Resumen de Psicoanálisis
Resumen de Psicoanálisis
Resumen de Psicoanálisis
Capitalismo pesado y liviano: Orwell y huxley escribieron para delinear los contornos del
futuro trágico, coincidían en ese destino del mundo, simplemente concibiendo diferentes
versiones del camino que nos llevaría hasta el sitio donde los seres humanos seriamos
ignorantes, obtusos, plácidos o indolentes para permitir que las cosas siguieran su mismo
curso. Ambos sentían que la tragedia del mundo era el avance hacia la división entre
controladores (cada vez más poderosos) y controlados (cada vez más impotentes). Ambos
escritores muestran una visión de pesadilla en donde hay hombres y mujeres sin poder de
decisión sobre sus propias vidas. Nigel Thrift hubiera archivado los relatos De Orwell y
Huxley bajo la rúbrica del “discurso de Josué” diferenciándolo del “discurso del génesis”.
En el discurso de Josué el orden es la regla y el desorden es la excepción y en el discurso
del Génesis el desorden es la regla y el orden la excepción. El mundo ordenado del
discurso de Josué es un mundo estrechamente controlado. Mundo en el que no hay lugar
para actos inútiles o sin propósito. Para ser reconocido debe servir a la conservación y
perpetuación del mundo ordenado.
Como Marx descubrió las ideas dominantes tienden a ser las ideas dominantes. Por lo
menos docientos años, los gerentes de las empresas capitalistas dominaron el mundo, es
decir separaron los plausible de lo implausible, lo recional de lo iracional, lo sensato de lo
insensato, determinando y circunscribiendo el rango de alternativas que debían limitar la
trayectoria de la vida humana. Esa visión del mundo, en conjunto con el propio mundo,
modelado y remodelado a su imagen y semejanza, alimentaba y daba sustancia al discurso
dominante. El mundo que respaldaba el discurso de Josue y lo hacia creible era el mundo
fordista. El fordismo fue en sus días de gloria, un modelo de industrialización, de
acumulación y regulación. Se convirtió mucho más que en eso, se convirtió en un sitio de
construcción epistemológica sobre el cual se erigía toda la visión del mundo dominando la
totalidad de la experiencia vital. La fabrica fordista era el mayor logro hasta el momento
para establecer una construcción social tendiente al orden. Establecion un marco de
referencia metaforico para intentar comprender el funcionamiento de la realidad humana,
tanto en el nivel social global como en el nivel de la vida individual. El fordismo fue la
autoconciencia de la sociedad moderna en su fase “pesada” y “voluminosa”, “arraigada y
solida”. El capitalismo pesado estaba obsesionado con la masa y el tamaño y por ese
motivo con sus fronteras, en la idea de hacerlas precisas e impenetrables.
La modernidad liquida es una metáfora para describir lo diluido que es tanto el estado, las
instituciones, personas y lazos sociables. La pregunta de quién legisla en los sistemas
sociales y la respuesta de que es un soberano el legítimo legislador siendo la fuente de
toda ley y legitimidad de toda ley. La gran pregunta es ¿Quién es el soberano? Afimando la
hipótesis de que la soberanía es el pueblo, lo que constituye a un pueblo es su historia. La
historia se constituye en el discurso hegemónico de los estados nacionales porque hace el
ser nacional. El ciudadano es el sujeto instituido por las practicas propias de los Estados:
escolares, electorales, de comunicación, etc. El proceso práctico hoy está liquidando el
arraigo del Estado en nación. El Estado actual se define ahora como técnico-administrativo
o técnico burocrático. El Estado técnico- administrativo se apoya sobre el consumidor, el
ciudadano en definitiva ya no existe porque el consumidor realiza mejor el ajuste entre
universal e individual.
Luego de narrar este proceso de la modernidad caótico, el gran punto al se llega es ¿Qué
sucede con el sujeto? El Estado se desintegra, los lazos sociales también y ¿en qué plano
queda entonces la subjetividad, cómo resiste o se transforma con todos estos cambios?
