Documento

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

SECRETARÍA: PROTECCIÓN

ROL CORTE: 18749-2021


RECURSO: PROTECCIÓN

EN LO PRINCIPAL: ALEGA LA EXTEMPORANEIDAD DE LA ACCIÓN DE


PROTECCIÓN DE AUTOS; PRIMER OTROSÍ: EN SUBSIDIO, ALEGA LA
IMPROCEDENCA DE LA ACCIÓN DE PROTECCIÓN EN MATERIAS DE SEGURIDAD
SOCIAL; SEGUNDO OTROSÍ: EN SUBSIDIO, INFORMA EN CUANTO AL FONDO
DEL ASUNTO QUE MOTIVA LA ACCIÓN DE PROTECCIÓN DE AUTOS; TERCER
OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMENTOS.

ILTMA. CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO

FRANCISCO ORTEGA BELLO, abogado, en representación de la recurrida la


SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD SOCIAL, en autos sobre Acción de Protección
caratulado “ACUÑA/SEREMI DE SALUD RM”, ROL CORTE N° 18749-2021, a S.S.
Ilma. respetuosamente digo:

Que, antes de informar respecto del fondo de la Acción de Protección que motiva
el presente informe, vengo en solicitar a S.S.I, que se declare la extemporaneidad del
presente recurso en atención a las siguientes consideraciones:

Respecto de la acción de protección interpuesta por la Sra. Acuña, alegamos


previo a informar el fondo del asunto, la falta de oportunidad en su ejercicio, por cuanto
ha sido interpuesta una vez vencido, el plazo fatal de 30 días corridos previsto para
hacer valer esta excepcional acción de rango constitucional.

ACTUACIÓN DE LA SUPERINTENDENCIA DE SEGURIDAD SOCIAL EN EL CASO


DE LA SRA. ACUÑA

Como consta en el expediente de autos, la acción de que se trata fue interpuesta


con fecha 20 de mayo de 2021, en circunstancias que la Sra. Acuña, reclamó ante esta
Superintendencia, mediante presentación de fecha 02 de diciembre de 2020, apelando
en contra de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN) Región
Metropolitana, que rechazó las licencias médicas N°s 4182148-5 y 4383082-1,
extendidas por un total de 60 días, a contar del 22 de septiembre de 2020, por reposo
no justificado.
En razón de lo anterior, mi representada la Superintendencia de Seguridad
Social, previo estudio de los antecedentes y con su mérito concluyó que el reposo
prescrito por la licencia médica reclamada no se encontraba justificado. Esta conclusión
se basó en que los antecedentes aportados e informe médico con fecha 02-12-2020
permiten establecer que el tratamiento no cumple un rol terapéutico, por lo tanto, no se
justifica la prolongación del reposo por incapacidad laboral temporal más allá del
periodo ya autorizado, el cual alcanza 390 días por la misma patología. Lo anterior
según consta en la Resolución Exenta N° R-01-UME-128664-2020, de 10 de diciembre
de 2020.

Ahora bien, según se advierte del expediente administrativo acompañado en


autos que, al realizar su presentación ante esta Superintendencia, la Sra. Acuña señaló
el correo electrónico [email protected]

En ese sentido, al momento de dictar la citada Resolución Exenta N° R-01-UME-


128664-2020, de 10 de diciembre de 2020, se procedió a la notificación de la misma, a
través del correo electrónico indicado por la recurrente, notificación que se realizó el
mismo 10 de diciembre, según consta en la cronología del expediente administrativo.

De tal manera, existe la certeza que la Sra. Acuña tomó conocimiento del acto
administrativo, con fecha 10 de diciembre de 2020, fecha desde la cual corresponde
computar el plazo fatal de 30 días corridos, de acuerdo con lo dispuesto en el número
primero del Auto Acordado de la EXCMA. Corte Suprema que regula la tramitación y
fallo de la Acción de Protección.

Por tanto, el plazo señalado precedentemente venció el 09 de enero de 2021,


en circunstancias que el presente recurso fue presentado CIENTO SESENTA Y UN
DÍAS después del plazo fatal, esto es fuera de plazo.

Por otra parte, se colige que la acción constitucional de autos, contrariando su


naturaleza y finalidad para lo que fue creada por el constituyente, SE UTILIZA COMO
ÚLTIMA INSTANCIA DE RECLAMACIÓN PARA OBTENER LA AUTORIZACIÓN DE
LICENCIAS MÉDICAS, la que, por razones médicas, fue rechazada en todas las
instancias administrativas previstas en nuestro ordenamiento jurídico. En efecto, de
acuerdo con lo dispuesto en el DS Nº 3 de 1984, del Ministerio de Salud, la
autorización, rechazo o modificación de una licencia médica es competencia de las
COMPIN o ISAPRE, según corresponda al trabajador cotizante del Fondo Nacional De
Salud (FONASA) o a uno afiliado a una Institución de Salud Previsional,
respectivamente. Lo anterior, basta para comprobar la falta de oportunidad en el
ejercicio de la presente acción constitucional, por cuanto, al no ser una vía de
impugnación subsidiaria, DEBE INTERONERSE EN CONTRA DEL ORGANISMO QUE
ADMINISTRA LA PRESTACIÓN DE SEGURIDAD SOCIAL, en este caso, la licencia
médica.

