Via Intravenosa
Via Intravenosa
Via Intravenosa
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Introducción
La vía intravenosa es una de las cuatro vías parenterales que existen para la administración de
medicamentos lo cual, en atención primaria, se suele llevar a cabo de dos maneras:
A la hora de administrar una medicación se debe de actuar sistemáticamente, cumpliendo una serie de
pasos:
El material que se precisa es el siguiente (para más detalles ver “Administración parenteral de
medicamentos: conceptos generales”):
• Medicación.
• Jeringuilla para cargar el fármaco y luego introducirlo en el suero. La cantidad de fármaco que
hemos de cargar será la que determine su capacidad.
• Aguja para cargar el fármaco y luego introducirlo en el suero. Emplearemos una aguja de
carga (longitud de 40-75 mm, calibre de 14-16G y bisel medio) o, en su defecto, la que tenga
mayor calibre de las que dispongamos.
• Antiséptico.
• Recipiente con la solución a perfundir.
• Aguja de venopunción: tipo palomilla o tipo catéter endovenoso.
• Sistema de perfusión.
• Pie de suero.
• Gasas o algodón.
• Guantes (no es necesario que sean estériles).
• Torniquete.
• Sistema de fijación.
El fiador, como todas las agujas endovenosas, posee un bisel largo. Los diferentes calibres y longitudes
que puede presentar quedan reflejados en la tabla 1 (el color del cono de conexión que se indica es el
más frecuente, pero puede variar según la casa comercial):
El sistema de perfusión es el dispositivo que conecta el frasco que contiene la solución a prefundir con
el catéter. Consta de las siguientes partes:
Antes de realizar cualquier procedimiento hay que lavarse las manos y enfundarse unos guantes, que en
este caso no es preciso que sean estériles. A continuación haremos las siguientes actividades:
Cargar en la jeringuilla el medicamento que luego vamos a introducir en el suero. Las
instrucciones a seguir quedan explicadas en “Administración parenteral de medicamentos: conceptos
generales”.
Introducir el medicamento en el suero. Para ello retiraremos el capuchón protector,
desinfectaremos con el antiséptico el tapón de caucho e inyectaremos el medicamento que previamente
habíamos cargado en la jeringuilla. En todo momento se ha de conservar la asepsia de las zonas
estériles (en este caso el tapón de caucho y la aguja de la jeringuilla).
Conectar el sistema de perfusión con la botella:
• Abrir la toma de aire y cerrar la llave tipo roller del sistema de perfusión. Para facilitar su
posterior manejo y control, la llave debe de estar a unos 2-4 cm de la cámara de goteo.
• Retirar la capucha protectora del punzón. No tocar el punzón en ningún momento.
• Insertar el puzón en el tapón de caucho de la botella que contiene el suero.
• Invertir el frasco y colocarlo en el pie de suero.
• Presionar la cámara de goteo con los dedos para que se llene hasta 1/3-1/2 de su capacidad.
Si no hacemos esa presión y dejamos que se rellene por gravedad, lo que entrará en el
sistema será la solución a prefundir junto con aire.
• Abrir la llave tipo roller más o menos hasta la mitad para purgar de aire la alargadera (la
capacidad volumétrica de ésta es de 10 cc).
• Una vez que la alargadera está llena de líquido, cerrar la llave tipo roller.
1 ml = 1 cc = 20 gotas = 60 microgotas
A partir de aquí podemos hacer el cálculo de la velocidad de perfusión mediante reglas de tres o
aplicando directamente la siguiente fórmula:
Así, para administrarle a un paciente una perfusión de una ampolla de metamizol diluida en un suero de
100 cc en media hora, la velocidad de perfusión por minuto sería de 66’6 gotas por minuto (por
aproximación, 67 gotas por minuto):
A la hora de elegir el lugar para la venopunción hay que tener en cuenta una serie de factores
previos:
• La duración del tratamiento. Si se prevé que va a ser menor de 6 horas, Visión ventral del
se escogerá el dorso de la mano. Si se estima que la duración va a ser Brazo derecho
mayor, se preferirá el antebrazo.
• El tipo de solución. Si es fleboirritante (soluciones ácidas, alcalínas o
hipertónicas, de uso poco frecuente en atención primaria), se aconsejan
las venas gruesas.
