Por Qué No Soy Un Psicólogo Cognitivo Iv Parte B
Por Qué No Soy Un Psicólogo Cognitivo Iv Parte B
Por Qué No Soy Un Psicólogo Cognitivo Iv Parte B
PORQUE LO PSICOLÓGICO ES
DISPOSICIONAL
IV. B: “Aclaraciones adicionales y el Cognitivismo sofisticado”
Enfoques y disciplinas de las ciencias cognitivas según Francisco Varela (1992, p.31)
14. Continuando con el Cognitivismo sofisticado, notamos (a) en primer lugar el uso de los
mismos conceptos de procesos mentales como la sensación, percepción, pensamiento,
entre otros; (b) y su re interpretación posterior, en forma interdisciplinar y bajo
situaciones molares e interactivas, lo que abren de esta manera nuevas (i) metodologías,
(ii) fenómenos, y (iii) líneas de investigación nuevas. Ejemplo es la sensación donde
reflotan perspectivas interactivas relegadas (Estudios de la sensación de Gibson), estudios
kinestésicos, de autonomía y espontaneidad, etc., relegados por la psicología cognitiva
ortodoxa. En resumen, se piensa con todo el cuerpo, los procesos sensitivos “están” en la
mano, en todo el cuerpo y siempre en una situación.
15. Hasta puede notarse una cercanía de la propuesta de Varela con la de Gilbert Ryle al
afirmar ambos en sus libros cumbres, lo siguiente:
- El éxito de un movimiento dirigido como el de conducir un automóvil depende
obviamente de habilidades motrices adquiridas y el uso continuo del sentido común, o
un know-how acerca del trasfondo. Este conocimiento por sentido común es difícil,
quizás imposible de empaquetar en un conocimiento explícito y proposicional –
“conocimiento de qué”, en jerga filosófica-, pues se trata en gran medida de una
“disposición” o “conocimiento práctico” basada en la acumulación de experiencia a
partir de un gran número de casos (Varela, Thompson y Rosch, De cuerpo presente.
Las ciencias cognitivas y la experiencia humana, 1992, p. 174-175).
- Cuando se predican de una persona epítetos tales como "astuto", "tonto", "prudente"
o "imprudente", tal descripción no le atribuye conocimiento o ignorancia de alguna
verdad sino la habilidad o inepcia para hacer cierto tipo de cosas (…) Hay ciertos
paralelismos y divergencias entre saber hacer y saber qué... (Knowing How and
Knowing That) Hablamos de aprender a tocar un instrumento y de aprender que algo
es el caso; de averiguar cómo se podan los árboles y de averiguar que hubo un
campamento romano en cierto lugar; de olvidarnos cómo se hace un nudo y de
olvidarnos que, en alemán, cuchillo se dice messer. Podemos admirarnos como... tanto
como admiramos que... Por otra parte, nunca decimos que alguien cree u opina como,
y aunque es correcto preguntar por los fundamentos o razones que hacen que alguien
acepte una proposición, tal cuestión no puede plantearse respecto de su habilidad
para jugar a las cartas o su prudencia en invertir dinero (Ryle, 1969, El concepto de lo
mental, p. 26).
16. Sobre los conceptos mentales sensitivos y perceptivos el enfoque enactivo da cuenta que
estos fenómenos que contiene el concepto, tienen que ver con la totalidad del organismo y
que se constituyen aprendizajes en conjunto con el cuerpo. Basados en múltiples
investigaciones, dan cuenta que estos fenómenos no son representaciones pasivas de un
cuerpo y activas de una mente inteligente, sino mas bien, que son habilidades de un
cuerpo en acción a través de un entrenamiento natural. La distinción objetiva y subjetiva es
superado por el término interacción entre la respuesta y el estímulo, denominado
enacción. Esto se asemeja mucho a la noción conductista de atribuir el comportamiento a
la persona sin dividirlos en diversas entidades, y hasta presenta semejanzas con el
conductismo sofisticado que presentaremos en la última parte de este ensayo (Teoría de la
Psicología de Emilio Ribes). Adelantamos el hecho de que el tema de los fenómenos
perceptivos es más amplio y distinto al concepto “tecnificado” que pueden brindarnos las
teorías cognitivas (esto se verá en el último ensayo), sin embargo, la noción interactiva, no
mediacional e integral de la percepción en las teorías enactivas, guardan también
semejanza con el análisis filosófico. Citamos a Gilbert Ryle (1969, p. 33):
- No es cierto que una persona que esté siguiendo una canción conocida necesite tener
pensamientos tales que tendría que poder responderse a la pregunta "¿En qué he
estado pensando?" o a la pregunta "¿Cuáles son los conceptos generales que he
estado aplicando?" No es verdad que haya expresado proposiciones a sí misma o a los
demás, en español o en francés. Tampoco es verdad que haya tenido experiencia de
imágenes visuales o auditivas. Lo cierto es que debe haber prestado atención y que las
notas se deben haber producido de acuerdo a lo esperado, sorprendiéndola si así no
hubiera ocurrido. No estaba escuchando, meramente —como podría escucharse una
tonada desconocida—, ni tampoco estaba acompañando su escuchar con otro
proceso. Simplemente, estaba escuchando (la persona, [agregado por el autor]) de
acuerdo con el esquema de la canción.