Cabe señalar, además, que el hecho de haber reclamado ante esta


Superintendencia no significa que el plazo para recurrir a la acción de protección se
suspenda de modo alguno, pues, si bien es cierto puede ser la regla general en materia
de acciones jurisdiccionales que se intenten en contra de actos administrativos, al
amparo de lo dispuesto en el artículo 54 de la Ley N° 19.880, que exige el agotamiento
de la vía administrativa, esta disposición por supremacía constitucional, no es aplicable
a la acción de protección, por cuanto esta, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 20
de nuestra Constitución Política de la República se debe ejercer sin perjuicio de los
demás derechos que se puedan hacer valer ante la autoridad o los tribunales
correspondientes. En consecuencia, el recurrente, si estimaba que la resolución de la
COMPIN que rechazó la licencia en comento, adolecía de un vicio de ilegalidad y
arbitrariedad, debió recurrir ante SS. Iltma., TAN PRONTO TUVO NOTICIAS O
CONOCIMIENTO CIERTO DE LOS MISMOS, sin perjuicio de los demás derechos que
podía hacer valer, entre ellos, reclamar ante esta institución de control.

En síntesis, de la relación de hechos expuesta, aparece de manifiesto la falta de


oportunidad en el ejercicio de esta acción constitucional, a la luz de lo dispuesto en el
artículo 20 de nuestra Carta Fundamental y numeral 1° del Auto Acordado que lo
regula.

En efecto, la segunda de las normas citadas dispone que: “El recurso o acción de
protección se interpondrá ante la Corte de Apelaciones en cuya jurisdicción se hubiere
cometido el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal que ocasionen privación,
perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de las garantías constitucionales
respectivas, dentro del plazo fatal de treinta días corridos contados desde la
ejecución del acto o la ocurrencia de la omisión o, según la naturaleza de éstos,
desde que se haya tenido noticias o conocimiento cierto de los mismos, lo que se hará
constar en autos.”.

Lo anterior, ha sido recogido por la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, que


incluso declaró inadmisible, con fecha 12 de diciembre de 2014, el recurso de
protección interpuesto, en causa Rol Nº 81839-2014, en virtud de lo siguiente (el
subrayado y destacado es nuestro):
“1° Que el plazo para recurrir de protección es de treinta días corridos
contados desde la ejecución del acto que dio motivo a la amenaza,
perturbación o privación del derecho que se estima vulnerado.
2° Que del contexto de la presentación y documentos acompañados, se
desprende que el acto impugnado y a contar del cual se debe contabilizar el
plazo para deducir esta acción constitucional es, en definitiva, la resolución Nº
49842 de fecha uno de agosto de dos mil catorce.
3º Que de lo expuesto, es posible colegir que el recurrente ha tomado
conocimiento del acto que impugna con una antelación superior al plazo
previsto para su interposición, razón por la cual no puede ser acogido a
tramitación por extemporáneo.
4º Que las reclamaciones posteriores, y en particular las solicitudes de
reconsideración, no pueden servir para computar un nuevo plazo.
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 19 y 20 de la Constitución
Política de la República y Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema sobre
tramitación y fallo del recurso de protección, se declara inadmisible por
extemporáneo, el interpuesto a fojas 1”.

Igualmente, mediante la sentencia dictada por la Iltma. Corte de Apelaciones de


Valparaíso, de fecha 7 abril de 2015, en causa rol 557-2015, se acogió la alegación de
extemporaneidad interpuesta por mi representada, toda vez que (el subrayado y
destacado es nuestro):

“…Tercero: Que a su vez se ha dicho por la recurrida Superintendencia de


Seguridad Social, que la presente acción sería extemporánea, toda vez
que ya desde el año 2014 el actor conocía la decisión de su parte en
orden al rechazo de las licencias médicas que ha invocado, lo cual se
formalizó a través de la Resolución exenta N° 39.312 de 24 de junio de
2014, por lo que claramente esta acción resulta ser del todo
extemporánea. Que, asimismo, la decisión que rechaza la solicitud de
reconsideración ante dicha autoridad, mediante el Ordinario N° 5670 de
22 de enero de 2015, acto impugnado en estos autos, no es recurrible
por esta vía de protección, toda vez que el pronunciamiento que le
antecede había sido adoptado ya en el mes de junio de 2014, como se
expresara, por lo que el recurrente con este proceder pretendería
hacerse de un nuevo plazo para poder recurrir ante esta Corte, lo que
resulta del todo improcedente.
Cuarto: Que del mérito de los antecedentes allegados a estos autos, consta
que efectivamente la intención de mantener la decisión de no pagar las
licencias médicas extendidas al actor se materializó a través de la dictación
de la Resolución N° 39.312 de 24 de junio de 2014, pidiendo el actor, muy
posterior a esa fecha, la reconsideración de la medida, con lo dicho su actuar
significó hacerse de un nuevo plazo para eventualmente recurrir de
protección, como lo hizo, por lo que en ese evento habiendo transcurrido con
largueza el plazo de 30 días que al efecto dispone el Auto Acordado
respectivo para deducir el presente arbitrio, dicho plazo estaba totalmente
vencido a la fecha de deducir la presente acción, por lo que la misma deberá
ser declarada extemporánea”.

