Psicologos Filosofia
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Índice
El problema de la fragmentación[editar]
Las diversas escuelas y sistemas de psicología son enfoques de los problemas psicológicos
que a menudo se basan en filosofías diversas de la mente.nota 1 Estos enfoques son más a
menudo mutuamente incompatibles que complementarios. Además de esta fragmentación en
escuelas se presenta una división en diferentes campos o sistemas de problemas ante la
imposibilidad de trazar una clara demarcación entre los distintos fenómenos psicológicos.nota 2
Bunge afirma que solo la integración sobre la base de la neurofisiología puede arrojar un
cuadro razonablemente completo y una explicación viable en términos de mecanismos.
Las epistemológicas[editar]
Una cuestión importante en el problema de la controversia preparadigmática de la psicología
es la falta de un marco epistemológico compartido. Según Guba,2 existen al menos cuatro
grandes propuestas:
Saber y hacer[editar]
La definición más ostensiva de la teoría es la de un «saber organizado» que se abastece de la
práctica, es decir del «hacer empírico», mientras que éste también se guía en parte por el
saber previo. Los avatares histórico-sociales, y con ellos la división del trabajo y la influencia
de la teología, sembraron la discordia entre saber y hacer, legando a la posteridad un
problema que se manifiesta hoy agudamente. El pensador chino Mao Zedong (1937 - 1981)
se ocupa suficientemente de cómo la teoría se abastece de la práctica y cómo la práctica
retroalimenta la teoría, eliminando ideas metafísicas acerca de que una puede vivir sin la otra,
o de que ambos quehaceres son incompatibles.
Eso no quiere decir que no sea posible una práctica científica progresista independiente de la
teoría o de la especulación filosófica explícita. De hecho, la mayoría de avances empíricos y
tecnológicos en todas las disciplinas humanas parecen haberse dado en condiciones de
ignorancia o confusión conceptual acerca de los presupuestos epistemológicos que directa o
indirectamente propiciaron la solución a muchas demandas sociales (Tomasini, 1994). Sin
embargo, la pregunta es: ¿cuánto más podría haberse avanzado de haber tenido en cuenta
esos presupuestos? ¿Cuánto tiempo y cuánta teoría y práctica inútiles podrían haberse
ahorrado aclarando problemas conceptuales antes de aplicar? Por esta razón es importante
para los científicos contemporáneos poner por delante el desarrollo de sólidas concepciones
epistémicas en sus respectivas disciplinas haciéndolas más efectivas en la lucha contra el
atraso y el prejuicio, tal como en el relato de Homero, Minerva iba precediendo a Diómedes en
su acometida victoriosa contra Venus y Marte.
Eventos y constructos[editar]
El desarrollo de la ciencia es calibrado por Kantor (1963 - 1991) como una progresión de tres
etapas: (a) la de la propiedad-sustancia, (b) la de la correlación-estadística, y (c) la del campo
integrado. En psicología, la primera etapa incluye entidades transespaciales, la segunda
fórmulas estadísticas que pretenden indicar la relación entre lo físico y lo mental, y la tercera
«la interacción de un individuo con objetos estimulantes, en condiciones inmediatas precisas y
sobre la base de contactos previos del organismo y los objetos estimulantes» (p. 583). Este
enfoque filosófico de la tercera etapa supera el holismo y el atomismo de las explicaciones
anteriores para servir a una visión estructural donde el todo es producto de interacciones
formadoras, pero éstas a su vez tienen significación solo en tanto se conceptualicen en
función global (Montgomery, 2000). Para llegar a esta última etapa fue necesario mucho
esclarecimiento epistémico en cuanto al problema de la confusión entre eventos y constructos.
Gran parte de los errores científicos se originan en dicha confusión. De manera muy
simplificada, los eventos son lo que sucede, mientras que los constructos son
las interpretaciones de lo que sucede, sean elaboradas o espontáneas. En cualquier caso,
todo conocimiento e interpretación es, en principio, inseparable del sistema productivo al cual
pertenece, y todo sistema productivo está ligado a un medio ideológico.
