero.-M. ¿,Y cómo
ha sabido que era cuero, si no lo ha visto~-N. Por el olor.-.M. En-
tonces el cuero estambién ... -N. Oloroso.-M. YL.-N. Opaco.
-M. Repita:1. .. Bien. Toquénlo ¿qué notan~-N. Es liso.-M. ¿Y
por cual de las dos superficies lo es más1-N. Por la que está pintada.
-M. A esta le llamaremos superior y á esta otra in(erio1· ¿cómo? ...
repita Carlos, Luis, Juan ... bien. Tómenlo otra vez en la mano y vean
si le hallan algo más.-N. Es delgado, liviano .. . -M. Tiren ustedes
dos con fuerza ... ¿,se rasga~- N. No, señor .-M. tPor qué~.-N.
Porque es fuerte.-M. Qué hago ahoraL. N. Lo dobla.-M. Y
los cuerpos que se doblan fácilmente, Acómo se llaman1-N. Flexi-
bles. -M. Muy bien; veamos si recuerdan usteaes todo lo que
hemos dicho del cuero; dí galo Enrique. -El cuero se saca de la
piel de los animales; es una materia elaborada, opaca, olorosa, lisa,
delgada, liviana, fuerte y flexible.-M. Está bien; repítalo otro ...
todos ustedes sabdn para que se emplea el cuero ¡,no es cierto?-N.
Sí, señor, se h<1cen botines, zapatos, carteras, guantes, sillas Je
montar, frenos . .. -M. Bien, bien; vamos á ver otras propiedades
del cuero; toma, Carlos, este pedaz0; voy á echarle aquí encima un
poco de agua ... /¡qué sucede1 ¿deja pasar el agua1-No, señor, no
pasa.-M. Por qué?-N. Porque es impermeable.-M. ¿,Cómo, Ar-
turo, Luis, Esteban, ... APorqué es bueno, pues, el cu.,ro para
hacer zapatos~-N. Porque es fuerte é impermeable .. . -M. Es
cierto, y como también es flexible, se amolda perfectamente á la
forma de nuestros piés. Repite, ahora, Angel, todo lo que has
aprendido sobre el cuero. -A. El cuero es fuerte, oloroso, imper-
meable ... -M. A ver otro que lo diga mejor ... tú, Luis. El
cuero es una materia elaborada que se saca de la piel de los anima-
les; el cuero es opaco, oloroso, liso, delgado, liviano, fuerte, flexible
é impermeable.-M. No podríamos agregar algo más?-N. Si, señor;
sirve para hacer botines, carteras, correas, etc.-M. Repita Juan ...
Luis ... etc.
- 179-

Revista histórica de la Pedagogía

Conclusiones.-Como puede juzgarse de la breve exposición refe-


rente al celeste imperio, su remota civiliz:lción si bien es raquítica
en la historia de la Pedagogía, presta, no obstante, un croquis con-
fu3o de lo que puede llamarse métodos y sistemas de enseñanza,
que por cierto no alcanzaron á comprender los mismos chinos.
Basta mirar la constitución política de este país. existente como
nación desde los tiempos más antiguos, para desechar toda idea
favorable en el sentido de la educación. Esa uniformidad inmutable
que tione su última razón en la voluntad absoluta del Hijo del
Cielo, esa sumisión patriarcal que destruye la independencia de la
familia nbsorviendo la personalidad del hijo en la del padre, la del
padre en la del mandarín, y esta en la del emperador, constituía
una subordinación caracter:stica que ha tenido aferrado hasta hoJ
el gérmen de la libertad que respira la noción de progreso. La reli-
gión, como dice Cantú, no as allí un interés del corazón ni una con-
vicción de la mente, sino una ley oficial; el pueblo está sumido en
la ignorancia, y !lO tiene otra guía que el culto de lo pasado y la
r.:signación con sus hábitos-no sabe leer sus libros clásicos ni en
ellos hay cosa que hable á su sentimiento ni á su imaginación, mal
se manda en nombre de una sociedad terrestre reprimir las pasiones,
y algo más se necesita que los preceptos de una moral ingeniosa
para revelar á la inteligencia su energía y su misión en la tierra. Y
no es porque la China haya carecido de filósofos, reformadores
que hayan pretendido romper las tradiciones en cambio de una
doctrina emancipadora, brillante, utilitaria en el sentido del interés
tanto del estado y de la familia como tambien del individuo; no.
Loa-Sen y Confucio se destacan, r;iglos antes de Jesuscristo, cvmo
sabios reformadores, y conociendo los males de su patria quieren re-
mediarlos, el uno por la metafísica y el otro-por la moral: ambos
consiguen partidarios, pero la doctrir.a del primero sucumbió .dege-
nerada en ascetismo y la del segundo fundada en la piedad filial, y
más conforme con el espíritu peculiar del chino, tl'iunfa y es consi-
derada come• el lenguaje sagrado. Sin embargo esta filosofía, pa-
trimonio tan sólo de los sabios y letrados, no podía estar al alcance
común, ni fecundar las inteligencias infantiles tanto por la superio-
- 180-

ridad de sus profundas sentencias, como por la dificultad del idioma


y lo maquinal del método.
La trasmisión de los ()Onocimientos producía más bien el enerva-
miento de las facultades que la actividad intelectual, y toda esa
superficialidad no encerraba sinó una educación ilusoria. La ense-
ñanza en la escuela primaria fué objetiva, simultáneo el aprendiza-
je de la lectura y esc!'itura, pero ella no tuvo mayor concecuencia,
atendiendo al objeto remarcado que hacían de la educación: tro.s-
mitir sin desenvolve1·.

(Continuará). A. GARCIA APARICIO.

Escuela Normal para los maestros de trabajo manual


Fundada por la Sociedad Alemana propagadora.
del trabajo manual entre los niños.

PROGRAMA PARA EL AÑO 1889

La Escuela Normal para los maestros de trabajo manual, institui-


da en Leipzig por la sociedad alemana para el trabajo manual de los
:rJ.iños, se propone continuar tambien este año su obra con tres
cursos de instrucción.
El p:;"imero tendrá lugar desde el 25 de Abr!l hasta el 23 de Mayo,
y se ha establ8cido así, para impedir que en los cursos de las vaca-
cione se presente un número demasiado crecido de alumnos, pues
está en los intereses de los aprendices que cada sección no sea
númerosa por demás. Con este curso se proporciona el modo de
instru_ir en la práctica de le enseñanza .de los trabajos manuales,
especialmente á los maestros de algunos internados, á los de institu-
tos para los díscolos, surdo-mudos, ciegos, que pueden obtener el
permiso aún fuera de la época de las vacaciones de verano.
El segundo curso tendrá lugar del 4 al 31 de Julio, y el tercero
del 4 al 31 de Agosto. Participar así á dos cursos, sería fácil y
- 181-

agradable á la vez, porque la división de estos dos cur~os de cuatro


semanas cada uno, tiene por objeto remover las dificultades que se
oponen para la concesión de una licencia más larga y de facilitar á
los interesados, por el tiempo de r¡ue disponen, empezar su instruc-
ción en un año y continuar!:> en otro. A los maestros sajones para
quienes las vacaci.mes de ver.ano empiezan con el 20 de Julio, se les
concede, mediante acuerdo con el director dal instituto, concurrir á
un curso de cuatro semanas, del 20 de Julio al 17 de Agosto. Si el
número de solicitudes fuese extraordinario, la. presidencia de la
sociedr.d alemana se reserva el derecho de abrir todavía un curso en
Junio ó en Setiembre, de manera que, habiendo en este caso doce
semanas de lecciones , los alumnos, de acuerdo con el director del
instituto, podrían asistir tambien á este por un período de seis se-
manas.
A los que asistan á estos cursos de instru<:ción, se les enseña,
según su elección, los trabajos de cartonería, de carpintería (trabajos
de cepillo) , la escultura en madera y los t rabajos fáciles en los me-
tales . Ellos tienen la libertad de elegir un sólo ram:, de estos traba-
jos ó sino un ramo principal y otro accesorio. En el segundo caso las
dos terceras partes del tiempo serán empleadas para el ramo prin-
cipal y la otra tercera para el ramo accesorio.
Si bien los trabajos de cartonería, de escultura en madera y los
de metal pued en ser aprendidos como ramo principal ó como acceso-
rio, los trabajos de cepillo no pueden ser cultivados más por 1os
principiantes que como ramo principal. La elección y combinación
de más ramos se deja á la libre voluntad de los alumnos por r ela-
cionarse ella con las condiciones locales en que los diferentes géne-
ros de trabajo se han de enseñar.
Los mencionados cursos son dirigidos, como lo han necho por mu-
chos años, por los señores Hube!, propietario dt> una encuaderna-
ción de libros (con la firma Hube! y Duck), Heinge, jefe de la oficina,
Werner, maestro principal de carpintería, Sturm, escultor, Kayser
Junior, maestro priñcípal, y Dresling, jefe de la oficina.
Despues que el alumno maestro ha frecuentado el curso con pu:1-
tualid ad y diligencia hasta su término, recibe un certificado en que
conste el curso de instrucción que él elijíó y el provecho alca nzado.
Los certificados, pues, no se dan sub.condiciorie para que se apren-
dan todos los ramos de los trabajos que se han enseñado en la es -
cuela normal, sino que se dan indi sti ntamente para cada uno de los
diversos ramos á que uno ha querido dedicarse, con el derecho á c¡ue
- 182-
este pueda ser completo una vez que se complete la ensefianza en un
curso posterior.
No se da certificado, para habilitar á la enseñanza del trabajo ma-
nual si no se ha resignado á una de estas condiciones, esto es, de
haber atendido:
a) Al trabajo de cartonería durante un curso de cuatro semanas
como ramo principal ó durante dus cursos como ramo accesorio.
b) A. los trabajos de cepillo durante dos cursos como ramo prin-
cipal.
e) A la escultura en madera durante un curso como ramo princi-
pal, ó durante dos cursos como ramo accesorio.
d) Al trabajo en metales idem.
Cuando s~ confieren los certificados se tendrá una justa considera-
ción para la destreza adquirida en el manejo de los instrumentos,
que los alumnos maestros han de poseer al volver á entrar al
instituto.
Ariles deL término de cada uno de los cursos, no se pueden entre-
gar certificados ni los trabajos hechos.
Juntamente con el trabajo práctico que es propio de cada uno,
los alumnos maestros hao de aprender también le parte práctica de
la enseñanza deL trabajo manual, asistiendo á las lecciones dadas
por maestros hábiles en los cursos de la oficina escolar de Leipzig
para los niños.
Además de esto, se precurará para ellos un conocimiento exacto de
la naturaleza deL ramo, del trabajo á que atienden prácticamente,
por medio de lecciones teóricas acerca de la historia, sobre el méto-
do de la enseñanza del trabajo manual, como tambien sobre los ins-
trumentosy sobre los materiales que se han de usar en los trabajos.
Con este objeto se les permite aprovechar con Lib ertad de la biblio-
teca del instituto normal, fundada por la liberalidad del Ministerio
de Culto del Reino Sajón, de la biblioteca y de las colecciones de
dibnjos y modelos de los trabajos de la oficina dtl Leipzig. En las
discusiones nocturnas se les ofrece aún la ocasión de comunicar y
cambiar ideas y pareceres acerca de la.s cuestiones pendientes sobre
la enseñanza del trabajo munual.
La cuota que ha de ser pagada anticipadamente, llega á 50 mar-
cos por cada curso de instrucción-además conviene pagar 5 marcos
por el material, quedando on recompensa para)os alumnos maes-
tros el de quednr propietarios de los trabajos ojocutados, cuyos tra-
!Jajos les podrán servir do model pan. su futut·a enseñanza-Des-
- 183-

pues do las experimentaciones hechas y principalmente despues del


apoyo eficáz que la causa de la er.seflanza del trabajo manual ha re-
cibido en Alemania por el favor del Gran Canciller príncipe dH
Bismarck, como tambi<~n del inferior Ministerio prusiano del in-
terior, se puede tener fundada esperanza quetumbien en losncesivo
serán aliviados los gastos á que están sujetos los maestros de~eo¡:os
de tomar p>.Lrticipación a los cursos, mediante abundantes subven-
ciones por parte de las autoridades comunales y escolnres, de los co
mi tato de distrito, de la~ sociedades de útilidad pública, etc.
El señor Kontor Zelesfeld, Mülgnse 4, II, se ocupará galantemente
esto ::tlio, como lo ha hecho '.ln los años anteriore;, de proporcional'
habitaciones buenas y discretas; y por esto todas las solicitudes en
este sentic.lo se podrán dirigir con confianza al mismo.
Para obtener aclaraciones más detalladas sobre la organización del
instituto, se puede consultar la r 2lación publicada acerca ue la acti-
vidad del mismo en el año 1888 (Librería Hin::oichs, Leipzig).
Las solicitudes para participar de los cursos se hnn de dirigir al
Dir11ctor del instituto señor Doctor Gotze, Leipzig, Calle Emperad9r
Guillermo Il, l 9,
En las solicitudes se ha de significar tambien cual curso se
quiere seguir, también aun el ramo, principal óaccesorio, 'lUe so
quiere apcender.Para q uese puedan tomat' con tiempo las disposiciones
oportunas, se pueden dirigir las so:iciLudes al señor D. Gotzo á la
1nayor bre,edad posible, y á lo más tarde 4 semanas antes de la
apet·tura del cuJ·so, á que se rl'fieren. Por último se advierte que la
participación á los cursos no se per mite sólo á los maestro~ alama.
nes, sino que se admiten tambien á los extranjeros.

La Presidencia de h Unión Alemrrna para ,.¡ tmlmjo


manual tic los ni ños:

A. LAMMERS-BREl\lEN.-D r G. GOTZE.
E. GRuxou BERMIN, etc.
- 184-

VARIEDADES
A los niños del R í o de la P lat a

Felices Pascuas, feliz Año N uevo! Mi felicitación llegará muy


tarde á vosott•os: no por eso la acojáis con menos benevolencia,
porque jamás me han salido del copazóu parabienes más sinceros y
más calurosos que éstos. ¡,A quién los envía especialmente~-peusará
alguno tal vez, y yo podría nombFar á muchí~imos de vosotros, por-
que recuerdo á muchísimos, no tanto por los nombres como por las
caras, las voces, y los sitios que ocupabáis en los bancos de las
escuelas; y precisamente mientras escribo tengo delante de mí un
montón de retratos vuestros, y de versos que me recitAsteis con voz
poco firme y con la cara un poco vuelta atrás por la vergüenza; de
composiciones, de ramos de flores secas que recibí frescas y olorosas
de vuestras manitos manchadas con tinta, y de cuadernos que me
guardé á escondidas en los bolsillos, cuando los inspectores co mi-
raban. Podría decir: Envío mi~ saludos á éste y al otro de aquellos
amiguitos y conocidos mios de los cuales tengo vivas las imágenes
delante de los ojos.
¡Oh! no; en vez de eso, mand·o un saludo á todos, hast~ á aquellos
á quienes no vi; una calurosa felicitación á todo aquel pequeño
pueblo sonrosado, Heno de rizos, amoroso, chillón, que se agita y
crece entre la gente grande del Río de la Plata,-como flores berme-
jas y blancas en med io de frondosas mielles doradas: á todos vos-
otros, belleza, gracia, pnesia de la patria argentina, que fuisteis una
de las más vivas alegrías, y que sois uno de los más gratos recuer-
dos de mi viaje.

·X·
·:i- *
Sí, á todos; cada vez que suena en mi mente 6 eu mi oído esta
palabra:-Navidad-mi pensamiento vuela hácia vosotros y me pa-
rece veros r eunidos todos en incomens nrable pelotón de mil colores,
semejante á inmenso jardín de las tierras del trópico que se agita al
-185-

soplo de la~ fuertes auras del Atlántico, esparciendo por el espacio


misteriosa fragancia de juventud. En medio de un millar de lindos
rostros cándidos y de cabell eras rubiat:, hay un millar de rostros
morenos y de cabelleras de cuervo; y entre estos aspectos, extraños
para mi, pero más queridos por su rm·eza, caritas negras, cabellos
crespos, cutis de mulato, colores cenicientos y verdos'JS iamás vistos
sobre semblantes humanos; y á lo lejos, al extremo de ese gentío,
fisouomías todavía más extrañas, de color de tierra ó de cobre, con
los ojos oblicuos, con los pómulos saliente~, con expresión despierta
y triste no desprovist a de dulzura.
El gentío ondea y gira y agita en alto los sombrerillos adornados
con plumas de papagayo y banderas blancas y azules, y juguetes de
París, y arcos. de madera, y bolas pequeñas, levantando un vocerío
ensordecedor, en el cual cojo aquí y allá sonoras frases española~,
napolitanas, liguras, piamontesas y lombard as, raros vocablos de
lenguas ignotas semejantes á trinos de pájaros, y notas sueltas de
las monótonas y austeras canciones de las Pampas.
Y abro con las manos aquella oleada humana, bulliciosa y sonora,
y sigo, ya á uno, ya á otro; y alcanzo la hijita, de un obrero de la
escuela italiana de la colonia; beso en la frente al pequ eñín . vestido
de raso de un diputado del Congreso, y luego un pastorcil!o de los
montes de Catamarca, y una castellanita de Buenos Aires, y un
gaucho de siete años, y un pilluelo genovés nacido en un barco de In,
compañía. Lavarello, y despu és una angelita argE~ntina concebida en
Génova y venida al mundo en Mer11edes ...
¡Felices Páscuas, feliz Año Nuevo!
¡Buena fortuna á todos, hijos de diez pueblos, rosas y perlas del
nuevo mundo, picaflores parlantes del inmenso valle del Plata,
bdllas y santas esperano:as, benditas promesas de una sociedad
nueva!
¡Felices Páscuas, sed dichosos, lleváos bien; daJ la mano á los
pequeños mestizos, vosotros los criollos; besad en la frente á los
pequeños indios, vosotros los europeiJs, y llamáos hermanos, rarísi-
mos, hermanos, lejanos de nuestros hijos, dulces, amados, inolvida-
bles recuerdos del alma mía!

(e oncluirá). EoMUNDO DE AMICIS.


- 186-

PE NSAM 1 ENTOS

Es un error pensar que el alma as menos que el entendimiento, ó


que la educación es menos que la instrucción.
CoNDE DE KERATRY.

La ignorancia es la forma más dura de la esclavitud.


ALFONSO XII.
Hacedme dueño de la. enseñanza y yo me encargo de cambiar el
mundo.
LEIBNJTZ.

La vida del homtre no es en realidad más que una grande edu-


cación, cuyo fin es la perfección.
DE GERANDO.

El hombre sabe lo que hace.


V reo.
La salud es la base de la educación.
MARCEL.

La influencia simpática educa más que el castigo.


Atraer y evitar: he aquí un sistema completo de educación moral.
E. BENOT.

REVISTA DEL INTERIOR

Tucumán.- Injustos ~eríamos si no consignáramos el notable


progreso de la educación en esta hermosa Provincia.
Por los datos r¡ue pasamos á apuntar, el lector juzgará y estará
con nosotros en que Tucumán ocupa el tercer lugar entre las pro-
vincia.;; argentinas, en materia ele educación. El elemento normal
de que ella dispone es excelente y no omita sacrificio para el ade-
- 187-

lanto y progreso de la juventud que se instruye, especialmente en


la Escuela Normal de Maestros y Colegio Nacional. La Municipa-
lidad de la Capital y la Comisión Central de Edticación secundan á
éstos y día á día introducen reformas en el plan de estudios, pro-
gramas, reglamentos, etc.
Están prontos para presentarse en las próximas sesiones del
Consejo Deliberante para su aprobación, los tres proyectos si-
guientes:
1• Formación de seis Escuelas Graduadas superiores para la Ca-
pital con el mismo plan de Esturlios que las de ésta.
2° Formación de dos Jardines de Infantes.
3• Fundación de una Escuela de Artes y Oficios Municipal.
El 25 de Mayo se colocó la piedra fundamental á cuatro
edificios escolares municipales para lo cual se prepararon grande¡
fiestas y se inauguraron las conferencias públicas de maestros, que
serán dirigidas por el Inspector General de Escuelas, Sr. A. S.
Mosna .
-El número de alumnos inscriptos en las Escu e las de la Capital
es de 3380, Jivididos así: 1724 varones y 1656 mujeres. En las Es-
cuelas particulares hay inscriptos 390 niños: 93 varones y 297 mu -
jeres.
-En el año 1888 se matricularon 2486 niños, habiendo por consi-
guiente en el actual1284 niños más, inscriptos en las Escuelas de
la Capital, exceptuando las de aplicación anexas á las normales que
tienen 814 alumnos.
-El Presupuesto que la Municipalidad destina para la educación,
es el sigui<:Jnte: ·

Inspección de Escuelas ... . .. . ... . .. . . 2.255 $ m/n


Escuelas de Niñas . . • . . . . ......... . 20.625 ))
,, de Varones . .......... .. .. . 11.550 ))
'' Nocturnas. . .. . . . . . . ..... . . l. 780 1)

'' Rurales .. . ..... . ... . .. . . . . . 1.760 >)

Alquileres de casa . . . . . . . ... ....... . 14.000 1)

Textos y Mobiliario ................. . 6 .000 »


Gastos de conferencia, fiestas, etc .. ... . 2.750 »
Subvenciones ... . ..... . . . . . ......... . 280 ))

Total . .. . .. . ... . . . ...... . 61.000 $ mj n.


- 188-

-La Municipalidad Ita fundado cinco Escuelas nuevas.Rivadavia,


Albel'di, Sarmiento, Mot•eno y Marcos Paz.
La Sociedad Sarmiento ha destinado la cantidad de ;!.250 mrn.
pat'a comprar libros con el fin de aumentar su gran biblioteca. Han
sido designados para ello, los socios Sres. José R. Fierro, Mel-
chor B. Sa.nchez, Patricio Gallo y Julio Á.vila.
Felicitamos á la Sociedad Sarmiento, uno de los mejores centros.
de Instrucción de nuestra República, por tan laudable idea.
Dentro de breves días, la misma Sociedad tomará en consideración
un proyecto presentado por los Sres. Melohor B. Sane hez y Luis
E. de Vasconcellos, en el cual se proponen fundar una Escuela Ele-
mental N oc turna para adultos sostenida por los socios.

Corrientes-Del Informe elevado al C. N. de Educación por el


Inspector nacional de esta provincia, Seffor Marcelino Elizondo,
tomamos los siguientes datos:
Escuelas públicas-Existen 16 escuelas graduadas de las cuales
son 9 de varones y 7 de mujeres; 54 elementales siendo 25 de varo-
nes y 29 de mujeres y G7 rurales, perteneciendo á las de varones 61
y 6álas de mujeres.
9817 son los alumnos inscriptos en estas escuelas de los que 6, 765
son varones y 3,052 mujeres.
La asistencia fué de 9194 alumnos d') los cuales eran varones
6537 y mujeres 2,957, siendo la asistencia media de 7,701 de los'lue
cort•esponde á los varones 6,537 y 2,453 a las mujeres.
Las escuelas han sido regenteadas por 608 personas entre direc-
tores, vice-directores y profesores de los que tienen titulo 7 varo-
nes y 17 mujeres y sin él, 16 varones y 20 mujeres. Los precept.ores
fueron al y los ayudantes 42,
Escuelas particula1·es-Existen 2 graduadas, siendo ambas de
m11jeres ; 7 elementale&, de las que 4 son de varones y 3 de mu-
jeres.
En estas escuelas los J:\lumnos inscriptos fueron 645, siendo varo-
nes 174 y mujeres 471.
La asidtencia á las mismas fué de 613 alumnos y la media de 461
en esta forma: varones 131 y mujeres 330.
El personal doctJnte que las regentea se compone de 19 personas;
da estas tienen título seis mujeres y carecen del mismo tres precep-
tores y 18 preceptoras y una ayudante.
- 189-

Salta-Según datos tomados del ultimo mensaje del Gobernador


de la Provincia, existen en Salta 103 escuelas con una inscripción
de 6,39~ r.if.os de ambos sexos.
Se ha sacado á licitación 1::t construcción ele !los edificios escolares
y se llamara a propuestas para la de diez más.

Santiago del Estero-En el año ppdo. han funcionado e n di-


cha provincia 170 escuelas con 212 maestros y 8,4~9 alumnos que
representan más de una tercera parte de la población oscolar.
Estos datos demuestran que la provincia de Sa.ntiago marcha por
el camino progresivo de la enseñanza, pues hace muy pocos años
que apenas asistían á las escuelas la décima parte de los nii'íos que
se hallaban en edad de aqistir á ellas.
En el presente año existen 200 escuelas con 250 preceptores y
u na asistencia que no baja de 10,000 niños de ambos sexos, lo que
equivale á un 40 por ciento de la población escolar de la provincia.

San Juan-Durante el año de 1888 las escuelas han sido con-


curridas por 8,000 niños.
Los gastos de la enseñanza ascendieron á la suma de 100,300
pesos.
Funcionan actualmente en la provincia 74 escuelas.
-

CURIOSIDADES
El día de los árboles

S<Jgún ley de la Legislatura del Estado de New-York se señala


un día que se llamai'á dia de los drboles destinado á estimular entre
los niños de las escuelas públicas, el conocimiento del cultivo y
cariño respetuoso qud debe tenerse á las plantas.
En ese día las clases serán sólo de ciencia y práctica forestal.
En la escuela ó fuera de ella á la siembra de árboles.
La escuela irá de fiesta por las calles, plantando árboles al pié de
- HlO-

las aceras áridas, y por el campo forestal, donde exista, que en


todas partf:ls debiera existir, sobre todo en las cercanías de las ciuda-
des de poca arboleda donde la falta de troncos y follaje roba algo de
su encanto y significación á la vida.
Es el campo forestal, bJsque que atrae la. lluvia, luge.r de recuer-
de> querido, donde cada cual conoce y ama o! árbol que sembró, cur-
so natural de botánica y diversión que enseña. El día de los árbo-
les es ya obligatorio en las escuelas neo-yorkinas y lo será pronto
en los Estados-Unidos.
Con este acuerdo busl')an los Yankées la propagación del arboh.do
é inspirar á lajuventud amor y respeto hácia todo lo qne embellece
al suelo.

Supersticiones
Un hecho curioso ha ocurrido hace poco en China.
Hay en la ciudad de Fu-chou un templo, en el cual se hallan ex-
puestos á la adoración de los fieles unos !dolos, dedicados especial-
mente á ayudar á sus devotos en sus venganza~!!.
Últimamente murió casi repentinamente el comandante militar de
Fu-clwu, siendo su muerte atribuida por el pueblo á maleficios de
los veugativos ídolos, en vista de lo cual el gobernador mandó for-
marles causa.
En cumplimiento de lo ordenado, el gobernador provisto de un
mandamiento de prisión en toda regla, arr&stó á los ídolos, que eran
todos de madera y ::!e cinco piés de altura.
Antes de someterlos á juicio, el virey les hizo sacar los ojos para
que no vieran á Jos jueces y no pudieran vengarse de la sentencia
que se pronunciase contra ellos.
Juzgados y reconocidos culpables, fueron decapitados y arrojados
á un estanque.

La monarquía entre las hormigas


La sesión anual de la ceReal Sociedad de Naturalistas» de Lón-
dres, ha sido este año más interesante que de ordinario, merced á la
lectura de un trabado sobre las hormigas , que contie ne hechos que
ningún naturalista había señalado aun.
- 191-

El lector ha colocado á la vista de sus oyentes una campana de


cristal, bajo la cual estaban encerradas, deade hace seis !lños, varilts
hormigas.
La misma reina que las gobernaba cuando su captm·a, las go-
bierna aún.
A guisa de experimento, se ha querido sustituir S. M. la reina
vieja, por otra soberana más jóven; pero tan pronto como ha.
sido introducida bajo la campana, la tropa entera se ha árrojado
sobre la infeliz y la ha enterrado viva, despues de uu combate gene-
ral que ha durado hasta que ha vuelto al poder la anciana reina.

La velocidad de las palomas


Es increíble la rapidéz conque vuelan estos alados viageros.
Calcúlase la ordinaria en 80 kilómetros por hora, ó sea 1,333
metros por minnto ó 22 metros por segundo, pero eatas aves pueden
doblar su velocidad según lo prueba un ejemplo reciente.
Cuatro palomas mensajeras pertenecientes al conde Karolyi han
hecho el viage de París A Buda-Pesth (1,::m3 kilómetros) en siete
horas, es decir que han recorrido 184'7 kilómetros por hora, 5'06
por minuto y 51 metros por segundo.

Cómo se debe dormir en el tren


El Dr. Outten, célebre médico alemán, recomienda que cuando se
quiera dormir en el tren, se coloque la cabeza en dirección á lama-
quina y los piés hácia la cola del convoy.
De esta manera, el movimiento de la marcha echa la sangre
de la cabeza hácia el resto del cuerpo, y el sue:ño es lige1 ·o y tran-
quilo.
La costumbre que tienen casi todos los viageros, de recostarse
con la cabeza hácia la cola del tren, poniendo los piés hácia adelante
hace afluir la sangre al cerebro y es causa de innumerables dolo-
res de cabeza.
En caso de choque, la postura recomendada por el Dr. Outten es
tambien un preservativo, porqué cuando la máquina encuentra un
obstáculo, arroja. há.cia atrás todo cuanto vá en el tren y resulta que
- 19~ -

son las piernas las que reciben el choque y no la cabeza, y como las
piernas se doblan y resisten como un muelle, el peligt•o es siempre
menor.

La cirugía entre los pájaros


Recientemente un sabio curioi'o ha publicado una obra interesan-
tísima titulada La cirug'la entre los pájaros. El autor de la memo-
ria ha podido comprobar que una becada herida se había hecho co;!
su pico y por medio de sus plumas compresas muy perfectas; y que,
según el caso, sabia muy bien aplicarse un emplasto sobre una. llaga
1ue sangraba ú operar una sólida ligadura alrededor de sus miem-
bros fracturados.
Este observador mató ur: día un pájaro el cual sobre una antigua
herida en el tórax, llevaba un largo vendage construido con plum¡¡.s
muy finas, arrancadas de diferentes parte~ de su cuerpo, y sólida-
mente fijada sobre la herida por medio de la sangre coagulada.
Otra vez fué sobre una ala herida donde observó un emplasto
análogo.
En dos ocasiones ha estudiado aves que llevaban alrededor de sus
patas fracturadas ligaduras ó vendages de pluma.
En otros pájaros las ligaduras observadas no son de pluma, sinó de
una yerba muy fina, seca y resistente.
Si los hechos referidos son rigurosamente exactos, puede con ellos
formarse un nuevo capitulo para añadirlo al de la inteligencia de los
animales.

NOTICIAS
Dl•eolpa-Pedimos disculpa á nuestros lectores por la irregulari-
dad con que han apar,ecido los dos ultimo~:~ numeras de nuestra "Re-
vista."
Un cambio necesario de imprenta, ha sido causa de ello; esperamos
que en lo sucesivo seremos más puntuales. Reasumimos hoy en un solo
número los correspondientes á Mayo y Junio.
-193-

Ordenanzas 1 porteros-Ha~iéndonos eco de las justas quejas


de los ordenanzas de los Consejos Escolares de la Capital y de los por-
teros de las Escnelas Graduadas, llamaiUos la atención del Consejo Na-
cional de Educación sob-re los sueldos mezquinos que estos empleados
gozan y que, dadas las circunstancias por que atravesamos, apenas les
alcanza para comer modestamente.
Directores de escuelas hay, que, para conservar un buen portero, ~e
ven precisados á darle la mantención, y ya sabemos que el maestro no
nada en grandezas pa;ra imponerse este nuevo sacrificio.
Creemos, pues, que el Consejo N. de Educación, procediendo gene-
rosamente, como siempre lo ha hecho, no dejará de tomar en cuenta
nuestra indicación.

Eseoela Normal del Azul-Es sensible lo que estli sucediendo


á los profesores de esta Escuela. Según noticias recibidas de vecinos del
mismo pueblo, se adeuda al personal tres meses de sueldo.
Bueno sería que el señor Ministro averiguara el por qué de esta demo-
ra, y se evitaran al pobre maestro tantas penurias.

Dr. C::arlosltl. Urlen-Con sentimiento ha sido recibida en la Es-


cuela Normal de Profesores de la Capital, la renuncia del Dr. Urien, de
la cátedra de Geografía que desempeñaba últimamente.
El Profesor Urien era uno de los más antiguos de ese establecimiento,
habiendo desempeñado sucesivamente las cátedras de Historia Patria,
Instrucción Cívica, Economía Política, Historia General y últimamente
la de Geografia, habiendo demostrado en todas ellas laboriosidad y con-
tracción en el desempeño de su deber.
Urien es de los pocos profesores que se han hecho querer por sus
alumnos, que lamentan hoy su ausencia.

C::o•a• de todos los dias -Personajes: Una madre encolerizada


y un maestro con más paciencia que el santo Job.
- ... Esto es una picardía, señor Director; tiene usted profesores en
su escuela que debieran tratar con animales y no con pobres cria-
turas.
-Señora ...
-.N o, señor; yo no puedo permitir esto; tengo muy bnenas relaciones
para hacer castigar al atrevido.
-Pero, señora, cálmese usted; ¿puedo saber la causa de su indigna-
ción?
- 194

-Sí, señor; mi hijo ha ido ayer á casa estropeado y hasta con la


ropa destrozada, y todo eso se lo ha hecho el maestro.
-Señora, está usted en un gravísimo enor; en mi escuela no tengo
profesores que se permitan tales desmanes, y en prueba de lo que acabo
de decirle, ha de saber usted que su nlño hace más de ocho días que no
asiste á la escuela, á pesar de las muchas tarjetas de aviso que se han
enviado á su casa.

¡Cuántas quejas de este mismo tenor no hacen á veces perder lavo·


cación al más buen educador! ¡Lo extraño es que haya aún padres tan
ilusos y faltos de criterio!

Donativo.- Una mano oculta, pero generosa, remitió hace algunos


días la cantidad de diez pesos al Consejo Escolar del 5° Distrito para
que fueran invertidos en comprar útiles á los niños pobres que asisten
á las escuelas de dicho Distrito.
En vista de quo todos los alumnos que se hallan en esas condicio-
nes, están ya provistos de los útiles necesarios, el Consejo Escolax: re·
solvió destinar aquella cantidad en la adquisición de seis pares de bo-
tines que han sido distribuidos entre aquellos niños que más los nece-
sitaban.

Viaje de ooa carta alt•cdcdor del DJuutlo-Un habitante


de Londres había expedido una carta postal por Bríndisi y Suez hasta
el Hong-Kong, con el encargo de expedirla nuevamente por su destina-
tario á Londres por San Francisco y Nueva-York.
La carta empleó 40 días menos, para recorrer este itinerario, que los
que habría empleado hace ahora 10 años.
Empleó 70 días en su viaje y costó 35 centimos de franco, habiendo
pasado por numerosas manos despues de haber recorrido 30,000 kiló-
metros por tierra y por mar.

Medida acertada -La única manera de cortar los abusos que


cometen los maestros pidiendo licencias, muchas veces por causas tri-
viales, y que perjudican de una manera notable la buena marcha de toda
eJcuela, es el concederselas por el tiempo que la soliciten, pero sin goce
de sueldo y con la obligación de poner un suplente en el puesto que
ocupan.
Tal es la medida que ha adoptado el Consejo Escolar del 5° Distrito y
por ella merece nuestra más sincera felicitación.
195-

Maestra suidda -A fines del mes próximo pasado suicidóse en


Mercedes, la señorit.a Fernandina Martinez, jóven de diez y siete años
de edad, y profesora de la Escuela Normal de aqudla localidad.
Lamentamos este desgraciado suceso, pues la señorita Martinez era
una buena profesora y justamente apreciada por todos los que la co-
nocían.

NombraJDientos-Por el Ministerio de Instrucción Pública, han


sido llenadas las cuatro vacantes de Profesoras que existían en la Es-
cuela de Aplicación anexa á la Normal de Profesores de esta Capital,
siendo nombradas para ocupar dichas vacantes las señoritas María Mas-
sa y Maria Bardi y los señores Gregario Baslet y Luis Brignar-
delli.
Con estos nombramientos son ya tres se?loritas que están de profeso-
ras en dicha Escuela Normal de Varones y nuestra opinión al respecto
la hemos manifestado en diversas ocasiones siendo siempre la
misma..

«Escuela •armlento• en el Pat•aguay-Se ha inaugurado


en Villa Concepción (Paraguay') una Escuela Popular gratuita que lleva
el nombre delrr..alogrado educacionista argentino Domingo F. Sarmien-
to. La escuela ha sido fundada por el señor Rafael J. Arias y sostenida
á sus expensas.
Se darán clases nocturnas para adultos de diez y seis á cuarenta
años, y clases diurnas gratuitas para hombres y mujeres todos los do-
mingos.
Se debe igualmente al señor Arias la fundación de una escuela de
adultos que tunciona en la capital Paraguaya desde Agost.o de 1888,
proporcionando al pueblo enseñanza benéfica y gratuita.

f:lilculo interesante-La Neueste Nachrichten ha hecho el curio-


so cálculo de los minutos que han transcurrido desde la era cristia.na
hasta el fin del año 1888.
De su calculo resulta que aún no han transcurrido mil millones de
minutos. Efectivamente, 1888 años de 365 días, dan un total de 689,120
días y, agregando un día para cada uno de los 460 años bisliestos se
obtiene 689,580 días, ó 16.549,920 horas, ó sean 992.996,200 mi-
nutos.
De manera, que faltan aun 7,003,800 minutos para alcanzar los
mil millones; esto sucederá el 20 de Abril de 1902 á las 10 y 40' de la
noche.
- 196-

l.a8 e~~tcnela• en la8 O.estas patrias-Deseando el Consejo


N aciana! de Educación formar en la niñéz el carácter que ha de dis-
tinguiJ· al verdadero ciudadano argentino, ha dictado la siguiente reso·
lución:
" N o puede negarse que los intereses bien entendidos de todo país
imperiosamento requieren elevar el sentimiento patrio, que dá cohesión
á los elementos constitutivos de la nacionalidad: tampoco puede dudarse
de la necesidad que hay de encarnar en todos los ciudadanos y llevar
á su espíritu la clara noción de hechos y principios que son la base de la
vida nacional.
Que no se concibe la existencia de un pueblo como entidad moral y
política sin el cariño acendrado de su suelo, de sus instituciones
y la admiracion por los grandes hechos de su historia y de los impor-
tantes acontecimientos que dieron orijen á su existencia como nación
independiente y libre.
Por otra parte,flste espíritu campea en nuestra lejislación escolar, que
debe ser constantemente consultado y aplicado por los encargados de
dirigir la enseñanza de la juventud.
Además, si desde la temprana edad no se trata de inculcar y gravar
en el alma del niño estas idea,; y sentimientos, no es posible suponer
que ellos adquieran en el ciudadano la firmeza é intensidad nece.
sarias.
Por todas estas razones el Consejo Nacional de Educación,

RESUELVE:

1o Desde el día 21 de Mayo hasta el 25 del mismo y desde el 5 de


Julio hasta el 9 del mismo, los directores de las escuelas públicas en el
Municipio de la Capital, Colonias y Territorios, suspendiendo la apli•
cación de horarios y programas, destinarán las"'horas hábiles de la es-
cuela á las lecturas, recitaciones y cantos patrióticos, relacionados con
los antecedentes, fines, propósitos y resultados de nuestra revolución
de Mayo, y de la declaración de nuE-stra independencia.
2o Se. encargará á los niños, que cursen desde el tercero al sexto
grado, la redacción de composiciones sobre temas relacionados con los
acontecimientos que se conmemoran, de las que Sil elejirlm dos por
cada escuela, que después de premiadas, se reunirán y serán guardadas
formando un libro bien empastado, en la Biblioteca Nacional de Pre-
ceptores.
3o Quinientos niños de ambos sexos, en representación de las escue-
las públicas, concurrirán al Tedeum oficial que se celebrará en la iglesia
197 -

Metropolitana en honor y recuerdo iie nuestra revolución y de la decla-


ración de nuestra iadependencia en los días 25 de Mayo y 9 de Julio
terminado el acto religioso los niños pasarán á la Plaza de Mayo & un
tablado especial en el que cantarán el Himno Nacional.
4° Los batallones escolares formarán en las funciones patrias 1 y desfi-
larán ante el Presidente de la República, de conformidad con las ins-
trucciones superiores.
5o Los Consejos Escolares de distrito, de acuerdo con los preceptores,
y pudiendo buscar el concurso de los padres ele familia quedan autori-
zados para organizar en cada una de las secciones de la capital, colo·
nias y territorios, ya que es peligrosa y difícil la aglomeración de mu-
chos niños en un solo punto, en la escuela municipal, respectivas fiestas
y conferencias en las que domine el espíritu y sentimiento patriótico
gue el recuerdo de los acontecimientos de aquellos días debe despertar
en todo corazón argentino.
6° Los directores ele las escuelas particulares serán invitados por los
Consejos Escolares á asociarse á los actos indicados en la presente reso-
lución, siendo para todos obligatorio lo dispuesto en el art. lo.
7° Mientras no sea derogada la presente resolución, se publica1·á 20
días antes de cada una de las fechas designadas y se ejecutará puntual-
mente por las autoridades escolares.
8° Publíque.;e, insértese en el Monitor de la Educación Común y co-
muníquese á los Consejos de distrito, inspectores y preceptores. (Firma-
Jos) BENJAMlN ZoRRTLLA, Presidente --T. S. Osuna, Pro-Secretario.

Escuelas Uallanas.-Reproducimos á este respecto un suelto que


hallamos en nuestro colega La Unión,
Dice así:

lj;EscuELAS ITALIANAs-Otra vez tenemos que ocu,parnos de ellas.


Ha bastado que nuestro estimable colega EL DaRlo diese la noticia
ele que el H. Crispí había manifestado en el Parlamento italiano que
dentro de poco habría presentado un proyecto de Ley para reorganizar
y multiplicar las escuelas italianas ~n el extranjero, y de haber llamado
con justisima razón, la atención de nuestro gobierno al respecto, ha bas-
tado esto, decimos, para que los diarios italianos escriban editoriales y
sueltos, contra el mencionado colega.
Son conocidas ya nuestras opiniones ;;n este particular.
Hemos sostenido y sostenemos que esas escuelas bajo la vigilancia de
un gobierno extranjero, y visitadas por los enviados oficiales del gobier-
no italiano, en la que los niños se educan cual si fueran súbditos del
mismo, constituyen un ultraje á nuestro honor de nación indepen-
diente.
- 198 -

N o decimos, que los italianos no puedan, lo mismo que cualquier otro


extranj ero, establecer escuelas particulares con tal que se acojan á nues-
tra Ley de enst:lñanza. Antes por el contrario, les seremos siempre gra-
tos porque contribuyen á difundir la instrucción tan necesaria. Lo que
no podemos menos que reprobar con toda nuestra enel"gía, es que en
esas escuelas, se enseñe que los que las frecuentan son italianos, cuan~lo
el noventa por ciento, á lo menos, de los niños que á ellas asisten, soH
ciudadanos argentinos; que se les diga que allende los mares está la.
patria grande, cuando no tienAn, ni pueden tener otra patriaquela Repú-
blica Argentina, y que la historia de Italia y sus hechos heróicos, y sus
hazañas constituyan la materia obligada de todos los días, y nuestra
historia, nuestra geografía, sea algo asi como SE;cundario y accEosorio .
No se les niega, como pretende un colega italiano, que puedan educar
sus hijo& en esas escuelas; lo que queremos es que no se nos an-ebaten
p or l a afección tantos ciudadanos. Como antes lo hemos dicho, por diez
italianos, van noventn argentinos: y por qué estos, en su propia casa han
de amoldarse á la educación italiana en beneficio de unos pocos? ¿no
s ería más lógico y razonable, que en caso de uo poder arreglarse dife-
r entemente, cedieran los pocos italianos, que al fin están en casa
ageua?
Biell sabemos que esto no agradará á nuestros colegas italianos; pero
es la pura verdad. Amamo;, como el que más al extranjero; con él goza-
mos, c.omo son nuest.ros también sus dolores. Se ha visto que no hemos
cejado un momento en p1·ocurar, por lo que está de nuestra parte, que el
inmigrante tenga todas las comodidades debidas, y hemos levantado
nuestra voz siempre que con él se ha cometido alguna·arbitranedad.Los
respetamos y les estamos agradecidos por lo que hacen por nuestro pro-
greso; pero no podemos menos que desaprobar lo que unos cuantos han
introducido entre nosotros por la indiferencia de nuestros gobernantes,
y ahora quieren á todo trance sostener. Porque estamos convencidos
que Jos italianos, respetabilísimos y de sano criterio con cuya amist&d ó
trabajo nos honramos, no son los que tales disparates sostienen, antes
reprueban la actitud de sus connacionales en este punto.
Lo dicho, por hoy basta.
Esperamos que si algún hecho se produce en la cancilleda italiana al
respe::to, nuestro Gobierno sabrá siquiera una vez, tomar cartas en el
asunto, y hacer respetar nuestra autonomia de nación independiente)).

E•t:itua á Rivadavi:t .- Se agita nuevamente la idea de darfor-


ma práctica al pensamiento de elevar uua estátua al inolvidable estadista
argentino Bernardino Rivadavia.
Nada hallamos más justo que conmemorar dignamente al que todo lo
hizo por su patria y sentimos que su estátua no se halle ya erigida en el
sitio en que hace algunos años se colocó la piedra fundamental.
Deseamos sinceramente que los estuerzos y trabajos de las personas
que han tenido tan bello pensamiento, no se malogren por esta vez.

VaUosa douaeióu .- El señor Luis Repetto ha donado Jl C. N .


de Educación un terreno ubicado en San José de Florefl, cuartel 2°, calle
Colón, que tiene 1000 vs . cuadradas ó sean 25 de freute por 40 de fondo,
con el objeto de que 3e constntya en él un edific.io para escuela.
- 199-

El C . N. de Educación ha aceptado dicha donación bajo las siguientes


condiciones impuestas por el donante:
1°. Que debe construirse en dicho; terreno una escuela pública en el
término de 9 meses a contar desde el día que se firme la escritura de
donación, cuyo instrumento sera legalizado por el escribano S. J o~é A.
Villalonga.
2°. Que el plano, bajo cuya base debe levantarse el edificio, debe &o-
meterse previamente a la aprobación del donante y
3°. Que, si una vez terminado el edificio se le destina a otra cosa, se le
devolverá. el terreno ó bien el valor que tenga según la tasación que al
efecto se efectuara.

lllá11 contra los fumadores pt•eeoees-Los legisladores del


estado de Conecticut (E. E. U. U.) acaban de votar definitivameJ te
una ley que prohibe el uso del tabaco a los niños de menos de dieciseis
años.
El objeto principal de la ley era contra los cigarriUos; pero la comi-
sión ante la cual se ha visto el proyecto lo ha enmendado en el sentido
de prohibir en absoluto el uso del tabaco en cualquier forma que sea.
La nueva ley será muy severa. En ella se consigna que a tecla persona
que venda, dé ó remita cigarrillos ó tabaco a un menor de dieciseis
años, le sera impuesta una multa cuyo máximum S'3 Jlja en 50
pesos.
Además, a todo niño menor de 16 años que sea sorprendido en la calle
ó en cualquier sitio público fumando cigarrillos ó usando en cualquier
forma tabaco, será castigado con una multa de 7 pesos.
Adoptada la ley por el Senado del Estado, ha sido por unanimidad
votada por el Congreso.
¿Por qué no haremos nosotros otro tanto?

tertamen Sat•miento -Del diario ''La Epoca" de Santiago de


Chile, reproducimos el suelto siguiente:
"Sólo dos composiciones se han presentado á la Universidad de San-
tiago de Chile para el certa.men abierto por el consejo a,,instrucción
pública en honor del ilustre educa-:.~ionista argenti)ílO don Domingo Fans-
tino Sarmiento. El plazo fijado para mandar las conposicio!1es espiró el
día 30 del mes próximo pasado (Abril).
Dentro de pocos días ha de nombrarse el jurado que debe fallar sobre
las composiciones presentadas, si es que no se acuerda l!rorogar el plazo
para cerrar el certamen.
- iOO-

Reglamento de la lnspeectóo naelooal de e•euela•·


- El Consejo Nacional de Educación acaba de aprobar el reglamento de
la inspección naciónal de escuelas llenando así una necesidad que hacía
tiempo se dejaba sentir y que creemos será el precursor de otros regla·
mentos no menos importantes que han de señalar y determinar de una
manera precisa las atribucioneo:J y deberes que tiene y ha cie cumplir cada
empleado en la educación común .
Felicitamos al Consejo Nacional por esta iniciativa y esperamos que
no tardarán mucho tiempo en aparecer los demás reglamentos que indi-
camos.

t:onsolta-''Señor Director de La Revista Pedagógica Argentina:


Ruego á Vd. me conteste á la pregunt-a siguiente:
La resolución que registra el no 155 de "El Monitor" concediendo
tres hmas semanales de permiso para faltar á la escuela á la Directora
de la Escuela Graduada del Distrito 11, autoriza en g~neral, á todas lus
de igual categoría? ·
Una Dit·ectom de Escuela Graduada.
Nosotros creemos que lo que se nos indica es simplemente un :tbu-
so, y que no puede ni debe autorizar á nadie para hacer otro
tanto.
La autoridad escolar que ha concedido tal permiso debería volver sobre
sus pasos para impedir que otros directores, dejándose llevar del mal
ejemplo, soliciten lo mismo.

Noe.Vo s eo legas -Agradecemos la visita que nos han hecho tres


nuevos. colegas extranjeros: La Ensetianza, de Madrid, El Not·malista y
el El Monito1· Escolar de Guatemala. A todos les deseamos largos añ~s
de vida y de provecho.

Fiestas llla}'as-Podemos decir que las fiestas que se han cele-


brado este año conmemorando uno de nuestros recuerdos patrios más
gloriosos, han revestido un carácter de bril!antéz inusitado.
Los niños de nuestras escuelas han tomado en ellas ltna parte bas-
tante activa y merecen una felicitación por .lo bien que supieron entonar
el Himno patrio, bajo la hábil dirección del maestro Rolón en la Plaza
de Mayo.
Dando cumplimiento á la última resolución tomada por el C. N. de
Educación, y que publicamos en otro lugar, en todas las escuelas co-
munes de la Capital, se han dado á los alumnos conferencias sobre His-
-201-

t.:>ria Nacional, especialmente sobre los sucesos que se relacionan con


nuestra emancipación y con el objeto de despertar y mantener vivos en
los niños los sentimientos de patria y libertad.
Las Escuelas Normales que existen. en llL Capital, han sabido también
celebrar dignamente el glorioso aniversario, .Undosa conferencias por
sus r .1spectivos Directores y por los alumnos de los cursos nor-
males.

«::entro lJnión normalis ta-En la última reunión celebrada


en este Centro, se procedió á la elección de las personas que habían de
reemplazar á los miembros salientes de la Comisión Directiva.
El resultado de la ele,•.ción fue el siguiente:
Vice-Presidente, sEñor Esteban Paulero; Secretario, señor Francisco
Guerrini (reelecto); Pro-secretario, señor Esteban Lamadrid; Vocales,
señores Genaro Sisto y Manuel Pereira.
En la misma sesión, se nombró profesor de Ciencias Naturales de la
Escuela Nocturna, que sostiene el Centro, al señor Guillermo Navarro
por renuncia que hizo de dicho cargo el señor José T. Ojeda.

•El E111colar .&.rgentlno• -Felicitamos á nuestro diminuto cole-


ga al entrar en su segundo año de publicación y le agradec,1mos el sa-
ludo.
"El Escolar Argentino" es un periódico que se mantiene siempre
ameno y atrayente para los niños por medio de cuentos morales y leccio-
nes adecuadas á los conocimientos de sus lectores.

t::uesti ó n s é rla -Teniendo conocimiento que el ex-Director de la


}:scuela no 6 del So Distrito, ac:tual Secretario-Sub-Inspector, ha presen-
tado al Consejo Nacional de Educación una noto:1. algo séria sobre un
asunt.o de muchos conocido y que se refiFlre al informe anual que el
Consejo Escolar de este Distrito ha pasado al Nacional, pedimos al Dr.
Zorrilla, á. nombre de este amigo y en el nuestro, se sirva hacer se des-
pache esta Rolicitud lo más pronto posible.
Nos consta que la persona ofendid:.t en dicho informe no dejará este
asunto hasta tanto no vra se levante un sumario en regla por el que se
llegue al conocimiento de la verdad y castigo del culpable.
Esto es lo ::¡ue esperamos.

Demostración d e simpatia-Reproducimos á continuación


una carta publicada en "La Prensa" y en la que se da cuenta de la ma-
- 202

uifestación de aprecio de que ha sido objeto el Inspector General de


Escuelas de la Provincia, seiwr Leopoldo F. Bohn:

"Loberia. 10 de l\fayo de J88fl. - Con motivo de la llrgada á este dis·


trilo del h1spector Geueral de E;;ruelas t1on J_,eopoldo F. Bohn se reu·
mcron hoy en la Estancia "La Chata" de don .Ttmn Kelly los vecinos
m1\s caracterizados de la localidatl r:on el objeto de presentar al señll'
llobn el obsequio consislonte en un c1·onómetro y un álbum que hacia
algún tiempo le tenía destinado eRto VP.cindario.
Después de un banquete á la criolla dun..nte el cual reinó la mejor
nnimación, el señor Kelly procedió en nombre de los vecbos del distrito
á hacer entrega al se1ior Bohn de los objetos mencionados previa lectura
de la dedicatoria qne lleva el album en su primera página y que es como
sigue:
" Al Inspector General de Escuelas dm1 Leopoldo F. Bohn: Los que
'' suscriben vecinos de Loberia dest•osos dt~ manifestar públicamente
" nuestros sentimiento:;, hemos acordado presentarle nn cronómetro
" n.compaiiaclo del pnsentc álbnm donde quedará registradn la expre-
" sión de Stl bomhd y de nuestro reconocimiento. Dígnese, pues, acep ·
" tar mwstro pcqu~íío obsequio como débil tributo á sns esfuerzos en
" pro ele la ed11Cación, y como indicio de la simpatía y cariiw que ha
" ~abiclo granjear~e en sus iliferentes vicisitudes de Inspección á las
" Escuelas Comunes clel Distrito. Hubiésemos deseado presentarll
•· algú¡¡ objeto ele más valor pecuniario, pero, recordando su amabilidad,
" abrigamos la convicción, que será más de su agrado ver firmas que
" ;:iempre le recordarán los am~gos que tiene en Lobería.. ,
El !:ir. Bohn, muy emocionado, conte¡¡tó en términos los más halagüe·
iíos para elllistrito, y en sentidas palabras expresó su reconocimiento
por la distinción que de él se hacía; habló ele la simpatía que siempre
había abrigado por el distrit0 desde el afio 1883 que había venido por
priment vez para organizar el primer Cousej .1 Escolar, y á fundar la p1:i-·
mera Escuela, notando que ncttlalmente funcionaban diez Escuelas en
e~tado fioreciente. Hacía votos por la prosperidad del distrito y porque
siempre' reinase entre sus habitantes la misma armonía que hasta ahora
lo distinguía.
El Sr. D. Pedro M. Flores hizo uso ele la palabra y con su acostum-
brada elocuencia hizo uua reseña de los progresos de la educación común
eu la localidad, y de la parte importante que, en su desarrollo había te-
nido el t:lr . Bohn. Fué muy aphwdiclo.
La Sra. Juana P . de García en términos muy escojidos. y muy aplica-
bles felicitó al Sr. Bohn y, en nombre de los preceptores, agradeció su
bondad y benevolencia.
Siguieron los Sres. D. Felipe V. Costa, D. Bruno Villolclo, D. Juan
.Airo lo y D. Luis Segretin, expresándose cada uno con palabras alusivas
al acto, con lucidez.
Terminó el acto una recitación en verso por las alumnas de la Escuela
n° 11 señoritas FortU1 1ata y Juana Garcia, titulada "Luz y Sombra," la
que fué muy aplaudida.
El úlbt.m t'l1é firmado por más de doscientas personas."

E11~uela Normal de Dolo~e11 -Han llegado á nosotros algunas


noticias referentes á este importante establecimiento nacional de ense-
ñanza. Pasamos á harerlas conocer de nuestros lectores.

,
-203-

La Normal de Dolores ha alcanzado una existencia de cerca de seis-


cientos alumnos de ambos sexos, lo que ha motivado se procure m1
desahogo al edificio alquilándose una casa contigua.
El cuerpo de pr0fesores es, en su casi totalidad, normalista, y esto es
debido al esfuerzo incesante dt 1 Director, que no omite diligencia con
tal de lograr su desideratum; que todos los grados estén á cargo de
maestros formados en institutos técnicos y no de improvisados peda-
gogos.
El 25 de Mayo se p1·esentó la Escuela en las :fiestas y su aparición fué
un triunfo.
Los alumnos varones en número de 180, constituían un batallón con
sus jefes, oficiales y comandantes; marchaban por el centro de la calle
como verdr deros veteranos, dh ididos en compañías y mitades; a los
1a:los iban las niñas y varones pequeños en número de 300.
Llegados frente a la Iglesia hicieron alto; una compañia con el aban-
derado á la cabeza penetró al templo en representación de la escuela y
a redoble de tambor. Terminado el Te-Deum el batallón escolar efec-
tuó ejercicios diversos y, después, se formó convenientemerte y junto
con t.l resto de la escuela cantaron el Himno Argentino, con corrección
tal que mereció los aplausos de la concurrencia y felicitaciop.es al profe-
sor de música, Sr. Qnijano.
Al regreso y al enfrentar á la municipalidad, fueron invitados con
instancia alumnos y alumnas á pasar adelante, y obsequiados luego con
masas y licores. Una buena parte de la gran concurrencia, que había
presenciado los ejercicios los acompañó hasta la misma escuela á su
regreso. Allí se les dirij.i.ó una breve alocución de despe lida, se dieron
algunos vivas á la revolución de Mayo, á la patria argentina y al Direc-
tor del estable, imiento, y luego desfilaron toclos á sus casas llevando ~l
corazón rebozando de entusiasmo patriótico.
Verdaderamente tiene la Patria por qué fundar sobre ellos risueñas
esperanzas .

.l.nmento de •neldo• --Los preceptores de las escuelas comunes


de la Capital van á dirigirse al C. N. de Educación pidiendo aumento de
sueldo.
Creemos sumamente justa esta petición, puesto que con los reducidos
sueldos que perciben nuestros maestros es imposible que vivan decoro-
samente, como lo exijen sus servicios y el lugar que ocupan y debon
ocupar en la &ociedad.
-204-

Nos ocuparemos con más detención de este asunto en nuestro próxi-


mo número.

l'ederleo .J. E8plne8ft -Honda tristeza nos ha causado la noticia


del fallecimiento de este viejo maestro, que tantos servicios había pres-
tado á la enseñanza.
Baja al sepulcro cuando apenas comenzaba á gozar de la pensión de
retiro que tan d!gnamente supo conquistar durante largos y rudos años
de una labor continua.
El cariño y la simpatía de sus cólegas le han acompañado hasta los
últimos momentos.
¡Paz y descanso eterno en su tumba!

t:onferenela• pedagó&lea• -La falta de espacio nos obliga


á suspender hasta el próximo número los écos de las Conferencias pe-
dagógicas prácticas.

Doctora t:eellla Grler8on. -Nos complacemos en enviar nuestra


más sincera felicitación á esta distinguida señorita, que con una firmeza
poco comúnj ha logrado ver coronadas del más felix éxito todas sus
aspiraciones. La señorita Grierson ha conseguido su titulo de Doctora
en Medicina, no sólo con el estudio sinó también con las observaciones
constantes que ha hech., en las sal~ts de los hospitales y del anfiteatro.
Su tésis, que trata sobre Histerio-Ovariotomias, ha sido juzgada por
personas competentes como una obra de verdadero mérito .

.lalrne N• .Agüero.- Acaba de ser nombrado Inspector de Escue-


las en la Provincia de Santiago, nuestro amigo Jaime N. Agüero; maes-
tro con práctica y buena preparación, ha de prestar muy buenos servi
cios á la educación de aquella provincia.
Felicitamos al señor Agüero por su nuevo y merecido ascenso.
Renuncia.- El señor J. C. Crouzeilles ha renunciado á la cátedra
de Pedagogía que dictaba en la Escuela Normal de Maestras de Santia-
go del Estero.
,
R.EVTSTA PEDAGOGICA AR.GENTINA
ÓRGANO DEL CENTRO UNIÓN NORMALISTA

Año 11 Julio de t889 1 NtLm. XVIII


COMISIÓN RED \(' TORA:
Emilio R. Olivé. - José M~ Aubin.- Francisco Guerrini

NOTAS É IMPRESIONES
En el N• 158 de «E l Monitor de la Educación Común)) hemos leído
el siguiente aviso:
BIBL IOTECA PED,\GÓGICA
Prevenimos á todos los miembros del personal docente de las Es-
cuelas Públicas de la Capital, e¡ u e la Biblioteca Pedagógica estará
en adelante abierta de 12 á 4 de la tarde, á donde pueden co ncurrí J'
á leer ó consultar obras de toda naturaleza.
El catálogo :le la Biblioteca está publicado en el número 118 de
EL MoNJTOR DE LA EDUCACIÓN CoMÚN, cuya publicación podrá con-
sultarse y adr¡uil'irse de los empleados de la Biblioteca, establecida
en la calle Talcahuano esquina á General Viamonte, teniendo su
entrada á la primera de dichas calles.
Buenos Aires, Junio 14 de 1889.
Fernando D . Guer1·ico,
Director.
No nos parecen muy á propósito las horas fijalas por el St'. Direc-
tor, ni creemos que puedan los empleados, por bt,ena que sea su
voluntad, consultar las obt•as que figuran en Jos catálogos de la Bi-
blioteca Pedagógica.
Los ~mplel.l.dos todos de las Escuelas públicas deben ocupar su
puesto á las once menos quince minutos, y cuando salen, son siem.
pre, por lu menos lag cuatro y cuarto.
¡,De qué les sirve pues que haya una biblioteca pedagógica , si ésta
sólo permanece abierta en horas durante las cuales es imposible fre-
cuentarla1
-206-

Nosotros creemos que la mejor manera de lograr que las muchas


obras que posee la «Biblioteca Pedagógica» sirvan á la cultura de
los maestros, sería la siguiente:
Ordenar que la Biblioteca permaneciera abierta de 6 á, 8 de la no-
che los días de trabajo; de 9 á 12 a. m. los días festivos, y sobre todo
permitir que los emplea 'os de las escuelas públicas pudieran llevar
á su domicilio por 8 días la obra que quisie1·an consultar, hecha
excepción como es natural de aquellos libros que por su índole ó
rareza, es prudente que no salga n del establecimiento.
Se obj etará que prestando los libros puede perd ers<.J ó estropearse
alguno.
Responderem0s que es muy fácil hacer responsabl e al autor de la
pérdidaó deterioro, y que en último caso, valemás que un ejemplar
de una obra pedagógica cualquil:lrase estropée después de haber sido
leído por 40 6 :JO pers onas, qLte no que se apolille en un estante sin
haber sido nunca consultado por nadie.
·:f
·X· .¡¡.

Hemos leído, con merecida atención, varios artículos publicados


por importantes diarios de la Provincia de Buenos Aires, dedicados
todos ellos al exámen del estado de la educación común An la misma.
Se quejan casi todos, y con razón, del escaso núm ero de Maestros
diplomados, escaséz qu e atribuyen á lo poco numerosas que son las
Escuelas Normales en el mayor de los estados argentinos.
Lo que más necesita el país (di ce La Democ1·acia de Chivilcoy)
son Escuelas Normale>: porque es reducido el pers ona l docente diplo-
mado, viéndose muchas veces el gobierno en la necesidad de aceptar
los servicios de maestros extranjeros de competencia muy discutibl e.
El magisterio naci•> nal no tiene importancia en armonia con la
difusión de la instrucción común, ó la tiene de segundo órden. Ne-
cesitamos al maestro argentino, y más que todo, necesitamos apro-
vechar la inteligencia y dedicación de tantos jóvenes que carecen
hoy de veñtajas para r~alizar sus estudios, aspirando al profesorado.
La provinc ia de Buenos Aires solo cuenta con cinco esc uelas nor-
males, algunas de las cu-ales se han establecido en virtud de incan-
sables esfuerzos populares.
Son 646 los directores de escuelas comunes en la Provincia y solo
hay 106 con diploma.
La Mficiencia irá desapareci endo, pero al mismo tiempo el des-
arrollo de la educación traerá otras necesidades,exigirá mayor número
- 207 ··-

de maestros diplomados, lo que no se ha de obtener, si no se crean


mas escuelas normales en la Provincia en localidades de la impor-
tancia de Chivilcoy, por ejemplo, que todavía no puede alcanzar
ese beneficio.»
No creemos que se:tn Escuelas Normales lo que faltan á la pro.
vincia de Buenos Aires.
Cinco Escuelas Norm:1.les on suficiente~, a lo menos pJr ahora,
pues ha de pensar el colega que, si bien por ahora no darán abun-
dancia. de maestros, dentro da cuatro ó cinco años, quizá no en-
cuentl'en donde colocar.>e los que en ellas alcancen un diploma.
Sí :dtot'a se establecieran ~i9te ú ocho establecimientos de en se.
i'lanza normal en Ja snla provincia de Buencs Aires, quizá en ópora
no lejana, serían tantos los ma<:lstros que de ellas salieran, que ~o
encontrarian entonces profesot•es de instrucción primaria, como ~o
encuentran al presente tenedores de libt'OS, es decir una docena á lu
vuelta de ca 'a esquina, y como una E~cuela Kormal no es cosa que ~e
establezca hc•y para. cenarla. mañatla, nos encontt•ariamos conqné el
Gobierno Nacional gastaría inútilmente sumas qut} podrían ser em-
pleadas en cosas más útiles y más ventajosas para el progreso edu-
cacional del pais.
No son pues Escuelas Normales lo que falt~n á la Pt·ovincia, no,
lo que hace falta es r¡ue se recompense mEJjor el ímprobo trab:tjo del
mae. tro, y al decir recompensar, no nos referimos únicamente á que
se le dé un sueldo decente, sinó á que se le guarden las considera-
ciones á que sus méritos y la importancia de sus servicios le hacen
acreedor.
Por es u aplaudimos sin rtJserva á «La Re(onna>> de La Plata cuan·
do dice:
«El dú·ector de una escuela elemental en la Provincia traboja
« oclto horas diarias; pe1·o qué trabajo/
Sólo puede valorarlo el que haya sido alguna vez maestro de es-
cuela.
Y no es eso sólo: Jos maestl'os, después de sus tareas o;-odinarias
del día en las horas oficio leo de enseñanza, han de llevar con pr·ed-
sióu los libros correspondienlas al establecimiento, que rer¡uier,'n
también asiduidad, esmero y contt·acción, y no se crea que son pocos.
Libros de matrículas, de asi ·t encia diaria 1 de notas, de preparn.·
ción de lecciones, planilltls de estadlstíca, mensuale~ y tt'Ímestrales, y
otra porción que no tenernos pt·esente en este momento.
Y después de todas esas obligaciones, está sometido á capricnos 1
- 208-

casi siempre ridír.ulos, del almacenero de la esquina, miembro del


C:msejo Escolar, ó de cualquier otro quídam que pertenezca á la cor-
poración.
Además ha de afiliarse á las camarillas locales y adherirse á Jos
comités políticos de la situación.
Todo eso y algunos inconvenientes más, que hemos manifestado
anteriormente y otros que indudablemente se nos escapan, es lo que
espera al infortunado profesor normal ó no normal para cobrar con
dos ó tres meses de retraso el ínfimo sueldo de 95 pe~os.
¿Es posible que pueda haber maestros diplomados competentes :11
frente de nuestras escuelas en tales condiciones?
No; no es posible.
El maestro debe ganar lo meno~ ciento cincuenta ó doscientos pe·
sos, y ha de vivir en la independencia moral necesaria, para que
goce de lo. reprcsen'ac:ón que el cargo debe darle.
De otra manera, si así no se le estimula, no habrá ni podrá habet•
el personal docente idóneo, mientras duren las actuales circcnmstan.
cías económicaa y sociales.
Y los normale~ que salgan de los respectivos establecimientos, en
vez de solicitar escuelas, se harán tenedores de libros ó funciona-
rios de otras instituciones.
-::~

·X· ·~

Las conferencias doctrinales se han inaugurado con grande éxito.


Pocas ve'ces se ofr·ecerá un espectáculo como el que ofrecía el va11to
salan de la Escuela Gt·aduada de Señoritas del Distrito de la Piedad,
y pocas veces con tanta razón podrán pronunciarse las bellas pala-
bras que al M~gistel'io de la Capital dedicó el Dr. Martín y Herrera,
quien en aquellos instantes debió sentirse satisfecho, pues asistía á
la re:llización de uno de los :_Jrogresos que en nuestro modo de ser
escolar se deben á su brillante iniciativa .
. Nosotros también nos sentimos satisfechos por un doble motivo.
Primero por lo que elevan al carácter y á la dignidad ddl magis-
terio actos como ól que nos ocupa, y en segundo lugar porque como
ya lo hemos dicho en otra ocasión, esperamos más resultados de las
conferencias doctrinales que no de las prácticas.
·X·
·:\· ·:f

La mayor parte de los diarios han publicado el (<Reglamento de


la Inspección técnica))' razón por la cual no lo reproducimos.
- zoa-
Aplaudimos sin reserva la decisión del C. N., al ponerlo en vi -
gencia.
Así se deslindan atribucionll.s y se evitan conflictos y se regulariza
¡a marcha de la In ,1pección, qu e es quizá el elemento que más contri-
buye al progreso de la edu .~ación C', m ún a la cual da unidad y homo-
geneidad, que son sus co:-~dioiones esenciales.
En cuanto al Reglamento en sí, nos parece muy meditado.
Creemos digo? de todo encomio el at·tículo 28, !¡na tiendo a impe-
dir que las escuelas particulares interpreten a su capricho la Ley
Nacional de Educación, faltando de este modo á Jos intereses del país
y á la obediencia prvfunda que merecen las decisiones de nuestr o
Soberano Congreso.
Sin embargo debemos hacer constar que no encontramos justo el
articulo segundo.
Según él solo podrá ser Inspector Técnico el vrofesor normal que
durante dos ó más años haya dirigido una lDscuela Superior.
Por qué al profesnr normal que sin haber tenido la fortuna de di-
rigir una escuela superior, acredite diez ó más años de excelente
práct!<!a al f¡·ente de una escuela elemental, por qué, repetimos, se le
ha de cerrar la puerta que conduce á la Inspección Técnica~
Se croe acar;o que dirigir una escuela superior que sólo tiene un
grado más que la elemental (á lo menos en la práctica) exige condi-
ciones que no necesita el Director de una Escuela Elemental?
Si es asi, puede ser que estemos equivocados, porque nosotros
creemos francamente que nó.

-------------.~~!3~------

LOS SUELDOS DE LOS MAESTROS


El personal docente úe las escuelas públicas de la Capital y la
mayoría de los Consejos Escolarlls rle Distrito han resuelto dirigirse
al Consejo Nacional de Educación pidiendo aumento de sueldo.
La justicia de este pedido es notnria, y si alguien pudiera ahrigar
dudas el respecto bastariar! á desvanecerlas los siguen tes párrafos de
la última memoria. del Dr. Zorrilla:
" Pero los ascensos y la.s c·mferencia.s, dice, no bast&n para. que
-210-

« mejore el Magisterio; es necesarío así mismo mejorar la suerte y


la posición del maestro, ya que en sus manos estf\ también la suerte
e< ·
« y porvenir de nuestra patria.
« Es necesario, en una palabra, atementm· su dotación, desde
« que su vida es más precaria, dirz á dia, á razón de haberse dupli-
« cado el valor de los vest,:dos, triplicado el de los alimentos, cua-
« driplicado el de los alquilerPs de casa y siendo cada dia más
« difícil la vida del que no cuenta con otros 1·ecw·sos que los qtee le
« 711'oporcionan su modesta profesión.
· « Para que el p1•ogreso de nuest1·as escuelas siga su· movimi1mto
« inicial, no debemos olvidar al maest1·o: ner:esario es principiar
« mejorando su suet·te; entonces los jóvenes diplomados en las
'' Escuelas No1·mnles no abandona1·á ya una can·re1·a qzee tan
« pocos alicientes les p1·esta para el porvenir, sinó que acudirán en
« masa á ocupar, en las escuelas públicas los puestos que les co?'res-
« ponden, dejando á un lado á todos aquellos qtte por ineptitud,
« tncu1·ia y otms causas pululan todavia en ellas con grave detri-
« mento de la educación ».
Creemos que todo cuanto pueda decirse, no tendrá más valor que
las palabras transcritaa.
Ellas son para nosotros de gran valor, pues nos demuestran que
la petición del Magisterio no será desatendida y que el aumento de
dotación, tan indispensable, según el Dr. Zorilla, será en breve un
hecho.
Sin embargo, puesto que hay un grupo de profesores que trabaja
en este sentido, creemos conveniente indicarles algo que para el
logro de la justa preten8ión de los maestros, creemos útil.
La petición que vá á elevarse al Consejo Nacional debe llegar á
dicha corpora,)ión prestigiad :l. por la sanción c;el pueblo ente1·o.
Para ello se necesita á nuestro ver, proceder del modo siguiente:
1• Convocar á todo el cuerpo docente de las escuelas de la Ca-
pital á fin de proceder de común acuerdo y de tomar las determina-
ciones que convengan.
2° Nombrar una comisión que se dirija á todos los diarios de
In Capital, soli0ita·1do el apoyo de la prensa.
3• Publicar un manifiesto ó folleto en que se haga constar de
un modo detallado el estado de los maestros, y la necesidad de me-
jorar su actual situación, el cual será enviado á todos los Senadores
Diputados y miembros del periodismo.
4• Dirigirse á todos los Consejos Escolar·es de Distrito, á fin de
-211-

que puestos de acuerdo con el O. N. de Educación, puedan for-


mular los p1'óximos p1·esupuestos de acue¡•do con el aumento que se
fije, que racionalmente no pwule ser menor· de un .'50 por 0 / 0 sobre
los sueldos actualeo.
Si los iniciadores ó loa que se ocupan de lograr el aumento de
sueldos, siguieran las indicaciones que acabamos de hacerles, cree-
mos que se alcanzarian satisfactorios resultados.
*
* *
Y ya r¡ue de mejorar la !';uerta del maestro se trata, vamos á ocu-
parnos de un punto muy importante: de la jubilación.
Ella as conceptuada quizá al único alit:iente de es La carrera
ingr·ata y que según reconoce el Dr. Zorrilla, no es ni envidiable ni
atrayente, pues bien, la jubilación tal como hoy se concede, vale
muy poco ó mejor dicho nada.
Lf.. jubilación del maestro es personal, no pasa á la familia, como
pasa la pensión de ios militares, 6 dA los empleados civiles que la
gozan.
Un militar, al morir, tiene el consuelo de saber que lega á sus
hijos una pensión que asegura su subsistencia; un maestro nó, sabe
r¡ue con su último s•1spiro cesa de recibir lo que le ha costado ¡20
años! una vida entera de sacrificios, ¡20 años que pocos alcanzan á
sufrir.
No tiene el maestro más esperanza que gozar de su jubilación
durante los dos ó tres años que dure su vida, minada por el trabajo
abrumador que es su lote de toda la tierra. Y no se crea que exage-
ramos, ya e~ proverbial entre los maestros: Maestro jubilado, candi-
áato para la Chacarita (á Jet Recoleta ván pocos; es habitación muy
cara) ó sinó bal-ta recordar los hechos. Alarcón murió al añc de
jubilado, Gil¡al día siguiente! Giralt á los pocos meses, Espinosa
al año y así podríamus alargar la lista.
Mientras el maestro vive, la jubiln.ción no es tan precisa, de un
modo ú otro se gana un bocado de pan, pero cuando hace falta, es
cuando muere, cuando deja una viuda y una familia sin recursos,
entonces es cnando sirve.
Sólo con esta condición puede un hombre útil para algo, dedicara-,
á una carrera sin gloria y sin provecho; de no, hará como Lamadrid,
Piñero, los Galeanos, Mallol y cien otros; se hará abogado, medico
ó ingenieN, con lo cual logrará tres cosas: no perder la salud, ganar
renombre y ~onsideración, y r eunir una fortuna que asegure el por-
venir de su familia .
-212-

Pedimos pues á los maestros, que se reunan, á fin de arbitrar los


medios más á pt•opósito, para lograr que la ley de jubilaciones se
modifique en el sentido que ya una vez indicó el Dr. Molina; y pe-
dimos también á la prensa, y en especial á la profesional, que nos
ayude con su propaganda á favor de esta idea que creemos en extre-
mo justa.

Cultivo de los sentimientos


(DE «EL MAGISTERIO ESPA- OL»)

Examinando la naturaleza del hombre llegamos al convencimiento


de que es una fuerza capaz de actuar en un grado más ó menos ex-
tenso, pero siempre limitado.
Cue1po y alma son las dos partes esencíalmente distintas, aunque
relacionadas, que la constituyen, y es en esa división en la que estriba
el carácter limitado que llevan todos los actos del sér humano.
La educación nos prepara para la vida, atiende el desarrollo armó-
nico de todas las facultades para realizar la conocida máxima; mens
sana in cm·pore sano.
La educación física tiene por objeto el desenvolvimiento del cuerpo;
la intelectual el de la inteligencia en todas sus manifestaciones, y la
moral el cultivo de los sentimiéntos 6 de la voluntad.
Encarecer la importancia de las tt•es y el carácter especial de la
tercera es innecesario; baste recordar que el hombre que es sólo
instruido y robusto está en las mejores condiciones para hacer mucho
mal á sus semejantes si su voluntad no ha sido también inclinada al
bien, que es el fin de la educación moral, de la cual vamos á ocupar-
nos brevemente en este ligero trabajo.
Las dificultades de la educación moral son mucho mayores que
las de la intelectual; es más fácil fijar leyes á la inteligencia que á
la voluntad; y no us sólo del Maestro de quien depende aquélla: él
es sólo un obl'ero importantísimo, pero no exclusivo.
El continuo contacto del hombre con sus semejantes, basado en la
necesidad de los unos para los otros, hace que en el se desarrollen
un conjunto de sentimientos diversos, más ó menos generadores de
su carácter, Nuestras acciones lad comparamos siempre á las agenas,
y nuestra conducta se modifica, por lo tanto, según las relacionBs
- 210-

sociales. La dependencia de los hombres entre sí da por resultado


que nos acostumbramos á obedecer una ley, y precisamente en cono-
cer la ley crue ha de guiar nuestra conducta se funda la educación
moral del sér humano.
En una palabra, en el contacto con padres, hermanos, amigos,
compatriotas, etcétera, aprendemos lo que la sociedad exige á cada
uno y las consecuencias de cada acción; el castigo que se aplica ó el
premio que se concede á los actos que pres 1nciamos, nos inducen A
obrar de esta ó de aquella manera, tratando casi siempr0 de evitar el
primero y obtener el segundo.
De ahí se desprende ~ue el ejemplo, la imitación, son los prime-
ros formadores ó transformadores de nuestro carácter; esa es la edu-
cación mflral que se adquiere en la sociedad en sus distintas mani-
festaciones (la familia, los amigos, los semejantes en general, etc.).
¡,Pero basta esa educación para. que el hombre se halle debida-
mente encaminado~ No; ·generalmente, rio sólo es insuficiente, sino
mala; de ahí que en la Escuela deba educarse entonces moralmente,
corregir los gérmenes malos que estén en vía de desarrollo, y
alentar, fortalecer las buenas tendencias que en el niño se mani-
fiesten.
El Maestro, en primer lugar, contribuye A hacer comprender más
palpablemente al educando la consecuencia de sus actos, más aún
que el padre que necesita con harta frecuencia ser él mismo el edu-
cado. Se aprueben ó desaprueben los actos del alumno, 8e 1'3 habi-
túa á la verdad, exactitud, lealtad, cortesía, etc., que deben reinar
entre los niños que forman una pequeña sociedad, de la cual saldrá
¡a gran sociedad de mañana, imbuida en buenos principios 6 corrom-
pida hasts. en sus cimientos.
Por otra parte, manteniendo el órden y disciplina en la enseñanza
intelectual se educa en el bien, tal vez sin que el Maestro lo piense.
Si el Maestro no ignora las ventajas que proporciona la instrucción,
para educar m0.ralmente los resultados serán much•> mejores.
Por otra parte, las lecciones especiales que recibe el niño en la Es-
cuela, los hechos que en ella analiza y resuelve, guiado por el pre-
ceptor, le ahorran una experiencia peligrosa. qus le haría estar más
tarde expuesto á caer siempre en el camino por falta de un guía
ilustrado y consciente : necesita un cicerone experimentado, un con·
sejero previsor, y lo encontrará en el Mae 3tro.
Pero quítese de las lecciones de moral el carácter científico y
teórico que muchos pretenden darle. Tomemos como puuto de partí·
da hechos reales ó imaginarios (nunca exagerados, sino naturales),
- 214-

que :-evestiremos con caracteres que llamen la atención del niño, le


i u te res en y le hagan fijarse preferentemente en el vicio '!U e desea-
mos combatir ó en el principio virtuoso que se quiere inculcar.
Pero se neceaita mucho tino para la elección de los ejemplos y
para dar á los vicios y virtudes el tinte adecuado y coro prensible
para el niño, que tiene dificultades para concebir, sobre todo ideas
abstractas. La intuición debe set· también <tplicada ft'Jcuentemen te
en la educación moraL
!:>esarrollaremos así las distintas virtudes y deber de justicia que
se basan en el sublime precepto « al prójimo como á tí mismo», y
de ca1·idad (abnegación, piedad, filantropía, etc.). Cultivemos la fir-
meza, el valor, la resignación, honrad ez, veracidarl, dulzura, pureza,
etc., etc. No descuidemos el amor propio, que así como puede ser
origen de virtudes y hacer al hombre digno de sí rr>ismo y de los
demás, puede ser también, si se exagera, la causa de su extravío.
Contengamos ese precioso sentimiento en los límites debidos, evite-
mos que se transforme en egoísmo, que todo lo sacrifica al interés
mezquino del individuo.
El conocimiento de los deberes y relaciones sociales de las familias
entre padres é hijos ,de hermanos entre sí, del hombre con sus seme-
jantes, - para cor. los animales y séres inferiores, etc., todo ofrece
ancho campo al Maestro inteligente para cultivar con éxito los co-
razones del hermano futuro, padre ó madre de familia, del ciuda-
dano, del hombre ó mujer, en fin.
Un excelente y necesario medio para conseguir los resultados que
se desean es tener' facilidad en la palabra, entonación adecuada y
persuasiva y acierto para aprovechar el momento oportuno; un in-
cidente cualquiera, presenciado ú oído ·referir, y que emocionando
al niño, le haya colocado en una disposición de ánimo propicia.
Que tengan siempre nuestras narraciones ó lecturas cierto carác-
ter de espontaneidad qne les de más interés y que destruya, sobre
todo, esa tenddncia á rechazat· lo que se nos quiere imponer como
obligatorio. Obremos siempre por la dulzura y la convicción razona-
da; por el temor sólo couseguiremos!la apariencia exterior de una
buena conducta, y en realidad hipócritas ó indiferentes.
Pero no olvidemos un sólo instante que el niño, observador por
exMlencia, escudriña hasta los menores movimientos del Maestrn.
Sea el educador, hombreó mujer, el modelo más acabado de las
virtudes que pretenda inculcar.
X.
-- 215 -
,

PRENSA EXTRANJERA
El movimento pedagógico francés en 1888

(Véase el n• XVI de esta Revista).


Renaissance physique, par Philippe Daryl (1 vol. in 16•, Het:iel,
París, 188 ). El autor de este libro, cuyo verdadero nombre es Pas-
chal Grousset, es el mismo M. A. Laurie de que antes hemos ha-
blado. M. Daryl, buscando~fla mayor difusión de su propaganda,
publicó los capítulos de su obra en Le Temps, el diario político que
más iro portancia consagra á las cuestio~es do educación en artículos
(iUe llevan firmas tan autorizadas como las de MM. Boisson y Pé-
caut. Conoce á Inglaterra M. Daryl bajo multitud de !lSpectos, y la
estudia con un entusiasmo de que es buena prueba el haber publi-
cado ya más de media docena de libros sobre su vida escolar, su vida
pública, uno especial sobre Londres, otro sobre los ingleses en Ir-
landa, etc. El último es, sin duda, el que más «sensación» ha cau-
sado. Es la historia y los merecimientos do los juegos atléticos. Con
esta obra ha emprendido M. Darylla campaña en pro de la mejora
física y moral de sus conciudadanos. Quiere aclimatar muchos jue-
g-os que los ingleses, según él, han tomado de Francia, donde habían
caído "ln desuso: el {ootball, que M. Darylllama la ba1·ette, el lawn-
tennis, á que da el nombre de courte-paume, el1·ounders, ó grande-
tkeque, la pelota al largo, el cr-icket, las regatas (r¡ue ya tienen los
franceses desde hace tiempo), etc. _Estos son, para el autor, uno de
los dos grandes medios para. la regeneración de la juventud; el otro,
tan indispensable como el juego, es el tub, que mantiene la higiene,
y la limpieza, endureciendo la piel y evitando la reabsorción de las
sustancias excretadas: es decir, el baño diario de esponja.
He aqui las dos conclusiones que desea M. Daryl, y para las que
ha escrito su libro. «La primera ea que es urgente acostumbrar a
todos los niños, lo mismo á los de la escuela primaria que á los del
colegio y del liceo, á aquellas dos toillettes indispen~ables, la. una
externa, lA otra interna, que son el baño diario y el ejercicio cor-
poral. La segunda es que este ejercicio, para ser practicado con
éxito, debe ser agradable y co11stituir un recreo.»
-- 210 -

Y como estas son leyes universales de educaeión, y como la juven-


tud española se encuentra tal vez en mas desastrosat~ condiciones
que la francesa, no necesitamos encarecer si es para nosotros ii\te-
resante conocer y propagar este movimiento. Sabido es que In. Ins-
titución lleva trece años de campaña, no sólo teórica, sino práctica,
en pro de e, tos principios.
Los juegos propios de nuestro país son verdaderamente exce-
lentes, si se juga~en con la energía, con el arrojo, co!l la intención
que debiera ponerse en ellos. El de la pelota á blé es uno de los q u o
despiertan un interés más vivo j más continuado, y de los que pone:J
en función más por completo nuestro organismo; el de los bolos,
como el de la calva son ejercicios buenos para los intermedios de
clase, en que no hay mucho tiempo disponible, ni se puede ir lejos
á buscar espacios grandes, cuando no se tiene en el establecimiento
y sobre todos, el mm·ro, el gran juego de lucha y P.sfuerzo en que
cadajugador no puede contar sino consigo mismo, y tiene que medir
sus fuerzas para saber hasta dónde puede arriesgarse, y ha de medir
también y conocer lns de cada uno de los contr&.rios que puedan salir
en contra snya; en el que hay la carrera violenta, el regate, el
esfuerzo par!'L desasirse y el empnje para libertar á los compañeros.
Physiologie des exeTcices du corps, par le Dr. Fernand Lagrange
(1 vol. in 8°, Alean 1888). De este lib1·o se ha ocupado el Bolettn
con el suficiente detenimiento para dar á conocer su importancia.
El autor es un médico que ha 1lecho en sí mismo la experiencia de
las varias formas del ejei·cicio corporal, llegando, mediante ellas, á
la condenación de todas <das tradiciones anti-fisiológicas de la gim-
nasia de aparatos.» Este resultado de la observación directa se pre-
senta por M. Lagrang~ formulado en teorías científicas sobre el tra~
bajo muscular, la fatiga, los diferentes ejercicios y el papel que
desempeña el cerebro en estos. El libro no es de lo~ q ne pasan, sino
que será por mucho tiempo una referencia constante en lr,s estudios
de este órden. Salvo en casos concretos, en que se exija una medi-
cación especial con determinados aparatos, el autor prefiere el ejer-
cicio muscular libre, que forma una buena constitución física, ñ la
gimnasia, que desenvuelve habilidades especiales.
Los efectos prácticos de este movimiento en favor del .iuego cor-
poral al aire libre son ya dignos de notarse en Francia. Obedeciendo
al impulso dado por el libro de M. Coubertin, se ha fundado la As-
socíation pour la ré{orme de l'éducation scolaú·e en France, que
preside M. Jules Simón, y de la que es organizador y secretario
- 217-

M. de Coubertin. Bajo los auspicios de esta Liga, los alumnos de


la Escuela Alsaciana y las de la Escuela Monge han comenzado ya
á jugar fuera de los patios de sus edificios; entre los primeros, no es
una novedad esta atención al desarrollo corporal. Los alumnos de
la segunda han alquilado un trozo en el Sois de Boulogne para de-
dicarse á este ejercicio; el juego no es diario, ni nada barato, á
(:<.usa de ciertas aparatosas exigan.:ias; pero algo es algo, y ello tal
ve'Z sirva eficazmente para aficionar á la juventud y para popularizar
el juego por sus resultados.
Al lado, si no enfrente de esta Asociacióll, con un cal'ácter menos
aristocl'ático, más fuera que aquella del mundo oficial, y buscando
más Ja popularizaciól\ de su obra, se ha fundado la Ligue nationale
rle l' éducation physique, 'o rganizada por M. Grousset, que es su se·
cretario, y presidida por M. Bel'th•llot. Esta Liga publica un BoleUn
mensual con insLruccionds detalladas sobre juegos escolares , y da
cuenta de Jos resultadas de su propaganda. M. Grousset, que es de
una actividad infatigable, ha logrado ya organizar, bajo los auspicios
de la Liga, una Escuela Normal de juegos escolares, cubriendo su
presupuesto ~on una suscrición pública y habiendo reclutado super-
sonal entre sócios del Circulo Carbalho, asociación que hace ya 5 ó
6 años intentó aclimatar en Francia los jnego~s atléiicos. La Escuela
cuenta ya muchos normalistas, formándose con destino á los liceos,
cologios y escuelas primarias.
El gobierno favorece resueltamente el movimiento. El Ministro
de Instr·ucción pública, M. Lockroy, previo informe del director de
en~eñanza primaria, ha creado una comisión encargada de fijar las
condiciones da un concurso para fomentar la organización de los
juegos escolares. El conocido banquero M. R. Bischoffsheim ha
ofrecido un premio de 5.000 francos para el concur.so. Este consiste:
en dar á conoce ~o s juegos y ejercicio¡¡ corporales más á propósito
para los estR.blecimientos de enseñanza; en estudiar Jos medios p~c­
':icos para generalizar su a¡.¡licación. principalmente en las escuelas
primarias de niños y en las escuelas normales de maestros; y en in-
sistir sobre las ventajas de estos juegos, tanto bajo el punto de vista
moral, como bajo el punto de vista físico. El concurso se cierra en
Diciembre del año actual.
Digamos aún algunas palabras sobre otros libros, públicados tam-
bién en 1888, y que, en otro órden de ideas, pertenecen también a
la ciencia pedagógica y no son de menor importancia.
(lonlinuará ).
-218-

GEOGRAFIA ARGENrfiNA
N o es raro encontrar con frecuencia á niños arge:1tinos que igno-
ran hasta lo más elemental del país en que vieron la luz primera, y
esto, en algunos casos, á pesar de asistir á escuelas públicas donde
se enseña la geogt•afía nacional.
Si tratamos de indagar los m<• ti vos de esa ignorancia, bien pror~to
los hallaremos: dos causas principales ejercen su acción en el sen -
tido de mantener privados de esos conocimie(ltos rudimentales á mu-
chos niños. La pt·imera y principal es la calidad cosmopolita de la
población; la segunda, triste es decirlo, es la enseñanza poco racio-
nal que se da aún en algunos establecimientos de educación.
El elemento extranjero obrero, que pisa nuestras playas y se ra-
dica en el país, no posée generalmente conocimientos geográficos
acerca de la nación que será patria de sus hijos. Sabemos bien qu e
en el hogar se reciben multitud de nociones que se perfeccionan en
la escuela, y los conocimientos que se adquieren de este modo suel'3 n
sflr más duraderos. El niño argentino, hijo de extranjero, se en-
cuentra por lo que respecta á la geografía de su país, en peores c¡n·
diciones que el niño francés, italiano, etc., en sus patrias respecti -
v&s . Estos últimos, en las conversaciones Intimas de la familia, oyen
constantemente hablar á sus padres y amigos de cosas que se re la- ·
cionan con su país natal, mientras que el primero es extraño al suyo,
pues se encuentra en un círculo que no puede suministrarle lo que
debiera saber. Así, no tiene nada de particular que haya niños ar-
gentinos que conozcan más de París que de Buenos Aít·es, ó que
sepan lo que es la Sicilia pero ignoren lo que es la Tierra del Fuego·
A este mal, nacido de una causa natural y poderoRa, no le en-
contramos más que un remedio: la buena y sólida enseñanza de la
geografía nacional en las escuelas . Pero en las escuelas, tq ué su-
cede~ Los argentinos tenemos la pt·etensión de formar pequeños
geógrafos que conozcan el globo terráqueo por compl eto, y sino
examínense algunos programas y se verá el recargo que tiene la
materia en cuestión, en los diferentes grados; de donde resulta lo
quet.an sábiamente dice el refrán: quien mucho abarca, poco aprieta .
Obligado el maestro á llenar un extenso programa, se ve en la ne-
cesidad de pasar superficialmente sobre todo, y se encuentra á final
- 219-

de a.ño con alumnos que le dicen que los cor,lobeses no son argen-
tinos, ó que el Paraguay es una provincia de la República.
Ahora, si Be añad'l á la extensión del programa un mal método de
enseñanza, se completa el resultado absolutamente negativo del
estudio de la geografía.
Levantamos á menudo la voz contra las escuelas extranjeras
establecidas en el país, pidiendo que se dé en ellas educación argen-
tina, y nos descuidamos demasiado con las nuestras, no dando ma-
yor importancia á una materia que unida á la historia patria son el
pedestal de toda educación nacional.
Antes que enseñar la habitación ajena, enseñemm; la nuestra, pero
hagámosla conocer t'ldo lo que es posible de las tiernas intelijen-
cias que la estudian; no qu,:;rramos hacer geógrafos universales,
conformémonos con modestos geógrafos argentinos, que no dejen
tamp0co de tener si m pies nocion101s generales sobre los demás paises.
Por · otra parte es necesario desterrar completamente de las
escuelas ese método, si es que merece tal nombre, antiguo y ruti-
nario, que se reduce á la simple onumerf1ción de los ríos, monta-
ñas, etc., del país que se estudia; esto no hace sino convt:rtir al
alumno en un <doro parlante de figura humanan, como dice el emi-
nente Dr. Barra. Pero, plagiaríamos al indicar el método apropiado
para el caso, pues no somos inventores, y creemos inútil repetir
aquí Jo que en tantos buenos textos se enseña.
Ningún niño argentino debe ignor¡-¡r las beilezas fí~icas de su país,
así como sus producciones naturales; todos deb an tener una id ea
aprc•ximada de los principales centros de comercio y causas que han
motivado en ellos el desarrollo de esa rama de la actividad humana;
deben conocer sus vías de comunicación, y estar en condiciones
de poder indicar los medios de trasladarse de un punto á otro de la
República; y en fin deben poseer todos aquellos conocimientos quo
sean de utilidad real, y que no es permitidú á un argentino el igno-
rarlos.
Encantemos al niño describiéndole nuestros majestuosos ríos, su
lonjitud y anchu:a extremadas, sus barrancas, sus islas hermosí-
simas, sus puertos donde se nota febril movimiento y vida, sus aguas
surcadas por innumerables embarcaciones; saquémosles del error tjJ1
que estará n muchos de ellos figurándose que el Paraná, por ejem ..
plo, sea como algún pequeño río ó arroyo que conozcan; llevemos
á su imaginación á forjarse en su mente esas moles inmensas de los
Andes, trepadas por nuestros padres para libertar á medio conti-
-220-

nente; sus preCJplcJOs espauto9os y sus deliciosos vallos, así como


sus entrañas repletas de metales; ó hagámosles recorrer idealmente
esas llanuras sin límites, que enriquecen al país manteniendo millo-
nes y millones de cabezas de ganado, ó que ofrecen ancho campo
al arado, para cubrirse más tarde de doradas espigas. ¡Qué de temas
tan interesantes ofrece la geografía argentina! No necesitamos pe-
dir prestadas las estepas de la Rusia, ni las mon~aí.as dAl Himalaya,
ni los ríos de los Estados Unidos, para entablar esas inturesantes
conversaciones.
El niño, hijo de extranjeros, al retirt1rse á su hogar y cuando
oiga hablar á sus padres del Monte Blanco como de una maravilla,
vodrá decirles que colocad,1 al pié del Aconcagua, podría servirle á
éste de bastón; c;~ando quieran sorprenderle con la inmensa exten-
sión de algún bosque, podrá referirles r¡ue su patria encidrra selvas
r¡ue contienen riquísimas maderas suficientes para abastecer á mu-
chos países y por muchos años, y si se le pregunta el por qué no se
explotan sabrá dar la razón; y así con todo lo demás.
No hay para qué decir, por demasiado sabido, que la historia no
debe apartarse de la geograf:a. En todas las demás materias siem-
pre se ofrece alguna oportunidad, que no debe desperdiciarse, de ha-
cer algunas aplicaciones á la geografía patria; en Jos ejercicios de
composición en los grados elementales se pueden dar con frecuencia
temas sobre geografía; hasta en aritmética hay ocasión de emplear
en la confección de problemasf datos geográficos, como ser la pobla-
ción de las principales ciudades argentinas, alturas de los picos más
elevados, longitud de ferro-cal'l'iles ó ríos más importantes, etc.
Para terminar vamos á emitir u11a id.,a, cuya realización corres-
pondería particularmente á los autores de geografías que tratan de
la R. A., ó á cualquiera otra persona competente que se 'intertlse
por el progreso de la educación argentina.
Los textos de Geografía para los niños se limitan por lo gerif¡ral
á la simple enunciación de datos áridos más 6 men0s numerosos; á
la indicación de nombres de provincias, ciudades, golfos, puer-
tos, et')., cosa que no presenta muchos atractivos al niño para dedi-
carse con placer á su estudio. Parécenus que debiera confeccionarse
un librito, auxiliar del texto, y que contuviestJ alguna3 descripciones
amenas de lo más notable que encierra nuestro país, y datos inte-
res~.ntes sobre lo que fuera digno de mención. Creemos qu/3 un li-
brito en estas condiciones seria de gran utilidad, y que quien toma~ e
sobre sí esa ta.rea prestaría un verdadero servicio á la educación na-
cional. F. BtwN~:r.
- 2~1-

LA EDUCACIÓN ENELPARAGUAY
Un movimiento enérgico en pró de la Educación Popular, que
indudablemente dará abundantes frutos, se está operando en el Pa-
raguay.
No necesitamos decir cuánta simpatla nos inspira; para nosotros,
significa el despertar de un pueblo generoso á quien las desgracias
continua das han tenido por muchos años abatido.
Si, la euucnción del pu eblo, carn Liando el espíritu de las masas,
r emoviendo 91 modo de ser social, separando todo lo atrasado y ru-
tinario para suplirlo con fórmulas iniSpiradas en modernos ideales,
es la única que puede colocar al Paraguay en el lugar que merece
y deb~ ocupar en el conderto de las naciones sud-americanas.
Saben t ·>dos Jos que las han visitad o, qua las escu elas paraguayas,
salvo raras excepciones, eran hasta hace poco la imagen del más
profundo atraso; pues bien, hoy. estn~ escuelas anti-científicas, estas
escuelas de la palm e~ a, ~ ~tú.~ [J• úxiJIJaS á pasar i'l la Historia.
Se ha organizado en la Asunción un Consejo Superior de Educa-
ción, cuyos miembros imbuid(JS en las ideas corrientes en matet·ia de
Educación están dando muestras de una actividad notabilísima.
Merced á sus esfuerzos, se han creado Escuelas Graduadas en la
Asunción, se ha reorganizado la inspección, y se han establecido
las Conferencias de Maestros, cuyo reglamento, nos parece calcado
sobre el que con igual objeto rige entre nosotros.
Además, convencido el Consejo Superior de lo conveniente que es
inculcar y fomentar en los niños el amor patrio, ha ordenado que
en lo suJesivo, los alumnos de las escuelas públicas concurt·an, el
día 14 de Mayo en que el Paraguay conmemora la fecha de su Inde-
pendencia, á la plaza de la Constitución á cantar el Himno Nacional.
Publica tambien dicha corporación un periódico «La Escuela
Moderna», que dirige el Profesor Sr. Cávia, y que por lo hien
escrito, por las ideas que sostiene y por su entusiasmo en pró de la
cultura popular merece ocupar un lugar distinguido en las filas de
la prensa pedagógica, estando destinado sin duda alguna á prestar
grandes servicios al magisterio paraguayo.
-222-

Felicitamos de todo corazón t\ la República hermana, por los no-


tables progresos que acabamos de consignar, y esperamos que, lejos
de disminuü1, aumentará sus esfuerzos en pró de la educación, que
es la verqadera causa del pueblo. · ·

----------------~~~
, ~~------------

~COS DE LAS CO~FEREN{}IAS PI~OAGOGICAS


'1."' 8eeelón.-Di.strito .L0 • y 2°. -Vice-Presidentes: Sra. Ursula de
Lapuente y Sr. Genaro Sisto.- Secretarios: Sta. Melania Milhas y se-
ñor Guillermo Navarro. '
1.a. C(lnferencia . .Junio 1. 0 -Disertante: Sr. Carlos Medrana; tema de
la lección práctica: Angulos, en 2°. grado.
Hicieron observaciones el señor Sisto, la señorita '. Duprat y el señor
Navarro.
Conclusiones aceptadas: 1n. La enseñanza de la geometría en la es-
cuela primaria, debe ser lo más práctica posible, y en los grados infan-
tiles, esencialmente práctica.
2."' Al ensañar la geometria, como cualquier otro ramo análogo á ella,
debe presenta.rse al niño el todo, para seguir su estudio por las partes,
y proceder enseguida con ellas á su reconstitución.
2."' Con(e1·encia: .Junio 15. -Disertante: Sr. Beruti; tema ele la lección,
Raíz de las plantas, ¡)ara 4°. grado.
Observaron la lección los señores Sisto y Navarro.
Conclusiones aprobadas: 1"'. La enseñanza de las Ciencias Naturale.
en todos los grados de la escuela primaria debe ser objetiva y su eRtudio
lo más práctico posible.
2.a En la enseñanza de las Ciencias Naturales debe inducirse á los
niños á que formen col~cciones propias á fin de despertar el amor por
la Naturaleza.
2."' Sección.- Distrito 3°. y 4°.- Vice-Pn,sidentes: Sta. Maria An-
selmo y Sr. Jacinto Fernandez; secretarios: señorita Manuela Sanchez
de Arias y señor Gorvea.
1." Conferencia: Junio 1°.-DisertaLte: Sr. Manuel Pereira; tema: Lec-
ttwa en 2. 0 grado.
Ob's'ervaron la lección los señores Lamadrid, Fernandez y la señora de
Ryan.
a.a Sec:elón. -Distt·ito 5. 0 y ü. 0 - Vice-Presidentes: señorita Ar-
minda Santillán y señor Emilio R. Olivé¡ secretarios: señorita María
Garibaldi y señor Manuel Canedo.
1."' Conferencia: Junio 1. 0 -Disert.ante señor Emilio R. Olivé¡ tema de
la lección: Una primera lección de lectttra pet· el método Berra.
Conclusiones aprobadas: l. a Motivar la lección por medio de conversa-
ciones familiares y agradables, valiéndose para ello del objeto mismo ó
de la lámina que lo represente.
2." Se hará distinguir al niño la diferencia entre el objeto real y su
figura¡ se pasará luego á la palabra que lo representa, la cual se hará
leer y escribir después repetidas veces.
3.n. No pasar de una palabra á otra, sin que se sepa leer y escribir
correctamente la anterior.
4.a Hacer que el niño se corrija sus propios errores.
5.a La duración de la lección no deberá ser más que de 15 á 20 mi-
nutos; pero podrá repetirse en el día.
6.a No se exigirá que los niños escriban con perfección las letras,
pues esto es objeto de la caligrafía, pE>ro si que las hagan con la mayor
regularidad posible y de que observen siempre las reglas para la posi-
ción del cuerpo, de los brazos, de los dedos, etc.
2 11• Conferencia: Junio 15.-Disertante: señorita Josefa Gonzalúz¡ te-
ma de la lección: Las hojas, para. 2. 0 grado.
Hicieron <'.:s erva c i on~s la seiiol'ita Patrona y los señores Olivé, Are-
chaga y Fiol.
Conclusiones aceptadas: 1. 11 Las conversaciones sobre hoja.,; en los
grados infantiles, deben tener por principal objeto ejercitar las faculta-
des de observación y cultiva1· el lenguaje.
2. 11 La lección debe darse presentando al niño diversas hojas para
que pueda distinguir, señalar y nombrar sus principales partes.
3. a Conferencia: Julio 6. - Disertante: señorita Maria de la Torre
tema: Roedores: el ca.~tor, para tercer grado.
CJJ'clusiones aprobadas: 1. 11 La enseñanza de la zoología se dará va-
liéndose de conversaciones sencillas, tomando como punto de partida los
animales conocidos de un cierto órd&n, paTa establecer la comparación
con el animal objeto de la lección.
2. 11 No siendo sólo la clasificación el objeto del estudio de la zoolo-
gía, se tratará de dar á conocer la utilidad ó pe1juicios que los animales
pueden proporcionar al hombre.
3.a Se procederá al resúmen de lo tratado; se considerarán las conclu-
siones morales desprendida::! de ln. lección y se exigirá á los alumnos
una composición para el día siguiente.
4."' Conferencia: Julio20.-Disertante: Sta. Feliciana Bustos. tema: La
ial, para. primer gra.do.
- 224 -

Observat·on la Sta. Gramondo y el señor Olivé.


Oouclusiones aceptadas: l.a Presentar á los alumnos el cuerpo que
debe servir úe tema á la lección.
2.~ l'or medio db preguntas hacer que el niño encuentre las propie-
dades del cuerpo, comparándolas con las <le otrus objeto.s.
B.a Hacer conocer sus cualidade3, origen y utilidad.
4." Secc ión.- Distrito 7.• y 11· 0 - Vice-President'3s: señorita Ju-
lia S. de Curto y señor Juan Sca.rpa; secretarios: señorita C!l.rlota E~he­
verri y señor Felix Gonzalez.
f. a Conferencia: Mayo 18.- Disertaute: Sta. Pastora Gimenez; tema,
Lrr, Tierra, para tercer grado.
Por ausencia de la disertante dió la clase la señora de Curto.
Conclusiones aprobadas: 1." El verdadero punto de partida está eu
aquello que Jos niños ven y conocen.
2. a En la enseñanza de la Geografía, hay necesidad de seguir exac-
tamente las reglas de las lMciunes sobre objetos.
3." Debe procurarse por medio de estas lecciones, el desenvolvi-
miento del poder cognoscitivo en sus más superiores facultades.
4. a El órden científico es de la mayor importancia.
2 ." Conferencia: Junio 1.0 - Disertante: señor Felix Gonzalez; tema:
Cálc'ttlo mental; en tercer grado.
Observaron la señora de Curto, la señ,,rita Rausr.hert y los señores
Scarpa y Aubin.
Conclusiones aceptadas: l ." En las lecciones de Cálculo mental, pro-
ceder siempre de lo concreto á lo abstracto.
2." Por medio de problemas saucillos ir preparando á los niños para
los cálculos más difíciles .
.'/." Conferencia: Junio 15.- Disertante: señorita Gimenez; tema : Orga-
nos de rep¡·odttcción en las plantas para 4 . 0 grado.
5.a Sección .-Distrito : 9. 0 y 10.0 -Vice-Presidentes: señora To-
masa M . de Mendaz y señor Domingo Pachelu; secretarios: señorita Do-
lores Marquez y señór Marcelino Blanco.
1. a Conferencia: Junio l. 0 -Diserttmte: señorita Herminia Palla; te-
ma : El gttsano de seda, para 2.o grado.
Conclusiones aprobadas: 1.<> Desenvolver la naturaleza intelectual del
niño, haciéndole observar y percibir las cualidades del objeto que se
propone enseñar, instruyéndolo en los elementos que han de servir dt
base á. su saber.
2.a Deducir de la lección un fin moral.
2." C<mferencia: Junio 15.-Disertante: Sra. Paula G. de Infanzón ;
tema: Ft·acciones comunes, para tercer grado.
Hicieron observaciones las señoritas Herminia Palla, Dolores Ma.r-
qnez, Sra. de Cornejo y Sr. Pochelu.
- 225-

Conclusiones aceptadas: 1.a En la enseñanza de los quebrados el maes·


tro debP presentar á sus alumnos un númoro suficiente de ejemplos
prácticos para los cuales obtengan la evidencia de la división y recom-
posición de la unidad.
2.a En la primera lección se llegará a indicar al niño el valor de la
fracción, su nombre y símbolo.
G.a Sección. ·- Distt·ito: 12. 0 - Vice-Presidei tes: señorita Adela
Menard y señor Melchor Otamendi; secretarios: señorita Carmen Garcia y
señor José Toscano.
1.a Conferencia: Mayo 18.-Disertante: señorita Catalina Tabosi; te-
ma: La leche, para primer grado.
:J.a Con{e1·ancia: Junio L 0 -Disertante: señor Francisco Saqués; tema:
P1·opiedades de los cuerpos ,para 6. 0 grado.
Conclusiones presentadas: La Debe procurarse que los alumnos obser-
ven por sí mismos los fenómenos. .
2.a Que hagan experimentos.
B.a Confet·encia: Junio 15.-Disertante: señorita Carmen L. García;
terua: Partes de una planta, para primer grado.
Conclusiones aceptadas: l,a La botánica se emvezará a enseñar por la
semilla: se seguirá. con la planta como un todo, 1·es ultado de esa semilla
y después se eAtudiará separadamente cada una de sus partes para pa-
sar luego á sus funciones.
2.a Siempre se harán lafl observaciones eu presencia de plantas natu-
rale l traídao por los alumnos.
3.a Es conYeniente la formación de he1·barios en las escuelas.
8.a Sección.- Dihb·ito 13. 0 - Vice-Presidentes: Sta. Marla B. de
Argaño y señor Clemente Zárate; secretarios: Sta. Rufina Ochoa y se-
ñor José M. García.
1.a Conferencia: Junio 1. 0 - Disertante: señor José M. García, tema:
Enseñanza ele la regla de tt·es á niños de 4° gt·ado.
Observaron la señorita Josefa de la Sota y el señor Sisto Pastor.
Conclusiones aprobadas: 1.a Proponer oralmente casos prácticos de
regla de tres de facil solución (ejercicio mental) con el objeto de provo
carel interés y que prest~n atención los ni1ios, dándoles .\. conocer ¡JOr
último el nombre que llevan en la ciencia.
2."' Sorprender a les nifios con problemas un tanto difíciles, pero que
cautiven su imaginación, con el fin de hacer nacer en ellos el deseo de
aprender lo bello-útil desconocido.
S.a Proponer á los niños algunos problemas que no siendo fácil re-
solverlos mentalmente necesiten del auxilio gráfico de los números .
.;,,a Dar á conocer sólo las tres necesarias y principales propiedades
de toda proporción por medio de simples mulriplicaciones y divisiones,
haciendo que los mismos niños las formulen primeramente en lenguaje
oral y por escrito después.
- :?::6 -

5."' Por el exacto conocimient.o de h proporción, lograr el de la regla


de tres, teniendo á la vista, para fijar y hacer sensibles las ideas, los
rambios verificados.
6.a Aplicación de lo precedente á cualquier caso de regla de tres que
haya sido resuelto mental ú oralmente.
7." Conocimiento de la regla da tres di1·ecta ó inversa fundándose para
ello en el pensamiento dominante de los problemas que se prop011gan.
Enseguida ln. explicación gráfica.
Estas cuatro compr!!nden la verdadera lección 6 medio.
8 ." Muchos problemas variados y hábilmente graduados como repe-
tición (disciplina mental) y al mismo tiempo necesarios para cerciorarse
de si se ha comprendido ó no lo que ha. querido inculcarse.
9." Explicación i)Or uno ó varios niilos de las operaciones que haya
ejecutado al resolver un problema dado.
Estas dos encierran la con .:lusión ó recapitulación.
2." Conferencia: J uuio 15.-Disertanta: safiorit'l. Dolores Ochoa; tema:
Orgrznos de n1d1·ición de las plantas.
Observó la lección el señor García.
Conclusiones aprobadas: l,a Tratar que las lecciones estén tan enla-
zadas entre sí que á los niños le¡< sea fácil p:tsar de lo conocido á lo inme-
diato desconocido.
2.a No permitirles que empleen palabras cuyo significado no com-
prendan.
3." Tener á la vista el ohjeto ó en su defecto la lámina que lo repre-
sente.
4.a. Pedirles una camposici(¡n sobre lo que se les haya enseñado.
3." Conferencia: Julio 6.- Disertante: señor Salvador Filibertí; tema;
Enseí!,anza ae la suma, en primer grado.
9."' Secelón .-Destrito14.• -Vice-Pre;;identes: señorita Angela G:
Menendez y señor Andrés Ferreira; secretarios: señorita Dolores Ciesa y
señor Víctor M. Rastellini.
t.a. Conferencia: Junio 1.• Disertante: señor Víctor M. Rast11llini; te-
ma: Descripción fisica de la Fmncia., para 5. 0 grado.
Conclusiones act ptadas: l. a Toda lección debe ir acompañada de un
croquis 6 diseño de la comarca qut. se describa, y que lf)S niños harán
& la par qua el maestro.
2."' Debe procurarse el enlace de los conocimientos ya adquiridos
que guarden relación.
3.e. El órden de la exposición se hará en la forma que mejor facilite
la adquisición.
4."' El principio á seguirse en esta parte es a1 alítico.
2."' Conferencia: Junio S.-Disertante: señorita Martina de Elizalde,
\ema: Formacion de la leyes, para niños de 5•. grado.
-- 2~7 -

Conclusiones' aprobadas: 1." La instrucción cívica tiene por objeto ha-


cer conocer al niño la¡,¡ in~tituciones nacionales, y hacerle amar su pais.
Formar argentinos, y no extranjeros en su propio país .
2.a La enseñanza debe relacionarse con la mornl, la historia y la geo-
grafía política.
S. a Debe ens¡ñarse igualmente en la escuela de varones que en la de
mujeres.
4." El mae 'tro debe ilustrar esta enseñanza con ejemplos, y hacien-
do imitar al niño las funciones que desempeñan los ciuiadanos y gober-
nantes de su país.
5.n Debe enseñarse la Constitución fundamental y las leyes locales .
8." Conferencia: Junio 15. - Disertante: señor S . Acosta; tema: Hicll'o-
gm(ia, para tercer gmdo.
Corclusiones &probadas: La Ln. enseñanza de la geografüL1 ya sea fí·
sien ó política, d~be ser analíti• a, siguiendo el proceiimiento intuitivo
procurando que la imaginación tome una parte acth a á la par de las de-
máA facultades.
2." Toda lección será acompañada de un cróquis que harán los niños
á la p: r que el maestro; amenizándola con viajes, reseñas históricas, etc.
R.a En cuanto á la enseñanza. de los rios deberá partirse, como en
toda lección, de lo conocido á lo desconocido, por consiguiente deberá
empezarse por ampliar los conocimientos que sobre ellos tengan.
4." Dados estos conocimientos, puede analizarse los ríos que deban
estudiarse, empezando por el más importante y familiar, sin descuidar
de despertar el amor que debemos tener á lo bello y verdaderamente
grande.
5." N o se descuidarán tampoco los hechos históricos que, á más de
aumentar los conociuiientos, pueden aprovechar para despertar el senti-
miento nacional tan necesario en todas las épocas y especialmente entre
nosotros, pais esencialmente cosmopolita.
'10 ." 8eeelóo. Dest1·ito 15° Vice-Presidentes: señorita María Chapot y
sejlor Gu.illermo Soasso; secretarios: señorita Alejandrina Egozcuene y
seiior José Pissani .
J.a Conferencia: Mayo 23. - Disertante: señorita Carmen Lanata
tema: Las ho1·migas.
La confc~rencia no tuvo lugar por falta de la disertante y por no haber
quien se prestara á desarrollar el punto señalado .
2." Con(e1·encia: J u1Jio l. •-Disertante: Sta.. E lisa Chapot; tema:
Jlt,ltiplicatil•n para primer grado.
'11. ." 8ecclóo: Distrito 16°.- Vice-PresidentAs : señorita Eufrasia
Cabra! y señor Evaristo Badia; secretarios: señ.:>rita Trinidad Gastaldi y
señor Pedro Pisati.
- :2:?8 -

J. a Confet·eneia: Junio 1. 0 -Disertante: señoritaMatilde V. de Martinez


tema: Fracciones decimales, en tercer grado.
Hicieron observaciones la señorita Vernet y el sE>ñor Badia.
2.a Conferencia: Junio 15.- Disertante: señorita Constancia Capde-
ville; tema: el metro, para 4. o grado.
Observó la lección la señorita Cab1 al.
Conclusiones aprobadas: l,a En la enseñanza de la aritmética ele·
mental, debe tratarse que los niños por las deducciones que hayan saca-
do, lleguen á formular una definición.
2. a El meto do empleado es el sintético analítico, porque no puede
darse la idea de las divisiones del metro, sin conocer á este primero, pe-
ro una vez conocidas sus partes, debe procederse á su recomposición.
3. a La forma empleada debe ser la socrática, porque se obliga al
alumno á trabajar, y se ponen en actividad las facultades intelectuales,
además se hace interesante la lección y se promueve el interés.
4.a Los sistflmas empleados son el simtúaneo y el individual, por-
que á la vez que el maestro se dirige á toda la .•.tase pat·a cerciorarse si
los alumnos han comprendido la lección, debe hacer preguntas indivi-
dualmente.

NOTICIAS
lnaocoradón de lal!ll t':onferenda8 Pedagógica• doc-
tPlnalei!II.-Han sido, por fin, solemnemente inauguradas las confe-
rencias pedagógicas uoctrinales, de las cuales esperamos, no sin r ~zón,
notables beneficios pa1:a la enseñanza primaria.
En la sesión preparatoria, que tuvo lugar el 22 de Junio próximo pa-
sado en el local de la Escuela Gradua la de N!ñas del 5. 0 Distrito y que
fué presidida por el Vocal del Consejo N. de Educación, Dr. Félix Mar-
tín y Herrera, se procedió á la elección de los vice-presidentes y secre-
tarios que han de actuar en el período del presente año.
Fueron proclamados vice-presidentes por mayoría de votes la señor1•
Albina Garcia dd Ryan y el señor Andrés Ferreira, y para el cargo de
secretarios la señora Ursula Lapuente y el señor Esteban Lamadrid.
Terminada la elección, el señor Presidente fijó como tema para ser di-
lucidado en la próxima conferencia: ENSEÑANZA INTUITIVA.
No habiendo quien pidiera desarrollar el punto señalado, el señor Pre-
sidente, de acuerdo con lo que prescribe el Reglamentó, designó á la se-
ñora Albina G. de Ryan como conferenciante.
-229-

La primera conferencia tuvo lugar el 13 del corriente en el local arri-


b.\ indicado, con la asistencia de todos los inspectores, sub-inspectores
directores y preceptores de las escuelas cvmunes.
El acto fué presidido por el Sr. Ministro de Instrucción Pública,
Dr. Filemón Posse, acompañándole el Sr. Presidente del Consejo N. de
Educación, Dr. Benjamín Zorrilla, los Vocales del mismo, Sr. de la
Barra y Dr. Martín y Herrera, los Inspectores técnicos, la Sra. de Ryau,
Lapuente y el secretario Sr. Lamadrid.
Terminada la lectura dtll acta de la sesión preparatoria, Ell Sr. Minie-
tro de Instrucción Pública pronunci) un bello discurso, que fué muy
aplaudido, y en el que diseñó á grandes rasgos la importancia de las
Conferencias Pedagógicas, la situación de nuestras escuelas y la misión
del educador, terminando con palabras honrosas para el Oonsejo Nacio-
nal, por ser á él á ::¡uien se deben tantos pro'gresos realizados.
El Sr. Presidente del Consejo N. de Educación contt>stó en términos
elocuentes, que mere• ieron repetidos aplausos, que rer:ogía el elogio he-
cho para ofrecerlo á los maestros que eran l.:>s verdaderos autores del
adelanto de la enseñanza; indicó, después, la necesidad en que se halla
el maestro de estudiar y de aprender constantemente, analizó las con-
diciones en que se halla hoy el magisterio, sinó con facilidad pa1a hacer
fortuna, porque ésta no era carrera para lograrla, con la de obtener en
cambio la consideración y el respeto de todos, propios y extraños, de las
más altas autoridades de la Nación y de los más distinguidos educacio-
nistas del exterior.
Al terminar los discursos de inauguración, fué cedida la palabra á la
señora de Ryan, quien leyó una acertada y erudita disertación sobre la
Ense?1anza intuitiva.
Puesta á discusión, hicieron uso de la palabra la señorita Angtlla Me-
nendez y los señores Lamadrid, Aubín, Ojeda y Scarpa, expresando todos
su aprobación g 1neral, pero disintien lo en alguno~ deta!les.
Podemos manifestar complacidos, que la discusión fué brillante, bien
sostenida, animada y culta, lo cual habla mucho en favor de los que en
ella. tomaron parte.
Las Conferencias Pedagógicas Doctrinales, son, pues, ya un hecho, y
el éxito de su inauguración nos alienta para enviar n uestro humilde
aplanso á sus iniciadores, como para desear que de ellas se obtengan los
má¡; brillantes resultados en materia de educación.
Para la próxima conferencia se fijaron los siguientes temas: Métodos
de lectura y de escritttra simultánea, los cuales deberán ser expuestos
respectivamente por los señores Es!eban Lamadrid y Tomás Ojeda.
La 80llettod de lo• maestro• .- Damos á continuación el
texto de la solicitud sobre aumento de sueldos que el personal docente
ha elevado al C. N. de Educación, y de cuyo asunto nos ocupamos en
otroJlugar de la ~"Revista"
-230-

N os complace, verdaderamente, el ver la actitud y la participación


que todos los órganos de la prensa han tomado en esta justa aspiración
del magisterio de la Capital.

Buenos Aires, Julio 13 de 1880.

,J l Sei"íof P1·esHente del Consejo Nacional ele Ecltc.cación.

I
Los que suscriben, miembros del personal docente de la capital, tienen
el honor de dirigirse al señor Presidente y por su intermedio a; H.
Consejo que preside, solicitando un aumento en sus honorarios actuales
que no les pnmiten subsistir.
Debido al progreso extraordinario de esta ciudad. se han aumentado
consid.e rablemeute los alquileres y lvs artículos ele primera necesidad de
dos años á esta parte y se ha 'producido un cambio tan ratical en Jas cos-
t•:rmbres de la colectividad, que la vida no puede hacerse llevadera eu
empleados como los suscritos, cuyos sueldos son tan exiguos y relati-
vamente insignificantes comparados con los ele empleados de menor
ca~egoría de otras reparticiOnes y con la condición social que por decoro
deben ocupar.
No es poaible, por tanto, señor Presidente, que el maestro correspon-
da dignamente álos fines de la educación, si su posicióu es inferior {1.
las aspiraciones legitimas para que han sido erigidos esos suntu(,sos
edificios donde las e cuelas funcionan, pues esto les pone forzosamente
eu el caso de buscar ot1 os medios de subsistencia.
Esta a everación, señcr P•·esidente, está evid&nciada por la escasez
de personal, 110 obstante producir las escuelas normales un crecido nÍ\-
mero de profesores, pues una parte de ellos se vé privad!\ de ingresa,· al
magisterio y otra obligada á aband0narlo, en vista de la notable des-
proporciún entre Jos sacrificios que se le imponen y la remuneración quP
re,.iben.
El artesano gana más y gasta menos porque la sociedad no le
exige lo que al maestro; decencia personal, representación y e~:> ­
tudio.
Verdades son estas que no necesitan mayores comentarios, pues el se-
ñor Presidente Jas ba reconocido y proclamado en el último informe ole-
vado al Ministerio de I. Pública, en uno de les párrafos del capitulo V
titulado "Personal docente", en que dice:
"Pero los ascensos y conforenr.ias no bastan para que mejore el ma-
gisterio; es necesario asimismo mejorar la suerte y ;:osición del maestro,
ya que en sus ma1,1os está también la suerte y porvenir de nuestra pá-
tria. Es necesario, en una palabra, aumentar su dotación, desde que su
vida es más precaria, d:ia á día, "en razón ele haberse duplicado el valor
de los vestidos, triplicado el de los alimentos, cuadruplicado el de ios al-
quileres de las casas" y siendo cada día mas dificil la vida del que no
cu.,nta con otros recursús que los que le proporciona su honesta profe-
sión".
"Para qne r l ;'rogreso d9nuestras escuPla,; siga su movimiento inicial,
n¡¡ debemos olvidar al maestro: necesario es principiar mejorando su
suerte; entonces los jóvflnes diplomados en las escuelas normales no
abandonarán ya una carrera que tan pocos alicientes les J:>resenta para el
porvenir".
--231-

II
Ya el año anterior se había suscitado en los consejos escolares, que
mas de cerca tocan las necesidades de los desamparados maestros, el
apremio con que deba rehabilitárseles material y socialmente, acordán-
doles sueldos que mereciesen ese nombre, y el Consejo Nacional fuá teJ·-
minante en la manera de recomendar al P. E. aquella premiosa necesi·
dad, si bien se retrajo en la aplicación de un remedio verdaderamente
e:ficáz.
Y puesto que nos limitamos aquí á historiar hechos, preferimos á nues-
tra redac<'ión la enérgicamente empleada en el Informe del Consejo Es-
colar del 7 o distrito. que lleva la :firma c!el doctor Miguel Navarro Vio-
y fné publicado en el número 139, tomo V, página 751 de "El Mo,itor".
"Es obvio, (Jice, al dirigirse á V. como presidente del C. N. de Educ~t·
ción), que en la creciente prosperidad de nuestro país y en el desarrollo
progresivo de toaas las carreras y ocupaciones útiles paTa los homores,
el magisterio figura en la última escah, salvo el caso de verdadera voca-
ción por la enseñanza. "Los su~ Idos·', no digo de empleados y de depen-
dientes de comPrcio y de industrias, "sino hasta de los oficios más bajos,
si los hay, son superiores, en la generalidad de los casos, á los de los po-
bres maestros", y desgraciadamente, la cruzada que se inició en el año
pasado en su favor, y que tanto ho•1or hace á los consejos del distrito, só-
lo ha llegado á obtener una verdadera exígüedad. Es de lamentarse J.IOr
todos los amigos de la educación un hecho que, sin embargo, había te·
nido tan buenos fundamentos en contra, en las palabras del mismo Con·
sejo acional, que no podía menos de rendirse á la evidencia de la ju ·.
cia con que se anhP.laba has/a la neta duplicación de los sueldos ac.
tuales. "Desde hace 15 años, (decía V. con exactitud, en su nota oleva-
da al Ministerio de Instrucción Públli..:a los !JresupuPstos escolares par11.
1888" desde hace 15 afios no se mejoran los sueldos del personal docena
te, y no pnede negarse "que en ese periodo la renumeración de los ser
vicios públicos y privados se ha duplicado en el munir.ipio de la capi-
tal" ... Las necesidades de la vida han aumentado gPneralmente, y
más en pl personal docente, que siendo hoy más ilustrado, tiene mayores
exigenCias morales y ma.t<:-riales. ·'
Pew como toda reforma (continúa el "Informe del C. E. del 7· distri-
to), la de los sueldos de los maestros no ha podido hacer camino de una
vez contra las preocupaciones y la más f11erte de ellas que es la rutina.
Quedan sin embargo, echados sus fundamentos en las palabra¡;: trascri-
tas que comprometm la insistencia do todos los Consejos Escolares y la
más e:fica:.! del Consejo Nacional die' Educación; á quienes, y al Ministerio
y al Congreso que realicen esa "imorescindibleduplicación de l(ls sueldos
escolares", cabrá una gluria tan modesta como humanitaria y pura.
III
El mismo Consejo Escolar haciéndose este año, con el eco de todos los
Consejos ele Distrito, en el "Informe" que acaba de publicar el número
últ.imo ele "El Monitor" bajo la la firma del doctor don Isaac P. Areco,
dice categóricamente:
"Es 11.nte todo indispensable rodear de consideraciones y de prestigi,•s
al magisterio, cuya abnegada consagración y cuyos trascendentales re-
sult.'l.dos en provecho de la humanidad nunca se encarecerán bastante.
'~No se co!lcibe cómo el maestro de esouela, este apóstol tan humani-
tano, <¡';le p1erde temprano su salud y abrevia su existencia en la con·
sagracwn de sus esfuerzos á una causa tan grande y fecunda, permanece
- 2~2-

todavia, no obstante todas las trasformaciones operadas y progresos al-


cansados, en una posición harto desfavorable y tan inferior á la de las
demás fuucion~s públicas.
"Los sueldos del persona !clotente son mezquinos é ínsignificantes, no sólo
del punto de vista de las necesidades materiales, sinó principalmente de
la moral y de la inteligencia de los maestros que nectlsitan holgura
para consagrarse con amor á sus tareas.
"La necesidad de aume11tar los sueldos y de reformar la ley de jubi-
laciones se impone y es forzoso apresumrse á satisfacerla.
'LA. doble reforma qne bre1·emente apunto, señor Presidente, merece
empeñar el esfuerzo de los espíritus bien incionados, y su anhelada
realización sería el mejor homenaje que podrí:>.mos rendir al bien públi-
co, á que se consagran los maestros con tanta a.bnegaoión"
IV
Esa duplicación de los exiguos sueldos actuales, á que se refieren los
Consejos de distrito y el mismo Nacional de Educación, ve11dría también
á resolver después de é~:te, el único problema serio que ame11aza con
paralizar los nobles esfuer:zos en favor de la educación, á saber: la segu-
ridad de obtener un personal docente de mil ó más maestros competen-
tes, en la Capital de la República, que será reclamado en los pocos años
en que la incontestable duplicación de los niños en este paí~ de in mi·
gración, requiera un número do maestros, igual ó mayor que el actual.
Sin sueldos decm·osos, como no lo son los de hoy, es imposible obtener,
dentro dt~l siglo, <~ste voto forzado de pobreza, que hoy, propiamente, se
exige de los maestros y que cada día será mas dificil conseguir, en me-
dio de una situación, en que todos los gremios y todas las clases, sólo
varían en el mayor ó menor grado de decencia y de creciente CL'modi-
dafl: presentando el cuerpo docente, este singular fenómeno: que, siendo
uno de los más preparados para la sociabilidad, como poseedor de una
patente de ilustraciones, tenga, por absoluta falta de recursos, que· rele-
garse al rincón de la escuela y desaparecer de la sociedad, por e~a es-
pecie de ostracismo á que se ve condenado y que influye hasta en las
relaciones sociale::, afectando aún el carácter individual, que á menudo
se hace escéntrico.
Otras tantas consideraciones de igual mérito podrían agregarse á las
ya enumeradas, mas la ilustración del Sr. Presidente y la de los señores
que componen ,~ se H. Consejo les eximen de entrar un mayores do-
talles.
Quiera el señor Presidente tomarlas en consideración y recabar de la
H. Corporación que tan diguamente preside un aument1 en los haberes
de los peticionantes, proporcionado á las exigencias, ya expuestas, de la
vida actual, por considerarlo así de justicia incontestable.
Siguen 612 firmas en la formasiguiente:
Distrito lo, 30; id 2o, 24; id 3•, 29; id 4o, 41;id 5°, 32; id 6°, 19; id 7°, 61
id 8°, 28; id 9o, 32; id 10o, 38; id 11, 41° id 12o, G5, id :;.so, 44; id 14°. 52;
id 15. 40¡ id 16° 36-Total612.
La mujer-médico ea los E8tados Unidos - Dice un diario
de Nueva York que en muchos países, especialmente en Rusia, se dedi-
can las muj cru:; con preferencia á la carrera médica, pero cree que en
ninguno hay tal preferencia y afición por la carrera médica como entre
ellos, segun lo prueban los siguientes datos estadísticos:
Hoy día 9000 mujeres graduadas en diversos colegios ejercen dich"
-233-

profesión y la proporción de médicos de ambos sexos, es de 1 mujer


por cada 30 doctores varones.
Entre aquellas algunas han alcanzado gran renombre por sus cura3
y sus renta; anuales no bajan de pesos 20.00J, siendo muy contadas
las que no logran por el ejercicio de su profesion más de pesos 1000 de
renta al afio.
Nueva York, Pensylvania y Massachusetts, son los estados en que
mas aceptación han tenido; en los Estados del Sur no se han dado á co-
110cer aún estas adeptas de Esculapio y fuera de Maryland y Virginia,
en todo el Sur no se encuentra una sola graduada.
El promedio de casamientos es de 3 por cada 100 mujeres médicas y
la tercera parte con hombres de la misma profesión .

Biblioteca Peda~,;"óglea. -En la imprenta ya la nota que va en


otro lugar y que se refiere á la Biblioteca Pedagógica, hemos leído lo si-
guiente ~n "El Monitor'':
"Prevenimos á todos los miembros del personal docente de las Escue-
las Públicas de la Capital, que la Biblioteca Pedagógica estará (•n ade-
lante abierta de 12 á 4 de la tarde y de 7 a 11 de la noche, á donde
pueden concurrir á lellr ó consultar obras de toda naturaleza."

Queda asi subsanado el mal que en aqut~lla nota apuntamos y demos-


trado que es ~a nueva resolución del Co11sejo N. de E·iucación era nece-
saria :::i se querían tener lectores que concurrieran á la Biblioteca.

Nuevos iuspeetores. - Ntlestros apreciables amigos y compa-


ñeros Francisco Guerrini y Juan A. Quintana, han sido nombrados últi-
mamente Inspectores de Escuelas por el Consejo General de la Provin-
cia de Buenos Aires.
Con ta • motivo, muchos de sus condiscípulos les ofrecieron una comida
en el Café de París en la noche del 20 de Junio pasado.
Guerrini y Quintana, son jóvenes, estudiosos y amigos de la labor, es
decir, reunen las condiciones necesarias para llenar cumplidamente el
cargo que se les ha confiado.
Al felicitarles cordialmente por su merecido puesto, sólo deseamos que
sus visitas á las escuelas de la Provincia, dejen un signo de progreso.

El Nene. -:1!:1 C. N. de Educación ha rescelto aceptar la donación


que ha hecho nuestro amigo el profesor normál Sr. Andrés Ferreira, de
sus derechos de autor á 5000 colecciones de carteles de su método de
lectura titulado ''El Nene" que fué aprobado y adoptado en el último
concurso de textos escolares.
Dicho Consejo los hará imprimir por su cuenta para distribuiros en
las Escuelas Comunes.
- 234 ·-

lllás escuelas.-El Consejo Escolar del 6o Distrito se ha dirigido


al C. N. de Educación solicitando la creación de una escuela graduada
de varones en ese distrito, po1· reclamarlo así el crecido número de ni-
ños existentes y que se hallan en la udad de recibir los beneficios de la
educación común.

Inspector de La Rloja. -Ha sido nombr11.do Inspector nacio-


nal de escuelas de la Provincia de La Rioja, el profesor normal señor
Francioco P. Megy, en reemplazo del Sr. Dermidio Carreña, que hizo re-
nuncia de dicho puesto.

Idea digna de aplauso.- Reproducimos á continuación la nota


que el Consejo Escolar del 7° Distrito ha pasado á los demás distritos
de la Capital con el objeto de ponerse de actterdo para cooperar de la
mejor manera á la petición de aumento de sueldos que han hecho los
maestros.
Los dignos miembros del Consejo Escolar del 7o Distrito merecen
una felicitación por sus esfuerzos y por su noble iniciativa,
"Consejo escolar del •¡o Jistrito de la Capital.-Buenos Aires, Julio
12 de 1889.-Al señor Presidente del Consejo Escolar del. .. distrito.-
Habiendo partido de los consejos &scolares de distrito la idFla de la du-
pli0acióu de los angu tiosos sueldos de los maestros que hace 15 años
permanecen sin otro aumento que el insignificante que se acordó el año
anterior; y habiendo aquellos, en fuerza de la necesidad que los apremia,
dirijídose al Consejo Nacional de Educación en el mismo sentido, este
Consejo ha creido que seria un complemento digno de aquella honrosa
iniciativa, el apoyo que se prestase á la actual solicitud de los maestros
que materialmente no pueden subsistir. El abandono de los máestros en
esas humillantes condiciones es incomprensible, dada la misión que lle-
nan en un país de inmigración, en el que están destinados á formar el
corazón y el espíritu de las g¡¡neraciones que, en gran parte nos vienen
de fuera y cuya unidad, ellos, más que los mismos gobernantes, están
llamados á mantener, dentro de los principios de nuestras institucionas
politicas.
Persuadido este Consejo de que, en medio de las crecientes rentas y
valorización de las propiedades que forman el fondo de las escuelas
públicas, es este el mom~nto más propicio para ejecutar sin la menor
estorsión este acto de grande y estricta justicia; se hace el deber de
buscar en los damas consejos escolares la cooperación de ese alto pro-
pósito que es de todos ellos; á cuyo objeto solicita una reunión que pa-
ra mayor facilidad, se compondrá de un delegado de cada uno de dwhos
consejos."
- 235 -~

"La r eunión téndrá lugar en la Secretaría del 7• Distrito, Europa nu-


mero 1144, ellún•Js 15 del corriente á las 8 p. m."
"Saludo al señor Presidente en nombre de este Consejo y el mío pro-
pio con la expresión de mi más distinguido sentimiento . - Isaac P . A1·e-
co, Presidente- J1tan V. Olivera, Secretario."
En la primer reunión tenida con objeto de esta citación, se resolvió
nombrar una comisión compuesta de las personas presentes para que
prosiga los trabajos iniciados, coruo también el que ésta ~e reuna todos
los 1unes, miércoles y viernes á las 8 p. m. en el local calle Belgra-
no 634.
La comisión quedó constituida del modo siguiente: Presidente: Dr.
Miguel Navarro Viola; Vice-Presidente: Dr . Manuel Posse; Vocales:
Dres . Gerva io Granel, Alejandro Sorondo, Juan A . Areco y Sres . L.
Bernabó, T . R ey3s, S. Pastor y Manuel Ojeda; Secretario: Sr. Estebau
Lamadrid.

ltlás sobt•e aumentos de sueldos. - -En una de las últimas


sesiones celebradas por el C. N. de Educación, fué aprobado el siguiente
aumento de sueldos para el personal docente de las escuelas comunes,
aumento que, si bien manifiesta claramente los buenos deseos que ani-
man. á dicho Consejo, no corresponde á la justa petición <le los maes-
tros y á las exigencias de la época porque atravesamos.
Inspector técnico, aumento 50, sueldo 250; sub inspectores, id 37, id
180 pesos; directores de escuela graduada, id 18, id 150; id id elemental
6 infantil, id 14.26, id 110; preceptores, id 14.26, id 110: sub-preceptores ,
id 20; iJ 70, ayudantes, iJ lú, id 40. Los preceptores quedan con los
mismos sueldos que tienen los de las normales, y los directores de las
graduadas, casi equiparadas con los directores de las normalés.
Estos aumentos implican mensualmente las siguientes sumas: el de los
inspectores 150, el de los sub-inspectores 592, el de los directores de es-
cuela graduada 522, el de los directores de escuelas elementales ó infan-
tiles 1820, el de los precept::>res 3936, el de los sub- preceptores 5050, el
de los ayudantes 1690, que forman un total de 13760 pesos al mes ó sea
165.120 pesos al año.

Inspección de escnelas.- No siendo posible transcribir ínte-


gro, por ¡;u mucha extensión, el Reglamento de la Inspección Técnica y
de los Sub-inspectores de educación, da.r emos á conocer á n uestros lec-
tores las secciones· en que ha quedado dividida la Capital y el Inspector
que conesponde á ellas durante el corriente año.
1n Sección,- Inspector: Sr . Juan M. de Vedia. - Distritos: Cat edral al
Norte, Piedad, San Nicolás, Socorro, Pilar y Belgrano.
2o. SecciÓ¡¡,- {nspector: Sr. Juan Tufró.- Dist.ritos: Ca tedral al Sud,
Monserrat, San Miguel, Balvanera y F lores.
-236-

3n Sección,-Inspector: Sr, Salvador Diez Morí: Dist:citos: San Telmo


Concepción, Santa Lucía, San Cristóbal y San Juan Evangelista.

; t::onsejo Nacional de Educación .- El Senado ha prestado su


acuerdo, solicit:.tdo por el P. E. para reelegir presidente del Consejo N.
de Educación al Dr._Benjamín Zorrilla.
Han sido. reelectos, igualmente, para vocales del mismo Consejo los
señores Carlos Guido . Spano, Federico de la Barra, Benjamín Posse y
Dr. Félix Martín y Herrera.
El magisterio d~ la Capital está, pues, de parabienes.
Nuestras mí:s sinceras felicitaciones al Dr. Zorrilla y á los señores
que componen el Consejo de Educacic\n.
Un libro títll.- Hemos hojeado ligeramente un libro que hemos
recibido con el tít ulo de So!uciones razonadas ele los problemas del N~t evo
A~-itmético Argentino, cuyo autor es el señoJ' José M. Arechaga; dicha
obrita nos parece muy aceptable para d uso de profesores y alumnos
por la claridad con que están explicados los numerosos y variados pro-
blemas que eontiene y que comprenden el cálculo de los números ente-
ros y decimales, fracciones, HÚmeros denominados, sistema métrico, po-
tencias y raíces de los números, razones y proporciones, reglas de tres,
int-erés, descuento, aligación, falsa posición y progresiones.

Nueva vlslta. - Hemos recibido el número 96 del año IX del "Bo-


letín de la sociedad protectora de los niños" publicación mensual que
aparece en Madrid.
Trae el siguiente sumario:
"Sección oficial: Ingreso de protegidos. -La niña Emilia Rey. -Do-
"nativos y limosnas.-Consultas médicas.- Vestir al desnudo.-Nue-
"vos socios.-Proyecto de ley sobre el trabajo de los niños presentado
"á las Cortes por el M. de Gobernación.-La caridad escolar. -El asilo
"de lactancia de Valencia. -Sociedad protectora de la intancia.-La ins-
"trucción pública en España.--Revista extranjera. -Sección doctrinal:
"Los niños precoces.-Síntomas de las enfermedades de los niños.-
"Terrores nocturnos de la infancia.-Representaciones teatrales inflln-
¡'tiles.- N oticias, -Bibliogratia.-Balance del mes de Marzo."
Agradecemos la visita y se la retribuimos gustosos.
Una maestra poetlsa.- Laconocida institutriz y poetisa oriental
señorita Adela Castell, dará en breve á la publicidad, un elegante tomo
conteniendo sus versos que han sido publicados en diversas épocas en
diferentes revistas literarias y periódicos.
En esta colección aparecerán también algunas poesias inéditas escri-
tas últimamente por la distinguida maestra que comparte su tiempo en-
tre las peiadas tareas de la enseñanza y el cultivo de las bellas letras.
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÓRGANO DEL CENTRO UNIÓN NORMALISTA

Año JI Agosto de 1889 Núm. XIX


COMISIÓN REDACTORA:
Emilio R. Olivé. -José Ma Aubin.- Francisco Guerrini

AVISO IMPORTANTE

La Dirección y Administración de esta Revista quedan


instaladas desdela fecha en la calle de Europa num. 1144
á donde suplicamos se nos envíen, en lo sucesivo, las co-
rrespondencias, canges y reclamaciones referentes al pe-
riódico.