En relación con esta alegación, cabe hacer presente una vez más que, como lo
han señalado diversos fallos de los Tribunales Superiores de Justicia, no resulta
procedente el que se emplee la Acción de Protección de los derechos y garantías
constitucionales como una última instancia de reclamo o apelación, cuando en opinión
del recurrente las otras vías de reclamo, en el ámbito administrativo u otros, no le han
dado los resultados esperados. En otros términos, la acción de protección no es una
vía de impugnación subsidiaria de otras que pueda contemplar el ordenamiento
jurídico, sean estas administrativas o judiciales. Aceptar que se pueda controvertir o
revisar la decisión médica implícita en el procedimiento de autorización de las licencias
médicas, más allá de todas las instancias de revisión (que no son pocas) dispuestas en
el ordenamiento jurídico, asumir que este excepcional procedimiento de
emergencia sería una nueva instancia de revisión de las licencias médicas,
cuestión que ciertamente está muy alejada de la finalidad con que el constituyente creó
la acción en comento. Esta afirmación está respaldada en el inciso primero, parte final
del artículo 20 de la Constitución Política de Chile al disponer que la persona afectada
en sus garantías por un acto ilegal o arbitrario puede recurrir ante la Corte de
Apelaciones respectiva, la que debe adoptar las medidas que juzgue necesarias para
restablecer el imperio del derecho y dar la debida protección al afectado, “...sin
perjuicio de los demás derechos que pueda hacer valer ante la autoridad o los
tribunales correspondientes.”.

A mayor abundamiento, una tesis contraria implicaría que el plazo previsto para
interponer la acción de protección dejaría de ser objetivo, quedando a disposición de
quien afectado por una decisión de la autoridad administrativa que no le es favorable,
reclame mucho más allá de los 30 días ante esa misma autoridad u otra distinta, sólo
con la finalidad de crear artificialmente un nuevo plazo para interponer esta acción, lo
que ciertamente no guarda armonía con la naturaleza y finalidad con que fue concebida
esta acción constitucional de orden cautelar.

Que, por lo demás, lo anteriormente expuesto, ha sido reconocido por la Iltma.


Corte de Apelaciones de Concepción, en el fallo pronunciado en los autos sobre
Recurso de Protección interpuesto por don Javier Eduardo Zúñiga Galdámez, en contra
de la Superintendencia de Seguridad Social, Rol Nº 1354-2014, en el que se establece
que:
“La recurrida alega la extemporaneidad del recurso o acción, para lo cual se
funda en que el acto contra el cual realmente se dirige, es aquél por el que la
Compin Subcomisión Arauco rechazó sus licencias médicas, de lo cual, según
la misma Superintendencia de Seguridad Social, el recurrente habría tomado
conocimiento en julio de 2013, en tanto que el recurso se interpuso el 20 de
febrero de 2014.
Que consta en autos que el recurso de protección fue interpuesto el 20 de
febrero del 2014, y que a través del mismo, se busca se reconsidere la
determinación de la Superintendencia de Seguridad Social, que confirma el 21
de agosto de 2013 lo resuelto por la COMPIN Subcomisión Arauco, en cuanto
a desestimar las licencias médicas del recurrente, hecho acaecido para las
licencias médicas números 38998807, 39024339, 39011292 y 41075411.
Que, por ende, el acto agraviante contra el cual se recurre es realmente la
determinación de la COMPIN Subcomisión Arauco, y no la resolución que
resuelve la reconsideración presentada a la Superintendencia de Seguridad
Social, y en este contexto es dable concluir que dicho recurso fue presentado
en forma extemporánea, toda vez que, de conformidad con lo que dispone el
Auto Acordado respectivo, el plazo se cuenta desde la fecha de ejecución del
acto u ocurrencia de la omisión y no desde la producción de sus efectos.
Aceptar el criterio del recurrente implicaría dejar al arbitrio de quien intente un
recurso como el de autos, la determinación de la fecha a partir de la cual se
contabilice el término para deducirlo, lo que conduce en la práctica, a la
existencia de plazos no definidos, contrariando lo claramente ordenado en el
Auto Acordado antes indicado, en cuanto a que éste es de treinta días, lo que
persigue la finalidad indudable de otorgar certeza respecto de dicha materia.
“La Excma. Corte Suprema reiteradamente ha sostenido que el plazo para
recurrir de protección es objetivo, de modo que haya certeza jurídica en
cuanto a las fechas pertinentes, sin que pueda quedar al arbitrio de las partes
ni puede ser prolongado de manera artificial por el interesado y se cuenta
desde la fecha del acto u omisión o desde que se tuvo conocimiento o noticia
del mismo y es ésta circunstancia básica que permite el cómputo del término
para recurrir.
Que por lo anteriormente expuesto y concluido, ha de desestimarse la
presente acción de protección...”.

