Monseñor Tiso El Gobernante Mártir

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Jordan Bruno Genta

El Gobernante Mártir

Editorial Santiago Apóstol


"La vida verdadera bajó hasta nosotros,
tomó nuestra muerte, y la mató con la
abundancia de Su Vida "

San Agustín

"...Gracias a Dios-y es mi más legítimo orgullo-permanezco en


el mismo lugar en que estaba entonces y espero que la muerte me
encuentre en esa definición católica y nacionalista que profeso
desde hace cuarenta años y a la cual he consagrado mi vida "

Jordán Bruno Genta.


JORDAN BRUNO GENTA

MONSEÑOR TISO
El Gobernante Mártir

Prólogo
Antonio Caponnetto

i r -rrv^
Editorial Santiago Apóstol
Buenos Aires
1997
Editorial Santiago Apóstol
Lavai le 2017
(1051) Capital
Tel / Fax: 375-5402

Títulos de nuestra editorial


• Breve reiato sobre el Anticristo - Vladimir Soloviev.
• Venimos desde el ayer - Antonio Capcmnetto.
• El Pan Vivo - A propósito de la comunión en la mano -
Antonio Caponnetto.

I.SJB.N. 987-95531-0-4
Hecho el depósito que marca la Ley 11723
Impreso en Argentina
Printed in Argentina
1997
INDICE

Prólogo 7
• A Mons. Josef Tiso
Por María Lilia Losada de Genta 13
• Artículo publicado en el periódico "Combate" 14
• Apunte Biográfico 15
• Conferencia del Prof. Jordán Bruno Genta
en homenaje a Mons.Dr. Josef Tiso 19
• Discurso pronunciado por el
Prof. Jordán Bruno Genta en homenaje
a Mons.Dr. Josef Tiso en la Basílica
de Ntra. Sra. de Pompeya. Bs. As 29
PROLOGO

Este año que concluye se lleva consigo el aniversario


número cincuenta del martirio de Monseñor Tiso.
Su sólo nombre todo lo dice para los hijos fieles de la
entrañable nación eslovaca. Y a fe que otro tanto ocurre
con sus enemigos históricos, que aún dominadores
impunes y estultos, no podrán olvidarse de quien tan
gallardamente los enfrentó, con su palabra, con su
conducta y con su sangre.
Pero ese nombre cargado de resonancias para unos y
otros, y proferido en el Cielo a la diestra del Padre, nada
significa frente a las actuales generaciones, ni ante esos
cristianos acédicos, ignorantes de las glorias de la Iglesia y
siempre prontos a disculparse por lo que le han hecho
creer que son sus extravíos.
Son ellos entonces quienes primero necesitan conocer
estas páginas.
Conocer ante todo que Eslovaquia tiene una historia
recorrida por testigos viriles de la catolicidad, desde los
tiempos en que San Cirilo y San Metodio llevaron la
lumbre invicta del Evangelio a sus tierras. Cirilo y
Metodio, santos apóstoles, a quienes Juan Pablo II,
siguiendo las huellas de sus predecesores, asoció al
patronazgo de Europa en su encíclica Slavorum Apostoli.
Conocer que Monseñor Tiso, al igual que otros
sacerdotes ejemplares, como su recordado maestro, el

~ 7~
Padre Hlinka, comprendieron que por lo mismo que la
patria hundía las raíces de su fundación en el misterio de
la Cruz, era necesario pelear por su rescate y trabajar sin
pausa por su entero señorío. Sin concesiones ni
compromisos con los destructores de la estirpe. Sin
contemporizaciones ni enjuagues con los poderosos; sin
dobleces ni asomo de esta común bellaquería que hoy
envuelve a tantos trémulos pastores.
Conocer asimismo que fue Tiso, en cada uno de los
cargos públicos que desempeñó, hasta llegar a la
mismísima presidencia de la República, un sacerdote que
asumió la autoridad como servicio, y no un político que
desertó del Orden Sagrado en pos de la carrera electoral.
Un consagrado que en carácter de tal, veló eficientemente
por su pueblo, en nombre de la caridad y del bien común
antes que de programas asistencialistas. Un ungido que
volcó sus bendiciones sobre la nación que gobernaba, mas
que un candidato de engañosas fórmulas mundanas. Un
párroco que no abandonó jamás el ejercicio de su
ministerio, y que al igual que San Luis bajo aquel
legendario roble de Francia, siendo el primer mandatario,
atendía los requerimientos de los suyos, a la salida de las
misas dominicales en su capilla aldeana de Bánovce. Un
hombre de Dios, entregado jerárquicamente a El desde el
puesto de mando; de rodillas frente al pequeño e infinito
pórtico del Sagrario y de espaldas a la puerta ancha del
horizontalismo.
Fue Tiso el Capellán de Eslovaquia. Un verdadero
Príncipe Cristiano en tiempos de aplebeyados ateos.
Conocer además que es posible proclamar la Realeza de
Cristo, en cumplimiento del primer deber de un estadista
bautizado. Y que de esa prioritaria y urgente
proclamación se siguen todos los bienes, como la añadidura
tras la búsqueda principal del Reino de Dios. Así, durante
los años de gobierno del singular presbítero, su país,
pública y orgullosamente definido como confesional y

~ 8~
como buen vasallo del Supremo Rey, alcanzó la
prosperidad material y la resolución inteligente de los
problemas terrenos.
Conocer, en suma, que Monseñor Tiso, sabía y quería
hablar claro, desdeñando las elipsis y prefiriendo la
contundencia del verbo esencial. Dado "el carácter infernal
del bolchevismo -dijo en el Parlamento en 1936- es
imposible la conciliación... y no se puede tener respecto de
él, ni siquiera una posición neutral" Tres años después, el
21 de febrero de 1939, agregaría en el mismo recinto una
definición tajante: "no queremos ser ni seremos nunca los
esclavos de cualquier ideología que no surja de nuestra
tradición eslovaca y de nuestro espíritu cristianoHe aquí
la síntesis de su ideario y de su posición doctrinal: el
nacionalismo católico. Ese nacionalismo que es amar y
soñar cñstianísimamente a la propia patria, y que no
pueden entender ahora los adocenados servidores del
Nuevo Orden Mundial.
Conocer por último, que tras el triunfo de los aliados -
todavía celebrado amén de por sus socios, por algunos
sedicentes humanistas- Eslovaquia fue invadida por los
rojos, padeciendo desde entonces un doloroso via crucis,
cuyas estaciones de angustia y espanto no han arrancado
nunca la proverbial furtiva lágrima de los denostadores
profesionales de genocidios. Eslovaquia fue invadida;
y Monseñor Tiso, capturado como no podía ser menos por
la policía norteamericana, acabó entregado a los verdugos
de Moscú. Supo entonces de la prisión y de los vejámenes,
de los campos de concentración -que olvida la historia
oficial escrita en Yalta- y de las torturas físicas y morales.
Supo de la crueldad del bolchevismo que había osado
desafiar y de la negra alianza entre liberales, marxistas,
judíos y masones. Los mismos que ahora resultan objeto de
inmerecidos requiebros, y exculpados de una historia que
los ha visto como victimarios de cristianos y perseguidores
de la Iglesia. Pero supo también el Padre Tiso de la

