Valeria Guadalupe Franco Meza 3t Etica Tercer Parcial
Valeria Guadalupe Franco Meza 3t Etica Tercer Parcial
Valeria Guadalupe Franco Meza 3t Etica Tercer Parcial
GRUPO: 3T
FECHA
(PONER LA FECHA EXACTA EN QUE SE ENVIARA EL DOCUMENTO Y BORRAR ESTO EN ROJO)
TEMAS A ABORDAR
CELEBRAR LA DIFERENCIA
VALORANDO CULTURAS
ONCORATONES
AMATE
Ana y Paola hacen su tarea de Química. Buscan una imagen de cómo se inició el conocimiento del
oxígeno. Tras varios intentos encuentran una pintura: An experiment on a bird in the air pump1 de
Joseph Wright of Derby.
Las chicas observan la pintura. Se fijan en los rostros de los personajes y sus gestos. Identifican quién
parece estar viendo magia, quién piensa entender lo que pasa, a quién no le interesa. Ana indica que
a un personaje le da terror: “parece que está viendo un monstruo. Y para éste el experimento es algo
malo”, señala a otro personaje.
Paola responde: “Hablaste de ‘monstruos’ y recordé un dibujo de Francisco de Goya. Deja, lo busco y
te lo enseño”.
Ana comenta: “Y cuando hablaste de algo malo, me hiciste recordar un pensamiento de Octavio Paz
que analizamos en LEOyE. Espera. También lo busco”.
Paola teclea en la computadora: “Goya Los sueños de la razón”. Aparece en la pantalla el dibujo2. Se
lo muestra a Ana. Ven las criaturas que revolotean alrededor del personaje que está recostado. Leen
el letrero: Los sueños de la razón engendran monstruos. “¿Entiendes qué quiere decir?”, pregunta
Paola.
Ana contesta: “Puedes interpretarlo de dos maneras. Cuando sueñas, duermes, y cuando duermes, la
razón deja de funcionar. Ésa es una manera de entenderlo. O bien, sueñas cuando echas a volar tu
imaginación sin límite, sin algo que la detenga... Pero no entiendo a qué se refiere con la razón”.
Paola: “Creo que la razón tiene que ver con lo racional. Y para muchos lo más racional es la ciencia. O
sea que si lo interpretas de esta manera, si la ciencia deja de funcionar, se producen monstruos”.
Ana: “Y en la otra interpretación puedes entender que si la imaginación científica se echa a volar, sin
nada que la detenga, se producen monstruos. Pero entonces ahora tengo otra pregunta: ¿cuáles son
los monstruos?”. Por un momento ambas guardan silencio. Piensan qué responder. Ana regresa a la
idea que buscaba: “No encuentro el texto de Octavio Paz, pero dice más o menos que el progreso de
la técnica nos ha dado más cosas pero no más ser”.
Paola: “¡Mira, qué interesante! Eso significa que no por tener más tecnología somos mejores
personas… ¡Entonces ése es uno de los monstruos! La tecnología puede hacernos malas personas o
a una sociedad la puede hacer peor”.
Suena el celular de Paola. Es Bruno, su compañero. Ha enviado un whatsApp para preguntarles por la
tarea. Paola responde: “Dame un ejemplo de que la tecnología nos hace malos”. Va apareciendo en la
pantalla la respuesta de Bruno:
“No nos hace malos. Nos ayuda a satisfacer necesidades, a vivir mejor, más cómodos…”
“Pero sí nos hace malos. Por la tecnología ya no le hacemos caso a los demás, nos encerramos en
nosotros mismos…”.
Las chicas leen lo que va enviando Bruno. Paola dice: “¿Pero entonces en qué quedamos: es buena y
es mala…? ¿Las dos cosas al mismo tiempo? No, no puede ser. No se trata de ella; no es la
tecnología por sí misma sino para qué la usamos”.
Ana la contradice. Piensa que hay tecnología que es mala por sí misma, “independiente de para qué
la usemos” o de la intención que se tenga al generarla.
Paola cuestiona: “¿Y cuáles son las intenciones en la tecnología? Le voy a preguntar a Bruno”.
El chico responde que no hay una sola intención. Da como ejemplo los bolígrafos y el Braille; ambos
nacieron en la guerra y para la guerra. Y luego ofrece el caso de los alimentos transgénicos. Dice que
para unos pueden servir para solucionar el hambre, pero para otros causan explotación de
campesinos porque los hace dependientes de las compañías que producen la semilla.
Ana agrega: “Ah, sí. Y hay tecnologías que se hacen para vender más… los teléfonos celulares, por
ejemplo; sus avances no son por necesidad sino para que tengas que estar cambiando modelo… así
que no toda la tecnología es para satisfacer necesidades, también es por intereses. Ahora que me
acuerdo, vi un documental de cómo en Estados Unidos construyeron un puente bajito para impedir el
paso de autobuses a una playa. ¿Y quiénes viajaban en autobús? ¡Solo los pobres y los negros! El
puente no se hizo así solo por necesidad… había también un interés racista en el diseño”.
Paola: “¡Mira, qué interesante! La tecnología no es solo para satisfacer necesidades, también obedece
a intereses”.
Ana corrige: “Pero pensándolo bien, mi ejemplo del puente tiene que ver más con los valores, con los
valores sociales. Usaron el puente para discriminar a un sector social”.
Paola exclama: “¡Oye, es cierto! Eso corresponde a deseos de una clase social que se cree superior…
Así que la tecnología puede promover la injusticia”.
Ana agrega: “O favorece la justicia. Eso diría Bruno con su estrategia de decir sí pero no o no pero sí”.
Paola exclama emocionada: “¡Cierto! Pero entonces, ¿de qué o de quién depende que sea para la
justicia o para la injusticia?, ¿solamente responde a valores sociales?”.