17. Se revisó conceptos mentales del cognitivismo enactivo, por ejemplo, el de
intencionalidad, manifestaciones en primera y tercera persona, consciencia, etc. Todos
estos abordajes demuestran que el cognitivismo sofisticado empieza a definir mejor los
conceptos que pretende estudiar, por ende, los métodos científicos para su estudio harán
mayor justicia en la explicación de dichos fenómeno. Al haber menos confusión, el
concepto será abordado en su amplitud fenomenológica. Justamente por esto último,
estas teorías aparecen como heurísticas científicas más potentes que, como lo han
demostrado, (i) al reinterpretar y estudiar los fenómenos ya abordados; (ii) se han abierto
nuevos fenómenos como líneas de investigación. Esto demuestra que los análisis
filosóficos o conceptuales son necesarios, y pueden ser muy útiles para la actividad
científica.
18. Hasta aquí, espero que se haya plasmado mínimamente la perspectiva del cognitivismo
sofisticado. Me esforzaré en resumir y aclararles de una vez por todas, en qué consiste la
confusión conceptual imperante en el cognitivismo ortodoxo como sofisticado (luego de
esta intervención filosóficamente terapéutica siento que muchos conductistas y también
cognitivos se sentirán más tranquilos):
1.º. Tecnificar el concepto de alusión mental y, en vez de analizar las lógicas
disposicionales implicados.
2.º. Reducen dichos conceptos a una traducción tecnificada que trata de albergar el
sentido común entre ellas. Digo reducir, pues describir el concepto es describir
su(s) lógica(s) disposicional(es) y las expresiones de aquellas.
3.º. Estos conceptos no son del tipo diccionario, sino del tipo teórico. En el cual,
realizan una acción doble: (A) al mismo tiempo que capturan lo común en los
términos; (B) tratan de definirlos dentro de un sistema semántico llamado teoría.
4.º. Concluyo, la confusión de las teorías cognitivas, siempre van a existir, aún lo
sofisticadas que sean, en esta dirección: Que lo que brindan es la definición
tecnificada de las semejanzas de familia del término mental, pero no los conceptos
particulares que se asemejan, del cual la mayoría de veces son varios conceptos
aunque se trate del mismo término. Esto es, un mismo término mental tiene varios
conceptos o usos cotidianos dentro de una lógica disposicional, y hay varias lógicas
disposicionales dentro de este término de alusión mental (Y esto debería escribirse
en mayúsculas). Los cognitivos se saltan los usos particulares en contexto, y
también se saltan su único, o dos, o más lógicas disposicionales internas; creando
un solo concepto e inclusive, siendo el mismo término de alusión mental.
5.º. Pero se preguntarán ¿Por qué fue así de confuso el definir cognitivo de las
semejanzas de familia de los conceptos mentales? Por dos razones principalmente:
a. Porque la definición no ha sido desarrollada en base a métodos de análisis
lingüísticos (analítico, lógico y gramatical) por los cognitivos.
b. Porque las semejanzas de familia, como su nombre lo dice, es un
concepto ambiguo, sin límites claros, fácilmente arbitrarios, determinados
hasta histórica y culturalmente. No se pueden tecnificar las semejanzas de
familia, puesto que pueden ser constituir lógicas muy diferentes (como
suceden a veces con los conceptos mentales).
6.º. Es por ello que los cognitivos no le atinaron a las lógicas disposicionales de los
conceptos de alusión mental. Esta confusión, reitero no es un error, pero sí
mantiene la torre de babel en construcción permanente llamada Psicología
científica.
7.º. Las teorías cognitivas sofisticadas siguen definiendo los conceptos mentales en
forma de las semejanzas de familia de dicho concepto, y es claro que estarán
diciendo mucho de dicho concepto particular, lo que ocasiona en su comunidad
que no exista problema alguno. Sin embargo, trata de la misma costumbre de
transformar las lógicas de los conceptos mentales multívocos en procesos-
productos ahora ya interactivos, no metafísicos, y con metodologías de
investigación fenomenológica e interdisciplinaria con las neurociencias.
