Parálisis Cerebral Infantil
Parálisis Cerebral Infantil
Parálisis Cerebral Infantil
FACULTAD DE MEDICINA
DISEÑO DE MONOGRAFÍA
DATOS INFORMATIVOS
1.- TEMA:
Parálisis Cerebral Infantil
2.- DIRECTOR:
Dra. Gabriela Guillen
3.- INVESTIGADOR
Srta. María Fernanda Shinin Merchán
4.- MÉTODOS:
Método Inductivo
Método Deductivo
5.- TÉCNICAS:
Técnica de la Lectura Científica
Técnica Bibliográfica
Es importante informar tanto a los padres como a su familia sobre los beneficios
de la rehabilitación para mejorar las áreas de desempeño funcional más
deficientes y así garantizar una evolución más satisfactoria en los pacientes y por
ende un mejor desenvolvimiento de estos niños en la sociedad.
OBJETIVOS
Objetivo General:
Objetivos específicos:
CAPÍTULO I
GENERALIDADES
Reconocer la enfermedad y los síntomas que causan esta patología para detectarla
a tiempo y poder hacer un seguimiento oportuno de estos pacientes y diferenciar
los tipos de parálisis cerebral infantil mediante el estudio individual de cada uno
de ellos para un buen tratamiento
CAPITULO II
CAUSAS, FACTORES DE RIESGO Y PREVENCIÓN
Identificar las causas y los factores de riesgo de la patología para que el equipo
de Salud este preparado para una buena atención inicial del recién nacido.
Concienciar a las madres en la consulta que un buen cuidado durante el embarazo
puede evitar los partos prematuros, el bajo peso al nacer y las infecciones en la
madre.
CAPITULO III
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO
CAPITULO IV
TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN
CAPÍTULO VI
PRINCIPALES LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN.
INSTITUCIONALES
UCACUE
Biblioteca Universitaria
HUMANOS
Dr. Leopoldo Muñoz Médico tratante del Servicio de Pediatría del Hospital
Teófilo Dávila
MATERIALES
Materiales de Escritorio
Equipo de Cómputo con acceso a Internet
Material Bibliográfico
ECONÓMICOS
Autofinanciamiento
ESTRUCTURA
INTRODUCCIÓN
Una de las discapacidades más conocidas es la parálisis cerebral que ocurre por una
lesión en el cerebro inmaduro y en desarrollo. Esta lesión es irreversible, no
progresiva que ocurre antes, durante y poco tiempo después del parto. Trae como
consecuencias anormalidades de la postura, del movimiento y puede acompañarse de
defectos perceptuales, visuales, auditivos y del lenguaje.
Las parálisis cerebrales (PC) constituyen un grupo de trastornos causados por una
lesión no progresiva del sistema nervioso central (SNC) en desarrollo antes de los 3
años de edad y que dan lugar a anomalías neurológicas y musculoesqueléticas. Los
defectos del movimiento y la postura pueden conducir a déficits funcionales y a la
incapacidad de realizar las actividades de la vida diaria, lo que a su vez afecta a la
independencia funcional y a la calidad de vida del paciente.
CAPITULO I
CARACTERÍSTICAS
La Parálisis Cerebral es un conjunto de trastornos neuromotores, de carácter
crónico debido a una lesión o defecto en el desarrollo del cerebro inmaduro.
.La lesión no es evolutiva, pero sus consecuencias pueden variar en el niño.
Las células nerviosas (neuronas) lesionadas no crecen, ni se mielinizan, y no
afectan al resto de células nerviosas vivas.
La Parálisis cerebral se debe a factores prenatales (durante la gestación),
perinatales (durante el parto) o postnatales, después del nacimiento.
La Parálisis Cerebral se caracteriza por alteraciones del tono muscular, la
postura y el movimiento, aunque puede ir acompañada de otros síntomas,
como deficiencia intelectual, problemas en la articulación de las palabras,
problemas sensoriales epilepsia, entre otros.
El diagnóstico se lleva a cabo a través de pruebas de exploración neurológica,
Resonancia Magnética, Tomografía Axial Computarizada, Ultrasonidos y
Encefalogramas. También se llevan a cabo pruebas psicológicas y sensoriales
para evaluar los síntomas asociados.
La Parálisis Cerebral no tiene cura, aunque se puede lograr mucha mejoría si
se sigue el tratamiento adecuado desde el momento en que se comunica el
diagnóstico.
1.1 CONCEPTO DE PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL
Hacia 1860, un cirujano inglés llamado William Little ofreció por primera
vez una descripción médica de un trastorno que afectaba a los niños en los primeros
años de vida y que se caracterizaba por la rigidez muscular. Se trataba de niños y
niñas que mostraban dificultades para agarrar y sujetar los objetos, gatear y caminar.
Conocida durante mucho tiempo como “Enfermedad de Little”, hoy en día se sabe
que esta afección es la diplejia espástica, uno de los trastornos que se engloban bajo
el término de Parálisis Cerebral.
La situación en la que se encuentra los músculos y las articulaciones en la parálisis
cerebral se debe a la ausencia de coordinación en las órdenes provenientes del
cerebro. Por lo tanto, los músculos que actúa para mantener la postura, el equilibrio y
el movimiento están faltos de coordinación.
La PC pertenece a un grupo más amplio de desórdenes en los que existe una lesión
de las vías motoras del SNC. Tradicionalmente, los trastornos motores de origen
central se han dividido en "piramidales" y "extrapiramidales", según la presunta
localización anatómica de la lesión neurológica y los síntomas derivados. En los
trastornos piramidales, mejor conocidos como "síndrome de la neurona motora
superior (NMS)", la lesión afecta a cualquier parte de las vías corticoespinales y de
sus conexiones, lo que causa una disfunción de los centros motores de la médula
espinal y una pérdida neta de la inhibición del reflejo de "estiramiento" (miotático).