LOS SUELDOS DE LOS MAESTROS

Parece que por fin se ha comprendido la necesidad imprescindible


de aumentar los mezquinos sueldos que goza. el personal docente de
nuestras escuelas.
La solicitud de los maestros de la Capital, ha sido enérgicamente
apoyada por la prensa toda sin distinción de matices, y los Consejos
Escolares de Distrito, reunidos en Comisión han elevado al Exmo.
Sr. Ministro de Justicia, Culto é Instrucción Pública una nota,
llena de datos y de consideraciones sumamente oportunas y con-
ven.ientds.
Este documento que honra á su distinguidí~ imo é ilu~tra.do autor,
bastaría á llevar el convencimiento á todos los ánimos, si las ver-
dades que encierra no fueran yá conocidas de todos los hombres
amantes del progreso y engrandecimiento del p a í~.
Hemos oido decir á varias personas altamente colocadas que a
- 23~-

Sr . Ministro, Dr. Posse, está firmemente resuelto á mejorar la si -


tuación aflictiva de los maestros, y que en el Congreso Nacional no
hay dos opin iones al respecto.
Los representantes 'de la Nación, que ven á ésta en pleno progre-
so comprenden que es justo y conveniente á los intereses de la co-
munidad, remunerar debidamente á una clase que según la bella
frase del Dr. Posse « tiene en sus manos el porvenir de la patrian y
de la cual es forzoso reconocer que hasta ahora, ha correspondido
dignamente á la confianza que en ella se ha depositado mereciendo
por su concluc:a, laboriGsidad é ilustración los más liso!lgeros juicios
de las primeras celebr·idades pedagógicas del Universo.
Puhlicamos á continuación la nota del Dr. Zorrilla al Ministro de
Instrucción Pública, y la notable memoria al mi~mo elevada por los
Consejos E. de los di ez y seis Distritos de la Capital.
El Dr. Zorrilla cree justa la elevación de los sueldos y cree que el
Sr. Mmistro puede concede?' algo más de lo que el ha concedido y
agrega que los aumentos hechos no son mayores, no por falta de
voluntad, sino por falta de f·mdos .
Esperamos,pues,que los Sres.Diputados no vacilarán en proporcionar
al digno Sr. Pte. del C. N. de Educación las cantidades necesarias
para elevar en una proporción razonable y justa los actuales sueldos
del personal de nuestras escuelas, sueldos reconocidos por todo el
mundo como insuficientes.
Esperamos más, esperamos que el Dr. Zorilla levantará en el seno
del Congreso su autorizada voz á fin de obtener los medios necesa-
rios para satisfacer una aspiración por todos y por él mismo recono-
cida justísima.

EL AUMENTO PROPUESTO POR EL Dr. ZORRILL,~

Nadie, sin notoria injusticia¡ puede negar el Dr. Zorrilla un gran-


de interés ~or la educación, ni puede desconocer la importancia de
una obra que le honra en extremo y que es debida á su constancia y
á su buen deseo : la edificación escolar.
Tampoco puede desconocerse que reconoce la necesidad de retri-
buir mejor á los profesores de Instrucción Primaria.
-239-

Nadie pintará tan: bien, ni con tan pocas palabras como él lo ha


hecho en su última Memoria, esta necesidad cuando en n ombre de
los intereses de la patria, dice: no bastan las confet·encias y los ascen-
sos, es necesar·io aumentw· la C:otación de los maest1·os .
Pero á pesar de sus buenas apreciaciones cuando llega al terreno
de la práctica se asusta, teme que le falten fondos para termin ar su
obra magna, y el aumento de los maestros se convi erte en nada .....
en nada. si, porque el aumento propuesto á esto sólo equivale.
Cuando se reconoce que hay necesidad de aumentar el siempre
escaso sueldo de los maestros, porque el pan qu e llevan á la boca ha
duplicado de precios, triplicado el de los vestidos y cuadruplicado
el de las viviendas ¿ se cree pon er en buenas condiciones, se cree
arrancar al pobre instru ctor de su condir.i ón ang ustiosa dá n.Jole
catorce 6 quince nacionales más por mes~
No queremos Ruponerlo: pen sarlo sería ofend er el claro t alento
y la inteligencia nunca desmentida del digno J efe de la Instrucción
Primaría de la Capital.
Cuando el Dr.Zorrilla nos preguntaba con aire de persona sorpren-
dida. ¿sóis realmente pobres~
¡Cómo se lo hubiéramos demostrado si hablar hubiéramos
podido!
Le hubiéramos dicho que dos piezas húmedas llenas de telaraí'ias
y á dos leguas del centro de la poblacion cuestan 40 nacionales ;
le hubiéramos dicho que es imposible come~· en Buenos Aires sin que
la familia más económica y de estómago memos exijento gaste menos
de dos nacionales por dia; le hubiéramos demostrado que ha de ir
muy pobremente vestidlt, calzada y planchada para no gastar vein-
ticinco nacionales al mes; le hubiéramos dicho que fu era de esto , en
un hogar se necesita fuego y lumbre y mil otras cosas indi spensabl es ,
y finalmente le hubiéramos preguntado si cree que hay alg ún
maestro que no tenga que pagar anualmente buenos pesos al mé-
dico y al boticario, si no quiere dejar que se curen por sí mism os ) o¡;¡
mil accidentes con que los fríos, las mojaduras, las contrari edades, y
un ejercicio rudo y sin tregua minan y combaten al organismo de
todo aquel que por su mal tiene que esperar la ¡jubilación! por-
que se ve con dolor que ha perdido sus aí'ios mejores preparándose
para una carrera, sin gloria y sin porvenir.
Y uca vez hubiéramos demostrado esto hubiéramos p1•eg untado si
se creía que á menos de ser elástico el dinero, pueden llenarse estas
obligaciones con ciento ocho nacionales al mes.
-240-

DicH el Dr. Zorrilla que no tiene fondos ¡ corriente! ¡lo creemos 1


Vaya al Congreso, levante su voz en favor de una causa justa,
diga lo que le ha salido del corazón , puesto que lo ha estampado en
un documento solemn e, y no tem a , no h abrá un solo representante
de la noble nación arge ntin a que escatime los recursos necesarios
para cubrir atencion es imperiosas y sacratísimas, para pagar á servi-
dores tan meritorios. Hágalo así el Dr. Zorilla, vuelva sobre su s
pasos. mejore los sueldos qu e asigna á los maestros en el presupuesto
elevado á la superioridad, y cuando haya apartado la escaséz del
hogar del maes tro, lu .~irá más su obra.
A palacios magníficos corresponderán verdaderos maestros . ... . . .
¡ahora, quien sabe!
¡Cuá ntos maestros mientras estén enseñando Geografía ó Cálcuk
mental, calculardn la manera de reunir para el alquiler de casa ó
para t emplar las ir¡¡s de algún sastre irritado ! ¡ Infinitos por
desgracia!

----------------CñF--~~~~~-------------

SUELDOS DE LOS MAESTROS


Memoria del Presidente de la comisión de los Consejos Escolares de la Capital

DR. D. MrGUEL NAVARRO VIOLA


Presentada
Rl señor Mini ¡¡ro de Justicia, Culto l Instrucción Pública

Dr D. 1F X X. .1€: lltJ( Ó N' :x» O S S .1€:

el 5 de Agosto de 1889

Hippeau y nuestras escuelas -Hankock: precioso juicio sobre la importancia del maestro- Es el mejor
vulga rizador de las ciencias- S,u influencia entre los inmigrantes escolares con rel aci~n á la uni-
dad nacional y al amor al pa~s. - Sabto decreto del gobterno del Dr. Lopez, 18b2: notables
considerandos. - -Palabras del Dr. Wilde sobre los sueldos de los maesuos. - Juicio del empe-
rador del Brasil , quien desearía haber podido ser maestro. - Importancia de los sueldos escolares
en Estados Unidus, sobre todo en Nueva York y Chicago, donde aún así se asptra á su du-
plicación y cripcicactón .-Esos sueldos y los de Buenos Atres hace 37 años son más del triple
de los actuales. - Cuatriplicación de los sueldos de los jueces en Buenos Aires en 1852. - Se
quita en 1873 á los maestros el 1 ¡ '/, y no se les vuelve á aumentar sinó en parte. - Actitud
de lo' consejos escolares a:daudida por el Dr. Zorrilla en 1887. -Aumento en este año del 10
y 20 '/, equivalente al 15 '/. que ~e les cercenó en t879: - Aumento igual á 33 1/3 centavos
diarios para unos maestros, y 63 2/3 para otros. - Conferencia de la comisión de los consejos
escolares con el Dr. Zorrilla en Julio de 1889, y lo que se convino . -Nota de 6ste al P. E. N.
haciendo un pcqueñfsimo aumento en su presupuesto y pidiendo algo mds. - Su distinta ma nera
de juzgar la situación de los maest ros en sus Memorias de 1887 y 1888. - Suma infer ioridad
de los sueldos de la educación primaria, cotejados con los de la secundaria y superior. -
- ~41-

Maestros muertos antes ó á los pocos meses de recibir la tardia jubilación de los 20 años.
Comparación de ésta con la del liberal decreto de 6 de Abril de 1852 que la concedía á ios1 raños.
-·Discu"o de Laboulaye publicado en El Monitor: arguye con 1 la higiene. - La tibieza del
Consejo nacional de educación . -Juicio del Dr . ú. luan lgnac•o Gurriti sobre los mae,tros
y ous sueldos. -Eiocuente filípica del Dr. Adolfo Dávi.a.- Mezquindad de los sueldos actua-
les.-Los maestros con casa, á quienes no alcanza para comer, tienen que ~.br de comer á los
porteros. -Lecciones particulares y costuras, único modo de subsistir, d': acortarse la vida y de
empeorar la educación: - Ni en las colonias de Asia y Africa.-Proyecto de aumentos proviso-
rios, como de uu 70 '/,para 1890, importante 32.660 nacionales al mes. - El p~esupuesto
debe ser detallado y no hermético como hasta aquf.- M.estros, y porteros de los ministerios y
sirvientes de las dos cámaras- ¡Edificación, ó lo necesario para comer?- Proyecto de edifica-
ción del antiguo secretario del' consejo de educación, D. Juho A. Costa,-Más facil hoy.
-Al Consejo nacionaL de educación le bastan para todo los ucursos que k da La L<y de 8 de
Julio de t884.-1' El no ha cobrado la tercera parte del 1•alor de los terrenos que ha com-
prado y que le adeuda la municipalidad. - 2' Esta debe entregarle además los que sirvan paro
edificios escolares.-S' No ha cobrado al ministerio del interior el 20 '/, de la venta de tierras
nacionales.-4' No ha cobrado á la municipalidad el15'/, del impuesto de patentes de la capi-
tal. - 5' No ha cobrado <inó una parte del derecho de matrfcula escolar. -6' Apltcación en este
año, del inciso 15 art. 44, para que el congreso destine la suma anual que el Consejo nacional
de educación no ha podido proporcionar. - Próxima necesidad de duplicar el número de los 850
maestros, con la duplicación de los 40,000 niños que asisten á las escuelas de l;, capital. -Im-
posibilidad de conseguirlo. -Abandono que hacen del magisterio los normalistas.- Emigración
~e maestros á la provincia de Bueno> Aires: ubi bene, 1bt patria. - Entrega de este pobre ¡remio
á la eficacia de la protección del ministro .

Buenos Aires, 5 ele Agosto de 1889.

Exmo. señor ministro de justicia, culto e inst1·ucción pública, Dr.


D. Filemon Pósse.

Tengo el honor de dirigirme á V. E. por encargo de la Comi-


sión de los consejos escolares de distrito de la capital, que presido,
á fin de que V. E. se sirva acoger favorablemente la solicitud de
los maestros, elevada al Consejo nacional de educación, que acom-
paño, y recabar del Exmo. Sr. Presidente de la República la co-
rrespondiente modificación en f:l presupuesto que debe someterse á la
sancion del H. Congreso por el ministerio de V. E., aumentando los
sueldos del personal do~ente de la capital, presupuestad o$ por el
Consejo nacional.

Encontrándonos en idéntica situación que los E. U. hace veinte


años, ouando visitó sus escuelas el eximio profesor Hippeau, debo
preferir el cuadro trazado por éste y qu e parecería haberlo tomado
al natural de nuestra actualidad escolar: «Las escuelas, dice, se han
fundndo y organizado más pronto que preparado y formado institu-
tores capaces; y por numerosos que sean ya, no lo son como para
responder á las necesidades que cada año hace mas premio~as, gra-
cias al acrecentamiento tle la población. Sobre todo, en los recién
llegados, es en los que deben ejercer las escuelas su acción morali-
zadora: son ellos los que m ·1s tienen que ganar, participando de la
sólida educación que dan los establecímie;¡tos públicos ó privados.
Es, pues, necesario hacer incesantemente llamado á nuevos maestros.
-242-

Pero éstos pasan con demasiada rapidéz de los bancos de la clase á


lá. cátedrfl. del inst!.tutor, para que puedan llevar á ella el saber y la
esperiencia sin los cuales no puede obtenerse sinó mediocres resul-
tados.
«Todos comprenden muy bien que la clase vale tanto cuanto
vale el educador, y que por consecuencia, la obra capital consiste
hoy en formar buenos maestros. De ahí la necesidad altamente
reconocida de multiplicar las escuelas normales, demasiado escasas
hasta el presente.n
« Mr. Hankock, superintendente de las escuelas de Cincinnati
(dice Hippeau en otro pasaje de su libro: La instrucción pública en
los Estados Unidos) uniendo su voz á la de todas las personas que
claman por la erección de escuelas normales, análogas á las qu&
tan buenos sarvicios han prestado en Francia y en Prusia, llama
muy juiciosamen~e la atención sobre que los mejores sistemas de
enseñanza, los métodos más ingeniosos, los programas de estudios
más completos, por bellos que sean en teoría, y por regulares que
parezcan del punto de vista filosófico, no producen ningún efecto,
si el estado n0 posee inslitulo?·es inteligentes y capaces de pone1· ·
aquellos en p1·áctica.»
« El institutor (habla Hankock) es el hecho capital á cuyo alre-
dedor se agrupan todo.;; los otros hechos; debe pensar por sí mismo y
formarse una justa idea del sugeto sobre quien opera. El entendi-
miento no cree~ á la manera de las plantas, sinó como u!l espíritu,
recibiendo de su contacto misterioso con otro espíritu la animación
de la vida : el pesamiento debe encenderse en el foco de otro pensa-
miento. »
No es posible dar una idea más importanté ni más clara de la
misión científica del maestro, de este tan digno objeto de la opinión
pública que se conmueve, que reacciona hoy entre nosotros contra el
abandono en que parece habdrsele tenido hasta aquí.

II

i las ciencias en sus rápidos progresos tienen mejor propagan-


dista QUe el maestro. La vulgarización de la ciencia, este nueviJ rn-
mo que hace que ella salga del círculo de los iniciados, para darse
á conocer familiarmente en libros destinados al pueblo, no se propa-
garía sinó entre los estudiosos; al paso que el maestro, sim~lificando
sus nociones, va poniendo á sus discípulos al corriente de los des-
cubrimientos y nuevas aplicaciones, inspirándoles así el deseo de
dedicarse más tarde á uno ú otro ramo de los conocimientos huma-
nos, halagando su curiosidad con nuevos y vastor; horizontes.
La importancia del m11gisterio sube todavía de punto en Repúbli-
cas como la nuestra, formadas de una población colecticia, cosmopo-
lita, en la que hasta se ignora el elemento etnolójico que en defini-
tiva vendrá á preponderar¡ y en la que sabiéndose sólo que el núme·
-243-

ro de los estranjeros sobrepasará en breve al de los argentinos, el


magist0.ri0 asume desde luego la misión política de conservar con
su enseñanza la unidad nacional. Tócale dentro de su esfera, infil-
trar en los inmigrantes escolares, á menudo contra las preocupa-
ciones del seno de sus familias ignorantes, el espíritu de nuestras
instituciones democráticas, para haeer de todos verdaderos ciudada-
nos, habitantes tranquilos, amigos del país del que reciben esta
segunda naturaleza, la costumbrH del bien, la educación; compren-
diendo todavía en ella el respeto, la veneración de nuestros hé-
roes y nuestros grandes hombres de la libertad y de la independen-
cia, que nuestra historia, llena de abnegaciones y patriotismo, no
tiene que envidiar á la historia de ninguna nación del mundo. Y
todo eso que es la base del civismo y de la conservación del s:;.ntua-
rio de glorias incomparables é imperecederas, no se aprende ni se
comienza á amar sinó al calor de la palabra convencida y honrada
de nuestros maestros, que es ya tiempo ocupen el lugar c;ue merecen
en nuestra sociabilidad y en la justicia distributiva que los ha tenido
olvidados.

III

Antes de !Jasar al punto de los altos sueldos, que Hippeau y los


mismos escritores norte-americanos encuentran que es el único me-
dio, dada la existencia de escuelas normales, de hacer de la enseñan-
za una carrera igual á todas las demás ; sé::.me permitido volver la
vista á los orígenes de nuestras escuelas, para aplicar á nosotros y
á la lamentable defi.r.iencia de maestros, aquella misma aseveración
de los estadistas europeos y norte-americanos.
Dos meses despues de la caída de Rosas, y aún en medio de un a
situación tan falta de recursos, ya el ilustrado gobierno provisorio
del Dr. D. Vicente Lopez y Planes, cuyo ministro de instrucción
pública era su digno hijo, el Dr. D. Vicente Fidel Lopez, dictaba el
decreto del que entresacc estos considerandos, que tanto se prestan á
la meditación de nuestros hombres de Estado:
« 2° Que no sólo es preciso proveer en esa escuela, de una mane-
ra elevada á la educación general y especial de los que han de di-
fundir la instrucción, sinó contraerse muy particularmente á dotar-
los de una posición importante en la sociedad, para que la carrera
tenga aquellos bellos estimulas que escitan las aspiraciones de los
homb1'es de talento y patriotismo.
« 3° Reflexionando sobre las ventajas notables que resultarían á
favor del pais, de abrir á la juventud argentina una escena nueva
y brillante, donde á la vez que se ofrezca glo1'ia para las aptitudes
personales, haya compensación para las virtudes ctvicas y servicios
hechos á la patrir:, ».
i Qué ha sido de estas bellas ilusiones, después de más de 37
años de ese decreto, que lleva la fecha de 6 de Abril de 185~1
- 244-

Recuerdo,señorministro, que siendo yo diputado alcongreso,


pregunté en una sesión al antecesor de V. E., Dr. D. }iJduardo Wil-
de, tratándose del presupuesto de las escuelas mormales, tqué hacía
el gobierno para llenar la condición de la ley, de que los ex-alum-
nos sirviesen durante algunos años puestos e~C•>lares~ Evadió hábil-
mente la pregunta, y yo compreudi su dificultad, que me la esplicó
así, no bien nos encontramos en &ntesalas: ~ i Qué quiere que haga
el gobierno, puesL. i Cómo va á obligarlos á que se mueran de
hambre con Jos sueldos que tienen 1• .• :.

IV

Eso también había querido prevenir el sabio decreto del gobierno


provisorio: « Siendo lamentable, decía su 5• considerando, el esclu-
siviS'IUo con que la juventud argentiaa acude á las carerras de abo-
gado y de mádico; pues r·esultan mil est.ravíos de hábitos y gustos,
mil dislocacione de condición, in()ompatibles no sólo con el ejerci-
cio próvido de esas profesiones, sinó también con la repartición equi-
librada y armónica de las aptitudes, en las otras infinitas tareas en
que la patria debe utilizar á sus mejores hijos. »
Y bien, en médicos y abogados, especialmente, es en lo que se
convierten hoy después de más de 37 años de aqualla lección admi-
nistrativa, los que salen de las escuelas normales. Acuden á esas ú
otra carreras, por instinto de propia conservación: porque todas las
carreras, menos el magisterio, garanten la subsistencia, proporcionan
la comodidad y á menudo la fortuna.
Verdad es, que no somos Eólo nosotros los que ejercemos esta
grande injusticia, esta grande iniquidad. Hn muchas partes de Eu-
ropa los maestros son también los parias de las letras; en Paris mis-
mo:- lela en Le Figaro de lO de Abril del año pasado, estas bellas
palabras del emperador del Brasil á su interlocutor Saint Gcnest,
que las refiere: - « En cuanto á los instituttlres, lamento ver que
no ocupen en vuestro país el lugar que les corresponde, y que al
profesorad o, no se le tenga en la estimación que merece. Entre voPo-
tr·os, un jóven á quien Dios ha concedidn un gran nombre ó una
gran fortuna, seguirá siempre la carrera literaria y no se consa-
grará jamás á la enseñanza. Para que se resignase á ello seria pre-
ciso qua la ruina de su fortuna lo obligase á ganar la vida, J aún
asi, se consideraría humillado: no concibo una preocupación seme-
jante!
ce En cuanto á mí, si no hubiese sido emperador, habría querido
ser institutor, tener cargo de almas, dirigir tiernas inteligencias,
ilustrarlas, conducirlas hácia lo bello, hácia el bien, hácia lo verda-
dero, y os aseguro que me habría sentido orgulloso de desempef!ar
un papel como éste.>>
- ~45-

Pero allí, como en todas partes, menos en los Estados Unidos, el


desdén por el profesorado encuentra su esplicación, en el incom-
prensible abandono ó culpable desconocimiento de 1a norma de la
vida, de la dualidad humana, ya se trate del individuo ó de la colec-
tividad : sin llenar las necesidades materiales de la existencia, todo
se hace difícil, desde la salud hasta el ejercicio de las mismas facul-
tades intelectuales y morales.
Y si en Estados Unidos ha ido mejorándose constantemente la
educación popular, es porque no se ha abandonado al maestro a la
mala suerte que lo acompaña entre nosotros; y por eso no hay país
en el mundo en que el magisterio goce de mayor estimación.
« En todas sus ciudades, dice Hippeau, las 1·ecompensas dadas
á los director,!sde escuelas é institutores alcanza .i una cifra eleva-
dtsima .. ... En N ueva York y Chicago, esos sueldos, tan superiores
á los que reciben en Europa los directores de escuelas primarias y
secundarias, se reputan todavía muy insuficientes y hay tendencia
general á aumentarlos.
<El presidente de las escuelas de Chicago me decía: «Los miembros
del clero reciben del Estado de 20 á 40.000 francos; los abogados y
los médicos ganan más: ¡,cómo podrían tenerse buenos directores de
escuelas primarias por la módica. suma de 10.000 francos~
< tY las desgraciadas institutrices, qué puedeP- hacer con su~
3.500 francos1 Hay pocas entre ellas que no tengan consigo una
1oadre anciana, un padre enfermo, ó hermanos ó hermanas, de quie-
nes son el único sostén. Se1·á de suma necesidad que se llegue á du-
plicar y aun á t1•ipiica1' sus sueldos.»
Y bien, los 10.000 francos anuales, ya que hemos alcanzado el
plausible adelanto de nivelar los sueldos de las maestras con los de
los mae~tros; los 10.000 francos de sueldo de los ÍDiltitutores
primarios N. Americanos, en 1870, sueldo que hoy es mucho mayor;
y los mismos 1.500 pesos moneda papel de Buenos Aire .~ que el
decreto de 185~ asignaba á los maestros infantiles, además de la
mitad del estipendio de los niños ?agos; bien sacada la cuenta, im-
portan hoy rnás de 300 nacionales al mes. ¡Y qué difer~ncia del
costo de la vida en los Estados Unidos en 1870 y en Buenos Aires
en 1852, comparado con esos mismos gastos en Buenos Aires
en 1889 ... !

VI

Pero, aunque p"rezca estr<~fio, los maestr:>s no han pedido tanto,
no han pedido eso, que vendría á ser la triplicación de su sueldo. y
no porque medidas de esa clase carezcan de ejemplo entre nosotros:
-246-

así, en 1852, encontrándose la magistratura en Buenos Aires en la


angustiosa situación en que hoy se encuentra el magisterio, la legis-
latuJ·a, á despecho de un erario al estremo reducido, y no como hoy
que todo respira abundancia, mandó cuacb·uplicar sus sueldos, figu-
rando en el presupuesto con 4.000 p e~os los cama1·istas que sólo
ganaban 1.000 moneda papel, etc.
Los maestros se han limitado, acaso faltos de fé con la larga vía·
crucis por ellos recorrida, á solicitar la mera duplicación de sus
escandalosos sueldos ; y digo escandalosos, porque hasta aquel 15 por
ciento que en una época crítica, 1873, se mandó deducir de los suel-
dos de todos los empleados de la administración, cesó despues para
todos en ~;u integridad, menos para los maestros, á quienes sólo se
restituyó en parte aquel prorrateo de sus sueldos hecho sobre su
hambre y su sed. (segun h gráfica esprP.sión del presidente Avalla·
neda;) sin duda por considerar á los maestr os entonces b mismo qu e
hoy, ya fisiológicamente habituados al hambre y á la Sdd.
¡,Qué mucho entonces, que los consejos escolares de distrito d c.1 la
capital, no bien han sentido el movimiento á que la. precaria situa-
ción de los maeEtros los ha obligado,se hayan hecho dueños de sumo-
desto pedido,para ayudarlos con entusiasmo~ Esos consejos,señor mi-
nistro, que más de cerca tienen ocasión de contemplar el cuadro de las
necesidades de este gremio, tan meritorio como desatendido, hace
años que vienen procurando algo más de la reducida mejor11 que hoy
se formula.
A ese empeño con reiteración manifestado, es al que se r efería el
señor presidente del C. N. de educación, cuando en la Memo?'Ía
de 1887, decía: «Es, pues, fundado principalmente en el inventario
de la acción inteligente del preceptorado de las escuelas, demostra-
do en Jos exámenes anuales, qu e el Consejo nacional de educación
QUE JAMÁS FUÉ LARGO EN REMUNERACfONESll ( exactísimo) «haciéndose
eco de los dist·i nguidos ciudadanos q~~e forman los consejos de dis-
trito y que con él comparten las ta1·eas de la di1·ección de la ense-
ñanza, y puede decirlo, de los padres de familia, que aprecian los
resultados obtenidos. se permite pedir aumento de 20 por ciento
para los empleados escolares cuyo sueldo no pasa de cien pesos, y
de lO por ciento de los que pasan de la suma indicada».
Es sabido que ese insignificante aumento, que por regla de aliga-
ción da el resultado de los mismos 15 °/0 no restituidos íntegramente
después de 1873, quedó sancionad<' sobre tabias. Era un acto do
justicia, pero de esa justicia alambicada parecida á la d ~ l rico que da
un centavo á un pobre que llama á su puerta y dos á otro más
pobre: ·e había aumentado á unos, 33 1/3 centavos diarios y á
otros, 66 2/3!.,.

Aunque habría habido para arredrarse con ese ejemplo; ni él, ni


el reciente de un aumento algo ma.yor, pero siempre ineficáz, prue~
-M7-

han otra cosa que la anormalidad en que todavía se encuentran las


rentas administradas por el Consejo nacional de educación, y que
éste se propone no salir l:le la esfera de su cuenta corriente, á pesar
de las -:>anurias de los maestros, cu;va habitación y vestido se sigue
escatimando, cuya hambre y cuya sed se sigue prolongando.
Así es que, cuando una comisión formada dfll seno de la nuestra,
se acercó al distinguido presidente del Consejo nacional, léjos de
quedar mal impresionada con las ámplias esplicaciones administrati-
va~; dadas por él; comprendió que no debía insistir en modificar los
pe'lueños aumentos que formulaba, puesto que respondían esclusi·
vamente á aquello poco de que el consejo podía disponer con segu-
ridad, dentro de sus recursos ordinarios; y la comisión que tuve d
honor de presidir, se limitó á recabar de él la segul'idad de que al
emitir ese presupuesto, inculcaría sobre la única causa que impe-
dia satisfacer la justa solicitud de los maestros, como así lo ofreció.
y acaba de cumplirlo en la nota que él ha dirigido á V. E., aunque
no en la medida de la aspiración de los consejos escolares.
Por lo demás,nadie es juez del estilo de otro: el estilo es el carác-
ter; y por eso, aunque la comisión de los consejos habría deseado
que, en punto tan sentido y tan enérgicamente espresado en otras
ocasiones por el mismo presidente del C. N. de educación, hubiese
sido en esta clásica oportunidad más osplícito y colorido, se hubit~se
mostrado más cristianamente afectado del mal ajeno; ve sin embar-
go, que también pide á V. E. para los maestros, pues es pedir, de-
cirle espontáneamente,que puede dar algo más,aumentando el presu-
puesto que le remite: lo que no lo diría sólo para que V. E. lo supiese,
pues ya lo sabia.
A la comisión le basta, porque puede correlacionar ese párrafo
de la última nota con los de otras que recordaré, como el mejor co-
mentario de ella, pues lo dicho sobre la menesterosa situación de
los maestros, ahora un año y ahora dos años, tiene doble fuerza.
cuando desde entonces todo sigue eñcareciendo.
«No debo terminar la presente nota (dioe ahora) sin manifestar á
V.E. una vez más, cumpliendo el encargo recibido del co11sejo, que
el aumento proyectado para los sueldos del personal docllnte, lo re-
puto justo, necesario y equitativo, considerado en relación á los
recursos que la ley ha puesto bajo la administración y guarda del
Consejo nacional.
«Por su parte, podrá V. E. pt•oporcionar algo más, si lo estima
conveniente, pero debe tenerse en cuenta, que en ese caso habrá
necesidad de crear nuevas fuentes de renta para atender las mayores
erogaciones que serán necesarias. n
El recordar á V. E. que le manifiesta «una vez más» la necesidad
del aumento de sueldos; que el pequeño aumento que él har.,e es
«equitativo», es decir, moderado, módico, como no puede serlo más,
en verdad; y el indicarle que puede proporcionar á los maestros
«algo más»: todo está mostrando que el presidente del Consejo na-
cional piensa lo que ha pensado en 1887 y 1888, jnnto con todos los
-248-

consejos de distrito, con todos los padres de .familia y ahor~ con to-
da la prensa de la Capital:-que,como él dew1 e~1 su Memona de 1887
p. CCXXX-«desde hac11 1.5 años no se meJoran _los sueldos del
personal docente, y no puede negarse que en ese pe nodo ln: remune-
ración de los servicios públicos y priv.odos se ha nuP:.rcADO en ~1
municipio de la capital»; y en la Memorta de 1888 p.l24:- « Es
necesario aumentar SU dc:taCÍÓD DESDE QUE SU VIDA ES MAS PRECARIA
DIA Á DIA, en razón de haberse duplicado el valm· de los v.estidos,
triplicado el de los alimentos, cuadruplicado el de los alquderes de
laz casas ... ~
Y para no molestar tanto la atención de V .. E., le .recordaré, que
la misma nota última del presidente del conse¡o, envrando el pres~­
puesto, dice : « A pesar de este aumento, los sueldos son ba;os
todavía.»

VIII

Y tan bajos, señor, que quiebran la armonía que debe existir en


cada repartición pública, pues los profesores de enseñanza secunda-
ria y superior gozan de sueldos incomparablemente más crecidos;
bastando observar, que el tiempo que cada uno de ellos invierte en
sus lecciones está en proporción como de uno á diez; pues esas lec-
cio'les son de una hora, dos ó tres días á la semana; mientras que la
enseñanza primaria es de todos los días, durnnte cinco horas, sin
contar las de prepararíón: cinco largas horas en que el empleo cons-
tante de la atención, del razonamiento y de la, voz, sobre todo hoy
que están suprí ...Jidos los tes tos, va ola b·Jrando paulatinamente esas
enfermedades cerebrales ó pulmonares, á que la mayoría de lo;:
maestros sucumbe en edad temprana bajo nuestro clima húmedo, no
alcalizando á gozar,ó ¡;ozando sólo durante meses,como ha sucedido
ya á varios maestros, Espinosa, Gil, Al arcón, Barañao, etc., etc ...
esa tan decantada jubilación, á los ~O años de servicios que postran:
5 ai!os más que los exigidos por el decreto de 6 de abril del852; esa ley
de jubilación que con tanto encomio nos enc.trece la última nota del
presidente del Consejo nacional:- ((ley, dice, sancionada con muni-
ficencia sin ejemplo por el H. Congreso de la Nación, por la que dió
al maestro el derecho de retirarse despues de 20 años de servicio,
con sueldo íntegro, aunque las primeras canas no hubiesen apare-
cido en n• cabeza y e:,tuviera en totfo el vigor de la vida>? ... -El
art. 6• inciso 3° del decreto antes mencionado, del año de mayo1·
pobreza paro el erario dr; la República, 18~~. dice, refiriéndose á
los maestros:-((Cumplidos lO años de sus servicios sin nota, podrán
jubilarse con las dos terceras partes de su sueldo, y st' cumpliren 1.5,
se jubilarán con sueldo entero.,
A ese progreso, á. esa ((munificencü.», hay que esperar se eleve
pronto la nueva ley, q uo debe A todo trance derogar la de los 20
años, en vista de que,ó no alcanzan á obtener tal jubilación,ó gozan
-249-

muy poco de ella los pobres maestros, que como los conductores de
las máquinas de los ferrocarriles, tienen sus años contados por lo
malsano, por lo mortífero de la profesión . A Jo que se agrega la im-
posibilidad, por falta de recursos, de llevar una vida higiénica, como
lo aconseja el mismo Monito1·, que sale del Constljo nacional, al pu-
blicar en su núm. 155, c0n el rubro la ciencia de la vida., un precioso
discurso de Laboulaye, dirigido á los niños de un colegio.
<< Es cosa estraña que en Francia (dice, y otro tanto podía decir de
Buenos Aires donde tenemos una celosa Sociedad protectora de ani-
males ) se ocupen tanto de la salud de los e~ ballos, de las vacas, de
ros bueyes ... pero no nombraré más animales ... y que se ocupen
tan poco de la salud del hombre.» «Se pueie reducir todo esto á
cuatro preceptos: -alimentarse bien,respirar aire puro, bañarse y ha-
cer ejercicio ... »¡Dichosos los maestros que, con los sueldos presupues-
tados por el C. N. de educación, puedan hacer tanto!

IX

Esto me recuerda que debo volver al punto de partida, el aumento


sério de los sueldos de que tanto necesitan los maestros para no su-
cumbir á las dospóticas necesidades de la vida, que no capitulan con
la es trechéz de la cuenta corriente del consejo; para no sucumbir á
la miseria, para no sucumbir á la ver·güenza, no tanto sin embargo,
de ellos, como de todos nosotros los que en diversas escalas poda-
mos de alguna manera contribuir, y no contribuyamos á realizar
esta grande, t~sta 01oble, esta suprema obligación moral, social y
hasta de patriotismo y de tiecoro, obligación que no es ya el caso de
demostrar y enaltecer, cuandv una sola palabra en contra no se ha
levantado, en medio de los diarios de todas las opiniones y matices
políticos; qué digo! cuando uno solo no ha dejado de hacerse eco
entusiasta de la opinión; cuando la tibieza misma del Consejo nacio-
nal de educación, está cohonestada por el culto á la cuenta corriente
y el temor del déficit dentro de sus propios recursos pecuniarios, que
son su sábana, mas allá de la cual no se atreve á estirar el pié.
Queda, pues, reducida la cuestión á sólo apuntar las fuentl:ls de
tales recursos para lo sucesivo, pues lo que es por el momento, el
remedio debe ser inmediato como en las asfixias: no puede dejarse
perecer, porque es obligar á perecer no dar lo suficiente para sub-
sistir, á los más meritorios de todos los empleados, á aquellos de
quienes ha dicho el ilustre comprovinciano del Sr. Dr. Zorilla, (en
época en que el erario de toda la nación era muy inferior al del C.N.
de Educación) el Dr .Juan Ignacio Gorriti:-«Si la consideración que
se dispen sa en la sociedad á los funcionarios públicos está en pro-
porción directa de la importancia de sus funciones, no trepido en
afirmar, que en una República bien ordenada,los maestros de escue-
la deberían ser, después: de los individuos que ocupan los tres paJe-
res supremos, los primeros personajes y los más bien dotados de la
-250-

República, pues que están encargados de funciones, cuyo b11eno ó


mal desempeño se hará sentir desde la cabaña del labrador hasta la
silla dol supremo magistrado de la República.»

¡Y que estas palabras del elocuente tribuno salteño no merezcan


todav!a otro comentario, después de 70años, que estas amargas ver-
dades proferidas hace pocos días por el no ménos elocuente pul::licis-
ta, Dr. D. Adolfo Dávila, en presencia rle la solicidud de Jos maes-
tros, al aplaudirla con énfasis, dedicándole un patriótico editoriall
-«¡,Cómo conserva, dice, esa desproporción injuriosa un pueblo que
se envanece con Jos progresos de la instrucción pública~·
« ¡,Cómo armonizar la idea grandiosn e¡ u e suscita en la mente la
contemplación de los numerosos y espléndidos trabajos escolares ,
con la mise1·ia de la r·emune¡·ación aco¡·c{ada á los sacerdotes de
esos templos de la libertad, de La moral, delprog1·eso delpaísh
« ¡,Cómo conciliae la difusión de las escuelas normales que con-
vierten al magisterio en una carrera científica, con la remuneración
dada á los diplomados, cuando entran á ejercer su profesión trascen-
dental y nobilísima~»
« •.• Pero esa época (la de la enseñanza empírica) ha cambiado:
el maestro está dignificado: el nivel de la careara se ha elevado
hastJ. las alturas de la preparación científica: antes de serlo, es
discípulo durante cuatro ó más años en una escuela normal. »
« .... El estado no puede educar maestros científic!amente, para
compensarlos lo mismo que á los de la época recordada :debe retri-
buil·los algo mejor que los patrones á sus coche1·os, lo que hoy no
hace/»
-¡,Y al que creyese esto exajerado, le preguntaríamos, tomando por
base los sueldos ya aumentados por el Consejo nacional de educa-
ción en su reciente proyecto de presupuesto:-¡,Puede sostenerse que
en la actualidad 110 pesos de sueldo, sin casa, pues de 850 maestros
apénas si la tienen 70, es decir menos del lO 0 / 0 de ellos, sean sufi-
cientes para las necesidades de la vida del maestro y su fiJmitia,
pues puede asegurarse que no hay entre 13llos ni el uno por ciento
que no la tenga1
¿Pueden presentarse decentemente vestidos en la escuela, en las
calles, en las conferencias de maestros, etc., alimentarse,, pagar al-
quiler aunque sea de d')s habitaciones para toda una familia, los
sub-preceptores y ayudantes, con 50 y 40 pesos respectivamente~
¡,Pero quiere saberse todavla algo más curioso de lo r¡ue oculta
esta Bastilla, que con razón se trata de que tenga su 14 de julio~
Pues los maestros con casa, á quienes su sueld o no alcanza para
comer, tienen por obligación, que dar de comer á uno 6 dos porteros
según la capacidad de la escuela . Y digo pot· obligación, pues de
otro modo no tendrían quien barriese los grandes salones escolares,
-251-

etc.,porque el pl'esupuesto asigna á cada portero 25 nacionales sin co-


mida, y el pobre maestro tiene forzosamente que aceptar la condi·
ción que le impone el portero, quien, apénas dándole él de comer,
se resigna á un sueldo de 83 l/3 centavos diari0sl.

XI

Resultan, pues, evidentemente ínfimos por no decir muy ridícu-


los, los sueldos recifmtemente proyectados por el C.N. de educación;
siendo hasta impropio, que el maestro aguarde ansioso la termina-
ción de la clase, no yá para descansar de las fatigas, sinó para salir
á dar l ecciones particula1 es, y la maestra para tomar la máquina
de costura, que no la ha pé'dido comprar sinó pagándola semanalmente
con el producido de su trabajo material; trabajos ex:traordin•arios y
forzados, verdaderas gale?'as: leccion E>s y costuras de institutores:
todo hecho á espensas de la propria saluJ, y por consiguiente, del
mejor desempeño de sus tareas escolares de oficio.
Esos sueldos angustiosos que los ponen en tan indecorosa y depri-
mente situación, han sido sin embargo comparados con los de otros
paises, como si ellos pudiesen servirnos de ejemplo; como si todos,
con raras escepcíones y en medio de las civilizaciones más adelanta-
das, no estuviesen más atrasados que los Estados Unidos, y como
si en este mismo p!lís no se trabajase por aumentar más y más las
ventajas de los maestros. Pero allí y en todas partes del mundo, sin
esceptuar los colonias de Asia y Africa, los sueldos alcanzan á los
maestros para subsistir, sin matarse en otras labores, lo que no s u-
cede entre nosotros, para rubor nuestro.
Véamos, pues, lo que debemos, lo que tenemos derecho :\ esperar
de V. E. y del H. Congreso de la Nación, y la manera de facilitar
este desideratum.
Aún probado que la misma duplicación de los miserables sueldos
de hoy sería insuficidnte, la comisión de los consejos de distrito irá
hasta no solicitar con todo rigor es». duplicación, dando así lugar á ·
que los sueldos mayores no sean aumentados en igualdad con los
demás, que, al fin, son los que más claman por aquel aumento.
Los 13,760 pesos mensuales á que ascienden los pobrísimos adi·
ta:nentos formulados por el C. N. de educación, corren de cuenta
de éste, como lo ofrece, pues declara poder costearlos con sus ac-
tuales recursos.
Asi es, que paso á trazar cuatro columnas, de las que todavía resul-
ta muchisimo menos de la duplicación de los sueldos, al rededor de
un 70 °/ 0 nada más. La 1" cr•lumna es presa al frente de cada cate-
goría de empleados escolares y de su número, el sueldo del presu-
puesto del Consejo nacional; la 2", el sueldo que los consejos
escolares proponen; la 3", la cantidad aumentada mensualmente, y
la 4a, el producto de la multiplicación de este aumento por el núme-
ro total de los empleados respectivos.
- 25~

Consejo Nuestra Aumtnto Diferencia


Nacional Comi~ión mensual total
~Inspectores ténicos ............... 250 300 50 150
16 Sub-inspectores .... .. ....... . ..... 180 220 40 640
29 Directores de escuelas graduadas
161 ~~~~t~~~s· d~· ~~~;;~~~~ eÍ~m~~t~i~~ 150 190 40 760
é infantiles (~on casa)....... . .... 110 150 40 6440
184 Maestros elementales é infantiles
u ~~~>;~~a¿pt~~~~-s·~r.~~;~;~s \si~ c~~~i
llO 180 70 12680
80 100 40 220
247 Sub_{lreceptores e ementales é in-
' fant1Ies (sin casa).. . . . ............ 60 100 40 9880
169 Ayudantes (sin casa) . . ........... 40 50 10 1690
32660

XII
Sr. ministro: el presidente del Consejo de educación se lamentó
á la Comisión de nuestro consejo, de que el presupuesto del ramo
no se sancionase como los demás, partida por partida; y en nom-
bre de la cGmisión me adhiero á aquel justo deseo para que el pre-
supuesto sea detallado. Son Jos maestros quienes tienen que ganar
con ello: de otro modo seguirán pasando indiscutidos, desapercibi-
dos sus bochornosos sueldos. Si se vota, por ejemplo, un millón de
pesos, el Consejo nacional podrá aplicar quinientos mil á los mismos
ridículos sueldos que ahora propone, á lo que no se ve, á las angus-
tias de los maestros en su lucha sorda por la vida; y quinientos mil
para edificación suntuosa; para el boato de los peristilos y vestíbu-
los, para todo lo que se ve y que relumbra; podrá aplicar verbi-gra-
cia más de 3000 pesos á la sola pintura al óleo con que en este
momento se hermosea el palacio de la calle Callao,etc. Tal es el peli-
gro del presupuesto en globo, del presupuesto hermético.
Pero si se leen en pleno Congreso estas partidas propuestas por el
C.N.-«Un ayudante de escuela 40 pesos, un sub-preceptor 60 •> y
en la misma sesión acaba de leerse:-((Un portero del ministerio 50,
un sirviente del Senado ó de la C. de D. D. 70,- entonces no po-
drá pasar inapercibida la chocante diferencia con el hombre que ha
pasado varios años de estudios costaados por el Estado, para ganar
menos de lo que gana aquel á quien basta saber barrer y cebar
mate.
La Comisión espera, pues, de la ilustración de V. E. que se ser-
virá acceder á esta unánime solicidud en que coinciden el consejo
general y los de distrito. Asi el Congreso, que no porque las es~ue­
Jas tengan un departamento hasta cierto punto independiente, de.
jade legislar para ellas lo mismo que para cualquier otro ramo de
Ja administración, resolverá esta que es una de tantas cuestiones
que afectan hasta el decoro del país:-si á espensas de la salud y de
1ft vida de les maestros, debe continuarse una edificación que, al
fin, no es ya tan premiosa y su falta se reduce á seguir pagando to-
davia los alquileres de algunvs edificios particulares.
-253-

XIII
Ni aún eso, porque una administración tien e los medios de hacer·
lo todo á la vez, si todo es igualmente requerido.
Cuando el país era relat.ivamente pobre y no podía pensarse · en
esa vasta edificación de escuelas, que honr;~ indudablemente al Con-
sejo nacional, entre cuyas manos se ha quintuplicado en pocos a ños
el valor de ellas; cuando la fortuna pública era tan reducida, com-
parativamente con la de hoy; ahora nueve ó diez años, el distingui-
do secretario del Consejo de educación, don Julio A. Costa, publicó
un interesante opúsculo resolviendo el probl ema ya desdo entonces
perseguido, de dotar de casas propias á las escuelas, por medio de
un sencillo préstamo hipotecario, cuya amortización y réditos im-
portaban menos que Jos alquileres que á la sazón se pagaban.
Y todo esto que era entonces incomparablemente más difícil de
ejecutar, lo podl'ía hacer hoy el Consejo nacional con el banco hipo-
tecario, afectando sólo una cuarta parte de sus propiedades, para
edificar en un año la totalidad de las escuelas, haci endo el servicio
de la amortización y rédito con Jo que hoy paga por alquileres, y
quedando dueño de terrenos y edificios en pocos años.
Pero véamos cómo le bastan los rec urso~ que le da la ley. Ni la
totalidad de los terrenos tendría que pagar, según lo qu9 dispone el
articulo 48 de la ley de educación de 8 de julio de 1884.
«Las municipalidades de la capital, colonias y territorios nacio-
nales, p1·op orcionardn los ?"erursos necesarios pm·a los edificios de
las escuelas p1·imarias, y en caso de carecer de ellos ó de no poseer-
los en sitios convenientes, contribui?·cín d su adquisición con ttna
te1·ceraparte de su valor.»
'Todo terreno, pues, hoy en púder de la municipalidad y que sea
ad ecuado para edificio escolar, debe ser r eclamado por el Consejo
nacional, y la municipalidad está obligada á entregárselo. Todo te-
treno que no sea municipaly que el Consejo necesite comprar para
el mismo destino, debe ser pagado,las dos terceras partes de su pre-
cio por el Consejo, y u na tercera parte por la municipalidad.
Más todavía: la municipalidad recalcitrante, sea por cau sa de ella
misma ó del Consej o, poco importa, tieue una antigua cuenta pen-
diente con éste, que bay que liquidar, y es el import,e de la tetce?'ú
pa1·te del precio de todos los terrenos comprados ya para escuelas
de lu capital.
Por manera que con sólo los recursos que proporciona al Cunsejo
el art. 48 de la ley, puede asegurarse que tiene ya todos los recur.
sos que necesita, y todavía un exceso en dinet•o para e dificio.~, con
el elevado saldo que resultará de aquel arregh de cuentas atrasado.

XIV
Sorprende, señor ministro, que 11n la nota que el presidente del
Consejo acaba de dirigir á V. E., en la que hace un cuadro minu-
- 254 -

cioso Je los recursos con que cuenta.. omita ést~, que es tari conside-
rable, y c.tros varios de entee las 15 fuentes que constituyen el
tesoro común de las escuelas, según el art. 44, fuentes anuales y va-
liosas en su mayor parte.
Así el inciso 1• de ese articulo menciona-« E l20 •¡0 de la ven-
tade tie1·ras en los ter1'itO?·io:s y colonias de la nación, siempre que
no exceda el producto de doscientos mil pesos.
Esta es cuenta pendientll con el P. E. N., que Jebe liquidarse por
el ministerio del interior.
El inciso 4• incluye- El15 ··¡. del impuesto de patentes de la
capital ...
Otro crédito pasivo de la municipalidad á favor del C. N. de
Educación.
Inciso 7• « El importe del derecho de mairicula escolar estable-
cida por el art. 16, á 1·azón de un peso moneda nacional anual
por cada niño en edad escola1·, con escepción de los indigentes.»
Lfl. nota del presidente del Consejo hace figurar el importe de l:lSe
derecho, por la suma de 7. 759.55: debe haber err0r: dos solos con-
sejos han percibido al rededor de esa cantidad; las matriculas de
más d& 40.000 niños producen 40.000 nacionales al año.
Omito otros recursos que no aparecen percibidos por el Consejo
nacional en la nota á V. E., para fijarme especialmente en el últi-
mo que establece la ley:
Inciso 15. « Las sumas que el Congreso destine anualmente en el
presupuesto general para pago de sueldos y gastos de l Consejo na-
cional de educación, y especirtlmente prtra el sostén de las escttelas
públicas de la, wpital, territorios y colom:as nacionales, costo de edi.
ficios, mobiliarios, útiles y lib¡·os. »
Lo de tallado del at•ticulo demn cstt•a qne él CAtá reclamando que
n~í también lo sea el p1·esupuesto para la ilducación primaria. De-
muestra aJemas,cuánb calo ha puesto el legislador para que jamás
falten los recursos y no pueda llegar el caso de malos ~uelc!os, ni de
carencia de niPguno de los diversos resortes de la en~ehanza.
Cuando parecía impolible que con los 14 recur os anteriores pu-
diese llegar ut . momento en que todavía faltase n.lgo, sanciona la
concurrencia del Congreso mismo: es la 15.. partida de las que cons-
tituyen el tesoro común de las escuelas.

XV

Y hé aqui, señor ministro, un caso práctico que justifica la pre-


visión del legislador. Este año no alcanzan los recursos; es decir,
no han alcanzado tampoco en Jos demás años, pero las c:ongojas
han sido más sentidas este año, en que más contrastan en la capital
la gran riqueza con la gran pobreza, el lujo con la carestía de todo,
á términos de haber hecho salir de sus celdns á los maestros, esta
vez más que nunca sitiados por hambre, para pedir ausilio.

- .. •"'
-~55-

V. E. lo pedirá para ellos al Congreso, y éste, dadas las condicio·


nes del haber qnepresenta el Consejo nacional, esperará d ·éste, que
para el año entrante haga qu e su presupuflsto contenga. las demás
fuentes de l'ecursos vutandole más empleados si, como parece, los
necesita para su P" rcepción; ¡·ecurso::~ que son suficientes pant toda
la edifí"ación, y para que los maestr·os teng-an y sigan teniendo en
lo , ucesivo sueldos superior·es á los tod<~via bastante exiguos que esta
nota. somete á la consideración del P. E.
V. E. com:1renderá que el Congreso no puede rehusar el cumpli-
miento del inciso 15 art. 44 de la ley que ~1 mismo sancionó hace
cinco años; siendo éste el pritl"'ero en que habrá tenido que concurrir
también él en términos que, como esperan los consejos escolares,
serán aceptados por V. E. y liberalmente sostenidos en el seno de
ese Congresfl, en el que se encuentra el distinguido presi -
dente del Consejo nacioual de educación . El no tendrá allí contra el
proyecto la única r!!-zón qu e lo hizo disentir en el consejo: la falta de
r·ecursos, con seguridad realizables ~n el año 1890; y pm·a los meses
del a1io c01·riente, porque las penurias de los maestros no aguardan
á comenzar en el otro año, sino que los apremian de preoente con la
brutalidad de los hechos: NO PUEDEN YA VIVIR.

XVI

No terminaré sin ofrecer ligeramente á la consideración de V. E.


razones especialel' que apoyan nuestro pedido, en el interés mismo
del país, que está amenazado de encontrarse en los más grandes
conflictos por falta de maestros, pue3 pronto se1·án requeridos en
número imposible de encontrar, sin el aliciente de remuneraciones
superiores á las mismas que hoy se proponen en esta nota.
850 son los maestros de la capital actualmente; pero en laMemoria
del Consejo nacional de educación de 1888 p. 31, se dice: ((El 53 °/.
de nuestros nii,os no asiste á la escuela: enorme ·~ifra que debemos
hacer desaparecer cueste lo que cueste, si hemos de asegura¡• el por-
venir, difundiendo la educación hasta en los más apartados rincones
de la R epública.»
Ahora bien: si sólo va á las escuelas de la ca;:¡ital, con ese dato, y
el de la inmigración que se desborda, la mitad de los niños, es indu-
dable ;:¡ue estos se duplicarán ta.l vez en un par de años: que de
40.000 Sil convertirán en 80.000, y de consiguiente, los maestros
requeridos tendrán también que duplicarse, y de 850 subir á l. 700.
tPero dónde está la probabilidad, lo posibilidad siquiera de
encontrarlos~
Sabemos ya, que casi íntegramente los que salen de las escuelas
normales pasan á -.tlistarsa en otra profesión. De los mismos que por
algún tiempo han enseñado en la capital; á. la perspectiva de ganar
el doble en la provincia de Buenos Ail'es y de una ley de jubilación
más liberal, abandonan sus puestos, como ha sucedido últimamente
-256-

con varios profesores de la escuela normal de varones, para irse á


La Plata: de esos profesores que, según el presidente del Consejo
nacional, ganan l lO nacionales, lo que no es exacto, pues en la ca-
pital ganan 120: cuyo recuerdo traía para justificar ellím:tf> de 110
uacionales asignado por él á los maestros de las llscuelas infantiles y
elementales; olvidando además, que en las escuelas normales, como
he dicho de la en:-:eñanza secundaria y superior, !as lecciones son de
una hora y día por medio, lo que les permite dar dos ó tres clases, y
esto importa la duplicación ó t::-iplicación no de los 110 sinó de los
120 nacionales, repito.
Pero son pura y esclusivamente los pésimos sueldos de Jos maes-
t:'os Jos que hacen de la enseñanza una carrera de paso. Es cierto
que en E. U. sucede otro tanto, pero os porque allí, á pesar de sueldos
muy superiores á los nuestros, la riqueza de ese país tan lleno de
carreras, Jos tienta, cuando no los atraen la especulación y las aven-
turas bursátiles.
De todas maneras, ¡,es un bien ó un mal, que el magisterio sea
una ca::-rera de paso1 ¡,Quedaríamos satisfechos ocupando á un mé-
dico, á un abogadt• que alternasen de carreras y las ejerciesen sólo
provisoriamente, sin amor y sin estt,dio, con ánimo de abandonar-
las para mejorar de fortuna~
No, es necesario vincular al maestro permanentemente, es decir,
por Jos 15 años que podrá con&ervar su vigor en el magisterio, que
destruye las más fuertes organizaciones; es necesario vincularlo á la
esc uela, como el colono á la tierra quo labra, como el inmigrante al
país: sólo así se tendrá buenos maestros, buenos labradores y hom-
bres útiles para la República. Es menester no prescindir de las ten-
dencias de la raza humana, ubi bene, ibipatria. N ose aclimatan, no
se inmovilizan los trabajadores, y lo somos todo~, sinó allí donde les
va bi en: haya generosa remuneración, y S'~ acrecentará el número do
1os maestros, que dejarán de ser aves de paso.

XVII
Me es a.grabable, señor ministro. sobre todo siéndolo V. E., en
cuya vida pública he reconocido desde hace tantos años ilustración
y acierto, terminar esta r:otaentregando á la eficacia do su protección
ese gremio,al que no solamente no alcanzan las munificencias de una
época tan próspera, pero n í siquiera los recursos que bastan al últi-
mo empleado, al último conchavado; ese gremio cuya lamentable
existencia, si no todos la ven, es porque el rubor que ha faltado á
los que pudiendo no la han remediado, obliga á Jos desheredados de
las consideraciones hasta humauitarias, á ocultarse de los ojos de
todos, con el legítimo orgullo de la virtud deprimida.
Tengo el honor de saludar á V. E. con la es presión de mis m{ls
distinguidos sentimientos de siempre.

MIGUBL NAVARRO VIOLA.


-257-

NOTA DEL DR ZORRILLA


Presidente del Consej o Nacional de Educación
Elevando al Sr. Ministro de l. P. los presupuestos
para el próximo año.

Exmo Sr. Ministro de Justicia, Oulto é Instrucción Püblica,


Dt·. Don Filemón Posse.
T engo el honor de dirigirme á V. E. accompañando el prusupuesto
de las escuelas de la capital, paro;. el año 1890, á fin que V. E. se sirva
se meterlo á la consideración del H. Congreso.
El presupuesto del año entrante supera al vig&nte en la cantidad de
154.920 $, hecho que tiene por principal cam~ a el aumento de sueldo al
personal docente que el consejo se permite someter á la consideración de
de V. E. Ese aumento ha sido indicado y pedido por el consejo que
tengo el honor de presidir, varias veces, y fué concedido por el P. E.
hace próximamente dos años, elevando el sueldo de los preceptores, que
reribían más de cien pesos, en un 10 °jo y el de los que le tenían menor,
en 20 °j0 •
A pesar de este aumento los sutldos son bajos todavía, como V. E.
puede notarlo, y hoy tal vez puedo repetir lo que dije á V. E. en Febre-
ro de 1888, siendo quizás mis palabras más oportunas y aplicables. Se
ha exigido al personal docente preparación esmerada, largos años de
estudio para tener la dirección de una escuela ó de una sala; justo seria
que las exigencias de la legislación escolar hubieran motivado como
natural era un aumento de la retribución de l0s inteligentes servicios
que se pedían y se prestan, y hoy la mayoría de las escuelas públicas
están dirigidas en el municipio por preceptorfls ilustrados que tienen un
diploma, fruto de largas vigilias, al que agregan una larga práctica.
Las necesidades de la vida han aumentado generalmente, y más en el
personal docente, q•1e siendo hoy más ilustrado, más notorio, tiene
mayores exigencias morales y materiales que tenia en otras épocas.
El creciente desarroDo de esta ciudad, la cantidad de personas que se
incorporan del interior y del exterior á su población, la depreciación de
la moneda circulante, son causas evidentes del encarecimiento de la vi-
da, y es justo que motiven un racional aumento en los sueldos del perso-
nal docente, si él ha de conservar) lo que ya tiene: ilustración suficiente
y dignidad personal.
Al elevar el informe anual en Mayo del. presente año, decía también
@. V. E. lo siguiente tratando el mismo tema: " Para que el progreso de
- 25~ --

nuestras escuelas siga el movimiento inicial, no debemos olvidar al


maestro; necesario as mejorar su suerte; entónces los jóvenes diploma-
dos en las escuelas normales no abandonarán una carrera que tan pocos
alicientes les presta para el porvenir, sinó que acudirán en masa á ocu-
par en las escuelas públicas los puestos que les corresponden, dejando á
un lado á todos aquellos que por ineptitud, incuria ú otras causas, exis-
ten todavi!!. en ellas con grave detrimento de la educación",
Asi pues, e.n diversas ocasiones el consejo abogó por mejorar la suer-
te del maestro de escuela.: él fué el que proyectó la ley de jubilación,
sancionada con munificencia sin ej emplo por el H. Congreso de la na-
ción, por lo que dió al maestro el derecho de retirarse después de vein-
te años de servicios con sueldo integro, aunque las primeras canas no
hubiesen aparecido en su cabeza, y estuviera en todo el vigor de la vida:
él fué el que le dió habitación decente y cómoda en los edificios esco-
lares, de cuyo beneficio no gozan de un '\ manera permanente y estable,
los que pueden llamarse personas acomodauas; y él es, por fin, el que
hoy, reconociendo las justas razones que militan en favor del cuerpo
docente, expuestas con insistencia por los consejos escolares, no vacila
en elevar al H. C. el proyecto adjunto de presupuesto que consigna el
amento da sueldos al personal docente:
16 sub-inspectores ..... de $ 143 á 180 aumento al mes $ 592
29 directores superiores " 132 " 150 ,, 522
65 id. elementales ...... 96 " 110 " " !:l10
45 id. infantiles ........ " 84" 1::.0 " " " 910
88 preceptores element. " 96 l 110 " " " 1232
104 id. infantiles ........ 84 " 110 " " " 2704
414 sub-preceptores Srs. " 60 " 70 " " " 4140
11 id. elementales ...... " 50 " 60 " ", " 110
169 ayudantes superiores " 30 " 40 " .," 1690
100 profesores especiales " 24 " 25 " ",, 100
" " - "- ---
Al mes ..•............ $ 12.910
Al año ................ " 154.920
Ese aumento no puede salir de ciert<:>s límites que la prudencia acon-
seja, y que le señala el presupuesto general sancionad" para las escue-
las normaleE y de aplicación á cargo de V. E.
El Consejo nacional tiene fuentes limitadas de recursos para atender
todos los servicios escolares y no puede contar con más entradas que
las señaladas por la ley de 8 de julio de 1884: con ellas debe sub-
venir á todas las varias necesidaJes de la escuela pública. El maes-
tro y sus sueldos no puede absorberlo todo, pues el consejo tiene
el deber de hacer edificios especiales pa1·a escuela, y vistas las proyec-
cionnes de esta ciudad y el aumento del municipio federal, pued" afir-
-259

marse que su obra en esta materia está recién en la mitad de su realiza-


ción; debe mejorar, ó mejor dicho, renovar todo el mueblaje escolar, tan
malo y deficiente todavía en muchas escuelas; tiene la obligación de es-
tablecer una biblioteca de maestros, donde estos encuentren los medios
fáciles de refrescar sus estudios anteriores y fortificarlos con otros nue-
vos, y crear las bibliotecas escolares en las escuelas superiores;debe aten-
der con un 15 por ciento de sus rentas totaltJS á la formación del fondo per-
manente de escuelas creatl.o y ordenado por la ley citada; y tiene ade-
más que atender á la provisión de útiles especiales á ciertas escuelas y
de procurarles buenos y abundantes á los niños pobres de la capital.
Hay, pues, la necesidad de obrar con cierta prudencia, si ha de ser
armónico y racional el progreso escolar; si se exagera un solo punto, si
se dedican demasiados recursos á uno solo de los elementos constituti-
vos de la escuela pública, hay que tenerlo presente, no será sinó á ex-
punsa de los otros.
El aumento propuesto para atender la remuneración de los servicios
del personal docente obedece á las condicione.; que dejo expuestas, y
cualquier variación sería peligrosa para los mismos intereses que se
tratH. de atender.
Hay una creencia general que domina en el público y en el mismo
personal docente, de que las rentas del Consejo nacional son cuantiosísi-
mas, y ese error desgraciadamente penetra en los poderes públicos y
especialmente quizá en las intendencias municipales. Quiero desvane-
cerlo una vez por todas á fin de que él no perturbe á los que de una
manera más ó ménos directa intervienen é influyen en los intereses es-
colares.
Para hacerlo, voy á poner á la vista de V. E. todos los recursos que
han proporcionado al consejo que presido las fuentes de rentas seña-
ladas por la ley de educación comun y estoy seguro que V. E. mismo
va á sorprenderse.
Rentas percibidas por ~1 Consejo nacional de educación en los últimos
siete años desde ell 0 de Enero de 1882 hasta el 31 de Diciembre de 1888=

Contribución directa ............ . 2.717.070.29 $


15 oJo de rentas municipales ..... . 2.136.821,75 "
Herencias trasversales ......... . 233.831,40 "
Multas ............ · ........... . 85.705,47 "
Matriculas .....•................ 90.190,69 "
Ventas de tierras públicas ...... .
Depósitos judiciales ............ . 274.233,90 "

Total...... 5.537.853190:$

Se ve, pues, que dividida esta suma por los siete años en~que ha sido
260-

percibida, el consejo ha tenido la cantidad de pesos 791.122 por cada


año, lo que está muy lejos de ser demasiado. La ciudad de New-York
que gasta por año poco más que nosotros, dedica de las rentas munici-
pales la cantidad de 4.500.000 para el sostén de sus escuelas comunes.
N o se hable más, pues, de cuantiosas rentas escolares sujetas siempre
á varias voluntades y destinadas á llenar tantas y tan varias necesi-
dades.
En 1888, el año en que la renta 11scolar llegó á su máximum, produ-
jo por:
C. directa .... $ 419.529,29
15 °/o de rentas municipales ... . " 492,966,00
15 °/o de patentes ............. .
Herencias trasversales ........ . " 75.998,83
Multas ..........•............ " 14.119,05
Venta de tierras nacional e~; ... . "
Depósitos nacionales .......... . "" 152.437,69
Matriculas .................... . " 7.759,85

Total..... $ 1.162.811,71
y hay que atender al pago del sueldo de 850 empleados que aumentan
siempre ; á la construcción de edificios; á la renovación y dotación de
mueblaje escolar, formación de bibliotecas, provisi0n de Utiles y tantas
otras necesidades viejas y nuevas de que no es posible prescindir, si se
quiere que el progreso escolar sea continuo y armónico.
No debo terminar la presente nota sin manif<'star á V. E. una vez más,
cumpliendo el encargo recibido del consejo, que el aumento proyectado
para los sueldos del personal docente lo reputo justo, neceE'ario y equi-
tativo, considerado en relación á los recursos que la ley ha puesto bajo
la administración y guarda del Consejo nacional de educación.
Por su parte podrá V. E. proporcionar algo más, si lo estima conve-
niente, pero debe tenerse en cuenta que en ese caso habrá necesidad de
crear nuevas fuentes de renta para atender las mayores erogaciones que
serán necesarias.
Dejando cumplido el encargo que he recibido del consejo que presido,
tengo el honor de saludar á V. E. con mi más distinguida consideración
y aprecio.

BENJAMIN ZoRRILLA.
- ~61-

81 BLIOGRAFÍA
Educación de los sentidos, por Don J ulián Lo pez Catalán

Con el título que nos sirve de epígrafe, ha publicado el Sr. Lo pez


Catalán una obra utilísima y que, sin duda alguna, está destinada á
prestar muchos y buenos servicios á los maestros estudiosos.
El asunto de la obra, que como saben todos lvs que de educación
se ocupan, es interesantísimo, está tratado de un modo que acusa la
competencia del autor, desmostrada ya en muchos obras anteriores,
y especalmente en «El arte de educar», de la cual dijo en cierta oca-
sión el Dr. Barra que «Los maestros debían adquirirlo, seguros de
que no abundan libros de esta clase tan merecedores de su estudio.»
Y dijo bien el primero de los pedagogistas sud-americanos.
El Sr. Lopez Catalán que ha dedicado toda su vida al perfeccio-
namiento de las escuela¡¡ de párvulos, tan semejantes á los jardines
de la infancia del venerable Froebel, ha pasado largos años entre
los niños, razón por la cual, lo que llama especialmente la atenció n
en todos sus libros, es la claridad y espíritu práctico conq ué están
escritos.
Poco valor tiene un libro de pedagogía, cuando sólo es compren-
sible para personas muy versadas en el estudio de las ciencias an-
tropológicas, cobrando por el contrario valor inmenso, cuando está
al alcance de todas las inteligencias.
En el primer caso sólo aprovechan á un corto número de notabili-
dades, en el segundo á todos los que se dedican á la enseñanza.
En La Educacion de los sentidos, después de una minuciosa
descripción fisiológica, ha colocado el Sr. Lo pez Catalán una série
de variados y apropiadísimos ejercicios para educar, por medio del
juego, los órganos sensorios del niño, hasta donde cabe hacerlo en
los límites de la escuela primaria.
Aconsejamos á nuestros lectores la adquisisión de esta obra, la
cual, como todas las que forman la segunda série de la «Biblioteca
del Maestro:., reune á su importancicJ. científica una gran modicidad
en el precio.
*
* *
Se ha puesto én venta el tercer tomo del Curso de Pedagogta
que con tanto éxito viene publicando el antiguo educacionista
Sr. Torres.
Se ocupa de la Metodologia especial de la Lectura, Escritura y
Aritmética. Creemos innecesario recomendarla á nuestros lectores,
par cunnto la mejor recomendación· es el nombre de su autor.
- ~62-

CURIOSIDADES
Las ranas en los EstadosUnidos.
Las ranas, de pt·eciadas en otros tiempos por los americanos, son
objeto desde hace algunos años de un consumo tan extraordin ari o,
que los estanques y las balsas del estado de New-York y los de Mil-
wankee, se han agotado enteramente por ser el l:onsumomayor qu e
la producción.
Los mercad os nev-yorkinos deben pu es proveerse en el Canadá
y en los ostadvs cuyos habitantes no tienen e n mucho á estos ani-
males.
A fin de evitar la total extin ción de l a ~ ranas se han hecho y sigu en
hacié ndose importantes estudios acerca de la cría y r eproducción de
la misma.
Sin embargo, parece que no se esperan de ellas grandes re-
sultados.
Hay quien cree que siendo la rana un animal glotón por excelen-
cia, será imposible procurarse la immensa cantidad de moscas é
insectos que necesitarían los viveros.
Además, las évoluciones y metamórfosi s de las ranas son muy
lentas, lo cual indica qu e los gastos de su cultura serían muy con i-
derables, dificultando su venta.

Cómo ha vivido un!centenario.


El ilustre M. Chevreuil,muerto recientemente en París á Jos ciento
tres años de edad, hacía el siguiente género de vida:
Despertaba todas las mañanas á las cinco; alg un os minutos des-
pués le servlan una taza de sopas, . que tomaba co n bu en apeti to ; sin
abandonar el lecho leía los periódicos y recibl a aJg unas visitas de
confianza, como la de su ayudante preparador M. Arnaud .
A las once tomaba un almuerzo abundante, á las doce se levan-
taba, hacía su toilette y paseaba por eQpacio de dos horas en carrua-
je, conducido por su fiel cochero José.
Se hacia llevar á la torre Eiffel, « maravilla que, según el venera-
ble sabio, era la octava del mundo. »
Vuelto á su casa, el anci11.no t J maba una taza de leche y se
acostaba; comía á las siete en la cam3., siempre con apetito, be-
biendo si empre agua; después de la comida el venerable centenario
se dormía )Jl'vLtndamente. Cuando todas las mañanas le preguntaba
M. Arnaud si habf t pasado buena noche, contestábale sonriendo:
« Jamás he dormido mal.»
Ha muerto con la tranquilidad del justo.
- 263-

Nal'anjos enanos.
En Veracrúz lucian hace poco tiempo en un balcón de la avenida
de la Independencia, unos naranjitos enanos colocados en macetas
no muy grandes y que ostentaban ya naranjas maduras.
Es facil obtener los primorosos arbolitos; cuando un naranjo está
en flor se escoge una rama bien carg~.r!a de azahares; con un alam-
bre de hi erro recocido y dulce S::l le hace en este ramo una atadura,
y torciendo con una tenacílla se deja el alambre bien apretado al
rededor de dicha rama, de manera que quedc:J estrangulado en ese
punto, impidiendo el paso de la savia; á los pocos días se forma más
arriba del alambre y en todo el rededor una fuerte hinchazón de la
cortbza; en este rodete, con un instrumento bien cortante, se hacen
cuatro ó seis ir.ci s ione~ qu e penetren la corteza y en sentido ó direc·
ción paralela al eje de la rama; al día siguiente se recubre toda esta
parte ya abierta con una buena cantidad de tierra fértil de jardín que
se manti e ne en su lugar por medio de nna pequer:a maceta de barro
que se asierra con facilidad en dos mitades de arriba ab~jo por me-
dio de un serrucho de costilla. Se sostiene esta maceta por medio de
un estante y se conserva la tierra con moderada, pero constan te hu-
medad.
A los dos meses se corta la rama por debajo de la maceta con una
sierra bien cortante y sin bruscas sacudidas á fin de que no caigan
las naranjitas ya cuajadas; se abren las secr,ioaes de la macetita y se
coloca cor::. !'U tierra en la maceta más grande y también con buena
tierra, donde sigue vegetando hasta la maduréz de sus hermosos fru-
tos. Conviene suprimir algunas naranjitas si son muchas y dejar
sólo cinco 6 seis de las más desarrolladas.

Bárbaro espectáculo.
Los habitantes de Satkstead, á cuatro leguas de Manchester, no
se conmoverán cuando oigan referir corridas de toros. Hé aqul el es-
pectáculo que con gran satisfacción y aplauso contemplaron hace
pocos días.
Un titiritero llamado el hombre gato daba una representación al
aire libre. Su habilidad consistía en correr á cuatro piés tres gran-
des ratas y hacer con ella; lo qn .J ~ u e len hacer los gatos.
En medio de la función salta dentru del circulo un enorme bull-dog
y al verle, exclama el titiritero: apuesto á que sin valerme tle mis
manos le mato á dentelladas.
¡Bravo 1 gritaron los espectadores, y al punto comionzan las
apuestas. Atan las manos al hombre gato y puesto de rodillas, espera
la acometida del perro, .que el público cuidó de excitar á pedra-
das.
-264-

Empezóse el combate horrible en que llevaba la peor parte el titi-


ritero, pues el bull-dog había hecho Ru presa en su garganta y no
soltaba. La sangre corría y las mujeres gritaban: 1 basta! ¡ basta !
pero los qua habían apostado vociferaban que siguiera a1uella escena
d~ circo romano hasta el final. El hombre se dirigió arrastrándose
hacia el perro y lo mordió en la nariz. Furioso al animal y embria-
gado por la sangre, le muerde en los brazos, y por último, viéndolo
casi exánime en al suelo comienza á desgarrarle el pecho. Los espec-
tadoras callaban esperando el resultado da su apuestas.
Moribundo, con Jos ojos fuera du sus órbitas, lanza un grito des-
garrador; paro viendo la impasibilidad del público, saca fuerzas de
flaqueza y replegándose er. sí mismo, muerde en el cuello al terrible
animal yconsigue partirle la arteria carótida. El perro cayó muerb
en la arena entre los aplausos frenéticos del público. Se cree que el
titiritero no tiObrevivirá á sus heridas.

NOTICIAS
t:onferenelas Dodrlnale•.- El Sábado 17 del corriente tuvo
lugar la segunda Conferencia Doctrinal en el local de costumbre, bajo la
presidencia del Dr. Felix Martín y Herrera, vocal del C. N. dfl Educa-
ción, y con la asistencia del señor Ministro de Instrucción Pública,
Dr. Posse ; del señor Gonzalez Garaño, miembro del Consejo Escolar
del lo Distrito; de los Inspectores técnicos, señores Vedia y Diez Morí;
de los Sub-Inspectores y gran número de Directores y preceptores de
las Escuelas Comunes de la Capital.
El señor Esteban Lamadrid, que con anterioridad había sido designa-
do para exponer sus ideas sobre "Métodos de lectura" lo hizo con bas-
tante acierto, sentando principios y sanas doctrinas que fueron elogiadas
y aceptadas por todos sus oyentes.
Su conclusión final fué: que en la enseñanza de la lectura no debe
usarse otro método que el de palabras y que de entre 6stos , el que me-
recia especial preferencia, era el ideado por el profesor Andrés Ferreira
y que se titula: "El Nene."
Hicieron uso de la palabra los señoras Aubin, Scarpa, Farreira (Al-
fredo), Sisto, Mataez y Ved.ia apoyando las ideas sostenidas por el
conferenciante.
Fué designada para la próxima conferencia la Sta. Adminda Santillán,
quien deberá Ju;;arrolla.r el siguiente tema: ''Método para la enseñanza de
la Aritmética."
El señor Ojeda, que no pudo dar su conferencia. por falta de tiempo, lo
hará en la próxima sesión.
- 265-

1Jna lnstltoelón henéftea. - Acaba de formarse una sociedad


en la Esquina (Corrientes), con fines filantdpicos, y que merece el esti-
mulo de la prensa, porque ella se relaciona íntimamente con la educación
popular.
Tiene ella por objeto:
¡o Crear una biblioteca escolar para uso general y el-'pecialmente para
el de los maestros de las escuelas públicas y particulares.
2o Atención material á los alumnos pobres de solemnidad y de otros
que, no siéndolo carezcan sus padres de medios suficientes para dotarlos
de vestido y calzado relativamente decentes.
So Atención á los maestros que por enfermedad se viesen imposibi-
litados, por tiempo determinado, de c.oncurrir al desempreño de sus
deberes.
4o Propagación máxima de la enseñanz11..
5o Atención á las Escuela'! para la provisión de los útiles y enseres
in:lispensables á la marcha regular de las mismas.
Go Estrechar generosas vinculaciones con toda institución educacio-
nal, prescindiendo de pasiones ó rivalidades perniciosas.
7o Estimular el personal docente, rodeándole de todo prestigio tanto
escolar como social.
So Promover conferencias teóricas y prácticas, especialmente estas
últimas, pero sin descuidar las primeras ; y por último, consolidar la
institución escolar de una manera tal que pueda ofrecer las mayores
facilidades para la enseñanza, dando una idea acabada de la cultura de
esta sociedad.
Los jardines de la lnfanela en La Plata. -La Dirección
General de Instrucción Pública de la Provincia se ocupa actualmente en
los estudios y trabajos preparatorios para la fundacion de jardines-
escuelas con arreglo al sistema Froebel.
Es este un pensamiento digno de aplauso, por la trasformación que en
la esfera de la enseñanza están llamados á producir las ideas del insigne
pedagogo alemán, dando á la educación de la juventud nuevos rumbos
y sometiéndola á procedimientos más racionales.
Para que el sistema Froebel produzca todos sus resultados, lo más im-
portante, mucho más que las instalaciones, es hallar maestros d1-1 condi-
ciones especialisimas, y luego que los padres de familia comprendan la
superioridad de un método que tiende sobl'e todo á desarrollar la inteli-
gencia del niño, sin preocuparse por el momento de recargar su memoria
con una gran cantidad de conocimientos que sus facultades poco desar-
rolladas todavía, no pueden digerir, haciéndoles repetir lo que oyeron de
un modo puramente mecánico. Ser.\. de desear que estas observaciones
sean tenidas en cuenta al establecer los nuevos jardines de la infancia.
en la capital de la. provincia..
- 26G-

Libro graduado de lednra.-El doctor don Alfredo Vasquez


Acevedo, r ector de la Unversidad de Montevideo, y uno de los educa-
cionistas más distinguidos del Rio de la Plata, se preocupa actualmente
de preparar un libro graduado de lectura que llene las exigencias im-
puestas por las Escuelas de l\rden superior, - y con este motivo se ha
dirigido á varias personas, - - invitando á colaborar en la menci.mada
obra.
La elección de los temas está librada al criterio de las personas invita-
das, pero el doctor Vasquez Acevedo indica, sin embargo, como dignos
de tenerse en cuenta, los siguientes :
Episodios Históricos-Descripción de escenas de costumbres - Tipos
nacionales-Descripción de un paisage del territorio-Apología de vir-
tudes cívicas ó sociales-Critica de vicios, errores ó preocupaciones
sociales .
.La extención de las composiciones p.ueden ser de tres á seis paginas,
ni más ni menos que las insertas en los libros de lectura usados gene-
ralmente en las Escuelas Públicas,

Biblioteea Popular delltlnnlelpio.- Hé aquí el re3úmen del


movimiento habido desde el 1° de Enero del corriente año hasta la fecha
en esta simpática institución:
Número de volúmenes que han circulaJo en el Municipio : Entregados
á los sócios para leerlos en sus domicilios 16,192: remitidos por el esta-
blecimiento al domicilio de los sócios 1.378: total de volúmenes 17.570,
número de lectores que han asistido al ostablecimiento 8.373.
Libros adquiridos por donación: Facultad d.e Ciencias Médicas, 7 vo-
lúmenes; Carlos Rochet, 1 id; Pedro de Mirat, 2 id; doctor Silverio Do-
mingue, 7 id; Pedro Mautalen, 10 id; doctor Adolfo Saldías, 2id; Luis A.
D' Abreuil, 1 id. Total 30 volúmenes.

Rlvalldaelón de diplomas extranjeros.-En vista de que


los títulos ó certificados que provisoriamente se entregaban á los maes-
tros extranjeros para poder ejercer su carrera, no dan el resultado que
se apetecía, el Consejo N. de Educación ha resuelto lo siguiente:
lo Los que deseen obtener el titulo supletorio que los habilite para el
ejercicio de la enseñanza, deben justificar su c-a pacidad, rindiendo las
pruebas que este reglamento establece.
2o En los quince primeros días de Enero y Julio presentarán una so-
licitud que deberá expresar la edad, estado, domicilio, nacionalidad del
peticionante y la clase á que aspira. A la solicitud deberán acompañarse
los siguientes documentos: 1° Certificado de moralidad, firmado por dos
personas conocidas y visado por el presidente del Consejo del distrito.
2o Informe facultativo visado por el médico escolar que acredite no tener
el solicitante enfermedad orgánica ó contajiosa que lo inhabilite para e
- 26i-

magisterio. 3° Los documentos relativos á los estudios que tenga hechos


el interesado, ó á los cargos que haya ejercido.
3° Las solicitudes que se presenten dentro del término fijado y con los
documentos exigidos serán inscriptas en la secretaría del Consejo Nacio-
nal de Educación.
4° Los exámenes se rendirán con sujeción al plan de estudios y pro-
gramas dictados por el Ministerio de Instrucción Pública para los es-
cuelas normales de la nación.
5° La comisión examinadora se compondrá de cinco miembros por lo
menos, que serán inspectores técnicos ó profesores normales, debiendo
presidir!>~. un vocal del Consejo Naeional de Educación.
6° Las pruebas serán escritas y orales: las primeras i,endrán lugar á
un mismo tiempo para todoslosexminandos, y las segundas individual y
sucesivamente.
7 0 La prueba escrita consistirá en una disertación sobre un tem¡¡, de
pedagogía, que la comisión designará en el momento de verificar el exá-
men. No será permitido á los examinandos consultarse entre si, ni va-
lerse de libros ó apunte de ningún género. La prueba escrita podrá durar
tres horas, al fin de las cuales el secretario recojerá los t-rabajos asten
completos ó nó, debiendo ser firmados por los interesados.
8° Las pruebas orales serán técnicas y prácticas. Las técnicas consis-
tirán ¡»n preguntas y explicaciones !:'obre las diversas asignaturas que
abarco. el plan de estudios sin separarse de los programas que los deta-
llan. Este exámen durará media hora por lo menos para cada exami-
nando.
go La prueba práctica consistirá en una lección modelo dada á los
alumnos del grado respectivo, que no excederá de 30 minutos y que el
examinando puede preceder de brevísimas consideraciones sobre el ob-
eto que se propone y el método que vá á emplear. El tema para la
prueba práctica será fijado con 24 horas de anticipación.
10° Los títulos supletorios que se expidan serán de tres categ0rías :
de preceptores, sub- preceptores y ayudantes . Las pruebas que
deben rendir comprenderán: para los preceptoras los tres años de los
cursoe normales; para los sub-preceptores, los dos primeros años ,le
estos primeros cursos, y para los ayudantes los seis grados de la ense-
ñanza primaria.
11° Los que presenten certificailo general de estudios primarios y as-
piren al titulo de ayudante sólo estarán obligados á rendir el exámen
escrito y en práctica.
12° La clasificaCión se hará decidiendo previamente si el examinando
es aprobado ó nó. En seguida se graduará el mérito de la prueba por
puntos correspondiendo 1 á 3 inclusive al t"egula1·, 4 á o al bueno, 7 á 9
distinguido y 10 al sobresaliente.
-268-

13° Cada examinador anotará la ,~la.sificación que en su JUICIO merez-


ca el examinando y terminada cada prueba se procederá al escrutinio
escribiendo el cociente que resulte de dividir la suma de los votos por el
número de votantes en un registro, que firmarán todos los miembros de
la comisión examinadora. La clasificación obtenida en la prueba escrita,
en la práctica y el término medio de la prueba oral se sumarán, dividien-
do el total por tres, lo que dará el resultado final del exámen.
14°Los candidatos que alcancen la clasificación de buenos por lo menos
en las tres pruebas obtendrán el diploma correspondiente al exámen que
hayan rendido. Los que no alcancen esta clasificación en una prueba no
serán admitidos en las sucesivas ni obtendrán titulo alguno.
15° Terminados los exámenes la comisión elevará un informe al Con-
sejo Nacionnl, acompañando las planillas del escrutinio; anexos á.
este iJ ,forme deben enviarse las pruebas escritas, rendidas por los exa.-
minandos.
16° En presencia de estos documentos el Consejo Nacional, expedirá.
los títulos supletorios á las p11rsonas que los hayan merecido, inscribién-
dolos en un registro llevado al efecto."
Aplaudimos esta resolución de nuestra autoridad escolar, deseando
sólo que ella se cumpla en todas sus partes.

Materiales snspendldos.-Deseando dar á conocer ánuestros


lectora~todos los documentos relativos al aumento de sueldos, nos ve-
mos obligados á retirar muchos materiales de redacción que la falta de
espacio nos obliga á dejar para el próximo núme1:o.

Nuevo sob-lospector.-El señor Rómulo L. Albino ha sido


nombrado sub-inspector del 8° Distrito, siendo reemplazado en el puesto
de Director de la Escuela Graduada de varones del mismo Distrito, por
el señor Francisco Lujan.
Reciba el amigo nuestras felicitaciones por su nuevo ascenso.

t:ompañtas teatrales de niños. - Sabemos que en uno de


nuestros principales teatros se exhibe una compañia de zarzuela forma-
da por niños de corta edad, hecho verdaderamente censurable del cual
nos ocupamos combatiéndolo, cuando en el año próximo paf!ado se estre-
nó en el mismo teatro una compañia de igual género d~ la presente y
cuyo desenlace, en la ciudad de Montevideo, fuá bastante triste para los
pequeños artistas.
Parece imposible que aún haya padres que permitan tales explo·
taciones!
N o es ,seguramente, en el ex:cenariu de un teatro donde deben formarse los
corazones de nuestros futuros ciudadanos y de los madres del porvenir.
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
óRGANO DEL CENTRO UNIÓN NORMALISTA

Año U J Setiembre y Octubre de t889 Nllm. XX


COMl 'IÓN RED .\CTORA:
Emilio R. Olivé. - José M a Aubin. - Francisco Guerrini

LEGISLACIÓN ESCOLAR
La publicación de Reglamentos que determinaran de un
modo claro las atribuciones de los C. E. de Distrito, de los In~­
pectot·es y de los Maestros, señalando al propio tiempo los
deberes que á cada uno corresponden y las responsabilidades
que pueden caber· les, erade.impl'escindible necesidad.
Puede decirse que sin ellos era punto menos que imposible
log!'ae que el organismo escolar llenara de una manet·a regu-
la!' y armónica las funciones que le son propias.
Merece, pues, el Consejo Nacional de Educación el aplauso
de los maestros y de los amigos de la Educación, por habet·
dado cima á la obra de nuestra legislación escolar, la más
completa y conforme con los principios pedagógicos modernos
de cuantas en vigencia, no sólo en América, sinó en muchos
paises europeos.
Redactado por el estudioso y entendido autor de Jos
Antecedentes históricos á nuestra legislación escolar, los
Reglamentos recientemente aprobados, son, por decit·lo asl,
eminentemente p1·ácticos.
Prevén todo-s los casos, y presentan soluciones claeas y
precisas paPa todas las cuestiones·que puedan su egir.
No han de faltal'les opositoees, pero recordat•emos que lo
mismo sucedió con el «Plan de estudios>> vigente, debido al
mismo autor, y que sin embargo, no sólo se ha abierto camino
sinó que ha merecido los más lisongeros juicios de parte de los
más reputados pedagogistas nacionales y extranjet·os.
- ~10-

lioy, ya nadie se atrevería á sostenee que los programas


vigentes son impra.cticables .
La experiencia ha demostrado lo contrario.

*
**
Del Reglamento para la Inspección Escolar en la Capibl y
Territorios Nacionales, nos hemos ocupadoyaen números an-
tel'iores, >"~.si es que no lo mencional'iamos si no quisiéramos
contestat• una observación que se le ha hecho.
Se ha sostenido que para el Inspectot· no debiera haber más
pena que la destitución.
No lo ct·eemos: pensamos que este extremo es demasiado
absoluto.
Está fuera de duda que lo que caracteriza un delito es la in-
tención que ha originado su comisión, y pal'tiendo de este
principio, forzoso es concedet• que hay faltas que, cometidas
con pi.3no conocimiento, sólo se pagan con la pél'dida del em-
pleo; mientr·as que la misma falta puede ser cometida en cir-
cunstancias que aminoren su importancia, y por consecuencia
la rigurosidad de la pena.
Pondremos un ejemplo.
La trasmisión de datos falsos, según las leyes vigentes es
causa suficiente, no sólo para destituit· á un funcionario, sinó
para reti?•arle el diploma.
Un Inspector visita. una Escuela cuyo Director goza de exce-
lente fama.
Pregunta el número de alumnos, y el Dieectol', por conve-
nir asi á sus intereses, le da un númeeo mayor del que en
realidad expresa cuantos son los niños matriculados.
Ellnspector, que no desconfía del maestro, admite el dato
sin comprobarlo debidamet~te, y lo trasmite á la superioridad.
Más tarde se descubre que la cifr·a no es verdadera, que hay
menos niños de los que en su informe ha consignado el Inspec-
tor, resultando que éste ha r emitido un dato falso, y que, por
lo tanto, debe ser castigado.
¿Es gl'ave la falta del Inspector? En sí lo es, en las circuns-
tancias apuntadas no tanto.
-271-

Podría merece!' la destitución cometida á sabiendas; en el


caso supuesto, un simple apercibimiento será bastante.

*
**
En cuanto al «Reglamento General para las Escuelas Comu-
nes de la Capital y Territorios Nacionales))' diremos que en
nuestro sentir es una obra verdaderamente digna de aplauso (1).
Es completísimo y muy práctico.
Puesto en vigencia con energia, ha de cortar muchos abusos
y ha de corregir muchas deficiencias.
Dividese en diez capitulos que tratan respectivamente de las
escuelas, de la enseñanza, del personal 1ocente, de las confe-
rencias, de los alumnos, exámenes, disciplina, biblioteca y
estadisti ca.
Como se vé, nada ha sido olvidado; muy al contrario, todo lo
que concierne á la enseñanza ha sido tratado con amplitud y
gran criterio.
Al tratar de las escuelas se ha tenido muy en cuenta la
higiene y comodidad de los niños, a cada uno de los cuales se
asigna un metro cuadrado de superficie y cinco de capacidad
cúbica, es decir, algo mas de lo que pide el mas exigente de
los higienistas escolares, el ])r. Riant.
No nos cansaremos de aplaudir esta medida, como no nos
cansaremos tampoco de incitar á los consejos escolares de
Distrito á que la hagan cumplir.
Si el alto precio que alcanzan los alquileres obliga á lama-
yoría de las familias á vivir en habitaciones siempre estrechas,
y en muchísimos casos húmedas y oscuras, remediemos en lo
posible este mal, haciendo que los pobres niños a esta vida
sometidos, hallen en la escuela todo el aire que necesitan sus
pulmones.

(1) El Diario, mal informado sin duda, atribuyó al Sr. Vedia, el proyec-
to de este R eglamento, qu e, como todos saben, ha sido ideado por el
Dr. Martín y Herrera. Lo hacemos constar así, para dar á cada uno lo
suyo.
-272-

Estamos de acuerdo con las disposiciones que indican el


número mínimo de niños que puede tener un grado, como tam-
bién con las que disponen la manera de formar secciones
paralelas.
Sin embargo, falta en este capítulo una disposición que hu-
biéramos querido ver consignado en él.
Nos referimos ala existencia de empleados que con el titulo
de secretarios existen en muchas escuelas, y que no es nece-
sario decir que no debieran tolerarse; primeramente porque
las funciones que desempeñan (redactar notas, hacer resúme-
nes, confeccionar planillas, etc.) son atribuciones del Director
y en segundo lugar, porque ningún empleado debe ejet•cer má.s
funciones que las que se le confían al nombrat·le, y no sabemos
que, hasta ahora, el C. N. de E1ucaci6n haya nombrado á
persona alguna para que sirviera de escribiente á. al gún Direc-
tor 6 Directora poco amigos de hacer correr la pluma.
El título segundo que trata de la ((Enseñanza» consta de cinco
capitulos que son ya conocidos, puesto que no son otra cosa
que las disposiciones contenidas en el folleto titulado ((Plan de
Estudios, p1•ogramas y hora1·ios paPa las escuelas comunes.»
Cuando aquel trabajo aparéció, ya hicimos conocer nuestra
opinión favorable y á ella nos atenemos.
El título tercero es para nosotros quizá el má.s importante,
pues trata del personal docente, de la clase y número de
maestros que á cada escuela corresponden.
Es preciso convenir en que no habrá. buenas escuelas, por
más que tengamos palacios, bibliotecas y buenos útiles, sinó
tenemos lo principal: buenos maestros.
y para que los haya, es preciso que no se desaliente á los
que se dedican á esta carrera tan noble como ingrata.
Es preciso que los que tienen diploma buenamente adqui-
rido, que los que consagran todos sus esfuerzos al mejormiento
de la escuela argentina, no se vean suplantados por otros cuyo
sólo mérito consiste en una cartita de Pecomendación; en ese
gérmen destructor de nuestra sociabilidad, como muy bien
dijo , cierto homb1·e público que no es preciso nombrar.
En estas ideas parece inspirado este capitulo del Reglamento,
cuando dispone que nadie podrá dil•igiruna escuela sin poseer
uu diploma expedido por una escuela normal y sin tener pot·
lo menos tres años de practica 6 ejercicio en el Magisterio.
-273-

¡Dios quiera que disposiciones tan justas y moralizadoras se


cumplan! ¡Que el embate de las influencias y los esfuerzos de
los inútiles no abran un portillo al muro que hoy se les opone,
son muestros votos! .
Muy oportuno nos parece el titulo que detalla los deberes de
los maestPos de sala y los del Director, asl como los derechos
de cada uno.
La fiel observancia de estas disposiciones evita1•a en laS
escuelas roces y resistencias que existen, y que minan muchas
veces por su base el buen nombl'e de un establecimiento de
educación, hil'iendo aunque de rechazo a la educación misma.
Muchas veces los subalternos poco esct•upulosos, tienen por
actos abusivos del Director las medidas que éste toma para
compelirlos al cumplimiento de su deber.
Ahora sabrán los remisos, que, no es elDil'ector, sinóla ley,
la que no pet•mite tPansgresiones del debe!'.
Hora ePa ya de acabar con el uso y abuso de las licencias, y
las nuevas disposiciones ponen un dique a la complacencia de
muchos Consejos y á la poca asiduosidad de algunos maestros.
Nada es tan pernicioso como el mal ejemplo; el. que dan
muchos señores empleados confiando en la indulgencia de sus
supel'iores, no concurriendo con la debida puntualidad a cum-
plir con sus deberes es fatal.
Todos creen tener derecho (y tienen razon) á faltar cuando
bien les paPece, si ven que hay quien impunemente lo hace.
En lo sucesivo, sólo el caso de enfermedad ó de motivo muy
grave, da¡·a lugar a la concesión de licencias.
Todo maestro que deba faltar de su puesto por más de
15 dias, debe poner, en reemplazo suyo, ó un suplente con el
diploma col'respondiente al cargo que vá á desempeñar, enten-
diéndose que en ningún caso se acordarán licencias por mas
de dos meses.
Asi debe procederse: el interés particular debe cedel' al
genePal, el del individuo al de la Escuela.
Conceder una licencia de tl'es meses a una persona que
tiene á su caPgo un gPado, equivale a desorganizar aquél
grado y á comprometel' el éxito de los estudios de una multi-
tud de niños.
En lo que se Pefiepe á «Conferencias, Alumnos, Exámenes»
el Reglamento a.probado pPesenta metodizadas y foPmando un
-274-

solo cuerpo varias disposiciones, sucesivamente dictadas por


el C. N. de Educación, notándose algunas modificaciones
aconsejadas por la práctica, modificaciones que demuestran
dos cosas: lo que el Consejo no desoye la opinión razonada del
Magisterio y 2° que se pl'eocupa verdaderamente de nuestro
progreso educacional.

LA. :B~DUCA.ClÓN MORAL


EN LOS

ESTABLECIMIENTOS DE INSTRUCCIÓN flRUfARIA

La educacion libe1'a l de la sociedad laica y democrática debe te-


ner por base la enseñanza moral, no de una manera rutinaria y
dogmática, sino persuasiva y práctica,haciendo inclinar al niño al
amor del bien.
Toda sociedad que se precie de culta tiene que consagrar toda
su atención á la escuela primaria y fomentarla con todos sus es-
fuerzos, para que pueda recoger los mejores frutos en una educa-
ción moral de la niñéz, lo cual llegat·á á ser nada menos que el
factor más importante en su bienestar y su honradéz.
La enseñanza moral se ha reducido hasta hoy á hacer apren-
der de memoria al niño los deberes que tendrá que llenar cuan-
do sea un hombre formado; su cerebro queda impregnado de mu-
chas definiciones, preguntas y respuestas que se evaporan al
calor de la juventud y de las cuales sólo queda alguna reminiscen- #

cia al pisar los umbrales de la edad viril. Esos hombres tienen


ideas de moralidad mezcladas con los principios religiosos que
aprendieron en el hogar doméstico, 6 bien si les ha faltado una
madre cariñosa que se los inculcara, los han adoptado por imita-
ción, por el trato con personas de buena conducta, ó por una ín-
dole hereditaria que los hace ser buenos porque no pueden set·
malos.
La enseñanza moral debe considerarse como el complemento
de todos y cada uno de los ramos de la instrucción escolar, y la
misión del maestt·o no está circunscrita á hacer que los niflos
aprendan su texto de moral y ejercitar su agudeza en ~ontestar
-275-

dos ó tres objeciones triviales, que ni demuestran que el niño sea


moral, ni mucho ménos que practiquen los preceptos morales
correspondientes á su edad. Los hijos de los primeros cristianos
sabían menos religión que los educandos de hoy, y sin embargo,
aquellas criaturas. eran más firmes en su fé, porque habían visto
prácticamente en sus padres lo que se les hacía aprender en doc-
trina.
La ensñanza moral exige un tino especial para hacer germinar
el se·ltínliento del deber en el corazón de los niños. Antes de que
aprendan cuáles serán sus deberes al ser hombres, eR preci~0
acoRtumbrarlos á practicar sus obligaciones de niño. En su tier-
no corazón es donde deben sembrarse los gérmenes de la vii·tud, y
esto sólo ~e consig-ue despertándoles la simpatia hácia las buenas
acciones, excitando los impulsos naturales hácia el bien, y sobre
todo, causando una profunda impresión en su ánimo por la con-
vicción con que se le hable sobre sus deberes morales.
Más que á ilustrar la inteligencia con las doctrinas morales, se
tiene que procurat que el niño ame, que tenga inclinación al cum-
plimiento de sus deberes, que los practique y forme un hábito en
ser bueno. De aquí inferimos que en la escuela primaria debe limi-
tarse como inútil y sin resultados prácticos la enseñanza dogmá-
tica de la moral, porque allí es sólo un arte, el arte de inclina1· la
voluntad libre hácia el bien.
El maestro es, hasta cierto punto, el delegado do los intereses
más sagrados de la sociedad, porque él es quien tiene que formar
el corazón, ilustrar con las nociones elementales la inteligencia
del niño y modelar el carácter para que aprendan á dirigir su vo-
Juntad con firmeza, en el ejercicio constante del bien obrar.
Es verdad que los niños al comenzar su vida escolar han reci-
bido algunas nociones de relígiór. en el hogar paterno, y estas
ideas adquiridas sobre la existencia de Dios, el conocimiento de
los deberes para con la Divinidad, los principios más generales
de la moral universal y las prácticas de la religión que profesen,
les sirven de base para asimilar con más facilidad los preceptos
que deben formar sus costumbres y todos los actos de su vida.
Por lo demás, es indudable, dado el carácter abstracto de la reli-
gión, el simbolismo de sus liturgias, que todas las ideas que
aquella comprende se encuentt'an sólo en gérmenes cunfusos en el
cerebro del niño, y no podrá apreciar el valor de la noción reli-
giosa, sino cuando la reflexión, la cultura inteleetual y la corivic-
-276 -

ción de sus principios lo hagan cultivar aquellas simientes que sus


padres semb1·aron en su tierno corazón. ¿Y cuál es el método que
los padres observan para inculcar en sus hijos los precept0s :-eli-
giosos? Su enseñanza está muy lejos de ser doctrinaria. Hacen
q11e aprendan una oración, y diariamente insisten en que la repi-
tan á la misma hora y en las mismas circunstancias; procuran ob-
servar las mismas prácticas religiosas ~n días determinados, y de
esta manera van creando la costumbre del cumplimiento de los
deberes religiosos, que echf\n profundas mices en los hábitos del
niño, siempre que el fanatismo y la exigencia torpe de los padres,
no degenera en rutina fastidiosa.
El mismo camino tiena que seguir el maestro para la educa-
~ión moral. No basta enseñar el precepto, es indispensable buscar
los medios para que el niño pueda practicarlo todos los días, á ca-
da ho1·a, á cada momento. Hasta hoy la moral práctica se ha re-
ducido á escribir leyendas sobl'e los hechos heróicos y abnegados
de hombres, mujeres y niños, que sirven de textos de lectura, que
por más que los lean y vuelvan á lee r pasan al olvido á la media
hora. Y con esto se cree comunmente que se les enseña moral á
los niños. Error grave. Se escriben t extos de moral mu.:hos y
muy buenos para una escuela de adulto~;;, pero muy pocos, rarísi-
mos á propó~ito para las escuelas de primera enseñanza, precisa-
mente porque en ellos se olvida al niño por completo.
Nosotros creemos que en el niño se debe prever al hombre,
pero antes de snseñarle los deberes que tiene que llenar como ciu-
dadano, como esposo, como padre y como miembro de la familia
humana, se tiene que inculcarle las obligaciones de su edad, sus
deberes para con Dios, para con su padres, sus hermanos, sus
maestros y sus compañeros. Cuando sepa cumplir con sus deberes
se puede sembrar en terreno cultivado el catecismo de moral que lo
preparará á ser un hombre digno, útil y distinguido.
Uno de los graves errores en las sociedades poco cultas, es el
creer que con la enseñanza religiosa se moraliza al niño y los pa-
dres de familia están muy satisfechos con que sus hijos sepan el
catecismo y algunas nociones de historia sagrada. Pero si en la
disciplina doméstica los niños se acostumbran á tener en poco las
amenazas que no se cumplen, los castigos que les sentencian por
cada falta y se acostumbran á cometerlas impunemente por la
toleFancia mal entendida de los padres, ¡.cómo será posible que se
habitúen á obrar bien conforme á los mandamientos p1·ohibitor ios
- ~77

de la religión si la sanción moral que aquéllos encierran está


fuera del alcance de su inteligencia y su conciencia no puede acep-
tar como regla de conducta lo que ni comprende, ni ama, ni lo
puede estimular en la práctica del bien?
Cuando se atacan de f1·ente los errores y las preocupaciones so-
ciales siempre se tacha la censura de apasionada, de exagerada.
y bien pudiera ser que en nuestras apreciaciones se buscara el
sentido oculto de pugnar contra la enseñanza religiosa, pero muy
lejos estamos de sostener semejante disparate. Muy al contrario,
creemos que la enseñanza religiosa doméstica ~::s la base de la en -
señanza moral laica. Aquella forma la creencia íntima, el espíritu
religioso que muchos nuturalistas han tomado como el único
distintivo característico de la raza humana; la segunda fot·ma
el carácter, pone á contribución los elementos religiosos y la edu·
cación doméstica del niño para hacer de él un hombre honrado.
El plan de estudios de las escuelas primarias en Francia reasu-
me el carácter de la enseñanza moral en estas elocuentes fraaes:
«Para que la cultura moral sea posible y eficáz en la enseñanza
primaría, es indispensable una condición: es que esta enseñanza
llegue á lo más íntimo del alma; que no se confunda ni por el to-
no, ni por el carácter, ni por la forma, con una lección propia-
mente dicha. No basta dar al discípulo nociones correctas é im-
buirle sábias máximas, es preciso llegar á hacer brotar ('In él sen-
timientos bastante fuertes y firmes para que le ayuden un dia, en
la lucha de la vid~t, á triunfar de las pasiones y de los vicios. El
institutor no debe limitarse á ot•nar la memoria del niño, sino que
tiene que esforzarse en conmover su corazón, haciéndole apreciar,
por medio de la experiencia directa, la magestad de la ley moral.
Los medios que tiene que emplear para realizar este fin, son dis-
tintos de los de un curso de ciencias ó de gramática. No sólo tie-
nen que ser aquellos más flexibles y más variados, sino más in-
timos, más conmovedores, más prácticos, de un carácter menos
didáctico, aunque s\ más grave.
El institutor tendrá siempre presente que en su mano está for-
mar en el niño el sentido moral, de desenvolverlo, levantarlo y
afirmarlo continuamente. El medio más seguro de que dispone
un maestro para alcanzar su objeto, y para cuya larga obra tiene
poco tiempo que emplear, es el de ejercitar mucho, y con exclu-
sivo cuitlado, el delicado instt·umento de la conciencia. Que se
limite á los puntos esenciales, que su doctrina sea elemental,
- 278 --

pero siempre clara, sencilla, imperativa y persuasiva . Debe omi-


tir todas las explicaciones que tendrán su lugar en una enseñanza
más elevada; su misión se reasume en acumular en el espíritu y
en el corazó~ del niño bastantes ejemplos para amoldarlo poco á
poco á la vida moral, muchas buenas impresiones, numerosas
ideas, sanas,costum bres saludables y nobles aspiraciones para ·1uc
este niño lleve de la escuela, con su pequeño patrirr.onio de conoci-
mientos elementales, un tesoro más precioso aún, una concien-
cia recta.» (Ley de instrucción de 27 de Julio de 1882.)
Pcr nuestra parte creemos que para que la cultura moral sea
posible en la enseñanza primaria, es preciso que nazca del seno
de la sociedad misma, pues de lo cont1·ario, esta destruirá lo que
el preceptor edifique. Los padres de familia deben estar á la altu-
ra de la enseñanza moral que se les dé á sus hijos, porque en el ho-
gar y para con ellos tiene qu.e comeza.r la práctica de los precep-
tos que se les infund&n.
DR. DíAZ DE LEÓN.
De «El Instructor~ de Aguascalientes.

LA EDUCACION COMON EN LA REPOBLICA ARGENTJNA

Hemos recibido, al igual que todos los años, el Informe presen-


tado en el último al Ministerio de Instrucción Pública de la Repú-
blica Argentina sobre la educaión común en la Capital, Provincias
y Territorios Nacionales, por el Dr. D. Benjamin Zorrilla, digní-
simo Presidente del Consejo Nacional de Educación ; y si ag¡·ade-
cemos el envio de semejante Estadística por la muestra de defe-
rencia que hácia nosotros envuelve, lo agradecemos mucho más
porque, atentos al movimiento progresivo de la educación pública
en el extranje1·o y singularmente al de la América l~>tina, nos
permite avalorar el estado de esa primordial institución para la
felicidad de los pueblos en un país que ocupará muy pronto en
esta materia uno de los primeros puestos entre los de allende el
Océano.
Un exámen, siquiera ligero, de la obra del Dr. Zorrilla, merece
muy bien un lugar en nuestra revista y no hemos de negárselo.
-279-

Comienza el Informe con una dedicatoria al Señor Ministro en


que campean elevados conceptos acerca de lo que debe ser la edu-
cación común en aquella República y resume los trabajos del
Consejo Nacional de Educación en estos términos: En el año1888,
á que el presente informe se refiere, el Consejo ha celebrado
105 sesiones, ha dictado ~.622 resoluciones definitivas, ha dado
793 informes, ha tramitado 3. 747 expedientes, y ha expedido
3.240 notas, 35 circulares y 155 telegramas.
Entra luego de lleno el Dr. Zorrilla en la exposición de su Infor-
me; cuyo trabajo que comprende 582 páginas en 4° mayor, divide
en tres par1 es :
La educación en la República, la educación en la Capital y Colo-
nias, y la educación en las Provincias. Clara, concisa y metódica-
mente, trata todos los asuntos relacionados con la primera ense-
ñanza, no mirando á otro norte que el de conseguir, mediante la
educación de la niñéz, el progreso y esplendor de la patria argen-
tina, para lo cual, es nece~ario, como dice el Dr. Zorrilla al hablar
de las Bibliotecas populares, « el edificio apropiado, el Maestro
preparado, el libro y el mueblaje, el texto y el mapa, la adminis-
tración propia, la renta cuantiosa, y todo esto ayudado por el
sentimiento popular, que estimula, y por el auxilio constante de
la autoridad que enaltece y dignifica á cuantos de la educación
pública se ocupan.»
Bien quisiéramos seguir al Dr. Zorilla en todos los capitulas de
su obra, extractando lo más notable que en cada uno se lee; mas en
la imposibilidad de hacerlo, trascribiremos sólo unos párrafos,
para que pueda juzgarse de la alteza de miras y del conocimiento
práctico que de la enseñanza primaria tiene el que hoy y desde
hace años es su primer impulsor en la Federación Argentina.
Hablando de la edificación escolar dice: «No hay persona alguna
en la Nación que intervenga en la educación común, que no esté
firmemente persuadida de que no existe Escuela sin edificio espe-
cia, que la higiene lo reclama, la salud del niño lo exige, la del
maestro lo necessita, la disciplina escolar lo impone, y un pueblo
civilizado y culto no concibe ya asistir á lujosos teatros, á esplén-
didos cafés, á aristocráticos clubs, á suntuosos hoteles, y dejar
que el tipo nacional, que se funde en la Escuela, en que se educa y
forma la sangre de su sangre, asista á la primera casa alquilada que
se presente, donde familias de escasos medios, apenas encuentran
280-

medianas comodidades para el escaso número de personas que la


fúrman.»
Cuando así se piensa, no es de maravillar que se hayan levan-
tado en la Capital 68 palacios para escuelas y que cusnte ya la
República, cuya población apenas si llega al tercio de la nuestra,
con 430 edificios escolares, evaluados en 63 millones de pesetas.
En el capítulo que trata del Cuerpo Médico escolar, leemos:« El
peligro no esta en la Escuela: puede encontrarse allí el contagio,
pel'o jamás el gérm~n del mal. No es en el edificio higiénico, de
ámplios salones, llenos de aire y de luz, con grandes patios, con
mueblaje adecuado, en el que se atiende desde el agua que bebe el
niño hasta el último detalle, donde han de desarrollarse los gér-
menes de esas terribles enfermedades infecciosas que atacan pre-
ferentemente á los niños.
«Nuestro Cuerpo Médico busca el mal donde existe, en el domi-
cilio del alumno, para evitar que el contagio sea llevado á la Es-
cuela. Al efecto sigue el curso de las enfermedades, ya por visitas
domiciliarias á los lugar·es sospechosos, ya por los datos de las
oficinas técnicas, ya por las publicaciones del Registro Civil,
en fin por todos los medios de información á su alcance.»
Partidarios de Jos libros de texto, véase como se expresa el Dr.
Zorrilla en el capítulo IV:
«Los textos tienen por objeto completar, fijar y utilizar la ins-
trucción real. Dentro de estos límites, su empleo en la Escuela
primaria es n0 sólo provechoso, sinó indispensable, sirviendo de
guia al Maestro de auxiliar al alumno.»
· «La instrucción oral al calO!' de la palabra, anima la inteligencia
y el corazón infantil; lo que no realiza el libro de texto, frío y
árido para el niiio de pocos años. Pero si la palabra viva del
maestro d~s pierta las ideas, poniendo en actividad la mente del
niño, la impresion es rápida y fugitiva y no deja base para el aná-
lisis y cálculo de las verdades transmitidas : es necesario, pues, el
libro de texto que depura, fija y conserva la palabra del maestro y
presenta el asunto científico, limpio de digresiones que perturban
la hilación de las ideas.»
«Estos principios nos dan la medida recíproca del uso de la ins-
trucción real y de los libros de texto. Aquella vá progresivamente
disminuyendo, según la inteligencia se hace más reflexiva; los
libros, la palabra escrita, crecen en importancia porque crecen
también en poder,-.
- ~81-

«El error de la Escuela antigua en este punto, ha consistido en


pedir al texto más de lo que este podía dar, y así fué estéril y can-
sador instrumento ... »
Imparcial el Informe que nos ocupa, hace notar las deficiencias
actuales de l::t educación y de las disposiciones 1~ gaJes que las
regulan. Las Escuelas Normales, que hoy funcionan en número
de 34, precisa que se dupliquen en concepto del Consejo Nacional
de Educación para que á fin del siglo puedan dae 20.000 maestros
que la República necesitará para educar 500.000 niños que asisti-
rán probablemente á las escuelas comunes, seguiendo el aumento
progresivo que se va notando.
La asistencia escolar pública ha sido en el año 1888 de 205. 9R7
y la privada de 48.671, arrojando un aumento sobre la del año
anterior de 20.553 y 6,605 respectivamente. Sin embargo, el 53
por lOO de la población escolar no se presenta á r~cibir el alimento
del espíritu.
El número de Escuelas públicas fué 2.396; esto es, 125 más que
en el año 87, y el de las particulares 831, implicando un aumento
de 73. La enseñanza ha sido dirigida por 5. 569 maestros y 1. 763
particulares, pero que en su mayor parte carecen del diploma cor-
respondiente.
La Inspección se ha ejercido por 222 individuos cuyo cuerpo se
di vide en la manera siguient: un Inspector General de las Provin-
cias, 14 Inspectores de las mis:nas, 3 Inspectores Técnicos de la
Capital, Colonias y Territorios nacionales, 46 Inspectores provin-
ciales, 16 Sub·lnspectores nacionales en la Capital y 142 Inspec-
tores Sub-Inspectores provinciales.
Los gastos de la primera enseñanza han importado en la Repú-
blica 5.346. 700 pesos, habiendo auxiliado el Gobierno Federal á
las Provincias con 618.665.06 pesos, subvención que el Dr. Zor-
rilla estima que debe duplicarse.
(De El Monitor de primera enseñanza,de Barcelona.)
e o e.

ASTRONO~IÍA Á LA LINTERNA (l)


Profundo silencio reina en el salón, las ventanas y puertas
están tan cerradas como ha sido posible, y, en el claro-oscuro re-

(1) A propósito de una visita del 3•r grado, sección l• de la Escuela


Normal de Dolores.
-282-

sultantA, la respiración contenida y anhelosa de 50 alumnos puede


ser percibida por el oído. El profesot· procede silencioso y gra-
vemente á dar cima á los últimos preparativos para su clase,
operación que no le absorbe más de un minuto de tiempo. La lin-
terna mágica es el objeto de ellos.
Y bien, mis niños, exclama al cabo de un momento, mirad!
y al decir esto libra aliente de la tapa que impide á los rayos lu-
minosos propagarse á lo lejos, y, en el lienzo de pared del fondo,
aparece ... ¡el sol y sus planetas y estos con sus satélites!
Los niños quedan extasiados; pequeñas exclamaciones. que el
rigor de la disciplina permite sólo escapar á medias resuenan,
todos miran, observan, comparan .. -
El puntero manejado por el profesor señala un planeta, el más
cercano del sol: la clase lo reconoce en seguida y las cincuenta
voces infantiles animadas por la más franca alegría pronunciaron
su nombre: «lMercurio!»-Muy bien! Mercurio el hijo postrero
del Sol, que permanece, por eso, más pt·óximo á su regazo.''
El puntero se mueve de nuevo. Señala el que sigue en di~­
tancia al astro y la clase á una voz lo reconoce: "Venus'' y
á una nueva señal "Venus'' repite con infantil alegria.
-Y ¿quién es esa Venus? prag unta el profesor, y las manos se
agitan en el aire reclamando el honor de ser designadas para res-
ponder. Una es elegida y el alumno se iergue: "Venus, el pla-
neta, segundo en el órden, el penúltimo hijo del sol, el que brilla
en el cielo con fulgor deslumbrante, compañero de la Luna , lu-
cero del alba, estt·ella d e la tarde, el querido de los pastores y can-
tado por los poetas en mil tonos diversos y divinos.
De nuevo señala el puntero el tercer planeta, y el coro infantil
con voz baja, con entusiasmo, con fuego: "La Tierra" pronun-
cia y se sigue otra explicación sobre "el planeta que habitamos,
nuestro mundo, insignificante entre todos, y grandioso en si
mismo.
Y asi se sigue describiendo uno por uno, todos los planetas,
enumerando ·sus caractet·es poéticos, sus fases fantásticas, su
rlistancia relativa del astro rey, sus lunas, los volúmenes de
unos rer:;pecto á los demás.
La clase ha durado 25 minutos: se diria que eran 10 solamente.
El profesor apaga la linterna, hace abrir las persianas y las puer_
tas, y otra clase se sigue animada por el placer precedente y por
el atractivo diverso que el profesor sabe darla.
-283-

En otra lección los planetas git·arán en sus órbitas, los alumnos


verán cual da más pronto la vuelta y cual más tarde y este mo-
vimiento de los astros en las cir·cunstancias descl'itas impresio-
nará su cerebro y grabará, en sus capas celulosas, lo que ha
visto con caracteres indelebles.
Con el andar del tiempo la historia patria se enseñará por
idéntir:o medio; los personajes vivos, sus hechos, las trajediasque
produjeron se rept·oducirán á lo vivo inflamando la inteligencia y
haciendo palpitar el corazón.
Obl tiempos rtel presente! Cuán lejos qu edan de tí el látigo y la
palmeta, pero también ¡cuán lejos te dejarán Jos tiempos, que
tocaron á nuest1·os ni etos y biznietos! Sigue, sigue, haciendo pro-
digios, noble y levantada ciencia pedagógica. Sigue, sigue ¡;;o-
niendo en planta las teor·ías del inmor·tal Pestalozzi y no menos
glorioso Froebel que ahí está el secreto en que ha de quebrarse el
pesimismo y ha de dar en tie!'ra con las ideas de que" 1hombre
al fin como hombrt3 ha de portarse siempre la humana criatura! ''
E. R. JoNAS.
Dolores, Setiembre de 1889.

----==~~==-·--

RESEÑA HlSTÓRICA DE LA PEDAGOGÍA

Pasando á la India, el puüblo maestro de la civilización oriental,


podemos decir que la educación en este país se encuentra en el
santuario de la religión bramánica que, estableciendo el fatalismo
y las castas, al eja toda noción equitativa en el desenvolvimiento
progresivo de la sociedad.
En vano Budda intenta mejorar la condición de las clases deshe-
redadas implantando un a religión tendente á suavizat· las costum-
bres; su influencia se I:'Spa rce por algunos centros de población,
pero al fin viene á estrellarse contt'a el ódio de los braminos ó
sacerdotes que lo combaten con incansable constancia.
La imágen de la divinidad acompañaba &1 jóven indio doquiet·a
dirigiese sus pasos y la idea de la trasmigración del alma influía
lo suficiente para hacerle despreciar la existencia ttlrrenal y entre-
garse á las contemplaciones místicas de lo incorpóreo; creía qur.
todo acontecimiento desgraciado era por castigo de una mala
- :!84-

vida anterior y con la impasibilidad pt·vpia de su raza se dejaba


perecer de hambre y sufría los mayores tormentos pensando que
su alma, emanación divina y decaída debría desechar la ilusión de
las cosas y espiar su falta. Semejante idealismo inculcado á las
cla~:~es ba¡as qu e tenían su último representante en la condición
miserable del paria, permite apreciar lo que podría ser la educa-
ción, cuyos maestros eran los sacerdotes.
La instrucción variaba según la clase social:
La casta de los braminos comprendía el plan más vasto. Era
compuesta por médicos astrólogos y sabios, los cuales empeza-
ban á formars e desde la eciad de cinco años apt·éndiendo los cere-
moniales más sencillos para luego hacet·se dignos del mekala
(cot·dón misterioso) y conservarlo puro de toda mancha; después
permanecían en sus casas con un gurú (preceptO!' y segundo pa-
dre) hasta saber los VPdas, debiendo entonces contraer matrimo-
nio y tener hijos.
Podí an enseñar, ser jueces, curar porque las enfermedades eran
castigo del cielo, detet·minar los días buer,os ó mlaos, publicar e )
almanaqu..,, purificar espíriLUs y cosas , consagrat· matrimonios
sacl'ificar víctimas; les estaba vedado senta1·se á la mesa con indi-
viduos de otras castas, aunque fu el'a el mism o rey, y solamente
podian comer carne de los sacr·ificados y ciertos vegetales.
La segunda clase, los chatrias, comprendió á los guerreros y
magist1·ados, (si es tos aprendían los Vedas por lo menos no ense-
ñaban), fomentábanl es un valor feroz, pero debían hacet• limos-
nas sacrificios y no excede rse en los placeres sensuales.
La tercera clase, los vasias, era más numerosa que las otras y
estaba formada por artesanos, mercaderes y labradol'es. Podían
estudiar los lib1·os santos y les estaba encomendada la educación
de los animales. Es dig11o de notarse que los indianos mostraban
más conmiseración ?Orlos animales que por sus sem ej antes, lle-
van basta fundar hospitales para los perros en ferrn os.
Dice el Menú: «E! Cl'iadOI' puso á los animales bajo el cuidado
de los vasias, así como á los hombres bajo el de los bmminos y
de los chatrias. »
Los labradores eran muy respetados porque cuidaban de los
ganados y cultivaban la tiel'ra. Los guerreros jamás asolaban ó
destruían sus dominios, de manera que cerca del campo de batalla
- 285-

bien podría recoger espigas una nueva Ruth y ser atendida por los
pacíficos colonos que se ocupaban solamente en conducir el a1•ado
y recoger la cosecha.
Los artesanos y mercaderes eran muy laboriol':os en la India .
Las clases superiores fomentaban, por medio de un lujo desmedido
la industria y el comercio.
Las castas de los sud7'0s, que es la cuarta clase, componianla
individuos no regenerados y obligados moral ó religiosamente á
sel'vir á los braminos, guerreros y negocian tés para trasmigrar
su alma des pué,-, de la muerte á una casta superior. Les estaba
prohibido, bajo pena. de muerte, leer los Vedas, pero gozaban de
derechos h ereditarios y no debian ser empleados en servicios im-
pums, ni ser vendidos en calidad de mercancía
L t clase mis et·ab'e y apartada de las anteriores pot· su infe liz
condición, era la de los párias, procedentes como los ilotas de
Esparta de algún pueblo vencido. Eran mirados como malditos ele
Dios y condenados por consigui t~nte á espiar sus enormes faltas
cometidas en la vida anterior. Sufrlan las mayores }IUmillaciones
y se les alejaba como á l~prosos temiéndose qne fueran á infestat·
lo que tocasen. De esta manera vi vian retirados en merJio de la
degradación y entregados al culto inmundo ele sus propios dioses.
Fácil es, pues, darse una idea de lo qu e podría ser la educación
en la India. La enseñanza s ~ dividía en elemental y superior
comprendiendo la primera, principi os da moral, lec¿ura y esct·i-
lura.
Las lecciones de lectura se daban simultáneamente con escri-
tura, pa1·a lo cual el maestro trazaba las letras, primet·o
en la arena, luego en hojas de papiro y por último en el papel. Los
niiíos le imitaban.
Como en la China, no se daba explicación á la fease, bastando
que el maestro lo dij era para que nadie osase dudar por un instan-
te so pena de incut'I'Íl' en grave falta. Cuando la . clase era nume-
rosa, se empl eaba entonce5'! el sist•' ma mútuo.
Pocas veces el órd n se veía perLUI'bado por impruden cia de los
alumnos, porque peet cneci endo el rnae::;Lro á la casta sup erior y
si endo consid erado como padt·e espit•itual, debía empl eat· pal a br11s
dulces. La disciplina, 6 mejor dicho el silencio, era tan común que
el castigo corporal se hacia innecesario.
La enseñanza superior, destinada especialmente para el bramino
com prendla matemáticas, astrología, jurisprudt> ncia, poesía, his-
toria, filosofía y medicina. La Universidad de Benares, en el In-
-- 286-

dostán ha sido la más célebre; allí acudian los jóvenes á instruirse


principalmente en el estudio del sanscrito, lengua madre que ha
ido perdiendo su pureza cada vez más, hasta formar innumerables
dialectos.
En la India se encuentra, indudablemente, el origen de la ciencia
matemática y filosófica, origen perfectamente encontrado en el
libro de los Vedas que dan á la filosofía una existencia informe á
causa de predominar en ,e lla una tendencia religiosa d imaginativa
y carecer del necesario órden cronológico. No obstante parten de
aquí las primeras ideas doctrinales qne han de servir á Grecia
para la formación de sus escuelas.
El mahabarata, epopeya en 250.000 versos que refiere la guerra
de los habitantes del Ganges con los ários del P enchab, y el Rama-
yana que cuenta la victot·ia de Rama, dios encarnado, sobre Ra-
vana ó sea dios de los demonios, son otros tantos monumentos
que nos permiten ::tpreciar el grado de la civilización india.
A. GARCÍA APARICIO.

-----o- - -
EL MOVIMIENTO PEDAGOGICO FRANCÉS EN 1888
POR DON RICARDO RUBIO

(Conclusión)
L'art et la poésie chez l'en{ant, par Bernard Perez. (l vol. in-8•
Paris, Alean 1888). --Es un libro interesante, cuyo fondo no consta
de teorías generales y construcciones doctrinales sintéticas, sinó
que es una cuidadosa reco~ección de notas tomadas, en su mayor
parte, directamente de las impresiones y observaciones espontá-
neas de los niños, y en parte también de las memorias y autobio-
grafías de algunos personajes y de los estud ios hechos por otros
psicólogos.
Esta clase de tl'ahajos están en su comienzo, casi r aducidos aún
á allegar materiales para la construcción, y su valor es tanto ma-
yor, cuanto más d¿Jicada y más sincera sea la observación, y
cuanto mejor arte presida á la agrupación de los hechos observa-
dos. Skorsky, Preyer, Bernard Pérez, son hoy los grandes traba-
jadores en esta obra.
- ~87-

M. B. Pérez ha publicado además una segunda edición de su


conocidisirn,1 libro L'éducation des le berceau, con el nuevo titulo
L'éducation momle des le berceau (1 vol. in-8°, París, Alean 1888)
y que es casi un libro nuevo; no por la mayor extensión y mayor
riqueza de datos, sinó por la distinta distribución de la obra y algu .
nos cnmbios en el sentido dominante, huyendo de las que él llama
«digresiones metafísicas», y restringiendo la tendencia materialis-
ta de la primera edición.
La parte más nueva de su obra es la primera, que tt·ata de la
formación moral de la voluntad, de los diversos medios de discipli-
na, de la disciplina de las consecuencias agradabl es ó desagrada-
bles, y de la difciplina por la sanción moral 6 material.
Otro libro se ha publicado con el mismo título, pero tomando la
cue!:>tión desde otro punto de vista: L'educativn des le berceau, par
la pr·incesse M. Ouroussow (l vol., Paris, Fishbacher). Empieza por
un llamamiento caluroso á la mujer para que considere comu su
más noble destino la edueación de la infancia. Después vienen los
preceptos higiénicos y los consejos educativos respecto de la niñéz;
pide aire, mucho aire para el recién nacido; nada de cuneo, que es
un peligro para su cerebro, inconsistente aún, y para su cráneo,
aún mal ajustado; nada que tienda á endurecer prematuramente
sus miemiJros; la limpieza más exquisita, como único lujo ; la fra-
nela y el lienzo usado, como las mejores telas para sus vestidos;
nada de nodrizas, salvo la imposibilidad de que críe la madre, y en
rste caso, la nodriza á su lado; y, por último, en lo que hace á las
niñeras, la autora quiere que sean pagadas y consideradas como
se paga y considera á una institutriz, porque deben se•· tan ins-
truidas y tan educadas como éstas. Cosa que no ocurre hoy cier-
tamente entr·e nosotros, dónde las niñeras, generalmente mucha-
chas, casi niñas, ningún influjo pueden ejercer, ningún peligro
prever, ningún defecto cort•egir ; y por lo que hace á los set·vicios
manuales que el niño necesita, á ~osta d ~l niño aprenden á hacer··
los. El libro habla luego del desarrollo del sentimiento de la belleza
por medio de láminas, cuidadosamente elegidas (nunca de carica-
tUI'as, en las que el niño ve lo «grotesco» y no la «malicla fina» y
mejor, por medio de hojas y flores; habla en contra de los juguetes
de mucho precio,que ofenden los sentimientos caritativos y fomen-
tan el egoismo y el orgullo, y proscribe el traje «de los domingos»
para no estimular con exceso el gusto por el adorno. En cuanto á
los estudios, no hay prisa: cuando el niño quiera; bueno es que
-- t88-
aprenda á leer y escribir , pero es mucho mejot• que haga ejercicio
corporal; ante todo, la educación de los sentido. , y para el lo, 1<1
música, el canto, el dibujo del natural. -Tales son 1as cuestiones
tratadas en tan int eresante libro, qu ~ no tiene la pr·etensión de ser
un manual de p13dagogla de la infan cia, porque dice la autora que
esos libros generales no sirven para nad t, en su afán de definirln
y clasificarlo todo.
Con esto y cC\n citat• alguno que OLro libro de intet·és, cuya lec-
tura debemos recomendar, hemos concluido la ¡•eseña del movi-
miento pedagógico en Francia durante el año 1888, por lo que hace
á la bibliografía, el agente más importante y donde mejor se
refleja el estado del pensamiento. Hé aquí la nota de esos libros:
L'honnete homme: Cours de ¡;wrale théoriqne, par Jules Steeg
(l voL in-8°, Nathan, París 1888) .-Está escrito principalmente
para las escuelas primarias, huyendo de la:;; definiciones y de las
fórmulas; la primera parte es una descripción psicológica del hom-
bre, la cual le sirve de base después para fundar toda la moral so-
bre estos tres principios: la lib ertad, la responsabilidad, y la di-
gnidad humana. Fácilmente ¡;e comprenderá el sentido esl'iritua-
lista del libro.
Del' Education, par Lodovic Caerau (1 vol. in-16 ,Picard et Kaan
París 1888).~Este es un tratado de moral práctica, dividido en
lecciones y digno de lectura,sólo en cuanto á enciclopedia y progra_
ma de las cuestiones que hoy se agitan en esta clase de estudios _
Contiene además una bibliografía selecta de las obras que pueden
consultar los maestros franceses para tales cuestiones.
Les dwx maUres de l'enfar.ce: le pretre et l'instituteU?', par
l'abbé Augustin Sicard (1 vol. in-12, Perl'in, París, 1888).-Pro tes-
La brillantemente escrita contra el laicismo: },:¡, gran ven taja del
sacerdote sobre el maestt·o en la obra de la edu cació n está, para
el abate Sicard, en los g l'andes recursos pedagógicos de que ca-
rece la escuela laica y que el saceriote tiene á su disposición. Es ..
tos r ecursos de la lglesia para impresionar la imaginación de la
infan cia y dit·igir fácilmente su carácter, son : la pompa de sus
ceremonias, el aparato grandioso de las primeras comu nion es, la
confesión, el influjo de la tradición y las pinturas que hacen del
cielo y del infierno algunos predicadores, si bien, :i. veces añade «la
Iglesia rehusaría consagrar estas pinturas con su ~ utoridad doc-
trinaL»
Histoire de l'éducation dans l'ancien Oratoire de Paris, par Paul
Lallemand (1 vol. grand in-8°~ Tho1·in, París 1888).- M. Lalle-
- :!89-

mand que es sacel'dote de la Congregación del Oratorio, al hace1·


Jet historia de esta asociación ¡•eligiosa, que ha representado cierto
espíritu liberal dentro del catolicismo y enfrente de los jesuitas,
da. una gran importancia á su trabajo, porque estudia, sin concre-
tarse al título del libro, la acción de la Iglesia como maesl ra y edu-
cadora en Francia.
Por lo que hace á las Revistas, seria interminable registrar los
ar Liculos publicados referentes á pedagogía, no ya sólo en las es-
pr~ ciales dedicadas á esta clase de estudios, sino aún en las de ca-
rácter general.
Entre las primeras, como en años anterim·es, la Revue pédago-
gique se ha mantenido al frente ; las nuevas concepciones educa-
cionales, el movimiento de estas ideas en Francia y en el extran-
jero y las publicaciones del museo pedagógico de París, sostienen
vivo el interés en todos sus números.
La Revue internationale de l'enseignement, aunque dedica prefe-
rentemente su atención á las cuestion es de la enseñanza superio1',
se ocupa á veces de los problemas de la escuela primaria y en es-
pecial de la critica de libros de este 6rden. Citaremos, por cierto,
el número de Agosto, que da á luz un artículo de M.l. M.B. Mareca
que trata De l'enseignement en Espagne, artículo que debemos
agradecer más por el interés que revela hácia nosotros que por la
exactitud de los dntos y su exagerado optimismo.
El Manuel général de l'instruction primaire, en su sección dt~
pedagogía general, ha publicado varios artículos que comprenden
el resúmen de la clase de M. Marion en la Sorbo na (1887-88), de
cuyo curso también ha dado cuenta nuestro Bolettn. En su parte
escolar, aquella revista ha seguido dando excelentes modelos para
todas las clases primarias con arreglo á los programas oficiales.
El Bulletin littéraire de l'enseignement secondaire spécial et des
langues viv•mtes dió también en Mayo un detenido trabajo de
M. H. Marion con el título de «Consejos prácticos para la ense-
ñanza de la moral» de cuyo trabajo puede verse también un extrae-
lo en el número 229 del Boletín.
Entre las revistas de un carácter más general la Revue bleue del
4 de Febrero trajo un estudio de M. F. Buisson sobre el libro
Edgard Quinet avant l'exil, par Mme. Quinet, estudio en el que se
examina la tentiva de Quinet en 1850 paraobtener la creación de
una enseñanza primaria laica y nacional ; y en la misma Revista
(14 de Julio) se encuentra un trabajo de M. Ch. Bigot, Le surmé-
-290-

nage des e·coliers en el que, con mucho ingenio, se protesta contra


la existencia del recargo fundándose principalmente en esta ob·
servación: «Recar·gad los pi'Ogramas cuanto gustéis; el cerebro
del niño, no retendrá nunca más de lo que pueda retener. Cuando
su atención haya hecho todo lo que pueda, intentaréis en vano es-
timularla; á vuestras exhortaciones, á vuestros mismos castigos,
ella opondrá la fu erza de la iner~ia, que es la más invencible de
todas las resistencias.:. La Revue scientifique, conespondien te a 1
17 de Noviembre, trae también otra protesta, pero es contra los
ejercías gimnáRticos y en pro de los juegos atléticos á la ingl esa,
para los adolescentes, ~ de otros menos viol entos, pero siempre al
aire libre, para los niños; este artículo lleva la firma de M. F. La-
grange (de cuyo libro ya queda hecha mención), y el título de
L'éducation physique de l'en{ant.
Por último (habiendo ya antes citado el Bulletin de la ligue
nationale pour l'education physique, dir·igido por el entusiasta
M. Grousset), señalaremos la aparición de una nueva Revista es-
pecial fundada por· M. René L eblanc, el director que fu~ de la
Escuela Normal especial de trabajo manual: L'enseignement ma-
nuel et expé1·imental ácns les ecoles primai1·es de tous deg1·es; se
publica mensualmente, y contiene una parte general de expo sición
teórica y una parte especial de lecciones prácticas, con profusión
de g r·abados, patrones, modelos, etc., para facilitar al maestro la
enseñanza.
Completaremos este ligero bosquejo del movimiento pedagógico
en Francia en 1888, diciendo algo sobre la legislación durante este
periodo. Desde luego se obseeva que, con relación á los años 1886
y 1887, la actividad legislativa de 1888 es casi ins ignificante. En
1886, se publicó la ley orgánica de la enseñanza prima ria, hoy
vigente ; en 1887, el ~ecreto para su ejecución. En el año pasado,
las disposicion es legislativas son de un carácter más secundario y
de una aplicación menos general. Hé aquí las que tienen mayor
interés.
Una disposición autor·izando á los rectores para reunir, una vez
al año, á los directores y dir·ectoras de Escuelas Norm .des, á fin
de discutir en común torlas las cuestiones 1·elativas al régimen in-
terior, á la disciplina, al trabajo personal de los alumnos, á la en-
señanza de los profesores y á los programas.- Otra recomendando
á la Diputación provincia! (Conseil général) de cada departt~.mento
;:¡ue consignen en sus pr·esupuestos algunas cantidades para enviar
- 291 --

al extranjero alumnos de las escuel::~s primar1as superiores.-Una


órden relativa al nombramiento de licenciados en facultad para
profesores en las Escuelas Normales y en las Escuelas primarias
superiores. Los candidatos de esta clase ejercerán el cargo por de-
legación del Ministro, durante un año al menos; al concluir el
plazo podrán adquirir su nombram:ento á propuesta del rector de
la Academia. Sabida es la lucha que en el seno del Consejo de
Instrucción pública han suscitado siempre las tentativa!> de
M. Buisson ¡:,ara llamar á todas las fuerzas intelectuales de su
patria á la refot·ma de la primera enseñanza. Por fin parece que
ha vencido.
Por último, la prpocupación inmediata de preparar la exposición
escolar que figurará en el certamen universal de este año, ha dado
márgen á varias circulares estableciendo l'egla!' para que, por una
parte, la insp ección de la enseñanza primaria ofrezca idea clara y
completa de su modo de funcionar; y por otra, para que los trabajos
de los alumnos se presenten en dos series bien definidas; la pri-
mera comprenderá el conjunto de los trabajos hechos por un mis-
mo alumno durante todo el periodo escolar; es decir, durantfl seis
años; la segunda se compondrá de los trabajos ejecutados en el
curso 1887-1888, por un número de alumnos suficiente para t·epre.
sentar el término medio de la enseñanza.
Tales han sido las disposiciones más culminantes en este órden
de ideas durante 1888.
El interés que para nuestra patria tiene cuanto sucede en Fran-
cia, no necesita encarecimiento. Vamos detrás y despacio, pero
por el mismo camino; sus investigaciones en este terreno de la
educación las recogemos ya discutidas y ensayadas; nos admira-
mos de su trabajo y de su generoso ardor propagandista, pet·o re-
cibimos con demasiada pasividad un influjo que pudiera sernas
tan beneficioso. El año que corre promete ser mucho más fe-
cundo.
A parte de los resultados que vayan produciendo las propagan-
das emprendidas, tenemos la seceión escolar de la Exposición
Universal y el Congreso pedagógico que se prepara, lo que nos
amenaza con multitud de informes, de discusiones, de criticas, de
teorlas; quiera nuestra suerte que todo ello tenga algún e'co entre
nosotros.
-292-

NUEVO MÉTODO DE ESCRITURA PARA LOS CIEGOS

Desde que á principios del present e siglo el célebre filántropo


Valentino Haüg, interesándose por los desgraciados que omfren
las tristes privaciones del sentido de la vista, concibió la idea de
ofrecerles un medio especial para comunicarse por escrito, se han
puesto en práctica varios sistemas, de los cuales el más genera-
lizado actualmente es el de Braille.
Consiste en un cuadro sobre el cual se hace pasar á intérva-
los determinados una r eg la metálica regularmente perforada.
En sus huecos el ciego traza signos diferentes que equivalen á
las letras del abecedario.
Esta escritura traspa~ada en el relieve al d rso del papel, es
fácilment e leída por ott·os ciegos utilizando el sentido del tacto,
que como todos saben, háll>tse en ellos cun exquisita delicadeza
desarrollado.
Es por tanto un sistema que basta para satisfacer las ne-
cesidades de sus relacion es recíprocas ; el único defecto que
en él se nota es su especialidad, que le hace inaccesible á los
que tienen vista, salvo que empleen mucho estudio ) que ad-
quieran mucha práctica.
Esto limita los recul'sos sociales de los ciegos, obligándoles á
demandar la ayuda de otras personas, para sostener sus rela-
ciones con los parientes y amigos.
Para vencer esta dificultad, otro filántropo francés, Mr. de
Beaufort, se ha propuesto facilitar á los ciegos el manejo de los
caracteres comunes.
A tal fin ha combinado una guía que, apli~ada sobre el papel,
regulariza con más ó menos r eg ularidad los trazos del punzón.
Esta esl!ritura, llamada estilográfica, se lee como la de Braille
pasando la yema del dedo lndi..:e sobre elt·elicve.
El sistema es todavía muy im¡L t·f~c to; pero acusa un conside-
rable progr·eso.
Tan luego como se logre la r ¿gularidad en los trazos del pun-
zón, este método se coloca en iguales condiciones qu e él de Br·ai-
lle y podrá suplirle con Yen taja.
Tal efecto parece haberse conseguido merced á los esfuerzos de
la Sta. Mulot, Directora de un establecimiento benéfico de Angers
que ha puesto al servicio de la desgracia su talento y su fortuna.
-293-

Partiendo del principio de que el cuadrado es el generador de


todas las letras del alfabeto, ha ensayado una plancha metálica
donde aparecen por trazos iguales cuadros calados con aberturas
superiores é inferiores para las letras que traspasan la lín ea,
b, d, g, j, p, etc.
El alumnu, con la mano izquierda al paso y á medida que la lí-
nea se prolonga reconoce la posición, y con la derecha, provista
el e un esttlo ó punzón, traza en los huecos las letras, que resultan,
sin duda, más angulosas que las de la escritura usual, pero per-
fectamente inteligibles para los que ven y para los ciegos.
La Sta. Mulot acaba de presentar ante muchos doctores, al-
gu11os de sus alumnos, niños de 8, de 10 y l~ años.
Las de más edad, han escrito al dictado casi con tanta rapidéz
como si vieran claramente, y los más jóvenes, colocados en el ta-
bl ero durante la experiencia, han podido leer poco menos que
correctamente las frases de este modo estampadas por sus com-
pañeros de desgracia y de estudio.
Desde luego, y este es un hecho que excusa todo comentario,
una niña ciega educada por la Sta. Mulot, y que se ha distinguido
notablemente en los exámenes, había alcanz¡.,do por el nuevo sis-
tema estilográfico todos sus conocimientos.

