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Modelo de desarrollo

Un modelo de desarrollo es un tipo de programa que pretende desarrollar la


economía de un país. El mismo se basa fundamentalmente en un aumento de la
inversión, circunstancia para la que requiere un incentivo importante al crédito.
Un modelo de desarrollo debe ser impulsado principalmente en aquellos países más
rezagados en lo que respecta a productividad, refiriendo en este sentido a los
denominados países del tercer mundo. Para que un tipo de programa de estas
características sea fructífero, la integración entre el sector privado, público y el
trabajo se torna fundamental; en otras palabras, se requiere de un consenso amplio
dentro de la sociedad que garantice estabilidad y credibilidad.
Características
Es polémico, polisémico y dinámico; que existe una gran controversia respecto de su comprensión y
significado; dada su complejidad, el desarrollo no puede ser definido de manera universalmente
satisfactoria; señalaba el multiuso y abuso
Tipos de modelos de desarrollo
1-El nuevo modelo de agronegocios, basado en un paquete sociotecnológico que asocia
biotecnología y un nuevo management de recursos humanos y cognitivos.
2-El modelo extractivo-exportador, que comporta la explotación de los recursos naturales, y aparece
asociado a los grandes proyectos energéticos y de infraestructura del IIRSA. Este aparece ilustrado
de manera paradigmática por el modelo minero.
3-El modelo industrial, el cual se halla centrado en los sectores de la construcción, la automotriz,
textil, metalurgia, cuyo proceso de recomposición post- 6 Cartera de proyectos de infraestructura de
transporte, energía y comunicaciones consensuada por varios gobiernos latinoamericanos en el
marco de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA).
Los modelos del desarrollo económico en Mexico
Desde el anterior cambio de régimen político se han implementado siete modelos de desarrollo
económico sin que a ninguno se le haya dado la oportunidad de alcanzar sus eventuales beneficios.
Mientras las naciones desarrolladas de forma consistente permiten por décadas que sus modelos de
desarrollo permeen en su cultura, en México en promedio cada 12 años se cambia la visión del
desarrollo. Así, desde la Revolución hasta nuestros días no ha existido una visión económica de
largo plazo. Por el otro lado, por ejemplo, EU, desde la firma de su acta de independencia en 1776,
hasta el día de hoy mantiene el mismo modelo basado en los principios fundamentales del
liberalismo económico. Nunca ha habido cambio sobre la propiedad privada, el libre mercado y un
Estado fuerte como garante del Estado de Derecho aún durante su guerra de revolución en 1861. En
nuestro país no nos hemos podido poner de acuerdo en cuál debe de ser nuestra visión del
desarrollo, salvo en la retórica de que debe ser para “todos”.
Una de las explicaciones del porqué de nuestro subdesarrollo está precisamente en la falta de
consistencia en la aplicación de nuestras políticas económicas, cualquiera que éstas hubieren sido.
Lo anterior habría permitido que penetraran no sólo en la raíz de nuestros factores de producción
sino en lo más importante que es nuestra cultura y patrones de comportamiento social. Existen otras
naciones que no han necesitado 250 años del mismo modelo económico como Corea del Sur que en
65 años ha logrado salir de la guerra para ocupar los primeros niveles de desarrollo. Es muy difícil
lograr resultados cuando cada 12 años se cambia la visión y, por tanto, de reglas del juego,
incentivos, estímulos, leyes, programas, apoyos y políticas públicas.
En un comparativo de modelos de desarrollo tenemos que México en 100 años (1917-2018) ha
tenido siete, mientras que EU, en 242 años (1776-2018), uno sólo. Está fuera de lugar continuar
argumentando inestabilidad producto de nuestra guerra de revolución porque tanto EU como Corea
del Sur han pasado por guerras internas y luchas de poder. También es complicado culpar a la
influencia del exterior de nuestros fracasos cuando hay otros ejemplos similarmente complejos en
sus procesos históricos. La verdad es que sólo nosotros somos responsables tanto de aciertos como
de fracasos.
Desde la visión del desarrollo de la Revolución que cambió los preceptos establecidos en el
porfiriato, hemos transitado de modelo en modelo sin encontrar el adecuado para establecer las
bases suficientes para un desarrollo de largo plazo o mejor expresado; no se ha permitido que
produzcan el impacto necesario para crecer sostenidamente y abatir la pobreza. A la desaparición de
las haciendas y de los beneficios a extranjeros, que se tenían antes de la revuelta revolucionaria,
llegó la visión del desarrollo del presidente Lázaro Cárdenas quien sí materializó en buena medida
el nacionalismo iniciado por Francisco I. Madero agregando una trascendente carga social,
incorporando a la clase obrera y campesina a la movilización política. No obstante, pronto se