Clínicamente, el síndrome de la NMS se manifiesta por debilidad muscular con una
distribución topográfica característica (extensores>flexores), pérdida del control
motor selectivo, espasticidad, hiperreflexia y signo de Babinski. La espasticidad se
caracteriza por resistencia muscular a la movilización pasiva, la cual muestra
dependencia en la velocidad y está asociada con un aumento en los reflejos tónicos
de estiramiento debido a la hiperexcitabilidad de estas vías reflejas. La espasticidad
predomina en los músculos antigravitatorios (flexores>extensores). A largo plazo, los
pacientes afectados desarrollarán deformidades óseas y anomalías
musculoesqueléticas como consecuencia del desequilibrio muscular en las regiones
articulares.
Si bien la lesión del SNC en la PC no es progresiva, algunos datos indican que las
anomalías musculoesqueléticas secundarias son progresivas. El incremento del
crecimiento óseo y del tono muscular en el niño con PC puede ocasionar contracturas
y subluxaciones/dislocaciones articulares, las cuales pueden entorpecer la función
motriz. Por consiguiente, es importante controlar periódicamente a estos niños para
detectar posibles problemas conforme crecen, por ejemplo una subluxación
asintomática de la cadera.
La mayoría de los niños con PC pueden clasificarse combinando los criterios de tipo
de trastorno del movimiento y localización topográfica. Por ejemplo, diplejía
espástica, hemiplejía espástica con atetosis, distonía cuadripléjica, etc. El problema
motor más común quizás sea de tipo mixto, como por ejemplo una distonía espástica.
Síntomas Principales.
La PCI se caracteriza por alteraciones del tono muscular, la postura y el
movimiento. Atendiendo al modo en que afectan al tono muscular, se distinguen los
siguientes tipos:
Parálisis Cerebral Isotónica. El tono es muscular normal.
Parálisis Cerebral Hipertónica. Se manifiesta por un aumento del tono
muscular.
Parálisis Cerebral Hipotónica. Se manifiesta por una disminución del tono
muscular.
Parálisis Cerebral Variable. Se caracteriza por la variación del tono muscular.
Síntomas asociados.
Problemas auditivos.
Agnosias: (dificultad en la identificación), alteraciones del reconocimiento de
los estímulos sensoriales, especialmente, las relacionadas con el tacto.
Apraxias: Pérdida de la facultad de llevar a cabo movimientos coordinados
para un fin determinado. También supone la pérdida de la comprensión del
uso de los objetos cotidianos, provocando comportamientos inútiles. En
definitiva, es la incapacidad para realizar movimientos adecuados, que
interfieren en sus actividades cotidianas como en la alimentación y vestido.
Alteraciones de la atención, por lo que la persona se distrae con frecuencia.
Discinesia: Dificultades para realizar movimientos voluntarios.
Contracturas musculares y dislocaciones debidas a las alteraciones del tono
muscular y los problemas para mover las articulaciones.
Déficit Intelectual: La PC no tiene porqué ir asociada a un nivel de
inteligencia inferior. Un tercio de estos pacientes tiene un déficit mental
moderado o grave, otro tercio, una deficiencia leve y el resto presenta una
inteligencia normal.
Alteraciones visuales: El problema visual más frecuente es el nistagmo y el
estrabismo, en el que los ojos no están alineados. Puede causar visión doble o
que el niño ignore la información que le llega del ojo que está desviado. El
estrabismo se corrige mediante gafas y, en los casos más graves, mediante
una operación quirúrgica. En algunos casos, puede estar dañada la zona del
cerebro encargada de la interpretación de las imágenes visuales. En la PCI se
conocen pocos casos de ceguera.
Problemas de comunicación: Los problemas para comunicarse de las
personas con PCI pueden deberse a un bajo nivel intelectual o por
dificultades en el habla y el lenguaje, es decir, problemas en la articulación de
las palabras. Estas últimas tienen que ver con la capacidad para controlar los
músculos fonatorios: lengua, paladar y cavidad bucal.
Problemas para tragar y masticar: Están relacionados con las dificultades
en el habla y el lenguaje. Las dificultades para alimentarse pueden
desembocar en desnutrición, haciendo a estos niños más vulnerables a las
infecciones y a los problemas del crecimiento.
Crisis Epilépticas: Una de cada tres personas con PCI padecen crisis
epilépticas impredecibles. Se trata de pérdidas de conciencia debidas a la
interrupción de la actividad eléctrica cerebral ocasionada, a su vez, por
estallidos de electricidad. La pérdida de conciencia puede ir precedida de
gritos y seguida de sacudidas de piernas y brazos, convulsiones y micción
involuntaria (convulsiones tónico-clónicas). En las crisis parciales simples, se
producen sacudidas musculares, hormigueo o entumecimiento y en las
complejas, se pueden dar alucinaciones, la persona puede tambalearse,
realizar movimientos automáticos y sin propósito, o manifestar una
conciencia limitada o confusión. Pese a su carácter imprevisible, puede
controlarse con una medicación adecuada.
Problemas de crecimiento: Supone una falta de crecimiento o del desarrollo
en los niños no debida una carencia de alimentos. Los bebés pueden
presentar bajo peso y, en la adolescencia, se puede producir un retraso en el
desarrollo sexual.