CONVERSACIONES CIENTÍFICAS
LA LUCHA POR LA VIDA

1
Julián abrió violentam ente la puerta de mi estudio, y sin cere-
monia ninguna penetró en él, anojando sobre la mesa en donde
yo escribía, un libro que hacía poco le había prestado para en-
tretenet' el ócio, según él mismo me dijo.
-Es una barbaridad tu libro, exclamó, sentándose indolentE--
mente en una butaca; debiste indicármelo pam no perder el
tiempo leye•1do esas majaderias. Ya sabes que soy poco afec-
to á digerir esus platillos indigestos que los 2abios confeccionan
-294-

en sus gabinetes. ¡Bonita filosofía! Anda enséñale á tus hijos esa


doctrina, y ya verás si no te sucede lo que á la hembra del alacrán
¡Estamos lucidos! .... ¡Se acabó la. poe»ial ¡Se acabó lo bello y lo
het·moso en la vida! .. ¡La tierra con vertida en un inmenso panteón
y en un horroroso campo de batalla!.... iSal•es que me están
cargando demasiado toda esa caterva de sabios que nos quieren
hacer comulgar con ruedas de molino?
-¡,A.cabaste? le p!"egunté después de haber escuchado aque-
lla andanada que soltó d! un tirón y casi sin tomar aliento.
-¡Qué había de acabar! Si precisamente porque tengo mucho
que decir he venido á proponerte un desafío.
-¡Cómo! le interrumpí. ¿Tú, desafio? Piensa bien la pa-
labra.
-Pues llámale polémica ó como te dé la gana, pero dime pri-
mero: ¿Tú profesas las idAas de ese libro, verdad?
-Si, le dije sonriendo, y las de otros libros más.
-¡Estás en urJ gravísimo error! Y no solamente te será fatal
á tí) sino á tus hijos, á tu mujer, á la sociedad en que vives ....
á todos los que contigo tengan contacto alguno. Pi ~ nsalo bien; si
las propagas ó las das á conocer, ya tienes para divertirte. Te
digo que es una barbaridad. Yo me he quedado azorado nada
más al leer esa carnicet·ia, esa ..• en fin, no sé cómo llamar
á eso.
-Llámale ((combate poi' la vida,~ la cosa es más sencilla de lo
que parece.
-¿Se te hace sencilla~ ¡Caramba!.. . Casi, casi te estoy viendo
cara d1~ antropófago.
-¡Por qué no! ¿Quién me asegura que en este momento mi ce-
rebro no se esté nutriendo y vivificando con el fósforo y el oxí-
geno que antes de mi respiraron y se asimilaron muchos de mis
antepasados? ¿Crees que tú no ha-; comido más de una vez carne
de tus abuelos?
-¡Demonio! exclamó Julián saltando sobre la butaca, si que-
rrás hacerme creer qu e yo soy algún Australiano ó Neozelandés!
¡Nada más que eso me faltaba!
-No he he dicho tanto, pero te afit·mo que si no directo, eres
un antropófago indirecto.
-Entendámonos, y vamos poco á poco y por partes.
-Dices bien, procedamos en órden, pero te advierto desde luego
que entt•e tú y yo se va á emprender una lucha.
-295-

-¡Y dále! ¿Por qué lucha? Será en todo caso una conversación
amistosa.
-Admitido; pero en el fondo hay un choq11e de ideas, un com-
bate, para ver quién vence á quién; hace pocos momentos se te
rleslizó una palabr·a terrible para Jos que como tú, no admiten
ciertas teorías; hablaste de desafió•, ¿no es cierto~
-Literario, debí añadir.
-Bueno, sea lo que fuere, pero también esa p<1.labra hace na-
cer· la idea de lucha, de esfuerzo por· vencer, y de resistencia te-
náz y obstinada contra lo c¡ue nos per·turba de algún modo.
-Aún concediendo lo que dices, tén en cuenta que yo no he di-
cho, ni lucha por la vida, ni desafío por la vida, ó ::omo qUien
dice: duelo á muet·te.
-Luego veremos e6o, y para no extraviarnos, procederemos
con órden y método. Aunque no posées los conocimientos nece-
sarios en ciencias naturales prtra hacerme entend r con facilidad,
procuraré ser lo más claro posible, y puedes preguntar cuanto
quieras pal'a que en tu espíritu no quede duda alguna.
Me preparaba á hacerle á J ulián una exposición didáctica so-
br·e el tema de nuestra conversación, cuando la casualidad me
hizo cambiar repentinamente de modo de pensar, pues me pro-
porcionó un buen principio para exponerle lo que él llamó una
barbaridad, al mismo tiempo que er:1 como el primer eslabón de
una cadena que nos conduciría quizá felizmente hasta el fin :
Sobre mi mesa había un primor-oso bouquet de dores cor·tadas
en la mañana de aquel mismo día. De la corola de un hermoso
pensamiento (viola tricolor), salía una arañita de color gris, que
poco á poco y con mucha cautela se deslizó hasta la extremidad
de un pétalo, permaneció allí un momento como si explorara el
campo que le rodeaba, y luego se balanceó en el aire suspendida
por un hilillo casi invisible. Abajo en la base del porta-bouquet,
se paseaba. distraídamente un mosquito, sin inquietarse al parecer
del peligro que en aquellos momentos corría.
-Mira, le dije, ¿ves esa arañita que se desprende del pétalo
de ese pensamiento, y se columpia en el aire como el más ágil
funámbulo?
-Sí, me respondió, ¿y qué?
-Espera un momento y verás lo que sucede.
Efectivamente, pocos instantes después, la pequeña mtgdala
peg0 un salto terrible y cayó de plano sobre al infeliz mosquito;
-296-

el cual en unos cuantos segundos quedó envuelto en una red que


no le permitía hacer ningún movimiento y que lo entregaba
maniatado en brazos de su mortal enemigo. La m!gdala clavó
entonces sus aceradoc:; dardos sobre el infeliz animal y cargó con
él hasta el pétalo en donde tenía su habitacion, para devorarlo á
todo su sabor.
-¿Cómo llamas á esa escena que acabas de presenciar?
-Una infamia, me contestó amostazado. Es gran cosa qu e
si&m pre el fuerte ha de abusar del débil.
--Eso no me compete á mí. Responde categót'icamente; ¿cómo
llamas á eso?
-Pues bien; le llamo una lucha, un combate.
-Pues como esa lucha, como ese combate, te voy á manifes-
tar una série tan grande y en tan inmensa escala, que servirá,
no sólo para convencerte plenamente, sino para que tú mismo
seas dentro de poco un acérrimo propagandista de esas mismas
doctrinas que hoy odias sin conocerlas, y que combates sin más
armas que tu.s arranques qüijotescos de sensiblería mal enten-
dida.
-¿Me t'egañas?
-De ningún modo; pero es conveniente, ya que tienes desllos
de investigar lo desconocido, exponerte las cosas y los hechos
tal es como son y tales como se presentan á la observación de
quien sin perjuicio de ninguna clase los estudia y los medita.
- Pero es que, según entiendo, tú no ves en la naturaleza más
que el lado horroroso y sombrío; la muerte, el exterminio, lacar-
nicería, y esto aunque me arguyas del dia á la noche, no podrás
convencerme de que asi es todo. Si así fuera, creo que lo bello,
lo hermoso, el arte, la poesía, todo moriria de un golpe, y el hom-
bre vendría á ser una especie de sér bajo y despreciable.
-Tocas tantos puntos, le respondí sonriendo, que es imposible
contestarte á riesgo de extt'aviarnos. Atengámonos pues á nues-
tro tema fundamental y vamos por partes. Todo lo que voy á ex-
ponerte está perfectamente estudiado y comprobado rigurosamen-
te; yo no hago más que ser el eco de lo que muchos sabios han
dicho, pero esto no quiere decir que tú mismo no puedas verificar
sus afirmaciones, pues la ciencia no procede de modo dogmático,
sino que deja á cada cual que examine y critique sus principios.
Eso si; una vez convencido de la verdad de ellos, no te queda más
recurso que aceptarlos ai procedes de buena fé.
-297-

Sabes que hay un instrumento llamado mic1·oscopio y que sir-


ve principalmente para ver más allá, muchísimo más allá de lo
que nuestra vista puede alcanzar; él nos ha revelado el mundo de
los infinitamente pequeños, y él va á servirnos hoy para hacer un
paseo por ese microcosmos.
Armé ent.)nces un excelente microscopio de la casa Nachet, y
poniendo en su platina un per¡ueño vidrio, en el cual había puesto
una gota de agua impura y súcia, le dije á Julián:
-Acércate y mira e a pequeñísima gota de agua. ¿Qué ves?
- ¡Diablo 1 exclamó Julián asora.do, es un mundo de animalillos
que se mueven con una rapidéz increíble. Los hay de formas muy
variadas y no parece sino que tienen gran prisa en terminar· alguna
tarea urgente según van y vienen de un lado para otl•o.
-Pues se ocupan sencillamente en comerse unos á otros, en
desarrollarse y en reproducirse. Mira ese que lleva por delante un
apéndice largo y filiforme.
-Sí, me dijo, es uno de los más numerosos y parece ser el más
valiente.
-Es cierto. Se llama Spumella (Spumella termo); es muy co-
mún en las aguas corrompidas. Míralo bien, estúdialo con cuidado
y luego ven para decirte lo que se sabe sobre él.
Después de algunos momentos de contemplación, Julián volvió
á sentarse u u poco pensativo en el sillón y me dijo con cierto tono
anhelante:
-Vamos, te escucharé con más atención de la que tú me cree-
rías capáz.
-La Spumella termo, le dije, es un infusor'io flagelado; su ma-
gnitud rara vez llega á un quinto de milímetro. Sin embargo, de-
bajo de su piel delgada y transparente se oculta un ogro nunca
satisfecho.
-0 lo que es lo mismo, interrumpió J ulián, que bajo de un3.
mala capa se oculta un buen bebedor.
-Precisamente. Es un gigante para séres más infi-
mos, y á los cuales dcwora sin c'lmpasión ninguna. Sus víctimas
son microzom·ios, nuestros enemigos más terribles, puesto que
representan todas las peP~tes del mundo, la rabia, la fiebre tifóidea,
la tuberculósis y las demás.
-1 Hravo por los Spumellal gritó Julián.
-¿Ya te va agradando la de¡;trucción y la. carnicería?
-298-

-Hombre, me parece que cuando se le hace un bien á la hu-


manidad ....
-Bueno. Vamos adelante.
El Spumella tiene la buena fortuna de poseer un instrumtlnto
precioso, un set·vidor fiel, representado por ese apéndice largo,
filiforme y móvil que le has visto. Se llama flagellum. Una de las
funciones de ese órgano consiste en improvisarse t·emo ó mástil,
y con esta doble cualidad, dirigir hábilmente á su dueño cuanrlo
quiere nadar· ó simplem ente moverse. En la base del flagelo se dis-
tingue una especie de prominencia, en forma de labios, constitui-
da por un protoplasma más transpat·ente que el r·esto del cuerpo;
es la boca del animal, ó más exactamente Ja entrada y la salida.
Esos lábios entreabiertos dejan apercibir una váscula llena de lí-
quido que parece destinada á harer el papel de órgano de recep-
ción para los alimentos. He aquí, según Bütschli, cómo se hace
la nutrición. Las Bacteridias y los Mic1·ococus, que constituyen
el principal alimento de estos pequeños organismos, son arrastra-
dos hasta ponerse en contacto con la prominencia labriforme, por
movimientos del flagelo, diestramente combinados. Entónces son
cogidos por la váscula muy inflada que sale hácia afuera. Cuando
esta bolsa astá suficientemente llena de caza entra al interior del
organismo, arrastrando consigo las peesas que ha cogido, y pasa
gradualmente de la extremidad superior á la inferior del cuerpo.
U na vez allí, se contrae, desaparece, y las pequeñas víctimas se
inteoducen en el p1·otoplasma del Spumella, donde son absorbidas
sus partes asimilables. En cuanto á las partlculas que no sirven
para la nutrición ...
--¡Ahl ... ¿Conque todavía desechan algo? Me supongo entónces
que nos a alimentarán demasiado. Hacen bien; ct·eo que debe set·
terrible una indigestión de microbios.
-Al contrario, le repliqué, son voraces en extremo, siempre
tienen una ó dos vásculas henchidas de provisiones, y esto mién-
tras que devoran todo lo que se les pone á su alcance.
-Insisto en creer que son unos espartanos pat·a la comida. Y
si no, dimb: ¿Qué quedaría del cólera y del tifo si estos amigos se
dieran una atracada, cuando menos cada segundo? Porque me
supongo que un segundo para ellos es como un día para noso tros.
Pero no me hagas caso, continuó Julián, y sigue el hilo de tu ex-
posición.
-Prosigo pues: La rep1·oducción de estos animalillos se efec-
túa por la segmentación de través. Cuando está próximo á dividir-
-299-

se> se forma u11 segundo tlagelo en la extremidad opuesta del pri-


mer·o; luego se extrangula el cuerpo en la parte media, y á poco
concluye por dividirse en dos mitades.
-¿Con su corres¡Jondiente yrr.tagan cada cual? ¡Magnifico! ¿Sa·-
bes que me están simpatizando esos pequeños valientes?
-Lo celebr·o, le re pliqu ~, así espero que mi tar·ea será fácil.
-Allá lG veredes, dijo, y se levantó para irse.
-¿Te vas1
-&Te parece que no necesito aire libre y ejorcicio para digerir
ese trozo de ciencias que me has espetado?
- Creo que pronto nos volveremos á ver.
-Sí; muy pronto. Abur. Y salió sin más cere,nonia.
DR. MANUEL GóMEz PoRTUGAL.

REVISTA AMERICANA

Sabido es quo la carrera del Magistero se considera en los Esta-


dos U nidos, nación utilitaria por excelEJncia, como una ocupación
provisional. Los Comité!' escolares en los Municipios contratan,
autorizan y eligen á los Maestros, cosa que, si evita la rutina en
la enseñanza da en cambio poca estabilidad al personal de las Escue-
las y le interesa poco en la p!l.rte educativ:t de sus funciones.
La primera enseñanza es allí completamente gratuita; pero no
se ha logr·ado hacerla obligatoria, y eso que se observa que si bien
aumenta la concurrencia de niños en las ciudades, en cambio dismi-
nuye en el campo en algunos de sus Estados: tal es el amor y res-
peto de los yankées á la libertad individual.
En el día comprende tres grados: elemental, media y superio1·,
que forman tres escuelas distintas, reunidas en un mismo edificio, y
Nlacionadas con la segunda enseñanza, con la clásica y la profesio-
nal.
Del costo de la enseñanza, no hablemos: ninguna nación como
aquella es tan espléndida en los gastos escolares . Sólo el Estado de
New-York, según la Memoria anual qu9 acaba de publicar el Su-
-300-

perintendente de Instrucción pública, ha gastado en el afio último


14.980,841 duros, cuando en el aí'io 1865 esa cifra se elevaba so-
lamente á 5. 735,460 duros. Ailadiendo á aquella cifra unos 700,000
duros que se gastan anualmente en Escuelas Normales, Escuelas
para los indios y especiales para los sordo-mudos y ciegos, puede
afirmarse que el total de los gastos de las Escuelas públicas del Es-
tado de New-Yrrk en 1888 ascendió á 15.696,~69 pesos. El nú-
mero total de alumnos que en el mismo período asistió á las Escue-
las fué de 1. 033,269.

. .. ..
Hay en la América del Norte 23.000 bibliotecas escolares, que
poseen en conjunto 45.000,000 de volúmenes, que con las delEs-
tacto, en número de 38, y las de Nueva-York, FíladE:tlfia, Boston y del
Congreso de Washington, forman un total de 49.000,000.
Suponiendo que estos 49 millones de volúmenes,dice la Revisita de
la . cual tomamos estos datos, tengan un espesor medio de tres cen-
tímetros, constituirían, colocá ndolos uno sobre otro, una altura de
1.470,000 metros. Tendidos en el suelo ocuparían 1,470 kilómetros,
y suponiendo que un hombre pudiese andar diez leguas diarias mu-
chos días seguidos, tardaría 27 en ver el fin de sus volúmenes.
Y á propósito de bibliotecas. Se ha abierto al servicio público la
Nacional de Maestros de Buenos Aires, instalada en un elegante
edificio ad hoc, acerca de cuyo acontecimentv leemos en un periódico
deaq uella capital: <<Hoy que la reforma de nuestras Escuelas se ha ini·
eiado sériamente, es necesario que los Maeatros que no se hallen
bien preparados, recurran á toda clase de fuentes que puedan mejorar
sus condiciones profesionales. »-<~ Las conferencias pedagógicas son
un medio, pero que por si sólo no basta: la lectura de buenas obras
es otro medio: ya lo tienen los preceptores á su disposición ... Ten-
drán allí un ejemplar por lo menos de todas las obras pedagógicas
que existen en la capital, y se han pedido á Europa colecciones com-
pletas de obras importantes del mismo género» .

.. .. ..
Notable es el incremento qne toma en la República del Paraguay
la primera enseñanza, como lo deducirán nuestro lectores de los si-
guientes datos estadísticos:
-301-

En 1880 sólo asistieron á las Escueles públicas 7,523 niños de uno


y otro sexo, gastándose 45,'HO pesos con 22 centavos, mientrns que
en 1886, gracias á los esfuerzos del Gobierno de l)aballero, los gastos
se elevaron á 99,820 pesos, con los que se sostuvieron 102 Escuelas
con 11,227 alumnos; y en el año s1guiente llegaron á funcionar 138
Escuelas, á las que concurrieron 15,180 niños, gastándose 158,459
pesos.
La ley puesta el'l vigor al princi¡:>iar el año 1888, inspirada en
otras análogas de los paises más adelantado3, he\ dado gran impulso
á la enseñanza pública, base del porvenir do los pnehlos; cuya con-
secuencia ha sido cerrar el año con 287 Escuelas, á las que concurrie-
ron 32,289 alumnos, ascendiendo Jos gastos a 311,632 pesos, sin
contar 300,000 destinados á la construcción de edilicios escolares .
Existen además 79 Escuelas particulares, algunas de verdadera
importancia, corno la fundada en Asunción por una sociedad de padres
de familia, y al freo te de la cual se halla una distinguida Maestm
norte-americana, con un personal docente de competencia.

También Méjico se afana de veras en el progreso de su educación


pública, que pretende sea g1•atuita y obligatoria por precepto cons-
titucional, que obligue igualmente á todos los Estados de la Fede-
ración. Hasta la fecha venía siendo en éstos facultativo el declarar 6
no en virtud de su soberanía, la obligación de la enseñar,za; y aun-
que en casi todos era un hecho jurídico, desdE> hace algunos años ,
la educación pública, tal como la desean las Comisiones del Sen11.do
que han preparado la. ley, semejante declaración no era hecha por la
Constitución de la República. Y en esto consiste pracisamente el
mérito del Proyecto al Senado presentado, porque debo adicionarse
&1 art. 109 de la Constitución federal, es decir, debe elevarse á dog-
ma fundamental de la República.
Por otra reciente ley el Estarlo de Campeche ha mejorado nota-
blemente su Instt·ucción pública. Entre o Iros puntos dispone que se
implante en las Escuelas el método de enseñanza objetiva. El
ai'lo escolar comienza el17 ue S<3tiembre y tel'lnina con exámenes
ganerales el 31 de Julio. Tienen, pues, los <dumnos mes y mr:>dio
de vacaciones. Los premios consisten en libros para los alumncs
de las Escuelas primarias, y en di plomas, instrumentos y gracias espe-
ciales para loi dol Instituto Campechano J Liceo Carmelita.
La Instrucción primaria se divide en elemental y primaria superior
-302-

El programa de las primeras comprende: Escritura de forma in-


glesa, Mural y Urbanidad, principios de Gramática castellana y de
Aritimética y Geografía de la península de Yucatán. La primaria
lHiperior compnnde, además de las anteriores materias con mayor
extensión, las >igtÜ•ontes: Geogra.Cia universal y general de Mejico,
Higiene privada, Catecismo político constitucional y Dibujo.
La ley establece jubilación para los Maestt•os que hubieren servido
25 anos con r!l sueldo integro que hubieren disfrutado, y estarán
2xento~ de cat·gos concejiles y del servicio dl:l la Guardia Nacional.
Esta parte de la ley hace honor á los legisladores campechanos que se
muestran, sin duda alguna, muy campechanos, como uecimos por
acá .
La prim era educación es obligatot·ia para todos los niños desde los
siet e á los trece años. Las penas señaladas á los padres infractores
llegan haEta la pérdida de la patria potestad.

*--·*
Terminaremos por hoy esta Revis t.a con algunos datos referentes
á la pequeñc1 República de Costa Rica, entre ambos Océanos asenta-
da muellemente.
Para una población de 193.000 almas tenía una Uáiversidad en
San Jusé,'liceo3 en la misma capital y en Cartago, y 60 Escuelas pri-
marias de las que 5 son para niñas. La asistencia era d43.3,500 alum-
nos. El presupuesto alcanzaba á 250,000 francos.
Hoy la situación ha mejorado, y el Gobierno acaba de decretar la
organización dd la In stl'ucción secu nd aria y la creación de Escuelas
Normo.les de Maestras . La enseñanza en estas últimas está dividida
en 5 cm'sos; los tras primeros dan derecho al diploma elemental y
los dos últimos al superior. El plan de estu dios compTende aproxima-
damúnie las misma~ asignaturas que el de nuestra Normal.

EJERCICIOS INTUITIVOS
(PR OGRAMAS DE 1° Y 2° GRADO)

Alimentos.
Al. lloy vamos á ocupamos, queridos niños, de una cosa suma-
mente importante para nosotros, tan importante que sin ella no
- 303 --

podríamos vivir. Empecemos~ pues. ¡,Saben u!'ltedes qué es est0


que tengo en la mano1-N. Sí, se11or, un p~dazo de pan .-M. Muy
bien, pero ¿saben ustedes pat·n filié sit·vn el pan?- N. Pa.ra co-
merlo.-M. ¿Y poi' qué lo crJme!mos?-N. Pal'a engot·dat· 1 p;tra no
morirnos, pal'a ... -111. Pat·a susl·3ntal' nuestl'u cuerpo, para ali-
mentarnos, ¡,no es verdad?-N. Si, s •ñor, para alimentarnos.-
M. Entonces ¿qué s·orá el pan?-N. Una cosa que se come para
alimentarnos.-M. Eso es, un alimento. Ahora diganme ustf'des
si conocen algunos otros alimentos -N. La. carne, las papas, los
porlltos, el queso, la leche, lo:> dul'azno 3, etc. -!JJ. ¿Y pot· r¡ué di-
cen ustedes que todas esas cosas son alimentos?-N. Porque no~
sirven para alimentarnos, pot·c¡ue las comernos para no morimo!-.
de hambl'e. -111. Según eso, los alimentos son muy nec.3sarios á
las personas, tno es ciet·to?-N. Si, señoe; pot·que sin el los ten·
dríamos hambre, no podríamos comer y nos moeil'íamos.-M. ¿S~­
bcn ustedes de qué s, hace el pnn?-N. Sí, señal', del trigo .-M ¿Y
qué es el trigo?-N. Una planta, un v •getal. -Ji.¿ A f!Ué reino d 1
la Natut·al cza perten ecerá , pues?-N. Al l'eino v.•getal. -J/. Y to-
dos lo!'l alimentos d ~ que nos set•vimos ¿pet·tenecen,como el pan, al
reino vvgetal?-N. N o, sel'íor.-M. Claro que no. ¿DJ dónde pro-
cede la came, que me han dicho que era un alimento?-N. De las
vacas, de los carneros, de las gallinas, del pavo, etc. - M. ¿Y á qu [}
t•eino de la naturaleza hemos dicho qu e pert'l nec"n la'l vacas, los
cat·neros, las gallinas, etc.?-N. Al t•eino animaL-M. De modo
que los alimentos que, como el teigo, proceden de plantf\ S serán
alimentos vegetales, y los r1ue proceden de las vacas, los carneros,
las gallinas, pot· ejemplo, set·án alimentos animales. Nómbrenme,
ah wa, algunos alimentos vegetal es (hágase de modo que los niños
num been el mayor número posible.) Idem animales (lo mismo).
PürO hay todav:a otl'a clase de alimentos que S3 mezclan con Jos
anteeiores, como l::t sal, ol hie¡•¡·o , etc .: á e5tos se les llama alim en-
tos mine1·ales ... ¿Como? -.V. Alim 3ntos minerales. -M'. ¿Cuántas
clases hay, pues, de alimenws?-N. Tt>es: animales, vegetales y
minet>ales. -M. Los alim entos sit·ven para nutril't103, porque con-
tienen V;trias sustancias lla,,1adas p1·incipios nutritivos, tales como
¡a gelatina, la albúmina, le\ grasa, la. {lb1·ina, las sales, etc ., que
Lionen la peopiedad de disolverse eu el estómago; dicha,., sustancias
se hallan repartidas en más ó menos cantidad en todos los alimen-
tos animales y vegetales, pJt'O sin embargo, es conveniente y nece-
sario que nuestra alimentación sea mixta, es decir, que S•3 compon-
ga de una y otra clase ~e alimentos y aún de los rr.ismos minerales.
304 --

Por qué sir·ven, pues, rar·a nuteienos los alirnentos?-N. Porque


contienen varias sustancias que sieven para nutril' nuestro cuer-
po. -M. Me podrian nombr·a r· algunas de esas sustancias 6 princi-
pio" nutri~ivos?-N. La gelatina, la gr·asa, las salcs.-M. ¿Entran
esas sustancias en los alim entos animales y vegetales ?-N. Sí, se-
ñor.-M. Luego podríamos alimentarnos sólo con car·nes ó sólo
con vegetales tno es ver·dad? -N. Si, seiior, pero es más conve-
niente y necesario que nuestr ..:.s alimentos sean de las dos
clases.

VARIEDADES
EL VALLE DE JOSAFAT
(ESTUDIO ESTADÍSTICO DE ULTRATUMBA)

r.
¡,Dónde está el valle d3 J osafat1
¡,Dónue e!tá ese punto de cita, al cual debemos concurl'ir forzosa-
mente el día del juicio?
Algunos cándidos nos han dicho que esa famoso Valle está en
Palestína.
Pero entendámosnos; si en Palestina hay un valle de ese nombre,
absolutamente que sea el valle á donde, según el dogma religioso
hemos de ir, con los mismos cuerpos y almas que tuvimos, á ser
juzgados por el Supremo juez y á recoger la boleta de nuestro defi-
nitivo alojamiento, voy á demostt·ar con guarismos la imposibilidad
de que ese valle de P alwstina, ni ninguno de los que existGn eu !a
ti e era, pueda sor el valle donde se ha de celebrar el postrer j uicío
consabido.
II.
Supongamos que la vida de nuestro plaueta no sea más de cua-
trocientos siglos, período cortísimo, que la ci(jncia modorna, basán-
dose en cálculos muy racionales, asegura que todn.via lucirá uuestro
sol diez millones de años y mi&ntras el sol alumbra, no hay peligro
de r¡ue la vida so extiñga en nuestro esferoide,
- 305-

Pero, en fin, no seamos demasiado exigentes y contentémosnos


con esos 400 siglos.
Supongamos que dut•ante ese período la población de la tierra no
sea más num erosa de lo que es hoy, es decir, no pase de 1nil cuatro·
cientos millones de habitantes.
Como esLs se renuevan lo ~enos tres veces por siglo tenemos
que el día del juicio final r es uscitarán lafriolt,ra de1.680 .000.000.000
de séres humanos.
Un famoso ejérJito, como ustedes ven.
Con que ya tenemos el princip::\1 elemento para nuestro cálculo.

III.

Hemos dicho que seremos ....


i.680.000.000.000 (un billón y seiscie ntos ochenta mil millones).
Como todo sér humano necesita, so pena de estar prensado como
las sardinas en barricas, medio metro cuadrado para moverse, ese
resucitado ejército ocupará un espacio do 480 millones de metros
cuadrados.
Es deci r, un poco mái! de uri cuadrito de 900 kilómetros de lado y
algo asi como 16 veces la superficie de Francia.
Conque ya ven nuestros lectores que f:lSe vallecito de Josafat no
puede ser el de Palestina, ni ning:wo de los que actualmente existen
en la supeT·ficie- de nuestro globo.
Un valle de 900 kilómetros da ancho y 900 de largo, es un senor
valle que no se encuentra en ninguno de nuestros contin entes.
Pero no hay que apurarse: para antónces puede haber salido del
fondo de los mares.
Volvamos al juicio.

IV.
tPor qué nos dicen que el <<dÍa>l del juicio vendrá Jesucrist::> á
j uzgarnosi
Ese «dían no puede ser <<dínn, porque también habrá imposibilidad
absoluta de que lo sea.
Damos de barato que en este juicio final no haya ni interrogato-
rios, ni defensa de acusados, ni nada de lo que se acostumbra en los
juicios terrestres.
Pero , en fin, no se juzga á nadie sin verle, sin pasarle siquiera
· revista, para decir: e ¡tú por aquil ¡tú por allá!» Digo, se me figura.
quo es lo menos, que se puado hacer.
306-

Pues bien; eri primer lugar, es muy problemático que para .m-
toncas esté nuestro sol encendido, y no estándolo, no hay día posi-
ble, todo es noche continuada.
En segundo lugar, aún suponiendo que el sol ardiera, la operación
del juicio no podría hace!'se en vein ticuatro miserables horas.
Y si no, vamos á verlo.
V.
Repetimos que va á haber, lo menos, «un billón y seisci'lntos
ochenta mil millones» de resucitados.
Pues supongamos que nos formen en columnas de cuatro en fonclo
para pasarnos siquiera revista, para vernos la cara.
ACuánto tiempo necesitaríamos marchando á paso acelerado para
destilar frente á ese juez?
Como la columna tendría cuatrocientos veinte millones de kiló-
metros, porque no se puede marchar si no hay siquiera un metro
entre fila y fila, a un que anduviéramos á razón de 120 metros por
minuto, quo es muy buen andar, tardaríamos en el desfile e¡¡ta pe-
queiiez: ¡5,068,000 días de 12 horas, ó sea en años 13.8001
Y digo de doce horas, porque no me parece justo que no se nos
concedie!'a algún descanso después de haber tirado un cole to de
84 kilómetros, ó sean 22 leguas kilométricas.
Conque tenemcs que el «día» del juicio, aunque ese juicio sea un
simple destile, va. á constar de 13.000 alios.
VI.
Ahora recordamos que la citada colu:nna de seres humanos, pues-
tos de cuatro en fondo como hem os dicho, tendrá 429.000.000 de
kilómetros. Y como la circunferencia de la tierra es de 40.000kiló-
metros, poco masó menos, resulta que la columníta de resucitados
dará la vuelta al mundo 10.500 veces: han leído ustedes bien, «¡diez
mil quinientas veces!:.
Pues supongamos que para. evitar.10s el dolor de tantas vuelt&.S
al rededor del mismo globo, el Padre Eterno tendiera un puente en
el espacio para que camináramos por ése puente. ¿A dónde habría
llegado la cabeza. de la columna cuando la cola estuviera todavía en
el famoso valle de J osafat!
Pues Cllminando en dirección al solla cabeza de la columna, pa-
sando de largo juot<• á nuestro gran luminar, la dejaría por la
espalda á 68.000.000 de leguas.
6Y la cola de la columna estaría todavía en la tierra?. , .
-307 -

-¡Indudablemente! porque desde aqu! al sol no hay más que


37 millones de leguas; esa columna en marcha tendría de largo
105 millones.
Conque ya ven ustedes que el puentecito que nos echa1·a el Padre
Eterno para entllarnos hácia el espacio sería un señor puente.

VII.
De todo lo cual resulta, que el valle de J osafat no va á ser un vallo
sino una inconmensurable estepa.
Que el día del juicio no va á ser día, sino un período de ... 13.800
años.
Y esto suponiendo que en esa gran ceremonia final se haga todo
á la carrera, porque si hay ciertas formalid¡¡,des que exijan siquiera
un minuto por individuo, plazo bien corto para uli hombre ser juz-
gado, el período se elevaría á la friolera de 2.000.158 años.
Se me dirá que eso es nada comparado con la eternidad; conve-
nido. Pero ¡.no les parece á ustedes un poco dEmasiado emplear
2.000.158 añoe en juzgar á los que sólo han vivido algunos instantes
en este mundo perecedero~
VIII.
Otra duda.
Si las mujeres resucitan con el mismo cuerpo y alma que tuvieron
¿resucitarán también con la misma lengua~
En caso afirmativo; ¡,quién se entiende con 800.000 millones de
mujeres charlando tonas á la vez1
Si cuando aquí se reunen siquiera una docena, hay que taparse
los oídos, ¡qué iamenso guirigay va á ser &quél!
&Podrá el Juez Supremo, a pesar de toda su autoridad, dominar el
bullicio que produzcan 800.000.000.000 de lengJias sueltas á todo
trapo1
¡Digo, y después del largo silencio que les impuso el hielo de la
muertel
Al verse resucitadas sentirán una comezón de charlar ••.
&Y si saben idiomas distintos1 ·
Vamos, que á mí se me abren las carnas sólo de pensar en esta
inmensa grillera.
UN CALCULISTA.
-308-

NOTICIAS

•: noe11tro8 lectore•. - Los trastornos consiguientes á un


cambio de Administración, nos obligan á dar en un solo número los
correspondientes á los meses de Setiembre y Octubre. Esperamos
que la buena voluntad de nuestros suscritores perdonará estas de-
ficiencias, que trataremos de remediar en lo sucesivo.
t:ouferencla11 doctrlnule8. - En la ultima sesión que tuvo
lugar el 14 de Setiembre ppdo, el profesor normal, señor José
T. Ojeda, designado al efecto, leyó una interesante disertación sobre
los métodos de escritura.
Habiendo sostenido en sus conclusiones la primacía del método de
caligrat1a del señor I1erghmans, sobre todos los demás puestos en
práctica hoy dia, se promovió una discusión bastante animada en Ja
que tomaron parte las señoras de Ryan y de Scasso, las señoritas
~.fenard, Lupo, Chavarria y Palla, los sub-inspectores señores Olive-
ra y Fantova y los profesores Aubin, Gonzalez, Olivé, Berghmans,
Navarro y Scarpa.
La discusión se limitó al método Bergtmans, sin que se sentara
conclusión alguna.
Quedaron designadas para la próxima conferencia la señorita Ar-
minda Santillán y la señora Úrsula Lapuente, que tratarán respec-
tivamente sobre "La enseñanza de la aritmética" y" Las lecciones
sobre objetos."
última conferencia. - El 12 de Octubre tuvo lugar la última
conferencia del presente periodo. Disertaron la señorita Arminda
Santillán y la señora Úrsula La puente. Tomaron parte en la discusión
la señorita Chavarrin y los señores Vedia, Aubin y Scarpa.
El Dr. Zorrilla, que presidia la sesión, terminó el neto con un
breve y aplaudido discurso. D'ó lectura á una carta que desde Paris
le habla sido enviada por el profesor Pizzurno, y en la que se le daba
cuenta del gran premio de honor· que se habla adjudicado al Consejo
Nacional de Educación; felicitó .a los maestros á quienes, dijo, co-
rrespondía principalmente la gloria de este triunfo.
Al clausurarse las conferencias del pt•esente año, enviamos nues-
tra felicitación al Consejo Nacional de Educación por su brillante
éxito, y al personal docente de nuestras escuelas por la altura en que
se ha sabido mantener la discusión de los diferentes temas desarro-
llados, que por su órden, han sido los siguientes:
-309-

Enseñanza intwtiva; confeeenciante: Sea. Albina G. de Ryan.


Enseñan:::a de la lectum; >> Sl'. Esteban Lamadrid .
Enseñanza de la esc¡·ituta; >> » José T. Ojeda.
Enseñan:::adelaaritmética; » 8ta. Arminda Santillan.
Lecciones sob1·e objetos; >> Sra. érsu la Lapuente.
Los niños y los vigllantcs.-Estamos en un todo conformes
con las ideas emitidas en un suelto, que bajo este mismo rubro pu-
blica nuestro colega «El Monitor» en su núm ero 165.
Creemos, como el colega citado, que se hace indispensable un
acuerdo entre el Consejo N. de Educación y. el Gef'e de Policía, para
evitar el que disminuya la asistencia en nuestl'as escuelas y que de-
saparezcan los niños que andan merodeando por bs calles, insultando
á los transeuntes y llenando las paeedes de las casas de figuras obce-
nas y de palab!·as inmorales capaces ele hacer ruboriza!', no á u.ua
seño1·ita, sinó it un veteeano.
Esperamos que el Consejo Nacional de Educación hará algo en ese
sentido y que el sei1or Gefe de Policia no dejaeá de prest.arle su va-
lioso apoyo.
t::u ..sos Normales.- Llamamos la atención de los maestros
destituidos de diploma alguno, sobee las siguientes resoluciones
adoptadas por el Cent1·o Unión NOI'JiWlisla de la Capital.
lié aquí el acuerdo de la Comisión Directiva de esa institución:
1o Establecer cursos nocturnos que comprendan los e tuLlios exi -
gidos para obtener los diplomas de preceptor, sub-preceptor y ayu-
dante con el objeto de facilitae la preparación de los empleados de
las escuelas que deben rendir exámen, de acuerdo con las nuevas
prescripciones reglamentarias.
2° Designar para dictar las diversas asignaturas á los siguientes
profesores normales:
Pedagogia-D. Andrés Ferreira y José M. Aubín .
Idioma Nac·i onat-D. Manuel Pereira.
Historia-D. Cárlos L. Massa.
Geog¡·afia- D. Manuel Amarilla.
Matemdtwas- D. Juan Tufró y D. Julián H. Perez.
Ciencias natw·ales-D. Luis Suarez y D. José T. Ojeda.
Ciencias sociales-D. Estéban Lamadrid.
Franc¿s-D. Raimundo Robert.
Las clases ser?tn de 7 l /2 á 9 1/2 y se abrirán el l o de Octubre L ll
el local Belgrano 637 nfn. , y conforme al siguiente horario:
Lúnes - Matemáticas, señor J. Peeez; ciencias natueales, señor
L. Suarez.
Martes-Idioma nacional, señor M. Pe reir a; frances, señor R. Ro-
bert.
-- 310 -

Miércoles--Matematica.s, señor .J. Tufró; pedagogía, señor J. M.


Aubin.
Jueves- Historia, seí'ior c. Massa; cieLcias naturales, señor J .
Ojee! a .
Viernes- Geogeafía, señor M. Amarilla; francés, señor R. Robert .
Silbado- Ciencias soc.iales, señor E. Lamadl'id; pedagogia, señor
A. Ferreira .
Biblioteca p o p ular d el JDunlclp i o.-Durante el mes de
SetiemLre ha habido en esta biblioteca el siguiente movimiento:
Han circulado 2017 volúmenes, a domicilio 184; asistencia de lec-
tOL'eS a l establecimiento 798 y G8 nuevos suscritores.
De derecho se han consultado 85 obras, de ciencia 258, historia
413, literatura 2191.
En lo que va corrido del año se han consultado 9991 volúmenes.
Durante el mes de Setiembre, la Biblioteca referida ha reeibido
45 vo lúmenes donatlo¡,. pol' varios caballeros.
Pt•e~nlo al Consejo de Edneación.- El delegado argentino
en la Exposición de l'aris, ha comunica lo telegráficamente al Presi-
dente de la Comisión Dit'ectiva At'gentina en aquel torneo, que entr-e
los premios tliscernidos it Jos exposito!'es de nuestro país, figura el
gl'an premio de llonoe ¡¡a.m el Con ejo Nacional de Educación, que,
como se recordará, envió ademas de los textos de enseñanza, etc., un
album conteniendo ~ istas fthográficas de todos los establecimientos
escolares de la capital.
Ins p ección de escuela8-Por el Consejo Nacional de Educa-
ción se lla pasado ¡L Jos inspectores en las provincias la circular
que insertamos á continuacion:
cComo el gobierno de la Nnción contribuye al fomento de la edu-
cación primaria en las pro-v·ncias dándole los recursos que cada
una necesita, en pt·oporción á sns rentas propias, y á Jo que invier-
tan especialmente en su~ c ~ cuelas, y sostrniendo un inspector na-
cional en cada una do ollas, quien á la vez que controla Ja inversión
del fondo escolar cnn qn'3 la Xaciun contribuye, coopera con sus
conocimiento& proCesionales y l<t exveriencia aclquirida al adelanto
técnico de la educa.ción en gen oral, de modo tal e¡ ne p1•evalezca en
todas, si es po8ible, un mistll.o sistema de enseí'ianza, ele cuyas di-
versas partes debc>n ser· los seiínres inspectores ~~ctivos colaborado-
res, este Consejo ha creído necesat•io reglamenta!' esa doble misión
ele sus representantes, para cuyo fin ha sancionado el reglamento
de la inspecCión na,cional rle las prO\' incias, del cnal tongo el agrado
de remitiJ' dos ejemplal't'S al seíiot' inspector y manifestarle á Ja vez
Je dl1 á la brevedad posible la mús ámplia aplicaciun, por exijirlo así
la me.iot• marciHt de r , ta r0paet.iciú11, la misma inspección nacional
y los intereses educacionales de los dh ersos estados.
Me refier'o muy principalmente á la inspec~ión, porque después
que pasó la época de la instalación de Jos consejos pt•ovinciales, don-
de aquella desempeftó un papPl muy importante, su acción ha ido
disminuyendo rápidamente al extremo de que, salvo algunos seño-
..

-311-

res inspectores, parece que han dado por terminada su misión, de-
fraudando así los fines y las aspira,ciones del gobierno de In. Nación,
a que me he referido antet'ioemente, y de los cuales es intérprete
genuino el Consejo que tengo el honor de presidie.
Impuesto, pues, el seííor inspectot• del reglamento que le remito,
verá que él tiende, á la vez que ít dat· vida propia á la inspección na-
c.ional, á hacee desaparecer este desequilibrio de acción, que no
ttene razón á existir en un pa,is como el nuestro, d·onde el pueblo y
los demás elementos de progl'eso, insinüan, puede decirse, cada
tlía, las mejoras que deben realizarse.
Recomiéndote, pot• consiguiente, el mas estricto cumplimiento de
sus deberes y atribuciones, C•Jmo pl'incipalmente la organización y
buena marcha, de su oficina, ba,jo las condiciones que se establecen.
Quiero dar carácter, rept'esentación (> independencia á la inspec-
ción nacional de las provincias, y siem¡ re que el señor inspector pro-
ceda dentro de las prescripciones reglar1enta.rias, puede estar seguro
del feliz éxito de sus actos.
Llámole la atención sobre las notas naciomdes que debe enviar
á la inspección general, como muy especialmente la mayor pun-
tualidad en la remisión de los informes cuatrimestrales á este
Consejo.
Todas las disposiciones y circulares anteriores quedan en vigen-
cia, y no debe olvida!'las el Sr. InspectOI', ni tampoco exonerarlas
del lugar preferente que deben ocupar en su al'chiYo, así como las
colecciOnes de «El Monitor>), las memorias ele este Consejo y los ele-
más documentos oficiales que recibe ó remita.
Una reglamentación, como comprenderit el seíior Inspector, no in-
clica un límite en la esfera de acción tle un funcionario público, sinó
una guia para el mejoe cumplimiento de sus debeees más primot·-
di.ales; por consiguiente, dentro ele sn oficina, ó fuera ele ella, que-
da suficientemente autorizado para iniciae ó hacel' todo lo que im-
porte un adelanto para la educación ele la sección á su cargo, pero
siempre que no hiera las peescripc10nes reglamentaeias que la ca-
racte r·izan, ni ultrapasen las disposiciones locales.
Por lo demás, debo hacerle peéviamente presente al señor inspec-
tor, que la Inspección General queda organizada en los términos del
reglamento que se acompaña, y autorizada para ejercer u na acción
inmediata sobre el fiel cumplimiento de sus resoluciones, as! como
también de dar cuenta al superiDl' ele cualquier parte de ella que
sea vio:ada ócleje de cumplirse, sin causa suficiente que la j usti-
fiq ue.
Podrá así mismo dicho funcionario recabar del Sr . Inspector todos
aquel'os elatos ó informes parciales que tiendan á esclarecer algún
asunto, ó en su def'ecto pasárselo á in forme especial de Vd.
Bien, pues, hoy ha entrado este Consejo en un .nuevo período ele
administración, y espero que, como en el anterior, ó más aún, coo-
perara el señor Inspectol' en la causa ele la educación con el mismo
interés y patriotismo con que hasta aqui ha peocedido, para volver
á llegar· al mismo ó mejol' resultado que el que hemos alcanzado.
Apeovecho nuevamente esta ocasión para ¡·eiterar al Sr. Inspector
la expresión de mi más distinguida consicleeación y aprecio.
B enjamín Zm·¡·illa.
Las e8cnelas arg enti n a8 en En••opa - En la escuela nor-
mal tle Niiti-s (Suecia) que se halla bajo la sabia clireceión del pro-
fesor Otto Salomón, que ha sido instructor y propagandista del tra-
-312-

bajo manual en las escuelas, tuvo lugar últimamente la clausura


do los cursos y la distribución de los certificados .
Con motivo ele este acto, el Sr. Salomón clit•igió un cliscut•so á los
numerosos alumnos que ele todas partes del mundo acuden á escu-
chal' sus lecciones.
Terminado el discurso, dedicó á los diverso3 alumnos extranje-
ros varias palabl'as en el propio icliomn. de cada uno de estos, des-
pues de haberlo hecho en sueco para torlos en general.
lié aquí las que dit•igió al proresút' normal argentino Pablo Pizzur-
no, enviado pol' el consejo nacional de educación para estudiar el
trabajo manual y losjat·dines de mfantes en Eul'opa.
«8l'. Pizzurno-Querido amigo: Encuentro bien extl'nño que sea un
antípoda á quien dirijo ahora. algunas palabt·as de despedida. No
tanto porque hayáis venido ele tict•t•as Jeja.nas, puesto que en Niüi.s
estamos habituados al honot• y al placee de ver personas de países
distantes, cuanto por·qnc me pPrece extraol'Clmario vet• en vos un
extranjet·o . Durante estas semanas, en verdad, nos habéis hecho ol-
vidar que sóis un extt•año; os habéis adaptado naturalmente á esta
situación especialísima de hallal'se trasportado, como pot· encanto,
ele! sud de la América al norte de la Eul'opa.
Y poi' esta razón no habéis sido para nosotr·os un forastero, sinó
un amigo que hemos sabido estima!' y quer·er.
Vos, notable profesor, habéis sido un alumno atento y anheloso.
Vos, el hijo del sud, habeis sido pat·a los hombres y mujeres del nor-
te un compañero solicito y bondadoso.
Si hemos teniLlo la satisfacción de enseñaros alguna cosa que
pueua set' útil, bajo otra forma sin durla, á vuestro pals; vos, en
cambio, nos habéis hecho estimae este pais, e¡ ne no solamente edi-
fica escuelas que parecen palacios, como no los poseen muchos de
los primeros esta<.los de Eul'opa, &inó que tiE>ne también hijos inte-
ligentPs, instruidos, enét•giros y llenos de sentimienlo, como vos.
Es triste separarnos; y más atin co n el pensamiento de que, pl'o-
bablemente. no nos volveremos á estrechar las manos jamás.
Nos queda sin embargo, un gran consuelo, pues sj las tierras se-
paran los mares y los mat·es á las tierras, nada puede separar í~ los
que trabajan por la misma causa.
Gracias por el tiempo que habéis permanecido entre nosotros.
No olvidéis bajo la Cruz del Sud que la estrella del Norte brilla en
el cielo de un pa1s en el cual ni la nieve ni los hielos <.le! invierno
pueden impedi!' á los corazones amigos, latir carit'íosamente.>>

f:onformacJóO fisJca de lOS niñOS - POSICIONE VICIOSA EN


LAS ESCUELAS -El encargado de negocios de la Reptiblica Argentina
en Bruselas acaba de enviar al ministerio de Relaciones Exteriores
un interesante informe sobre higiene escolar en Bélgica que revela
el interés y celo de nuestro representante en aquella nación.
Ese trab&.jo que es extenso comprende en resúmen todo cuanto
se relaciona con la higiene escolal' y toca con la detención debida,
que demuestra la atención que se ha prestado al asunto, separada-
mente todos los puntos.
-313-

eremos que serán de alguna utilidad para nuestras autoridades


escolares y para las personas que se dedican al noble magisterio
de la educación las signientes observaciones que tomamos del in-
forme mencionado, referentes á las posiciones viciosas que los
niños adoptan en clase.
Todos los higienistas han señalado la frecuencia y los resultados
desastrosos que toman los alumnos durante las clases. Estos resulta-
dos han sido patentes en un exámen hecho por un méclico belga, del
tóeax ele ventitres discípulos que después de terminar los estudios
primar•ios eepresentaban a la escuela normal. Uno soló tenia el bus-
to bien conformado y más de la mitad tenía una inclinación dema-
siado marcarla á la dereclut ó á la izquierda, según las posiciones
que adoptaban para escribit'. La causa pl'incipal de esas malas posi-
ciones tiene su origen en lo defectuoso del mobiliario escolar, sien-
do la banca escolar demasiado estrecha para permitü• al alumno
sentarse cómodamente, sin rP.spaldo en que apoyarse para descan-
sar dur·ante las explicaciones, y la distancia entre su altura y el es-
ceitoeiC', despropoecionado á la talla dE' los niños. Una segunda cau-
sa de estas posiciones viciosas depende de la luz y cuando ésta es
insuficiente ó defectuosa y obliga á los niños á inclinar demasiado
la cabeza sobre el papel, ó ú tomar una posición oblicua para evi-
tar la sombra ó los reflejos sobre sus cuadernos; otra causa muy im-
portante también, es la negligencia de los preceptores ó preceptoras
que, no teniendo conocimiento ele la gravedad de esas malas posicio-
nes, se preocupan muy poco de ellas y aun tes enseñan á tomar ac-
titudes defectuosas.
Se sabe ya cuales son los resultados de tal error y que son desvia-
ciones de la columna vertebral, más ó menos pronunciadas, dimi-
nución del perímetro torácico con toda las consecuencias que le
acompañan, afecciones pulmonares y aún la tisis.
La tl'ansfoemación casi completa del mobiliario escolar de las es-
cuelas belgas, la construcción y mejoramiento lógico de todas las
nuevas escuelas, han hecho desaparecer las dos primeras causas
que determinaban las actitudes tlefectuosas de los alumnos. Por
otra parte el cuerpo doceute ha sido instruido de la gran impor-
tancia que las malas posiciones pueden tener para la salud de los
niños y su atención ha estado constantemente dedicada á este par-
ticulat', y no sin vencer graneles dificultades se ha llegado á hacer
perrler la funesta costumbt•e inveterada..
Hoy puede decirse que los alumnos se tienen generalmente bien
en las escuelas, merced á la perseverancia de los médicos, á la cons-
tante atención del personal docente, á la regularidad y también á
la medicina preventiva administrada á los niños cuyas actitudes
eran en pa:-te consecuencia de una constitución delicada.
-314-

Vendedores de hela dos .-No podr!an hacer algo nuestras


autoridades escolares dirigiéndose á la Intenden cia Municipal para
evitar que se expendan á Jos niños sustancias, á veces nocivas, con
el nombre de llelados y servidas en vasos cuya limpieza cleja mucho
que dese:1r~
iHabrá acaso menos peligl'o t~e que se desart'ollen enfermedades
infecciosas poi' ese medio que por el de que beban en las escuelas
todos los alumnos en unos mismos janos?
Aconsejamos a los maestl'os, mientras no se tome alguna medida
al respecto, hagan comprende!' tL los niños el peligro a que se expo-
nen, siguiendo la costumbre ile tomar los h6'lados que se venden en
nuestras calles.
Escritas estas lineas, leemos en Et Dia1·io de fecha 3 del corriente
el suelto siguiente:
« HELADOS CALLEJEROS - La expendición, en las calles de Buenos
Aires, de helados, soi-disant todos de pura crema, al ínfimo precio
de dos centavos la copa, está ocasionando grandes detrimentos en la
salud de los nit'íos, qne amantes en su mayor parte de las golo:;;inas,
consumen ostas mezclas imposibles, ocasionándoles indisposiciones
que algunas veces llegan á revestir cal'actéres alarmantes.
Varias son las personas que se han ace!'cado á esta redacción ro-
gándonos llamemos sobre este asunto la atencifm del señor Inten-
dcn te, y accedemos gustosos :ti pedido, pues lo CI'eemos muy fundado.
A las autoridarles conesponde en primer lugar Yelar por la salud
püblica, y en cumplimiento do tan sagrado deber, esperamos que la
Municipalidad tomará las medidas convenientes para cortar de ra.iz
el abuso que deploramos.»
André s Fer reir a . -Habiendo renunciado del puesto de Inspec-
tor técnico que ocupaba el distinguido profesot• no,·mal, señor .Juan
Tufró, ha sido nombrado por el Consejo Nacional de Educación pat'a
reemplazarlo el señor Andrés Ferreira, también profesor nol'mal y
ex-director de la Escuela Graduada de Varones del 14° distrito.
Aplaudimos la elección hecha por nuestl'aautoridaJ escolar y es-
peramos que el más feliz éxito corone los ka bajos de nuestro apre-
ciable compañero, señor Ferreira .
Nuevo eoneurs o i nfan til - La SJcieJ:.l.'l Protectot•a de los
Animales ha pasado á los maestros la siguiente circular, qne ins-
truye del propósito ele realizar un segundo concurso infantil y sobre
los temas que se designan:
Buenos Ait'es, Setiembl'e lO de 1889-A los señores Directot•es de
las escuelas fiscales y particulaees de la Capital de la República--
La Sociedad Protectora de los Animales, con vencida de la poderosa
influencia que, en el progreso de las ideas humanitarias para con
los animales, puede tener la educación de los niños, cuando desde
s u más tierna infancia reciben nociones de lo justo y de lo bueno
para con ellos, ha resuelto dieigirse á los directores de las escuelas,
pidiendo S'l concui so para una obra tan civilizadora.
-315-

Si se pretende, per medio de penas, prohibir en los adultos los


actos de crueldad con los animales, los que, en su mayor parte, son
t.lebidos á la ignorancia, para see consecuente, débese destruir este
mal en su principio, aprovechando la celad infantil en que se acen-
túan bien las impresiones y se graban para siempre en la memoria
las nociones del bien y del mal.
Con el fin ele fijar la atención de los niños sobre este asunto, la
Soc:edad Protectora de los Animales ha establecido un concur~o
anual de los niños de ambos sexos, en el que se presentarán escri-
tos originales, no siendo permitido copias ó traducciones, sobre el
Rol ele los Animalzs en sus relaciones con el hombre, que es el te-
ma elejido pa!'a el concurso de este año, bajo las bases siguientes:
¡o Se establecerá un premio por cada 25 composiciones que se
presenten, ó una fracción ruayot• ele 10;
2° Los señores clirectot•es clasificarán las composiciones de sus es-
cuelas y la remitirán á la Sociedad, señalando caáles son las acree-
doi·as al premio;
3° La Sociedad reunil'á la composiciones acreedoras á premio para
la adjt.:dicación de los tPes pl'emios mayorPs, que consistirán en
una medalla de oro, de plata y de bronce.
Cada escrito indicará tinicamente la edad del autor, debiendo ser
acompañado de un sob1·e debidamente sellado, conteniendo el nom-
bre, colegio ó escuela que fr·ecuenta, y como garantía de su origi-
nalidad, la firma del directul', asi como cualquier señal que corres-
pondiendo á otra igual no escrita, no deje la menor duda de á quien
pertenece.
Estos sobres sel'án abiertos por la Comisión Di!'ectiva de la Socie-
dad, á quien incumbe apreciar el mérito de los escritos, teniendo
en consideración más la edad del autor que el estilo y flores de re-
tórica.
Las composlciones cleberan ser entregadas antes del 1o de Diciem-
bre en la Secretar·i<t ele la Sociedad, calle Victoeia 504 (altos).
Los ~l'emios serán distribuidos en acto público el día que se avi-
sará por los diarios; publicándose el nom~re de los premiados y sus
composiciones, como el nombre del colegiO ó escuela que frecuen-
taren.
La Sociedad confía en que los directores de escuelas á quienes,
po 1• la preser>te, tiene el honor de dirigirse, tratarán de que este se-
gundo concurso anual sea llevado á su más cumplido efecto.
Dios guarde á los señores Directores- I. L. ALBARRACIN-Fe¡•nan-
clo Ba,r¡hmans- A1'lUJ'O Gome:, Secretarios- Secretaria de la Sacie-
da::!, Victoria 594 (altos).
Escuela Gradoatla de varones del '14° DlstrJto.-Aca-
ba de ser nombrado Director ele dicha Escuela, en reemplazo del
señor Ferreira, el profesor normal señor Manuel Amarilla.
Felicit<tmos al señor Amarilla por su merecido ascenso.
BIJ)lioteca Nacionttl de l11aest••os.-La siguiente circular
ha sido pasada por el C. N. de Educación á los Dit•ectores ele las Es-
cuelas de la Ca~ital:
<.<Me es satisfactorio anunciar á los Señores Maestros de la Capital
de la República, que confol'me á la ordenado por ley y mel'ced á
múltiples esfuerzos, se halla convenientemente instalada, quedan-
- 316-

do desde hoy abierta al público, la Biblioteca Nacional de maestro'.


Destinase esta, con especialidad, como Jo indica su denominación, it
los amigos de los niños, á los directol'eS de la infancia, que deséen
concurrir á ella para acrecentar y fortalecer sus facultades.
De há tiempo la creciente cultura de nuestra sociedad reclamaba
un establecimiento de ese género, vivo foco de luz intelectual agre-
gado á Jos ya existentes en este gran centro de progresJ, -pero ctue lleva
un sello -propio, debiendo la pecularidad de su instituto ser incen-
tivo á los ctne profesan la enseñanza, quienes podrán rP.cojer, fre-
cuentándole, una parte no escasa del saber humano á qne dedica-
ron sus -:"'esvelos, para difundirlo entre el pueblo, como resultado
precioso de los beneficios emanados de la libertad y de la paz.
Una l'iblioteca no impol'Ln. sólo una t•eunión de libros colocados en
fila para hacer frente é imponer respeto á la ignorancia. Mejor que
1·s at•chivos de la imprenta, es el templo consagrado al culto de la
inteligencia en sus manifesta: iones más altas. A él están, pues, lla-
mados los que se preparan con los conocimientos adq uieidos, á ilu-
minar el camino de las generaciones que se forman. Las cien.)ias,
las letras, las artes, nobles atributos de la civilización que marcha á
su apogeo, requieren más bien que altares solitarios, aquel celo
práctico y moral de sus cultores, que imprime á los espíritus el cuíio
de la superiol'it!.ad á que aspiramos.
Con e tas ideas ligeramente apuntadas y en que espero hallar de
acuerdo á los Señores Maestros de las Escuelas l'úblicas, figurando
Vd. en su honorable gremio, sólo me resta hacer notar especialmen-
te á lo:; Pt•eceptores de la Capital que la BibliotE>ca Nacional de
Maestros permanece abierta de 7 á ll de la noche con excepción del
día Sábado en que estará abierta rle ll á 4 ele la tarde, siéntlomc
grato ofrecer á VJ.. en la ocasión el testimonio de mi consideración
dintinguida.
BENJAM!N ZORRIJ,LA.

{;entro Unión Norlllalista. - En la última sesión celebrada


en este Centro, se resolvió aceptar la renuncia que presentó el se-
ñor Domingo Pochelin del cargo de Tesorero, siendo nombrado en
su lugar el Señor Emilio R. Olivé.

ALOS SEÑORES SUSCRITORES.-Se ruega á los señores


suscritores á quienes falte algunos números de la Revista,
se sirvan reclamarlos directamente á la administración,
Europa 1144.
' 1
REVrSTA PEDAGOGICA ARGENTINA
Ól\GANO DEL CENTl\0 UNIÓN NORMALISTA

Año JI NoYierobre y Diciembre 1889 1 Núm. ,'XI


COJ\IISIÓN llED.\CTORA:
Emilio R. Olivé. -José M n Aubin.- Francisco Guerrini

liOVIAlfENTO DJ~ LAS IDEAS PEHAGÓGIOAR


EN BÉLGICA

Bruselas, Oet111Jrc 24 de 1880.


ltfi querido 8>·. Pizz¡wno :

Ilé ar¡u! á granr!es rasgos, la. historia del movimiento de la~ id en~
ped¡,gógicas en Bélgicn..
La Revolución de 1830 separó la Bélgica de la Iloland;l.
l.a Constitución Belga proclama la libertad de e11seiianza : todo
el que quiere puede abrir una escuela sin tene1· que sujetarse á
ninguna garantía de morillidad y do capacidad; ios padr·es sc~n li-
bres de enviar sus hijos á la escuela, d~ enseñarles en el ltogal' ó
de dejarles en la ignorancia. Es la liberr.Rcl más absoluta, sin
garantía alguna para ia conservación social, in defellsa de Jos
intereses del niño cqntra la ignorancia ó la l'<tpacidad dtl lo8
pad1·es.
De 1830 á 1842, el Gobierno se desentendió compleLamente de
la instrucción publica. Casi todas las escuelas, que e1·an unenas
en general, fundadas de 1815 á 18:30, bajo el régimen holandés,
cayeeon; los maestros y profesores peneteados do libeeali m o,
fueron arrojados' de sus puesto3, los unos abr'azal'on otr:1s cal're-
ras, los otros se expll.tl'iaron, abandonando un país entl'eg·ado á la
reacción ultramontana.
La. libertad absoluta ·y el com¡¡leto desinterés del Estadv ha-
bían en doce años sumido al país en la ignorancia y el fana-
natism.:;. Ya no teníamos más que escuelas fundadas por el
clero católico, en las cuales centenares do nÍI'íos oran amonto-
nados en locales cualesquiera, bfljo Ell cuidado de un sacri,stá 11
casi analfabeto y á menudo también bajo el de un criminal rein-
- 31~-

cidente. La enseñanza se limitaba casi en todas partes á la reci-


Lación maquinal de rezos y á las prácticas de la devoción. El
puebb, inconsciente de sus derechos y de sus deberes, confiaba sus
hijo á las escuelas del clero. S9 les educaba de un modo que no
les sacara de su adormecimiento intelectual y les sujet.ara á la
fglesia. Un pueblo sometido á tal régimen puede ser libre sin pe-
ligro para la Iglesia, pues es incapaz de servirse de su libertad
paNl. emanciparse.
Los municipios liberales y algunos publicista~, notablemente
monseñor Bommel, obispo üe Lieja, protestaron enérgicamente
<'Ontrar esta degradante siwació~ que arrastraba á grandes pa~os
H.! paíll á la barbarie. El Parlamento en 1842 votó la primer¡;¡, ley
lH'gánic!\ de la enseñanza pública. Esta ley fué nna transacción
entre los liber;tles y los clericales. Los libera.le,¡ para obtener es-
cuelas públicas debieron h!\cer enorm s concesi·~nes al clero. Cada
municipio tenia que abrir una escuela y dat' instrucción gr!\-
tuita á los niños indigentes, de acuerdo con un pt•ograma que com-
[H'endia: la lengua materna (francés en las localidades valonas, neel'-
landés en las Jocalida<.les flamencas (') la lectura, la escritura, el
cálculo, el conocimiento de los pesos y medidas, Jos elementos de
la historia y de la geografía. La enseñanza de la religión católica
era obligatoria parct todas las escuelas sin excepción. Toda la
enseñanza debía estar impreguada de catolicismo según la célebre
fórmula: ¡la atmósfera de la escuela debe sel' ¡·eligiosa 1
Inspectores eclesiásticos nombrados ~orlos obispos, sin ninguna
intervención ni verificación del Estado, que debía no obstante pa-
garles, tenían el derecho absoluto de visitar las escuelas cuando
les agradara, interrogar á los alumnos, intetorumpir los cursos, ha-
cer observaciones t. los maestros, propone¡· penas disciplinarias
contra ellos, etc., etc. El clero de cada pat-roquia tenia Jos mismos
derechos. En una p~labra, las escuelas públicas fundadas por !os
municipios, sostenidas á expensas de los m1.1nicipios, de las pro-
vincias y del Estado estaban completamente sometidas al clero
católico que ng dep•mdia en nada del estado y que en Bélgica como

(l ] Debe notarse qu e In. mitad de. la poblac ión . belga, la de la raza


g (' rm an it·n. que oc upa el. norte del pats,, habla la mtsma lengua qu ~ el
puebl o de los Pal ~e s BaJ OS, e l n ee_rlan~ r• s, c uy~ literatura ~ s ~uy r:ICa;
pero <' 1 c ultivo de esta leng ua hab1a Sido descUidado en, Bt• lgtca bAJO Ja
influe ncia ne fasta de los E pañol es y los Fran ceses , m1entras .que se
había 111 ft " niJlcame nte desar·rollaclo ntre los Holand es es, que hab1an sa-
cudido el yugo de.: la Espaiía desde el siglo XVI.
.-

- 31\J --

en todas partes ha combatido siempre encarnizadamente las liber-


tades públicas y los derechos ele! Estado.
Ningún libro p,odía emplearse en la escuela si no se hallaba ro-
ve tido de la aprobación eclesiástica y dE\ la rle una comis ión g uber-
namental.
Los institutores debían ser diplomados: ellos eran formados en
dos escuelas normales del Estado, establecidas en Li erre (l'3ngn:t
fiamenca) y en Nivelles (lengua francesa). Al feente de es<is e6-
cuelas el Estad0 ponía saeerdotes católicos. Otr·o sacerdote e1·a
encargado del cueso de religió.n. El internado era de rigor. Las
prácticas de la religión hacíanse en gran escala. Aun dur·ante' las
vacaciones los normalistas no escapaban á la inr¡uisiciófl moral :
debian á su vuelta entregar al director un billete de confesión y
buena conducta otorgado por el cura de la parroquia que httbita-
b:uJ su a padres.
La cátedra de peJa.gogin fué confiada en Liert·e al abate De Coster,
en Nivelles a M. Braun, in~titutor alemán.
El prim eJ'O, Sr. de Costet', era un hombre inteligente, un sacer-
doLe con ideas liberales, tolerantes: ól inteodujo en Lierre la pRi-
cologia del Dr. Beneke, análi~is notable de las facult.ade . del espir•itu
J¡r•rho b¡¡.jo un punto de vista completl'lmente r.ientifi co, d~scargado
t.l·~ sue ño' teológieos y metafísicos: él atribuye una influencia rft-
pit ~\1 á los sentidqs, a los impulsos exteriores, sobre el de-
sanollo del espit·itu. Esta psicología positiva er·a una excelente
base para •' dificar una sólida enseñanza pedagógica. Pero el epis-
copado tiembla ante las consecuencins IJU '1 podt·ian resultar para
la r·eligión y su moml.
De Costet• fue\ acusado en un folleto• anónimo (evide ntemente
escrito ó mspirad•J por un jesuita) de corromper el espíritu de Jos
futuros institutol'es, de prepara;· ateos, matel'iai:stao, positivistas,
y el abate De Coster no puede CtHltinuar enseñando en la e -
eneJa normal de Lierl'e¡ el arzobispo lo obligó ú presentar su re-
nuncia, y lo nombró canónigo de la iglesia de Lie1·re. Este
hombre, <¡ue si se hubiese hallado libre y apoyado, habda ciado nn
im[Julso científico á nuestra enseñanza vivió tudavía nnos cua-
renta años pero ya no publicó ninguna ob!'a pedagógica . En
Licne ha dejado vivo recuerdo y el primer impulso r¡ue Jió á
los estudios psicológico~ no desoparecera jamás por completo.
En Nivelles, PI Sr. Braun ocupó durante más el e 30 año:>
la cAtedra de pedagogía que abar.donó parn. ocupar la ins-
- 320-

pecmon de las escuelas normales, puesto que desempeñó hasta


estos últimos tiempos: acaba de obtener su jubilación. Intro-
dnjo en su enseñanza las tendencias de ciertos pedagogos de
Alemanin,; su psicología fué nebulosa, metafísica, incoherente;
bajo el P,Unto de vista de los métodos el Sr. Brau n tiene el
honor de haber reinteoducido en Bélgica el método de lectura
Hin deleteeo, el métoda llamado «por la emisión de los soni-
dos » ó método fónico. Digo reintroducido, ¡Jorque dicho mé-
.. todo et•a conocido y aplicado en Bélgic;~ bajo el régimen ho-
landés. Pero se detuvo en el método sintético del ba, be, bi,
bo, bu, etc. Recomendó las lecciones de cosas, lo que fué su pro-
greso. Fué un buen maestro; más aun, un exelente maéstro
práctico, sabía hacerse amar de los niños, hablar á su cora-
zón. PE;Jro bajo un punto de vista más elevado, como escritor
pedagógico, aunque haya escrito mu0ho, no hay mucho que
sacar de sus obras; su t1·ata0o de pedagogía y de metodologia,
á pesar de formar un volúmen respetable, es una amalgama
de nociones, de principios, de nociones, tomado todo de un
montón de antores, no coordinado y presentado todo en un
estilo pesado que hace su lectura poco interesante;Ja inilu'ln-
cia personal de sus doctrinas pedagógicas, salvo en lo que
concierne á la lectura elemental, no dejará traza ::l.lg>una .

Inspectores laicos eran nombrados por el Mini~tro del Interior.
Los inspectores cantonales debían visitar las escuelas de su ju-
I'isdicción, aconsejar á los institucores y reunir á estos trimestral-
mente en el local de una escuela municipal: un institutor designado /
ya daba algunas lecciones á las alumnos en presencia de sus cole-
gas; enseguida se discutian estas lecciones bajo el punto de vista
del método. Un trabajo escrito sob1·e una cuestión pedagógica
determinada por el inspector, debía ser dirigido á este último
que los examinaba y hacía leer el mejor. Algunas veces encar-
gaba á un maestro de dar á sus colegas una conferencia sobre
uno ú otro sujéto. No olvidemos de decil' qne una de las leccio-
nes era obligatoriamente de religión (cA-tecismo 6 historia sagra-
da), que el inspector eclesiástico era el único que tenía derecho de
juzgarla, que durante el tiempo consagrado á esa lección y á
'su critica, era él quien presidía, y no el inspector laico repre-
sentante del Estado.
Este sistema de conferencias pedagógicas ha sido conservado
hasta hoy, excepto en lo que concierne á la enseñanza reli-
- :~~1

giosa y á la ir.tervención del inspector eclesiástico, que desapa-


recieron en 1879. Las conferencias han dado buenos resultados;
han establecido el espíritu de cuerpo entre los insti tutores; han
ayudado ú. propagar los buenos métodos; han contribuido á la me-
jora de la enseñanza. Por cierto, ellas no han sido siemp1'e ni en
todas pat'tes excelentes, dependiendo c0mo dependía su valor del
valor del inspectur y de Jos maestros.
Durante los primeros aiíos los inspectores laicos eran escogido"
por el Mirristro de entt-e personas que no pertenecían al cuerpo
docente primario; eran abogados, médicos, antiguos funcionario_.,
etc. Esos hombres, por bien dotados que fuesen, no tenían ninguna
idea de la pedagogía y su influencia fué nula ó poco menos.
Más tardo d e sistema fué abolido y los inspectores fueron ele-
gidos solamente entre los m¡¡,estros ó pr'ofesores que habían ser-
vido en las ascuelas. Pero á menudo, muy á menudo, influencia~
extrañas á la pedagogía, determinaron la elección de los minis-
tros . La polítira descompuso más de una vez una organización
buena en sí misma . Los maestros fueron nombrados inspectores,
más que por sus méritos propios, por los servicios electorales pres-
tados. Ese mal continúa ejerciéndose todavía hoy. Nuestros mi -
nistros actuales nombran para los puestos de inspección de las
escuelas oficiales á maestros que, en 1879, traicionaron su jura-
mento de fidelidad á las leyes, abandonaron las escuelas públi-
cas para ayudar al clero en la demolición de la rnseñanza nacio-
lll\l. Volveremos más lejos sobre este sujeto dAsgraciado.

De 1842 a 1878, la enseñanza pública hizo serios progresos en


todo el país. Las escuelas se multiplicaron. Poco a poco el per-
sonal enseñante mejora. El número de a.nalfabetos disminuyó,
per'o los abusos de la Iglesia se multiplicaron también. Las escue-
las normales, cuyo número había ido sucesivamente aumentando
según las necesidades no se mantuvieron al nivel de los progresos
pedagógicos, y eso se concibe !JUesto que los estudios pedagógi-
cos debian conformarse á las prescripciones teológicas. En general,
había un número exagerado de alumnos en las clases: de 50 á 100
y hasta 150 para un solo maestro. El institutor era mal retri-
buido en muchas localidades. Si mostraba alguna independencia
de carácter, en las comunas clericales, si no sa mostraba en todo,
tanto en su vida. privada como en la pública, el servidor del cura,
se le hacia sufrir una persecución encarnizada y de todos los ins-
tantes. En los grandes municipios. donde el liberalismo domina,
- 3~2-

la útuacióu ül'ct lll<'no~ mala. La inf1uencia del clero era puel.'ta en


jat¡ne pot' el Consejo comunal, á quien, en suma, pertene"Ía la
d.il'ección de la enseñanza. Pero como los maestros eran formado~
en escn·31as normales clericttliz::~.Jas, e~as comunas debían con-
tentarse con pl'oductos á menudo inferiores y á menudv en desa-
cuerdo con los principios liberales. De ahí los conflictos, una
situación falsa, un callejótl sin salida .
.B;I partido liberal belga 110 había tardado en ver que la ley do
18,12 era un lazo en el que había tratado de hacerle caer el episcopado.
Este lanzaLa mandamientos leídos en la cátedra do todas las
iglesias, condenando las libt<rtades modernas, estigmatizando la
Constitución de 1831, «de peste y deíirio» ó bien « de carretada de
ba Ul'aS», proclamando que los fieles debían obedecer á la Iglesia
u al Papa, y no al poder civil, afirmando que la única. con·-
titución era d Syllabus, que había lanzado el anatema contra to-
dos los que admit;an la libertad de conciencia, la libertad del pen-
samiento y de su expresióo, la independencia de la eiencia, la sobe-
ranía de la razón. Y esto se enseñaba por el clero en las escuelas
normales, en las conferencias de maeatros, en todas partes, sin que
fuera permitido discutir ó protestur.
La Liga belga de la Enseñañza fu¿ fundada en 1865 por un gru-
po de liberales resueltos á oponerse por la a<:ción y la propaganda
á la influencia ultramontana que penetraba por todas partes en nues-
tl'as escuelas. Los principales fundadores fueron:
'l'arlier, profesor en la Universidad libre, C. Buls, negociante,
Dedayn , abogado, F. Van Meenen, Decort, Couvreur, miem-
bro de la cámara de representantes, Jules, Guilleaume, hombre
do lett'as, Potvin, litbrato, A. Picart, Van Bemmel, P. Van
Humbeck, Vanderhindere, Gt•aux, Ferou, etc.
Su fin era «tt'abajar en la propaganda y el perfeccionamiento
de la educación y de la instrucción et! Bélgica >> por «el estu-
dio y la discusión de cuestiones relacionadas con la educación y
la instrucción» por los medios legales propios para «provocar la
revisión de la;. leyes en lo que ellas tien.:Jn de contrario á la
Constitución, á la libertad de conciencia, á la igualdad de los ciuda-
danos, al empleo facultativo de las lenguas, á la extensión y pro-
greso de la enseñanza. Ella se proponia también «elevar la posi-
ción sojial de los institutores é institutrices» procurar el desa-
rrollo de la educación de las jóvenes, favorecer el establecí·
miento de bibliotecas populares, cursos públicos, escuela de

,
adultos, escuelas modelos, curso¡:¡ norma les;-esparcir pnblicacid"
nes relativas á la educación y á la instrucción;- organizar reu-
niones públicas para !a propaganda de sus principios.
L r. Liga luchó con energía de 1875 á 1878 pant prep~r;1r la
opinión pública y obcener: la instrucción obligatoria laica y gra-
tuita; la mejora de los métodos de enseñanza; la supresión de
la ley escolar de 1842. Ella estableció ·un número considerable de
bibliotecas públicas en las ciudades y aldeas; se encargó de clefen-
der á los institutores víctimas de las intolerancias del clero; agiló
en todas partes la cuestión de las reformas escolares, interesó á l<1.
mayoría r!AI público en esas cuestiones, publicó boletines de propa-
gan da, prot!ujo una agitación incesante, por la plumu, por la pa-
labra, ht acción.
Ella fuf. el blanco de los ataques más violentos de p'arte del clero.
La lucha retempló las energías, alentó más l0s ánimos, activó la
propaganda.
La Liga, para vencer todas las preocupaciones y afirmar con
brillo sus principios, creó, por suscrición, en 1875, la escuela mo-
delo, en Bruxelas.
M. Ch. Buls fué director de ella 'do 1875 a 1878; M. Sluys te
sucedió cuando M. Buls fué elegido consejero comunal y nom-
brado director de la instrucción pública en Bruxelas.
La escuela modelo rompió francamente con las viejas rutinas y
levantó frente al retroceso clerical y pedagógi1 o la bandera del
progreso.
M. Tempels, , presidente del comité escolar había afirmado desde
1875 en un libro quo tuvo inmensa resonancia, la necesidad de
las reformas pedagógicas.
La Escuela modelo las realizó.
Ella fué esencialmente laica: nada de enseñanza religiosa en 1;,~
escuela; esa es tarea que incumbe al padre de familia; pero respeto
absoluto por las convi~ciones r eligiosas de todos.
La enseñanza fné basada en la ciencia, in tegr~tl men te. .El pri n-
cipio fundamental de la pedagogía era el desarrollo espontaneo do!
niño; se puso á los niños divididos en grupos de 33 como maxi-
mum bajo la dirección de maestros cvya misión era, ante todo,
enseñar á pensar, á juzgar, á ra'Zonar, provocar la iniciativa per-
sonal, formar caracteres enérgicos y rectos.
Se n ecesit·~ban para estb in~talaciones y útiles especiales.
El local fué preparado segun las reglas de la higiene; clases

1
biPII iluminadas. bien ventiladas, de alegre aspecto, un patio cen-
LJ·al cubierto muy vasto y gr•andes patios para permitir á los
;llumnps juga¡• libremente dnrante lo~ recreos que cortaban los
estudios do hora en hora: un gimnasio con numerosos aparatos
pat'a fortifical' lo· músculos, desarrollar todas las energías.
La enseñanza se basó en la pe1·cepcidn sensiblP.: la escuela ad-
'L"i¡·ió i:wumern.bles cole ciones, mineraJe~, rocas, fósiles para ha-
eHr comprender los hechos ele la mineralogía y de la geologia; u a
gabinete de física, un l~.bol'atoi'io de química p'\t'a hacer bien com-
prensible las lej'es de la naturaleza, una colección de animales
disecados, esqueletos, reproducciones en cartón-piedra (l ) de todos
los órganos del cuerpo, herbarios, cuadros figurando los órgnnos do
los animales y· de las plantas, mapas geográficos, globos, telurios,
para figurar los movimientos de los astros, estampas, fotografías.
grabados para la enseñanza por la vista de la historia, de la geo-
g¡•afía, del arte, etc. El vasto patio cubierto de la -escuela y las doce
clases se trasformaron ea un museo donde se concentraron las mejores
colecciones ·de todo el paí~, para asegurar una enseñanza viva, ha-
hlando á los sentidos, penetrando profundamenle en el espíritu de los
niños.
Otro principio que cortaba las costumbres inveteradas de los
maestros, fué el principio rle acción: no más maestr9 exponiendo
e:vprofesso lo que ha aprendido, ha•liendc copiar resúmenes ó
recital' el texto de libros; no más ciencia rle palabras (( ciencia li-
bresca»; el niño debe ver, experime!ltar. juzgar, discutir por :si
mismo; no es un recipiente que recibe las esencias de los otro ;
es un gérmen que debe desenvolverse· libremente en un medio fa-
vorable á la expansión de todas sus facultades. Desde en ton ces
el alumno, cosa inaudita que hizo poner el grito en el cielo, fué
ol principal actor en la vida escolar era él quien señalaba las imá-
genes, los ar.imales, coleccionaba las plantas, quien manejaba
los aparatos , quien hacía fnncion<~.r los de física y qui-
:nica, guiado por el in titutor; era el altmlno quien interro-
gaba y el maestr•o quien explicaba; era el niño quien ex-
ponia sus ideas, sus dudas, y el maestro quien rectificaba no por
el «magistir dixil'» prohibido absolutamente, sinó por el método ac-
tivo el que hace ve1', tocar con el dedo la verdad, camino á menudo
muy largo, difícil, pero seguro; método en extremo difícil de aplicar
3~5-

porque mucho tacto, mucho sentido pedagógico, mucha ciencia


de parte del maestro, pero método seguro que forma hombres y no
ltlros sábios. Y fa escuela tenía también por carácter el ser no ya
el templo del silencio el pelotón de disciplina donde nadie puede
moverse, la ~árcel en que los niño: no se atreven á mostrar que son
s•'•¡•es vivientes por temor de ser castigados por el maestro; no, ellfl-
fué nn medio lleno de actividad, de libre expansió-n donde las risas
y los ju 'gos reemplazaban á la antigua férula y á los viejos encie-
rros; las lecciones Fe daban á menudo fuera de la clase, en el patio
cubierto 6 al aire libre delante d'3 los armarios de colecciones bien
abiort:>s, vacil).dos y vueltos á llenar sucesivamente para verlo todo,
tocarlo todc, y el institutor cuando en la escuela no se encontraba.
lo qu~ era menester mostrar á los alumnos, se iba con ellos por l:J.
ciudad deteniéndose delante de los monumentos, haciéndoselos cono-
cer, analizar, juzgar; entraba con su pequeña tropa en los museos
de pintura, de historia natural, en las salas y en los cuadros del jar-
dín botánico; los llevaba á la campaña á orillas de los arroyos y de
los estanques. trepando las colinas, pasando las cumbres
llamando la atenció:1 de su jóven auditorio hácia los fenómenos
de la naturaleza, sobre las plantas, lus pájaros, los insectos, expli-
cando, simple y claramente, haciendo hacer abundantes recoleccio-
ne:; de plantas para los herbarios, de minerales, de rocas, de fósiles,
etc., etc. Iba con ellos á las quintas estudiando todos los trabajos de
la ·agricultura y de la ganadería; á las ullinas, á las manufacturas,
Jos talleres, las canteras, las minas, espiando por todas partes el
trabajo maravilloso de la naturaleza y del hombre, elevando el pen·
sn.miento de sus alumnos, inspirándoles entusiasmo por las bellezas
de la natura, del arte, de la industria, tratando, en una palabra, de
enseñarles á vivir la vida completa.
Numerosas eran las excursiones escolares cada año.
Bruxelas y sus alrededores eran el carupo ordinario d~:> sus explo-
raciones. Es una región altamente interesante en tod sentido: pro·
duetos de la civilización, artes, ciencias, establecimientos industria-
les, etc., y elementos naturales de observación: flora y fauna, mine-
rales, rocas, fósiles, etc.
Pero nosotros extendíamos más allá el radio de nuestros viajes de
exploración. Conducíamos cada aiio nuestros alumnos al borde
del mar, después á Amberes, nuestro gran puerto de comercio, y á
la parte montañosa de nuestro país. Les hacíamos admirar los ri-
cos llanos de Flandes con sus antigüedades que son inmensos museos
de monumentos soberbios y que poséen admirables t:olecciones de
objetos de arte; las regiones pintorescas de la Wallonnie y los
,centros industriales, iumeuaas colmenas donde el trabfljo humano
se presenta bajo sus formas innumerables. Y cuando á Bruxelas
venía á establecerse un panorama interesante, la bata.!la de Water-
loo, Río Janeiro, etc. ó una exhibición de razas extranjeras: Negros,
Hindús, Hotentóte¡; y Esquimales, yo conducía allí sin tardar á toda
la escuela y lo que se había visto era el tema no de la lección fria
y monótona, sinó de la conversación viva y animada entre maes-
tros y alumnos.
La escuela existe hace catorce años. Jamás hemos introducido
en ella ni recompensas ni premios; nada de pensums ni de reten-
ción despu és de clase; nada de destribución de premios. Nada de
todo ese ap11.rato fácticio de r<'prónsión y de emulación; el temor
es mala base de educación; la vanidad también. Por lo demás una
experiencia de más de veinte años en las escuelas me ha dado la
convicción de que si los niños no son ángeles, son los maestros, los
métodos, las malas condiciones morales y materiales de las escue-
las, lo que origina la mayor parte de las faltas por las cuales se
castiga á los niños. Los malos maestros castigan siempre y no
mejoran jamás á los alumnos. Los buenos maestros no castigan
nunca y hacen una enseñanza efic{lz. Que la escuela sea alegre, el
estudio interesante, los métndos conformes á las leyes de la evolu-
ción cerebral, que los maestros Mpan observar el carácter de sus
alumnos y tratar á estos ron tacto y disce_rnimiento, y no tendrán
casi necesidad de r·ecurrir á medios facticios de represión ó de emu-
lación.
Hemos tratado siempre de hacer resaltar las consecuencias natu-
rales de los actos, pues ese es el sistema que forma el carácter, '!Ue
establece la responsabilidad individual.
Cuando el alumno ha sido perezoso, se le prohibe tomar parte
An una excursión; sus camaradas le refieren naturalmente el placer
que han experimentado, las bellas cosas que han visto, y el pere-
zoso toma resoluciones de actividad que ningún castigo podría des-
pertar en él. El alumno, por ligereza, no ha hecho ó ha hecho
mal un deber: se le bace hacer ó rehacer. Pero eso no es una pe-
nitencia; es la aplicación de lit ' ley ubligatoria del trabajo. Jamás
el trabajo puede ser un castigo.
Es necesario que toda la educación tienda á hacer concebir el tra-
bajo como una ley á la cual cada uno debe someterse. Importa,
1
-327-

pue,, que el trabajo escolar sea siempre acompañado de ula exci-


tación agradable» y sobre todo no debe jamás hacerse de él un ca.-
tigo por una falta cualquiera. El género humano se ha eleYado
del estado· primit.ivo y bárbaro á la civilización moderna por el
trabajo. La leytJnda mosaica del primer hombre cuya desobedien-
cia fué ca, tigada por Jehovah que le condenó «á ganar su pan con el
sudor de su frente», es una tésis profundamente inmoral; es la tésis
de la esclavitud, de la sumisión á los tiranos; ella ha pesado terri-
blemente sobre la humanidad en los tiempos antiguos y en la edad
media; ha penetrado en los sistemas de educación, por la compresión
que han formado generaciones impotentes.
La escuela que hace del trabajo un castigo no es la escuela de un
pueblo libre!
Tal fuE\ á grandes rasgos la pedagogía que la Escuela modelo rea-
lizó. Esta escuela fúé violentamente atacada por todos los reac-
cionarios. El cuerpo enseñante de todos los grados fuéle hostil,
salvo o.lgunas excepciones. La organización oficial de nuestra en-
señanza púbHca se sintió amenazada. Mientras se permanezca en el
dominio de' la teoría no se encuentran más que adversarios teóri-
cos: la lucha se reduce á una polémica. Pero cuando se penetra
en el terreno de las realizaciones prácticas, ¡ohl, entónces se lucha
no solamente con las dificultades de una tarea árdua, sinó también
contra la hostilidad de todos los que se hallan interesados en man-
tener el statu quo, las viejas rutinas!
Tres años después de la fundación de la Escuela medelo el partido
clerical fué batido en la.s elecciones generales (Junio 1878). L:1
elección se había hecho en favor de los liberales sobre un programa
de reformas escolares. La lucha encarnizada de la Liga de la
Enseñanza había pr•>ducido frutos. Un ministe1•io de instrucción
pública fué fundado y confiado á M. P. Van Humbéeck.
La ley de 1842 fué revocada. La ley de 1879 estableció la lai-
cidad de la enseí'ianza publica. El número de escuelas normales
ué aumentado hasta diez y ocho. El clero no tuvo ya nada que
hacer en las escuelas públicas.
El institutor fué emancipado de la tutela del sacerdote.
El programa de la Escuela modelo publicado en una obra que
lleva ese titulo, sirvió de base á la reorganización de nuestra ense-
ñanza. Se introdujo en el programa oficial: los elementos de cien-
cias naturalP.s, el dibujo, la músirla, la gimnasia, que se agregaron
á los ramos del antíguo prog::ama, salvo la religión. Las escuelas

.a. .
- 3~X-

fueron provistas de útile<, se creó el museJ escolar y museos can-


tonules par·a dar en todas par·tes la enseñanza intuitiva.
e organizaron las excursiones y viajes escolares. En una pa-
labra, se hizo penetrar· en la organización oficial la pedagogía de la
Escuela modelo .
Las esc.uelas normales fueron do>tadas de un cuerpo profesora!
sólido, de suficientos útiles pedagógicos, de un programa extenso.
Desgraciadamente se ca.nservó el internado, excepto en Bruxelas. El
internado es un sistema m~lo en general y .::specialmente para for-
mar maestros. o es encerrando durante tres an"~ á los jóvenes en
nna especie de cárceles, aunque sea dorada, teniéndoles tuera de la
vida de familia, privándoles del contacto de la sc•ciedad, que se pue-
den formar caracteres. El internado es el sistema que forma espí-
ritus estrechos, que cierra los corazones, de3arrolla el egoísmo,
impide la libre expansión de los sentimientos mas nobles, no habitúa
á la responsabilidad de los actos.
Para pr:parar en la nueva enseñanza. á los institutores ya er.
funciones, fueron creados para ellos cursos temporarios de gimnasia,
dibujo y ciencias naturales.
El clero desposeído de la autoridad sobre las e cuelas públicas,
lanzó el entredicho contr·a ellas. Una guerra encarnizada, salvaje,
escandalosa, fué hecha á las escuelas oficiales. Los sacerdotes re-
husaron los sacramentos á los padres, á los abuelos} á los hermanos,
á las hei'manas, á los pal'ientes de Jos niños que frecue.1taban las
escuelas públicas . Los maestros que permanecieron fieles á su de-
ber fueron excomulgados, insultados de Jo alto del púlpito; se excitó
á los niños contra ellos; se les hizo sufrir todas la vejacicrnes.
Ríen y poderoso, el clero católico no retrocedió ante nada: él domi-
naba por el interés material de los comerciantes, de los industriales,
de los cultivadures; por el interés electoral de los consejeros comu-
nales, pr·ovinciales y de los miembros de la derecha parlamentaria .
Puso en acción todas estas influencias para hacer el vacío en las
escuelas. Y tuvo éxito en un gran número de comunas sometidas
al clericalismo.
Se vió, ¡cosa monstruos(~.! a consejerJs municipales de localidades
r·ura.les que hablan sido todos discípulos del viejo maestro de la
aldea, rehusarse bajo la presión del clero, á pagarles sus sueldos.
Se vieron localidades donde el maestro no podía encontrar á nadie
que le vendiera víveres: el pana:iero, el carnicero, el tendero, se
rehusaban temiendo ser excomulgados y arruinados .
329-

La Cám!lra hizo proceder en 1881-1883 a una información sobre


la situación. Se probó por millares de testimonios que el clero ha-
'
bia hecho un abuso espantoso de su autoridad moral y de sus in-
fluencias materiales para arruinar las escuelas, que no babia retro-
cedido ante nada par:\ llegar a sus fines, que babia calumniado á los
institutores, a las institutrices, insultado al gefe del Estado, los mi -
nistros, los di?utados, arruinodo á los colones, á los comerciantes
que se les resistían, introducido la disensión, la zizaña en los hoga-
res, hecho rebelarse al hijo contra el padre, á la esposa contra el
esposo, en un.a palabra, que había desmoralizado al pueblo donde
quiera que había podido.
El clero contando con el apoyo de la nobleza reaccionaría,, de los
burgueses y de los aldeanos a quienes domina, con el dinero de las
cajas episcopales y de los conventos destinndos á las obras du be-
neficencia, había abierto también numer·osr.s escuelas libres á la
cabeza de las cuales colocó hermanos ignorantinos, capuchinos,
monjas, institutoros revocados, otros que bajo su presión habiánse
resistido á obedecer la ley, á pesar de su juramento de fidelidad, y
no bastando esos contingentes, los hablan completado nombrando
maestros á peones de chacras desocupados, á sacristanes sin instruc-
ción y hasta personas que habían sido condenadas por la jus-
ticia.
La lucha entre la escuela laica oficial y la escuela clerical libre
debía terminarse necesariamente en ventaja de los prim"lros, mejo-
res sin comparación posible, y porque la mas:t de los católicos que
había sufrido la presión habría llegado incontestablemente á sacudir
el yugo; el número considerable de gentes honradas, de creyentes
~inceros, que habian sido excomulgados porque enviaban sus hijos á
la escuela, y que a pesar de ello, gozaban de buena salud, era pnr.:t
el pueblo urí ejemplo vivo de la impctencia de la Iglesia, de su in-
justicia, de su odio á la libertad y al progreso, y este ejemplo
habría concluido por desengañar á todos y aplastar definitivamente
al clericalismo.
Pero para esto era necesario que los liberales continuasen dueños
del poder.
Desgraciadamente eso no sucedió.
La mayoría liberal se dividió en dos bandos: los moderados (doc-
trinarios) y los radicales.
Estos pidieron la revisión del artículo constitucional que no acuer-
Lla el derecho electoral más que á los Belgas que pagan 20 florines
-830-

!le contribución directa. Querían que el derecho electoral se exten-


diese á todos los ciudadanos que supieran leer y escribir ó poseyesen
cierta instrucción.
Ahora bién, como para revisar la constitución, es necesario di-
solver las dos Cámaras y obtener en las Cámaras nnevas los 2/3
de k s votos, e~ ministerio Frére-Orban no quería entrar en ese
camino, ~emiendo que en plena guerra escolar los clericales obtu-
viesen el triunfo.
De ahí la guena en el seno del Parlamento entre las dos frac-
ciones.
En 1884, en las elecciones generales, la guena se llevó á los
meetings p9pulares, á la prensa. En presencia dP.I enemigo cle-
rical q¡¡e velaba, los liberales avanzados y moderados se destro-
zaban mútuamente, se despopularizaban; y el resultado final fué ....
la más terrible, la más humillante derrotA. que jamás haya sufl'ido
el liberalismo en Bélgica después de 18301 Bruxelas vió morder
el poi vo á sus 16 diputados.
Sólo la Wallonia resistió. 'fodo el país flamenco no m br.) cle-
ricales.
El enemigo de las escuelas estaba en la plaza. M. Jacobs, . gafe
del gabinete clerical, declaró qu e el propósito del E :; tado era pt'e·
paear su propia destitución en mater·ia de instrucción pública».
La ley de 1884 abrogó la ley escolar de 1879. Las comunas
quedttron en libertad de surri m ir todas las escuelas públicas, de
adoptar escuelas clericales, y hasta de no creadas, conservarlas
ó adoptarlas, si creían que la enseñanza libre podía bastar-.
La mayor part~ de las escuelas not'males del E'5tado fueron supri-
midas. Ya no quedan más que 9.
El Estado adoptó unas cuarenta escuelas normal es fundadas por·
el clero. Hizo que comisiones especiales declararan válidos los
diplomas otorgados de 1879 á 1884 en las escuelas normales libres,
no sujetas a inspección.
El clero trabajó en todo sentido par·a arrastrar á los consejos
municipales á suprimir las escuélas públicas. Más de 1500 maes-
tros oficiales fueron puestos en disponibilidad á consecuencia de la
supresión de escuelas.
Los subsidios del Estado en favor de la enseñanza pasaron de
preferencia á las escuelas de lus conventos, del clero.
L<~s comunas liberales que mantuvieron sus escuelas laicas
- ~i31 -

viéronse privadas de una parte considerable de los subsidios del


Estado.
' La inspección P.scolar fué con'servada, pero su acción útil faé
debilitada.
Desde 1884, los tres ministros del Interior que se sucedieron,
MM. Jacobs, D. Thonissen, Devolder, firmaron numerosos decre-
tos suprimiendo escuelas.
La destl'ucción ha sido hecha de una manera violenta, encar-
nizada; no se ha tenido en cuenta consideración alguna, fuera de
los intereses de la Iglesia.
Han sido a dopta das la mayor parte de las escuelas libres (fun-
dadas de 1879 á 1884 por el clero): los subsidios del El:itado son
para ellas.
Los programas hánse conservado por forma: el Es tado los pu-
blica, deja fi g ura r en ellos todas las conquistas pedag ógicas de
los liberales, de la antigua Escuela modelo; se conforma con cf e-
clarar que las ciencia s natural es son un ramo facultativo, pero
deja á los munir.ipi os en libertad de enseñar tan poco como les
pl a zca.
Así, el r.rog rama oficial no debe ya set· considerado ~ino como
un elemento decorativo . .. .. para el extranj ero.
La ma yor parte de las comunas liberales hiciet·on sacrificios
considerabl es para mantener las escuelas á la altura en que se
ba!laban. P et·o es fácil comprender, que en presencia del mal-
qu et·er, de la hostilidad del go bierno, de la dismin ución d J los r e-
cursos , la situaeión es penosa y á menud o amenazada.
1\.g reg ne a ell o el descrédito que la lucha del cl ero contra la es-
cuel a ofi cial ha arrojad o necesaria mente sobre ésta entre ci ertas
capas sociales, y co mprenderá Vd . cuá n dificil es poy la. lucha.
P ero los ánimos no ha n decaído; exist en todavía , á pesa r de la
persecu ción a bierta ú oculta que se hace, centros en los que no
;. ol a rn ente se resist e al enemigo, pero en los que se afirma y se
realiza el prog reso .
A. SLUYS.

NoTA DE REDAcc t óN.-A g rad ec~ mos á nu estr o distin g uido co lega el Sr.
Pereyra, la a tención que co n nosotros ha tenido facili tánd onos el bl'i-
ll ante art ícul o qu e precede á estas lin eas, y q ue, por lo interesante del
as unto, y por la autM1 dad de s u autor , cr ee mos qu e ser á leído con agr ado
por todos los qu e sig uen con interés los prog resos escolares aquí y en
Europa.
-332-

LA N~RVIOSIDAD YLA EDUCACIÓN


SEGÚN EL DR • PELMAN
POR. X.

(Del Boletin dB la lnstituci6n Lib1·e de Enseña11za, de Madrid)


Con el título de Nerviositdt und Erzichu11g, ha publicado recien-
temente el doctor C. Pelman, director del Manicomio de Grafen-
berg, junto á Düsseldorf, una inte1·esante monografía, cuyas prin-
cipales afirmaciones conviene dar á conocer. Su asunto es el
sigL'ient.e.
En la literatura científica contemporánea crece de día en día el
in cesan tu clamoreo sobre el aumento de las neurosis en nuestra ge-
neración. ¡,Es fundado este clamor~ Y si lo es, iá qué causas deLe
atribuirse ese aumento1 A la antigua teoría patológica, q ne veía en
toda enfermedad una inflamación, que todo lo quería curar con san-
guijuelas y sangrías, y ha durado hasta mediado den u estro siglo, ha
sucedido la de la neurosis. Pocos médicos jóvenes habrán visto hacet•
una sangría; las sanguijuelas pasarán pronto á la categoría de ani-
males mitológicos; á la plétora ha reemplazado la anemia; y scl'ia
raro que una pulmonía, tratada por el cruento sistema anterior-
mente en boga, dejase de terminaL' desastrosamente.
Por desgracia, la estadisti;)a puede servirnos poco para informar-
nos de la realidad del mal, porque hasta la estadístic::t. tiene sus li-
mites. Riehl dice que tenemos estadísticas de locos é imbéciles,
pero no de cuerdos y menos aun de hombres inteligentes; estadís-
ticas de los delitos, pero no de las virtudes y las buenas accione ;
estadísticas de los que no saben leer ni escribir, pero no de las perso-
nas ilustradas. Y si a veces, de estas cifeas negativas s&camos algu-
na conclusión ex:acta, de otras, por el contrario, no sacamos más
que error.
Así acor.tece con la nerviosidad. No podemos saber si hay más
personas nerviosas hoy qu e hace una generación; pero cabe esta-
blecer cifras respecto de ciertos estados subsiguientes que pl'ovie-
nen de la nerviosidad directa 6 indirectamente, pero no respecto de
esta misma, aunque hay hechos suficientes para derno&tt·ar el au-
mento y consecuencias de la neurosis.
El trabajo del doctor Pelman se divide en cinco capítulos. Er. el
1. 0 , 3studia la nerviosidad y su desarrollo; en el2. 0 , la oducación, en
"'

,
,

¡·elación con estos trastornos, especialmente en el sexo maculino; en


el3.n, aplica estos principios á. la wujer; en el 4.•, examina la
!Jarte que toca á la vida social; en el5. 0 , por último, indica los me-
dios, en su sentir más conducentes 1 para atajar el mal.
.
1

¡,Qué os ante todo la nerviosidad? El autor entiende por tal aquel


estado de excitabilidad patológica d6l sistema nervioso, llamado tnm -
bién debilidad irritabl'l. El sistema nervioso, por influjo de muchos
efectos nocivos, pierde su antigua fuerza; impresiones exteriores
c¡ue antes, ó no eran sentidas, ólo eran de un modo not•mal, anan-
can hoy oensaciones anormales, que no guardan ya proporción con
aquéll'as; la energ ía nerviosa qne aún !'esta, se ve reclamada con
exceso; se agota rápidamente en aquellas manifestacione, desorde-
nadas; continúa la de bil idad y engendra toda esa sede de enferme-
dades ner·viosas que tanto abundan en nuestra época.
Mucho se afirma que con la elevación de la cultura aumer.tan
las enfer·medadesnerviosas y mentales, en una relación de causa á
efecto, apoderándoae de esfems que les estaban antes ce eradas.
Todos los viajeros concLhlrdan en lo raras que son las enferme-
dades mentales entre los pueblos incivilizados, como lo era.n antes

entre los esclavos de la· América del Norte, donrle, abolida la e~c la­
vitud, se observa doquiera un crecimiento de aquellas enfermeda-
des entl'e los nor~e-americanos de colo!'.
Ya desde luego par·ece Amt\r•ica la tiP-rra de promisión de la neu-
rosis (que algunos han llamado «enfermedad americana,,). Pr·ivile-
gio de las clases superiores en otros países y muy poco propagada
entre el pueblo, en ar¡uella patria de la libertad y la igualdad ha
invadi~o todas las capas sociales y desplegado singular energía: fe-
nóm eno que no responde en verdad á aquello de que los pueblos
germánicos spn mucho menos nerviosos que Jos latinos. Cierto que
Inglaterra, por ejemplo, se ha mantenido hasta h,1y bastante exenta,
nJienkas que Francia se halla bajo el imperio de la nenro is; pero
Alemania no va tan bie.n como Inglaterra y peor aún los pueblos
l'lsla..,os y rusos. Así, la neurosis no es signo de superioridad de
cultura, sino más bien del grado de menosprecio con que se tt•ata y
consumen las fuerzas vitales. E-to sucede en América, donde abun-
da por ello el mal, sobre todo entre los hombre,, á causa del modo
de vivir y la especial condición que allí tiene la mujer; mientras
-334-

que, en los países latinos, pueden, cuando menos, equipararse am·


1
bos sexos.
También en América fué donde primero se notaron los verdade-
ros fenómenos patológicos de la nerviosidad y de donde se extendió
• por' el mundo su denominación de neurastenia, que designa el esta-
do de un sistema nervioso destruido, estado que, sin fundamento ma-
terial pate~1te, hace sin embargo intolerable la vida, y tiene por
Lanto perfecto derecho á ser considerado como una enfermedad.
La transición de la nerviosidad á la ' neurastenia es por ahora tan
incierta y vaga como sus mismos nombres, de los cuales ha venido
haciéndose tan inadecuado uso como sucedía antes con el de histH-
r\smo, en el cual se comprendía todo cuanto había de menos ama-
ble en el sexo debil y de cuyo conocimiento exacto carecíamos no
cabiendo imaginarlo sino unido al fingimiento, á la mentira y á la
debildad, hoy se ha elevado al rango de una enfermedad real (y no
. ólo de la mujer, sino aun de los hombres), gracias, sobre todo, fi
las investigaciones de los franceses.
Estamos todavía en el comienzo, respecto de todos esos estados
nerviosos, en sí mismos y en nuestro conocimiento de ellos. Deci.
didamente, la civilización moderna ha modificado nuestra natura-
leza, trayéndonos, en modio de sus beneficios, una nueva enferme-
• dad, frente á la cual nos hallamos con bastante escaséz de luces, y
que nos pre.senta no pocos enigmas. No debemos extrañat• que e¡¡ tos
primeros ensayos no logren hallar la solución definitiva, ni renun-
ciar tampoco á nuevos esfuerzos que sin duda nos darán á conocer
mejor dichos fenómenos. Por ahora, tenemos que contentarnos con
::~firmar que existe un grupo determinado de manifestaciones con ca-
rácter patológico, que va creciendo, y cuya razón común debe refe-
rirse á una série de causas que son de índole extraordinariamente
compieja y que por todo ellfJ hacen de la nerviosidad un estado du-
radero de lento origen y desarrollo. Tal es la regla, al menos, y
sólo en mujexcepcionales ocasionesbalug::~r á obs&rvar una invasión
repentina de la nerviosidad en personas antes libres de ella: v. gr. en los
accidentes de los ferrocarrriles, que afectan á la vez á un gran
número de personas, ó en los terremotos. A seguida del terrible
de 1887, hubo ocasión de poder observar multitud de personas
de uno y otro sexo huidas de Niza. Apenas había una entre todas ellas
que no mostrase en su sistema nervioso las malas consecuencias de
la catastrofe; con el significativo dato de que no se presentaban
6strl.t. inmertiatamente después del terremoto y los terrores que le
-335-

seguían, sino algunos días después. Á. los mismos que acababan de


sufrir .\a excitación, se les veía luego tranquilos, sentados acá y allá
en completo silencio é irlacción, incapaces de o~uparse en cosa al-
guna, cohibidos an pensrJ.miento y voluntad, ofreciendo todos los
síntomas de la melanco1ía y de la depresión más profunda. Con
este aparente embotamiento de la sensibilidad se combinaba:una ex-
tremada excitación. Cualquiera voz fuerte les hacía trem blar; salta-
ban con uspanto al cerrarse una. pu erta, y el ruido de un coche lus
ponía eu una intranquilidad extraordinaria. Hasta después do mu-
chos días, no s~lieron de esta sombria preocupación, pe1\o durándu-
les toqavla largo tiempo la facilidad de asustarse y la angustia; el
apetito y el sueño volvían muy lentawente, y sólo á lo último desa-
pareci&.n las imágenes tenacea de casas que se derrumban, de muer··
te y de ruina. Ah n-a bien, todo cuanto aqoi se acumuló rápidamen-
te en algunos días, apareciendo por tanto en un gTado mucho más
alto, ~s lo que se ve casi siempre repllrtido en pe!'íodos ma-
yores de tiempo, y se manifiesta por lo mism•J de un modo más
atenuado.
Hemos descrito la situ ación d., intranquilidad exaltndft :J' mor-
bosa que en realidad constituye uno de Jos síntomas capitales do I<t
D ~'I' Viosidad. ' .
Con razón se habla de «nervios de acero», cuat.do se quiere decir
de una persona que no conoce el miedo, 6 por lo menos que tiene
bastante dominio sobre si mismo para ahogar toda señal externa de
él. Con el y¡;.Jor pasa de ordinario una cosa singular. E l hombr d~­
pen ue del estado de su cuer¡Jo más de lo que é l puede creer . Muchas
veces no es el valor otra cosa que el descouocimiento d~:,J peligro; se
concibe billn que á un hombre inculto, poco habituado á reflexionar
y á dejar libre curso á su fantasía, le sel'á mucho más fácil co nser-
var la serenidad en el peligro, qu, á una persona ilustrada que tiene
cabal conciencia de éste, y se pone con todo frente á él. Un ejem¡Jlo
practico dll ese desprecio dej peligro, por ignorancia, nos peesenta
Dauuet en su famoso Tartadn en los Alpes. El héroe gascón arro s-
IJ'a lJromeándose los más grandes riesgos positivos P.n su ascensión
á las montañas de Suiza, porqne otro gascón le ha convencido de
r¡ue los pre~ípicios , ventisqueros, glaciares, etc., no eran olra cosa.
qu e una especulación de los suizos, ni e n realidnd tenían pr~ligeo al-
guno. Cuéntase también del bravo Enrique IV, de Francia, cuyo
valor nadie ha discutido, que temblada antes de ontr:w e n bata lln ,
hasta el punto de que al principio , sóloapelandoátodasu fnerzade vo-

'
- :38ti-

luntad, podía mantenerse á caballo. Aunque somos hoy tan valjen-


tes como pu<;lieron serlo nuestros antepasados, pocos habrá que sal-
gan á campaña con la despreocupación de un lasquenete, cuyR.s me-
jillas no palidecen y cuyas manos ho tiemblan cuando silban las
primer~ts balas y caen á su lado los primeros heridos.
Bien puede censurarse el alarde de Horacio: «aun cuando te rom-
piese en pedazos rl mundo, me sentaría sin temor soj)re sus ruinas»,
sin que por eso se nos tache de cobardes. Respecto de los tiempos
pasados, apenas hemos perdido en valor verdadero; lo que hemos
perdido son los «nervios de acero)) de nuestros ascendientes; J la
raza de los nietos tendrá que sustituir la falta de fuerza mu$cular y
nerviosa por un mayor grado de fuerza moral.
Con efecto, falta de fuerza muscular y nervíosa: tal es el mal de
nuestro ti empo. De aquí esa rápida irritabilidad, á la cual sigue un
agotamiento no menos rápido. Los nervios adormecidos piden nue-
vas y más fuertes excitaciones cada vez, habieudó ya perdido noso-
tros todo medio de entender la tranquila y cómoda sobriedad do
nuestros antepasados. Sin duda han mejorado muchas cosas desde
los tiempos de nuestros abuelos; pero algunas · eran entonces mejo-
• res, ó cuando menos más saludables que hoy. ¡,Dónde están ya la
debida relación entre el trabajo y los goces, el paso mesurado de
an1es, la vida tranquila y contemplativa, la cocina sencilla sin ex-
citantes, los inocentes placeres domésticos7 Todo desapareció irre-
vocab1emente; será probable que nuestros nietos no comprenuan si-
quiera la vida de sus antepasados, y con seguridad no gust:nían de
ella: de una vida sin el periódico de la mañana al despertar, sin !]Ue
el suceso político del día borre el deJa víspera, y sin que el ferroca-
rril y el telégrafo nos den por la noche materia. de convérsación en
el casino ó la tertulia.
t La agitación aumenta en las grandes ciudades, gastándose la
energia nerviosa de un modo aterrador, al compás de los excitantes
que en aquéllas nos salen al encuentro. Por esto, Am ~ rica, con sus
ciudades inmensas, es quien va á la cabeza en dolencias nerviosas.
Todos caminamos viento en popa hacia su estado, y es dudo~o que
el conocimiento del mal aparte del rumbo emprendido, aun1ue fuese
posible. Mucho se abusa de la célebre ú·ase de «la 1ucha por la exis-
tencia~; pero en realidad, á la dulce vida anterior ha sucddido una
batalla sin descanso. Con el ingreso de América en el mercado ge-
neral del mundo, se han conmovido hasta lo más profundo las rela-
cionP.s económicas de Europa; pueblos y terl'itorios agotan sus pos-

/

- 337-

treras íuer·zas en b. competenci<l, no ya por ocupar el pr·imer Jugar,


sino por di sputar el pan necesario. i,Hasta c;.¡ándo durará esto? Por
este lado no cabe) por ahora, teaer gran esperanza en el alivio de
la nerviosidad.
En el fragor de la pelea se olvida en absoluto que la fu er·za lleJ'-
viosa, como las demás fuerzas, no es inagotable y c¡u e neces it<1 t es-
taurarse. E ta restauración no puede darla sino el descanso , y sobre tw
t.! o un sueño reparador y sin perturbaciones.Ln constan te desproporción
enke ingresos y gastos lleva nece~ariamenteá la bancar·rota; y esta ley
rigP., de igual modo que en el orden económicu, un el de la natura-
leza. La nutrición y reparación · del sistema nervioso sufren la amar·
ga presión de las exigencias de la vida, viniendo, por la debilidad y
las fluctuacion es, á parar en su total ruina. Una gran ciudad mo-
dern a apenas descansa, ni duerm e: señal es de los tiempos que la
ciencia se afan e por hallar medios de concilliar el sueño, y que acu-
dan unos tr as otros los elogios de nuevos remedios inventados. Tam-
bién rige en este punto la ley do la oferta y la demand a; si hubié-
semos conservad0 el sueño de la juventud, no necesitaríamos de
artificios para conseg1lirlo . Por desgracia,. ninguna queja importuna
más al médico que el ruego de quo nos haga dormír.Elsistemanervioso,
extinguido y destrozado po el día, ~e venga por la noche, sin hallar
tiempo ni descanso suficiente para la precisa reparación de su~
fu erzas en las escasas horas que se le concede. Así e!;' que las pér-
didas no se compensan.
Además, cuanto más profundamente decae la fuerza vital, ma.vor
es la necesidad de sacudirla, con excitaciones cada vez más fuertes ,
para producir algún efecto duradero . Es to parece cnntradecir loan-
tes afirmado de qu e las excitacion es exteriores ejercen precisamente
mayor impresión dn los nervios débiles, y hasta causan sensaciones
patológicas. Sucede con los nervios una cosa caractedstica, que ex-
presa ya la frase de udebilidad irritable» . La debilidad es siempre
el estado fundamental de la nerviosidad, aunque, al prin cipio sobre
todo, puede ir unida á una gran excitabilidad. Lo prim ero y n1 ás
capital que revela esta debilidad, es que desaparece la r·esiste ncía
que todo hombre sano oúece contra las impresiones ex teriores, y
mediante la cual puede preservarse de perturbaciones, ora desagra-
dables, ora indiferentes. Una impresión sensible, que en otros ca-
sos resbalaría en la superficie, se apod era de nosotros sin hallar
r esistencia, uos sorprende iJ,defensos, nos penetra y conmueve , J
así venimos á parar en una completa dependencia respectodel mundo
exteriol'; perdsmos la consistencia y firmeza del carácter, y según
place á las circnnstancias C)Ue nos rodean, prorrumpimos en ruido-
sa alegrín, ó nos sumirnos en mortal tristeza, sin saber siq uíera fija-
mente por qué! Esta dispor;ición de ánimo, este humorismo envuelve
graves riesgos. Aparte el poco agrado que lo~ demás hallan en el
trato con un& persona caprichosa y con la cual para r.ada puede
contarse, existe en esta carencia de dominio propio y de fuerza in-
terna el gilrmen de una complata ruina del carácter, y portantó de
una verdadera perturbación mental.
No es éste lugar de examinar el crecimiento de estas perturbacio·
nes y su conexión con la nerviosidad, también en aumento; pero tan
indudable es la extensión de esas dolencias y de los padecimientos
nerviosos en general, como la causa común á unas y otras. Cabe
también atribuir á esta misma causa el aumento de ciertos delitos, en
especial de los suicidios, y más en especial aún, de los cometido~
por jóvenes, y hasta por niños, cosa jamás oída antes de ahora. Que
un alumno del gimnasio se dé la muerte por no haber cumplido bien
sus deberes escolares, ó por otra causa análoga, es fenómeno qae
da que pensar, y permite concluir que entre la juventud no están
las cosas enteramente bien. Luego lo veremos.
La irritabilidad antes mencionada engendra lentamente la debili-
dad y el embotamiento del sistema. nervioso, que produr.e sensa-
ción desagradable 1y -necesita excitantes enérgicos, el más inmedia-
to de Jos cuales, y mayor eficacia alcanza cada vez, es el alcohol.
No aprovecharemos esta coyuntura para llevar la cuestión desde
el terreno de la moral al de la patología; antes a! contrario, ni por
un momento dejamos de comprender que tal procedimiento es inad-
misible· para la gran mayoría de los bebedores. Se ha hecho, sin
embargo, esta tentativa. Contra la creencia usual de que la pasión
de la bebida ha tomado alarmante incremento en los Estados-U'li-
dos, nos serprenden los escritores de aquella nación asegurando
que el americano es por naturaleza un hombre moderado, y en ab-
soluto desafecto á' todo género de bebidas espirituosas. No va de
acuerdo con esta afirmación la cantidad de alcohol consumido en
aq,uel país y el número de sus ebrios; pero se conoce que los ame-
ricanos que se embriagan, lo hacen por debilidad nerviosa y no por
vicio. En esto aventajan á los alemanes é irlandeses, que se entre-
gan á la bebida por inclinar.ión á ella, mientras que el formal ame-
ricano sólo con repugnancia sufr·e el yugo de su enfermedad. Así,
según esos escritores, lo que en unos es objeto de lástima y de tra-
- !33!) -

tamiento médico, aparece en los otros como causa de desprecio y de


castigo. Tie11e mucho de seductor, sobre todo desde el punto de vis-
ta del tratamiento, el empeño de estimar como enfermos á los que
tienen el hábito dela embriaguéz; pero es ' inadmisible. Verdad
es que, en algunos casos, éste es verdadero motivo (aunque en la
generalidad' hay que negarlo); y que aquella ne;:esidad patológica,
antes mencionada, de fuertes excitantes, hace que se alisten en el
gremio de los bebedores muchos que se mantendrían alejados
de él.
Hay otros medios que llenan el mismo objeto que el alcohol. Al
lado de las inyecciones de morfina, ;ra tiempo ha desacreditadas,
viene á colocarse hoy la cocaína; el daño general que al sistema
nervioso ¡1rod ucen tales medios no es insignificante. En otras es fe-
ras hallamos recursos anáJogos; cuanto más bruscamente sacuden
los nervios la literaturn. y las demás artes, cuanto más horribles son
sus asuntos, más agria la música, con tanta más delicia no~ senti-
mos excitados. ¡Sería tan fastidioso y tan ridículo coger una novola
de Walter Scott, tan casera, tan pedestre, tan sana! y cuando termi-
na en casamiento Adónde caben ya nuevos aspectos é incidentes~ ¡De
cuán diversa manera conciben 1~ vida nuestros novelistas modernos!
Un pistoletazo es solución ~uy distinta del matrimonio usual. Des-
de qutl Flaubert introdujo el histerismo en la literatura y poco
menos que lo aclimató en la vida ¡Je los salones, en su celebre Ma-
dame Bovary, ha ido cacla vez desaparE)ciendo de la novela moderna
toda figura sana de cuerpo y de espíritu, apareciendo en su lugar
enfermos mentales y desarrapados. Las Memoires d'lln interne, de
Jules Claretie, se desarrollan en la clínica de enfermedades nerviosas
de Charcot; y no hagamos mención de otras, que tienen su escenario
en muy distintos sitios. De ~;uyo se comprende que, en esta elevada
competencia, no se quedará atrás e! cadalso. Desde los pu-
dibundos comienzo~ de la Dama de las Camelias, hemos
progresado hasta las maravillosas producciones de lb sen; y
las tiernas melodí:1,s de Haydn han tenido que ceder el puesto á la
<<J,lúsica del porvenil'>?, que embriaga 1a sensibilidad. Exigimos este
alimento y nos dan lo que merecernos. Pero el alimento es de suyo
malsano, producto viciad0. de un espiritu enfermo de sobrexcitación,
aunque sea acaso un genio.
Consideremos ahora las causas de la nerviosidad en generaL
Donde quiera que una causa de acción general, e/ito es, que obr'a
en común sobre todos los hombres, produce en un individuo afee-
- :{IÜ -

tos particulares, hay qne admitir un quid especial que los explique .
De antiguo se comprendía que debo esto consi tiren una disposición
individnaJ; pero 110 se sabía bien el por qué; hasta que aquí, corno
•r• tanto · otros problemas de la ciencia natural, han venido fl dar
lnz las investigaciones de Darwin, merced á las cuales, a1 habbr
hoy de ((con lición pet·soual», unlazamos ya con esta palabra un
concepto determinauo.
En efe to, de nuestros padres heredamos, no sólo las riquezas que
ellos adquirieron ó recibieron á su vez por herencia, in o también cuan-
tos bienes espil'ituales acumuluon ellos y sus mayores, así como
sus cualidades corporale,. Al decir Güthe: «de mi padre recibí la es-
tatura y la seria dirección de mi vida; de mi madre el carácter jo-
vial y el gusto por la poesía», indica su doble here ia físira y mo-
ral. Por desgracia, en esta clase de herencia no calle el beneficio
de inventario, tenemos que recibirla tal cual es; y como no s6lo s e
transmiten á los hijos las buenas, sino las lll¡a.las cualidades de l o~
padres, se expían en aquéllos los pecados de éstos .
Así se observa sobre todo en las enfermedades mentales y nervio-
·as. Una misma enfermedad pasa á veces en idéntica forma de pa-
dr·es á hijos; familias enteras han fenecido por medio del suicidio;· y
á todo alienista de regular clientela ocurre tener que trataren el hijo
ó en la hija síntomas de la dolencia IDbntal ó nerviosa que ya había
Lratado antes en el padre ó la madre. La enfermedad de éstos ejer-
ce un nocivo infiujo en los descendientes, no sólo al causar en
ellos de modo directo una dolencia propiamente dicha, sino también
una debilidad nerviosa ingénita y con ella una disminución de la
resistencia con que el hombre normal cuenta para hacer frente á
á los desgastes de la vida.
El hnmrre sano soporta una gran porción de daños sin enfer-
mar, mientras que sucede muy otra cosa cuando recaen sobre una
persona enfermiza de nacimiento . Lo que aquél v6nce impunemen-
te, conduce á éste á segura ruina; aquí es donde debemos buscar la
acción de la herencia, que juega tan importante papel. Cuando el
.huracán e desencadena, parece que va buscando en el bosque, ar-
bitrae!amette, el árbol que arranca; pero, observando bien, se ve
que estaba mal enterrado y que su radicación era defectuosa: el ca-
pricho aparente no es más que un hecho ajustado á ley. Una misma
causa., la tempe!ltad, aniquila á los que son incapapes de resistencia
y deja á los demás impune .. Pues lo mismo sucede con las borrascas
de la vida : el hombre sano puede hacerles frente sin detri mento; los
más débiles perecen en la lucha.
- :341 -

Hay todavía que examinar otro punto.


Esta forma de herencia no se halla limitada por fideicomiso algu-
no, sino qué se transmite á círculos cada vez más á m plios, siendo
mayor en cada nueva generación el número de aquellos sobre quie-
nes ?esa. Es además inevitable que. de la fuerza de resistencia de
los padres, las .luchas de la vida destruyan tal cual parte, no llegan-
do á los hijos nunca el total de aquella. Ahora, si éstos continúan
·i su vez consumiendo el capital heredado, sin pensar en producir
de nuevo, acabará por agotarse, y cada generación rel!ogerá menor
parte, hasta que venga la bancarrota, come en la vida financiera
acontece. Y entonces aparecen los candidatos á la debilidad nervio-
sa y la perturbación mental, víctímás aparentes de la moderna cul-
tura y del surmenage.
Nada hay, en la vida de lo~adres, más perjudicial para el bien-
estar de los hijos, que el abuso de los excitantes, y en primer tér-
mino de las bebidas espirituosas. Los descendientes de bebedores
nacen con extraordinaria frecuencia inclinados á l& embriaguéz, con
lo cual traen ya al mundo el germen de todos los padecimientos
nerviosos posibles. Y así encontramos, como acontece por desgra-
cia demasiado á menudo en las cuestiones sociales, el círculo vicioso
que parece casi imposible romper. La nerviosidad de los padres
los lleva á la P,asión de la bebida. y ésta á la nerviosidad de los
hijos.
( Continunrá.)

-···es:
~¡ la edu~a~ión de las niñas de~e ó no ser la misma ~ue la de los varones

Haciendo caso omiso de la cuestión interesante pero sin aplicación,


y sin embargo ya tan debatida del peso relativo del cerebro del
hombre y de la mujer, desearía saber si hay motivos suficientes
para que la educación intelectual de las niñas sea diferente de la
que se considera adecuada para los varones.
Un siglo atrás poco se preocupaban de la educación de la mujer.
Una jóven que sabía leer y escribir con lijaras nociones de francés y
música era considerada como completamente educada.
Con todo, tal simulacro de educación era mirado en poco rela-
tivamente al conocimiento de las obligaciones caseras. Ser del
-342-

todo ignorante entónces, no era vergonzoso para la mujer; pero era


algo parecido á una nota infamante el no ser por desgracia buena
cocinera, costurera ó ¡¡,ma de casa.
Cuando primero se establecieron, las escuelas de niñas, el arte
de la costura, tenía, sinó siempre, casi ¡;¡iempre, el lugar prominente
en el programa. Una escuela de niñas sin lecciones do costura era
considerada como una monstruosidad, pues carecía del elemento
esencialmente femenino, que debia distinguirla como escuela espe-
cial para el sexo débil. Estas reflexiones sobre el espíritu de los
tiempos de antaño, las hago para hacer resaltar la evolución efec-
tuada en el breve transcurso de cien años.
La avidéz con que las niñas se dedicaron al estudio una vez que
se les dió la oportunidad de franquear los estrechos límites de la
educación. primaria, parece haber causado una alarma general.
Hasta los hombres !lustrados temieron las consecuencias de la ins-
trucción en las mujeres. Tampoco se alcanzó á proporcionarles
algo por el estilo de una edcación superiol' antes de haber soatenido
una lucha de las más penosas. El epíteto de blue stor;king (media-
azúl), que traduciremos por «Marisabidilla», implicaba todas clases
de rasgos antifemeniles y la predisposición de parte de quien lo
merecía, á todo aquello de que una mujer recatada siempre debe
huir. La mujer para ilustrarse en aquellos buenos tiempos de an-
taño tenía que pasar por las horcas caudinas de la opinión general, '
ó si se quiere, arrastrar un desprecio, algo semejante al ostracismo,
en pena de su heroicidad, mientras t¡ue hoy las mujeres educadas
van haciéndose tan comunes que dentro de algunos años una niña
sin diploma será mirada como un fenómeno.
La espontaneidad con que la mujer casi siempre emplea sus facu V
tades intelectuales es un& prueba palpitante de su amor innato á.
los conocimientos. Su capacidad intelectual ha sido puesta fuera
de duda por gran número de mujeres ilustradas que el presente siglo
ha ya producido.
Los innumerables servicios nuevos qne la mujer va prestando á
la sociedad humana desde la fundación de los colegios y esc uelas '
supériores es una pru~b ;t, palpable del valor de esta. parte de la edu·
cación en su carácter ó infl.nencia.
No obstante esto, hay quien sostiene que por razón de la diferen-
cia entre las ocupaciones del hombre y de la mujer su educación in-
telectual debe ser también diferente, y esta razón no deja de tener
cierto fundamento, si miramos la educación simplemente como una
- - · 343-

pr·eparación material C:. técnica para sus respectivos deberes en la


vida, esto es de no hacer del hombre sino el pt'oductor de (los me-
dios de) la subsistencia y de la ~ujer la casera ó ama de llaves de
la casa.
El doctor Lord, cuyas bellas conferencias desplegan, en verdad,
una manera de considerar las cosas, un tanto anticuada y caballe-
resca respecto de la mujer, dice: «que para que ella sea interesante,
debe ser educada, útil en la casa, etc.'' «Se le debe enseñar á ser
la compañera, la ayudante del hombre, pero jamás su rival. n El
deplora el hecho de que á veces la mujer se halla obligada á abrazar
profesiones que corresponden al hombre y para impedir semejante
catástrofe, aconseja á las nií'ías á dedicarse á algún arte, como la
música, la pintura, ó la decoración, porque el cultivo de estos ra-
mos corresponde tanto á la esfera de los conocimientos de la mujer
como á la de los del hombre, pues ilustra y eleva el espíritu.» No
creo, como creen quizás algunos, que las palabras anteriores son la
expresión de ideas anticuadas. El lector admitirá indudablemente
que conoce personas que tienen miras aún mucho más retrospectiva-s·
que las del doctor Lord.
En general se admite como objeto principal en la educación de la
mujer el refinamiento, y en la del hombre la capacidad para los ne-
gocios de la vida. Sólo así podemos darnos cuenta de la práctica
de muchas familias de posición, que mandan sus hijas á las escuelas
superiores mientt·as que permiten á los varones crecer en un estado
relativo de ignorancia. Se podrá taro bién preguntar ¡,por qué el di-
bujo, la música y otros accesorios de la educación han de corres-
ponder más especialmente, á las mujeres que á los varones~ tY
por qué se tolera que las niñas se priven de las sólidas adquisicio-
nes intelectuales en provecho de los referidos conocimientos artís-
ticos1
La educación ideal, lo sabemos, es el desarrollo (armónico de to-
das las facultades) del individuo, y sin duda alguna, los mejores
resultados sólo se obtendrán por medio de la educación individual
de cada niño ó niña; sin emba1'go, hastl,\ que llegamos al milenio y
nos aproximamos más á la perfección en todas 13!8 cosas, será nece-
sario seguir educando á los mños en grupos ó masas, y hasta en-
tónces sus aptitudes naturales sólo podrán apreciarse de un modo
(relativo) ó parcial.
Pero mientras vamos consiguiend•> aproximarnos á pasos tan len-
tos al tipo ideal, que á veces este nos parece un bello sueño de un

/
-
-344-

futuro lejano, nos consuela saber que el gran objeto de todos ll)s
si temas de educación es en resúmen, la fm·mación del carácter .
Con tal perspectiva en vista nos cuesta comprender por qué la edu-
cación de los sexos debe ser diferénte.
Cre•) que tan necesario es á los varones como á las niñas el ser·
moderados, reflexivos, cariñosos y virtu(•sos. Creo también que las
niñas corno Jos varones, deben ser honrados, ti eles á su palabra,
independientes de carácter y útiles en todo la¡, cosas posibles. Creo
que una educación clásica ha de dar los mismos elevados gustos li-
terarios, la cultura y desar:-ollo mental á las unas como á los otros.
Creo así mismo que el estudio de las matemáticas ha de disciplinar e 1
espíritu y desarrollar igualmente el sentido práctico en los estudiau-
tes de ambos sexos; y no veo pot• qué se había de privar á las niñas
de los beneficios de la experiencia y de la adquisición de los hábitos
de' exactitud, fruto del estudio de las ciencias naturales en sus diver-
sos ramos. No veo por qué los varones no habían df:l ser tan buenos
miembros de la sociedad y tan prácticos en los diversos n·egocios de
la vida bajo la benéfica influencia cle refinamiento que proporciona
la-música, el dibujo, la pintur·a, los idiomas modernos y otras mu-
chas cosas que estamos acostumbrados ;l mirar c0mo tan importan-
tes en la educación de una señorita.
La única objeción plausible que se nos puede hacer es que las ni-
ñas no tienen resistencia necesaria para seguir una educación com-
pleta de colegio. Esta no deja de ser sin embargo una sujestión
del sentimentalismo, y que en el fondo es enteramente ficticia, pues
la experiencia diaria nos muestra la mujer, desplegando el más alto
grado de resistencia física, y no es otro, creo, el género especial de
fuerza que se requiere para adquirir los conocimientos por medio
del Estudio.
(Del Educatión A. Monthley Magazíne ).

las fswelas Normales ~ los maestros ~ue se mueren de namore


Una teoria de Montesino contradicha pot· la experiencia
Montesino, como sabeá ó no sabrá el lector·, fué el princi-
pal iniciador de la reforma. escola.r en España.
Apena.s si me era con0cido más que de nombre, cuando hace
a
algunos días llegó mis manos una obea intitulada Montesino
y¡sus doctrinas pedagógicas.
- 345-

Recibit·la y entr·egarme á hojearla con avidéz fué una mis m&


cosa. ¡Con cuánto placer notaba en esa primera lectura atro-
pellada que no hay cuestión cardinal de pedagogía que no
haya sido tocada poe Mol).tesino en sus escritos, emitiendo
siempre sob1•e cada cual una opinión en consonancia con las
más sanas y aceptadas doctrinas!
Escaseaban a tal extremo los buenos maestros cuando Mon-
tesino puso manos á !a reforma de la enseñanza, que puede
decirse que faltaban enteramente. Dolido de este mal y con
el intento de remediarlo, logt'Ó el incansable filántropo, des-
pués de lar-go y porfiado esfuerzo, que se estableciera la Es-
·uela Central de MaestPos en Madrid.
En ella deb!an formarse maestPos capaces de dirigir otl'as
e;¡cuelas nol'males que se pensaban establecer en, cada capital
de pPovincia. Estas E cuelas ormales de pt·ovincia debían,
a su vez, educar á los maestros que habl'an de ponet•se al ft•ente
ele las escuelas pl'imal'ias.
Los sueldos que en aquel entonces disft·utaban los maestros
de primera enseñanza, no et'an pingües; antes, al contt'al'io,
mezquinos, muy mezquinos, y aparte de mezquinos por extre-
mo precarios.
tCómo no se presentó al animo de Montesino la obvia refle-
xión de que maestros buenos y sueldos miserables son térmi-
nos incompatibles entr·e sí~ ¿Cómo no echó de ver que nadie
que no tuviera la excepcional vocación del sacrificio, podía
entt•egat• los más floridos años de su juventud· á la austet'idad
y á las vigilias del estudio, sin otra per·spectiva aue la de pa-
sal' una vida sembt•ada de privaciones y estrecheces y amar-
gada con continuos sinsabores~ ¡Ah! si lo vió, pues tá quién
que tenga claro entendimiento se pueden ocultar ciertas ver-
dades~; per-o creyó que la formación de buenos maestr·ostrae-
t•ia consigo como consecuencia forzosa el act'ecentamiento de
sus sueldos.
Discm'l'iendo sobl'e este punto, dice lo que copio: «Para
« buenos maestt·os habt•á desde luego proporcionada t•etri-
" bución y esto muestra la experiencia. Cuando la recom-
« pensa valga la pena, habrá quien haga sacrificios para
« obtenerla: es, pues, preciso salit· de este circulo vicioso, ó
" mejorar la. calidad de los maest!'os ó imponer desde luego,
« la obligación de dotarlos bien.:. Y en la alternativa. de es-
-346-

coger uno de entrambos medios, optó Montesino por el pri-


mero, y obtuvo del Gobierno la aper·tura de la Escuela Nor-
mal de Madeid, destinada á ser seminario de maestros de las
provincias.
La experiencia se encargó de demostrae que Montesino no
tuvo razón al pensae que crecel'iau los sueldos asignados á los
maestros en la misma propoeción que aumentaran sus cono-
cimientos y aptitudes. Las dotaciones de los maestros siguen
siendo en España ruines como antes, y como antes tarde y
mal pagadas; el magisteeio primario yace eelegado en el mis-
mo abandono social y sujeto á iguales privaciones que en épo-
ca.s pasadas; los métodos y peocedimientos escolares, lejos
de medeal' y alcanzar la lozanía y fto1'ecüniento que ostentan
en otras naciones europeas, siguen al't'aStPándose J'utinaria-
mente por el carril de antaño. Y en medio de esta decaden-
cia y posteación de maestros y de escuelas que aflige el ánimo
del observador, en medio del clamor angustioso que se alza
de los ángulos de foda la península formado por las quejas de
millares de maestros que piden sus haberes de seis, de ocho,
de quince y aun más meses vencidos para atendel' á las pre-
cisas necesidades de la vida, el clamor que llena uno y otl'o
día las hojas de las revistas peofesionales, que invade las co- '
lumnas de la pPensa política, que sube hasta las cortes en
multitud de OCLH'sos, en medio de un clamor· tan universal,
tan prolongado, tan doliente, que es ya una ignominia nacio-
nal para la noble España, se alza, y vive, y teabaja en el can-
teo de cada peovincia una Escuela Normal, como paea peocla-
mar· la absoluta ünpotencia de esos institutos, paPa infundie
en la primera enseñanza savia que la rejuvenezca y la h~ga
florecer. Parece que se yerguen par11. decit' con elocuencia
rhuda: nosotras no podemos dar á España las escuelas que
reclama la cultura moderna; esas las obtendrá tan sólo
cuando remunere á los maestros con mana liberal.
¡Dichosos nosoteos si prestando a esa voz atento oido, apro-
vechamos la lección que ha enseñado á España una amar·ga.
expel'iencia! ¡Dichosos, si evitando el yerr·o del egeegio edu-
cadoe con que se ufana España, á la par que promoviél'amos
la multiplicación de los institutos normales y el adelatamiento
de los existentes, nos diéramos aun con mayoe celo, con un
celo incansable y aedentisimo á procurar el aumento de los
-347-

sueldos hoy asignados á los maestros de primen enseñ&nz&;


bien persuadidos de que si no logramos su mejoeamiento rá-
pido y notable, serán perdidos cuantos esfueezos hayamos in-
vertido para. la difusión y perfeccionamiento de la enseñ&nza
normal!
Cárlos A. Carrillo .
(De L'! Re(o1•ma de la Escuela Elemenlal.-De Méridad de Ywoatán.