Tras un momento de silencio en que ambas reflexionan buscando una respuesta, Ana dice que ya
basta de plática pues deben terminar su tarea. Regresan a ver la pintura. Paola señala a la persona
que se ve atemorizada. Le llama la atención. Pregunta por qué ese gesto. Ana dice que el temor es
por darse cuenta de las consecuencias. “Lo hicieron si pensar qué pasaría. Uno nunca sabe qué
puede pasar. ¡Quién iba a saber que la paloma moriría!”.
Paola dice con enojo. “Pues si no saben qué va a ocurrir, para qué se arriesgan. Y si ya saben lo que
van a causar, es peor todavía. Se ponen en peligro… ¡y a otros!”. Ana comenta que eso pasa con la
ciencia pero no con la tecnología. En la tecnología sí se sabe: “Los que diseñaron la bomba lo hicieron
para matar a mucha gente. Sabían qué pasaría, querían eso, matar gente, destruir, y por eso lo
hicieron. Incluso leí que eligieron a las ciudades a propósito. Buscaron lugares que no hubiesen sido
dañados. Lo hicieron para evaluar el poder destructivo de la bomba”.
Paola calla unos minutos. Después pregunta: “¿Acaso el que inventó los automóviles pensó en la
contaminación que se generaría? No, no se puede prever todo”.
Ana sentencia: “Entonces debe haber alguien que diga: cuidado, no pueden estar arriesgando así
nada más. Ante un posible peligro hay que tener precaución”.
Paola pregunta: “Ajá, ¿y quién va a decirlo? ¿A quién le toca vigilar el riesgo?, ¿a quién le toca
controlarlo?”.
las imágenes hay rostros con diferentes expresiones. Empiezan a un tema sobre
la tecnología alo cual una de ellas dice que la tecnología nos hace malo o una
preguntar sobre la tarea alo cual la otra le dice que le dé ejemplos de que la
tecnología es mala y le dice que porque hay bombas atómicas llegan a un punto
vigilara
vigilar.
Guía para facilitar el diálogo y la reflexión a partir del texto “Los sueños de la razón”
Ana, Paola y Bruno son los personajes de la narración Los sueños de la razón. En sus intervenciones
y en lo que hacen hay situaciones relacionadas con las ciencias y las tecnologías. La primera
situación corresponde a las visiones: ¿ciencia y tecnología tienen el mismo significado para toda la
sociedad? La respuesta es que no hay una sola visión, que hay diferentes imágenes. Entre estas
visiones se puede identificar las posturas tecnofílicas y las tecnofóbicas. En cualquiera de los dos
casos lo que está en análisis es que si tanto ciencia como tecnología son productos humanos,
¿podemos o no controlar su desarrollo? ¿de quién y cuál es la responsabilidad en lo que respecta a
su investigación y uso? ¿o no hay responsabilidad en ellas y son ajenas a lo ético, son neutrales? Así
es que juegan un papel relevante las intenciones, es decir, para qué se hace ciencia y para qué se
hace tecnología. Al analizar el para qué se puede discutir la diferencia entre necesidades, deseos e
intereses. Así mismo, da margen a indagar cuáles son los valores que intervienen en las ciencias y
tecnologías: sociales, políticos, económicos, epistemológicos. A continuación las chicas ingresan al
problema de las consecuencias de los desarrollos científicos o tecnológicos y, por ende, al tema de la
precaución, de los alcances y límites ético-políticos de la actividad científica y tecnológica.
Líneas de reflexión.
I. ¿Tecnófila, tecno fobia o…?
Plan de discusión 1.
Lean los dos textos que hay a continuación.
“El progreso en la guerra contra la enfermedad depende del flujo de nuevo conocimiento científico.
Los nuevos productos, las nuevas industrias y la creación de puestos de trabajo requiere la continua
adición de conocimiento de las leyes de la naturaleza, y la aplicación de ese conocimiento a
propósitos prácticos. De un modo similar, nuestra defensa contra la agresión requiere conocimiento
nuevo que nos permita desarrollar armas nuevas y mejoradas. Este esencial conocimiento nuevo sólo
puede ser obtenido a través de la investigación científica básica…
Sin progreso científico ningún logro en otras direcciones puede asegurar nuestra salud, prosperidad y
seguridad como nación en el mundo moderno”.
“La Revolución Industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana.
Si el sistema fracasa, las consecuencias aún serán muy penosas. Pero cuanto más crezca el sistema
más desastrosos serán los resultados de su fracaso, así que, si va a fracasar, será mejor que lo haga
antes que después.
Abogamos por una revolución contra el sistema industrial… No debe ser una revolución política. Su
objeto no será derribar gobiernos, sino las bases económicas y tecnológicas de la sociedad actual”.
¿Sabes que es la tecnofilia? investígalo y explícalo con tus propias palabras son las personas
que son muy adictas ya sea al celular, la computadora u cualquier otro artefacto de
tecnología es tanto se apegó que por esos se le da el nombre de tecnófillia
¿Sabes que es la tecno fobia? investígalo y explícalo con tus propias palabras son
personas al contrario de las te tecnofilia, estas personas temen a la tecnología e
incluso no quieren ni siquiera tocar un aparato tecnológico
II. ¿Con qué intención…? Con la intención de que el ser humano tenga más
miedo a las consecuencias
Plan de discusión 2.
