Jaime Lusinchi

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Jaime Lusinchi.

Iniciado el gobierno, el Ministerio de CORDIPLAN presentó al Congreso los “Lineamientos


generales del VII Plan de la Nación”. La presentación del VII Plan desató fuertes críticas y
polémicas, en especial por parte del sector empresarial, viéndose prontamente truncada su
realización, lo que conllevó la renuncia del Ministro Luís Raúl Matos Azócar al iniciarse 1985.
VII Plan de la Nación
Este plan traía algunas novedades, entre ellas la aplicación de la planificación estratégica, la cual
trataba de superar los límites de la planificación tradicional, llamada normativa, al incluir las
consideraciones de los actores capaces de generar las decisiones necesarias para la acción
planificadora. Pese a lo efímero del VII Plan vale la pena destacar algunos de sus elementos.
Diagnosticó la situación del momento como de agotamiento del modelo venezolano de crecimiento y
afirmó la necesidad de avanzar, desde la sociedad rentista, hacia otra donde el crecimiento y el
desarrollo resultaren del trabajo productivo de los venezolanos. Se hizo un listado de los problemas
del país, empezando con la consabida excesiva dependencia de la explotación petrolera y se
expuso como estrategia general un conjunto de “proyectos de acción” destinados a reiniciar el
crecimiento económico, acelerar el desarrollo social y crear una sociedad más libre.
La estrategia del Gobierno de Jaime Lusinchi descansaba en 2 bases: la conformación de un
proyecto político consensual llamado El Pacto Social y la reestructuración del Estado. Como ejes de
la estrategia económica se promovían la agricultura, la industria y el turismo, buscándose al mismo
tiempo una transformación y modernización del sector público para redefinir su papel en la actividad
económica. Se señaló la necesidad de privatizar o transferir al sector privado un conjunto de
actividades y servicios. En cuanto a la estrategia política, el VII Plan planteó la profundización de la
democracia mediante la conquista de la “democracia social”, la cual exigía democratizar al Estado y
las relaciones entre sociedad civil y el Estado. Pueden señalarse tres elementos claves en el
gobierno de Lusinchi, por su alcance e impacto en el futuro inmediato de Venezuela: La reforma del
Estado a través de la creación de la COPRE, el refinanciamiento de la deuda externa, y el
agravamiento de los casos de corrupción.

El Segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, 1989-1993:


La segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez corresponde al período constitucional 1989-1994.
Fue el séptimo gobierno del período democrático iniciado en 1958. Pérez ganó en las elecciones
nacionales (Hipertexto 10) del 4 de diciembre de 1988, elecciones cuyos resultados significaron que
AD no contaría en las Cámaras con una mayoría absoluta, como la había tenido en el período
inmediato anterior, siendo necesario hacer negociaciones con partidos minoritarios para la
aprobación de las políticas del gobierno.
Esta segunda gestión de Carlos Andrés Pérez estuvo marcada por el intento de salir de la profunda
crisis económica y fiscal que venía desarrollándose desde años anteriores, a través de un conjunto
de políticas de liberación de la economía. Otros rasgos destacados fueron la agudización de la crisis
social cuya manifestación más dramática fue el denominado “Caracazo” en febrero de 1989 y el
desarrollo de una crisis política que produjo, en 1993, la suspensión en el ejercicio de su cargo del
Presidente de la República y su sustitución por uno nombrado por el Congreso Nacional para
culminar el período. Fue también durante esta segunda presidencia que comenzó el proceso de
descentralización político-administrativa del país, gracias a la aprobación, en los últimos meses del
gobierno del Presidente Lusinchi, de las primeras reformas del Estado por parte del Congreso
Nacional.
En su discurso inaugural del 2 de febrero, el Presidente Pérez señaló algunas líneas orientadoras
de su nuevo gobierno, dándole una importancia especial a las relaciones interamericanas e
internacionales como parte de la estrategia para la construcción de una salida de la crisis
económica y fiscal que padecía el país. Pérez definió el año 1989 como el idóneo para ampliar el
proceso de reformas políticas que con anterioridad se venía desarrollando. El 16 de febrero, en
medio de gran expectativa, Pérez presentó su programa de ajuste económico, conocido de allí en
adelante como el “paquete”, cuyas disposiciones de libre economía, en muchos aspectos
contrariaba el discurso de toma de posesión y las promesas electorales.
Al analizar el desarrollo de la economía entre 1989 y 1992 se puede afirmar, que las radicales
medidas que el gobierno del Presidente Pérez aplicó a los males económicos de la sociedad
venezolana, producirían a lo largo de los 3 primeros años de la gestión resultados
macroeconómicos satisfactorios, pero a un costo social y político exorbitante; además, en materia
política el gobierno de Pérez debió enfrentar dos golpes de Estado, el más sonado ocurrido el 4 de
febrero 1992, y llegó a su fin el mandato de Pérez antes de lo previsto, al tener que responder a un
juicio por corrupción.
El proceso de descentralización
En los últimos meses del gobierno de Jaime Lusinchi y los primeros de la segunda presidencia de
Carlos Andrés Pérez fue aprobado un conjunto de reformas políticas que iniciaron el proceso de
descentralización político-administrativa del país. En diciembre de 1989 y en diciembre de 1992
tuvieron lugar los 2 primeros procesos electorales para la escogencia de Gobernadores de Estado y
Alcaldes. La difícil situación social y política de estos años afectó los resultados de ambos comicios,
sobre todo a nivel regional, constituyéndose dichas elecciones en instrumentos para expresar el
repudio al gobierno del Presidente Pérez.
En 1989 el partido de gobierno, Acción Democrática, perdió 9 de las 20 gobernaciones que
controlaba; en 1992 perdió 14 de las 22 en disputa. También las primeras elecciones de
Gobernadores y Alcaldes comenzaron a expresar los nuevos desarrollos políticos regionales y
locales: la emergencia de un nuevo tipo de liderazgo de arraigo regional o local, el surgimiento de
organizaciones políticas alternativas a las tradicionales de AD y COPEI, y el ejercicio del poder en
manos distintas a las que venían gobernando el país desde 1958.

El Gobierno provisional de Ramón J. Velásquez, 1993- 1994 :


Este Gobierno fue formado con el propósito de completar el período constitucional 1989-1994, luego
que el 20 de mayo de 1993 el Congreso de la República, a solicitud de la Corte Suprema de Justicia
y de acuerdo con el artículo 150, atribución 8ª de la Constitución Nacional, suspendiera a Carlos
Andrés Pérez de su cargo de Presidente de la República. Por haber transcurrido para aquella fecha
más de la mitad del período de ejercicio de Pérez, y a tenor de lo establecido en el artículo 180 de la
Ley Fundamental para ese caso, la designación de Ramón J. Velásquez como Presidente de la
República fue hecha también por el Poder Legislativo Nacional, en sesión conjunta de sus cámaras
del 4 de junio de 1993.
La juramentación del nuevo Presidente tuvo lugar el 5 de junio y con ese acto se completó un
proceso absolutamente desconocido en la historia republicana de Venezuela: el de la interrupción
del mandato de un gobernante electo por votación universal, directa y secreta para ser sometido a
un proceso judicial y su sustitución por un nuevo Jefe de Estado resultante de una elección
parlamentaria. El gobierno de Ramón J. Velásquez se desenvolvió en circunstancias de grave crisis
general del país, cubriendo los 8 meses finales de un quinquenio en cuyo curso se produjo un
acentuado deterioro de la economía nacional y de las condiciones de vida de los ciudadanos, un
incremento notable de la inseguridad personal por el auge de la delincuencia, un aumento
igualmente notable de la corrupción.
A pesar de las serias dificultades, el gobierno realizó diversas acciones y alcanzó varios logros
fundamentales. Uno de los más significativos se produjo en el área de la descentralización política y
administrativa. El 7 de junio el Presidente Velásquez decretó la creación del Ministerio de Estado
para la Descentralización; estableció además, el Consejo Nacional de Alcaldes y también el
Consejo de Alcaldes de los Municipios del Área Metropolitana y realizó los primeros convenios de
transferencia de competencia concurrentes con los Estados Bolívar, Aragua, Carabobo y
Anzoátegui. Otras acciones y logros relevantes tuvieron lugar en las áreas financiera y económica.