LA CIENCIA EN EL HOGAR

EL AMIGO DE LOS NIÑOS


-Os repito que tengo curiosidad de ver puesto en práctica ese
nuevo sistema de enseñanza. Cuando yo estuve en la escuela hace
cincuenta años, dominaba el prineipio de que la letra con sangre en-
tra y la palmeta, la disciplina y los coscorrones eran un estimulo po-
deroso para ~er aplicados á los niños .. ..
-Que aprendían sns lecciones como el papagayo y le tenían al
maestro más miedo que al coco y á las brujas .
-Y eso de jugar y divertirse! ¡vamos! todavía recuerdo los bue-
nos castigos que me costaba el irme con frecuencia á volar un pape.
lote, en el callejón de las Angustias, que era mi diversión fa-
vorita, y sin embargo,\ á pesar de tanta severidad en mi maestro,
muy pocn ó casi nada aproveché el tiempo, si por aprovecharse en-
tiende leer mal, escribir peor y sacar cuentas pésimamente. ¿Y vos
pretendéis enseñar á mis hijos jugando? ¡Esto es increíble!
-Pero es la realidad. Mi sistema de enseñat• no esclaviza y hace
fa~idiuso el estudio. El niño se deleita instruyéndose, se moraliza
distrayendo sin prrJsión su espíritu, de las malas ideas, de los impul-
tiO~ inconscientes hácia el mal, se le educa sembrando en su corazón
con discreción y oportunidad, los buenos preceptos, las máximas
prácticas que van formando el carácter p-ara el cumplimiento de sus
deberes. E1 maestro debe ser un amigo que inspire confianza y res-
peto á. los niños y lejos de obligarlos á una educación sistemática
tiene que dedicarse á conocer la diversidad de carácter en sus dis-
• l :H8-

cípulos, sus i nclinacíones buElnas ó malas y sus aptitudes físicas é


intelectuales, con el objeto de encaminar su enseñanza y sus conse-
jos al perfeccionamiento individual y colectivo de aquellos. Siguien-
do el camino que traza la misma evolución del organismo deba fo-
mentar y estimular todo lo que tienda al desarrollo de sus energías,
corrigiendo todos los defectos que los malos principios de una edu-
ción viciosa hayan desarrollado en las costumbres del niño.
Todo aprendizaje cans'a, fastidia, siempre que hay prllsión para
hacerle, con mas razón sucede esto en los jovencitos q¡¡e no tienen
idea de la tmscendencia é importancia del trab~jo que se les impo-
ne, por lo tanto es preciso hacerles adquirir conocimientos para la
vida práctica, no con la severidad didáctica de las ciencias, sino por
medio de sus mismos juegos, por todo lo que cause impresión en su
espíritu y despierte en ellos la curiosidad y la emulación de saber.
Los niños están ávidos de conocimientos y es pr ec i~o adaptar la in"-
trucción al estado de su rerebro, es decir, que se debe poner lrt cien-
cia en relación con la potencia de su entendimiento . De este múdo
se prepara poco á poco su ánimo para emprender á S:I debido tiem-
po trabajos más serios y que exigen el de~al'l'ollo de algunas apti Lu-
des individuales, una atención sostenida y carácter per~everante pa-
ra vencer las dificultades.
Este diálogo era sostenido con animación por un rico hacendado,
de talento natural pero poco cultivado sino era en lo relativo á log
negocios de sus fincas; perspicáz, de buen corazón y mod elo de espo-
' Cls y padres de familia. Trabajador asiduo desde su juventud, su
único su eño había si~o forma1·se unfl. desahogada. posición pecunia1·in.
y lo había conseguido Pero desde el día que sus hijos salieron de la
e,;ruela 5e le despertó el deseo de darles una educación que les sir-
viese pa1·a segui1· alguna carrera profesional y aquí comenzaron su
desvelos y sus vacilaciones. Nada le hería tanto su amor propio co-
• mn pensar que sus hijos se queJaran hechos unos bu1·ros, pues bas-
tantes tanía en sus atajos, pero le preocupaba sobremanera la idea
de enviarles á los colegios modernos, porque había oldo decir á un
compadre su.vo muy versado en libros, que en esos establecimientos
só;o se enseñaba á la juventud á ser positivista y es Le era _el motivo
de la perdición r'e muchos jóvenes, que con sus ideas materialistas
hapían la desgracia de su a pobres padres. Mientras m aduraba alg.I-
na determinación, siguió el consejo de un amigo, llamando á su fin-
ca de campo á um pedagogo de gran reputación, que si bien pedía
cien veces más sueldo que el maestro de escuela, cosa que no dejó
- 34\)-

de parecerle fuera de la costumbre á D. IIomobono, sin embargo,


su resolución estaba tomada y era preciso probar el medio propuas-
to . Quizá más que el interés de la educación de sus hijos influía en
su ánimo el celo de ver á Luisito, el hijo de su amigo D. Crisóstomo,
que en cinco años que estuvo en una escuela en México volvió he-
cho un sabio, ante el cual tenían que enmudecer sus pobres hijos,
, ellos que habían tenido siempre los primeros lugare durante siete
aiíos en la escuela parroquial, y et·a público y notorio que sabían el
catecismo de Ripaldacon todos sus puntos JSUS comas, sacaban una
cuenta do interés y leían de corrido ln.s poesías de Ü<Wpio! Y Lnisi-
to en m{mos tiempo hahía aprendido toda esas cosas y además Re-
ligión, Moral, Geografía, Historia do .Múxico, Nociones tle fisicn,
químic:J, é Historia natural!----
El otro personaje era el pedagogo) el futuro mentor de sus hijos.
Tenía un aspecto viril sin ser adusto, finos modales, su trato era
afable y se hacia e timar de grandes y pequeños in que su intimi-
dad degenerase jamás en familiaridacl. Era prudente, tolerante é in-
dulgente; sabía aceptar la vida tal C<1mo es y rendía culto á las fór-
mulas sociales resp~tando siempre la opinión ele los demás como él
quería hacer respetar las suyas. Instruido en todo los ramos indis-
pensables para la educación de la juventud, observador reflaxivo de
la conducta de los niño~, y dótado de una vocación para la enseñan-
za, tenía todas las cualidades que D. IIomobono se había imaginado
en el preceptor que desaaba para sus hijos. Se llamaba Adrián, pel'o
su vocación le había valido el sobrenombre de «el Amigo de los
niños.,,
La conversación que tenlan de sohremesa tocaba á su fi11.
a
D. Homobono pertenecía ya aquel hombre. E. taba subyugado
por la superioridad del talento ....
Escuchemos el final de su interesante diálogo.
- l>e manera, continuó D. Homobono, que no necesitáis lib1·o~, ni
útiles esc·>lares, ni fijáis distribuciones para el trabajo, como lo ha.-
c.)n todos los maestl'~s?
· -A su debido tiempo vendrá todo eso, contestó D. Adrián, pues
<.lúbo comenzar por hacerme amigo de vuestros hijos, inspirarles afec-
t0, confinnza, para lo cual tengo que tomar participación en sus j negos
y conver·saciones. Así estudiaré á fondo los sentimientos y el talento
que cada uno de ellos posean, para dirigir su edur:ación por medio
del consejo, la reprensión ó la emul::tción, según los casos y las cic-
cunstancias. Y no vayáis ú suponer que perderemos el tiempo; cada
-350-

uno de los juegos que ellos conozcan, así como los que yo vaya en-
señándoles serán un tema de estudio. De este modo se va ilustrando
la inteligencia sin olvidar la parte práctica de la vida. Para los niños
es el juego lo que á los hombres el trabajo. Unos y otros deben sa-
ber el por qué de las cosa< para ir educando sus aptitudes físicas y
desarrollando al mismo tiempo sus facultades intelectuales. El juego
en los niños está en relación con una de las necesidades más impe-
riusas del organismo: el crecimiento. Su movilidad, su algarabía
constante es la revelación de la plenitud de energías que se desarro-
llan constantemente en su organismo. Desgraciadamente, en el mo-
do de ser actual de nuestra sociedad, esos impulsos naturales se aho-
gan, y sin estudiar las leyes del desarrollo físico, se deja á la natu-
raleza obrar como mejor le place. Hasta el órden, la cultura estética
de los juegos deben caer baje> la inspección y dirección del verdade-
rG pedagogo. Los niños que nu saben jugar son muy desgraciados.
Toda su actividad se pierde en g-ritos desaforados, en carrEiras sin
objeto, en golpes impulsivos, hasta que el organismo entra en una
completa reh>Jación. Sus juegos se reducen á. una deforme imitación
de lo que ven en Ja vida pública practicado por los grandes. En las
haciendas los muchachos pasan el día lazando perros 6 tirando pe-
dradas á ios pájaros; ¿qué otros ejemplos tienen que imitar? En las
ciudades s& divierten haciendo toros, en disfrazarse de payasos ó en
jugar á la gallina ciega. Esta rep6tici6n de los mismos juegos acaba
por· fastidiarles, tY despues? .... hay energías que tienen que gas-
tarse en algo, y se gastan, sí, pero ¡con cuántos sinsabores para los
padres! Pero hablaré con franqueza, bien mel'ecidos ....
-Sóis muy injusto al juzgar acreedores á los padres de los dis-
gustos que les causen sus hijos; creo CJ.Ue os equivocáis, porque no
habiendo tenido familia no podéis medir la grandeza de los senti-
mientos paternales.
-Que muchas veces son tan exagerados que rayan en fanatismo
y es la causa de la mala educación de los hijos. He dicho que los
sinsabores que sufren muchos padres, ellos mismos se los acarrean y
voy á probarlo señalando los defectos más comunes de la educación
doméstica. En primer lugar, se acostumbra á bs niños a un mimo
inmoderado; sus caprichos se les fomentan en lugar de corregirlos,
pues para evitar que lloren se les conceden hasta los mayores absur-
dos. Los padres en luga.r de ser los directores de aqubllos séres que
deben ir corrigiendo en sus malos hábitos y tendencias, se les asusta
con el coco, se castiga á la silla donde se han es~ropeado y se les



-351-

hácen amenazas que jamás se cumplen. Esto da por resultado la


creación de las supersticiones en el espíritu del niño, se lesdespierta
el egoísmo y la venganza y por último, se rebaja la autoridad pa-
terna. Cuando los padres se can~an de sobrellevar el genio de los
niños, los entregan en manos de la nana ó de algún otro sirviente
para que los calleó los divierta. ¡,Y qué puede esperarse de ese
contacto tan íntimo de los niños con gentes ig01orantes, incultas y
por lo común de costumbres nada ejemplaresL .Llega por fin el di a
de llevar 'el niño á la escuela y se le entrega al maestro como st
fuera un domador, pues más que preocuparse de la educación se le
rbcomienda la corección de sus malos hábitos. Los padres desean-
sao, se sienten más libres en sus casa!< porque al fin el niño ya no
les da guerra, pero el día ménos pensado el escolar viene llorando
y acusando al maestro de que lo ha castigado injustamente porque
á Perico le vació un tintero en la cabeza. Aqui fué 'l'roya! Lama-
dl'e se exalta, el padre clama contra la mala instrucción de las es-
cuelas, pues al fin esas faltas, las cometen todos los muchachos y el
maestro se ha excedido en castigarlo, cuando aqud niño tan dócil con
sólo una mirada de enojo se corrige. Yel niño'sale de la escuela adqui-
riendo el primer triunfo de insubnrdinación, en la vida social y dan-
do el golpe rle gracia á la disci]:!lina doméstica. El porvenir de
aquella criatura está definido. Sin más freno que la voz de su ca-
pricho hará siempre su voluntad y sólo los buenos ejemplos que
estimulen su amor propio podrán salvarlo de la ruina. Y ahora
¿qué me decís? Tengo razón en hacer responsable á una generación
de Jos vicios que adquiera la que le ha de suceder? Y no es esto
lo más grave, sino que los maestros perfectamente adaptados á la
sociedad en que viven, nada pueden hacer para corregir los defec-
tos de la educación que tienen sus educandos. A los maes-
tros les pasa en la sociedad lo que á más de un p11.clre de fami·
lia que quiere formar á sus hijos. Sus •!onsejos y su disciplina se
ven si~mpre desatendidos porque no pueden luchar contra las preo-
cupaciones, la ignorancia y el mal ejemplo que siempre rodea á los
niños ...••
-Pero todo mal tiene algún remedio 6 cuando ménos un lenitivo
¿acaso no es posible corregir esos vicios de educación que pintáis
con tan oscuras tintas?
-No, mientras la sociedad vea con indolencia la educación de la
juventud, mientras considere las escuelas como establecimientos de
corrección n.ulificando la acción de los maestros con su tolerancia é

1
-~52-

indiferencia par'l.los malos hábitos de los niños; nunca, mientras h\


colectividad no cvopere á la acción oficial que por sí sola es insufi-
ciente y de la cual S6 exigcl todo sin iener jamás en cueÓta los ele-
mentos de qu e ésta puede disponer, jamás, lo repito, se puede hacer
progresar la instrucción, allí donde falta la educación cívica, el
t•mor al progreso y ull interés noble por el bien general. Pero en
los pueblos donde la colectividad haga esfuerzos por mejorar sus
establecimientos de educación, donde la experiencia tonga su veto
s0bre la rutina, donde el magisteriu tenga emulación y retribución
honrosa, allí se verán desaparecer lentamente todos los deféctos de
una educación mal compt•endida y el bienestar general, el progresu
en sus múltiples manifestaciones se hará sentir en todas las claseH '
sociales. La educación bien entendida es una conquista sobre la
naturaleza, es la perfección que prepara el porvenir de las genera-
ciones; en el niño se debe prever al hombre y es preciso enseñarle á
ser útil á sí mismo y á los demás . Una 13ducación imperfecta es co-
mo una arma en manos totpes, puede ser un medio para causar da-
ño. Ilustrur el espíritu sin formar el carácter es más peligroso aún,
porque le falta á las pasiones el treno de la educación. Al niño es
necesario enseñarlo á ser hombre, pero un hombre apto, útil y hon-
rado
-Comprando ya perfectamente la elevada misión del preceptor,
y en vos deposita toda su confianza nn padre que no tiene más anhe-
lo que ver en. sus hijos modelos de educación y de honradéz.
-Y no serán vanos vuestros esfuerzos si cooperáis á la obra de
cultivo físico, intelectual y moral que voy á emprender con vuestros
hijos, y muy pronto comenzaréis á palpar los resultados de la edu-
cación que d!rige y perfecciona la naturaleza humana en la plenitud
de su desenvolvimiento.:....
En este ins7ante penetraron en el comedor Jos niñqs ue venían
de jugar de la huerta, seguidos por el fiel Plutón, Jrlagnífico perro
de 'l'erranova, que les proporcionaba muy buenos ratos de soláz. El
perr0, viendo que sus compai'íeros ue juego se rodeaban cariñosamen -
te ~e su papá, se fué á tender al bdo de Micifuf que dormitabasobre
un tapete afelpado, y el que ni siquiera se inquietó por la vecindad
de aquel enemigo natural. La domesticidad, es decir, la educación
de los instintos naturales había reconciliado aquellos dos animales.
D. Adrián fijó en ellos una mirada llena de curiosidad, y luego
exclamó:
-He ahí un hermoso tema para comenzar mañana nuestras lec-
-253-

cionos con estos r.iños. Estudiaremos al perro en su lugar zoológico,


sus antecedentes históricos, sus instintos, sus hechos mas notables,
y veremos Jo que puede deducirse de nuestro estudio. Esto f:>rmará
la j)arte recreativa de nuestros trabajos; en cuanto al punto serio ,
lo fijaremos de pronto en la física
-¡Ah! qué bueno, papá; prorrumpió Andrés, el hijo mayor de
D. Homobono; sabiendo física ya podré platicar con mi amigo Luis, á
quien tanto le gusta .
-¡,Y yo también podré aprender eso? preguntó con cic·rta triste-
za Rosita, linda niña de doce años, que gustaba mucho de estudiar
con su hermano Aridrés.
-Todos podéis aprovechar algo según las fuerzas de cada uno,
pues no exijo de vosotros sino atención y constancia, pues el libro
en que os voy á enseñar reclama mucha dedicación para que mues-
tre sus secretos.
-¡;Pues qué libro es ese? interrumpió D. Homobono.
-El de la naturaleza, contestó con serenidad el preceptor.
-¡La naturaleza! repitió Andrés maquinalmente y sin compren-
der el ~entido de la palabra.
Du.. DíAz DE LEÓN.
(Del «Instructor:. de Aguascalientes.)

BIBLIOGRAFIA
Nociones de Anatomía, Fisiología é Higiene
Adaptadas al nuevo ,programa de las escuelas comunes, por D. Emi-
lio R. Olivé, Profesor Normal-1889-Coll, Madrid y Ca. editores.

Es una obra modesta y pOI' lo mismo buena.


Olivé, que es un excelente maestro, que estudia y obset'v&,
ha escrito su libro teniendo en cuenta las observaciones he-
cha. en clase.
Por esto la. obra ha resultado un vel'dadero texto, y al ha-
blar de texto debemos hace1' constar que no p&rticipamos de
la idea hoy día corriente de que el único posible en la EscuelJ.
es la voz del maestro.
-254-

No, el texto es indispensable.


Lo que se necesita es que sea calculado, que sea un colabo-
rador del maestro, y estas condiciones las reune la obrita de
nuestro amigo.
Sí al plan y método de la obra, que ya hemos dicho que son
inmejorables, se reune un lenguaje claPo y conciso, se tendeá
una idea de las cualidades que adornan al bello trabajo del
cual por ser obra de uno de nuestros redactores no nos he-
mos querido ocupar antes, espet•an!;lo que lo hicieran otros
colegas. .
Por venir de quien viene, y poi' la buena doctl'ina que en-
ciert·a, transcribimos las palabras que la Revista de Enseñanza
ha dedicado á la obra del Sr. Olivé.
<< Destinado a servir de texto en el 5• grado de las escuelas
comunes, ha aparecido, con el titulo que encabeza estas li-
neas, una obrita de 150 paginas, esmeradamente impresa,
debida á. la pluma del distinguido maestro Sr. D. Emilio R.
Olivé.
Como lo hemos expresado ya, en nuestro sentir, el libPo
de texto, usado con inteligencia, es un podel'oso auxiliae del
maesteo, el cual, encuentra en él el tono, la norma, la pauta,
el caPacter distintivo de la enseñanza de esa asignatura; tono,
noPma, pauta y cará.cter que no saben hallar la mayot· parte
de los maestros.
Pero esto, que es general y aplicable á todos los textos,
hasta á. los malos, pues alguien ha dicho que estos últimos
son los mejores, por que dan motivo a que el maesh·o los ha-
ga buenos, no abona nada en favor de la obra del Sr. Olivé.
Sin embargo, circula por ahí como voz corriente, que el texto
para nada sirve, que el maestro, es decir, el verbo divino, es
quien hace verdaderamente fpuctifera la enseñanza, cosa que
nosotros estamos muy' lejos de negar, pero que tampoco sirve
para demostrae que lo primero sea cierto, debiendo estar
en un justo término medio, que considera al texto bueno y al
buen maestro como dos fuerzas concurl'entes al mismo fin,
nunca. antagónicas, aunque la primera deba estar subordinada
a la última..... '
Ceeémos que fué Horacio quien dijo que una de las cosas
mas difíciles en los poetas y artistas es el saberse limital'.
Aunque no usemos nosotros:en provecho propio tan saludable
- 255-

advertencia, hagamos notar que el Sr. Olivé ha cumplido con


este cánon horaciano.
Pot' lo demás, no caeremos en la vulgaridad de enumerar
las partes del libro, que es lo mismo que, queriendo dal'
cuenta de una persona, decü• que tiene brazos, y cabeza, y
piés. Es un texto arreglado á un programa, y con eso todo
e t:.\ dicho, en cuanto á lo que se refiere á sus partes. »

La educación del sentimiento


Por Da . Pil ar Pascual Jo a n Juan- 1 9-Antonio J. Bastinos, edi-
tures-Bar celona .
f L a educación del sentimiento, se tituht el sexto tomo de la
segunda serie de la Biblipteca del Maestro, que con tanto
éxito viene publicando la casa editorial barcelonesa de Anto-
nio J. Bastinos.
Es su auto ea D... Pilar Pascttal ele San Juan, reputada maes-
tea, escritoea distinguida y autora de otras diez y siete obras
de enseñanza.
En ésta, como en la que publicara años atrás con el titulo
A1io evangél ico p ar a los niños, como en los Preceptos mora-
les basaclos en lwclWs llistóricos, que vió la luz en la primera
serie de la misma Biblioteca, la autor·a se Ínuestea conocedot·a
como pocos de la infancia, y sin dejar la sencillez y claridad
que tanto la distinguen en las obras para niños, eleva la ma-
teeia de que trata a la altura de los comprofesores á quienes
se diri ge, l'esolviendo arduos problemas de educación y tra-
zando un cuadro completo para la buena eclucación del sent i-
m.ient o.
Vense en ese cuadr·o, magistr•almente tl'atados, a.suntos tan
in teresantes como los instintos, la generosidad, el miedo, el
amor propio, el servilismo , la amistad, la filantropía, el pa-
tr·iotismo, la impiedad, la superstición, la sinceridad, lapa-
ciencia, el amor al trabajo, la imaginación y muchos otros
que seria prolijo enumerar.
En suma, la obra de la I'a. Pascual de San Juan enaltece á
la escr·itora y aumenta el crédito de la Biblioteca del M aestro,
publicación que homa ciertamente a la casa de Bastinos, de
Barcelona.
o vacilamos pues en recomendarla a uuestros lectores, en
la seguridad de que su lectura les será provechosa.
-256-

La biblioteca del pueblo


Hemos recibido el tercer tomo .de esta biblioteca que con
creciente éxito viene publicando el joven educacionista Don
Andrés Ferreyra.
Contiene dicho tomo la exposición del método de lectura
"El Nene" y el discurso leído por el Sr. Lamadeid, en la con-
ferencia doctrinal del sábado 17 de Agosto .de 1889.
Tanto el método como el discut•so han sido ya merecida-
mente aplaudidos y encomiados, razón por la cual no cree-
mos necesario repetir lo que ya sabe todo el mundo, es decil·
que son excelentes.
Lo que si consignaremos, es la satisfacción que nos causa
ver á peJ;'sonas como el Sr. Ferreyra dedicar su tiempo á. em-
presas tan meritorias como la por él felizmente comenzada.
Procurar difundie entre el pueblo el gusto por la lectura
útil, es obra que meeece los sinceros plá.cemes de todos los
hombres de coeazón sano, y no hemos de see nosott·os quien
los escatimemos al Sr. Ferreyra.

La batalla de la vida
Poema en cinco cantns por D. Tomás A . Gallissá-1889-l' nustino
Palu:>.zié-Barcelona.

Fábulas de Gallessá
1889-Faustino Paluzzi é-Barcelona.
Hemos recibido las dos obritas que con los títulos que en-
cabezan este suelto ha publicado el literato barcelonés Se. Ga-
llissá.
Las dos están muy bien escritas, y dan buena muestra del
exquisito gusto y claro talento d~ su labol'ioso autor.
Sin embargo, cl'eemos que el poema, por su índole y aun su
forma, no es muy api·opiado para sel'vir de texto de lectuea en
las escuelas públicas.
Mejor infinitamente nos parece para tal objeto la colección
de fábulas, que contiene algunas, El caballo prudente, La
mentira y la trompeta, 13las el ladrón, y La liber·tad mal
usada especialmente,que pueden pasar por vet•daderos mo-
delos en tan dificil género.
¡·

-~57-

REVlST A EXTRANJERA
REPÚBLICA ORIENTAL
Esctf-elaNol'malpamvarones.-Estaimpol'tante institución,
que n<J habia podido funcionat· aún poP no halla,·se un local
que reuniel'a lac condiciones necesal'ias á su objeto, se insta-
laPa en el edificio que actualmente ocupa la Escuela Nac1onal
de Arte y Oficios, apenas ésta se traslade ú su nuevo local. lle
aqul la resolución que sobre este asunto dictó el Gobiel'no :
J\JrNTS'fERTO DE JUSTHJ!A
\ uuro j.; INSTRUCCIÓN PúBLICA.

MonteYideo, Setiemhr.~ 5 de 1889.


Debiendo ser trasladada la Escuela Nacional de A.l'tes y Ofi-
cios al nuevo local construido paea ella en la Playa de Rami-
1'(.7., y atento lo representado por la Dirección Genet·al de
lnstJ·ucción Pública en su nota de fecha 4 del cOJ·r·ienLe, el
P1·esidente de la República acuePda: Destinac:;e el edificio ocu·
parlo actualmente pot• la Escuela de A1·tes y OOcios, al TnLE'l'-
nato No,·mal de Vaeones y su eespectiva E~cuela de A!Jlica-
ciún, y hitgase saber á sus efectos .
TAJES.
MARTÍN BERINDUAG'IJR.

Con(e1'encia. - Por iniciativa de la Sociedad Amigos del a Edu-


cación populat• de Montevideo se darán en bl'eve vadas confe-
rencias por- Jos mas ac1·editados directores de las escuelas UI'U-
guayas .
Buenas mediclas-La Dirección <Teneral de I. Pública ha
n ombrado a la sub-dil·ectora del Internato No¡•mal, seliol'ita
En1·iqueta. Compte y Riqué, pal'll il· en comisión a Europa á
e, Ludiar la organización de los Kindergarten, con el ob-
jeto de dirigit· despu~s el Jardín Froobel, que debe crearse en
..\Iontevideo. En la misma sesión fué nombt·ado el Inspecto1'
Ti•cnico Nacional señor José H. Figueira, pat·a estuciia1· es-
pecialmente los trabajos anuales y la erlucación flsica en
lo.· pl'incipales Estados de Europa. El S1·. Figueil'a,
que debe ponerse en viaje á. principios de Noviem-
l!l·e, irá, ante todo, a Nüas, y asistirii alos concursos del SWjd,
di1·igido por el celebre doctot' Otto Salomón, en el far~ se-
minat·io de aquella localidad.
li.l Seiío t· Figueira visitae<'t Dinamarca, Finlandia, Alemania.
Bélgica, FPancia, Suiza é Itali:~ estudiando con especialidad
los diversos ~istemas del trabtt;¡o manual de Ak10el .l\Iil\kelsen
de Copenhague; Vera I-Ijelt de IIelsingfoes; Samuel Rudin de
Basilea; Woldemar Gotz.e de Leipzig, etc.
-258-

CHILE
INAUGURACIÓN DEL CONGRESO PEDAGÓGICO
El 20 del mes próximo pasado se inauguParon las sesiones
del Congreso Pedagógico, con asistencia de los miembros del
despacho y gran númer-o de pr·ofesores y preceptores:
Después del discurso del Minist1•o de Justicia alusivo al ca-
so, se procedió a 13. adjudicación de los premios en el certá.-
men abiel'to ante los pt•eceptores y ayudantes de las escuelas
públicas y pPivadas de la República.
He aqui los temas sobt•e los que se presentaron diversas me-
morias y que mePecieron pPemios.
1° Proyecto de un reglamento interno de escuelas prima-
rias .
2• Proyecto de un plan de estudios apropiado á Chile, con
sus respectivo programas, etc.
3° Mejot• método para la enseñanza de la historia patria en
la escuela primada del punto de vista de la foemación del ca-
r·actee del niño y de la preparación de la vida cívica.
4 o Medio de :subsanaP los inconvenientes del actual sistema
de inscl'ipción con matdcula .abierta todo el año .
5° ConveniAncia y modo l)t'áctico de aplicat• el sistema con-
céntl'ico en la enseñanza primaria, aceptando la escuela gra-
duada. ·
6 o Medios de mejoJ•ar la condición económica del precep-
torado, sea por ascensos, por premios, etc .
7 ° Forma y medio de estimular el ahorro escolar y esta-
blecer en todas las escuelas del país cajas de ahorro .
Primera sesión del Congreso.
Las bases de discusión formuladas fuet·on las siguientes:
I
«La enseñanza normal debe figurar en el programa de las
escuelas primaria$ como un ramo que contribuye poderosa-
mente á la educación del niño y hace adquirit· conocimientos
y hábitos útiles)); fué aprobada casi sin discusión.
II
Esta ~nseñanza debe perseguir fines pueamente educadores
porque el fin primordial de la escuela primaria debe ser edu-
car al niño en general por las grandes dificultades que habría
para convet·tiela en enseñanza de oficio. Suscitóse con esto
un prolongado debate en que unos sostuviePon la convenien-
cia de implantar en las escuelas la enseñanza de oficios, aceP-
ca de lo cual fot'maron diversas indicaciones, mientras que
otros "ostuvieron de llevat• á las escuelas pl'imarias la ense-
ñanza industrial-. Sometidos a votación estos pat·eceres, fué
aprobada la base propuesta por· la Comision por todos los vo-
tos, menos 10.
-259-

III
En los primeros años debenenseñarsett·abajos de papel, car-
tón ymodelaje,que son adecuados paPa niños de tie1·na edad,
y en los siguientes, trabajos en madel'a, según el sistema de
Naas, que requieren mayor desareollo flsico.
IV
Cada sección de alumnos debe tener po l' lo menos dos clase·
de una á dos horas poe semana. Las ho1·as más opoetunas pau
la enseñanza manual son las que pl'eceden á la terminación de
las clases de la tarde. Es de desear que en las escuelas nuevas
se consulte una sala especial para la enseñanza manual; en
las existentes debe adoptarse a este fin, cualquiera de que
pueda disponerse.
V
La enseñanza debe darla el preceptor ordinario, lo mismo
que la de los oteos ramos.
VI
Para o1·ganizar la enseñanza manual en las escuelas norma-
les y foemat· preceptores que puedan darla, conviene enviat·
a EUI'Opa institutores que se dediquen esclusivamente al estu-
dio de esta enseñanza duPante uno ó dos años, y vengan des-
pués á implantarla en dichos establecimientos.
VII
Ni aún provisionalmente conviene conUar la enseñanza ma-
nual á obt•eros, pues careciendo estos de toda peepáración
pedagógica, es muy difícil que puedan darla sin desnaturali-
zar los fines pedagógicos que ella debe per·seguil·.
ESCUELA DE ~~AS
VIII
La enseñanza de labot·es de mano debe organizarse de una
mane1·a sistemátic~t.
Estas deben ofr·ecer una dificultad pl'ogf'esiva y compt·ender
todo aquello que puede ser de utilidad, más ó menos inmedia-
ta, paea las niñas. Debe excluirse todo objeto de luJo.
Todas estas bases se aprobaron íntegeas después de debates
mas 6 menos sostenidos en que tomaron paete casi todos los
asistentes) menos la tet•cera que se modificó asl:
«En los primeros años deben enseñarse ti·aba,jos de papel,
cartón y modelaje que son adecuados para niños de tieena
edad, y en los sigui(futes se continuarán, si es posible, los tea-
bajos de cartoneda y modelajes y se principial'á los ti·abajos
en madera, según el sistema de N~i.as, que requiet•e mayor de-
sarrollo fisico.))
(DE EL GLOBO.)
260 -

NOTICIAS
¡No hay de que, c:olega!-En el número rle nuesteo queeidisi-
mo colega In. Ravislrt de Enseñanza enconteamosel siguiente suelto
que nos ha sor·prendldo en extremo:
<<G1·acias, colc.r;as!- Nuestt·o querido colega la Revista Pedagógica
.ii',IJI'!Liinrt publica en el número 18 (Julio) un artículo «Cultivo de
los sontimien tos» tomado, según lo indica, de otro coleg:t aprecia-
ble, J!,'t J.11a.r;iste1'io Espaíiol de Madrid. Ouanrlo r ecibimos la Revista
..
no leimos ese articulo y recién allora nos apercibimos, gracias á.
una indicacióp de su autor, de que nuestro colega ha ido inú-
tilmente hasta España, pues «Culti.vo de los sentimientos», original
rle uno de nuestros redactores, ha sitlo tomado (spponemos) directa-
mente de la REVISTA DE LA ENSEÑANZA, en cuyo numero 15, pag. 108
(1\farzo) lo publicamos. Lo hacemos asi constar no porque nuestro
!tmor• propio se halle herido (al contrario), .·ino porque nos hizo
gracia la X.»
De que hemos tomado el articulo del "ll1agisle1·io Espafíol», puede
conYencerse el colega registrando la colección del referido perió-
dico.
Nuestro colega nos conoce bien, y sabe que somos incapaces de
apropiarnos un trabajo agcno ocultando su oríg·en, muy al contra-
t•io; con mayor gusto hubiéramos puesto al pié del articulo el nom-
bre del Sr. Pizzurno (que se nos ha manifestado es el autor del tra-
bajo en cuestión) que no una simple X, porque somos de los que
no gustan de incó.r;nitas m~ts qt:e en el terreno de las matemáticas.
Se nos podt•á decir que es indisculpable en nosotros, el no haber-
nos enterado de lo que publica un colega de tanta autoridad y va-
lía como lo es la <<Revista de Enseñanza», pero, cabalmente nos sú-
cedi(i á nosotros lo mismo que a nuestro colega.
Segün su confesión, no leyó el artículo por nosotros publicado h¡¡.s-
ta que el autor, (el Sr. Pízzurno) le indicó el error por nosotros co-
metido, y nosotroR no leimos el numero 15 de nuestro carisimo
comp<tñero en la pren 'a, hasta después de habernos enterado del
suelto á que contestamos, porque, si antes hubiéramos notado el
error en que, gt•acias al Magisterio Español, incurrimos, crea la
«Revista de Enseiian:::a>) que con el mayor placer hubiéramos rec-
tificado.
Pero, á nosotros, lo mismó que á nuestro apreciabilísimo coft•ade,
11os ha llamado 1(.1, atención la X (la incógnita), y como es n::ttut•al, le
hemos buscado una solución, y ésta ha servido 'para enseñarnos
una cosa que no cspeeábamos, y es, c¡ue nuestro querido amigo Piz-
zur-no nos lee con mayor atención que sus compaiíeros de redac-
ción, puesto que desue Suecia, (según declaración de nuestro cale-
- 361-

ga) lla visto y hecho notar á sus:colaboradores, lo que ellos, sin esta ad-
vertencia, quizá no hubieran notado jamás.
1 f::auje. - Jlan empezado á vis;tarnos los siguientes colegas con
Jos cuales establecemos el correspondiente canje:
Revista de la Biblioteca de la Rioja, Revista Escolar de Carta-
g·ena; Il nuovo educatore de Roma; Britsh & Colonial p¡·inte?· &
, 'talione¡· and BooksellC'l'S Ci1·cular, de Londres; El Instt·ucto? ',
Ag•ascalien tes; La Palestra, de Palermo. Lt'z y Verdad, de La.
Plata y La Vo::-, de Santa Marta.
e La Estloela Prlmarla.• - Este periódico, uno de los mejores,
no sólo de Méjico sinó de la América entera, ha entrado en el cuarto
año de su publicación. Enviámosle con 't al motivo un ardiente voto
de simpatía, del cual es en extremo merecedor por sn fé, por la altura
con que discute y por el empeño tenáz con que persigue para su pa-
tria un sólido y rápido progreso escolar.
•O ltlovlmeuto•.-Agradecemos á este distinguido colega brasi-
leño los honrosos conceptos que nos ha dedicado y que no transcribi-
mos por absoluta carencia de espacio.
Rasgo heróleo.-No eE> posible leer sin profunda emoción lo
que vamos á copiar de un diario de Madrid del veinte y tres de
Agosto:
«LA NOVICIA PABI.A SARRABLO.-Un oficial de hojalatería, llamado
Fr.ancisco Navarro, vecino de Zaragoza y habitante en una casa de
la calle Verónica de aquella ciudad, se presentó hace cinco días á la
superiora de la congregación de Siervas de Maria, pidiendo la asis-
tencia de una hermana para su esposa enferma. La superiora ma-
nifestó que todas las ]¡e ~·manas estaban de servicio; pero que, si era
grande la necesidad de la asistencia, la prestaría una novicia, hasta
que pudiera ser sustituida por una hermana. Agradeció el favor
Frangisco Navarro y momentos después estaba á la cabecera de la
enferma la novicia Pabla Sarrablo y Bagüete, de quince años de
~ edad, natural de Sesa (Huasca) é hija de un profesor de primera en-
señanza.
Pabla cumplia sus deberes de enf<:Jrmera con cariñosa solicitud.
Antean che después de acostar á los niños de Navarro y de lograr
que éste se retirara á descansar, se tlirigió á la cocina de la habita-
ción para calentar alimento para la enferma.
El alcohol de la vasija que contenía la que iba á tomar la mujer
de Navarro, derramóse sobre las i·opas de la novicia enfermera, é
instantes después se incendiaron. La novicia se dirigió á la escale-
ra, sin duela para pedir auxilio á los vecinos. No quiso llamar á na-
die en la habitación, para no producir alarma que pudiera impresio-
nar á la enferma y para no despertar á los que estaban descansando,.
-362-

La· llamas ya rodeaban el cuerpo de Pabla: esta viendo que todo


auxilio llegaría tarde, se arrodilló, abeazóse á uno de los soportes
del pasa-manos y dejóse consumir, sin proferir una queja, por el
fuego. El resplandor de las llamas despertó a los vecinos. Estos so-
lamente encontraeon el cuerpo carbonizado de la pobre niña, cuya
tt'ágíca muerte enaltece la prensa de Zaragoza, diCiendo que aquella
capital sabrá pagar con tesoros de respeto y de consideraciones á
la con..,.regación de Siervas de Maria el sacrificio que la ha hecho
una tle su hijas en aras de su caridad y de su amor á los enfermos
pobres.»

~arta del Sr. Plzznrno.


Paris, Octubre 25 de 1889.
Al Señor P1·esidente del Cenl?'O Unión Normalista, Dn. Luis Suare:.
Tengo el agrado de comunicar á. Vd. que en cumplimiento de la
misión recibida del "Centro Unión Normalista" he hecho entrega
de los diplomas de miembros correspoullientes á los reputados edu-
cacionistas Señores Otto Salomón, Alejo Sluys y Fernando Buisson,
cuyos títulos y servicios á la causa de la irt.strucción popular son
bien conocidos.
Adjunto copia de las notas cambiadas.
Con este motivo tengo el honor de saludar al Señor Presidente
con mi consideración distinguida y particular aprecio.
PABLO A. PIZZURNO.

Niiii.s, Julio 9 de 1889.


Seiior' Otto Salomón, Di¡•ecto¡· de la Escuela Nor·malde T1·abajo
Manual.
(Ncids, Suecia)
SEÑOR:
La asociación pedagógica "Centro Unión Normalista» de Buenos
Aires, entre cuyos miembros me hallo, ha querido nombrarme su
representante en Europa y en ese carácter me ha autorizado para
presentar á Vd. el Diploma de Miembeo correspondiente, como un
homenaje respetuoso de los Noemalistas de Buenos Aires, al peda-
gogo distinguido cuyas ideas y cuyos importantes trabajos han
ejercido ya una benéfica influencia, que será carta dia más general
y decisiva, sobre el progt·eso de la instrucción popular.
Quiera, señor, aceptar esta humilde prueba de nuestra conside-
ción y las seguridades de mi particular estima.
PABLO A. PIZZURNO.
-363

El Señor Salomón tuvo la gentil ocurrencia de contestarme en


español. Hé aquí los términos de su nota.

Señm· Pablo A. Pi::zurno.


Paris.
MuY SEÑOR r.no;
Tengo el honor de comunicar á Vd. que es en mi poder el Diploma y
su nota fecha 9 de Julio defpreseute año, en la cual me anuncia, que
se me ha reconocido miembro correspondiente del "Centro Unión
Normalista" de Buenos Aires. Doy á Vd. mis agradecimientos y
por su conducto á los miembros de la Asocia<'ión que tan digna-
mente representa por el alto hc>nor que me ha conferido haciéndome
formar parte de esa distinguida inst't.ución.
Reciba, Señor Pizzu'rno, con la expresión de mi gratitud, el salu-
do cordial de su amigo y S. S.
ÜTTO SALOMÓN.

Paris, Octubro 24 de 1889.


Se1io1· Fm·nando Bu.issón, Director de la en~>mian::a prima¡•ia, etc.
La asociac:ón pedagógica argentina "Centro Unión Normalista"
ueseando tener el honor de contar entre sus miembros á los educa-
dores y pedagogistas que más se hayan distinguido por sus traba-
jos en favor del progreso escolar, me ha encargado entregar á Vd.
en mi carácter de representante ele la Asoc;iación, el diploma de
miembro correspondiente. Ruego á Vd. acepte ese diploma como
un humilde testimonio de la estima y :'3Speto que tienen por Vd.
los normalistas de Buenos Aires.
Quiera Vd. señor, aceptar las seguridades de mi perfecta conside-
ración.
Su atto. servidor.
PABLO A. PIZZURNO,

El señor Buisson expresóme personalmente su complacencia en-


cargándome presentara al "Centro Unión Normalista" su reconoci-
miento.
.
Con el Señor Sluys, cambiamos las notas siguientes:

Seño1· Alex is Sluys, Diraclor de la Escuela Normal de B·ruselas.


La Asociación argentina "Centro Unión Normalista'' me ba
nombl'ado su representante en Europa y encargándome de entregar
el uiploma de miembro correspondiente, aalgunos de los educadores
, que más positivamente han trabajado por el progre~;;o escolar.
J!;s en cumplimiento de esa comisión, que yo tengo el honor de
presentar á Vd. ese diploma que le ruego acepte como un testimonio
del respeto y de la consideración ele los normalistas ele Buenos Aires
-364-

hacia Vd., el educador belga. más decidido, el luchador y propagan-


dista más firme de las ideas pedagógicas modernas.
Acepte, Señor, también las seguridades de mi consideración per-
sonal.
Bruselas, Octubre 5 de 188!?.
PABLO A. PIZZURNO.

Bruselas, Octubre 10 de 1889.


Seiior Don Pablo A. Pizzw·no, Delegado de la Asociaci6», Argentina,
«Cent?' O Unión Normalista))
~eñor:
He recibido su carta fecha 5 del corriente con la cual me envía Vd.
el díploma de miempro correspondiente del "Cenl?'O Unión No1'nta-
lista'' . Es para mi muy tocante. esa prueba de simpatía de parte de
una Asociaci9n que se consagra a la propaganda de las ideas peda-
gógicas racionales en la República Argentina. Ella me impresiona
tanto más, cuanto que debo ese honor a Vd., Señor Pizzurno, que ha
visitado con tanto interés la escuela normal de Bruselas, y con quien
yo he tenido la satisfacción de discurrir largamente sobre los prin-
cipios pedagógicos y los métodos de enseñanza que nno y oteo trata-
mos de hacer penetrar en la practica de las escuelas en nuestros
paises respectivos
Creame Vd., señor, se lo ruego, á su entero servicio. Yo espero•
querrá Vd. disponer de mi en lo futuro; yo trataré entonces tle me-
recerla confianza que Vd.ha queridoatestiguarme.
Acepte, señor, las seguridades de mis sentimientos distinguiuos y
quiera presentar mi agradecimiento al Centro Unión Normalista.
A. SLUYS,
Director de la Escuela Normal de Bruselas,
Miembro del Consejo General de la LiRa bel-
ga de la Enseñ. nza .
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÚRGA NO DEL CENTRO UN1ÚN NORMALISTA

Año III Junio 1890 1 Núm . XXII


COMISIÓN nf:I>A CTORA :
Emilio R. Olivé . - J osé M• Aubin .-Francisco Guerrini

A LA PRENSA.
Al entrar en el terce¡· año de su publicación la RE-
VISTA DEL CENTRO UNIÓN NoRMALISTA saluda afectuosa-
mente á sus colegas de la prensa nacional y e(l}trangera.

A NUESTlROS SUS'ClRITORES.
Pedimos dísculpa á nuestros suscritores por la invo-
luntaria interrupción que ha e{1}perimentado la publi-
cación de nuestra REVISTA, debido á causas superiores
á nuestra voluntad.
Lrr, vida de una publicación p6dagcígica, está, por
d~sgracia, sugeta siempre á mil contrariedades que no
siempre pueden vencer el desinterés y coílstancia de
de los que las redactan.
Esperamos que de hoy en adelante, 1westra publi-
cación aparecerá regularmente y que no tendremos
necesidad de apelar nuevamante á ta benevolencia de
nuestros favorecedores.
LA REDACCIÓN.
366 -

NOTAS E IMPRESIONES®
La regularidad es una condición indispensable para la buen·t
marcha de una Escuela, y en nombre de ella es que vamos á per-
mitirnos hacer una observación al C. N. de Educación.
Según los Reglamentos vigeutes, las clases deben durar torios
los días cinco horas; de las 11 de la mañana á las 4 de la tarde.
Pet·o, sucede que durante más de seis meses se convoca al per-
sonal docente de uuestras escuelas para celebrar conferencias,
doctrinales unas veces y prácticas las otras.
Cuando esto sucede, es costumbre despedir á los niños á la una
pasado meridiano; de modo que, de los cuatro sábados que ordina-
riamente tiene el mes, sólo en uno se dá clase hasta las cuatro de
la tarde.
¿No cree el C. N. que sería mejoe ordenar que durante el perío-
do de las conferencias las clases terminaran todos los Sábado!> á
la l de la tarde?
Así se evitaría el disgusto de los padres de .familia que ven con
malos ojos que un día se salga á la una y otro á las cuatro, y se
abonarían á los maestros disgustos y malos rato-s.

*
* *
Parece que el C. N. de Educación ha r·esuelto obligat· á todos
los maestros, sub-preceptores y ayudantes que no tengan diploma,
i rendir exámen, á fin de legalizar la situación de los buenos, se-
parando al propio tiempo á los inservibles.
Creemos digna de aplauso la resolución del C. N. pero erre-
mos que sería mejot• que los exámenes se vet·ificaran en Di-
ciembre.
Los empleados tenddan más tiempo para prepararse, y se evi-
taría el desórden que se sentirá en nuestros establecimientos de
educación con la obligada ausencia de 3 00 ó 400 empleados, ya
que, según se dice, este es el número de los que carecen de
título.
*
* *
Es sensible lo que sucede, pet·o hay que decirlo.
Es el caso que en muchos distritos, hay un número rle maestros
que han tomado la costumbre de no concurrit· á las conferencias
pt•ácticas .
Como es de suponer, este ejemplo dá resultados poco lisonjeros,
al extremo de haber distrito en que, sobre PO empleados, solo 15
ó 20 asisten á las rE>uniones.
-367-

Es necesario que el profesorado se convenza de que las confe-


rencias son de una utilidad incontestable, y que por lo tanto, es
conveniente concurrir á ellas.
Y sí hay t•emisos, sí hay quien desatiende su deber, el Consejo
está en la obligación de pou er término al abuso.
Téngase presente que esta clase de tol eeancias son las que lle-
van el desórden y la indisciplina á nuestras escuelas.

NUESTRA ACTUAliDAD ESCOlAR·

La interrupción que ha sufrido la publicación rAgular de esta


Revista ha sido causa de que este artículo vea la luz pública quizá
a lgo á deshora .
Si11 embargo, nos decidim~s á darlo á la e8ta.mpa, creyendo
que las ideas que en él se exponen no han perdido del todo la
oportunidad.
Por otra parte, nosotros que du rante largos años hemos seguí-
do día tras día el proceso escolar de nuestro pais, no podemos
n1enos de hacer constar con júbilo, el inmenso camino reconido
en brevísimo tiempo; haciendo resaltae los mét·itos de los que, yá
en la cim a , yá confundidos con la masa común hao contribuido á
co locar á la República, en mat eria escolar, á una altura que le
envidian, pueblos que yá era. 1 viejos cuando el nuestt·o no existía
aún.
Hace quince años la escuela argentina no existía .
Contábase con unas cuantas casas más ó menos habitables, en
las cuales, bAjo la dirección de individuos g eneralmente legos en
materia pedagógica (l) perdían el tiempo algunos millares de ni-
ños, divididos en dos clases: los pagos y los g¡·atis.
Los prim eros, con 00 ó ,10 pesos papel compraban el det·echo de
hacer imp unemente la rabona, de enredar en clase y de mirat· por
encima del hombro á aquellos cuyos padt·es no podían ó no querían
hacer semejante desembolso.
Inútil es decir que á estos dedicaba el maestro todo su tiempo y
atención.
Los gt·átis, tenían derecho á recibir alguna lección y muchos
palm etazos, y al honroso enca1·go de barrer la escuela una vez por
semana.

{1) Comprénclase que hablamos en general.


En medio de la vulgaridad, descollaron algunas personalidades que co-
mo Antelo , Arnó, Diez Mori, Santa Olalla y otros, por d esgrac ia no mu-
choa, fueron siempre honor del mag isterio.
-368-

¡Los progl'amas y horarios! ......... ¡No hay que tocados!


Sólo puede der.irse de ellos (sin cal u m niarles) que hubieran hecho
el más pe:-fecto trage de arlequín que pueda imaginarse. ¡Tal er·a
su variedad!
¡Los locales! Hoy desde nuestras ~scuelas cómodas y aún lujo·
sas, no podemos menos de recor·dar· aquellas salas destartaladas,
bajas y súcias; impregnadas de malos olores, neveras en invierno
y hornos en verano. adornadas con algún mapa bonoso y provis-
tas de unos cuantos bancos antidiluvianos en donde una atmós -
fera envenenada minaba la salud y destruífl el porvenir de millares
de niños gloria y esperanza de la pátria!
De la enseñan za, no h1.y que hablar.
Lectum, escr·itura, aontw·, cuentas, algo de gramática y mucha
doctrina cristiana; ¡tal era el programa!
¡El método! ..••. ¿Quién no Jo recuerda?
Lecciones de dos hojas aprendidas al pié de la letra; clases cuy:t
duración no bajaba de una hora; un solo recreo durante el día;
tales eran Jos medios con que entonces se pretendía desarrollar y
fortalecer el cuer·po, la mente r el corazón.
Así como el recuerdo de pasadas penas enseña al hombre pre-
visor á ev itarl as en lo sucesivo, asi el recuerdo del marasmo en
que estaban sumidas las entonces llamadas escuelas, puede aún
ser útil a nuestr·os maestros, recordándoles que escue la que es hoy
lo que fué ayeT, se estaciona y muere; que en la escuela más qUt~
en otra parte es donde debe dcnnostrarse que el progreso avanza
un paso cada día.
Pero, el viejo luclwd01·, á quien tanto d>be la pátria, tomó á su
cargo remediar tan hondo y profundo mal.
Presidente, ereó las primeras Escuelas Normales de la Nación,
pensando acer·tadamente que, para tener buenas escue las lo que
pr·imero se necesita son buenos maestr·os: Superintendente de Es-
cue las de la Provincia de Buenos Aires, estableció la inspección,
regularizó la estadística, hizo un ensayo d l conferencias y dictó
unos pr·ogramas que, aunque no libt·es de defectos, importaban un
adelanto colosal, en primer lug ,~r uniformaban la marcha de las
escuelas y luego significaban un paso de gigante dado hacia el
nurt.e y fin de todos los pedagogos modernos: la enseñanza in·
tegral.
Los esfuerzos hechos por· Sarmiento no fueron vanos.
Durante la administraciones de Avellaneda y Roca, se multipli-
car·on las escuelas norma-les, aumentándose notablemente las su-
mas destinadas al sostén y fomento de la educación é iniciandose
un hermoso movimiento de opinión en pró de la enseñanza movi-
miento que nos ha conducido a obtener en Parí~ un triunfo capáz,
por sí solo, de enorgullecer á una nación.
Una cue:-;tión de etiqueta obligó á Sal'miento a dejar· la Supsrin-
tendencia escolar, siendo reemplazado por el Dr . D. Benjamín
Zor·t•illa, cuya acción se ha hecho smtir· de un modo salud tble y
eficáz en uuestt'<lS esc;tdlas.
- 369-

La edificación escolar llevada á cabo no sólo en la capital, sinó


en las más ap:ntadas poblaciones de la República; el primer Con-
greso Pedagógico celebrado en la Argentina; la creacción del
cuerpo médico escolar; el establecimiento de horarios uniforme¡:;
la adopción d1~ n11evos p¡•og¡•arnas, juzgados favo¡•abJemente por
las 1•rimeras autoridades pedagógicas ele Amé1·ica y Europa; el le-
vantamiento del censo escolar nacional, la ley cre~nclo h1. escuela
autónoma, dotándola de fondos p1·opios; la reglamentación de la
inspección escolal'j la creación de la biblioteca y del museo peda-
gógico; el establecimi>jnto de concursos para la adopción de tex·
1os; tal es á grandes r>~sgos el bosquejo de la labor llevada á cabo
por nuestras autoridadt~s escolares, y tales son las medidas que
han transrormado nuestras escuelas, alevándolas á un grado de
esplendor que les permite competir con las mejor·e, de Europa y de
1os Estados Unidos.
Cuánto camino hecho~ Cttántos escollos salvados y cuántas di-
ficultades vencidas!
Iloy la escuela es para los argentinos un motivo de justo orgu-
llo; hoy la educación es para todos los hijos de este suelo una cau·
sa nacional.
Hoy no se conceptúa al Maestro como el últimos de los séres.
Muy al contrar1o; todas las puertas le están abiel'tas, y no hay
una sola persona que, al mentar un maestro, no se le imagine
ilustrado, corté~. caballero, digno y culto; el típico dómine ya no
es posible eo la República Argentina.
Pei'O, reseñar el inmenso progreso alcanzado y no dedicar un
recuerdo á todos los que han cont1·ibuido á su logro, fuera notoria
inju¡;:ticia y nosotros no queremos cometerla.
Al enumerar á los apóstoles de la educación popular tres nom-
bres surgen en nuestra mente: Sarmiendo, Avellaneda y Legui-
zamón.
El pueblo que ha llorado su muerte les ha glorificado; pálido
pues sería todo lo que nosotros dijét•amos; bastenos inclinarnos
ante su recuerdo y emplear nuestras débiles fuerzas en defensa de
sus ideales.
El Consejo 'acional de Educación merece también la gratitud y
el aplauso del pueblo y muy especialmente dos de sus miembros,
los Dres. Zorrilla v Herrera.
El Dr. Zorrilla ha necesitado mucha energía y mucho patriotis-
mo para resistir las injusticias y las ironías de que ha sido vic-
tima.
Cmmdo inició su obra magna, la edificación escolar, nadie creía
en el éxito. La prensa le era enteramente hostil.
Quien lo juzgaba un sueño, quien una prueba de fatuidad del
autor del proyecto; y sin embargo, con una cantidad modesta el
Dr. Zorrilla ha dotado á su patria de un 11úmero considerable de
palacios escolares, tan cómodos· y tan espléndidos, que en París
sólo han creído en su existencia, cuando el Sol con su sinceridad
lo ha demostrado.
-370-

La Nación debe eterno agradecimiento al Dr. Zorrilla, al hom-


bre que aparte de otros muchos, le ha prestado en la presidencia
del C. N. de E. servicios que por mucho que se loen nun<?a serán
bastante alabados.
En cuanto al Dr. Herrera, ha sido siempre el amigo de los
maestros cuyos derechos y servicios han encontrado siempre en él
un entusiasta y elocuente defensor.
A él se debe la iniciativa de muchas y capitales reformas, y
puede decirse sin exageración; que no hay un sólo acto del Con-
sejo en que no haya tomado activa parte.
Pero para nosotl'os, tiene el Dt·. Herrera otro mérito: ha traba-
japo para dignificar al magisterio.
Todos los maestros de corazón recordarán siempre con agrade-
cimiento el entierro del malogrado Viera, y al t'ecordarlo no po-
drán menos de dedicar un recuerdo al iniciador de aquella mani-
festación conmovedora, 00n la cual, no se honraba únicamente al
extinto; sinó á la digna clase á la que en vida perteneció.
¿Y que decir de los consejos escolares~
Su última y enérgica campaña en pt•ó del aumento de sneldos;
el decidido apoyo prestado á los maestros, y su infatigable celo
por el progreso de la educación, muestran cuanto es el valor de
los servicios prestados por los nobles y desinteresados ciudada-
nos que los componen.
También los maestros son dignos de enc0mio.
Ellos han puesto todo su afán y buena voluntad al servicio de la
buena causa: todos n01·malistas y libres, jóvenes y viejos han lu-
chado como buenos, y á todos corresponde la gloria del triunfo.
Tal es nuestra actualidad escolar y tal es á grandes rasgos el
diseño del progreso realizado. .
Al contemplarlo, el ánimo se siente embargado de júbilo; puesto
que, sin jactancia, es posible pensar que sí en tan pocos años se
ha hecho tanto y se han vencido tales obstáculos, dentro de poco,
empleando juiciosamente los elementos que poseemos, podrá ser
la República Argentina, en materia de Educación, ya no igual á
las primeras, sinó la primera nación del mundo. .

LA CIENCIA Y EL ARTE DE LA EDUCACION.


¿QUÉ COSA ES LA EDUCACIÓN?
El lesgilador hace las leyes;
pero sólo la educación hace las
costumbres, más poderosas que
la ley.
CHAIX n' EsT. ANGE.

La educación es uno de los factores más i10portantes de la civili-


zación hüroana.
-371-

No se puede concebir un pueblo civilizado sin suponer en él la


mayor cultura en el mayor número de individuos. El grado de edu-
~ación dld estos se refleja en el progreso que alcanza la colecti-
vida. · 1
La teoría de la educación en r;u sentido cientifico, ha dado lugar
á o-randes polémicas entre los pedagogos y publi~istas, pero parece
que las diferencias de opinión sólo se refieren á los detalles ó á la
clasificación de los diversos puntos que aquella abarca. La mayo-
ría está conforme en el carácter y fin de la educación.
Ya Plutarco. 48 años después de C., había considerado la educación
bajo el triple aspecto físico, intelectual y moral, como elementos de
perfeccionamiento para iniciar á los jóvenes en las difíciles ocupa-
ciones de la vida doméstica, y en lat: arduas tareas del ciudadano y
hombre dj Estado. Los griegos, impelidos por su propia civiliza-
ción, formaban al individuo para la vida civil, y la escuela era el
l'efiejo en miniatura de la grandeza de aquel pueblo.
Los pensadores modernos inspirados e!l la evolución del progreso
y en la significación que el individuo tiene en la marcha armórnica
de las sociedades, han fijado su atención eu la educación completa
del hombre, como el único medio seguro de aumentar la energía
vital de los pueblos para que puedan trabajar con éxito en su pro-
pio engrandecimiento. De aquí la tendencia á la unificación de la
enseñunza, á la difusión d'3 conocimientos, y á la reforma y me-
jora constante de que son objeto los establecimientos de instruc-
ción.
Este movimi&n to inconsciente de las sociedades es la revelación
Je las fuerzas del progreso, á cnyas leyes tienen que obedecer cie-
gamente, porqut~ es la civilización que saluda con su bendito hossa-
na á todos los que han hambre y sed de saber, de gloria y de feli-
cidad.
Pero si la educación es uno de los factores del progreso humano,
iqné cosa debe entenderse por civilización1
El sabio publicista francés M. E. Bersot, ha dicho: «la civilización
es la naturaleza cultivada,» y el P. Félix, predicador contemporá-
neo, ha sostenido que la civilización de un pueblo es su educa-
ción.
El filósofo De Bonaldjuz~ab!.t la civilización como el estado social
particular que se presen tao a alli donde han llegado al mayor gra-
do de perfección las leyes y las costumbres.
El eminente publicista y filósufo español, Balmes, dice que «la
civilización es la mayor suma de moralidad, de inteligencia, de bie-
nestar en el mayor numero posible "y M. Ducoudray afirma que"
la civilización es el estado de los pueblos donde Sd encuentt•a culti-
va.da la inteligencia, las costumbres dulcificadas y en prosperidad
las artes.» «Ella abraza, dice este mismo autor, todo el desarrollo
político, social, económico, intelectual y moral de la humanidad:
las constituciones de los Estados, la diversidad de condiciones en un
mismo pueblo, los recursos materiales, la educación del espíritu y
del corazón. »
- 37t-

Parece pues, que al rededor de la palabra nivilización giran todas


las ideas de progreso social. de desenvolvimiento de todas las facul·
tades del hombre, abarcando todas las manifestaciones de la cultura
individual y el bien estar colectivo en sus múltiples transformacio-
nes, pero siempre unificadas por una sola tendenf!ia, una sola aspi-
ración, un solo ideal, la educación que emnoblece á los individnos,
engrandece á los Estados y hace la lu:>: en medio del caes donde
se agitan y mezclan las pasinnes y los vicios, la rudeza y el crimen,
las preocupaciones y la ignorancia.
La ed ncación realiza la armonía en la organización social, mori-
gera las costumbres, y sirve de instrumento al progreso para exten-
der las conquistas de la cier,cia, de las artes y la industria en todos
los agrupamientos humanos.
((Laobrade la educación, dice L. Mariotti, es el avance hacia lo
mejor, es el deber trazado por la razón, por la sabiduría, por la
ne<.esidad de acercarse más y má:,. ' á la perfección; es el pro-
greso.
«Hay un progreso matm·ial, que es el avance hacia el bienestar;
el progreso intelectual que es el avance en la ciencia, y el progres•J
moral que es el avance er:. la virtud.»
Pero la educación considerada en su acepción más lata, es la
perfeccion del hombre en sus diversas partes física, intelectual y
moral. Para desarrollar la inteligencia, es preciso disponer de un
cerebro que funcione fisiológicamente, y para esto se debe atender
al desarrollo vigoroso y simultáneo de todos los órganos. De aquí
se deduce la necesidad de la erl ucación física, en combinación con
los métodos de enseñanza. En cuanto á la educación moral es más
larga y más difícil que las otras, pero no menos importante ni me-
nos segura en sus resultados, cuando se atiende á cultivar el cora-
zón inclinándolo hacia el bien mejor que llenar la memoria de má-
ximas que no se practican, porque no se ha enseñado al hombre á
ejercitarlas desde niño.
Entre las formas de educación, hoy forma parte de los programas
de instrucción en todoslos pueblos civilizados la educación cívica y
militar de la juventud, para nutrir el corazón en la religión de la
patria, y formar hombres dignos que liet~an amarla y defenderla,
no como el bruto que defiende su guarida. ó su pl'esa, .sino con la
conciencia del deber y la justificación del derecho.
«Si el primer deber de un pueblo, dice D. Pedro P. Zeledón, es
conservar su independencia nacional; si es un crimen de lesa huma-
nidad arrojar á las bocas de fuego del enemigo, soldados insuficien-
temente preparados para el cumplimiento del más grande sacrificio
que la patria tiene derecho de imponer á sus hijos; si un país no
quiere verse el día menos pensado humillado y escarnecido por la
superioridad guerrera de su aversario, menester es á todo trance
qu'3 desde la época de la. educación común se comien.~e la educación
militar, y que después de la salida de la escuela se prosiga esta últi-
ma educación por muchos años.» Pero la escuela del patriotismo
no debe tener por única mira formar guerreros como los esparta-
- 373-

n08, q ne sepan morir por la patria bendiciendo sus leyes, no, este
sot·ia uno da los fin es, pero no el único; la educación cívica debe
f,rmar el corazón de los ciudadanos, para que amantes de su suelo
1.:1 tal tt•abajen por su engrandecimiento. Las gt•andes mejoras,
las obras monumentales de ornato ó de ntili<hl.d pública, sólo se ha11
i"ealizado por amor á la distinción y á la gloria, ó por el convencí-
miento de las ventajas que a1uellas prop·>rcionaban á l<~. sociedad.
La educació:1 moral forma al hombt·e virtuoso; si á esta se le agrega
la educación cívica, se tendrá un ciudadano honrad~ y laborioso
que tra.bajará siempre por el progreso de su pnis natal.
La educación considerada como arte, es el conjunto de reglas qno
debe seguir el maestro ó los padres de familia, para. rlespertr.r y
c11ltivar las facultades in tele rtuales, las inclinaciones afectivas, guillt'
ul desenvolvimiento del carácter .V favorecer el desar: ollo físico del
niño, pan\ concurrir al perfecci onfl.miento simultáneo de las facul-
taJes física~. morales é Intelectual es.
Cnando alguna de estas partes prepondera en la educMión, se re-
si enten las facultada'! que se han descnidado. Así In educación
física sola, puede producir hombres robustos, listos en los ejercicios
corporales, pero incultos é ignorantes, como un salvaje que no ha
t'l'cibido el ba'ntismo de la civilizaciór., la sola educación intelectual
da lugar á hombres débiles corporalm ente, poderosos por su cultura
y terribles por su inmoralidad; por último, la educación moral sola,
pt·oduce hombres ineptos para todo trabajo que pneda ser iltil á su
propio bienesta1· y al de sus semejantes; son seres inofensivos pero
perfectamente inútiles. De aqui la conveniencia de dir·igir ia edu-
cación en el sentido de formar al hombre completo como Jo exige su
propia naturaleza y la misión social que tiene que llenar.
Como ciencia, la educación tiene que astudiar profundamente la
organización y sus leyes fisiológicas, la forma de su desenvolvi-
miento y las relacione~ tan intimas que tiene con el espíritu. Así
mismo considera el espíritu y sus facultades, la evolurión del ca-
rácter y las modalidades que imprime el desarrollo físico é intelec-
tual. Tiene que considerar In influencia de la raza, la organización
de la familia, las aptitudes individuales y otras muchas circunstan-
cias accesorias que debe tener en cuenta el pedagogo, para ir adap-
tfl ndo las leyes generala¡; de la educación á cada caso particular.
Por lo tanto, la ciencia de la educación est'á basada en el conoci-
miento del ser humano y la.s leyes que presiden á su desarrollo na-
tural, para aprovechar las fuenas psiquicas y fisiológicas y armoni-
zadas, guiándolas hacia el mayor perfeccionamiento del individuo,
de la familia y de la sociedad.
La educación uniforme en la escuela y en la familia, imprime á
las costumbres un carácter especial que sirve de termómetro á la
sociología para medit• el grado de cultura que una sociedad ha ~~ol­
canzado. Una colectividad que no tiene costumbres detinidaR,
uonde el gusto egoísta impera sobre las reglas de conducta social,
puede asegurarse que caraca de educación uniforme, y ni la instruc-
ción pública ni la educación privada pueden formar ciudadanos cul-·
-374-

tos, ilustrados y patriotas. Allí la legislación es informe, incon-


secuento, púrque no puede inspirarse en la marcha de la sociedad,
puesto que no hay vida pública y no hay costumbres que ilustren al
legisll"ldor para la formación de las leyes. Esto revela la impor-
t:-..ncia y trascendencia de la educación en el porvenir de los pue-
blos.
Trabajar por el mejoramiento de la instrucción pública, por la
educación del pueblo, por la moralización social. es trabaj:tr por el
bien p::-opio y por la felicidad agana, pu'ls donde brilla la luz del
progreso, donde hay virtud y trabajo, allí se put:Jde vivir disfrutando
de todos los goces que la civilización, .:o mo el cuerno de Amaltea,
derrama sobre todos los pueblos que la aman y la respetan.
DR. DIAZ DE LEóN.

EL ARTE DE HACER SABIOS.

Es verdaderamente antihigiénico y antinatural lo que se hace


generalmente con los niños, gracias á los vivos deseos que mani-
fiestan los padres de hacer sabios á toda costa á sus hijos.
La ciencia aconseja de un modo terminante que no se deben
exigir más de cuatro horas de trabajo á los niños menores de diez
años. Desde esta edad hasta los quince años se les puede con-
ceder seis, clesde los quince, ocho horas. Conviene, ademas, otor-
garles dos días completos de descanso, por lo menos, en la sema-
na. La antigua práctica española de muchos profesores de dar
los jueves y dommgos asueto á los escolares, está perfectamente
ajustada á lo que aconseja la moderna pedagogía.
Es preciso no olvidar nunca que el niño necesita, mucho má!>
qne el adulto, descanso, sueño, aire y ejercicio.
Es un error craso el creer que Rntes de los veintidos ailos el
hombre puede ser un sabio. Las pt·ecocidades son siempre deplo·
rabies, así en el orden físico CO!Y'O en el moral, y sin que neguemos
que haya o1·ganizaciones que pudieran considerarse como privile-
giadas, las cuales presentan rasgos bastantes á simular maduréz
de juicio, gran profundidad de concepto y extraordinarios vuelos
mentales, es Jo cierto que los verdadero<~ sábios, los hombres ver-
daderamente útiles para la patria se crean de veinte á cuarenta
años. Este prurito de nuestros tiempos de obligar á los niños á
que sean prodigios de memoria, de penetración y de raciocinio
antes de la edad debida, no conduce á otra cosa que hacer esteriles
para siempre cerebros que en otras condiciones, y con otra edu-
cacil~n, podrían ser, si no lumbreras, por lo menos alltivos obreros
- 375-

de la ciencia, artistas distinguidos, séres fuertes; que no legaran á


sus hiJOS una organización decadente como herencia orgánica, y
unos cuantos laureles marchitos bien pronto por las amargas
lágrimas de Jos deudos y la indiferencia de una sociedad que olvi-
da pronto.
La gimnasia, los ejercicios corporales, y sobt·e todo, el no desear
• que los jóvenes sean sábios á toda costa, son ideales que deben
generalizarse entre todas la familias de una manera rápida, pues
semejante preocupación está, por desgracia, genet•alizada en nues-
tro país, y por lo común en toda la raza latina.
Es cierto que ésta tiene la primacía en lo que á inspiración se
refiere, pero no es menos exacto que la mayorla de los hombre!'
carece de vigor físico y vigor moral, por cuya causa se notan en
las inteligencias que parecían más fecundas, deplorables caídas y
ruinas rápidas, no pocas muertes prematuras, aparte de una rela-
jación notable en las costumbres de Jos que, no sintiendo amor á
la ciencia y al arte, buscan por tot·tuosos y nefandos caminos esos
deleites que el hombre ansia casi siempre, sin pesar que agota
muy pronto en ello las orgazacinnes más vigorosas.
Cámbiese el fatal «arte de hac~r sábios, » por la santa «ciencia•>
de hacer hombres de bien; otórguese por padres, maestros y hom-
bres de Estado, alguna importancia á los problemas educativos,
pues de lo contrario, ·]as generaciones que hElreden nuestras dudas
y nu&stras miserias actuales, hijas quizá de Jos mismos males que
desr.tamos, arrastrarán en el mundo unll. vida ruin con todas las
angústias de un insoportable suplicio.
DR. ToLOSA LATOUR.

llliiiiiiiO ...

¿LA GRAMÁTICA ENSE~A Á HABLAR?


Siempre se ha dicho que para hablar bien es absolutamente in-
dispensable saber la Gramática; como si se pudiera hablar bien sin
pensar bien y el pensar no fuera un atributo del hombre; como
si el estudio del pensamiento fuera el estudio de la Gramática y
no estudio del lenguaje; como si el hombre no aprendiera á ha-
blar antes de aprender ht Gramática, y el hablar bien no consis-
tiera en la cultura del lenguaje adquirido (l); como sino hubiera
un gran número de personas que no hablan bien sin saber Gra-
mática, y otros que, á persar de conocerlas se expresan mal (2);
1-EI hombre aprende 1!. hablar sin oir una sola palabra de Gramática, y
se expresa según la cultura de su lenguaje.
2-Los indios de Cham-Santa Cruz, hablan muy bien la lengua Maya
sm saber Gramática; Jos americanos, anduluces, catalanes, gallegos, et(,.
instruidos, no hablan generalmente bien el castellano á pesar de conocer
la Gramática.
-376-

como si la correcta espresión del pen samiento de pendiera exclusi-


vamenre del conocimiento de las reglas gramaticales, y no dd
desar'l'ollo de la facultad de la palabra y de la educación ortoépica ;
como si fuera posible sugetar al análisis g r•amatical la partP. sin-
té tica del le nguaje (1;; corno si hubi era una Gramática (2) qu~
enseñe á hablar bien; si por hablar se e nti ende ex presar el pen-
samiflnto por medio de sonidos oral es , como si la fon é ti ca perte-
neciera á la Gramática, y rro fuera una cualidad esencial del habla
ó lenguaje de los sonidos articulado ; como si el saber la gramá-
rica fuera Ruficiente para poder habl a r bien, no digo una !engua
muerta (porque sería imposible por carece r de fonética) (3), s in o
una lengua viva que par·a la manifestación oral de las id eas exige
habilidad práctica, es decir, el desarrollo de las facultades qUt:
intervi enen en el uso de la palabra y el há bito de habl a r; r.omo s i
las infinitas formas es téticas del lenguaje pudieran estar com¡>ren-
didas en las estrechas reglas gramaticales (4); como si la Gl'a-
mática pudiera abarcar toda la ex te nsión y comprensión del le n-
guaje, para imponerle ley es al mismo de quiAh las recibe; como
si el lenguaje que es el simbolismo de la Naturaleza, la manifes-
tación libre del es píritu pensador, el medio dt:l relación que el
hombre tiene con el muudo materi a l y con el mundo espiritual,
con el mundo del pensami ento y con el mundo de los afectos, con
el mundo del deber y con el mundo de la a cción) pudiera necesitar·
del estudio de la Gramática, convertido con los precep ~itas en un
foco de estériles disputas, en un laberinto de contradicciones y
divergencias, donde no hhy un principio que no teuga su pró y su
contra, sus defensores y sus impugnadores.
Si la idea es el pr·iluero y más obvio de los actos del entendi-
miento, y si di entendimiento necesita pon erse en comunicación •
en sí, para tener idea de ellas, ¿quién podrá formarse idea exacta
de los principios gramaticales, viendo las contradicciones de los
preceptistas? Si el objeto del entendimiento es la ver·dad, y siendo
la verdad una misma para todos los hombres, reinando entre los
gramáticos el más completo desacuerdo, tanto en la clasificación,

1-El leng uaje de los ges tos, movimi ento de los ojoa. accion es etc., etc.,
es sintético y no puede es tar s uj eto al análisrs g ramatica l.
2-Desde 1492, que Antonio de Ne_brij a p~blicó la primer.a _gr amir.tica
españo la hasta la fecha, se ha n pubhcado mrllares de g ra matl(·as caste-
llanas, y' nin g una ll ena su cometido según las ex igencias del idioma.
3-Una len g ua muere c uando pie1·de s u fon éti ca, y los que apren.den
una leng ua muerta, no pueden habl_arla, por más qu~ e pan .su g ramáti ca ·
Muchos hay qu e conocen muy b1e n _una leng ua v1va, y Sl!l emba rgo ~ o
a hablan. ¿Cuántos españole,;¡ y amcr rcanos co noca n muy b1en la g rama-
tH:a fran cesa, ingl esa, alemana, etc., y srn embar go no hablan nrn g una de
estas lenguas 1
4-Cada perso na ti ene su forma de lenguaje y qua no es posible suj_e~ar
á r eglas g ramati cales, porque seria tanto como hacer un a gram atrca
para cada individuo.
-377-

omo en la definición y doctrina del cualquier punto gr·amatical:


luego la Gramática no puede enseñar á hablar, no sólo por care-
cer· de fonética, sino de definiciones exactas, d,l reglas co·1s
r.antes en clasificaciones y de una nomenclatura filosófica inva-
riable.
FÉLIX RAMOS y DUARTE.
Mej i1' 0, 18 de Agosto de 1889.

Las escuelas e n España.

A.UUSACIONES DE LA li:STA.DISTICA.

Siendo la escuela el primer signo de la cultura de un pue-


blo, su uúmero en cada nación, nomarca ó provincia es la ex-
~resión precisa de los grados que actuélla alcanza.
La Estadística de la primera enseñanza en 1885, contiene tér-
minos y comparaciones de mucho inte1•és y elocuencia pa1•a ayudar-
nos á apreciar las eno1·mes diferencias que en tal connepto
?3xisten entre las provincias españolas. Denunci11n además lo~
cuadros estad isticos dat.os bien poco favorables, y por la gene-
ralidad del país no sospechados, ace1·ca de la situación atrasada
en que se hallun ciertas rejiones, cuya aparente civilización
deja de corresponder al abandono lastimoso en que tienen el
h1mento de sns escuelas.
Ofrécese, en primer lugar, el estado de clasificación de las
·19 provincias por el uúmer·o de escuelas públinas que cada una
posé e. Y esta comparación tiene in negable valor en sus resul-
tadiJ~; aunque dep endi e ndo la existencia de la escuela pública
d '=~ la iniciativa ofici;1l, siquiera se r·eduzca esta á la Ele los
Ayuntamiento8, 6 debiéndo8e en otros casos á la obligación im-
puesta por la ley, no puede desconocerse que encierra menos
importancia y es de menos peso que la comparación fundada
en el número de las e"cuelas privadas, ya quo e~tas nacen del
interés particular', directa y genuinamente ;nspirado en la nece-
sidad 6 en la aspiración que cada localidad exporimenta do
aprenrler y de ilustrarse.
En el ordPn que ser.ala á las 49 provincias el número de es-
cuelas que cada cual posée, ocupa el sitio do honor, es decir,
el primero, la provincia de León, que cuenta con 1.316 escud-
las. A ella ~i¡?uen, Bnrgos con l, 120, Ovierlo con 1,055 y Bar-
celona con 854. Madr·id 0cupa ol núm~ro 16, con 561 escuelas,
-378-

La-s provincias andaluzas, á pesar de la ilustración que general-


mente se les atribuye, ocupan en la escala números muy infe-
riores: á excepción de Granada que figura con el 21, todas las
demás se encuentran en la segunda mitad ordena! y correspon-
diéndoles clasificaciones m UJ bajas. Sevilla tiene el número 34;
Córdoba, el 35; Jaén, el 36; Málaga, el 37; Almería, el 49, y
no cuenta más que 165 escuelas.
En la estadística de 1880, ya se hizo observar, como sucede
en la de 1885, la enorme diferencia que existe entre comarcas
de tan escasa riqueza como León y Asturias por una parte, y
las fértiles de Andalucía por otra: demostración evidente de que
en las primeras sa experimenta más vivo deseo de instrucción y
mayor convencimiento de las ventajas que ésta reporta.
El estado referente al orden de las provincias por el núme-
ro de sus escuelas privadas, es, como hemos dicho, de elocuen-
cia más grande y más d'lcisiva para fijar la medida de cultura
á que responden y que mantienen á su vez.
La provincia de Barcelona tiene el primer lugar en esta cla-
sificación; cuenta 1006 dscuelas privadas. De esta considerable
cifra se baja bruscamente á la de 304 escuelas, que es la que
corresponde al segundo lugar, ocupado por la provincia de Ma-
drid. Oviedo es la tercera, y la siguen, por el o:-den de nuestra
enumeración Coruña, Baleares, Córdoba, Lugo, Cádiz, Granada,
Málaga, Valladolid, Sevilla, Pontevedra, Gerona, Gnipúzcoa, Mur-
cia, Palencía, Huelva, Cácere11, Valencia, Soria, Tart'agona, San-
tander, Vizcaya Búrgos, Zamora, Zaragoza, Jaén, Lérida, Alava,
Navarra, Alicante, Orense, Toledo, Logroño, Salamanca, Avira,,
León, Castellón de la. Plana, Canarias, Almería, Badajoz, Ciu-
dad Real, Segovia, Albacete, Teruel, Guadalajara, Huesca y
Cuenca. La cifra total de escuelas privadas en la PenínsulA,
es de 5 576, y corresponde un término medio de 113.79 á cada
provincia.
Para que el estudio pueda ser más minucioso y por consi-
guiente más completo, la Estadística presenta, sumados en un
solo cuadro, los datos que respectan á las escuelas públicas y
privlldas. Este conjunto arrojó en 1885 una existencia de 30,105
escuelas, que se reparte á razón de una por cada 555'72 ha-
bitantes.
En el orden de las provincias, establecido según el número
de escuelas públicas y privadas que cada una tione, á Barca-
lana ~igue perteneciendo el primer lugar, con una cifra de 1,860
escuelas. El segundo lugar es para la provincia de León, con
la honrosa cifra de 1,359. Siguen sucesivamente Oviedo, Búr-
gos, Coruña y Madrid, que entr·e unos y otros esta.blecimientos
no cuentan más r\e 885. Córdoba tiene el número 27; Málaga
el 31; Sevilla, el 32; Cádiz, el 46; Huelva, Canarias y Alba-
cate, ocupan los tres lugares últimos de la escala.
Por poco que se reflexione acerca de la cifra que sobre la
primera enseñanza nos suministrr. la Estadistica que hemos exa-
-379-

minado, se echará de ver que ese elemento primordial, de in-


fluencia ta.n continua y tan profunda sobre los destinos de un
país, es en España muy d~Jicient~. Es necesari o que el E$-
tado despierte los estímulos dormidos en casi toda la Península;
conviene aplicar á materia tan importante algo más que pond e ·
raciones y cariños platónicos, haciendo por un lado que se cumpb
la ley y dictando por otl'o, nuevos acuerdos, encaminados á
difundir y fortalecer los medios de todos géneros que la instruc-
ción general necesita, para ser buena savia de un pueblo y elevar
á éste al nivel de la época en que vive.
La Estadística es la oratoria del número: á ella hay que
responder con otra oratoria igualmente positiva: la de los hechos.
6 ln que aquélla trabaja y enseña no pa ara de ser un tr·abajo
inútil y enojoso, al cual no valí" la pena de prestar atención.

-----------
OSERV AOIONES
SOBRE EL TRATAMIENTO DE UN TROZO DE LECTURA.

Digno del mayor encomio y de calui'Osos aplauJOos es el saluda-


ble entu&iasmo que hasta hoy maninestan los enl!at·gados de im-
pt·imir á la instrucción primaria d~l país el rnmbo que en justicia
le corresponde. Tan levantado patriotismo dilata cada dia más su
esfera de acción, llevando hasta los centros más apartados de la
R epública la luz que tanto necesitamos para reaccionar en materia
de enseñanza. Pero á la verdad que esto no basta; es menestet·
que la REVISTA DE INSTRUCCIÓN PRIMARIA, Ó sea el telescopio de la
rP.fot·ma empezada, encut:Jntre siemprP y en cada maestro la má-;
benévola acoj1da para consultar y poner en práctica los racional ·s
procedimiento que coustautemente ofrece.
Nosotros, por nuestra parte, aunque obreros de ayer, no pode-
mos perman ecer íntlif~rentes á la vista de ~sa corriente bienhecho-
ra de progreso qu~ felizmente viene operando sus efectos, y por
eso queremos también contribuir con un grano de arena en pró
de esa causa eomún . No es nuestro propósito presentar una espo-
sición de métodos 6 de leyes pedflgójieas para el ejercicio de tal o
a
cual asignatura; nos concretaremos solarnen te decir algo sobrn
un ramo de necesaria y preferente ateución en la escuela prima-
ria, la lectlWrt. Sabido es que tanto la reforma que ha caracteriza-
do á la enst:Jt1anza mencionada como los re ultados adquiridos hf\11
dejado, en gene1·al, mucho que desea1·; motivo primordial es este,
pues, para que no permitamos ofrecer un sencillo plan, que es el
adoptado eu nu~stra e... cuela de apltcaeióu anexa á la normal.
- 380 --

Supongamos, por ejemplo, que se haya elejido como tema para


una lección el trozo titulado: «El aseo es el mejor adorno.» (Lec-
tor Américano.) ¿Como deberemos proceder? Será nuestra tarea
hacer que los alumnos repitan mecánica y acaso arbitrariamente
las palabras del texto, dando en seguida por terminada la clase~
Nó; preciso es que, en- primer lugar, nos fijemos un camino, divi-
diendo convenientem nte el mater·ial propuesto, es decir, descom-
pcniendo el tema en partes tales que consulten el órden, la sen-
cilléz y la claridad. De este mf\do, ya podremos esperar que nues-
tras lecci<ln es sean trasmitidas en mejores condiciones y que desa-
parezan los múltiples inconvenientes y hasta errores que trae con-
sigo la falta de una prévia preparación. Tal descomposición es lo
que llamamos una disposición.
Inútil nos parece recomendar las ventajas de este indispensable
requisito para el buen desarrollo de un tema cualquiera, puesto
que ya se ha tenido oportunidad de encarecérsele suficiente-
mente.
Hé aqui el plan que para el caso presente convendrá trazarse:
l.-Introducción.
11.-Leerá el maestro.
!H.-Leerán los alumnos.
IV .-Resúmen sustancial.
1. • Por partes.
2. • El todo.
V. -Conclusiones para la vida práctica.
Una vez formada la disposicién, ósea el conjunto de ideas que
van á desarrollarse, sigue el tratamiento ordenado de cada punto
capital.
El preceptor, colocado de pié delante de su clase, anunciará en
breves fras es la tarea en cuestión; hará sacar los libros con las
voces de uno, dos, tres y cuatro, EOeña lará la pájina, y empezará su
lectura, cuidando que tanto la posición como el tono y pronuncia-
ción sean ejemplares. No será raro observar en este acto que al-
gunos alumnos distraigan su atención; pues bien, en vez del mo-
nótono y perjudicial empleo de espresiones imperativas, el maestro
podrá estimularla equivocándose voluntariamente, con cierta
precaución, y entónces es de ver cómo se entusiasma cada alumno
queriendo Sbr el primero en manifestar la más lijera falta come-
tida. (Indicarán, como se ha dicho en otras ocasiones, levantando
á cierta altura los dedos índice y cordial de la mano derecha.)
Terminada la lectura modelo que en algunos casos se limitará
á uno ó dos párrafos, continuará la imitativa é ínrlividual de los
educandos. Hasta hoy, si no nos engañamos, éstos han leído sin
que les sea dado correjirse mútuamente sus errores, pues el insti-
tutor se reserva para él solo este trabajo, alejando lastimosamente
la imajinación y vida que debe reinar en su infantil auditorio. No
es este, á nuestro juicio, el camino correcto. Deberá procurarse
cuanto ántes que haya libertad para criticar al lector, crítir.a que
suministrará un excelente medio de ejercicio de lenguaje unido
- 381 --

al de contraer la atención. El maestro entretanto se concretará


á considerar las observaciones presentadas, dando al mismo
tiempo el fallo correspundiente; pero para que pueda ejercer
estas funciones con toda independencia, es necesario que abando-
ne, si posible es, en absoluto, el uso constante dt> l libro, y entónces
no se t'esentirá tampoco la debida vijilancia. Convi en e por otra
parte tener presente que además de exijirse en cada clase una co-
rrecta lectut·a á todos los alumnos, sr l~s interrogará acerca de la
aceptación de palabt·¡¡s de difícil signific,ldo qne su elen presentar-
·se, esplicando en seguida sencilla y oportunam ente las restantes,
sin permitir jamás que se reciten como merú ejet·cicio de los
órganos vocales.
No silenciaremos aquí lo que sobre la lcctur·a mecánica, por
desgracia tan generalizada ~ntre nos?tros, ha dicho un distingn i-
do profesor. Es un error decta, constderar la lectura mecámca,
porque la sana razón enseña que desde que el niño principia ya
debe habituársele a comprender lo que lee. En consecuen ... ia, el me-
canismo desaparece del todo. Más aceptable es, lo repetimos, la
di visión en lecLUra corriente, inteligente y esp1·esiva, esto es, pronun-
ciar con conocimiento y sin dificultades los vocablos esct·itos, en-
tender perfectamente lo leído é intel'pretar lo sentimientos de los
autores.
Como puede verse, las tres fases de la lectura pat·ticipan del
cat•acter común de ser r·azonadas y son exactarnent·~ l<lS que con-
vienen en la escuela, má<>, aún cuando la última, ósea la comple-
mentaria, encontrara todavía serios obstáculos pa1·a su aplicación,
conviene sin embargo empeza¡· á l·jercitat·la en las clases superio-
res, analizando de una manera sencilla alguno3 trocitos ade-
cuados.
Siguiendo el curso de nuest1·o asunto, y supuesto el hecho que
los r.tños todos hayan leldo con más ó ménos corrección, el institu-
tor hará cerrar y guardar los libros con las voces de mando con-
venidas, pasando- luego á informarse del provecho ó á procurat' la
comprensión del contenido q11e el capitulo encierra. Para esto se
valdrá de preguntas cortas, claras y precisas que clit·ijirá a la cla-
se. cnnteniendo con ella una familiar conversación. Más como este
trabajo no será á veces suficiente, servirá de complemento una re-
producción del estracto en forma de un discurso continuo que va-
rios niños y finalmente uno podrán practicat', ayudados siempre por
el maest i'O mismo. Ante todo deberá velarse e uidadosam e nte por-
que las conte!'itaciones sean e!"presadas con la mayot· put·eza posi-
ble en sentencias cortas, p~·o muy bien con<>truidas . POI' otra parte
aún cuando la lectura debe \el' razonada de de el grado inferior da
la escuela, aconséjase que por lo ménos se dedique una hora sema-
nal á la lectura corriente en los cursos principiante::; y medios, por
cuanto éstos necesitan ejet·citarse más en la pronunciación y mo-
dulación de la voz.
Importa no olvidar la tendencia natural en los niños pot· la va-
riedad, y la especie de indiferencia que en ellos se nota cuando en
-382-

el desarrollo de materias se sigue in variablemente el mismo mé-


todo. E<Ste último hecho se presenta no pocas veces en el ramo de
nuestra referencia, peeo podría al ejársele, modificando de vez en
cuando el prccedimiento para la eomposición de resúmenes; h·\ga-
se por· escrito después de haber-lo prepar~do verbalment~ .. Obran-
do así se ofrecerá. al buen educador ocaswnes muy propicias para
instruir á sus discípulos en el estilo corriente, para or·tografia y de-
sembarazo en la espresión de los pensamientos.
Per·o no termina una lección de lectura enseñando á los niños á ·
leer corriente é inteligentemente; ss necesita también acostum-
brarles á pensar, á formar conceptos y deducciones de lo que leen.
Por fortuna no escasean en nuestros libr·os variadas relaciones y
doctdnas muy apropiadas para infundir en el espíritu sentimientos
morales y patrióticos que en noblecen al individuo, que le colocan
en condiciones ventajosas para llenar debidamente los deberes ya
de hijo, de padre 6 de ciudadan~. De esta manera, y al abandonar·
la escuela, el niño lrá robustecido por una no des?reciable suma
de conocimientos, habrá ad.:¡uirido gusto por la lectura, y lo que es
más, llevará en si la base de su futuro bienestar.
Si las cortas lineas que preceden merecieran la aceptación de
los esforzados é infatigables institutores, nuestras aspiraciones
quedarían ámpliarnente satisfechas, pues deseamos con ardor qu e
la enseñanza del ramo en cues~ión, lleg ue á ser, á la vez que fruc-
tífera, más agradable y atractiva.
lioRACIO RoDRÍGUEZ A.
Profesor auxiliar de la Escuela Normál de Santiago.

'm 181 &iil

TRATAMIENTO PRÁCTICO DE UN TROZO


DE LECTURA.

Al. dar á la p~blicidad. e¡,;te pequeño trabajo, no me guia otro


móvil que ~1 a~d1ente y v~ vo deseo ~e cooperar en algo con mi es-
casa espe rie~ct~ y red uctdos conommten tos al mejor resultado de
uno de los mas Importantes ramos de enseñanza que, por desgra-
cia, se encuentra en :a act.u~lidad ~n poco abandonado por la ma-
yor pat·te de nuestr•JS tntei!J entes tnstitutor·es. El ramo á que me
refiero es la lectura .
Escusado me es hablar e:1 es tenso sobra la trascendental impor-
tancia que tiene la lectura, tanto porque creo que los maestros la
COIHJCL'II y com¡wend.~n. comn porqw1 ya al"'unos distinO'uidos edu-
cacionista~ han publicarlo div rsos u.rtícul~s que ver·sag esclusíva-
~ente sobre es~e panicular: pero ya que me he propu esto dar u na
tdea del procedimiento que dr~be adoptarse en la seseiianza de este
-383-

importantísimo ramo, me permito también dar una sucinta reseña


de las principales ventajas que trae consigo y el lugar de preferen-
cia que debe ocupar su enseñanza en nuestras escuelas primarias.
La lectura, es, en primer lugar, la base fundamental sobre la
cual descansa la enseñanza de la lengua materna, principal-
mente la·hablada.
Podemos poner de manifiesto este hecho, sólo fijándonos en las
persona que se entregan con asiduidad y constancia á la lectura.
¡Cuántas de éstas no han visto siquiera un testo de gramática y,
sin embargo, poseen cierta fl.exihilidad y corrección, tanto en el
lenguaje hablado como en el escl'ito, y sobre todo, una ortografía,
si no correcta, al ménos bastante regular! En segundo lugar, la
lectura es el centro 6 foco pr·incipal en tor00 del cual gir·a la ense-
ñanza de todos los ramos del saber humano. Por medio de ella
nos imponemos de los numerosos e importantes descubrimientos
que día á día están dando á luz los más ilustres génioR; saborea-
mos con placer el dulce y agradable néctar que nos proporcionan
los imperecederos esr.ritos de los autores clásicos; nos informamos
de las cosas de gobierno y demás ar.ontecimientos que ordinaria-
mente suceden en nuestro pt·opio territorio, etc, etc. etc. Ella ha
. ido la que ha formado á los más eminentes y grandes sabios, á
los que, entregándose con ardor y constancia a la lectura, ora en
algunas bibliotecas, ora en su simple gabinete de estudio, han
inftuidoconsiderablemente con sus vastos conocimiento al progreso
intelectual y moral de l0s pu&blos, principalmente á la difusión de
la refuljente y clara luz del saber humano.
Por último, la lectura es también un poderoso móvil, merced al
cual el maestro puede conseguir fácilmente el alto fin quP. debe
perseguir toda enseñanza, cual es el cultivo y desarrollo de las
fuerzas intelectuales del alma del niño.
Por las ventajas enumer>.t.das, pueden compt'ender nuestros
institutores la capital importancia de este ramo y, por consiguente
el lugar de preferencia qu 3 debe ocupar su enseñanza en las es-
cuelas primarias,
A varios maestros he oído decir que la enseñanza de la lectura
es la más fácil, porque no necesita preparación alguna de parte
del institutor. Según mi modo de pensar, y por los pocos conoci-
mientos que tengo de los nuevos métodos, creo que lo primero es
aceptable en parte, pero de ninguna manera lo segundo; porque
un trozo de lectura, por corto que sea, ofrece muchos recursos
que el maestro debe estudiar y conocet' perfectamente ántes de la
clase, para no verse embarazado en presencia de sus alumnos.
Este error de algunos maestros provie ne seguramente de la má-
xima que se conserva de la antigua rutina: ella es: « Para dar
bien una clase, basta saber la materia que se quiere enseñar.»
Esta regla didáctica rutinaria, estli. muy léjos de ser exacta,
puesto que se ba pr·obad0 hasta la evidencia que pat·a obtener de
una clase un feliz resultado, no basta que el institutor sea duei'í.o
de la materia, sino que también se necesita un método racional
-384-

y conducente para poderla inculcar con aCJer·to y facilidad en lás


inte ligencias iuf,tntiles de los alumnos. Sobre esto, el célebre y
distinguido pedagogo alemán Diesterweg dice : «El método de
enseñanza es tan impoetante como la materia de enseñanza; la
fuerza del maestro está en su método.»
Hasta la época, los esfuer·zos de la mayor parte de los maestws
en la enseñanza de la lectura se r·educen, principalmente, á que
Jos alumnos lean con gr·an lijer·eza y sin equivocarse los trozos
r¡ue se les presentan, s:n 'lue éstos se den cuenta de lo que leP.n,
es decir·, sin que conozcan y comprendan el conten ido del trozo
leído. Una lectura de esta clase, S il llama mecánica, que se dife-
rcnuia mucho de la leclum 1·azonadu, de la. cual nos vamos á ocu-
par. Por medio de esta última lectura, oJ alumno debe dar·se una
cuenta cabal de lo que lee: es dHvie, debe conocer perfectamente
los ciiversos pensamientos que el autor ha querido espresar en el
trozo tratado y la coherencia ó enlace, que existe entre estos mis-
mos pe11samí entos: debe saber el significado de todas las palabl'as
r¡ue se encuentr·an eu el tr·ozn en trato y, en jeneral, debe saber
comprender Jos diver·sos r·ecursos r¡ue rste ofrece.
El ej emplo práctico que me h , propuesto desarrollar en el pre-
s ,•nte traba] o es par·a alumnos que han pasado del ilabario á El
Leclo1' Americano; y para que e l trozo tratado se encuentre a l al-
cance de los mae::>Lros, a fin de que puedan leerlo para la inteli-
jtmcia ele su desarrollo, lo lomamos del libro primero ya men-
cionado.
Tema: LA AMISTAD (p&.j. 17)
DrsPostcióN.
I.-Introduccion al tema.
li.-Lectura p•)r el profesor.
Ir l.-Lectura por los alumnos y esplicación de las palabras que ofrez-
can dificultad.
!V.-Desarrollo del trozo por medio de preguntas.
V.- [J. por una sucinta esposición por los alumnos.
VI. -Deducción.
TRATA.\UEN'UO.

L - Introclucción rtl tema.


La mayor parte de vosoh·os os habréis fijado tal vez que cuando lle-
gan á casa de vuestros padres ciertas personas amigas, toda la familia
esperimenk. un gran placer y contento y se esmera por servirlas lo mejor
posible.
Maestro.-¿Por qué vuestra familia se alegrará cuando llegan estas
personas?
Alnmno.-Nuestra familia se al"gra cnando llegan estas personas
porque las quieren.
M. - Este amor 6 cariño que tienen vuestws padres ó familias á al-
gunas personas, es una ele las cosas más esenciales é importantes que
todos nececitamos para poder vivir felices en este mundo. Pero este
amor que liga, por decir asi, á las personas, se denomina generalmente
cou tm nombre especial. ¿Quá nombre es este?
-385

A. -Este nombre es el d<~ amistad.


M.-A~ora nos vamos á ocupar de la lectura do nn trozo que trata
do la a~~stad. Por medio de él podrán ver usted6s do lo que es capáz
este carmo ó amor cuando es verdadero, e;:; decir, cuando nace real-
m en te del fondo de nuestro corazóu.
Saquen sus libros: uLo, dos, tres, cuatro; ábranlos en la pajina 17.
II.- Lecftwa po1· el pt·ofeso¡>,
Leeré el trozo en alta voz; pronunciaré distinta ~· claTamente todas
las palabras, a fin de que todos alumnos puedan percibir el sonido foné-
tico de cada lntra; me e:forzaré por dar á la lectura el tono correspon·
diente, según los diferentes pensamie11tos que el autor ha querido es-
pre~ar en el trozo; haré con exactitud las pausas que me iudiquPn los
distintos signos de puntuación y, en general, en todo trataré ser el mo-
delo de mis discípulos.

III.-Ler:tura ele los alumnos y esplicaciones ele las palabras que oft·ezcan
dificttltetd.
Al hacer leer á los alumnos, me fijaré mucho en el modo de pararse
y de tomar el libro, sobre lo que se refiere á las (lderentes faltas que
pueden cometer, y para no repetir lo que dejo dicho OH ~1 segundo pun·
to, bástame decir que 1110 esforzaré por que todos lt'S alumno!> imiten
mi lectura lo más fiel que sea posible. En caso que el tiempo me lo per-
mita, haré que todos los niños lean, aúnque sea un pensamiento bas-
tante corto cada uno, porque es de advertir que estt> detalle es nna de
las cosas importantes que todo maestro debe tener presente en el trata-
miento de un trozo de lectura.
A medida que los alumnos vayan encontrando las palabras que ofre-
cen alguna dificultad, pediré la esplicación de su significado, pero sólo
cuando se haya leído todo el pensamiento en el cnal se encuentra incluí-
Ja cada una de estas palabras. Esto tiene sn razón de ser, porque como
sabemos, existen en castellano va1·ias palabras que tienen distintas acep-
ci~Jnes, y el autor puede usar estas en una ú otra, según el pensamiento
que quiera expresar.
Las palabras cuya esplicación de su significado pediré, son la que se
encueatran comprendidas en las siguientes preguntas:
M.- ·A quiénes se llaman condiscípulos(
A. -~e llaman condiscípulos á los que han estudiado juntos en una
escuela .
M.- ·A qué se da el nombre de golosinas?
A.-§e da el nombre de golosinas á ciertas cosas de comestibles que
más bien son perjudiciales gue alimenticias.
M.-¿_9ué es una mariposa?
A.-Una mariposa es un insecto muy bonito que generalmente vuela
por los huertos y jardines.
M.-¿Qué es un estanque?
A.-Un estanque es nn gran po~o ó fuente que sirve para mantener
agna por un largo tiempo.
M.-·Qué quieren decir las palabras nadaba medianamente?
A. -Las palabras nadaba medianamente quieren decir que sabia nadar
muy poco.
M.- ¿Qué otras palabras podemos usar en lugar de arrojó?
A. -En lugar de arrojó podemos usar las palabras botó, lanzó, etc.
-386-

!V.-De8arrollo clPl trozo pm· medio de p1·eguntas.


M.-¿Cómo se titula el trozo leido?
A. - El trozo leído se titula La amistacl .
M.- ¿Cuántos personajes figuran en este trozo.
A. - En este trozo figuran dos personajes.
M. - ;.Cómo se llaman estos personajes?
A.-Estos personajes se llaman Cárlos y Pepito.
M.-t,Cómo son Cárlos y Pepito según su edad?
A.- Pepito y Cárlos, según su edad, son todavía niños.
1\L - _¿Dónde se estaban educando estos niños?
A. -.l!;stos niños se estaban edaca.ndo en una misma escuela.
M.- ¿Qné se notaba en estos dos compañeros?
A.-En estos dos compañeros se notaba que se querían mu~ho.
M. --¿,En qué se dejaba notar este amor?
A.- Este amor se dejaba notar en que se ayudaban en sus lec·
dones.
M.-_¿_En qué otra cosa se hacía notar también este cariña?
A.-.l!;ste cariño también se hacía notar en que siemt're trataban de
comer juntos las frutas ú otras cosas que les regalaban. •
M.-¿Cuál de ellos era mayor de edad?
A.- El mayor de edad era Cárlos.
JYI. - ¿Cuál 'era el más adelantado en sus estudios(
A.- El más adelantado en sus estudios era también Cárlos.
M.- ¿Qué hacia siellípre Cárlos para demostrar su amor á Pepito?
A.-Cárlos para demostrar su amor á Pepito se esforzaba por ense-
ñarle cosas útiles.
1\I.-__¿_Cómo pasaban el tiempo estos niños cuando se juntaba1 1?
A. - J!;stos niños cuando se juntaban pasaban el tiempo muy alegres y
contentos.
M.- ¿_Qué hacían estos niños cierto día de primavera?
A.--Estos niños, cierto día de primavera, jugaban.
M.--~n qué lug11.r se efectuaba este juego?
A. - .l!;ste juego se efectuaba en un jardín?
M.-¿En qué se entretenía Pepito en el jardín?
A. -Pepito se entretenía en el jardín en pe1 seguir á una linda mari-
posa.
M.-¿Qu6 sucedió á Pepito por seguir la mariposa?
A.-Pepito por seguir la mariposa se cayó á un estanque.
M. -:t. Cómo se encontraba en ese día el estanque?
A.- El estanque en ese día se encontraba lleno de agua.
M.-¿Qué hizo Cárlos al ver desaparecer en el agua á su querido
amigo?
A.-Cárlos al ver desaparecer en el agua á su querieo amigo, lanzó
un grito.
M.-¿Quiénes se encontraban en ese momento en el jardín?
A. -En el jardín en ese momento se encontraban los dos solos.
l\1.-¿Qué no pudo hacer Cárlos por este motivo?
A. -Cárlos por este motivo no pudo pedir socorro.
M. -¿A qué se resolvió entonces Cárlos al verse en ~sta situación?
A.-Cárlos al verse en esta situación se resolvió á arrojarse al agua.
M. - ¿Qué puso Cárlos en mucho peligro con esta resolución?
A. -Cárlos con esta resolución puso en mucho peligro su propia
vida.
M.-¿Por qué peligraba tanto la vida de Cárlos?
- 387

A.-La vida de Cárlos peligraba mucho porque no sabía nada,.


bien.
M.-Pero ¿qué consiguió Cárlos con este grande arrojo'l
A.-Cárlos con el:lte grande arrojo con~iguió salvar ln. vida á su qu~;~ri­
do amigo Pepito.

V. --Desar1·ollo del t1·o::o po1· mr>dio de unrt sucinta exposición po1·


los alumnos.
En est!:' desarrollo exigiré que, usando los alumnos las propias pala-
bras del texto, m~ den á conocer, á lo menos, los principales pensamien-
tos que el autor ha querido expresar en el trozo ]P.ído. Digo textual-
mente, porque se supone que alumnos que se encuentran todavía en el
libro primero de El Leclot· Ame1·icano, no pertenecen al curso superior
de una escuela primaria, y por consiguiente, no se les puede exijir que
produzcan, sino que reproduzcan.
En caso que los niños no puedan seguir en la repetición del trozo por
medio de una breve exposición, haré algunas preguntas generales ó
abrazadoras, es decir, que abarquen, por decirlo así, las partes más im-
portantes del trozo.
Vl. -Deducción.
Por la presente lectura pueden ver ustedes de lo que es capaz la amis-
tad, como igualmente pueden comprender la grande importancia que ella
tiene cuando es leal y verdadera .
M.-~,Entre quiénes tenemos un ejemplo de esta clase de amistad?
A. - Un ejemplo de esta clase de amistad tenemos entre Cárlos y Pepito.
M.-Bien. Como ustedes han visto, el niñoCárlos, en el acto que vió
el peligro en que se encontraba su querido compañero y amigo Pepito,
sin hacer caso del estremado frlo que hacía y sin acordarse de lo poco
que sabía nadar, se arrojó al agua con riesgo ele su propia vida.
M. -¿Con qué objeto se arrojaría Cárlos al agua?
A.-Carlos se arrojó al agua con el solo objeto de salvarla vida á Pe-
pito.
M.- Si Cárlos que era todavía chico puso en peligro su propia vida por
auxiliar á su apreciado amigo Pepito, ¿qué deben exponer también uste-
des por ayudar á sus amigos?
.A.- Nosotros, por ayudar á nuestros amigos, debemos tambión espo·
ner nuestra :propia vida.
M.-Seme¡antes al presente ejemplo les podría citar varios otro, en
que algunos no sólo han expuesto la vida por ayudar á sus amigos, sino
que la han sacrificado, es decir, han muerto p<•r salvarlos de nn peligre.
ó por defenderles su honor, su gloria ó reputación. Ustedes se encuen-
tran actualmente en la edad en que deben principiar por imitar estos
dignos ejemplos, deben amarse y ayudarse unos á otros, tales como se
amaban y ayudaban Oárlos y Pepito. y si alguna vez se presentara In
ocasión en que debieran sacrificar su vida por auxiliar ó salvar á sus ami-
go~ de a~gún peligro, deben hacerlo sin trepidar, y con el mayor gustu y
resignaciÓn.
Debo poner en conocimiento de los maestros, que 6ste último punto de
nuestra disposición, no se puede adoptar en el tratamiento de todos loH
trozos, porque hay varios que no son adecuados para este objeto, pero
también debo advertir que no se debe olvidar ni descuidar su adopción
en todos aquellos capítulos donde se pueda introducir, pues se debe te-
-388-

ner muy presente que este punto bien pensado y desarrollado por el ins-
titutor, influye considerab:emente de una manera muy notable en el cu l-
tivo de los buenos sentimie 1tos y en la fonn.ación del corazón de los edu-
cando$.
Antes de poner término á este pequeño articulo, hubiera querido dar
una explicación sobre la importancia que tienen cada uno de los pLmtos
que menciona nuestra disposición en el presente trozo desarrollado, pero
el poco tiempo de que dispongo 110 me lo permite; por eso mismo sólo
me concreto á decir qne todos ellos son necesarios é indispensables para
alcanzar y saborear los sazonados y abundantes frutos que está llamada
á producir la enseñanza del ramo de lectura.
Si el presente trabajo fuera acojido favorablemente por nuestros inte-
lijentes instit.utores. si él ejerciera alguna influencia en el mejor resulta-
d o ole la enseñanza del importante ramo de lectura, podría decu· que
había alcanzado mi objeto, y, por consiguiente, me congratulada sobre -
manera al ver Hatisfec!Jos mis deseos y cumplidas rais aspiraciones.
NICANOR TRONCOSO C.
Alumno de la Escuela Normal ele Santi ago.

VARIEDADES
El GRAN MAESTRO.
IMPRESIONES DE ARTISTA·

Era en el mes de Agosto: el cielo teñido de azul de Prusia, y el


sol partía las piedras.
Sentado sob!'e una piedra de molino, con el álbum en las rodillas,
la caja de la aguada á la izquierda, el pincel á la derecha y una bo-
tella de gaseosa llena de agua aliado, hallábame pintando un grupo
de casas que se extendían ante mi vista con la misma pereza con
que un rebaño polvoriento y sucio se tiende donde quiera que se
halla, annque lo bata el sol.
Imaginaos unas casas rojas salpicadas en varios puntos por las
notas sorpt•endentes de las paredes de tapia; de trecho en trdch o
una ventanilla de pORtigos azules y blanqueado marcu; á un lado
una puerta pin tad" de almagre; gr,tndes tejados cubiertos de una
capa de musgo dorado que hace de alfombra á un gato negro ate:~to
á seguir con la vista los gorrion es; y por ultimo, coronando el cua-
dro y como para armonizarlo con el azul del cielo, la copa colosal de
una higuera en la que cantaban todas las cigarras del término .
En una palabra: un verdadero motivo para enfur~cer á un artista,
pero motivo tan típico, tan característico que era todo un ha-
llazgo.
-389-

Como dos horas haría que estaba pintando, y bien que mal em-
pezabnn las casas y la higuera á trasladarse á la hoja del álbum,
cuando me llegó á los oldos un concierto de voces delgadas y des-
templadas que destrozaban el Ave Maria; oyóse cantar UI'IOS cuan-
tos gallos, y una catervfl. de mu}hachos desa1·ropados, los más des-
calzos, sin gorra casi todos y gritando al unísono, salió de la puerta
pintad a de almagre, que era la de la escuela, y de una corrida se
plantó donde yo pintaba.
De pronto cesó el griterío, y un solemne silencio se hizo en mi
rededor, sólo interrumpido por tal cual chichisveo á mi espalda.
-Un señor que mapa.
-Quiál que pinta.
-Chico, qué bien lo hace.
-Mira qué tintes que tiene en esta caja.
-Son colores.
Y todo volvió á quedar en un silencio aumentado todavía por el
canturreo de las cigarras de la higuera.
Poco á poco los espectadores se me fueron lit•~ralmente pegando
como moscas; cada uno se acomodaba del mejor modo, y un roce de
calzones ó una rodilla que crugla me indicaban que uno se sentaba y
otro se arrodillaba.
-Ahora pone el azul! decía una voz con verdadero asombro.
-Si es verde!
-Vaya, que es azul, tverdad Paquito1
-Es azul. .. pero verdea.
Y todo esto volvió al silencio, no oyéndose sinó el gemido de los
grasi•mtos cuellos de camisa al levantarse todas las cabezas según
yo levantaba lu mía y al bajarse cuando yo volvía á clavar la vista
en el álbum.
En esto llE>gó un espectador de más peso que los anteriores: era
un zángano de 14 ó 15 años, macizo y fornido, que con aire de pro-
tección se unió al grupo abriéndose paso hasta tocarme el codo.
Miró atentamente lo que yo pintaba, no menos atentamente miró
las casas, volvió á examinar la copia, examinó de nuevo el original ,
y después de mucho repetir esta comparación, exclamó:
-Te juro que retrata bien.
-¡Verdad que retrata bien~ le preguntó envalentonado uno de
los chicuelos.
-Muy bien, repitió el zángano con aire sentencioso; lo hace
ugual, ugual.
Y todos los circunstantes repitieron en voz baja: Uguall uguall-
y Apor qué ocultarlo1 una ráfaga de satisfacción batió mi semblante
y parecióme ver que en efecto, lo hacía igual.
Al cabo de un buen rato el muchachote se incorpflrO como para
marcharso, y echando al álbum una última mirada murmuró otra
vez:
-Ugual, ugual, talmente se mueve. Confiésoos que ésta última
observación me sorprendió de tal modo, que, levantando la cabeza,
miré al crítico y le pregunté:
390-

-tRallas que se parezcaW


-Ni pintado.
-Y ... qué es lo que te parece que se mueve1
-Eso que V. pinta.
-Pero sab2s qué es lo que pinto1
--Toma! No es el primero qull veo. Hace V. un barco.
Parecióme que caía desd~ un monumento alto, muy alto, y que
no acababa nunca de llegar al suelo. Cerré mi caja, tiré el agua de
la botella de gaseosa y encaminéme á cumer murmut·ando maqui-
nalmente aquellas palabras, de no sé que sabio.
uEl pueblo es gran maestro.»
APELES MESTRES,
(De La Gralla de Montevideo.¡

MUY INGENIOSO.

Reproducimos en seguida el siguient~ artículo lleno de chispas y


de buen humor que encontramos en un periódico venezolano.
Empecemos por las frases de cuatro unidades.
Se dicen 4 frescas, 4 claridades, etc.
Los oradores, por regla general, sólo pronuncian 4 palabras.
Y es probervial aquel «te hago estas cuatro letras» con que prin-
cipian las cartas.
Hay números que son como puntos de resistencia, fortaleza, trin-
chera 6 cosa por el estilo: sigue con sus 13, está muy en sus 15, y
todavla mejor, está parado en 35.
Otras frases hay que contienen alguna operación aritmética, v. g.,
lo hizo en un ~ por 3; lo cual es tan claro como 3 y 2 so·n 5.
Y ya metidos en camisa de 1l varas en un asunto como este) de
3 al 4, pasemos á los números más gordos, á las frases de millares y
millones, porque ya en el potro el lector, a.guardará los 500.
Las gracias y lo& beso~ no se conocen sino en paquetes de 1,000
de 1.000,000 de mil gracias, un millón de bellos, eso es loco-
rriente.
Pero donde más resalta el capricho del le~guaje es en la medida
del tiempo: el reloj de la ponderación señala sólo una hora: llegó á
las mil y quiuíentasl
Cualquier hijo de vecino salva en un día 1,000 dificultades, mien-
trl\s que el pobre poriodista gasta todo su tit::mpo tratando de vencer
una sola: la falta de suscritores.
Y después de pedir 1,000 excusas al lector y desearle 1,000 feli-
cidades y 100 años de vida .... nada en~ platos.
- 391 -

. INSTRUCCIÓN PÚBLICA.-Del último mensaje presentado por el señor


Presidente de la República ante el Congreso, entresacamos lo re-
ferente al estado de la Instrucción pública durante el año próximo
pasado.
" El Gobierno consagra preferente atención á todo lo que, con la
inatrucdón pública se relaciona, y me es satisfactorio deciros que,
ésta crece y se perfecciona constantemente en todo el territorio de
la Nación.
La instrucción superior suministrada por las dos Universidades
que el Erario Nacional sostiene, ha alcanzado un desenvolvimiento
verdaderamllnte plausible, como consecuencia de la atención empe-
ñosa qull los Consejo.s superiores y las Facultades consagran á la
enseñanza que dirijan, mejorando y completando los planes de es-
tudio, á la vez que ampliando los diversos elementos de que dis-
ponen para llenar su cometido.
Durante el año 1889, las dos Universidades tuvieron 963 alumnos
y expidieron 234 diplomas que corresponden, entre otras profesio-
nt~s, 81 á doctores en jurisprudencia, 85 á doctorf's en medicina y
11 á ingenieros civiles.
Funcionan en la República 16 Colegios Nacionales, los que tuvie-
ron en 1889 una inscripción de 2599 alumnos, empleando en su
servicio un cuerpo docente compuesto de 464 profesores.
Existen, distribuidas proporcionalmente entre la Capital y las pro-
vincias de la República, 36 Escuelas Normales, de las que 3 son
de profesores y las 33 restantes dll maestros de ambos sexos.
Estos establecimiento!! tuvieron en 1889 una inscripción de 12.024
alumnos, habiendo terminado durante dicho año sus estudios y re-
cibido sus respectivos diplomas 70 profesores, 349 maestros y 9 sub-
preceptores.
Las escuelas normales dan cada día resultados más halagüeños,
suministrando anualmente un número crecido de m.1.estros bien
preparados para la dirección de las f'scuelas primarias, que deben
á este valioso concurso el mejoramiento notable que han alcanza-
do.
Hemos tenido en la capital de la República, durante el año de
que me ocupo, 285 escuelas primarias, concurridas por 54.509 ni-
ños y dirijidas por 1,571 maestros.
En las provincias h11.n funcionado 2, 719 escuelas primarias concu-
rridas por 205,186 niños con un personal docente de 4,532 maes-
tros.
-392-

Re ·umiendo: durante el año ele 1889 ha habiJo en la República


3,042 escuelas primarias concunidas por 25D,695 niflos , con Ull pt•r-
sonal docente de de 6,103 maestros é instaladas en 2373 edificios
de los que 485 son de propiedad de la Nación ó de las provincias
y 1,888 de propiedad particular .
Relacionando estas cifras con las d91 año anteríor, resulta un au-
mento notable en todo lo que á. la instrucción primaria se refiere
y me es satisfactorio hacer constar que, tanto como el de la N a-
ción, los gobiernos de provincia dedican alto interés á cuanto se
liga con la educación popular, mejorando los planes de ensefíamm
levantando edificios adecuados, procurando la mayor idoneidad en
los maestros y haciendo sancionar leyes que crean rentas propias
para el sostén y crecimiento de Ja instrución primaria."
UN MAESTRO QUE RECLAMA SUS SUELDOS.-D. Esteban Pighetti, mae,stro
da escuela de la colonia "Esther" de Santa Fé, cansado d"l dirijir
notas á la inspección , ha resuelto reclamar sus haber~s al minis-
tro de instrucción pública de esa provinnia en los términos siguiente :
Excmo. Sr. ministro: Estéban Pighetti, ex-preceptor interino de
la escuela de la colonia "Esther" (sección 1n) con todo respeto ant.:
V. S. se presenta y expone:
1° Haber regenteado la escuela mixta de esta colonia desde se-
tiembre de 1888, hasta el 15 de Julio de 1889, (once meses); y
haber el 10 de Abril del 89, recibido el saldo hasta 1° de Marzo
solamente.
2• Que las varias solicitudes remitidas, solicitando el abono de
los otros cinco meses fueron encarpetadas, sin contestarlas por cuya
causa el 15 de Junio rresentó á otro preceptor el salón de es-
cuela, y el 20 sucesivo, presentó su renuncia, sin haber recibido
ni destitución. ni órden ninguna basta hoy.
3o Que desde Marzo basta Julio del 89, nadie regentea dicha
escuela sinó el que s uscribe y con satisfacción del vecindario, como
consta de la solicituJ enviada el 8 de Julio al Consejo con 50
firmas.
4o Que en los once meses sostuvo el gas to de franqueo, tinta
y papel, etc., lo que imporh un gasto de diez pesos m¡n.
5o Finalmente, que no habiendo mediado dest.itución, ni falta al-
guna, cree tener derecho al sueldo que le asigna el presupuesto
desde el día qne ocupó la escuela, basta el día de ~u renuncia;
por lo tanto se le adeudan cinco meses de sueldo (350 pesos), más
el fra-nqueo de conespondencia y útiles de cancillería de once meses .
EL solicitante confía en la honradez del Sr. ministro, para oh·
tener por su intermedio el saldo de sus sueldos y el honor de al-
guna contestación. Es justicia.-EstébanPighetti.
-393-

EFECTOS DE LOS VESTlDOS APRXTADOS . -Hoy que las ideas racionales


referentes al ?estir han adquirido un lugar preferido en la estima-
ción del público, podría creerse que los corsés apretados y otras
costumbres por el estilo, no son lo que eran. Un caso de muerte
repentina ocurrido en Birmingham pmeba que aun n0 es tiempo
de complacerse en tan halaglieñas ideas. La difunta, una jóven
sirvienta, era de temperament > excitable, murió repentinamente du-
durante un ataque epiléptico, y la evidencia encontr~~oda ante el juez
instructor relativa á las causas 'l_Ue la originaron, at.ribuyó la muerte
á la asfixia, debido en gran parte á que tanto el cuello, como la
cintm:a estaban comprimidos por los vestidos, el cuello por estrecho
y ríjido cuello, y el talle por un cinturón que usaba debajo del
corsé. Encontrándose reunidas precisamente las condiciones más fa-
tales y de la~ que debían esperarse los resulta.dos de un ataque con -
vulsivo. No contiene el cuerpo órgano alguno cuya libertad de
movimiento sea tau importame en tales condiciones como el cora-
zón . Y aquí t>ncontramos por una parte que su movímiento está
cohibido por un apretado cinto, colocado de tal modo que era difícil
aflojarlo en un momento crítico; por otra parte, un estorbo admira-
blemente adaptado para permitir el paso de la sangre al cerebro
impidiendo á la vez su vuelta. Este no es un caso aislado en cuanto
á sus condiciones esenciales, aunque felizmente algo singular en
su terminación. Asfixia en menor grado que en el caso referido
tenemos como ocurrencia común entre muchas de las hijas de la
vanidad que se complacen en martirizarse á si mismas.
El corsé apretado y el taco alto tienen que hacer su obra de
maldad en el cuerpo de las devotas de la moda que las usan. El
bnen gusto y la razón se auuan para desprest.i giarlas y no ente-
ramente sin Pxito. Sin embargo el mal persiste. Casos como el
presente deben contribuir á hacer ver más claro á las adoradoras
de si mismas que sin prudencia tratan por tR.les medios de alcan-
zar una elegancia enfermiza. Desearíamos convencer á todas las d.-,
esa clase que la hermosura es imposible sin salud, y !es aconse-
jamos en nombre del buen gusto, tanto como en el de la comodidad
que eviten esos métodos de contorción, uno y todos, por los cua-
les sólo se consigue parodiar la Elegancia, y la salud puede ser
dañada de m oJo doloroso y perm~nente.
UN NlJEVO SISTEMA DE LECTUIM.. - El barón. de Macahubas que con tanto
afán se viene dedicando desde Lace tiempo á la enseñanza en el
Brasil, acaba de fundar en el Liceo Literario portugués, ele Rio de
Janeiro, una série de conferencias en que explica un nuevo méto-
do de lectura ideado por él.
394-

En las últimas fechas á que alcanzan los diarios brasileros re-


cibidos, había probado ante un número no escaso de personas, que
en ocho días podía hacer leer á individuos completamente analfa-
betos.
Asistían á la confererlr.ia varios miembros de la prensa de Rio
que se declararon altamente satisfechos, y aseguran que no son
arriesgados los juicios más entusiastas sobre el nuevo método del
barón de Macahubas.
Desde ya esperamos con ansia conocer este nuevo método sobre
el que se cuentan marav1llas y que ha de causar una verdadera
reacción en el magisterio.
MAPA HISTÓRICO DEL DR. MoNTES. -Publicamos á contin nación una
carta del general Bartolomé Mitre dirijida al Dr. Victoriano Mon-
tes, en que expresa su juicio respecto al "Mapa histórico·' publi-
cado por el distinguido edncaciomsta.
"Sr. Dr. Vitoriano E. Mc,ntes-Estimado señor: Agradezco á Vd. los
dos primeros cuadros de su "Mapa Histórico de la República Argentina,
que ha tenido la bondad de enviarme, y que conservaré en mi biblioteca
americana como un documento precioso para la enseñanza de la histo-
ria patria según un nuevo método.
Aplicando y adoptando juiciosamente los preceptos de la educación
por medio de los objetos, Vd. ha creado en cierto modo un método pin-
toresco para la enseñanza de la historia patria, presentando en t'l órden
cronológico las imágenes y las escenas memorables del grabado, que
entran por los ojos y se graban ordenadamente en la memoria.
Mi opinión respecto de su obra, la conoce V d. ya y es la misma que to-
da la prensa ha formulado haciendo la debida justicia á su trabajo. Hoy
en presencia de las muestras qu~ abonan su obra, no tengo sino que
confirmar una vez más mi juicio á su respe,:to, felicitándole por su pu-
blicación y deseándole el merecido éxito.
Con este motivo me es agradable suscribirme de V d. su afectísimo
amigo y S. S.-B. Mitre''.
Los NERVIOS DE LOS CHlNOS. - Un médico alemán residente en Pekín,
asegura que el carácter principal que distingue á los chinos de las de-
más razas, consiste en la impasibilidad de su temperamento.
El chino puede trabajar, escribir durante todo el día, estar siempre
sentado en la misma postura sin fatigarse y proseguir continuamente la
misma tarea sin perder jamás su sangre fría.
El chino vive como una máquina, que una vez en movimiento no se
detiene nunca.
Este carácter distintivo de los hijos del Celeste Imperio, se muestra en
en ellos desde su infancia.
En China no hay muchachos traviesos. Permanecen sentados todo el
-395-

día, sin armar ruido, sin divertirse ni jugar. ¡Dichosos los maestros que
han de lidiar con semejantes discipnlns!
Un chino duerme perfectamente en cualquier parte, sin que le perju-
dique el estruendo de las máquinas, ni los gritos de los niños, ni el cla-
moreo de los adultus.
Duermen sin interrupción, lo mismo en su cama que en el suelo.
En una palabra: los chinos no tienen nervios, ó mejor dicho, desco-
nocen la enfermedad moderna de los européos: la neurosis.
¡Dichosos ellos!
LA ENSEÑANZA AGRÍCoLA . -De una correspondencia dirijida desde Ma-
drid por el Sr. Enrique Ortega, á La Prensa de esta CaFital, transCJ·ibi-
mos lo siguiente.
((La enseñanza agrícola elemental, dada en las escuelas primarias, es
principio apatlrinado por el Congreso pedagógico celebrado en París y
que se trata de aplicar en España, con muy buen acuerdo.
Es claro que no se trata de hacer agricultores en esos primeros años:
pero completando el pensamiento de Froebel, conviene dar á los niño!>
de seis á trece años y por los medios escolares, el gusto de las cosas
agrícolas y el espíritu de observación que les ponga en aptitud de com-
prender lo que sobre ese tema escriben los vulgarizadores de la
ciencia.
En la escuela superior debe la enseñanza agrícola tomar desenvolvi-
miento mayor, estableciéndose curso especial de agricultura con mani-
pulaciones y ejercicios prácticos en la huerta y en el campo de experi-
mentación.
Y en la N ormH.l seria el curso de agricultura de la extensión necesaria
para poderle á su vez dictar y enseñar prácticamente en las escuelas ele-
mentales y superiores.
Por si no recuerdan ustedes las conclusiones á que se llegó en el Con-
greso pedagógico las reproduciré en seguida:
¡a La enseñanza agrícola de la escuela primaria, auxiliada con fre-
cuencia por las lecciones, trabajos personales (deberes), lecturas, y, so-
bre todo, por ol museo, la huerta y los paseos escolares, se apoyará es-
pecialmente sobre experiencias sencillas relativas al desanollo <le los
vegetales.
2a En la escuela primaria superict·, el curso especial de agricultura y
las demostraciones en el campo de expedmentación, seran particular-
mente apropiadas á las necesidades locales y regionales.
3a Eu la escuela normal, los alumnos serán puestos en estado de dar
la enseíianza agricola en las condiciones enunciadas en los dos párrafos
precedentes.
Como en la República Argentina ha tomado la agricultura el alto
vuelo á que le dán jnsto dert che• sus inmensos y fértiles campos, esa
- 390-

enseñanza despertaría muchas aficiones y llevaría un Luen contingente


al cultivo, apropiado, científico y como tal, más productivo que el ruti-
nario é inconsciente.
Por aquí también los necesitamos y no hay -para que decir que su es-
tablecimiento tropieza con dificultado¡, no pequeñas, porque dado el p¡:o-
grama de materias actual, no quedan en verdad muchos huecos para
introducir otras sin rebajar ó disminuir las antiguas.
Es sabido que toda innovación cuesta grandes esfuerzos llevarla á cabo
por buen? y útil que ella sea.
Pero no h:!.y más remedio que preparar para los cambios radicales á
la generación que nace, porque la que está en activo servicio es muy di-
ficil de convencer".
CENTRO UNIÓN NoRMALISTA.-En la sesión que tuvo lugar el29 de Ma-
yo ppdo. procediose á la elección de los mienbros de la Comisión Direc-
tiva, que deben reemplazar á los de igual categoría, que según el Regla-
mento habían cesado en sus funciones. La elección, por mayoría de
voto!', recayó en los siguientes señores: Presidente: Sr . Tomá.; Piñero¡
Secretario: Sr. Felipe Sanchez Mendoza; Tesorero: Sr. Emilio R. Olivé y
Vocal: Sr. Luís Suarez.
En la misma sesión dióse lectura, por el socio Sr. Pa.blo .A.. Pizzurno,
de una carta del Sr. Gabrielli que abunda en frases encomiásticas para el
Centro. Daremos su traducción en uno de los próximos números de
esta Revista.
Los Sres. Aubín y Olivé, por razones particulares, present!i.ron su
renuncia del cargo de redactores de la Revista, la que les fue aceptada,
dejando para otra sesión el nombramiento de las personas que les han
de reemplazar .
El Presidente saliente Sr . Luis Suarez, dió lectura á la Memoria rtl-
glamentaria dando cuenta. del estado de la Sociedad y de los actos rea ·
Hzadas durante su período.
D.,bemos un vot.o de gracias al Sr. Suarez por sus trabaj0s en vro del
Centro Union Normalista y deseamos que el nuevo Presidente sepa lle-
varle siempre adelante.
SuscRtTORES ll.OROsos.-Agradeceríamo5 á las personas que tienen cuen-
tas pendientes con la Administ.ración de 1:, Revista, que lal" saldaran á
la. brevedad posible para poder así regularizar SLl aparición meusual.
lNDlCE.-Eu uno de los números próximos iuclu!remos t~l Indice corrtls ·
po 11 dien~e
al año Il de la Revista. La !'alta de espacio nos impide ha-
cerlo hoy.
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÚRGANO DEL CENTRO UNIÚN NORMALISTA

Año III Julio 1890 Núm. XXIII


O!HI>CTOR:
E~J:LJ:O :E.. OL::t""'7É

AVISO IMPORTANTE

En lo sucesivo toda la correspondencia, cange


y reclamos referentes d la '• REVISTA PEDA-
GÓGICA ARGElvTINA" diríjanse á la calle Ro-
drir¡uez Peña número 7 47.

= QQ"iiiiiií - -- -

El ccCentrc• Unión Normalista» acaba de reformar sus Estatutos;


la reforma esencial consiste en que en adelante podl'án formar parte
de dicha Asociación todos los maestros y profesores graduado s en
las Escuelas Normales de la Repúblic&.
No creemo~ necesarill insistir en las razones muy bien fundadas
en que se apoyó la Comisión Directiva para proponer á la Asamblea
dicha refor·ma; sólo quer·• os decir que la idea es muy pls.nsible y
que si el cc Centl'o Unión Normali ;ta)> llevó a cabo tan benéficas re-
formas en la educación duraute sus pocos años de existencia y con un
número limitado de asociados, es de esperar que en lo sucesivo, con-
tando en su seno á maestros y profesores de toda la República, pueda

1
-398-

katar y discutir de una manera más general y con mayor conoci-


miento de causa, los grandes problemas que se ofrecen aún hoy en
día á los educadores de la Argentina.
Es de esperar, pues, que olvidando diferencias de escuela, se unan
t0dos los normalistas de la Rtlpública en estrecho y amistoso lazo
para tl'a.bajar, aunando todos sus esfuerzos, en pró del mejoramien-
to y adelanto de la educación del pueblo.
¡L'unión ('ait la ('orce/

*
* *
No somos de aquellos que suponen que ,¡J maeetro ha de tener
una coustisución física incapáz de alterarse y de verse libre de las
enfermedades que asedian á la pobre humanidad, pero tampoco po-
demos creer en muchos casos de en('ermedad por conveniencia que
tanto perjudican á la enseñanza.
Pensando P-n estos abusos se nos ocurr~ preguntar: te! Cuerpo
Médico Escolar no podría cortarlos de una vez para siempre?
A nuestro parecer, creemos que sí.
En vez de aceptar el certificado médico que presenta el interesado
á dicha corporación, y qu~ tan fácil es de conseguir sin haber estado
enfermo ni una hora, creémos más acertado exigir de cada Director
de escuela un aviso de la falta del maestro que le haya comunicado
hallarse enfermo para que á su vez el Cuerpo Médico envíe á su do-
micilio á nno de sus empleados para cerciorarse y hacer constar que
realmente es la enfermedad a ó b la que le imposibilita de asistir á
clase.
Desearíamos que esta corporación dependiente del Consejo Na-
cional de Educación, tomara al respecto alguna medida como la que
apuntamos ú otra cualquiera que hiciera desaparecer de nuestras
escuelas los enfermos de pereza.

*
* *
Digna de aplauso es la nota pasada por el Consejo Nacional de
Educación á la Inspección Técnica. Por ella se trata de cortar para
siempre ciel'bs abusos ir.justificables que hasta ahora se venían co-
metiendo en algunaR escuelas, especialmente en las de niñas, exi-
giendo á las alnmnas trajes más ú meno,¡ lujosos, útiles supérfluos
y costosos y hasta cuadernos cuyas tapas tuvieran el mismo color.
Esas exigencias son completamente absurdas y ridículas en un
país como el nuestro, esencialmente democrático, y son hasta con-
trarias á la Ley y á toda idea de economía y orden.
Bueno es que se acostumbre á la mujer argentina, desde niña á
la humildad y á la modestia y no á la. vanidad, al lujo y al orgullo
que conducen á la fa.milia y á la sociedad por el camino de la des-
mor&lización.

I.

El maestro de escuela ha vivido tan olvidado de las sociedades; se


le ha supuesto rueda tan pobre y sencilla en el mecanismo de la vida
pública de las naciones, que no es sorprendente el no hallar en nill-
gún tratado de Literatura una sola palabra referente á la oratoria
y elocuencia didáctica ó escolar.
Y téngase entendido que no pretendemos refer·irnos, al decir esto,
i los altos maestros ó catedráticos, sino á los profesores de Instruc-
ción pública en general, es decir, á lo que más pt•opiamente se en,-
tiende por maestros de escuela.
En las mismas obl'as de Pedagogía, aun en las de eximios autores,
es punto el de que ahora tratamos que no se halla cuestionado ni
indicado siquiera; y no obstante esta omisión, á pO()O que se medite,
se comprenderá la importancia suma que ha de tener en la enseñanza
!a circunstancia de que el profesor· sea hombre de palabra fácil,
correcta, de varias inteligentes inflexiones, capáz de llevar la con-
moción al ánimo de los tiemos oyentes, y sobre todo hábil en e¡
artificio ó secreto de penetrar, para diafa.niz3.rlas, en las enmaraña-
das definiciones y explicaciones que dán los niños y de condncir el
pensamiento de éstos, como en lo material se conduce al ciego de la
mano, hasta que la verdad, la bondad y la belleza, brillen como so-
les á los ojos infantiles y con su calor hagan brota¡• ea sus espíritus
los rayos del sentimiento y de la intelige1wia.
Las elevadisimas funciones que ejerce el maestro, lo colocan en
el caso preciso Je ser un constant.e orador cualquiera, sino un ora-
-400-

dor especial, el más laborioso y práctico de los artífices de la pala-


bra, el orador de los oradores, eomo que tiene que dir·igirse é impo-
nerse constantemente u) auditorio de )a · pequeñas iotelitJ>eocia.s, que
es, de sflguro, el más dificil de contener, de emocionar, de persuadir,
el qne ofrece más resistencias á recibir los dones de la instrucción
y de la sabidul'ia, como qu J el niño es, por su propia doble natura-
leza fisiológica, inatento y voluble, olvidadi~o y tardo en compren-
der y asimilarae las nociones que se desea penetren en su mente.
No se ha detenido bi~n la consideración en la suma de recursos
orales que ha de poseer el maestro para poder llenar ventajosamente
su espino o ministerio. Y por ello es que entt·e las cualidades inte-
lectuales que debe reunir, no se hace co'!star la de que venirnos tra-
tando. Más es inconcuso que así vervigracia, como hay oratoria y
elocuencia forense ó militar, eclesiástica ó del púlpito, etc. y para
todas ellas se exige una debida preparación, hay también elocuen-
cia escolar y 3eria conveniente por extremo el incluirla fln los cursos
de Pedagogía, para sn conocimiento ó estudio.
El arte ó iac:ienria de educar, es decir de desarrollar armónica-
mente las divenas facult-tdes del hombre, es más difícil y complexa
de lu que~- primera vista parece á las personas no versadas en lns
cuestiones pedagógicas. En esa obra grandiosa de formar, de e cons-
truir es[Jíritns», según la gráfica expresión de un poeta excelso, el
principal agente no es, como sucedía en los viejos sistemas Ascolás-
ücos, el texto, ni tampoco la memo1'ia de los niños: es el maestro,
es la palabra del maestro.
Sí : la palabr·a del maestro es el verbo de la sintásis ó construcción
espiritual; es el verbo de la redención que se verifica en la escuela;
es el vet·bo que calienta y fecunda las alma~ de loe: jóvenes alumnos;
y por lo tanto, todo lo que tienda á perfeccionar el magnifico instru-
mento de su palabra, reviste necesariamente alta importancia y me-
rece cuidado y atención en lo Pedagogía militante.
El maestro que posee fundamentalmente los conocimientos que
trata de impartir; que domina la materia ó leceión en cuya atCége-
sis se ocupa; que sabtl A ciencia cierta lo que debe decir, ni más ni
ménos; que cono<:e á fondo el estado de desarrollo ó adelantamiento
en que se hallan sus educandos; que siente la fuerza moral que na-
turalmente impone y subyuga; el maestro que es practico en el arte
de interrogar, de presentar los conocimientos, de hacer que los niños
los induzcan en virtud de su propia labor; el maestro que aprove-
-401-

cha las oportunidades para mover á sus oyentes y llevarlo11 á la


realización de los nobles ideales de la escuela moderna, ose es el
verdadero adalid de la Pedagogía; ese fácilmentil se inspira, habla lo
que debe y puede llegar á ser, sin extraordinario esfuerzo, un elo-
cuente orador escolar.
RODOLFO MENÉNDE:G,

MENOS liBRO f MAS OBSERVACIÓN.

Es un principio admitido y reconocido w absoluto por peda-


gogistas y pedagogos, que para educar al niño es indispensable
conocer bien las leyP.s, en vir·tud de las cuales se desenvuelve, J
las reglas que de estas leyes se deducen. 1o nos detendremo!';,

pues, en repetir una vuz más la necesidad en que se encuentra


todo el que de buen Maestro desea adquiri1· fama, de estudiar y
conocer á fondo todas y cada una de las diversas facultades hu-
manas y los medio que ha de e.nplear para el mejor desat•rollo y
más aceJ•tada dirección de estas facultades.
Pero ¿dónde se hace este estudio? Por regla general en Manua-
les que contienen sencillísimas y casi siempre incompletas nocio-
nes antropológicas. Conce<lamos más. Concedamos que todos los
Maestros adquieran este conocimi1mto en obras verdaderamente
pedagógicas en que se describe y estudia con alguna detención y
minuciosidad al sér humano en su parte física y psíquica. La na-
turalP,za de cada una de sus facultades, sus modos de manifestarse
los caracteres que acompañan á cada una de las fases de su de-
senvolvimiento, los !uidados que exígen en cada uno de los diver-
sos periodos de la vida y hasta las principales diferencias que en
lo físico como en lo psíquico, en lo intelectual como en lo moral,
se ob::;ervan dentro de la unidad de la especie.
¿Es esto bastante para los fines del educador? No, y mil veces
no . Los tratados más completos, aún aqP.IIos que además de es-
tudiar la naturaleza humana en el hombre ya formado la estudian
y analizan, en el niño que no lo esta, no pueden hacer otra cosa
40:!-

c¡ue presentar observaciones, fijar principios y deducir reglas


que hagan referencia á la especie toda, no á cada individuo en par-
ticular, porque esto es imposible. Y lo qu'e necesita el educador
no es solo conocer al hombre ó al hombre-niño en general, sino
también y muy principalmente a cada individuo en particular. Ha
de estudiar, pu es, el carácter de cada uno de lo; niños ~ue están
bajo su cuidado, su vocación, sus peculiares aptitudes; en suma,
ese conjunto de detalles, caracteres ó manifestacion es que, aún
dentt·o de la común especie, hacen que cada individuo se diferen-
cie de todos los otros; diferencia individual que en lo f!sico se nos
presenta por modo tan palpable en la fisonomía.
Porque ello es indudable. Según sea el ¡aráctet' de cada niño,
según predomine tal 6 cual facultad, según seá el temperamento,
segú~ la idiosincracia, así debe ser el plan de educación y de ense-
ñanza que se trace el Maestro para cada niño en particular, dentro
tlel general de la Escuela común á todos los niños.
Ahora bien. Sentado ya que este estudio individual no puede ha-
cerse en los libros,y que hasta el gederalde la especie es deficiente
en ellos, claro está que no queda al Maestro ctro medio para ad-
quirir dicho conocimiento que la observación directa, constante y
rl\cional sobre los niños cuya educación tenga á su cargo. Obser-
vémosles, pues, durante las horas de clase, y ellos nos pondrán
de manifiesto la finura y torpeza de la vista y del oído; la destre-
za ó torpeza de la mano, lo tenáz y fugáz de su memoria; su
carácter atento ó distraido; la viveza 6 nulidad de su imaginación:
lo exento ó erróneo de sus juicios y la fuerza de sus raciocinios,
la mayor 6 menor facilidad con que se habitúan al trabajo '1 á la
obediencia, su carácter laborioso 0 negligencia, su •lspecial apti-
tud para las matemáticas ó para el dibujo, para los estudios lite-
rarios ó para los filosóficos, para la industria 6 para el comercio,
para la botánica ó para la física ..•. Observémosles durante las
horas de recreo, y ellos nos pondrán de manifiesto, si son humil-
des ó soberbios, de carácter dulce ó áspero, alegres y expansivos
6 taciturnos y t•eservados; si son pacíficos 6 pendencieros, bené-
volos 6 tiranos, compasivos 6 crueles, tercos ó razonables, pundo-
norosos ó indiCerentes. Observémosles durante la comida y sus
actos nos diran si son glotones ó templados, si son avaros ó son
pródigos, si son envidiosos 6 cat·itativos. . • . En una palabra,
observémosles á todas horas y en los diversos empleos de su ac-
-403-

tividad, y esta observación discreta y bien dit·ijida nos suministt-ará


el conocimi ,mto indispensable para l'<:lSolver con fruto el comple-
xo y dificilísimo problAroa de la educación de la uiñ cz.
EMILIO GoNZALEZ.

ENSEÑANZA DE LA GRUIATICA.

Ert·or de graves consecuencias en nuestro sistema de enseñanza,


es el pretender que Jos alumnos se fatiguen con el aprendizaje de la
gramática, antes de haberse enterado del vocabulario, ejercitando
suficientemente en la conversación y escritura y acostumbt•ado a la
armoniaé índole peculiar de esa lengu<'..
Los métodos más conmunmente aceptados en los pueblos má s
.,. cultos para la ensei'lanza de los idiomas, no se recomiendan por la
a
importancia que ~us autores den las reglas gramaticales; ánteJ>
sus resultado¡.: satisfactorios se debec. cabalmente á la mucha prác-
tica del idioma á que obligan al alumno, y á la moderada y econó-
mica admonición preceptiva.
Cualesquiera otros métodos que no sepan reducir el precepto á la
práctica, que no acostumbren gradualmente al que estudia á usar
con toda prontitud de las palabras que necesita para producir su
discurso; que no enseñen progresivamente el vocabulario; que no
le hagan adquirir poco á poco el gusto acendrado de la buena elo-
cuencia en Jos autores clásicos de la lengua que aprende, ni le
ayuden á irse apropiando á su incipiente estilo todo el caudal de
elegancias, giros especiales, fr:J.ses selectas y expresivos modismos
que constituyen el lenguaje rico, abundante, fácil, florido y correc-
to de los escritores más nimiamente pulcros; tales métodos, repito,
llámense gramáticas, ó cursos de lenguas, 6 como se llamaren,. no
ensei'ian á e.xp1·esar el pensamiento ni á hablar ningún idioma, ni
instruyen en nac;la al que préviamente no ha ejercitado la conver-
sación y la escritura de la lengua, cuya crítica es la gramática, ni
sirven más que para hacer pedantes.
Yo quiero suponer que un alumno se ha metido en la cabeza los
ejemplos de las tres especies de declinaciones en la lengua griega,
con todas sus variedades, según las diversas terminaciones de los
-404-

nombres y los diversos génet•os á que respectivamente pertenecen;


que sabe poner los sustantivos y adjetivos en el caso que se le pidn
de cualquiera de las tres números, y concertarlos señalando sin
equivocarse el génuro que corresp:>nde á cada uno conforme su ter-
minación ó su significado (si lo sabe el alumno, por supuesto); que
forma sencillamente oraciones, dándoles el sujeto, verbo, predicado
y los complementos indirectos, y que pone el v~rbo, art•eglándole
á la pauta de conjugación indicada en la gramática, en el número,
persona y tiempo que le corresponde en cualq uicra de los seis modos
y de las tres voces; qud sabe enlazar y unir las oraciones por medio
de las partículas conjuntivas, y regir y construir los nnmbres y
verbos co:1 las pPepusiciones que adecuadamente requieren, y for-
mar los comparativos y superlativos, y leer en voz alta una cantidad
comenzando por las unidades y siguiendo por las decenas y centenas
hasta los millares de millones; que lee de cot•rido, .V aún pronun ·
ciando las sílabas con su propio acento y cantidad, cualquier trozo
dl:l J enofonte ó de Tucidedes, sin comprenderlo, se entiende; que se
trae finalmente in unguibus toda la gramátir.a de Pessoneaux, ó la
de Ortega> 6 la qua sea: este alumno, pregunto, asabe la lengua
griega1 aPodrá poner en grieg•> lo que se le ocurra en castellano, si
es que habla esta lengua~ Ya ~é que nadie apl'ende ahora el griego
:1.ntiguo para hablarlo, y que seria un loco de atar quien tal se pro-
pusiese; pero, ¿sabría nuestro alumno traducir siquiera del griego
al español, y entender los autores clásicos, y manejaré imitar su
estilo en castellano, como quien conocÍl de veras un idioma extraño
y halla el modo de sacar partido de sns escritores~ No, evidente-
mente: lo que sabe nuestro esco,lar es put·a gramática; y la práctica
de traducir y escribir no es la gramática ni el uso contín uo del Dic-
cionario es la gramática, ni las obras de Homero, de Demóstenes y
de Plutarco son la gramática, y esto es lo único que se aprendió al
pobre discípulo, es decir, lo que ménos le hacia falta no sabiendo la
lengua.
Dicho se está que el arte de entender lo que está escrito en idio-
ma extraño, y de vertirlo correctamente en el propio, 6 lo que es lo
mismo, el arte de traducir; y el arte de comunicar á los demás
nuestros pen~amientos por medio de la palabra pronunciada 6 es-
crita en determinada lengua, esto es, el arte de hablar alguna; y el
arte de expresar nuestros pensamientos de modo que produzcan en
nuestros oyentes 6 lectores el deleite, persuación 6 instrucción que
nos proponemos lo mismo en español, que en inglés y en chino,
405-

independientemente de lengua algnna determinada, ó lo que !!e


llama bella literatura ó retórica ó arte de hablm·, como genérica-
mente tituló Hermosilla su tratado; y el arte de conocer el valor do
las partes de la oración invariables, declinables y conjugables en
una lengua dada, de enlazarlas conforme las reglas de construcción
y régimen y de pronunciarla'! y escribirlas según lo preceptúan la
prosodia y ortografía, 6 pa1·a hablar más claro, el arte de la gramá-
tica, son cun.tro conocimientos dilüintos entre sí, aunque todos ten-
gan por objeto el uso, cultivu y perfeccionamiento de la palabra.
Es deci1·, que bien pued3 alguno llegar á traducir per·fectamsnte
de una lengua á otra, y hasta ser profundo en ambas, sin habla.r
ninguna de las dos; ó bien hablar alguna .~on cierta corrección, con-
vet•sar en ella fecunda, rápida y agradablemente, y hasta pqseer un
"lstilo nada vulgar ni desc ~: idado, sin saber brizna de gramática; y
puede por último, haber alguien aprendido y aún escrito mucha
gramática, y hasta ser eminl:lnte en gramática, sin tener un pelo de
literato.
No tiene remedio. Puede ·sucederle, y es harto común, al que se
empeña en aprender una lengua por gramática, quedarse sin saber
de la lengua que estudia, más que antes de haberse aprendido la
gramática, y aún puede ser que se quede sin esta última, cuyo cono·
cimiento presupone f.ljercícios y hábitos que no enseña la gramática,
y que nada aprovecha si éstos faltaron.
Y asl como quien est11dió gramática s0lamente, no sabe hablar la
lengua cuya es la gramática, de la propia manera acontece que
quien nunca leyó la gramática escriba y hable perfectamente bien
una lengua, y aún es posible que componga obras admirables, en
las cuales no se sabe qué echar más de menos, si la gramática, quJ
casi siempre se corre de verse en una esmerada obra de arte, y
cuando no se corre, hace antes por que se ausente la belleza; ó la
incorrección enojosa, que ordinariamente se aleja de las obras de
gran merito, por desaliñado que sea su estilo en lo que vé á sutilezas
y ápices gramaticales. Yo no sé de ningún autor famoso como poe-
ta, escritor y artista, que fuese ui mediano gramático.
Y no es que yo niegue la importancia de la gramática en los es-
tudios del escritor: me opongo á los que pretenden que con sólo
ese conocimiento basta para hablar bien: s:endo asi que esto se ob-
tiene mejor y más seguramente con la frecuente y atenta lectura de
buenos modelos.
J. M. BA.Rkios oe Los R10s.
-406-

HIGIENE ESPECIAL DE LA LECTURA.