cambió por la utopía de la industrialización encabezada por Miguel Alemán; ahora la política era
apoyar más a los empresarios y priorizar la industria por encima que los factores primarios de
producción. Al poco tiempo una nueva idea surgió con el presidente Adolfo López Mateos, quien
profundizó la aceleración selectiva del gasto público, evitó usar el tipo de cambio como mecanismo
de ajuste a los desequilibrios externos y priorizó la inversión extranjera sin importar variables como
la inflación, hubo buenos niveles de crecimiento a costa de endeudamiento externo hasta que 12
años después vino otro cambio de idea. Luis Echeverría implantó a costa todavía de mayor
endeudamiento, una política sustentada en la dependencia de la ayuda externa tanto de los bloques
capitalista como socialista sin llegar a ningún lado.
Tan pronto como seis años después, la sustitución de importaciones se implementó con un vigor
inusitado en el sexenio de José López Portillo apostando todo al petróleo y al comercio interno, lo
que seis años más tarde y con más endeudamiento, se volvió a cambiar. Para el año 1982 se
comenzó con otro modelo de desarrollo que se trató de medio mantener al muy peculiar estilo
mexicano hasta nuestros días. En efecto, el presidente Miguel de la Madrid comenzó con el modelo
de apertura comercial y liberalismo económico. Este modelo ha tenido mucho de apertura comercial
y nada de liberalismo económico.
Hoy el país es la nación con el mayor número de tratados de libre comercio del mundo con una
impresionante balanza comercial. No obstante, de los preceptos fundamentales del liberalismo
como: la ética, la empatía, la libre competencia, así como la desregulación de la actividad
económica y un potente Estado de Derecho, no tenemos nada.
Una mal entendida relación entre el poder político y el poder económico ha sido lo que han tenido
en común estos siete modelos económicos y todos excepto el nacionalismo-socialismo del
presidente Lázaro Cárdenas, olvidaron la base central de la teoría y práctica del desarrollo:
sustentarlo en la visión local. Como lo argumentan Sachs, Esteva y Sen, el desarrollo debe partir del
pensamiento y la visión oriunda antes que de la influencia extra lógica que desconoce la realidad
local. Hacia adelante lo que deberíamos esperar con el cambio de régimen que busca restablecer en
nacionalismo como eje rector del desarrollo es una visión más incluyente y ética del desarrollo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado la conveniencia de reconstruir la relación
entre el poder político y el económico para que, a partir de un nuevo enfoque de entendimiento, se
pueda crecer de una manera más sana y se rompa con el círculo perverso regulación-contrato-
corrupción. Al mismo se puede abrir finalmente la valiosa oportunidad para que las comunidades
decidan su propio camino al desarrollo. Atacar frontalmente los excesos de corrupción, promover
de verdad el desarrollo local e incluir a las comunidades en las decisiones pueden ser sus
aportaciones más valiosas.
EMA: MODELOS DE DESARROLLO: CENTROAMÉRICA, NICARAGUA Y PERÚ
En el auditorio Jorge Basadre del Instituto de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres
se realizó la XXXIV Sesión de la Cátedra Perú denominada “Modelos de desarrollo:
Centroamérica, Nicaragua y Perú”.
En esta sesión se analizaron las relaciones entre ambos países y se pusieron a consideración del
numeroso público asistente algunos aspectos sobre políticas concretas en el campo de la ciencia,
tecnología e innovación que constituyen una necesidad, en los países subdesarrollados por haberse
convertido en el núcleo central del desarrollo económico y social en las sociedades contemporáneas.
Es a través de la Ciencia y la Tecnología que se logra el crecimiento económico, eficiencia y
calidad en el sistema productivo, elevando así el estándar de vida de la ciudadanía.
En representación del rector de la USMP, Ing. Raúl Bao, el director ejecutivo de Cátedra Perú, Dr.
Hugo Guerra inició la reunión y señaló que “América Central, todavía no logra revertir los
problemas heredados del pasado. La pobreza es todavía un fenómeno generalizado, la distribución
del ingreso y la riqueza sigue siendo inequitativa y persisten poderosos intereses sectoriales que con
frecuencia obstaculizan todo intento por introducir reformas fundamentales”.
Agregó que los sistemas educacionales y de salud de algunos países siguen deficitarios; el medio
ambiente está en un estado de extrema precariedad y los estilos de desarrollo de la región aún no se
pueden catalogar como sostenibles. Así también dijo que la seguridad ciudadana se ha deteriorado
ante una ola de violencia y delincuencia y que el sistema judicial no ha sido capaz de afrontar con la
diligencia necesaria.
Guerra afirmó que “las instituciones democráticas aún se encuentran circunscritas a una falta de