Desde la perspectiva de Foucault, en el siglo XIX, Marx, Nietzsche y Freud operaron tres
descentramientos en la historia vista como racional. Marx mostro a partir de conceptos
como la lucha de clases, que la vieja idea hegeliana de la historia como lugar de
reconciliación de la Realidad y la Razón, no era más que una ilusión; Nietzsche ahondo la
crítica sobre la posibilidad de un Sujeto Racional que se realizaría en la historia, y dio
elementos para pensar que en todo caso de tal Sujeto racional y libre, era una creación y
la creencia en él permitía producir ciertos efectos sobre los cuerpos de los hombres en
tanto se los construía en nombre de una moral, que era presuntamente la de ese sujeto
racional. Freud produjo la descentración definitiva de ese sujeto, en tanto mostró su
narcisismo herido en una lucha de poder a muerte con un Ello pulsional que no dejo
ninguna esperanza para una racionalidad y una libertad pura y neutra. Para Foucault el
sujeto es un sujeto fabricado, el yo es producto del disciplinamiento de cierta manera del
cuerpo. Siendo la anatomopolitica la encargada de disciplinar el cuerpo y la biopolitica
encargada de la disciplinacion y control de la población, haciendo una identificación del
sujeto como un número. El sujeto quedaría entonces como estudio del psicoanálisis, pero
específicamente el psicoanálisis interroga los saberes e ideales de una época en relación a
qué es un sujeto y por consecuencia interroga los modos de lazo intersubjetivos.
Cuestiona los fundamentos del sujeto moderno de conocimiento, modifica tanto los
modos de conceptuar el saber y de producir conocimiento.
Sigmund Freud (1856 – 1939): realizo en Viena sus primeros años de experiencia
psicoanalítica, trata síntomas propios de la época en la que vive, la histeria surge como
síntoma de la época
En sus comienzos Freud prepara el “Proyecto de psicología para neurólogos”, que luego se
convirtió en un bosquejo de una idea que desecho, el propósito era brindar una psicología
de ciencias naturales, presentar a los procesos psíquicos como estados “cuantitativos”. El
proyecto contaba con dos hipótesis, la primera tenía que ver con la concepción
cuantitativa es decir quiere demostrar el carácter cuantitativo de representaciones
hiperintensas como las de la histeria y la neurosis obsesiva. Siendo el principio
fundamental de la actividad neuronal el principio de inercia el cual enuncia que las
neuronas buscan aliviarse de la cantidad. Luego hace una división entre las neuronas
motoras y sensibles, como un dispositivo que busca cancelar la recepción de energía ya
que las neuronas buscan aliviarse, constituyendo esta descarga la función primaria de los
sistemas de neuronas. Esta hipótesis presenta también la función secundaria, se trata de
que las neuronas responden de manera diferente los estímulos exógenos y endógenos.
Respecto a los estímulos exógenos, el organismo se sustrae de ellos a partir de la huida, es
decir busca la operación que sea necesaria para la huida, sin perturbar el principio de
inercia. Luego están los estímulos endógenos son los estímulos que el sistema de
neuronas recibe desde si mismo, aquí el principio de inercia es quebrantado, ya que los
estímulos endógenos deben ser descargados, dando necesidades como: sed, hambre,
respiración. Estos estímulos pueden cesar bajo condiciones que pueden realizarse solo en
el mundo exterior. Colocando al individuo en condiciones llamadas “apremio a la vida”.
La segunda hipótesis es la teoría de las neuronas y de las barrera-contacto: Con esta
hipótesis busca combinar la teoría Qn (cant. Intercelular) con la noción sobre las neuronas
obteniéndose la representación de una neurona investida, llena de Qn y otras veces
puede estar vacia. El principio de inercia halla su expresión en el supuesto de una
corriente que desde las prolongaciones celulares está dirigida al cilindro – eje. El sistema
de neuronas es comprendido por neuronas distintas aunque de arquitectura idéntica
estando dichas neuronas en contacto por una mediación de una masa ajena. La función
secundaria: Demanda un almacenamiento de Qn posibilitada por el supuesto de unas
resistencias que se contraponen a la descarga. La arquitectura de la neurona brinda la
posibilidad de situar todas las resistencias en los contactos, recibiendo el valor de
barreras. Las barrera- contacto son la propiedad rectora del tejido nervioso que es la
memoria. Hay dos grupos de neuronas, las neuronas pasaderas las cuales son las que no
operan resistencia y no retienen nada. Quedando el proceso de descarga Qn inalterable,
siendo el grupo de neuronas que sirve a la percepción. Luego existe el grupo de neuronas
no pasaderas, este grupo de neuronas presenta resistencia y retención de Qn. Y son las
portadoras de la memoria y de procesos psíquicos en general.