De lo que haces, ¿hay algo que realices sin una intención? A mi parecer todo lo que
hago es con una intención o un beneficio
Cuando ocupas un artefacto, ¿en lo general qué intención tienes? Tengo intenciones
buenas como un uso correcto, y para algo productivo
Cuando te relacionas con una persona, ¿qué intención tienes? Buenas intenciones, y
buenos actos
¿En qué es diferente lo que haces cuando tienes una intención para realizarlo de cuando no la
tienes? Porque cuando ya la tenemos es como llegar y esperar el momento
para hacerla o realizarla, en cuanto a cuando no solo dejas que todo fluya
Cuando se emplea la tecnología, ¿hay o no intenciones? La tecnología se emplea para
buenas intenciones, en cuanto a las personas ellos son los que le dan el
mal uso
¿Cualquier intención debe ser aceptada? Solo lo bueno, ya que como acep6taremos
intenciones malas, o si esas intenciones malas sobn para beneficio se
podría decir que si
Dice el zorro al principito con respecto de una rosa que cada quien es responsable de lo que ha
cultivado. ¿Qué significa ser responsable? Significa que ya tienes cierta capacidad
de madurez y de cumplimiento sobre tus propias decisiones
Cuando te asignan la limpieza de una parte del lugar donde vives, pueden decirte “Es tu
responsabilidad”. ¿Qué significa que algo sea tu responsabilidad? Si es nuestra
responsabilidad, pero más que nada una obligación ya que como varias
personas vivimos en una casa debemos cooperar ya sea con la limpieza u
alguna otra cosa
Cuando no has cumplido una encomienda te dicen que eres un irresponsable. ¿Qué significa
que seas responsable? Que eres falto de puntualidad o de tus deberes que eres
incluso alguien flojo
Si la responsabilidad es algo que tiene límites, ¿cuáles son éstos? Realmente no creo
que tenga un límite porque entre más responsable seamos mejor
“Con la edad, la responsabilidad aumenta y luego disminuye”. ¿Qué significa esto? Que
conforme uno crece tiene más responsabilidad, por qué se casan o porque
ya hay que trabajar
Hay quienes piensan que la tecnología evoluciona por sí misma y hay quien dice que podemos
intervenir para orientar su desarrollo, ¿cuál de las dos posturas está en lo cierto? Pues si
siento que evoluciona por si misma pero también tiene que ver con
nosotros los humanos para ponerle las bases
Ejercicio 1.
Generalmente se dice que la tecnología se desarrolla para satisfacer necesidades. Pareciera que esto
no es cierto porque hay desarrollos tecnológicos que obedecen no a necesidades sino a intereses o
deseos.
Ejercicio 2.
¿Cuántas veces te has detenido a hacer lo que Paola y Ana al reflexionar sobre un artefacto: su
origen y su destino, las consecuencias de producirlo o usarlo? La cadena es larga y, a veces, difícil de
identificar a simple vista. Sinceramente solo an sido 5 veces las que eh pensado y
analizado al respecto de unos de tantos artefactos que uso a diario
Compras un producto,
ARTEFACTO 1 2 3 4
Pila o batería. SI SI NO NO
Leche en caja. SI NO NO SI
Libreta de resorte. SI SI SI NO
Teléfono celular. SI SI NO NO
Condón. NO NO NO NO
Shampoo. SI SI SI SI
Vaso de unicel. SI SI SI SI
Zapatos tenis. SI SI SI NO
Lámpara fluorescente. NO NO NO NO
Motocicleta. SI SI SI NO
Ejercicio 3.
Hay ideas que se han derivado de las ciencias o las tecnologías. De las siguientes ideas, ¿cuáles
implican que nuestra libertad está limitada o no existe y, por lo mismo, no somos responsables de
nuestros actos?
MARCA CON UNA X CUANDO NO PODEMOS HACER NADA PARA CAMBIAR LAS COSAS
Ejercicio 4.
Al final de la narración las chicas se preguntan sobre el riesgo de un desarrollo tecnológico:. Indica a
quién afecta corresponde cada situacion en los siguientes casos.
Se construyen aparatos de cómputo y telefonía con coltán que proviene de selvas africanas.
Afecta a los animales, y las personas de sus alrededores, en los animales porque
sería parte de la selva y a las personas de cerca por que supongo que los
desalojarían
Se usan envases de unicel para alimentos que se servirán calientes. Afecta al mundo ya
que mucho unicel, contamina
Ejercicio 5.
A continuación, se presentan varios casos, algunos están relacionados con la literatura o con el cine.
En ellos aparece la idea de los sueños de la razón, pero en unos casos
La primera clase estaba por empezar. Juana se sentó despacio en un escritorio al fondo del salón,
¡estaba en el bachillerato! Recordó todo el trajín de los meses anteriores: su mamá cosiendo más ropa
para que la llevara a la escuela, las despedidas, los abrazos y el llanto suavecito de su mamá por las
noches. Sabía que iba a extrañarla.
Después, el largo viaje a la capital. La llegada a la casa de unos parientes con los que iba a vivir. Todo
nuevo y un poco amenazante. Y ahora, por fin, en la escuela.
Recorrió con la mirada los escritorios. Sus compañeros iban llegando en grupos, platicando. Casi
todos se conocían. Muchos ni la miraron, otros lo hicieron con curiosidad: su larga falda de holanes,
su blusa de mangas anchas y decoradas con cintas, su largo y brillante cabello negro recogido en una
larga trenza. Todo eso la situaba aparte de los demás.
El profesor de Ética entró al salón, saludó a los estudiantes y empezó a pasar lista. La clase
transcurrió como en un sueño. Todo era interesante, pero muy diferente a su experiencia en la
telesecundaria. A la hora del receso todos salieron a la cafetería. Juana salió al patio y sacó la fruta
que su tía había empacado para ella esa mañana.
Julián escuchaba a Luisa en la fila de la cafetería. Ella estaba diciendo: “¿Te fijaste en esa muchacha
tan rara?, ¿de dónde la sacaron?, ¿de un museo?”. Él se volvió a mirarla, sola, sentada en una banca
y mirando el cielo. “Creo que ella viene de una de las comunidades indígenas que hay al norte. Debe
haber sido muy difícil para ella dejar a su familia y a su entorno, para venir a estudiar”. “Si me
preguntan, yo digo que debería haberse quedado allá, simplemente no pertenece aquí” dijo Luisa con
displicencia.
“¿Por qué querríamos conocerla? A mí me tiene sin cuidado quién es y, desde luego, no me interesa
ser su amiga.” contestó Luisa.
