Parker Tema e Imagen Égloga I

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LETRAS E IDEAS

D1rip la colección
Elias L . Rivers, ed.
FllANCISCO Rico

LA POESÍA DE GARCILASO
ENSAYOS CRÍT ICOS

EDITORIAL ARIEL
Esplugues de Llobregat
B arcelona
Cubierta: Alberto Coraz6n
ABREVIATURAS

ACLLS Annali del Corso li Lingue e Letterature Stra-


niere (Bari)
Actas I Actas del Primer Congreso Internacional de
Hispanistas (Oxford, 1964)
Actas III Actas del Tercer Congreso Internacional de
Hispanistas (México, 1970)
AION-R Annali dell'Istituto Universitario Oriental.e di
Napoli, Sezione Romanza
BHi Bulletin Hispanique (Burdeos)
BHS Bulletin of Hispanic Studies (Liverpool)
BIE Boletín del Instituto Español (Londres)
BRAH Boletín de la Real Academia de la Historia
(Madrid)
C 1974: Elias L. Rivers, Baltimore (Maryland), BSS Bulletin of Spanish Studies (Liverpool)
i~~ Ariel, S. A. Esplugues de Llobregat ce Clásicos Castellanos
cea Clásicos Castalia
Dqxssito legal: B. 31.298 - 1974 Colección de Documentos Inéditos para la
COOOIN
ISBN: 84 344 8309 2 Historia de España
Impreso en Espafía Fil Filología (Buenos Aires)
FyL Filosofía y Letras (Madrid)
1914. Ari#l S J
' . ,.,, A11. J. Alllo,ii l
o, J4,1J8, E&J,lugues d, Llobregat (Barcelona)
LA POESÍA DE GARCILASO

.-~ este talen que más parece un don f' ·


cualid d del ' · 11 tstco que un
ele ª.di es?1r1tu? enarán siempre de admiración ;
env1 Loa a qdu1enVqu1era q~e se aproxime a ese fenómeno
que es pe e ega. Y sm embargo no de ·an d
sus propios
. lúni'tes., Se~eJante
. 1 e tener
omnipotencia dispensa del
esfuerzo, y _la poes1a vive de esfuerzo; domina todas las
for~as, sabias y orna1?entadas o agudas y simples, a ex-
ccpoón de la forma rigurosa, definitiva, que se obtiene a
bue de lucha y voluntad. Depende más de la naturaleza
que del arte; siendo así que es el arte, y no la naturaleza,
quien conduce la literatura hasta las cimas. La poesía de TEMA E IMAGEN DE LA ÉGLOGA 1
Lope de Vega paga el precio de esta prodigalidad de las DE GARCILASO
Musas; con todas las cualidades que la hacen tan intere- A. A. PARKER
untc, con toda su riqueza inagotable de bellezas y encan-
tos, nunca alcanza lo sublime, ese sesgo sobrehumano que
viene a ser la idea de la perfección hecha visible. Aunque
la afición proteste, el discernimiento en materia literaria
debe dar su asentimiento al sneer de Góngora: «Con ra-
zón Vega por lo siempre llana». Esta es la razón fu?da-
mcntal que explica que las églogas de Garcilaso dominen
·
dcsde tan alto la poesía pastoril con su ma1estuos a colum-
nata de estrofas mientras que las de Lope de Vega ap~re-
cen como un c~rioso accidente : interesantes Y simp~ttc~s
por ligadas a su personalidad, que es interesante Y sblillllpa-
tica, mas por eso mismo perecederas; c_ier . t º. que e as,
dificultad.
pero de una belleza muy humana y obtenida sm_ n
T -- f 1 É 1
.a..a alta aquello de lo que a g oga I d Garcilaso
e. es u
litario
augusto ejemplo: el carácter definitivo,. a~slado, so triun·
incluso y cerrado sobre sí mismo, que distmgue 1os
fos de la poesía.
Égloga I suele ser considerada como el más cum-
ejemplo de la conversión por Garcilaso del artificio
·co en una armoniosa unidad de contenido y forma:
ecesita insistirse en que el poema es de un arte ex-
to . Don Angel Valbuena ha analizado su estructura 1,
ándola como el más excelso ejemplo del logro téc-
de Garcilaso al crear «un tipo de composición per-
ente armónico en que la construcción, a base de
semejantes coordinadas entre sí, alcanza una realiza.
lograda». Pero, en lo que se me alcanza, se ha pres-
insuficiente atención al conjunto de imágenes como
emento orgánico en la unidad del poema y como ve-
lo cuidadosamente dispuesto para la expresión del
to. Su función en la gradación emocional del poema
e sobras evidente; pero parece que cabe aún hacer
álisis de la correspondencia entre las imágenes Y los
2
estos internos que constituyen e1 asunto -
El poema versa acerca de la desdicha que causa un