~ 9~
particular asistencia de la gracia. Y se mantuvo
varonilmente enhiesto hasta el final, prefiriendo la muerte
mártir a la traición que le proponían protagonizar para
salvar su vida. La horca pudo ceñir su cuello, pero ya no
podía ceñir su corazón. Pudieron dispersar al viento sus
cenizas, mas no la unidad de su alma, juntura inamovible
de amores esenciales y haz sinfisurasde la contemplación
de Dios y de Eslovaquia.
Doble lección la suya de nacionalismo y de martirio
cristiano, de celo sacerdotal y de piedad patria, de pastoreo
de la grey y de conducción de los ciudadanos. Y conocer
sendas cosas justificaría sobradamente la reedición de este
opúsculo que hoy se presenta.
Sin embargo, posee el mismo para nosotros, el valor
especialísimo de haber sido escrito por un argentino que
fue capaz de vivir y de caer en el combate en defensa de los
mismos altos bienes por los que lidiara y cayera Monseñor
Tiso.
Todo es paradigmático en estas voces de Genta que exaltan
la figura del egregio esloveno. Todo es paradigmático, pero
a la vez, misteriosamente premonitor. (Y nunca más
oportuno recordar que el misterio es diafanidad y
lumbre).
Paradigmática es la alabanza del Varón Justo, como
emblema de una genuina política de soberanía física y
metafísica aplicada sobre el cuerpo y el alma de la nación.
La exaltación de la Cristiandad y -por ella- el milagro de la
comunión de las patrias, más allá de las diferencias
accidentales. El rescate del arte de las definiciones, con las
cuales nombrar como cuadra a los réprobos y a los
elegidos, a los malditos y a los benditos del tiempo y del
espacio. Paradigmáticas las razones -que se elevan en la
oratoria de Genta como los arcos de una arquitectura
gótica- en virtud de las cuales se enseña que todo hombre
de honor debe rechazar el éxito del mundo y homenajear a
los grandes derrotados; a aquellos que a imitación del

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Señor, han resultado vencidos aquí abajo por no abdicar de
las cosas de arriba. "[Qué deferencia más señalada77 -dirá
Genta con su acento inconfundible- "ser convocado para
honrar a un vencido en la tierra!77. Es el alegato de un
hombre superior que ha penetrado en la concavidad más
recóndita del secreto del Calvario. La confesión, casi
inefable, casi incomunicable, de quien ha visto de cerca la
silente victoria del Viernes Santo. Es la inauguración
trascendente de la mañana y del gozo, tras la mera
inmanencia de la pena y del crepúsculo.
Pero algo más veía Genta cuando hablaba de su admirado
Tiso. Tuvo Uun destino envidiable77 -proclamaba, delante de
sus compatriotas exiliados que lo escuchaban como a un
maestro- *'porque mereció el triunfo y la gloria del
martirio, j.El martirio7 esa buena muerte7 esa preciosa e
insuperable muerte donde empieza la vida sin muerte!77. Y
largos años después, volviendo con fidelidad a rendirle
homenaje, insistía con tono impetrante: "permanezco en el
mismo lugar en que estaba entonces y espero que la
muerte me encuentre7 en esa definición católica y
nacionalista que profeso\ y a la cual he consagrado mi
vida77.
La muerte lo encontró como quería. Y la tuvo "buena,
preciosa, envidiable e insuperable77, cual la había descripto
hablando de la de Monseñor Tiso. Premonición misteriosa
decíamos. O deseo recto y ardiente que se alcanza por
merecimientos propios. O inspiración bajo el auxilio de la
gracia, si se prefiere.
De cualquier modo, concurren en Genta los mismos
valores, que invitábamos antes a contemplar en el
biografiado: el amor a Dios y a la Patria, la ciudadanía del
Cielo y de la tierra, la disposición al martirio y el
patriotismo militante; el nacionalismo católico para decirlo
con las mejores palabras, y por eso, las que más irritan a los
tibios.

~ 11 ~
Supo escribir Gerado Diego ante un muerto cercano y
encomiable, que era "vergüenza vivir cuando los buenos
mueren". Que abajo, quienes quedamos, "cantamos y
cortamos las flores del ponienteMas "las del alba, tú solo,
las cosechas celeste, del jardín de la vida, tras el mar de la
muerte
Allí han de estar entonces, ya sin sombras de dudas, en
el altísimo prado, Monseñor Tiso y Jordán Bruno Genta
cosechando las flores del alba. Unidos en hermandad de
sangre , entonando epinicios para Eslovaquia y Argentina.
Porque Dios así restituye la gloria a quienes lo sirvieron en
vida.
Nosotros aquí, a despecho de tantas persecuciones e
incomprensiones, de tantas soledades y pruebas, queremos
continuar el camino que nos trazaron con sus ejemplos.
Precisamente porque los tiempos son difíciles, porque los
recursos son pocos, porque los desertores abundan y los
pusilánimes acechan. Precisamente porque pareciera que
está todo perdido y queda por ganar la vida eterna lidiando
contra el Maligno. No es mal destino si se sabe ser dócil a
las ultimidades de la Historia.
Nosotros aquí, una vez más. Escuchando -como los
soldados de Enrique V en vísperas de San Crispín- la
promesa magnífica y certera reservada a los que sean
capaces de jugarse sin reservas: sus nombres serán
resucitados por el recuerdo viviente de los descendientes, y
serán saludados con copas rebosantes. Los que no hayan
participado de la contienda se sentirán viles, y los
protagonistas -aún tumbados- serán ennoblecidos por el
coraje.
Nosotros aquí, en este cotidiano entrevero de querer
recordar y emular a los testigos de la Verdad. Para no
sentir "vergüenza" de seguir viviendo. Hasta que la flor
del alba -señera,firme,altiva- reverdezca luminosa regada
con nuestra propia sangre.
Antonio Caponnetto
Buenos Aires. Noviembre de 1997

~ 12 ~
A MONS.JOSEF TISO

Eslovaquia alto castillo roquero.