8.º. La distinción entre primera y segunda persona en los cognitivismos sofisticados le
son más clara, sin embargo, puedo afirmar que dichos conceptos no son el estudio
de los fenómenos psicológicos que puedan estar participando en ellos, pero sí,
aproximaciones que siguen reduciendo o expandiendo estos usos.
9.º. Desborda los objetivos de este ensayo el analizar si el reciente desarrollo de
metodologías enactivas para el análisis de los conceptos mentales, son
congruentes con esta perspectiva sofisticada.
19. La psicología cognitiva hasta aquí expuesta es uno de los dos conjuntos de enfoques
científicos en Psicología. El valor que tiene al entendimiento del lenguaje, la personalidad,
la inteligencia, las relaciones sociales, conductas básicas y complejas, el desarrollo, entre
otras nociones, es inmensurable. Lo prolífico de su desarrollo en las últimas décadas han
aportado cuantiosamente al entendimiento del hombre y a la aplicación multidisciplinar e
interdisciplinar, además de facilitar indirectamente el desarrollo de tecnologías educativas
y de salud. La filosofía analítica, como una herramienta vigilante a la labor científica, viene
a ser el terapeuta que describe el lenguaje usado en las relaciones empíricas que explican
los fenómenos. Aceptar sus sugerencias podría mejorar los nudos conceptuales que
generan tensión.
20. Luego de haber analizado brevemente la propuesta del cognitivismo sofisticado, es
necesario ampliar el rol del análisis conceptual. La reiteración en esto está justificada
porque se ha malentendido el rol de la filosofía analítica y los análisis del lenguaje de las
teorías y tesis que se proponen en los ambientes académicos. Por ejemplo, las críticas se
realizan a las neurociencias no son ni para rechazar, obstaculizar ni modificar dichas
teorías, sino para que los enunciados que se originan y se desprenden de éstas, no
cometan los errores gramaticales tales como (véase en extenso La naturaleza de la
consciencia. Cerebro, mente y lenguaje. De Maxwell Bennett, Daniel Dennett, Peter Hacker
y John Searle, 2008, encontrado en la web):
- La reducción del ser humano que se comporta a un cerebro saludable pero aislado
(falacia mereológica);
- La reducción de los procesos neurofisiológicos que participan en los múltiples
conceptos de atención, memoria, percepción, etc., como la explicación suficiente para
dichos desenvolvimientos;
- La confusión de subjetivizar al extremo (qualia) la experiencia propia o interna,
aclarándoles que esta respuesta subjetiva está en interacción de las propiedades
objetivas de la estimulación;
- Que si se tratan de distintos conceptos (de la persona en su contexto cotidiano)
extrapolados al cerebro, deberían de justificarlos como una analogía u otra relación. Y
si es que esta extrapolación se justificara, se mantuviese como lenguaje de distintos
fenómenos.
Como verán aquí, ¿se está diciendo que el programa de investigación es inválido? Sólo se
menciona que hay cosas que tienen sentido decir y otras que no lo tienen.
21. Las sugerencias principales de la filosofía analítica para el análisis realizado del
conductismo y el cognitivismo hasta el momento, nos darán la posibilidad de evaluarlas
con más detalle sobre cuánto han cumplido. Son las siguientes:
1.º. Revisar constantemente los usos originarios de los conceptos, cuando estos hayan
salido de otras disciplinas o el lenguaje cotidiano. Precisar, si es posible, de manera
explícita el continuum de sus conceptos que son nuevos hasta los que no son “nuevos”
(usados en otras audiencias), para vigilar si se juegan las reglas adecuadas con ellos.
2.º. Explicitar si se tratan de otros usos especializados para su teoría (memoria, para la(s)
teoría(s) fisiológica(s)) o si quieren explicar con una lógica técnica a dicho concepto
(“control” en la teoría del Conductismo Radical).
3.º. Si se trata de la primera, esta debe ser “semejante” a la lógica originaria del concepto
(y así tendríamos mayores acepciones coherentes en el diccionario). Y si se trata de la
segunda, debe tratar de analizar y precisar si son todos los usos que pretende
contener o sólo algunos de ellos (y así tendríamos un glosario congruente entre la
teoría y los fenómenos).
4.º. Dentro de su misma teoría, en sus diversos niveles de análisis desde lo básico hasta lo
aplicable, algunos conceptos podrían ser usados de diversas formas, y deben de ser
semejantes sin relaciones contradictorias.