Hístoria de la literatura española, vol. I, Barcelona, 1937 · pá-


453-456. que
Margot Arce Blanco ha tratado algunos de los pu~-t~ ªd,. la
·b ·& l est-10 •
ª
rcfer~cia (Garcilaso de la Vega:, contrz 11 11 11 106 115, 116).
espanola del siglo XVI, 1930, pags. 29, 31 4~d 6 ~rdinados,
el hecho de que no estén llevados a una con u: n y temas dd
su intención es recoger por separado los a1·v~tegramente
0
'miento presentes en la 6gloga, más queda e ª iz:1' arúculo.
o unidad, sirve de excusa para que yo r etc es e
berto Adell.J
[T d castellana de Al
BSS, 25, 1948, págs. 222-227. ra .
200
LA POESÍA DE GARCILASO

amor roto. La ruptura es d b.d 201


?8tural (la muerte de la e 1 a a dos causas: un

canc1on de
:'tª!,,;.;~• «no natu:.i:·~;a
infitelidlaad o i?'.1iferencia
n Salido
el t a . a
n del dí~ y de la noche da a la naturaleza un rit-
~ que estan acordados todos los seres vivos. Ama-
nía que debe existir en el u111· ema es la ordenada arm spiertan y marchan a sus acostumbradas tareas.
norm . . , verso La o. noche, y regresan al sueño. Las imágenes no son
a. es mtrtnseca a ella 1 1 d . naturaleza es 1
ta armoniosa
· correspondenci aeyel L
~ ª
. n armonioso Y·de
nte pictóricas. El establecido «oficio» de hombres
en 1as re1ac1ones
. a. a misma 1 d b
humanas· lo h b ey e e existir
ales, ejercido dentro del ritmo fijo de la natura-
des con 1a naturaleza L a ·f lt s d om res deben estar acor- stituye la idea dominante de la ordenada armo-
·
y 1a hembra introduce la d1·
ª a ¿·e armon1a '
entre el varón
alidad de la vida. Pero Salido no pertenece ya a
. , seor 1a en el uni día y la noche no significan nada para él:
Las tmagenes establecen al . verso.
d comienzo ·del
ta e correspondencia em . 1 poema 1a no. 'empre está en llanto esta ánima mesquina,
naturaleza: oc1ona entre el hombre Y la ando fa sombra el mundo va cubriendo
la luz se avecina.
[ · · · ] en fa verdura Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
por donde un agua clara con sonido' (81-84)
atravesaba el fresco y verde prado
él, con oanto acordado ' ado ejercicio» ha acabado; ha desaparecido su fin
a-1 rumor que sonaba, vida: está al margen; su dolor y sus lamentaciones
del agua que pasaba, tuyen una nota extraña y discordante en la armonía
se quejaba tan dulce y blandamente naturaleza.
(46-52 ) a armonía, basada en la correspondencia entre el
Y e st0 es desarrollado después : re y la naturaleza, depende del amor, y el mismo
debe obedecer la ley de la armoniosa corresponden-
El sol tiende los rayos de su lumbre ley natural que el amor corresponda al amor. La ar-
por montes y por valles, despertando entre el hombre y la naturaleza depende del amor
las aves y animales y la gente: ·oso entre el hombre y la mujer: sólo donde esta
cuál por el aire claro va volando pondencia exista podrá el hombre, siendo entera
cuál .p or el verde valle o alta cu~bre de ella, amar la ' naturaleza; tan sólo entonces sera,
paciendo va segura y libremente, ~ta.
cuá'l con el sol presente
va de nuevo al oficio Por ti el -silencio de fa selva umbrosa,
y -al usado ejercicio ' por ti la esquivídad y apartamiento
do su natura o menester le inclina. del soHtario monte me agradaba;
(71-80) por ti la verde hierba, el fresco viento,
202 LA POESÍA DE GARCILASO ÉGLOGA I 203
el blanco lirio y colorada rosa
arrestar el calor. Esta violación del orden natu-
y dukc primavera deseaba.
entonces expresada en términos de arrancamien-
(99-104) plante,
. ues ¡a mu¡er
Pero añade, « ¡Ay, cuánto m e engañaba' » p
h ech ad .
viendo mi amada hiedra,
a r az o su amor. No solamente ella ha arruin d0 1 de mí arrancada, en otro muro a5Í<:ia,
armonía de la vida de Salicio , y hecho que la belleª ª y mi parra en otro olmo entretejida,
. d 'd za na-
tura1 p1er a sent1 o para él, sino que, al hacer fracasar la (135-137 )
ley de la armoniosa correspondencia , h a trastornado el
orden de los valores naturales, idea expresada concisa y ente desarrollada de forma más general. . .
emotivamente en los dos versos : traición de Galatea amenaza la entera estabilidad