Ayer fue el turco contra ese fuerte cristiano. Orgullo de
Solimanes doblegado.
En sus lagos no van a copiarse nunca minaretes orientales.
Por sus ásperas montañas se van cerrando los pasos ante el
avance infiel.
Corazón de Europa central, avanzada de Cristiandad.
Sangre pedía el alfanje. Se hizo un foso de sangre que al
Occidente guardaba.
Ayer Mitra, primera Iglesia que alzó la Cruz en la tierra para
Cristo rescatada.
Ayer Nitra, hoy Bratislava.
Sangre de mártir la signa, ay, ceniza dispersada a los vientos de
Eslovaquia.
Y las aguas de sus lagos saben amargas, amargas.
Mataron a Monseñor Tiso en Bratislava. Está segando más
vidas la hoz que el alfanje.
El 18 de abril a las tres de la mañana, al filo de esa madrugada
de la muerte, casi con su propia sangre está escrito su mensaje.
Y no solo para Eslovaquia. Que el Occidente cristiano lo
escuche para salvarse.
Repudio al comunismo. Viril repudio total.
Para todas las naciones lo que dice a su nación: °perseverar
siempre como hija fiel y adicta a la Iglesia de Cristo".
El poderío soviético adueñándose del mundo y las promesas de
esas palabras ardientes de la vida plena, junto a la muerte: "Me
juramento con voto de interceder ante Dios Omnipotente".
¿ Desde qué almena, en qué torre lucharemos ?
Ya no hay castillos roqueros. Y no es el alma tampoco ese
castillo interior de "Las moradas".
Desolación en la tierra.
Mataron a Monseñor Tiso. Dispersaron sus cenizas en el
viento.
Lo borraron de la tierra. Sus asesinos no saben que así
intercede en el cielo.
Y no hay máquina de guerra más potente que un varón justo
pidiendo a Dios que por nosotros combata, haciéndonos
combatientes.

María Lilia Losada de Genta


Diario "Combate" Año 6 - 94, pág. 3
13 de abril de 1961 - Buenos Aires

COMBATE
Año 7- Na 107 19 de abril de 1962 "
Presidente de la República Eslovaca en los añosl 939-1945. Condenado
por los checo comunistas, padeció el día 18 de abril de 1947 el bárbaro
suplicio de la horca; entregó su alma al Todopoderoso con el Rosario en las
manos, como mártir de la Fe y heroico defensor de su Nación.
Preso y llevado ante inicuos tribunales comunistas, cargado de cadenas,
confesó valerosamente- ante sus verdugos que si se le ofreciera nuevamente
la oportunidad de actuar en la vida pública, lo haría - por el bien de su
pueblo - con la cosigna "POR DIOS Y LA NACION" tal como lo había hecho
durante los años 1919 - 1945.
"En la persona de Mons. Josef Tiso encontramos una garantía porque
sabíamos que era verdaderamente un hombre de carácter y que no era
necesario inquietarse en cuanto a los peligros que entrañaba el nazismo
(Respuesta del Arzobispo Mons. Dr. Karol Kmetke - de Nitra - al presidente
del tribunal cuando fue interrogado acerca del porque estaban los obispos
complacidos con la elección de Mons. Tiso al cargo de Presidente de la
República).
"Mons. Dr. Tiso iue siempre un sacerdote afanosamente incansable y d
vida sin mancha. En su múltiple actividad trabajaba por el bien de todos
personalmente jamás procuró enriquecerse...77
"Estamos convencidos que en su actuación pública las intenciones d
Mons josef Tiso fueron siempre las mejores77. (Carta del Arzobispo Mons.
Dr.K. Kmetke y Obispos Mons. J. Tomanoczy al Presidente del Concejo
Eslovaco Nacional: 8 de enero de 1946. En este momento los demás Obispos
se hallaban encarcelados).
Extractamos de la Pub. "Dr Josef Tiso" - Passaic, N. Jersey U.S:A. 1952.
Refiriéndose a la personalidad de Mons. Dr.Josef Tiso, el senador (U.S.A.)
Alvin E. O'Konski el 31 de mayo de 1948 dijo en Bedford, Ohio,
textualmente: "Solo es de lamentar que las altas esferas de Washington •
conozcan tan poco lo que ocurrió con Mons. Dr. Josef Tiso y lo que ocurrió
con la Nación Eslovaca y lo que signiñea la labor desarrollada por él77.
Es lamentable, sobre todo, porque la lucha de Mons. Tiso por la libertad,
por la justicia y por los principios cristianos no fue solo su lucha y la de su
Nación, sino que por lo que luchó y murió Mons. Tiso, murieron miles de
los mejores hijos de América en la última guerra.
APUNTE BIOGRAFICO

La religiosa piedad de los eslovacos venera como mártir


por la fe de Cristo y considera como héroe de la
independencia nacional a Monseñor Dr. Joséf Tiso,
Presidente de Eslovaquia, quien gobernó santísimamente
con la obra, el ejemplo y la palabra al pueblo encomendado
a su cuidado.
Nació el santo sacerdote en Velká Bytca, el día 13 de
octubre de 1887. A los quince años entró en el pequeño
seminario de Nitra. Pasó a continuar los estudios
eclesiásticos al colegio Pazmáneum de Viena (Austria),
donde obtuvo los grados de Doctor en Sagrada Teología,
siendo ordenado sacerdote en 1910.
Los primeros años de su actuación pastoral los vivió
entre los campesinos. Como cura de aldea, no descuidó
ninguna de sus obligaciones de párroco, mereciendo por
ello que el Obispo de la diócesis le elogiase por su celo
sacerdotal y le propusiese para el título de Monseñor. Es
interesante observar que el doctor Tiso no dejó de ser
párroco de la pequeña localidad de Bánovce aún siendo
Presidente de la República.
El padre Andrés Hlinka, caudillo de los eslovacos desde
1305, observó la actividad del joven y erudito sacerdote y
le presentó en 1920 como candidato para diputado a la
Asamblea Nacional. Cuando el Partido Popular de Hlinka
tomó parte en el Gobierno de Praga en 1927, el doctor Tiso
fué Ministro de Higiene en ese Gobierno. Siendo ministro