“Pues yo quisiera conocerla. Mi papá siempre dice que tenemos que celebrar la diferencia, porque
amplía nuestros horizontes y nos hace más humanos” dijo Ana.
“Yo creo que deberíamos tratar de ponernos en su lugar. Como dije, debe ser difícil para ella haber
venido aquí, dejando todo lo conocido”, dijo Julián.
Pablo y Rocío se acercaron sonriendo: “¿Ya saben que vamos a organizar una bienvenida a la
escuela? ¡Todo es buen pretexto para festejar!”.
-El sábado en mi casa.- dijo Rocío- Nos ponemos de acuerdo a ver qué llevamos cada uno.
Mientras tanto Juana observaba a sus compañeros. “¡Son tan diferentes de mis amigos!”, se dijo a sí
misma. Y de pronto se sintió muy sola. Tenía ganas de volver a sus montañas, al olor a pino, al
sonido del riachuelo que corría detrás de su casa, al aroma de tortillas recién hechas y la risa de sus
hermanos mientras jugaban antes de la comida.
El receso terminó y todos volvieron al salón. A la hora de la salida, Ana se acercó a Juana y le
preguntó: “¿De dónde eres? Se ve que eres nueva aquí.”
“No, –contestó Juana- mi papá tiene un primo que vive aquí y me estoy quedando en su casa. Ayudo
a la esposa de mi tío con las tareas de la casa, y ellos me dan cuarto y comida. La verdad son buenos
conmigo, pero extraño mi casa y a mi familia”.
“Quiero que me cuentes de la sierra. He oído decir que es muy bonita” -dijo Ana con ojos brillantes.
“Bueno, a mí me parece muy bonita. No puedo pensar en un lugar mejor. Las montañas, los ríos y el
aire que huele a pino y a veces a humo, cuando se encienden las estufas” -dijo Juana entrecerrando
los ojos.
“Me tengo que ir –dijo Ana- ya llegaron por mí”. “Nos vemos mañana” -y saludando con la mano salió
de la escuela corriendo.
Juana recogió sus cosas y se dirigió a la salida. Al pasar escuchó a varios compañeros hablando. Una
chica dijo: “A poco ya admiten indias en la escuela. Es increíble, ¿a dónde vamos a llegar?” Otro
muchacho comentó: “Deben creer que son seres pensantes.” Todos se rieron.
Juana sintió que las lágrimas estaban por salir de sus ojos. Apretó la mandíbula para no llorar y salió
corriendo. Cuando llegó a la casa, se fue a su cuarto y ahí sí que lloró, suave y desconsoladamente.
Su tía la escuchó y entró a verla.
Juana no contestó, solo siguió llorando suavemente. Su tía la abrazó y se quedó en silencio
esperando a que se calmara.
Cuando dejó de llorar, le dijo: “Creo que ya empezaron a molestarte en la escuela. Creí que las cosas
habían cambiado. Cuando llegué aquí por primera vez muy pocas personas me hablaban y todos me
miraban con desprecio. Pero tu tío y yo estábamos decididos a quedarnos y poco a poco nos fuimos
ganando un lugar.”
“No te desanimes, te apoyaremos. Para empezar, creo que sería mejor comprarte ropa más parecida
a la que usan tus compañeros, debes dejar de usar tus vestidos”.
Juana la miraba sin comprender. “¿Por qué debo vestirme diferente?” -preguntó.
“Para que poco a poco se fijen en ti como persona, no como una curiosidad folklórica” contestó su tía.
Esa noche Juana no podía dormir. Recordaba la conversación con Ana, lo que habían dicho unos
compañeros a la salida, la charla con su tía… Era tan difícil entender todas esas experiencias.
Al día siguiente Juana fue a la escuela, temerosa de lo que podrían decirle sus compañeros. Al llegar
la saludó Ana y Julián le sonrió. Luisa volteó a verla, pero inmediatamente siguió conversando con
Marta y Francisco. Marta también vio entrar a Juana y comentó: “Mira esa facha, indias sucias.
Deberían irse al monte donde pertenecen”. Francisco se rio, pero Luisa solo dijo: “Y a ti, ¿que más te
da? Vive y deja vivir. Si no te le acercas, ¿en qué te afecta?”.
“No sé cómo puedes soportar que esté en tu mismo salón” -dijo Marta. Iba a decir algo más, pero en
ese momento el profesor Fernando entró al aula y empezó a pasar lista.
“Profe Fernando, –dijo Ana- ¿sabía que Juana viene de una comunidad en la Sierra Tarahumara?
Sería bueno que nos contara algo de su tierra. Creo que aprenderíamos mucho de nuestro país
conociendo algo de las muchas culturas que lo componen”.
El mes que entra toca estudiar el tema de México, nación multicultural. Creo que sería una buena idea
que Juana prepare una presentación de las costumbres, lengua, valores y tradiciones de su cultura –
dijo el profesor Fernando mirando a Juana.
Ella se sonrojó y bajó los ojos sin saber qué decir. Algunos compañeros señalaron qué conocían de
otras culturas y que podrían hacer presentaciones en clase. Rogelio dijo que su madre era Tsotsil e
incluso le había enseñado su lengua. “Solo que es muy difícil y, como no la practico, pues no la hablo
bien” –dijo curándose en salud por si le pedían que dijera algo en ese idioma.
“Muy bien, –dijo el maestro Fernando- haremos un calendario de presentaciones, así podremos
conocer la riqueza cultural de nuestro país y sentirnos orgullosos de tener una nación plural, y
contribuir a fomentar la interculturalidad a la que deberíamos aspirar”.
Juana escuchó al maestro, miró los rostros de muchos de sus compañeros que mostraban simpatía y,
por primera vez, empezó a sentirse parte del grupo. Sabía que todavía faltaba mucho para que todos
la aceptaran, pero era un comienzo.
Plan de discusión 1.