Si en pago del amor yo estoy muriendo, aturaleza:


¿_qué hará el enemigo? ¿Qué no ,se esperará de. aquí adelante,
(96-97 )
.
por difícil que se-a y por, ~cierto.
';)

El amor no ha correspondido al amor; la ley del uni- o ¿ qué d1scordia no sera ¡untada? (141-143 )
verso ha sido violad a; el desorden se instaura y el equili-
brio de la naturaleza se desbarata. Las imágenes acuden . .
discordia» es no sol amente negati'va --el negarse
.,
a desarrollar este concepto de desorden. Antes que nada, el amor con el amor-, constituye una aceptactn
simbólicamente, en el sueño de Salido : a del desorden por amar lo que no deb~ ser am~ ~
unión de los contrarios -no lo seme1ante co
f
Soñaba que en el tiempo del estío . y 1 · ' genes natura1es
llevaba, por pasar allí la sies,ta, ante sino con lo dispar-. as ima . h
, a idea· a ora no
a beber en el Tajo mi ganado; a repetirse adaptadas a esta nuev '. d
' f '' ) ieuna
y después de llegado, de evadir la unión ( «agua ugiuva» ' n ., ·
. d una umon anti-
sin saber de cuál arte, rota ( «hiedra arrancad a» ), smo e
por desusada parte
y por nuevo camino el agua se iba; La cordera paciente
ardiendo ya con la calor estiva, con el lobo hambriento
el curso, enajenado, iba siguiendo had su ayuntamiento, .
del agua fugitiva. Y con fas simples aves sin nudo 'd
(116-1 25) m o·
harán las bravas sierpes 'f"il su d '
. ba. el río ya que mayor diferencia c_omprehen o
La natura1eza deJa de obrar como se espera ' la de ti al que has escogido. (161-167)
no cumple su fin 8 natural de proveer agua para apagar
do ejercicio».
3. «Por desusada parte» repite y contrasta con «usa
204
LA POESÍA. DE
V . GARCILASO
olv1endo al p
em ·
, ot1va simplicidad
unto d ·
e origen, el oe
A E I MAGEN DE LA ÉGLOGA I 205
r1a r e sponder con las razones por l~s ma desarrolla con está expresada como la comunión con la be-
tural equivalencia ~u atnor al amor de éiue Galatea debe. , y las imágenes expresan la idea de unión y
la not . e ella- y 1 . -que es l to de paz: los árboles que miran su propio
a inaugural d 1 ' a primera p a na.
la melodía del d 1 e dacotnpañarniento de rte da fin con el agua; la sombra del prado que refresca el
o or e Salicio: a naturaleza a suelo que acepta, como si fuera semilla, el canto
Queriendo el mont 1 jaros; los árboles que admiten la caricia de la
de -aquel dolor e Ia grave sentimiento r su seno; todo esto es el escenario del amor
con la pesada en a go ser propicio,
voz retumba
La blanca F'l Y suena.
. 1 omena, Corrientes aguas, pura-s, cristalinas;
casi como dO'Iida
oles que os estáis mirando en ellas,
y a compasión movida de prado de fresca sombra lleno,
d ulcemente responde al' són lloroso. que aquí -sembráis vuestras querellas,
(228-234) ·edra que por los árboles caminas,
rciendo el paso por su verde seno;
Aunque 1a causa de su pena le aparte de la armonía de la me vi tan ajeno
n atu~aleza, su misma pena sigue siendo música natural; la grave mal que siento,
:fidelidad de Salido a la ley natural mueve la compasión de de puro contento
la naturaleza. n vuestra soledad me recreaba,
La identificación de G alatea con doña Isabel Freire, clonde con dulce sueño reposaba,
con el pensamiento discurría
a unque interesante en sí, no añade nada a nuestro enten- por donde no hallaba
dimiento del poema como tal poema. Al expresar su tema lino memorias llenas de alegría.
en términos de discordia en la naturaleza, Garcilaso nos (239-252 )
comunica, no un dolor personal, sino la tristeza inhere~tc
a la vida· y a esta tristeza universal se le concede un ami· que Nemoroso alcance la unión total con la na-
' . ., d N al mostrar a el destino que Je aguarda es el mismo que ha
b ito más amplio en la canc1on e emoroso,
. d 1 , . d la dicha humana. d.ido a Salicio. Porque la naturaleza es imper-
carcom1e n o e corazon mismo e
E l amor de Nemoroso fue correspoo d id;
.