Correspondencia con Fliess, carta 52: Es una carta que trata sobre la memoria en la cual
Freud le cuenta a Fliess, que lo esencialmente nuevo que trata en su teoría es la tesis de
que la memoria no preexiste de manera simple, sino múltiple, estando registrada en
diversas variedades de signos. A su vez la forma en que se inscriben los acontecimientos
en la memoria es llamada huellas mnémicas. Las diversas variedades de signos en los que
se registra la memoria son: primero las neuronas que registran las percepciones… La
primera trascripción sería el signo perceptivo que se relaciona con las neuronas donde se
generan las percepciones (siendo neuronas que reciben el estimulo)que se anudan a la
conciencia. No conservan huella alguna de lo acontecido ya que conciencia y memoria se
excluyen entre sí. Entonces Ps se denomina a los signos de percepción. Luego sigue la
segunda transcripción, denominadas Ic tiene que ver con el inconciente. Las huellas
inconscientes quizá correspondan a recuerdos de conceptos inasequibles a la conciencia.
Prc se denomina al tercer tipo de trascripción ligado a representaciones-palabra,
correspondiente al yo oficial, aquí llamado indistintamente preconsciente. En la carta se
detalla el camino que va desde la percepción, su forma de inscripción en el aparato
psíquico, hasta la posibilidad de su recuerdo merced a la palabra. También se explica el
mecanismo de la represión, relacionando cada una de las trascripciones con distintas
épocas de la vida. Para Freud, en la traducción de una trascripción a otra una defensa es
normal si las trascripciones corresponden a la misma fase psíquica. En cambio existe una
defensa patológica contra una huella mnémica no traducida de una fase anterior, Esta
defensa se llama represión y sucede con la sexualidad por la particularidad que tiene en su
desarrollo evolutivo. Una estimulación genital sólo será comprendida en el período que le
corresponde; en períodos previos no, la condición de la defensa patológica (represión) es,
entonces, la naturaleza sexual del suceso y su ocurrencia dentro de una fase anterior.
Freud buscara la manera de entender por qué unas vivencias sexuales que, como actuales,
produjeron placer, recordadas con diferencia de fase producen displacer en algunas
personas y en otras subsisten como compulsión.
Freud para elucidar si se trata de perversión o neurosis, se vale de la idea de la
bisexualidad de todos los seres humanos. Ejemplo: la histeria como una consecuencia de
una perversión del seductor; y la herencia como seducción por el padre. (Complejo de
Edipo).
1ª generación: perversión.
2ª generación: histeria que luego se vuelve estirilidad.
Aveces en la misma persona hay una metamorfosis: perversa a la edad en la que tiene la
plenitud de sus fuerzas, y luego histérica, a partir de un periodo de angustia; entonces la
histeria no es una sexualidad desautorizada, sino una perversión desautorizada.
Respecto a la nocion de trauma: No es la realidad material de los hechos, sino la
significación que le da el psiquismo.
Freud cuanto más quiere entender el psiquismo, más comienza a desconfiar de él.
Lo inconciente: Ante el gran hallazgo de este Freud debe hacer una justificación de su
existencia.
Primero Freud afirma que es valida la hipótesis de que lo psíquico excede a la conciencia.
Ya que hay operaciones psíquicas que no solo son acciones fallidas o sueños, sino que
pueden ser ocurrencias cuyo origen se desconoce. Además la mayor parte de lo que
llamamos conocimiento conciente, debe encontrarse en cada caso en un periodo de
latencia, es decir inconciente. El supuesto de lo inconciente es legitimo ya que para
establecerlo no nos apartamos del modo habitual de pensar que tenemos por correcto. A
cada uno de nosotros la conciencia nos da la pauta de conocimiento de nuestros propios
estados anímicos. El yo conciente mediante una analogía reconoce a otro ser humano
como conciente. El supuesto de que posee conciencia al descanzar en un razonamiento no
puede compartir la certeza de nuestra propia conciencia. El psicoanálisis exige que este
modo de razonamiento se vuelva hacia la propia persona. Para explicar esto Freud utiliza
una objeción que luego refuta. La objeción se trata de una conciencia segunda, que
significa que todos los actos que yo noto en mi y no sé enlazar con el resto de mi vida
psíquica, se deberá juzgar como si perteneciera a otra persona. Claro que este supuesto
de una conciencia segunda es falso. Freud explica que es por lo siguiente: 1º el hecho de
que halla una conciencia de la cual su portador nada sabe es algo muy diverso de una
conciencia ajena y dudoso de considerarla conciencia. 2º los procesos psíquicos anímicos
latentes tienen un grado de independencia reciproco como si no supieran nada el uno del
otro. Pero por la investigación analítica Freud llega a la conclusión de que estos procesos
latentes poseen caracteres y peculiaridades que parecen extraños pero contrarían las
propiedades de la conciencia que si nos son familiares. Esto prueba la existencia de actos
psíquicos carentes de conciencia, Freud declara por tanto dentro del psicoanálisis que los
procesos anímicos son en sí inconcientes.