I. Cultura.
Una cultura puede ser identificada a través de sus elementos visibles: las obras de arte, los utensilios,
los vestidos, las construcciones; también por la lengua y escritura, las formas de relación social,
costumbres, ritos, juegos, instituciones políticas y otros elementos. Pero éstos solo tienen sentido
cuando los consideramos como expresiones de un núcleo étnico fundamental que engloba valores,
creencias, historia y tradiciones.
Plan de discusión 2.
II. Tratar a las personas como personas.
Muchas veces, cuando nos enfrentamos a la diferencia con otras personas, tenemos una tendencia a
la extrañeza. Ésta puede convertirse en rechazo. No nos reconocemos en el otro. Es necesario
examinar nuestras reacciones y reflexionar sobre ellas, sin olvidar que todos los seres humanos
nacemos libres e iguales en dignidad.
¿Crees que al mirar a otras personas de diferente grupo social podemos reconocernos como
humanos en ellos?
Plan de discusión 3.
A partir de la ética de Kant y su formulación del imperativo categórico sabemos que debemos tratar a
las otras personas como fines y no como medios.
Cuando Ana se acerca a Juana y habla con ella, ¿la está tratando como persona?, ¿por qué?
¿Crees que la tía de Juana la trata como persona?, ¿por qué?
¿La discriminación es compatible con el respeto a la dignidad de los otros?, ¿por qué?
Plan de discusión 4.
III. Construyendo la interculturalidad.
La interculturalidad propone el ideal de unas relaciones explícitas entre culturas, que motiven
interinfluencias en libertad e igualdad para el mutuo enriquecimiento. Se va así más allá de los
derechos/deberes de respeto y equidad propuestos por el multiculturalismo, pero al mismo tiempo se
les asume.
¿Cuál de los personajes de la historia te hizo pensar algo que no habías pensado antes? y
¿Qué te hizo pensar ese personaje?
¿Crees que esta historia se parece a algún aspecto de nuestra cultura? y ¿a cuál?
EJERCICIOS
Ejercicio1.
Clasifica las actitudes de los personajes de la narración de acuerdo a cuatro diferentes modalidades
de relación entre culturas. Escribe cada nombre según corresponda.
Ejercicio 2.
1. Haz una lista de actitudes hacia los que consideras diferente a ti, buenas y malas, que hayas
observado en tu escuela o en tu comunidad.
2. De esta lista, señala cuáles actitudes te gustaría cambiar y el porqué te gustaría cambiarlas.
José Ezcurdia
Don Abelardo Martínez, doña Rosa su mujer y Pedro, su hijo, que estaba de vacaciones tras haber
cursado el último año de bachillerato, se encontraban amarrando las cajas con sarapes que iban a
vender en la Ciudad de México. Los sarapes, les había dicho Don Filemón, que era hermano de Don
Abelardo, seguro se venderían a buen precio en un almacén que un amigo suyo tenía en la capital,
que distribuía artesanía mexicana para algunos centros turísticos como Acapulco o Cancún.
-Amarra bien esa caja. -le dijo Don Abelardo a su mujer- No vaya a ser que se nos desfonde nomás
llegando a la estación de autobuses.
-Papá, pásame las tijeras para cortar esas puntas del mecate- le dijo Pedro a don Abelardo. La familia
Martínez tomaría el camión desde Fresnillo, a la ciudad de Zacatecas y, de ahí,
un autobús a la Ciudad de México. El tío Filemón les había dado una dirección en el centro de la
capital, donde los podrían recibir. Ellos nunca habían ido a México. En realidad no habían ido más allá
de Fresnillo, por lo que doña Rosa estaba un poco nerviosa:
-¿Y si nos perdemos en México? Dicen que hay tantas calles que ni se ven los cerros- dijo con tono
angustiado.
-No te preocupes– le respondió su marido -Filemón me escribió bien clara la dirección y además me
dio un número de teléfono.
Pedro guardaba silencio. En realidad estaba ansioso por conocer la gran capital.
Al llegar a Zacatecas, en la sala de espera para tomar el autobús, doña Rosa tuvo una gran impresión:
una familia de indígenas huicholes, con cajas de cartón como las suyas, hacía cola para subirse al
mismo autobús que ella y su familia tomarían para ir a la capital. Doña Rosa había oído hablar de los
huicholes, pero nunca los había visto. En Fresnillo no había huicholes. Nunca pensó que en su país
hubiese gente que se vistiera con ropas con esos colores y con sombreros llenos de plumas.
-No lo sé. Mejor ni los mires, no vaya a ser que te pidan dinero –le respondió éste, tomándola de la
mano.
Don Abelardo, doña Rosa y Pedro colocaron sus cajas en la parte baja del autobús y subieron a
bordo. Su sorpresa fue grande cuando se dieron cuenta que junto a sus lugares había otra familia, de
huicholes, con niños entre los brazos.
-No puede ser que estos indios viajen con nosotros- le dijo doña Rosa a su esposo -Ellos no deberían
salir de sus pueblos– añadió.
-¿Por qué les tienes tanta muina? -Le preguntó don Albelardo.
-No lo sé. Son unos indios -Respondió doña Rosa, lanzando una mirada de reojo.
-¿Y qué más te da que sean Indios?- Replicó aquél.
-No sé- añadió doña Rosa en tono pensativo, y concluyó- Son diferentes.
Pedro seguía con atención la conversación de sus padres. Sin embargo, no dio su opinión.
Don Abelardo acomodaba algunas bolsas a la vez que el autobús encendió la marcha. Las
televisiones del autobús permanecían apagadas. Doña Rosa estaba acostumbrada a ver su
telenovela. Seguía los dramas y las comedias que cada noche protagonizaban los artistas y los
famosos. Pedro, por su parte, regularmente veía el futbol y algunas series de acción. Después de
unos minutos, el autobús había entrado ya en la carretera y el único sonido, además del ruido del
motor, era la conversación de los huicholes y las voces de sus niños.