~ 15-
hizo construir el balneario de Sime, uno de los más
hermosos de Eslovaquia.
Después de la muerte de Andrés Hlinka asumió el
mando en la lucha contra los opresores checos, insistiendo
cada vez más en el derecho de la autodeterminación, ya
que éste fue el legado espiritual de su predecesor. En los
momentos de la crisis checoeslovaca en 1938 y 1939
aprovechó la ocasión para liberar gradualmente a
Eslovaquia del yugo checo, fundando el Estado Eslovaco
independiente. Tiso, elegido Presidente de la nueva
República, inauguró un período de prosperidad y bienestar
general hasta entonces nunca visto en Eslovaquia. Como
Presidente fué justo y se preocupó tan sólo por el bien del
pueblo. Por eso el pueblo eslovaco le quiso y le querrá
siempre.
Bajo su gobierno, la Iglesia Católica experimentó la
época de mayor esplendor y florecimiento. El Vaticano
reconoció este hecho consolador y quiso resaltarlo
adecuadamente, nombrando para Eslovaquia un Arzobispo
metropolitano con sede en Nitra, cargo que estuvo vacante
desde la muerte de San Metodio (885).
Al estallar la guerra contra la Unión Soviética, el doctor
Tiso decidió que el Ejército eslovaco tomase parte en ella al
lado de las potencias anticomunistas. Con esta
determinación se atrajo el odio mortal de los marxistas.
Por consiguiente, no es de extrañar que a la hora de la
victoria bolchevique los comunistas y sus aliados - los
checos para ahogar su sed de venganza ~ se hayan
precipitado sobre él, señalándole como criminal de guerra
y culpable de alta traición. Con estas terribles acusaciones
los checos y los comunistas buscaban solamente ocultar los
verdaderos motivos de sus ciegos rencores.
Preso y llevado ante inicuos tribunales, cargado de
cadenas, confesó valerosamente ante sus verdugos que si se
le ofreciera nuevamente la oportunidad de acaudillar a su
pueblo volvería a gobernar como había gobernado durante

~ 16-
la época en que desempeñó el cargo de Presidente de la
República.
Por último, siendo conducido al patíbulo, oraba por sus
enemigos; encomendando su alma a Dios, murió
santamente y pasó al reino celestial a recibir el premio de
su glorioso martirio.
Unas horas antes de padecer el bárbaro suplicio de la
horca, confió al padre capuchino que le asistía este mensaje
al pueblo eslovaco:
"En virtud del sacrificio que ofrezco a
Dios7 digo a la Nación Eslovaca que lleve adelante siempre,
en todas partes y de todas las maneras, con la mayor
concordia y unidad\ la gran consigna POR DIOS Y POR EL
PUEBLO.
Ella es no sólo la razón de ser de la
historia eslovaca, sino también un explícito mandato de
Dios, que la creó, a manera de ley natural, y la incrustó en
el alma del pueblo y de cada uno de sus miembros.
Yo fui servidor de ella durante toda mi
vida, y consiguientemente me considero mártir, ante todo
de esta ley divina. Me considero igualmente mártir de la
defensa del cristianismo contra el bolchevismo, que nuestro
pueblo, por su carácter cristiano y su porvenir, debe en
absoluto repudiar.
Os ruego que os acordéis de mí en
vuestras oraciones; yo, en cambio, me juramento con voto
de interceder ante Dios Omnipotente para que bendiga la
nación de los eslovacos y su lucha existencial POR DIOS Y
POR EL PUEBLO, y para que nuestra nación persevere
siempre como hija fiel y adicta a la Iglesia de Cristo

Bratislava, 18 de abril de 194 7, tres de la madrugada.

~ 17-
CONFERENCIA DEL PROF. JORDAN BRUNO GENTA EN
HOMENAJE A MONS. JOSEF TISO

Sean las primeras palabras para expresar mi profundo


agradecimiento a la Asociación Católica Eslovaca por
haberme invitado a participar en este Acto de Homenaje a
la memoria de Monseñor Dr. Josef Tiso, Mártir de la Fe y
heroico defensor de su Patria.
Nada puede ser más grato a mi espíritu que dar
testimonio de una real grandeza; sólo temo que mi palabra
resulte desproporcionada en su limitación, para expresar
adecuadamente el significado de una personalidad que
realizó la más cumplida imagen y semejanza de Dios; de un
varón justo y fuerte que no se reservó nada para sí, ni su
alma, ni su cuerpo, ni sus bienes y que se consagró entero
al servicio de su pueblo; de un destino envidiable porque
mereció el triunfo y la gloria del martirio, j El Martirio,
esa buena muerte, esa preciosa e insuperable muerte donde
empieza la vida sin muerte I
Quiero expresaros también las razones que justifican la
participación de un educador argentino en este acto.
Vosotros, eslovacos, pertenecéis a una antigua comunidad
eslava que hace más de un milenio se estableció y se
arraigó para siempre en la ladera de los Cárpatos, allí en el
extremo oriental de Europa, en ese suelo áspero y difícil
donde reposan innumerables generaciones de vuestros
antepasados y sobre cuyos cimientos inconmovibles, habéis
edificado, piedra sobre piedra, vuestra ciudad humana. En
el siglo IX de nuestra era, abandonásteis el paganismo y
recibisteis la enseñanza del Evangelio; a través de mil años,