POR TANTO, atendida las anteriores consideraciones de hecho y lo dispuesto en el


artículo 20 de la Constitución Política de la República y en el numeral primero del Auto
Acordado sobre Tramitación del Recurso de Protección de las Garantías
Constitucionales.

SOLICITO A SS. ILUSTRÍSIMA, rechazar la acción de protección de autos, por haber


sido ejercida de forma extemporánea, con costas.

PRIMER OTROSÍ: EN SUBSIDIO, ALEGA LA IMPROCEDENCA DE LA ACCIÓN DE


PROTECCIÓN EN MATERIAS DE SEGURIDAD SOCIAL

Que, sin perjuicio de lo recientemente expuesto, vengo en solicitar a S.S.I., que


se declare a la presente Acción de Protección como improcedente por cuanto la materia
sobre la que realmente versa, dice relación con un derecho perteneciente al sistema de
seguridad social, establecido en el numeral 18 del artículo 19 de la Constitución Política
de la República, que no está amparado por la acción cautelar que motiva estos autos.

En efecto, la autorización, rechazo o modificación de una licencia médica que se


extienda de conformidad con el artículo 149 del DFL N° 1, de 2005, del Ministerio de
Salud y el Decreto Supremo N° 3/84, sobre Autorización de Licencias Médicas; las
reconsideraciones y apelaciones que se deduzcan respecto de las resoluciones de los
organismos administradores de este derecho, a saber, las Instituciones de Salud
Previsional (Isapres) y la Comisiones de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN) y el
pago, según corresponda, de la prestación pecuniaria por éstas originadas, esto es, el
subsidio por incapacidad laboral (regulado en el DFL N° 44/78, del Ministerio del
Trabajo y Previsión Social), son materias que sin duda alguna pertenecen al campo de
la Seguridad Social, y por lo tanto, se encuentran expresamente excluidas por el
constituyente, del ámbito de la acción de protección.

De tal forma, la materia respecto de la cual se esgrime la presente acción incide


en un aspecto especifico del derecho a la seguridad social, reconocido y garantizado a
todas las personas en el numeral 18 del artículo 19 de nuestra Carta Magna, que no
está contemplado en la numeración taxativa que realiza el artículo 20, y por lo tanto, no
está amparado por esta especial acción cautelar.
Cabe reiterar que la acción de protección es un procedimiento de urgencia de
carácter excepcional y, por lo mismo, sólo procede su aplicación en aquellos casos
relativos a determinadas materias, en las que una persona hubiera sido víctima de un
acto u omisión arbitrario o ilegal, que le cause una privación, perturbación o amenaza,
en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías taxativamente señalados en la
Constitución Política de la República.

Debido a dicho carácter, debe dársele una aplicación restringida únicamente


para aquellos casos de violación flagrante de los derechos constitucionales, que por su
naturaleza y características requieren un pronunciamiento judicial especialmente rápido,
que ponga pronto remedio a actos u omisiones arbitrarios o ilegales.

Tratándose en consecuencia de una materia integrante del Derecho a la


Seguridad Social, no es admisible de protección, ni siquiera frente a una eventual
amenaza o perturbación de la misma, por cuanto como ya se explicó, el artículo 20 de
la Constitución Política no lo admite respecto de esa garantía constitucional,
consagrada en el N° 18, del artículo 19 de la Carta Fundamental.

POR TANTO; En mérito de lo anteriormente expuesto, y en forma previa a entrar al


análisis del fondo de la acción interpuesta;

SOLICITO A SS. ILUSTRÍSIMA: solicito se declare la improcedencia del presente


recurso, en atención a que su materia se encuentra relacionada con una garantía
constitucional, que no se encuentra protegida por la acción interpuesta, con expresa
condenación en costas.

SEGUNDO OTROSÍ: EN SUBSIDIO DE LAS ALEGACIONES ANTERIORES,


INFORMA EN CUANTO AL FONDO DEL ASUNTO QUE MOTIVA LA ACCIÓN
CONSTITUCIONAL DE AUTOS.

Respecto de la acción de autos, resulta necesario esclarecer cual es el marco


jurídico-normativo que regula la materia de la presente Acción de Protección.