participación ciudadana y legitimidad popular. La globalización está planteando una serie de
desafíos que América Central nunca antes había tenido que afrontar. Para países pequeños, la
apertura comercial y la liberalización del flujo de capitales a nivel mundial presentan problemas
especiales que se pueden abordar de manera mucho más eficaz a través de la concertación
regional”.
“En el caso de Nicaragua, tenemos mucho que aprender a partir de su modelo de desarrollo, pues
allí su régimen político, entendido como gobierno de oposición se está esforzando por crear sus
propias estrategias nacionales para erradicar la pobreza y alcanzar un desarrollo económico
sostenible con base a las necesidades y prioridades locales”, concluyó Hugo Guerra.
Por su parte, el Sr. Maximino Rodríguez, del Partido Liberal Constitucional señaló que en su país el
Sistema Judicial, la cúpula de los magistrados en sí, responden a intereses políticos, que no
administran justicia, lo que se en un problema complicado para los países y no solo para Nicaragua,
sino para el mundo entero.
“Tampoco vamos a ser ilusos en creer que esos funcionarios no van a responder de alguna manera a
intereses políticos”, afirmó Rodríguez.
“En Nicaragua la pobreza es bastante acentuada, la pobreza es de 60 ó 70 %, pero eso no es un
pretexto para que la gente sea pobre. Por ejemplo tenemos a Venezuela que tiene tanto petróleo
también tiene altos índices de pobreza. Entonces no es la riqueza, no son los sistemas los que nos
dan a nosotros el bienestar y la equidad, somos nosotros mismos los seres humanos.”, argumentó
Rodríguez.
A su turno, el diputado nicaragüense Agustín Jarquín Anaya comentó sobre el gran avance de la
democracia política de Nicaragua manifestando. “Hemos logrado tolerancia, convivencia
democrática y la plena vigencia de las libertades públicas, sin embargo, persiste una debilidad
institucional y todavía prevalece una desconfianza sobre los Diputados, la Política y los Políticos”,
indicó.
Mencionó sobre retroceso en la equidad económica y justicia social, explicando: Aunque ha crecido
la economía, también ha crecido la brecha entre ricos y pobres, y han disminuido las oportunidades
para la mayoría de la población.
Comentó además que el Plan Nacional de Desarrollo Humano, pretende superar la pobreza,
implementar un modelo alternativo de desarrollo más justo, transformar la estructura de poder a una
más democrática que influye el poder ciudadano.
En su intervención el director del Instituto de Gobierno de la USMP, Dr. Javier Tantaleán Arbulú,
aseveró que “una cosa que ha sido sustantiva y que se respeta en el Instituto de Gobierno y es el
carácter de pluralidad ideológica, política, programática, en sus profesores y sus alumnos y tenemos
el orgullo en estos momentos de que no solo el director y fundador del Instituto de Gobierno es el
presidente de la República, sino que siete de los Ministros de Estado han estudiado en el Instituto”.
El más grande déficit que todavía tenemos como gobierno es dinamizar el proceso de
modernización del Estado. Si bien en la actualidad se ha transferido el 100 % de recursos públicos
dos tercios lo manejan las regiones y municipios, pero eso ha traído otro problema que es el tema de
la gerencia de proyectos públicos y la gestión de los respectivos municipios y gobiernos regionales.
Debe haber una mayor capacitación de los funcionarios, para que ellos puedan solucionar los
problemas que aquejan al país.
Cabe destacar que las personas que promovieron esta Cátedra, fueron el Embajador de Perú en
Nicaragua, Gerardo Morris y la Dra. Gabriela Serrano, Representante del Instituto Republicano
Internacional.
Los expositores plantearon, al final su vocación de ponerse de acuerdo en los aspectos
fundamentales del Desarrollo de Nicaragua y que su permanencia en la Universidad, estaban
seguros, sería propiciatoria para esta convergencia.
En la cita también comentaron los Diputados Nicaragüenses, Javier Vallejo Fernández, del Partido
Conservador (PC); Fabricio Cajina Loásiga, de la Bancada Democrática Nicaragüense y el General
Hugo Torres, del Movimiento Renovador Sandinista. Estuvieron presentes también el Dr. Carlos
Cava Vergiú, Decano de la Facultad de Odontología, Autoridades y Docentes de la Universidad.
 

Bibliografía:
MARTINEZ, Carlos, (2019) Los modelos de desarrollo económico en México, EL ECONOMISTA,
México,1, V. 1, p.2.
BASADRE, Jorge, (2005), MODELOS DE DESARROLLO: CENTROAMÉRICA, NICARAGUA
Y PERÚ, Instituto de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres,1, V. 1, p. 3.

Cartera de proyectos de infraestructura de transporte, energía y comunicaciones consensuada por


varios gobiernos latinoamericanos en el marco de la Iniciativa para la Integración de la
Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). Para el tema, véase Herbas Camacho et al: 2005, y
Aguillar, Ceceña y Morro: 2007.

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