~ 19 ~
oprimidos o cercados por poderosos implacables extran-
jeros, habéis cultivado y fortalecido en vuestras almas, en
vuestras costumbres y en vuestras instituciones, los dos
grandes amores que se entrañan y confunden en una
misma vida y en un único destino: la Fe en Dios y la
devoción por la Patria. Tan identificados en vosotros que
atentar contra uno de ellos es ofender al otro; y respetar la
libertad de cualquiera de ellos, es favorecer la libre
expansión del otro.
Y la prueba inequívoca de vuestra identidad católica y
nacionalista es que habéis hecho Patrona de Eslovaquia a la
Virgen Madre, en aquella forma en que es más
exclusivamente Madre, la Dolorosa junto a la Cruz,
traspasado el corazón por los siete puñales; y por eso
también, junto a Eslovaquia crucificada por confesar el
nombre de Su Hijo, extiende sobre su carne doliente el
alivio de su ternura infinita, de su puro amor de Madre, La
Dolorosa de quien dice una mujer argentina: "Con dolor\
salvaste la alegría
¡ Cómo no voy a sentirme cerca de vosotros, eslovacos, si
nos reconocemos en el mismo Padre y en la misma Madre,
si pertenecemos a la misma Patria espiritual y tenemos el
mismo sentido de la familia y del honor personal í
Nos separan la geografía, la estirpe, la palabra exterior y
otras peculariedades e idiosincracias; todas ellas diferencias
que proceden del principio de individuación, de la materia
que es parte sustancial de nuestro ser; diferencias
importantes pero subordinadas a aquellas cosas
principales, a aquellos contenidos universales, a aquellas
supremas coincidencias que nos hacen solidarios de un
mismo destino último, así en lo personal como en lo
nacional.
Para hablar de Monseñor Tiso en este segundo
aniversario de su asesinato por los liberales y masones
checos y por los comunistas, es menester aclarar, primero,
el valor de las palabras, el verdadero significado de los
nombres.
El bolchevismo que ya nos domina, no se acusa
solamente en esa mancha roja que se extiende por toda
Europa central y por casi toda el Asia inmensa ; también
está presente en los poderosos movimientos populistas
que aspiran a la conquista democrática del poder en cada
uno de los países de Occidente; y sobre todo, ha penetrado
profundamente en las almas con su ideología de muerte. El
poder destructor de la bomba atómica es poco más que
fuego de artificio, al lado del que obra la ideología
bolchevique. Si Dios y el alma significan algo todavía para
la gran mayoría de las gentes, se estremecerían de horror
ante el vacío espiritual, ante la indigencia intelectual y
moral que ha provocado la ideología bolchevique, en sus
formas sucesivas del liberalismo religioso, filosófico,
político, jurídico, económico, hasta el marxismo donde se
exponen las últimas consecuencias y se planifica la total
destrucción del orden existente.
Carlos Marx insiste desde sus primeras obras, en la
proximidad de esta tarea final y señala al encargado de
cumplirla: Cuando el proletariado anuncia la disolución
de todo orden existente, expresa sólo el secreto de su ser\
puesto que es la práctica disolución de ese orden de cosas".
El síntoma claro e inequívoco de esa gran depresión
intelectual y moral, de ese empequeñecimiento del hombre,
es la confusión de las palabras.
Hemos perdido el sentido de la realidad y de la verdad y
por eso las palabras más elevadas, las palabras señeras, ya
no son definiciones, ya no dicen la esencia y el valor de las
cosas mismas.
Las palabras más elevadas, Verdad, Justicia, Libertad,
dignidad de la persona humana, las que nombran virtudes
y blasones, ya no suelen ser más que adulaciones, palabras
que halagan e intimidan. Las palabras que no son
definiciones , no son más que adulaciones; nacen del
temor, del placer, del dolor; y no de la inteligencia de lo
que es.

~21~
Y como la palabra es poderosa, el mayor poder de la
tierra, incluso la palabra falaz, una propaganda hábil,
sostenida, abrumadora, puede ocultar los seres y los gestos
más nobles detrás de las palabras más viles; puede llamar
crimen al heroísmo, traición a la fidelidad, tirano al
gobernante justo, servidumbre a la libertad.
Y puede hacerlo eficazmente, impunemente, cuando se
dirige a una inteligencia disminuida para la verdad y a la
cobardía generalizada.
Esa propaganda bolchevique, aprobada por liberales y
masones, puede llamar a Monseñor Tiso, "criminal de
guerra", "traidor a la Patria", "tirano cruel y despiadado77,
y puede hacerlo impunemente, sin que se levanten mayores
protestas, ni siquiera entre los católicos. Más bien
asistiremos a un silencio; y veremos callar su nombre por
los propios hermanos en la Fe.
Nos enseña Platón que hablar impropiamente no es sólo
cometer una falta, sino hacer un daño irreparable a las
almas. Y por eso decíamos que el principal empeño del
bolchevismo es provocar el caos y la confusión en la
existencia occidental, a través del caos y de la confusión de
las palabras.
Era necesario hacer esta aclaración para hablar con
adecuación y con propiedad de Monseñor Tiso. Se trata,
pues, de ir a la cosa misma, a su persona y a sus hechos; y
voy a confrontar su conducta con la de sus detractores y
verdugos, frente a la cuestiones esenciales para el destino
de Occidente, a fin de que su perfil esencial adquiera el
relieve nítido e inconfundible de la definición y poder así
llamarlo por su verdadero nombre.
Lamento que la mía, sea nada más que una modesta voz
argentina; pero en ella reconoceréis entera la definición
que rehabilita la virtud significativa de la palabra.
Comienzo por los adversarios: El Dr. Benes; principal
responsable del asesinato de Monseñor Tiso, siguiendo la

-22
linea oportunista, propia de un liberal y gran masón, se
puso a las órdenes de Moscú para volver al poder en una
supuesta República Checoeslovaca, arbitraria y
ficticiamente reconstruida con el apoyo del Ejército
soviético y en contra de la voluntad de la Nación Eslovaca.
La sensibilidad política del Dr. Benes, atenta a los
desplazamientos del poder, lo llevó a desentenderse de
Washington y de Londres, para ponerse bajo la protección
de Moscú.
Pero esta situación idílica duró breve tiempo,
exactamente el que era necesario para que el partido
comunista checoeslovaco dirigido por el Sr. Gottwald,
llegara "democráticamente" al poder. El Dr. Benes no
podía desempeñar otro papel en los planes soviéticos, que
el de un entregador de su propia Patria Checa al
comunismo; es el papel invariable de todo liberal
consecuente: evitar que el tránsito de la democracia
individualista a la democracia populista, se haga en forma
brusca, escalonando una etapa intermedia, la democracia
socialista.
Continúo con la conducta de los jerarcas y pastores de
las iglesias protestantes de Checoeslovaquia. Reunidos en
Praga acaban de adherir públicamente al régimen
comunista presidido por Gottwald. No se trata, como
pudiera creerse ingenuamente, del planteo de un "modus
vivendi"; sino de una adhesión incondicional y del
ofrecimiento de la más amplia colaboración, en mérito a
que el comunismo resulta ser nada menos que "la
realización de las exigencias cristianas", tal como nos venía
anticipando el Reverendo Hewlett Johnson, Deán de
Canterbury, en su apología del poder soviético.
En rigor, no estamos frente a una inconsecuencia, a una
traición de último momento. Más bien, la inconsecuencia
y la traición estuvieron en el principio, en el tiempo de
Lutero y de Calvino, cuando los protestantes rompieron la
unidad espiritual de Europa, negaron la autoridad de