1.- El derecho a licencia médica. Marco legal regulador

En nuestro Sistema de Seguridad Social, existe cobertura para atender los


distintos riesgos o contingencias sociales que ponen a los trabajadores en un estado de
necesidad. Tratándose de la pérdida de la capacidad de ganancia o incapacidad laboral
por motivos de salud, como ya se señaló, ella puede ser permanente o transitoria.
Respecto de incapacidades laborales temporales, es decir, aquellas que
suspenden transitoriamente la capacidad de ganancia del trabajador, existe el beneficio
denominado LICENCIA MÉDICA, regulado en el citado D.F.L. Nº 1, del año 2005, y en
el D.S. Nº 3, del año 1984, ambos del Ministerio de Salud, la que una vez autorizada
por el Organismo competente, esto es, una COMPIN o INSTITUCIÓN DE SALUD
PREVISIONAL (ISAPRE), puede dar derecho, de cumplirse los requisitos legales, al
pago de subsidio por incapacidad laboral (regulado en el D.F.L. Nº 44, del año 1978, del
Ministerio del Trabajo y Previsión Social), o al pago de la remuneración en el caso de
los trabajadores afectos a estatutos especiales, entre ellos, los pertenecientes al sector
público y municipal.

En estas situaciones de suspensión transitoria de la capacidad de ganancia, el


trabajador debe hacer uso de licencia médica, esto es, reposo, el que, unido en la
mayoría de los casos a un tratamiento médico farmacológico o de otro tipo, debe
conducir a que el trabajador recupere su salud y quede en condiciones de reintegrarse
a su trabajo.

El derecho a licencia médica está contemplado en el artículo 149 del D.F.L. Nº 1,


de 2005, del Ministerio de Salud cuerpo legal que, como ya se indicó, promulgó el texto
refundido, coordinado y sistematizado de, entre otras, la Ley N° 18.469, que regula el
Ejercicio del Derecho Constitucional a la Protección de la Salud y que crea un Régimen
de Prestaciones de Salud al efecto.

El aludido artículo 149 se encarga de señalar, en su parte pertinente que: “Los


trabajadores afiliados, dependientes o independientes, que hagan uso de licencia por
incapacidad total o parcial para trabajar, por enfermedad que no sea profesional o
accidente que no sea del trabajo, tendrán derecho a percibir un subsidio de
enfermedad, cuyo otorgamiento se regirá por las normas del Decreto con Fuerza de Ley
Nº 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social”.

En virtud del artículo 156 del mencionado D.F.L., el beneficio de licencia médica
también les es aplicable a los afiliados a alguna Institución de Salud Previsional.

Así, la licencia médica está definida en el artículo 1º del Decreto Supremo Nº 3,


del año 1984, del Ministerio de Salud, que contempla el Reglamento sobre autorización
de licencias médicas, en los siguientes términos: “…Para los efectos de este
reglamento, se entiende por licencia médica el derecho que tiene el trabajador de
ausentarse o reducir su jornada de trabajo, durante un determinado lapso de tiempo, en
cumplimiento de una indicación profesional certificada por un médico cirujano, cirujano
dentista o matrona, reconocida por su empleador en su caso, y autorizada por la
Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez -Compin- de la Secretaría Regional
Ministerial de Salud -Seremi- o Institución de Salud Previsional según corresponda,
durante cuya vigencia podrá gozar de subsidio especial con cargo a la entidad de
previsión, institución o fondo especial respectivo...”.

Es decir que, para hacer uso de una licencia médica es necesario que el
trabajador se encuentre impedido de trabajar por razones de salud en forma temporal,
existiendo la posibilidad real y cierta de que recuperará la capacidad de trabajo y
quedará en condiciones de reincorporarse a la vida laboral.

Para el caso de las dolencias que causan incapacidades laborales


permanentes, nuestro sistema de seguridad social contempla las pensiones de
invalidez, las que tratándose de trabajadores afectos al Sistema de Pensiones creado
por el D.L. N° 3.500, de 1980, son evaluadas y declaradas por las Comisiones Médicas
de la Superintendencia de Pensiones. En el caso de los trabajadores afectos a alguna
institución de previsión del antiguo régimen previsional (ex Cajas de Previsión y ex
Servicio de Seguro Social) hoy fusionadas en el Instituto de Previsión Social (I.P.S.), las
evaluaciones de incapacidad o invalidez son conocidas por las Comisiones de Medicina
Preventiva e Invalidez de las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud
(SEREMIS).

