Analisis A Ted Bundy
Analisis A Ted Bundy
Analisis A Ted Bundy
Bundy nunca superó la ruptura y se obsesionó con ella, manteniendo contacto a través de cartas
para así intentar reconquistarla. Abandonó los estudios durante un tiempo y después regresó a la
Universidad de Washington para matricularse en Derecho. Fue considerado un estudiante brillante y
estimado entre sus profesores. Paralelamente inició una relación de cinco años con Elizabeth
Kloepfer, quien era divorciada y tenía una hija pequeña. Sin embargo, Kloepfer desconocía que su
novio había estado saliendo con una chica de San Francisco, California, con la que se seguía
escribiendo cartas.
Antes de comenzar a asesinar perpetró una serie de hurtos en casas y comercios. El 4 de enero de
1974, entró en el cuarto de la universitaria Joni Lenz, de 18 años, la golpeó con una palanca
metálica y la violó con la pata de una cama. Al día siguiente, la chica fue hallada malherida y
sobrevivió con un daño cerebral permanente. Bundy tenía 27 años.
Veintisiete días después atacó a la estudiante de
psicología de la Universidad de Washington Lynda
Ann Healy de 21 años. Bundy entró en su dormitorio,
la dejó inconsciente con un golpe y la sacó de la
escuela. Nadie notó la ausencia de la joven hasta el
día siguiente. La policía no estableció ninguna
conexión entre las dos agresiones y tampoco se
hicieron mayores pruebas ni estudios de la escena del
crimen. Los restos de Lynda Ann fueron descubiertos
un año después en una montaña cercana.
El 12 de marzo de 1974, Donna Manson, de 19 años, fue vista por última vez mientras iba a un
concierto de jazz en el campus de la universidad en la que estudiaba.
El 17 de abril de ese mismo año, Susan Rancourt, de 18 años, caminaba por los jardines del Central
Washington State College cuando desapareció.
Un mes más tarde desapareció Roberta Parks, de 20 años, quien había quedado con unas amigas
para tomar café. Nunca llegó. Parks se encontró con un hombre
aparentemente lesionado que le pidió ayuda para subir unas cosas
a su auto. Jamás fue vista de nuevo.
El 18 de octubre de 1974 secuestró a Melissa Smith, la hija del sheriff local. La secuestró mientras
ella iba a pasar la noche en casa de una amiga. Su cadáver fue encontrado nueve días después en
Summit Park, después de torturarla y violarla durante cinco días.
El 30 de octubre de ese año, desapareció Laura Aimee, de 17 años, cuando volvía de una fiesta de
Halloween. Su cadáver fue encontrado en los montes Wasatch mostrando signos de haber sido
golpeada en la cabeza con una cuña de metal y violada.
La policía inició una investigación y descubrió similitudes en el modus operandi con algunos
asesinatos ocurridos en Washington. Entre ambas comisarías elaboraron un retrato robot del posible
aspecto que tendría el asesino.
Nueve días más tarde, Melanie Cooley, de 18 años, desapareció cuando regresaba del instituto. Un
trabajador de caminos descubrió su cadáver el 23 de abril. La chica había sido golpeada con una
barra y tenía las manos atadas a la espalda, mientras una funda de almohada estaba fuertemente
anudada alrededor de su cuello.
El 1 de julio de 1975, Shelley Robertson, de 24 años, decidió viajar por el país practicando autostop.
Sus amigos no se preocuparon demasiado cuando pasaron varios días sin verla. Hubo testigos que
la vieron en una gasolinera hablando con un hombre que conducía un viejo camión. El 21 de agosto
su cadáver fue descubierto por dos estudiantes en el pozo de una mina cercana a Georgetown
(Colorado).
El 24 de julio de 1979, tras seis horas y media de deliberación, el jurado lo declaró culpable. Él
escuchó el veredicto sin demostrar emoción alguna, a diferencia de su madre, quien suplicó piedad.
Bundy afirmó ser víctima de una farsa, de un juicio injusto y abusivo, por lo que no tenía que pedir
clemencia por algo que no había cometido. El juez Cowart lo sentenció a la pena de muerte en la
silla eléctrica por los asesinatos de Lisa Levy y Margaret Bowman. Fue electrocutado el 24 de enero
de 1989 y declarado muerto a las 07:16 de la mañana. Tenía 42 años.
Es increíble como una persona tan inteligente, no solo dicho por el sino por muchos de sus maestros
tenía una mente tan siniestra para actuar, se dice por muchas que era muy bien parecido y utilizaba
ese recurso a beneficio además de hacerse pasar por una persona intelectual o letrada al ocupar
libros o vestimentas que generaban de alguna manera confianza, sin imaginarse la mente tan
perversa que tenía.
Tenemos que entender que nuestro victimario sufría de un trastorno de personalidad múltiple, pues
siempre tenía un papel y un aspecto diferente al realizar sus delitos además de que evidente mente
era un maniaco con tintes de depresión debido a lo vivido y experimentado, un psicópata con toda la
extensión de la palabra pues era sádico, necrófilo, pedófilo, no sentía sentimientos de culpa, y con
una hambre sexual sin importar el daño que pudiera provocar, muchas personas lo definieron como
la rencarnación del mal en la propia tierra.
Vamos a clasificar a la o las víctimas de la siguiente manera según Benjamín Mendelsohn, Jiménez
de Asúa y Hans Von Hentig.
Hans Von Hentig: Primero tengamos claro que entran en la categoría de 1 y 2 que son jóvenes y
mujeres siendo víctimas por transiciones normales en el curso de la vida refiriéndonos a la niñez por
su ingenuidad y victimas indefensas.