A este respecto lo primero que debe procurar el maestro es que


cuando los niños lean de pié, no se prolongue mucho el ejercicio, y
además que coloquen el libro al alcance d':l la vista y lo sostengan
con las manos flojas y convenientemente inclinado, á una distancia
de treinta centímetros cerca de los ojos. Sí están ~entados, se ten
drá el libro de la misma manera; los antebrazos se apoyarán en el
borde de la mesa de modo que los codos queden fuera, y sin que
t.oque a ella el pecho, y no deberá encorvarse el cuerpo, el cual se
mantendrá. á plomo ( tl! tronco vertical ) y la cabeza. derecha, no per-
mitiéndose á los niños que crucen las piernas.
Es una cos~umbre muy común en los niños la. de mojarse los de-
dos con saliva para volver las hojas del libro en que leen: la higiene
y la urbanidad aconseja que se prohiba semejante costumbre.
Conviene que el maestro tenga en cuenta, además de las que
acaban de apuntarse, las siguientes observaciones que hallamos en
un trabajo que versa sobre «Higiene de la lectura.»
«Para leer sin fatigarse es necesariv conocer las causas especiales
que hacen fatigosa la lectura. Duran ti:\ el día, mil objetos pasan al
alcance de nuestra vists; paisajes variados y movibles panoramas
impresionan nuestros ojos, y sin embargo, al fin del dia la vista no
siente la menor fatiga, con tal de que no se haya leído ó escrito mu-
cho, 6 trabajado en cosas diminutas: es que la visión de los objetos
lejanos hace descansar la vista, en vez de fatigarla.
«En 'cambio se siente bastante malestar cuando se fija la atención
durante mucho tiempo en los objetos pequeños, y especialmente en
lo impreso.
((Se producen, en efecto, en este caso lo que se llaman imdgenes
accidentales, como es bien facil notar mirando con fijeza durante
cinco 6 cleis segundos bandas blancas trazadas en un fondo negro;
si se cierran los ojos en seguida, parece que se ven aún las bandas,
sólo que las blancas se presentan negras, y las negras aparecen
blancas.
((Cuando se lee son afectadas siempre las mismas porciones de la
retina por el blanco de los espacios interlineales. Esto proviene Je
que las palabras se adivinan antes de leerlas, á causa de los acciden-
tes superiores de las letras.
-407-

«Comprúebase esta verdad cubriendo la mitad superior de una


línea de impreso: las palabras no pueden entonces descifrarse; al
contr&rio, se leen con facilidad cuando se cubre la mitad infe-
rior.
«Nada wás pernicioso que la formación de las imágenes acciden-
tales. Por estudiar prolíjamente la persistencia de la impresión en
la retina, Newton padeció durante algún tiempo una completa ce-
guera, y el ilustre fisicn belga, el Sr. Plantean, perdió irremisible-
mente la vista.
«Para disminuir la intensidad de las imágenes accidentales con-
viene no leer mucho tiempo seguido. Debe suspenderse la lectura
cada cuarto de hora; y descansar un buen rato, que nunca vendrá
mal para meditar sobre lo que se acaba de lder.
«Debe evitarse también el leer estando acostado, siendo, sobre
todo, pernicioso el hábito de tener durante la lectura, la cabeza
como incrustada en la almohada.
«Otra causa de fatiga inherente á la lectura es el contraste abso-
luto del negro sobre el blanco. De aquí que sea conveniente á la
vista la impresión en el papel algo moreno. Se ha probado también
que, en igualdad de condiciones, la facilidad con q11e un impreso
puede leerse, no depende de ·¡a altura de las letras, sinó de su lati-
tud, ó sea de su anchura. Caracteres impresos con el cuerpo cinco,
pueden leerse mucho más fácilmente qne otros del cuerpo
seis, siempre que los primeros sean más an:::hos que los segundos.
«Causa á veces extrañeza que mientras un trabajo de di~z ó doce
horas durante el día fatiga poco la vista, dos horas de atención du-
rante la noche determinan ya gran sensación de cansancio en el
órgano de la visión; y sin embargo, esto no tiene nada de extraño,
porque la luz artificial difiere mucho, en su composición espectral,
de la luz del día.
«Por otra parte la diferencia de intensidad es tanta, que al traba-
jar con la luz artificial es menester d~latar mucho la pupila, cosa
que ejecutamos fácilmente sin darnos cuenta de ello, pero en lo que
se exageran las imperfecciones ópticas, y se provocan alteraciones
más ó menos profundas en el órgano de la visión.»
Para terminar recomendaremos al maestro la conveniencia de es-
forza.rse por conseguir que los niños lean siempre con su natural
timbre de voz, ea decir, como hablan y no como gritan ó cantan, y
-408-

que adquieran una voz clara, distinta, normal y natural, á cuyo
efecto no debe olvidar que con la lectura propiamente dicha, deben
alternar ejercicios de fonética.

CARTA ABIERTA.

DE UN MAESTRO DE AQUÍ Á UN MAESTRO DE ALLÁ .

Mi q,u1Jrido Cárlos:

¡,Cómo~ ¡,tan pronto empieznn á desvanecarse tus ri~neñas ilusio-


nes, forjadas muchas de ellas desde un banco de la Escuela Nor-
rnal1 .... ¡,Qué tu vocación decidida está á punto de peligrar~ ....
¡,Y por qué~ ....
Porque unos cuantos muchachitos traviesos, á quienes tú calificas
de demonios, llegan á agotar tu paciencia!
Perdona mi franqueza ,y t'l diré, que á mi parecer, no procedes de
una manera corrocta; si tus alumnos no son atentos; si muchos de ellos
son ravoltosos y la mayor parte poco amigos de dedicarse con empeño
á las tarea de la clase ¡,quién crées que tiene la culpa9 . . ..
Tú, y nadie más que tu.
No pongas mal gesto antes de concluir la lectura de la presente,
[Jorque si luego reflexionas con calma me darás la razón.
Al hacerte cargo de la escuela que diriges, ¡,trataste de estudiar
detenid&.mente el carácter de tus nuevos al u m nos9 ¡,te impusiste de
las costumbres ó irregularidades que en la escuela antes subsistian1
¡,hiciste lo posible para insinuarte en el ánimo de tus discípulos y
conseguir de ellos el respeto.. y la estimación indispensables~
Ya me parece oír que algo de eso descuidaste. Y .:órno quieres,
pues, así, sin tomarto empeño, sin interesarte verdaderamente por
conocer el ter:eno en e~ que vas á sembrar, como quieres. repito,
recoger buenos frutos9
&Tu el ase no está disciplinada, tus alumnos no atienden, son poco
lab{}riosos9 Pues- bien, lejos dl3 agotar tu paciencia en esfuerzos in ti-
-409-

tile&, y de gastar tu laringe en voces y gritos desaforad0s. que más


bien causan risa~ que orden, estudia el caráct,r y los defectcs de
cada uno de tus alumnos para corregirlos luego con buenos y sabios
consejos, pero sin alterarte, con el tono propio del padre se vero que
·quiere el bien de sus hijos.
Para lograr que tus alumnos atiendan, nada más séncillo; haz
que tus lecciones sean amenas, interesantes, mltr·etenidas, que to-
menen ella~ una parte activa todos y cada uno de los alumnos, que
no quede ni uno sólo que no haga ó diga algo, que piense ó razone,
que esté dispuesto á ampliar 6 corregir lo expuesto púr sus compa-
ñeros. Pruébalo y verás como en tu clase habrá desórden ordenado,
atención, gusto, actividad y adelantu. ¡Cuán cor·tas te parecerán
entonces las horas de clase y qué contentos saldrán y volverán á la
escuela los educandos! Ten por seguro, también que las peniten-
cias irán desapareciendo por completo.
Deseas que sean laborio~os; pues dalas tú mi~mo el ejemplo. Que
no te vean nunca vacilante, fatigado, sin saber lo que has de hacer•,
entorpeciendo tus movimientos, maEcullando las fr·ases ó per·rliendo
tiempo en coordinar tus ideas y dar las órdenes. Procura que todos
estén provistos de los útiles necesarios desd<: las primeras horas Jc
clase; no perdones ni los más leves descuidos. Subsann, por el mo-
mento, el olvido de un cuaderno ó de u na lapicera, prestándoselos
al niño, repréndele la falta, pero no le permitas que esté con los
brazos cruzados 6 haciendo bÓiitas de papel, mientras Jos demás
estén trabajando.
Pruebl! mis indicaciones y quedarás C·lmplacido; no te abandones
ni te eches en brazos del desaliento, pu es é5te suele ser mal con-
SeJero de todo buen maestro.
Respecto á la indiferencia. con que miran tu escuela los que de-
bieran velar por su progreso y adelanto ..... ya hablaremos mas
adelante, por lo pronto, cumple siemprt: con tu deber, sé buen
maestro, en una palabra, y deja que el mundo siga navegando por
el piélago inmenso del vacto.
Hasta tu próxima en la que espero me des grata~ impresiones, se
despide tu amigo y colega.
RICARDO.
-- 410-

PRINCIPIOS RELATIVOS Á LOS CASTIGOS.

El castigo ha de ser correctivo, y nunca debe revelar esplritu de


venganza.
El castigo debe fomentar el respeto y dominio de sí mismo.
El castigo debe ser consecuencia natural de la culpa.
Debe ser cierto, pero suave.
La aplicación del castigo debe ser pensada é infrecuente.
l. El castigo impuesto por un delito debe exceder á la aparente
ventaja que ofreciera el cometerlo.
2. Cuanto mayor sea el delito, mayor ha de ser el empeño que se
ponga en as¡;¡gurar su castigo.
3. La pena no ha de ser nunca mayor de lo que se necesita para pre-
venir la repetición del delito.
4. Debe t0marse en consideración la sensibilidad del delincuente,
con referencia á su edad, sexo, posición social y estado de salud.
5. La pena se aumentará en proporción de lo incierto ó remoto
que sea el desenvolvimiento del delito que se trata de castigar.
6. Cuando el acto punible no sea aislado, sino que indique exis-
tencia de un mal hábito en el delincuente, la pena debe ser más im-
portante que las v&ntajas aparentes, no ya sólo del acto, sino del
hábito.
BENTHAM.

PACIENCIA Y DULZURA DEL EDUCADOR.

PALAB:H.AS DE HORACIO MAAN.

He aquí como se expresa respecto a la.;; virtudes mencionadas, el


apóstol de la educaeióu de Norte-América:
«Si hubiese alguno que hablase de la tarea molesta de instruir
niños, ó e~t q por· los golpes como el medio más m•>ralizador y el pri-
mer recurso en caso de dificultad, que arroje los lib1'os y no baule
sinó de toros, ó mejor tome la piqueta de herir granito y engañ e su
-411-

imaginac!ón con la idea de que los fragmentos de piedra son es!Jaldas


de muchachos, como tarea más propia de sus fét•reos brazos, y toda-
vía más duro corazón.
~tQué necesida.d hay de exhortar á los maestros á que se armen
de paciencia~ Un maestro no tiene más excusa por abandonarse á la
cólera, á causa de los mil casos de olvid•J, negligencia y travesura
de los niños, que el hortelano á causa de que las frutas estén agrias,
cuando aún no han madurado.-El atolondramiento está en la natu-
raleza de los niños, de la misma manera que el ácido en las frutas
destinadas á ser dulces.-Función y oficio del ma~stro es suminis-
trar las influencias correctivas necesarias. Pero esta obra de tras-
formación no es la obra de un día. - Bajo los oblicuos rayos del Sol
germina el trigo, brotan y florecen los árboles y la viña extiende sus
vides; y sin embargo, para toda apl;cación humana son sin valor al-
guno.-¡.Cánsase ó desal'límasc por eso el Sol~-Semanas y meses
prosigue su obra, aumentando el ardor de sus rayos, hasta que al
fin las ricas mieses se mecen saludando al cos echador; el huerto se
esmalta de frutos con los colores del iris, y en la plenitud de su agra-
decimiento, la viña derrama sus jugos nectáreos. »

No sabemos que nadie haya hecho la fisiología de la elocuencia.


La elocuencia es una cumbre, y la fisiología actual camma aún Pn
su estudio por las vertientes del espíritu del hombre. Todo el mun-
do sabe lo que hay en ella de luminosidad, de arrobamiento, de
explosión, de éxtasis; pero nadie sabe lo que hay en ella de función.
Por ella nos dejamos convencer, conmover, arrebatar; sentimos
nnas veces la tranquila complacencia de lo bello, y experimenta-
mos otras el raro escalofrío de lo sublime, no acertamos, sin em-
bargo, á explicar cuál sea el mecanismo intrínseco de una tan
prodigiosa voz. Sabemos, sí, que es la plenitud, que es el relam-
pagueo cerebral, que es la síntesis funcional más alta de la huma-
na organización; pero nada más. Nadie se atreverá á calcular ni
la s fibras que vibran, ni las células que estallan, ni los nervios
que se irritan, ni los músculos que se contl'aen. Todo se asume en
-412-

una especie de máxima y arrebatadora vitalidad. La vida toda del


orador pareca ser como que esflorece, se engalana y se exibe ple-
na en la verdadera elocuencia. Por eso la oratoria se ha encarna-
do y se encarnará siempre en una determinada personalidad. Es
Demóstenes, es Cicerón, es Mir·abeau, es Castelar. Tiene su
tempe1·amento, que es siempre nervioso; su complexión, que es
siempre cerebral; su idiosincracia, que es siempre neuropática; sn
constitución oral, que es siempre de pasmosa facilidad en la pala-
bra.
Como todo lo espiritual, tiene la elocuencia su base física, ó sea
su co:-~dició11 nutritiva ó vegetativa especialísima, de donde par·te
segurame11te un brillante luminar del pensamiento y de la expre-
sión. La nota característica de su nutrición es, por decirlo así, la
vertiginosidad: en el dinamismo instran§!itivo de sus órganos , en
el movimiento espantable de sus moléculas y de sus átomos, en el
vaivén loco de su asimilación y su desasimilación organica, hay
algo de ese misterioso hervor que se apodera de lo infinitamente
pequeño siempre que la naturaleza pretende crear ó engendrar al-
guna cosa verdaderam ente grande. Y es que, en Jo físico como en
lo metafísico, en lo material como en lo moral, en la masa más
fuerte como en el espíritu más vivo , se cumple fatalmente la l ~>y
naturat ·de la equivalencia de las fuerzas, y la transformación ma-
temática el movimiento que pr·eside en el mundo á toda positi.va
creación, aunque la génesis de la cosas grandes que vemos y ad-
mir<>mos se nos oculte la mayoría de las veces tras las oscurida-
des de una gestación íntima y profunda, que no podemos clara-
mente percibir, por realizarse allá en el seno archimicroscópico de
lo invisible y do lo impenetrable: Los astros tienen su gestación
en las profundidades de la ténue nebulosa; la luz tiene su génesis
en las vibraciones del éter imperceptible; la vida se desenvuelve
en las lntimas agitll.ciones mol eculares de los gérm enes vivaces; el
talento, el génio y la elocuencia tienen también su condición ma-
terial arreglada á su altísimo abolengo, incubándose en la mayo"
complexidad dinámica veg etativa del humano cerebro.
Cuesta trabajo descender, desde la alta cúspide dol estudio pu-
ramente psicológico de la elocuencia, hasta el análisis material
de las condrciones fisiológicas que informan la realid>J.d de su fun-
ción; pero no es por eso menos cierto y evidente que todos esos
lujos poéticos con que el orador adorna y engalana sus discursos
no son en el fondo más que meras flores bordadas en el Lap:z ri-
- 413-

quisimo del espíritu, cuya tosca urdimbre se delinea alla en las


modestas estructuras del cerebro, y, aún toda vía mejor, en las
más humildes funciones moleculares del cuerpo entero. Lo que
pasa es que, olvidados en lo antiguo de todo estudio de las condi,
cioncs mater·ialils del espíritu, por creerlo azás ex¡Juesto á caer en
nagrante pecado dFJ herejía psicológica, se en fraseaban los retórico
en la descripción abstracta de las formas poéticas de la oratoria,
sin osar nunca descender á lo real, sério y concreto de su funció!l.
Es decir, que, absorbidos en lo psíquico, olvidabau y despreciaban
lo corpóreo: sin advertir, cie"'OS, que alma y cuerpo se consustan-
cian para engendrar la esencialidad del hombre, y que una y otr·o
juntamente, han de tenerse en cuenta si se ha de investigar con
fruto todo :o que hay de verdaderamente humano en la elocuencia.
Estudiar la or·ator·ia solamente, como se hacia antes e u su as~ ecto
social, en su aspecto estético formal, no es conocel'la fln la integri-
dad de .su tot:1l esencia; que al fin y a! cabo, si la esencia de las
cosas es el conjunto de todas las condiciones que les determinan Ja
naturaleza, tan esencial es el estudio de la oratoria en lo que al
cuerpo corresponde, como esencial en lo que al espíritu res¡.¡ecta.
E a eter•na manía de dividir· al hombre en dos, siempre que se
pr·etende estudiar alguna función relacionada con el sentir, con el
pensar ó con el querer·, r:s un error gravísimo en un t''do contrar·io
á la naturaleza de las cosas.
Sólo el día en que la fisiolo .g:ia de un lado y la psicología del
otr·o, se compenetren y se confundan para integrar e~>a altísima
función humana 'lUe se llama. la elocuencia, podrán los retóricos
de oficio darse por satisfechos de conoctlr á fondo ese punto inte-
l'esantísimo de su arte.
Hasta tanto no llegue el momento critico en que pueda llevar-
Sil :.i. cabo esa síntesis científica, que no llegara seguramente
ll>ientras fisiólogos y psicológos se empeñen en seguit; solos por
"'US sendos contrar·ios caminos unos mirando fuet•a y otros dentro
de la naturaleza humana, sin abarcar á la vez lo físico y lo psíqui-
co, lo objetivo y lo subjetivo, lo material y lo moral, que juntos in-
tegran la uuidad indivisible de la pet·sonalidad del hombre, ocupé-
monos nosotros prefer·en ternente,a fuer de biólogos, del lado fisiólo-
lico de la elocuencia, que ha sido y es hasta hoy el más descono-
cido y olvidado de los dos aspectos uaturales que tiene su fun-
ción.
Por vulgar y prosaico que á primera vista p;1rezca a ciertos
-411-

oradores eso de ocuparse, antes de hablar, del ~limento que co-


men, del aire que respiran, del ejercicio hecho por sus músculos y
del desc>l.nso dado en su cert~bro ,bien puede, sin embar·go, asegu-
r·arse que muchos gra nd~s maestros de la palabra hfln naufraga-
Jo alguna vez en el olvido de las condiciones materiales al parecer
tan despreciables y •¡ue tanto contribuyen al éxito tribunicio ele
una oración cualquiera. No hay escrito,que notros sepamos, ningún
arte físico 6 fisiológico de la or·atoria; y bien segur·os estamos que,
de haberlo, podría servir á los oradores mucho más que todas esas
insulsas reglas J•etóricas con que atiborrillan inútilmente la me-
morí&.
Los hombres acostumbt·ados al foro, á la cátedra 6 á la tribu-
na saben muy bien, por la experiencia propia, hasta qué punto
se les malogr·an sus más estudiados discursos á la menor indis-
posición d 3 su salud, 6 áh contravención de las leyes fisiológica<;.
Todos ellos saben que basta algunas vecés un ligero agotamiento
de las fuerzas físicas para hallar torpe la palabra y algo embara-
zado el pens:tmiento, sin que todo el empeño de la voluntad sea
bastante á recobrar aquella difícil facilidad con que otras veces
vinieran rápidas las palabras á los lábios y las más brillantes
ideas á la mente.
La misma práctica de hablar le ha enseñado á los oradores
de profesión la manera de salvar esos riesgos de caráder mera-
mente orgánico, iniciándolos en una porción de reglas empiricas
con las cual .~s se preparan convenientemente antes de pronunciar·
sus oraciones. C1stelar, por ejemplo, no habla nunca durante la
digestión: cuando se le invita á uno de esos grandes banquetes
políticos con el fin de escuc.har su hermosa y arrebatadora palabra,
trata cuidadosamente de pasar por alto los más pesados manjares,
entreteniéndose acá y aculá en desflorar, mas bién que en comer
aquellas cosas liger·as y excitantes que eJl vez de dar trabajo al
estómago dan luz y estímulo al cerebro.
En efecto: cuando el estómago funciona, el encéfalo se embota.
Hay, mientras se digiere, una cierta liviana derivaciñn de lo espi-
ritual hácia lo material. El cuerpo trabaja entonces algo á expen-
sas del alma. La energía individual del orador es una é indivisible,
y cuando se ocupa en el digerit·, se distrae necesariamente del
pensar.
Por extrañas que parezcan, á primera vista, estas leyes de la
mecánica viva aplicadas á explicar tan espirituales cosas, no es
- 415 --

por eso menos cierto que hay que tenerlas en cuenta y acatarlas
siernpr6 que se trate de conseguit· ese máximun de función cere-
bral que reclama la elocuencia. Esa costumbre mod ~ rna de cele-
brar festines como protexto para pronunciar discursos es una
práctica reñida con las leyes fisiológicas de la oratoria;· todas las
exc:taciones cerebral es del momento, todo el cúmulo del calor es-
piritual despertado por el vino, por el café y por la animación rui-
dosa de los comensales, n•J son baslaute á impedir que el estóma-
go &e lleve para su función una gran parte de la energia viva del
orador, que á la vez se t·esta en su pet-fllcto equivalente de ia luz
sublime de su espíritu.
DR. MARTIN DE SALAZAR.

ORIGEN DE LA FABULA.
La Fábula ha sido un factor muy importante en la enseñanza de
la juventud y de los hombres) desde las más remotas edades, pero
a penas habrá un fabulista que haya investigado el oi'Ígen de ese
modo casi instiotivo de disfrazar la verdad para corregir los vicios
y los defectos humanos sin herir la susceptibilidad de quien este car-
gado de aquellos.
Es verdad que hay fabulas llamadas Milesias que nada enseñan, y
sólo sirven para entretener á los niños (,deleitar a los adultos, pero
siempre se encuentt·a en ellas la inventiva de la r.arraci.)n, la agu-
deza del espíritu y son útiles porque proporcionan un medio de dis-
traer el ócio cuando ha.y necesidad de dejar á un lado los trabajos
serios.
La verdadera fábula lleva el nombre de Apólogo, como su nom.
bre lo indica, es un cuento qua tiene por objeto dar una lección
moral é instructiva.
A penas habrá una escuela en todo el mundo donde uc• so ponga en
manos de los niños un libro de fábulas para que se enseñen a leer 6
para que a!lrendan á recitarlas. La aceptación u ni versal do la fá-
bula como elemento pedagógico, prueba suficientemente su ~tilidad
sancionada ya por la experiencia do muchas generaciones.
Por lo mismo que el fin práctico de estos cuentecitos es despel'tar
la curiosidad de los niños o el iuterés de los hombres, para causar
una impresión saludable según \;:t enseñanza moral que la fábula
-416-

encierra, la narración tiene que ser clara, interesante, animada y


verosímil; el estilo natural y stlncillo; y la acción única . Como no
siempre hablan los hombres ~n la facil trama de la. fábula, sino que el
poeta introduce bmbién á los animales, á las plantas y aún lasco-
sas inanimadas, el lenguaje se acomo:!a al carácter de los seres que
entran en acción.
Ahora bien ¡,á qué motivos puede haber obedecidr¡ la idea de los
apologistas, de dar lecciones do moral al hombre, haciendo hablar·
á los anima.les1 tPuede considerarse l~t fábula como el resultado de
la observación de la vida y costumbres de los animales, para esta-
blec,!lr una comparación entre hs instintos n::~tnrales y las aberra-
ciones del rey de la creación1 Evidentemente que el conocimiento
de los instintos de cada especie es un medio de formar un apólogo
sencillo y natural, 1Jero no obedece al estudio de las ciencias natu-
rales el origen de la fábula.
Si se raflexiona en que la colección más antigua de fábulas que se
conocen es la de Bidpal ó Pilpay, visir del rey Dabshelim que vivió
2,000 años lilltes de ,J. C. y que en esa colección que torma una es-
pecie d•l romance político y moral, los chacales, cuya astucia es
comparable á htdel zorro, son los que debatiendo sobre las costum-
a
bres enseñan los hombres los preceptos morales á que deben suje-
tarse, se comprenderá muy bien, quo los moralistas de todas las
épo.::as, han prol)urá.do velar su censura con el lenguaje do los a ni-
males, para no pugnar abiertamente con la sociedad al echar en ca-
ra A los hombres sus vicios y sus defectos.
A mayor abundamiento, los animales, para los pueolvs donde es-
taha en boga la doctrina de la metempsicosis, no era una novedad
el suponerles un lenguaje, ni mucho menos juzgarlos capaces de re-
prochar las mttlas acciones de los hombre,l, por la sencilla razón de
que en aquellos encarnaba el espíritu, según r¡ue iba depurandose,
on animales superiores, ó era castigado en animales reconocidos
como impur0s.
En loa cultos primitivos figuran al !ado de las divinidades, los ani-
males, habiendo llegado á tener muchos d3 ellos un caráct.er sagra-
do. aC{>mo no se les habría de considera1· animados de un espíritu
inteligente, si et'an capaces de p1•estae set•vicios á los hombres, no
sólo materialmente, sino también por su influjo y carácter sobrena-
tural? A confirmar esta creencia debe haber contribuido la obser-
vación de las costumbres animales, especialmente de aquellos qne
están dotados de un espíritu de sociabilidad, así como las de aque-
-417-

llos que son susceptibles de la domesticidad y viven en constante


compañia del hombre.
De lo expuesto se infiere que ia fábula ha nacido en los albot•as de
la civilización humana y que tuvo su t•azón de ser en las creencias
primitivas sobre la metempsicosis y e:1 el impulso natural de todos
los hombres pensadores, de buscar los medios indirectos para. repro-
char á los hombres sus faltas, sin pt•ovocar en ellos la reacción natu-
ral de la ofensa recibida.
Florián, al hablar sobeo el origen de la fábula dice: «¿Pensáis
que el primer filósofo e¡ ue se ha tomado el trabajo de comparar esas
costumbres tan puras, tan apacibles, con nucstt•os odios, nuestras
intrigas, nuestros ct·ímenes; diferenciando mi cot•zo que va tranqui-
lamente á sus pastos del b.ombt'•l oculto detrás do un matorral, ar-
mado con el ar·co que ha inventado para matar de más lejos á sus her-
manos, y empleando todo su cuidado y su destreza en imitar el grito
de la madre del corzo, para que su hijo engañado y buscando el ser
que lo llama, pueden recibir una muerte más segur·a de manos del
pértido asesino; pensái&, digo, que este fdósofo no haya imaginado
luego, el lat~cer conversar entre sí á los cot•zos par·a reprochar· al
hombre su barbarie, para decirle dut•as verdades qne mi filós0fo no
habría podido aventurar sin exponerse á los efectos crueles del amor
propio irritado? He aquí la fábula inventada.»
La fuerza del apólogo consiste en que de :In hecho en apariencirt
insignificante se puede sacar una lección moral de trasc ;ndencia, y
lo mismo corrige los defectos casi incvnscientes de ios niños como las
inclinaciones perversas de los hombres.
Hay un hecho notable en la historia de la fábula y es que á pess.r
tle su antigüedad y de ser un asunto casi familiar á todos 1os hom-
ures, los apologistas son raros. Es que para manejar el esti!o y de-
~:~t·rullar un buen apólogo se necesitan dotes no comunes. Bajo el
punto de vista litet•ario, la fábula no está sujeta á regla~, en lo cual
~e deja ver que es un género reser·va.Jo sólo al genio, y el genio
les da vida a sus creacion ·s sin pedir la sanción de los pt'ecep-
tiatas.
Terminaremos este boceto sc.bre la historia del apólogo con u na
t'eseña onomatogt'áfica de los principales apdogistas.
-Bidpal, l1¡1mado el Esopo indio, visir del t•ey Dabshelim, vivió
~.000 años antes de Jesucristo y escribió una serie de fábulas políti-
cas y morales cuya colección lleva el título de Pantcha-Tantra.
Han sitio traducidas al peb.lvi por el mago Burzouyc'h; al hebreo pOI'


-418-

ell':~.hino Joel; al latín por Juan de Ctpul y al francés por el abate


Duboís.
-Lokman, fabulista árabe, apellidndo el sabio, se cree que fué
contemporáneo lie David. Mttcltts de sus fábnlas so encuentran en
Esopo y aun se asegul'a que es el mismo.
-Esopo. P•10o~ npolngistas de \n, n,nLiglied :1d han alcanzado el
renombre de Esopo. Era de origen fr·igio y fu ~ esclavo di:' Janto de
Sámos, quien le concedió la. liber·tad, como una prueba de estima-
ción por su intachable conducta y su claro t~lcnto. Esopo figur-6
entre los siete sabios en el b:111quete que el tirano de Corinto dió á
las mayores notabilidades de Grecia. Cuando los ater.ienses mur-
muraban de la ti1·anía de Pisistrato, les dirigió el célebre apólogo
de <das ranas pidiendo r·ey.» Murió estrellado en l<~s rocas por ven-
ganza de los sacerdotes de Delfos, cuya codicia había censurado en
sus apólogos.
-Fed1·o. Este fabulista latino, liberto de Augusto, murió el año
44 de JesucJ•isto. Sus fábnl:Js muy parecidas á las de Esopo, en
cuya lectura se inspiró tal vez, tienen el mérito de estar e8critas en
fluidos y hermosos vt'\rsos latinos.
-Aftonius. Fabulista gr•iego del siglo III después de Jesucristo.
Escribió un tratado de Retórica y una colección de fabulas.
-Babrius. Poeta griego contemporáneo de Binn y de Moschus,
tradujo en versus coliám bicos la.s fábulas de Esopo, y agregó algu-
nas de su inspiracion.
-Faerno. Poeta latino uel sigla XVI protegido por Pio IV. Sn
colección de fabulas escritas en latín, en un estilo elegante, le valio
el renombre de que goza al ladn de Fedro. Esta colección ha ~ido
traducida al frarcés por Perrault.
-Abstemius. Fabulistn, del siglo XVI, pi·ofesor de bellas letr. s
en Urbino. Teadujo nlgunas fábulas de Eso;)Q y publicó una colec-
ción de 200 fbbulas en dos secciones llamarla~ Hecatomitou; algunns
de sus fábulas han sido imitadas por La Fontaine.
-La Fontaine. L~ reputación de La Fvntaine ha eclipsado á
todos los fabulistas á quien sólo podrá igualarle por la novedad del
.género cultivado el crítico D. Tomás de Idarte, sin que estas cele-
bridades empañen la gloria que justamente han alcanzado los de-
más. La Fonta.ino nació en 1621, en Chá.teau-Thiery, y murió en
1695. Fué recibido en la Academia Francesa en 1684. Sus fábolas
son las más notabled que se conocen.
-Ga.y; Poeta ir.glés contemporáneo de Pope, cvmpuso una co-
-419-

lección de fábulas para la educación del joven duque de Cum-


berland.
-Feuelón. El ilustre precepi,OI' del duque de Borgoña, autor del
Telémaco, conocido en tJ<los los liceos y traducido á muchos idio·
mas, escribió también una colección de fábulas dignas del genio del
autor. Nació en 1651 y sus fábulas se publicaron en 1712.
·-Florián . Célebre literato francés contemporáneo de Voltaire,
nació en 1755 y escribió varios poemas, pastorales y novelas de
gran mérito. Sus Fábulas se consideran en segundo lugar después
de La Fontaine. Fué recibido en la Academia Francesa en 1788.
-Lessing . Distinguido literato al emán que formó una gran re-
putación con la publicación de sus fabula!! y la sostuvo con todas
las obras dramáticas, literarias y filosóficas qua publicó después.
Nació en 17~9 y murió en 1781.
-Samaniego. Fabulista español, nació en la Rioja 11n 1745 y
murió en 1801. Sus fabulas ~on de buen gusto, ingeniosas, y tiene
muchas imitaciones de Esopo, Fedro, La Fontaine, Gay y Moore.
-h·ia•·te. Las fabulas de este reputado escritor que le han con-
quistado una fama casi universal, son verdaderos apólogos críticos,
por meúio de los cuales ha cen surado los vicios introducidos en la
literatura , por cuya razón se han distinguido ~ns fabulas con C:ll nom-
bre de literarias. Nació en 1750 y publicó además de sus fábulas,
otras muchas qbras de reconocido mél'ito.
- Viennet. Fabulista contemporáneo, uno de los cuarenta de la
:\c!\demia francesa. Ha publicado una colección de doscientas doce
fábulas, en estilo correcto, grave en la exposición, pero bellas y
perfect!l.mente acabadas.
- Rosas (José). Distinguido poeta mexicano que se ha distingui-
do por sus fabulas, de las que dice el reputa o literato Sr. Ignacio
M. Altamirano: i:Todas son lindas y cada una en su género es una
pe4 ueña obra maestra ...... Las fábulas de Rosas sort las más no-
t,tbles qu e en su génE>ro ha producido M4xico, y por el carácter de
sns asuntos, por su belleza de forma y por su profunda moralidad,
merecen ponerse en las manos de nuestra juventud, que sacará de
s11 lectura más de una lección de virtud y de buen gusto.:.

La autorizada opinión del Sr. Altamirano no podia expresar un


elogio más honroso para el distinguido fabulista.
-420-
.1
VARIEDADES.

J.-AS PRIMERAS LECCIONES

Las escue las se abrieron el 5 de Octubre. Emilio había sido lla-


marlo para encar¡:rarse de la primera clase elcmcnt1l, y sin previo
nvi~o. se encontró con qu<) s.., le agreg11ba la segunda; pet•o com0
deseaba trabnjal', nada dijo.
T&ndría, entt·e todos, unos cincuenta alumnos. A décir verdad, la
primera impresión que en su ánimo produjeron sus escolares, fué
poco agradable; parecióle que, comparados con estos suyos, !M
alumnos de las clases anexas á la Escuela Normal eran la flor y nata
-
del señorío. Aquí la mayoría eran hijos de trabajadores del campo;
algunas cabez11s bosqnejadas á hachazos, con les cabellos cerdosos

-
y de un rubio sucio; rostros quemados por el sol, color de patata ó
de torta echada á perder; muchos sin medias, con los piés metidos
en zuecos ó en zapatones sin cintas; envueltos ~n camisas burdas
abiertas, que dejaban al descubierto el pecho y el vientre, vestido~
pon chat1 uetas de f1tstán desteñido; que todos jnfitos exhalaban un
olor irresistible de heno. La m!lyor partf' llevaban blusas y cuader-
nos metidos en talegog de trapo viejo, pendientes de una c11erda,
que conservaban coma tahalí durante la clase. Iban con escamas en
la cara y en el pescuezu; con l11s ropas manchadas de lodo y llenas
de paja, y se disputaban los sitios á cod!lzos y patadas; poníanse des-
pués las manos en la boca ó en la cabeza, rascábanse el pecho y Jo~
sobacos lo mismo que si tuvieran sarna, ó se enjugaban los rostros
sudorosos con las manos llenas de tinta, y quedaban negros como
lleneros; uno se levantaba los pantalones hasta media pierna, como
para vadear un arroyo; otro levantaba la rodilla 'desnuda ha>ta el
horde del banco; éste mascaba como hambriento la correa de cuero:
nquél perdía un zneco, cuya caída producía ruido espantoso, y el
de más allá se arreglaba las uñ::ts de los pits. El maestro experi-
mentó la primera vez cierto sentimiento de disgusto, como el qun
lmbría experimentado ante un!! piara de marranillos. Eran estos Jo~
tipejos de los aldeanos de mañana, I'otosos, desconfiados, arteros,
a lgunos con hocicos de macacos, que á primera vis la le pareció que
debían haberse tenido enjaulados un mes, antes de dejarlos sueltos
- 121 -

en lvs bancos. Y lo peor fué cuando cayó en la cuenta de quo sn


predecesor no debía de haber tenido autoridad alguna, porque los
muchachos do la segunda clase qno habían sido alumnos de nquél,
tenían todos la picardía y la impertinencia en los ojos, como un aire
de familia, y manifestaban no hallarse dispuestos de ninguna ma-
nera á degene•·ar. Tocábale, pues, ante todo, poner remedio al mal
que su colega había hecho, y dt~ pués, dejando pura más adelante b
educación intelectual, ver el modo de reducir á aquellos salvajillos
á que tuviet<en, ya que no otra cosa, a«pecto de criaturas civiliza-
dos. Era a¡;unto muy serio. Pero estaba todavía tan vivo su amor
á la infancia, tan fresco :m entusiasmo por la enseñanza, y estimula-
ba ta;¡to el amor propio del mae~tro novcll la idea misma de haber
de e¡plear sus trabajos en tal'ea ton meritoria, ai mismo ti"mpo qne
reolizaba, por efecto de la comparación, la conciencia de la ¡.oropia
• superioridad, r¡ ue puso manos á la obra con el mayor ardimieuto.
Pero ¡Dios bendito! ¡Cuánto más dificultoso "lra aquello que lo
que él esperaba! Emilio tuvo que luchar desde el pl'incipio contra
una inercia pesada como el plomo, que no sólo existía en los chicos,
sino eu todas las cosas. Era él vivo de genio, aficionado á proceder
con prontitud, y allí, por el contrario, movíase todo con arreglo á
la batuta do la vida del pueblo, ósea con una lentitud desespet·antl"l.
A las ocho y media dehí&n tocar la campana de la escuela, y casi
siempre la tocaban después de e~a hora. Cnando habían co'n cluidq
de tocar, aparecían dos chicos por acá, tres por alhi, uno más le-
jo~, todos á paso je tortuga; nunca se hallaban reunidos antes de las
nueve. En los primeros días algunos de los párvulos no querían pe-
netrar en la escuela sino los úi'imos, y se detenían ante la puerta
como amedrentados; Emilio supo, poco después, que debía. aquella
hn na disposici ón á los padres, que por espacio de muchos aiios se
hahian servido del maestro _como del coco, para hacer que callasen
los chiquillos cuando les molestaban, diciéndoles con frecuencia:-
¡Agu.· rda , que te envi·~ mos á la escuela! ¡Ya verás en la escuela
como el maestro te las hace pagar todas juntas!-Y po•· esta razón
1 pequeñuelos se resistían, temiendo los cachetes y los palos. Ade-
más, iban muchos sin cuadernos y sin libros, diciendo por encargo
de sus padres:-El Ayuntamiento no nos los ha dado aún.-Y todos
los querían gratis, aún aquellos que podían comprarlos. Pero quedó
m ·,s asombrado todavía cuando por vez primera hizo leer á los de
segunda, para verá que altura se hallaban. No solamente no leian
entendiéndolo ellos, sino queni aún de modo que el maestro pudiese
422

coger el sentido de la lectura. Pronunciaban cevil, pedricar, dende;


abrían desmesuradamente las vocales, formaban agrupaciones pre-
cipitadas de sílabas con las cuales, de tres palabras, hacían una sola;
tonian entonaciones eJ<traña~, algunos escapes involuntarios de la
voz, ne>tas falsas de ór·ganos vocales rebeldes á toda nueva modula-
ción, que denunciaban una lat·ga serie Je generaci'oned vírgenes de
alfabeto y ncostumbradas en el trascurso de siglos ente1 os á cant
todas sus canciones sobre tres ó cuatro motivos invariables. Pare-
cíale que nu los oía lt:er italiano, sino ulgún áspero y ronco dialecto
teutónico, tanto que en algunas o•!asiones sentía deseos de meterles
los dedos en la boca para ver qué era lo que mascullaban al leer
para hacer aquel destrozo del habla celestial. Y decía entre si sus-
pirando:-Será menester que comencemos por lo pt•imero del prin-
cipio.-Y p'lnsab~:. sonriendo tristemente en las largas circulares de
los Ministerios eo1 las que se rrcomienda al mn.estro, con acicalado
lenguaje, qne cuide de la pureza de la pronunciación. ¡Bnena pu-
reza te dó Dios! Tratcibase, ante todo, Je l•Jgnu• una pronuucia-
ción humana.
Pero se le presentaron otras Jdicultades. De sobra sabia Emilio
que de la Escuela Normal no salen maestros ya hechos: que todos
han menester del perteccionamiento que da uua larga experiencin;
pero quedó maravillado de que exi~tiesen tantos tropiezos imprevi~­
tos, y tantos otros, mucho más graves de cómo el sr' los habla ima-
ginado. Entre tanto, reconoció que, para hacerse eut,mder de 1.. .-
párvulos, era necesario que le3 hablase en dialecto, por lo cual,
durante una buena parte de la cl:!.se, los mayo"es no aprendían 11 i
una jota de la lengua. La e.~cuela mixta servía, pot· consigui$Pte,
para hacer doble el tral::ajo de la enseñanza y reducir á la mitad su
provech'). Y tres veces más difi~il mantener el orden, pot•que mien-
tras hablaba á uua clase, se distraía la otra, y la distt'acción de ésta
perturbaba á la primet·a. Por lo que respecta á la primera, exper-i-
mentaba con disgusto la exactitud de lo que en la e:;cuela había
aprendido: que era ésta la mas difícil de toda~, pt·incipalmente por
la dificultad casi insuperable de hnc :r< 1 ,':1t11nder; tanto que princi-
pió á temer si sería él mismo de aquellos que teniendo excelentes
a;::titudes para explicar la 3a y 4a, no llegan nunca á desempeñar ni
a
aún medianamente la t&, la q110 otros de mdnOS int.e¡;gencia pare-
cen llamados por la naturaleza. El reprender, como él procuraba
hacerlo, razot.ando mesuradamente, á fin de convencer al alumno
de su error, y de llegar á su corazón por los camiuos de la inteli-
- 423-

gencia, era una interrnpción de la enseñ~nza para todos, después de


la cual veíase obligado á dirigir otras reprensiones ·para volver á lo-
grar la atención de los disclpnlo¡¡. A paree de qne entonces compren-
dió que nada tenía de insensata la itloa que había oído ex;¡resar á su
pr·ofesor de Pedagogía, de la nece;:idad de una escuel-e aparte pam
los niiios de inceligeneia inf··rior; algunos do los cuales (y también
había de estos en la 2"), le obligaban, aún ~nimad•)S de los mejore~
deseos, á repeticiones interminables, no sólo supérfl.uas para los
otros, sino gravemente perjudicial•JS á lo. buena marcha de la escrte-
la. Y se encontraba :\ c:1.da mom '} nto, con los párvulol!, ante nna
ignorancia tan ab~(·luta de las cosas más elementalas de la vida,
que le obligaba á perder un tiem¡)(l precioso en completar, por de-
cir·lo así, la criatura hum::1.11 ·,, ante.; de ponerse á instruir al discí-
pulo. Mnchos de los parvulo~, por ejemplo, ignor·aban sus apellido~
y aún el propio nombre de bautismo. Sabían sólo la abreviación
propia del pais. Uno de entre ·ellos, que no sabía decir el !lombre
de su madre, como le preguntase de r¡ue modo solla llamarla su pa ·
dre en casa, respondró:-Oyes,-cornJ creyendo que aquello era un
nombre. Y no podía recordar otro. Emilio habrill celebrado mucho,
para dar u:1a educación individual, siguiendo el precepto de su pro-
fesor, estudiar el carácter de los mayores, y efectivamente empezó
á tomar notas en su cuaderno, en el cual babia escrito, á la. cabeza.
de otras tantas columnitas, las palabras: «Complexión, inteligencia,
raciocinio, sentimiento, voluntad,» etc. etc.
¡Pero qué empresa ta.n rlesesperada encontró desde sus comien-
zos! Parecia que todos, ó casi todos, por desconfianza instintiva,
procuraban ocultar sus propia.; condidiones espi1·ituales; hahia en
todos algo cerrado y secr·eto, y on lo clemá¡¡ todos le resultaban
iguales. Ni aún de p:1.rte de las familias hallaba manera de descu-
brir más; cuando una pregunta se salía del círculo de las cosas de la
es·uela, no le respondian. Y además de todo esto encontraba dificul-
tades inesperadas aún en la parte técnica de l:1. erseñat~za; en definir
de mod0 inteligible la~ cosas más sencillas; en responder á las pre-
guntas repentinas de tres 6 cuatro perspicaces curiosos de conocer
el significado de algunos vocablos; en alternar las diversas enseñan-
zas sic dar ocasión á desórden; en conducir el diálogo de modo que
10 mantuviese rlespierta la atención y no se perdiera tiempo. Lo ha-
cía todu; pero todo le resultaba más difuso, menos claro y de meno-
res frutos de lo qne él esperaba. Y exp.::rimentaba ese sentimiento
molesto que todos los maestros nuevos, cuál más, cuál menos, expe-
-424-

t·imenlan al principio, y que en algunos dura mucho tiempo, un¡¡


í'specie de sugestión inquieta de todus aquellos ojos fijo s on los su-
yos, muy p(tt'ecida á la q11e f.ienten los oficiales del ejército recién
nscendidos la primera vez qne van al ft·entc de ~u pelotón: alg,, dPI
pudor de novicio, procndent.e en parte del temor do que los subor-
dinados estén c~perando ct't'Ot'e:l de inexperiencia ó 11 divinen el ru-
bor y la vergüe nza del principiante. ¡Cuantas cosas tenía aún que
aprender y experimentar! ¡Qué poco le quedaba de inmediatamente
útil de todo ar¡Ut' l amasijo confuso que había. devorado en la Escuela
Normal!
EoMUNDO tm AMtcts.

fANTÓGRAFO ECONÓMICO.

Bast:lnte conocido es el instrumento compuesto de cuatro regios


at·ticuladas y que sirve para copiar dibujos cambi lDJu la escala on
'1 u e se hallan en el .1rigi11al. Este aparato, que no siempre se halla
á m:~no, puede reemplazarse ventajosamente y de una manera sen-
cilla por el que representa nu estro grabado.
Se compone de un cordón de goma elástica de 15 á ~O cantimetros
de longitud y de un anillo plan u y delgado de hierro 6 de acero.
Sobre e~te anillo se hacen tres agujeritoe formando un triángulo y
en el borde se suelda un all:ilor de modo qu e su punta quede en el
c.mtro del anillo. El cordón elástico se pasa por los tl'es agujeritos
1 en cada una de sus extt·emidaues se hace un nudo formando asa.
Para reproducir un dibujo en mayor tarnaiio, se pone un nlfilel'
en Ja asa de una de las extremidades y un lapiz en la del otro ex-
tt•emo. Se toma el alfilet' con 1&. m :1n izr¡11ierda y el lapiz con la
derecha, se estii'a lig-eramente el cordón elastico y se pone l¡; punta
del alfiler indicador, sol,lado en el anillo, tocando l:t parte izquierda
del dibujo que hay que copiar. Se clava, entonces, sobt•e el tablei'O
6 mesa el alfil(H' que se tiene en la mano izquierda. Después no hay
más que apoyat· ligerame te el lapiz sobre una hoja de papel ha-
ciéndolo coner al mismo tiempo que se siguen los contornos t:le la
l
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-426-

figura por medio de la punta del alfiler indicador que está en ol


centro del anillo (1).
Se comprende fácilmente que el aumento de tamaño varía con l~o
posición del anillo sobre el cot•dón elástico: cuánto más cerca so
hallt~ de la mano izquierda, más grande saldrá el dibujo; su lugar·
conveniente se determina antes de empezar la operación haciéndolo
corr-w sobre el cordón A derecha ó á izquierda.
Para reproducir un dibujo en menor tamaño que el origirral, se
tomará un pedacito de lapiz muy blando y se colocará en el alfiler
indicador¡ luego se siguen los contornos del dibujo que haya r¡ue
reproducir con una punta seca puesta en la asa derecha. Para que
ellapiz al pasar sobre el papel pueda dejar un trazo más claro, se
dan tres ó cuatro vueltas sobre si mismo , de manera que se tuet•za
ligeramente el cordón.
El pantógrafo así constituido se halla redtlcido á su más simple
expresión como peso, como volúmen y como preci••, y puede, al
mismo tiempo, prestar muy buenos servicios.

EL CUBIERTO.
MODELO DE UNA LECCIÓN D E COSAS.

Se presentarán la ·cuchara, el tenedor y el cuchillo, y se pre-


guntará:
111aestro.-tQué es esto~
Disctpulo.-Un cubierto; ó bien
D.-Una cuchara, un tenedor y un cur.hillo.
M.-¡,Para qué sirven~
D.-P~tra comer.
M.-¡,Qué usos tiene la cuchara~
D. -Sirve para tomar los líquidos y las sustancias pastosas.

(1) Por un error del dibujante aparece en el grabado la mano izquierda


sobre el anillo; ésta no debe hacer más que sostener el papel; el
cordón debe estar en linea r ecta desde el alfiler hasta el Japiz .
-427-

M.-¡,Pn.liei'an usarse para el rnismo objeto el tenedor y el cu-


chill!·?
D.-N e•.
M.-;,Porqué con ol tenedor no pueden tomarse Jos liqnidos1
lJ. --PoJ·que pasarían ent1·e los dientes sin detenerse en tlllos.
M.-¿Con el cuchillo ~e podrían tomar'
D.-Sí.
M.-tQué inconveniente tendría usarlo?
D.-Qull se t:_)maría muy poco líquido y <se tardaría demasiado
en consumirlo.
M.-¡,Cómo es que con la cuchara no sucede natla de eso? tPor
qué con ella se pueden tomar los liquidos con tanta facilidad~
D.-Porque el pico de la cuchara está á propósito parn tomarlos.
M.-¡,Cómo está dispuesto el pico de la cuchnra1
D.-Tiene un huequecillo parn.recog~ r el liquido.
M.-¡,Por qué llama vd. el pico de la cuchara~
D.-Porque termina en punta.
M.-¿Para qué le darán osa forma? ¡,No podríán hacerse redondas
como lo~ cucharones1
(Si el ni.i'!o vacila, pregúntese le qué parte de la cuchara ent1·a en
la boca, y si seria igualmente cómodo para introducirla en ella que
la cazueleja fuera redonda ó terminada en punta. De esto modo
comprenderá por qué se le dá esa forma.)
M.-¡,Por qué á los cucharuues se les dá la forma redonda1
D.-Porque no se llevan nunca á la boca.
11{· -¡,Esa punta en qu1 termina la cuchara es muy aguda1
D.-No.
M.-;,Por qué1
D.-Porque habria peligro de heri1•se la boca.
M.-Ademáo del pico 6 caznoJ!eja, ;, le qué otra cosa consta la
cuchara1
D.--Del mango.
M.-¡,Pa:•a c1ué sirvo el mango~
D.-Para tomar la cuchara.
M.-tSer;a más cómodú que las cucharas no tuvieran mango?
D.-No.
M.-;,Por qu~1
D.-Porque se mancharían y hasta se quem:wian los dedos.
- 428 -

M.-Compare vd. ¡¡J mango de la cuchara con el del cucharón,


i ~ stafl
en la misma dirección1
D.-No.
M.-¡,PI\ra qué los habrán hecho así~ Sería cómodo que la cu-
chara tuviera el mango como el cucharón~
(Hagase experimentar la incomodidad para tomar con el cucharón
algo del plato y ll<warlo á la boca; asi mismo hágase dXperimentat·
la incomodidad que hay pat·a tomar ron la cuchara algo de la sopera.
No llay inconvenient!l en suprimit· e.stas últimas preguntas si no
li~y cucharón ó sopera á la mano. )

M.-¡,Para qué sirve el tenedor~


D.-Pat·a sujetat· los alimentos sólidos mientras se cortan y lle-
varlos después á la boca.
M.-tCon qué parte dei tenedor se sujetan~
D.-Con las puntas.
M.-tSon agudas estas puntas~
D. - Sí lo són.
M.-t.Para qué~
D.--Para que pcnctr n y snjeten bien.
M.-tNo hay ¡Jeligro de herirse con ellas al comer1
D. - Sí lo hay.
M.-¡.Cómo sería bueno sujetar los alimentos con el tenedor para
di~minuit' el peligt'o de herit•se1

D. -CuidandLl de dejar todos los dientes cubiertos con el bocado


c¡ue se va a tomar.
M.-ACuántos dientes tiene el tenedor1
D.-Tres ó cuatro.
M.-tBastaría con uno~
D. - No.
M.- ¡.Por qué1
D. - Porque no sujetaría bien.
M.-¡,Entónces por qué no le pondrán ocho ó diez1
D.-Porque no cabría en la boca.
M. - tDe qué está echo el tenedor1
D. - -De fierro.
M.-¡.Todo él es de fierro~
D.-No; el mango es de madera .
M.- ¡.Para qué le harán las puntas de fierro~
D. - Para que tengan más resist:mcia.
M.-¡,Podrían hacerse de m~dera~
D. - Sí; pero se romperían muy pr•onto.
M. - ¡,Por qué harían de palo el mango~
(Sugiérase la idea de costo y peso.)
M. - ¡,El mango del tenedor qué foema y qué geue o ticne1 ¡,P<\ra
qué lo haran asi1
D.-P:cwa poderlo manejar con firmeza y sin lastimarse.
M. - ¡,En qué se parecen el tenedor y el cuchillo~
D. En el mango.
M . ¡,Por qué razón harán asi el mango del cuchillo1
D. - Por las razones ya dichas al tratar del tenedor.
M.- ¡,Para qué sirve el cuchillo~
D. - Para cortar lo~ alimentos .
M. - ¡,Por qué el cuchillo los corta y el tenedor' no1
D. - Porque el primero tiene filo.
M.-¿,Es roncho ó poco el filo que debe tener nn cuchillo de
mesa1
D.-Poco.
M. - Por qué~
D.-Porque no se cortan con él cobas duras.
M. - ¡,Qué inconveniente tendría el que tuviera mucho filo1
D.-Se gastaría pronto y seria peligroso su u• .>.
M.-tNo se corre 13oligro de cortarse la boca con el cuchillo al
comer1
D.-Si.
M. - ACómo podría evitarse eso7
D. - Teniendo cuidado.
M.-¡,F.s indispensable llevar el cuchillo á la boca para comor1
D.-No.
M. - Luego ¡,cuál es ol mejor medio de evitar lns heridas que el
cuchillo pu ede hacer1
D.-No llevarlo nunca á la boca.
M. ¡,Tiono punta el cuchillo1
D.-No.
M.- ¡,Cómo est á su extremidad1
/J.-Redonda.
M. - ¡,Por qué1
D. - Por·que se rom pe ménos y es ménos peligr·rso así.
M.-¡,Se sacaría algún provecho de que t uviera punta1
-430-

D.-Realmente ninguno.
(Si se dispone de algún cuchillo de trinchar, puede aprovecharse
para una comparación de su forma y dimensiones en sus usos. Pue ·
den también presentarse algunos otros instrumentos cortantes,
como cortaplumas, navaja de barba, etc., y hac'ó!i' comparaciones
análogas.)
M.-1,C6mo se llilma 1& parte cortante del cuchillo~
D.-La hoja.
M.-tDe quá es1
D.-De acero.
(Podria aprovecharse la oportunidad para d dr á conocer las pro-
pietlades del fierro y del acero, valiéndose, por ejemplo, de un pe-
dazo de aro de barril; esto si el niño no distingue uno de otro; en
este caso hágase uotar por preguntas adecuadas, que el fierro servi-
ría poco para hacer hojas cortantes, por su poca dureza y elasti-
cidad.
MANUEL FLORES.

-···1! ! 1

REVISTA DEL EXTERlOR.


AUSTRIA . (1).

Según los últimos y más recientes datos oficiales, la situación


de la enseñanza primaria en Austria es la sig~iente:
El númel'o de escuelas primarias es de 17.416 ; 16.924 escuelas
públicas y 492 escuelas privadas.
Hay 924 escuelas más que en 1880 y 2.647 más que en 1870.
El número de escuelas primat·ias superiores, que era de 46 en 1871,
se eleva hoy ri. 261.
Cerca de la mitad de las esc uelas primarias contienen una so!a
clase.

(1) Tomamos estos datos del '' Boletú1 de Enseña11zoa p,•ima1'ia " .
-431-

En 1~. 816 escuelas se dá clase durante todo el día, en otras


!'ólo por la mañana 6 por la tarde.
En 7.607 escuelas primarias el idioma que se emplea en la en-
señanza. es el alemán; en 4.317, el bohemio; eu 1.154, el pola·
co; en 1. 534, el ruteno ; en 535, el eslavo; en 908, el italiano; en
353, el servio; en 61, el rumnno; en 3, el húngaro, y, en fin~ en
451 escuelas, el maest1·o y los alumnos hablan dos lenguas simul-
táneamente.
El número de maestros es de 42.512, y el de maestras de
11.955.
Las escuelas primarias públicas cuentan con 2.679.638 almn-
nos 'y las escuelas privadas con 101.843 alumnos; 51.762 alumnos
frecuentaban otros establecimientos de enseñanza {¡ recibian. la
instrucción en sus casas ; 22.027 niños no reciben educación por
enfermedad>•s físicas ó mentales; en fin, 406.685 niños, en edad
de escuela, no reciben instrucción algun':l.

COLONIA DEL CABO.


En 1887, existían en la Colonia del Cabo 927 escuelas públicas,
4 congreganistas, 353 escuelns de misionarios, U3 escuelas para
los indígenas y 185 g•·anjas-escuelas.
El número de alumnos inscriptos ascendl.a á 49. 5:~3.
La asistencia media era de 38. ~78.
Las escuelas infantiles contaban 17.078.

ESPAÑA.
El Ministerio de Fomento ha pasado una nota á la Direc..:ión
General de Instrucción Pública, ordenando que se recomiendE> á
los maestros y maestras de las escuelas rurales la adopción de
ca•·teles~ muestras, cartillas y libros de lectura en que, al lado de
aquellas máximas y enseñanzas que la experiencia ha demostrado
deben inculcarse á los !t.lumnos, figuren utras relacionadas con la
agricultura, mejora del cultivo, protección á los animales útiles,
etc.; « especialmente, dice, tratándose de los hijos de nuest1·os
hombt•es de campo, conviene que desde la más tierna edad miren
con respeto y afición la profesión de sus padres, y aún, que apren-
dan aquellas máximas sencillísimas que pueden contribuir á rom-
per con la rutina, que es el mayor obstáculo con que tropieza el
prog•·eso del cultivo.
-432-

<< De este modo no sólo se logrará formar agricultores, cuyo


espíritu esté convenientemente preparado para recibir más tarde
sin preocupación una enseñanza agrícola científica y progresiva,
sino que bien puede esperarse que lleven aq11el mismo espíritu á
sus casas por la repetición de los proverbios que constituyeu su
estudio habitual. >>
-El Gobierno ha resuelto acedar á la pr·opuestu hecha por las
Direcciones Genarales de Instl'Ucción Pública y de Agricultura,
Industria y Comer·cio, acer:ca de la conveniencia de promover un
cer·lamen para premiar las cartillas y libros de lectura de mayor'
mérito y utilidad con aplicación a la enseñanza elemental.
En dicho cer·tamen se establece rr n premio de 1. 500 pesetas para
el autor del mejor libro de lectura elemental y otro de i. 000 pese-
tas para el de la mejor cartilla y silabario. Habrá, además, dos
accésits de 500 y 300 pesetas respectivamente, par·n. las obras que
sigan en mérito á las premiadas.
Las cartillas ó silabarios y libros de lec.tur·a elemental deberán
necesariamente contener, además de las frases, máximas y párra-
fos que se consideren necesarios para prepar·ar la educación
moral de los niños, otros relativos á los beneficios de la agricul-
tul'a, protección á los animales útiles, mejora del cultivo y los
demás que se encaminen á combatir la rutina y á fomentar el
progreso agrícola y que estén al alcance de la inteligencia de los
niños á que se dedican tales libros.

EL THABAJO DE LOS NIÑOS

La comisión de reformas sociales, entre cuyos individuos se


cuentan los seño,.es Cánovas del Castillo, Azcárate, Castells,
Rubio, Balaciart, etc., confió a don U. Gonzalez Serr•ano, uno de
sus miembros, la ponencia de las bases para un proyecto de ley,
que integras y con las ~oclificaciones introducidas posterio1·mente
por· los r·eferidos comisionados, publicamos á continuación :

BASES PAHA IJN PROYECTO DE LEY SOBRE TI ABAJO DE LOS NIÑOS,


REDACTADO POR LA COMISIÓN DE REPO HMAS SOCIALES.

1" Los niños de uno y otro sexo, menores de nueve arios, no


serán admitidos al trabajo de ninguna fábrica, tall er. fundición ó
mrna.
-- 433-

Cuando el hijo trabaj e en el taller de su padre, tutor ó persona


encargada de s u g uarda ó en s u propia casa, queda sometido á fas
reglas de det·echo común.
2a Los menot·es de ambos sexos, do nueve á tt·ece años, cual-
qui era que sea la clase de teabajo en que se les ocupe, no emplca-
t·ún en él como máximnn más de cinco horas, y los de trece á
diecisiete, ocho horas, sin que el trabajo consecutivo exceda ele
cuatl'o.
Los compreudidos dentro de esta edad 00 podt•an, en ningún
raso, prestar sus servicios·
1• En minas 6 ca nteras, s i fu ese s ubterrán eo el trabajo.
2• En estab lecim ientos destinados á la elaborací\'ln ó manipula-
ción de materias inflamab les, into xicant es ó insalubres.
a· En recintos donde la má(jUÍna funcione por acción indepen-
diente de la del trabajador.
4° En la limpieza de motores y piezas de trasmísión, mientt·as
estén funcion a nd o las máquinas.
:-Ja Qu t•da prohibido el trabajo de noche, en d<>mingos y días
feriados á los menores de t1·cce año·.
Por punto gene1·al, se permitirá el trabajo en las prim eras horas
Je los días festivos á los niñ os de trece á diecisiete años, cuando
las necesidad es de s u industt·ia lo oxij a 11. En los estable0imientos
industriales de fuego co ntinuo podrán trabajar los mismosdu1·ante
l:cs noches y día~ festivos, siempre f]Ue se los dej e tiempo para
cumplir s us debflres religiosos y pt·evio permiso de la autoridad
co mpetente, después de la opol'tuna infOI'mación, sobre la nece-
sidad ó conveniencia suma de no suspender el trabajo.
4a No podrán empl ea r en sus trab:1jos, los establecimientos in-
dustriales, á los niños qne no presenten certificación de estar
,-acunados, de no pad ecer nin g una enferm edad orgánica ó canta-·
gio a y de asistencia de tres horas pot dia ó dieciocho por semana
{t la escuela cuando el local de ésta se halle á menos de tres
kilómetros de di s tancia.
5a Interin la iniciativa individual no asocie la escuela al taller,
s l'á obligatorio para todo establ ecimi ento fabr·il, distante más de
tres kilórr.etros de la escuela. ~ ue ocupe perman entemente más
d·! veinte niños, el sostenimiento de una de éstas, pudiéndose de·
ducir de su salado la pa¡te necesaria para la remuneración de su
enseñan:ta , según sea costumbre en la localidad.
- 434-

6" Independientemente de la acción del Estado, las sociedades


protectoras de lo" niños quedarán encargadas de estudiar y pro-
poner por su parte al gobiel'Oo cuantas reformas conside1·en con·
venientes, respecto á la higiene de los establecimientos y á la
organización de la escuela.
7• Queda pt·ohibido á los menores de diecisiete años todo trabajo
de agilidad, equilibrio, fuerza ó dislocación en espectáculos
públicos.
Los autores 6 directores de compañia<;, cont1·atistas, padres ó
tutores de los niños que contravengan este articulo, serán pena-
dos con forme al a1·t. 1• de la f ·~Y sobre « Protección de los niños »
de 1• de Julio de 1878.
8• Se organizarán eficazmente por la administracíJn Fública,
para el debido cumplimiento de esta ley, los servicios de inspec-
ción relativos á la higiene de los talleres, h1)1'as y condiciones de
trabajo y asistencia escolar.
9• La inspección de la higiene del taller abrazará el estado de
sanidad de los niños, la limpieza, salubridad y aeguridad de los
establecimientos.
10• La inspección d ·1 la organización del tmbajo abrazará la
clase y horas de éste y la edad de los menores.
11• La inspecci ón escolar se referil·á á la educación pedagógica
y á la asistencia de los niños á las escuelas.
a a. Los inspec~ores del gobierno adoptarán por sí mismos, en
todos los casos urgentes las disposiciones que el cu'llplimíento de
la ley hag>~ indispensables.
13• De los accidentes que á los menor~ s ocurran dentro d~l
taller, por inobservancia de los preceptos de esta ley, f<erán res-
ponsables los patrones. Esta responsabilidad será, sin embargo,
subsidiaria, cuando el accidente sea ímputaule á descuido 6 falta
de sus agentes; cuando los accidente3 s~an imputables á los
padres, los patrones serán irresponsables.
14• Las int.racciones de esta ley, no comprendidas en la base
séptima, seran penadas con la multa de 25 á 30 pesetas, que podrá
elevarse á la de 1U, caso de reincidencia. A los in sol ventes será
aplicable la detención subsidiaria, con arreglo á lo preceptuado
en el código p.:mal.
-435-

15"' De la transgresión de esta ley conocerán los jueces muni-


cipales en juicio de faltas. La acción para denunciarlas y perse-
guirlas será pública, y para los inspectores del gobierno obliga-
toria y de oficio (1))).
El sólo nombre de los individuos que componen la comisión
citada era garantía bastante para que la obra, fruto de sus estu-
dios, resultase notable bajo todos conceptos; por tal motivo la he
transcripto íntegra, lo mismo que las anteriores leyes, etc., que
resumen el estado actual del asunto en España. No pretendo hacer
un juicio crítico de las antedichas Bases, y sólo adoptarlas como
punto de partida señalado por sus autores, quiene!'l, dotados de
vasta erudición y contando con medios de adquirir datos ciertos
..:onstituyen verdadem autoridad en nuestro país, cuando de cues-
tiones sociales se trata. Sirva esto de disculpa á mi ntrevirniento;
pues al proponerme escribir la prt:lsente memoria, no ha sido mi
objeto censurar injustamente obras ajenas, sino contribuir con mi
humilde esfuerzo, á la resolución de tan importante problema. •
Alguno de mis oyentes extrañará, sin duda alguna, que pre-
tenda demostrar la necesidad .te la legislación sobre el trabajo de
los niños, cuando en !!;spaña nadie ha elevado su voz contra la
misma, pues parece lógico que lo no combatido sea aceptado;
pero si contra ella no se han opu~sto d~ palabraargummtoa, fáci.
les de rebatir, cou los hechos ha sido despreciada por completo
cual si no exi:;;tiera; por esto, al propio tiempo que escogitar los
ruedios más conducentes á que la ley se obsarve, conviene poner
de relit:lve sus ventajas, á fin de evitar oposiciones obstinadas
cuando llegue el caso de su aplicación.
Examinado en la serie animal, particularmente en sus especies
11rás elevadas, el admirable ciclo de la evolución orgánica, hasta
lle¡;ar al completo desarrollo del individuo, llaman inmediatamente
la atención las múltiples transformaciones que sufran los diversos
sistemas según d periodo de la vida; ór·ganos e u la época embri-
onaJ'ia adquier,m gran predominio y crecimiento, se reducen des-
pués quedando sólo rudimentarios, ó desaparecen por completo;
mientras que por los cambios que experimenta sucesivambnte el
nuevo sér en su modo de vivir, otros aparatos, que parecía:n exis-

RPvista de E spaña, ntim. 481.-15 ele Junio de 1888.-Madrid. -· 1 agi·


nas 356 y siguientes.
- 436 --

tir sulo en ge1·men, ó por· ninguna manifestació n pe1·ceptible reve_


!aban su presencia, se desenvuelven ó aparecen por vez primera 011
l>l. organización. Estos hechos qne no puedo enum erar, siquir•ra
porque se¡·iftn insuficientes las breves páginas del trabajo qu e 0~
ofrezco, son demostración palpable de una ley biológica import .w-
t.ísima para mi objeto: el desarollo de un órgano se acrecienta y
completa cuando más activas deben ser sus funciones: y no e;;
dificil, pues, basta el bue n sentido para ello, admitir como con sP-
cuencia legítima, que la dd] cie ncia de ur1 ó1·ga :¡o supo ne la dismi-
nución en sus funciones, cornpal'adas co11 las que podrá ejecu1 :1r
cuando haya llegado á la plenit.ud de su desenvolmi ento.
El hombre no escapa á esta le y: multitud de órganos importari-
tísimos á la vida,desde que ésta empieta á maní fe s tars e en Al óvulo.
otrosindispens·'tblesal embl'ión ,cumplido el fin que teníanconfl::Hio,
desaparecen, y r.n los últimos tiempos d.e la vida intraut erina sA
borran por completo; y finalmente, alguno;; que para el feto snn
indispensables á la existencia, caen en completa atrofia cuando
el nuevo sér abandona el claustr·o mate1·no. En el niño todo está
oeganizado pa1·a el inmediato y libre eje1·cicío de las fun ciones de
nut1·ición; en cambio, y esto demuest ra lo que debe tardar en ser-
vir el sistema muscular, el p1·oductor de fu el'za aplicable á mani-
festaciones ex•te1·iores en la máquina humana, es el que más tai·-
dd en alcanzae desarrollo completo, en efect•J, la ma ' masculae
en el recién nacirlo representa sólo, por término medio, un peso de
625 gramos en el hom!Jre adulto se eleva á 29,880 p1·óximamentc
la mitad del peso total; la p1·oporción en el aumento es como 148
superiot• á todos los demás tejidos. La falta de músculos, tau10
más notable cuanto menol' es la edad, es un argumento q11 f.l
á priori demuestra la gran deficiencia en la cantidad de trabiljn
que puede ¡•ealízar el niño; pero adquiere má!'; valor si tenemos nn
cuenta que las resistencias pasivas, tantas y tan enérgicas, que
disminuyen la suma de fuerza útil del hombre existen igualmen-
t t~ ó son mayores, en edad muy tierna,: más aún la fatiga muscu-
lar en el adulto, que sólo emplea parte de su actividad t!wda mii-
cho mas en presentarse que en el niño, obligado por poco que sea
el trabajo p •noso, á poner en acción toda su fuerza, y por insufi-
ciencia de la misma, á llega¡· casi siempee al esfuerzo; por esto
el trabajo peematuro, aunque sea el ligero debe considerarse como
excesivo, porque lo es en eelación con el que puede efectuarse en
las primeras edades.
- 4~7-

Si estas cons ideraciones no son aún bastante convi ncentes , el


dinamómett·o demu l'sL ra la fu erza media qn~ puede desarrollarse
en las diversas edades, como puede verse en el siguiente ruadro,
en el C]Ue se incluye los datos de divcPsos autores:

FUERZA MUSCULAR EN KILÓGRAMOS (1)

HOMB RE '1 M U.JER


:

EDAD 1Quetelel P:·gliani 8v1\ditc h EDAD Quetelet 1 P~~l~ni 1 Bowditch

------- -- ---j - ~-
8 años 35 29 35 8 años 25 20 27
9 )) 41 39 50 9 )) 28 27 32
10 )) 4.5 59 56 10 )) 31 34 37
11 >> 48 GO 67 11 )) 35 38 46
12 )) 52 71 76 12 )) 39 46 50
13 )) 63 80 84 13 )) 43 54 60
14 )) 71 90 94 14 )) 47 62 67
15 )) 80 104 105 15 )) 51 67 80
1G )) 1 95 112 110 1G )) 57 69 80
17 )) 110 118 122 17 )) 63 70 79
18 )) 118 1 122 126 18 )) 67 70
19 )) 125 129 19 )) 71
1

(1) Girwnale de la Societá itnliana d'Jgiene.


-438-

El simple exámen de los anteriores datos rhnuuestra que cuanto


menor es la <>dad , mas escasa es lfl fuerza, y esa diferencia es
aún mfl.yor, si se consirlera en relación con la estatur·a y peso del
individuo:
ES'r ATURA EN M. M.

SEXO MASCULINO

1 Quetelet Pagliani IBowditch Sarpey ! Key


EDAD (2) (3) (4) (5) (6)
---
8 años 1162 1183 1213 1162 1'21 M
9 » 1218 I239 1262 1219 1'26
10 " 1273 1264 1313 1275 1'3L
11 » 1325 1294 1354 1330 1'33
12 » 1375 . 1337 1400 1385 1'36
13 )) 1423 1396 1453 1439 1'40
14 » 1469 1454 1521 1493 1'44
15 » 1513 1519 1582 1546 1'48
16 , 1554 1580 1651 1594 1'56
17 , 1
1594 1600 1680 1634 1'62
18 , 1630 1608 1 1693 - 1'67
19 , 1655 1616 - - -
20 , 1669 - - 1674 1'72
1 1

SEXO FEMENINO

8 años 1142 1156 1209 1141


9 1196 1208 1254 1195
10 , 1249 1273 1304 1248
11 , 1301 1315 1357 1299
12 , 1352 1367 1419 1353
13 , 1400 1426 1477 1403
14 1446 1496 1523 1453
15 ," 1488 1526 1552 1499
16 , 1521 1540 1564, 1535
17 , 1546 1550 1572 1555
18 , 1563 15!10 1573
19 , 1570
20 , 1574 1577

(2) Bruselas.
(3) 'l 'urin.
(4) Boston.
(5) Francia.
(6) Suecia.
-439-

PESO EN KILÓGRAMOS

SEXO MASCULINO
-
EDAD Qut~telet Pagliaui Bowditch Sappey
1

8 años 21'6 2o•7 24'4& '20'76


9 .,. 23'5 22'4 26'87 22'65
10
11
12
...... 25'2
27•0
29'0
2.4'8
26'6
29'3
29'62
31'84
34'89
24'52
27'10
29'82
13 » 33'1 33'0 38·49 34'38
14 » 37'1 36'6 J2'95 38•76
15 » 41'2 41'8 48'50 4!3'62
16 45'4 54'90 1!9'G7
'11 47'2
17 )) 49'7 52"1 57'84 52'85
18 » 53'9 53'8 60'13 -
19 57'6 55'0 - --
20 "» 50'5 - - 1 63'65
1
1 1 1

SEXO FEMENINO

8 años 19'0 19'0 23'44 19'08


9 )) 21'0 21'9 25'91 21'36
10 » 23'1 24'7 28'29 28'52
11 25'5 26'9 31'23 26'55
12 " 29'0 29'5 35'53 29'82
13 "
» 32'5 34'5 40'21 32'94
14 » 36•3 38'5 44'65 36'70
15 » 40'0 43'8 48'12 40'37
16 » 43'5 45'7 50'81 43'57
17 » 4&13 47'5 5241 47'03
18 » 49'8 46'7 52' 54
19 )) 52'1
20 )1
53'2 52'28

FRANCIA..

Los siguientes da tos estadísticos muestran los progresos que


ha alcanzado la República francesa. durante medio siglo ( 1837-
1887), en la enseñanza primaria :
-440-

Escue las. --En 1837 existían 38.720 escuelas para varones y


mixtas, y 14,059 esc uelas de niii as que ha en un total de 52.779
escuelas.
En 1887, estas cifras se elevaro n á 47.308 escue las de varones
mixtas, y 33.76~ escue las de nii'ías; total: 81.130 escue las
Hay, pues, un aumento de 54 "lo• sin calcular que las escuelas
públicas han aum en tado en 94 °lo·
Maest1·os. - En 1837 el número de maestros era de 39.302
h ombres y 20.433 mujeres, que hacen un tota l de 59.735.
En 1887 ascendía á G4.039 el número de maestt·os , y el de
tnaestra á 74.616; lo que da un res ultado de 138.655.
:El aumen1o ha sido, pues, de 78.920; es decit·, 13~ 0 lo ·
Para las maestras solas est e aume nto ha sido de 265 °/ 0 •
A iumn os . -En 1837 las esc uelas contaban co n l. 579.888 va r·o-
nes y 1.110 . 147 mujeres, que hace n un total de 2. 090.035
alumnos.
En 1887 es te númet·o se elevó á ~.8:t9.127 varon es y t.767.792
muj P. t'es, que hacen :.n total dtl 5.590.919 alumnos.
El aumento ha sido de 108 °lo ·
Para el núm et·o de mujeres so la mente ha s id o de 149 "lo·
-Po t· cir·cular de fecha 25 de Marzo próximo pasado,el Ministro d·\
Instru cción Públi ca h :o~. t•es ue lto aplica r á las escue iR.s pt·imarias laq
1wescripciones r eco lll cn dad as por la Academia de Medi cina pa ra
los es tabl ecimi e ntos de 1• nseñanza secundiaria, á fin de ev itar In.
propa,.ación de e n ferm eclades contagiosas .
«Cada vez (dice la cit•cula r) que la falta de asistencia de un
alumno sea ocasionada por alguna de las enferm edades siguien-
tes: viruela, escarlatina, sarampión, difteria, etc ., etc., el maes-
tr(), la maes tJ·a 6 la directora de una escuela maternal, no deberán
recibir al niño si éste no prueba que el período de conval ecencia
y aisla miento ha terminado.
«Este periodo, que d eberá contarse desdtl el pt·incipio de la en-
fermedad , es de cuarenta días p 11 :t ·.t \ iruela, la escal'latina, y la
difteria; y de veint1cin co para el sarampión.
«Cuando e l niño haya estada enfermo de coquelu che, en-
fermedad cuya dut·ación es e n extremo variable, no podrá ser
admitido nuevamente si no prP-senta un certificado del medico qu e
lo ha asistido en que se pruebe que h ace un mes que ha terminado
la enfermedad».
-441-

I GLATERRA.
La educación primaria es en Inglater1·a obligatoria desde los
cinco hasta los trece años de edad, debiendo el alumno contin11ar
un año mas cuando no habie1·e alcanzado el grado de instrucción
que la ley determina, á los trece años.
El programa general de estudios, establecido por el Departa-
mento de Educación, comprende: lectura, esct·itut·a, att·iméticas,
inglés, geogt·afía. y ciencia elemental; para las ninas, t1·abajos de
aguja.
La obligación puede cumplit·se en las escuelas del <<Boal'Cl
Schools», en las sostenidas por las comunidades religiosas, en
otl'O número de escuelas privadas ó en familia. Pero aunque
exi~>ten visitadores q¡.te llevan un t·egistt·o en el que insertan a
todos los niiios del respectivo distrito, la obli·gación no es uu
hecho más que en las disposiciones escl'itas, reinando igualmente
mucha libertad en las materias que son objeto de ··studio y en la
extensión con que se desarrollan.
Los directo1·es de las escuelas pueden y suelen también, en
múltiples circunstancias, extcndet' los estudios y agregar, pot·
ejemplo, álgebm, historia naci0nal, química, mecác.ica, h·ancés,
latín, economía dom éstica, etc.

MÉJICO
Reproducimos un extt·aclo del discurso p1•onunciado po1· el señal'
Baranda, Mintstt·o de Insteucción Pública, al inaugural' las sesio-
nes del Congreso P edagógico Mejicano.
Manifestó que, pa ~ad:.:. ya la época de disc••rdias civiles y con-
solidada la pn. era Y<t tiempo du ocuparse de la en:>eñanza pú-
bil ca; que la in s tmccióo es la ua e de la sociedad, particulannente
en las R upública&; que el Estado no puede de;;enteuJerse de la
educación e nteramente, corno¡,¡ demue~ll'a el ejemplo de Lodas
las naciones, inclusa la lnglatet·t·a, que es la má;; liue ral <i c. le
respecto. AJiadió r¡u0 en todoi:l lo::; Estados se u·abaja pot• la di-
fusi, '• n y mejol'amienLo de la instrucción publica, y que e1·a con-
veniente y oportuno adunat· eso esfuet·zos dispersos pat·a darle
ma<;; eficacia y honwgeneidad, á cuyo fin había convocado el
Cougt·eso de Instrucción pat·a uniforma1· en Loda la República la
enscii.anza p1·irnaria, prepat·atoria y profesional. Después de asen-
tal' que el Estado Lieue Ller ,~ cho para irnpouet· la instl'ucción obli-
- 442-

torta, agregó: ~Por fortuna en Méjico no et>tá á discusión el


principio de la enseñanza laica, obligatoria y gratituita >>. Pero
en su concepto esto no basta; es preciso multiplicar las escuelas
de tal modo, que sean accesibles á todos los niñ os y muy espe-
cialmente á los de las !taciendas; y en seguida poblarlas. Habló
de las dificultades serias que presentaba la fundación de escuelas
rurales, de la necesidad probable de declarar que los maestros
necesitan título (declaración que cree compatible con el articulo 3°
de la Constitución Federal); de las, ventajas que resultarán á los
estudiantes de la uniformidad de los estudios preparatorios y
profesionales; de la naturaleza de la educación, que ha de ser
integral por su contenido y natural por su método. Concluyó
excitando al Congreso á de!iberar con la mayor maduréz , consi-
derando que sus decisiones se convertirían probttbl emente en leyes
generales; felicitár:dolo por su instalación y poniendo á disposi-
ción suya los datos estdísticos r <'cientemente recogidos.
-Entre las cuestiones que se discutirán, ¡..resentadas al Cogreso
por el Ministerio respectivo, figuran éstas, relativas á instrucción
p: imaria y escuelas normales:
tEs posible y conveniente uniformar en toda la República la
enseiianza elemental obligatoria?
¿En qué edad debe recibirse, y cuántos años debe iurar la ense-
fianza elemental obligatoria~
¿Cuál debe set· el programa de la enseñanza primaria obliga-
toria, 6 la distribución detallada de esta enseñanza en los diversos
afios que ha de durar?
t Qué materias de la enseñanza elemental obligatoria necesitan
texto para su enseñanza, y qué condiciones deben reunir los
textos que se adopten?
¿Qué métodos, procedimientos y sistemas deben emplearse en
la enserlanza elemental?
t Hay útiles y mueblaje indispensables en las escuAias ele-
mentales?
¿Qué riqui8it os de higiene deben satisfacerse por parte de los
alumnos para.ingresar en las escu elas elementales?
¿ Son necesat·ias las escuelas rurales en algun os lugares de la
República 1 ¿Son indispensable!', en otros, los maestros ambulan-
tes~ t Cuál debe ser la organización de las primeras y cuál el si E-
tema de enseñanza emplea~o por los segundos?
-443-

¿Es cunveniente el establecimiento d¡} colonias infant íles como


un medio cooperativo de la enseñanza elemental obligatoria? Si
se aceptan e tas colonias, ¿qué organización debe dárselas~
¡,A qué edad ha de comenzt1.r la instl'uc-:ión en las escuelas
de párvulo y •;uántos años debe dut•ar1
¿Cuál debe ser la organización y programa de las escuelas de
párvulos?
¿La lectura y la escritura deben ó no excluir.,;e de las escuelas
párvulos 1
¿Es indisp JIISable proveer, por 111edi•l de escuelas nocturnas
de adultos, á la enseiianza elemenlal de los que no hayan podido
instruir·se en la edad esco lar~
i Qué tiempo debe durar es ta enseñanza 1 ¡, 1:\u programa y libros
de textos deben ser los mismos que los de las escuelas elementales
de niños 1
t Qué métodos, procedimientos .Y sistemas deben emplearse
en la enseñanza elemental de los adulto ?
¡,La escuelas de adultos deben limitars l á dar la enseñanza
puramente elemental, ó deben encargarse también dentro de su
órbita á cooperat· á la in strucción técnica de los obreros?
Si se admite la necesidad de las escuelas primarias superiores
¿qué enseñanza debe darse en ellas y cuántos años ha de
durar?
¡,Qué métodos, procedimientos y sistemas deben ernpl.·arse en
estas escuelas?
¿Desde qué escuela deben comenzm· á pmcticm·se los t1·ahajos
manuales y en qué deben consistir?
¿Son convenientes los ejercicios militares como un medio de
educación física, ó bastan los ejercicios gimnásticos y juegos al
aire libre?
tAceptados los ejercicios militares,:son practicables en las es-
cuelas elementales, dada la edad de los niños que deben concurrÍ!'
á ellas?
¿Qué condiciones deben reunir los locales para escuelas, á fi11
de que la extensión, distribución, luz, ventililción y demás •·equi-
sitos que les atañen sean los confo1•mes con los preceptos de la
higiene escolar?
¡,Conforme al articulo 3° de la Constitución, el profesorado de
instrucción primal'ia elemental necesita titulo para su ejercicio~
- -14<1-

i Debe~ retribuirse de una mr1nen1. digna y en propo1·ción con


las exigencias de cada localidad las tareas de los profesores de
enseñanza elem(lntal obligato1·ia? ¡,Qué honores ó recompensas
pueden acordarse á los que, por determinado número de años, se
hubieran consagr::...do á u ejercicio~
¿Deben todos los Estados abril' escuelas normales? ¿Estas
escuelas deben ser u ni formes con las del distr·ito?.
¿ Pa1·a el efecto de ~ni formarlas es aceptab le en las de varones
el plan de estudios tle la Escuela Normal de Profesores del distrito
'l11e á continuación se r.xpresa ~ ·

PLAN DE ESTUD!OS DE LA ESCUELA NORMAL DE PROFESORES


DEL DISTRITO.

P1·ime1· rtño.-Lectura superi01·, ejercicios de recitación y remi-


niscencia. .
Aritmética y álgebra.
Geometría.
Elementos de me~ánica.y de cosmosg1·afía.
Geogr:-~fia genera! y de Méjico.
Historia de Méjico.
Primer curso de idioma francés.
Ejercicios de cali grafía, dibujo aplicado a la enseñanza.
Gimnástica.
Canto coral.
Ejercicios militat·es.
Observación de los métodos de enseñanza en las escuelas
anexas.
Segundo a11o.-Eiementos de física y meteOI'ología.
Elem entos ele química general, agrícola é industrial.
Segundo curso de idioma ft·ancés.
Historia General.
Primer curso de idioma inglés.
Ejercicios d•J caligrafía, dibujo aplicado á la enseñanza.
Gimnástica.
Canto coral.
Ejercicios militares.
Pnictica empírica de los métodos de enseñanza en las escuelas
anexas.
Te1·cer año. -Eiemen tos de histor·ia natural.
Lecciones de cosas.
445-

Nociones de fisiología.
Segundo curso de idioma ingles.
Primer curso de pedagogía, comprendiendo: elementos de psic6
logia, lógica, moral y metodología, con especialidad el sistemA
FrreLel.
Gramática española y ejercicios de composición.
Ejercicios ele caligrafía y dibujo aplicado a la enseñanza.
Canto coral.
Ejercicios militares.
Práctica de la ensel1anza en las escuelas anexas.
Cuarto año.-Nociones de medicina doméstica y de higiene
doméstica y escolar, comprendiendo la práctica de la vacuna.
Elementos de Det·echo Constitucional.
Elementos de Economía Política.
Segundo curso de padagogía,comprendiendo: metolodología (con-
tinuación de la anterior), organización y disciplina escolar,historia
de la pedagogía.
Ejercicios de caligrafía y dibujo aplicado á la enseñanza.
Gimnástica.
Canto coral.
Ejercicios militares.
Práctica de la enseñanza en la escuela anexa y ejercicios de
crítica pedagógica.
RESOLUCIONES.
Ernolurnen/os ele los maestro$.
ta Se retribuirá de una manera digna al profesorado y en pro-
porción con las exigencias de cada localidad, apreciadu por las
autoridades 1·especti vas.
2a Las autoridades procurarán distinguir· á los profesores dán-
doles puestos, comisiones, ó cargos honorificos, que sean compa-
tihles con sus ocupaciones.
3a Se exceptuará al profesorado.
1. Del servicio de guardia nacional.
li. De cualquier cargo consejil.
lll. De toda contl'Íbucián personal.
4° Al profesor que hubiera llenado su cometido satisfactoria-
mente, diatinguiéndose por su dedicación y el buen aprovecha ·
miento de sus alumnos, se adjudica•·á como premio á sus méritos
y servicios :
-446-

I. Una medalla de bronce al terminar diez años de trabajos


escolares.
Una de plata en el CA.SO de haber satisfecho veinte años.
III. Una de oro, si hubiM:t set·vido treinta años. Dejando á las
autoridades respecti v,ts la 111anera de hacer efectivo este precepto
en lo relativo á formas y dctallt~3.
5a Después de haber desempeñado el cargo de profesor por un
período de treinta años, r¡ue.Jará el interesado en pleno der·echo
de que le sea concedida s•• jubilación, con el goce de todo el
sueldo que tuviet·e asignado.
6• En el caso de efermedad, y siempre que la autoridad esté
convencida del desempeño y dedicación del pt·ofesor de quien se
trate, éste podrá ser auxiliado en la siguiente proporción:
I. Si tuviese de cinco á dic'Z años de continuados trabajos, se
le auxiliará durante su enfermedad con la mitad del sueldo que
disfrute.
JI. Si el tiempo acreditado fuere de diez á veinte años, tendrá
derecho á las tres cuartas partes del sueldo.
lii. Y por último, si dicho tiempo pasare de veinte años, le será
concedido su sueldo íntegro.
7• Los auxilios á los cuales se refiere el artículo anterior, sólo
se tendrán por dos meses á lo más, para los profesores que acre-
diten menos de veinte años de servicios, pues para los que tengan
ese tiempo de servir á la instrucción pública, el auxilio durará
hasta por un año.
ga En el caso de fallacimiento, se pondrá á disposición de
los deudos del finado la suma equivalente á una men. ualidad
del sueldo que éstf:l disfrutaba, y una fosa de primera clase para
la inhumación del cadáver.

PERÚ.
A fin de estimulat· y despertar el interés por las cuestiones de
enseñanza, la dirección de nuestro colega La Instrucción, intere-
sante revista pedagógica que se publica en Lima, ha convocado
para el mes de Junio próximo á los maestros y á todas las perso-
sonas que se interesen por la educación popular, á un certamen
pedagógico.
Las disertaciones versarán sobre estos tres temas:
-447-

1• Procedimientos que deben cmplea1·se para conseguir la di-


fusión de la primera enseñanza en los lugares del interior del
Perú, donde no se habla la lengua castellana;
2• Conveniencia del establecimiento de las escuelas de adultos y
¡wincipales cuestiones que ofrece su organización ;
3• Sistema graduado de numeración.
La mejor disertación sobt·e cada asunto será premiada con una
obra sobre educación.
- Los siguientes datos estadísticos Jemuestt·an el estado de
la educación ccmün en Lima, durante el mes de Noviembre del
año 1889:
Han funcionado 26 escuelas públicas con una inscripción de
3.852 alumnos (2.~04 varones y 1.648 mujeres), y una asistencia
média de 2.539; y 111 escuelas libres con 6.881 alumnos matri-
culados (2.891 varones y 3.990 mujeres), y una asistencia media.
de 4.694.
Del total de escuelas particulares, 6 pertenecen á la Sociedad
de Beneficencia Pública, 8 á asociaciones religiosas,2 á la Sociedad
Italiana de Instrucción y 2 á la Sociedad de PreceptorPS.
Como se ve, en Lima la acción privada es más eficiente que la
oficial.

PRUSIA.

El informe de la comisión médica, nombrada por el Ministro


dd Instrucción Pública de Prusia constata que el su1·menage pro-
viene, no del exceso de trabajo, á que se someten los escolares,
sino á que desde muy corta edad comienzan los niños á asistir á
la escuela.
En consecuencia propond: reducir á siete años la edad para
ingresar a la escuela y de fijat· en once la edad mlnimum en que
los alumnos puedan eutrar en la sexta clase de Jo¡; gimnasios.
- Según la última estadística oficial recientemente publicada
la Prusia contaba en 1886 con 34.016 escuelas primarias públicas;
4. 618 urbanas y 30.398 rurales. En 188~ sólo existían 33.040
escuelas lo que da un aumento de 976 escuelas en cuatro años .
-448-

El pe•·sonal enseñante se di.stribuye como sigue:


En 1882 Enl886

Maestros ..........•••... 53.750 57.992


Maestras ...•........... 5.750 6.248
Varones .... 1.602 1.134
Ayu dantes { .
MuJeres .... 3~ 49
Totales ..• ........ f:i1.134 65.4~3

En estas cifras no están comprendidos los maestrvs de trabajos


manuales .
En 1882 el número de alumnos e1·a de 4.339.729; en 1886 de
4 .838.~47 (2.422.044 varones y 2.416.203 muJeres).
Los gastos que demandó la enseñanz:l primaria son como si·
guen!
Todas las escuelas LRs escuelas rurales so -
lamente
En 1871. . . . . 55.648.398 Marcos. 3~.082.308 Marcos
En 1878 ..... 101.0:'-3.623 « 57.117.873 «
En 1876 ..... 116.615.648 « 66.134.910 «

Cada alumno inscrito ha costado:


En todas las escuelas En las es~:uelas rurales so-
lamente
En 1871 .... . 14.27 Marcos 11.40 Marcos
En 1878 .... . 23.65 (( 19.05 «
En 1886 .... . 24.10 « 19.83 «

- En Berlín, donde la población es de 1.360.000 habitantes,


existen 175 escuelas comunales con 2.918 clases. Como el número
de alumos es de 163.~63, resulta un promedio de 56 por clase.
El personal enseñante se compone de 174 directores, 1830
maestros, 914 maestras y 39 ayudantes de ambos sexos. El sueldo
de los directores varía de 4.000 á 4. 875 francos; el de los maes-
tros, de 1.950 á 4.050, el de las ma•lstras, de 1.360 á 2.440 fran-
cos anuales.
El número de horas de clase por semana es de 26 para los maes-
~ros y de 23 para las maestras.
El presupuAsto escolar de la ciudad para el ejercicio de 1888-89
era de 9. 725.4~6.~5 francos.
-449-

SUECIA.
El número de maestros suecos era en 1885 de 4.9~3, lo que
constituye un aumento de 94 sobre la estadística de 1880; el nú-
mero de maestras, que era de 6. 748 en el mismo año, aumentó
en 1.210 sobre las de año 1880.
Con:rario a lo que se manifiesta eon otros Estados, las mujeres
forman la mayoría del personal enseñante.
-El 17 de Diciembre terminó el curso número 48 de trabajo
manual en la Escuela Normal de Naa.s, con las fiestas de estilo.
El discurso del DirPctor Dr. Salomón, fué magnífico, lleno de
expresiones cariñosas y de simpatía hacia los alumnos.
A este curso asistieron 51 alumno, divididos así: 46 suecos,
1 nuruego, 1 filandés, 2 norteamericanos y 1 chileno. - De
este total18 eran mujeres .
Los cursos de este año tendrán lugar en la siguientes épocas:
número 49, de Enero 8 á Febrero 9 (só lo par·a señorita"); número
50, de Mayo 29 á Julio 8; número 51, de Julio 30 á Setiembre 9;
número 52, de Novi embre 5 á Diciembre 16.

GUATEMALA.
Según el últimq censo escolar e l numero de niños en edad de
recibir instrucción asciende á 130.738.
IJurante el año escolar de 1889 funcionat·on en la República 643
escuelas de niños, 338 de niñas, 50 mixtas, 65 de obreros y 7 de
olwet·as, lo que dá un total de 1.103 escuelas regenteadas por
86~ maestros y 494 maestras, que forman un total de 1.356 em-
pl eados. El tesoro de la Nación gastó 306.108 pesos, las Munici-
palidades 29.902 pesos y los pat·ticulares 5.811 pesos: total de
gastos 341.821 pesos. La asistflncia á las escu·31as públicas arroja
un total de 54.114, dividida de la man era siguiente: 52.522 niños,
18.025 niñas y 3.567 adultos. Las escuelas privadas figuran en
número de 49, con una asistencia de 954 niños y 747 niñas. El
mismo año graduáronse 45 alumnos de lns diversas facultades y
los que obtuvieroll el título de Ma.estr·osdelnstrucción primaria fué
de 40.
La memoria prescn tada por el Ministro de Instrucción Pública, de
la yue tomamos los datos que anteceden, demuestra de una ma-
nera evidente que la República de Guatemala lJ•ata de coloearse,
en materia de instrucción, á la par de las naciones americanas
más adelantadas.
-450-

Actas del "CeDtr~ Unión lformaliata".


SESIÓN ORDINARIA. DEL 29 DE MAYo DE 1890.

Presentes. a
En Buenvs Aires, 29 ele Mayo de 1890, el señor
Lui s Su::trez , presirlente del Centro, declaró abierta
~~!~:~ k: l::t sesión á las 9 p. m., estando pre~entes lor.> miem-
Lamadrid. bros al margen inscriptos.
Pizzurno. Leída y aprobada el acta de la anterior, se pasó á
Garbea. la orden del dia, que la constituía el nombramiento
~~~;lsr.a. de P1·esidente, Secretario, Tesorero y un Vocal.
Aubin. La votación fué como de costumbre, escrita y se-
Oiivé. rreta,dando el siguiente resultado: Presidente, Sr.To-
~~~~~~ini. más¡Piñero ; Secretario, Sr. Felipe Sanchez Mendoza;
Schuster. Vocal, Sr. Lui s Suar•·z; siendo reelecto por unanimi-
Meggy. dad para Tesorero, el señor Emilio R. Olivé.
Piñero. l11tegr:v\a la C0mi~ión Directiva, el seño1' Aubín
Fernandez.
Po•· hetu. toma l::t palabra y prese nta, de vivn voz, su renuncia
Ojeda. indeclinable de rodactor de la Revista órgano del
Amarilla. Centro; el señor Olivé que también era redactor de
Jicha publicación, pidió se agregase su ;•enuncia a la del señor Au-
bín. La ARamblca r eso lvió aceptarlas en vista de su carácter ind e-
clinable, aplazando para otra sesión el nombramiento de las perso-
nas que puedan reemplazarles.
El señor Pizzumo leyó una nota del pedagogo italiano seña¡· de
Gabriulli, en la cual manifiesta aceptar el nc~n;bramiento de miem-
bro corresponsal del Centro Normalista, agradeciendo en términos
muy corteses la distinción de que era objeto. Se resolvió publicarla
y archivarla.
En seguida, el senor Suarez invitó al Tesorero señor Olivé, para
que diera cuenta á la asamblea del estado pecuniario del Centro;
1¡uién una vez t erminada la lectura de su balance, hizo presente que
había mnchos socios morosos, pidiendo a la Asamblea que tomara
una medida al respecto. Se resolvió pasarles una nota circular por
secretaría.
El señor Luis Suarez, después de leer su memoria reglamentaria
invitó al Presidente electo á que tomase pos P.sión de su puesto .
Acto continuo, el senor Lamadrid pide la palabr·a y presenta su
renuncia indeclinable de Pro-Secretario del Centro. Después de
discutida fué aceptada.; pero se resolvió dejar para la próxima sesión
el nornbrami'3nto de quiénocupase dicho puesto.
Se levantó la sesión á las 10 y 10 p. m.
ToMÁs PIÑERO.
Manuel A. Amarilla.
-451-

SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL 22 DE JUNio DE 1890.

P1·esentes En la Capit.al Federal, á los 22 dias del mes de


Junio dd 1890, reunidos los miembros del «Centro
8ri~~~ini. Unión Normalista» al márgen anotados, el presiden-
Piñ ero. te señor Tomás Pi ñero, declaró abierta la sesión,
Perez. siendo las 8 y 15 m. p. m.
Ra tellini · Leída y aprobada el acta de la anterior sesión,
~~!~~~ ~·. pasóse á la orden del di"-, que la formaban impor-
Schuster. tan tes reformas á los actuales Estatutos.
Amarilla. Como las modifi<!aciones á tratarse eran de posi-
tiva trascendencia y el deseo de darle la importancia que requiere,
era grande, los miembros presentes resolviet'on aplazarlas para quo
fuesen consideradas en una asamblea más numerosa.
Pasándose á tratar otros asuntos, fué nombrado Pro- Se< retario
del Centro, el sei'i.or Amarilla.
Pasándose á considerar el nombramiento de Dir~ctor de la Re-
vista Pedagógica, órgano del Centrn, el sei'i.or L. Suarez pidió que
se dieran al Director nombrado, amplias y bien definidas atribucio-
nes para que forme á sn parecer el cuerpo de colaboradores, con el
obj eto de cooperar al éxito feliz de la publicación. Fué aceptado,
recayendo el nombramiento en el señor Emilio R. Olivé.
El señor E. Suarez hizo las mociones qu,;, por su órden se
espres11n:
1• Pasar notas circulares á todas las asociaciones similaresde la
República, y á los Consejos Superiores de las Provincias, dándoles
noticias de la existencí ;t del Centro y de lus finas que porsigue, para
est&.blecer relaciones entre las comunidades que tiendan á mejorar
el estado educacional del país. Fué aceptada.
2• Nombrar Presidente Honorario del Centro, al Diputado Nacio-
nal Víctor M. Malina, atento á los señalados servicios que ha pres-
tado y sigue prestando á la causa de la educaciór.. Fué aceptaua.
Jespu és de un:.. larga. discusión; r~~olviéndose ai mismo tiempo que
la Comisión Directiva y los miembros de la asociación que quieran
irían a entregarle el diploma que le acr9dite en tal carácter.
!3• Qu e se publique un extracto de las actas de las sesiones del
Ct:lntro. Aprobado.
No habiendo más asuntos que tmt!l.r se levantó la sesión .a las
lO p. m.
TOMÁS PIÑERO.
Manuel A. A.mm·illa.

-------~~--------
-452-

1:.. NUESTROS suscRITO RES. --Con el objeto de poner al corriente, en lo


posible, nuestra publicación, damos en el presente número el correspon-
diente á Julio y Agosto.
NUEVOS PROGRAMAS PARA. MAESTROS. - En una de las últimas sesiones
especiale-1 celebradas por el üonsejo General de educación de la Provin-
cia de Buen·J s, se resolvió la reforma de los programas de exámenes de
los maE-stros, dividiéndolos en cinco grupos, á saber:
Primer grupo-Lectura razonada, pedago~ía, lengua nacional, arit-
mética práctica, geografía, historia argentma, anotomía, fisiología é
higiene, gimnasia y ejercicios escolares.
Segm•do grupo.- Pedagogía, atrimética práctica, historia arg,mtinn,
lengua nacional, geometría práctica, geografía y agricultura.
Tercer grupo.- Pedagogía, historia americana, geografía, instrucción
cívica, zoología, música, dibujo, agricultura.
Cuarto grupo.- Pedagogía, botánica, física, historia univerRal, arit-
mética razonada, francés é inglés, economía política.
Quinto grupo. -Pedagogía, historia universal, geometría, química,
mineralogía y geología, francés é inglés, dibujo geografico, aritmética,
literatura.
Para obtar al diploma de maestro infantil se rendirán pruebas de los
tres primeros grados y para el de elemental los cinco grados mencio-
nado;:;.
Se resolvió igualmente no expedir en adelante diplomas de maestros
superiores.
LA ASISTENCIA DE PROFESORES.-ElMinisterio de Instrucción Pública ha
dirigido la siguiente 11ota á los directores de los establecimientos de
instrucción secundaria y normal:
"Las planillas de asistencia de los cuerpos docentes, formuladas por
la inspección, demuestran que los profesores de ese establecimiento han
ineurrido en faltas de asistencia no justificadas.
N o es explicable, ni puede ser disculpada tal inasistencia que importa,
no solamente el desc0nocimiento por los profesores de · la primera de
sus obligaciones, sinó que además perjudicn. notablemente la disciplina
y el régimen de los establecimientos de educación.
Pido en consecuencia al señor director que se sirva manifestar á los
señores profesores que este Ministerio ve con pesar la poca atención
que dedican al cumplimiento de sus deberes y que espera no se repeti-
rán én adelante los hechos que motivan esta nota, pues ellos darían
lugar á la adopción de medidas de otra naturaleza siu que ello obste á
la aplicación del decreto del 23 de Abril último, qua esa Dirección
conoce. Saluda á Vd. atentamente. - J. M. Astigueta.
Es de esperar que dicha nota produzca los nfectos deseados y corte
de una vez las irregularidades que tanto pejudican á la enseñanza.
UN NUEVO ELEMENTO DE CULTURA. - El Dr. ÜrJoa, actual Rector del
Colegio Nacional, reanudando el estudio de antiguos proyectos de su
antecesor el Dr. Alcorta, trata de promover entre el profesorado de
dicho establecimiento la ejecución de ciertos trabajos, que al paso
--!53-

que puedan servir de complemento á la enseñanza de la cátedra en cada


asignatura, coadyuven al incremento y difusión de la cultura popular
por medios más prácticos y eficaces que los debidos al lento influjo de
la población escolar que recibe educación en ese centro.
Aunque el pensamiento no ha sido todavía formulado de una manera
concreta tenemos entendido que entre otras cosas S"l trata de invitar á
los profesores á dar conferencias públicas semanales, cuyo principal
objeto sea vulgari:.~ar los conocimientos científicos, exponer sus aplica-
ciones más importantes, reseñar los progresos más recientes realizados
en los grandes inventos de nuestra época, y dar cuenta de las mejoras
y adelantos introducidos en la industria, en el comercio, etc.
Parece también que con independencia de esa série de trabajos esen-
cialmente prácticos y de vulgarización, el profesor que lo desee podrá
dar libremente cursos breves de historia superiores encaminados á expo·
ner algún tratado e~;~pec!al ó parte rle la asignatura que explique á sus
alumnos, con un desarrollo más completo del que le cunsienten dar á
sus explicaciones en la cátedra 1" s nattLrales limitaciones que imp·me
ya de suyo el caracter elemental de la segnnda enseñam:ct j' In necesidad
de dar dura.nte el curso académico nociones generales sobre todo el
contenido del programa de cada asignatura.
Entendemos que es conveniente perseverar en tales proyectos y alen-
tarlos para quP se realicen, pues por su medio se acrecentaría no sólo
en extensión, sinó también en intensidad, el influjo qne deben ejercer
en 11•. cultura pública los establecimientos de enseñanza, y se contri-
buiría á establecer una solaridad más estrecha y una comumcación más
viva entre la sociedad y sus institutos docentes, que acaso por la falta de
relaciones entre una y otros pneden pareoer hasta ahora extraños en
cierto modo, á los grandes intereses morales y materiales del país.

INSTITUTO N AOlONAL. -Los profesores normales, señores Pablo A.


Pizzurno y Juan Tufró, acaban de establecer en esta capital un colegio
de enseñanza primaria y stoundaria que lleva por titulo el de estas
lineas.
Era una necesidad, que hacía tiempo se dejg,ba sentir entre nosotros,
la creación de un establecimiento, que por su dirección y por su personal
enseñante, respondiera a las aspiraciones de los padres que pueden cos-
tear la educación de sus hijos.
Dada la preparación técnica de los señores Pizzurno y Tufró y de los
profesores que les secundan, no es avent•1rado asegurar que elinstituto
Nacional sabrá colocarse en primera línea y corresp•mderá satisfacto-
riamente á la confianza de las familias que le encomienden la enseñanza
de sus hijos.
El local elejido en uno de los sitios más bellos de la ciudad, es vasto
é higiénico y el mobiliario y los útiles escolares responden á los princi-
pios modernos de la enseñanza.
Deseamos á los señores Pizzurno y Tufró el más feliz éxito en su
nueva empresa.
OFRENDA PÓSTUMA AL DR. NAVARRO VioLA. -El magisterio de la Capital
obran:lo dignamente y demostrando n0 ser ingrato para con &quellos
que han demostrado favorecerle, levanta en estos momentos una sus-
crición entre sus miembros p1•ra honrar la memoria del hombre digno
y ejemplar que en vida se llamó Dr. Miguel Navarro Viola.
El amigo y decido protector de los maestros, el que tanto se interesó
- 454-

y trabajó por la educación común, bien merecida tiene cualquier demostra-


ción de aprecio, por grande que ella sea,
Tendremos al corriente á nuestros lectores de las resoluciones que
adopte la comisión nombrada para llevar acal•o la idea apunt.ada..
LA UNIVERSIDAD DE HEIDELBERG.-Algunos diarios franceses dan la
noticia de la próxima desaparición de la célebre Universidad
de Heidelberg, que tanta parte ha tenido en el movimiento inte-
lectual de Alem:mia y cuyas cátedras han ilustrado los hombres más
notables de aquel país.
Aunque no se dice cuáles sean los motivos de la medida, es de supo-
ner q,ue la proximidad de la gran Universidad de Extrasburgo ha con-
tribuido á impedir el desarrollo de aquel otro centro cieutifico.

LA MU¡;;'ECA FONÓGRAFO DE EDJSON.-Un rincón del paraíso soñado por


las niñas! [maginad un gigantesco salón lleno de muñecas de todos los
tamaños y todos los modelos, cantando, hablando, gritando en diversos
tonos con timbres sonoros ó apagado'>, en bordón ó en falsete, con-
tando sin ton ni son historias, fragmentos int.errumpidos bruscamente
y que se entrecruzan en el aire, con un rumor continuo de reiojeria, y
tendréis la imagen que ofrece en este momento la exposición de la mara-
villas de la electricidad en el Lenox-Lyceum d'Orange en el estado de
Nueva Jersey, en los Esta.tos Unidos.
La muñeca fonógrafo de Edison, nueva inven('.ióri del electricista
americano, obtiene allí éxito enormt, justificado por la originalidad da
la idea. Vamos á describirla á nuestros lectores.
La muñeca de Edison tiene el cnerpo de hierro blanco, el interior es
hueco, la parte superior del pecho dispuesta como el tondo de una espu-
madt~ra, lleno de numerosos agujeros y de bastante calibre. En cuanto
~1~ que ese hueco contiene y que es la pieza capital del mec~nismode relo-
Jena, se mueve por medio de una ll!!ve que pone en acciÓn un tambor
comunicado por un estilete con la placa de resonancia y de vibración de
un electro imán.
A si dis]Juesto, la descripción es fácil y se comprende sin dificultad.
Un volante armado de una correa sirve para regular el movimiento
de conjunto del tambor. Sobre éste está aplicada y enrrollada una hoja
de guta-percha.
En una inmensa sala, quinientas jóvenes se hallan sentadas en ban-
cos separados los unos de los otrot-.
Enfilados delante de ellas sobre los tambores qne pasan sucesiva-
mente delante de un porta voz, pOI' donde uua jóven conversa, canta,
lie, llora, salmodia aires populares, y, á medida que tal hace, estas
vibraciones, yor medio de un tubo. se graban en la guta-percha de la
envoltura de tambor, formaudo huecos ó agujeros que más tarde
harán vibrar á su paso el estilete de la placa resonante de la muñeca.
La jóven se retira, Está hecho todo, el tambor está armado y no hay
más que introducid,, en el cuerpo <~ e In mnñeca montado ~n el meca-
nismo de r<:>lojería que le dará movimientos.
Dos vueltas de llave dadas por un agujero encubierto en la espalda,
bastarán para que el volante se ponga en marcha, llevando consigo el
rodillo que deslizara á izquierda ó derecha, sobre su eje, empujado por
el resorte. En este movimiento los agujeros de guta-percha hacen á
su paso temblar el estilete, el que á su turno trasmite sus vibraciones
á la placa de donde se escapan, en la forma que son articuladas por la
cornetilla superior aplicada contra los agujeros del pecho de la muñeca.
-455-

El juguete habla así, y repite automáticamente, á voluntad el aire ó


palabras grabadas sobre la guta-percha.
Es en realidad un fonógrafo muy simplificado, introducido en un
juguete.
Qué alegria pa,.a las chicuelas! El -:lrama de la muñeca va desde luego
á d1 :alizarse; no será ya el monólog0 de dos, en E>l que la niña es todo;
sino un diálogo, que podrá empeñarse entre esta y su juguete favorito.
Dónde se detendrá en este camino y qué empresa nos reservará en
el porvenir?
La usina de Edison puede fabricar 500 muñecas por día. Cada mu-
ñeca tiene una caja que la contiene, un nombre y el catálogo de los
aires que canta ó J.e los fragmentos que recita. Podrá llegar á ser una
bibhoteca automática, un medio de divertimiento á la vez que un ins-
trumento de estudio para el niño.
A coner de hoy la muñeca tiene la palabra, con tal que como la
mujer ... perdón, como el hombre queríamos decir, no abuse de ella.

EL MAGISTERIO Y LA POLÍTICA. -La Dirección general de escuelas ha


pasado á los Consejos escolares de la Provincia, la circular que publi-
camos haciendo extensivo el decreto que dictó el P. E. prohibiendo á
los empleados á sueldo, tomar participación en la política.
Hé aquí los términos de la circular que aludimos.
Al señor Presidentente del Consejo Escolar-Tengo el honor de diri-
jirme al señor Presidente para que se sirva poner en conocimiento del
Consejo que preside y de los maestros y demás empleados de ese dis-
trito, que el Consejo General de Edncarión. un sesión del 30 de Mayo
del corriente año, con motivo del decreto expedido por el P. E. con
fecha 16 del mismo, prohibe á los empleados á sueldo que están bajo
!IU dependencia tomar participación alguna en asuntos políticos, sin
restringir el libre derecho o.el sufragio: y considerando que la profesión
del magisterio exige, más que ninguna otra, dedicación especial; que no
es dado al maestro distraer el tiempo de que dispone sin pe1:judicar la
institución á que sirve, qne las ;ersonas interesadas en el progreso de
la educación y algunos pedagogistas distinguidos sostienen que es indis-
pensable qHe el maestro permanezca ageno á toda agitación partidist.a,si
se quiere que la escuela desempeñe en la sociedad el rol que le está
marcado; que es un deber de la administración general de escuelas
prevenir todo aquello que pueda ser un entorpecimiento á la marcha
regular de la enseñanza primaria; finalmente, que hay conveniencia en
que las autoridades locales encargadas del gobierno inmediato de las
eecuelas en los distritos, presten su cooperación para obtener me,ior
resultado, ha dispuesto:
1• Adherirse en todas sus parte al decreto del P. E. á que se hace
referencia, poniéndolo en vijencia para los mae•tros y demás empleados
á sueldo.
2• Invitar á los consejos sa mantengan en completa prescindencia
en todo asunto político que pueda dividir la opinión, como un medio
para que su ejemplo sea imitado por los funcionarios que de ellos
dependen.
3• Encargar á los consejos escolares y á los inspectores seccionales
el cumplimiento de esta resolución.
Saluda á usted atentamente.-Jua.n N. A.cuiía.-.Alejandro Bergalli,
Secretario.
-456-

CoMo SE PIDE.-Jorge F. Kunz Mineralogista, está haciendo estudios


sobre el hierro meteórico,la piedra meteórica y obj lltos minerales prehistó-
ricos, por lo que desea tener conocimiento de los ejemplares qu~> existen,
ya sea en colecciones privadas ó museos, así como di¡:¡efio, descripción y
peso de las sustancias meteóricas, y descripción y diseño de los objetos
mineralt>s .
Los objetos prehistóricos que desea son los hechos de cristal de roca,
obsidiana, ágata, y en particular del jade y la jadeita; chalchuhuilt y
nefrita; y de éstos le interesan especialmente pequeños ídolos, dijes,
imágenes, ornamentos, hachas céiticas ó antiguas, etc.
Él .1gradecerá la noticia acerca de estos obj~>tos, y ofrece comprar ó
cambiar buenos ejemplares.
Diríjanse á George F. Kunz, mineralogist, Academy of Sciences,
New York, U. S. A.

EL CóNDOR. -Así se titula un periódico bisemanal, órgano de la ~o­


cieuad "Rawson" de San Juan, que acabn. de visitar nuestra mesa de
redacción. '!'rae interesantes artírulos literarios y de educación. Gra-
cias, colega, por su visita, y queda estable, ido el cange.

MoNTE Pío EscOLAR.-El Oon><ejo General de Educación de la Pro-


vincia, ha elevado á la Honorable Legislatura un mensaje solicitando
se dicte una ley de creación del Monte Pío Escolar que g<trante el
retiro de las personas que se dedican á la educación común.
Acompañan al mensaje un proyecto de bases para la formación ·de la
ley de la que damos los siguientes datos:
" Los fondos fijos dAl Monte Pío Escolar se compondrán:
1° De un descuento del 2 "/P á Jos sueldos del personal docente de las
escuelas comunes y superiores de la Provincia,
2° De los intereses que produzca la cuenta "contribución de es-
cuelas".
3° De las multas que se apliquen con arreglo á los artículos 9, 10, Ul
y 59 de la ley de educación y articulo 33 del Reglamento de los consejos
escolares.
4° De las donaciones voluntarias.
Si llegara el momento de que los fondo;; fijos no fuesen suficientes, el
Consejo general llenará el déficit con la venta de las cédulas hipote-
carias correspondientes á la cuenta de contribución de escuelas.
Gozarán de pensión del sueldo integro los preceptores y subprecep-
tores que hayan cumplido 20 años de servicios no interrumpidos, y
los que en servicio quedaran inutilizados por un acto de heroísmo, ó por
una lucha sostenida eu el ejercicio de sus funciones ó por cualquier
ot1·o accidente que se produzca de una manera indudable durante el
cumplimiento de sus deberes.
Gozarán de pensión ele 3j 4 partes del sueldo, los que habiendo cum-
plido 15 años de servicios no interrumpidos, se viesen por enfermfldad
ó invalidación fisica en la imposibil i 'b l <l" wmtinuarlos.
Gozarán de la misma pensión lo:; lJ.Utl su empleo fuese suprimido
después de 15 años ele servicios no interrumpidos, sólo en el caso de
que no pudiesen ser nuevamente colocados, ni distruten sueldo alguno
del Estado.
Gozarán d·~ la mitad del suelilo, los que habiendo cumplido diez años
de servicios, se encuentren en las mismas condiciones que los compren-
didos en el párrao anterior.
Las familias de los maestros tendrán derecho á pensión de la mitad~
- 457 -

tercera y cu~rt~ parte del sueldo q.ue gozaba el causante y siempre que
haya contnbmdo con sus erogacwnes á la formación de la caja del
Monte Pío Escolar". ,
La Ligislatura debe acojer el proyecto de bases de que damos una ligera
reseña y prestarle su mas deci~da cooperación,á fin de que si es posible,
antes de que concluyan las seswnes ordinarias, cuentn el magisterio co11
~na ley de Monte Pío qu~ lo ponga á salvo, aunque sea en algo, de la
mgrata tarea á que :;e dedrcan como lo es la de la educación ::omún.

DE CoRRIENTES.-La prensa local y el público censuran la conducta


del Director de la Escuela N 01·mal de Maestros que trás de habérsele
o~urrjdo_ oblig~r á que asistieran á clase en día de fiesta, dispidió al
dra.srgu_rente a todos los alumnos que no concurrieron. Estas n..edidas
a~brtranas, qu_e J?O se sabe á qué responden, pejudican notablemente á
lhcho establecrmrento de educación.
Ha sido nombrada vice-directcn·a de la Normal de mujeres la maestra
normal señorita Amalia Iraola, cuya competencia es reconocida.

SoBRE LA voz "AMÉRICA'' .-El ilustre genovés, durante su vida, an-


duvo de corte en corte reclamando apoyo y obteniendo negativas, pero
bien se ha vengado después de muerto; ahora todos los pueblos quieren
disputarse la gloria de haber sido su patria.
Sabido es que nadie había negado á Génova la gloria de haber sido
la cuna de Colón. En dicha ciudad se ensoña todavía al extrangero la
casa eu que vió la luz el portentoso descubridor de las Américas.
Un sacerdote corso publicó hace poco tiempo un libro para demostrar
qur~ Colón había nacido en Calvi (Córcega) y no en Génova.
A consecuencia de esta hipótesis, un autor español sostuvo que Colón
debia considerarse como español, á causa de haber nacido en territorio
perteneciente al reino do Aragón.
Desde el momentc que Colón nació en Calvi, perteneciendo este
pueblo al reino de Aragón, Colón fué ya al nacer súbdito aragonés
ó español.
En Dublín, un patriota irlandés, acaba de publicar un folleto para
probar que Cristóbal Colón nació definitivamente en los valles de la
verde Erin. Cristóbal Colón fué realmente irlandés, tal es el título
os~iio de su inesperada obra.
Uno de los argumentos ele más peso, que aducen los buenos sacerdotes
corsos para comprobar su suposición, es el hecho de llevar consigo
Colón á América perros irlandeEes.
·' La cosa se esplica fácilmente. El corso ama su perro como el árabe
ama su caballo; es por esta razón que los perros siguen á sus dueños" .
Parece resultar que á la versión italiana invocada dice cane corsi y
que este epitet•l está usado no en el sentido del perro corso, sino para
indicar un perro ieroz de una especie particular.
El irlandés á que nos reterimos, aceptando los razonamientos esh·am-
bólir.os de aquellos patriotas corsos se ha dicho: Existe una carta rarí ·
sima de Colón en lo cual habla de un perro irlandés quellevabaconsigo:
luego Colón es irlandés.
De fijo que si se averigua que en la trailla de Colón había un perro
pachón, saldrá algún erudito sosteniendo que el gran navegante nació
en algún valle de los Pirineos.
En 1862 un ingl6s, Ghm·les Molloy, en su libro De Jure Marítimo
afirmó, sin alegar razón alguna, que Colón había nacido en Inglaterra,
pero que residió luego en Génova.
- 458-

Tenemos dos iglesias, la catedral de Santo Domingo y la de la


Habana, que se disputan la gloria de poseer los restos de Colón, y toda
esta infinidad de pueblos que pr, tenden haber sido su patria. De aquí
que no sepamos dónde fué su cuna ni dónde está fijamente su sepultura.
Acerca del nombre de América, raro es el día también que no apa-
rezca algún autor con una nueva etimología. Hasta ahora se creía, desde
los tiempos de Humbolt que el nombrA fué inventado y propagado por
el geógrafo alemán W aldseemuller, quien en su Cosmographioe intt·o-
dttctiv publicada en 1507, escribió lo siguiente:
" Pero ahora que esas partes del mundo (Europa, Asia y Africa ) han
sido exploradas con mayor extensión y que una cuarta parte ha sido
descubierta por Americtts, no veo por que razón debemos rehusar á
nombrarla América, es decir, el país de Americus ".
Un geólogo americano, Julio Marcou, publicó en 1888 un libro, enca-
minado á demostrar que Ammet"icae es el nombre indio de las monta-
ñas situadas entre Juigalpa y Libertad, provincia de Chontales que
separan el lago de Nicaragua de la Costa de Mosquitos. Significa en
lengua maya el país del vunto.
Cuando creíamos ya estar en posesión del verdadero nombre de
América, aparece en Nueva York un ciudadano norte-americano, lla-
mado Lambert y nos echa á la cara otra hipótesis. El nombre primitivo
era, según Lambert, Amaraca, Amerioco, Maraca ó la Moraca (¡muchos
nombre son!), palabra que parece significar tierra del sol. ¿En qué
quedamos: es la tierra del viento ó la tierra del sol (
Y para coronar este d'.lsbarajuste, se lee en una Historia de Europa,
rs crit:1 pnr Henri Vast, que América es un nombre indio que corresponde
alas altas mesetas <le Nicaragua. Cuando Colón en su cuarto viaje
preguntó a los indios donde estaba el oro, resrondieron la palabra
Americ, Americ. Y ese nombre significó desde entonces el país del oro.
Hé aquí como los americanos, no consiguen saber á ciencia cierta el
orígen del nombre de su país.
No fuera extraño que un etimólogo español sostuviera que diriva del
amor que le tuvieran todos por sus riquezas. Por ejemplo: Colón al
hablar de aquella tierra en Eurt>pst t>xclamó la Amlí por t-i.ca; es decir
la Amé-t-ica.
Otras barbaridades mavores se han dicho en la historia de las maja-
derías humanas. •
GRACiAS oor EG A.- Agradecemo á nues tro colega "La Educación' ' los
elogiosos conceptos que dedica a la aparición del número anterior de
nuestra Revista.

LAS ESCUli:LAS DE Jurov.-De un extenso y detall&do informe sobre las


escuelas de Jujuy suscrito por el inspector general señor Anibal Helgue-
ra Sanchez tomamos lo siguiente:
"Hace un año que cumpliendo un igual deher,informaba triste y pesa-
roso, porque confesaba que no había podido evitar los trastornos que
habían tenid·> lugar en la causa do la educación. La labor fué constante,
la voluntad decidida y fuerte, en juego se pusieron muchos medios; pero
todo fué inútil. La falta de recursos imp aró sobre la suerte de lns
escuelas.
Mejores días sucedieron á aquellos; hubo fondos y la enseñanza reco-
brando sus fuerzas, volvió á mejor estado y fué más allá.
Hoy tenemos mas escuelas, ml'\jor provistas, los sueldos pagados
hasta el dia y en vías de const,ruir casas especiales para la enseñanza..
- 459-

Cuando el Gobierno comprendió el pelígl'O amenazador y las terribles


r.onsecuencias que debían v.mir del abandono de las escuela::', se apre-
suró á tomar medidas salvadoras . Gestionó y consiguió un empréstito
de 100,000 pesos, con Jos que pagó toda la deuda de la Provincia, inclu-
sive al Consejo de Educación.
Esta corporación por su parte, disponiendo de recursos, pudo obrar y
lo hizo con tino y actividad pag(¡ inmediatament~ todos los sueldos atra-
sados, reabrió las escuela¡;: cerradas, creó otras nuevas, proveyó á to-
das del menaje necesario y mandó levantar planos para edificios es-
colares.»
De los cu11.dros particulares que contiene el informe referido, estrac-
tamos los siguientes datos.
En toda la provincia existen 9000 niños en edad escolar; se matricu-
laron en las escuelas 2663; saben leer y escribir 1152, rindieron examen
2000 y ganaron curso 970.
Cada nifío inscripto ha costado 0,90 m¡n al mes ó sea 10 pesos al año;
cada asistente 0,9>! m¡n. al mes y 11 p~sos al año.
iNSTRUCCIÓN PROVECHOSA. -La directora de la escuela normal de maes-
tras de Santiago del Estero, ha pedido autorización al ministerio de
instrucción publica para ceder los domingos uno de los salones de cla-
ses, á fin de que las alumnas dol curso normal puedan hacer práctico el
pensamiento de instruir en la escuela dominical que han fundado, á las
personas ocupadas en el servicio doméstico.
UN PUEBLO AGRADECIDO. - En un lugar de Castilla la Vieja, cuyo nom-
bre interesa conocer, Fuente Santa Cruz (Segovia), ~:~e ha verificado una
ve1 dadera manifestación, de g,ratituil y simpatía hácia don Vicente Ce-
brián.
El honrado, persona de grandes merecimientos, fué el Profesor de la
localidad, que por jubilación cesaba en el desempeño de su cargo, ,les-
pués de haberlo servido sin interrupción 46 años, sitl que jamás faltase
al cumplimiento de sus deberes profesionales.
Y buena prueba de que allí deja imperecedero recuerdo, es que el pue-
b!o, agradecido al que consagró s u vida entera á difundir la mstrucción
y la moral entre sus habitantes, le despidió con recogimiento profundo
y respetuoso en unánime y expontánea manifestación, en que pudo no-
tan;e bien el entrañable afecto que todo el pueblo,sin excepción, le pro-
fesa.
La Junta local de primera enseñanza, al firmar el acta de cese, acor-
dó costear un retrato de su anciano y venerable Profesor para que fi-
gure en el salón-escuela, como testimomo fidedigno de lo que vale la
honradez y la laboriosidi:l.d cuando se consagran sin tregua ni descanlio
al fomento de la cultura y bienestar de un pueblo.
El Casino por su parte, tomó por unanimidad idéntico acuerdo, con-
viniendo además en obse1uiar al Profesor con un banquete en el que
reinó la mayor cordialidad, protestando todos en sentida~ frases del
aprecio que s u anciano Maestro les merece, y aduciendo como prueba de
lo mucho que le deben, el hecho de que Lodos los habitantes del pueblo
menores de "sesenta años saben leer y escribir. ,
Bien merece, por tanto, ese pueblo modelo que sea dtado y enalteci-
do su nombre.
INFORTUNIOS Y AMOR.- Tal es el título de ia novela de un maestro, es-
crito por el galano literato Edmundo de.d.micis. Hayenesta obra cuadros
magistralmente diseñados, lleno de palpitante interés, sobre todo, para.
- 460-

aquellos que pertenecen á la profesión del protagonista y en el más de


una vez creerán verse retratados.
En otro lugar del presente número hallarán nuestros lectores uno de
los capítulos de la. citada. obra..
DR. VIOTOR M. MoLINA. - En una. de las ultimas reuniones liel Centro
U. Normalista fué propuesto y aceptado como Presidente Honorario el
Diputado Nacional Dr. Víctor M. Malina., tenienda en cuenta los muchos
y señalados servicios que ha prestado y sigue prestando con verdadero
entusiasmo á la gran causa. de la educacion.
De,;,earíamos que la ilustración y sanos consejos del Dr. Molina lle-
varan al Centro U. Normalista por 'el camino de su engrandecimiento y
prosperidad, haciendo de él una verdadera institución nacional donde se
!Jallen congregadas todas las mejores fuerzas del magisterio argentino .
.lNDIOE.- Acompaña al presente número el Indice corrospondieete á los
materiales contt:nidos en el año segundo de Duestra Revista.
SociEDAD LJTERARlA ·' ALBERDI ".- Los alumnos de los cursos superiores
del Colegio Nacional y Escuela Normal de la ciudad de Tucumán, se
han congre~ado para censtituir una sociedad literaria cuyo nombre es el
del esclarecido publicista, hijo de esa provincia, Juan B. Alberdi.
Deseamos á la nueva asociación una vida próspera y de progreso en
la cultura de la literatura nacional.
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÚRGANO DEL CENTRO UNIÚN NORMALISTA

Año III. Setiembre 1890. Núm. XXIV.

DIRECTOR:

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO.


Dos años hace ya que bajó al sepulcro una de las figuras más
culminantes de la República Argentina.
Hombre distinguido c.omo maestro, como soldado, como escri-
tor y como estadista, jamás mostró el más pequeño desaliento en
su penosa existencia y siempre supo captarse la admiración, la
~impatía y el respeto de todos sus contemporáneos.

El nombre de Sarmiento y el recuerda de sus obras vivirá eter-


namente en la memoria de todos sus conciudadanos.
El pueblo de Buenos Aires, correspondiendo al cariño que le
profesaba y honrando su memoria, congregose el ·dia del segun-
do aniversario de su muerte alrededor de su tumba para tributar-
_le una vez más un recuerdo de gratitud.
Reuniéronse allí los hombres de talento, de mérito y de ilustra-
ción; numeroso g1 upo de damas, realzaban con sus galas femeniles
la tocante ceremonia; y los niños depositaban flores sobre el se-
pulcro del que tanto amó á la infancia.
¡Tributam0s un a vez mas nuestra admiración al sabio maestro
y nos inclinamos respetuosos ante la losa sepulcral que encie-
rra sus preciosos y queridos restos!
- 46!

El último acuerdo sancionado por el Consejo Nacional di3 Edu-


cación acordando r·ecompensas morales y pecuniarias á los llliem-
bros del personal docente que de él dependen, satisface una nece-
sidad exigida y realiza otra de las requeridas para dignificar al
magisterio y colocarle en la condi~ión de auge y consideración
que demanda su misión.
Es indudabl e, y está palpable, que apesar de los esfuerzos rea-
lizados t ~ nd .. n tes todos á ese fin, el Maestro no ocupa aun el lugar·
prominente que su papel e n la sociedad le asign a .
Los sacr·ificios que lleva en sí la profesión, las mol es tias que
Hncama, el esl'uer·so, la labor que entraña la adqui sición de la con-
dición legal par·a desempeñar· la misión con completa conciencia
la hacen acreedor·a a que sus apóstoles tengan en el cumplimien-
to de su sacerdocio un estímulo, una recompensa para perseve-
rar con entusiasmo y ahinco en la labor. Sabido es que al ser
humano lo impulsa. siempre la aspiración á algún premio, y él es
tanto más meretorio, cuanto más árduo, escabroso y fatigoso es
el cum;)limiento del trabajo á ejecutat·.
Por la misma razón de que el Maestro de hoy es ser consciente
<le Jo que hace , ha cultivado su inteligencia y practica su misión
con la devoción que sab e merece la gr:tndeza de la obra que per-
sigue, necesario es alentarlo y apoyarlo con recursos y mir·as qu e
hagan más llevader·a su laboriosa empresa.
P ediríamos, pu 1s, al C. N. de E. que, ya que tantos requisitos
exig e pat·a merece!' las honr·as que establece y tan difícil se hace
conseguit· los merecimientos que acuerda, simplificara los trámites
y sin caer e n lo trivial, no est:'l.bl eciera tropiezos y cortapisas que
hacen dJmasiado exte nso el tiempo á trascurr-ir, múltipl es los di-
plomas á conseguir para dis frutar el Maestr·o el diez 6 el veinte
por ciento de su asignación, y demasiado num eroso el jurado ante
quién ha de hacerce valet· los mér·itos.

*
Establecidas como están las *-.;onl'er·encias
* Prácticas, las qu e se
realizan los ¡)l'imer·os y últimos Sábados de cada mes, y esto, dado
que por cualquier entorpecimiento no tenga lugar alguna de las
-463-

prescritas por el Reglamento que las rigen, y entonces se altera


el órden regular en que deben sucederse; lo que quier·e decir, que
los Sábados Mn casi días perdidos, en su totalidad, para la Escue-
la por las causas que fácilmente explica lo antes expuesto.
Llega el dia Sabado, y los alumnos, en la incertidumbre de si
habrá 6 nó clase hasta la una ó las cuat,·o, informan á sus padres
de lo prime¡•o, por así convenirles, y como aquellos tienen enten-
dido que á menudo acontece el echo deinterrumbirse las clases en
dichos dias señalados, no los mandan creyendo en la aseveración
que s;;e les alega 0 nó creyendola, pero considerando, si, en el me-
jOr de lss casos, que es inútil tomarse la molestia de pi'eparar con-
vPnientemente al niño para que sólo permant>zca dos horas en la
Es¡!uela, y lo restante, en la calle sujeto a las eventualidades que
pueden acontecerle por su aturdimiento, y luego alegar cualquier
escusa en su favor, é ignorando los padres l-ila labor escolar con-
cluyó á una ú otra hora, tienen que atenerse á Jos informes del
niño, y sabida es la influencia que la afirmación de ellos tiene con
la mamá.
De todo lo que resulta que las irregularidades de suspender· en
ocasiones dadas las clases á horas determinadas y otras nó, solo
condur:e á desorganizaré interrumpir la marcha de las clases en
día determinado de la semana y durante casi todo el año, de l'Í
harto ll ena de tr·opiezos que conspiran en se11tido negativo, sm
1 e portar beneficio alguno en favor de la enseñanza, ni en pró del
adelanto de los niños.
Sería, pues, conveniente que la autoridad correspondiente es-
tableciera que, durante -todo el año escolar la duración de las clases,
los Sábados, fuera hasta la una, hubiera 6 nó conferencias pr·ácti-
cas, tan necesarias para el mejoramiento del personal ensañante
y que tantos beneficios han de reportar á la escuela primaria, fue-
ra de los producidos, como es notorio, y no habrá pasado desaper-
cibido para los entendidos que siguen de cerca y vigilan los pro-
~os de la educación en la República Argentina, lo~que abona
en el sentido de que su continuación sea imprescindible.
Hémos de volver s9bre este topico interesante.
- 464-

¿QUÉ INICIATIVAS HA PROVOCADO LA ENSEÑANZA


DEL

SL OJD PED AG ÓGI CO S U ECO?


:-luestro c·ompailero y amigo el Sr. Pi7.zurno. nns ha propor-
··ionaclo el interesantísimo artí c ulo que á c·ontinuación pu-
blitoamos y qu e IP ha sido remitido por é l sáhio npóst,ll del
trabajo manual eduC'ativo, Otto Salomón, d e quiPn, r·omo e~
~abiclo, ha sido disC'fpulo Pizzurno.
La H.EVISTA PIW.\GÓGI C A AHGENTJNA, Se enorg-ull ece ::tJ~ga­
Janar su~ C'olumnn~ c·o n pr oducciones ol"igin~le~ d aquo"• l
,·erdarlero maestm iL q ui en ,. ¡ Centr o Unión Normnlista ti ent'
1'1 hon(•r dP c·ontn1· entre sus miembros correspondientes .

Hace más ó menos una veintena de años .¡ue se tt'<.lb~ja en Sue-


cia para ; ntl'oducir el SIOjd (un tr·abajo corporal educativo) como
un ¡·amo de ensei'ianza en el plan de estudio de las escuelas.
Todos aquellos q U P. se han interesado por esta ca u a Sil h11liarán
de acuerdo en que esos esfuerzos, mirados al menos en general,
han dado result<1dos que sobrepujan las más árdid:Js esperanzas.
En nota enviad<~ al ministerio civil en 1874 e~cribia el gobernador
conde El'ic Sparre, como algo de importancia, que en la parroquia
de su dependencia y en las ciudades de Venesborg y Amál se ha -
billn e. t!lblecido, en unión con las escuelas primarias, escuelas de
slojd en las cuale$ se enseñaba el tr·abajo manual. Este hombre
r¡ue tanto hi zo por el desarrollo d0 la.ense nanza del s!Ojd y todos
los que cooperab¡¡n á la obra estabttn muy lejos de im11ginarse que
. ólo quince años más tat•de •·ste ramo debia encontrarse, como un
sugeto educativo, en más de 1500 e~tablecimientos suecos de edu-
cación y que la idea de sus principios se aceptar·a en todos los cír-:
culos que se relacionan con e ta causa, por divergentes que fueran
. u, optnrones. Apenas podría .presentarse otra materia que, como
la que nos ocupa, y, en tan poco tiempo, haya ganado tanto te rTeno
en el campo de la educación .
Sin embai'go, no es sólo con relación al gran numero de escuelas
r¡ue la enseñanza tl~l slojd sueco ha realizado tantos progresos en
lo~ diez ültimos años . Al 111ismo tiempo (y creemos r¡ne esto e>
más significativo aun) han continuado los esfuerzo~ sin fir1 para ha-
rer· e~ta enseñanzn lo más ütil posi'Jle, es decir, desde luego, ponen
-465-

de relieve su vei'dadero fin y en seguida, de acuerdo con esta expe-


riencia., encontr·ar los medios con los cuales esos fines sean lns má
fáciles y seguros. A esta obra, siempr·e continuada, han concurTi-
do muchas per·sonas inter·esadas y autor·idades en la mate!'ia.
Desde el principio en Suecia, como en Noruega y Finlandia, el
slojd ha sido objeto de la escuela primaria y neresario es reconocer·
con justicia que son los maestros los que mayormente han cont· i-
buído á hacerlo progresar y colocarlo en el Jugar que al10ra ocupn.
A manudo, con grandes sacrificios y alentados c:>u una idea cu,p
justicia se hacia más y más clar·a, lHIIl procuradu adquirir la com-
petencia necesaria para di rigir• esta enseña nzn; en muchos casos
han debido vencer obstáculos .le gran importancia cuando se tra-
taba de introducir el slojd como asu11to escolar; han hecho obser-
vaciones y ensayos quo, 1:euuidos ~n seguidn, podían sePvir de base
para mejora,; metódicas, y en varias circunstancias han sido media-
dores entusiastas par·a que el s!Ojd educativo pudiMa conquistar la
plaza que le corre3ponde. Esta es una bella página que los maes-
tros actuales han escritJ an la historia de la escuela primaria sueca,
página que atestiguará á las generaciÓnes futuras cuanto puede el
amor, la constancia y la. consagración al trabajo.
Con todo, los maestros más fervientes nada podrían hacer sin el
auxilio moral y material de parte de las autoridades. La ensefianza
de slojd en las escuelas primar·ias suecas debe mucho sus progreso~
al interés y actividad desplegados por la dirección de las escuelas
r·espectivas.
Los que hay¡¡,n seguido de cerca el desarrollo de la enseñanza
que nos ocupa., en nuestro país, habr•án notado que el presidante
de la dire !ción de escuulas ha debido poseer muchos méritos cuando
eo ha tratado de introducir· el slojd como un ramo de ejercic!o en la
escu~:~la y que sin ~u ayuda y celo esclarecido no habríamos llegado
seguramente al punto en que nos encontramos. No menos parte
corresponde á los inspectores de escuela~ primarias por quienes el
slojd ha sido aceptado favorablemente. Más de uno de ellos que
desde el principio se mostraba reserv ttdo haci:>. esta nueva ense:...
ñanza, ha concluido por hacerse decido partidario.
Además de la subvención directa con que el estado !Ja favor~::cido
la enseñanza de slOjd en la escuela primar·ia, él ha contri bnído tam-
bién a su ]Jropagación por medio de sus celosos i11stitutor~s, por
casi todas las comisiones departamentales y sociedades económica ;: ,
proporcionando el dinero y facilitando á los maestros la oportuni-
-466-

dad de tomar parte en los cursos arreglados con este objeto, y se-
ñalando el plan según el cuál este ramo debe ejercitarse en la es-
cuela. P edagogos, médicos, hombres técnicos y otros, han pres-
tado grandes servicios 8. esta causa, d:~.ndo instrucciones y consejos
importantes r elativos á sus diversos detalles sin que haya faltado
po•· esto la iniciativa privada que, animados de un vivo interés, la
ha socorrido pec1miariamente. De esta manera la enseñanza del
slojd sueco ha llegddo á ser un tema favorecido y sostenido por
muchos y útil no sólo para la generación que se levanta, sino tam-
bién para hacer conocer y estimar la escuela sudca en el extran-
jero.
Hace más ó menos diez años que los maestros extranjeros han
fijado su atención en el slojd escolar. A pro¡)Uesta del conocido
capitán de caballería dinamarquesa Clausen Kaas, el ministro de
instrucción pública de Prullia. envió á Dinamarca y Sutlcia, en No-
viembre de 1880 una comisión compuesta de ocho personas con el
objeto de informarse del estado en que se encontraba la ensef!.anza
manual en las escuelas.
Los jefes de esa comisión eran los consejet•os de estado doctores
Schneider y Lüders, encontrándose entre los demás, dos que fueron
más tarde campeones vigorosos para la introducción del trabajo
manual en Alemania, V. Sckenchendorff y Brandi. El 15 de Di-
ciembre de 1880, el Dr. Schneider presentó á la cámara de diputa-
dos prusiana una memoria sobre sus observaciones durante el
viaje. En ella la comisión hacía ver que mientras Rus observacio-
nes en Dinamarca no eran satisfactorias, la enseñanza del slojd
sueco les dejaba una buena impresión.
«Es necesario reconocer, decía, que la enseñanza tal como se dá
en NA11s, es en realidad formal y educativa. Cuando se obliga al
niño á no entregar un trabajo inconcluso y sin haber resuelto el
problema según las reglas señaladas para ello y cuando no se abusa
de las fuerzas intelectuales y corpol'ales de los niños, es de esperar,
por este orden de cosas, un resultado puramente educativo.•
Resultado inmediato de la visita que hizo esta comisión á Suecia
fué que varios maestros alemanes siguieron un curso en la Escuela
de N4ii.s y que en muchos lugares, especialmente en Osnabrüch (por
iniciativa del consejero consistorial Brandi) y en Pose•~ (por inicia-
tiva del maestro W. Gartig) se e~tablecieron escuelas de slojd á se-
mejanza de las suecas. Esas escuelas han progresado y se han
considerado siempre como las más importante~ de Alemania~ En
-467-

los últimos diez años un gran número de mae~tros extr¡mjeros han


visitado la ~ueciv. con el mismo objeto, enviados por sns respecti-
vos gobiernos ó por su cuenta propia. Eut:-e ellos se encuentran
representantes de Noruega, Dinamarca, Finlandia; Alemania,
Francia, Bélgica, Australia, Holanda, Suiza, Rusia, Italia, Ingla-
terra, Escocia, Irlanda, Estado~ Unidos del Norte, R. Aruentina,
Chile, Uruguay y Japón. Se dice que todos ellos en sus informes
reconocen el alto puesto á que ha ¡¡ .. gado el slojd sueco y que han
hecho 11otar siempre la iniciativa que han tomado en Suecia los
principios que constituyen la ba~e de la enseñanza del slojd peda-
gógico.
El plan de este artículo no nos permite manifestar ahora por
medio de citas, con las cuales habría naturalmente mucho material,
ó con la relación del desarrollo que esta ensdñanza ha alcanz11.do en
los diferentes países, el valor de esta iniciativa nacida y llevada do
Suecia. Espcr&mos, con todo, tener oportunida.d de publicar en
Qtra !orma una descripción más extensa de esta cuestión tan inte-
resante, cuE-stión que por su carácter no debe igno¡•arse por más
tiempo en Suecia.
En muchos caso·1 se ha querido olvidar no sólo que esos princi-
pios han sido arreglados conforme á la enseñanza del slajd pedagó-
gico, organizadas y aplicadas en Suecia, sino que también, después
de tomar las reglas coordinadas y las experiencias ganadas con mu-
chos años de prácti...:a, han querido considerarlas como obra propia
y presentadas como su esistema:. en menoscabo del sistema sueco.
Podríamos preseutar á nuestros lectores hechos curiosos que ates·
tiguan hasta donde se pretende llegar en este asunto, pero nos los
reservaremos par¡~. mejor oportunidad. Haciendo algunos cambios
de una importancia más ó menos grande en una serie de modelos
tomados de Suecia, alterando el Mden de los ejercicios, reemplazan-
do un modelo por otro, modificando el método, etc., se tiene prepa-
l'ado inmediatamente un nuevo sistema. Con este proneder se olvidan
menudu la diferencia que existe l"ntre un sistema pedagógico y la
manera de emplearlo. El sistema no es naturalmente sino una
reunión de principios, un arreglo teóri.~o que, cuando se trata de
ensayarlo prácticamente se puede muy bien encontrar que dá resul-
tados diferentes. Dos maestros de escuela pneden así, en su ense-
fianza, seguir el mismo, Ó mas Ó mlilU(•S eJ mismo principio, sin r¡ue
por eso el uno necesite emplear los modelos y herramientas del
otro, porque puoden tener un sin número de expresiones diferentes
- - 468-

para los mismos principios teóricos. Si-para poner un paralelo-


una persona Uila un sombrero negro de copa alta y otra lleva uno
pequeilo de color gris, es evidente que la diferencia no es ca pi tal
pues que ambos ti enen pot• principio cubrirse la cabeza, aunque al
menos por el momento, esos principios se muestren de diferentes
maneras.
Próxima.mente expondremos la iniciativa que ha contribuido á
provocar la enseilanza y los pt·incipios en que se funda el slojd pe-
dagógico sueco.
(Traducido por J. C. G. )
Ü'l"l'O SALOMÓN.