-¿Por qué no encenderá el chofer la televisión?- le dijo doña Rosa a su esposo –Esos indios hablan
una lengua rara que no se entiende nada y no me gusta. Y los niños no paran de cuchichear- añadió
en tono molesto.
-¿Pero por qué te irritan tanto los huicholes?- le preguntó don Abelardo a doña Rosa –
¿Qué están haciendo de malo? Después de todo son personas como cualquiera.
-Deberían tener prohibido subir a los autobuses, y con mayor razón si traen niños que no se están
quietos- respondió ella con un gesto de incomodidad. -En Fresnillo, a Dios gracias, no hay indios, la
mayoría somos gente de buena familia.
-Tu tía abuela, por el lado de tu papá, era india. ¿No lo recuerdas?- le dijo don Abelardo en tono
socarrón, trayendo a colación un tema incómodo, que nunca nadie en la familia quería tocar. -Y tus
primos de San Luis Potosí, están todos reprietos- añadió en son de burla.
-En mi familia no hay indios. Los indios son inferiores- respondió doña Rosa secamente. - No les gusta
trabajar. ¿A poco en tu familia no hay sangre india?- le devolvió la pregunta, ya fuera de sus casillas.
-Sí, la hay.- respondió don Abelardo -Yo respeto a cualquier cultura. Aunque son diferentes, también
son personas, y todos podemos convivir como hermanos. Es importante respetar las diferencias. Me
da igual si un familiar mío se casa con un indígena que con un gringo. Todos somos personas y
tenemos que aprender a vivir juntos.
-¿A poco preferirías que tu hijo se casara con una indígena y no con una americana?- concluyó doña
Rosa con ironía, lanzándole a su marido una mirada que ordenaba el punto final de la conversación.
Después de eso guardaron silencio, perdiendo su mirada en el horizonte.
Después de un largo rato en el que nadie dijo nada, Pedro le preguntó a sus papás:
-¿Entonces los indios son inferiores? ¿Pero nosotros tenemos algo de indio? Quiero decir: si en la
familia hay indios, ¿nosotros tenemos algo de indios?
-No es eso lo que tu mamá quería decir- le respondió don Abelardo, sin saber bien qué decir.
-En la escuela nos enseñaron que México es un país multicultural. Lo cual quiere decir
que hay muchas culturas y todas las culturas merecen respeto. No entiendo por qué mi mamá dice
que los indios son inferiores. Además, si los indios son inferiores, y nosotros tenemos sangre india en
la familia, de algún modo somos inferiores. Yo no me siento menos que un gringo o que un chino.
Doña Rosa guardaba silenció y veía a don Abelardo con la intención de que fuera él quien solucionara
el problema.
-Tienes razón, hijo -le dijo su papá mirándolo a los ojos- Todas las culturas merecen respeto. Nadie es
inferior. Y si te casas con una gringa, da igual que si te cases con una huicholita. Igual la vamos a
querer. Tu mamá tiene ideas anticuadas.
El autobús entró en una zona de curvas. Hacía mucho calor. El chofer no había encendido el aire
acondicionado. Entonces doña Rosa empezó a sentirse mal.
El autobús atravesaba una zona montañosa. El paisaje seco solo mostraba grandes extensiones
desérticas en las que el sol caía a plomo.
En ese momento una de las mujeres huicholas que viajaba en el autobús, le ofreció a doña Rosa una
botella con agua.
¿Cómo supo la mujer que doña Rosa tenía sed? ¿Es que entendía su idioma? La cara dulce de la
mujer huichola venció la resistencia de doña Rosa, que tomó agradecida la botella. Después la mujer
le dio un tamal, que ella se comió con avidez.
Don Abelardo y doña Rosa se miraron. Ella estaba arrepentida de sus propias palabras. Pedro veía
fijamente a su mamá. Los indios huicholes no sólo no le habían pedido dinero, sino que la habían
ayudado en un momento de necesidad. Doña Rosa se sentía mejor, el agua le había quitado el
bochorno, y la carretera había dejado atrás la zona montañosa, plagada de curvas.
-Los indios no son tan malos- le dijo don Abelardo a su mujer en voz baja.
-Personas como nosotros, personas como cualquiera. -añadió don Abelardo- En Zacatecas antes los
trataban como animales y no podían vender sus artesanías, ni caminar por la banqueta. Les han
quitado muchas tierras de cultivo y los arrimaron a la sierra. Hoy al menos se les reconocen algunos
derechos.
-Hijos de Dios, al fin y al cabo- concluyó doña Rosa, al momento en que el chofer encendió las
televisiones que estaban instaladas arriba en el techo, a lo largo del pasillo del autobús.
Doña Rosa hubiera querido voltear para ver a los niños huicholes y regalarles un dulce que traía en su
bolsa, pero el estruendo y el ruido de la televisión eran tan fuertes que nadie hablaba. Don Abelardo y
Pedro dormían. Doña Rosa se puso a pensar: ¿Cómo nos tratarán en la Ciudad México, que dicen
que es muy grande y no se ven los cerros? ¿Nos verán como indios que vienen de la sierra? ¿Cómo
será la vida de mis sobrinos de Fresnillo, que se fueron de mojados a Estados Unidos, allá donde
todos son rubios y millonarios? ¿Serán tratados como personas? ¿Podrán casarse con una rubia?
¿Se respetará su lengua, su manera de vestir y su forma de vida? ¿Se respetará su cultura?
Cayó la noche. En el autobús todos iban dormidos, excepto doña Rosa. Ya no hacía calor. La
televisión seguía encendida, con películas norteamericanas de guerras, coches deportivos, y mujeres
hermosas y multimillonarias. Un mundo parecido al de las telenovelas que doña Rosa cada noche
veía y que, sin embargo, ella, ahora, intuía que no era el suyo, sino un mundo de colores y mentiras,
un mundo en el que no cabía, un mundo inventado por otros.
Plan de discusión 1.