5.º. La comunicación de estos usos especializados a la comunidad universal no académica
debe ser explicada (“qué significa el término…”) brindando una adecuada (a)
definición del concepto; (b) un parafraseo entendible, con (c) ejemplificaciones lo más
posible exhaustivas. Esta dinámica de dirigirse a las audiencias no académicas deben
estar vigiladas bajo el análisis de los conceptos.
22. Concluimos hasta aquí, que el problema de la psicología cognitiva, tanto ortodoxa (como
ellos mismos la denominan así) o sofisticada, es que su propio sistema conceptual son los
términos que se supone debe explicar, pero los usa justamente con fines explicativos. El
fenómeno a explicarse se convierte en la explicación circular de lo mismo ( lo mental
explica lo conductual). Ante este problema se tiene tres salidas:
1.º. Argumentar que estos términos (memoria, percepción, atención, pensamiento, etc.),
“tratan de explicar los conceptos multívocos”, y que al estar dentro de un sistema
teórico, se han “tecnificado” de tal manera que capturan todos los fenómenos que
concierne a usos diversos usos. Es decir que son los mismos conceptos pero teorizados.
Este argumento justifica a medias, pues (a) a veces el concepto trata de abarcar lo
común a todos ellos (varios fenómenos), por ende, el concepto no es el adecuado para
cada uno de estos fenómenos; (b) y otras veces el concepto sólo abarca unos usos
originarios, u otros que no lo son. ¿Estamos diciendo que se equivocan o su
investigación debe de detenerse? No, sólo sugiriendo que existe una confusión en la
lógica de los conceptos.
2.º. Otra salida de los cognitivos es decir que han creado un nuevo lenguaje de lo mental,
esto es, nuevos conceptos que refieren otras cosas que son teóricas y que refieren a
abstracciones científicas o categorías formales. Que con estas categorías, se explican
los fenómenos que se expresan de manera observable. Son el proceso mental interno
de la atención o percepción, que participan en cada expresión conductual de la
atención o la percepción. Se presenta aquí las críticas de circularidad infinita y la del
sinsentido de reglas formales paralelas al comportamiento mismo que no son
evidentes.
3.º. La tercera salida, pues sabemos que estos son conceptos importantes que la Psicología
como disciplina científica debe de analizar, es la propuesta que presentaremos en la
quinta y última parte de este ensayo. Para adelantar y motivar su lectura futura esta
propuesta consiste en: conceptos multívocos cotidianos son traducidos técnicamente
a una clasificación funcional de las lógicas disposicionales que pertenecen a cada de
estos conceptos, para finalmente buscar un término técnico adecuado que se
encuadre en esta lógica y analice el fenómeno particular.
23. Sobre lo mencionado previamente, dentro del sistema conceptual del Conductismo radical
se sigue apreciando los términos originarios de otras disciplinas y del lenguaje ordinario,
usándolos de manera distinta (Deitz, en Ribes y Harzem, Lenguaje y Conducta, 2007), sin
embargo esto no quiere decir que confunda los conceptos mientras cree términos técnicos
especializados con fines que no sean el de “representar” dichos fenómenos originarios.
Otras disciplinas científicas a lo largo de la historia han hecho esto: la física, la química, la
biología. La fortaleza de esta teoría (y otros conductismos) es que los conceptos más
analíticos y la mayoría de sus sistemas semánticos está desarrollados por medio de
tecnicismos creados para fines particulares. Reitero que, debido a que las teorías
científicas son sistemas abstractos donde sus conceptos deben ser puntuales, unívocos y
sistemáticos, entonces se hace necesario la creación de un lenguaje especializado para tal
fin, por ello, conceptos nuevos en su mayoría. Estos nuevos conceptos constituyen las
herramientas para que la ciencia designe las abstracciones que son comunes a los
fenómenos que pretende describir (taxonomías, propiedades, dinámicas, procesos) así
como los procedimientos y metodologías novedosas.
24. Sobre la adscripción del lenguaje disposicional en no expertos: El problema de lo
disposicional y su aceptación primero en los estudiantes y teóricos en psicología, luego en
la propia comunidad, es no sólo lógico, sino también sociológico. La postura de lo
disposicional desde la filosofía analítica tiene buen tiempo, y existieron intentos de agregar
estos análisis filosóficos así como también analizar el propio lenguaje (Estudios de
Hineline; Peter y Harzem) del conductismo que, a mi parecer, no hicieron mucho eco.
