t4. Higiene Indutrial. Luigi Motti
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t4. Higiene Indutrial. Luigi Motti
1.- Kingsley (1978) sostiene que el sujeto que llega al grado de comprender el
mundo en el que vive y lo hace suyo, así como interactúa con otros individuos en un
mismo tiempo y espacio vinculando situaciones significativamente entre sí, puede
considerarse miembro de una sociedad. Giddens en su estudio, analiza los escritos de
Freud y Erickson, quienes plantean de diferentes maneras en que el niño va
sociabilizándose y construyendo su personalidad, si bien Giddens es crítico de Freud,
comparte algunas líneas de Erickson, es así que analiza en la primera infancia la
relación del niño con su madre. El ser humano lo primero que aprende es la
confianza, debe tener confianza en que su madre por más que desaparezca volverá.
Luego hará la transferencia al resto de la sociedad.
13. La evaluación de riesgos constituye una base para la gestión de los riesgos. Sin
embargo, mientras que la evaluación de riesgos es un procedimiento científico, la
gestión de riesgos es más pragmática y conlleva decisiones y acciones orientadas a
prevenir, o reducir a niveles aceptables, la presencia de agentes que pueden ser
peligrosos para la salud de los trabajadores, las comunidades vecinas y el medio
ambiente, considerando también el contexto socioeconómico y de la salud pública. La
gestión de riesgos tiene lugar a diferentes niveles; las decisiones y acciones que se
adoptan a escala nacional facilitan la práctica de la gestión de riesgos en el lugar de
trabajo. La gestión de riesgos en el lugar de trabajo requiere información y
conocimientos sobre: riesgos para la salud y su magnitud, descritos y clasificados de
acuerdo con los resultados de la evaluación de riesgos normas y requisitos legales;
viabilidad tecnológica, desde el punto de vista de la tecnología de control disponible y
aplicable; aspectos económicos, como los costes del diseño, la aplicación, el
funcionamiento y el mantenimiento de los sistemas de control, y análisis coste-
beneficio (coste del control frente al beneficio económico que se deriva de controlar
los riesgos profesionales y ambientales); recursos humanos (disponibles y
necesarios); contexto socioeconómico y de salud pública; que sirven como base para
tomar decisiones referentes a: definición de los objetivos del control; selección de
unas estrategias y tecnologías de control adecuadas; asignación de prioridades de
acción, teniendo en cuenta la situación de riesgo, así como el contexto
socioeconómico y de salud pública (especialmente importante en los países
subdesarrollados), para realizar acciones como las siguientes: identificación y
búsqueda de recursos financieros y humanos (si aún no se dispone de los mismos);
diseño de medidas de control específicas, que deben ser adecuadas para proteger la
salud de los trabajadores y el medio ambiente, salvaguardando en la mayor medida
posible los recursos naturales; aplicación de medidas de control, incluidas
disposiciones para un funcionamiento, un mantenimiento y unos procedimientos de
emergencia adecuados; establecimiento de un programa de prevención y control de
riesgos, con una gestión adecuada que incluya vigilancia periódica.
16. Los laboratorios de higiene industrial deben tener, en principio, capacidad para
realizar evaluaciones cualitativas y cuantitativas de la exposición a contaminantes
atmosféricos (sustancias químicas y polvo), agentes físicos (ruido, estrés por calor,
radiación, iluminación) y agentes biológicos. En el caso de la mayoría de los agentes
biológicos, las evaluaciones cualitativas son suficientes para recomendar controles, y
no es necesario realizar evaluaciones cuantitativas, normalmente más difíciles.
Aunque algunos instrumentos de lectura directa de la contaminación atmosférica
pueden resultar limitados para los fines de la evaluación de la exposición, son
extremadamente útiles para identificar los riesgos y sus fuentes, determinar las
concentraciones pico y recoger datos para diseñar las medidas de control y verificar
controles como los sistemas de ventilación. En relación con estos últimos (los
sistemas de ventilación), se necesitan también instrumentos para comprobar la
velocidad del aire y la presión estática. Una de las posibles estructuras englobaría las
siguientes unidades: Equipos de campo (toma de muestras, lectura directa);
laboratorio analítico; laboratorio de partículas; agentes físicos (ruido, temperatura,
iluminación y radiación); taller para el mantenimiento y la reparación de
instrumentos.