I. Diversidad.
En el pequeño cuento Doña Rosa y los huicholes, la familia Martínez muestra a la vez sorpresa,
curiosidad, desconocimiento y rechazo ante la presencia de una familia de huicholes:
“Don Abelardo, doña Rosa y Pedro colocaron sus cajas en la parte baja del autobús y subieron a
bordo. Su sorpresa fue grande cuando se dieron cuenta que junto a sus lugares había otra familia, de
huicholes, con niños entre los brazos.
-No puede ser que estos indios viajen con nosotros.- le dijo doña Rosa a su esposo -Ellos no deberían
salir de sus pueblos– añadió.
-¿Por qué les tienes tanta muina? -Le preguntó don Abelardo.
-No lo sé. Son unos indios -Respondió doña Rosa, lanzando una mirada de reojo.
-No sé- añadió doña Rosa en tono pensativo, y concluyó- Son diferentes.
Pedro seguía con atención la conversación de sus padres. Sin embargo, no dio su opinión.”
¿Doña Rosa, a pesar de que ve las telenovelas, sabe que vive en un país en el que conviven
culturas diversas?
¿Es correcto que en una sociedad los ciudadanos se desprecien entre sí por sus diferencias
culturales?
¿Los medios de comunicación fomentan el respeto a las diferencias culturales?, ¿por qué?
Plan de discusión 2.
II. Normalidad, Coexistencia e Interacción Horizontal.
En el relato Doña Rosa y los huicholes, doña Rosa recibe ayuda de una mujer huichola:
“En ese momento una de las mujeres huichol que viajaba en el autobús, le ofreció a doña rosa una
botella con agua.
¿Cómo supo la mujer que doña Rosa tenía sed? ¿Es que entendía su idioma? La cara dulce de la
mujer huichola venció la resistencia de doña Rosa, que tomó agradecida la botella. Después la mujer
le dio un tamal, que ella se comió con avidez.
Don Abelardo y doña Rosa se miraron. Ella estaba arrepentida de sus propias palabras. Pedro veía
fijamente a su mamá. Los indios huicholes no sólo no le habían pedido dinero, sino que la habían
ayudado en un momento de necesidad. Doña Rosa se sentía mejor, el agua le había quitado el
bochorno, y el autobús había dejado atrás la zona montañosa, plagada de curvas.
-Lo indios no son tan malos- le dijo don Abelardo a su mujer en voz baja.
¿Cuál crees que tendría que ser la actitud ideal de la familia Martínez ante la presencia de los
huicholes?
¿Tendría que ser excepcional el trato, la comunicación y la cooperación entre doña Rosa y los
huicholes que viajan con ella?, ¿por qué?
Plan de discusión .3
III. Autoestima y reconocimiento.
En el cuento Doña Rosa y los huicholes Pedro interviene en la discusión de sus papás y señala que el
reconocimiento y la valoración de las propias raíces culturales, es importante para la autoestima de las
personas:
“Después de un largo rato en el que nadie dijo nada, Pedro le preguntó a sus papás:
-¿Entonces los indios son inferiores? ¿Pero nosotros tenemos algo de indio? Quiero decir: si en la
familia hay indios, ¿nosotros tenemos algo de indios?
-No eso lo que tu mamá quería decir- le respondió don Abelardo, sin saber bien qué decir.
-En la escuela nos enseñaron que México es un país multicultural. Lo cual quiere decir que hay
muchas culturas y todas las culturas merecen respeto. No entiendo por qué mi mamá dice que los
indios son inferiores. Además, si los indios son inferiores, y nosotros tenemos sangre india en la
familia, de algún modo somos inferiores. Yo no me siento menos que un gringo o que un chino.”
¿Estás de acuerdo con Pedro, en que reconocer nuestra raíz indígena, implica tener una
autoestima alta?
¿Crees que es importante reconocer la raíz indígena de la cultura mexicana, para fomentar la
autoestima de los ciudadanos mexicanos?
¿En los medios de comunicación, como la televisión o los periódicos, se reconoce y se valora
positivamente la raíz indígena de la identidad mexicana, o por el contrario, se menosprecia?
¿La cuestión del multiculturalismo en México, está asociada íntimamente a la del racismo y el
malinchismo? ¿Sí o no? ¿Por qué?
EJERCICIOS
Busca en el diccionario el significado de los siguientes conceptos:
Tolerancia.
Solidaridad.
Multiculturalismo.
Diversidad Cultural.
Racismo.
Malinchismo.
Narra una situación utilizando, al menos, tres de los conceptos revisados. Lee el texto con tus
compañeros. Elijan el que recupere la mayor parte de conceptos.
VALORANDO CULTURAS
Eva: No sé por qué el profesor nos mandó a ver esta exposición de “arte”. David: Yo creo que debes
tener la mente más abierta, Eva.
Sí –expresó Karla-, estoy de acuerdo con David. Te pasas juzgando y subestimando las cosas que
hacen en tu propio país.
Fabián: Exacto, no es posible que valores más las producciones artísticas de otros países. ¡Qué pena!
Eva hizo gestos de molestia y con tono de burla contestó a sus compañeros de clase: el hecho de que
ustedes no tengan buen juicio y buenos gustos no es mi culpa. ¡Cómo pueden apreciar a Diego
Rivera!, ¡por favor! ¡No sé ni por qué les hablo!
Karla: Tranquila Eva, no es para tanto. Podemos convivir sin ningún problema independientemente de
nuestros gustos, preferencias, creencias, etcétera.
Bravo, Karla -asintió David-. Ponla en su lugar. Cómo hacerle entender que la variedad y la diferencia
no tienen por qué alejar a las personas.
Fabián: Bueno, pues qué les parece si cada quien expone su punto de vista al respecto. Pero
respetamos las opiniones para que haya un diálogo fructífero.
Yo comienzo -dijo entusiasmado David-. Mis papás son de Guanajuato y es para mí un orgullo que
Diego Rivera sea originario de allá. Además, él tenía una admiración por la cultura prehispánica, lo
cual considero que le otorga más valor a su obra.