JN~TRUCClóN PÚBLICA.
Bello por demás es el espectáculo que ofrece toda l11. América; pued'l
decirse sin t<:lm•>r de equivocarse, que todas las naciones que forman
el continente americano, grandes y pequeñas, se preocupan con
verdadero insterés de la educación del pueblo y olvidando añejas
preocupaciones y costumbres, se opera en ellas una revolución bené-
fica y trascendental en todos los ramos del saber humano.
La rutina ha desaparecido, en gran parte, de las escuelas; los
reE>agados no tienen otro recurso que seguir la corriente de refcrma
qus todo lo invade y modifica; los tiempos del libro y de la palmeta
son ya prehistóricos, las opiniones se han cambiado de una manera
favorable en bien de la educación y lo J principios de la Pedagogía
moderna se abren paso á través de los pu eblos beneficiándolos, como
el arado que abre la tierra inculta y deja en ella el surco, que dando
abrigo á la qimiente, produce más tarde cuantiosos y valiosos
frutos.
El niiloya no es considerado como un recipiente inconsciente ó
automático; no se acumulan en él conocimientos porque $Í; ya no
se le dice esto es asi, 8ino que cultivando gradualmente todas su s
facultades se le encamina, se le dirige, se le estimula y se le hace
experimentar el inefable placer de que por si solo halle la solución
de lo que eran antes para él indescifrables enigmas.
Ya no se considera la mujer instruida como un peligro para la s
sociedades, por el conteario, su educación ha sido el fruto de gran-
des pen s adora~ y se le han abi erto nuevos horizontes para quo
cumpla conTenien'temente la delicada misión quo le ha sido con-
fiada-
-469-

Por último, el maestt•o de hoy no es ya el dómine antiguo; sin


pretensiones de ser un sabio, es m:is instruíC'.Io y amante Je intro-
ducir en su escuela las modificaciones 6 nuevos métodos r¡ue los
mejores pedagoglstas le aconsejan, ha olvidado ya que no es el libro
el que enseña al niño sino la naturaleza pl'ó .Iiga en ofrecerle los
temas más bellos é interesantes de sus lecJione:;; ha comprendido
también que el recitado de rnet:.:..oril\ lejos de instruir al niño le
embrutece y que las lecciones que éste aprende por su propio esfuer-
zo y ~xperiencia, son más durader·&s y prove..:hosas.
Todos estad adelantos y ventajas hacen presumir, que dentro de
un breve plazo de tiempo, toda~ las naciones arnericll.nas poseerán
ei udadanos conscientemente instruidos y aptos pa.ra el desemper'io
de sus funciones democráticas y derechos políticos.
Aún que da mucho que luchar para con egu ir el bello ideal que
anhelan todos los pueblos civilizados, pero mucho se ha de conse-
guir gracias á los esfuerzos aunados de los gobiernos sabios y del
magisterio culto, inteligente y laborioso.

LOS LIBROS DE LECTURA.

PARA LA '' R&VISTA DE LA ENsE:'íA NZA.

No es cosa fácil escribir un libro. Para emprender esta tar.¡a stJ


necesita poseer variados conocimientos, dominar por completo la
materia de que se trate en el libro, atend er con preferencia al fon-
do del asunto sin descuidar la forma, la dicción, la frase y el estilo,
r¡ue deben adaptarse á la clase de JecLOl'es á quienes va dedicado;
el pensamiento dominante debe destacarse claro y evidente á fin de
r¡ ue el objeto que se busca satisfaga los del autor y sea provechoso
a los que lo lean.
Tal es en nuestra manera de pensar lo que debe ser un libt·o; no
es fácil reunir en las páginas de una obra tan variadas condiciones;
de donde se desprende que si es posibla escribir artículos en breve
tiempo, nulo es cuordinar los capítulos de un libro rajo un plan
ordenado y lógico, enlazando sus diversas partes de mant~ra que
resulte un todo d1gno de ser leído.
Y si el libro es par:t niños, es menos fácil escribirlo, porque en él
habra que atender ader;:¡f\s de las condiciones generales enunciadas,
á las especiales que deben reunir las lecturas destin~as á inteli-
gencias aún no cultivadas, cuyas facultades existen en gérmen q Ub
es necesario hacer desarrollar y fructificar.
-470-

Un libro pal'a niños no puede ser escrito por cualquiera por más
ilustración é ingenio que posea; digo si se quiere ~¡ue él sea un
auxiliar poderoso para obt':lner el fin de toda buena educación: for-
mar individuos COnSCientes, inteligencias que conozcan pOI' SÍ solas,
que piensen con indeJ.Jendencia, juzguen con criterio propio y ten-
g-an incru~tados en su naturaleza moral los elt:Jmentos del bien en
su más lata expresión.
De manera que esta síntesis hermosa es la incógnita que debe
despejarse antes de escribir un libro para niños; y esa ecuación
sólo puede ser solucionada por gente del Rrt•, vale decir po1· educa-
r.ionistas, por maestros, por esos apóstoles que lurhan valientemen-
te por dar á. la educacióe de la nií'Iez base racional y fr·uctife:·a, de
la que aún carece en este país, en su mayor parte,
Es también nuestra opinión que los textos escolar~s deben reunir
en sus páginas los elementos necesario!! para elevar en el corazón
de los educandos un culto ferviente por la ¡¡atria y sus grandezas;
como lo hemos dicho en otra ocasión al condenaar nue:tro pensa-
miento sobre los verdaderos objetivos de la educación nacional.
Pero ¿qué clases de textos son preferibles para que esta idea se
destaque con la luz esplendorosa é inextinguible que en nurstro
concepto debe tener?
Todos, absolutametlÍ'l todos, pueden llenar r•ste objetivo; pero en
particular los libros de lectura, que son el arma más poderosa que:.
puede esgrimir un maestro para tl'iunfar de la ignoranci!l., del de~­
creimiento, de las preocupaciones y del cnor. Por cie1·to que no
hablamos aqui de Jos métodos para enseñar á leer, sino de los libros
de lectura corriente, au1.que t~~ombién en aquellos se puede consig-
n!lr el mismt fin.
«La lectura es una ensei'Ianza enciclopádica)), bajo este punto de
vista es óbvio asegurar qu~ un buec. liLro de lectura puede susti-
tuir con ventajas á los textos sobre diversas materias, como geogra-
fía, historia nacional, lengu¡¡je, ciencias naturales é instrucción
cívica.
Un libro consta de partes, c:tda una de ellas puede tratar de una
materia única, ya enlazandola con aquellas que son análogas ó bien
sin este enlace, que dicho sea de paso es elemento que el institutor
deb3 aprovechar.
Pnes bien, la historia y la geografía nacional, pueden amomi-
zarse; la historia n~tural puede ser estudiada en sus tres rei uos al
estudiar la geografía física de la República Argentina; el lenguaje,
como base que es de todos los ~onodmientos, se armoniza con cual-
quiera de las asignaturas citadas y la instrucción cívica y la histo·
ria nacional se dan la mano, se eulazan en e~trecho abrazo, forroau
un solo grupo inseparable.
Un libro d{' lectura que facilita al maestro su tarea educativa é
instructiva es una joya inapreciable. Cuando una lectura está de
tal modo pre1"9.rada que pueda provocar las preguntas direetas del
alumno 6 lo que AS lo mismo despurtar su observación y e~timular
110 curiosidad; ó bien si el niñu no pregunta ú observa {lOr sí solo,
-471-

facilita la tarea del institutor para que por medio de sujestiones


sencillas lleve al niño de la mano hasta descubrir la verdad y apro-
piársela: un libro asi, es ~l que se necesita en una escuela p¡·i-
mai·ia.
El libro no está destinarlo á educar, sino á ser auxiliar del educa-
dor, del maestro, que es el verdadel'o motor que impulsa la fuerzfl
latente que guarda el alma del nii'io, hacia la ver-iad y la periec-
ción.
«Cada lección debe tener un objeto úni::o y determinado,» dijo el
gr·an maestro de la pedagogía moderna, Pestalozzi.
El objeto único es educar, activa¡· las facultades del niño, despe:--
tar la observación y dar ba~e racional á todos los conocimientos.
No debe interpretarse este precepto de una manera estrech11; si
creemos que cada materia y cada tópico debe ser objetn de uua lec-
ción por separado, los seis años del curso escolar sin interrupción
do días de fiestas y vacaciones, no serian suficientes para llenar en
la mitad los prog-ramas vigentes.
Entonces, pues, aemonizando materias y tópicos, se gana tiemp0
y no se pierde el objeto que se busca, ni se viola ningún prin-
cipio.
Ensayemos un ajemplo. Nos proponemos enseñar geografía,
historia nacional é instrucción cívica an una sola lección.
Elejimos el punto y escribimos un capitulo que se titule: La capi-
tal de la República.
Hacemos su descripción geográfica, nos acordamos de paso de
Belgrano, Moreno, Rivadavia y otros ilustres patricios que nacieron
en ella, de sus eminenles servicios, é incitamos á los alumnos á
imitarlos.
He ahí las tres materias reunidas. Si se quieren enseflar extensa-
mente, se dan lecciones especiales; pero con la base que la lectura
da, el maestro tendría ámplio campo para operar y desenvolver su
acción en su terreno propicio para recibir el gérmen fecundo de la
huena educación.
A. nuestro juicio esto es factible, la dificultad está en la. elección
de los tópicos y en el de desarrollar la lllcción.
Si es posible que tengamos algún día libros de lectura vaciados
en el molde que nuestra mente forja, habremos dado un gran paso
en el se::dero de la enseiianza.
Simplificar es perfeccionar, simplifiquemos la manera de en~eflar;
agrupemos en orden lógico y razonable las materias que tengan
analogía y ganaremos tiempo. Ganar tiempo; ¡cuanto significan
e. tas dos palabras! hoy que se vive á prisa y que la vida del hombre
es corta para iniciarse-no diremos para profundizaz·-los secretos
de la ciencia.
Pongámonos en el caso de que no fuera posible escribir un libro
de lectura que condensara en sus páginas tantos y tan variados
elementos; siempre sería necesario que se escriban apropiados al
medio en que esos libros deben ser us¡o.dos; para no tener que
emplear algunos quo son muy buenos como elemento de instrucción,
472-

como síntesis de conocimieutos y aún de P.Spiritu moral muy reco-


mendable, pero escritos para niños extranjeros y por lo tanto uo
adaptables á los hábitos y costumbres de los niños argentinos y
faltos sobre todo de esa tendencia generad J ra de sentimiento
nacional.
El concurso de todos los que en este país se ocup~on de educación
e3 necesario para lleva¡• á cabo este pensamiento que se tra.ducira
en beneficio p¡lra la patria.
Poco lucrn.tiva es la profesión de escribir libros en este país; no
compensa FU producto pecuniario el trabajo intelectual y material
que 6S necesario para da1· cima á tan árdua empr·es::~, á menos quo
los autores dispongan de un capital literario de pl'imer OI'rlen y de
un nombre cuya autoridad baste para dar salida inmediata á un
trabajo.
Tratándose de obras didáticas y pedagógicas es más notorio que
sus autores si son desconocidos, corren riesgo de no ser leídos.
Para estimular á los que se ocupan de educación, únicos que pue-
• den escribir buenos libros para uso de las escuelas, se hacen necesa-
rios los concursos periódicos y los premios acordados p<.~r los
gobiernos á los mejores autores.
Se obtendría con este procedimiento premiar de alguna manera
á los maestros que piensan y se distinguen de la vulgaridad, estimu-
lándolos á no abandonar una profesión en la cual no cosechan sino
sinsabores, mejorar la condición de la escuela proveyéndola da un
huen elemento educativo y disminuir el número de malos libros,
que no serian posibles en competencia con los buenos.
Tales son á nuestro juicio los medios para obtener libros escolares
en los cuales la pedagogía como medio, la educación, la instrucción
y el civismo como fin, se dieran la m&.no á fin de formar sn el futu-
ro buenos cindadar.os, hombres que ¡Jiu11SGil y que obren sin extraño
auxilio, madres que pongan la primera piP-dra de la b11ena educa-
r.ión de lo que "011 la verdad y la virtud como norte, contribuye á h
grandeza de lns naciones.
BONIFACIO VJ ·:LAZ:QUI' Z.

ENSEÑANZA NACIONAL. (l)

Continuamente copiamos los adelantos de l11s naciones, que por


varias causas nes preceden en ~1 de5envolvimiento de la educación,
y tan fieles somos, que sin notarlo y en cont1·a de nuestt'os propios
intereses y aspiraciones, formamos extr11njeros con dineros p1·opios
y aún más, con la aprobación tácita de las autoridades escolat·es.

(1) Revista de Educación.


-473-

Pero tiempo es ya que reaccionemos, pues si bien no dejamos de


reconocer que la ciencia no tiene pátria ni límites racionales que 80
opongan á su difusión, no es menos cierto que por ser fieles copis-
tas, somos muchas veces, infieles trasmitidores de la verdad. ,
En apoyo de lo dicho tomemos uno de los tantos libros que se
colocan en manos de los alumnos de nu'3stras escuelas y leeremos
bien pronto frases comu éstas: ((La siega (del trigo) empieza en los
primeros días de Agosto»; ((las constelaciones de nuestro hemisferio
sor. : Osa Mayor, Casiopea, Pegaso, etc., etc.,» y así varios otros
errores de más ó menos importancia.
Separando estos absurdos científicos que algunos Preceptores
ilustrad0s pueden fácilmente subsanar, existen otros no menos dig-
nos de mencionar bajo el punto de vi8ta de la nación en que se
enseña.
En la mayoría de los textos que fijemos nuestra atención, encon-
traremos, además de los errores ya notado; y los climatológirns y do
lugar que, al tener necesidad de un ejemplo ó al hacer una corupa-
t'ación cualquiera, se dice: «que Ee cultiva en el Norte y centro de
Francia» ó bien, «el Conde su esposo hizo un viaje á Pc.rts» . ... ((se
gana ..¡Q reales para el salaritJ d(:l la muchacha» etc., etc; ;v a.si se
podrían citar del mismo modo párrafos en que figuran los Alpes,
París, Londres, ó SevillA. y las aguas del Panticosa Q Royat, Napo-
leon, W~.<shir.gton; en vez de citarse á los Andes, Buenus Aires, La
Plata, las aguas minerales del Paraíso ó Rosario de la Frontera y
Jos biografías de 8an Martín, Belgrano, Moreno y Rivadavia, nom-
bres que apenas conocen algunos niños argentinos, por haberlos
leído en dos mal tt•azadas líneas de algunos de los tantos textos que
abundan, ó por peores lecciones de maestros que ni siquiera por·
grar.itud ~ e preocupan de la Historia Pat,..ia.
Pero no culpemos sólo á los textos; más de una vez hemos oído á
maestros argentinos dando lecciones de Aritmética y dictarles un
problema con los datos de pesetas, reales, yardas, etc., en vez de
pesos, centavos, metros; y también hemos oído referir cuentos sobre
el 1\mor y valor que inspira la !>átria, citándoles como ejemplo, ~las
Termóplas, teniendo tan cerca á la defensa de Buenos Aires contra
los Ingleses, los Tres Sargentos de Tambo Nuevo y tantos otros
hechos qu e honran al ciudadano argentino.
En estos errores nacionales, por decirlo así, que con tanta frecuen-
cia se deslizan en nuestras escuelas, es que fijo mayormente mi aten-
ción, deseando que los maestros, á qui .. nes t.oca más de cerca, hagan .
por su parte lo necesario para q Ud cuanto antes desaparezcan de la
enseñanza argentina.
Tiempo es ya, que dejemos el andador, (cliché extrangero) y con
conci enci:.t nos guiemos por nuestras pro.pias fu e rza~ .
Afortunad amente ya tenemo s sancionados por la l11sp·~cción lot>
Programas para las Escu elas Comunes, basados principalmente en
la enseñanza Nar.ional, y aunque no tuvieran más mérito que éste, lo
creemos con suficiente fuerza para declararlos superiores a los
antiguos.
-474-

También tenemos al Director de la E!lcuela Normal Mixta de Dolo-


res, Dr. Victoriano E. Montes que, primero con la difusión del culti-
vo de la asociación de ideas y ahora con los M~tpas de Hi toria
PAtria, propende al perfeccionamiento de la enseñanza en general
aplicAndola directament~ al !'acuerdo de nuestros principales hechos
históricos, enseñándolos á los niños intuitivamente, á fin de recor-
darles con más intensidad y no dejar ~>dormecer el amor á lüs pro-
hombres que han hecho grande y poderosa á esta jóven y mas rica
de las naciones Sud-Americanas.
Por tanto y resumiendo tenemos que para salvar los inconvenien-
tes ligeramente apuntados, es necesario:
1• Desterrar de las escuelas los libros Axtrangeros, llamando á
concurso de los hechos en el país; pero como esto pertenace á las
::J.utoridar'es, sólo le queda al maestro estudiar l0s que les mandan,
descartá11dolos de todo lo que sea indiferente á la educación nacional,
y destruyendo los efectos que puedan producir á los niños, por medio
de prudentes explicaciones á su alcance; y
2° Tratar de ejemplificar siempre cc, n citas ó hechos acaecidos en la
República Argentina, sea cual fuere la materia de que se trate, pues
tan nacional debe ser la enaeñanza en la Aritmética, cómo en la
Gramática ó Moral.
Esta es obligación exclusiva de los maestros y por eso á ellos me
dirijo especialmente con la seguridad de que no habrá uno qu;; clis-
c.:repe en el fondo del pensamier.to expuesto en estas breves líneas.
F. Gur:RRJNJ.

REVISTA DEL EXTERIOR.


TRABAJO MANUAL.
Escuela Normal de Nads.-De una carta dirigida desde Suecia
á nuestro colega Sr. Pizzurno, tomamos los siguientes datos que se
refieren al céle1r':l instituto de trabajo manual, que dir·ige el sábio
señor Salomón, miembro correspondiente del Céntro Unión Norma-
lista:
El 13 de Julio tuvo lugar allí una espléndida fiesta conmemoran-
do el 10° aniversario dtl la inauguración del edificio en que actual-
mente funciona la escuela normal y en ella se etectuó solemnemente
la entrega de una gran medalla de o¡·oque los diputados de Elfsborg
presentaron á nombre de la «Sociedad ecónómica del Sud)) al filán-
tropo Sr. Abrahamson como prueba de agradecimiento por los
esfuerzos comagrados al servicio y adelanto del slojd. Cantado el
doble cuarteto ~Himno a la Escuela de Nllils», el señor ·Salomón
-475-

pronunció un hermoso discurso haciendo en él un resúmeri de la


r,area realizada en la decena de años trascurridos desde la inaugu-
ración. -«Nuestros deseos de entonces, decía, se han cumplido y
ahora al arrojar una mirada al camino recO!'rido no veo sinó imáge-
lles agradables que pasa11 sonrientes por mi memoria.
Cuando el Seminario abrió sus puertas hace ya diez años, PI
númoro de prosentes era el mismo, pero entonces Jos alumnos ernn
dic'Z y los invitados pa~aban de cien, hoy sucede to:lo lo contrario.
Los alumnos de aquella época eran jóvenes, que por primera vez
saldrían á la vida pública, y los presentes en esta reunión son pei'-
'onas de experiencia que han puesto su vida al servicio de la enst-
ñanza. » Han concurrido al semii'lario en ese tieru¡.¡o 1213 personas
('!71 mujeres y 942 hombres.)
El diputad<' y burgomaestre señor Wundt hizo entonces entrega
de la medalla de oro al señor Abrahamson dedicándole justicieras y
afectuosas palabr'as. Hablaron después difei'e:~tes per·sonas, alter-
nándose Jos discursos con himnos y cantos.
Entr·e los or·adoi'es figuJ•aron Jos sud-americanos que fueron á
:\faas enviados por sus respectivos gobiernos á estudiar en su cuna
el trabajo manual educativo. Son ellos los distinguidos jóvenes
José H. Figueira, Inspector técnico de las escuelas del Uruguay J
el otrú, J oaq nín Cauez cts, ilus trado normalista chileno.
Las palabras pronunciadas por esos profesores que hon1·an á los
paises qu e represer.tan fueron 0pol'tuna> y el ¡cuentes, sorpt'endien-
da á todos el señor Cabezas que se expi'esó claram ente en Sueco.
El señor Figueira concluyó haciendo votos e n uom br'e de sus
compañeros de América para que el Seminal'io solemnice siempre
sus aniversarios con el mismo éxito; «pues ello será una prueb:t de
hs progresos de la escuela prim:tria á la vaz quo dal'á justa recom-
pensa á los esfuerzos generosos dlll filántropo de Naas y del ilustre
pedagogo del Norte. »
La fiesta cJ ntinuó V<~rias hol'as llena de animación después del
banqv.ete ofrecido po1· Abraham~on a todos los presentes.
Vivas espontáneos a Salomón .v Abrahamson eran contestados
con estusiasmo por tudos, trad::!Ciéndose así ol afecto sincero que
inspiran esos dos hombres buenos.
Inglaterra. -El 30 de Enero se leyó en Manches ter u na confe-
r ancia sobre e! slojd, á la cual concunioron vtu·ios eminentes educa·
cionistas y otras person3.S interesad;ls par·a la enseñanza, entre las
cuales hay que mencionar el obispo de 'Salford.
Después de haber dado los señores Jhornton y Nelson y Ja seño-
l"ita Audiccí (sueca) un informe souJ•e los principios del sistema
sueco de la enseñanza de 8l5jd, principió una di.ocusión viva, pre-
sentándose diferentes opiniones. El obispo de Salford dijo, que él,
hace muchos atos, habia sentido como una falta on la enseñanza
popular, que los niños reciben exclusivamente una euncación in te-
lectual, como si fuese la intención de h:.~.cel'les t,o Jos hombres y m u-
jeres doctos. Por eso saludab;~ con alegría este nu evo m o vi mi ento
en el dominio del arte educativo.
-476-

-En una reunión de profesores de slOjd en Inglaterra, el 8 de


Febrero en Londres, la asociación resolvió hacer una solicitación al
dopartamento de instrucción sobre la adaptación del slójd como
materia especial en la nueva ley escolar.
Rusia.- Del congreso para enseñanza técnica, que so celebró e n
:-:;rn Petersburgo en Enero pasado, en combinación con una exhibi-
ciún, escribe el profesor de la escuela normal en aquella, señor K.
Zirul, lo siguientfl:
«La exhibición, en la cual tomaban parte 250 escuelas, fué visita-
da por el emperador, la emperatriz, el príncipe heredero y además
un g1 an número de grandes personajes, caai todos los ministros,etc .
En todos hacía la exhibición una buena impresión, y sin riuda mere-
cían una contemplación con interés los trabajos expuestos de escufl-
las que representaban el sistema de slojd pedagógico; el J.>rimer
lugar entre éstas era ocupado por nuestra escuela normal. Los
trabajos expuestos por nosotros, y los de las escuelas primarias do
Finlandia también,han impulsa do al público en pro del s!Ojd pedagó-
gico más poderosamente que muchas conferencias lo habrían podido
hacer. Las escuelas primarias, que practican el slOjd por oficio,
habían expuesto, en la mayor parte, tales trabajos que verifican hL
inoportunidad de esta clase de enseñanza.
La 5" y última sesión del congreso trataba la enseñanza del
trabajo manual. Esto era algo de nuevo completam,mte pam
Rusia. De los 1100 miembros del congreso, 1~0 tomaban parte en
los trabajos de esta sección, y eran discutidos vivamente y con gran
interés les principios generales del slojd, el modo m~s adecuado
para su adaptación práctica en lo escuela primaria y el actual esta-
do del asunto del trabajo manqal. Resultaron las siguientes reso-
luciones:
l. a El congreso considera el s!Ojd como una materia de en sE-
ñanza que da una educación general, y que tiene gran importancia,
tanto para el desarrollo físico como para el desarrollo psicológico y
moral.
2.a Madera y metal deben ser las materias principales para el
trabajo manual, pero otras clases de t.rabajo manual pueden em-
plearse también en combinación con el slüjd, dep~ndiente de cir-
cunstancias locales.
3.a La enseñanza por oficio no debe incluirse en el programa de
las escuelas.
4. a Referente á la cuestión: si la participación de los alumnos en
h enseñanza de slojd en las escuelas rusas debía ser obligatoria ó
voluntaria eran partidas las opinione~ y cada grupo insistía en la
snya.
5. " La sesión resolvió presentar al gobierno una propuesta
sobre la introducción de enseñanza de slojd obligatoria en todos los
institutos preparatorios y escuelas normales (que son en todo 80) y
el arreglo de cursos periódicos (no más cortos que dos veces pot'
seis semailas, para que 0btuvieran los profesores conocimientos
com pl~tos del sl()jd).
-477-

6 ... Se consideraba necesaria la introducción de una sección par-


ticular de slojd en el <Imperial ln:;;tituto Tecnológico Ruso.»
España.-Reproducimos á continuación una interesante corres-
pondencia dirigida á El Censor de esta Capital, por el distinguido
escritor espaílol seílor Antonio Guerra y Alarcón:
Los jardines de la infancia. -El deseo de dar á conocer á los
lectores de El Censor las má~ importantes y modernas instituciones
en Madrid establecidas, guió mis pa~os hácia una de ellas, de la
qu6 sólo noticias lejanas, datos bibliográficos de otros paises, y
relaciones ligeras se tienen, siendo así que es de las que más han
de influir en el desarrollo de la humanidad y en el carácter futuro
de los pueblos.
En uno de los extremos de Madrid, en el lugar donde se encon-
traba la. huerta de la escuela normal de maestros, levAntase actual-
mente un lindo edificio de elegante y agradable arquitectura que
sorpre11de y atrae A los que le coñtemplan. Multitud de pequeílue-
los de uno y otro sexo corren gozosos A sus puertas en lns primeras
horas de la maílana, arrastrando hácia adelante á sus padres ó
acompañantes; tal es la prisa, el afán que tienen por llegar, que se
maravillarían nuestros mayores, acostumbrados á mirar con tanto
horror la escuela por aquello de la desconsoladora máxima de que
la let1·a con sangre entm, viendo llegado el día en que los niños
mostraran tal empeho, tan espontánea alegria al ir á la escuela.
Lo que hoy ocurre para despertar ese afán en las más tiernas
edades hácia lo que siempre ha parE: cid o árido y penoso, es que esa
escuela no es igual á aquellas en que I'ecibimos nuestra primera
educación; es la escuela Froebel, por otro nombre Jardines de la
infancia.
El ed!ficio ocupa una extensión de 60 metros de largo por 40 de
ancho. Un desahogado zaguán y un ancho vestlbulo dan acceso á
un jardín que ocupa el centro del establecimiento, y que mide 45,60
metros de l~Jngitud por 22,66 de anchura, allí saltan, brincan y
juegan los alumnos y alumnas; riegan sus flores y van á llevar sus
miguitas de pan á las tórtolas, palomas y gallinas que en unas
grandes pajareras, al final del jardín, en la pared de poniente, están
colocadas.
En el ala del norte del edificio encuéntranse cuatro grandes salas,
a las que da también acceso el vestlbulo, correspondiendo dos á
cada lado de éste. Estas son las salas de trabajo, claras, capaces,
ventiladas, rle nueve metros de longitud y cinco de altura. En esta
parte se encuenb·a además la habitación del maestro-regente y el
cuarto del conserje. A lo largo del ala, porción lateral, y en la
parte que da al jardin, hay una larga galería d~ cristales donde los
niños pueden estar bajo cubierto y jugar ó hacel' senciias labores.
A la parte opuesta encuéntrase el comedor, limpio y elegante.
con su!> mesitas de mármol para todos los niños que se quedan á
almorzar, que suelen ,er siempre la mayor parte. Pasado el come-
dor, éntrasc en un vasto salón de 30 metros de lal'go por G de ancho
y ,5 de altura, llamado el gimnasio intelectual, por la índole de los
-478-

ejercicios A que en él se dedican los alumnos. Y, en fin, para que


nada falte, hálianse tambié-n cuartos de aseo , donde los niños se
lavan y se arreglan después de las comidas y antes de la ealida de
1ft escLhlla; salón cubierto para e\ juego, patio cubierto en su mitad,
al mismo objeto dedicado, y, por ultimo, cuartos de baños para
todos los pequeños que, á juicio del médico de la escuela, los nece-
sitan ya habitual, ya accidentalmente; que allí se atiende á la higie-
ne del cuerpo como á la de la inteligencia.
Tal es el aspecto r¡ue la escuela presenta, en la cual hay agua
por todas partes, la luz, que tanto an!ma á los niños, lo inunda todo,
y el aire se respira pur<_> por donde qui~-Jra que se camina; con lo
dicho tasta para comprender la radical diferencia que ofrece con
los establecimientos de primera instrucción, ordinariamente cono-
cidos en Espana.

...
*
En las salas indicadas es donde se verifican los ~uegos y trabajos
manuales. Son cuatro, según queda dicho, correspondientes á los
cuatro periodos en que se divide la edad de los niños, admitidos en
la escuela.
Forman la primera sección, niños de ambos sexos de 3 á 4 años;
la segunda los de 4 á 5; los de 5 á 6 la tercera, y los de 6 á 8 la
cuarta, á Jos que se prepara ya pat·a ingresar en instrucción pri-
marifl.
Basta enb·ar en una de estas salas para comprender que el niño
ha de encontrar en ellas nna rorción de elementos que exciten sn
curiosidad y le distraigan y entretengan, enseñándole sin que ó l
mismo se entere.
Los muros es tán cubiertos de láminas, r ecordando mil cosas ins-
tructivas y útiles todas: al lado, por ejemplo, de los más notab!es
pasajes de la historia, un gran cartón, donde se encuentran mue>:-
tras del trigo y de todos los productos que de él s~ van obtenienJo
(harina, salvado, almidón, gluten) hasta el pan y t:Jda clase de pas-
tas. También se ~en muestras de minerales y plantas, y figuritas
y láminas de animales.
En el centro de cada sala se hallan colocadas las mesitas de los
niños. Estas son pupitres sueltos en unas clases, unidos en las de
los más pequeños.
El tapete, pued ~ col,,caese hot·izontal ú oblicuo, y está cuadeieu -
lado, pues subre él ejecuta el alumno muchos trabajos manual1Js,
sencillos ejercicios do construcción, combinacioues de tJguras y
piezas de maJ ura . etc. Estas mesitas tienen sus bancos con res-
paldasen las secciones superio t·e~, sin él pam los peqneños, y dejan
entre sí una calle central por donde pueuen pasat' perfecta mente los
alumnos en dos filas. En el testero de cada salon, lev<'1ntase el
estrado con ía mesa de la profesora, y un gran encerado cuadricu-
lado, y á una y á otra parte armarios, donde se encíerean los mocle-
los¡¡ materiales para. los teabajos ma·tualcs.
- -179-

El materi al esco lar es ta n propio y rico como abundante . Na da se


h a omi tido para que 1!1. escuela tenga todo lo que ~e ha cre íd o út il
y esté á la r1lturas de las mejores de su clase que hay en el extran-
jero, como lo hnn declarado ind i viduo~; de vari11s naciones que la
h an visto, entre e llo" alguno· franceses y alemanes c:ompetentes
en estas matel'ias . Todos los medios de educaciót. y ue enseñ.•nza
intuitiva, sin olvidarse de ciet• s juguetes que la pedagogía modet··
n a a~onseja poner• en prártica pam la cultnr:t Je las graciosas y deli-
cadas plantas que se cultivan en los Jardinps de la infancia, ~e
ostentan perfectamente colocttdos en l:1s paredes y en l~s eslante-
t·íaR, al punto que á la vez que para el uso a que ,,aturalmente esta
destinado, puede servir dicho material com() de exposición perma-
n ente 6 museo pedagógico, en donde comparando entre sí las diver-
slls coleccione~ y los Yarios objetos de la misma indole, puede, r•l
que visite la escuela, escoger Jo más apropiad<' para otra, haciéndo-
lo •:on verdlldero conocimiento de causa.
En el salón gr·ande 6 gimnasio intelectual, en do:~de hay una
grn n riqueza en materiales, se ostentan lo" bustos del pedagogo
alemán Froebel y del pedagogo español Montesino, no como en
0posición sinó para mo,tral' la perfecta arm0nía que existe entre
los que han c0nsagra•lo su existencia a un mismo fin, adecuando
sus almas en el sentimiento del amor á l,L infancia y el del amor a
todos los pueblos, ~antimientos de cuya. unión surge una como sín-
tesis mistel'iosa, eRpecie de Helena de eter·nal belleza que ha. sido y
será cant~da siempre por un Homero de todos lo~ siglos que se
llnma conciencia de la humanidad .

El aspecto de la>' salas sorprende agradablemente; pero Jo quP


;le nclmirable tienen, no es el rnateriul por· notable que >'ea; es e l
etJn tenido; son las !'la ntas humanas como las llama Fl'oebel.
Se~enta niños sentHdos en lo~ baiicos, cada. uno delante de Ru
pupitre ó mesita, se deriican con el afan que les es propio al gran
tdolll de la infancia, fi jugar; y con tal de jugar, ni hacen mientes en
los juguetes que se les entregan; si S')ll de formas extra11as y do
vivos colores, ni piensa11 que aquello pued\'1. s.;r trabajo y trabajo
11 tilisimo.
Los juguetes son los que en la escuela se llaman do11~. Es el
pl'imero nna peluta que se er.trega á cadtl niño para. que la exami -
ne. la boü· y juegnH con ella, y siendo de dtferentes col~t·es-los
~iete del iti'>-J n dese¡\ éste la azul, aq uc•l h enc;H'nada, el otro la
blanca, y la iu ot.itutriz so apt·oveclta hábilm ente de esto~ deseos
l'ara hacel'les dJ:>ttngutr los colores, sus diferencias, la forma de la
pBlota, su elast;ciclad, etc.
El t-istemn pedagógico de Fl'oebel se fu"'da en n.r¡u.-•,Ja fof'mn. de
conorimi~nto que tanto preconiza Stuanl Mili, notar semejanzas y
1·f's/ar di(e1·encios, y por t.anto colncn de~pnts de la ¡.¡elota la esfera
de manera, iguales en la forma, distintas en la matel'ia de que está n
fut'lll;td:•~.
-480-

Síguela. un cubo de madera diYidido en ocho partes iguales, ílara


que la profesor·a indique á los niños lo que es fracción y entero, la
igualdad de las partes entre sí y laa relaciones de estas con el todo,
la forma, dimensiones, volúmen, etc. Con estos ocho pedacitos de
madera que se ajustan perfectamente á los cuadrados de las mesas,
construyen con gran regocijo esos castillos y esas casitas que son
s ·: obra maer,tra y su encanto.
El cuarto don es en cubo de arcilla dividido en ocho paralelepí-
pedo!', de suerte que distinguen las diferentes dimensiones de los
cuerpos, que en el cubo son exactamente iguales; sucédele una caii-
ta que contiene un cub o dividido en veintisiete partes id énticas, y
con el cual las construcciones son más complicadas. Ya la institu-
triz fabrica la torre de una iglesia, que el instinto de imitación de
los niños se encarga de copiar, ya una casa con SúS puertas y venta-
r. as, que causa verdadera sensación y forma época entre los espec-
tadores en miniatura.
Los dones que suc() den inmediatamente, conocidos bajo la deno-
minación de juegos estereométricos, son mas complicados. Triángu-
los de madera de todas clases, listoncit.Js (representando lineas)
flexibles, de modo que puedan entrelazarse y unas bolitas de made-
ra y corcho (significando el punto) ajugerearlas, de modo que
uniéndolas puedan formarse toda clase de figuras geométrica~.
Los papelitos los dividen en diferentes hacecillos para con ellos
enseñarles las operaciones artísticas; ya lo suman, ya restan, ya.
dividen sin necesidad de pizarra ni de lapiz. De est~ modo desde la
pelota, tan conocida de los niños, se elevan insensiblemente hasta la
línea y el punto; la abstracción de la ciencia abstracta por exce-
¡encia.
*
Alternan con estos juegos los llamados trabajos manuales. Entre-
lazarlo, picado, recorte, etc., con til'as de papel con vivos Cl)lOI'es,
de suerte que excite su atención y entrelazándolas forman dibujos
de efecto y objetos útiles. Queriendo quf:l el niño se eduque,
más bien que aprenda, se le enseña á no prodigar el tiempo, á em-
plearlo útilmente, y en varias escuelas d!ll extranjero, es~os trába-
jos sirven para socorrer al necesitado, empezando el niño con la vida
á se1· caritativo con sus somejantes. Con el alfiler y un patron pican
en el papel dibujos y figuras, que después unen con lápiz, apren-
diendo insensiblemente el dibujo, y pl~gan y recortan construyendo
cajas y ot.rosobjetos. Con una amabilidad que profundamente agra-
~ezco, me mostraron los maestros diversos trabaj os, entre ellos
caprichosas pantall ás, bolsas, joyeros, etc.
Los trabajos manuales dividen ya algo los sexos. Las niña!! se
dedican á ocupaciones en al'monía con su futuro destino; las labores
tienen más dibujo de adorno que oe figur11, que se reserva para los
hombres, y las diferenrias de material determinan también desame-
. janzas, pues mientras unas entrelazan las cintas de raso, otros
usan tiras de papel que proporciona gratuitamente la escuela.
481-

El niño, dice Froebel, es una planta que, como &1 vegetal, nece-
sita oxígeno, luz, movimiento.
Por el contraste, por el cambio, por la comunicación de ideas y
de impresion¿s de la enseñanza en común aprende, y todo el funda-
mente de la educación se basa en la colaboración del niño.
La necesidad que sienten los pequeñu elos de ocuparse en algo,
ese afán de destr~<ir que les ca1·acteriz~, lo aprovechan maravillosa-
mente los pedagogos modernos, principalmente en lo que llaman
enseñanzas de cosas introducida y practicada en gran escala en las
Repúblicas norte-americanas é introducida con gran fruto en la
escuela Jardines de la infancia de Madrid. En~éñanse á los niños
los muebles y objetos más indispensables de la vida, se les explica
su composición, el mod0 de construirlos, se le" muestra las primeras
industrias comunes, indicándoles las transformaciones que sufren.
El niño aprende á no estar nunca ocioso, á no despreciar el detalle,
á conocer lo que le rodea y á saber pasarse sin el auxilio d9 los
industriales en ocasion es en que no puede recurrirse á ellos.
Estas lecciones ayudan al niño á pensar y á sentir los primeros
elementos de cultura que en otras escuAlas se desarrollan, porque
en esta clase de instr11cción que los pedagogos califican de maternal,
la enseñanza no sólo es un fin, sino un medio; es decir, es edu-
cadora.
Los niños aprenden á leer por medio de letras de madera, que
cogen y forman con ellas sílabas y aun palabras. Escriben al prin-
cipio picando las letras y luego pasando el lápiz por los agujeri tos
que ha hecho el alfiler, convirtiendo así en deleite lo que en otras
partes es trabajo.
El material destinado á estos objetos es notabilísimo; todo él cons-
truído en España, y si sale á mayor precio que el que se hace dll
Alemania es porque, no habiendo consumo, el producto no se
abarata.
Los trabajc,s se intarrumpen de tiempo en tiempo y se sustitu-
yen por el canto y la marcha. For~J~ados en dos filas niños y niñas
marchan A.Cempas r, damente, entonando un himno. El encanto r¡ne
produce aquella multitud de voces atipladas ensalzando la patria
que los educa y los proteje, es indescriptible. Nada tan curi oso
como aquellos séres en miniatura que con armoniosos cantos pro-
meten con energía defender este territorio donde
Cada pueblo recuerda una hazaña,
Cada piedra algún hecho inmortal;
como dice una estrofa que escuché. Esta especie de culto á la
patria en las escuelas públicas, no debe parecer á. nadie exagerado.
En los Estados Unidos ningún niño ignora las instituciones que
han hecho grande á su país, y á todos se les enseña á amar a la
madre común, que tiempo tier.en de d~silusionarse por desgracia.
Italia . - Por el Ministerio de Instrucción Pública se ha ordena-
do que en el mes de Setiemb:-e en cada capital de provincia se den
conferenci&.s sobre historia moderna desde 1815 hasta la muerte de
Víctor Manuel, y también otras sobre principios de higiene, apli-
cadas á las necesidades de la vida escolar y doméstica.
482-

-En Varona, por i11iciativa de la Municipalidad, se ha consti-


tuido una sociedad protecto1·a. ue l<1s niños abandonadc>s, y cuyo~
servicios A no duuar, serán muy met'itorios.
-En Bolonia se ha inaugurado con gran éxito un congreso
nacional de maestros d¿ gimnasia donde serán discutidos los ejer-
cicios metódicos más convenientes para el desarrollo flsico de Jos
alumnos.

LECCIONES SOBRE EL ADJETIVO.


(PltoGRA:MA DE 2° GRADO),

M. -Si recuerdan Vds. algo de lo que aprendieron días pasados, les


enseñaré hoy otras cosas. Vamos á ver, ¿quién podrá decir tres nombres
de personas? D- (Varios niños levantan las mallos) M . -Digo uno,
Paretto. D. -.Juau. M. - V. otro, Pígni. D. -Antonio. M. Diga V.
el tercero, LopE'Z, D.-Santiago. M.-Perfectamente, vamos á escribir
estos tres nvmbres en la pizarra, colocado uno debajo del otro (Los es-
cribe el maestro ó mejor aUn los alumnos) ¿Quién sabra de01r ahora
tres nombres de animales? D.-(Varios mños levantan las manos).
M, - Alvarez los vá á decir y Lopez los va á escribir. ¿Diga V . .A.lvarez?
D.-Perro, vaca, tigre. M·-Escritas esta11 palabras, vamos á ver
¿quién sabe escribir tres nombres de cosas? D . -(Varios niños levan-
tan la mano). M.-Escriba, V. Pigni. . ... Están Vds, conformes en
qne rnesa, plzarra y puerta son tres nombres de cosas? D.-Sí, señor.
M -Y estas palabras que hemos escrito como dijimos que se llamaban?
D.-Nombres. M.-¿0 de otro modo? D.-Sustantivos. M.-Por-
qué dijimos que se llamaban nombres? D.-Porque sirven para nom-
brar. M.-Perfectamente, veo que recuerdan Vds. la última lección,
y vamos á continuar. M.-.Juan'es un niño muy IJ.Uerido de su maes-
tro ¿por qué será tan querido, Lopez? D. - Porque es bueno. M·-Asi
es; podemos decir que .Juan .... (Señalando esta palabra en el pizarrón)
D.-Es bueno (se escriben estas palabras al lado del &ustautivo .Juan).
M.-Los niños buenos de la escuela no quieren estar con Antonio; ¿por-
qué era .d.lvarezi' D.-Porque .t..ntonio es malo, M.-Escriba aliado
del sustantivo Antonio, las pal:~bras que faltan para completar la idea
que acaba de expresar. D.-(Elniño escribe: es malo). M.-Santiago
eH un hombre de muchos años, y ya no ve ni oye nada ¿qué podremos
decir de Santiago, Lopez? D. - Que es viejo. M.-~Y qué más, .A.lva-
rez? D.-Que es ciego. M·-¿Y que más, Pigni? !J.-Que es sordo.
M. -¿Como diríamos todo esto en una sola expresión, Diaz? D. -San-
tiago es viejo, ciego y sordo. M.-Escriba V, eso en la pizarra, sir-
viéndose de la palabra que ya t1memos escrita. D·-(El niñl) escribe al
lado del sustantivo Santiago el complemento de la expresión). M.-;-¿ Cómo
puede ser el perro, Diaz? D.-Bravo, cazador, etc. M.-Escnba V. al
lado de la palabra perro lo que acaba de decir del él. D. -(El niño
puede ser que olvide el artículo y escriba perro es bravo y cazador, pero
-483-

en este caso el maestro l~amará la atención preguntando) 11!.-¿Está


bien esta expresión? D.- No señor, le falta al principio fa palabra el.
111. -Muy bien, complete V. l2 expre~ión (El ni:Uo escribe la palabm El
y si dejara la siguiente con letra mayúcnl~, se llamará la atención de la
clase) M.- ¿Qné podemos decir de la vaca? D. - .La vaca e~ wan~a, la
vaca es lechera....... . M.-Escriba V· Lopez esas ideas en una ;;ola
expresión: D. - (El niño escribe la vaca es roan. a y lechera). 111.-Diga
usted algo del tigre, Pigni D.- El tigre es carnicero, salvaje ...... . .. .
!~f.-Escriba V. la primera de esas expresiones. D. - (Elniño ese1·ibe-
El tigre E'S carnicero) M.-Del Plismo modo podremos decir que la mesa
es .. . ? D-Redonda. M.- La pizarra ... ? D. - Negra. M. Lapu erta .. . r
D. Grande.--Escritas estas expresioJJ es el maestro vnelve á recorrer-
las empezando por la primera y dice. M.-En resúmcn; ¿qué cualidad
tieue Juan? D.-Juan tiene la cualidad de ser bueno. M. - Y Antonio
¿qué cualidad tiene( D. Antonio tien · la cualidad de s er malo. -M.
-¿Y Sautiego? D. -Santiago tiene la cual iclad de ser viejo, ciego y
sordo.- (Del mismo modo se continuará preguntando por las cualidades
de los sustantivos escritos en la pizana y terminado e!'to el maestro
dice): M.- Vemos, pues, "u e las palabras (señalándolas) bueJ:o, malo,
viejo, ciego, sordo, bravo, mansa, lechera, carnicero, expresan .. :.... ¿qué
expresan, Diaz? D.-Expresan las cualidades de los sustantivos .luan,
Antonio, etc. M. -Pues bien, pongan &.tención; las palabras que expre-
~an cualidades de lob sustantivos se llam,,n adjetivos.- ¿Cómo he di"ho
4ue se llaman? D.-Adjetivos. M.-Escriba Vd. Lopez esa palabra
para que no se olvide ...... ¿Cuál es el adjetivo del sustantivo Juan?-D.
-Bu e no. M.-¿Cuál es el adjetivo del sustantivo Antomo? D.-Malo.
M. - ¿Cuáles son los adjetivos del sustantivo Santiago? D .--Viejo,
ciego y sordo. (Del mismc modo se continúa hasta terminar y l'l maes-
tro entonces dirá:) M.-¿Quién me dir:\. que expresan estos adjetivos?
- D.- Expresan cualidades de los sustantivos. M.-¿,Qué son pues los
adjet.ivo~? D.-Palabras que expreBan cualidades de lo sustantivos.
M.-¡Qué adjetivo convendrá al sustantivo tintero?-D. -Redondo.-
11-1. - Y asi dirémos..... . D.-El tintero es redondo . M.-A qué sus-
tantivos se le podrá aplicar el adjetivo blanco D.-A los sustantivos
pañuelo, perro, cordero, etc. M. ¿Y asi diremos? D.-El pañuelo es
blanco. el perro es t.lanco, el cordero es blanco, etc. M. - Vamos
á ver quién dice una expresión que tenga un &ustantivo y un adje-
tivo, ¿Vd. Lopez? D.-La silla e¡¡ nueva. M.--¿Cuál es el adjeti-
vo( D .-Nueva. M.-¿Vd. Pigni? D.-La pizarra es cuadrilonga.
M. .-¿Cuál es el adjetivo? D. - Cuadrilonga. M.- -¿y d. Alvuez? D .
La tinta es negra . M.- (.Cuál es el adjetivo? D.-Negra .. . .. ... . . . .
M. Muy bien, veo que l>an comprendido ustedes lo que son adjetivos,
y pata mañana me traerán escritas diez expresiones que conteugan
c.;ada una un sustantivo con su adjetivo correspondiente.

-.ae• e~
- 484-

Actas del "Centro Unión Normalista".


SESIÓN EXTRAORDINARIA., 2 7 DE JUNIO DE 18go.

Presentes. En BuenJs Aires, á 27 de Junio de 1890, reuni-


Otivé. dos los miembros del «Centro Unión Normalista»
Paulero.
Suarez L. al márgen inscriptos en el local Rivadavia 2616, el
Ferreyra A. presidente, señor Tomás Piñero declaró abierta la
Rasteltini. sesión á las 8 p. m.
g~~h~i1~i: Leída el acta de la anterior fué aprobada, previa
Pita. las observaciones del Sr. Olivé; quien pidió se hi-
Mendoza S. ciara constar en las actas, qne se había resuelto
Schuster. asignar (veinte pesos), para rentar el puesto de Ad-
Suarez
Piñero. E.
ministrador de la Revista. Hizo pt·ea~nte también,
Amarilla. que se había acordado se publicasen las acta~ del
Centro, íntegras en el órgano de la institución, y en conciso ex-
tracto en los diarios.
Pasando á la orden del día, el Sr. Olivé vuelve á tomar la pala-
bra, y después de unr.s breves consideraciones dió lectura del si-
guiente proyecto de reformas á los estatutos vigentes, que la C. D.
somete, por su intermedio, á la aprobación de la Asamblea:
PROYECTO DE REFORMAS:

1o Considerando que es indispensable hacer prácticos los fines


que consigna el Reglamento del ((Centro Unión Normalista» y ca-
reciendo de los alementos necesarios para darle un impulso pode-
roso que tienda á realizar los ideal13s que persigue, con lo cual la
Institución se colocaría a la altura que le corresponde por sus mé-
ritos y antecedentes.
zo Que siendo los profesores y maestros graduados en la Escuela
Normal de Profesores de la Capital relativamente pocos en número
comparados con los que se gradú"n en las demás escuelas, es im-
posible que el Centro pueda hacer pesar su influencia como institu-
ción y llevar á la práctica las resoluciones que se tomen tendentes
al mejoramiento de la educación y ~el magisterio.
3• Que el Centro para propender al progreso y perfeccionamiento
de la educación, tratando de armonizarla con nuestra forma de
gobierno, necesita dol concurso de todos los colegas que hayan sido
gt•aduados en todas las escuelas normales de la República, para
cangear ideas, y unidos á ellos estudiar los árduos problemas que
ella presenta.
En mérito de estas breves consideraciones, la C. D. ha resuelto,
en sesión dl3 fecha 16 del corriente, aometer á la aprobación de la
Asamblea la reforma de los arts. 1• y 2• del título primero y r.o-
veno respectivamente, por los siguientes:
485-

Art. l • Estrechar los lazos fraternales que deben existir entre


los profesores y maestros graduados en las Escuelas Normales de
la República.
Art. 2• Pueden ser miembros del «Centro Unión Normalista:.
los profdsores y maestros graduados en las Escuel11s Noamales de
la República.
Terminada la lectura del proyecto, el .Presidente lo puso á discu-
sión.
El Sr. Guerrini toma la palabra y funda su voto en contra,
manifestando que el Centro había sido fundado con un fin casi fa-
miliar: para estrechar los lazos que deben unir á los hijos de una
misma madre, 19, Escuela Normal de la Capital, y que aceptándose
las reformas propuestas se desvirtuaban los ideales de los que lo
iniciaron, y la obra de sus fundadores.
El Sr. Pit.a hizo presente que vería con placer al «Centro Unión
Normalista» tomando la iniciativa, en el país, sino en la idea., por
lo menos en la práctica, de fundar una, gran asociación nacional;
compuesta de miembros del magisterio y de personas que simpa-
ticen con la causa de la educación á 9jemplo de la Asociación Uru-
guaya Amigos de la Educación, que gozaba de un justo y merecido
renombre; y como le constaba se pretendía llevar á cabo en Cór-
doba, sin Mntar con los elementos eficientes con que se contaría
en la Capital Federal.
Se estendió, además, en vastas consideraciones para demostrar
que la idea no era prematura y terminó diciendo que siendo grande
la causa que se perseguía era necesario acaparar fuerzas para la
lutha á fin de obtener resultados positivos.
El Sr. Ferreyra, contestándole, hizo presente que los verdaderos
fines del Centro se encerraban en el art. 2° y que por lo tanto se
decretaría la disolución del Centro, toda vez que entrasen en su
seno, personas agenas á los intereses de los normalistas.
Los Sres. E. Suarez, Olivé, L. Suarez, Ferreyra y Guerrini
emitieron diversas opiniones, que animaron bastante la discusión;
pero, á petición del Sr. Paulero, se cerró el debate.
Puesto á votación el proyecto en general, fuá aceptado. En la
votación particular fueron igualmente aprobados, los dos artículos,
tanto en el fondo como en la forma.
En seguida el Sr. Guerrini hizo moción pidiendo se nombre una
c., misión de propaganda, encargada de presentarse á los normalis-
tas que conozcan ó sepan donde residen, para invitarlos á formar
parte del Centro. Apoyada y puesta á discusión, el Sr. Paulero
hizo presente que sería suficiente con pasarles una circular. Por
votación fué aceptado lo propuesto por el Sr. Guerriñi,quedando al
arbitrio de la C. D. por ser de su incumbencia, la designaci(m de
las personas que deban componerla.
El Sr. Paulero hizo moción de que se nombre otra comisión en-
cargada de proponer á la Asamblea, á la brevedad posible, las mo-
dificaciones que crea convenientes introducir en el Reglamento
vigente, y que á la vez correrá con la impresión del nu11vo Regla-
mento.
-486-

Fué aceptada, siendo designados para componerla l~s Sres. Pita,


E. Suarez y Paulero.
No habiendo más asuntos qne tratarse, se levantó la sesión á las
10 y 15 p. m.
TOMÁS PIÑERO.
Manuel A. Amm·illa.

PROYECTO DE REG~AMENTO
PARA EL

"CEN'ITtü UNIÓN NOBMA.Lif';'l'A ~'


QUE SE SOMETI<; A~. ESTUDIO
Y A l'lWBACJÓN DE I .OS SEÑOIU.S SOCIOS.

CAPÍTULO I.

Bases.
Bajo la denominación de «Centro Unión Normalista» fúndase en
la Capital Federal de la República, una asociación que pl'openderá
al progreso y perfeccionamiento de laEd ucación At·jentina, :J.rmoni-
zándola con nu estras necesidades y forma de gobiern••, tratando de
estudiar y rliscutir todo aquello que se refiera a enseñanza, hacien-
do practicar sus resoluciones, con fu cnlt ·· d para formar centros con
análogos propósitos en otros puntos de la República, y sus fines son
los siguien tes: .
Art. 1.• Hacer todos los esfuerzos que estar. á su alcance para
dignificar el profesorado y usar de su lejítima influencia para que los
miembros que lo componen ocupen los puestos que les corresponden
según sus t;tulos y méritos en la enseñanza.
Art. 2.• Cultivar y estrechar los vínculos de amistad entre sus
miembros.
Art. 3. o Socorrer á sus miembros moral y materialmente.
Art. 4. • Convocar ó promover la formación de Congresos peda-
gógicos.
Art. 5. 0 Establecer concursos pedagógicos, premiando los mejo-
l'es trabajos presentados.
Art. 6.• Sostener una Escuela Nocturna gratuita para ayudan-
tes y sub-preceptores con el objeto de mejorar 11us condiciones actua,
les.
- 487 --

Art. 7.• Propender á la formación y fomento de una Biblioteca


destinada al uso J consulta de sus miembros.
Art. 8.• Sostener u.J n. revista educacional que sea la expresión
y órgano ue sus intereses.

CAPITULO II.

De la Comisión Directiva.
'
Art. U.• El Centro será dirijido y administrado por una Comisión
Directiva compuesta de 114eve miembros activos: Un presidente, un
vice-presidente, un secretario, un pro-secretario, un tesorero y
cuatro vocales.
Art. 10. Los deberes y atribuciones de la Comisión Directiva sorí:
l." Velar por el cumplimiento de estos estatutos.
~-· Ejecutar todas las resoluciones del Centro.
3. • Citar á sesionL q <Jrdinarias y extraordinarias .
4. • Confeccionar las bases de los concur!'os y la organiza-
ción de los congresos :::Jctagógicos.
5.• Reunirse ordinariamente dos veces por mes y extra-
ordinariamente por orden del presidente.
6.• Arbitrar los medios para cumplir las obligaciones con-
traídas por el Centro.
7.• Satisfacer las interpelaciones que se hagan de acuerdo
con lo dispuesto en el art. 28 inciso 4. •
8.• Entend er en la admisión, renuncia y expulsión de Jos
miembros del Centro. y con..tituirse en Tribunal arbitr:li
á ]c>s efectos del art. 27 inciso 6•.
9.• Pre"rar y pr :r1.10ner proyectos tendentes A la conse-
cución de 1~ fines del Centro.
10. Presentar anualmente una memoria detallada de la
marcha del Centro.
11. Autorizar la adquisición y gastos que fuesen nece-
sarios.
12. Resolver por sí todos Jos casos no previstos en el pre-
sente Reglamento é interpretar sus artículos en caso d:::
duda.
13. Fallar sin apelación en lo que se refiere el art. 27 in-
ciso 7•.
1-l. Mantener relaciones y canges con las corporaciones na-
cionales y extrangeras, cuyos propósitos sean análogos á los
del Centro .
15. Designar anualmente la Comisión encargada de la di-
reccióny redacción de la Revista.
16. Nombrar las comisiones especiales que á su juicio sean
necesarias para ejecutar sus resoluciones.
17. Recibir el balance trimestral del Tesorero y las cuentas
de recaudación é inversión de. fondos.
-488-

18 Poner en posesión de su cargo A la C. D. entrante,


haciendo entrega de todas las existencias del Centro bajo
inventario.
19. Todos y cada uno de los miembras de la C. D. son
responsables de sus actos ante la Asamblea.
20. Para que sean válidas las resoluciones de la C. D. se
requiere la mitad más uno de sus miembros incluso el presi-
dente.
21. Cuando un miembro de la C. D. falte tres veces con-
¡secutivas, sin prévio aviso A las sesiones de ésta, se le aper-
cibirá y en caso de reincidencia se declarará casante en sus
funciones.
22. La C. D. se ren•Jvará por mitad cada año.
23. Si por cualquier circunstancia hiciera su renuncia en
masa la C. D. continuará en sus funciones hasta que se pro -
ceda á la nueva elección.

CAPÍTULO III.
D e 1 P res id en te.
Art. 11. El Presidente es el representante del Centro.
Art. 12. Sus deberes y atribuciones son:
1. o Presidir todas las sesiones, guiar Ja discusión y decidir
en caso de empate.
!.° Citar la Comisión Directiva.
3. ° Firmar con el Secretario los diplomas, actas y demás
resoluciones del Centro y de la C. D.
4. o Redactar la memoria anual de acuerdo con el art. 9. o
inciso 10 de la C. :!) •
5. 0 Recibir y presentar á la U. D. ó al Centro las comuni-
caciones que reciba.
6. 0 Resolver en casos urgentes, tomando las medidas que
crea convenientes, dando cuenta á la C. D en su primera
reunión.
7. 0 Vigilar la observancia de lo~ reglamentos y dedsiones
de la C. D. y del Centro.
8. 0 Nombrar comisiones especiales del seno de la Asam-
blea.
9. 0 Tomar parte en las discusiones, cediendo su puesto de
presidente.
y a
lO. Dirigir la discusión, llamar al orden los rntembros
qua lo alteren.
11 . Otorgar la palabra.

CAPÍTULO IV.

Del Vice-Presidente.
Art. 13. Reemplazar al Presidente cuando sea necesario y en
este caso ejerce las mismas funciones de aquél.
-489-

CAPlTULO V.

Del Secretario.
Art. 14. Son deberes del Secretario:
1.• Preparar todos lclS asuntos que hayan de someterse á
la consideración de la Asamblea y C. D.
~.· Convocar á la C. D. á sesiones ordinarias yextra-
ordinarías, síempr¡;¡ que el presiden te lo ordene.
3.• Llevar un libro de actas de la C. 11. y otro, de las
Asambleas ordinarias y extraordinarias.
4.• Llevar un rejistro exacto, :m orden de número y fecha
del movimiento de los socios activos, corresponsales, hono-
rarios y [Jrotectores.
5." Redactar y firmar las actas, notas, diplomas y demás
documentos del Centro.
6• Copiar en un libro especial todos aquellos trabajos que
hayan sido premiados por el Cdntro ó que merezcan el
accesit.
7.• Conservar en bu¡;¡n orden los documentos, libros, ano-
taciones, etc., que forman el Mchivo.
8. • Dar los datos que el Presidente pidiere para el cum-
plimiento del art. l0%inciso 9• como igualmente los que le
fuesen solicitados por los socios del Centro.
9.• Hacer una reseña ó resúmen de las sesiones ordina-
rias y extraordinarias ó de la C. D. para publicarla en la
Revista.

CAPÍTULO VI.

Del Pro-Secretario.
Art. 15. En ausencia del Secretario desempeñará las funciones
de aquél.

CAPÍTULO VII .

Del Tesorero.
Art. 17. Las obligaciones del Tesmero son:
1.• Percibir las cuotas de los socios, otorgándoles el corres·
pondiente recibo.
2.• Es responsable de los fond•>s que tuviere en su poder.
3:" Llevar un libro de entradas y salidas de los fondos del
Centro.
4.• Hacer notar á la C. D. aquellos socios que sean moro·
sos en el pago de sus respectivas cuotas.
-490-

5 . o RE:ndir cuentas trimestralmente de acuerdo con e 1


art. 9°, inciso 17 de la C. D.
6. 0 Pagar los librami entos expedid0s por el Presidente y
refrendad os por el Secretario.
7. 0 Presentar anualmente el balance general á los efectos
del art. 12, inciso 4. o.
Art. 17. El Tesorero tendrá derecho de observar y ser
atendido cuando la C. D. trate de hacer alguna erogación,
y siempre que él crea que el Centro no está en condiciones
de hacerlo.

CAPiTULO VIII.

De los Vocales.
Art. 18. Los Vocales por su orden, deben suplir en sus funcio-
nes :,.1 Vice-Presidente, Pro-secretario y Tesorero.

CAPÍTULO IX.
De los miembros en general.
Art. 19. PuedBn ser miembros <le! Centro Unión Normalista los
profesores y maestros graduados en las Escuelas Normales de la Re-
pública.
Art. 20. Los socios del Centro, además de Jos fundadores se divi-
den en activo¡¡, honorarios, protectores y corresponsales.
Art. 21. Todo socio es aceptado por la C. D. á propuesta por es-
crito de tres de sus socios activos.
Art. 22. Todo socio recibirá un diploma que le acredite comv
tal, firmado por el Presidente,.Sec!'etario y timbrado con el sello del
Centro.
Art. 23. Todo miembro que no desée continuar formando
parte del Centro,está obligado á hacer dimisión motivada des u pues-
to, presentando su r enuncia por escrito, dirijida al Presidente,
sobre cuy~t admisión ó r echazo l'esolverá la C. D.
Art. 24. Todos los socios ti enen el deber de trabajar por
la prosperidad del Centro y prope!lder á la realización de sus fines .
Art. :.:.5 . Todos los miembros del Centro .tienen el derechode exij ir
un ejemplar de «La Revista>> y damas publicaciones.

I.

De los socios activos.


Art. 21!. Son mi embros activos todos aquello:; quo hayan ingre-
sado después de la fundación del Centro.
Art. 27. Los deberes de los mi e mbro~ activos son:
- 491,~-

1. 0 Observar estrictamente el presente Reglamento y


demás disposiciones de la C. D.
2. 0 Asistie puntualmente á las reuniones á qne fueren con-
vocados .
3. 0 Pagar una mensualidad de un peso moneda nacional.
4. 0 Dar aviso al Seoretario cada vez que cambien dd domi-
cilio.
5.• üumplir estrictamente con las comisiones que se les
confiare.
6. o No atacar á sns miembros por medio de la prensa ó de
los tribunales, ni de manera alguna sin haber acudido pre-
viamente á la C. D. á los efectos del art. lO inciso 8°.
7. 0 Acatar el fallo de la C. D. en lo que se refiere el artí-
culo 10 inciso 13.
8. 0 Pedir b venia á la C. D. ¡;iempre que, tJ·atándose de
un derecho ó cuestión de intereses con respecto á alguno de
sus consócios, desée apelar á los tribunales.
9. 0 Todo miambro activo ti ene el deber de votar en todas
las t•esoluciones tomadas por el Centro.
Art. 28 . Los miembros activos tienen el derecho:
1. o A usar dala paln bra en las discu~iones del Centl'o .
2. 0 A ¡:1Ublicar sus trabr~jo s en la Revista con sujeción á lo
que sobre ella estatuya el R eglamento de dicha publicación.
3 . 0 A presentar A ht consideración del Centro y de la
C. D. cualqu ier proyecto conforme á Íits bases y fin es del
Centro.
4.• A interpela r á la C. D., manifestándo po t· escrito á
la Secretaría Jos puntos en que debe hacerlo con una sema-
oa de anticipación al día de la Asamblea er: que debe ser
informado .
5. 0 Pedir r econsid eración de las eesoluciones en la misma
sesión en que hubit-ren sido tomadas.
G. 0 A solicitar el auxilio del Centro, siempre que lo nece-
sitaee.
7.• A pedir la exoneración de su cu0ta de conformidad con
el art 3•.
8. 0 A eetirar .las mociones con la venia del Pr·esidente,
nntes de ser puestas á votación.
9. 0 Hacer cumplir el ¡.¡eesente Reglamentv.
10. No ser interrumpido on el uso de h1 palabra, so l amen-
te que se hubiet•e s ..dido notablemente de la cuestión ó fal-
tado al t•rden. ·
11. Pedír se ageegnen !n,s resolucionas del Centro á las
disposiciones generala~.
12. Invi tara! Centro á reuniones en su casa ó allí donde
creyera conveniente recibirle prévia aprobación de la C. D.
y por su intermedio.
-492-

II.
De los socios honorarios.
Art. 29. Pertenecen á esta clase las personas de méritos relevan-
tes, que se hubiesen hecho acreedoras á tal titulo por cualquiera de
los motivos siguientes:
1.• Haberse distínguido en algún ramo de las ciencias que
se relacionan con las bases y fines del Centro.
~. • Reconocida honorabilidad y marcado interés, clara-
mente manifest.ado porel progreso del Centro.
Art. 30. Los socios honorarios, en lo concerniente a la dirección
y gobierno de la sociedad careceu de voz y voto deliberativo.

III.
De los socios protectores.
Art. 31. Pertenecen á esta clase aquellas personas que por ser-
viciCJs prestados al Centro ó por cualquier otra circunatancia,
merezcan esta distinción.
Art. 32. Los socios protectores gozan de las prerrogativas de
los socios activos acordadas en el art. 28.

IV.

De los socios corresponsales.


Art. 33. Son miembros corresponsales los fundadores, activos,
honorarios y protectores que se encuentren fuera de la Capital.
Art. 34. Cuando trasladesen su domicilio al del Centro, serán
considerados como Activos.
Art. 35. Los socios corresponsales, mandarán al Centro los tra-
bajos que se le confíen, debiendo mantener correspondencia con
la C. D.
Art. 36. Es aplicable á los socios corresponsales el art. 31del pre-
sente Reglamento.

CAPÍTULO X.

De las Sesiones y Asambleas.


Art. 37. Las sesiones serán ordinarias y extraordinarias.
1.• Las sesiones ordinarias tendrán lugar quincanalmente.
~.· En las sesiones ordinarias 11e dará cuenta de los asun-
tos entrados que se relacionen con los propósitos de! Centro.
-493-

2.• Lo sesiones extraordinarias se celebrarán siempt•e que,


mediando circunstancias especiales, asi lo exija el asunto á
tratarse como así mismo para los efectos del art. 10 inciso 6".
4. 0 Las sesiones á que se refieren los incisos 2 y 3, habrá
quorum con la quinta parte de sus miembros.
5." Las asambleas se celebrarán anualmente á los efectos
del ar.t. 10, inciso 22.
6. 0 Las asambleas t'3ndrán quorum legal con la mitad más
uno de sus miembros.
7.0 En las sesiones y asamblea~ se observarán las prácti-
cas parlamentarias.

CAPiTULO XI.

De los concursos y congresos.


Art. 38. De acuerdo con lo que disponen las bases, la C. D.
formnlará los programas para los concursos ó congresos, proponien-
do temas que se relacionen con los fines del Cer.tro y los profesores
a
.) maest.ros que tomen parte en ellos se sujetarán las condiciones
siguientes:
1. o Presentaran sus trabajos escritos en idioma nacional.
los cuales serán acompañados de un pliego cerrado con e l
seudónimo que hayan adoptado para firmar el trabajo pre-
sentado, en el cual constará el nombt·e del autor con sn
respectivo domicilio.
2. • Los trabajos sedw estudiados y clasificarlos por un
jury especial que nombrará la C. D. con acuerdo de la ~sam­
blea, debiendo formar parte de él personas de reconocid<t
competencia.
3.0 La clasificación de los trabajos será fundada en un
informe escrito, dauo por el jut•y y la Asamblea adjudicará
los premios en virtud de esa clasificacióu.
4.0 Una vez juzgados los trnbajos, permanecerán en Secre-
taria 10 días para que puedan ser leidos por los socios.
5. 0 lnmediatam ente de la decisión de la Asamblea, el
Presidente abrirá. los pliegos cenados en presencia de éstn
y hará conocer los nombres de los autores premiados.
6. o Todo trabajo no premiado será archivado en la Secre-
taria dPl Centro.
7.0 Todo trabajo que se presente á concurso será ~onsi­
derado como perteneciente al Centl'o.
8. 0 De los trabajos premiados y conferencias que se den
en el Centro, que merezcan la aprobación de la Asamblea se
hará una colección espP-cial que se pondrá. en venta, ingre-
Eando su producto á los fondos del Centro. ·
9. • Los concursos y con~resos se anunciarán por lo menos
con tres meses de anticipación.
lO. Los congresos los furmarán los miembros del Centro y
-494-

los representantes que nomb1·en los Establecimientos de E<iu-


cación, las soci~dades análogas á ésta y gobiernos de pro-
vincia.

CAPÜ'ULO XII.

De la Revista.
Art. 39 . Para la publicación de la Rev:st~. habrá una Comisión
compuesta de nn Director, un Secratario, un Admini trador y
dos socios nombrados por la Asamblea, los que durarán un año en
!'US funciones.
Art. 40. Sus deberes y atribuciones, son:
l. o Encargarse de la pn blicación de la Revista.
2. 0 Juzgar los trabajos que han de componerla.
3. 0 No publicar traba.Jo alguno que no haya merecido la
aprobación de la mayoría de sus miembros.
4. • No publicar trabajos que hayan sido publicados con
anterioridad, salvo que se trate de autores extrAnjeros.
5. 0 R >unirse por Jo menos dos veces en el me~ en sesión
secreta, no pudiendo ningun miembro revelar lo que en ella
se haya tratado.
6. o Exponer ante la Asamblea las razones que haya tenj-
do para recha~ar cualquier trabajo siempre que el autor lo
solicit.e. •
7. o Supiir con sus propias producciones la falta de mate-
rial y arbitrar todos los medios para el sostenimiento de la
Revista.
8. 0 La C. de la R. queda autorizada para proponer á la
C. D. los nomb1·amientos de los colaboradores que estime
convdniente y ésta los someterá á decisión de la Asam-
blea.
9. o T odo colaborador está. obligado á envía1' é. la dirección
de la R evista un articulo mensual que trate de cualquiera
de los fines que se propone el Centro.
10. El Director dividirá la Revista en las secciones que
estime convenientl'ls de acuerdo con los demás miembros,
pudiendo encargarlos de la ¡·edacción de cada una de ellas .
11. Queda autO't'izada la C. de la R. para ofrecer sus
columnas á los autores de trabajos de notoria importancia·.

CAPITULO XIII.

De la Escuela Nocturna.
Art. 41. De acuerdo con el art. 6• el Centro sostendrá. una Es-
cuela Nocturna mixta, gratuita, para Sub-preceptor&s y Ayudantes.
Art. 4~. La E:;cuela sera di1·ijida por el Presiden te como director,
un secretario y tantos profesores como materias >Je dicten.
-495-

Art. 43. La enseñanza que se dé en la Escuela será de acuer-


do í'OU los dos primeros ·años del curso normal del Plan de
Estudios vigente.
Art. 44. El maximnm d.e tiempo destinarlo á las clases no podrá
exceder de dos horaR.
Art. 45. Los cursos de la Escuela se clausu1·arán ell5 de Noviembr·e
de cada año, debiendo tener lugar los exámenes el 15 de Diciembre.
Ar·t. 46. Queda autorizado PI Director para expedir un certifica-
do en el cual conste que el postulante ha cnr·sado con la clasifica-
ción qué le corresponda al prime1'0 ó segundo año de estudios.
Art. 47. Serán profesores de la E~cnela ks miembros del Centro.
El Director queda encargado de dictar el Reglamento interno de
la Escuela de acuerdo con lo' artículos precedentes.
Para el funcionamiento de la Escuela, el Director solicitará ele quien
corresponda un local á pt·opósito para el fin de que se. trata.

CAPiTULO XIV.

De la Biblioteca.
Art . 48 . .El Centr·o tendrá una Biblioteca para el usn y con-
sulta de su!'l miembros.
¡,a Bibloteca se formar·á con las obras donadas por los socios,
las qne compr•l el Centro y las que obtuviere por donación.
Los socios podrán hacer uso de los libros, folletos, etc., de acuer-
do con el Reglamento interno de la Biblioteca.
Art. 49. Para los fines precedentes habrá un director que desig-
nará la Asamblea y durará un año en sus funciones y un bibliote-
cario 4 ue será remunerado.
Art. 50. El Director será el responsable de las obr·as que forman
la Biblioteca y presentará mengualmente un estado del movimiento
de la Biblioteca.
Art. 51. Corresponde al Director de la Biblioteca dictar su Regia-
mentu interno.

Disposiciones generales.
Art. 5~. El presente Reglamento no podrá 3er medificado, sinó
hasta los dos años de su promulgación y con una mayoría de tres
cuartas partes de sus miembros presentes en la Asamblea.
Art. 53. El Centro no podrá ser disuelto mientras formen parte
de él ocho de sus miembros activos y en caso de serlo, sus fondos
se destinarán á un fin útil.
Art. 54. Mientras el Centro no tenga local propio sus sesí<mes
tendrán lugar en donde resolviere el Presidente.
Art. 55. La Comisión Dircctivli. solicitará de quien corresponda
la aprobación de estos Estatutos y el reconocimiento del Centro
como persona jurídica.
-496-

Rl~~l~TJ\ D~L lNT~RlüR.


De los informes de los señores Inspectores Nacionales de las Provi:.-
cias entrésacamos los párrafos y datos siguientes:
B1tenos Aites.-El numero de las escuelas, maestro;¡ y educandos, tia
onperado á los del año pasado, lo que no deja de ser satisfactorio si se
tiene en cuenta los escasos recursos de la Dirección General~ y á que
'3D este año ha tenido una disminución en sus ingresos y un aumento en
sus gastos; originado esl e último, por el a.umento de población y la
uecesidad de instalar nuevas escuelas.-Manifiesta Al [nspector que la
disminución de los ingresos ha sido á consecuencia de no haber las
Municipalidades hecho entrega de los fondos asignados por la Ley, y
á que en el ejercicio de1 89 1 sólo ha recibido por subvención nacional la
can t.idad de $ ~5,618.22.
Si la deuda que tienen las municipalidades y el déficit escolar á cargo
del poder Ejecutivo fuera abonada, más la subvención nacional, que á la
fecha alcanza á una fuerto suma, tendríamos que la Provincta de Bue-
nos Aires aumentaría el numero de sus e~cuelas instalándolas en las
partes que las reclaman.
Hecho esto, tendríamos que los ciento treinto y cinco mil niños
(135,000) en que se calculó ~a población escolar el año 87, más el aumen-
to del 89, pued¡, conceptuarse este número en 140,000 niños que la pro-
vincia tiene en edad de educar. ·
De esta cifra, 56,101 asisten á las escuelas comunes y anexas á las
normales, 4,907 á las particulares, y 10,000 que ya lo han recibido
hacen el total de 71,008 niños que reciben los beneficios de la educación
comun de acut:>rdo con la obligación escolar.- Hablando del estado de
la enseñanza en general manifiesta el Inspector que dada la época por-
que at.ravesamos, que si bien es cierto, que la ctencia pedagógica ade·
lanta, no sucede lo mismo con el arte de enseñanza, que requiere uu
aprendizaje especial, de acuerdo con el nuevo criterio pedagógico que en
estos últimos tiempos ha transformado la escuela.
Al mismo tiempo hace notar la conveniencia qutJ habría en comple-
mentar su objeto, dándole mayor amplitud. A e~;;te respecto dice:
''Ahora que la agricultura l. a venido á suplir las deficiencias de la gana-
dería, ¿por qué no se le ha de dar al niño en la escuela las primeras
nociones que más t.arde le han de servir para iniciarse en la vida, siendo
que hay motivo suficiente para esperar de esta fuente de riqueza una
prosperidad incontestable? Ella bien repartida, constituyendo la base
de los progresos tle sus escuela'>, le aseguran desde ya, un brilla!! te por-
venir. Esto debe empezar desde el momento en que el niño escapa á
la educación del hogar é ingresa á la escuela, extendiéndose á medida
que el niñci se desarrolla, para abandonarlo solamente cuando bien
animado para la lucha pueda desafiar las dificultades de la vida" ......
Con este punto, hace mención de otro no menos importante, cual es
la introducción del trabajo manual en sus escuelas. Su importancia, su
conveniencia, y la necesidad de incorporarlo en la escuela primarih es
un punto ya resuelto en todos los paises que demuestran interés por la
escuela . Pero la obra de la educación no es completa aquí; hay bas-
tante que hacer y muc~o que modificar, sobre todo en lo que se refiere
al plan de estudios que no corresponde á la altura y concepto actual
- 4U7

de la enseñanza. El censo general de la provincia, que pondrá de


manifiesto las múltiples manifestacinnes de la actividad en el más
rico y próspero estado de la república, será objeto de un estudio sspe·
cial por parte del señor Inspector según lo manifiesta.
Jujuy. - Las escuelas que han funcionado durante el primer cuatri-
mestre son las mismas del año pasado - las de reciente creación, no se
han abierto á causa de que los útiles que el C. Nacional despachó para
estas escuelas no han lle~ado todavía.
La comisión de educamón, ha tomado varias resoluciones tendentes á
mejorar la marcha de las escuel~t.s, ha fijado el sueldo de los maestros,
aceptando tres douac.'onas de terrenos para escuela. y varias circulares,
tendentes á regularizar la marcha del nuevo curso escolar .
. La Legislatura provincial ha sancionado uná ley de expropiación,
para tomar todos aquellos bienes del dominio privado, cuya ocupación
se requiere.
Manifiesta el Inspector que las escuelas han funcionado con basl;ante
regularidad y que se encuentran regularmente provistas ae útiles-Exis-
ten 50 escuelas- 2 graduadas anexas á las normales, --44 elementale:;. y
4 particulares.-De los edificios en qne han ftwcionado las escuelas 36
son de propiedad particular, y 7 fiscales. El personal de las escuelas
fiscales se compone de dos maestros diplomados y 42 sin d!, y 10 ayu-
dantes. En las e~ cuelas particulares, los 4 maestros no tienen título.
Durante el primer cuatrimestre se gastaron en sueldos 7,415 $, en
alquileres 5,727 y 201 en libros y útiles.
Cada escuela cuesta por término medio 195 $. cada maestro 137,
y cada niño inscripto 4 $. La inscripción en las escuelas públicas
ha sido de 1,256 varones y 761 mujores -en las particulares: varones 46,
mu,jeres 94.- A.djunta el cómputo, el cálculo y producido de las rentas
escolares de la provincia para el servicio escolar del corriente año, cuyo
mont•J alcanza á 76,796.
Para facilitar la inspección provincial se ha dividido la provincia en
dos secciones y abriga la confianza de que las escuelas serán mejor
atendidas.
Manifiesta también que se han mandado confec~ionar planos para los
edificios escolares, y que en breve se dirijirán al C. Nacional solicitando
la subvención correspondiente.

Mendoza. El Inspector Nacional de Instrucción Primaria, Sr. San-


tos Britos ha elevado su informe general sobre el estado y desarrollo
do la instrucción primar;a en la provincia de M~ndoza.
En él manifiesta que no es posible apnntar grandes progresos realiza-
dos porque no es dable esporarlos de un cuatrimestre á otro. El progra-
ma de labor trazado se ha cumplido :sin ningún tropiAzo que obstamlli-
zara su ejecución. Tres escuelas y cinco maestros S9 han incorpo-
radtl en el último cuatrin.:est1 e, sin haberse conseguido un aumento
en la asistencia de niños que más bien ha descendido.
Todas las escuelas fiscales cerraron sus cursos, p::esentándose á exámen
5,529 alumnos, de los cuales 3,448 recibieron aprobación, resultando apla-
zados 825 y no han rendido sus pruebas 1,2ó6. Manifie~ta el Inspector
que en el presupuesto se han hecho muchas redu,:donus, debido á la
eficáz propaganda de la prensa que ha contribuido á ahorrar á Men-
doza la vergüenza de un gran retroceso de su instrucción primaria.
Una de las circunstancias que ha contrariado la administración de las
escuelas, es la resisten9ia opuesta por el gobierno para entregar todos
- 498-

los tondos vot11.dos, exijiendo justificativos prévios y otras formalidades


que sientan mal en una dependencia que tiene su administración propia,
lo que, como se comprende, menoscaba las facultades administrativas de
bt comisión de educación. A pesar de todo esto, la Superintendencia ha
podido pagar á todos sus maestros y empleados, sinó con puntualidad
al ménos con regularidad.
Escuelas--A 116 alcanza e! número de estos establecimieutos, distri-
huídos de esta manera: fiscales 89, de aplicación 2, particnl:ues 11, de
i11strucción secundaria 4. La inscripciÓ!l ele los al•tnmos lejos de au-
mentar, disminuye, porque las bajas accidentales que ocurren son mayo-
res que los ingreso .
PERSONAL DOCENT!l:. - EL ]Jersonal docente es e5caso. y el número
ele los maestros preparados mucho me11or. La Escnela Normal está muy
lejos todavla de provéer á la provincia de uficientes maestros prepara-
rlos, como lo demuestra el señor Inspector ~n los ]Járrafos siguientes:
"Desde su fundación hast::~. la f.,cha h;;_n salido de la Escnela de Maes-
tros 36,--y de la de mujeres 60.--lv que da un total de 96 maestros.
Deduzcan de este número algunos que han fallecido, otros que han
abandonado la profesión y otros, en fin , qne prestan sus servicios e11
ot.ras provincias, y se verá cuán lé_jos está de !legar al númen' 332 que
se ocupan actualmente de educar á 7,309 niños
Para lleTJar en parte este vacío, dice el lnspector, se ba dispuesto
utilizar en la enseñanza los elementos mejor dispuestos, estableciendo
exámenes anuales de maestros, donde estos <>e presentan á pro-
bar su competencia. La Surerintendencia ba rodeado dfl garantías y
acordado preeminencias á Jos maestros que alcancen su título. En la
pwvisión de los pues1 os se dá la preferencia al más idóneo medianto
liD certámen de compet.encia. El consejo lleva otorgados 43 diplomas
supletorios de maestro~ , 38 de ayudantes. Como se comprendE\ esta
medida es de carácter temprana que la l1a impuesto la necesidad y el
progreso de la épuca.
lNSPECTORES. - Siguen pr<lstando muy buenos servicios á la educa-
ción, á parte de las visitas que verifican a las escuelas, toman parte
en las deiibaraciones del Consejo.
CoNSEJOS ESCOLAREs-De los 16 consejos escolares de distrito, que
han funcionado, sólo cinco ó seis han dado muestras de intere~ar¡¡e
por el adelanto de la educación, unos allanando dificultades y otros
prestando su cooperación para el mejor éxito de las fiestas escolares.
Los restantes apenas dan señales de vida.
EDIFlCIOS y EDJFJCAClÓN ESCOLAR. La totalidad de los edificios carecen
de condiciones; son trabajados de adobe y techados en caña y barro.
Entre Jos 18 fiscales hay algunos que presentan comodidades y se adap-
tan a su objeto, los 70 restt~.nlf's son casas de familia completamente
inatlecuadas.
Los trastornos económicos que han conmovido la provincia y á la
República toda, han envuelto á la edificación escolar, paralizándola y
con ella las nobles miras do los poderes públicos.
Hace presente cllnsl?ector en su extenso informe que el Consejo hl<
hecho algunas adquisic10nes que enumera.
Se ha invertido en el año 89, en sueldos de maestros $ 96,631.36.
Alquileres de casa....... ..... ...... .... ... · . . . . . . << 15,010.11.
En libros y mobiliario ......................... . .. <~- 9,047.56.
499-

FoNDO ESCOLAR. Los recursos destinados por la ley de educación al


fondo eSCOlar hace que Cada día Se !tCl"eciente, debido a la honradez ,
&conomía y celo administrativo del jeff. de esta importante reparti-
ción.
Catamarca.-Ellnspector Nacion¡¡l de Catamarca comunica al Inspec·
tor General las irregularidades de las autoridades es~"'olares, pues !1asta
el presente no se han recibilo las planillas correspondientes al primer
cuatrimestre . Manifiesta el Inspector que para. poder desempeñar su
misión, les dirijió a las comisiones escolares y maestros una extensa
circular, acompañada de un formulario que debían lleuar. Este incor•.
veniente, dice el Inspector, se oponP a los propósitos que me animan en
bien de los intereses educac;ionales de estR provincia, y si el consejc
provincial está animado de los mejores deseos en despertar el espíritu
público, trayendo la confianza, debe desplegar actividad y energía com·
pleta.
Pero no es este el criterio que prevalece, pues en todo el tiempo que
va transcurrido del corrients año, no ha sesionado una sola vez, trabada
p0r pueriles rencillas.
Ante este hecho que esteriliza cuantas iniciativas lleva el Inspector á
sn seno, no le queda otro camino que re.:ordar constantemente sus
deberes á las comisiones escolares y maestros eetimulánJoles al trabajo.
La situación de los maestros es afl.ijente, estan impagos por seis, ocho
y Jiez meses y si á esto se agrega lo difícil de la enseñanza en manos
inexpertas, por la carencia completa de líbros, se tendrá una idea apro·
ximada de la via cntcis porque pasan.
Cor.cluye el Inspecwr manifestando que todos sns esfuerzos se estre-
llaráa ante la desconfianza general , sinó se atiende inmediatamente el
pago de los maestros y provisión de libros.

Ríoja. ~De1 interesante ,v bien meditado informe presentado por el


señor Dermidio Llarrefw, Presidente del Consejo de EdLlcación y Direc-
ción General de E:>cuelas de la Provincia J.e la Rioja, tomamos los
siguientes datos sobre el estado de las escuelas durante el año de 188$1.
El numero de escuelas se deE<compone del modo siguiente: escuelas ele
varones 42; de niñas 33; mixtas 15; total 90 escuelas . El número de
niños inscriptos ascendió a 5,389, de los cuales 2,967 fueron varones y
2,422 niñas; el total de asistencia suma 4,374, correspondiondo 2,569 á
los varones y 1,805 á las niñas.
A las escuelas y asistencia anteri ores hay que agrEc'gar una de varones
y otra de mujeres correspondientes á las de aplicación de las normales
con 417 alumnos, con los qull :>e viene á hacer un total de 92 escuelas
con 5,806 alumnos matriculados y 4,770 asistentes.
Entre estas escuelas figuran 9 graduadas, 4 de varones y 5 de niñas;
y tres nocturnas, teniendo estas últimas 249 alumnos inscriptos y 178
de asistencia media.
Por el nuevo presupuesto para el cornente año se creau 27 escuelas
más de las habidas en el ppdo, de las cuales 9 son graduadas, teniendo
así un total de 117 escuelas, número que se descompone asi: escuela,;
graduad!!s 16, nocturnas 3 y elementales 98. De estas escuelas 50 son
de varones, 44 de niñas y 23 mixtas.
Han prestado sus servicios en el a1lo próximo pasado 153 maestro~,
de los cu<tlf's 78 h~tn sido varones y 75mujeres. Se ha gastado en ellos
79,040 p<'sos, costando así cada uno, en término medio 51G p~'>~os al año,
ó sean 43 pesos mensuales.
500-

CoLONIAS Y TERRlTORlOI!l. -Con fecha 5 de Agosto, el Inspector de


Colonias y Territorios Nacionales, D. Raul B. Diaz, elevó su intorme
referente á las escuelas ubicadas en las gobernaciones del Chaco y Mi-
siones.
Los puntos que comprende este meditado y laborioso informe son los
siguientes:

Misiones. --Se ocupa de las escuelas de niñas y de varones de Posa-


das y de Concepción; escuela mixta de Candelaria (que no funciona.
desde Octubre del año pasado) y la de igual clase de Sli.Dt.a Ana. Trata
además los siguientes puntos: Lúcales, alquileres, mobiliario, textos y
útiles, personal docente, grado de conocimientos de los niños y enseñan-
za que se suministra. Consejos Escolares, formación de los mismos,
ventajas que estos reportan, fondo escolar. · Espíritu público en las
gobernaciones, acción de las autoridades.
Además al tratar de cada una de las escuela!. tormula un pedido de
los útiles más indispensables para la marcha de cada una de ellas.
Según ese informe, funcionan en el Chaco las siguientes escuelas: En
Resistencia una de varo11es "Benjamín Zorrrilla", y otra de niñas.
Escuela mixta de la colonia Florida ó Benitez (funciona desde Agos-
to), Las Palmas ( Puerto Bermejo ó Timbó), Colonia Vedia y fuerte
General Roca. La de los Tirolese:J, comenzará. á funcionar en breve
así que se termine el <Jdificio.

Fonnosa. - Funciona una escuela mixta que se halla en buen estado.


En el mes pasado, hizo el Couse.i o Nacional los si~uientes nombra-
mientos, respondiendo á las indicaciones del Inspector respectivo:
Preceptora de la escuela de niños de Resistencia á la maestra normal
del Paraná doña El vira Chapo de Belbey, ayudante de la misma á doña
Leonor Perez y ayudante de la Escuela Benjamín Zori:illa á don Tor-
cuato Durán; preceptor de l~ escuela mixta de Candelaria (Misiones} it
rlon Pedro Guerrero, id de Norquin (Gobernación del Neuquen) á don
Manuel Alconchel y vocal del Consejo Escolar de Posadas á don Cipria-
110 Castelli.
Estos nombramientos tienden á completar y mejorar el personal
docente de las escuelas de las gobernacioues, las que parecen han entra-
Jo en una nueva vida, debido á la influencia dellnspector, cuya acción
se deja sentir desde'ya.
Los numerosos datos estadísticos que contiene, lOS-Ilareroos en opor-
t.unidad. Al mismo tiempo el Sr. Inspector presenfa un proyecto de
presupuesto é indica algunas medidas que conviene adoptar á fin de dar
á las escuelas de las gobernaciones locales apropiados y maestros
bueno~.

-- -···- --
-501-

LA LIRA DE LA NIÑEZ . -Oolección ele poesías dedicadas á las escuelas latt-


no-americanas, por Rodolfo Menéndez.- Mé1·ida de Yttcatán, 1890.
Con una cariñosa dedicatoria hem0s recibido un ejemplar de esta
bellísima producción origiual de nuestro estimado compañero en la
l?r~nsa pedagó~ica, el ilustrado escritor y distinguido literato D . Rodol-
fo Menénaez, director de "La Escuela Primaria", interesante revista de
C'nseñanza que se publica en Ménda de Yucatan.
Hemos leído con muchísimo placer las ciento y tantas poesías distin-
tas que contiene la citada obra y en todas ellas hemos hallado la ame-
nidad hermanada con la sencilléz, la instrucción y la moralidad más
pura.
Los temas escogidos por el autor, son apropiados para los niños, y
los consejos que trata de inculcar quedan grabados en la mente por la
versificación fácil y agradable que hA. empleado.
La obra del señor Menéndez es un libro de importante utilidad para
la niñéz y que se ha de generalizar en las escuelas á que ha sido
dedicado.
Reciba el ilustrado compañero nuestras gracias por su deferencia y
la más sincera felicitación por su meritoria producción .
,.,.
*

LA SECCIÓN ESCOLAR FRAl'fCESA DE INSTRUCCIÓN PRIMARIA EN LA EXPOSICIÓN


UNIVERSAL DE PARÍS DE 1889, pot· J . B. Zubiattr.

Acusamos recibo de un importante folleto, trabajo del Dr. .Tosé B.


Zubiaur, inspector de colegios nacionales y escuelas normales de la
República en el que se ocupa detalladamente de todo lo más notable que
se ha presentado en la última Exposición de París sobre instrucción
primaria.
, Comprende dicho trabajo nueve capítulos, en los cuales se trata res-
pectivamente sobre los siguientes puntos: Introducción. -·- Organización
de la sección escolar de instrucción primaria . -La exposición especial
del ministerio de instrucción pública. - Escuelas maternales y escuelas
infantiles. - Las escuelas primarias elementales.-La enseñanza del tr:t-
bajo manual y del dibujo en las escuelas elementales, museos y herba-
rios escolare¡; . - Escuela~:~ primarias superiores y escuelas profesionales .
- -Escuelas normales primarias y superiores.-Asociaciones populares;
cursos de adultos; cajas escolares, bibliotecas y conferencias. --La sec-
ción escolar de la ciudad de París.
Se halla intercalado en el folleto un plano explicativo de la sección
escolar francesa que dá una idea exacta de la colocación y distribución
de los trabajos, úti!es, muebles, libros, etc., allí expuesto!'.
El trabajo á que nos refll"imos, honra altamente al Dr. Zubiaur y
justifica la elección acertada que como delegado al congreso pedagógico
de París hizo en él el Gobierno Nacional y el de las provincias de Cor-
rientes y Entre-Rios.
Aumento de pájinas.-El Exceso de materiales nos
oblij?;a á da~· el presente número con 56 pájinas; tratamos así de com-
pensar, en parte, los números que deja~·on de aparecer hasta Junio del
presente año.
Proyecto de reglament;o. - En otro lugar del presen-
te número de nuestra Revista, publicamos el proyecto del nuevo Regla-
mento para el "Centro Unión Normalista·', presentado por los señores
Eleodoro Suarez, Esteban Paulero y Víctor Pita. Debiendo ser sometido
á la aprobación de la primera Ass.mblea que tenga lugar en el "Centro",
se recomienda su ~studio á cada uno de los señores socios para que se
hagan ll•S observaciones, corr¡;~cciones y modificaciones que se estimen
necesarias .
L o s haberes de l o s de maestr o s.-Es ya conse-
cuencia de una ley fatal, que los pobres maestros hayan de sufrir los
resultados de las situaciones más ó menos criticas de los paises en que
prestan sus mal reconocidos servicios.
En los momentos en que esto escribimos, llega á nuestro conocimiento
que algunos Distritos escolares de la Capital se les adeuda el mes ele
Agosto y á otro menos felices éste y el de Julio .
Dadas las circunstanCJas p •>rque atravesamos, fácil es figurarse los
compromisos y necesidades porque pasarán todos los maestros impagos,
que como simples empleados, no cuentan con más recursos q•1e sus po-
bres sueldos .
Confiamos en que el Dr . Zorrilla, que siempre se ha mostrado dis-
puesto á favorecer el magisterio, tomará en este caso P.lguna medida
que saque al personal docente de la penosa situación en que se halla .
Escuela de artes y o fic t o s .-Está resuelto el Minis-
tro de Justicia á sacar inmediatamente de la Penitenciaria los menores
allí depositados. Para el efecto se desocupará. el pabellón de los hombres
en la correccional, trasladando los presos á otra cárcel . .
En este local se formará la base de una escuela de artes y oficios, sin
gastar mayor cantidad de los 1100 pesos mensuales que cuesta ahora la
alimentación y vestido de esos niños.
l!:n seguida se proyectará la instalación definí ti va de la escuela, para
ambos sexos, en edificio construido expresamente.
El Dr. Zubiaur, que ha visitado recient.emente en Europa estableci-
mientos de esta clase, aseguró al Ministro que le presentarla la forma
de hacer práctica tan benéfica idea, sin recargar en lo más mínimo el
presupuesto de instrucción pública.
Nos sería grato confirmar la resolución del señor Ministro sobre este
proyecto que modifica notablemente la instrucción de criaturas que ne-
cesitan formarse donde sólo les rodeen ejemplos de moralidad.
Dr. E . L . H o lmberg. -Enviamos nuestro más sincero
para bien a l querido maestro por su reciente nombramiento de Acadé -
mico de la Universidad de la Capital.
Revista de la enseñ.anza. -Hallándose nuestro amigo
y compañero, Pablo A. Pizzurno, completamente ocupado con el Insti-
- - 509 -

uto N a.c10nal, cuya dirección 1 orga.nizaciónle exige preferente atención


deseoso de que responda al programa formulado, sabemos que ha resuel-
to suspender, por ahora, la ap:trición de la Revisra úe la Enseñanza,
que reaparecerá des:::-ués con su mismo programa y con las mejoras que
convenga introducir. Deseamos ver pronto libre á Pizzurno de sus mu-
chas tareas para que pueda hacerse cargo de la importante Revista que
que dirige.

Distinciones y recompensas á los maes-


' tros .-El Consejo Nacional de Edncación con el objeto de establecer
cierta emulación entre el personal docente, ha dictado el siguiente
acuerdo, del que en otro lugar nos ocupamos:
'Art. 1° Los maestros que sobresalgan por su competencia y celo en
bien de la enseñanza y por los resultados obtenidos en ella, serán acree-
dores á las distinciones y recompensas que en este acuerdo se determinan
prévias las Lmalidades que en él se establecen.
Art. 2. o Las distinciones consistirán en diplomas honoríficos que se
ot.orgarán anualmente, tomando en cuenta los méritos y servicios p•·es-
tados por los maestros y los informes que obre ellos recaigan.
· Art. 3. 0 Es condición indipensable para conseguirlos diplomas hono-
ríficos, tener por lo menos cinco años de buenos servicios. El que haya
alcanzado 'esta distinción no tendrá otra análoga, sino después de trans-
curridos tres años de la anterior.
Art. 4. o Las recompensas consistirán en un sobresueldo proporcional
á la asignación que corresp011da al maestro por el empleo que ejerce.
En tal condición rocibirán el diez ó veinte por ciento los que respectiva·-
mente hayan merecido dos ó tres diplomas honoríficos.
Art. 5. 0 Los consejos escolares propondrán en nota especial antes del
1° de Octubre de cada año, los dos maestros que en su concepto se hayan
distinguido más en las escuelas de su respectivo distrito ó manifesturán
que sólo hay uno ó ninguno que merezca este honor.
Art. 6. 0 Las propuestas pasarán á informe de una colnis1ón especial
que constatará los datos que se mencionen y cuyos miembros visit.arán
la escuela ó grado á cargo de la persona propuesta para obtaner el
diploma.
Art. 7, 0 La comisión á que se refiere el artículo anterior se compon-
drá de los inspectores técnicos y de cuatro Iniembros del personal
docente que ya hayan merecido diploma de honor.
Art. s.e Organizada la colnisión, constatados los datos y hecha la visita
á que se refiere el articulo 6° procederá á ocuparse de las propuestas
una á una, requiriéndose la mayoría absoluta de votos para informe
favorable.
Art. 9. 0 La comisión elElvará. antes del 1° de Noviembr6 su informe
~obre cada prc.puesta y la nómina de las per2onas á quienes deba con-
ferirse t~l diploma. El número de estos no excederá de quince.
Art.· 10. El Consejo Nacional en presencia del citado informe, resol-
verá las propuestas acordando dentro de los quince días subsiguientes
los diplomas de honor. E stos se entrPgarán á los interesados en la
sesión inaugural de las conferencias doctrinales.
Art. 11. Por la primera vez y Inientras no existan maestros á quienes
se hayan otorgado los diplomas, se formará la c'olnisión que establece
-504-

el artículo 7o del inspector geneJ·al, los inspectores técnicos y el inspec-


tor nacional de Buenos Aires.
Art. I2. Comunlquese y publíquese-Buenos Aires, Setiembre 6 de
de 1890. - BENJAMIN ZoRRlLLA, presidente.-T. S. Osuna, secretario.

Diplomas de s ocio s . -La Secretaría del "Cemro Unión


Normalista" avisa á todos los señores socios que aún no posean el diplo-
ma que les acredita com•> tales. se sirvan comunicarlo á la mayor bre-
vedad posible para poderlos extender y remitir luego á dOJni<'ilio.

El idioma francés en el Canadá.-La Cámara de


Diputados del Canadá ha rechazado una tentativa hecha en vista de
quitar al francés el carácter de idioma oficial en el Dominion. El Go-
bierno ha combatido enérgicamente la proposición, en la sesión del 21
de Junio la siguiente resolución fué adoptada por 148 votos con-
~ ro .
La Cámara, tomando en consideración el,empleo del idioma francés que
tiene lugar desde largo tiempo en el antíguo Canadá, y rehusándose las
convenciones sobre ese asunto, que constan en el B1·ijish N01·th American1
no puede unirse á las declaraciones contenidas en el bill Mac Carthy, a
saber: que es oporttmo, en el interés nacional del Dominion, que haya
unidtld de lenguage entre lós habitantes del Canadá.
La Cámara, al contrario, declara que se limita á las convenciones
aquí citadas y hace COliOCE-r su determinación de resistir á toia tentativa
que tenga un carácter de perjudicarla.

provisión de útiles.-La Inspección de Colegios Nacio-


nales y Escuelas Normales, ha solicitado del ministerio respectivo, la
autorización necesaria para adquirir un ejemplar de cada uno de los
muebles, librob y útiles que usan los establecimiento de instrucción
secundaria y normal- á :fiu de que que sirvan de modelo á los licitan tes
que se presentarán rara hacer la provisión de todos los pedidos que se
han formulado en e corriente año.

Acto de reparación . -Los vecinos más caracteri:.::ados


de la ciudad de San Luis han llevado al Ministerio de Justicia, Culto é
Instrucción Pública una solicitud, pidiendo la rehabilitación del señor
D . Felipe Velazquez como Vice-Rector del Colegio Nacional de esa pro-
vincia.
Es un pedido jusLo, y creemos que el ministorio accederá, p~es el
señor Velazquez, tiene prestados 18 años de buenos servicios según lo
hace constar el Inspector de Sección señor Suarez-en 3U último in-
forme.

Nobramiento y reclamo.-Ha sido nombrado profe-


sor de Historia y Geografía en la Escue:a Normal mixta de Corrientes,
el Inspector Nacional <le Escuelas D. Marcelino S. Elizondo.
Es un acertado nombramiento, pero contraria uu decreto del ministe-
rio por el 'ltle se establece que es incompatible el cargo <le In'lpector
Naciunal con el de profesor en cualqtlier establecimiento de instrucción
secundaria ó normal.
Como el principal fundamtlnto que se tuvo en cuenta al darse este
505-

decreto, fuera el de encargar á los inspectores nacionales de instrucción


primaria de la ejecución de la ley de Matrimonio civil, éstos tuvieron
entonces quo renunciar las clases que dictaban, para dedicarse de lleno
al desempeño de este nuevo cargo que fue rentado con cien pesos men-
suales.
Ahora lo que no se justifica, es que esta incompatibilidan de funcio-
nes rija aún pr.ra aquellos inspectores que fueron declarados cesantes
en atención á que en algunas provineias estas oficinas quedaron difiniti-
vamente organizadas, siendo por lo tanto innecesarios Slt S servicios. DesdA
que se les quita este sueldo, que en cierto modo reemplazaba, la cátedra
que antes tenían, lo propio es, que el Ministerio, habilite á los cesantes
¡•ara que puedan como antes dictar alguna clase en los establecimientos
nacionales de educación.
De lo contrario, tendremos que hay inspectores nacionales que gozan
de tres suE~ldos, uno como Inspector Nacional , otro como Visitador de
las oficinas de matrimonio civil y como profesor, que es el caso ocurrell-
te; otro de inspector y visitador, y por últ.imo, los menos, de inspector
únicamente.
Es el caso pues, en que el sefior Ministro en su tarea de reparación
que se ha impuesto, no debe olvidar la situación de estos inspectores,
resolviendo algo en el sentido de que estos puedan ponerse en igualdad
de condicionas pecuniarias.

Colegio Nacional de San Luis.-Los alumnos del


Colegio Nacional de S'an Luis que fuerop últimamente suspendidos á
consecuencia de los ultimes sucesos poLíticos dando lugar á la instruc-
ción de un sumario, se han dirigido al Ministerio de Instrucción Púbiica,
]Jidiendo nconsiderdción del decreto á fin de que se les permitn concu-
rrir al establecimiento. - El Ministro se ha expedido de confor-
midad.

Colaboradores.- Los señores Raul B. Díaz, Eleodoro


Suarez, Luis Suarez, Félix F. Gonzalez, Augusto F. Argaño y Manuel
Amarilla, han ofrecido su importante colaboración en nuestra Re-
vista.
También el señor Pablo A. Pizzurno nos ha ofrecido envi<trnos algu-
nos trabajos y las correspondencias de Europa, una de las cuales (la de
Salomón) va en otro lugar.
A todos les agradecemos su desintere;;ada cooperación por la mejora
y adelanto de la "Revista Pedagógica Argentina", que siempre se hon-
rará en publicar las producciones de dichos señores y las de tJdos los
profesores y maestros que quieran contribuir con sus ideas al fin que
todos nos proponemos, mejorar In. enseñanza del pueblo. •

Un nuevo Estado Norte-Americano.- El


Presidente de los Estados Unidos ha firmado un decreto admitiendo el
territorio de ldaho entre los Estados de la Unión.
El nuevo Estado tiene una superficie de 84.800 millas cuadrada:,, con
una población de 32.000 almas; está comprendido entre los Estados del
Oregon, de Washington, de N evada y d.e Montil.ña y los territorios del
Utah y del Wyoming.
En virtud de la Constitución federal, cada vez que un nuevo Estado
queda admitido en la Unión, debe agregarse una estrella más en la bua-
-506-

tlera norte-amiricana y este suplemento debe hacerse antes del 4 da


Julio del año siguiente:
Por consiguiente, el4 de Julio de 1891, la banddera norte-americana
deberá llevar 43 estrellas en vez de 42, á menos que ha~ ta entonces no
hayan nuevas admisiones, lo que ha s ucedido posteriormente con el
territorio de Vyoming admitido recientemente.
Así, pues, á la fecha actual, la Unión norte-americana cuenta cen 44
Eitados.
Sólo faltan que admitirse tres territorios: Nueva Méjico, el te·rritorio
ludio y Alaska.

Sociedad patriótioa.-Con este titulo y con arreglo á las


bases que más abajo insertamos, se inicia la formación de una sociedad ,
que vendrá á ser con el tiempo, si hay perseverancia en el propósito,
una verdadera Esct¡ela de ciudadanos.
Difundir los conocimientos necesarios, para hacer efectivo el réjimen
de gobierno democratice representativo, es el pensamiento primordial
que anima a los iniciadores.
Poner á contribución todos los medios que puedan conducir a ese fin,
completando la obra de la edu0ación escolar, supliendo sus omisiones
y corrigiendo sus deficiencias, tal es el procedimiento que explican y
desarrollan las bases a que antes hemos aludido.
Be comprende sin esfuerzo y a primera vista, que la nueva sociedad
esta llamada á realizar una misión importantísima y a llenar un inmen-
so vacío en la educación cívica de nuestro pueblo.
La estadística de la enseñanxa revela que sus beneficios no alcanzan
a muchos millares de niños que forman la población escolar. Numerosas
masas de adultos carecen de las nociones más elementales, no ya sobro
derecho político, pero ni siquiera de los derechos que la Constitución
les reconoce y los primeros rudimentos de la cultura social.
Ahora bien, el pueblo en gran parte formado por esos elementos, es el
soberano llamado á decidir por el voto en los comicios y por su influjo
directo en las costumbres, de los destinos de la República .
¿Qué ha de suceder en tales condiciones( Una de flsta dos cosas: ó el
ejercicio de la soberanía tendrá que degenerar en un impulso incons-
ciente, si á veces y por suerte bien inspirado, expuesto .& caer en los
delirios de la anarquía, ó el pueblo vivirá en perpétua tutela de ambi·
ciosas oligarquías, minando la base de nuestras instituciones, falseando
su espíritu y convirtiendo la soberanía en título irrisorio.
Acometer la empresa de vigorizar el sentimiento del derecho en la
conciencia popular, para que los ciudadanos sepan hacerlo valer en ser-
vicio de la patria, es una intención generosa y levantada que merece el
• aplauso sincero de toda la sociedad .
Pero el aplauso, no será merecido sino a condición de que la nueva so-
ciedad tome por lema la máxima del pueblo inglés; trabajar, pelear y no
rendirse.
Las bases de la nueva sociedad, cuya redacción pertenece al Dr . Ro-
dolfo Rivarola, el jóven é ilustrado jurista, son las siguientes:
' Art · 1° La La Sociedad Patt·iótica t1ene por objeto la difusión,
en la mayor escala posible, de todos los conocimientos necesarios
para hacer efectivo de la nrejor manera, el régimen de gobierno de-
mocrático refresentativo, e~;tablecido en la República Argentina por
su Constitucion y sus leyes.
P ara este objeto la sociedad h ará uso de los medios siguientes:
- 507 --

lo Propended á que en las esm elas munes y eu todos lus e;;tableci-


mieutos de educación se proporcione á los alumnos todos los conoci-
mientos útiles para formar ciudadanos en una noción clara de sus de-
rechos y deberes cívicos, y futuras madres de familia, que trasmitan á
otras genaraciones el sentimiento del derecho y del rleber del ciu-
dadano.
2° Publicará en grande escala para venderse á ín:fiimo precio 6 distri-
buirs6 gratuitamente textos adoptados á la enseñanza á que hace refe-
rencia el número precedente, y métodos para la misma.
So PubHcará en las mismas coniliciones, cartillas 6 catecismos de
instrución cívica, adaptadas á las inteligencias poco preparadas de las
personas adultas.
4o Promoverá conferencias y lecturas públicas tendenLes al objeto
fundamental de la sociedad.
5o Facilitará por todos los medios a su alcance la circulación de las
obras orijinales ó traducidas que contengan buenas enseñanzas sobre el
mejor gobierno democrático representativo.
6o Promoverá la discusión sobre todas las leyes, reglamentos, usos
y costtunbres que conside1·e contrarios ú obstativos á rucho régimen,
y peticionará á los poderes públicos, según la forma determinada en
estos Estatutos para obtener la sanción ó moili:ficación de leyes que sea
necesario para tal objeto.
7o Promoverá la fundación de sociedades análogas en toda la RepúbHca
y la celebración al Congreso y conferencias locales ó nacionales para la
discusión de cuestiones de derecho público y administrativo, y para el
mejor éxito del esfuerzo común de todas las sociedades.
So Propender.\. a la formación de juntas de abogados que en todo
tiem1 o defiendan á los ciudadanos que se- creyeran ofenilidos en sus
derechos políticos. "
Art. So Los asociados no podrán, en ningún caso, val~·se de los me-
dios de la Sociedad para hacer propaganda en tavor ó en contra de los
partidos políticos á que pertenezcan ó que quier11.n combatir.

Programa del Instituto Naoional.-Insertamos


á continuació el programa del Colegio que con tanto acierto dirigen los
profesores normales señores Pizzurno y Tufró.
"Una parte muy considerable de la juventud argentina más distingui-
da, la llamada á ocupar más tarde delicados puestos públicos, la que
tendrá á su cargo la ilirección del país, se educa en establecimientos
particulares v no en las escuelas oficiales. ¿Por qué? Porque muchísi-
mas de las familias, viviendo en las ciudades y pueblos del interior del
país, alejados de los primeros centros de instrucción, tienen necesidad
de enviar sus hijos á los internados de la Capital; y porque otras muchas
de las que viven en ella prefieren la escuela p!·ivada que les ofrece algu-
nas comodidades y ventajas que no encuentran en · la pública, ventaj11s
agenas, por cierto, á la bondad de la señanza. Por otra parte, las es-
cuelas oficiales no alcanzan todavía para recibir toda la p,:,blación
escolar".
"Pero los establcimientos privados que existen entre nosotros, ¿pue-
den llenar las aspiraciones del que sea meilianamentd entendido en ma-
teria educacional? Dejamos la respuesta á la conciencia de los que los
conozcan algo más que .por sus exterioridades.
-508-

"En vez de escuelas •m las que la educación y la enseñanza se supe-


diten al interés del lucro ó a miras egoístas de otra naturaleza, necesi-
tl',mos instituciones en lafl que t·Jdo se subordine á los intereses legíti-
mos de la educación, en la que se de una enseñanza racional, una edu-
cación completa por medios que no violen las leyes que rigen el desa-
rrollo de las facultades ni las reglas a que debe someterse la trasmisión
de los conocimientos, una educación integral en armonía con las nece-
sidades del hombre y una educación nacional que le prepare para ser
digno ciuéladano de una nación llamada a altos destinos.
'' Y lo declaramos sin falsa modestia y ron tranqueza: nos sentimos
con fuerza y entusiasmo suficientes para iniciar la •reforma, contando
con el concurso de profesores dis't inguidos y el apoyo de personas res-
petables que han aplaudido sin reserva nuest.ro proyecto y que en la
respectiva E'sfera de acción de cada uno, contribuirán á convertirlo en
una realidad '' .
"Todo eso nos alienta y nos alientan las muestras de aprobación y
simpatía que tanto de las autoridades escolares como de nuestrós cole-
gas y de los padres de familia, hemos recibido hasta hoy por nuestros tra-
bajos como maestros, durante más de diez años que llevamos consa-
grados á la enseñanza y al estudio de las cuestiones escolares''.
" Es conocida nuestra concepción de lo que ba de ser la escuela.
He.mos aprendido en la Escuela Normal, hemos seguido estudiando
después al entrar en la lucha en las escuelas de la Capital y hemos
ampliado nuestro,. conocimientos educacionalas de casi toda la Europa,
de Alemania, Suiza, Fraucia, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Inglaterra,
Italia y España.
"La escuflla teórica, la escuela que considera al niño tabula rasa, la
escuela de la memoria, de la rutina, la escuela en que todo se hace me-
cánicamente, cede su puesto á la escuela moderna, cuvo 0bjto no es ya
la inst1Cti.Cción mecánica, rutinaria, sino la educación general.
"La escuela moderna es la que quiere el desarrollo espontaneo del niño,
que considera á éste no ya como un recipiente pasivo de ideas y senti-
mientos agenos, sino que reconoce ~>n él la existencia de gérmenes ca-
paces de desenvolverse por sí solos al ser colocado en el medio ade-
cuado; la que le considera no como . una inteligencia, un corazón, un
cuerpo separados, sin relaciones casi entre sí, sino que ve en él un todo
cuyas partes íntimamente unidas, deben cult.ivarse armónicamente.
"Que no reputa como educación intelc1ctual sólo la adquisición de cono-
cimientos, sino el desarrollo de las facultades por el ejer. icio, sin exage-
rar el desenvolvimiento de unas en perjuicio de otras. Los medios de
que se valen para llegar á ese resultaJ.o se fundan en el conocimiento
de las facultades, el órden en que se manifiestan y el modo de su desa-
rrollo, que por lo tantu empieza por la perc11pción sensible, por la ense-
ñanza de las cosas, por la observación de los hechos, por 1<' concreto,
para .elevarse gradualmente á las leyes, á la teorí<l., á. lo abstracto.
Que tratándose de la educación moral, de la formación del carácter,
procede de acuerdo con leyes y reglas análogas; y así como en la sala
de clase, durante las lecciones, lecturas ó narraciones, en el patio du-
rante los recreos, visitando una fábrica, un museo, un monumento, un
jardín, recorriendo las calles, en el campo, etc., toa.o se aprovecha' para
hacer observar un hecho y hallar w1a noción nueva que incorporar al
bagaje intelectual del niño, así todo~ los momentos de la vida escolar de-
ben ser aprovechados para cultivar el corazón, fortificar las tendencias
-509-

nobles, combatir las inclinaciones, ejercitar la voluntad en la práctica


del bien.
La moral no puede ser para los niños uu ramo de estudio, una parte
del programa, sino que debe ser algo así corno la atmóstera que rodee la
escuela en todos los momentos. Las fructíferas lecciones morales las
constituyen los ejemplos que reciben, las buenas acciones que presencian
que nos refieren los libros, ó que oímos reavivadas por la voz de nues-
tros padres y educadores.
Y á e,¡te respecto la elecci0n de maestros es decidva. ¡Ojalá los pa-
dres de familia no lo olvidaran tan á menudo como lo hacen!
En vez de enseñar preceptos de memoria que el niño repite mecáni-
camente quizá en el mismo instante en que sus actos conhadicen los
preceptos que sus lábios e11uncian, debe obtenerse una moralidad efec-
tiva, formar realmente el carácter, hacer niños virtuosos y no hipócritas
ó meros definidores de las virtudes.
Las opiniones religiosas de los padres deben ser escrupulosamente res-
petadas .
. La cultura físi ca no puede separarse de la intelectual y moral. "Mens
sana ia corpore sano" es la vieja fórmula que sintetiza lo que ha de
comprender la educacdn. Prescindiendo de la necesidad que hay de
atender al cuerpo por el cuerpo mismo, vigorizándolo, dándole soltura,
esbelte~, por el ejercicio, poniéndolo al abrigo de las enfermeda-
des, gracias á los cuidados higiénicos, la necesidad de atender la
cultura física se impone igualmente por la influencia que el estado
del cuerpo ejerce en el del espíritu, influencia que es reciproca y que
prueba una Vt:>Z más que la educación ha de ser completa, armónica,
integral.
"Si como observa el pensador, dice Spencer, la primera condición de
éxito en el mundo es ser vigoroso (1) la primera condición de la prospe-
ridad nacional es que la nación esté compuesta de séres vigorosós. No
sólo sucede á menudo que el éxito de una guerra depende de la robus-
tez y del valor de los soldados, sinó que en las luchas industriales
también, acompaña la victoria al vigor físico de los productores.
La perfección física sirve para asegurar la perfección moral. N o hay
nada más tiránico que un organismo debilitado. Nada paraliza más el
libre movimiento de la razón, el vuelo de la fantasía, el ejercicio de la
reflexión, nada agota tan pronto las fuentes del pensamiento como un
cuerpo enfermizo, cuyas funciones languidecen y para el que todo es-
fuerzo es un sufrimiento. ·
"No tengáis, pues escrúpulo alguno, concluye Marion, y si queréis
formar un espíritu libre, un hombre de generosa é intrépida voluntad,
un obrero laborioso é incansable, formad desde luego y ante todo un
organismo vigoroso, tle sólida resistenciaJ C'Jn músculos de acero~.
La cultura estética no debe tampoco aescuidarse. El dibujo, la cali-
grafía, la observación de la naturaleza, el exámen de obras artísticas,
los objetos todos, han de ponerse á contribución en el sentico de desper-
tar amor á lo bello en lo físico, como en lo intelectual y moral.
Por último debe ser preocupación constante de los maestros dasarro-
llar hábitos de urbanidad, lljercitando á los niños en la manera de con-
ducirse en sociedad en todos los momentos.

1-El original dice •aer un baen animal•.


-510-
Hé ahí más ó menos bien sintetiz¡¡.dos los principios á que como edu-
cadores trataremos de someter nuestros trabajos.
Ese ha sido y será nuestro programa de maestros, y en el «<nstituto
Nacional" que hoy fundamos, ningún esfuerzo economizaremos para
convertir en realidad lo que á muchos podrá parecer tan sólo un bello
ideal dela pedagogía.
Si lo realizamos, no sólo habremos rmmplido nu~stra misión de edu-
cadores, sino tam'oién, como argentinos, un deber de patriotismo.

PABLo A. PtzztmNo.-JuAN TuFRó.

Buenos Aires, Junio de 1890.

Los :maestros en. Cata:rnarca.-Las notas que van


á continución, instruirán al lector del estado precario de los matstros en
Catamarca. Aquí viene bien aquello de que "en todas partes se cuecen
habas ... "
Catamarca, Agosto 6 de 1890.-Señor Presidente del Consejo de Es-
cuelas de la Provincia.-Hacen cinco meses que estamos impagos en
los haberes devengados, con la perspectiva de que 11na situación que ya
es insostenible en las condiciones actuales, se prolongue más.
No teniendo otros m~dios de subsistencia que el modesto sueldo t¡ue
ganamos. no nos es posible continuar más al frente de nuestros puestos
cuando para ello necesitamos comprometer más que lo que ya hemos
comprometido nuestro crédito, ponit'.'ndo en peligro nuestro decoro en
los medios de buscar tl alimento y el vestido que necesitamas.
Queremos, pues, vernos libres de las ocupaciones que tenen:.os en la
enseñanza, para entregarnos á otros quehaceres que nos proporcionen el
pan de cada día.
Esperamos que se haga la provisión inmediata de nuestros puestos,
antes que tomemos una determinación mas enérgica impulsados por
las circunstancias. Saludamos al señor Presidente.-(Van 16 firmas).
Catamarca, Agosto 6 de 1s90.--A los directores y personal docente -:le
las escuelas publicas de la Capital.-El Consejo que presido ha tomado
en consideración la nota pasada por Vds. pidiendo á su patriotismo
quieran esperar unos dü..s más hasta tanto podamos arbitnu medios
para atender en lo posible la necesidad que nos manifiestan y que pro-
curaremos remidiar inmediatamente.
Con este motivo saludamos atentamentt.- A. G. Delgado, Presidente
-0. Gomez, Secretario.
'Catamarca, Agosto 7 de 1890. -Al señor Presidente del Consejo de
Educación de la Provincia, D. Abel G. Delgado, - En atención á las
indicaciones que por el órgano de V. se sirve dirigirnos el Consejo que
dignamente preside y en virtud de las deferencias que deben los direc-
tores y cuerpo docente.de las esct¡elas publicas de esta ciudad, nos es
satisfactorio manifestarle por la presente que esperaremos ocho días
más á contar desde la fecha de esta nota, con la confianza de que hasta
entónces nos serán abona,los íntegramente los sueldos que ae nos adeu-
dan quedando en caso contrario subsistente nuestra renuncia indecli-
nable.
Saludamos atentamente al sPñor Presidente del Consejo.(-Hay 16
firmas).
-511-

Catamarca, Agosto 14 de 1890. -Al señor Director del Consejo de


Educación de la Provincia, D. Abel G. Delgado.-Los suscritos dn:ec-
res y miembros de los cuerpos docentes de las escuelas de este munici-
pio tenemos el honor de dirigirnos á Vd. para rr.anifestarle que habiendo
recibido aviso oficial del resultado de nuestra remmcia, pero en la per-
suasión de que ella ha sido aceptada de hecho según la órden verbal de
ese Consejo que nos comunicó, el portero de la escuela municipal de
varones, es ya tiempo que el Consejo disponga lo conveniente á fin
de que nos abonen inmediatamente los sueldos que se nos deben por
nuestros servicios durante los cinco meses y medio transcurridos hasta
la fecha.
Si la falta de este pago, que ha sido el motivo de nuestra renuncia,
tiene por causa, como se nos ha hecho entender más de una vez, la
esc¡,séz de fondos públicos, deben existir por lo menos los. que provie-
nen de la subvención nacional destinada á la educación común, y bien
podría echarse mano de ellos para hacernos el referido pago que ta)l
necesario nos es para nuestros gastos diarios, mucho más cuando nues-
tra situadón se hace insostenible por la falta de esos recursos.
Como algunos de los suscritos tienen necesidad de salir de la Provin-
cia en busca de una colocación que les proporcione los medios de sub-
sistencia que nos niega nuestro propio país, suplicamos á Vd. quiera
tener la bondad de 00ntestarnos con brevedad posible.
Saludamos atentamente al señor Presidente del Consejo de Educa-
ción.- Delicia L. Lozana, Isolina Ocaranza, José J. Córdova, M. G.
Navarro, Rosa Bascoy, E. G. Colambres, Antonia Alvarez, Aurora
Perez, Deyfilia J. Lezana, J. Regalato. (Siguen las firmas).
Catamarca, Agosto 14 de 1890). -Conteniendo la presente nota con-
ceptos que este Consejo no puede aceptar, devuélvase la presente nota.
-.dbel G. Delgado, presidente.-0. Gomez, se('.retario".

Biblioteca del mu:n.icipio.-Hé aqu( el movimiento


habido en la Biblioteca popular del municipio durante el mes de julio
próximo pasado:
Volúmenes circulados 1.270; leídos en el establecimiento, 1.369; 10 de
derecho y economía, 42 de ciencias y artes; 72 de historia y geografía
y l. 245 novelas. De estos 1. 062 fueron en español, 281 en francés, 19
en italiano y 7 en inglés.
Asistieron 86 lectores al establecimiento é ingresaron 33 socios.
El movimiento habido hasta 1o del corriente arroja las siguientes
cifras:
Volúmenes entregados á l0s socios 10.943; remitidos al domicilio de
los socios 948. Total 11.891.
Asistieron al establecimiente 3.078 lectores.
Los libros adquiridos por donación: oficina estadística de Entre Rios
5 volúmenes; Bibliotera nacional 4; Julio Pestaña 3; Cárlos Garcia
Quirno 2; Juan J. Montes de Oca 32; Pedro Igón 71; sociedad espiri-
tista "Constancia" 27; Juan Llerena 2. Total146.
Durante el mes de Agosto circularon dentro del municipio 1340 volú-
menes, de los cu~tles 1263 eran obras literarias. Dentro el estableci-
mi ento se leyeron 271. En lo que va de año el número de volúmenes cir-
CLllados dentro del municipio ha sido de 13.231 y el de lector~s concu·
rrentes á las salas de la Biblioteca 3303.
512

La multiplicación de los peces.-En una confe-


rencia sobre piscicultura dada en el Jardin Zoológico de aclimatación
de París, M. Raveret Walte: ha insistido particularmente en la nece-
sidad de favorec lr la multiplicación de los peces que se nutren de veje-
tales.
Hacer nacer truchas, salmones, etc., no es nada, alimentarlos como
conviene, es decir, con presas vivas de buena calidad, esto <'S lo difír.il·
Entre estas presas vivas,debe recomendarse Pspecialmente el Calico-bass
(Pornoxys spm·o'ides) linda y pequeña phtiga originaria de los Estados
tinidos y aclimatada ya en las aguas de Francia . .El Pomoxis spat·o'ides
e acomoda a las altas temperaturas lo mismo que á las bajas. Su in-
creíble fecundidad, su rusticidad, que le permite prosperar en las aguas
fangosas, dan á su introducción una verdadera importancia; porque lo
creadores d~ salmones encuentran tm sus innumerable!: productos re-
cursos prec1osos para la aliment:•ción de fU S crías.

Un tronco enorme. - La futm·a Exposición de Chicago


se distinguirá por muchas curiosidades pintorescas, una de ellas será la
exhibición de un magnífico árbol de las antiguas florestas de Cali-
fornia.
Este coloso vegetal que se halla en la floresta del condado de Tulare,
mide cerca de 100 piés de circunferencia y 430 de altura.
Es una espacie del género taxodium, representado allí por ejemplares
gigantescos y completamente fenomenales.
Doce hombres vigorosos, dice un diario new-yorkino, trabajan dia-
riamente para derribar el éspléndido árbol y calcúlase que se emplearán
doce meses en el trabajo.
Agrega que se quiere llevarlo entero á Chicago, donde será objeto de
la admiración general.

A los señores suscritores.-Se previene á los seño-


res suscritores que, siempre que les falte un númer0 de la Revista, se
sirvan reclamarlo á la administración. Se supondrá, en adelante, que
todo nún:ero que no sea reclamado ha sido recibido y en este caso, lo
más lógico, es abonar la snscrición correspondiente. DeciMos esto,
porque al presentarse el cobrador hay quien se excusa con no haber reci-
bido el periódico á pesar de no haber sido reclamado.
Se suplica igualmente, aviso de todo cambio de domicilio de los sus-
critores.

Economías escolares .-Los vocales del Consejo N. de


Educación, Dres. Martín y Herrera y García, acompañados por uno de
los Inspectores técnicos, visitan actualment6 las escuelas de la Cap;ta]
para constatar el exceso de personal, y refundir en utra~< de mayor capa-
cidad, todas aq1 ..ellas escuelas que por sus condicioues no sean extricta-
m.,nte necesarias.
EstA. resolución obedece al prnpósito de economías en los sueldo§! del
personal y alquileres de locales para escuelas.

Nuevo plan de estudios. -Comprendiendo el nuevo


Ministro de Instrucción Jlública, Dr. Gutierrez, que nuestra legislación
universitaria y escolar ofrece algunos defectos de importancia y sobre
-513-

t0do que carece de la perfecta a.aalogía que debe existir entre los dife-
rentes grados de la instrucción, efecto de la falta de unidad producida
por los decretos, reformas, etc., que sucesivamente se han aictado, y
comprendiendo tambi:n la necesidad de dotar á cada uno de los estable-
cimientos de enseñanza que se escalonan desde la escuela elemental
hasta las facultades superiores, de los elementos más perfeccionados de
estudios y los sistemas más adelantados de enseñanza, ha resuelto dic-
tar un decreto encomendando á una comisión cientifica la revisión de
los planes de estudio existentes y de los reglamentos que rigen los cuatro
grados de la instrucción pública, á saber: primaria, secundaria, normal
y superior.
Formarán la citada comisión el rector de la universidad, los decanos
. de las facultades, rectores de colegios nacionales y directores de escue-
las normales, pedagogos de reputacion, méd.icos, ingenieros, juriscon -
sultos.
Los propósitos del señor Ministro son dignos de aplauso por tan tras-
cendental reforma, pero lo único que es de sentir, es que en la comisión
no figuren algunos ilustrados maestros de instrucción primaria, los ver-
daderamente interesados, á nuestro parecer, para señalar los defectos en
lo que á nuestras escuelas se refiere.

Just o pedido. -El señor Augusto Belin Sarmiento presentó


el dia del segundo aniversario del fallecimiento de su ilu!!tre abuelo,
una solicitud al Ministerio de Instrucción Pública, reivindic11.ndo con
justo título, para el general Sarmiento, el honor que corresponde á este
de haber fundado personalmente la Escuela Sarmiento en San Juan.
El Ministro de Instrucción Pública ha restablecido ese nombre hon-
roso y merecido á la E scuela Normal de San J uau, aceptando, como era
de esperar, tan legítima pretensión, y haciendo acto de justicia y de
homenaje á la memoria del ilustre educacionista.
La solicitud del señor Belín Sarmiento estaba concebida en estos tér-
minos:
Señor Ministro de Instrucción Públi1 ·a, Dr . D. J . M. G utierrez . -
Buenos Aires, Setiembre 11 de 1890 . -Augusto Belin Sarmiento en vir-
tud del derecho de petición, me presento respetuosamente y digo: que en
la ciudad de San Juan existe una escuela normal bajo la dependencia de
V. E. que funciona en un edificio levantado por el finado general Sar-
miento, siendo gobernador de San Juan y que dicho edificio ostentaba
en su frente hasta este momento de pasar á su act;ual destino el nombre
de Esct,ela Sat·miento.
Creo deber hacer preseute á V. E. para los objetos de esta petición
las circunst;ancias en que fué erijido dicho edificio, á fin de demostrar
que no era vana ostentación la qtle había colocado allí ese nombre, y
que los ciudadanos que discernieron ese honm· obedecían á móviles de
verdadera justicia. Ese edificio fué construido en el año 1863, median-
te la infatigable propaganda y el empeño que dadas las circunstancias,
puede llamarse heróico del que en el Gobierno de San Juan, resist;ia a l
mismo tiempo con un puña lo de tropas las eseursiones Jel Ohacho . Fu é
concebido en días de amargura, y defendido con el arma al brazo,
cuando desde lo alto de sus murallas se divisaban las polvaredas de las
hordas que en Cauceta principiaban el incendio y el saqueo de la pro-
vincia.
-514-

Entonces, señor Ministro. pudo verse y los, contemporáneos lo recuer-


dan, á ese gobernador acosado por las dificultades y las zozobras, ame-
nazado incesantemente de la suerte que le cupo á su antecesor el doc-
tor Aberestain, inventar recursos, alentar á indiferentes y dirigir perso-
nalmecte la obra haciendo deponer el fusil á los obreros para levantar
las murallas de ese que para la época y el lugar, era un monumento
grandioso elevado á la educación del pueblo.
Cuando el señor Sarmiento dejó el gobierno para representar al país
en el extranjero, recibió en Lima la noticia de haberse dado á ese monu-
mento el nombre de Escuela Sarmiento y desde esa época toda la Repu-
blica y en varias de las naciones americanas, pueblos y gobiernos han
levantado edificios que llevan ese nombre, como un tributo de graJitud
al ed~¿cacionista sud-amerieano segun dice la ley de 17 de Octubre de
1871 de los Estatutos Unidos de Colombia que manda erigir una Escue-
la Sarmiento.
He sido testigo del agudo é intenso dolor que causara á mi ilustre
abuelo en sus ultimos años la inmerecida afrenta de suprimirse ensilen-
cio y de una plumada el nombre que en ese monumento recordaba tra-
bajo tan árduo y gloria tan pura. como es la que nace del esfuerzo
interesado en bien de todos; y creo, señor Ministro, que no puede con-
siderarse temeraria la reivindicación que en humilde petición hago ante
V. E., pidiendo en pró de la justicia que se debe á los que ya no pu'lden
sufrir los vejámenes de la indiferencia ó de las pasiones, que sea resta-
blecido el nombre Eseuela Sarmiento en el frontis del primer monumen-
to levantado en nuestra América á lo que propios y extraños han dado
en llamar la "idetJ. Sarmiento." Si bien ha t>Odido la provincia de Bue-
nos Aires destinar un medio millón para dedicar á su memoria un sun-
tuoso edificio escolar, si el Consejo de Escuelas de la Capital Federal ha
creído deber consagrarle uno de los palacios de la educación, ninguno
de estos edificios podrá llamarse, con tanta propiedad Escuela Sarmien-
to, como el que fué levantado, puede decirse por él personalmente,
luchando con dificultades inauditas y en medio de preocupaciones que
hubieran absorbido á todo otro que no fuera; como lo fué el General
Sarmiento, un apóstol de la educacion.
Es justicia y gracia.-A. Betin Sarmiento.
Hé aquí el texto de la resolución que el Ministro de J. C. é Instruc-
ción Publica ha puesto al pié de la expresada solicitud.
Buenos Aires, Setiembre 11 de 1890. - En atención á los hechos que
a precedente solicitud invoca, ordénese á la tlirección de la escuela nor-
mal de maestros de San Juan, mande inscribir al frente del edificio que
ocupa dicha escuela el nombre de Domingo Faustino Sarmiento, como
especial homenaje que se rinde á la memoria de este ilustre educacionis-
ta.- GuTJERREZ.

Carta de adhesión. - Capital, Setiembre4 de 1890.


Señor Presidente del C. Unión Normalista.
Acuso recibo de la nota en que se me partwipa haber sido nombrado
socio activo de esa importante corporación.
Al aceptar tan señalado favor, debo confesar á Vd. que me encuentro
decidido á cooperar, con todos mis esfuerzos posibles y dentro de mi
humilne esfera de acción, para que las miras saludables y progresistas,
que forman el ideal de tan digna asociación, tengan un éxito feliz.
- 515-

Si los maestros se deben mútuo apoyo para consolarsey animarso en


el duro y áspero camino de la enseñanza ¿cómo podría verificarse éste
sin aquella unión casi fraternal que deba reinar entre los miembrvs del
cuerpo docente? ¿No es cosa triste por damás vsr distanciados á los
obreros que concurren, todos igualmente, á cimentar el grandioso edifi-
cio de la educación? ¿N o E'S verdad q ne apenas si nos conocemos lo.>
empleados de una parroquia?
Pues estos obstáculos quedan salvados con el hermoso programa del
C. Unión Normalista, que aspira ft estrechar los vínculos del comra-
ñerismo; á remover distancias, agrupandJ los miembros aislados y dis-
persos por el territorio arg!'lntino; á establecer la comunicación de ideas
entre personas que deben estar unidas por el suave pero fuerte lazo de
la amistad,
Felicito á Vd. y á la comisión directiva por tan .nobles propósitos, y
cuente conmigo para todo lo concerniente á su fin.

FELU GONZ-"LEZ,
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÚRGANO DEL CENTRO UNIÚN DE NORMALISTAS.

Año III. Octubre 1890. Núm. XXV.


1'
Dl llECTO R:
E:I:v;tJ:LJ:O E . OLJ:V"E.

'
ESPUUTU DI ASOCIACIQI.
.

Parece que con el primer hombre que surgió sobre la tierra, hu-
bie~a aparecido el espíritu de asociarsu; que un soplo de unión hu-
biera flotado sobre el sér humano con su advenimiento, que un im-
pulso de orecaución mútua hubiese traído on sí, para resguardarse
y luchar ·con mayor denuedo en la batalla de la vida.
El trascurso del tiempo arraigó más y más esa prope!lsión innata,
y á medida que la civiltzación ha ido penet1·ando en las lobregueces
de l a ignorancia que en un principio tenia acorralada á la huma-
nidad, ese deseo tornase en necesidad que fué haciéndose impe-
riosa cuando sus saludables resultados y benéficos frutos se pal-
paron.
La asociación de los hombres, implica suma más potente de fuer-
zas. La reunión de elementos ais]¡¡.dos, conspiran á formar un todo
contra el que os más dificil puedan embestir con probabilidad de
éxito , intereses encontrados de la envidia y la perversidad que en-
gendra la ambición desmedida.
La unidad es la base , pero la reunión de ellas, aumenta el valor,
la energía; dá prgponderancia, aliento y estímulo para realizar, lo
que aislados, ta.rde ó nunca podría conseguir el individuo.
Además, el aislamiento , produce la desconfianza, el desfalleci-
miento, la cobardía ó falta de aliento para continuar con persisten·
cia la misión que nos ha cabido en suerte como factores de un con-
junto en que cada uno de sus compontmtes tione una suma de de-
beres que cumplir.
La marcha por el sendero del deber, supone conciencia clara de
las obligaciones que nos ha impuesto el hecho de vivir en sociedad.
No es el hombre una máquina que cumple ciegamente una cantidad
de labor má s ó menos complicada, en tanto que todas las piezas que
la eon~tituyen no se desgasten.
Sér libre y pensante, lleva en sí una chispa divina, emanación
celeste q~e lo acerca al Todo, lo eleva y dignifica, si sabiendo su
- 5i8-

deber, la perfecciona, la despierta y le dá todo el brillo y esplendor


que es susceptible de adquirir.
No cabe duda, pues, que constante y afanoso, el hombre, aunan-
do fuerzas con el hombre, aumenta su pt•estigio y su valer, y ad-·
quiere ese arrojo que sólo dá la convicción íntima que proviene dt:d
conocimiento que se apodera del que tiene el convencimiento que
surge de la posesión de una suma de fuerzas f.tUe lo habilita para
surcar las profundidad es de los mares con ámplia libertad, ó surcar
el inmenso vacío que nos rodea á su albedt·ío ó comunicar con la
rapidez de la concepció.1 las ideas que brotan en nuestra mer.te á
través de miles de legul\s.
La asor.iación es la ley de la humanidad.

CONGRI~SO PI~DAG(lGlCO.
La idea de convocar utt Congt·eso Pedagógico en esta Capital ,
sugerida y encomiada por la prensa animada de sanos y claros
propósitos, abrese paso y conquistase ader:Jtos en las regiones edu-
cacionales. o es nueva, pero es simpática por sus bondades y
está en casi todos los cerebt·os.
En el ramo de instrucción pública, desde la escuela infantil has-
ta los curs"s universitarios, hafnumerosasdeficienciasquesubsa-
nar y no menos vacíos que llettar, porque á ello nos obligan la
fuerza de las necesidades y las exigencias del progreso á que han
ll egado los pueblos.
La República cuenta ya con muchos profesores y maestros y no
pocos ensayos se han hecho dentro de los dominios de la complica-
da ciencia y arte de enseñat•, desde el 80 á esta parte, año en que
se inicia una saludable evolución educacional en todo el país.
El magisterio tiene, pues, un deber moral que cumplir: empren-
der una l'eforma educaciona l, basada en la ensei'lanza de la expe-
t•iencia, que corrija nuestt·os et·ror es y salve nuestras omi:.iones. Y
nadie puede operat·la con m ás acierto, que un Con~reso Pedagó-
gico compuesto ,d e todos los maestros de la Repúbhca.
Y qué puntos cornprendet·ía esa reforma1
Hé aquí algunos: 1" La enseña nza que s e suministt'9. en nues-
tros establecimientos de educación, responde á las necesidades de
los pueblos1 Los planes de estudio, programas y hol'arios oficiales
tienen algunos errores, l'especto de la racionalidad d11 la enseiian··
za y de la práctiC'.a de la vida1 Comprenden todas las asignaturas
en que debe iniciarse nuestra juventud, dadas las industrias que
-519-

deben explotar, la índole del trabajo en la Nación y el t>stado de


civilización y adelanto de los pueblos?-Qué resultados dan las
Escuelas Nor·males1 No conviene imprimirles otro rumbo, más en
armonía con la natural e ~a del niño1 La mujer· en la dirección de
las Escuelas Normales iqué resultados ha dado~ Deben retribuirse
de una maner>l. digna y en proporción con el trabaio y las exigen-
cias de cada localidad las tar·eas de los profesores y maestros~
tCuál sería el presupuesto equitativo que debiera sancionar el
Gobierno de .la Nación?-Nuestra legislación escolar merece ser
aumentada y corregida?
Punto aquí; pues sería muy largo enumerar todos los r1•sortes
defectuosos do nuestro complicado y vasto mecanismo escolar·,
como así mismo, todos los males que resienten nuestra marcha
educacional.
Pero si el Congreso no ha d~ <;er una babilonia en que se hable
de todo y mucho, sin arribar á resultados de trascendencia en la
practica, debe meditarse su organización y programa con la
detención que merece.
Felizmente tenemos á nuestra espalda el Congreso Pedagugico
inaugurado en 1882, el que no se debe perder de vista en su com-
posición, sesiones y frutos, si se desea no incurrir en sus errores
y alcanzar resultados más positivos.
Conviene, desde luego, que esté compuesto única y exclusiva-
mente, del magist~rio activo y de los hombres de estado que
reunan á un buen caudal de conocimientos, la enseiianzá valiosa
de la experiencia.
El maestro observador, inteligente y estudioso que pasa lama-
yor parte del día puliendo, por así decirlo, é imprimiendo vida al
niño, sin desobedec~r· las leyes que rigen su naturaleza, es quien
nos ha de señalar las faltas en que incurrimos al difundir los
conocimientos y sugerir los mfldios de subsanarlas.
Teoría, no nos falta, nuestro!' maestros no permanecen ageno'3
al movimiento pedagógico de las naciones.
Los teóricos ó pedagogiatas, que ejercen profesiones distintas
de la del magisterio, si convinieron en otro tiempo, ogaño no se
les necesita en la resolución de los problemas de una ciencia que
no han est11diado tal vez con detención y mucho menos aplicado
sus principio¡;.
Un Congreso Pedagógico, compuesto como queda dicho, recla-
ma la Nación eu su afán infinito de progreso y los poderes de la
Nación, deben por lo mismo, contr·ibuir á su realización.
Tal es nuestr·o pensamiento al respecto y como está, asl se
queda.
ANDRÉS DE LOS Rros.
Setiembre de 1890.
- 520-

EL DESARROLLO DEL SENTIMIENTO MORAL EN EL NIRO.

