El Gran Viraje
El Gran Viraje
El Gran Viraje
1. Contexto.
Durante los años previos, el país aparentó una bonanza económica de bases
muy frágiles.
Sin embargo, en 1983 inicia un recorrido acelerado cuesta abajo en su desarrollo
social y económico, el cual tiene como hito el viernes 18 de febrero cuando el
bolívar sufrió una devaluación frente al dólar, derivado de políticas económicas
asumidas por el entonces presidente Luis Herrera Campins para enfrentar su
primera gran caída brusca de precios petroleros. Luego de esta crisis, Venezuela
despertó de la ilusión de la armonía social y evidenció la enorme conflictividad
social existente en la sociedad.
A nivel regional, estamos en los últimos años de la “década perdida” de
Latinoamérica, década signada por la crisis de la deuda que afectó a varias de las
economías de la región y por la presencia de los programas de ajuste económico
que los organismos multilaterales exigía a los gobiernos para proceder a las
operaciones de asistencia económica.
Diego Bautista Urbaneja señala que, el segundo gobierno de Carlos Andrés
Pérez puede ser considerando como un gobierno de transición, que intenta
responder al agotamiento del régimen político que había tenido sus inicio en 1958,
tratado de encaminar el país por un rumbo que consideraba adecuado.
En este mismo orden de ideas, de acuerdo con Franklin González, El
segundo gobierno de CAP constituyo un intento serio de implementar un conjunto
de reformas destinadas a cambiar el modelo económico estatista y paternalista,
abrir la economía del país al mercado externo, cambiar las bases del sistema
político. Primer gran intento de modernización del Estado. Pero una estrategia
económica basada en el ‘‘shock’’, donde no se entendieron las características y
condiciones de la economía venezolana del momento, con fuertes rasgos de
protección subsidios, producto de las estrategias de crecimiento puestas en
ejecútese al amparo de la renta petrolera, así como el deterioro del liderazgo de
Pérez y de las mismas elites dirigentes y el agravamiento de las condiciones
sociales de la mayoría populares y de la clase media, entre otros factores crearon
condiciones objetivas para los dos intentos de golpe de Estado en 1992 y a la
posterior destitución de Pérez en 1993.
2. Situación política.
- Triunfo Carlos Andrés Pérez – AD: 54,56%.
- Abstención 18%.
- Bipartidismo 96,30%.
CAP llega al poder luego de las elecciones de 1988 con un porcentaje del
54,56% de los votos, frente a un 41,54% obtenido por COPEI. Se observa la
polarización entre los 2 principales partidos quienes suman juntos 96,30%
(bipartidismo). Y una abstención del 18.1% de los votantes.
El petróleo que había sido la principal fuente de ingresos para el país, dejó
atrás la época de oro de los setenta para luego someterse a la evolución
depresiva del mercado internacional en gran parte de los años ochenta. El
endeudamiento externo incontrolado, que en un principio significó una
considerable entrada de divisas, se tradujo en apreciables pagos al exterior que
llevaban implícito un mayor sacrificio del venezolano común.
El continuo uso de los ingresos provenientes de la explotación de un
recurso natural sin contraprestación productiva y sujeto además a los vaivenes del
comercio internacional, fue acompañado por la mala administración de estos
recursos y el afán de asumir un elevado endeudamiento internacional en
condiciones perjudiciales para el país. De aquí tres graves consecuencias se
hicieron presentes para 1988: el elevado déficit fiscal, el mayor déficit en la
balanza de pagos y una peligrosa caída en las reservas internacionales.
Entre 1985 y 1988, se había observado un crecimiento del PIB y una
disminución del desempleo. El crecimiento del producto y el empleo en el país en
los años mencionados, se logró a expensas de un insostenible déficit en el
presupuesto público y en el sector externo, del desequilibrio financiero y de un
repunte en el crecimiento del nivel general de precios. El crecimiento se financio
con la caída de las reservas internacionales. El país estuvo viviendo de los
ahorros que había acumulado en el pasado.
La segunda Presidencia de Pérez se inicia instrumentando medidas
económicas de acuerdo con la estrategia del Fondo Monetario Internacional. Se
aspira a la transformación de una economía venezolana mixta en una economía
de mercado que permita un crecimiento económico apoyado en la sustitución de
importaciones tradicionales principalmente del petróleo.
El Estado se encontró en la necesidad de abandonar el intervencionismo
económico y social que realizaba apoyado en la renta petrolera comercial
tendiente a incentivar la producción nacional y la aplicación de una política
arancelaria que favorecía las importaciones y así crear la competencia. La
aplicación de las medidas económicas desato la especulación y el
desabastecimiento, caída del salario real y subida de precios sin aumento
del salario, que finalmente solo contribuyen al aumento de las cifras de
pobreza en el país. Los efectos devastadores de las medidas económicas
condujeron al estallido social desorganizado del 27 de febrero de 1989, y a dos
intentonas golpistas en 1992.