Incontinencia de la vejiga. Con frecuencia, las personas con PC sufren
incontinencia debido a la falta de control de los músculos que mantienen
cerrada la vejiga. La micción puede tener lugar durante el sueño (enuresis
nocturna), de forma incontrolada durante determinadas actividades físicas
(incontinencia del estrés) o como un goteo lento de la orina.
Babeo. La falta de control de los músculos de la garganta, la boca y la lengua
puede conducir al babeo. Este síntoma puede causar irritaciones graves de la
piel. Las personas con PCI pueden aislarse para evitar el rechazo social que
suscita el babeo.
PC Espástica.
La Parálisis Cerebral Espástica es la más frecuente. Afecta al 75%, los movimientos
de los niños espásticos son rígidos, bruscos y lentos.
Se caracteriza por un aumento excesivo del tono muscular (hipertonía), acompañado
de un elevado grado de rigidez muscular (espasticidad), hiperreflexia, clonus,
Babinsky positivo, estrabismo y retardo mental en un 50% de los casos.
.La espasticidad, se reconoce por el aumento de resistencia de un músculo a la
palpación o al movimiento pasivo de una extremidad, es más intensa en los músculos
extensores de las piernas y en los músculos flexores de los brazos.
Las personas que tiene esta clase de Parálisis Cerebral encuentran mucha dificultad
para controlar algunos o todos sus músculos, que tienden a estirarse y debilitarse, y
que a menudo son los que sostienen sus brazos, sus piernas o su cabeza.
Hemiplejía/hemiparesia Espástica.-
Este tipo de parálisis se produce a consecuencia de una lesión localizada en la vía
piramidal unilateral, afectando al lado opuesto de la cara y del cuerpo.
Los lactantes con hemiplejía espástica tienen una disminución de los movimientos
espontáneos en el lado afectado y muestran preferencia por una mano a una edad
muy precoz. El brazo suele ser más afectado que la pierna y la dificultad en la
manipulación es obvia alrededor del primer año de vida. La marcha se suele retrazar
hasta los 18-24 meses y es evidente la presencia de circunducción. La exploración de
las extremidades puede mostrar un hipocrecimiento, sobretodo de la mano y la uña
del pulgar, especialmente cuando el lóbulo parietal contralateral está lesionado, ya
que el crecimiento de la extremidad está influenciado por esta área del cerebro. La
espasticidad es evidente en las extremidades afectadas, sobre todo en el tobillo y
produce una deformidad en equino-varo del pie. Los niños afectados con frecuencia
caminan sobre la punta del pie, debido al aumento del tono y la extremidad superior
adopta una postura distónica cuando el niño corre. Se puede observar clonus aquíleo
y signo de Babinski, reflejos tendinosos profundos exaltados y debilidad muscular de
la mano y de los dorsiflexores del pie. Una tercera parte de los pacientes con
hemiplejía espástica puede tener un trastorno convulsivo que generalmente se
desarrolla durante el primer o segundo año de vida; alrededor del 25٪ presenta
anomalías cognitivas, incluso retraso mental
Diplejía/diparesia Espástica.
La diplejía espástica consiste en espasticidad bilateral de las extremidades inferiores.
El primer signo de diplejía espástica se observa con frecuencia cuando el lactante
afectado empieza a gatear, la rigidez muscular está predominantemente en las piernas
y afecta con menor intensidad los brazos y la cara, aunque las manos pueden ser
torpes. El niño utiliza los brazos de forma reciproca normal pero tiende a arrastrar las
piernas, que van mas retrasadas, como un soldado (gateo estilo comando), en lugar
de realizar el movimiento de gateo normal con los cuatro miembros. Cuando la
espasticidad es grave, la colocación del pañal es difícil debido a la excesiva aducción
de las caderas. La exploración del niño revela espasticidad en las extremidades
inferiores con reflejos exaltados, clonus aquíleo y signo de babinski bilateral. Cuando
se suspende al niño por las axilas las extremidades inferiores adoptan una postura en
tijera. Hay retraso en la adquisición de la marcha, los pies se mantienen en posición
de equino-varo y el niño camina sobre la punta de los pies. La diplejía espástica
grave se caracteriza por atrofia e hipodesarrollo de las extremidades inferiores con un
crecimiento desproporcionado por desarrollo normal de la parte superior del tronco.
El desarrollo intelectual suele ser normal en estos pacientes y la probabilidad de
crisis comiciales es mínima. El hallazgo neuropatológico mas frecuente es una
leucomalacia periventricular, sobre todo en el área en la que las fibras que inervan
los miembros inferiores discurren a través de la cápsula interna. La RM es muy útil
para evaluar la gravedad de la lesión de la sustancia blanca y para excluir otras
lesiones cerebrales.
Tetraplejía Espástica.
La Tetraplejía espástica se produce a consecuencia de una lesión localizada en la vía
piramidal bilateral. La tetraplejía espástica es la forma mas grave de PC debido a la
intensa afección motora de las cuatro extremidades y la elevada incidencia de retraso
mental y crisis comiciales. Las dificultades para la deglución son frecuentes como
consecuencia de parálisis bulbar supranuclear, lo que suele provocar neumonía por
aspiración. Las lesiones observadas con mayor frecuencia en el estudio
anatomopatológico o mediante RM son LPV grave y encefalomalacia cortical
multiquística. La exploración neurológica muestra un aumento del tono y la
espasticidad en todas las extremidades, disminución de los movimientos
espontáneos, reflejos exaltados y respuestas plantares extensoras, al final de la
infancia es frecuente observar contracturas en flexión de las rodillas y los codos. Se
puede asociar otros trastornos en desarrollo, como alteraciones de lenguaje y la
visión, que son muy frecuentes en este grupo de pacientes. Los niños con tetraparesia
espástica a menudo tienen atetosis que pueden clasificarse como portadores de PC
mixta.
