Nicanor Parra, Meme Antes Del Meme
Nicanor Parra, Meme Antes Del Meme
Nicanor Parra, Meme Antes Del Meme
El antipoeta, que falleció a los 103 años de edad, innovó con su obra de tal forma, que sus artefactos
del ayer, son muy contemporáneos para el ahora plagado de memes.
Nicanor Parra, el rupturista antipoeta, cuyas obras no le hacían quite al humor, siempre dio la
impresión de ser un adelantado para su época. Genio innovador, no amarrado a las concepciones
más clásicas, fue responsable de sus artefactos. Aquellas obras que perfectamente se disfrazan de
meme de Internet. O quizás al revés. Aquellas creaciones antipoéticas de corta extensión,
acompañadas de dibujos o fotografías, eran ingeniosamente originales y los brazos se
empequeñecen a la hora de abrazarlas porque decían tanto con, aparentemente, tan poco.
Según Parra, quien falleció este martes a los 103 años de edad, sus “minipoemas”, sus
artefactos, “siempre estuvieron presentes”. En entrevista a la revista Paula, sostenía que sus
características eran “breves y polivalentes”, pero seguían la máxima de anotar para no
olvidar.
“Cuesta tanto encontrar una palabra justa que no hay que desperdiciarla. A fin de cuentas, la
poesía no es más que eso: encontrar las palabras justas. Siempre hago anotaciones en un
cuaderno, muy breves, por falta de tiempo. Son muy comprimidos. Los artefactos no son
sacados de la nada, nacieron de la explosión de la antipoesía. Todos salimos ganando: el
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poeta no tiene que hacer grandes odas, escribe lo que quiere en dos o tres palabras y luego
se va con su rodiflex a otra parte”, aseguraba.
Por eso la relación con el meme, un neologismo creado por Richard Dawkins en 1976 que
asemeja la creación de ideas cortas a un “gene”, o gen en inglés. En el ámbito de Internet, la
manifestación humorística es pan de cada día, con conceptos e ideas que se viralizan en
base a textos e imágenes que se fusionan para dar nuevos significados o simplemente
manifestar ideas que contrastan con la realidad que a veces supera la ficción en el día a día.
Pero Parra lo venía haciendo de antes, transformando al meme en literatura antes de la
masificación del concepto. El mismo año de la creación de la palabra meme en la lengua
inglesia, Parra publicó su “proceso dialéctico”, recuperando elementos cotidianos para ilustrar
graciosamente un fenómeno que no requiere mayor explicación, pues fusiona brevísimos
textos con signos.
La literatura, generalmente encerrada como concepto en una burbuja de “frac y etiqueta”, pareciera
estar en un extremo contrario de lo que actualmente es un meme. Pero Parra, que alguna vez
sostuvo que Chaplin servía para entender que la seriedad es cómica, se instala con un nexo directo.
Sí, su antipoesía tiene códigos culturales de fondo, pero la esencia no es tan disímil. Quizás por eso
no hay mejor meme que un artefacto de Parra.
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SELECCIÓN DE ANTIPOEMAS DE NICANOR PARRA
Epitafio
De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca del ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
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DESORDEN EN EL CIELO
AUTORRETRATO
Considerad, muchachos,
esta lengua roída por el cáncer:
soy profesor en un liceo obscuro
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he perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
hago cuarenta horas semanales).
¿Qué os parece mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué decís de esta nariz podrida
por la cal de la tiza degradante.
En materia de ojos, a tres metros
no reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? — Nada.
Me los he arruinado haciendo clases:
la mala luz, el sol,
la venenosa luna miserable.
Y todo para qué:
para ganar un pan imperdonable
duro como la cara del burgués
y con sabor y con olor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
si nos dan una muerte de animales!
Por el exceso de trabajo, a veces
veo formas extrañas en el aire,
oigo carreras locas,
risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
y estas mejillas blancas de cadáver,
estos escasos pelos que me quedan,
¡estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
joven, lleno de bellos ideales,
soñé fundiendo el cobre
y limando las caras del diamante:
aquí me tienen hoy
detrás de este mesón inconfortable
embrutecido por el sonsonete
de las quinientas horas semanales.
LA MONTAÑA RUSA
ADVERTENCIA
Déjense de preguntas.
En el lecho de muerte
Cada uno se rasca con sus uñas.