-23
Roma, cosagraron el libre examen sin limitación y los
derechos de la incompetencia para cuestionar la palabra de
Dios. Todas las otras rupturas de compromisos, todas las
otras negaciones del principio de autoridad, todos los otros
votos quebrantados, no son más que añadidura y lógica
consecuencia de la deserción inicial.
No puede sorprender, entonces, que el Reverendo
Hewlett Johnson complete la secularización del
Cristianismo, presentando a Jesús como un trabajador y un
precursor sentimental de la lucha de clases y del
comunismo que Marx, Lenín, Stalin, y Gottwald han
realizado científicamente.
Hasta aquí los hechos de los liberales, masones y
protestantes frente al comunismo. Ahora los hechos de
Monseñor Tiso en los años decisivos:
El 14 de Marzo de 1939, la Dieta de la Eslovaquia
autónoma proclama la República Eslovaca. Monseñor Tiso,
párroco de la pequeña localidad de Banovce y jefe del
nacionalismo eslovaco desde la muerte del Padre Hlinka, es
elegido Presidente de la República. Veintiséis naciones,
entre ellas Inglaterra y Francia, reconocen al nuevo Estado
por Derecho Natural e impuesto por la voluntad unánime
de la Nación, aprovechando una coyuntura histórica
favorable.
Seis meses después estalla la Segunda Guerra Mundial y
la Alemania Nacional Socialista conquista en los primeros
años, el dominio político y militar del continente.
Y ahora debo subrayar un hecho importantísimo:
durante esos años, el Estado Nacional Eslovaco desarrolla
en todos los aspectos de su política, la integridad del orden
y de la vida católicos sin la menor interferencia de la
ideología nacional socialista y, a pesar de la guerra, alcanza
un florecimiento espiritual y material jamás conocido
antes.
'En el año 1941, Monseñor Tiso decide la intervención
del Ejército Eslovaco en la guerra de Europa contra la Rusia
comunista, cumpliendo con su deber de católico y de

~ 24 ~
nacionalista.
Y la prueba incontrastable de que fue una libre decisión
determinada por su radical oposición al comunismo y la
amenaza que significa para la vida cristiana y para la
existencia de las naciones, es su conducta en la hora de la
derrota, cuando los ejércitos soviéticos avanzaban sobre
Europa en el año 1944.
Los agentes de Moscú, conociendo el ascendiente
espiritual y político que tenía Monseñor Tiso sobre su
pueblo, le propusieron su apoyo completo y todas las
garantías necesarias, si proclamaba a Eslovaquia, República
Soviética.
La respuesta de Monseñor Tiso no se hizo esperar y no
fue por cierto, la que daría poco después el Dr. Benes y la
que acaban de declarar los jerarcas protestantes reunidos
en Praga. Fue la respuesta de la fidelidad a Dios y a la
Nación Eslovaca, de la fidelidad a Europa eternamente
romana; nuestra Europa de donde venimos y hacia donde
volvemos siempre para saber lo que somos y cuál es el fin
de la existencia; lo mismo vosotros, hijos de la sufrida y
valerosa Eslovaquia, allá en el extremo oriental de Europa,
que nosotros, argentinos, aquí en el extremo opuesto de esa
Europa nacida de Roma, dos veces fundadora.
La respuesta de Monseñor Tiso fue:
"Con el comunismo no hay compromiso posible. Los
comunistas pueden hacer lo que quieran con Eslovaquia y
con los eslovacos> pero esto será una violación. La libertad
robada y ultrajada será siempre nuestra; pero la libertad
voluntariamente vendida ya nonos pertenece
Claro está, con el comunismo no puede haber
compromiso posible; no puede haber acuerdo ni acomodo
alguno, a menos que se deje de ser lo que se es y la solución
sea continuar viviendo de cualquier modo hasta la hora de
la mala muerte.
El comunismo no consiste simplemente en la abolición
de la propiedad privada y en la instauración de un
régimen colectivista de la propiedad.

-25
O mejor dicho, porque suprime la propiedad privada,
esto es, una parte del Derecho Natural, pretende la
supresión entera de la naturaleza humana. Hay una
solidaridad esencial entre las exigencias que deben ser
cumplidas y respetadas para que sea posible una normal
existencia humana. Abolir la propiedad privada es tanto
como abolir toda libertad real y verdadera del hombre: el
derecho de la Nación, el derecho del induviduo a decidir
con honor, el derecho de la inteligencia para la verdad;
toda la vida espiritual y social del hombre queda
comprometida en servidumbre irremediable de los
administradores del poder omnímodo del Estado
colectivista.
Con el comunismo no hay compromiso posible; porque
es necesariamente ateo y materialista; porque pretende
edificar una vida humana contra la naturaleza y, por lo
tanto, contra Dios de quien procede la ley natural.
Se comprende el odio desencadenado contra Monseñor
Tiso por parte de los comunistas defraudados y de los
liberales entregadores. Se comprende que fuera
encarcelado y sometido a un proceso inicuo en Bratislava,
acusado como criminal de guerra y como traidor a la
patria. Se comprende el rencor de los renegados ante su
intolerable intransigencia con el mal.
Pero hay todavía más. En medio del proceso fue tentado
otra vez; los comunistas le ofrecieron de nuevo la vida y el
poder, si consentía en entregar a su pueblo. Su respuesta
es el mensaje decisivo, definitivo, que le dejó a la Nación
Eslovaca, poco antes de ser ahorcado en cumplimiento de la
monstruosa sentencia, el 18 de abril de 1947.
El último mensaje al pueblo eslovaco dice:
"En virtud del sacrificio que ofrezco a Dios, digo a la
Nación Eslovaca que lleve adelante siempre, en todas partes
y de todas las meneras, con la mayor concordia y unidad\ la
gran consigna: POR DIOS Y POR EL PUEBLO.
Ella no es solo la razón de ser de la historia eslovaca,
sino también un explícito mandato de Dios, que la creó, a
manera de ley natural, y la incrustó en el alma del pueblo
y de cada uno de sus miembros.
Yo fui servidor de ella durante toda mi vida, y
consiguientemente me considero mártir ante todo de esta
Ley Divina.. Me considero igualmente mártir de la defensa
del Cristianismo contra el bolchevismo que nuestro pueblo,
por su carácter cristiano y su porvenir, debe en absoluto
repudiar..."
He aquí vuestra probada grandeza, hijos de la pequeña
gran Nación Eslovaca, vuestro derecho indiscutible a la
independencia y al respeto de todas las gentes honestas del
mundo. Permitidme que os exprese mi profunda
admiración porque vuestra fidelidad continuada, vuestra
lealtad milenaria, ha merecido fructificar en la altísima
personalidad de Monseñor Tiso.
Y estad seguros que cuando en este Occidente de las
heroicas milicias, vuelvan a brillar las virtudes viriles, el
nombre de vuestro Jefe se escuchará en todo el ámbito de la
Cristiandad y será seguido como una bandera.
Y pues que tuvo la palma del martirio, tal vez, algún día,
la Iglesia, definitivamente triunfante sobre el comunismo -
el espíritu de las tinieblas no prevalecerá le conceda la
aureola de la Santidad

Jordán B. Genta

~27~
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL PROF. JORDAN BRUNO
GENTA EN HOMENAJE A MONS. JOSE TISO EN LA
BASILICA DE NTRA. SRA. DE POMPEYA. BS.AS.