El segundo Gobierno de Rafael Caldera, 1994 –1999 :


El 5 de diciembre de 1993 resultó electo como Presidente de la República nuevamente el Dr. Rafael
Caldera, además de ser elegido ese mismo día por el voto popular, un nuevo Congreso de la
República cuya integración varió sustancialmente con respecto a la que había caracterizado a la
institución parlamentaria en los últimos 4 períodos constitucionales. Caldera capitalizó el
descontento existente en amplios sectores del país y, acompañado de una coalición de pequeños
partidos denominada “El Chiripero”, obtuvo la Presidencia de la República por segunda vez, aunque
en esta ocasión sin el apoyo del partido COPEY, del cual Caldera era miembro y fundador.
El segundo período de Gobierno de Caldera estuvo marcado por la existencia de una difícil
situación económica, complicada por la crisis bancaria que se desencadenó en Venezuela tras la
quiebra del Banco Latino; en ese escenario el gobierno intentó adoptar programas sociales que
mejoraran un poco la situación de pobreza extrema en la que ya se encontraban amplios sectores
de la población.
La quiebra del Banco Latino fue seguida del desplome de una docena más de bancos, complicando
el inicio del gobierno de Caldera, gobierno cuyos primeros meses transcurrieron en la ejecución de
planes económicos poco exitosos, como el Plan Sosa, el Corrales, entre otros. La promesa electoral
de Caldera de establecer un gobierno con prioridad en los temas sociales no pudo ser cumplida, y
su Carta de Intención con el Pueblo fue sustituida por la denominada Agenda Venezuela, plan
económico éste que contó con el aval del Fondo Monetario Internacional.
Caldera quiso continuar con el plan de privatizaciones iniciado por Carlos Andrés Pérez, plan que se
había sido detenido por Ramón J. Velásquez en su corto mandato. Para ello, Caldera planeó
privatizar SIDOR y otras empresas básicas, aunque en la práctica pudo sólo llevar adelante la venta
de VENALUM, que fue adquirida por el consorcio empresarial extranjero “Amazonia”. En materia
petrolera, PDVSA aceleró el proceso de apertura petrolera, que tenía como objetivo primordial, la
búsqueda de nuevos capitales para llevar a cabo un vasto programa de inversiones. La apertura
petrolera encontró grandes resistencias en los sectores de izquierda, en especial, desde el partido
“Patria para todos” (PPT), que acusó al gobierno de querer desnacionalizar a la principal industria
del país.
En materia política, el proceso de descentralización iniciado en el país desde 1989, sufrió en el
gobierno de Caldera algunos retrocesos, además de no producir beneficios políticos para el partido
Convergencia (agrupación creada por el propio Caldera luego de su salida de COPEY), pues dicho
partido pudo ganar sólo una Gobernación. Es importante señalar que fue el gobierno de Caldera
quien concedió un sobreseimiento a los militares golpistas que protagonizaron las asonadas de
1992 (entre esos militares se encontraba Hugo Chávez).
Al evaluar la segunda gestión del Dr. Caldera hay que señalar que durante ésta se aceleró la crisis
política del bipartidismo, pues ni AD ni COPEY tuvieron participación protagónica en el gobierno. La
crisis del modelo político Puntofijista alcanzará su máximo nivel en 1998, cuando ambos partidos
fueron derrotados de manera aplastante por Hugo Chávez Frías, quién ganó las Elecciones
celebradas el 6 de diciembre de 1998.

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