También el análisis de Hineline (1980, citado en Deitz; Ribes y Harzem, 2007, Lenguaje y
Conducta) concluye lo dificultoso de exponer el lenguaje técnico a veces muy especializado
del Conductismo hacia audiencias comunitarias, u otros disciplinistas. Mi opinión es que no
se trata solamente de la dificultad del entendimiento de los conceptos que son manejados
dentro de un sistema semántico complejo, sino también porque considero que la
explicación disposicional es contra intuitiva a los estudiantes de Psicología y a los
egresados, puesto que la ideología cartesiana se encuentra imbuida en el lenguaje de lo
mental, cuando se trata de analizar estos conceptos. Las personas, también siguen reglas
incorrectas de sus conceptos o cometen errores categoriales, cuando tratan de entender
los conceptos “que dejan de usar” y se ponen a teorizar sobre ellos. Aquí entra la ideología
cartesiana, el embrujo del esencialismo, y las creencias metafísicas en menor o mayor
medida cualquiera de ellas.
25. ¿Porqué las personas cuando teorizan el lenguaje de lo mental creen en la mente? Se
expuso brevemente que existe una razón sociológica a la adscripción de lo mental
substantivizado como mente, además de ello, existen otras razones. Por ejemplo, dos
razones filosóficas, primero la angustia cartesiana que cita Varela, Thompson y Rosch
(1992) de Richard Bernstein, que consiste en la tensión a decidir entre el nihilismo
subjetivo y el realismo representacional para poder evitar el caos y oscuridad en la
concepción del mundo. Luego estos autores nos hablan que el creer en una mente como
representación formal de un mundo pre dado, es por no tener consciencia plena y libre de
un mundo que se construye en base a nuestros actos, basándose estas ideas en la filosofía
budista (Escuela del Madhyamika), Otras son razones lingüísticas, pues con esta regla
gramatical: es mejor adaptar un término nuevo que crear otro; se ha justificado la
existencia de diversas teorías cognitivas adaptándolas de su uso cotidiano. Creemos que
bajo el análisis de Gilbert Ryle y el II Wittgenstein, esto se ha dado por diversas razones: (a)
la influencia directa (ortodoxos) e indirecta (sofisticados) de la ideología del Dualismo
Cartesiano presente en la comunidad universal y académica que “trata” estos conceptos
como “procesos o productos” independientes; y (b) el “embrujo del lenguaje”, que es esa
tendencia a sustantivar o crear esencias en las cosas porque, desde nuestro lenguaje,
pareciera que existiesen hechos mentales como fenómenos singulares por el motivo de
llamarles en forma de “mi atención a…”, “tu memoria es…”, “Su pensamiento hizo que…,
“está en tu mente que…”; entre otros juegos de lenguaje que implica diversas lógicas
disposicionales pero arropadas en forma de substantivos:
- “Y hacemos aquí lo que hacemos en miles de casos similares: Puesto que no podemos
indicar una acción corporal que llamemos señalar la forma (en contraposición, por
ejemplo, al color), decimos que corresponde a estas palabras una actividad espiritual.
Donde nuestro lenguaje hace presumir un cuerpo y no hay un cuerpo, allí, quisiéramos
decir, hay un espíritu” (Wittgenstein, 1999, 36).
26. Para finalizar, llegamos a una sección adicional que quise agregar. Es la parte más personal
o subjetiva (sesgada) del ensayo, puesto que me hago una pregunta que siempre rondó en
mi cabeza desde el primer momento que conocí ambos modelos generales de hacer
ciencia psicológica:
I. ¿Los dos enfoques podrían reconciliarse en forma general?
II. Y si podrían, ¿Deberían hacerlo?
Antes de ello, pienso que ambos deberían ir a terapia y asumir cada uno su confusión, su
superstición: “El lenguaje (o el pensamiento) es algo singular” - esto se revela como una
superstición (¡no error!) producida ella misma por ilusiones gramaticales” (Wittgenstein,
1999, 110). La terapia es la filosofía analítica que consiste en aclarar los conceptos. Y si no
hacen caso al terapeuta, no existirán errores sino confusiones. Pero a pesar de esto,
ambos enfoques en un sentido general, seguirían comunicándose de vez en cuando por
medios de citaciones o referencias de sus hallazgos empíricos (la inconmensurabilidad
kuhniana es parcial o local). Puntualizando sobre el objetivo del ensayo, considero que la
conciliación sobre lo disposicional es problemática pero no imposible en la siguiente
forma… que les presentaré en el ensayo final, parte IV letra C. Además abordaré la
propuesta analítica de lo disposicional desde un conductismo sofisticado, y terminaré con
unas reflexiones finales.
Espero que con estas expectativas para la última parte, sea motivación suficiente para
finalizar este extenso ensayo. Gracias por su atención.