Cabe agregar que, conforme a lo indicado en el artículo 1° del citado D.S N° 3 de


1980 del Ministerio de Salud, lo esencial para la autorización de las licencias médicas
es la posibilidad real y cierta de que el trabajador recupere la capacidad de trabajo y
quede en condiciones de reincorporarse a la vida laboral, sea que la incapacidad
laboral temporal haya sido por un cuadro aislado incluso que sea una patología crónica
e irrecuperable, ya que hay algunas situaciones en que se puede autorizar licencias
médicas extendidas por diagnósticos crónicos e irrecuperables que no van a
desaparecer totalmente con el uso de licencias médica, siempre que después de un
período de reposo vaya a producirse la reincorporación laboral del trabajador con su
capacidad residual de trabajo.
2.- Justificaciones Médico-Administrativas

Como consta en el expediente de autos, la Sra. Acuña reclamó, mediante


presentación de fecha 02 de diciembre de 2020, apelando en contra de la Comisión de
Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN) Región Metropolitana, que rechazó las
licencias médicas N°s 4182148-5 y 4383082-1, extendidas por un total de 60 días, a
contar del 22 de septiembre de 2020, por reposo no justificado.

En razón de lo anterior, esta Superintendencia, previo estudio de los


antecedentes y con su mérito concluyó que el reposo prescrito por la licencia médica
reclamada no se encontraba justificado. Esta conclusión se basó en que los
antecedentes aportados e informe médico con fecha 02-12-2020 permiten establecer
que el tratamiento no cumple un rol terapéutico, por lo tanto, no se justifica la
prolongación del reposo por incapacidad laboral temporal más allá del periodo ya
autorizado, el cual alcanza 390 días por la misma patología. Lo anterior según consta
en la Resolución Exenta N° R-01-UME-128664-2020, de 10 de diciembre de 2020.

Al respecto, es importante destacar a SS. Iltma. que en atención al reclamo


presentado por la Sra. Acuña, la Contraloría Médica de la COMPIN en justificación del
rechazo de su licencia, ante ese Organismo, consignó en la cartola médica de la
paciente lo siguiente:

“(26/10/2020) … LME 2148 no se adjuntan documentos solicitados, ni nuevos


antecedentes que justifiquen la prolongación del reposo, ni se puede establecer que
éste cumpla algún rol terapéutico…”

Por su parte, se señala en la Ficha Médica del expediente administrativo, lo


siguiente: “Fundamentos de la resolución: Continúa con LM hasta la fecha. Sin adjuntar
informe de fonoaudiólogo. Visto el antecedente, el reposo no cumple un rol terapéutico,
más de un año post cirugía y aún no logra mejora para acreditar reintegro, tampoco se
ofrece cambio de puesto de trabajo u otra solución. Se sugiere rechazar..”.

Por otra parte, la resolución impugnada señala los antecedentes que sirvieron
de base para la decisión adoptada y los necesarios para la justificación del reposo
“…los antecedentes aportados e informe médico con fecha 02-12-2020 permiten
establecer que el tratamiento no cumple un rol terapéutico, por lo tanto, no se justifica la
prolongación del reposo por incapacidad laboral temporal más allá del periodo ya
autorizado...”
Con ello, analizados los antecedentes disponibles, en ese momento, los
profesionales médicos de esta Superintendencia no lograron formarse convicción
respecto de la procedencia de la justificación del reposo prescrito en las licencias
médicas reclamadas, más allá del periodo de reposo ya autorizado, el cual alcanza a
390 días por la misma patología.

En consecuencia, lo resuelto por la Superintendencia de Seguridad Social, en el


sentido de rechazar la licencia médica del recurrente, se encuentra médico-
administrativamente justificada, según lo indicado precedentemente, debido a que los
antecedentes médicos tenidos a la vista, no permiten justificar el reposo prescrito y el
rol terapéutico que este debe cumplir.

3.- Facultades de la Superintendencia de Seguridad Social en esta materia.

Así entonces, y como se desprende de la relación que se ha realizado en este


escrito, la actuación de esta Superintendencia, se ajusta rigurosamente a las normas
constitucionales, legales y reglamentarias que establecen sus atribuciones y facultades
fiscalizadoras.

En efecto, como SS. Iltma., muy bien conoce, a la Superintendencia de


Seguridad Social le corresponde cumplir el mandato constitucional impuesto al Estado,
en orden de supervigilar el adecuado ejercicio del derecho a la seguridad social. Lo
anterior, de acuerdo con lo dispuesto en el inciso cuarto del numeral 18 del artículo 19
de la Constitución Política de la República.

A su vez, el artículo 3º de la Ley N° 16.395, que regula su funcionamiento


orgánico, dispone que “La Superintendencia de Seguridad Social será la autoridad
técnica de fiscalización de las instituciones de previsión, dentro del ámbito de su
competencia”. El inc. 2º del mismo artículo indica que: “La supervigilancia de la
Superintendencia comprenderá los órdenes médico-social, financiero, actuarial, jurídico
y administrativo, así como también la calidad y oportunidad de las prestaciones.”

En este mismo sentido, el artículo 27 de la Ley Nº 16.395 señala que: “En lo que
no se refiere a funciones derivadas del Código Sanitario, el Servicio Nacional de Salud
estará sometido al control administrativo y técnico de la Superintendencia de Seguridad
Social, la que conservará sus actuales facultades”.
Por su parte, el artículo 38 de la Ley Nº 16.395, modificado por la señalada Ley
Nº 20.691, en su letra d) dispone que a mi representada le corresponderá: “Emitir
instrucciones para el mejor otorgamiento de los beneficios a los imponentes.”