Una adecuada epistemología permite distinguir entre eventos y constructos, con el fin de
disminuir el papel ideológico de estos últimos. Para ello el citado Kantor exige un cuidadoso
análisis de las construcciones manipulativa (formulación del problema y plan para atacarlo),
descriptiva (síntesis de las características investigadas y clasificación en una escala de validez
y utilidad científica), y explicativa (construcción sistemática para interrelacionar eventos). En
ningún caso puede haber constructos válidos que se refieran a nociones sin contacto con (o
derivación de) los eventos que se refieren, describen y explican.
Por fortuna el uso de definiciones técnicas, diagramas, coordenadas, tablas de constantes y la
continua interacción concreta con los eventos estudiados propias del «teórico-práctico»
facilitan dicha labor. Las influencias ideológicas y los valores no son factores omnipotentes de
los cuales no se puede escapar. Esas condiciones pueden ser manejadas, cuando el
psicólogo científico está preparado epistemológicamente para asumir la tarea de distinguir los
eventos de los constructos.
Véase también[editar]
Filosofía de la mente
Epistemología
Filosofía analítica
Conductismo
Psicología conductista
Psicología cognitiva
Psicología genética
Notas[editar]
1. ↑ Bunge considera que la fragmentación en escuelas rivales deriva de filosofías rivales, por lo
que la situación se puede superar si se adopta una filosofía subyacente única.
2. ↑ En opinión de Bunge la fragmentación en campos separados puede superarse si se "recuerda
en todo momento que hay un protagonista único que desempeña todos los papeles
conductuales y mentales: el sistema nervioso."
Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c d e Bunge, M. & Ardila, R. (2012) filosofía de la psicología. México: Siglo XXI
Editores
2. ↑ cf. Sánchez, E. (1993). «La unificación de la psicología: Propuesta y
críticas». Psycke 2 (1): 22-23.
3. ↑ Castells, M.; De Ipola, E. (1980). «Práctica epistemológica y ciencias sociales o cómo
desarrollar la lucha de clases en el plano teórico sin internarse en la
metafísica». Epistemología y ciencias sociales. Lima: Ediciones Contemporáneas. p. 43.
4. ↑ Wolman, B. (1973-1979). «En torno a la psicología y la filosofía de la
ciencia». Manual de psicología general (Barcelona: Martínez Roca) I: 66.
5. ↑ Bunge, Mario. La ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires: Siglo XX. p. 111.
Bibliografía utilizada[editar]
Bachelard, G. (1971 - 1974). Epistemología (Textos escogidos). Barcelona: Anagrama.
Bunge, M. (1982). Epistemología. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
Kantor, J.R. (1963 - 1991). La evolución científica de la psicología. México: Trillas.
Kuhn, T. (1962-1982). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de
cultura Económica.
Montgomery, W. (2000). La explicación molar y molecular en la teoría de la conducta.
En W. Montgomery, W. Capa y H. Montes de Oca (Eds.). Análisis de la conducta: Nuevos
enfoques, aplicaciones e investigaciones (pp. 53-68). Lima: Asociación Peruana de
Psicología Interconductual.
Piaget, J. (1970 - 1981). Psicología y epistemología. Barcelona: Ariel.
Ryle, G. (1949 - 1967). El concepto de lo mental. Buenos Aires: Paidós.
Smart, J. (1967 - 1975). Entre ciencia y filosofía. Madrid: Técnos.
Tomasini, A. (1994). Ensayos de filosofía de la psicología. Guadalajara: Universidad
de Guadalajara.
Mao Zedong (1937 - 1981). Sobre la práctica. En Cinco tesis filosóficas. (pp. 1-23).
Beijing: Ediciones en lenguas extranjeras.
Posible utilidad de la filosofía
para la psicología
POR UPN · PUBLICADA 13 JULIO, 2015 · ACTUALIZADO 6 DICIEMBRE, 2016
La semana pasada conocí a un colega que, al igual que yo, enseña en la
facultad de psicología de una conocida universidad. Al inicio de la
conversación pensó que, al igual que él, también era un psicólogo. Tras
aclararle que yo era filósofo, se sintió algo contrariado. Luego de
reflexionarlo brevemente, concluyó que la filosofía era necesaria en la
formación de los psicólogos. Escuchándose decir esto, asintió con la
cabeza diciendo: “Claro, es importante la filosofía en relación con la
psicología, los estudiantes deben formarse en filosofía”. Yo le pregunté:
“Específicamente, ¿por qué es importante?”. Luego de algunos titubeos,
mencionó que hay bases epistemológicas que es necesario conocer. No
agregó más. Y yo continué: “¿Qué es lo que hace un filósofo en una
facultad de psicología?”; “¿es útil la filosofía para la psicología?” De
repente, amigo lector, te estas preguntando lo mismo, así que
responderé.