PC Discinética o Atetósica.
Afecta entre un 10-15%
La atetosis se produce a consecuencia de una lesión localizada en el haz
Extrapiramidal, lesión en los ganglios basales y en el tálamo, es el resultado de que la
parte central del cerebro no funciona adecuadamente. La atetosis consiste en una
oscilación lenta entre actitudes extremas de hiperextensión y de flexión. Afecta,
principalmente, al tono muscular, pasando de estados de hipertonía (elevado tono
muscular) a hipotonía (bajo tono muscular). Es un movimiento involuntario e
incesante que se agrava con la fatiga y las emociones, se atenúa en reposo y
desaparece durante el sueño.
La PC atetoide, también denominada PC coreatetoide o extrapiramidal, los lactantes
afectados de forma característica están hipotónicos tienen un pobre control de la
cabeza con caída de la misma y al cabo de varios años desarrollan un aumento
variable del tono con rigidez y distonía. La alimentación puede ser dificultosa, con
frecuencia babean y mantienen la lengua fuera de la boca. La alteración del habla es
característica debido a la afectación de los músculos orofaríngeos estos niños pueden
carecer de lenguaje o insinuar sólo algunas frases y la modulación de la voz está
alterada. Generalmente no hay signos de afectación de neurona motora superior, las
crisis son raras y la inteligencia es normal en muchos pacientes. Esta forma de PC
también se conoce como PC discinética y es el tipo que mas se asocia a asfixia
perinatal. La PC extrapiramidal secundaria a asfixia aguda intraparto casi total se
relaciona con lesiones simétricas bilaterales de putamen posterior y el tálamo
ventrolateral. Estas lesiones parecen correlacionarse con la lesión neuropatológica
denominada status marmoratus en los ganglios basales. La PC atetoide también
puede deberse a quernictero secundario a niveles elevados de bilirrubina, y en este
caso la RM muestra lesiones bilaterales en el globo pálido. La PC extrapiramidal
también puede asociarse a lesiones de los ganglios basales y el tálamo causadas por
trastornos metabólicos de origen genético como las enfermedades mitocondriales y la
aciduria glutárica. La RM y posiblemente las pruebas metabólicas son importantes en
la evaluación de los niños con PC extrapiramidal para hacer un diagnóstico
etiológico correcto.
PC Atáxica.
Afecta a menos de un 15%.
La ataxia se produce a consecuencia de una lesión localizada en el cerebelo.
Los niños atáxicos no consiguen medir la fuerza y la dirección de sus movimientos,
los cuales son torpes, lentos y se apartan de la dirección inicialmente seguida. La
musculatura es fláccida, existe ausencia de estabilidad del tronco durante los
movimientos libres de los brazos, lo que acarrea una inseguridad todavía mayor.
Este tipo raro de parálisis cerebral afecta el equilibrio y la percepción de
profundidad. A menudo los niños tienen mala coordinación y caminan de forma
inestable con una marcha amplia, colocando los pies inusualmente muy separados.
Tienen dificultad con movimientos rápidos o precisos, como escribir o abotonarse
una camisa.
También pueden tener temblor no intencional, al comenzar algún movimiento
voluntario, como coger un libro, se produce un temblor en la parte del cuerpo
implicada, en este caso la mano. El temblor empeora a medida que se acerca al
objeto deseado.
El característico trastorno del equilibrio y balance en general no es pues reconocido
hasta que se inician los primeros intentos de marcha y entonces valorado como
“torpeza”. “La carencia de sentido posicional condiciona una marcha en zig – zag, a
tropezones y atáxica. Los niños caen a menudo, al intentar coger un objeto, el
trastorno motor se hace especialmente evidente, dismetría, colocación defectuosa”.
Al contrario del espástico con su pobreza de movimientos por la limitación motora,
y del atetósico con su motórica desenfrenada y excesiva, el atáxico puede mover
libre y voluntariamente los brazos y piernas en toda su intensidad. Sin embargo, los
movimientos no son significativamente dirigidos ni dosificados. Se hecha de menos
la intervención de la fuerza necesaria en cada caso. Hay también déficit del control
motor ocular.
PC Mixta.
Lo más frecuente es que las personas con parálisis cerebral presenten una
combinación de algunos de los tres tipos anteriores, especialmente, de la espástica y
la atetósica.
Afectación profunda
Con este grado de afectación, los niños tienen una capacidad motriz muy reducida,
incluso para funciones básicas de la movilidad, como cambiar de posición,
sedestación, independencia, y necesitan la asistencia personal para las actividades
más básicas, como las de alimentación. No pueden usar comunicación alternativa.
Necesitan asistencia personal, material adaptado y equipo especial para todas las
actividades de la vida diaria. Los problemas de salud suelen ser complicaciones
serias en estos casos. Este grado de afectación suele ir asociada a otros déficit
importantes a nivel cognitivo, de lenguaje, visual, etc; denominándose la
concomitancia de estos déficit con el término de plurideficiencia.
Grave. Carece de autonomía para la realización de todas o casi todas las actividades
de la vida diaria (vestirse, comer, asearse), por lo que precisa de la ayuda de otra
persona para poder vivir. Necesitará una silla de ruedas o un equipo especial.
Moderada. Necesita apoyo de una tercera persona para determinadas actividades o
ayudas técnicas u ortopédicas como un bastón.