Monseñor, reverendos padres, hermanos eslovacos y de


todos los pueblos sojuzgados del mundo, mis queridos
amigos y alumnos argentinos: ,
Hace 25 años, un día 23 de abril de invitado por
el doctor Durcanski, que fuera Ministro de Relaciones
Exteriores de la República Eslovaca, tuve el honor de rendir
testimonio de homenaje a Mons. Tiso, mártir de la Fe de
Cristo y héroe de la pequeña gran Nación Eslovaca.
Veinticinco años después el señor Macek me invita
nuevamente, porque gracias a Dios - y es mi más legítimo
orgullo - permanezco en el mismo lugar en que estaba
entonces y espero que la muerte me encuentre en esa
definición católica y nacionalista que profeso desde hace
cuarenta años y a la cual he consagrado mi vida.
Mons. Tiso: un varón de Cristo. Un varón de su Patria.
Cómo no recordarlo en la imagen de Cristo en que él ha
muerto. Hay algo en lo que quiero insistir aquí, y es en la
fuerza, la realidad, la consistencia, la permanencia de esa
cosa maravillosa en el orden natural, que es la Nación, que
es la Patria. La Nación es, como la familia, del orden
natural y querida por Dios. Una Nación es la continuidad
solidaria de generaciones con recuerdos y esperanzas
comunes, con un destino histórico común, que ocupa un
espacio estable.
La Nación es el lugar natural para el desenvolvimiento
de las familias y para el desenvolvimiento de las personas
humanas, y cuando la Nación esta promovida en Cristo,
cuando ella proclama que Cristo reine sobre todas las
almas, sobre todas las familias y sobre la comunidad entera,
entonces tenemos aquello que constituye todo el decoro,
toda la dignidad, todo el honor de la vida del hombre,
(aplausos).
Que deferencia más señalada, que motivo de orgullo
legítimo, ser convocado, para honrar a un vencido en la
tierra. Nosotros, cristianos, adoramos a Cristo Nuestro
Señor no en la figura humana del triunfo, sino en la figura
de la derrota.
Y hay algo que también tengo que recordar en presencia
de los momentos graves, difíciles, tremendos, que llegan
vertiginosamente también para nuestra Patria, amenazada
por esas dos expresiones del ateísmo, que son por un lado
la plutocracia internacional y por el otro el comunismo
ateo (aplausos).
Cuando Nuestro Señor agoniza en la Cruz, a los piés de esa
Cruz de la muerte vil, está su Madre con la pecadora María
Magdalena y algunas mujeres y un solo varón, su
predilecto. ¿Dónde estaban susfieles?;¿Dónde estaban sus
discípulos?; ¿Dónde estaban sus amigos?; ¿Dónde estaba
todo ese pueblo que lo recibió con palmas unos días antes?.
Estaban escarneciéndolo o estaban escondidos.
¿Cuál es el mayor dolor, la herida más profunda, la
más cruenta que padece Nuestra Señora, Nuestra Madre
común, a los pies de Su Hijo agonizante? No son los
sufrimientos, no son tampoco los escarnios, no es el proceso
inicuo, no es tampoco la condena a la muerte vil. El mayor
sufrimiento, el puñal clavado en su corazón más
hondamente, es la soledad de Su Hijo en la Cruz, la
soledad humana de Su Hijo en la Cruz. Apenas si le pudo
decir-a Juan, "he aquí a Tú Madre"y a Ella, he aquí a Tú
Hijo".
No estaba nadie más que ese varón.

~30~
Monseñor Tiso, muerto por la Fe de Cristo, muerto por
el amor a su Patria, ha muerto en la imagen de Cristo.
Murió también de una muerte vil, la horca, y sus
cenizas fueron aventadas.
Quiero decirles que cuando estemos en presencia de un
vencido, de un "derrotado77 por estos amores, los más
grandes amores que son el amor a Dios, el amor a la Patria,
el amor a la familia, el amor al prójimo, no lo dejemos solo
en su cadalso. No huyamos de la derrota, no corramos
detrás del éxito, como si esta vida fuera otra cosa que un
lugar de paso. (Aplausos)
Por el contrario, hemos de aferramos a esa Cruz, como
hemos de aferramos a la bandera de cada una de nuestras
naciones. Porque ese es el signo de nuestra dignidad como
personas, porque ese es el signo de nuestra grandeza,
porque para eso estamos en la tierra.
Como dijo Nuestro Señor, Nuestro Señor Dios hecho
hombre, dijo: "Yo he venido para dar testimonio de la
VerdadY nosotros estamos para eso, para dar testimonio
de la Verdad.
Cuando uno piensa en la historia de esta pequeña gran
nación eslovaca, desde el siglo VII, recuerda su conversión
al Cristianismo, pero fue sobre todo en el siglo IX, el siglo
de esos grandes, de esos grandes predicadores y misioneros
que fueron San Metodio y San Cirilo.
¡Qué grandeza! el de aquél Constantino; despues Cirilo
que profesaba la filosofía. Metódio que profesaba el
Derecho, enviados a pedido del Príncipe Bratislava de la
gran Moravia; el Emperador Miguel III los envía para
evangelizar el idioma eslovenio, a los pueblos eslavos de la
gran Moravia. Porque le dice bien en una carta Miguel III
al Príncipe Bratislava: "Grandeza de las naciones7 alabar a
Dios, honrar a Dios en la propia lenguaporque la lengua,
porque la palabra, señores, es la distinción del hombre; es
la imagen de que hemos sido nosotros creados por el Verbo
de Dios. Este poder de la palabra, este poder de la palabra
que es el signo de Dios en nosotros y que Dios nos lo ha