En seguida, la letra e) del precepto legal en comento, modificado igualmente por


la señalada Ley Nº 20.691, dispone que corresponde a mi defendida: “Fijar la
interpretación de las leyes y reglamentos de previsión social y ordenar a las
instituciones sometidas a su fiscalización que se ajusten a esta interpretación”.

Además, a partir de la entrada en vigencia de la Ley N° 20.585, mi representada


debe cumplir las funciones asignadas por este cuerpo legal con miras a asegurar el
otorgamiento, uso correcto de la licencia médica y una adecuada protección del
cotizante y beneficiario de una Institución de Salud Previsional (ISAPRE) y del Fondo
Nacional de Salud (FONASA), descartando, en los hechos, cualquier actuación de
carácter ilegal o arbitrario por parte de la Superintendencia de Seguridad Social.

4.- Ausencia de ilegalidad y arbitrariedad.

Sin perjuicio de lo ya señalado, cabe hacer presente a SS. Iltma., que como ya
se adelantó al comienzo de este informe, la pretensión de el recurrente, en orden a que
se le autoricen las licencias médicas y se le pague el subsidio por incapacidad laboral,
fuera de no tener fundamento legal de acuerdo con los antecedentes y preceptos
legales que se han expuesto, ciertamente, desborda claramente los límites de
aplicación de la Acción de Protección, la que fue pensada por el constituyente como
una herramienta de protección de derechos indubitados, preexistentes, tal como se
colige claramente de la expresión utilizada por el mismo, al disponer en el artículo 20
que ésta es procedente cuando una persona, por un acto ilegal o arbitrario “…sufra
privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías
establecidos en el artículo 19…”. En el caso del recurrente claramente su derecho a
licencia médica y consecuentemente al subsidio por incapacidad laboral, no reúnen la
condición de un derecho preexistente, indubitado, cuyo ejercicio resulte legítimo, por el
contrario, tras las sucesivas revisiones de la COMPIN y de esta Superintendencia, se
llegó a la conclusión que no era procedente la autorización de sus licencias médicas.

5.- Ausencia de derechos vulnerados

Por último, cabe hacer presente a US. Ilustrísima que, tal como no existe acto
ilegal o arbitrario de parte de la Superintendencia de Seguridad Social, pues como ya
se indicó, mi representada se limitó a resolver la situación de la Sra. Acuña, dentro del
ámbito de su competencias, tampoco ha existido vulneración y ni siquiera amenaza del
derecho a la vida, a la integridad física y psíquica y a la protección de la salud, ni se ha
vulnerado el derecho de propiedad del recurrente, reconocido a todas las personas en
el numeral 24 del artículo 19 de nuestra Constitución Política, y en este caso respecto
de un eventual derecho al subsidio por incapacidad laboral, como tampoco ningún otro
derecho garantido por nuestra Carta Fundamental.

En cuanto a la supuesta vulneración del derecho a la vida, integridad física y


psíquica y salud, garantizado a todas las personas en los numerales 1° y 9º del artículo
19 de la Constitución Política de la República, simplemente cabe preguntarse cómo
podría mi representada haber atentado contra dichas garantías, como la vida, integridad
física o psíquica y la protección de la salud, por cuanto, en su actuar, la
Superintendencia se ha limitado a ejercer las facultades que la ley le ha conferido. En
efecto, mi representada, de modo alguno, ha causado las afecciones que
supuestamente padece el recurrente, ni ha impedido que consulte a su médico tratante,
de hecho, es incuestionable que la Sra. Acuña siempre tuvo la posibilidad de consultar
a su médico tratante y que pudo realizar los tratamientos que se le han indicado, de
acuerdo con la cobertura de salud a la que tiene derecho, sin que la Superintendencia
haya intervenido o impedido, de manera alguna el acceso del recurrente a la salud. La
única intervención de la Superintendencia en el caso de la Sra. Acuña responde al
mandato legal de pronunciarse respecto de las reclamaciones que presentó
impugnando las resoluciones de la referida Subcomisión de Medicina Preventiva e
Invalidez, que rechazó las licencias médicas en comento.