A la hora de seleccionar un equipo de higiene industrial, además de las
características de funcionamiento tienen que considerarse siempre los aspectos
prácticos asociados con las condiciones previstas de uso; por ejemplo, infraestructura
disponible, clima, ubicación. Algunos de estos aspectos son la posibilidad de
transportar el equipo, la fuente de energía necesaria, los requisitos de calibrado y
mantenimiento y la disponibilidad de repuestos de los consumibles.
Sólo debe adquirirse un equipo si: existe una necesidad real; se dispone de personal
cualificado para garantizar su correcto funcionamiento, mantenimiento y reparación;
se ha desarrollado el procedimiento completo, ya que no tendría sentido comprar,
por ejemplo, bombas de muestreo, si no se dispone de un laboratorio para analizar
las muestras (o de un acuerdo con un laboratorio externo).
El calibrado de todas las mediciones y muestreos de higiene industrial, así como los
equipos analíticos, deben formar parte de cualquier procedimiento y es preciso
disponer de los equipos necesarios. El mantenimiento y las reparaciones son
esenciales para evitar que los equipos permanezcan parados durante demasiado
tiempo. Los fabricantes de los equipos deben garantizar este tipo de servicio, ya sea
mediante asistencia técnica directa o encargándose de la formación del personal. Si
se va a desarrollar un programa completamente nuevo, en un principio sólo debe
adquirirse el equipo básico, que se irá completando a medida que se establezcan las
necesidades y se garanticen las capacidades operativas. Sin embargo, incluso antes
de disponer de equipo y de laboratorio y de que estos empiecen a funcionar, puede
avanzarse mucho inspeccionando los lugares de trabajo con el fin de evaluar
cualitativamente los riesgos para la salud y recomendando medidas para controlar los
riesgos detectados. La falta de capacidad para realizar evaluaciones cuantitativas de
las exposiciones no debe justificar nunca la pasividad frente a exposiciones
obviamente peligrosas. Eso es sobre todo cierto en situaciones en las que no se
controlan los riesgos en el lugar de trabajo y es habitual que se alcancen elevadas
exposiciones.
17. Un peligro en el lugar de trabajo puede definirse como cualquier condición que
puede afectar negativamente al bienestar o a la salud de las personas expuestas. La
identificación de los peligros en cualquier actividad profesional supone la
caracterización del lugar de trabajo identificando los agentes peligrosos y los grupos
de trabajadores potencialmente expuestos a los riesgos consiguientes. Los peligros
pueden ser de origen químico, biológico o físico (véase Tabla 30.1). Algunos peligros
del medio ambiente de trabajo son fáciles de identificar; por ejemplo, las sustancias
irritantes, que tienen un efecto inmediato después de la exposición de la piel o la
inhalación. Otros no son tan fáciles de identificar, por ejemplo, las sustancias
químicas que se forman accidentalmente y que no tienen propiedades que adviertan
de su presencia. Algunos agentes, como los metales (p. ej., plomo, mercurio,
cadmio, manganeso), que pueden causar daños al cabo de varios años de
exposición, pueden ser fáciles de identificar si se conoce el riesgo existente. Un
agente tóxico puede no constituir un peligro si está presente en concentraciones
pequeñas o si nadie está expuesto al mismo. Para saber qué peligros existen, es
imprescindible identificar los agentes que puede haber en el lugar de trabajo,
conocer los riesgos que conllevan para la salud y las posibles situaciones de
exposición.
18. Para la elaboración de un plan APPCC (Análisis de peligros y Puntos de Control
Críticos) es necesario conocer cuáles son los principales tipos de peligros que afectan
a las cocinas centrales. Debemos entender que un peligro es todo agente presente
en los alimentos que puede causar un daño al consumidor.