• El tamaño de la aguja. Para venas de pequeño calibre, agujas de
pequeño calibre y para venas de mayor calibre, agujas de mayor
diámetro. En los adultos los calibres que mas se emplean son el de 20G
(color del cono rosa) y el de 18G (color del cono verde). En los niños y en
los adultos en los que hay que elegir una vena de pequeño calibre, se
utiliza el catéter de 22G (color del cono azul).
• El tipo de vena. Son de preferencia las venas que sean flexibles y rectas.
Está contraindicado pinchar cualquier trayecto venoso que esté inflamado.
• La edad del individuo. En los recién nacidos y los lactantes hasta el año
de edad se escogen las venas epicraneales. En los adolescentes y los
adultos, las de la mano y el antebrazo. En los ancianos se prefieren las
venas del antebrazo ya que las de la mano, además de tener un trayecto
bastante tortuoso, son difíciles de fijar a la hora de pincharlas (se mueven
o “bailan”).
abarcaremos un diámetro de unos 5 cm. Con ello “barreremos” hacia el exterior los gérmenes de esa
zona de la piel, cosa que no conseguiremos si el movimiento que le imprimimos a la torunda es de
derecha a izquierda o de arriba abajo.
Preparar el catéter. Retiraremos la funda protectora con la mano no dominante. Con la mano
dominante sostendremos el catéter de la siguiente manera: los dedos índice y medio se apoyarán en las
lengüetas, mientras que el pulgar lo hará en la cámara trasera.
Inmovilizar la vena a puncionar. Colocaremos la mano no dominante unos 5 cm por debajo del lugar
de punción y tiraremos de la piel en este sentido, así conseguiremos “aplastar” la vena contra el músculo
subyacente, el cual actuará de plano duro.
Realizar la venopunción. La punción de la vena se puede hacer mediante dos métodos: el directo (se
punciona directamente sobre la vena) y el indirecto (se punciona la zona cercana al vaso y luego
dirigimos la aguja hacia el trayecto venoso). Insertaremos la aguja con el bisel hacia arriba, formando
un ángulo de 30-40 grados con la piel. Observaremos si retorna sangre hacia la cámara trasera del
catéter, lo cual nos indica que la aguja ha entrado en la vena. A continuación, disminuiremos el ángulo
de la aguja, dejándola casi paralela a la superficie cutánea. Finalmente y con un movimiento coordinado
de ambas manos, canalizaremos la vena: la mano no dominante va introduciendo el catéter mientras
que la mano dominante va retirando el fiador.
Conectar el catéter al sistema de perfusión. Primero estabilizaremos el catéter con la mano no
dominante, haciendo presión sobre la vena justo por encima del punto de inserción (así también
evitaremos la salida de sangre). Al mismo tiempo que estamos estabilizando el catéter con una mano,
con la otra retiraremos el torniquete y conectaremos rápidamente el sistema de perfusión.
Asegurar el catéter a la piel. Emplearemos el sistema de fijación de que dispongamos: esparadrapo,
apósitos de las diferentes casas comerciales, etc.
Abrir la llave del sistema de perfusión y ajustar con ella la velocidad a la que queremos que
pase la solución.
AGRADECIMIENTOS
Por las ilustraciones y su revisión crítica del texto, a Mónica Botella Dorta (Licenciada en Medicina y
Cirugía. Profesora de Enseñanza Secundaria del Instituto Los Gladiolos de Santa Cruz de Tenerife) y a
Francisco Martínez Ramos (Médico del Centro de Salud de la Laguna-Las Mercedes).
Bibliografía
1. Artieda MC, Jiménez M. Técnicas de venopunción. En: Arribas JM, Caballero F. Manual de
Cirugía Menor y otros Procedimientos en la Consulta del Médico de Familia. Madrid: Merck
Sharp & Dohme; 1993.
2. Esteve J, Mitjans J. Enfermería. Técnicas clínicas. Madrid: McGraww-Hill Interamericana;
2002.
3. Perry A, Potter PA. Guía clínica de enfermería. Técnicas y procedimientos básicos. 4ª ed.
Madrid: Harcourt Brace; 1998.
4. Botella M, Hernández OM, López ML. Rodríguez A. Cuidados auxiliares de enfermería. Técnicas
básicas de enfermería. Administración de medicamentos. Santa Cruz de Tenerife: Gobierno de
Canarias, Consejería de Educación, Cultura y Deportes; 2002; p.435-60.