En cuanto al derecho de propiedad, cabe hacer presente a US. ILTMA., que el


otorgamiento de una licencia médica por parte de un facultativo de la salud no implica el
nacimiento de ningún derecho de propiedad en relación con un eventual subsidio por
incapacidad laboral o remuneración según sea el caso. En efecto, de acuerdo con lo
dispuesto en el D.S. Nº 3, de 1984 y DFL. Nº 44, de 1978, del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social, para tener derecho al subsidio por incapacidad laboral se requiere
cumplir con los siguientes requisitos:

1.- Una licencia médica autorizada por la entidad correspondiente (ISAPRE o


COMPIN)

2.- Cumplimiento de los requisitos para tener derecho al subsidio por incapacidad
laboral, los que varían de acuerdo a si se trata de un trabajador dependiente o
independiente.
En consecuencia, no existe algún derecho de propiedad sobre eventuales
subsidios, pues como se indicó para ello es necesario, como punto de partida, contar
con una licencia médica autorizada, cuestión que como ya se ha indicado no media en
la especie. En este punto, en el caso del recurrente, no existe un legítimo ejercicio del
derecho de propiedad que deba ser objeto de tutela constitucional, por cuanto no
existen licencias médicas autorizadas, sino que, rechazadas sin generar, por lo tanto, el
derecho que esgrime el recurrente de autos. Desde otro punto de vista, si se
considerara que basta la emisión de la licencia médica por parte del profesional de la
salud, para que ésta surta todos sus efectos, (entre los que se cuenta justamente el
derecho al subsidio o remuneración en el caso de los funcionarios públicos) haría
impensable que el legislador hubiere contemplado causales de rechazo de las mismas,
como las contempla en el DS. Nº 3, de 1984, del Ministerio de Salud, o haría imposible
la aplicación de éstas por parte de las ISAPRE o por la COMPIN, pues de aplicarlas
estarían efectivamente atentando contra el derecho de propiedad sobre el subsidio ya
ingresado al patrimonio del trabajador. Esta conclusión es a todas luces inaceptable.

En efecto, lo anterior fue rescatado por el citado fallo de la Iltma. Corte de


Valparaíso, de fecha 7 abril de 2015, en causa rol 557-2015, que señaló lo siguiente:

“…Que en relación a lo expuesto en el apartado que antecede, no cabe


alegar por parte del recurrente un derecho de propiedad de que gozaría por
haber “una privación a mi legítimo derecho a retribución monetaria
consagrada en nuestra legislación en los casos de imposibilidad de trabajar
por enfermedad”, dado que la emisión de una licencia médica no puede
significar que la misma, por sí misma, otorgue al trabajador un derecho a
recibir una retribución monetaria con su sola emisión, la que entraría de
inmediato a su patrimonio, desde que ella puede ser rechazada o modificada
en su extensión, como se dijera, por el organismo competente para ello.
Décimo: Que siendo el presente arbitrio uno extraordinario, para poner pronto
remedio a la vulneración de un derecho del que es detentador su titular, el
mismo no puede ser utilizado para discutir la existencia de una enfermedad
común y si la misma puede ser objeto de una incapacidad laboral transitoria o
definitiva, con el resultado que en cada una de esas opciones se produzca,
situación que en la especie requeriría la concurrencia de otra sede procesal
que no es la que nos convoca en el presente recurso. Undécimo: Que en
consecuencia, de lo expuesto fluye sin lugar a dudas, que la actuación en
contra de la cual se ha interpuesto esta acción ha sido adoptada por las
autoridades competentes, en un procedimiento legalmente tramitado, de
manera que no es arbitrario, y que las decisiones fueron adoptadas por las
respectivas comisiones médicas con los antecedentes idóneos para ello, no
resultando por lo tanto ilegales, como se pretende por el recurrente, por lo que
atendido lo expuesto, se rechazará la acción de protección deducida en
cuanto persigue sostener lo contrario”.

Con todo, atendido las consideraciones expuestas, se descarta cualquier actuar


arbitrario e ilegal por parte de mi defendida, ya que, en los dictámenes aludidos, se
exponen las razones por las cuales se llegó a la conclusión que se ha indicado. No se
trata pues, de un acto carente de un fundamento racional o nacido del sólo capricho
irracional de la autoridad técnica, sino que DEL ESTUDIO Y PONDERACIÓN DE LOS
ELEMENTOS QUE SE HAN SEÑALADO, en concordancia con criterios normativos y
jurisprudenciales vigentes en este Organismo de Control.

POR TANTO, en mérito de lo expuesto y lo dispuesto en los artículo 19 N° 18 y 20 de la


Constitución Política de la República, en el Auto Acordado de la Excma. Corte Suprema
sobre Tramitación del Recurso de Protección de las Garantías Constitucionales; lo
preceptuado en la Ley N° 16.395, orgánica y de funciones de la Superintendencia de
Seguridad Social; en el D.F.L. N°1, de 2005, del Ministerio de Salud, lo dispuesto en el
D.S. N° 3, de 1984, del Ministerio de Salud y demás disposiciones pertinentes;

DE SS. ILUSTRÍSIMA, Solicita, en subsidio de las anteriores peticiones y para el


improbable evento que alguna de ellas no sea acogida, tener por evacuado el informe
solicitado respecto de la Acción de Protección interpuesta, solicitando sea desestimada
en todas sus partes, con costas.

TERCER OTROSÍ: De SS. Ilustrísima solicita tener por acompañado, con citación,
copia del expediente administrativo, relativo al caso de la Sra. Acuña.

También podría gustarte