Leve. Es totalmente independiente, aunque parece torpe cuando realiza alguna
actividad.
Causas Perinatales.
La PC se puede producir a causa de algún acontecimiento que tiene lugar durante el
parto o en los momentos inmediatamente posteriores al nacimiento.
Bajo peso, presentación anormal, infecciones, hiperbilirrubinemia.
Anoxia: a causa de un parto demasiado prolongado, vueltas del cordón
umbilical, dificultad para pasar la cabeza debido a la estrechez del pelvis, o
aplicación de fórceps. Si el niño nace con una coloración azul, la asfixia es de
origen pulmonar, si la coloración es blanca, la asfixia se debe a mal
funcionamiento del corazón, En los casos de asfixia grave, existe riesgo de
daño cerebral a largo plazo, pudiendo dar origen a una encefalopatía
hipóxica-isquémica. La asfixia grave es poco frecuente y va acompañada de
problemas en otras partes del cuerpo y de convulsiones. La anoxia puede
sobrevenir después de un parto prolongado, por desprendimiento de la
placenta o por el uso inadecuado de analgésicos por atención no especializada
entre otros.
Prematuridad: se da en un 30 por 100 de los casos de parálisis cerebral, el
niño nace antes de tiempo debido a que no está adaptado, al tener problemas
en el vientre de la madre, los prematuros no han alcanzado la maduración por
no haber completado su edad neurológica. Los efectos de la lesión cerebral en
niños prematuros también suelen ser diferentes de los efectos en los niños
nacidos a término, ya que el niño prematuro presenta el riesgo de tener un
retraso en la mielinización debido a los efectos de la hemorragia hipóxica-
isquémica o hemorragia intracraneal.
Niños Postmaduros: el niño nace después de los diez meses de embarazo.
Cesáreas secundarias: práctica de la cesárea después de haber intentado
extraer al niño por vía normal.
Apoplejía o hemorragia intracraneal. Puede desencadenarse por una
insuficiencia respiratoria en el recién nacido.
Traumatismo. Caídas, golpes en la cabeza, etc.
Causas Postnatales.
Son aquellas que actúan después del parto, hasta los tres años de vida.
Enfermedades metabólicas: son causa de parálisis cerebral; por alteraciones
de calcio, magnesio, glucosa, vitamina B6 o de alguno de los aminoácidos
esenciales. “La hipoglucemia es capaz de dejar secuelas muy severas en el
caso de no corregirse a tiempo”
Deshidrataciones.
Traumatismos craneales por accidentes graves: su frecuencia tiene
tendencia a ascender de manera notable con los accidentes de circulación.
Pueden estar provocados por un golpe directo y también por secundarios a
una intervención neuroquirúrgica.
Accidentes anestésicos.
Hidrocefalias no compensadas: de cualquier origen (malformaciones,
quistes, aracnoides, entre otras) que se mantuvieron mucho tiempo sin operar.
Trastornos cardiovasculares: pueden presentarse de manera pasajera o
continua. En este grupo pueden incluirse también las secuelas dejadas por
cuadros trombólicos, tromboflebiticos, embólicos, hemorrágicos, paros
cardiacos mantenidos por varios minutos, convulsiones, etc.
Procesos inflamatorios intracraneales: Meningitis o encefalitis;
enfermedades muy graves y que dan lugar a hidrocefalias.
Intoxicación del SNC: Este proceso no es muy conocido, ni en un número
cuantitativo, ni en su mecanismo de acción, siendo las más frecuentes las
ocasionadas por el plomo, arsénico, hidróxido de carbono, plantas
insecticidas, etc.
Incompatibilidad Rh: la sangre de la madre difiere de la del hijo, por lo
general, esta condición no afecta al primer hijo, pero sí a los posteriores.
Estos pueden nacer con ictericia, es decir, coloración amarilla de la piel, de
los tejidos y de los líquidos del organismo. Esta ictericia puede determinar
una lesión cerebral. Las causas enumeradas pueden ocasionar una parálisis
cerebral, pero no siempre son determinantes de ella, la sensibilidad individual
de cada encéfalo a los agentes nocivos es muy diferente.
Prevención de la rubéola.
Las mujeres deben vacunarse contra la rubéola antes de quedar embarazadas.
EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO
3.1. ¿Cómo se detecta la Parálisis Cerebral? ¿Cuáles son sus primeras señales?
El diagnóstico de la parálisis cerebral se debe producir lo antes posible de manera
que se pueda comenzar el tratamiento más adecuado a las características del bebé que
le permita desarrollar al máximo sus capacidades. Los primeros síntomas se
presentan antes de los 3 años. Son los padres los primeros en detectar que algo de su
hijo no va bien, apreciando una postura irregular o un retraso en las distintas etapas
del desarrollo: el momento de rodar, sentarse, gatear, sonreír, caminar... En otros
casos, el bebé presenta un tono muscular anormal. Si el tono muscular es bajo
(hipotonía) el bebé está flácido, relajado y puede parecer abatido. Si hay un
incremento del tono muscular (hipertonía), el bebé parece rígido y tieso. Algunos de
estos bebés muestran un período inicial de hipotonía y, a los dos o tres meses de
vida, progresan hacia la hipertonía.
Pero si los síntomas del niño son leves, puede ser difícil hacer un diagnóstico
confiable antes de los 4 o 5 años de edad.