En primer lugar, la psicología ha estado bajo el brazo de la filosofía por
varias centurias, sólo se independiza hacia fines del siglo XIX. No obstante,
hasta inicios del XX muchos filósofos se dedicaron a la psicología y
viceversa. Entonces, para estudiar y entender la psicología debemos de
conocer a la filosofía a nivel histórico. Y no sólo eso, sino que deben
considerarse las diferentes obras de los filósofos como tratados
psicológicos. Para explicar mi punto de vista tomaré como ejemplo a
Aristóteles.
Muchos psicólogos y filósofos ponen la mirada sobre una célebre obra
del estagirita, el Tratado sobre el alma, pero pocos le prestan atención a
la Ética a Nicómaco como un texto en el que Aristóteles analiza puntos que
tienen relevancia para la psicología. Para comenzar, por ejemplo, en el
primer capítulo, Aristóteles analiza la felicidad. Nos dice que todos
aspiramos a la felicidad, que la felicidad está en función a algunas
características o necesidades, y que la felicidad está cercana a la virtud y
al ejercicio de la razón. Actualmente, la psicología positiva y la psicología
de la felicidad buscan establecer criterios para entender aquello que hace
feliz a la gente. Muchos de los criterios que usan para generar
instrumentos de comprobación están allí, en la Ética a Nicómaco.
Otro punto interesante es el libro octavo de la Ética a Nicómaco. En esta
parte Aristóteles reflexiona sobre la amistad. Primero identifica cómo la
amistad se da naturalmente en el género humano, desde la relación
padre e hijo, o en el hecho de compartir momentos gratos. Platón,
mencionó en sus diálogos que en las relaciones de pareja hay un amante
y un amado. Es decir, alguien que ama desesperadamente a alguien que
se deja amar. Debido a la composición de los diálogos la reflexión tiende
a ser abierta. Aristóteles toma como antecedente este problema para
plantearlo en torno a la amistad, a los tipos de amistad concretamente.
Nos dice, por ejemplo, que hay amistades en las que una persona
depende de otra, hay una reciprocidad entre el que admira y el que
necesita ser admirado. Finalmente, señala que la amistad perfecta es
aquella en la que una persona se preocupa por otra, y esta, de forma
recíproca, se preocupa también de aquella. Actualmente, en psicología
se parte de la premisa de las llamadas relaciones de dependencia, que,
dicho en otras palabras y con la salvedad del caso, es lo mismo que dijo
Aristóteles pero aplicado a la psicología de pareja.
Finalmente, Aristóteles llama la atención sobre el término medio, sobre la
búsqueda del equilibrio emocional gracias a la razón. Muchas terapias
contemporáneas hacen eso, buscan que el paciente por cuenta propia
identifique cual sería la mejor acción o pensamiento, de tal forma que no
se sitúe en ningún extremo. Muchas veces, en clase explico a los
estudiantes la idea de Aristóteles, de buscar un término medio, luego les
pido que hagan el experimento mental de aplicar lo aprendido a algún
momento de su vida. Los resultados son muy interesantes, pues la
mayoría afirma que funciona el hecho de buscar un término medio.
A estas alturas, muchos especialistas deben de estar alterados de que
busque establecer una especie de acercamiento entre los planteamientos
de Aristóteles y la psicología; algunos otros pensarán que con esta
lectura de Aristóteles estoy tratando de persuadir con respecto a la
aceptación de alguna terapia. Nada de eso. Sólo debo decir que este
breve escrito no es para ellos, sino que está dedicado a quienes desean
reflexionar por cuenta propia sobre problemas reales, problemas obvios,
o evidentes. Como diría el mismo Aristóteles: “Así como se comportan los
ojos de los murciélagos para con la luz del día, así también se comporta
el entendimiento de nuestro espíritu para con las cosas más claras por
naturaleza”.