Unidad 4: Del instinto a la pulsión. Consecuencias de la noción de sexualidad infantil:
En “cinco conferencias sobre psicoanálisis” en la cuarta conferencia, es donde la
investigación psicoanalítica reconduce los síntomas patológicos a impresiones de la vida
amorosa de los enfermos. Sucede que el trabajo de análisis para el esclarecimiento y la
curación definitiva de un caso clínico, nunca se detiene en las vivencias de la época donde
se contrajo la enfermedad, sino que se remontan siempre hasta la pubertad y la primera
infancia del enfermo .Ya que sólo las vivencias de la infancia explican la susceptibilidad
para posteriores traumas, sólo descubriendo y haciendo concientes estas huellas
mnémicas por lo común olvidadas conseguimos el poder para eliminar los síntomas.
Siendo las reprimidas mociones de deseo de la infancia la que prestaron su poder a la
formación de síntoma. Freud, califica de sexuales a todas esas poderosas mociones de
deseo de la infancia. El niño desde el comienzo mismo trae consigo al mundo sus
pulsiones sexuales y desde ahí a partir de un significativo desarrollo, en etapas, surge la
llamada sexualidad normal del adulto. La pulsión sexual del niño es compuesta, y es aun
independiente de la función de la reproducción, a cuyo servicio se pondrá más tarde. La
pulsión sexual infantil obedece a la ganancia de diversas clases de sensación placentera.
La principal fuente de placer sexual infantil es la apropiada excitación de ciertas zonas del
cuerpo particularmente estimulables además de los genitales, son: las aberturas de la
boca, el ano, la uretra, piel y otras superficies sensibles. En esta primera fase de la vida
sexual infantil la satisfacción se halla en el propio cuerpo prescindiendo de un objeto
ajeno, se llama la fase del autoerotismo. Se denomina zonas erógenas a todas las partes
del cuerpo significativas para la ganancia del placer sexual. Junto a los quehaceres
autoeroticos desde muy temprano se exteriorizan en el niño aquellos componentes de la
libido, que tienen por premisa a una persona ajena como objeto: Son pulsiones que se
presentan en pares de opuestos activas y pasivas, 1º el placer de infligir dolor (sadismo)
con su correspondiente pasivo (masoquismo). 2º el placer de ver activo y pasivo. Del
primero se desprende el apetito de saber. Del segundo el esfuerzo que lleva a la
exhibición artística y actoral. La diferencia de los sexos no desempeña, ningún papel
desicivo, se le puede atribuir a todo niño una cierta dotación homosexual.
La vida sexual del niño, en que cada una de las pulsiones se procura su placer con
independencia de la otra experimenta una organización siguiendo dos direcciones que al
concluir la época de la pubertad queda plasmado el carácter sexual definitivo del
individuo. La primera dirección es en la que las pulsiones singulares se subordinan al
imperio de la zona genital, por cuya vía toda la vida sexual entra al servicio de la
reproducción y la satisfacción de aquella conserva un valor sólo como preparadora y
favorecedora del acto sexual en sentido estricto. La segunda dirección tiene que ver con la
elección del objeto (dejando atrás el autoerotismo) de modo que todos los componentes
de la pulsión sexual quieren satisfacerse en la persona amada.
No a todos los componentes pulsionales originarios se les permite participar en esta
conformación definitiva de la vida sexual. Se impone bajo el influjo de la educación,
represiones de ciertas pulsiones, estableciéndose poderes anímicos, como la vergüenza, el
asco, la moral, que las mantienen a modo de unos guardianes. Para que luego en la
pubertad cuando sobreviene la necesidad sexual halle en esas formaciones anímicas de
resistencia unos diques que le prescriban su discurrir por los caminos llamados normales y
le imposibiliten reanimar las pulsiones sometidas a la represión.