Se evalúan las habilidades motoras de un niño y observando su historia clínica
detenida y minuciosamente en la cual se da principal atención a la etapa de la
gestación, períodos perinatal, postnatal inmediato y postnatal tardío (crisis
epilépticas, incompatibilidad RH, peso al nacer, edad gestacional), evolución
madurativa (iniciación de sonrisa social, cabeza erecta, gateo, marcha, lenguaje,
control de esfínteres, comer y vestirse sin ayuda). Para descartar otros posibles
trastornos, es imprescindible observar la evolución del niño
El examen consiste en verificar los síntomas (desarrollo lento, tono muscular
anormal, postura irregular), examinar los reflejos y observar cuál es la mano
dominante. Normalmente, los niños no muestran preferencia por una mano hasta los
12 meses, pero los bebés con hemiplejía espástica desarrollan esta tendencia mucho
antes, ya que la mano del lado no afectado es más fuerte y, por ello, más útil. Se
puede suspender un objeto delante y al lado del bebé y observará con qué mano lo
intenta coger. Se debe también descartar otros trastornos que pueden causar síntomas
similares.
Se debe determinar que el estado del niño no esté empeorando. Aunque los síntomas
pueden cambiar con el tiempo, la parálisis cerebral por definición no evoluciona. “Si
el niño continuamente pierde habilidades motoras, es probable que el problema
comience en otra parte como en una enfermedad genética o muscular, un trastorno
metabólico, o tumores en el sistema nervioso. Una historia clínica completa, pruebas
especiales de diagnóstico, y en algunos casos, controles repetidos pueden ayudar a
tener una perspectiva más completa del problema.
Es importante también analizar los antecedentes familiares y de la persona misma,
buscando además causas que pueden ser de tipo genético.
Ultrasonido.
El ultrasonido se puede utilizar en bebés antes de que los huesos del cráneo se
endurezcan y se cierren. Pese a ser menos precisa que las anteriores, esta prueba es
menos costosa, requiere períodos más breves de inmovilidad y es útil para detectar
quistes.
Electroencefalograma.
Se colocan unos electrodos en el cuero cabelludo para registrar la actividad eléctrica
del cerebro. Esta prueba está especialmente indicada cuando existe la sospecha de
que el niño esté sufriendo convulsiones.
Evaluación Psicológica:
Pruebas o Test de Inteligencia y otras.
Los problemas del lenguaje pueden confundirse con un déficit intelectual, pues hay
muchas pruebas de inteligencia se basan en la medición del área verbal que es donde
obtienen peor puntuación. En otros test, como la serie de Wechsler para preescolares,
niños o adultos, se incluyen pruebas que requieren ciertas destrezas de manipulación
o que se deben realizar en un tiempo determinado, por lo que no son adecuadas para
personas con dificultades motóricas. Por ello, a la hora de realizar una evaluación
psicológica, en general, o de la inteligencia, en particular, se deben seleccionar
aquellas pruebas o test que se adecuen a las capacidades conservadas del niño o
adulto con PC.
Evaluación de los problemas sensoriales.
Cuando se sospecha que existen problemas sensoriales (visuales o auditivos) deberá
enviar al niño a un oftalmólogo o a un otorrinolaringólogo para que examinen y
determinen si existen tales problemas
Criterios Diagnósticos de Levine.
Para determinar el diagnóstico de PC, deben estar presentes al menos cuatro de los
siguientes síntomas:
1. Patrones anormales en la postura y el movimiento.
2. Patrones anormales en el movimiento que controla la articulación de las palabras.
3. Estrabismo,
4. Alteración en el tono muscular.
5. Alteración en el inicio y evolución de las reacciones posturales.
6. Alteración en los reflejos.
Los criterios diagnósticos de Levine son útiles cuando el niño/a tiene más de 12
meses y se ha descartado que la dolencia sea progresiva.
CAPITULO IV
Aunque la parálisis cerebral actualmente no tiene curación, los niños que la padecen
pueden mejorar sus capacidades si reciben el tratamiento idóneo. Sin embargo, no se
dispone de una terapia específica que sea eficaz para todas las personas con PC. Para
cada una se debe elaborar un plan de tratamiento adecuado a los síntomas y
necesidades que presenta, así como las aptitudes que tiene conservadas. El
tratamiento se irá cambiando según vaya creciendo y evolucionando el niño. Las
intervenciones del plan de tratamiento deberán establecerse por un equipo
multiprofesional (médicos, enfermeros/as, psicólogos, fisioterapeutas, etc.), con la
colaboración de la familia, e incluir no sólo las áreas físicas y médicas, sino también
los aspectos de comunicación, psicológicos y emocionales, educativos, etc.
Técnica Bobath.
Se basa en el principio según el cual los niños con PC conservan los reflejos
primitivos y, por ello, tienen dificultades para controlar el movimiento voluntario. El
terapeuta contrarresta estos reflejos adiestrando en el movimiento opuesto.
Los tratamientos de fisioterapia basados en las técnicas Bobath buscan también la
normalización del tono muscular. Por ejemplo, se entrenan las posturas capaces de
disminuir el tono muscular y aquellas que facilitan los movimientos deseados: mayor
equilibrio de pie, movimientos activos e individuales de brazos y piernas, etc. Las
Técnicas del Concepto de Bobath son recomendables cuando el paciente da muestra
de debilidad y tiene síntomas de espasticidad.
Terapia de Patrones.
Busca enseñar las destrezas motoras en la misma secuencia en que se desarrollan y
evoluciona normalmente, es decir, el terapeuta guía al niño para que siga la misma
secuencia de aprendizaje que sigue un niño sin PC cuando va pasando por las
distintas etapas del desarrollo motor, con independencia de la edad del paciente. Esta
terapia está envuelta en mucha polémica y despierta reticencias en aquellos que
opinan que faltan estudios que demuestren su eficacia.