~31 ~
dado en primer término para conocerlo, amarlo y servirlo a
El y para servir a todas las cosas que El ha creado, en El.
Maravillas de aquel siglo de hombres extraordinarios... y
esa nación eslovaca, una pequeña comunidad, hoy mismo,
es más pequeña que nuestra provincia de Jujuy en
territorio (apenas alcanza a cinco millones de habitantes y
hay además tres millones de eslovacos que viven en el
destierro) y sin embargo esa nación, como se ha dicho ya
en la homilía, tras habiendo pasado por mil viscisitudes,
habiendo sido agredida tantas veces por magiares, por
tártaros y por turcos, habiendo sido dominada y sometida,
ocurre que a la primera ocasión, conducida por sus
grandes varones, Hlinka y Tiso, afirma su personalidad
nacional, intacta, invulnerable, con esa constancia
persistente del Ser, que es el signo de la grandeza del
hombre. Y el 14 de marzo de 1939 proclama su soberanía
política. (Aplausos)
Los alemanes, entonces, en una escala vertiginosa de
crecimiento, aprobaron el orden cristiano de la nación
eslovaca. Ese orden fue respetado, fue realizado, fue
cumplido, en ese breve tiempo en que Eslovaquia gozó del
señorío sobre todo lo propio. Y yo quiero decirles algo acá,
porque a mí me complace estar con los vencidos de la
tierra. Cuando los ejércitos de Europa presididos por el
maravilloso ejército alemán, invadieron la Unión Soviética,
yo participé con todo mi corazón y con toda mi alma en la
esperanza de que abatieran a los renegados de Dios, a los
enemigos del género humano. (Aplausos)
¿Por qué quería con toda mí alma el triunfo de esas
fuerzas maravillosas con esa disposición al sacrificio y a la
muerte? Porque el triunfo de los que fueron vencedores de
la Segunda Guerra Mundial, el imperialismo internacional
del dinero y el comunismo ateo se iban a adueñar de la
tierra entera como está ocurriendo en estos momentos.
(Aplausos)

~32~
¿Qué honor! señores, estar al pie de la Cruz, como en un
campo sembrado de cadáveres de los que han muerto por
amor a Dios y por amor a la Patria.
No estáis ante un espectáculo de muerte, no estáis ante
nada que sea aniquilamiento, estáis en presencia del
comienzo de la Vida verdadera por aquellas palabras
maravillosas que dijo San Agustín: "La Vida verdadera bajó
hasta nosotros, tomó nuestra muerte, y la mató con la
abundancia de Su Vida77. (Aplausos). Por esa vida eterna
tan hermanos nos sentimos con los eslovacos, como con
todos esos pueblos sojuzgados de la Europa, mejor dicho
entregados por la plutocracia internacional, al comunismo
ateo, en Yalta y en Postdam (Aplausos). Tan unidos nos
sentimos que son hermanos en todo lo que es esencial,
somos hermanos en Cristo, somos hermanos en el amor a la
Patria, somos hermanos en el amor a la familia, somos
hermanos en el amor al prójimo, y sabemos perfectamente,
como lo dijo recién el Dr. Querol, que en esta vida el único
fundamento de toda grandeza es el sacrificio. Cristo, lo dijo
a sus discípulos: uVerdaderamente ama aquel que es capaz
de dar la vida por sus amigos77. El primer amigo es Cristo,
luego la Patria, luego la familia, luego nuestros hermanos,
nuestros prójimos.
Quiera Dios concedernos el testimonio de continuar
viviendo y llegado el caso de morir, que sea del mismo
modo que supo morir con consentimiento pleno y
austeridad plena de su vida, Monseñor Tiso.
Quiero además hacer un elogio de este maravilloso coro
Jadran de los Croatas, que hace 25 años también
constituyeran el decoro y la gracia y la fuerza del acto en
que celebramos el segundo aniversario. (Aplausos)

Buenos Aires, 23 de Abril de 1974

~ 33 ~
Este libro se terminó de imprimir
el 12 de Diciembre de 1997
en la Ciudad de Santa María de los Buenos Aires
Festividad de Ntra.Sra.de Guadalupe
Patrona de América,
en los talleres de "Librería y Editorial Santiago Apóstol"
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i
Obras completas del Autor
Los problemas fundamentales de la filosofía. De. Ruiz, 1938
Sociología Política. Ed.Predassi, 1940
La sociología y la política en Hegel. U:N:L: 1941.
La formación de la inteligencia ético-politica del militar argentino.
T.G.D. Cersósimo. 1941
Curso de Psicología. Huemul. 1966
La función militar en la existencia de la libertad.
De. Patria, (sin fecha)
La función de la Universidad Argentina. U:N:L: 1943
Acerca de la libertad de enseñar y de la enseñanza de la libertad.
T:G:A: Sapere. 1945.
Monseñor Tiso. Ed.del Restaurador. 1949
La idea y las ideologías. Ed.deí Restaurador. 1949
El filósofo y los sofistas. T.G. Lumen. 1949
Sarmiento y la Masonería. Ed.del Restaurador. 1949
La masonería en la historia argentina. Ed.del Restaurador.1950
Correspondencia entre San Martín y Rosas. Ed.del Restaurador. 1950
San Martín doctrinario de la política de Rosas.
Éd.del Restaurador. 1950
Rehabilitación de la inteligencia. Ed.del Restaurador. 1950
La Masonería en la historia argentina. Nuevas comprobaciones.
EcLRex. 1951
¿Democracia cristiana o masónica? Pellegrini impresores. 1955
La Masonería y el Comunismo en la Revolución
del 16 de septiembre. 1955
En defensa de la Fe y de la Patria.
En defensa de la Fe y de la Patria EL Pellegrini impresores. 1957
Iábre examen y Comunismo, iib. Huemul. 1960
Guerra Contrarrevolucionaria. Ed.Nuevo Orden. 1964
Doctrina política de San Martín a través de su correspondencia.
Ed.Nuevo Orden. 1856
El Manifiesto comunista. Ed.Cultura Argentina. 1969
Seguridad y desarrollo. Ed.Cultura Argentina. 1970
Principios de la política. Ed.Cultura Argentina. 1970
El Nacionalismo Argentino. EdCultura Argentina. 1972
Opción política del cristiano. Ed.Cultura Argentina. 1973
Testamento político. Ed.del Buen Combate. 1984

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