Controlados los brotes golpistas y subversivos siguió la intranquilidad
política, ya que en diciembre de 1.992 algunos dirigentes de partidos de oposición
introdujeron en la Corte Suprema de Justicia una acusación contra el Presidente
Pérez por uso indebido de la partida secreta y en Mayo de 1.993, la corte declaro
que había méritos para enjuiciar al Presidente y este fue suspendido de sus
funciones.
Características de la crisis.
5. Programa.
El paquete económico presentado en el segundo gobierno de CAP,
conocido como ‘‘El Gran Viraje”, procuro realizar a un ritmo imprudentemente
acelerado un conjunto de reformas destinadas a desmontar el Estado Populista y
a lograr un nuevo modelo de desarrollo basado en la apertura hacia los mercado
externos y la promoción de las exportaciones no tradicionales.
Este ambicioso programa de ajustes pautaba medidas como las siguientes:
implementación de un cambio único y flexible, liberalización de las tasas de
interés, eliminación gradual de las restricciones establecidas en el arancel de
aduanas, eliminación de las exoneraciones para las importaciones de bines, ajuste
progresivo de las tarifas de los servicios públicos ( como la electricidad y el
teléfono) aumento de los precios de la gasolina y demás derivados del petróleo,
eliminación de los subsidios a los fertilizantes, creación de un impuesto a las
ventas y al consumo y privatización de empresas o institutos del sector público.
Planteaba como objetivos la lucha contra la inflación, el crecimiento de la
economía y la restauración del equilibrio en sectores fundamentales de la
economía como el externo, el fiscal y el financiero, así como promover una justa
distribución del ingreso y la riqueza.
Superar la economía rentista, incrementar el papel del mercado y disminuir
el papel del Estado. Disminución del gasto público, el Estado ya no garantiza el
bienestar social político, ya no es un juego suma variable, se convierte en suma
cero, se genera conflictividad por el dilema de quién debe sacrificarse.
El nuevo programa económico intenta restaurar el equilibrio en las áreas
críticas, aunque eso representa, al menos en el corto plazo, un menor crecimiento
de la economía, una mayor tasa de desempleo y un repunte de los precios. Se
espera que en dos o tres años, los problemas descritos puedan ser superados y el
país comience una nueva etapa de crecimiento “armónico y equilibrado”.
6. Estrategia de aplicación.
Se discutió si aplicar el plan económico a través de la estrategia del shock,
de una sola vez, o si proceder gradualmente. Se escogió la primera modalidad,
bajo el argumento de que el Estado venezolano carecía de la capacidad técnica y
administrativa para llevar a pulso un programa económico muy complejo, en cuya
marcha había que ir ajustando con mucha finura las diversas decisiones de los
distintos frentes.
Había en realidad otra razón para evitar la estrategia gradualista. Proceder
poco hubiera enredado al gobierno en una maraña de consultas y compromisos
que hubieran hecho imposible aplicar el programa con toda la rapidez que se
requería, dada la urgencia de la situación.
Una estrategia de shock no contemplaba la construcción del consenso en
cuanto a la política que se pensaba aplicar.
7. Consecuencias.
El impacto inmediato de las medidas económicas del gobierno de Pérez fue la
caída del PIB en 9 puntos en 1989 y la inflación de 80% en ese mismo año. Se
suponía que eran efectos transitorios mientras el plan surtía efecto, como de
hecho sucedió tornándose positivos los indicadores económicos, sin embargo los
datos desde 82 al 97 muestran un ascenso casi ininterrumpido del porcentaje de
venezolanos viviendo en situación de pobreza.
Conflictos.
Sociales.
El ‘‘Caracazo’’ (27-02 al 02-03) Lo que empezó siendo una protesta en
Guarenas por el aumento de los pasajes se transformara en una incontrolable ola
de saqueos en zonas populares y de clase media de Caracas, en la que
participaron decenas de miles de personas, la respuesta del gobierno será pedir al
ejercito el control de la situación, se trató del ejercicio represivo más grande de
nuestra historia, donde se emplearon armas de fuego y a causa del cual murió
una cantidad de personas desconocida. Y en los días que siguieron al 28 de
febrero, el poder ejecutivo suspendió las garantías constitucionales. La ciudad
vivió sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la
militarización, los allanamientos, la persecución política y el asesinato de personas
inocentes. En lo adelante el gobierno de Pérez estará en cuestionamiento.
La naturaleza de los cambios que querían instaurar en la conducción
económica del país requería el mayor respaldo social posible, pero lo ocurrido el
27 de febrero iba en dirección contraria a ese requisito.
Políticos.
El ‘‘4-F’’
Hacia 1983 un grupo de oficiales se habían conjurado para dar al traste con
el orden político existente, parte de ellos bajo la influencia de grupos de extrema
izquierda. Grupos que se fueron ampliando bajo un cuidadoso sistema de
reclutamiento que deseaban un cambio político. Y a partir del “Caracazo” este
deseo se intensifico.
Según menciona Urbaneja, para ese grupo de oficiales la experiencia del
caracazo, en el cual los oficiales de la FAN recibieron la orden de disparar sobre
los venezolanos que llenaban las calles, significó un trauma que acento la
determinación de dar al traste con el régimen existente y acelero los plazos de la
conspiración.