Técnicas de tratamiento basadas en el Concepto Vojta.
El método Vojta constituye una técnica de diagnóstico y de tratamiento global que
busca la estimulación de respuestas reflejas de los músculos al presionar los puntos
del cuerpo en los que se encuentran las terminaciones nerviosas. A través de estas
técnicas, es posible detectar de manera muy temprana las enfermedades ocurridas
durante el nacimiento que, como la parálisis cerebral, implican un retraso motor.
El diagnóstico se lleva a cabo a través de un test que evalúa las respuestas
automáticas y globales a los cambios de posición en el espacio, inducidos por el
terapeuta. Estas pruebas permiten poner en evidencia las alteraciones que se
producen a la hora de desencadenar los mecanismos posturales automáticos dirigidos
por el sistema nervioso central, teniendo en cuenta la etapa evolutiva del bebé. Cada
momento del desarrollo se caracteriza por una serie de patrones de conducta en
función de una serie de estrategias locomotrices automáticas claramente definidas
por el concepto Vojta. El tratamiento de fisioterapia consiste en ir reproduciendo
estos patrones de conductas motrices globales en el orden cronológico que se
originan normalmente. Se trata de ir realizando determinados movimientos contrarios
a los que aparecen de forma espontánea en distintas regiones clave del cuerpo y
lograr que estas contrarresistencias se propaguen al resto del organismo.
Cinesiterapia.
La cinesiterapia es el conjunto de intervenciones que se sirven de movimiento con
fines terapéuticos. Puede ser activa, si requiere la participación del paciente, o
pasiva, que se lleva a cabo sin que la persona realice ningún movimiento, bien de
forma relajada o forzada. La cinesiterapia tiene efectos positivos sobre el sistema
cardiovascular, respiratorio y muscular.
Con la cinesiterapia se vencen resistencias externas que obstaculizan o impiden el
movimiento.
Se distiende las fibras acortadas o contraídas.
Se produce mayor tensión muscular, aumentando la fuerza y el volumen muscular.
Se favorece el funcionamiento y la transmisión de los impulsos nerviosos, mejorando
el equilibrio y la coordinación del movimiento.
Se aplica peso cada vez mayor de forma progresiva.
Las repeticiones del ejercicio no deben ser muchas y han de realizarse de forma
espaciada para lograr una buena recuperación.
Puede realizarse manualmente o por medio de instrumental (circuito de poleas,
muelles, resortes, etc.).
Terapia Ocupacional.
Su finalidad es el desarrollo de las habilidades necesarias para desenvolverse con
autonomía en la vida diaria (vestirse, comer, usar el baño, etc.). El terapeuta
ocupacional también presta asesoramiento sobre las ayudas técnicas específicas para
compensar las dificultades en la realización de las distintas actividades (por ejemplo,
el ordenador más adecuado cuando no puede escribir con un bolígrafo o un lápiz),
enseñándole a utilizar de forma óptima estas herramientas.
Tratamientos de Logopedia.
Cuando existen problemas para comunicarse, de deglución y el babeo las personas
con PC deberán recibir logopedia. Estos tratamientos estimulan las capacidades
conservadas y persiguen el desarrollo de destrezas nuevas para lograr un habla lo
más inteligible posible. El logopeda elabora y lleva a cabo el programa de
rehabilitación, siguiendo las orientaciones terapéuticas marcadas por el médico
foniatra, que es el profesional que hace el diagnóstico de los problemas del habla. El
logopeda también asesora sobre la utilización de ayudas técnicas que favorecen la
comunicación, como ordenadores
con sintetizadores de voz. El logopeda enseña ejercicios para controlar el babeo.
Los objetivos que se persiguen con los tratamientos de logopedia son:
Reducir los factores que obstaculizan la comunicación y deglución. Postura
inadecuada, mala dentición, alteraciones emocionales y conductuales, etc.
Tratamiento Ortopédico.
Los aparatos ortopédicos tienen por finalidad mantener la estabilidad de las
articulaciones y mejorar la postura y el equilibrio, eliminando las
contracturas. Cuando esta técnica es insuficiente, habrá que acudir a la
cirugía.
Educación Conductiva
Es un sistema de aprendizaje específicamente diseñado para la rehabilitación
de personas con alteraciones neurológicas, como la parálisis cerebral. Se basa
en la interacción del educador y el alumno, ante determinadas circunstancias
de aprendizaje y teniendo en cuenta la edad de éste. El tratamiento puede
impartirse de forma individual o en grupos de personas con edades
homogéneas. Aborda de forma integral las alteraciones del movimiento, los
problemas de aprendizaje, las habilidades cognitivas y la comunicación.
Enseña a los niños con parálisis cerebral a conseguir aquello que quieren y a
lograr la motivación necesaria para alcanzar sus metas.
4.6. PRONÓSTICO
Es complicado, predecir cómo afectará la parálisis cerebral a un niño especialmente
si es muy pequeño.
“Aunque la parálisis cerebral no es progresiva en términos de la lesión cerebral (no
se hace severa conforme crece el niño) pero algunas dificultades se harán más
notorias por las distorsiones en el movimiento y hábitos de postura”
Es más fácil predecir el pronóstico funcional de un niño con Parálisis Cerebral una
vez establecido el cuadro clínico del tipo de lesión o daño cerebral.