I.
La historia de la evolución de las ideas morales en la conciencia
infantil es de las más complicadas y delicadas. Los .sicólogos que
estudian la conciencia adulta, que no consideran más que las formas
superiores de la moralidad, que, en una palabra, empiezan pJr el fin,
tienen una labor relativamente fácil. Distinguen dos ó tres ideas,
nítidas y claras: el bien, el deber, la responsabilidad; describen los
sentimientos que acompañan esas ideas: y hecho eso, está dicho
todo. Todo pa1·ece simple en la conciencia de un Sócrat.es, de un
Franklin ó de cualquier hombre reflexivo: de id énti:!a manera es
todo luminoso y como allanado en la última meseta de las monta-
ñas, aún cuando haya sido necesario, para escalarla, atravesar nie-
blas y nubes, recorrer tortuosos sende1·os y trepar pendientes es-
carpadas.
Pero si, al llegar á la luz de u na razón madurada por la edad y
por la esperiencia, la conciencia moral se destaca .Jon caracteres
claramente distintos, qué dificultades no surgen para el observador
que ha de s3guir, en el periodo tle crecimiento y formación, la lenta
evolución moral, el oscuro trabajo efectivo é intele:ctnal de donde
surgirá poco á poco la verdadera moralidad~ .
Aunqu'l estemos dispuestos á acordar mucho a lo innato ó heren-
cia, para las facul tade~ moral e;¡ como para todas las demás, nunca
':J,Uizá se muestra mejor que aquí la :nfiueitcia de la educación y del
medio socil\1.
La conciencia moral no es un ouro dón de la naturaleza, una
fuerza natural organizada instant?tnea.mente, como lo pretenden
Jos racionalitas absolutos ó los filósofos de la escuela evolutiva.
Herbe1•t Spencer, por ejemplo, admite verdaderas intuiciones mo-
rales; habla de emociones que corresponderían inrPediatanente á
una conducta buena ó mala, que sería el resultado de modificacio-
nes nerviosas, protlucidas por los esperimentos de nuestros antece-
sores, y lentamente consolidado3 á travé3 de las gtlneraciones pasa-
das de la raza humana. A lo que M. Renouvier responde con razón:
«Sabemos por la observación de la infancia y la esperiencia de )os
efectos de la educación que la herencia no ofrece al hombre naci'3nte
ninguna determinación fija de los actos buer.os y malos)). La concien ·
cía moral es en gran parte una facultad adquil'ida, que crece poco á
poco, qne no se desarrolla que en condiciones determinadas, por
toda variedad de metamórfosis á precio de un alumbramiento !abo·
rioso, y que en sus comienzos no semeja en todo á lo qu e será. en su
estado final.
No es por otra parte una adquisición exclusivamente personal, en
-521-

que la espontaniedad del individuo . reducida á sus propi as fuerzas,


pueda bastarse á si misma: tiene necesidad, más qu e ninguna de
las demás facultades, del concurso de influencias exteuas: supnen
la a cción. el edimulo fecundo del medio humano, nos es comuni-
cado y su.gerido, por nuestros parientes y maestro s . La moralidad,
en una palabra, no es sol3mente el llamado individual de toda in-
teligencia que entra en este mundo; es más bi en el producto de la
cultura y educación, una consecuencia de la vida soci!d , especie do
gracia que nos vi en¡, de afuera.
El desarrollo de la inteligencia., dice Preyer, está de tal modo sn-
bordinado á la influencia que ejerce el medio y la educación sol: re
las disposicion es naturales, y tan varios son Jo~ sistemas de edu-
cación, que es impo!<ible expon er un desarrollo intelectual mo-
ral.
Refutable quizá en lo que conciern e á la inteligencia, la r eflexión
de Preyer es exata, si ~e !lplica al sentido moral, que una multitud
de causas pueden modificar y turbar su regular elaboración. Ha.y,
para formar una condencia, tan gran número de operaciones pré-
vias igu!llmente necesarias, de elementos tan diversos está com-
puesta la moralidad, se apoya sobl'e una andamiada tan laboriosa-
mente construida, es un adorno tan delicado de piezas pedidas suce-
-s ivamente á las diversas partes de nuestro organismo mental, que
la realidad rara vez nos presenta en el mundo niños, sometidos al
capicho de educaciones tan diferentes, un ejemplo de evolución
dol sentido moral que sea completa y de todo punto satisfac-
toria.
Y he ahí porque el mundo de los hombres á su vez nos ofrece mo-
ralidades vacilantes. precarias ó por alguna razón imperfertas.-0
bien en su conjunto la conciencia será frájil, sujeta á los desfalle-
cimi entoa, porque las condiciones múltiples que deben asegurar su
desarrollo no señalaron bastante fuertemente sus impresiones suce-
sivas en el alma del niño. O bien uno de los elementos esenciales
fallará, porque en la série progresiva de los sentimientos é ideas de
donde se origina el ser moral, un grado se habrá omitido ó un esca -
lón salvado demasiado ligero. Tal hombre, por ejemplo tendrá un
fi ero sentimiento de la justicia, la iniquidad le arrancará gritos de
indignación sincera; pero no tendrá casi ninguna noción de la re-
gla, del freno á imponer á sus pasiones. Tal otro será servidor
irreprochable de la ley; pero no conocerá nunca las efervescencias
del cariño y los entusiasmos de la abnegación. . . . Y observando
bien, se hallará siempre en la vida del niño, en las circunstancias
particulares de su educ!\ción,-lamadre sin amor ó ausente el pa-
dre sin autoridad, el aislamiento ó alejamiento de toda relación
social,- la razón de ser de sus insuficiencias y lagunas morales.
Hay pues gran interés en seguir paso á paso en el niño las peque-
ñas veleidades que darán nacimiento á la voluntad moral: esto no
sería sino para mostrar de que manera la educación ulterior, y
sobretodo la mejor de todas, es decir el esfuerzo personal, puede en
-522-

la adolescencia y la madurez reparar las incorrecciones de la cons-


trucción bosquejada en la infancia. Como en esos torbellinos. de
deseos caprichosos, de impulsos desot'Jenados que caracterizan la
primera edad, vemos aparecer, como un punto fijo, la obediencia á
la !'egla, regla exterior' al origen, confundida con las personas que
mandan, que dán órdenes al niño~ Cómo al egoísmo, qu~ al prin-
cipio sugiere solo la <'bediencia, St:l sustituye poco á poco el placer
desinteresado de ser bueno, únicamente por ser bueno~ Por qué
principio secreto la regla, encarnada al principio en los parientes,
se hace_el sentimiento 6 noción de una obligación interior, la idea
abstracta del deber y de la ley~ Esto es lo que nos hace aprender
observando al niño desde la cuna.

PENSIÓN. ....,
A las personas quEl hasta aquí hayan seguido con atención los tra-
bajos realizados por el «Centro Unión Normalista», no les serán des-
conocidos todos los que ha llevado á cabo en obsequio de la educa-
ción común.
Ahora que el Centro ha abierto sus puertas á todo el magisterio
Normal, es de oportunidad que se ocupe de algo que le interesa di-
rectamente, cual es la de poder asegurar la subsistencia á su familia,
mediante los beneficios de una pensión en vez de una jubilación á
que actualmente tiene derecho.
El art. 31 de la Ley de ~dncación vigente, establece que concede-
rá la jubilación á todo maestro que después de 10, 15 6 20 años de
servicios no interrumpidos quiera retirarse de la enseñanza . Esto
importa desde luego, un paso más dado en el sentido de mejorar su
bienestar·; pero no debe ser esto á nuestro juicio, la retribución que
le corresponde al que ha dedicado sus mejot'es años, ó toda su exis-
tencia á la ingrata tarea de la enseñanza.
Debe tenerse en cuenta que la jubilación, es la relevación del tra-
bajo en algún empleo, conservando el que lo desempenll. el sueldo
íntegro ó parte de él, según sus años de servicios.
Si bien es cierto que esta medida, es por demás plausible, puesto
que acuerda una primicia al que después de tantos años necesita un
descanso, ella es, sin embargo, incompleta.
El Q-obierno necesita esta medi(ia sobre todo para aquellos que s~
- 5~3-

dedican á la rurla labor de la enseñanza, concedit>ndoles una pensión


cuyo goce sea tr·asmisible á sus descendientes cuando estos fallezca11,
contribuyendo ron esto poner al abrigo de la miseria á los que no
cuentan para Sil subsistencia más que cor, el mezquino sueldo con que
el erario remur~era al maestro su ímproba tarea.
Ya que hemos progresado notablemente en el sentido de mejcrar
las condiciones de la enseñanza, y que el maestro de ahora compren-
de su misión y se esfuerza por colocarse á la altura de los progt·esos
realizados, queda algo que mejorar y que no satisfacen las aspiracio-
nes y necesidades del maestro, si se tiene en cuenta su escasa ó mala
retribución.
Es necesario dotar al maestro de algo como la pensión, que le per·-
mita asegurarse un retiro modesto y desahogado, cuando las dolen-
cias físicas le imposibiliten el poder continuar en la lucha por la vi-
rla y cuando la fatiga lo rinda por falta, como es natural, de aliento,
fuei'Za y estímulo pal'a perseverar en la labór.
Parece que los que hicier·on la Ley de Educación como los que pres-
taron su sanción, olvidaron por completo las circunstancias en que
se encuentra este soldado del progreso, al no acordarle siquiera los
beneficios de una pensión, como la que se le acuerda al que mue-
re defendiendo nuestra constitución y la integridad nacional.
No discutiremos la bondad de la pensión sobre la jubilación, pues-
to que la primera asegura á la familia del muerto un porvenir libre
de contra tiempo, y la segunda tan sólo la disfruta hasta el momento
en que la muer·te le sorprende, sin poder ver realizadas sus aspira-
ciones de buen maestro y de buen padre.
En vista de las consideraciones que dejamos espuestas, parece que
toca al «Centro Unión Normalista» qufl en más de una ocasión ha
demostrado de lo que es capaz y 1.. quH vale, promueva un movi-
miento en favor de la idea que dejamos apuntada, á fin de que se
incorpore á la Ley de Educación el goce de la pensión, no sola!Jlen-
te para el que lo merezca, sino tambien para · aquellos que ya han
sido jubilados .
La idea, la conceptuamos buena y de benéfico~ resultados, tan só-
lo falta un poco de buena voluntad y ent•tsiasmo para que ella dé
el resultado que es de esperarse.
Zerat-ts.
- 524-

CUESTIÓN NACIONAL (l )

La Educación Común en la República.

Desde el mes de Mayo del corriente año hasta el de Agosto últi-


mo inclusive el personal de las escuelas de la capital ha venido
percibiendo sus haberes con notable retraso.
Este hecho, á primera vista de es~asa importancia, constituye
una anomalía deplorable; porque mientras todos los empleados afec-
tos á los demás servicios públicos cobran sus sueldos con relativa
regularidad, sorprende que sean exceptuados en recibir oportuna-
mente la remuneración de su trabajo aquellos funcionarios, en cu-
yas manos deposita la sociedad los grandes intereses de la patria
cultura.
Y todavía resalta más la excepción, si se considera que es la
educación primaria el único servicio que disfruta en nuestro pais de
recursos propios para su sostenimiento por dispostción expresa de la
ley.
La ruda labor á que se consagra el profesorado escolar y el
tiempo que ha de dedicarle no le permiten procurarse en otras ocu-
paciones recursos SLtplementarios <.le subsistencia, tanto más difí-
ciles de obtener, cuanto mayor sea la constancia y devoción con que
se entregue ese meritorio personal al cumplimiento de sus deberes
profesionales.
Ahora bien; el retraso en la percepción de sus haberes tiene que
agravar la situación del magisterio, apremiado por necesidades
imperiosas, que no admiten espera, y expuesto á caer á cada mo-
mento en las garras de la usura. Se trata, pues, de cuantiosos, y
legítimos intereses que demandan satisfacción, y de algo que está
por encima de todas las consideraciones que pudiéramos invocar:
del buen nombre de nuestro pais ante los extraños.
El grado de progreso, á que se ha elevado nuestro sistema escolar,
ha tenido inmer.sa resonancia en Europa, y ha merecido en el gran
certamen internacional del trabajo y de la ciencia celebrado en
Parla el más alto premio de honor. No demos lugar á que nuestro
crédito intelectual sufra golpes tan rudos como los que ha sufrido
nuestro económico, ya que las previsiones del legislador pusieron
aquel á salvo de toda contingencia.
En las naciones del viejo continente las atenciones Ut3 la educa-
ción primaria son satisfechas con recursos del presupuestv nacional

(l } De La Premta.
-·· 525 -

ó municipal, que el Estado ó Al común administran con más ó me-


nos regularidad 6 amplitud, según las circunstancias. Por punto
general el maestro vive en una dependencia vejatoria reapecto del
público; y cuando llegan momentos de apuro, el personal de las
escuelas primarias es t~t primero en experimentar las consecueneias
del Astado de penuria. Tíenemás homórequtJ un maest1'o de escuela
ha llegado á ser allila frase grafica para denotar la situación más
angustiosa en que una persona puede encontrarse.
En la mayor parte de los países europeos se aspira por los ele-
mentos más cultos y sanos á constituir la enseñanza en todos sus
periodos como una función social independiente de la acción del
Estado; pero excepcióil hecha de Alemania, donde la actividad
intelectual se ha desenvuelto simpre con vida propia, en las demás
naciones se mantiene la tutela de lo!l poderes públicos sobr~ las ins-
tit.uciones docentes; tutela que en los estudios universitarios va
r·educiéndose al debet• de subvencionar sus cátedras, pero que se
mar,tiene íntegra en la esfera de la enseñanza primaria.
Nosotros por fortuna hemos establecido un sistema escolar, cuyo
fundam9nto es la renta propia; la ley ha determinado los recursos
especiales que han de constituirla y hasta ha marcado el procedi-
miento rápido y expedito, para que esos recursos vayan á poder del
Consejo Nacional de Educación, encargado de administrarlos y de
darles aplicacion convoniente. Y sin embargo, muchos de esos re-
cursos dejan de aprontase, otros son entregados con inexplicable
rGtraso y las corruptelas administrativas han a~"abc:\do por dar al ol-
vido el procedimiento señalado en la miAma ley p!J.ra obviar todas las
dificultades.
De este modo se explica que, debiendo estar satisfechas al día y
con holgura toda~~ las atenciones de la enseñanza primaria, se haya
llegado al caso extremo de pagar al personal sus habet·es con el re-
tr·aso á que hemos aludido. Y es muy de notar que si el caso no so
ha presentado aates, no ha sido porque el Gobierno procediera de
otra manera 'en las adminh.tracione:;; pasadas, sino por que entonces
no se habian cerrado todavía las puertas del crédito, y el Consejo
Nacioaal pudo obtener del Banco Nacional las sumas indispensables
para llevar al corrientes StAS pagos. Asi cuando se recuerda ahora
que siendo Ministro de Instrucción Pública el Dr. Alcorta, se paga-
ron al Consejo atra~os por valor de unos ochocientos mil pesos, se
olvida añadir quA el Consejo debía al Banco Nacional setecientos mil
y que sólo de cien mil pudo disponer para ocurrir á los descubietos
mas perentorios.
En disferente ocasiones el Consejo Nacional ha recurrido alGo-
bierno, exponiéndoles las dificultades de semejante situación v soli-
citando que se le pusiera remedio; pero estas reclamaciones no die-
ron nunca resultado. La ruina administrativa y el arbitrio del podel'
han sido más poderosos que los preceptos terminantes de la ley.
De otras que pudiéramos record.ar, vamos á citar solamente dos
notas dirigidas por el Presidente del Consejo, Dr. Benjamín Zorrilla
-526-

al Ministro de Instrucción Pública: una eñ l1 de Junio de 1887 y


otra en l • de Abril del corri1lnte ai'lo.
En la primera, después de reseñar las prescripciones de la ley de 8
de Julio de 1884 se consignaba que el articulo 44, incisot• de la. mis-
ma, señala como uno de los recursos destinados á costear los gastos
de la educación común el20 o¡o de la venta de tierras públicas y que
el ConsP.j•> no había rocibido un sólo peso por• este concepto, á pesar
de haberse vendido muchas leguas de tierra.
Según el inciso 3• del mismo artículo 44, es otro recur~o y sin
duda el más cuantioso el 40 010 de la contribución directa de la
capital. Por este concepto se le había liquidado al Consejp desde
el año 1881 hasta Diciembre de 1886 la candidad de 1.767.704,09,
cuando el 40 oro de lo recaudado por el Tesoro en ¡¡que! pedodo
ascendía á 2.541.546,-!l habiéndole dejado de entregar la suma de
77:l.892.32.
Se recordaba también en dicha primera nota el texto del articulo
49 de la citada ley, que dice así :
La recaudación de los impuestos y rentas esCI)lares que no tu-
viere una forma determinada en P.sta ley, se hará por los r·ecauda-
dores de la Nación, en la misma forma establecida para las rentas
de ésta, pasando el producto de quellas en depósito al Banco Na-
cional y á la orden dt:~l C. N. do Educación, dando immediato aviso á
dste.••
Invocando esta disposición, el Presidente del Consejo solicitaba
del Ministro que la Dirección de Rentas remitiera diariamente el
40 por ciento de la Contribución Directa al Banco Nacional y á la
órden del Consojo Nacional de Educación; pero la solicitud cayó en
el vacío, á pesar de no pedirse en ella otra cosa que el extricto
cumplimiento de la ley.
En la segunda nota citada, de 1• de Abril del corriente año, se
reproducía el rr..zonamiento y las consideraciones expuestas en la
primera, y se agregaba que el 40 por ciento de la Contribución Di-
recta se calcula sobre la suma presupuestada, muy in.ferior á lo
que produce en realidad, que se deducía les gastos de recaudaci{,n,
y que en el mes de Abril de 1890 no se había recibido ninguna su-
ma de la parte correspondiente de la Contribución Direda en
1889.
Se decía también que nada se había abonado de la subvención
nacional acordada para ayudar al fomento de la educación en las
provincias, y que mientras tanto el Consejo había cumplido todas
sus obligaciones con sus propios recursos, no siendo por lo mi smo
extrai'lo que estos se encontrasen agotados. Esta r eclamación fué
tan ineficaz como la anterior, para restablecer el procedimiento que
la ley determina para la percepción de las rentas escolares, y se
ha producido como era inevitable el conflicto de no poder satisfacer
atenciones tan sagradas como los haberes del personal.
Materia de supremo interés para la República y compromiso de
honor nacional, abrigamos la lnti¡:na convicción de que el Gobiern9
-527-

libre de las pre niosas exigencias que el cambio de politica le impuso


en los primeros momentos, con sagrara á esta cuestión ~l decidido
empelio, y dedicación que por su immensa trascendencia reclama.
La P.rensa cumpl~ un deber señalandola á !'U atención, é invi-
tándole á que la resuelva con el único criterio que d~ber ser nor-
ma del poder: el cumplimiento de la ley.

LA COMPOCISIÓN EN LA ESCUELA.

SU IMPORTANCIA-NECESIDAD DE DIFUNDIRLA.
Hacerla real.

La necesidad de cultivar el lenguaje de los niños, es el eje princi-


pal en torno al que debiera girar la enseñanza en su parte esen-
cial, porque en ello estriba la mayor adquisición de los conoci-
mi'3ntos.
La di:ftcultad en espresar por escrito ó verbalmente lo que la
mente concibe con corrección y elegancia, es el requisito, no sólo
de la escuela primaria, sino de la secundflria y profesional.
Darle, pues, la mayor amplitud, difundirla. y popuial·i:.:arla, es de
alta importancia en lo que r especta á la composición.
Cada conocimiento adquirido, cada nu<)va adquisición hecha por
el niño, debe ser espresado en su lenguaje y escrito en los propios
términos, á fin de acostumbrarlos á hacerlo, y por medio de corree·
ción y observación apropiadad, aumentar su vocabulario.
Pero si bien estos fundamentos hacen de indiscutible necesidad
la difusión y cultivo de la composición en la Escuela, neces&rio es
no desvituar sus fines, torciéndolos y pretendiend<> mistificar con
revelaciones que, á las claras . desdicen del criterio y habilidad de
quien las fragua.
Lo~ que día á día, están atados al duro yugo del trabajo esco-
lar, y dejan gradualmente girones de salud entre los bancos de la
f)scuela; esos maestros á quienes no guía más que el cumplimiento
- 5~8-

concienzudo del deber, usos única, y esclusivamente pueden juzgar,


testificar y saber lo que el alumno, según el cultivo intelectual
que haya tenido, el grado en que cursa y la edad, es c(l.paz de
hacer.
A trueque de una pretensión sin razón da ser, no querrarnos ha-
cer ver que la escuela actual ha realizado maravillas tales, que
alumnos que recién han empezado á leer medianamente, se 'lspresan
por escrito con una fluidez y corrección, y una profundidad de juicio,
que desdice de los estudios que hacen.
Admitir como reales tan pArfectas composiciones en niños, es su-
poner que están en condiciones de no requerir la ayuda pertinaz
del Maestro, y que con los libros y una pequeña ayuda, podrán rea-
lizar sus fine3; y sabido es lo insostenible y absurdo de esta aser-
ción.
Démosle, pues, á esta rama importante de la enseñanza, el lugar
prominente que le corresponde, haciendo que día á día aumente el
niño su vocabulario y el caudal de los conocimientos. Sin lo uno,
carecerá de claridad la exposición; sin lo otro, no tendrá icleas.
Pretender que sin esas exigencias se realizat•á la perfección en la.
composición, no es razonable: quién nada tiene nada puede dar, y
mucho menos, juzgar.

l~L MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA.


El Ministerio de Instrucción Pública presidido por el eximio doc-
tor Gutierrez ha tomado una laudable iniciativa, llevando á la
discusión el plan de estudios de los Colegios NacÍOIJales y Escuelas
Normales, á la vez que trata de dar una solución racional y pl·ác-
t ica á los programas de Edu cación Primaria, buscando la verda-
dera relación y límite que debe existir entre una y otra ense-
ñanza.
Para la consecución de estas mejoras se han dictado los decre-
tos que van en otro lugar, dec1·etos que harán época en los fastos
de nuestra. vida educacional, por sus trascendentales consecuen-
cias, si en su aplicación se procede con el CI'Íterio que ha procedido
su concepción y dictado, cosa que no debe sorprender á nadie,
dada la óptima. composición de las comisiones encargadas de dar-
les formas prácticas.
- 529-

¡Cuántas modificaciones provechosas se pueden llevar á cabo eil


nuestros actuales programas y ¡·eglamentos si los estudiamos con
la S>lna intención de mejorarlos, sin pretensiones demoledoras.
Una de esas modificaciones, entre ta:1tasque podríamos nombrar,
y que lo haremos á su debido tiempo, consiste en complementar
las últimas resoluciones d ~ 1 Consejo General de Educación acor·
dando premios y honores al magisterio, decretando que las becas
de las Escuelas Normales se darán con preferencia á los hijos ó
parientes de los maestros que prestan sus servicios á la Nación.
Esto seda un acto de verdade1·a justicia, como lo serian igual-
mente todas las resoluciones superiores con el fin de beneficiar ú
honr·ar al magisterio, no porr¡ue lo digamos nosotros, sino porque
está en la conciencia de todos los pad1·es de familia, y lo que es
más. en el cornón de todos los niño'> que diariamente reciben
nobles inspiraciones de los lábios de esos mártires que se llaman
maestros.
Conside1·ada económicamente esta medida, es la mejor aplica-
ción que puedan darse á los dineros nacionales, pues nadie como
el hijo del maestro podrá ser una garantía de vocación y decidida
voluntad para seguir la profesión de sus padres á pal'te de tene1·
la ventaja de conocer las espinas de la carrera, por haberlo visto
de cerca desde que naciú, quizá.
Muchas consideraciones de otro orden podrían aducir·se para
prestigiar nuestra indicación, pero bastará pensa1· que ella sería
una poderosa emulación para los jóvenes que se dedican al magis-
tel·io, pues tenrlrian en sus manos los medios para asegurar á sus
hijos la propiedad de una car1·erll, aunque no bien recompensada,
honrosa y digna.
Tiempo es ya que se empiecen á adoptar resoluciones que afian-
cen el éxito de la enseñanza y el medio que p1·oponemos serb. una
poderosa .p!l.lanca de seguridad, pues es una medida conservadora
qt..e beneficia al magisterio l egalizándole sus derechos.
El magisterio argantino es celoso del cumplimiento de sus deb l-
res de educador; pruebas de ello son lús g1·an les triunfos últi-
mamente obtenidos en la Exposición de París, y nada mas justo,
pues, que el Ministro de I. P. trate por decreto de la naturaleza del
que nos ocupa, de ga•·antizar la exister.ciade este gremio que hon-
•·a al país.
Es con medidas de este carácter que se elevará al maestJ·o á la
esfera que le corre'>ponde, y no con buena'> intenchnes.
ELM .o\ ELOY.
-530-

LUCHAS DE LA INTELIGENCIA.
Muy grato es a mi alma saludar á la juventud ilustrada, desde las
columnas de esta importante Revista.
Nunca es más feliz un pueblo que cuando la ilustración marcha al
par de la moralidad: sin la primera condición se hace feroz, y á fal-
tarle la segunda se afemina y corrompe; Lacedemonia naufragó en
al primer escollo y de aqui que sólo produjese brutales guerreros y
mujeres sin corazón; el Atica, la refinada Atica, tropezó en el se-
gundo nefasto di a, y desde entónces sólo fue un pueblo de sofistas y
cortesanas. Velar pues, para que á la. par que se sustenta indes-
tructible el edificio de las costumbres, flalllee siempre viva la antor-
cha de la ilustración, es en verdad una grande y á rdua misión, pero
de la cu;d pende la conservación de las sociedades.
Cultivar la literatura, las ciencias, las nobles artes, vivir de la
vida de la inteligc:ncia y del espíritu, ea dar nn gran paso para !la-
nar en parte aquel cometido.
No son simplememente los ócios de un pueblo los que con estas
ocupaciones se alimentan; es su entendimiento que se perfecciona,
es su vida á la que se dá provechoso E>j ercicio, son sus costumbres
que se dulcifican, es su moralidad que se custodia, inspirándole ele-
vados sentimientos y distrayendo su actividad de inútiles ó perjudi-
ciales expansiones .
Por eso cuando una :Nación fu¿ verdaderamente fuerte, verdadera-
mente civilizada, no se contentó con estender su renombre con el
fragor de las armas, sino que lo ilustró á la vez con el espl endor de
las letras: Grecia en el apogeo de su gloria, presenta al mismo tiem-
po que un Temistocles, un Sócrates, un Platón, un Aristóteles; Ro-
ma alía los Césares y los Pompeyos con los Cicerones, los Quintilia-
nos y los Virgilios.
Y siempre que, en las modernas edades del mundo un dominador
se alza cual nuevo sol brillante y esplendoroso e:~ el Zenit de las na-
ciones, le preceden, le circuyen y le siguen á semejanza de radian-
tes satélites, los genios de la inteligecia, al par de los Leones y lo&
Julios brillan Miguel Angel, Rafael, el Tasso; con Isabel, Shak.s-
peare; Cervantes, Lope de Vega, Calderón, Quevedo dan nuevo
fulgor á los Carlos y los Felipes; en el siglo de Luis XIV fl.orencen
Corneille, Moliere, Racine; y cuando finalmente la época contem-
poránea produce un. coloso émulo de César y Alej andro, los anales
literarios registran al propio tiempo en caractE~re s de oro los nom-
bres inmortales de Byron y Chateaubriand.
Por el contrario, las épocJ.s de decadencia, aquellas en que Jos pue-
blos se ven languidecer en la abyección 6 en la esclavitud, son es-
tériles para las letras; cuando la cerviz aherrojada por el yugo de
- 531-

las humanas miserias se inclina hacia la tierra, en vano se esperaría


que la Literatura, esa hija del cielo, doscendi~se al lodo donde ha-
bt•ian de mancharse sus ni veas alas.
Si abrimos los anaies de la Historia, seguro es que allí donde vea-
mos un pueblo cuidadoso de perpetuar su nombre, al cual el oro ó
la molicie no han col'l'ompidv, donde veamos un pueblo tal, repito
contemplaremos al propio tiempo Jos desvelos que se toman para
cultiv¡,r su Literatura, dando á este propósito una ú otra forma se-
gún las épocas y las circunstancias.
Por e:.:), cuando en las primer·as centurias de la Edad Antigua, los
colonizadores de las Naciones fijaban su planta entr·e los riacos de un
suelo inculto, habitado pur gentes montaraces y selváticas, recu-
nían siempre á aquel medio, que entonces se traducía por himnos
y cánticos de poesía sublime en que los temas tenían por objetivos
la :Pivinidad y la Patria; asi se hacía vibrar en pechos feroces la
fibra del sentimiento y se introducía la civilización y la cultura. La
fábula nos habla de Anfión edificando ciudades bajo e l dulce influjo
de las modulaciones de su flauta, y de Orfeo amansando con su lira
y sus canto~ h1s bestias feroces; y bajo estos velos nos hace entre-
veer el imperio que los hobres de un genio superior ejercieron sobre
tribus antes salvajes, civilizándolas paulatinamente eo pueblos cultos
y de costumbres dulces bajo el influjo de los primeros gérmenes li-
Lerarios. Y en fin; no otra que esta ifluencia sólidamente ar1·aigada
por el curso ds los siglos en las inteligencias y refinada primero por
Homero y mas tarde por Sófo.::les, Esquilo y Euripides fué la que
produjo esa ilustre Nación, qud se llamó la Grecia.

E. TosoADA.
(Continuara.)

No tie ne ya calificativo lo que sucede en nuestras escuelas á


causa de las repetida~ faltas de asistencia del personal docente,
siendo el Cuerpo Médico Escolar el directameute responsable de
ello; put:ls no parece constituid o sino para protector de los maes-
tros rabaneros, y, al deciF maestros, nos referimos á los dos sexos
especialmente al femeninn, que, según se ve diariamente tien~
suma facilidad para conseguir sendos permisos, por una véint<)na
de dias, cuando no por más tiempo.
La misión de! Cuerpo Médico Escolar en lugar de ser benéfico
para la marcha de nuestras escuelas es altamente perjudicial t}n
-532-

la práctica, defraudando las esperanzas que se fundarou en él,


cuando fué creado. Veamos los hechos: Un maestró tiene un
poco de tos, pide permiso para ir al C. M. E. para hacerse inspec-
cionar los órganos respiratorios. aCuál es el resultado~ Quince ó
veinte días de permiso para curarse una irritación de garganta.
Otro maestro se enfer·ma, según dice, por ocho ó diez días cuando
menos, pues hoy hasta las indisposiciones. son interminables, como
la crisis monetaria; trae un certificado cualquiera, do un médico
!!Ualquiera también, casi siempre un amigo ó un pariente, y el
Consejo Escolar, (esto sólo se hace en algunas pMtes, no en todas)
con el buen deseo de controlar al certificador, los manda al Cuer-
po M. Escolar, para que le pongan el V• B•, y el V• B• viene
irremisible, indefectible y fatalmente, com:> si los médicos escola-
res fuesen mahometanos; las faltas se justifican y corre la bola.
Antes de establecerse esta ir.sti tución los maestros se enferma-
ban por rara casualidad, y hoy gozan de salud, por casualidad
más rara aún.
Esta conducta del C. M. E. da lugar á diálogos muy divertidos
entre los maestros (léase maestras).
Ahí va uno habido entre tres maestros, que les aseguro, bajo mi
honrada ~alab1·a de honor set· verídico:-En est~ mes no tengo sino
seis faltas. En esta quincena no he faltado sino cuatro veces. En
E-sta semana no tengo sino dos inasistencias.
Y todo esto con la mayor naturalidad del mundo; como si habla-
sen del estricto cumplimiento del deber, como si lo normal fuese
eludir las obligaciones y lo incorrecto, ser esclavo de ellas .
El faltar á la escuela hoy día, no es ya sino una costumbre qne
va echando hondas raíces en nuestra vida escolar, con profundo
detrimento de la enseñanza, que se resiente cada día más de los efec·
tos perniciosos de esta causa que debe pronto desaparecer.
El C. M. E. no se forma una id ea del inmenso daño que infiere,
inocentemente (esto es lo que hay que creer) á la marcha de las
escuelas, con los permisos que concede á granel, pues de lo cor,tra-
rio habría reaccionado y puesto un <!Oto al avance del rabonerismo
de los maestl'<Js, tomando alguna medida tendente á mejorar la
asistencia diaria del personal de las escutllas.
Su misión debiera ser controladora de la fingida enfermedad de
los muchos que se burlan de las autoridades escolares, contando
con la impunidad; su objeto debe ser de conservación, no de des-
trucción.
El Ccnsejo Nacional que tan eficaces medidas ha dictado para la
buena administración de nuestras escuelas, debía tomar cartas en
el asunto, y poner un valiente término á estos abusos, castigando
severau1ente á los que exploten el derecho qu e tien en de enfermar·
se obligándolds que gocun de buena r;alud, mal que les pese.
La Estadística Escolar puede facilitar los datos necesarios al
respecto, y qué datos!!
No f¡¡,ltarán planillas mensuúes que lleven al pié cuarenta 6 cin-
- 533-

cuenla faltas, l!uando menos, de escuelas que tienen un personal


compuesto de diez ó doce personas.
Lo que decimos de la inasistencia á las clases, podemos deéir de
la inasistencia á las .conferencias práctic'is, donde deja de concu-
rrir el elemento que más necesita aprender, por no poseer ninguna
preparación.
Creemos que por este año el mal ya no tendrá remedio, porque
estamos al ilnal del curso; pero a 1go debiera pensarse para el veni-
dero, si se quiere obtener algún resultado en la educación.
Volveremos á ocuparnos de este tópico, si las circunstancias lo
requieren.
ELMA ELOY.

REVISTA DEL IN•rERIOR.

Buenos A.ires.-La Dirección General no ha cesado un mo·


mento en atender los altos intereses de la educación-El mejor
aumento del per~onal docente por medio de exámenes, la hijiene,
disciplina, asistencia de niilos y maestros, como también la adminis-
tracióq de los fondos destinados al sostén de la educación común,
ha sido objeto de preferente atención.-Pero donde la educación
realiza. mayores progresos es en el distrito de la Plata, donde el per-
sonal mejora notablemente debido á la Escuela Nocturna de sub-pre-
ceptores y ayudantes.
La enseilanza., dice el Inspector, ha recibido un impulso poderoso,
formando así la buena reputación de que justamente empeízan á go-
zar las escuelas públicas de ese distrito.
La Dirección de Escuelas secundada habilmente por la Inspec-
ción, se ocupa en proyectar una reforma á la Ley de educación co-
mún, de acuerdo con el espfritu de la nueva constitución, respon-
diendo al propósito de dar mayor unidad á la enseñanza y de acordar
menos facultades que las que tienen los consejo eescolares de la pro-
vincia.-La reforma de los programas y ho.:-arios, que tanta falta
hacía, ha sido iniciada y encomendada á la inspección que someterá
en breve un minucioso y meditado trabajo que segur11mente será
aprobado por la Dirección General.
Jujuy.-El Inspector nacional de Jujuy, dá cuenta al Insp,.,ctor
general del estado de la educación común de esa provincia durante
el segundo cuatrimestre.
5:H
Duran~ éste las escuelas han funcionado con bastante regulari-
dad y los maestros han sido pagados mensualmente, teniendo un au-
mento quinientos niños más sobre el anterio_r cuatrimestre; se han
CI'eado cuatro escuelas más.
La Comisión de Educación, ha dictado resoluciones de r.1¡¡cha im-
portancia para la buena marcha de las escuelae.
Las relaciones de la Inspección con la Comisión de Educación y
con el gobierno han sido muy buenas.
En general la marcha de la enseñanza ha sido satisfactoria; por-
que ha sido continuada, tranquila y progresista. Con motivo de que
e l C. Nacional limitó la partida desubención á la provincia, el gobier-
no ha hecho varias economías en el presupuesto de instrucción
pública fijándose <~n la cantidad de $ 55.59~, ascendiendo antes á
$ 76.600. Manifiesta el señor Inspector· la conveniencia que hay en
que el señor Inspector General haga valer su merecida influencia
ante el C. Nacional, á fin de que se abonen á esta pl'ovincia las sub-
venciones que por sueldos de maedtros se adeudan desde el año pa-
sado. Como se sabe esta provincia es demasiado pobre y no puede
con sus propias rentas sostener el número de escuelas con que hoy
cuenta. El total de la subvención que se le adeuda, es de $18.899,
73, suma casi igual á la mitad de los fondos con que cuenta la pro-
vincia para mantener las escuelas.

Gobernaciones . Revista de Setiembre.

Nombrase preceptor de la Escuela de Varones de Posadas (Mi-


siones), á D. Alejo Reyes, ex-Director de la Escuela Normal de la
Asunción, quien ha tomado ya posesión de su puesto.
* ~.

E~ Gobernador de _la Tierra del Fuego ha comunicado al Consejo


NaciOnal, que se ha rnaugurado en U&huaia, el 28 de Julio, la pri-
mera escuela mixta nacional, en medio del regocijo del pueblo.
*
••
_Por indicación de la Inspección de Colonias y Territorios, el Con-
ReJO Nacionn.! ha p'tsndo In. circular sig-uiente á los Con~ej'JS Esco-
lar·és de la~ GobJI' IJ :tcilll es : f¡jasJ el L0 Je Noviemht'e de cada rwo
-535-

como término del plazo en que deben remitir los pedidos de útiles,
á fin de que sean provistos en los meses de vacaciones y de que las
escuelas &stén listas para abrir sus clases en Marzo.
*
**
Se han remitido por el Depósito del Consejo Nacional, varins úti-
les para las escuelas mixtas de Victorica y Ushuaia.
*
**
Habiéndose ausentfl.do de Rawson, por motivos de salud, el
maestro de la escuela mixta, S. E. el Sr. Fontana, Gobernador del
Territorio del Chubut, hase hecho cargo de ella provisoriamente,
diciendo: «es lo único y lo más que puedo hacer en favor del ade-
lanto intelectual y material de este Territorio.))
Es digno de aplauso el proceder patriótico del Sr. Gobernador
Fontana. ·
*
**
El Consejo Nacional se ha dírigido al Ministerio de la Guerra
pidiendo se le donen los cuarteles de Victorica que se hallan aban-
donados ll.ctud.lmente y los de los otros fortines, que se encuentren
en igualas condiciones, con el objeto de aprovechar el material en
la edificación de casas-escuela~:'.
La idea no puede ser más justa y acertad a.
Pensamos, pues, anticipadamente, que el Ministerio de la Guerra
a
se expedir de conformidad.

* «·
Cumpliendo con lo prometido en nuestro número anterior, da-
mos á continuación algunos datos estadísticos tomados del infor-
me elevado al Consejo Nacional por el Inspector, soñor Raul B.
Diaz:
Funcionan en Misiones 2 escuela¡;; de varo nas, 2 de niñas y 2 mix-
tas; en Formosa 1 mixta y en el Chaco Austral 1 de varones, 1 de
niñas y 6 mixtas.
Los alumnos inscriptos en las escuelas de Misiones son 343, en
la de Formosa 111 y en las del Chaco Aústral 380.
La.s escuelas de Misiones y Formosa están atendidas pc•r 14 maes-
tros y por 17 las o1 ras.
Existen P-n esos territorios, 8 consejos escolares.
Hay 2 edificios fiscales, por construirse 1, en construcción 1, al-
quilados 8 y 4 que se ceden gratuitamente.
Existen terrenos donados para la construcción de edificios esco-
lares, en los siguientes puntos: Concepción de la Tierra (Misiones),
Formosa, Puer10 Bermejo (Chaco Austral) y Resistencia.
-536-

Actas del "Centre U'nióu de Normalistas".


SESIÓN DE 29 DE AGOSTO DE 1890.

fresentr.s. En Buenos Aires, á 29 días :le! mes de Agosto de


Argaño 1890, reunidos los miembros del «Centro Normalis-
~:Si;~lla. ta», al márgen inscriptos, en el local Rivadavia
Ferreyra ~612, el Presidente, señor Piñero decl&ró abierta
Olivé. la sesión á las 8 y 40 p. m.
r~~~~~~z Leída y aprobada el acta de la. anterior, se pasó
Piñero. á tratar el mot;vo de la reunión, que lo constituía
Viera la discusión de las reformas á los actnales estatu-
Rastellini. tos, presentados por los señores Pita, E. Suarez y
.P aulero, nombrados en comisión para el efecto. El señor Paulero,
miembro informante de dicha comi~ión, informa al Centro del es-
píritu que ha precidido á las reformas y adiciones que sometían á
la aprobación de los presentes.
Leido el primer capítulo, fue aprobado en general, y á moción
del señor Ferre yra se resuelve n l tratarlo en particular sin puhli-
carlo en fnrma tal, que permitiese ser estudiado por todos los
miembros del Centro. Fué aprobada. El señor Argaño propone
para economizar recursos y tiempo, que sean publicadas en el órga-
no de la institución. Fué resuelto de acuerdo.
No habiendo más asuntos que tratarse se levantó la sesión, á
las9 y 40 p. m.
Aprobada en sesión de fecha 4 de Octubre.
TOMÁS PIÑERO . .
Manuel A. Amarilla.

-------=~~·~~~=------

EJERCICIOS INTUITIVOS.
( PROGRAMAS DE l" Y 2• GRADO.)

El Pan.

(El maestro presenta á la clase un pedazo de pan).-¿Qué es


esto~-Un pedazo de pan.-¿ Y qué hace :nos con él? -Lo come-
mos-t06mo se llaman las cosas que nosotros comemos1-Se lla-
man alimentos.-¿Para qué, pues, comemos pan~-Para alimen-
tarnos.-¿Y para qué nos alimentamos?-Para no morirnos, para
-537-

crecer, para ser fuertes.-Y sólo por esto comen ustedes todos los
alimentos? ;,No lo hacen por algo más?- Sí, señor. porque son
buenos, :'lOS gustan .... {Y cómo sabe, Picasso, qué esto es pan? ....
-Porque lo veo. -Es cierto; lo sabe ó lo 0onoce por la vista -.y
qué sabe, Penas, por la vista del pan? - Qué es blanco ó moreno.-
¿Qué más, Santiago?-Que tiene miga y corteza.-¿Y qué más?-
Que está lleno de agujeros chiquitos.-¿No recuerda qué nombr .~
damos á esos agujeritos, Rubio?-Sí, señor, se llaman .... --¡Có-
mo! tno recuerda?; a ver usted Vilariño.-Se llaman poros, señor.
-De modo que este pan está lleno de poros, es poroso. Repitan.-
EI pan es poroso. -¿De qué otra manera podríamos CJnocer algo
más del pan, Buverch?--Podemos saberlo por el olor.-- ¿Qué clase
de olor tiene este pan, Uranotich?-Este pan tiene un olor agrada-
ble.- Les parece á ustedes que el pan tiene el mismo olor cuando
sale del horno que cuando está seco?-No, señor.-¿Qué podría
decirnos, Folle~-Que cuando sale del horno su olor es más pro-
nunciado y agrable, y que cuando está duro apenas tiene olor.-
Muy bien. -
El maestl'o continuará de la misma manera con el gusto hacien-
do que los niños digan que el pan tiene buen gusto, que su sabor
es agradable, etc.; se les hará aprender el significado de las pala-
bras sápido, instpido, etc. Otro tanto se debe hacer con el tacto.
-Deberá. hacerse observar también a los niños que el pan absorbe
el agua como la esponja. Se terminará hablando de su inaprecia-
ble valor, utilidad, etc. y se harán repetir las propiedades ya dichas
pOi' uno 6 varios alumnos. En otras lecciones subsiguientes el
maestro les hablara del trigo, la h<:Jrina y de las operaciones nece-
sarias para obtener el pan tal cual le hallamos en nuestras mesas.

El cuero.

Conocen esto?-Cuero-Y esto otro?- Cuero también- AQuién


sabría decirme, qué es el cuero? .... Nadie? .... Lo diré yo: el cuero
es la pi~l que cubre e! cuerpo de los animales. Nómbrenme algu-
uos ammales cuya piel sirva para hacer cuero.-El buey, la vaca,
el perro, la cabra, el carnero, el caballo-Ustedes han visto la pitll
de la vaca y del carnero ¿es igual al cuero que ies mostré~-1'-ló.
señor-Qué tiene la piel de la vaca1-Pelos-¿La del carnero~­
Lana-Y ésta tiene1 - Nó,-señor-Entonces ten qué se diferencia?
-En que la piel tiene pelo 6 lana y el cuero no tiene.-Se le ha
raspado bien la lana ó el pelo y después se le límpió de la carne ó
grasa que pudiera tener por el lado de adentro, dándole lustre y
color. Este trabajo que se hace con la piel para que sea cuero, se
llama curtir el cuero. Tomen ustedcls ese pedazo de cuero y dí-
ganme qué es lo que ven?-Es negro por un lado y por el otro algo
claro ú oscuro.-Ailado negro le llamaremos lado de arriba; y al
oscuro, lado de abajo.-Mirénlo otra vez .•.. ¿Cómo es el lado de
arriba?-Negro-¿Qué más1 ¿No tiene algo que bri!la, que luce?-
-538-

Sí.-Entónces el lado de arriba es lust1'tJso y el de abajo n6. Miren


ustedes ~ste cuero ¿vén al través de M Poniéndolo delante de los
ojos ¿pueden ver lo que está d~Jtrás del cuero?-No señor.-tCómo
se dice de una cosa cuando no se puede ver á trav és de ella1-Que
es opaca.-¡.Qué cosa hay en este salón 1ue sea opaco~-La pared,
la puerta-Y de los vidrios ¡.se puede ver á través1-Sí, señor-
Pués e¡;; transparente. Así que el cuero no es trasn ¡.aren te sino opa-
co.-Bien, ustedes han vi~to que este cuero era negro y lustroso por
la parte de art·iba, oscu·ro y con lustre por la parte de abajo. Dije-
ron también que era opaco.-¡.Cómo distinguieron todo eso~-Mi­
rándolo. -Es decir, por la vista.
Ahora toma tü, Juan, Cantalicio y Pascual el cuero en la mano
y toquénlo. ¿Qué sienten?-Que es delgado-¡.Qué más sienten?-
Raspa, por ejemplo, la mano como el papel dtJ lija?-No señot·.-
Entónces es liso.-¡.Cuál de los dos lados es más liso~-El de arri-
ba.-¿Qué pueden hacer con el cuero~-Doblarlo-¡.Y cuando una
cosa se pullde doblar cómo c.; e dice?-Qué es flexibl e .-As~ que el
cuet·o es flexible. -¿Qué otra cosa flexible conocen~-EI papel, el
género.-Y la madera de esta m e sa~-N6 señor.-Tomen este
trapo ¿pueden rasgarlo 6 romperlo1-Si, señor.-Hagan lo mismo
con el cuero.-No se puede.-Luego el cuero es fuerte. ¿Qué les
parece, el cuero pesa mucho1 ¡.Tanto como un pedazo de hierro?-
No señor-Entonces ¡.cómo será el cuero1-Lívíano-Luego el
enero hemos visto que es delgado, liso, flexible, fuute y liviano.
¡.Cómo han descubierto todo esto del cuero1-Tocándolo-Es decir,
por el tacto.-Ahora cierra tú, Simplicio los ojos y yo te acerco el
cuero. ;.Tiene olor?-Si señor-Como se dice qué es una cosa cuan-
do tiene o1or1-0lorosa.-Luego el cuero es oloroso. ;.Y cómo co~
nociel'on que tenía olor?-Oiiéndolo-;.Con qué1-Con la nariz.-
Si se ponen el cuero en la boca ¿qué cosa sentirán1-Que tiene
gusto feo. -Tienen algo de cuero ustedes1-Sí, los zapatos.-;.Y
por qué es bueno para los zapatos1-Porque es fuérte ó durable.-
Si losz apalos no están rotos tse les moja la media y el pié1-No
señot·.-Y por qué no pasa el agua pot• el cuero? ;.Saben como se
llama una cosa que no deja pasar el agua~-Impermeable.-Luego
el cuero es impermeable. Así que el cuero es bueno para los boti-
nes porque es durable é impermeable ¡.por nada más será bueno1
Miren, si tuviéramos que usar zapatos de cobre, de fierro ¡,serían
cómodos1-No señor--Por qué1-Porque serían muy pesados.-Asi
que el cuero es bueno porque es liviano -¿Y por qué más1-Por ser
flexible y adaptarse á la forma del pié, no le lastima. -F:jense; si
yo pongo este cuero en el fuego tqué le sucede~-Se arruga, se
achicharra.-Y si lo hago con un papel1 También se achicharra1
-No señor; se quema al momento-Y qué se percibe cuando se
quema el cuel'o? -Un olor fétido.-Luego el cuero se quema, se
achicharra y dá mal olor. -Ahora fijénse y recuerden, vamos á
repatir todo lo que hemos dicho sobre el cuero. El cuero es la piel
de los animales. Es preciso curtirlo para que sea cuero. ¿Quévie-
ron ustedes en el cuerolcon losojos1-Que era negro, lustroso por l~t
parte de arriba 6 derecho, oscuro y sin lustre por la parte de abajo
6_r&véii.jCon:ellolfato que:peroibieron~ Con el tacto, gu•to, etc., etc.
N"OTICI a.s.
Fé de eeratas.-Pedimos disculpa á nuestros lectore:; por
los numerosos errores de imprenla aparecidos en el último número ele
la REVISTA. Muchas veces la mejor y más buena voluntad del col'rec-
tor se estrella contra los descuidos imperdonables del encargado de cor-
regir en el plomo.
Materiales suspen.didos. - El exceso de material nos
obliga á suspen,ler varios trabajos que nos han sido remitidos para su
publicación.
?edimos generosa· disculpa á sus autores y les prometemos que irán
en el próximo número.
Luisa A. A rriaga. - Tenemos que lamentar la desaparición
de una maestra , cuya pérdida irreparable llorarán por mt:cho tiempo los
que la conocieron. · .
Ha muerto víctima de una enfermedad contraída en el cumplimiento
del deber, la distinguida profesora ~ Sta. Luisa A. Arriaga.
Formaba part.e del cuerpo docente cll' la Escuela Normal de Profeso-
ras de la capital !'n donde se distinguió por su ilustración y por su3r(lle-
vantes cualidades morales. ,
Poseía en alto grado esa amativida<l ingenua de la maestra que le ha-
cia accesible á sus alumnas las que le tenían un cariño entrañable.
Honor á su memorial
Los sueldos de los maestros. -Digna de aplauso es
la actitud asumida por el Dr. Beujamin Zorrilla, Presidente del C. N.
de Educación, para obtener los fondos necesarios con que abonar pun-
tualmente los haberes de los maestros. Gracias al interés que en eF>te
asunto ha tomaclo el C. Nacional, los maestros tienen ya cobrados los
meses atrasados que se les . adeudaba; están todos, p11es de para-
bienes . .
Transcribimos á continuación la nota que el Ministro de I. Públi ca
dirigió al de Hacienda, con motivo del justo reclamo hecho por el C. N.
de E. sobre la parte de renta pública asignada por ley para el soste-
nimiento de las e~cuelas comunes .
. . . . . . . . "El Consejo Nacional de gducación ha pasado á este minis-
terio el oficio que tengo el agrado de enviar original á V. E. para la
resolución que sea del ca::>o, haciendo notar los inconvenientes á que d!l.
márgen el retardo con que, desde tiempo atrás se le hace entrega de
la parte de renta pública destinada á formar el tesoro esco lat·.
Constando á este ministerio la exactitud de las observaciones que
hace el consejo, y el daño que aquel retardo causa á los múltiples ser-
vicios que demanda el sostenimiento de la ins¡;rucción primaria, me per-
mito apoyar ante V. E. la solicitud del mencionado cuerpo, en la segu-
ridad de que, la reconocida ilustración de V. E. ha de hallar el medio
de conciliar las exigencias de la situación actual del erario público con
las necesidades premiosas de la educación común, materia digna siem-
pre de especial interés.
Saludo á V. E. con la más distinguida consideración.-José M.
G-utien·ez.
Hé ac¡ui la nota que con fecha 17 del corriente pasó el Consejv N. ele
Educac1ón al Ministerio de Instrucción Pública, que trata de la defeusa
de la renta escolar.
-540-

"Con fecha 23 de Junio del corriente año me dirigí al entonces señor


Ministro de Instrucció11 Pública, Dr. José M. Astigueta, pidiéndole
se dignara promover una resolución que permitiera á este Consejo ob-
tener los fondos que la ley le señala y de los que, sin embargo, se ve
privado por la forma en que la percepción de aquellos se hace efec-
tivo.
Se trata, señor Ministro, de modificar la ley de papel sellado en la
parte en que dispone que las multas por infracción á la misma so abo-
nen en sellos que se agregan á. los autos que las motivaran, pues de esta
manera pasa el importe de las referidas multas á rentas generales, sin
que este Consejo lo perciba como debe hacerlo y lo hizo hasta el
año 88.
Las multas, pues, deben depositarse á la orden de esta repartición en
el Banco Nacional, porque así se dá cumplimiento á lo dispuesto en el
art. 44 inciso 9° de la ley de educación vigente, y no se hace ilusoria
una fuente de recursos con que tan legítimamente cuenta esta oficina
para hacer frente á las múltiples erogaciones que tiene necesariamente
que atender. ·
En el caso posible de que la referida ley de papel sellado no tuera re-
visada en este año, me permito indicar al Sr, Ministro que habria j us-
ticia y previsión en ordenar á la Contaduría Nacional que hiciera una
liquidación especial de la cantidad que esas multas hubieran produeido
para ser depositado su importe en el Banco Nacional á la orden de este
Consejo.
Con este motivo me es grato saludar al Sr. Ministro con mi más dis-
tinguida consideración. -B. Zorrilla-Santiago Lopez. Secretario.

Los de0retos sobre instrucción públioa. -


El Ministro de instrucción ha dict:,.do tres decretos, referentes á la or-
ganización le la enseñanza en sus diferentes períodos, y cuyos respec-
tivos objetos son los siguientes:
Nombramiento de una comisión para proyectar el enlace de la ense-
ñanza primaria con la secundaria, fijando los conocimientos exigibles
para el ingreso en los colegios nacionales.
Nombramiento de otra comisión para proyectar la organización gene-
ral de la instrucción pública.
Concesión de becas en las escuelas normales de la República.
Hé aquí la parte dispositiva de dichos decretos por el orden en que
los hemos enumerado, y los considerandos que preceden al primero de
ellos:
ENLA.OE DE LA ENSEÑANZA PRIMARIA OON LA SECUNDARIA.
Considerando:
1° Que tanto la instrucción primaria como la secundaria, tienen ca-
rácter integral no pudiendo decirse, en absoluto, que la una sea continua-
ción de la otra, desde que cada cual constituye, en su esfera, un plan
armónico y completo en que se desarrollan gradualmente los estudios,
preparando á la juventud para las funciones de la vida social;
2° Que no obstante esta consideración, siendo la enseñanza primaria
base de todas las o•ras y debiendo vincularse entre sí las diversas ra-
mas de la instrucción, es necesario determinar con acertado criterio el
punto de unión ó enlace entre la enseñanza ¡;>rimaría y la secundarla,
fijando la preparación indispensable para segu1r con éxito los cursos de
los colegios nacionales;
-541-

3• Que las disposiciones vigentes exijen los seis grados de la escuela


primaria para pasar á la instrucción -secundaria, lo que pralonga inne-
ce;ariamente la duración de los estudios é interrumpe su oontinmdad ,
por la intercalación de algunos ramos q.ue natur-almente abarcan los
grados superiores de la enseñanza primana para completarla, pero que
no son indispensables para las personas que van á cursarlos en los co-
legios nacionales, con mayor amplitud;
4• Que para conseguir el enlace natural y lógico de la er;.señanza. pri-
maria con la secundaria se requiere, uo sólo que coincidan las asigna-
turas de la una con la otra, sinó también que se armonicen y propor-
cionen en su desarrollo y estensión;
5• Que los programas que actualmente rigen en los colegios naciona-
les no están equilibrados, ni guardan los limites prudenciales á que de-
ben responder dados el carácter y los fines de la escuela única;
6• Que conviene reducirlos, aun cuando la instrucción integral de la
segunda enseñanza resultase insuficiente, en tal ó cual materia, para
proseguir estudios superiores no sólo porque, como queda ya. expresado,
la misión de los c.olegws nacionales no es exclusivamente, preparar para
el ingreso á las carreras universitarias, sinó también porque cada. fac.ul-
tad podría establecer los estudios preparatorios complementarios que
considere indispensable;
7• Que debe tamhién completarse la organización de la instrucción
secundaria, revisando el actual rPglamento, para introducir en él las
modificaciones que la esperienoia ha demostrado s.Jr necesarias, y fijan-
do las obras que pueden servir de texto para el estudio metódico de las
asignaturas, sin que ello importe excluir otros libros de con-
sulta;
8• Qüe todas estas reformas pueden ser llevadas á cabo, con la bre-
vedad requerida, por el P. E. de acuerdo con el Consejo nacional de
educación para lo que á las escuelas que están bajo su dirección cor-
responde, mientra el H. Congreso dtcta la ley general de instrucción
pública..
Por todo lo expuesto, el Presidente de la República,
DECRETA:
Art. 1• Nómbrase una comisión compue'3ta de los Sres. Dres. Aman-
cío Alcorta, Benjamin Zorrilla, Adolfo F. Orma, F élix Martín y Her-
rera Antonio Bermejo, Ingeniero Cárlos Echagüe, Dr. Pedro N • .Arata,
Sr. Nicolás de Vedia, y Sr. Agustín Presinger con el encargo de pro-
yectar:
1• El enlace de la enseñanza primaria con la secundaria, fijando
los conocimientos exigibles para el ingreso á los colegios nacio-
nales.
2• La distribución de las asigna.turM en dichos institutos en cuanto
sea necesano para conseguir lo expresado en la base anterior.
3° Los programas que determinen la estensión de la. enseñanza en los
colegios nacionales, vinculándolos co:o los de las escuelas primarias,
desde el grado que se fije como basu que ingrese á aquellos y dándoles
un desarrollo progresivo.
4• Los textos que debon adoptarse de acuerdo con las exigencias d'l
los programas.
5• Las reformas qut~ convengan introducir en el reglamento de los
colegios nacionales.
Art. 2• Queda facultada esta comisión para solicitar los datos, ex-
plicaciones é informes que considere necesarios, de los rectores y profe-
sores de los colegios nacion&les.
-542-

A.rt. 3• La comisión se expedirá á la mayor brevedad posible,á fin ue


que la nueva organización pueda empezar á regir desde la apertura del
próximo curso escolar.
Art. 4° Comuníquese á quienes corrosponda, publiquese y O.ese al Re-
gistro N acional.-PELLEGRINI -José M. Gutierrez.
Pr.AN DE JNSTRUOCIÓN PÚBLICA.
A.rt. l 0 N ómbrase una comi.Jión compuesta de los siguientes szñoros:
Dres. D. Leopoldo Basavilbaso, Amancio Alcorta, Benjamín Zorrilla.
Mauricio Gonzalez Catán, Manuel Obarrio, Antonio E. Malaver, Fran-
cisco A. Borra, Pedro N. Arata, Lucio V. Lopez, Juan A. Argerich,
Rafael Herrera Vegas, Roberto Wernicke, Antonio E. Piñero, Bonifacio
Lastra, ingenieros Valentin Balbin, Juan F. Sahary, Luis Silveyra y
profesor Enrique Bousquet.
Art.. 2• Esta comisión designat·á á cinco de su miembros encargán-
doles de proyectar la organización y los planes de enseñanza general
y univer11itaria.
Art. 3• El proyecto á que se refiere el artículo anterior será sometido
en seguida á la revisión de la comisión plena. comunicí:ndose el resul-
tado dll estos trabajos al M.' de I. P. ·
Art 4• Comuníquese, etc. -PELLEGR!N'I, -- -José M. Gutien·ez.
CONCESIÓN DE BECAS.

Art. 1° Desde la fecha en adelante no se concederá en las escuelas


normales de la República el goce de beca á qmen no sea alumno del
curso normal.
Art. 2° Quedan derogadas las disposiciones anteriores que sean con-
trarias al presente decreto.
Art. 3• Comuníquese, publíquese y dése al R. Nacional.- -PELLEGRtNI.
-José M. Gutierrez.
Mucho de benéfico debemos esperar ,le par~e de las comisiones nom-
bradas; sólo lamentamos q ae en Ja comisión que ha de refortnar los
actuales planes y programas" igentes de instrucción primaria, no figuren
algunos profesores normales, que púr su aprendizaje especial y práct:ca
adquirida en el arte de la enseñanza, son los verdaderamente interesa-
dos, los que mejor pueden ilustrar el asunto é informar sobre los múlti-
ples detalles que muchas veces escapan al que no lucha diariamente con
las dificultades que se presentan al educador.
Creemos, y ha sido siempre e<1ta nuestra idea, que en un buen plan de
estudios debe colaborar directamente el maestro, para que responda al
verdadero concepto de la. educación y al eriterio pedagógico que hoy
rige á la escula y que se adquiere con el ejercicio de la pro-
fesión.
En cuanto al último decreto ó sea el que se refiere á concesión de be-
cas, es digno de aplauso bajo todos conceptos, por cuanto tiende á evitar
un abuso que con frecuencia venía cometiéndose al otorgalas á alumnos
que no habían pertenecido á las Escuelas Normales ó que asist.ia.n á
ellas en las clases de aplicación, muchas veces sin necesitarlas, y con
perJuicio de muchos alumnos maestros que se habían hecho acreedores
á ellos por su aplicación ó por la falta de recursos para sostenerse hasta
concluir su carrera.
Ya no ocurrirá esto felizmente en lo sucesivo si el decreto se cumple
en todas sus partes, como es de esperar,
- :'>13-

La enseñanza en las escuelas de la Pro vin-


oia de Buenos Aires .-Ha t'3rminado el Consejo General de
educación de sancionar las reformas al Reglamento, horario y programas
para las escuelas comunes de la Provincia.
El Consejo ha dedicado cuat.ro largas sesiones a e,;te trabajo, intro-
duciendo reformas que beneficia.n mucho la educación común, reformas
que sería largo enumerar.
La principal de ellas, es sobre los ramos de enseñan,;a, que seran lt s
siguientes:
Lectura, escritura, lengua nacional, geografía y nociones de cosmo-
grafía, historia nacional, instrucción cívica, historia americana, moral,
economía doméstica, ejercicios instuitivos, aritmética, geometría. di-
bujo, historia natural, agricultura, nociones de anatomía, fisiología é hi-
giene, nociones de física y química, musica vocal (Himno Nacional), la-
bores de mano, iJioma francés, gimnasia, trabajo manual.
Respecto a la instrucción cívica, se enseñara a los alumnos:
No~iones sumarias sobre nuestra organización política, Republica re-
presentativa federal; el ciudadano: sus derechos y deberes; el extran-
gero: deberes y derechos; naturalización.
Las constituciones p1·ovincial y nacional, explicación de los derechos
de libertad, igualdad, propiedad y seguridad.
Obligación escolar, servicio de las armas; contribuciones: el sufragio;
la policía, la administración de justicia.
El municipio: sus autoridades.
La provincia y la nación: sus principales autoridades. Poderes pú-
blicos, forma dtl las elecciones, atribuciones, etc.
En este trabajo ha colaborado el cuerpo de inspectores de la dirección
general.

Esouela Normal de profesoras.-Llama.mos es-


pecialmente la atención del Señor Ministro de Instracción Pública, so-
bre las irregularidades y mal trato que se da a las alumnas de la se-
gunda división dol primer año normal de esta escuela. Las cosas han
llegado a tal punto que hay profesores que no solamente faltan al
respeto y consideración que merecen las alumnas, sinó que profieren
palabras poco cultas, refiidas con la misión que desempeñan.
Otra de las inconveniencias que se notan, es la falta de confianza que
inspiran ciet'tos profesores, que jamas esplican los puntos de su pro-
grama, atribuyéndose esto, a negligencia en unos, y falta de preparación
en otros.
El Srñ·>r Ministro q.te tan buenos deseos tiene en mejorar la marcha
de estos establecimientos, debiera mandar un inspector como se ha htl-
cho con la escuela normal dA profe;;;ores, para que constate estas aseve-
raciones y otras mas inherentes a este género de instituciones, cuando
se hallan mal regimentadas. N o nos esplicamos la causa de esta ani-
mosidad, pero si fuera necesario volveremos sobre este punto.

Texto aprobado-La comisión de inspectores encargada


de estudiar los mejores textos y carteles de lectura que deben usarse
en las escuelas de la provincia de Buenos Aires, ha tet·minado su co-
metido aconsejando a la Dirección General la adopción del texto y
carteles de el "Nene" do que es autor el inspector técnico D. Andrés
Ferreyra.
La comisión después de un prolijo estudio, do todos los métodos prs-
-544-

sentados, dejó constatado qu~ el método del Sr. Ferreyra es el mejor


de cuantos se usan en nuestras escuelas.
Como todo lo bueno se abre camino, felicitamos al autor y á la co-
misión revisora porque ha sabido elejir lo que mas conviene para las
escuelas.
Congreso Pedagógico.- Seagita la idea entre alguno~>
miembros distinguidos del profesoradu argentino, de la formación de
un congreso pedagógico eminentemente popular. La idea es por demás
plausible, máxime si se tiene en cuenta que .e n él se escluye por com-
pleto la acción oficial, en estos casos ineficaz, porque no siempre sus
resoluciones consultan la opinión general de los entendidos.
Las bas~s de este gran congreso que en oportunidad daremos á co-
nocer son esencialmente prácticas y versarán sobre tópicos de actualidad
encausando las aspiraciones de los qu'3 con verdadero entusiasmo se de-
dican á la enseflanza en general.
Entre sus iniciadores se nombran al Dr. Zubiaur, Juan A. Garcia,
Suarez, F. Ferreyra, Dr. Montes, Kratsentein, Fittz Simón y otros pro-
fesores distinguidos cuyos antecedentes profesionales son una garantía
más del éxito que obtendrán.
LA REVISTA PEDAGÓGICA ARGENTIN.\f baciénd.•se intérprete de tan
laudable pensamiento, pone desde ya sus columnas al servicio de la idea,
Y. tendrá sus lectores al corriente de todo lo que al respecto se rela-
cione.
·viaje de i:nstrucció:n-El ConcejeNacionalde Educacion
ha dispuesto que el Inspector General Dn. Eleodoro Calderón se tras-
lade á las provincias deJa Rioja y Catamarca , con el objeto de constatar
la situación de esas provincias en lo que á la educación se refiere.
Ll_eva ins~rucio~es reservadas que suponemos s_e an tendentes á g~~;­
rantJzar la mversión de los tondos con que el gobierno general contn-
buye para el fomento de la instrucción pública. Mientras dure su au-
sencia, el· mismo Concejo ha dispuesto que lo reemplace en sus funciones
el Iuspector Nacional D. Luis Suarez.
"LaEducacló:n .. ylaEscuelaNormaldeVa-
ro:nes de la capltal.-Quien baya leído asiduamente todos
los números del periódico pedagógico, tituiado "La Educación" habrá
podido notar que por sus páginas ha circulado siempre un espíritu dt~
abierta hostilidad hacia la Escuela Normal de Varones de la capital. En
efecto, sus dos últimos Didectores, el Sr. Van Gelderen y el Dr. Legui-
zamÓ111 han sido, sobretodo el primero, blanco de repetidos y virulentos
ataques, más ó ménos encubiertos; su pesonal docente no ha escapado á
ellos y, lo que es peor, han sido comprendidos en la excomunión mayor,
sns mismos alumnos, es decir, los profesores normales que se han for-
mado en aquel Instituto de educación.
Consecuente con esta tradJCión, interrumpido á trechos (ya diremos
por qué) el número último de "La Educación", trae un suelto en el 9.ue se
hacen los más graves cargos cont.ra el actual Director de la desdichada
escue!a, ca~ificándolo de nulo y de politíquista incondicional así como ~ ~u
a11terwr Director, el Sr. Van Gelderen á quien trata de nulo tamb1en ,
para probar lo cual afirma que la E~cuela ha dado siempre menguados
resultados.
Sólo en cierta ocasión el citado periódico dejó de hablar mal d, la
Es?uela_. Era allá por el año 1886. Rabia sido nombrado prote~or de
Ar1tJn6t1ca en la desgraciada Escnela el jóven Dr. D. José B. Zub1aur y
-545-

como era natural, "La Educación" no sólo suspendió sus ataques contra
la expresada escuela sino que el mismo Dr. Zubiaur rindió pleito home-
naje á aquella direccié>n tan ultrajada y vilipendiada hoy.
Siguiendo nuestrR. narración, diremus á nuestros lectores que el doc-
tor Zubiaur, daba también su clase de Aritmética con el libro delante,
(detalle sin importancia), que no supo ó no pudo hacerse querer de los
alumnos, los que le tenían franca antipatía y lo conocían con el apod0
de "Rápido" porque el Sr. De Zubiaur se reducía á decir en clase:
''Rápido, rápido" probablemente porque creería que en la rapidez estril-a
la ciencia de la Aritmética. Los continuos via.;es de inspec·~ión que el
Dr. Zubiaur, por razón de su empleo, se veía obiigado á hacer le pusieron
en el caso de faltar á sus clases . con harta frecuencia, y el entonces Di-
recto Sr. Van Gelderen, en mérito de esta razón solicitó y obtuvo del
Ministerio la separación del Dr. Zubiaur del puesto de Profeo;;or de
Aritmética.
Consecuencia lógica: "La Edu \ación·' decla,.ó guerra a muerte á la Es-
cuela Normal de Varones de la capital.
La misma razón existen hoy: el Dr. Zub.i aur era enemigo personal del
Dr. Leguizamón, desde mucho antes de ser éste Director de la Escuela
Normal.
Respecto á lo de menguaclos resultados que ha dado la Escuela, si
con esto se ha querido significar que los profesores normales salidos de
de ella no sirven, ó no han dado res.ultado, francamente es algo que 110
merece contestación. La misma "Edncallión" ha tributado á algunos de
e~os profesores los elojios más grandes que ellos hayan recibido y por
otra parte, aunque asi no hubiera sucedido, no b.\sta la opinión individual
de nuestro pétit Boulanger pedagógico para que la afirmación valga como
verdad.
Fmalmente, resumiendo, diremos: 1° que no ha sido nuestro propó-
sito de (ender al señor doctor Leguizamón, á quién ni siquiera conocemos.
2o que el señor Van Gelderen valía y vale mucho más de lo que creen
ciertas gentes y 3• que si hemos contestado á la "Educación" hn. sido
solamente para reírnos cultamente de aquello de menguados t·esultados.
Escuelas públicas de la Capital.-Durante el pa-
sado mes funcionaron en la Capital federal136 escuelas públicas de las
cuales 30 son graduadas, 71 elementales, 23 infantiles, 7 nocturnas, 3
militares y 2 correccionales.
El personal docente €'stuvo representado por 823 maestros: 642 mn-
jeres y 18:;_ varones.
~l número de alumnos mscriptos fué de 30745: varones 15186 y 11559
muJeres.
La asistencia media alcanzó á 22986 alumnos.
La suma invertida en el sustenimiento de las e.>cuelas fué de $
101.925-60 di vi rUdos en esta forma: sueldo de maestros 87370, alquileres
11620 y gastos varios \::925-60.
Escuelas correccionales-Dice "El Boletín de la S ,·
ciedad Protectora de la Infancia" de Madrid, que hay en N Llt~Va York un
edificio destinado para recibir á los niños incQrregibl~s, en donde se
procura encaminarlos á la virtud acosttlmbrándolos al trabajo, y some-
tiéndolos á un género de vida sabio y arreglado.
Al prrsente se cuentan cnarenta niñas y ·.iento veinte muchn.chos en
el expresado establecimiento: e.;tos últimos CLllti van por sí miswos en
un gt:an jardín, los vegetales que sirven para su alime11to, y habitan' en
cuartttos separados, que se vigilan con el mayor cuidado. Veiutidnco
-546
hacen zavatos: tienen un chelín diario de jornal durante el primer afio!
y 18 pemques durante el segundo. Olros veinticinco niños aprenden el
oficio de tejedores, y uno de est0s está encargado de cocer el pan para
todo el establecimiento. Trabajan nueve horas diarias.
Las niñas están en otra habitación separada. Unas se ocupan en co·
ser, otras en las cocinas, y otras, &n fin, en varias labores propias de su
sexo: siendo de advertir que todos los muebles que adornan su celda
son obra de sus propias manos, excepto unas cartas geográficas, que las
explican los maestros en sus 'uoras de estudio.
Lo bien cimentado que se halla dicho establecimiento ha llamado
extraorrlinanamente la atención de todos los viageros.
Los efectos que produce y ha producido son maravillosos; y tanto,
que millares de padres de familia bendic'=!n al Gobierno que de hijos
indómitos y que los hubieran deshonrado, les procuran dulces y tiernos
vástagos que colman las dichas paternales, siendo el apoyo de sus ta-
milias y súbditos útiles al E!ltado.
Muy conveniente seria que se imitase entre nosotros la creación de un
establecimiento semejante donde se pudieran regenerar cientos de cria-
turas que vagan por nuestras calles, aprendiendo todas las picardfas po-
sibles y preparándose un porvenir bien tnste por cierto.
Apuntamos la idea sin pe1:juicio de volver á ocuparnos de este asunto
con mayor extensión.
Cambios de domicilio -Se suplic>~. á los señores socios
del cCentro Unión de Normalistas», que cuando cambien de domicilio
se sirvan comunicarlo á la Secretaria, Rivadavia 2612.
El Seoretario.
Igual pedido hace nuestro administrador a los suscritores de la "Re-
vista", debiendo P.Stos hacerlo á la calle Rodríguez Peña 747, para evitar
extrav!os del periódico,
Nuevo s s o cios . r-Han entrado á formar parte del <<Centro
Unión de Normalistas>> los siguientes señores: August•> F. Argaño, Félix
F . Gonzalez Faustino Palavecino, Camilo Salinas, José Bianco, Se-
bastián A. Vera, Luis J . Duclós , Manuel S. E scobar, Alejandro Russo,
Francisco Romay, Gustavo Ferrari, Enrique Codino y Victor M. Herrera.
o o :nt rastes.-Recomendamos la lectura del siguiente tele-
grama:
"Villa de Mercedes (San Luis) Setiem!>re 29. - Las escuelas fiscales se
siguen cerrando en las campañas.
No se paga á los maestro&, á algunos de los cuales se les adeuda un
año de sueldos.
Al mismo tiempo el gobierno de la provicia acaba de donar al Club
Social de Sa'l Luis, la suma de diez rnil pesos para sostener el teatro
anexo al euificio de ese centro. "
En este caso lJUelgan los comentarios.
Disposición acertada. - De tal puede calificarse la orden
pasada por el señor Gete de Policía á todos los comisarios , disponiendo
qua establezcan vigilanr\ia en las escuelas á la hora de salida de las cla·
ses, á fin de evitar '1 u e se estacio:Gen allí comerciantes que vendan á
los niños pastas y dulces nocivos Á. la salud.
Esta disposición evitará las aglomeraciones de niños en las esquinas
y el que ingieran en sus estómagos los llamados helados que comienzan
á vendPrse en nuestras calles al empezar la época de los calores en de-
trimento de la salud de los niños.
- rw7 -
BÍblioteca nacional. --Intorme oficial del director de esta
establecimiento, hace saber que durante el pasado mes de Setiembre
fueron consultadas 1132 de obra:;: de derecho, ciencias, historia, litera-
rat.ura, por 612 argeutinos y 434 extrageros.
Por compra adquirió la biblioteca, en el mismo mes 163 obras, 34 vo-
lúmenes, 308 entregas sueltas; y por donación 122 obras, 64 volúmes y
109 entregas.
En la secri0n de depósito, cange y reparto de publicacionEIS 1 había
una existencia de 176.616 piezas el día 30 de Setiea.bre.
Visita de lnspección..-El Ministro de Justicia Culto é
Instrucción Pública, ha dispuesto que el inspector de secClÓn D. José_B.
Zubiaur se traslade á la provincia de 'rucurnán con el objeto de ver1fi-
car las denuncias que un diario, de esa localidad hiciera respecto de la.
Escuela Normal de maestros de esa provincia.
Las imputaciones que se hacen por dicho suelto parecen de cará.cter
g1·nve, por cuanto el Director ha resuelto acusar al diario alu-
did0.
san Luis. -Los vecinos más caractériz¡¡,dos de la provincia de
San Luis, se ha dirigido al Mi.nisterio de Instrucción Pública pidiendo
la exoneración del1·ector del Colegio Nacional de esa.
Los peticionantes fundan su pedido, un la falta de preparación de di-
cho señor para. el desqmpeño de dicho cargo, y la de padecer de una en-
termedad que 1., inhabilita para presentarse en público.
El ministerio respectivo ha dispuesto que el Dr. Zubiaur á su regreso
de Tucumán se dirija á esa provincia á fin de constatar la exactitud de
lo aseverado por los peticionantes.
Separaclones.--A pedido del director de la escuela normal
de Río IV, han sido separados de sus puestos los protesores de Idiona
Nacional, Historia y Gegrafia Argentina.
Las causas que han motivado esta medida es la falta de competencia
para el desempeño de dichos cargos.
Escuela Normal de profesores. --El Inspector se-
ñot· Suarez, ha sido encargado por el Ministro de instrucción pública,
para que practique una prolija visita de inspección en la escuela Normal
de protesores de la capital.
El móvil que ha inducido al Sr. Ministro al tomar esta resolusión ha
sido las denuncias que recibió de parte de algunos profesores que se
guejan de la falta de disciplina de dicuo establecimiento como también
de abusos y concesiones r.speciales que decían muy poco en favor de
dicho instituto.
Literatura americana.-Hemos recibido un folleto de
unas 36 páginas conteniendo la notable conferencia sobre Literatura
americana dada á los socios del centro literario "Cast.ro B ... rros" de In
Rioja en la noche del20 de Julio último por el dü,tinguido escritor se-
ñor Pedro Delheye.
El trabajo que nos ocupa honra ,~¡ nombre de su autor por lo bien me-
ditado y lo galano de su estilo.
c:árlos L. Massa.-Este jóven é inteligente profesor normal
acaba de ser nombrado Inspector en comisión por el Consejo General de
Educación de la Provincia de Buenos Aires.
La Dirección de Escuelas ha hecho una elección oportuna en el com-
pafiero á quien enviamos nuestro parabién' y le deseamos el mayor
acierto en su nelicada misión.
.- 548-

subvención nacional á las escuelas.-En 21 de


Mayo del corriente año el P. E. acordó reducir á la mitad la subven-
ción nacional destinada al desenvolvimiento de la educación en las pro-
vincias.
Volviendo sobre ese acuerdo el gobierno nacional ha resuelto que la
disminución sea sólo de una cuarta parte, dando así 25,000 ps. más cada
mes á contar desde Abril último.
La cant,idad votada era de 100 . 000 ps. mensuales, que quedaron redu-
cidos á 50.000 y que ahora se elevan á 75.000 en virtud del último
acuerdo á que nos referimos.
Este aumento en los nueve meses del año desde Abril hasta Diciem-
bre inclusive se eleva á 225.000 ps.
Esta suma será distribuida proporcionalmente por el Consejo nacio11al
de educación á las provincias, destinándose principalmente la parte C!•r-
respondiente á cada una, como obra de patriotismo, al pago de los suel-
dos de los maestros y á los útiles para los niños pobres, suspendiendo la
construcción de edificios escolares hasta que mejoren las condiciones
generales del país y el momento sea más oportuno.
El Consejo nacional dl' educación, de a:-uerdo non lo aconsejado por
la comisión de hacienda, ha resuelto distribuir los 225.000 ps. acordados
por el P. E . para subvención escolar, en la forma siguiente:
B~enos Aires, provincia, ps. 33. 00(1: Entre Rios, 15.000; Córdoba, 19,000;
Cornentes, 15.000: Santa Fé, 16.000: Tucumán, 16.500; Salta, 15.000;
Mendoza, 13.000; San Juan, 13.000; Catamarca, 2.500; San Luis, 13.000;
.Jujuy, 7.500; La Rioja, 7.500 y colonias 15.000.
La referida comisión al terminar su informe, manifiesta que nunca
como ahora ha sido tan necesario prestar concurso á las ~rovincias,
pues su crítica situación económica hace peligrar hasta la existencia de
sus escuelas, por ~uya razón no se ha vacila::lo en excluir á la capital
de los beneficios con que la ley le ha favo recido anteriormente.
Monumento á Pestalozzi.-Eidía 5 deJuliofué inau-
gurado en !verdón (Suiza), el monumento conmemorativo erigido al
apóstol de la moderna Pedagogía, al inmortal Pestalozzi.
Sobre un sencillo pedestal se levanta en pié la estátna del gran educa-
dor, teniendo á sus lados un niño y una niña, á los cuales simula con
una mano que los está acariciando, en tanto que con la otra parece se
halla en actitud de instruil·les.
A juzgar por lo que dicen los que han tenido el gu~to de admirar un
fotograbado del monumento, así en su posición, como en su ademán y
en su mirada, no parece sinó que la estátua del sabio educador revela
la actitud del verdadero Maestro, que tan bien supo hermanar en la en-
señanza la instrucción con la ternura.
conferencias pedagógicas.-Han quedado ya clan·
suradas las conferencias pedagógicas práct.icas del corriente año. En
un0 de los números próximos de la REVJSTA daremos á nuestros lectores
un resúmen y estudio crítico de las lecciones dadas.
Sólo debemos lamentar que muchos maestros, olvidando el beneficio
que estas conferencias les reportan directamente, dejen de concurrir á
el!as, c0nfiados quizás en que ni se les llegará á amonestar.
El Consejo N. de Educación interesado en que estas conferencias sur-
tan al efecto para que fueran instituidas, debe, en lo sucesivo, ser ine-
xorable en la aplicación del Reglamento, si no desea que llegue el caso
de qul' sólo el conferenciante y una media docena de maestros de buena
voluntad asistan á ellas.
Creemos también que los directores y directoras debieran ser los pri-
Jlleros en dar el buen ejemplo á sus subalternos.
'
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÓRGANO DEL CENTRO UNIÓN DE NORMALISTAS.

Año III. Diciembre 1890. Núm. XXVI.

DIRECTOR:

Oratoria y Elocuencia Escolar.

( ve·ase el N° 23.)

u.

No es orador el que más habla, sino el que mejor expone y


razona: el que más poseo el arte de conmover y hacer decidir
:a voluntad; el que lleva raudales de luz á la inteligencia y con-
vencimiento pleno á · la razón, la hermosa brújula de la nave
humana.
Para nosotros, el orador escolar necesita tres cualidades salien-
tes, además de todos los otros dones del arte, tres cualidaries
que, pedagógicamente, son siempre indispensables: la no decir
ni más ni menos de lo que corresponde decir; 2a no ser dema-
siado extenso r.i demasiado breve; 3" no hablar lenta ni preci-
pitadamente, ni muy bajo, ni muy alto.
No decú· ni más nz' menos-Maestros hay, llenos de vida y en-
tusiasmo. que sienten el generoso calor de las ideas; pero que, al
dar sus clases, al entrar de lleno en las explicaciones, al tratar de
dilucidar un ejercicio ó problema, se olvidan de los cortos alcances
de su auditol'io, toman dP.masiado vuelo, se dejan ar1·ebatar de la
01'aloria, no sintetizan ó concretan la noción que tratan de tt·as-
mitir, divagan sin tón ni són, y h::.sta se pierden en uu laberinto
de ampliacio:-es y estériles pleonasmos. Parece como que les de-
vora la dentera de explicar, aunque en r ealidad poco es lo que ex-
plican, el afán de ser claros y evidentes, y lo que consiguen es
-550-

aturdir á sus discípulos y hacee que éstos S6 confundan en sus res-


puestas. Los maestros dJ esta esp~cie se interru rnpJn á si mismos
ó interrumpen á su;; oyentes, h'icen pregunta;; qu~ddjan si'l con -
t 3Stación, pasan de un pen ;;amiento á otro con bru 5q•BJa 1, y,
por último, abu5an extraor.linariam ~nte de la p dabra. E5ta falta
de reposo, de orc! ,m, de método, d ~ lógica, da c,tsi siemprd por re-
sultado poco aprovechamiento en los niños y cansancio y fas·
tidio en el maestro.-E,;te es el tipo de los que dicen más.
Los que dicen m nos son aqu~llos d~ al •na Ma, apoc•tdos y pe-
r·ezosos, que se limitan por lo común, á lo q•1e trae el telCtO, ó que,
cuando más, hacen una débil elCplicación del punto que se cues -
tiona, y quedan tranquilos y sati ... fechos. Preguntan muy poco,
dan como cosa hecha que los niños han compl"endido y saben las
lecciones, dejan á medi~:~.s tolos lo~ punto;; ó tratados y su elo -
cuencia se reduce á formular ligeras y vagas íntert·ogaciones,
sin pl ,m alguno, cediendo, casi siempre, á la primera resisten-
cia ó vacilación del joven alumno.
Ni demasiado extens9 ni demasiado b1·eve.- Este que podríamos
ll amar afvrisntO 6$COiar, es como una consecuencia del a n-
terior.
El profesor que ad1}11iere el hábito de ser intt~rminable y difuso
en sus explicaciones; que quiere presentar el más ligt:Jro conoci-
miemo de varias maneras distintas, enlazandolo indebidamente
con otros; ó que se vale de preguntas oscuras ó ambiguas, pre-
sentando las ideas sin concierto ni ilación, y aún muchas veces
por medio de acertijos y de inadecuados g•·a.cejos, el profeso¡•
que da mil rod dos eu tl) rno de la verdad, hab)ando y más hablan-
do, p .ro que no logra presentarla pura y brillante á los espíri-
tus de lo;; alumnos, ese puede decirse que pierde su tiempo.
Sólo hay uno que puerltl rivalizar con él en desacierto pedagó-
gico y es el m te.,tro lacónico y cas i mudo, que en la mayoría
de los ejercicios permanece silencioso mientras escriben ó leen
ó reRuelven problemas de Aritm etica, el~ Gt·amática, etc., los ni-
ños de la clase. Maestrns h emos conocido que de los cuatro
cuartos de hora que, por lo regular, d.1ra una clase, gastan uno
en mit·ar para los a lumnos, ó e n hacer preguntág oficiosa.;; dos
en tomar las leccion es mecánicam~nte ó por medio de monitores
y otro en plantear el ejercicio, ó en vaguedades que son comple-
tamente ineficaces pa1'a la enseñanza. Los maflstros tardos y
perezosos que no hablan porque no quieren ó porque no pueden,
causan en verdad más d tños que beneAcios.
No habla~· lenta ni precipitadamente, ni muy bajo nt muy
alto.-La sola enum~ración de este precepto que nos sugiere la
experiencia, basta para que se comprenda lcls dflfectos que está
llamado á co¡·¡·egir. Los hombres que se escuchan al hablar, 6
que con estudiada lentitud omiten sus pensamientos, tal vez con
ánimo de echarla de graves ó sabihondos, no pueden ser de
modo alguno a.gt·adables y simpáticos á los niños; corno tampoco
lo se1·án los que tienen hábito de expresarse con precipitación.
-551-

A estos tales á penas se les entiende; no dejan lugar á la re-


flexión, ni tiempo á que la débil inteligen~ia se posesione de los
puntos de la lección que se explica, y hasta llegan á producir,
sin causa justificada, el cansancio intelectual, desgracia de las
mayores que pueden suceder en una clase.
Los que hablan muy bajo, no sólo privan á muchos niños de
oír las enseñanzas ó disertaciones, sino que hialan por decirlo
así, pues matan en ellos esr, templado calor, esa ingénua y natu-
ral vivacidad, ese entusiasmo noble y sostenido que debe reinar
en las clases de lo,s que son en realidad y saben ser maestros de
ascuela.
Aquellos que llenan la escuela con el torrente de su voz; que
gritan para dictar sus órdenes y que en las mismas tésis ó ejer-
cicios escolares elevan demasiado la voz, sobre l>acer un gasto
inútil, .:¡ue pronto tendrán que lamentar, turban con sus ímpetus
á los tímidos y atol ondrados (que no son tan pocos en las aulas
primarias) y concluyen por enronquecer ó cansarse pronto de
hablar.
En todos los casos que presentamos el acierto se halla no fln
los extremos, sino en aquel que designaba el filósofo griego á la
virtud: en el medio.
RonOLFO MENÉNDEz.

Conferencias Práeticas.

Ser . PERÍODO.

Las reuniones de maestros que ti enen pot• objeto presenciar la;;


lecciones modelos dadas por algunos de ellos se han clausurado
ya, y, lo diré con toda · franquE-za , no estoy del todo satisfecho
con los resultados obtenidos, por lo cual me permito lanzar una
id ea ¡¡u e, por lo atrevida, tal vez no encuentre la acogida gene-
r a l; pero que no de¡a rá de ser patrocinada por buenos maestros,
y esto me comu ela y me bas ta por ahora. La elección del temfl.
y de las personas qu e ha de tratarlo, formará la parte esencial
de la idea qu e pi enso desarrollar.
Según el Reglamento de ccnferencias, el Presidente designará
el maestro que ha de disertar en la próxima ¡:;esión, pudieudo
éste fijar el asunto sobre que ha de versar su lección. Ahora
-552-

bien, la experiencia se ha. encargado de enseñarnos que tal mane-


ra de proceder da origen á dos grandes inconvenientes que paso
á señalar.
1°. Sabido es que en los grados infantiles (1° y 2° especialmen-
te) las lecciones son dadas personal m en te por el maestro, y para que
éstas llenan los req1titos dt~: (a) ser interesante, (b) nwlizar un
plnn p1·econcebido, (e) ser dada con intetigen ia, y (d) tene1·
p1·incipio, medio y fin, etc., etc., s e requiere no ¡;:oJamente tener
una pr·t•paración gener·al, sino también una especial, diaria y
constante, lo cual óemunda tiempo y paciencia. No sucede lo
misrnv en los g•·ados superiores, doude los niños tienen un texto
para consulta•· J aprend ·r las materias del programa, ahorrando
al maestro la mitad por lo menos del trab>ljo. D" aquí r·esulta
el que se dá prefet·encia á los asuntos que son del dominio de es-
tos grados, tratándoo:e muy de tarde en tar·de algunos ya cono-
cidos y que no permita mncha dificultad para su desenvolvi-
miento en los inferiores. Dicha afir·mación no pu ede en manera
alguna ser· tratarla de g1·aturta; ape lo al testimonio de los re•ú··
m•mes que se pas>~.n por las diftlrflnt es s ecciones de conferencias;
ábrase el Monitor donde ellas están contenidas y se verá la ver-
dad de lo afirmado. Y si tlsto es asi, se viene á deducir esta
consecu ~_ncia lógica: que poco 6 nada adelantaremus en el
sentido de mejorar nuestras con liciones pedagógicas y que perde-
mos lastimosamente el tiempo en tales reuniones.
2°. Es tamb .én de práctica, y está muy pu esto en razón,
que persona ya designada para dar una lección, no lo sea F-egun-
da vez hasta da1· ta vuelta, es decir, mientras no do-ln su confe-
t•encia todus lo;; circunstantes; con esto se encuentra uno eximido
de tal car·ga y libre por mucho tiempo (2 ó 3 años) de ni siquie-
ra preparar la lección que no le ha stdo encomendada, y su pa-
pel se reduce á ser mero espectador·; no puede por lo tanto dar-
se cuenta dtl las buenas ó m1~la» condiciones de la lección que se
está d~ndo. De aqul el que se note el más completo mutismo
en la mayoría de los casos: de aquí el que se aprueben sin ob-
servación alguna las lecciones llamadas modelos, porque á todas
luces parecen bien dadas, y en tal sentido no deben ser critica-
das, como si la crítica no comprendiera tanto los buenos como
los malos éxitos alcanzados por el conferenciante. La lección ha
sido bien dada ¿pot· qué1-Ha estado mal dada ¿por qué1-Ha te-
Gido sus partes buenas y malas ¿por que1 P0ro esto no puede
tenar lugar, cuando el tema no ha sido preparado por todos los
concurren tes .
Los inconvenientes apuntados podrían salvat·se con la siguien-
te medida salvadora: «que el presidente designe el tema que
ha de !'ler asunto de la conferencia próxima; y que llegado el
acto invite á uno ele los pl'esentes para que dé la lección». Los
ternas elegidos debe n versar por lo geuera.l (lo dice el R .:glamen-
to ), sobre los grados in fa nttles, y en la escuela, sitio de reu-
nión, estarán colocados los cuadros, mapas y útiles de que el
- 553

maestro pueda echar mn.no, como también los niños del . grado
en que debe darse la conferencia. Con esto se conseguirá:
1°.-Que todos ~e encuentren preparados y dispuestos para
dar las conferencias.
~ 0 .-Que reine aquella animación conveniente en las observa-
ciones y discusiones á que dé lugar la marcha de la lección.
3°.-Que se destierre _para siempre ese recelo infundado que
tenemo.;; para de,empeñar semejante acto, convirtiéndolo en la
cosa más natural y fácil de ll e var á cabo, máxime tratándose de
persona'> que diariamente tienen. la oportunidad de dar tales lec-
ciones.
No desconozco ctue la presente opinión, si hubiera de llevarse á
la práctica, import¡.ría una r·eforma al Reglamento. Sin embar-
go, si ella tomara cuerpo, si los maestros mas caracterizados la
prohijaran, si n lgu nos consejos escolares la propusieran á la.
Corporación Nacional, no dudo que ésta animada como S!' halla
de la mejor voluntad p&ra todo lo que impo1ta una iniciativa de
progreso respecto á la 1•ducación, ordenarli la reforma de ese ar-
1 ículo, introduciendo así una mPjora en la marchf\ de nu estras con-
fer encias. -Pero si, lo que es probable, estuviese equivocarlo, si
se adujeran razones que pusieran de relieve los inconveniente"
que res ultarían de poner en práctica semejante innuvación, se1·é
el primero en confesarme destituído de sentido común y ped1ré que
se tenga por no escritas estas líneas, puesto que ellas sólo ha-
brán servido para poner de manifiesto la sin razón de la mejora
proyectada.
UN CONFERENCIANTE

COLEGIOS PARTICULARES.
La Comisión encargada de rt>cibir los exámenes de los alumnos
libres que desean ingresar al Colegio N<~cional, ha terminado su
co metido, elevando á la superioridad el cuadro demostrativo del
resultado de dicho acto.
Por él se nota1 á que de 105 que se presentaron á ex!'lm!'n, sólo
han !;ido aprobados 43; procedienrlo la mesa con la benignidad que
en estos casos se impone, tratándose de niños que se educan en
las escuelas particulares, donde como se sabe, la preparación qu e
reciben es incompleta, debido á que ~~n ellos se alberg.otn las prác-
ticas viciosas y resabios de la escuela antigua. Del resultado
general de las pruebas rendidas, se ha podido co¡¡statar, desde lue-
go, que la enseñanza que en ellos se da, no responde en manera
alguna al objeto y propósitos de la instrucción primaria. ·
- 554-

Se ha notado, no sin sorpresa, que los aspirantes desconocían


de una manera lastimosa los conocimientos indispensable'> de His-
toria y Ge0grafíaArgentina, como también la Instrucción Cívica,
baRe indispensable para. caracterizar nuestt·a escuela y hacerla
virilmente naciOiftal. Lo que es peor, es que muchos de los alum-
nos presentados, tenían como infiltrado el espíritu y tendencias
de sus maestros, y no era de extraña_r q1~e esto sucediera, pues,
siendo la mayoría de ellos franceses, naltanos y espal1oles, lo pro-
Qio es q_ue enseñen Qreferentemente la Historia y Geografía de sus
respectivas namona\laaoes, s\n preocuparse ae enseñar~es con )a
detención que se requiere, los nombres de los que fundaron nues-
tra nacionalidad, único medio de dar á nuestra educación un
carácter nacional y adecuado á nuestras actuales nece~idades y
aspiraciones.
La causa de este proceder, como la de otras deficiencias que se
han podido notar, es óvbia, puesto que á menudo han creído que
educar á un niño, consiste en comunicarle ciet·ta cantidad de CO ··
nacimientos y hacerle concluir ciet·tos estudios. Considaran la
educación como el cultivo de las facultades intelectuales, descui-
dando las morales y muchas veces al pobre cue1·po. En una pala-
bra, trasmiten conocimientos, sin órden y medida, que los pobres
niilos no asimilan nacia, y estos cuando se trasmiten mal, lejos
de ser benéficos se con vierten en terrible tóxico que concluye por
acobardar la mente mejor dispuesta. . ·
El estado 11ducacional de nuestras escuelas particulares deja
mucho que desear y n!l.da. vale, por cuanto que, e.ntre los encarga·
dos de defundirla, se encuentran maestros Je muy diversas apti-
tudes. «La enseñanza particular, ha dicho un distinguido escri-
tor, ha sido hasta ahora, la playa más ó menos hospitalaria don-
de los náufragos de la existencia, levantan su tienda de un día, su
abrigo provisol'io.»
«Comerciantes, marinos, agricultores, literatos y artesanos,
aceptan esta posición modesta y transitoria, como se refugia uno
en el primer zaguán durante el aguacero». Tal es la situación de
nuestras escuelas particulares, sus director9s no conocen el arte de
enseñar, indisp~nsable requisito del buen maestro, y mur.hos la
elijen para abrirse paso en el mundo, y si tienen cierto capricho
natural, recorren su carrera á tientas, por conjetura, por instin-
to dando mil tropiezos, hasta que se hacen maestros sin darse
cuenta ni saber cómo.
Librar á esta incertidumbre, la educación de nuestros hijos,
sabiendo que la escuela común es la llamada á formar el buen
ciudadano, es cosa que no s~justifica, y que el C. Niicional debe
tomar fl.lguna intervención para impedir que la mitad de nuestra
Rociedarl s~a defraudada en sus más !egí,imos intf'lreses, cual es la
educación d e sus hiJOS. Aparte de esta defraudación co11scieute,
se agrega otl'a no menos peligrosa, como la de tener á esos po-
bres niños en locales anti-higiénicos. La especulación los lleva
-· 555-

hasta el extremo de sacraficar la s:.lud del niño en obsequio de su


insaciable ambición.
El Consejo Nacional que tan buenos propósitos tiene, d~be orde-
nar de, de luego que se practique u"Ja prolija visita de inspección,
que dé por resultado, por lo menos, de que se mE'joren los locales,
pues es no1orio, y e~e H. Consejo conoce, que hay escu elas par-
ticulares cuyos ~alonPs de <Jiase son cuartos de madera insalu-
bres, exr,uestos á IJs rayos de l sol, lo que no deja de ser un peli ·
gro en las actuales circunstancias y lo avanzado de la estación.

CONSIDERACIONES
SOBRE EL MÉTODO PARA ENSEÑAR LOS PRINCIPIOS DE LAS MATEMÁ:rr-
CAS Y DEL DIBUJO.

Es indiscutible que una de las propiedades con las cuales los


cuerpos son concebidos por nuestr'os sentidos, es la forma, es decir,
la cantidad de espacio quP ellos ocupan, determinada por sus Um·i -
tes, qur1 constituyen sus dimensiones. ·
El estudio que tiene por objeto tal especia de cantidad, se llama
ciencia matemática y el modo con que se llega á determinar la
relación entre la dimensión y la propia unidad, se llama medir.
La forma de un cuerpo resulta de la agregación de las JJ'oléculas
de la materia; pues, mientras que las Matem:Hicas indican el modo
más conveniente para determinar la relación entre la multiplicidad
y su uno; E'l Cálculo, prár.ticllmente, se ocupa en proporcionarnos
el conocimie11to claro y concreto de aquella relación:
Por lo dicho, se entiende cómo la Aritmética forma parte integro.!
de las Matemáticas.
La agregación de las moléculas de la materia sucede por leyes
naturales, eternas, é invariable!', cuyc• estudio es el objeto de una
ciencia e~peci11l 1 llamada Física (Physis, naturaleza), y por conse-
cuencia, la ciencia que se ocupa de las formas y de las dimensiones
de los cue1·pos, se relaciona con la~ ciencias tísicas, que dtlterminan
las leyes cou las cuales cada cuerpo de la naturaleza asume su
forma.
El domi11io d las Matemáticas es inflnito: esta disciplina es el
fundamento de cualquiera ciencia, la que, por medio de un justo
encadenamiento de deducciones, descubre grandes verdades con
respecto al mundo de los sentidos, de] cual el matemático debe abs-
traene y vagar con su mente en el vasto campo de bUS propias espe·
culaciones científicas, y considerar los cuerpos en su sér real. Lo
-556-

que evidencia cuanto el estudio de l:ts Matemáticas es difícil para


la niñez; pues, para allanar las dificultades que ésta puede enron-
trar, es absolutamente necesario recurrir á una escrupuiosa tempe -
rancia entre la cantidad y calidad de los conocimientos dados al
niño, y sobre el método empleado para comunicárselos.
Enrique Pestalozzi, llamado el Padre de la Pedagogía moderna .
habiendo señalado por fundamento de la educación el desarrollo
natural y armónico de las actividades humanas, produjo aquella
revolución en el campo de la enseñanza primaria, q uu con razón
debia abatir todo formalismo, para sustituir la actividad psíquica
del niño, sín embargo, el mismo Pestalozzi no supo obs'lrvar en la
práctica de su sistema, la rigorosa temperancia con respecto á lo s
conocimientos de las Matemáticas, que quisiera enseñar á los
niños.
El mismo error se puede inculpar al fundador de los Jardines
de Infancia, Federiro Fro ebel, el que propone juegos en los cuales
predomina tanto el elemento do las Matemáticas, de causar una
disonancia en el desarrollo de las facultades psíquicas: discordan-
cia, que har~o influye en la form&.ción del carácter moral. Resulta
pues, que el método que ha de adoptarse para enseñar Jos princi-
pios de las Matemáticas á los niños es muy diferente del empleado
para los adultos Para los jóvenes el método debe ser deductivo y
analttico; para los niños intuitivo y sinte"tico: á aquellos se explic!\
la ciencia por la ciencia, á estos se necesita hablar por vía objetiva.
Si en cada disciplina es necesario muver por el ignoto al noto del
simple al compuesto, de la visión sensitiva á la visión pstquica, con
mayor razón es menester para enseñar los principios de las Mate -
máticas, los que aprendidos por vía llana y objetiva, fortalecen las
facultad razonable tfel niño, y lo preparan para el estudio especula-
tivo de la ciencia. Lo que explica como los nilios encuentren mu-
chas dificultades en el estudio de las matemáticas, y esto depende
por el método según el cual se guía á los alumnos en el camino de
las ciencias exactas. Hé ahí como á los jóvenes parezcan necesarios
mil años par& concluir el curso del Colegio Nadonal y sentir deseos
de mandar á paseo todos los libros de Matemáticas. ·
La voluntad, por principio sentado en Pedagogía, tiende á todo
lo que place: el placer, el ludus, es condición sine que non del
aprender, pues el provecho es nulo ó muy estéril cuando el niño se
ve precisado á adq uirír los conocimientos contrariamente A las leyes
eternas é invariables d& la naturaleza; cuando se ve precisado á
aprender ~in comprender, y á a¡:¡agar la propia actividad psíquica,
para dar lug-ar á un infecundo empirismo. Grabada en la mente
del nilio la imagen del objeto, examinarlo y conocido por medio de
la observación, es menester que el niño mismo aprenda á manifes-
tar aquella imagen con el auxilio de medíos sensibles, cuyo objeto
es el Dibujo.
El Dibujo es uno de los principales ramos de la enseñanza. ele-
mental: él exprPsa más que la palabra, porque represent~' la forma
material de que están costítuídos los varios objetos; y si para las
- 507 -

artes es indispensable la forma representativa, ésta es aún indis -


pensable para todas las ciencias que por medio de la imag-en mate -
rial pueden rendir más claras sus demostraciones . Luego, es
sumamente necesario r¡ue los niños aprendan el Dibujo, y se valg:;~n
de él para rendir permanentes las percepciones y crea.::iones de sus
me11tes.
Por este motivo, l~s Matemáticas no pueden sepa.rarse del Dibujo:
á las primeras pertenece el acto psíquico de la formación de la imágen
· del objeto, y al segundo el acto ejecutivo de representarlo con sig-
nos sensibles.
Las formas elementales, que más se encuentran en la superficifl
ue los currpos, son la curtdrangular y la circular; es necesario,
pues, dirijir al niño de modo que averigüe tales verdades con la ob -
servación de objetos diferentes y de forma simple y regular.
Con la ayuda de un papelito, sistema Froi:bel, se podrá hace1'
''prender intuitinmente el cuadrilátero- por el exámen de éste las
líneas rectas paralelas y los ángulos rectos.
El niño aprenderá á distinp-uir el rectahgulo y á representarlo
con el Dibujo. Y as\ continuando para las demás figuras geométri-
ras, el niño no solamente adquiere los principios de las Matemáti-
cas por vía intuitiva, sino por medio del Dibuju que facilita la edu-
cación estética de sus faeultades¡ ejerce una verdadera gimnasia
\ para la mano y el ojo; su trabajo será siempre agradable y se acos-
tumbra á la paciencia y á la atención continua que tanto contribu-
yen en la formación del carácter mor.al.
L. ZACCONE.
Rosario, Octubre 24 de 1890.

Or~anización de las Escuelas ~rimarias elementales de París.

París, Julio de 1890.


Sr. Pablo A. Pizzurno.
Buenos Aires.
Cumpliendo la promesa que hice á Vd. tengo el gusto de remitirte mi primet·
trabajo para su REVlSTA de la Enseñanza.

Leyes fundamentales.
La ensefianza en la ciudad de Pa:rís está sometida á las leyes funda-
mentales que rijen la instrucción pública en Francia.
Dos leyes fueron votadas en 16 d., Junio de i881: una de ellas deter-
mina. los títulos de capacidad exigidos á los institutora~ y suprime e~
- 55S-

privilegio por el cual los mien•bros de las congregaciones religiosas


eran dispensados de esos títulos; la otra establecía la gratuidad abso-
luta de la enseñanza publica primaria.
La ll'y de 28 de Marzo, de 1882 establece la instrucción obligatoria é
impone á las escuela::; públicas la neutrali dad en materia religi'JSa.
La enseñanza profesional fué admitida en nuestras escuelas por una
ley de fecha 11 de Dici embre de 1880; fué realmente organizada por la
ley de 30 de Octubre de 1886 que reglamentaba también la enseñanza
primaria superior.
Como estas dos clasee de enseñam:a preparan más bien para una pro-
fesión manual ó administrativa (bancos, comercio, etc.), no haremos más
que señalarlas sin entrar en el detalle de su orgapización.
La ley del 30 de Octubre, también había decretado la enseñanza laica,
en todas las escuelas públicas en el término de cinco años; la ciudad de
París no esperó esta ley para hacer laica su enseñanza: esta reforma
se introdujo desde hace unos diez años.

Categorías de las escuelas .


. Sin hablar de las escuelas profesionales cuyo número aumenta cada
año, la ciudad sostieue tres clases de establecimientos escolares:
lo Las EscUELAS MATERNALES para los pequeñuelos de dos á seis
años¡
2° Las EsCUELAS PRIMARIAS ELEMENTALES, para los niños de 6 á 13
años¡
So Las ESCUELAS PRIMA.RIAS SUPERIORES, que reciben desde la edad de
12 años, pero des¡•ués de haber~e presentado á concurso, á los mejores
alumnos de las Escuelas elementales.

Escuelas maternales .
Examinemos, ante todo, el rol de las Escuelas maternales. Estas
comprenden tres divisiones: la primera compuesta por niños á los que
se les inculca solamente bu enas costumbres; la segunda y la tercera
forman una clase miniatura: los ejercicios ct•rtos y variados se hacen
sobre lectura, dibujo, escritur:>., lenguaje enseñado por redtaciones y
lecciones sobre cosas usuales. Se cumple con su necesidad de movi-
miento por medio de trabajos de pli egue y de tejido hechos con la ayuda
del papel 6 de paja, y por medio de construcciones hechas, con los bas-
toncitos y los cubos.
Se agregan á estos algunos cantos fáciles y ejercicios gimnás-
ticos,
El objeto de la enseñanza es más bien de Rbrir la inteligencia y de
ejercitar la observaci,\n que de cargar la memoria con nociones vagas.
La educación moral tiene, naturalmente, el lugar de preferencia.
Estas escuelas están provis1as de un mobiliado especial y de útiles
complet.os: cartas geográficas, láminas representando hechos históricoR,
cuadros de historia naturRl, etc.
Las 430 maestras han s;do íorrnadas, en su mayor parte en un curso
normal; éste ha sido suprimido porque la Escuela Normal de Maestra s
de la Seine puede en Jo sucesivo proveer de maestras á las escuelas pri-
marias elementales y á las escuelas maternales; hay que observar que
los títulos de capacidad exigidos y los sueldos son idénticos.
-559-

El personal de las 123 escuelas maternales comprende 123 direct0ras


y 307 subdirectoras.
Las primeras están divididas en 4 clases á las que corresponden los
siguientes sueldos: 2750 francos; 3100 frs.; 3450 frs.; y 3800 f'rs.
Las sub ·ti rectoras están repartidas en 5 clases: 1500 ft· ., 1750 fr.,
2000 fr. 1 2250 fr. y 2500 fr.
Cada maestra vive en la escuela ó recibe una indemnizacUn; la direc-
tora Jecibe 800 frs., la subdirectora 600.
A estos establecimientos hay agregadas una ó varias mujeres de ser-
vicio encar5adas de la limpieza del local, de la ventilación de las clases
y de dar á los niño~ los cuidados de aseo neo ·esarios.
Los gastos anuales -para las eecuelas maternales ascienden á 3.600.000
francos lo que produce 133 frs. por alumno.
Hemos dicho ya, que estas escuelas son, sobretodo, escuelas de pri-
mem educación y Je iniciación.
Para suplir á los padres cuyo trabajo les obliga á ausentarse todo el día,
se reciben los niños desde las 6 y media de la mañana hasta las 6 de la
tarde en verano, durante el invierno se abren á las 7 y media.
Los únicos días de asueto son los domingos y días de fiesta.

Escuelas primarias elementales.


La escuela primaria es la continuación de la escu~:~la maternal; no
obs~ante, el1a debe poder iniciar en los elementos á los niños que no han
podido frecuentar la escuela maternal.
La enseñanza debe comprender el míaimun de conocimientos de los
cuales el niño tendrá necestdad en el medio social en que está destinado
á vivir.
Programa de la enseñanza.-Despu::s de la ley del28 de Marzo de 1882
que estableció la obligación y la neutralidad en mnteria religiosa, la en-
señanza primaria complende:
Instrucción moral y cívica.
Lectura y escritura.
Idioma nacio.aal, y elementos de literatura francesa.
Geografía, la de Francia particularmente.
Historia, particularmPnte la de Francia hasta nuestros días.
Algunas nociones usuales de derecho y de economía política.
Elementos de <'iencias naturales, físicas y matematicas; sus aplicacio-
nes á la agricultura, á la higiene, á las artes industriales, trabajos ma-
nuales y uso de los útiles de los principales oficios.
Elementos de dibujo, de modelaje y de música.
Gimnástica.
Ps.ra. los niños ejercicios militares.
Para las niñas trabajos de aguja.
Distribución de alumMs.-En cada escuela los alumnos están repar-
tidos en tres cursos: elemental, medio y superie>r; cada curso puede estar
dividido en much.ts clases si el número de alumnos así lo exige.
Un plan de estudios así como llD horario y direcciones pedagógicas,
aseguran á. la enseñanza de las escuelas de Paris unidad y carácter práctico.
El efectivo de las clases ha clisminuido mucho después de unos quince
años; el término medio de alumnos es actualmente de 50 á 60 tln cada
clase del curso elemental; de 40 á 50 en el curso medio y de 30 á 40 en
el superior.
-560-

Duración áe las clases.-El día escolar comprende dos clases de tres


horas cada una: la de mn.ñana de ocho y media á once y media, y la de
]a tard.1 de la una á las cuatro.
Clase det personat.-El personal de las escuelas elementales com-
prende:
1• Directores y directoras.
2• lnstitutores ayud1\nte<; é instit\ltoras ayudantes.
3• S•lplentes de ambos sexos para reemp lazante~ .
La ciudad de París sostiene 174 escuelas de niños y 194 de ni.ñas.
Además Je los directores y directora que se hallan al trente de cada
escuela, hay 1323 subpreceptores y 1311 sub preceptoras.
El personal actual ha s ido formado en las escuelas normales ó háse
preparado libremente; pero las escuelas normales d ~ la Seine podran eu
lo sucesivo responaer á todas las vacantes que se produzcan.
Los sueldos actuales fueron fijad(>s en 1882.
Anteriormente el aumento era acotdado cada tres años y no se dife-
r . nciaba asi ni se distinguía al profesor contraído y celoso de su deb er del
que era negligente. En 1882 se resolvió que el aumento sería por dere-
cho después de los tres años á los maestros más meritorios.
Los subpreceptores se dividen en cinco clases, á las cuales correspon-
den los siguientes sueldos:
8UBPREOEPTORES. SuBPREOEPTORAB.
5& Clase: 1800 frs. 1500 frs.
4& ¡, 2100 , 1750 ,
3a )) 2400 )> 2000 )>
2a )) 2700 )> 2250 }>
la }> 3000 » 2500 »
Además reciben anualmente 600 frs. pllrll indemnización de alo-
jamiento.
Los directores y directoras están clasificados en cuatro clases:
D!ll.ECToRES. DIRECTORAS.
4- Clase: 3300 fr8. 2750 frs .
3a >> 3700 '1> 3100 »
2& y, 4100 )) 3450 ))
¡a » 4500 » 3800 »
A falta de alojamiento en la misma escuela, los directol·es y directoras
reciben una subvención anual de 800 francos.
En cambio de las ventajas que la ciudad de París acuerda á su perso-
nal, le exige títulos serios de competencia y una real vocación profesional.
La mayor parte de los maestros poséen el Diploma superior que aees -
tigua Labnr hecho estudiog primarios serios . No obstante, ellos
.ce perfeccionan por medio de conferencias perlagógicas y el estudio de
las mejores obras de enseñanza que posée cada escuela.
Rol del Ditector. - Para hacer la acción del director más eficáz, se le
exime de dar clase: se consagra, pues, completamente á la vigi~ancia del
personal y de los alumnos.
El rol del director ó de la directora consiste en a~egurar la unidad
en la enseñanza: velan por la ejecución de los programas, exigen el res-
pectivo empleo del tiempo fijado é indican el empleo de los mejoro:ls mé-
todo¡;¡ para los diversos ramos de la enseñanza.
Para dirigir a sus subalternos, los directores asisten á las lecciones
dadas en clase: de este modo punden dar consejos ó dar ellos mismos
-561-

lecciones modelos; re1nen también su personal con el objeto de ca mbiar


ideas sobre la disciplina ó sobre el mejoramiento de la e .. séfianza.
Este acuerdo asegura la unidad y el progt·eso: todo está previsto para
que nada pueda interrumpir la marcha del programa; si un mae.stro se en-
ferma, la administración asegura el servicio por un suplente pagado por
e!la. En cambio de ]as considerables ventajas que la ciudad de París
acuerda á Stl personal, se le exige títulos serios y mucha consagrMión.
El espíritu de consagración ha producido un progreso considerable
á la disciplina escolar.
Sistema disciplinario. -Los castigos corporales están prohibidos por el
Reglamento, pues, lo que aun es mejor, ellos han desaparecido real-
mente, a pesar de las dudas emitidas, desde hace unos quince años .
Los uuicos ca~tigos autorizados son los siguientes:
1° Malas clasificasiones.
2• Reprensiones.
3• Privación parcial de recreos.
4o Retención después de las cla!:>es.
5o Jmposición de un deber suplementario en la casa.
6• Exclu.,ión temporal que puede, en ciertos ca3os, comprender el
cambio de escuela.
AdE-más de los juéves, domingos y días feriados, las clases se cierran el
día de afio nuevo, Ja víspera y el día siguiente; el Mártes de Carnaval, el
día y el siguiente de la fiesta nacional.
Hay diez días de vacaciones en las Páscuas y las fijadas cada año por
el Prefecto que duran desde el primer domingo de Agosto hasta el l 0 de
Octubre.
Siendo la disciplina sobre todo paternal se estimula la aplicación por
medio de recompeusas.
Las buenas clasificaciones, como asf mismo los vales de conducta y
aplicación, son discernidos según el mérito y el trabajo; cada mes las re-
compensas sou acordadas á los alumnos segun el numero de buenos
puntos obtenidos.
Las recompensas (e~;~tampas, grabados, útiles escolares, libros) se co-
locan sobre una mesa clasificadas segl'tn Sll valor . Los alumnos llama-
dos por orden de mérito escogen á su gusto.
Las vacaciones son siempre precedidas de una solemne distribución de
premios.
A.demás de los libros interesantes e instructiv•>s, se acuerdan libretas
de la caja de ahorros para constituir al niño un capital inicial é incul-
carle el desoo de aumentarlo por el trabajo y la economía. El niño sólo
puede disponeT de su libreta al llegar á ser mayor de edad.
No trataremos de discutir las críticas de que sean objeto las distribu-
ciones de premios; observaremos solamente que su supresión tendría
más inconvenientes que ventajas en el estado de las costumbres ll.C-
tuales.
Se excita así, por la emulción, á la asiduidad, la conducta y el trabajo.
Locales escolares . -Para que una escuela sea vedaderamente buena, e;;
necesar:o wlocar á los maestros y á los alumnos en condiciones favora-
bles; buena in<;talación de lRs clases, mobiliariC' conveniente y útiles esco-
lares que permitan aplicar los mejores métodos de enseñanza
Dejemos las dispvsiciones de las escuelas y de las cla :es: todos saban
que una buena higiene exige condi3iones especiales de composición, de
lugar. etc. Hagamos notar solamente que caia alumno debe ocupar una
-562-

superficie de un metro cuadrado y las 9alas de clase deben tener una al-
tura ue cuatro metros.
Estas condiciones se hallan realizadas en todas las construcciones
modernas, particularmente en las escuelas provisorias que se han es-
tablecido en el espacio de algunos meses para permitir la ejecución de
la ley sobre enseñan:¿a obligatoria.
Debemos hacer presente que estas escuelas son sanas, muy convenien-
tes, y que su instalación poco costosa permite modificarlas siguiendo las
necesidades.
Mobiliario escolar.- En París, el banco escolar es de dos asientos fijos
y con respaldo: el pupitre está ligeramente inclinado.
Estas mesas comprenden cinco tiros de tamaños diferentes, están dis-
pue!'tns en filas paralelas, perpendiculares á las ventanas, de manera
que los alumnos reciban la luz por la izquierda.
Al frente se halla la tarima y el escritorio del maestro.
De las paredes se hallan colgados los mapas y los cuadros destinados
á la enseñanza, como también mapas-pizarras y pizarras murales para
los divdrsos ejercicios escolares.
La mayor parte de las escuelas poséen también colaciones de objetos
naturales ó artificiales para ser empleados en las lecciones de cosas.
Los útiles escolares, libros y cuadernos son puestos gratuitamente á
la disposición de loJ alumnos.
La nómina de los textos se hace por los institutores en una con-
ferencia especial y es aprobada por una comisión compuesta de inspec-
tores primarios y de profesores de la Escuela Normal bajo la presiden-
cia del Inspector de Academia (este último dirige la enseñanza del De·
partA mento).
Adamas de los libros de clase, se prestan también á los alumnos libros
de lectura que compnmden obras históricas, literarias, científicas ó sim-
plemente morales qne penetran en el seno de la familia.
Cada biblioteca poseía en 1885 cerca de 600 volúmenes.
No r:os extenderemos S<'bre la organización administrativa, qu& tiene
por objeto dirigir el empleo de los fondos acordados para los útiles de
150.000 alumnos que frecuentan las escuelas de París.
Diremos solamente que, la elección de !os libros y objetos de p!!pele-
ría, se deja á los directores y directoras bajo la sola condición de no ex-
tralimitarse del crédito fijado, que está calculado á razón de 3 frs. 80
por año y por cada alumno.
Ramos Especiales.-Además de Jos institutol'es, hay en cada escuela
profesore'l especiales para ciertos ramos t~tles como el dibujo, el canto y
la gimnástica.
DibUJO.-Entre estos ramos, pondremos en primer lugar al dibujo, que
es la base de toda enseñanza profesional y que no sería suficientemente
desarrollado en una ciudad como la de Pari s.
Ante todo, el dibujo es útil para la educación de la vista y de la mano,
lo que explica el lugar que se le acuerda hasta en nuestras escuelas ma-
ternales.
El dibujo está confiado á los maestros y maestras para Jos principian-
tes y á los profesores especiales para los alumnos del curso superior.
La pedagogia de esta enseñanza ha quedado establecida: la lección oral
precede á lu material; la inteligencia del niño presencia el trabajo antes
que la mano lo ejecute.
La cuestión de los modelos es también ba.;tante importante; se dejan
las figuras por los modelos en relieve, muy bien graduados y en número
de 72.
-563-

El dibujo lineal, enseñado por los maestros en el curso elemental y


medio, prepara á los alumnos para el dibujo en relieve que no se enseña
sino en el curso superior.
Además los numero1os ctusos de adultos creados para la enseñanza
del dibujo por la ciudad de París, fortifican el aprendizaje de las profe-
siones artísticas (ebanistería, esc'ultuca, pintura, decoración, etc.)
Ga¡¡,to.-Un estLtdio menos necesario, á primera vista, es el cant.o,
completamente recreativo y moralizador; es un encanto agregado á la
poesía, permite al alma humana sa.tisfacer el sentimiento de ideal que
ella encierra.
Como el dibujo, esta enseñanza se dá á todos los educandos. Debemos
observar que desde hace mucho tiempo ciert.os inst.it.utores acompañan
los movimientvs de entradas y salid>tS con cant.os al unísono, idea muy
práctica, pues los alumnos antiguos amaest.ran r. los nuevos y les ense-
ñan la. entonatión musical exacta.
En los cursos superiores, los niños cantan coros morales ó patrióticos
!1. dos ó tres voces.
Trabajos mcmuales en las est!Uelas rle varones. -Uaa enseñanza que aún
no se ha generalizado en toda la Francia, es la del trabajo manual. Sa
cree generalmente que es necesario dar á la enseñanza cierto color local.
En el campo se asociaba á los alumnos á los trabajos de jardinería ó de
arboric:1ltura; en la ciudad se les hablaba de diversos oficios y de sus
procedimientos sin salir de la teoría; se despertaba solamente la curio-
sidad y el sólo resultado adquirido era el de dar ideas exactas sobre los
productos del trabajo del homb1•e.
Se ha decidido organizar realmente el trabajo manual en la Escuela
primaria; pero los ejercicios no pueden constituir un aprendizaje, vistos
los pocos años de los alumnos y el poco tiempo que cada uno de éstos
les consagra semanalmente; se tiene con esta enseñanza un ejercicio
físicv saludable, que J.istrae el espíritu, que da destreza á las manos,
seguridad al ojo y que permite á ciertos alumnos adivinar sus ap-
titudes y disponerse á una profesión manual, ahora que los aspirantes
á los empleos administrativos ó comerciales son tan numerosos.
Esta enseñanza, muy elemental, no constituye pues un aprendizaje.
Además, la carpintería, la tornería y los primeros trabajos de herrP.ría
son los únicos organizatios en nuestras escuelas.
U u solo e3tablecimi.ento, en la calle de 'l 'ournefort, que ha permitido
el estudio de esta enseñanza, se halla en condiciones especiales: en él
se comienza realmente el aprendizaje de ciertos oficios, pero por moti-
vos pedagógicos y para no imponer na pro~rama que rechazada u nume-
rosas familias se ha creído no dt1ber generalizar esta. instalación.
En cien escuelas de varones se da, en Pads, una enseñanza racional
y unitorme pot· medio de modelos graduados (76 para la carpintería, 70
para la tornería.)
La enseñanza está confiada á maestros obreros bajo la autoridad del
director de la escuela.
Trab~j1s m,.,¡¡,v.ales en l7.S escttelas de niñas.-En las escuelas de niña:;
el trabajo manual es aún más necesario. Puesto que la escuela prepara
para la vida, ella debe poner á nuestras niñas en estado de llenar sus
deberes de madre de familia: se les enseñará, paes, la costura y la eco-
uomíe doméstica.
Los ejercicios de corte y confección de v~Jstidos, primeramente ensa-
yados en algunas e3cuelas, han sido generalizados con prontitud.
Todos estos trabajos dan resulcados excelentes, puesto que las alum-
-564-

nas demuestran mur.ho gusto, y los padres interesándose en loa resul-


tados, estimulan la aplicación de sus hijas; hay que confesar que los
trabajos de las escuelas de París, han llamado siempre la atención en
las diversas exposiciones.
Para agregar el lado práctico de la ensefianza, se han admitido la
economit~. doméstica y las nociones de higiene. Estos ejen. icios son
orales, las dificultade.s de instalación han hecho diferir los ejercicios
prácticos. Sin embargo, algunos se llevan á cabo ett las escuelas pri-
marias superiores: cocina, lavado y planchado.
Gimnástica. -Todos están de acuerdo en dar un lugar en los progra-
mas á la educación física. El gran secreto de la educación, ha dicho
.Juan Jacobo Rousseau, consistt~ en que los ejercicios del cuerpo y lo >~
del espíritu sirvan siempre Je descanso los unos de los otros.
La gimnástica es obligatoria en todas las escuelas de varones y de
niñas. Comprende los ejercicios de desarrollo y los ejercicios especia-
les; barras, paralelas, barras fijas, escaleras, trapecios, argollas, cuer-
das lisas, etc.
Todas las clases, sin excepción, toman parte en la lección de ~imnás­
t.ica que tiene lugar todos los días, excepto en los cursos superiOres en
los que dos vectls a la semana hacen ejercicios militares.
Se éra la enseñanza por los maestros ó maestras dirigidos por profe-
sores especiales que pasan por las diversas escuPlas¡ asisten á la clase
dada por el maestro y le aconsejan ó dirigen ellos mlsmos los ejer-
cicios.
Ciertas gimnasias especiales reunen á los niños de varias escuelas
para hacerles ejecutar movimientos de conjunto, lo cual permite á los
mstitutores el comparar los resultados de la enseñanza en las escuelas,
de corregir y mejorar sus procedimientos, en fin, de establecer la uni-
dad de la enseñanza.
Se acab'l.n de adoptar para los niños pequeños los aparatos Pichery
compuestos de escaleras y de resortes embutidos terminados en puño y
fijados en el ci.elo raso ó en las paredes de un salón.
Juegos escolat·es.-Se dice con sobrada razón que la mejor gimnástica
es la gimnásti.:a natural, es decir, aquella que el niño ejecuta libre-
mente, el juego. Esta cuestión está ya casi resuelta: en los liceos se
han organizado juegos interesantes y capaces d& desarrollar las fuerzas
al mismo tiempo que la agilidad. En nuestras escuelas primarias se
han tentado algunos ensayo'5 desde hace dos años en diversos distritos
y van á ser dentro de poco aplicados en todas las escuelas; se empleará
para estos juegos un medio día por semana y los alumnos serán condu-
cidos fuera de la escuela; pero cerca de ella, en vastos espaciof> pÚ·
blicos.
Los paseos escolares practicados por algunOs maestros no pueden ser
generalizados en París, puesto que los alumnos del centro han de
emplear muchas horas al ir y al volver para atravesar la ciudad¡
además no todo.s los alumnos pueden ser admitidos.
Ejercicios militm·es.-Desde hace algunos años, la educación físioa
había recibido cierto desenvolvimiento por medio de los ejercicios mi-
litares. Se han organizado en batallones los alumnos de los cursos
superiores: se les ejercita en las marchas, en el manejo del fusil, se les
dan las instrucciones del soldado, de la compañia y del batallón.
Los alumnos tienen el vestuario y equipo correspondiente y hacen
una bella figura en una pequeña revista que tien e lugar el día de la
fiesta nacional.
-565-

Cada. batallón tiene su gefe, cuatro gafes de compañia y sus institu-


tores. Se ha constituítlo de entre los mismos alumnos, un cuadro de
sub-oficiales, monitores, cabos, sargentos, sargentos mayores y ayudan-
tes. De entre los mismos niños se forman también, en cada batallón,
una banda de música compuesta de trombones, clarines y pífanos.
Los ejercicios militares se dan en dos sesiones cada semana, durando
dos horas cada una.
La utilidad de lJs batallones escolares nadie la niega bajo el punto
de vista del desarrollo físico: es una gimnástica muy interesante; pero
bajo el vunto de vista JUilitar no pueden dar resultados serios; sus ene-
migos son muchos y estos ejercicios serán inevitablemente suprimidos
en un porvenir muy próximo.

Servicios especiales.
CajatJ de las escuetas.-Actualmente la asistencia á las escuelas es bas-
tan te buena: los auxilios acordados por las cajas de las escuelas á los ni-
ños pobres (calzado, alimentos, etc.) a~:oeguran la asiduidad de los alum-
nos cuyos padres fueran negligentes, puesto que los socorros no se acuer-
dan sino á aquellos que frecuentan la escueh con regularidad. Los
exámenes y los premios excitan la asiduidad y la emulación en todos
los niños.
Por otra parte la ley dEil 21 de Mayo de 1882 impone la asistencia
regular; se no ran además comisiones encargadas de perseguir á los
rec:ücitrantes. Pero es sabido que vale más la suavidad que la violen-
cia. También la influencia ue.las cajas escolares sobre la asiduidad es
muy considerable.
Las cajas escolares son independientes en cada Jistrit.o; centralizan
los donativos, las suscriciones voluntarias á favor da las escuelas.
Depositan además el producto de las colectas, de las conferencias, de
las fiestas de beneficencia, etc.
Estos fondos se emplean en suministrar vestidos y alimentos á los
niños pobres y libretas de la caja de ahorros.
Viajes de vacaqjr.nes, colonias escola1·es .- Estas cajas facilitan también
los mE~dios de ofganiznr cada año, en la época de vacaciones, un viaje
en el que toman parte los m~jores alumno.s: este viaje es favorable á
su salud como á su instrucción.
Std han organizado también recientemente colonias de vacaciones
destinadas á rehacer la salud alterada de los alumnes pobres, los mái
dignos de interés. ·
La primera categoría de viajes se hacen á los pueblos industriales, á
un puerto de mar, á una región montañosa, algunas veces al extranjero;
las colonias escolares se establecen en sitios salubres; los alumnos son
bien cuidados y ejercitados por paseos graduados que se hacen á los
alrededores.
Inspección. médica.
Esta última tentativa demue!3tra la solicitud de la ciudad de París por
la salud de la niñez. Desde hace mucho tiempo (1843) se había esta-
blecido la inspección módica de todas las escuelas para asegurar la
higiene de los alumnos y para alejar á aquellos que parecieran estar
atacados de enfermedad contagiosa,
On médico esta encargado de visitar cada semana las escuelas de un
distrito determinado.
--: 566 -

Para velar con mayor eficacia sobre la salud de los u niños pobres, se
han creado en Paris varios establecimientos, bajo el nombre de dispen-
sarios, donde los niños reciben gratuitamente consejds; cuidados y me-
dicamentos.

cantinas escolares.

Para proveE)r de alimAnto~ calient,es :\.los niños que no pueden almor-


zar en sus casas, después de las clases de la mañana, se han establecido
cant,inas escolat·es que suministran por precios sumamente módicos (15
céntimos como máximum) sopa, puchero y legum bres á los niños; los m-
di¡;eutes reciben gratis su rr.cióu .
La vigilanci~ ele estas cantinas está confiada á los delegados de las
Caj as escolares; no pudiendo est-as rajas satisfacer los gastos, son soste-
nidas por subvenciones municipales.

Clases en las vacaciones.

Siempre dispuesta á acoger las r eclamaciones fundad~ts, la ciudad de


Pad -; ha organizado, después de 1877 clases durante las vrcaciones. Eu
efecto, muchos hijos de obre1·os no podían ::acer otra cosa qne abusar
de la libertad que se les acordaba puesto qne quedaban in vigilancia,
asi es qne se comprendió la necesidad de recibir esos alumnos en la
escu ela, no para desarrollar SL1 instn1-cción, pero sí para velar por sn
educación moral y de permitirles el divertirse sin puligros de ninguna
clase.
Estas clases tienen la duración de las ordinarias; pero no se trabaja
en ellas sino por la mañana; rles pués de las doce se dedi"a el tiempo á
paseos en los jai·dines públicos, á loR museos ó á recreos libres en vastos
espacios.
Inútil es el decir quE> los talleres del trabajo manual rinden grandes
servicios durante este periodo.

Clases de espera.

U na vez en este camino, la ciudad de París ha sido cond ucida á orga·


niznr en los barrios obreros clases de espera, es decir, c lases donde se
reciben antes de abrirse y desp'tlés de cerrarse las clase¡¡ reglamenta-
ritLs, los niños cuyos padres están retenidos fuera de sus hogares por
el trabajo. En general, estas clases reciben á los niños á las 7 de la
mn.ñana y los dejan salir á las 6 de la tarde. En el verano la salida es ú
la!-! 7.
Pero no se quiere que los padres se descarguen sobre la esc uel:;¡, el el
cLlidtldo lle vigilar sus hijos: es necesario que estén realmente imposi-
b ilitados de atenclerlos para poderlos hacer inscrioir en es tas clases.
Como su nombre lo indica, las cla::;es rle espera no son una prolon-
gación de las clases ordinarias: en ul!as se juega, se descansa; una
peqneñ :· parte del tiempo está solamente consagrada al estudio durante
la cual los alumnos pueden hacer los deberes que sus co ndiscí pulos
hacen en sus casas.
- 567'-
cajas de ahorros esco lares.
Para completar, nos falta decir aun una palabra sobre las Cajas de
ahorros escolares que tienen por objeto acostumbrar los alumnos á
la economía y el ahorro.
Los directores ó directoras reciben cada semana las economías volun-
tarias de los alumnos desde la suma mas módica hasta la de cinco fran -
cos; una vez por mes depositan estas economías en Ja Caj11. de ahoxros
establecida en cada administración de correos.
Los alumnos tienen una libreta individual que los directores les
entregan á la salida de la escuela.

C o nclusión .
N o trataremos de fatigar á nuestros lectores eon largas estadísticas:
indicaremos solamente el numero de alumnos que frecuentan las escue-
las públicas: éstas reciben a<\tualmeute 66,621) varones y 54,775 niñas.
El gasto anual asciende á veinte millones, lo que da 162 francos por
alumno; esta suma no comprende el presupuesto extraordinario para
construcción de nuevos locales escolares.
La mayor parte de los alumnos dejan la escuela antes de los trece
años; lo.3 que pasan de esta edad forman la excepción: cerca de 3,000
varones y otras tantas niñas.
Debemos observar que todos los alumnos nc llegan al curso superior:
las diferencia-> de inteligencia y de aplicación conducen naturalmente á
este resultado.
Pen> como la enseñanza es concéntrica, los inconvenientes son ate-
nuados en lo posible.
La enseñanza en cada uno de los cursos es completa, recibe todo su
deseuvolvimieuto en el curso superior; pero un niüo qut> deja el curso
medio á los trece años posée sobre todas las partrs del programa, cono-
cimientos proporcionados á sus facultades iutelectuales.
Con afecto ¡;incero lo saludo y me repito Sll atento seguro servidor
y a1nigo.
L. VESSIGAULT.

CURSO DE DIBlJJO
PAR,A E~ PRIMER AÑO DE ESCUELA.

(Tr3ducido del i1glíJ upmamente para la "Revilla Pedagigica Argcu tio u")

PRIMER GRA DO .
El dibujo debe formar una parte indispensable de la enseñanza
primaria, por cuai•to proporciona valiosa disciplina á los sentidos y
á las facultades perceptivas; desempeña un rol importl\llte en el cul-
tivo de la atención, observación, memoria, imaginacióu y juicio.
-568-

Las primeras lecciones deben ser de formas, empleando los sóli-


dos geométricos, para enseñar Jo que es superficie, cara, arista,
línea y punto.
Al dibujar objetos, debe concretarse solamente á una cara,
fijándose en ellar·go y a!tura, y nunca en la perspectiva.
El maestro deLe tel'ler· presente que no es po~ible exigir dibujos
tan buenos á los alumnos de este grado. El objeto principal, es el
desarrollar la idea de forma por medio de un método agradable y
natut·al, educar la vi~ta y la mano y percibir las formas.
Un buen maestro prepara cada lección antes de darla.
Una parte de la. pr•epuación diaria, es el dibujo en la pizarra
mur·al, de la figura que el maestro tiene que enseñar á la clase.
El método en este curso consiste en emplear una semana para
cada asunto, del mor\o siguiente:
1• Presentar la forma 6 linea geométrica en un modelo ú objeto
hacitndola co1o prensible al niño, por medio de su observación en
dicho objeto y por su propio diuujo imitá11dolo. 1
2• ReprestJntación de la forma en la. pizarra mural, para qu
los alumnos la reproduzcan.
3° Exigir á toda la clase, la reproducción de memoria de la for-
ma del objeto.
·4· Exigir la reproducrión al dictado, de la forma del objeto.
5° Pedir la reproducción de la forma de algún objeto.
6• :::>ar di~riamente ?ráctico. individual haciendo dibujar for-
mas.
Estas diferentes clases de dibujo deben distribuirse del modo si-
guiente:
1. Lunes-El nombre ó término geom¿trico del objeto.
2. Martes-Lección en la pi'Garra mural.
3. Miércoles-Reproducir de memoria el dibujo.
4. Jueves -Dibujar al dictado.
5. Viern"s-Dibujo de un objeto.
(). Todos los días-Copiar algo de la pizarra mural durante la
hora de clase.
Tiempo que debe durar una clase.
Diez minutos serán bastuntes hasta la mitad del año y quince
después.
Nombre ó término geométrico.
En esta enseñanza se observará el órden siguiente:
1" Presentar la forma ó linea en un modelo ú objeto.
2° Conducir á los alumnos á deSI)Ubrir los caracteres disti:ltivos
de la forma ó línea.
3° llar el nombre.
4• Hablar de sus caracteres en ser.tencias completas.
5• Pedir que los encuentren en otros objetos. Una vez encon-
trados deben dar el nombre y sus caracteres.
6• Im:tarlos por medio del dibujo.
-569-

Uso de la piz arra mw·al.

En cada lección varios alumnos deben ir á la pizarra mural para


dibujar á pulso, y tan grande cumo sea conveniente, el mismo ejer-
cicio que dibujen los demás en sus pizarr·as mununJes. Para dibujar
en la ¡.l izarra, deb e hacerse uso del brazo y antebrazo. El centro
del dibujo debe estar en frente de los ojos.

Modo de dar las lecciones del Marte1.

Las lecciones en la pizarra mural pueden darse de dos modos.


1er. Modo. Dibujo-ler. Grado.
1• Stl debe dib11jar en Ja pizarra mural toda la figura antes de
empezar Ja clase, para que Jos alumnos ia vean y sepan lo que tienen
que hacer antes de priucipiar.
2• Enseñ arles línea por línea lo que tienen que harer, exigién-
doles que todos dilmjen á un ti empo la misma línea.
3• Después que Jos alumnos t engan más experiencia en el di-
bujo se les puede permitir de vez en cuando, copillr la figura hecha
en la pizarr·a mural, sin hacerles ninguna explicación, vigilando el
maestro a sus discípulos para observar el trabajo de cada uno y
ayudarles á los que fuere necesario.
2• Modo.
1• Explicarles claramente lo que tienen que hacer.
2• Dibujar el maestro la figura en la pizarra, linea por línea, en
presencia de la clase.
3• Después de trazar el maestro una línea, dar el tiempo sufi-
ciente á los alumnos para copiarla procediendo del mismo modo
con las lineas siguientes.
Este método ofrece las siguientes ventaj:ts:
a. Los alumnos tien en que trabajar continuamente.
b. Prestar suma atención.
c. Tienen curio,·idad é interés en lo que se hará en seguida.
Miérc oles- Ejercios a e memoria.
En este día tienen que reproducir de memoria el dibujo del día
anterior. ·
Estos ej ercicios son de mucho provecho, cultivan la memoria y
dan á conocer al maestro el e ~tad<' de su clase. En los primeros
ej~rcicios de esta rlase se puede de antemano dibujar· la figura en
la pizarra y dejarla tapada. Si alguno no puede record; r la figu-
ra, ~e le permitirá ver la por un il!stante. Cuando la clase haya
concluido el dibujo se d ~ ~cubrirá el que está hecho en la pizarra
mural, para que los c"mparen y corrijan·los errores.
Jueves-Dibujos al dictado.
Estos ejercicios son provecho~os para. la. cla~e
tro.
Al dictar el maestro una. linea 6 parte de una figura, debe hacer-
lo de la. manera más clara y concisa que sea. posible.
-570-

Antes de dibujar al dictado, los alumnos deben entender todos los


términos emplead os por el maestro, y prestar mucha at ~ n · · ión pa ra
form11rse una idea clara de lo que tien en que hacer y dibnja.r en-
seguida. Así se procederá dictando sucesivamente parte por par-
t<> hasta concluir.
Las lecciones de .dibujo al dictado se pueden dar de dos mo-
dos.
ier Modo.
1• Dictar una línea.
2• Dl\r á los alumnos el tiempo suficiente para que la di-
bujen.
3• En seguida trazarla el maesT.ro en la piza1•ra mural.
4• H c~C!ll' que los alumn •S las comparen y corrijan los errores.
5• Continuar del mismo modo linea \)or \\nea.
Según este método cada alumno puede corregir su trabajo parte
pur parte, evitando así grandes equivocaciones.
~· Modo.
1• Dictar el maestr.1 la figura, línea por línea, dándoles el sufi-
ciente tiempo para concluir antes de dictar otra.
2• Después de concluir los alumnos, dibujar el maestro en la
pizarra mural la figurl\ ~n el mismo orden que la ha dictado.
3• Hacer que los alumnos corrijan sus errores.
Este método es más dífícil que el anterior, y solo puede emplear·-
se cuanrlo los alumnos tienen alguna práctica en el dibuj o y espe -
cialmente si la figura no es nueva para ellos.
Este método ofrece las siguientes ventajas:
a. Cultiva la atención.
b. Esconomiza ol tiempo.
c. El maestro tiene tiempo para examinar el trabajo de cada
uno.
Desventajas:
a. Los errores no pueden corr<Jgirse sino después de terminado
el dibujo.
b. Una falta cualquiera, probablemente, originará otras.
e. Si un alum:10 piensa que su trabajo no sigue bien, se desani-
mará y terminará p<>r abandonar su tarea.
Viernes-Dibujo de objetos.
El dibujo de objetos no será un trabajo demasiado difícil par&
alumnos del :>rimar grado, si el maestro elige con acierto los obje-
tos que quiere representar ..
Se deben elegir objetos tan simples que pre~ente n sólo una. difi-
cultad á la vez.
Por medio de los sólidos geométricos as f-icil condq cir á los al u m-
nos á ver lineas en las aristas de e~to~ lólidos, y d e's ;>ll é ~ lineas en
otros objetos. Luego ellos pueden ver que la fol'ma d.:> un obj ato
eatá compuesta. de una línea ó líneas.
- 571-

Cuando distingan las líne::.s en la forma de un obj&to, pued en tra-


zarlas aunque no sea de una manera muy cor!'ecta.
En este grado el objeto principal no es la per·fecci1n del dibujo,
sinó P.! de desarrollar Ja idea de forma.
Si los niños comprenden que cada una de las caras del cubo tie-
ne cuatro líneas y que las líneas son iguales, no tendran gr¡¡n difi-
cultad en tr'azarlfls.
Del mism o modo ~>i el maestro muestr·a á la clase un tri-
ángulo hecho do alambre, pu eden comprender fácilmente que el
alambre se puede representar por medio de lineas.
Si se les presenta otl'o tr'i á ng¡tJo de carLón y se les inter·roga
sobre la forma, verán que pueden rept·esentar sus ladns por lineas.
En los grados irr!'er·iores deben fljarse solamente en el ancho y la
altura y no hablarles de pet·::spectiva, de luz, ni de sombra. Si el
objeto tiene más de una ca!'a, se dibujará sólo una.