t an to el sentido de la vida tuvo su cu~p m1en .


r lo
f,·{:. las to tiene noche como día, y la sombra nocturna
os y aprensiones:
' fu di n el umverso
d os individualidades se n eron e Como al partir del sol la sombra crece,
resco viento
cuando en aqueste valle a1 f en cayendo su reyo se levanta
andábamos cogiendo tiernas flores. (283-284 ) negra escurid-ad que el mundo cubre,
206
LA POESÍA DE
GARCILASO
MA E I MAGEN DE LA ÉGLOGA I 207
de do viene el ternor
y la medrosa forma que nos espanta
aquella que la noch en que se ofrece , naturaleza punza, rasga y ahoga la felicidad hu-
e nos encubre [ ... ] ella misma ha colmado. No hay huida del dolor

La noche es el . 010-315)
f . aviso que da la n
per ecc16n' el presagio de 1
1 No me podrán quitar el dolorido
atura :za de su propia i - sentir, si ya del ,todo
a muerte irremediable: m
primero no me quitan el sentido.
tal es J,a tenebrosa (349-351 )
noche de tu par,tir, en que oe
L
quedado
d e somb ra Y de temor huida, salvo en la esperanza de que más allá de
atormentiado. do hay un lugar donde la belleza es inmaterial e
(318-320)

Esta tristeza está expresada de nuevo mediante imá- por no ver hecha tierra tal belleza.
gelnes natu:ales. La armonía de la comunión con la natu- (385)
ra e za ha sido destruida:
no está ligado a la materia; se alza triunfante de
Después que nos dejaste, nunoa pace sobre la imperfección de la naturaleza, creán-
en hartura el g-anado ya, ni acude nuevo en una forma, por imperecedera, perfecta:
el campo al labrador con mano llena.
(296-298) contigo mano a mano
busquemos otro llano,
Porque la naturaleza es imperfecta no sólo por poseer la busquemos otros montes y otros ríos,
noche, sino también por tener malas hierbas y espinas. otros valles floridos y sombríos,
donde descanse y siempre pueda verte
No hay bien que en mal no ,se convierta Y mude: ante los ojos míos
. '
sm miedo y sobresalto de perderte.
la mala hierba al trigo ahoga, y nace (401-407)
en lugar suyo fa infelice avena;
,fa tierra, que de buena 2gloga I desarrolla, por lo tanto, un asunto cohe-
gana nos prcx:lucía por medio de correspondientes imágenes. Deducir
flores con que solía sía de Garcilaso como ciertos críticos han hecho
qui,t-ar en -sólo vdlas nm enojos, . , el tipo de paisaj; más acorde con él, no tiene in-
produce agora en cambio estos abroJOS, a su arte. Sus «paisajes» no son, esencialmente,
ya de rigor de espinas intratable. (299-.307)
208
LA POESÍA DE GARCILASO

ni «idealizados» ni «reales y localizados»•. · ,


, ·
poeticas que expresan l a idea, dando sensibilid
· son d1magenes.
dad a1 sent1m1ento.
· · y pensanuento
· y sentÍ1Jlientoª muéven.
Y e1an.
se en la esfera del neoplatonismo renacentista, en el esce.
nario de una naturaleza conforme a la ley natural del amor,
dañada por la violación de ésta y viciada por sus propias
limitaciones.
6
Dirigiéndose al amor, Castiglione había es-
crito : «Tú pones paz y concordia en los elementos, mue-
ves la naturaleza a producir, y convidas a la sucesión de
la vida lo que nace. Tú las cosas apartadas ~elves en uno:
a las imperfectas das la perfección, a las diferentes¡'" se- LA ÉGLOGA II DE GARCILASO
mejanza, a las enemig;s _I~ a~i!::d~u: l~at~;~:.>:º~a r~:~~~ INES MACDONALD
al mar la bonanza y a c1e o , 1 existe en este plano
raleza de Garcilaso, en esta eg oga,
«filosófico».

· 110-111.
e Blanco, op.l cit., pií~- de Boscán-
traducc16n
A
4 Cf· Margot p reVII. Cito par a
5.. Lib. IV, ca .

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