Muchos factores afectan la función de caminar, pues esta actividad generalmente es
posible entre los 2 y los 7 años de edad. Aproximadamente el 85% de los niños con
afección parcial tienen el potencial de lograr caminar de forma independiente,
comparados con el 15% de aquellos niños con afección severa. Algunas destrezas
mayores deben ocurrir, desde el punto de vista muscular, por ejemplo para caminar el
niño debe sostener primero su cabeza antes de poder sentarse y debe ser capaz de
sentarse de manera independiente antes de caminar por si mismo.
En un niño de 5 a 7 años de edad es más fácil determinar un pronóstico.
El niño con un retraso severo que no puede sostenerse parado a la edad de 5 o 6 años
probablemente no logrará caminar. Y “En general la probabilidad de caminar
depende del subtipo de Parálisis Cerebral y la edad cuando se sentaron por si solos”.
Los niños con Hemiplejía o Diplejia generalmente caminan, mientras aquellos con
cuadriplejia raramente lo hacen. Todos los niños con Hemiplejía caminan de forma
independiente a la edad de 3 años y el pronóstico para vida independiente en general
es bueno.
Es muy importante determinar la edad cuando lograron sentarse, la mayoría de niños
quienes se sentaron de manera independiente para los dos años de edad, podrán
caminar, mientras aquellos incapaces de sentarse a los cuatro años probablemente no
caminarán.
En relación a la supervivencia:
- Solo los grados más severos de Parálisis Cerebral se asocian con corta vida.
-Aquellos niños con necesidad de alimentación por sondas de alimentación e
inhabilidad de sostener la cabeza, la sobrevivencia promedio es de 17 años.
- La probabilidad de muerte por infecciones respiratorias es más común en
comparación con la población general.
- La mortalidad en Parálisis Cerebral es extremadamente variable.
- El rango de supervivencia en niños afectados severamente con cuadriplejia es bajo
y la mayoría muere por malnutrición, infecciones o problemas respiratorios antes de
llegar a la adolescencia.
Para la mayoría de familias es muy importante ser tan realista como sea posible, sin
embargo, su optimismo puede causar disgustos cuando las expectaciones de mejoría
no se cumplen.
Un aspecto muy importante al brindar un pronóstico o información solicitada por los
familiares o los padres es siempre aclarar que es imperfecto y de acuerdo a las
circunstancias del momento.
Las respuestas a las preguntas deben ser honestas, evitando palabras absolutistas
como “nunca”, “no podrá”, será incapaz”, entre otras.
Los datos de un pronóstico desfavorable son la persistencia de Reflejos Primitivos
después de los 6 meses de edad.
Es muy importante exigir una evaluación correcta de la condición del niño y emitir
un pronóstico honesto basado en el diagnóstico del tipo de Parálisis Cerebral. De esta
manera podrán externarse respuestas satisfactorias a las preguntas de los padres sin
dar falsas expectativas de mejoría o bien, destruir toda esperanza de la familia.
CAPÍTULO V
5.2 . Investigación de la parálisis cerebral en los niños nacidos con un peso bajo
Existe una relación positiva entre la parálisis cerebral y el bajo peso al nacer, como
en el caso de los niños prematuros. Se está investigando la influencia de
determinados factores sobre los nacimientos ocurridos antes de término, como
infecciones, problemas
hormonales o genéticos. A partir de los resultados de estos estudios, se podrán
desarrollar medicamentos que demoren el parto sin poner en peligro al feto e
instrumentos que mejoren el cuidado de los niños prematuros.
Actualmente se está estudiando si el tratamiento con sulfato de magnesio antes del
parto de las madres de niños prematuros reduce el riesgo de padecer PC. Aunque
faltan investigaciones que ratifiquen los resultados obtenidos, todo parece apuntar
que esta sustancia podría prevenir un 25% de los casos de PC en los nacimientos
antes de término.
Investigación de medicamentos.
Esta línea de investigación busca desarrollar fármacos que alivien los
síntomas de la PC, así como la forma más adecuada de utilizar los
medicamentos que ya están en el mercado. Así, se ha comprobado que el
antiespástico baclofén es más eficaz administrado mediante inyecciones en la
médula espinal que por vía oral. Igualmente, se ha verificado la validez de la
inyección de pequeñas dosis de toxina botulínica en músculos específicos
para reducir la espasticidad.
La Parálisis Cerebral Infantil está causada por una lesión no progresiva del
sistema nervioso central durante el desarrollo, lo que da lugar a diversas
manifestaciones de disfunción motora, incluida la espasticidad.
A diferencia de la lesión causal primaria no progresiva del Sistema Nervioso
Central, algunos indicios indican que los trastornos musculoesqueléticos
secundarios son progresivos.
El manejo terapéutico óptimo de la Parálisis Cerebral Infantil debería
concentrarse en los déficit específicos de cada paciente individual y requerir
los esfuerzos de un equipo multidisciplinario de profesionales sanitarios que
ponga en práctica un tratamiento integral físico, farmacológico y quirúrgico
con el objetivo de mejorar el o los síntomas específicos y, si fuera posible, la
capacidad funcional del paciente con Parálisis Cerebral Infantil.
ANEXOS
Niño 7 años. Diagnostico: Parálisis cerebral espástica, asociado a su retardo mental severo
.
Niño de 6 años. Diagnostico: Parálisis cerebral con hipotonía moderada, asociado a su retardo mental
Severo
Diagnostico:
Niño de 6 años con Diagnóstico: Parálisis cerebral espástica no tiene retardo mental
Niña de 6 años. Diagnostico: Hipotonía pierna izquierda, asociada a problemas de audición y lenguaje.
9 años Guayaquil
Vanesa 15 años