Tmbajo durante la hom de ocupación.

E~ preciso que los alumnos adquiet·an el hábito de t:'abajar.


Desde su entrada en la escuela se les debe acostumbrar á traba-
jar, fuera de la hora de recitación, en silencio, sin perder el tiempo
y cuidando do hacer lo mejor que sea posible el trabt,jo.
Los ejercicios de esta clase deben alternarse con recHaci•>nes.
La ocupación par·a alumnos del primer grado debe ser trabajo
manual.
En lectura ó escritura, el trabajo puede ser copiar una palabra ,
una sentencia ó letras repetidas val'ias veces.
En furmas, puede repetirse una línea ó forma de un objeto e11
grupos de 2, 3, 4, 5 etc. por ejemplo li li Il ó 111 III 111 etc.
Alternando los grupo~ AA.-AA.A.-AA.-AJ..A.-AA etc.
Las formas pueden repetil'se lo mtsmo 6 alternando, ejemplo:
VVV-VVV ate.
También pueden tener un objeto sencillo para dibujar.
Para estos trabiljos en silencio es mejor tener el modelo puesto
en la pizana mural.
El maestro debe inspeccionar siempre el trabajo hecho, reco-
mendando lo bueno.
(e ontinu{'tra).
- !>72- 1
LUCHAS DE LA INTELIGE~CIA.

( Conr:lusirh1 ) •

La Grecia, es decir, el genio de la antigüed.ad; la que dió norma


y leyes al arte liLerar·io, la que con su Academia, con sus liceos,
con sus escuelas filosófi eas, nos sugirió la idea y el plan de Jos
Ateneos, de nuestros centros de ciencias y Bellas Letras; las ge-
neraciones qu'l la subsiguieron ¿qué han h>lcho sino imitarlas~
En la Edad Media. e.se gran crisol donde se fundieron silencio-
samer•te las idea" que después habían de deslumbrar al mundo,
no se echó en olvido este asunto de un interés tan vital para Jos
pueblos. R efugiada primero la Ciencia en los claustros mientras
la Europa consagrada exclusivamente al ejercicio de las armas,
agonizaba en las tinieblas densas de la barbarie, comenzó poco á
i'OCO á extender débiles destellos de luz; los códices desenter-rados
de los emp0lvados archivos de los Monasterios, esclarecieron los
orígenes de las Naciones; y al mismo tiempo que el monje Alcui-
no enseñaba las Matemáticas á aquel héroe portentoso que se
llamó Cario-Magno, éste mandaba recoger los antiguos bardiLos,
(especie de poemas que los trovadores errantes esparcían de co-
marca en comarca con sus cantares) y coleccionarlos por su or-
den, fijando as~ los principios de aquella Literatura.
Más tarde, los torneos caballerescos dieron la idea de otras lu-
chas más nobles: las de la inteligencia. En lugar de aquellas
lides en que, ya en encuentros de muchos c•m muchos, como en las
justas, ora en encuentro de hombre á hombre, como en el torneo,
conter,diase con las brutales armas de la fuerza material, pensase
en lidiar con otras más corteses y en pujar con los brios del inge-
nio hacia superiores ideales, y en pró de más elevadas em-
presas.
En tal estado continuó este espectáculo hasta que se crearon
las Cortes d'3 Amor, hacia los primeros albores del siglo XIV,
palenques en los que no luchaban campeones de guerra, sinó tro-
vadores que eran premiados por manos de las hermosas: la palma
se adjudicaba, no al más esforzado, sino al más ingenioso.
Aquella Edad de hierro no desconoció, como se vé, ninguna de
las verdaderas necesidades de la humanidad; estableciendo tor-
neos para los guerreros y ~ertámenes para los campeones de la
poesia.
Pero hé aquí que llegamos al año 1323, en el cual estas lides lite-
raria!', basta entónces sin bases fijas á que ajustarse, van á recibir
una organizar.ión estable y A trazar el camino á las gener·aciones
venideras. El Languedoc y la Proveuza, ellos bellos departamen-
tos de la Francia, serán sit:lmpre considerados como la tierra de
-573-

la poesía, su clima sereno y suave y \a galanura de su suelo, pro-


dujeron copioso s ·millero de trovadores en los tiempos á que nos
r eferimos, y en todas épocas han dado al mundo abundancia de
ilustres g11nios.
En el citado año de 1323, Tolosa formó una junta denominada
cSobregaya• Compañia de los '-iete Trovadores de Tolosa; y en ·
ella se estipularor1 las bases de los primeros certámenes literarios
sujetos á reglas fijas. Dos años más tarde la dicha Compañía
amplió su reglamento, y poco tiempo 1espués Guillermo Mo1iuier
escribió las fórmulas de la ceremonia adjuntándole uu tratado de
Retórica y Poética en beneficio de los concurrentes á estos
juegos.
Como loe; premios consistían siempre en flores de plata ú oro,
de aquí el calificativo que recibieron estos espectáculos de: <~Ju¡,­
go¡;; Florales,,, cuyo nombre se conservó hasta nuestros dias en
medio de las diversas vicisitudes porque pasaron y á pesar de la
sucesión dé I(Js tiempos.
Conocirla es de todos la historia de Clemencia Isaura, noble
dama Tolosana que, herida de muerte por la pérdida del valeroso
Lautrec, su prometido, legó en su testamento todos sus bienes á
favor de la Municipalidad de su ciudad natal, con objeto de que se
celebrasen todos los años los certámenes literarios.
Solemnes fueron desde entonces, como nunca, aquellas fiestas,
y en ellas Mantenedores, Municipalidad y pueblo, trasladábanse
ante la estátua de mármol de Clemencia, y coronándola de flores
h proclamaban reina del certamen. De aquí provino el uso gene-
ral de eligir una reina entre las señoras concurrentes siempre que
estas literarias justas se renuevan.
En nuestras épocas contemporáneas, finalmente, donde el gus-
to de lo bello, puede decít•se sin exageración que, se eleva hasta el
culto, el fomento de la Literatura no podía ciel'tamente quedar
olvidado . Alemania, Italia y Francia dieron de ello las primeras,
las más bellas y admirables muestras, abriendo concursos solem-
nísimos á las Artes y las Letras. España, siguiendo su ejemplo,
abrió certámenPS literarios en sus principales ciudades á partir
desde el año 1859, fundó ateneos, y se generalizaron frecuentes
y escogidas Veladas Literarias.
En la actual {~poca civilizada, la preponderancia de los pueblos
no se gradúa como en siglos anteriores, pür su fuerza ó su riqueza
material, sinó por la mayor suma de instrucción que han alcan-
zado y por el acendrado culto que rinden á las Letras.
Hoy esta ilustre ciudad, cuna de tantas eminentes individuali-
dades, quiere inspirarse en sus gloriosas tradiciones, quiere po-
nerse á la cabeza de las demás Naciones sus hermanas en el mo-
vimiento verdaderamente civilizador del siglo.
Buenos Aire1, Octubre de 1890.
E. TABOADJ..

(
-574-

SESIÓN DE 4 DE Ü CTUllRE DE 1890.

P1·tmmtes. En Buenos Aires, á 4 días· del mes de Ocl u-


Amariila. bre de 1890 reunidos en el local. Rivadavia ~61G,
~~~:e~~ . los miembros del «Centro Uni ón de Normalist tS>>
Gonzalez. al márgen anotados, el Presi dente decla ró
Gorbea. abierta la sesión á las 8 y 40 p. m.
~~h~~~. L eída el acta de laant •ri or fuá aprobada , pre-
Paul ero. via la observación del señor· Paulero que pid t~ se
Suarez E. haga constar en las actas, que él fu é. mi e mbro
Suarez L. inform a nt e de la Comisión encargada. de las re-
Sehuster.
Rastellini . "
1ormas a ¡ reg 1amen t o, s ól o por ausenc1a
· d eJ se-
Viera. ñor -::l:. Suarez.
El señor Luis Suarez hace prese nt e que habiendo desaparecido
las circunstancias que obstaban para que el señor Toscano renun-
ciase á formar par·te del Centro deseaba volver á ~1. Fué acep-
tado.
El señor Paul ero presenta como socio activo al señor Faustino
Palavecino; aceptado.
El señor E. Suarez presenta como socios co rresponsales á la s
siguientes personas:
Sebastián A. Vera- Profesor Normal; Rio IV.
Luis A. Douclos-Id. id . id.
Manuel Sarfi eld Escobar-Id. id.; Córdoba.
Alejandr·o Ruso-Id. id. ; Ca tamarca.
Francisco Roma y-Id. id.; id.
, Gustavo Ferrari-Id. id.; id.
Fueron aceptados.
Terminada la presentación de nuevos socios el señor Pau lel'o
pide que se suspenda has ta la próxima sesión el estudio del regla-
mento, y se trate el cambio de loca l, que estaba también en la Or-
den del dia.-Fué aceptada.
Después de una breve discusión se resolvió en vista de la im-
posibilidad de encontrar un local central, en las condiciones del
pre ente, que el Centro tuviera por ahora e~ mismo que ocupaba.
Se resuPlve citar á los miembros del Centro pal'a el sábado 22
del corriente, para discutir los nuevos estatutos.
No habiendo más asuntos al despacho, se levantó la sesión á
la11 10 p. m.
T oMAS PIÑ ERO.
Manuel A. Amarilla.
-575-

SEsióN DE 11 DE OcTUBRE DE 1890 .

Preéentes. En Buenos AireR, á 1l días del mes de Octu-


Amarilla. bre de 1890, reunidos en el local de costurnbr~,
Carimati. losmi.-Jrnbros del «Centr·o Unióa de Normalistas»,·
Codino E.
Diaz R. al márgen inscriptos, el Presidente señor· Piñ~­
<<orbea ro declaró abi~rta la sesión a las 8 y 40 p. m.
Ferreyra. Leída y aprobada el acta de la anter·ior se
l.amadriJ. pasó á la Orden del día, que la constituía la dis-
:\lassa.
Pita. cusión df'lt·eglarnento.
Pi ñero. El señor E. Suarez pide se lea en genera 1;
Perez. per·o á moción del señor Massa, que hace pre-
Olivé.
E. Sua:-ez. sente que todos lo conocen en general, pues lo
L. Suarez. hau leido en la Revista, se resuelve discutirlo en
particular.
A.ntes de estudiar el capítulo I, se re'>uelve titular á la institu-
ción bajo la denominación d e cCENTRO UNróN DE NoRMALISTAS»"
Resuelve asi mismo, cambiar en el discurso de las bases la parte
r¡ue dice: haciendo prácticas sus resoluciones, por procurando ha-
,.er prácticas sus resoluciones. En el capítulo 1• se modifica el ar-
tículo 6•, suprimiendo la palabra gratuita. -En el 2• capitulo se
modifica el inciso 4• que queda en esta forma:
Confecciona?' las bases de los concursos y la o1·ganizacion de
los cong1·esos peda_qógicos, con la oóligaeión de someterlos á la
apr·obacion del Centro.
El inciso 12 es modificndo, suprimiéndosela la parte que dice: é
interpr·etar sus arttculos en caso de duda.-Se suspende la discu-
sión del inciso 13 del mismo arL. 10, para tratat•lo en opol"tu-
nidad:
A muciOn del señor E. Suar·ez se levantó la sesión á las 10 p. m.

ToMÁS PIÑERO.

Manuel A. Ama• · ille~.


-576-

SESIÓN DE 18 DE ÜCTUBRE DE 1890.

Presente•. En Buenos Aires, á 18 de Oetubre de 1890,


Amarilla. reunidos en el local de cost11mbre los miembros
Carimati. del «Centro Unión de Normalistas:., al márgen
D¡az. designados, el presidente declaró abier1a /a se-
Gonzalez.
Ferreyra. sión á las 8 y 50 p. m.
Mallol. LPída y aprobada el acta de la anterior, se
Lamadrid. continuó el estudio del regla:nento.
~:í!~~cino. En la discusión del capítulo 3• se resolvió su-
Su>J.rez L. primir los incisos 10 y 11 del art. 12. El artí-
Suarez E. culo 13 fué modificado, quedando en esta forma:
Rastellini. ~El Vice-Presidente ejercerá la¡¡ funciones que,
Schuster.
Paulero. sPgún el artículo anterior, corre:: pon den al pre-
Piñero. sidente, en caso de renuncia, ausencia, enferme-
dad ó cualquier otro impedimento de éste. Al art. 4• del cap. 5•
que constaba de 9 incisos, se agrega uno más, que d1ce: «Ceder
su puesto de secretario cuando desee levantar cargos que se le
hagan:..
Seguidamente se convino suspender la discusión del reglamen-
to hasta la próxima sesión .
El señor Félix Gonzalez presenta como socio activo al Profe-
fesor Normal, Víctor M. Herrera, quien fué aceptado sobre tablas
como así mismo el Profe!?or Normal, E111 !que Codino, presentado
por su berms.no, el señor Vicente Codino .
No habiendo más asuntos á la orden del día, se levantó la se-
sión a las 10 y 20 p. m.
TOMAS PIÑERO.
Manuel A. Amarilla.

SEsióN DE 31 DE OcTUBRE DE 1890.

Presentes. En Buenos Aires, á 31 días del mes de Octu-


Amarilla. bre de 1890. reunidos los miembros del «Centro
Codina E. Unión de Normalistas», al márgen anotados,
Olivé.
Pita. en el local, Rivadavia 2616) el Pre!>idente de-
PiñeTo. claró abierta la s rsión á las~ p. m.
Rastellini. L eída y aprobada sin observación el acta de
l:iuarez
SuaTez E.L.
·
la reunión anterior, pPsose á contmuar la d"IS-
Schuster. cusión del Reglamento, llevando á cabo las si-
guientes reformas: el inciso 1• del art. 16 queda en esta forma:
Percibir lalil cuotas de los socios otorgándoles el correspondiente
-577-

recibo, y recaudar el importe de las suscriciones á la Revista; el


a
inciso 2• queda así: Depositar en el Banco Nacional la órden del
Presiden le, los fondos que tuviera en su poder siempre que exce-
dan de ($ 50 m¡n) cincuenta pesos. El inciso 8° modificase de
esta manera: Suministrar los datos que el prel'idente pidiere á los
efectos del artic•1lo 10, inciso 10; el artículo 17 queda como
sigue: .
El Tesorero tendrá dqrecho de observar é informar cuando la
C. D. trate de hacer alguna erogación, siempre que el crea que el
C.mtro no está en coudicíones de hacerlo; el art. 21 en esta
furma:
Todo socio podrá ser aceptado por la C. D. á propuesta por es-
crito de tres socios activos; el art. 25 queda así:
Todos los socio;; tienen derecho á colaborar en la Revista y exi-
gir un eje:nplar de ella y demás publicaciones hechas po1· el
Centro .
So resolvió suprimir los incisos 6•, 7• y 8• del art. 27; el inc. 9'
del mismo artículo queda corno sigue:
Todos los miembros tienen el deber de votar en las delibera-
ciones que tome el Centro;-se suprime el inciso ~·del artículo 28.
El inciso 1• del artículo 29, queda en esta forma:
Haber:;,e distinguido en algun trabajo que se relacione con las
bases y fines del C,mtro; el art. 3~ queda así: e Los socios protec·
toree;; gozan de la prerogativa de pagar ó no una cuota men-
sual.>>
El art. 34 queda como sigue: «Cuando los socios corresponsa-
12s trasladasen su domicilio á la Capital Federal, serán considera-
dos en sus respectivas categorías~.
Se suprime además, el art. 36.
Quedó también resuelto que el Centro se declararía en receso
has La el l • de Marzo, una vez terminada la discusión del regla-
mento.
Se levantó la sesión á las lO y 30 p. m.
T. P!ÑERO.
Manuel A. Amat•illa.

Los títulos supletorios.-La prensa ha dado publi-


cación á una noticia en que se mauifiesta que las autor.idade~ escolares
exigirán, al personal ducente que carece del respectn:o t1~~lo legal
para ejercer la enseñanza, e:r.:ámen que .Ls c~loque en. ~Ituacwn de d~
sempeñar con conciencia su labor mediante JUStificaCion de la capaCI-
dad que posée ya en lo r~f~rente á conocimientos generales y en lo
pertinente al arte de trasmitir aquellos.
-578-
Las pruebas, se dicE>, tendrán lugar ell 0 de Febrero próximo.
Indudablemente la idea es óptima. Su realización reportará bene-
ficios á la Escuela, El que experimente vocación, no omitirá esfuerzo
para recorrer gradualmente y muuirse del documento que acredite ha-
bilidad profesioual, al mismo tiempo que lo impulse á adquirir mayores
conocimientos, ensanchar los adquiridos y perfeccionarse, muy esen-
cialmente, en lo· i'eferente á métodos.
Creemos que el Con;,ejo Nacional de Educactón debiera ser inflexible
é inexorable en la aplicación y realización de la. medida adoptada, má-
xime si se tiene en cuenta que muchos no se preocupan en prepararse
por creer que todo no pasará de simples amenazas.
A objeto, pues, de dest1 uir estas falsas ideas y colocar cada cosa on su
lugar, una vez por todas debiera empezarse por hacer practica la me-
dida de la referencia sin herir Jos derechos adquiridos, reaccionand0
de costumbres establecidas y á fin de mejorar el persoual enseñante
y hacer comprender á todos que el Magisterio no es asilo de inváliclos
para el que no encuent.ra, ó recurso de vida, ó no es apto para otro la-
bor, y no basta que crea hace lo suficiente para la recompensa que !'e
le discierne, el dedicarse mal ó bien á lidiar cinco horas diarias con
niños.
L0s juicios emitidos son aconsejados por la más sana intención, y
convencidos estamos que de nuestro mismo parecer serán todos los qne
medit.en con frialdad sobre este tópico .
Si se pretende elevar la carrera del Profesorado, es preciso Btlparar los
malos elt=mentos que la perjudican y rebajan.
Supresión de clases los sábaclos.-Muchas razo-
nes que merecen atenderse , aconsejan que los sábados funcione la
Es ~ uela tan so k mt par de horas. .
Si se ha recoEocido y hecho p~áctico de que la independencia, la tran-
quilidad y hasta la moral exigían un aumento en la retribución del
magisterio cor1forme á la importr.ncia y elevación de la misión social
que desempeña ú es imprescindible que libn v des;neocujJado de pen-
sar en la manera de cumplir las necesidPdes primordiales de ~a exis-
tencia, pueda dedicarse á las penosas tareas que entraña la enseñanza,
no lo es menos que hay que consiclerar que otras atenciones llaman
tambien al maestro, y que preciso es darle el tiempo requerido para
cumplirlas.
¡Quién sabe si la exigencia en r:o facilitar al personal doce11te parte
de Un día hábil ue Ja SEmana para cumplir ciertas COmisiones que qt:ién
más quién menos las tienen, no es causa de las numerosas y repetidas
faltas de los empleados á la e¡;cuela!
Con el expediente propuesto, se quitaría la escu8a de l:·s faltas por
diigencias tan comunes, y las autoridadef< escolares estarian habilit aua~
para poder obrar con inqueb:·antabJe ri gidez. Se destruirla la injnsti-
cia de que los malos empleados que faltan siu tasa a la escuela, fue-
ran equipara.dos á los que cumpliendo rigorosamente con su deber, su-
fren la pena á la primera falta de asisteucia cometida, si no quieren
violentarse ocurriendo en deman,la de gracia ante sus superiores.
Hay mucho;; talleres en que los operarios son despachados á mitad
del día los sábados, y sin embargo, perciben el salario correspondien-
te al día, iPOr qué no hacer idéntica cosa? Por uua ú otra causa, lama·
yoría de los sábados se pierden para la enseñanza ¿por qué, pues, no
''stablecer lo pedido cuando sólo tiene por objeto nvrmalizar y disponer
convenifmtemente la marcha de la escuela?
- 07!)-
Además de lo expuesto, hay q~;e considrrar lo que aniquila el tra•
bajo de la escuela. Sólo el que día á día tiene que pasar cinco horas
entre ban<'.OS sin un momento de .reposo podrá comprender el aniqui-
lan:iento y destrucción de fuerzas que ese trabajo incesante y sin
tregua ocasiona .
Negarle al maestro lo que disfruta todo jornalero, no es equitativo
ni, está conforme con las exigencias justas que ~e le imponen á quien
no tiene más horizonte que la pobreza, ni más recompensa que el
olvido. ,
Examínese la justicia de la demanda, y se verán las mil razones de
orden que aconsejan establecer lo que pedimos.
Obsérvese lo que sucede á este respecto> en las naciones europeas, y
se verá que uo pedimos nada extraordinario ni que extralim;te los
dinteles de lo racional.
Es de esper~•r qne el Consejo Nacional de Educación, no dejará de
tomar en considemciún nuestras indicaciones.
Colegio Nacional de San. Luis. Con motivo de
una nota pasada por algunos profesores del Colegio Nacional de San
Luis quejándose del rector y r>tra de éste, h:>.ciendo igual cosa de
aquellos, se ha disupPsto que el Inspector Señor Zubiaur, se traslade
a esa provincia con el objeto de esclarecer los h&chos denunciados.
G amblo de Dirección .-El Ministerio re~pectivo ha
resuelto: que la Directora de la E scuela Normal Mixta de Corrientes,
Señorita Echenique pase al Azul á hacArse cargo de la escuela de e&a
localidad y la rejeute señorita Clotilde W. Howe, de esta última,
pase á ocupar la vacante dejada por la Señorita Echenique.
(;on.curso para un. Manual del ciudadano-
La Sociedad Patriótica abre un uoucurso para premiar el mejcr "Ma-
nual del ciudadano", bajo las tase ~iguientes, cuya reproLlncción se pi·
de á todos los periódicos de la República:
"lo El 25 de Mayo de 1891 la Soci edad Patriótica premiará con me-
dalla de oro y diploma de honor el "Manual del ciudadano" que se lEl
pre ente original y re una en absoluto las siguientes condiciones: 1° Ex-
posición clara y sencilla de los derechos y d•Jberes del ciudadano, con
palabras al alcance d& todas las inteligencias; 2° Incitaci n por ejemplos
notables de virtud cívica al cumplimiento estricto del deber, cualquiera
qne s~::a la función pública que &e llega á desempeñar; 3° Observancia
del métJdo intLtitivo, en cuanto sea posible; 4° Que la composimón no
exceda, en impreso, de ciento cincLtenta páginas, formato 16, cuerpo 10.
2° Si varios de los trabajos que se presenten reunen las conqi• iones
expre~adas, la Sociedad premiara con medalla de oro y diploma de ho-
nor el que repute más adecnado á los objetos que se propone, adjudi-
cando tma medalla de l?la.ta y diploma de honor al que siga en mérito
relativo.
So Si ninguno de los trabajos presentados fuera acreedor al primer
premio, la t:lociedad otorgará el segundo, al méritü relativo, si lo esti-
mase justo.
4o La Sociedad Patriótica gestionará de la autoridad competente la
adopción del trabajo que resulte premiado con medalla de oro, como
texto de las escuelas comunes, reservánd0se el autor tJl derecho de pro-
piedad.
óo Los trabajos que se presenten á concurso deberan serlo bajo un
lema distintiv0 y sin nombre de autor, acompañand& el nombre bajo
580-

sobre cerrado con el mismo lema. Se presentarán en cuadernos manus-


critos de letra fácilmente legible.
6° La fecha para la presentación de los trabajos será la del 10 al 15
de Abril de 1891, y serán entregados ó dirigidos al Secratario J.e la So-
ciedad en Bueno:> Aires.
7° Los trab~jos que se presenten serán sometidos á. la decisión de un
jurado. EL jurado se compondrá de cinco personas designadas conjun-
tamente por la junta directiva de la s0ciedad de La Plata y por la junta
directiva de la »ociedad de Bu en os Aires.
8° EL,iurado deberá pronunciar su veredicto antes del15 é!e Mayo.
9° La adjudicación de los premios se hará con toda solemnidad en un
teatro de la Capital federal. - Por la Sociedad ?at.riótica de La Plata,
Rodot(o Rivarola, presidente-A.uguRto B etin Sarmiento, Secretario.---
Por la Sociedad Patriótica de Buenos Aires, Manuel Obarr·io, presidente
Manuel A. Montes de Oco, secretario.
I~onras póstumas á una maestra - Tuvo lugar
en la iglesia de Quilmes el funeral en memoria de la señorita Luisa A.
Arriaga, distinguida profesora de la Esct.ela Normal de Profesoras,
que falleció hace poc:o en aquel pue"lo, y cuyos res tos fueron deposita-
dos en el cementerio local. Con ocasión de esta ceremonia religiosa,
la Escuela Normal de Profe.;:oras de la capital envió una comisión á
Quilmes, conduciendo una placa conmemorativa, que fué colocada sobre
la tumba de la extinta.
EstJ acto de compañerismo, sencillo y conmovedor, se realizó en pre-
sencia de un mícleo de personas conocidas.
La placa tiene esta dedicatoria:
LUISA A. A.RRIAG4.
Q, E, P. D.

Falleció el 15 de Oc!ub1·e de 1890.


Luisa: Tus amigas, tus compañeras, que reconocieron en ti tan ex-
celentes cuaiidades y méritos, dedican este recuerdo á tu imperecedera
memoria. Adios,
La comisión que condujo esta ofrenda, se componla de las <>iguientes
señoritas:
Aurelia Larreta, Maria J. Morel, Vicenta A. Martirena, Dalmira Za-
valeta, Maria Elena Viera, Maria Teresa Moreno, Andrea Benitez, Ama-
lía Casas, Elena M. Pagés, Phibe Lagos, Irene C. Tello, María E. Et-
chepare, Isabel Carlevarino, Baldomera M. Martirena y Maria D.
Soto.
Banquete mónstruo entre maestros-Entre
las :fiestas notables á. que dió lugar la visita del Emperador de Aiemania
al reino de Dinamarca, :figura en primera línea el gran Congreso p!lda-
gógico que reunió en la capital, Copenhague, á 5,300 maes tro~ de ambos
s exos, ó sea 3,000 profesores y 2,300 profesoras, En 'lSta reunión de
pedagogos se contaban 3,000 dinama rqueses, 1,100 noruegos, 1,000 sue-
cos, 150 :finlandies ó finlandeses , y los restantes de diferentes países del
Norte.
Terminadas las tareas del Congreso,celebrose un banquete móns-
truo de despedida en una gran tienda de campaña dispues ta en uno de
los ¡.arques de la ciudad~ dentro de la cual, y bajo sombra, se acomoda.-
- 581-

ron como pudieron los 5,300 comensales. Para. tener una. idea. del buen
apetito de aquella gente, sépase que en las tres horas que duró el festín
se con!<umieron los víveres siguientes: 100 l'uentes de pollos y picho-
nes, 160 de patos y ánades, 160 de chuletas, 160 de carnero asado, 160
de fi!etes de buey, 160 de pescado, 160 de tajada.!! de lengua, 160 de
ánades ahumados, 160 de jamón, 160 de pastel de hígado de pato, 160
de langostinos, 320 de rabanillos, 160 de sardinas en aceite, S:.i> fuentes
grandes de em•a.lada, 320 de curtidos y conservas, 160 de que v Roque-
furt, 80 de langosta y 80 de cangrejos de mar.
Para. rellenar los huecos se despacharon 15,840 panecillos, 11,200
sandwiches y una. tono,lada. de manteca. Respecto á b ~ bidas, vale más
que no.3 callemos ó que resumamos diciendo que se tragaron una. cister-
na. de cerveza., otra de ponche sueco, y para los má.s desmayados 300
botellas de aguardiente doble, llamado en lengua de aquel p:.ís ,
schnapps.
La letra gótica corno causa de la mtopia en
la Infancia - La mayor parte de los alumnos de 11 á 13 años que
concurren á las escuelas de Alemania. se ven en la. necesidad de usar
lentes. La miopía. va haciendo estragos entre aquella juventud, att·ibu-
yéndoso la causa de tal enfermedad al tipo de letra gótica. en qne van
impresos los libros de lectnra y los de texto que se ponen en las manos
de los tiernos educa'ndos.
El usclentlflc A merlcancc en. español- El
Scientific American dEl Nueva York, está udversahnente acreditado co-
mo la publicación más interesante y la más antigna de las que se publi-
can en América. Sns actuales editores-propietarios la vienen pnbli·
<'ando desde hace cerca de medio siglo, durante cuyo largo período ha
tenido inmensa influencia sobre el progr<:~so científico é industrial, dise·
minando los conocimientos útiles, y coadyuvando al desarrollo de nue-
vas industrias; pudiendo considerarse como los verdaderos anales de
los maravillosos descubrimientos que caracterizan de tan marcada ma-
nera nuestra moderna época de pro~reso.
Sus editorP.s empezaron á principto de este año á publicar en caste-
llano una edición de su periédico ilustrado, con el titulo de: La Amé1·i·
ca Científica J Industrial, cuy.:> número diez tenemos á la vista. Es uua
interesante publicación mensual, de 24 páginas de á folio, impresa con
gusto y esmero, con pNfusión de ilustraciones y primorosos grabados.
~~- precio de la suserición en este país es de 3 pesos por un año.
El con~enido del presente número. es interesantísimo, mereciendo es-
pecinl mencióu un artículo ilustrado con grandes lámina.!:' sobre los
aparatos eléctricos, inventndos para. hacer el padron ds la. actual po-
bla.cion de los Estaños U nidos. En otro, acompañado de un retrato y
de una. lámtna que ocupa easi una página entera, se· da. cuenta. del tras-
lado á Suecia. del cadáver de Ericsson, célebre mecántco á quien deben
los Estados Unidos la invención de los Monitores, bu<J.ue de guerra. que
les ~;>ermitieron destruir la. marina. del l::lur y salvar la. 1degrida.d de sus
instituciones y de sn territorio.
A un acaudalado dq Saratoga, Estado de Nueva. York, se le ocurrió '
levantar en aquel punto de verano un palacio, imitación de los que te-
nían los ricos de Pompeya, cittda.d destruiña por una. erupción del
Vesuvio el año 79 de nuestra. era. Este artículo va. acompañado de unli.
magnífica. ilustración. En cuanto á erupciones no es ménos sorpren- .
dente la. de "un pozo de gas" efectuada. en otra ald"a del mismo esta-
do. Este accidente va descl'ito minuciosamente é ilustrailo muy bien.
582 - ·

Ya que la instrucción obJetiva ha sustit.uido en el día á la rntinaria


dél libro de definiciones y al maestro de escuela de aldea que creía que
la "letra. con sangre entra", ·e s sumamente satistactorio encontrar en
las columnas de la América Científica é Industrial un articulo ilustrado
sobre cla ntilidad cientifi"a de las cosas vulgares". En este artículo,
bien ilustrado, se explica una infinidad de fenómenos científicos por
medios de ciertos artículos vulgares, como las horquillas, las bolitas y
los serruchos. De grandísima utilidad para la juvantud 9.ue no puede
hacerse de buenas obras ilustradas qu/3 le ayuden á estudiar sin mae!!-
tro, este nú111ero de La Amé1-ica Científica, como todos los que le ban
precedido, tiene la "Ciencia experimental", por G. M. Hopkms. Estos
artículos constituyen una serie, que se viene publicando desde los nú-
meros enteriores.
El distinguido Profesor McCord, del Instituto de Stevens, presenta el
décim,· articulo, de una admirable serie, que contienen todas las ins-
trucciones y grabados necesarios para aprender el dibujo lineal sin
maestro.
Contiene además una revista de novedades fotográficas, (que seguirá
pu'l-.lícándose), dando en ella cue:.ta y grabados de nuevos aparatos y
fórmulas de nuevas preparaciones químicas aplicadas á la fotografía.
La sección úel periódico dedicada á "N•ltas y Preguntas» hace refe-
rencia á todos los ramos de las Ciencias y de las industrias, y su interés
es tan p0tente que no necesita encomio.
En resúmen, La América Cíentífica é Industt·ial es u1 ·a valiosísima mi-
na de datos interesantes y de utilidad práctica, que no puede menos qne
ser bien acogida por todo lector ilustrado . ó que desee ilustrarse.
Su precio es de $ 3 moneda americana, al año. La s1fscrición puede
empezar con el primer número de la publicación ó con cualquier otro.
Jultá.n del Campo- Víctima de una breve y penosa enfer-
medad ha dejado de existir el dia 18 do! actual el doctor en leyes Julian
del Campo. Hizo sus primer..>s estudios en la Escuela Normal de pro-
fesores de la Capital, donde se graduó de Profesor siguiendo más tarde
con gran éxito, la carrera de abogado. Del Campo era nn joven distin-
guido, adornado de bellas cualidades morales y que supo captarse la
voluntad y 1a simpatía de todqs los que tuvieron la dicha ae tra-
tarle.
Ha desempeñado varios puestos públicos, tales como los de profesor
del Colegio Nacional, Juez ele Paz, Secretario del Gobernador de Bne·
nos Aires y e u todos ellos demostró siem¡ re ser laborioso é inte-
ligente.
Deseamos la mayor resignación á su joven y desconsolada esposa y
á su afligida ltamilia, sintiendo desde lo profundo de nuestra alma la
desapr~rición casi repentina del malogrado amigo y condiscípulo.
¡La paz sea eterna en la tumba del'J.Ue fué Julián del Campo!
Exámenes_.:Al aparecer el presente número de la Revista, la
mayer parte de las Escuelas comunes de la Capitaj habrán terminado ó
estarán por terminar las pruebas de los adela!ltos obtenidos durante el
corriente año.
Se ap1·oxima, pues, la época de descanso para los maestros; la época.
más á propósito para dedicarse con t.iempo y libertad á la consulta de
buenas obras pedagógicas y para roflex10na,r con dewnción sohre las
ventajas ó desventajas de los métodos empleados y de los que con ma·
yor conveniencia deberán emplearse en lo sucesivo.
- 583-

No se nos diga que esto es quitar al maestro el placer de disfrutar de


sus vacaciones. Muy al contrario. El buen maestro se debe, ante todo,
á la escuela y nunca hallará mayor satisfacicón ni placer más grato
que el que le proporcione el corregir sus errores ó el hallar los medios
más fáciles y conv'lnientes de transmitir los conocimientos á los edu-
eandos,
A todos deseamos un éxito brillante y felicP.s vacaciones.
Reformas en. la enseñanza-El ministro del ramo
ha invitado á todos los miembros que forman la. comisión encargada de
dictaminar sobre los planes de estudio á reunirse en su despacho.
Muchas son las ideas que predominan en el s~:~no de esa comisión
los que daremos á conoc~r oportunamente.
Escuela Normal de profesores de la Capi-
tal-El Director de la Escuela. Normal de Profesores de la Capital,
ha dado cu~:~nta al ministerio que los profeso\'es ~e Filosofía, Historia,
Geografía Argentina é Idioma Nacional han incurrido en el máximum
de inasistencia que marca el decreto del 23 de Abril, dictado en
tiempo del Dr. Alcorta, quedando por lo tanto separados de sus respec-
tivas puestos.
LOS premios á los maestros- La Comisión encar-
gada de reveer las propuestas que los Consejos escolare:'l han hecho á
la superioridad, proponiendo las personas que á su juicio merecen las
recompensas últimamente decretadas por el C. Nacional, se ocupa en
estos momentos en dar término á su cometido y después de un prolijo
estudio elevará su informe correspondiente .
.. La Escuela Primaria .. de Mérida de Yu-
catán. Ha entrado en su quinto año de publi0ación esta importante
revista quincenal de enseñanza que con tanto acie!'to dirige el reputado
educacionista señor Rodolfo Menéndez. Esta Revista, en cuyas colum-
nas se debaten con altur¡;, todas las cuestiones trascendentales de la
enseñanza, hace honor al estado en que se publica. Reciba nuestro
estimado colega las más expresivas gracias por su afectuoso saludo y
la sincera felicitación por su cumpleaños, deseándole sólo que viva.
muchos más en vías de floreciente progreso.
.,
REVISTA PEDAGOGICA ARGENTINA
ÓRGANO DEL CENTRO UNJÓN DE NORMALISTAS

Año 111. Diciembre 1890, Núm. XXVII.

DIRECTOR:

EJM!:J:LJ:O R. OLJ:'V"±.

AÑO ESCOLAR.
Las circunstancias más 6 menos concretas porque ha pasado
el pa\s con motivo de la crisis económica y luchas ardientes
de la politica nos inducía á creer que el estado de la educación
en la Capital se hubiera resentido un tantQoo en su marcha, y
que los resultados de fio de año dej3:ran mucho que desear. Por
suerte, las causas apuntadas no han wfiuido en manera alguna,
al contrario, la labor ha sido fecunda, porque ha sido llenada
ampliamente, con brillo po_co común, según se desprende de lo.s
·brillantes resultados obtemdos en las pruebas de fin de año. El
Consejo Nacional en sus constantes visitas que ha verificado
como l:::.s que llevó á cabo, en el acto mismo del exámen, ha po-
dido constatar este hecho por demás halagador de que el maestro
de 'nuestra escuela común, en medio de la tirantez en que vive,
y privaciones que se impone, no ha de,;cuidado un solo instante
los intereses de la escuela que le están confiados, contribuyen- ·
do con esto, á cimentar dignamente el buen .nombre que nues-
tras escul:llas han alcanzado en el extrangero.
El Consejo Nacional ha tenido ocasión en este año, de poder
aquilatar el mérito de nuestros maestros, por cuanto que los
resultados de su labor han superado á Jos que realmente tenía
derecho á esperar.
La Escuela de !;o-y, no es seguramente la de ahora cuatro
años, ella se ha transformado de tal manera que los r esultados
que de ella se obtienen, son la consecuencia de la evolución que
han producido las practicas modernas y concepto actual de la
enseñanza.
Esta evolución, que se ha infiltrado en nuestras escuelas, es
el punto de ptirtida de otras no . menos saludables que dentro de
poco se harán sentir e~ la marcha regular de las mismas.
-586-

Pero no es esta solamente la faz característica de nuestros


progresos escolares, ellos alcanzan hasta el acto mismo de
los exámenes, reaccionando contra prácticas que parecían ha-
berse hecho inveteradas.
El exámen en la E scue la Común, no lleva ya el sello de esa
prodigalidad mal entendida de leos años anteriores, en que se
juzgaba el mérito de la prueba, cualquiera que e ll a fuese, con
la nota más alta de clasificación, irr·ogando así un grave perjui-
cio para la escuela y para los niños, que no podían seguir· con
éxito, por falta de preparación, el grado inmediato superior.
Hoy la reacción sobre este particulal' es ya un hecho, y un
alumno no pasa de grado sin que antes haya puesto de mani-
fiesto su buena preparación . ·
A este respecto, nos es satisfactorio hacer constar que la ¡•ea.c-
ción contra esta mala práctica ha empezado en varios distritos
donde como es nat:.:ral, produce benéfi cos resultados, tanto en
el espíritu del niño, que vé asegurado en su exámen severo su
trabajo del año, como en 'el del maestro, que ve la justicia que
este acto encie1-ra y que !u pone á sal>o de exij encias ilegítimas
de parte de los padres.
Este estado tan satisfactorio de nuestras escuelas ha debido
impresionar favorablemente el á nimo de los Sres. del Corisejo,
que ven en el personal docente sus más asiduos colaborador·es en
la gran obra de la educación común.
La «Revista Ped'a~ógica Argentina)) e nvía con este motivo,
la personal docente de la Capital, su más sincera felicrtación,
haciendo votos porque rersevet•en en la tarea, único mo~io de
destruir el indiferentismo que se nota por la escuela e.<Jmún.

ALGO SOBRE EXÁMENES.


Los últimos exámenes verificados en nuestras escuelas nos han
sugerido algunas observaciones que desearíamos fueran tomadas
en consideración, dado que en ellfls sólo impera el m9vil de corre-
gir ciert'JS defectos en el modo de proceder· en 8'stos actos, que
tanto influyen en la mc~.rcha de una escuela como en el ánimo de
los ed uca.ndos.
::-:ie ha dicho con sobrada razón, que \os exá~enes no han sido
establecidos con el simple pro pósito O.e dar notas ó clasificiones,
sinó con el de obtener t·esultados morales que esas notas no plie-

¡
. den alcanzar á expresar _con 13Xactitud . El exá.m CJn es un medio, y
no un fin. Por eso se ha de tener siempre pre;ente, q uJ el exa -
men se ha instituido para la escuela, y no la e~cuela para el exá-
men •
.
-587-

Ahora bien: tia forma en que se procede en nuestras escuelas,


responde á estos principios~
No vacilamos en responder negativamente.
Veamos lo que sucede desde el tercer grado al sexto inclusive.
La mesa examinadora indica al maestro de la clase los puntos
sobre los cuales desea que sean interrogados Jos alumnos y aqué-
lla clasifica ipdividualmente, por lo general, con excesiva gendro-
sidad, el mérito del examinando por las respuestas que ha
dadn.
;.Puede sostenerse que la clasificación dada de esta manera sea
justa?
De ningún modo.
Todos sabemos perfectamente, que alumnos muy aplicados, in-
teligentes y laboriosos,' y los primeros de la clase durante el año,
llegan á ofuscarse, por cortedad .de genio ú otra causa cualquiera,
en el momento de ser interrogados en el exámen; otros, en cam-
bio, desaplicados, perezosos ó pulas, que se han pasado todo el
año fastidiando al mae8tro sin aprovechar la más mínima utilidad
de sus lecciones, contestan bien ó regularmente por la pregunta
casual 6 por su misma desve1·güenza; otras ve(!es sucede, y esto
es bastante común, que los miembros de la mesa,-ma:•stros del
mismo distrito,- por no malquistarse con el profesor 6 por simpa-
tía con· el alumno A ó B prodigan injustamente las buenas
notas,
&Será, pues, justo que ef alumno aplicado 4 inteligente sea equi-
parado en su clasificación con el indolente é ignoracte?
De ninguna manera podría aceptarse esto si no se quiere herir
.Ja ~uceptibilidad y el amor propio del niño; y téngase presente
que esta herida moral puede traer pésimos resultados en la vida
futura del educando.
Vayamos apuntando: el ma.estro ha dicho y ha repetido muchas
veces durante el añú escolar al alumno A 6 B que no mejorando
su aplicación será imposible ~! que pase de grado; á pesar de lo~
consejos y de la¡¡ advel'tenc1as, el alumno continúa indolente y
llega a fin de curso ~abiendo lo que sabía antes de empezar el
año; pero llega el exámen y .... «bueno)), sino ((distinguidull.
¡Qué papel hace el pobre maestro! ¡,Y el alumno q:1é hará1 Na-
da: reírse en lo sucesivo de lo que le diga el maestro y del estudio;
tpara qué matarse estudiando si lós examinadores son tan compla-
cient<-1s que tengo asegurado el pasar de grado con sólo decir si·.
sl'1i01' 6 no, señod
Olro mal grave: el niño sale de la escuela con su certificado
de promoción é ingresa el año próximo en qtra para cursar el gra-
do 8upP.rior inmediato. El profe~or de la clase le hace alguna.
preguntas y .... nada. Son los rrimeros días, se dice éste; veamos,
preguntárnosle algo del grado que ha cursado. .
E:stupenda admiraciónl. ... tremendo deser.gaño! Nada., ni las
más siwples nociones del programa. Y si el tal maestro es un
poco crit1c6n y despreocupado de lo que sucede an nuestros e:xá-
- 588.-

menes, pregunta al niño: ¡,En qué escuela e~tuvo Vd.L. ¿quien


era su mae~trot ... y al ser contestado deja asomar á sus labios
sardónica sonrisa, como queriendo dtlcir: ¡Ah ... si, ya sé que allí
no lo saben hacer!
lnfelice! no goces erí tu triunfo que pronto te llegará el
turno.
¡,A quién se puede hac\lr cargos en .este caso~ Aal Director7 ¡,al
maestro1 No; á ninguno de los dos; porque ello.> no pueden ser
respon~ables de lo que no ha11 hecho; el unico que debe llevar la
responsabilidad es el que clasifica, el que dá las notas.
Veamos como podrían remediar.;;e estos males, á nuestro enten-
der, y sin necesidad de llevar ninguna reforma á los actuales re-
glamentos.
Nadie nos negará que el verdaderamsnt<:l apto para conocer el
mél'ito de los alumnos es el mismo· maes tl'o de la clase; él ha esta-
do luchando todo el año, día tras día, y conoce perfectamente las
condiciones y aptitudes de cada uno· de sus discípulos; sabe cuales
son los estudiosos y los ineptos, los meritorios a pasar de grado y
los que deben quedar aplazados. El Directot· de la Escuela tam-
bién puede ser juez en la materia pot· cuanto debe hallar·se entera-
do del estado de cada clase, ya sea púr los exámenes trimestrales
ó por sus frecuentes visitas mi en tras aquellas funcionan.
Nada más sencillo pues, que ant'ls de comenzar el acto dei'exá-
men cada mesa pida, al Director y al maestl'o de la clase respecti-
va, datos indispensables sobl'e los alumnos que se van á exami-
nar.
üe este modo· el Director y el maestro se hacen r~sponsables in-
mediatos de las calificaciones buenas ó malas que hayan merecido ·
sus alumnos.
Nada podrá tacharse, entonces, á la Comisión examinadora que
obraría con rectitud y con conocimiento de causa.
No queremos terminar este conato de idea, sin antes exponer
nuestra opinión sobre la exigencia ridícula de que en el primero
y segundo grado se dt.n las respues~as en colectividad.
iPuede juzgat•se del estado de una clase en que todos los alum-
nos contesten á la vez~
No; bastaría que en ella huhiem uno ó dos alumnos bien pre pa-
rados para que todos los demás merecieran la misma calificación .
. Hé aquí lo que varios autores dicen al respecto:
.:Hay algunos, 'dice Fitch, que cuando están preguntando, espe-
cialmente cuando las clases son numei·osas, sa coutentan con ob-
tener respuestas de a1uellos qu'l alzando la mano manitfesta n saber
lo que se pregunta. Este método será sencillo, pero poco satisfac-
torio. Todo alumno debe estar seguro de quo se le preguntará y
de que el monor deRcuido le expondrá á ser recusado.>>

«Nunca Lomemos como medida del adelanto ni de las aptitudes


de la claee la prontitud con que respoadan algunos niños inteligen-
tes.,.
-589

cLa experiencia ha demostrado, dice Torres, que cuando una


clase acostumbrada á est9 sistema es sometida á un examen indi-
vidual, los alumno~:~ no muestran facilidad y la animación que ellos
mostraban colectivamente, sino, por el contrario, toda la debilidad
consiguiente á la au~encia de aquella acción independiente. y sin
resp"nsabilid ad. »
Con esto creemos que bastará para dejar sentada la justicia de
11 uestras obselVaciones y que ellas serán tomadas en consideración
para lo sucesivo.

EL DESARROLtO DEL SENTIMIENTO MORAL EN EL NIÑO.

11.

Es en Jos estados efectivos, bien entendido, que debe buscarse el


punto de partida de la evolución moral. Todo lo que la razón desa-
nollada puede comprender de virtud y energía hácia el bien, todo
Jo que la conciencia de un Kant, por ejemplo, tiene de belleza mo-
ral, tiene por principio este simple hecho que, naturalmente sensi-
ble al temor y al dolor, el niño reprime su llanto y sus gritos ante
las n1anjfestaciones amenazantes de la voluntad de sus parientes.
((Un hombre incapaz,· por hipótesis, de esparimentar placer ó pena
dice M. Ribot, sería incapaz de atención»; ~ería aun más incapaz
de moralidad.
La primera forma de la conciencia moral, es pues el temor á la au-
toridad paterna y materna. Todo el mundo está, más ó menos, con-
forme en reconocerlo. El bien. en la primera concepción
de todo niño, es simplemente lo ordenado ó permitido, el mal,
Jo que está prohibido. Prey er, que no ha por lo demás consagrado
sino breves líneas á la cuestión que nos ocupa, constata que, en la
mitad del segunr.o ato, el conocimiento del bierí, esto es, de lo que
está autorizado ó mandado, y del mal, es decir, de Jo que está pro-
hibido, es adquirido después de cierto tiempo. Y JameB Sully es-
cribe: ((La repugnancia del niño á hacer mal es únicamente el sen-
timiento egoísta que le impele á detestar ó temer el castigo-.. Para
ser más verídico, el mal, diremos, es menos para el niño la defensa
hecha por Jos parientes, que las con~ecuencias desagradables á que
se espone, si desobedece.
Y á decir verdad, en la edad en que el niño aun no está en est.a-
do de comprender el sentido de una orden ó de una defensa, la edu-
cación de la moralidad ha echado ya en él sus primeras raíces, por
la resistencia muda é inflexible que á su voluntad han opuesto los
-590-

que le rodean. Hemos conocido madres que consiguieron de sus


hijos que no las despertaran durante la noche, que no las despertaran
para m>1-mar, sólo no cediendo á sus ruegos y pt•obci.ndoles así lo inú-
til de sus gritos. La operación et'a a.l principio pea osa y exigía cier-
ta paciencia: era el padre que de t:lllo se encargaba y que, durante
muchas noches consecutivas, llevaba al niño á su cuarto, Es en este
sentido solamente, y, durante un tiempo harto corto, que conviene
aceptar y aplicar la máxima que Rousseau quiso estender más alláde
los primeros meses, y que consiste en inclinar ante la necesidad los
ciegos deseos del niño. Luego que eso sea posible, es bueno que la
voluntad que orüena, y luego la que aconseja, se sustituya á la ne-
cesidad que impone¡ y no se hablará nunca demasiado pronto a 1 niño
cte sus deberes.
No hemos llegado aún. Las primeras lecciones de moral, es la
voluntad imperativa de los parientes qu::~ la dán. No es necesario
que esta voluntad, pa1 a hacerse obedecer, se arme de todo un cor-
tejo de castigos, que no tendría :·azón de ser con un niño recién na-
cido¡ basta que s0 manifieste. Qué padre no ha esperimentado, como
nosotros, que levantando la voz, tomando un aspecto gt·ave 6 severn,
ó amenudo hablando á la razón, si no siempre, h'l supimido los pe-
queños tumultos del niño pequeño: con una condición por tanto, es
que se trata así desde la primera aparición que se quieren reprimir.
Hay en el fondo del niño una docilidad natural que es como excep-
ción á la regla, especie de temor instintivo, que es necesario saber
usar con discre0ión, por lo demás, si no se quiere esponer á prepa-
rar un carácter servil. Los llamados de la educación moral no serían
entendidos como son, si no hallaran en el natural del niño un instinto
inconsciente y adormecido que trata únicamente de ec~clarecer y des.
pertar; y este instinto no es exclusivamente el sentimiento de la
debilidad en presencia de la fuerza. Es esta una disposición especial,
que la naturaleza trasmite al niño, fortificada si no creada por las
costumbre morales, por los esfuerzos virtuosos de nuestros antepa-
sados. «El niño civilizado, dice muy bien Guyau, en vez de ser, co-
mo el salvaje, sin ley, ni freno, .está dispuesto á recibir el yugo de
la ley. La educación ·halla en él una especie de legalidr.d preesta- .
blecida, de legitimismo natural». 'ral et< también el parecer de Sully
y Egger: «El nil1o muestra desde temprano disposición á~>ometerse
á la autoridad agana, y este instinto moral no es probablemente si-
nó el resultado hereditario de la experiencia social y de la cu;tura mo-
ral de varias generaciones)).-«Que, en unasociedadcivilizada como
la nuestra, la educación favorece mucho á la razón de la infancia,
no es dudoso, pero lo que lo es menos, es la docilidad natural de la
infancia á seguir, á este respecto, las lecciones que recibe».
Instinto eterno ó adquisición hereditaria, es un hecho incontes-
table, en todo caso, que el niño se inclina voluntario ante la regla .
que su imaginación encarna en la voluntad de sus padres. ·Y eso es
tan verdadero que el niño llega bien pronto á querer aplicar la regla,
no solo así mismo sinó á los demás. A los veintitr~s meses, el hijo
de Tiedemann •dirijióse á un paraje donde fué castigado la semana
- Mll:.......

precedente, por haber '3nsuciado; y sin otra provocación, dijo que


cu~tlquiera que ensuciara el aposento recibiría puñetazos~. El niño
generaliza pronto; la idea do la regla s~ desprende poco á poco en
su espíritu de la consideración de las personas que la representan
á sus ojos. Au·s entes su padre y madre, se habitúa á conformar·se:
testigo&] niño observado por Preyer., que, á los treir.ta y dos me~es,
no podía ver á su niñera contravenir las prohibiciones que le habían
sido hechas, por ejemplo hacerle comer con cuchillo, sin protestar
con vivacidad.
Por importantes que sean estas primeras disposiciones del niño
para la adquisición futura de Ja~ distinciones morales, es imposible
ver en él nada que se asemeje á la verdadera moralidad. Todo se red u.
ce á un impulso de obediencia, 6 á la asociación que se establece eu el
espíritu del niño entre ciertos actos y las consecuencias desagradables
de esos actos. La fuerza del principio de asociación es tal, poc lo
demás, que el niño . que empieza por temer y aborrece~ los castigos,
consecuencias pronosticadas y previstas de sus faltas, concluye por
detestarlas.
Seria, pues, abusar de las palabras, querer, como M. Bernard Pe-
rez, por ejemplo, atribuir sentido moral al niño. Parece qu~ M. Pe.
rez se reprocha acordar demasiado pocu, y hacerle la medida muy
corta, fijando A los seis ó siete años el primer despertar de la mora-
lidad. <<La noción objetiva del bie11 ó del mal: gérmen intelectual
del sentimiento moral, no puede constatarse, ·dice, antes de los seis
ó siete meses de edadn. Darwin mismo, tan generoso para los ni-
ños y animales, declara no haber observado el sentimiento moral en
su hijo sinó á los troce meses de edad. Pero no nos atenemos á
meses más 6 menos, pues estamos convencidos que, ni á los dos años,
ni á los tres, ni aun más tarde el niiio está en estado de discernir
el bien del mal. Para suponerle capaz de moralidad, sería preciso
aceptar una difinicion inexacta del sentimiento moral, una defi.ni- •
ción que confirmaría y atenuaría su alcance, y una interpretación
ilusoria de ciertos actos de la vida inf!l,ntil. Cuáles son los ejem.
plos citados por Darwin y M. Perez7 A los dos años y siete meses y
medio, cuenta Darwin, hallé á mi h1jo Doddy al salir del comedor,
y observé que sus ojos brillaban más que de ordinario y que tenía
en su actitud algo de afectado y extraño; entré al comedor, para Vtlr
lo que había hecho, y reconocl que el pícaro había tomado azúcar
en polvo, que sabia le estaba prohibido. Como nunca había sufrido
o! menor castigo, su actitud no podía ciertamente deberse al temor;
y ·crei que era preciso atribui1·la á la lucha entre el placer de comer
azúcar y un principio de remordimiento». Sé que, para justificar su
conclusión, Darwin tiene cuidado de hacer notar que Doddy no fué
nunca castigado; pero Doddy no ignorába que le era prohibido comer
azúcar, y esperimentado, sin duda, que toda prohibición violada
correspondía por lo menos el descontento de su padre y la privacion
de caricias hal•ituales. Y Doddy, sorprendido en flagrante delito, es-
taba asustado, únicamente por creer que caería en desgracia. Lo es
taría quizá por preve'3r no serle posible volver á hacerlo, y satisface_
r
-592-

nu~vamentesu glotonería. Por lo mismo el hijo de Tiedemann, de diez


y siete meses de edad, se ocultaba para comer azúcar, segurament'3
no por sentimiento de ve1•güenza sino para no ser turbado.
Los hechos invocados por M. Perez son de igual naturaleza. Un
niño de once meses obedece, cuandv su padre ahueca la voz y le
dice con severidad: «cállate».
No qui ere aiejarse, y se consigue haga algunos pasos, ofrec:éndole
alguna golosina. Es nece3aria buena voluntad para decorar con
calificativo de morales, accion es en que sólo se manitiJsta el des¡,o de
una satisfacción material, ó el temor de un dolor asociado por la
memoria á taló cual acto, todo lo más la distinción entre las cari-
cias y amenazas paternales. La asociación de ideas y la 111emoria,
se añaden á una sensibilidadegoidta, consciente del place~ y la pena,
que, basta a esplicar la obediencia relativa que se consigue de . un
niño naturalmente temeroso, y rehusamos absolutamente creer
que un nene esté enposestón del sentimiento moral, desde qu obe-
dece por costu'mbre ó temor.
____.,____
Educación, instrucción, enseñanza y cnltnra. (i)

Considerada en su acepción más lata y más genuina á la vez, la


educación no es otra cosa que el trabajo que cada uno pone incons-
ciente ó conscientemente, ayudado de un modo indirecto ó inten-
cional por otros, y siempre bajo las influencias del medio natural
y social en que vi ve, para realizar su naturaleza en vista de darle
la perfección de que sea susceptible, y de las exigencias de la vida
y de nuestro de.-~ tino.
Supone esio, de parte del que se educa, un trabajo personal re-
tlexivo, que no siempre se halla en condiciones de poner eu la me-
dida y con la intención y el alcance necesario!'l. Y como además
el sentido vulgar refiere la educación, no meramente á la que el
hombre debe á sí mismo, á su p1·opio esfuerzo, sinó prmcipalmente
;
a la que recibe el niño de otras personas, que, mediante accíones
intencionadas y sistemáticas, excitan, favorecen y dirigen el de-
senvolvimiento espontAneo de su naturaleza (por lo que se dice
que es «Una casuística super·ior enteramente fundada en la previ-
sión, el tacto, la experiencia y la bondad) , se puede asentir, den-
tro de estos limites, á la idea de que la educación con~iste, como
dice Dupanloup, en ((guiar á la niñez á la completa realización de
su naturaleza humana,» preparando á los hombres, como dice He-
bert Spencer, para vivir la vida completa; sentido este último que

(l) Oe un libro en prensa.


-593-

recuerda la antigua fórmula, tan sencilla como verdadet·a, de que


la educación es el aprendizaje de la vida en toda su complexión,
asi del cuerpo como del espír·itu, é individual como social, por lo
que su acción influyente se ejerce sobre todos los modos y esferas
de la actividad humana.
Son numerosas y distintas las definiciones que se han dado de la
educación,· lo cual es debido á la diversidad de puntos de vista en
que se colocan sus autores; pero puede afirmarse que tod~s·con­
forman en hacerla consistir en el «desenvolvimiento» de nuestra
naturalt.. za para que alcance la «perfección» de que sea suscepti-
ble. Todos convienen, en efecto, en que educar t del latín «edu-
cere»), vale tanto como d~senvolver los gérmenes que exist~n en
el niño, desdoblar, hacer salir, sacar á fuera lo que hay dentro,
mediante un conjunto de acciones metódicas, a que se da el nom-
bre de «cultura». De aquí que el lenguaje cot•riente, «desarrullar,
cultivar y educar» se consideren como expresiones sinónimas.
Este desarrollo de las facultades y energías tiene por objeto la ·
perfección de nuestra naturaleza, «ese noble fin de la. educación y
de la vida», para que el hombre sea lo que debe ser, que es en lo
que en último término consiste la perfección, por lo cual dijo ya
Platón.
«La buena educación es la que da al cuerpo y al alma toda la.
perfección y toda la belleza de que son capaces.»
En excitar, favorecer y dirigir el desarrollo espontáneo de cuan-
tas energías int~gran la naturaleza psícofísica del niño, para que
adquieran la perfección posible y se forme el hombre en toJa su
plenitud, en condiciones de realizar su sér, vivir la vida completa
y cumplir sn destino, es en lo que consiste la educación, tomada
en el sentido que más conforma con el objeto de este libro. Pot·
su resultado cabe decir que es una suma de hábitos.
Aunque la educación é instrucción no son en el fondp entera-
mellte distintas, como algunos pretenden, conviene distinguirlas
para evitar confusiones y errores de trascendencia.
La educación comprende la cultura de nuestra naturaleza, en
vista de darle la perfección posible y prepararnos para la vida
completa; abraza en lo tanto, el desenvolvimionto, ladireccióny la
dis:ciplina de todas nuestras energías. La instrucr.ión se dirige prin-
cipalmente á la inteligencia, y aunque puede y deba obrar sobre
las demás facultades, lo hace de un modo indirecto; su fin inme-
diato es suministrar conocimientos positivos, por lo general con-
cretos y ya formados. En la educación hay que sacarlo todo del
fondo de la naturaleza misma del educando, por lo que tiene qu'l
ser según lo que es ésta, por la instrucción, lo que se hace es
aumentar ese fondo con las adquisiciones qn'l proporciona: la una
consiste en desdoblar, en sacar á afuera, en determinar direccio-
nes y dar un sentido, y depende más del trabajo persona l del que
se educa; la otra por el contrario, peocede llevando de afuera aden-
tro, da el cono~imiento formado que generalmente es histórico, y
es obra de comunicación y acumulación. La educación es más pro-
-594-

funda y mas extensa que la instrur.ción, que la completa. La edu-


cación es el todo de la labor que representa la cultura de nuestra
naturaleza y.la instrucció es, á la vez que una pm·t e, un medio
de esa labor, en cuanto que ésta. supone siempre la posesión de co-
nocimientos, y al suministrarlos para ~dquirirlos se perfeccion::~.n J'
á veces se ejercitan y desenvuelven las facultades á que se refie-
ren, no sólo por el trabajo que esto implica, sino por la influencia
educa ti va que ejerce el saber.
Es frecuente tomar por la edución la mera instrucción y decir
que está educado quien sólo es instruido en cuyo caso se red uce la
tarea. de educar á la de instruir. Sin negar la eficacia educativa
de la instrucción, cuyo influjo moralizador reconoce todo el mun-
do, y sintet.iza el aforismo por el que se declara que «sin luces no
hay moral», no puede desconocerse que no basta ser instruído pa-
ra vivir en las condiciones que presuponemos cuando pedimos una
buena educación: se pueden posee r conocimientos y tener la in-
teligencia r.oco apta para pensar, yermo ó viciado el corazón, en
ferma la voluntad y atrofiadas las energías corporales. Es, pues
un error.lamentable ~omat• · la mera instrucción por toda la educa-
ción. Incurre11 en él muchos padres, que preocupándose sólo de
exterioridades, é inducidos á ello, sin duda, por esa confusión de
conceptos, cifran toda la educación de sus hijos en qu e ?.dquieran
muchos conocimientos en poco tiempo, sin cuidarse de lo demás
que es necesario para formar al hombre, con lo que dejan manca
y aun v1cian la educación de aquéllos.
Este error trasciende á toda la vida y tiene su asiento en la mis-
ma escuela, en la que mer·ced á su influjo, se atiende más á ins-
truir que á educar, dándose el hecho (más general y arraigado de
lo que se presume) de que se despoje á la enseñanza del caracter
educativo que debe revestir', para hacet'la meramente didáctica ;
con lo que la educación verdadera, la que eleva el alma, forma los
mud<>les, las costumbres y el carácter, perfeccionando y ennoble-
ciendo todo nuestro sér, queda, cuando no nula por completo, re-
ducida á su minima, más estrecha y m ás seca expresión, por lo
que no puede menos de dar frutos menguados, cuando no son con-
tra·p roducentes.
Se toma generalmente la enseñanza como el acto ele comunicar
conocimientos positivos mediante la palabra (por lo común), en cu-
yo sentido se la confunde con la instrucción, por lo que con fre-
cuencia se emplean indistinta mente ambos términos, no obstante
existir entre ellos bastante diferencia, sin duda, porque se olvida
el ~oncepto genuino de la anseñanza: enseñar equivale á most1·ar,
índicw·, pone,· delante, dm· guía y di1·ección . La esfera de acción
y el fin de la enseñanza son más ámplios que los de la instrucción .
Se enseña (y se aprende, por lo tanto) á hablar, á ver1 á observar·
á discur·rir, á pensar, á obrar, á vivir, en una palabra. Se ins-
truye á uno ó nos instruimos en gramática, en geografía, en cien-
cias, en moral, etc. La instrucción se limita á la adquisición de
conocimientos de parte de quien se instruye; es una mera función
-595-

intelectual, es á. lo que se ha querido reducir y se reduce con de-


plorabl e frecuencia la enseñanza. Comprendiendo esta dicha fun-
ción, que constituye un fin particular de ella, atiende á la integri-
dad de la natura leza del que la !'ecibe, á despertar sus ener~ias,
no sólo menta les, sino todas la& que constituyen su sér; á dirigir
la formación de su inteligencia, de sus sentimientos, de su volun-
tad, de su mora lidad y de su carácter, mediante la instrucción
misma, la palabra y el ejemplo del que enseña, y los ejercicios de
to.dás clases y lá disciplina á que se somete ~1 enseñado, cuya ac-
tividad excita y favorece más que la instrución, en la que predo-
mina la receptividad. La enseñanza supon e siempre la acción in-
fluyente y directora de una persona ó colectividad (la que onseña)
sobre otra (la que es objeto de ella,) mientras que 1~ instrucción
podemos adquirirla y la adquirimos por nosotros mismoS', tomán-
dola de los lLros, de las cosas que nos rodean, de los hechos que
se realizan á nuestro alrededor ó de que tenemos noticia, etc. J;.a
enseñanza tiene por objeto, no sólo instrui1·, sinó á la vez y pre
ferentemente educm·: su fin es la educación, de !~ que es por lo
menos la función primera (la directora, que en la práctica suele ·
ser ·la única), y por Jo tanto la instrucción también.
A.nbos términos, el de educación y el de instrucción, parece
que se armonizan y congloban en el concepto en que con frecuen-
cia se toma el de «cultural). Ya hemos visto que, aplicadas a
todas las facultades, ccullivarn, «desenvolver)), «educar», son ex-
presiones que en el lenguaje pedagógico se emplean como sinóni-
mas. Pero en el uso corriente se da otro sentido á la palabra cul-
tw·a. Cuando se dice que taló cual person.1 tiene mucha cultura
ó posee unágran cultura literaria, filosófica, etc., lo que quiere
significarse es que atesora bastantes conocimientos, una instruc-
ción vasta en general ó en esos estudios. Sin embargo el hombre
culto no es, en el lenguaje usual, el que sólo posee conocimientos
no vulgares, sinó el que á esta condición une la de cierta finu-
ra de maneras, distinción y corrección en el decir y pt·oceder;
algo, en fin, que avalora su saber y que revela cierta edu-
cación. Por esto se dice también que este 6 el otro sujeto po-
ee un «lenguaje cultoll, ·«modales cultosn, ó tiene un «trato muy
culto)); se habla de las «costumbres cultas)) de un individuo ó de
un pueblo, y se considera la segunda enseñanza como una cultura
general, no sólo en cuanto comprende conocimientos generales,
sinó p01·que además se la supone intención y finalidad educa.tivas,
En tal sentido, el concepto de la «cultura:. se identifica, en el len-
guaje social, con la posesión de conocimientos no comunes y de
algún caracter de generalidad (que es lo más pt•opio), unidos á cier-
tas manifestaciones de buena educación.
p. DE ALCANTARA GARCIA.
596

D:CSCUESO
PRONUNCIADO EN EL INSTITUTO NAC 1ONAL POR EL

SR. PABLO A. PIZZURNO.

No hace mucho tuve e n mis manos una estampa representandO


un niño con su cartera al brazo, y que, camino de la escuela, se
ha detenido un momento á contemplar un grupo de gallinas co-
rriendo libres por el campo, al pié de esa estampa se leía esta es-
clamación, surjida espontán ea, igénua, con cierta mezcla de pesar
y envidia, da lábios de la tierna criatura: Felici di voi galline che
. non andate á scuola!
Esa frase es toda una historia; ella condensa admirablement~ la
vida del niño en la escuela de ayer.
Ese niño va á la escuela porque no puede hacer lo contrario ;
porque le obligan á ir.
Qué largas le parecen las horas que en ella pasa 1 -Cuánta in-
diferencia, sinó repulsión le in spira tndo lo que allí le rodea!
El niño es todo movimiento, vida, animación; todo lo quiere ver,
tocar, destruir, I'ecomponer: desea conocer; por eso en cuanto
puase caminar todo lo mira, lo toca, lo m neve de un lado á otro,
lo tira, lo levanta, lo deja; ei habla preguuw, qué es, cómo se llama ,
para qué sirve; ama las estampas, los j ugu.,tes, las narraciones.
Pero su deseo de saber no es lo único que ejercita su actividad;
su cuerpo necesita aire, luz, movimient0; por eso corre, salta, trepa
por todas partes, grita , 110 pe¡·man·ece cinco minutos en el mismo
punto. .
Es la nl\turaleza que habla indicando al padre y. al maestro cuál
es el alimento que deben dar al nino.-Pero ese lenguaj e tan elo-
cuente y fácil de entender ni sacude con su elocuencia los espíritus
ni es siquiera entendido.-Y el niño enviado á la escu ela debe sen-
tarse en su banco, cruzar los brazos, h ablar t an sólo t·uando se le
pregunta, sin tener el derecho de pregunt ar cuando desea saber
algo. ·
Pronto termina la atención que en el primer mom ento prestó á
lo explicado; la novedad lo atraía. Quince minutos después se
siente molesto; no puede estar sentado, qui ere levantarse, salir,
correr, gritar.
-«Quédate ahl y cruza los brazos!»
El niño tiene que obed ecer; se queda. en eu puesto, cruza los bra-
zos, formuland6 interili¡'IDente una quej n fl ntarga, tal vez una mal-
dición. Pero no es posible que esté quieto; vuelve á moverse, y a
-597-

se inclina á . la derecha, despu és á la izquerda; apoya la cabeza en-


tre las manos.
-«Quieto¡ Cruza los brazos!
Y esto hoy y mañana y siem;¡re.
Y si el niño no aprende porque no entiende, se le castiga. para
que aprenda ó se le ofrece un premio para que entie,Jda. -Como
en la escuela no ha aprendido, el maestro le d8 deberes para hacer
en su cas a; y los padres que ven en ello el interés que el maestru
se toma para enseñar á sus hijos se felicitan y llegan hasta po-·
nerles un maestro repetidor que les ocupa las horas de la noche
destinada al juego y al descanso.
Pobres niños! E ;; así como duran te todo el día y todos los días
debeu sofocar · las exigencias de la naturaleza en detrimento de su
salud fisica, de su salud intelectual, de su salud moral. ·
Ese niño languidece, su ·cuerpo falto de ej ercicio no se desarro-
lla, crece raquítico, endeble, torpe. Es posible que vencido por el
maestro se someta y vejete así v:arios añ os.en la escuela para salir
por fin de ella sin la actividad y anhelos con que· entró, frío é in-
diferente á todo y perdida la pureza del corazón.-Y si nos ~ somete,
él sometera en cambio todo á su capricho, será uno de esos alum-
nos que ciertos maestros llaman incorregibles y que expulsados de
cada escuela las recorren todas 6 de todas se alejan pa.ra siempre!
Y bien, señores, es cierto que .l a escuela de hoy no es exacta-
mente la escuela que he bosquejado imperfectamente, pero no nos
hemos alejado mucho de ese modelo.
Los niños del mayor número de nuestras escuelas, h,ablo de todo
el país, están también en el caso de exclamar: «Felices vosotras
gallinas, que nováis á la escuela!'' ·
Los planes de estudio, los programas, los horarios, todo ha sido
cambiado y mejorado on parte, es cier:to, pero los resultados no res-
ponden aún á la importancia de la reforma.-Es que tal vez los '111.
cargados de aplicar aquellas, no han comprendido bien el objeto
de la escuela 6 carecen de los medios necesarios para convertir en
hecho esa aspiración del educacionista moderno.
La materia prima existe, la manera de trasformarla está indicada J '
y los medios de hacerlo también, pero falta el artista que ejecute
y mientras no lo tengamos, no tendremos escuelas.
Es necesario que se comprend11. bié n que liecesitam"s hace~
la escuela para la vida y no para el examen; que el niñó va á ella
á prepararse para ingresar á la sociedad y trabajar en el mundo
y no para presentarse á fin de año á una mesa examinadora; es
necesario que prescindamos de la instrucción rutinaria de ayer y
la reemplacemos por el cultivo de todas las facultades; debemos
desterrar de ~>na vez los métodos que matan la inicia ' iva indidi-
dual encerrando al niño en un cír-culo de hierro del que no puede
salir; dejémosle ejercitar sus facultades libremente; hagámosle
obse:-var lo que pasa á su all'ededor. que todo lo analice, que mi-
da, que toque, que haga comparaciones, .que exprese sus iuicios;
alternemos el descanso con el trabajo; el ejercicio fícico sistemá-
-598

tico con el ejercicio libre más 11gradable al niño y no menos prove-


choso; habituémoslo á la práctica del bien, formemos en él el hábito
de la obediencia, no exigiendo de él sinó lo t:¡ue . sea justo pedir,
pero siendo intrasigentes con la violación de la regla establecida.
Formemos en ellos el hábito del trabajo útil y fecundo, pero sin
imponérselo por la violencia.
Es necesario que los alumnos lean, es riban, cuenten, dice Bui-
sson, pero es menester también que al levantar la cabeza del cua-
derno encuentren delante de sí una figura inteligente, risueña, simpá-
tica, agraciada, una mirada. 6 una palabra de aliento, reproches
rápidos. una palabr· que lo vuelva al deber, y no el castigo bes-
ti!J-1, maquinal, ciego, que tiene todas las apariencias de una ven-
ganza del maestro impacientado; es menester que siep.tan cerca de
sí alguien que los guie , que los observe, que los ayude, que les
haga recobrar aliento, que los sosfenga, que los estiml)le,-alguien
que los ame!
· El maestt·o que ama á los niños es amado por ellos y entonces y
nada es difícil en la el'lcuela.
Ese maestro no ·encontrará excesivo el número de materias que
comprende el programa, ni atribuirá á esa cam·a los fracasos qúe
otros expe:imenteu.
No basta que se les enseñe á leer, á escribir, á contar, á trazar
a
una circunfer,mcia, á definir el verbo, repeti.r de memoria cien
reglaf> gramaticales, á contar los ríos que atraviesan una comarca,
á definirlo todo sin entender tal vez de nada!
Es necesario que todo el trab11jo qu·e se haga tenga su repercu-
. sión en la cultura general; debe aprenderse á leer y á escribir por-
que esos son elementos indispensables de comunicación y medios de
perfeccionamiento en la vida, pero la lectura y la escritura y la
gramática y la aritmética, podrán llegar á ser armas contra el
bienestar de la sociedad, si el 'qUe ha de esgrimirlas no las usa para
comba.tir e]· mal y hacer el bien, porque su educación moral ha si-
do dnsatendida, la formación del habito· del bien descuidada.
Hombres instruidos y buenos, hombres ilustrados y virtuosos,
hombres que no tengan más norma de conducta que la que ~ todos
impone el deber; ciudadanos en su pátria capaces de sr.crificarle
todo, placeres, comodidades, fortuna, afecciones hasta familia; eso
es lo que debe producir la escuela.
Nos falta educación civica, señores, que forme al ciudadano; esa
educación civica que se d·efinia en el juramento que hace dos mil
años pronunciaban allá en Atenas jóvenes imberbes aún mientras
de~filaban ante el pueblo congregado para recibir cada uno _las ar-
mas con que había de ir al combate en busca de la victoria ó de una
muerte honrosa.
«Yo juro, decían, no deshonrar jamás estas armas sagradas, ni
abandonar mi puesto en la batalla. Combatiré por mi pais, há ll e-
me solo 6 acompañado .- Yo no dejaré después de mí á la patria de-
bilitada, sin ó más poderosa y más fuerte que nunca. Obedeceré
las órdenes que la prudencia de los majistrados sabrá darme. Me
,

599

someteré á las leyes, á las que están actualmente en rigor y á las


que el ptlebli' establecerá; y si alguno quiere derribar esa~ leyes 6
desobedecerlas, yo no lo toleraré; combatiré por ellas, 6 sólo ó con
todo:>!
Que el nifio aprenda en la escuela á admirar el patríótismo, la ab-
negación de los próceres que nos legaron un·a pátria gloriosa, que
sienta su vo.z emocionada de gratitud y cariñe cuando oiga pro-
nunciaró pronuncie los nombres de San Martín, de Belgrano, de ~
Moreno; que no refieran con la indiferencia con que repiten una de-
finición gramatical y enumeran ln13 departamentos de un país, 1, re-
laciÓ)l de los hechos que constituyen nuest!'a Historia Nacional.-
No, por Dios enseñémosles á respetar esos nombres, que les erijan un
altar en su corazón y que sea el ejemplo de nuestros grandes patricios
el q •1e les guíe en el cumplimiento de sus deberes cívicos.- Y ma-
ñana cuando se disponga á abandonar la es~uela próximo á actuar
ya en su en su patria en su carácter de ciudadano, digámosle: «Ve,
pero recuerda que todo no ha concluido; los que te han precedido
trabajaron mucho y mucho, han ¡;:ufrido para legarte el estado social
de que gozas; pero ese estado no es perfecto; 'tú no puedes dormirte
sobre su obra¡ es necesario continuar trabajando en ella, perfeccio-
nando; es necesario sufrit• tambi én para legar á los que te.sucederán
un estado social más cercano del ideal de la justicia.
Es una educación general, armónica, la que debe proponerse dar
el buen maestrn; y la dará con acierto si estudia la naturaleza física
y psíquica del niño y sí aplica en la trasmisión de los conocimientos,
en el desarr0llo corpora.l y en la formación del carácter las reglas
que de las leyes naturales se desp~enden.
· E incluyo como complemento lógico y necesario, la enseñanza
manual, triunfante hoy en todas partes á pesar de la críticas acerbas
de Jos que han querido destruirla porque no la conocían.
Como mitlmbros de la familia humana sólo siendo educados pue-
den ocupar dignamente su puesto en ~liD: pero necesitan serlo mas
aun los pueblos que deben gobernarse á sí mismos, los que han de
elejir á sus representantes y mandatarios, lo3 pueblos republicanos:
en ellos, más que en otra forma de gobierno, la virtud es la base in-
dispensable de su prC'fperidad y grandeza.
Estas verdad e .~ están ya fuera de discusión pero he querido repetit·-
las para decir convencido y con franqueza· que la educación que se
dá en nuestras esquelas públicas y privadas deja aún mucho que de-
sear; y la necesidad de reformarla se hace sentir cada día más im-
periosamente en preser.cia del mercantilismo que asoma por todas
¡.¡ar~es y que amenaza ..:oncluir hasta con los sentimientos más no-
hiN del alma que se rinden hoy al éxito material y facil.
En las. escuelas oficiales se ha iniciado ya la reforma, las a u tori-
rlades escolares se ocupan de ello con empeño y es de esperarse que
no pasarán muchos años sm que la escuela oficial sea escuela en
que se dé educación integral, racional y nacional.
En las escuelas privadas ..... esas ....• que también las llaman
escu"'las tienen otros fines que llenar 6 son otros los fines á que res-
ponden entre nosotros.
-600-

No hay para que ocuparse de ellas eri este momento.


Pero es que á las escuelae particulares concurren por múltiples
razones que no son ni la bondad de la enseñanza ni la excelencia de
la educación, los niños de las primeras familias, una juventud bri-
llan~e, de la dirección de cuyos primeros pa sos v~ á depender que
esa JUVentud sea mañana digna de ocupar los altos puestos que en
la sociedad y en la dirección del país les esperan sin duda alguna.
Ah! Quién sabe si en esas escuelas de las que han .salido varias
generaciones y en las que nunca se enseñó al niño el culto de la
patria, .el respeto - á la ley, el amor al bien, quién sa~e digo, si no
es en ellas que encontraríamos la causa que ha producido gran par-
te de los males, de las vergúenzas que hoy experimentamos!
Y bien señores, la fund acion del «Instituto Nacional » á cuya pri-
mer exhibición pública asistís no responde á otro objeto que al de
iniciar la reforma en la educación particular.
Esa reforma la r eclama nuestro progreso general, la reclama el
porvenir de nuestras generaciones más distinguidas.
Cien veces al recordar con el que es hoy mi compañero de direc-
ción de este instituto, se"ñor Tufró, las impresiones que recibimos al ·
visitar los mejores establecimientos educacionales de Europa nos
preguntames: ¡,Por qué nosotro s los .argentinos no hemos de tener
escuelas iguales~ por qué no hemos de tener establecimientos á los
que los padres puedan enviar sin temor á sus hijos~ por qué no t e-
nerlos si no faltan el ementos para realizarlot
Los que hoy tomamos la iniciativa somos humildes, pero decidi-
dos. No se nos oculta la Jificultad de !a tarea, doblemente grande
en las actuales circunstancias, pi¡lro á pesar de todo no nos acobar-
damos y el Instituto Nacional es ya un hecho. Somos en grupolos
que actuaremos en él directamente y cada día; pero somos muchos
porque nos acompañlt el concurso de opinión de gran parte del per-
sonal docente argentino, al que de tantos años estai'J'!os vinculad•JS
por la simpatía, por los lazos que crea la comunipad <ln la lucha,
la igualdad de los fine;:- que la p1·ovocan; y seremos más porque
asegurada. la vida material de nuestra institución, procuraremos

l
conquistamos la entera confianza, más aun, dejadme decirlo «el
cariño de vosotros, padres de familia, y de todos los que acercándo-
se á esta casa se convenzan de que es casa de trabajo útil, honrado,
consciente y entusiasta !
Venid, venid siempre! Las paredes de una escu_ela deben ser de
cristal, se ha dicho, y con mucha razón; deben ser de cristal para
que todo el mundo pueda ver lo que pasa dentro: los padres porque
dentro están sus hijos y el pueblo y el estado, porque esos hijos se-
rán mañana ciudadlt:lo~. Por eso dijimos en nuestro Programa al
inaugurar las clases, que el Instituto no tendrla ni días ni horas se-
ñaladas pam ser visitado por los padres: entendemos que ellos tie-
nen el derecho d"e entrar en todos los momentos y presenciar todos
los ejercicios. No tememos ni temeremos nunca que se nos visite,
lo desearemos .siempre para satisfacción propia, para que conste que
cumplimos nuestro deber; lo solicitaremos á menudo de quienes pue-
- 601-

dan darnos un consejo, ó haremos una indicación que importe in-


troducir una mejora 6 corregir un error.
No hay término medio posible: 6 se abren las puertas de par en
par 6 se cierran completamente arrancando el escudo que anuncia.
la existencia de una escuela, donde solo hay una calla en la que se
espec ula descaradamente con lo que existe de mas digno de respeto:
con la educación de la infancia, con su salud física y espirituall
No me llaméis inmodesto porque me he expresado con franqueza
en favor de la iabor que acometemos; no hablo por el trabajo que
personalmentll haremos Jos directores; hablo por el de nuestros com-
pañeros, por el de todos, hablo por el de los niños, que serán coadyu-
vadoresmuy principales en la obra que empren demos, y losniños &e-
rán también nuestros mejores propagandistas.
Ellos con una suspicacia de que carecen los mayort:s, con una in-
tuición delicadisima y, mas que todo, llenos del sentimiento de la
justicia, ll enos de amor por e l que los ama, rle adversión por quien
los trata con frialdad 6 inmerecida dureza; ellos, los niños, seran
nuestros prime1•os jueces, nue~tros mas severos jueces y su fallo es
inapelable!
Oh! los conocemos bien: y los conocemos bien porque los amamos
mucho!
Ellos os dirán cómo se trabaja en esta escuela.
Cuando su corazón, su cerebro, su cuerpo hayan recibido la in-
fil.Iencia de una educación raciona\, cuando hayamos conseguido des-
pertar en cada niño el rleseo de saber, estimulando su curiosidad,
cultivando su am or al estudio; cuándo desée verlo todo; cuando ha-
yamC)S satisfecho las necesidades de su inteligencia, encaminado las
tendencias de su corazón, desarrollado su organismo físico, sin vio-
lentarle, dando en los ej ercicios corporales la preferencia al juego li·
bre, cuando en fin hayamos conseguido que ame la escullla, nuestras
aspiraciones de maestro.;; estarán satisfechas; el niño nos pertenece-
rá y él mismo completará la obra atrayéndonos vuestra aprobación,
padres y madres. Es á sus débiles manos que confiamos el depósi-
to sagrado de nuestras esperan zas (1) Entonces pod r·emos decirles:
V é, pequeño mi sionero de J¡:¡s ideas mode,.nas, tierno alumno de la
escuela primaria. Al salir de la escuela, muestra á tus padres todo
lo que de aquí llevas: tus obros, tus cuadernos, tus dibujos, el tra-
bajo que has comenzado en el taller. Repíteles las recitaciones, los
bellos pasajes de historia. que te han sido r eferidos, todo lo que aquí
te ha ocupado y despertado tu interés¡ ello~>, tus padres, comprend-
erán bi en pronto el alcance del cambio qu e se ha producido, adivi-
narán seguramente Jo que vale una educación t:1l y á quien la
debe n y más de una vez quizá, después de contemplarte de noche,
tan aplieado á tu lección y tan feliz de ser aplicado, cambiaran
una mirada como para decirse: Ahl si no··otros hubiésemos sido edu-
cados así .... y disimulando su emoción te nbrazarán- En ese beso
que depositan en tu frente, hay más promP.sas para la Repúl.Jlica,
que en mucllas victorias electorales.» ·
(1) Buisson.
-602-

Termino, señora.;;, que mucho he abu.;;ado ya de vuestra benevo


leneia.
Habéis presenciado algunos ejercicios hechos por nuestros alum-
nos en diferentEls ramos del programa; han sido deficientes sin
duda alguna, muy deficientes; pero tened en cuenta que el Insti-
tuto solo tiene cinco meses de existencia y r¡ u e la mayor parte de
los alumnos apenas hace dos me3es, un mes, pocos di a~, que concur-
ren á nudstras lecciones. Ni siquiera todo el local ha sido entregado
al servicio . Al recorrerlo, notaréis que estamos trabajando en él
todavía.
La labor reüizada ha sido poca. Ha sido hecha en tanJbreve plazo!
Pero la creemos bue11a, sin embargo . Sab éi' por qué? Porquo los
niños aman ya e~ta c·asa; porque los hemos visto entrar y moverse
en ella con alegría, pol'que el ;JSt udio les h..~o sido gl'ato, por que los
hemos visto llegar casi siempre antes de hora y porque .1ien veces al
sonar por la Lat'de la campana que indicaba la terminaci.ón del tra-
bajo del día, h emos oído de lábios de los niños esta exclamación es -
pontánea y' dirigida á sus maestros:
-Cómo? ya son las cuatro ..._.?
Y más de una vez también llegado el momento del recreo nos han
pedido quedarse en clase para concluir sus lecciones ú obtener res-
:;uesta á nuevas preguntas.
Consigno estos hechos sin pretensión alguna y sólo porque son
motivo de satisfacción legítima y el mayor premio á que aspiran los
maestros que tienen a:nor á su profesión.
La sonrisa mezcla de resp eto y cariño que se dibuja en el sem-
blante de los -niños al mirar a sus maestros, es el galardón más
grande á q L'e estos pueden aspirar.
Permitidme, pues, que en honor de los protesores del Instituto, y
haciendo justicia á su consagración generosa, manifieste que ellos
han sabido arrancar esa sonrisa y que eso colma hoy los anhelos de
la dirección que agradace los esfuerzos de sus colaboradores y que
funda en ellos las esperanzas de un triunfo completo, estamos se-
guros, no muy lejano.
N uestt•o agradecimiento a las autoridades escolares que han teni-
do con nosotros bondadosas atenc,iones que no olvidaremos.
Y gracias también á vosotras madres y padres de familia que de-
positásteis en nuestras manos una confi.ar.za sin limites al entregar-
nos la educación de vuestros hijos.
Nos vistei~ jóvenes y venciendo la preocupación de bs que no-
quieren encontrat• m aestros sino entre los que ya se han encane-
cirlo en la en.;;eñanza, nos entregásteis sin vacilar lo más caro ávues
trn corazóu: el porvenir de vuestros hijos. -Gracias, graciasmil.
Señvres:
Somos tal vez los primeros aegentinos que nos atrevemos á aco-
meter una emprusa tan grande y difícil.
Alentadnos, prestadnos vuestro apoyo y llegaremos, os lo juro,
al sacrificio, antes que ddfraudar vuestras esperanzas.
603-

Sólo daremos por bien cumplida la misión que nos imponemos,


cuando al hablar del «<nstituto Nacionab nuestros compatriotas
se apresuren á decir con orgullo:
-Es obra de argentinos!
He dicho.
PABLO A. PIZZURNO.

EL CIUDADANO ARGENTINo.-Nociones de instrucción cívica an·e-


gladas á los p_rogmrnas de las escuelas comunes de la Repú-
blica, por el Profeso?' No1·mal Francisco Gue1·rini.
Acaba de aparecer, editado por la casa de Igón ~ ca, el texto
cuyo título sirve de epígrafe á estas líneas. ·
El inteligente profesor Sr. Guerrini ha ' sabido resumir en una
obrita de 144 páginas, con lenguaj e facil, sencillo y comprensible
alas inteligencias de los lectores á que está dedicada, todos los
antecedentes sobre nuestra o¡·ganización política y los principios
sobre declaracione:;:, derechos y garantias que la Constitucion
establece. Termina la citada obra en un apéndice que t:ompren-
de: la Ley de R eclutamiento, la Constitución de Buenos Aires y la
Constitucion Nacional.
Ajustado como se halla el texto a los programas vigentes y á las
condiciones pedagógicas que en semejantes obras se 1·equiere, re-
putamos el libro del Sr. Guerrini como uno de los más útiles
para el uso de nuestras escuelas.
Reciba el autor nues tra felicitación por su contracción y anhelo
en ser siempre útil á la gran causa de la educación.
PoLÍTICA PARA LOS Jó.VE~Es AMERICANos, po;· Cal'los No?·dlwff,
tl'aducido por Gabriel Zendegui. -Editor: Feli-x Lajouane.
Acaba de ser· puesta á la venta entre nosotros, por la casa edi-
torial de Lajouane, esta conocida como popularizada obra en los
· Estados Unidos escrita para los jóvem.s de este país por Charles
Nordhoff; con toda claridad y sencillez se exponen los principios
del gobierno libre y de la moral política, lo que hacen de esta obra
un libro útil, no sólo para los jóvenes,sino par·aaquellos que se ha-
llan ya .en circunstancias de poder ejercer los derechos políticos.
La tra.d ucción hecha por el reputado escritor cubano Sr. Ga-
briel Zendegui, nada deja que desear; en ·cuanto á su aplicación
entre nosotros, aparte de la semejanza que existe entre nuestras
instituciones y las norte-americanas, le dan uua utilidad inmedia-
ta el prólogo y las notas con que lo ha ilustrado el Inspector téc-
nico Sr. Juan M. de Vedia.
-604-

CURSO DE DIBUJO
PARA EL PRIMER AÑO DE ESCUELA.

. ( Oontinuar:ión).

Los ejercicios indicados en el número anterior pned·~n dat•so tam-


bién en la forma indicada en las figuras l, 2, 3, 4, 6, u y 7 ·lel gra-
bado adjunto.

.F~. -2.

/// //////

· Otros métotlos.
Dibujo de prdctica.-Además de los métodos a>ignados para los
diferentes días de la semana, hay otros que deben usarse según la _
necesidad de lá clase.
Cuando las lineas ó fig-uras no sean bi en hechas (i uzgando por lo
r¡ue se debe esperar de alumnot> de poca ed L\d ) la clase necesita prác-
tica en hacerlas.
Se les debe mandar á la pizarra mural, á todos los alum:10s quo
sea posible, y los demás trabajal'án e n sus asi.., ntos. _
A la órden, posición, todas las manos r!eben e3ta~ en posición e;l
la pizarra mural prontas para trazar la lin ea. A la órden, tracen,
todos deben trazar la línea. Siguiendo asi sin perd er tiempo hast:t
que hayan hecho de 5 á lO líneas. ·
Entnuces se suspenderá el trabajo para critical'lo.
En seguida deben borrar y repet:r el trabajo del mismo
modo.
Para estos ejercicios se ocuparán por lo menos cinco mi-
nutos.
En otro día se practica en dibujar lineas curvas.
Estos ejercicios son interesantes para los alumnos y pu eden intro-
ducirlos tambi én en las clases de forma.
-605-

Dibujar en un tiempo tlatlo.


Este método debe emplearse cuando los alumnos son poco hábiles
para dibujar. · ·
Es de mucha importancia la rapidéz en el dibujo con tal que para
los alumnos sea comprensible.
El hábito de dibujar con prontitud, debe formars e temprano y
cul tivarse con perseverancia.
Por medio de la escritura y del dibujo debe obedecer la mano á la
mente tan pronto como sea posible, como los órganos vocales obe-
decen al pensamiento por medio de la palabra.
Para conseguir este fin los ejercicios en un tiempo dado son
de mucho provecho. El maestro puede poner una figura en la
pizarra mural, para que los alumnos la copieP. ó puede dar una
figura de repaso para que la dibujen una ó más veces en el tiempo
señalado.
Al principio el tiempo no debe ser muy corto, pero se irá
disminuyendo poco á poco á medida que ellos adquieran destreza en
dibujar.
Diret>ciones generales.
Estas direcciones no deben darse todas á la vez sinó una por una
como haya oportunidad.
El maestro debe ser sumamente vigilante cuando los al u m nos
principien á dibujar para evitar que contraigan malos hábitos.
l. No hay una posición determinada para sentarse, poner lama-
no, tomar el lápiz, y la pizarra.
2. La posición del cuerpo debe ser cómoda y natural, con la cara
y no el lado hácia la mesa. Los ojos no deben estar más cerca del
papel que lo necesario para ver claramente las líneas. No se debe
inclinar demasiado r~l cuerpo.
3. Ellápi~ se tomará ligeramente, d;stante de media ó una pul-
gada del punto formando con el papel un ángulo de 15 grados. .
4. Al trazar líneas rectas, es conveniente dejar la pizarra
e11 una sola posición, es decir con el lado paralelo á la orilla
de la mesa.
Las líneas verticales se trazan de arriba hácia abajo y la mano
debe estar á la derecha de la línea, con el pulgar encima del lápiz, y
el lapiz formando un ángulo recto con la linea, el codo algo afuera
del costado y dibujar hácia el cu erpo.
Las lineas horizontales se trazan de izquierda á dere ch~' y la
mano debe estar nebajo de la línea, con el pulgar má s cerca del
papel y el cJdo más cerca del costado que al dibujar líneas verti-
cales.
5. Al dibujar líneas curvas se puede ir cambiando la posi-
ciórt de la pizarra, hasta que la curva quede cóncava á la
mano.
6. Cuando se está dibujando, no debe apoyarse en la pizarra sinó
dejar la mano casi libre del peso del cuerpo.
606-
7. La vista debe adelantarse allapiz. .
8. La vista no debe fijarse en la punta del lápiz, sinó en el espa-
cio que tiene que cruzar y en el punto á que tiene que alcanzar.
9. Dibujar primeeo, el lado iz,¡uierdo do la fi;ura y más bien cie
arriba hácia abajo que al contrario.
En los dos primeros meses las lecciones serán solamente de forma
J en el tercer mes recién principiarán las lecciones de dibujo, cuan·
do ya los niños conozcan lo que es supeefície, ciases de superficie,
cara, clases de caras y aristas.
En este curso hay trabajo solamente para ocho semanas dadas
en la primera parte (5 meses) del año, porque <os generalmente ne-
cesario reparar el trabajo de algunas semanas.
Por la misma razón hay trab;~jo sólo para dace semanas en la úl-
tima parte del año.

Orden que debe seguirse en el curso de estas


lecciones.
1 a Sección de la esfera.
(La maestra y los alumnos se colocarán al rededor. ó en frente de
una mesa en laque se pondrán muchos objetos de diferentes formas,
como esferas, cubos, cilindros ate.).
1° Presentanción de una esfera.
zo Conversación sobre el objeto.
3° Experimentos con la esfera hechos por cada uno de los nióo s,
para desarrollar la idea de que una esfera pueda rodar.
4° Enseñanza del t érmino ((esfera».
5° Nombrar y señalar otros objetos de la misma forma.
6° Representación en las pizarras por medio del dibujo.
2a Lección del cubo.
1° Repaso de la lección de la esfera.
2° Comparación de la esfera con el cubo, haciendo también
experimentos para desarrollar la idea de que un cubo no puede
rodar.
3° Enseñanza del término ((cubo».
4° Nombrar y señalar otros objetos de la misma forma.
5• R epresentación en las pizarras.
3a Lección del cilindro.
1° Comparación del (!ilindro con el cub::> y la esfera.
2° En señan za del término ttcilindro>>.
3° Nombrar y selañar otros objetos de la misma forma.
4° Representación en las pizarras.
En seguida deben darse lecciones sobr•e superficie, superficie
plana y curva, h emisferio, cara, aristas, punto, líneas verticales,
horizontales y oblícu.as, representando también en las pizarras.
Lineas curvas.
División de líneas en dos partes iguales.
Líneas paralelas.
El círculo.
-607

Lineas perpendiculares .
Angulas rectos, agudos y obtusos.
División de líneas en tres partes iguales.
Triárigulos.-Triángulo rectangulo, acutángulo, obtusángulo.
Representaciones por medio del dibujo.
Objetos que pueden dibujar los alumnos:
Un papelón de alfileres.- Una ventana.-Una pu11rta ._-U ita cruz.
-Los alambres del teléfono.- Las tapas de un libro.-Triá ngulos
hechoe de alamhrey de cartón.-Un cuadrado de papHl.-Un pliego
de papel.-La cara de un·a caja.- Un -yaso.-Un balde. - Una taza.
-Una regla.-Una regla articulada.- Un plato.- El circulo de la
cara de un reloj.- Una bandflra.-Las esquinas de una pizarra.-
Figuras hechas de palitos .-Un abanico er. diferentes posiciones.-
Ur.a cometa.- Una pantalla.-Un carretel.-Una botella.-Estre-
llas hechas de papel. etc. ·
( (, ontinuará).

REVISTA DEL EXTERIOR


ESPAÑA (1)
El gobierno español ha resuelto la creación de cuatro Escuelas Nor-
males: dos para varones y dos para mujeres, que se establecerán una
de cada sexo en la Habana y San Jua11, con el objeto de atender á las
necesidades de la enseñanza primaria en las Antillas españolas, enco-
.mendando su desarrollo á maestros id¿neos y bien preparados p~ra el
desempeño de su cometido.
En cada Escuela Normal de Maestros habrá cinco profesores numera-
rios: dos auxiliares, uno para la sección de ciencias y otro para la de
letras; otro auxiliar, sacerdote, encargado de la asignatura de religión y
moral, y otros dos, a cuyo cargo estarán las clases de música) de gím-
nástica. .
La Escu~:>la Normal de Maestros, ademas de los profesores numera-
rios y auxiliares, tendrá. una maestra especial encargada de la enseñ:m-
za de las labores propias del sexo.
Los profesores de cada escuela seran retribuidos en la siguiente
forma:
ESCUELAS NORMALES DE :MAESTROS.
Anual es
5 Profesores numerarios ............. ~ - · ............... . cfu 600 $
Sobresueldo .......••.............................. " 900 "
2 Profesores auxiliares, uno para la Sección de Ciencias y
otro para la de Letras ............................. . " 500"
1 Profesor auxiliar de Religión y Moral .......... · ..... . " 200 li
1 Profesor de Música ................................. . " 200"
1 Profesor de Gimnastica . .... .................... ..... . " 200"
(1) Del uBolctin de enseñanza primaria•.
- 608- .
ESOUKLAS NORMALES DE MAESTRAS,
Anuales
1 Directora.. ... .. ... ... ...... ............... .. .. . .... cfu ,600 S
Sobresueldo . .. ................ ..... , ...... ,....... 900 ·'
Gratificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200 "
1 Profesora de labores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400 '
Sobresueldo ..... . .. , ............... ... .. , .... .. .. , 600 "
4 Auxiliares con la gratificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250 "
l Profesor auxiliar de Religión y Moral. . . . . . . . . . . . . . . . . . 200 "
1 Profesor de Música . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200 "
1 Profesor de Gimnástica .. ,, ... . .......... , . ... ·. . . . . . . 200 "
Los cinco profesores numerarios de las E cuelas Normales de Maes-
tros, así como la Directora y Profesora de las da Maestras, disfrutarán
además del haber que se les asigna, nn aumento de 200 pesos cada cinco
años hasta completar el correspondiente á tres quinquenios.
El titulo de Maestro que se conferirá en estas Edcuelas comprenderá
dos grados: el de elemental y el de superior.
La euseñan:~.a correspondiente al primero se dividir<\. en tres cursos,
constituyendo uno más la que comprende el segundo .
En las Escuelas Normales de Maestros se estudiarán en los tres cur;
sos del grado ehmental las asi~nn.turas siguientes: Rflligión y Moral
Principios de educación y métoa.os de enseñanza; Ortología.
fla, Gramática castellana; Geografía é Histona de España; ritmética;
1 Caligra-
N ociones de Filosofía; Geo._gr!\fia é Historia Universal; Geometría; Dibu
jo lineal y Agrimensura; lndustria y Comercio; Conocimientos com u-
nes de ciencias físicas y naturales; Práctica de la enseñaaza; Gimnásti,
ca; Música y Canto.
Para el grado superior, además de la conveniente ampliación de las
asignaturas marcadas para ~1 elemental, se e.,tudiarán las de Retórica y
Poética; Legislació . de primera enseñanza; Partida doble y Teneduría
de libros; Complemento de la Aritmética y nociones de Álgebra.
En las Escuelas Normales de Maestras se cursarán en los tres años.
que abraza el grado e!emental, las asignaturas de: Religión y M: oral;
Principios de educación y métodos de enseñanza; Ortología y Caligrafía.; ,
Gramática Castellana; Geograf'ía é Histori:t de España; Aritmética~#
Ligeras nocione;; de fl.losofia; Geometría y dibajq aplicado á las labores;
Economía doméstica é Higiene; Industria y Comercio; Ligeras nociones
de los c'onocimientos comunes de las ciencias físico·naturales; Práctica
de la enseñanza; Gimnástica do salón; Música y Canto, y Labores de
utilidad y aplicación con ligeras nociones de adornos .
En el grado superior, además de la conveniente ampliación d~ las
señaladas para el elemental, se estudiarán las asignaturas de: Elemen·
tos de Retórica y Poética., Legislación de primara enseña11za., Partida
doble y T eneduría de libros, y Labores de adornos de todas clases.
A cada una de las Escuelas Normales estará agregada una Escuel ~de
aplicación, donde los aspirantes al título de Maestro podrán adquirir
los conocimi~ntos prácticos indispensables al que á esta carrera se
dedica.
- La Comisión Provincial de las Baleares ha abierto un concurso en·
tre los Maestros de la provincia, con el fin de subvencionar á uno para
que se traslade á Naas á estudiar el trabajo manual en el Seminario que
dirige el doctor Otto Salomón.
Del volumen que acaba de publicar el señor Inspector general de pri·
mera ensañanza, don Santos María'Robledo, con el título de Estad-istica
General ele Primera Enseñanza, y que corresponde al quinquenio de 1880
- 609 ·-

á 1885, tomamos lossigtlientes datos que demostrarán el estado en que se


halla la Enseñanza Primaria en España:
Extstian al 'terminar el año 1880, 23,132 esctlelas públicas de todas
clases y grados, llegando al31 de Diciembre de 1885 á 24,529, lo que da
un aumento de 1, 397 escuelas.
Las escuelas privadas, que en el año de 1880 ascendían á 6,696, el31
de Diciembre de 1885 sólo alcanzaban á 5,576 en toda E spaña; dis minu-
yeron en número de 1,120.
Tienen local propio, 1,375 escuelas públicas. De todos los oJi:ficios
que ocupan las escuelas, 10,181 son medianos ó malos; en 12,600 el me-
naje es incsmpleto, y de las habitaciones destinadas á los maestros, hay
8,210 que ni son decentes ni capaces. · ·
En el quinquenio que abraza el trabajo estadístico realizado por la
Inspección General, la asistencia escolar ha aumentado de una manera
considerable.
En el año de 1880 había matriculados en los establecimientos públ
cos de primera enseñanza, 848,561 al nmnos y 594,016 alumnas, ósea
un total de l. 442,577 educandos; cifras que en el año de 1885 alcanza
ron respectivamente á 886,850, á 665,584 y á 1.522,434.
Según la edad se distribuye así el total d) educandos: En 1880 :figu-
raban en Jos regis tros escolarés 287,757 alumnos menores de seis s.ños,
705,276 de seis á nueve, y 449,544 mayore ~ de nueve; en 1885 se eleva-
ron los citados números respectivamente á 288 1211, á 748,185 y á516,038.
La asL;tencia media ha sido, al :finalizar el año 1885, de 606, 530 para
yos varoneB y de 450,747 para las mujeres. R esulta, pues, que el total
de 1.522,434 alumnos inscriptos quedó reducido á 1.057,277 asistentes.
El número de alumnos inscriptos en las escuelas privadas, en 1885,
alcanzó á 290,749 (135,479 varones y 155,270 mujeres). Comparado con
el del anterior quinquenio, resulta una disminución de 38,130 inscriptos.
La asistencia fué de 106,319 alumnos y 116,885 alumnas.
En 1885 había al frente de las escuelas públicas, 15,842 maestros y
917 auxiliares; 7,390 maestras y 1,022 . ayudantes, formando un cuerpo
docente de 25,271 personas.
De Gste total, 10,246 maestros poseían título profesional, .5,015 certi-
ficado de aptitud y 581 sin certi:ficado ni título; 7,070 maestras tenían
título, 243 certificado y 121 ni lo uno ni lo otro.
Clasificando el número total de maestros según el sueldo que se le~
asigna, resp.lta que: 180 tenían un sueldo anual de 2,000 pesetas, 1,450,
de 1,100 á 1,650 pesetas anuale.s ; 14,926 ganaban menos de 1,000 pesetas
al año, habiendo 8,715 cuyo sueldo variaba de 125 á 500 pesetas de
dotación.
Para seguir la carrera de maestro había 48 Escuelas Normales: 28 en
edificio propio y 20 en edilicio P.lquilado.
Presentáronse á examen de revalida 7,467 individuos, procedentes:
uno de la enseñanza oficial y otros de la enereñanza libre; resultaron
aprobados 6,008: 4,320 para el grado elemental, 1,438 para el superior y
250 para el Normal.
Existían 33 centros oficiales para la formación de maestras, presex;.tán-
dose á examen de reválida, 8,896 alumnas, de las que 41..577 obtuvieron
título elemental, y 2,574 el de superior, 6 sea un total de ., 151 maestras.
En los 11 establecimientos oficiales que existen para la educación é
instrucción de los sordo-mudos y ciegos, había matriculados en Diciem-
bre de 13851 438 alumnos.
El personal empleado en la enseñanza, administración y servicio de
estos establecimientos alcanza á 123 individuos.
-610-

Para visitar las 30,105 escuelas públicaz y privadas que exist.í an a


terminar el año 1885, había 50 Inspectores.
Las juntas locales de primer¡¡. enseñanza se hallaban compuestas por
50,001 individuos., y de éstos sabían leer y escribir, 48,264; sabían leer
y no escribir 352, y no sabían leer ni escribir 1,385.
Los gastos de la prime1 a enseñanza que en 1880 ascendían á 21.040,562
pese.t as, se e lev~ron E-n 1885 á 25.437,930, de las cuales 6,711,537 R!3
destmaron al material, y al personal lo restante.

ITALIA.
La Direcciqp General de Estadística ha publicado una reseña intere-
s ante, sobre la aplicación de la ley de enseñanza obligatoria y que
a braza un periodo de diez años. De esta reseña tomamos los siguiente¡¡
datos estadísticos:
Existían en 1885-1886 pa1 a la e11señanza elemental del grado inferi01
eu perior, 35,904 escuelas entre públicas y privadas; 33,628 locales de
escuela.s y 55,286 maestros y maestras, comprendidos los suplentes y
ayudantes.
En las escuelas inferiores diurnas, el n-6.mero de alumnos inscriptos
al J>rincipio <.el año era de 1.949,038; 77,217 en las escuelas rurales
(44.417 ni:ños y 32,800 niñas); y l. 871,821 en las regulares ó completlts
(clases pre!laratorias: 21288 niños, 20,972 niñas: clases infenores:
983,935 ninos, 845,626 niñas).
La asistencia media fué la siguiente: escuela rumies, 54,446: escue-
las regulares, 1,301. 346. De este número 30,721 pertenecían á la clases
preparatorias (15,154 niños y 15,567 niñas), y 1.270,625 á las clases in-
feriores (682,21>1 niños y 588,374 niñas).
Las escuelas elementales del grado superior ascendían á 2.910 con
6,663 clases y 4, 493 maestros de ambos sexos (1,802 escuelas para niños
con 4,037 clases y 2,629 maestros, y 1,108 escuelas para niñas con
2,626 clases 1,864 maestras).
De 126,903 alumnos inscriptos al principio del año escolar (85,3~2
niños y 4-1,521 niña~), 105,663 se hallaban pres!intes al finalizar el pe-
riodo escolar.
Los establecimientos partlculates para la enseñanza elemental ascen-
dían á 3, 344: 955 escuelas para niños, 1,646 para niñas y 743 mixtas.
'Estas escuelas ocupaban 7,555 locales de cla~e y contaban con un
personal de 8,620 maestros de ambos sexos.
El número de alumnos inscriptos en escuelas al principio del año fué
de 176,957 (62,044 niños y 114,913 niñas); al finalizar el año existían
154,259 niños.
Después de la promulgación de la ley de enseñanza obligatoria, al nú-
mero de escuelas privadas disminuyó rápidamente. Con todo, existe una
escuela privada por cada 10,000 habitantes.
Las escuelas primarias del grado superior han funcionado en 1,862
distritos. En 928 sólo existen escuelas completas (que comprenden 3a
y 4a clases) para varones y niñas.
Las e!!cuelas privadas han funcionado en 821 distritos.

BELGICA.
La culta ciudad de Bruselas acaba de aumenta¡: 11us ys. nllltleros es-
-611-

tablecimientos de enseñanza con uno de gran importancia. para niñas, á


cuyos gastos, que no serán escasos, se subvendrá. con un legado del
ilustra patricio Mr. Bischofsheim, quien ha donado para. dicb.o objeto
una suma cuantiosa, aunque con la condición de que las alumnas de la
Escuela preparen la sopa todos los días para los al umuos que concur-
ran de la Escuela de Froebel que se halle menos distante del nuevo es-
tablecimiento.
El objeto de la Escuela es formar verdaderas mujeres de su casa, que
sepan todos los trabajos del hogar, entre los cuales se comprenden Jas
faenas de cocina y lavado, planchav, limpiar, remendar, cortar y con-
feccionarlos principales vestidos para mujeres y niños.
Los cursos son absolutamente gratuitos, y se dan todos los días la-
borables de ocho á doce de la mañana y do~ á cinco de la tarde.
Toda11las alumnas tienen que cocinar dos días á la semana. El tiempo
que sobra se reparte entre las diferentes operaciones de lavado, plan-
chado y costuras .
Las comidas preparadas son servidas á los citados alumnos. El al-
muerzo se compone de una sopa, un plato de legumbres, otro de carne
y papas. En la preparación de las comidas se procura acostumbrar á las
jóvenes á utilizar los restos del almuerzo del modo más económic.l po-
sible. Además las alumnas aprenden á comprar en casa de los provee1lo-
res, ó en el mercado.
En la Escuela las acostumbran á recibir visitas, á poner y servir la
mesa y á comportarse en todas partes como personas cultas.
· La dirección de tan important"' establecimiento ha sido confiada á-la
ilustrada Profesora Th. Somlette, antigua alumna de la Escuela Nor·
mal de Bruselas.

Congreso internacional para el est·udio de las cuestiones t·elativas al pat·ro·


nato de los reclusos y á la protección de los jóvenes moralmente aban-
donados.
Amberes, 1890.
Cuestiones sometidas al Congreso. ·
PRIMERA SECCIÓN.

P1·otección de la infancia.
Primera cuestión.-Qué régimen puede asegurar mejor el C'.esenvol-
vimiento físico, intelectual y moral de los jóvenes que, por diferentes
conce.Ptos, deban ser colocados bajo la tutela de la autoridad pública,
especialmente:
Los jóvenes delincuentes ó que hayan cometido un acto que la ley
califique de crimen <} delito:
Los jóvenes vagabundos;
Los jóvenes moralmente abandonados.
Segunda ettestión.-¿El sistema de colocación en las familias ofrece
ventajas para los jóvenes?
¿Cómo debe ser organizado este sistema? .
Tercera cuestión.-¿En qué casos prescribe la autoridad paterna?
En caso de prescripción, ¿cómo se debe establecer la cuestión del
jóven?
Cuarta ettestión.-¿A qué reglas lebe ser sometida la detención de
los jóvenes impuesta como corrección paternal?
-612-

SEGUNDA SECCIÓN.

Patronato de los reclusos y de los liberados.


Primera cuestión.-¿Cuál es el mejor sistema para el patronato de los
reclusos y de los liberados?
Segunda cuestión. -iD ebe ser recomendada la institución de los asi-
los provisionales?
¿Cómo se deben organizar estos asilos?
Tercera cuestión.-¿La vigilancia de la policia se puede conciliar con
la función de patronato?
¿Es posible reemplazar la vigilancia de la policía, y cómo?
Si. debe continuar, ¿cómo es preciso organizarla?
TERCERA SECCIÓN.

Mendicidad y vagancia.
Primera cu.estión.-¿Que medidas preventivas se deben tomar comra
la mendicidad y contra la vagancia?
Segunda cnestión .-iCuálefl son en esta materia las relaciones que ~<e
deben establecer-entre las instituciones de asistencia y los Comités de
patronate>?-(Gaceta dell9 de ~eptiembr,).

NOTICIAS
Advertencia á nuestros suscritores. Debe-
mos hacer presente, con el fin de evitar confusiones, que el número an-
terior era el correspondiente al mes de Noviembre y no al de Diciembre
como por error de imprenta, apareció en aquel.
Fiestas escolares.-'-Con motivo de la distribución de los
certificados á los alumnos de las escuelas comunes de la Capital, ha u
tenido lugar en algunos distritos fiestas bastante lucidas-en las que
maestros y alumnos han rivalizado por obtener el aplauso del nu-
meroso público que siempre asiste á esta clase de actos.
Damos á continuación el discurso pronunciado por el Presidente del
Consejo Escolar del 5° distrito, Dr . .Andrés Ugarriza, con motivo de la
fiesta que tuvo lugar en ese distrito, y el del Inspector técnico, señor
.Juan M. de Vedia, que asistió al acto de la distribución de certificados
•inauguración de la Biblioteca en el4° distrito.
Discurso del Dr. Ugarriza:
Señoras y señores: '
Cábeme el placer de saludar á todos los preser tes reunidos para so-
lemnizar una edificante y simpática fiesta El Consejo me e::carga ma-
nifestar en esta ocasión a los Directores y Profesores que los adellmtos
realizados en el presente año que vá pronto á terminar, satisfacen las
aspiraciones de actualidad y prometen en el futuro mantener al menos
el alto puesto conquistado para la educación común en esta culta capital.
-613-

.Los Directores y Profesores reunidos para presencial· la clausura del


periodo escolar del año, deben sentir íntima satisfacción, viendo recibir
á sus alumnos, después de las abrumR.doras tareas que terminan, el
certificado que abona su competencia y que pres ·m ta el fruto ansiado de
sus afanes.
Los niños satisfechos, al encontrarsec9.paces de vencer las dificultades
que al principio d~laño se les presentaban insuperables, vuelven al fin sus
caras colmadas de alegría infantil hacia el seno del hogar llevando el
certificado: conquista de su aplicación y docilidad y las madres que los
ve11 venir cargados con tales despojos se apresuran á discernirles el pre-
mio de su somisa, quedando desde en:ouces instalados en el rol de
personas útiles en la familia.
Nos encontramos, pues, envueltos en esr.a atmósfera de sn.tisfacciohes
internas de animación y contento, como refrescada nuestra vida por
esta ráftt.ga de juventud que se siente al contacto de la niñez, llena de
esperanzas é ilusiones generosas, y libre de las asperezas y sinsabores
de la vida presente.
Cábeme, pues, saludaros cordialmente en oste momento de espans.'o-
nes generosas, con la satisfacción íntima del deber cumplido y teniendo
á la vista, á traves de los celajes y nubes del prese 1te, la perspectiva del
porvenir que ya palpamos en las nuevas generaciones que se levantan.
Este porvenir se me presenta grandioso, cuando lo considero realizado
· ya por esta nueva generación pronta á ent.rar en acción que se prepara
por la educación y el estudio á afrontar la vida con nuevos y mejores
elementos que no tuvieron á su alcance los que van pasando ya y se
preparan á cederles el camino.
Cumplido e3te grato deber que me impone el Consejo Escolar del 5o
distrito me resta desear á todos los presentes prosperidad y felicidad en
el nuevo año.

Discurso del Sr. Vedia:


El Consejo Nacional de Ednción no ha pod~do s~r indifereute á esta
fiesta simpática y que tiene por objeto la celebración de dos sucesos re-
lacionados con dos instituciones que se armonizan perfectamente: la
escuela y la biblioteca popul' r. La escuela que como se ha dicho nos
dá la posesión de un nuevo sentido por medio del cual nos es dado co-
nocer el pensamiento de los hombres mus notables de todos los tiernos
y en todos los ramos de los conocimisntos humanos y la biblioteca po-
saedora, puede decirse así, de ese pen:;amiento.
Estas dos grandes instituciones han adquirido su mayor desarrollo en
el Nuevo mundo, en los E>tad03 Unidos de N orte Amórica, á la som -
bra del gobie L'JlO democrático y de lüs libertades. publicas. La escuela .
se estiende por todas partes en aquella gr.1n nacLÓu y lleva á tcdos los
ánimos el convencimiento de que la lectura, enseñada a la par de otros
ramos indispensables del saber, _es un po~eros~ y universal instrume':lo,
susceptible de emplearse conexLto en el eJercLCLO de todas las pl'Ofesw-
nes que el hombre puede abrazar. ·
La biblioteca p0pular es una :!reación complementaria de la escuela
el taller del trabajo y del estudio donde el hombre ha podido utilizar con
elmavor exito aquel poderoso auxiliar y enriquecer su iutelih~ncia con-
la experiencia y la sabidurla de los espírutas más elevados y superiores
bue han existido en todos los tiempos-
Benjamín Franklin, cuyo nombre se lee inscripto en todas partes en
Jos Estados Unidos, en 1meblos, calles, plazas y monumentos como un
-614-

hotnenahe á sus altas virtudes y á su sana moral, fué el promotor de las


bibliotecas populares, que han tenido aquí como en todas partes su épo
ca de preponderancia. .
Franklm, pensó en cierta ocasión, que los libros eran_caros y escasc;>s
que muchas personas no podian leer porque sus recursos no les pcrllli-
tían comprar las obras que desearían adquirir para su instrucción, yo
mismo, se decía, apenas tengo unos pocos volúmenes que quizás he es-
tudiado ya y podría facilitar á otras personas. Reunirlo un día á once
de sus amigos les dijo: Si cada uno de vosotros tiene un libro y lo en:
trega á la comunidad, tendremos doce libros que podemos leer todos. S1
ponemos dos libros por cabeza tendremos veinte y cuatro libros y si diez.
ciento veinte. Somos pobres para comprar tantos libros, asociémonos
y habremos obtenido con muy poco dinero una buena bibhoteca, que
abriremos también á los que no sean contribuyentes y dEl ese modo los
pobres lleg¡,rán á gozar de los mismos beneficios que los ricos.
La biblioteca fundada así por Franklin cuenta hoy más de un millón
de vólumenes y lo que es más importante, ese género de instituciones
se ha generalizado de tal modo en aquel país de mas de cincuenta mi-
llones de habitantes, que se cuenta una escuela por cada dóscientas ca-
bezas y una biblioteca por cada trescientas.
L11 biblio•eoa popular de San Telmo, que veo ya instalada y catalo-
gadas sus obras, abrirá en breve sus puertas á los vecinos de la parro-
quia de San Telmo y espera el concurso de todos.
El Consejo Escolar de SanTelmo, ha tenido pues. una feliz inspiración
al asociar el ácto de la distribución de los certificados á los alumnos de
sus eccuelas, el de la inaugurución de la biblioteca popular y por eqo y
á nombre del señor Presidente del Consejo Nacional de Educación, le
dirijo sus felicitaciones . .
Inspección Nacional-Ha llegado á esta Capital el Ins-
pector Nacional de la Provincia de San Luis -señor D. R einaldo Pastor
con el objeto de gestionar del C. Nacional el cobro de la subvenció cor-
respondiente al año pasado y el corriente, del cual tiene recib:do la suma
de 6000 pe!>os m1n.-Otro de los motivos que lo trae al señor Pastor, es
el de recibir instrucciones sobre varios asuntos que ha consultado por
escrito á dicho consejo.
Inspector de Colonias .-El Inspector de Colonias y
Territorios Nacionales Don Raul B, Diaz, ha regresado á esta Capi-
tal, después de haber visitado las f>Scuela¡¡ de las gobernaciones de la
Pampa, Neuquen y Rio Negro.-En breve presentará su inlorme, abor-
dando puntos de vital importancia, que darán por resultado asegurar
la administración y buena marcha de esas escuelas tan descuidadas
antes.
Jubllado.-Por decreto de 5 de Diciembre, el Ministerio de Ins-
trucción Pública ha concedido la jubilación con la mitad del sueldo á
la sub-preceptora Deña Mercedes Coronel.
Separación.-El Inspector de sección Sr. Palacios acaba de
ser separado de su puesto, fundándose en que ha contravenido dispo-
siciones . es presas -de la Dirección Gtlneml. Lamentamos de veras !u
separación del Sr. Palacios, pues es un jóven competente, y lleno
de buenas condiciones.
En el -~:rnstituto Nacional H.-Un verdadero triunfo
ha sido la fiesta escolar celebrada el Domingo 14 del corriente en el
-615-

"Instituto Nacional¡', y sus directores, los profesores argentinos Pizzur•


no y Tufri deben estar satisfechos de un éxito tan brillante, tanto más
cuanto que los trabajos que el público ha tenid0 ocasion de ver y aplau-
dir son la obra de pocos meses. . ·
Los exámenes públicos celebrados los dias 8 y 9, y los ejercicios he-
chos por los alumnos en la fitJsta del dia 14 han demostrado cuánto
puede obtenerse de los niños cuando se les somete á una disciplina ra-
cional, fundada en el conocimiento completo de las facultades del niño
y en el de los métodos de enseñanza. · ·
El Instituto Nacional cumple su _programa. Fundado p.:>r un grupo de
profesores competentes que se han propuesto iniciar la reforma de
nuestra educación privada, llena de deficiencias, el Instituto s e ha gran-
j eado ya la aprobación y &impatias de los padres de familia que han
podido t:onvencerse de que no fué una mera promesa que no b.abia de
cumplirse, la contenida en el programa de ese establecimiento repartido
á principios de Julio ppdo.
Una instrucción sólida y una educación completa, el desarrollo de la
inteligencia, la fN·mac,ión del carácter y el vigor físico: todo. es atendido
con cuidado, porque todo es ig ualmente necesario al hombre en la vida.
Pero, volviendo á la fies ta escolar, la describiremos brevemente, por
cuanto ya so ha ocupado de ella la prensa <liaría.
Una concurrencia numerosisima, compuesta de señoras, señoritas y
caba lleros distinguidos, llenaba antes de comenzar la fiestas, los va ~ tos
salones del Instituto, elegantemente adornados con los cotores de la
patria y los escudos de las 14 provincias argentinas. - Eu no menos ds
800 personas puede calcularse el número de los concurrentes.
Poc,j antes de las tres la comisión que debía presidir el acto paso á
ocupar su puesto, formaban esa comisión el Dr. Pedro Goyena, Dipu-
tado nacional y miembro de la Universidnd, el Dr. Daniel Escalada el
vocal del Consejo Nacional de Educación Dr. Federico de la Barrua el
Inspector Nacional de la Repúplica Dr. Eleodoro Calderon, el Inspector
~ é cnico de la Capital Dr. Andrés Ferreyra, el Director de la Escuela
Normal Dr. Leguizamon, Dr. Hildetonso Gonland, Sr. Eduardo Lanús
Dres. Mariano Martinez, Casanovas , Ingeniero Paubayo Barabino, Srs.
Mansilla, Viale Dt·. Berghmans, etc.
Inmediatamente la concurrencia de pié escuchó el Himno Nacionl
por los alumnos bajo la dirección del Prof. Guidi. En seguida siguióse el
programa. que comprendía algunos ejercicios de Historia Argentina,
Geografia, Ciencias Naturales y cálculo mental, hechos por altlmnos de
diferentes grados, recitaciones por va1·ias niñas y ninos, lectura de
composiciones originales d& alumnos dellnstituto, entre el!.as "La. Escue-
la " de Alfredo M.artinez, lleno de sentimientos eleva.dos y dicha cen
entonación conveniente aunque un poco conmovidas y "La Patria" por
el alumno Camilo De Caussandier1, no menos aplaudida que la anterJOr.
Descollaron en sus partes de música, eljóven Jaime Llavallol, en el
violín, que tocó con wt gusto esquisito y una afinación intachable, la
niñ:ta Clotilde Fernandez, pequeña artista que tocó también el violín
~J.rrancando justisimos aplausos, asi como sus acompañantes en los dos
tríos para flauta violín y piano, que se tocaron, señoritas Maria T. Mar·
san, Lansa Vattuane y Sr. Ricardo Cas).novas....:...El monólogo de Ca-
vestany "La noche antes•, dicho brillantemente por el Faustino Trou-
gé, interesó muchísimo.
Cerró el acto el Director señor Pablo A. Pizzurno con el discurso que
publicamos en otro lugar-
La concurrencia recorrió en seguida los diferentes departamento del
-616-

Instituto, salas de clases comedor, dormitorios (únicos en nnestro país)


gimnasio, patios de recreo, · etc., todo lleno de las condiciones higíe-
nicas pedagogías necesarias en un establecimieto de primer órden.
Ex.ámen.es-Enla époc& en que estos han tenido lugar, el Ins-
pector General Dr. Garcia presenció algunos en el curso de aplicación
de la escuela normal de profesoras.
El Inspector F<eñor Suarez, hizo igual cosa en la escuela normal de la
Plata y en la de profesores de la Capital.
san. Luis-El rector del Colejio Nacional de esta provincia, se
ha presentado al Ministerio ofreciendo su renuncia, en caso que el Su-
mario levantado por el Inspector de sección Dr. Zubiaur, resultase al-
gún cargo contra él; ó que su permanencia en el puesto, fuese un obs-
táculo para la buena marcha del establecimiento.
Visitadores de las oficinas de Matrimonio-
Con motivo de las economías, introducidas por el gobierno en el presu-
puesto que entrará en vigencia este año, han quedado cesantes en los
cargos de-visitadores de las oficinas de Matrimonio Civil, los inspecto-
res Nacionales de instrucción primaria. Con esto motivo, recordarem:>s
lo que en otra ocasión dijimos en un número de la "Revista," sobre la
conveniencia que ha \"lia en que el Ministro derogara el decreto por el
cual se declara incompatible el puesto de Inspector Nacional con el de
prafesor en cualquier establecimiento de educación secundaria ó normal.
De otra manera, pone á los inspectores nacionales en el caso de re-
nunciar ó buscar otro medio de vida, que les permita satisfacer sus mas
apremiantes necesidades, pues .siendo la mayoría casados y con familia
ni se concibe puedan vivir con un sueldo tan mesquino.
El señor Ministro que tanto empeño se toma por Jos asuntos que le
astan confiados debieran resolver 'algo al respeto pues no es justo que
empleados meritorios y cargados de servicios, se les inhabilite para el
desempeño de otros cargos y desde que se les quita el que tenían, lo pro-
pio es, que se les habilite p::j,ra obtar por otro.
I-'[igien.e de edificios escolares-El informe que re-
mitió el departamento nacional de higiene al ministério de Instrucción
Pública sobre diversos puntos relacionados con la higiene escolar, ha
dado motivo á una resolución oficial que dispone lo siguiente:
1° Que se remita cópialegalizada del mencionado informe al consejo
nacional de educación á fin de que adopte, respecto de los establecimiel1-
tos de instrucción primaria, las medidas que fuesen del caso, en ejerci-
cio de las atribuciones de que especialmente le encarga la ley de edu-
cll.Ción común.
2° Que la inspeccion de colegios nacionales y escuelas normales, acom
pañada por un vocal del departamento nacional de higiene, cuya desig-
nación se solicitará oportunamente, proceda á practicar durante las pre-
sentes vacaciones escolares, una prolija visita de inspección á todos los
establecimiento particulares de instrucción secundaria qde existen en
esta capital, informando acrea de las condiciones higiénicas de cada uno
a fln de que pueda el ministerio adoptar al respecto la resolución que
corresponda, antes de que comiencen los cursos del próximo año.
3° Que desde la fecha en adelante ningún establecimiento particular de
educación sea declarado acojido á los benef.cios de la ley S'•bre libertad
de enseñanza, sin que antes haya sido inspeccionado porel departamen-
to nacional de higiene y cümprobado que el local destinado á su fun-
cionamiento reune todas las condiciones indispensablemente t·equeridas.
Comuníquese á quienes corresponda y publiquese-a~·ba//idó.
REVISrrA PEDAGÓGICA ARG~JNTINA.

AÑO II.

(18 89)
ÍNDICE
DE LA

HEVISrfA PEDAGÓGICA ARGEN rr 1NA.

AÑO 1.1.

Primer año de labor .... . ... , . . . 5


Escuela "Centro Unión Normalista" . .. ... . .. . ... ..... . . . . .. . . . ... . . (l
i yo fu er a maestro de escuela, por A. de Trueba . .. ... . ... . .. . 17 y 68
Correspondencia de Dolores, por E. R. Jonas. ... . ... ....... .. ... . 20
La escuela no hace todo en la edu ca ció n, por S. Smiles .... . .. ....... . 25
Museos escolares, por Emilio ...... .. . . .. . .. ... . . : .... . ..... . . .. .. .• 26
R evisLa de l Interior . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28, ?5, 1()(1 y 1S6
Et:os de Tucumán . . . .. . . . . . . . . . . . . . ...... . ... . .. .. . .. . .... .... . . 29
R evista del Exterior . ........ . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34, 75, 99 171 y 257
Informe de la educación Común presentado por el Presidente del C.
N. de E. Dr. B. Zorrilla 1añ o 1887) .. .. .. ........... .. ....... . .. . 37
A prop ósito de una compañía teatral de niñ os . . . . ... . .•..•.•.• . . . . 47
Enzeñanza obj etiva de la Historia, por V. E. Montes • . ..•..• . .. . ...• 51
Carta cerrada, por Tnstoud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . ... . 59
Hesef1a históri ca de la Pectag og ln.. por A. Gm·cía Aparicio. 61, 87,179 y 283
ln a~ i s t e n c ia ..te alumnos, por F, Brunet ....... . .. .. .. . .... . ...... .. 64
Perfiles de un maestro de antllño, por /J. Pérez Galdó.• .. . .. • ..... . . 73
ll agamo buenas amas de llaves, por A. Vaccaro . . . .. . .• . . . , ...... . . !JO
T exto aprobados por el C. N. de Educació n ...... .............. . .. 93
Lecciones de cosas, por L. Dle8 S anto.·...... . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . • . • 96
Ayacucho y Tandil , por G. S . ........................... .. .. . ...... . 103
Pensami entos . . . . . . . . ... . . . . . ... . .. .. ... . . . . .. . 116
Máx imas .. . .............. . . . .... . . . ..... . 117
Ad verte nc ia á nuestros lectores........... . ......... .. . .. .. • .. . . .. . 119
La obra del Dr. Zorrilla ¿está completa? . ......... .. . .. ... 120 y 154
Asistenc ia á las escuelas........... . ... .. . ... ...... . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Los prog r 9sos del trabajo manual. .. . . .... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Nocion es de Metodolog ia por J . M. Attbin . . .... .. ..... ,... . ........... 129
El movimi ento pedagógi co franc és en 1888, por R. llubio ..• 131, 215y 286
Economia doméstica p or J. M. Aubtn ... . .................. . ...... .. 13ti
¿No encontraríamos al g una arg entina?. . .. ... . ...... . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Ej er cic i0s intuitivos: Compm·ació11 entre tul animal y una }llanta; el
r 1tero ; alinv nto s .... .. .. .. ... , ....... ..... . .... . ........ l3R, 177 y 30 2
IV.

Pfl~.

Notas é impresiones............... .. ................. 151 y 205


Apoyo de las familias, por F. Br¡tnet. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Instrucción pública . . . . .. . . .. . . .. . .. ... . . .. . . ... . .. .. .. . .. .. 164
La moral en la escuela por J. l.1. Attbin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168
Escuela Nurmal !Jara los maestros de trabajo manual........ . . . 180
Pensamientos. . ........ . ........ , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Los sueldos de los maestros...... .. ... ... ......... 20!J y 237
Cu ltivo de los sentimientos ............ . .......................... 212
Geografía Argentina, por F. B1·unet............ . . . ..... . . . ..... . . 218
La educación en el Paraguay. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Ecos de las con terencias pedagógicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 222
El aumento propuesto por el Dr. Zorrilla.... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
ueldos de los maestros, por el Dr. M Navat•ro Viola... . . . . . . . . . . 240
Nota del Dr. Zorrilla........ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
Legislación escolar. . .......... ....... ........ .... ......... 269
La educación mo1·~1 en los establecimientos de instrucción primaria. 274
La educ;a0ión común en la R. Argentina.......... . . . ........... . . . . 278
AstronomíA á. la lmterna, por E. R. Jonas .. ... ...... .. ...... 281
Nuevo método de escritura para los ciegos.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292
Conversaciones cientificas: la lucha por la vida, por el IJr. Gome:
Portugal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293
Revista Americana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
J\Iovin1iento de las ideas pedagógicas en Bélgiea, por A. Sluys . . . . . 317
La nerviosidad y la educación, por X .................... : ....... . ... 332
Si la educación ele las niñas debe ú no ser la mi~ma que la de los
varones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.[[
Las Escuelas Normales y los maestros que se mueren de lutmbre, por
C. A. Can·itlo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3·14
La ciencia y el Logar: el amigo de los niños, por el D1. Día: rle
León... . .. .. .. .. .. . .. . .. . .. ... .. .. . .. . .. ..................... 347

VARIEDADES.

El,rcinndo del luminio.-El peso del pensamiHnto.. . .. .. ..... .... 32


Erectos de la civilización................. . .. . . .. .. . .. .. .. . .. . .. .. . :33
Experimento de electricidad estática.-Conductihilidad del calor por
los metales.-Telegrafía óptica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ?R
Otra de las infinitas aplicaciones de la electricidad .............. . . . 79
Consumo de pnpel.-Fecundidad de las moscas . .. .. . ,...... ... .. ... 101
Conservación ele sustancias animales.-El alcohol después de las ::n-
midas.-El fonógrafo y la tipografía................. . . . .. . . . . .. 102
Orquesta automática............ . ........... . . .. .. . .. .. . .. .. . . . .. . 10:3
Nuel'a aplicación del papel.- Arboles de lluvia........ . . . . . . . . . . 110
Iluminación por el magnesio.-EI egoísmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1·11
A los niños del Rio de la Plata, por E. de.Amicis................... 181
V.

Pág.
El día de los arboles.-Sup r~ieiones.-La monarquía en~re las hor-
migas.-La velocidad de las palotnas.-
Cómo se debe dormir en el tren. La cirujía entre los pajaros, .. 189,
190, 191 y........ . ....... .. . . . .. . .. . . . . . . .. . .. .. . .. .. . . .. . .. . . .. 192
Las ranas en los Estados Unidos.-Cómo ha dvido un centenario
Naranjos enanos . -Barbaro espectitcu lo... . ..... 262 y .63
El valle de Josafat...... .. .. .. .. .. .. .. . .. . 304

BIB I.I OGHAFÍ.\

Apuntamientos geogl'fíficos, e tadisticos e hi tóricos, pOI' J . B. Cal V o) •• 38


Botrinica, por Paul Biolley ............... . .......................... . 38
EJercicios g¡·amatir.ales, por A. Bren e~ .............. . . . .. . ......... .
Nociones de teoria musi•·al, por .M . J. Nuñez .................. . .>>
!'rime¡• ce.~so gene1·al de la J>¡·ot•incia de Sm•ta Fe •......••....•....•.• 74
Pro scuola, por Carmelo Ventura.... . .. .. . . .. .. .. . . .. . . .......... . 142
ln.ot>·ucción Cívica, por Hicardo Gimen e?. ................ . .......... .
Pri1"'ler censo de Santa Fé . . . ... . ................. . .... .. ........•.... 143
Educación . de los sentidos, por J. López Catalan . .. . . . ............... . 261
tJw·so de ¡¡ed,agogia, por J. M. To r r!'S .......... .. ..... .. . . ... . .•....
Nociones de Anatomía, Fisiología é Higiene, por E. R . Oliv ~ ........ . 25'1
La educaciótt del sentimiento, por P. Pascual de San Juan . . . . . ..... . 255
La biblioteca del pueblo . . .......... . .... ...... . .... . .... . .... . ..... . 256
I;a batalla de la vida y Fábulas, por C. A. Gallisá ............ .

NOT ICiAS

.\ nuestros a~entes.-lndice del año l.-Nuestro canje.-Confer n-


cías de maestros en Santiago del Ester'l.-·EscuP.Ia Centro U. Nor-
malista . -O~r, Colegio Nac10nai.-Presupuesto Escolar de la Ca-
pitaL-Honores á dos maestros.-Los sá.bedos en las escuelas .-
Una profesora normal brava.-Fuera ignorantes .-Alumnos caros,
maestros cos~ósos.-Escueta ¡Normal en Concordia.-Los tribuna -
les en un edificio escolar.+Biblioteca de maestros.-Colegios y
Escu elas normales. -Esteban Lamadrid.............. . . . . . . 3911. 45
l' l trabajo manual en Corrientes.- Loable acción.- Cuarto centena-
rio del descubrimie nto de América.-Renovación de Consejos Es-
colares.-Congreso pedagógico de Parfs.-Revista de la enseñan-
za.-Enseiianza de sordos-mudos.- Armamentos y educación.-
VI.

Pág.
Centro Estímulo Literario.-EI busto del profesor Torrejón.-Re-
probados.-Direc.tor de la enseñanza normal.- ReglamentCI inter-
no de las Escuelas Normales.- Mala noticia .-Escuela Normal de
Profesores de la Capitnl.-Educación co mún de Tucumán .. 79 á 85
Transcripción.-Perezosos!--Jur11mento singular.-Pobres maestros. -
Merlo.-Sociedad, esc uela y fa milia. - Medalla que honra.-El
Escolar ilustrado. -Nombr~mi e ntos. -U n maestro en la Exposi-
ción.- Higiene en las esc uelas.-Otro edific io para escuelas.-20.000
niños sin educarse.-EI EscolarArge ntino.-Foll etos recibidos.-
Maestras de Jujuy.-AsiloSan .José .-Dos pedagogos menos - Es-
cuela Centro Unión Normnlista.-EJ profesor D. Luis Suarez.-
lnstrucción primaria.-Nombramientos- Primer a Escuela Gradua-
da .-Escuelas Normales. -Escue lade Artes y oficios en Santa Fé.
Sa cerdote mc>delo. - Asilo de niñ os desvalidos.-La EnseñanzR.-
Corrcsponsai.-Presupuesto Escolnr de Santa Fé... . . . . . 106 á IIG
Nuevos editl cios Escola res .-Inform e bo hornoso.-Liga francesa de
la enseñanza .-Faltan escuelas públicas .-Jac into Fernandez.-
Busto de Sarmiento.-Escuela Normal de Mercede . Co nfer encias
pedagóg icas .-La educación. -Nuevas esc uelas. Contra Jos niños
que fuman.-Dir ectora del Ja rdín de lnfa ntes .-E rror. -En bien
de Jos niños.-Mig uel Eugenio Chevreul. La enseñanza religiosa
en Salta.............. . . .. .. .. . . .. . .. .. .. • .. .. . .. .. .. .. 1~4 Í\ 14\)
Disculpa. ---Ordena nzas y porteros.-Escuela Normal del Azui.-Dr.
Carlos M. Uri en.-CosRs de todos los dias.-Donativo.-Viaje de
una carta alrededor del mundo .- Medid a acertada .- Maestra sui-
cida.-Nombramientos. -" Escuela Sarmiento" en el Paraguay.-
Cálculo interesante.- Las escuelas en las fiesta& patrias.-Escue-
las italianas.-Estátuaá Rivadavia. -Valiosadonación. - i\'l as con-
tra los fumad or es precoces.-Certam en S armi ento .-Reglarnento
de la Inspección Nacional de escuelas .-Consulta.-Nuevos co le-
gas.-Fiestas Mayas-Centro Unión Normalist~ - El Escolar
Argentino-Cuestión sérta.-Demostración de s impatla. - Escuela
Normal de Dolores .-A um ento de sueldos.-Federico J. Espi no-
sa.-Conferencias pedagógicas.-Doctora Ceci lia Grierson.-Jai-
me N. Agüero. - Renun cia... .. .. . . .. . . .. . . . . .. . . . . . . . . . . 192 it. 20~
Inaug uración de las co nfer enci as pedagógicas doctrinales.-La so-
licitud de los mae stros .- La mujer médico e n los E. Unidos.-
Biblioteca pedagógica.-Nuevos inspec:tores .- EI N ene.-Mas es-
cuelas.-lnspector de la Rioj a .- ld Pa digna de ap lauso. - Más so-
bre aumento de s ueld o s.- ln spé~< .•· 1. ú Escuelas-Consejo N. de
Educación.-Un libro úti 1.- Nueva visita.-Una maestra poeti-
sa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . : . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . 228 á 236
Con t'erencias doctrinales.-U na institució n benéfica .-Los J ardmes de
la Infanc ia en la Plata. - Libro graduado de lectura.-Biblioteca
popular del municipio.-Revalidación ele diplomas extrangeros.-
:\lateriales suspendidos. - Nu evo Sub-lnspe<.;tor.-Compañías tea-
trales de niños. ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264 á 268
VIl •

.\ nuestros lectores.-Conferenuia:~ doutrinales.-Ultima uonferen-


da.-Los niños y los vigilantes.-Cursos normales.-Biblioteua
popular del municipio.-Premio al Consejo N. de Educación.-
Inspección de Escuelas.-Las escuelas argentinas en Euro!)a.-
Conformación fisica de los niños.-Vendedores de helados.-An-
dres Ferreira. -Nuevo concurso infantil.- Escuela graduada de
varones del 14• Distrito.-Hiblioteca Nat·ional de maestros.-Cen-
tro U. Normalista. -A los señores suscritores............. 308 á 316
¡No hay de qué, colega!-Canje.-"La Escuela Primaria''.-0 Moví ..
mento''.-Rasg-o heróico.-Carta del Sr. Pizzurno .......... 260 á 26t

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