Las posibles causas de este peligro son las malas prácticas por parte de los
manipuladores (presencia de metales, anillos, tiritas, etc); defectos en el proceso
(restos de material de envasado, plásticos, vidrio, metales…); o contaminación de la
materia prima (huesos, espinas, perdigones, cáscaras de frutos secos, etc), entre
otras.
Los peligros químicos pueden estar presentes de forma natural en los alimentos;
pueden ser productos resultantes del metabolismo animal o vegetal (setas tóxicas,
peces tóxicos, histamina, etc). También se pueden deber a una contaminación
accidental (herbicidas, pesticidas, metales pesados, restos de productos de limpieza,
etc.). Y por último también pueden darse por añadir químicos intencionadamente,
como ciertos conservantes y aditivos alimentarios, productos para el engorde animal,
determinados antibióticos, etc.
Por último, los peligros biológicos los constituyen las bacterias, los parásitos, los
hongos, los virus, y los priones, causando toxiinfecciones alimentarias.
Agentes Físicos: Es todo estado energético agresivo que tiene lugar en el ambiente
de trabajo:
- Ruido y Vibraciones.
- Iluminación
- Radiaciones Ionizantes
- Radiaciones Electromagnéticas no Ionizantes
- Presiones Ambientales Anormales
- Condiciones Térmicas del Medio Ambiente
- Riesgos Mecánicos
- Riesgos Eléctricos.
Agentes Químicos: Son las sustancias que pueden contaminar el ambiente laboral y
que en ciertas cantidades tienen la probabilidad de afectar la salud de las personas
que entran en contacto con ellas:
- Solidos.
- Polvos y Humos
- Gaseosos.
- Neblinas
- Rocíos
- Gases y Vapores
20 .
¿Se utiliza equipo de protección personal (guantes, protección respiratoria,
protectores auditivos y gafas) y es éste adecuado para el riesgo?
¿Han recibido los trabajadores la debida formación sobre el uso de los equipos
de protección personal? ¿Comprenden los trabajadores la finalidad de estos
equipos?
¿Cuál es la ubicación de los trabajadores con relación a las fuentes potenciales
de exposición, incluidos agentes, equipo y procesos?
¿Se desplazan de sitio los trabajadores a lo largo del día o permanecen en un
único lugar mientras realizan sus tareas?
¿Cuál es el uso, la ubicación y el mantenimiento de los sistemas de ventilación
general y localizada?
¿Cuáles son las cantidades diarias medias de materiales utilizadas en los
procesos?
¿Cuáles son las normas de limpieza?
¿Se guardan los trapos con restos de disolvente en recipientes abiertos en los
que la evaporación puede crear exposiciones? ¿Existen signos visibles de
polvo?
¿Cómo se hace frente a los derrames accidentales y qué tratamiento reciben
los residuos?
¿Regresan los trabajadores a su casa con prendas contaminadas?
¿Cómo se almacenan las sustancias químicas?
¿Se evacuan los residuos químicos de una manera apropiada?
¿Existe un ruido excesivo? ¿Es necesario hablar en voz muy alta o gritar para
hacerse entender?
¿Existe la posibilidad de que se liberen a la atmósfera sustancias químicas
peligrosas? ¿Generan los procesos vapores por evaporación abierta,
calentamiento, desecación y nebulización, o generan partículas suspendidas
en el aire por explosión, trituración, molienda, lijado, soldadura, barrido o
limpieza chorro con arena?
¿Existe la posibilidad de absorción por la piel? ¿Está la piel del trabajador en
contacto directo con los disolventes? ¿Puede estar contaminado el interior de
los guantes protectores? ¿Existe contaminación visual de las superficies con
materiales que puedan pasar a las manos y brazos de los empleados?
¿Comen, beben o fuman los trabajadores en zonas contaminadas?
¿Se quejan los trabajadores de efectos adversos en la salud (cefaleas, fatiga o
irritación de los ojos, el tracto respiratorio o la piel)?