Ahora sólo falta aclarar que en la primitiva elección de objeto del niño a punta a todas las
personas encargadas de su crianza pero ellas pronto son relegadas a alguno de los
progenitores. El niño toma ambos miembros de la pareja parental, y sobretodo a uno de
ellos, como objeto de sus deseos eróticos. Por lo común esto obedece a una incitación de
los padres mismos, cuya ternura representa los más nítidos caracteres de un quehacer
sexual, si bien inhibido en sus metas. El padre prefiere por regla general a la hija y la
madre al hijo varon; el niño reacciona a ello deseando, el hijo reemplazar al padre, y la hija
a la madre.
El complejo así formado está destinado a una pronta represión, pero sigue ejerciendo
desde lo inconciente un efecto grandioso y duradero. Ya que esto constituye el “complejo
nuclear” de toda neurosis y estamos preparados para tropezar con su presencia, no
menos eficaz, en otros campos de la vida anímica. Hacia la época del niño que es
gobernado por el complejo de Edipo, no reprimido todavía, una parte significativa de su
quehacer intelectual se pone al servicio de los intereses sexuales. Por ejemplo:
inquietudes, empieza a investigar de donde vienen los niños. La inmadurez de su
constitución sexual y la laguna en sus noticias hacen que el investigador infantil suspenda
su trabajo por infructuoso. El hecho de esta investigación infantil, asi como las diversas
teorías sexuales que produce, conservan valor determinante para la formación del
carácter del niño y el contenido de su eventual neurosis.
Se debe tener en cuenta que en neuróticos hay mociones homosexuales y que un buen
numero de síntomas expresan esa inversión latente. Esto supone que respecto a la
producción de síntomas algunas de las afecciones neuróticas, paranoicas, histéricas, etc.
Por regla general nacen del intento de defenderse de unas mociones homosexuales
hiperintensas.
Puede notarse en pacientes histéricos síntomas en órganos, que en apariencia, nada tiene
que ver con la sexualidad, sin embargo son el cumplimiento de mociones sexuales
perversas, a las cuales otros órganos han atraído sobre si el significado de las partes
genitales. Es lo mismo que muestran las perversiones con la diferencia que en ellas se ve
de una manera evidente, mientras que en la histeria se debe hacer todo un rodeo para
llegar a la interpretación del síntoma, luego se debe no atribuir las mociones sexuales
perversas del enfermo a lo conciente, sino situarlas en el inconciente de ellos. Y tener en
cuenta que los síntomas sirven preponderantemente para defenderse contra esos deseos.
En base a esto podría decirse que podría enfermarse de neurosis por frustración de la
satisfacción sexual normal o su privación en la vida real, haciendo sacar en la persona
inclinaciones perversas cuando nunca las había exhibido. Igualmente se debe tener en
cuenta que estas inclinaciones perversas preexistían de forma latente en la persona,
teniendo en cuenta la sexualidad infantil. Es importante aclarar que el neurótico es
neurótico porque justamente no es perverso, ya que el perverso no sufre por sus acciones
inadecuadas frente a la educación de la sociedad y la moral, en cambio el neurótico sufre
y el evitar la perversión, padece de síntomas.
Sexualidad normal: Lo que fuera del psicoanálisis se llama sexualidad se refiere sólo a una
vida sexual restringida, puesta al servicio de la reproducción y llamada normal. Antes que
nada hay que tener en cuenta que tanto la sexualidad perversa como la sexualidad normal
han nacido de la sexualidad infantil. Retomando nuevamente el complejo de Edipo ya que
por hecho clínico establecido por el análisis es de gran importancia practica. En la época
de la pubertad cuando la pulsión sexual plantea sus exigencias por primera vez en todas
sus fuerzas, los viejos objetos familiares e incestuosos son retomados e investidos de
nuevo libidinosamente. En esta etapa se despliegan procesos afectivos muy intensos que
siguen el mismo rumbo del complejo de Edipo o se alinean en una reacción frente a él. No
obstante por el hecho de que sus premisas se han vuelto insoportables, esos procesos
deben permanecer en buena parte alejados de la conciencia. En esta época el individuo
debe consagrarse a la tarea de desasirse de sus padres; solamente tras soltar a los padres
puede dejar de ser niño para convertirse en miembro de la comunidad social. Para el hijo
consiste en desasir los deseos libidinosos de la madre a fin de emplearlos en la elección de
un objeto de amor ajeno, real, y en reconciliarse con el padre siguió siéndole hostil o en
liberarse de su presión si se le sometió como reacción frente a su sublevación infantil. Lo
mismo se plantea para la hija mujer respecto al padre.