Karla: Sí, yo tengo unos vecinos cubanos y admiran la obra de Rivera. Pero al margen de ello, es muy
bonito que las personas puedan vivir en una misma sociedad en armonía sin importar la nacionalidad.
Fabián: Bueno, pues me uno a sus observaciones. Agrego que cada individuo dentro de una
comunidad o sociedad tiene algo que aportar, lo cual nos enriquece y nos hace crecer como personas.
Eva: Jajaja. Pues como bien saben, mis papás son de origen europeo. Ellos me han cultivado modos
de vida y costumbres que rebasan con creces sus opiniones y su manera de ver las cosas. Para mí es
inconcebible tomar como arte estos muraluchos. Solo debería haber una cultura, y es lo que le hace
falta a nuestro país: poner límites y orden de tal manera que no haya este tipo de exposiciones. Sería
mejor contemplar verdaderas obras de arte de Botticelli, Caravaggio, Rubens, y conversar al respecto.
Para mí sería mejor convivir con personas que piensen igual que yo, aunque sean de diferente país.
Fabián: Vaya, Eva, hasta que dices algo razonable: convivir con gente que no sea de tu propio país.
Pero considero que estás cometiendo un error, un grave error. ¿O qué dicen, compañeros?
Karen: Sí, en efecto, ¿de qué sirve convivir con personas de otros países si no se les va a respetar su
cultura?
David: Por supuesto, esas diferencias no deben ser motivo para separarnos de las personas. Antes
bien, debemos alegrarnos ante lo diferente, y dialogar sanamente.
Eva: Ok. Aun así, aunque esté dispuesta a aceptar lo diferente, es necesario valorar qué es bueno y
qué es malo. Y este tipo de pensamiento que plasma Rivera en sus murales es malo.
Fabián: Lo que estás diciendo es que si aceptas algo diferente, ¿se tiene que pensar igual que tú para
ser bueno? Suena ilógico, no estás respetando la variedad.
Karla: Pues aunque sea válido no tiene cabida. Te estás viendo demasiado individualista, y estás
limitando el desarrollo y la dignidad humana.
David: En el fondo no estás aceptando la variedad ni las diferencias. Quieres unificar y creo que nadie
tiene el derecho para etiquetar algo como bueno o malo.
Fabián: Bueno, bueno, mejor dediquémonos a apuntar lo que necesitamos para elaborar nuestro
trabajo en equipo. Y propongo que esta discusión se amplíe en la clase para que el profesor y
nuestros demás compañeros aporten algo al respecto. Así puede que juntos lleguemos a una
conclusión equitativa.
Eva: Excelente. Oigan, ¿irán a ver los danzantes al Zócalo? Digo, porque esos ruidos que hacen no
es música. Ja, es broma.
Plan de discusión 1.
¿Cuándo se dice en una cultura que alguien no actúa normalmente?
¿Consideras que todo comportamiento debe ajustarse a las normas de una cultura? ¿Por qué?
¿Es legítimo que alguien decida qué es bueno y qué es malo? ¿Por qué?
Plan de discusión 2.
¿En qué somos iguales los seres humanos y en qué somos diferentes?
¿Hay alguien que sea tan igual a otras personas que se pueda decir que es diferente en algo?
¿A quiénes quieres o aceptas, a los que son iguales a ti o a los que son diferentes?
¿A quiénes rechazas o no quieres, a los que son diferentes a ti o a quienes son iguales?
Plan de discusión 3.
¿Hay algún rasgo de otra cultura que haya hecho que la cultura a la que perteneces se
desarrolle?
¿Hay algún rasgo de otra cultura que haya hecho que tu cultura se vea perjudicada?
Ejercicio 1.
Cuando Eva dice: “Suena ilógico pero es un argumento válido”, ¿está diciendo la verdad?
Reconstruye el argumento.
Ejercicio 2.
Identifica las ideas de cada personaje respecto de la cultura. Relaciona la postura que tiene cada
personaje con los conceptos de la columna de la derecha. Da tus razones de por qué esa relación.
Ejercicio 3.
Marca con una X aquellas expresiones que tengan un punto de vista multicultural.
Sebastián Lomelí
Cintia y Dulce se reunieron para hacer la tarea de Biología. Ambas llevan un rato buscando páginas
en Internet. Finalmente han llegado, por casualidad, a una que aborda la experimentación con
animales.
―Mira, Cintia, aquí dice que un oncoratón es una rata que los científicos han generado para estudiar
el cáncer.― Dulce siguió leyendo en voz baja lo que decía la página de internet y concluyó ―Estos
ratones no tienen pelo y son propensos a generar tumores. Así los oncólogos y otros científicos
pueden estudiar cómo son las células con cáncer. Incluso esperan que algún día puedan detener su
crecimiento―. O aseguran que podrán
―Sabía que usaban ratas blancas en experimentos, pero no me puedo imaginar que ya puedan crear
ratones a los que les da cáncer. Seguro hay para otras enfermedades-.
―Pues sí; hay toda una colección de animales de prueba. Mira ―Dulce señaló la pantalla de la
computadora―. Hay ratas a las que les da diabetes, hipertensión, obesidad, ¡hasta Parkinson! Pobres
ratitas temblorosas.
―¿Pero cómo los hacen? ¿Será como lo de los chícharos que vimos en la clase de Biología, los que
heredaban sus colores y tamaños a sus hijitos? ¿A poco cruzan entre sí a las ratas que tienen más
tumores? Así sus ratitas estarían llenas de bolas.
―¿Hablas de la clase de Mendel?― dijo Dulce, y recordó los esquemas que venían en el libro de
Biología. ―Creo que no es así como los hacen. Dice que son manipuladas genéticamente. ¡Son
mutantes!―.
―¡Vaya súper poder mutante...! ¿Entonces cambian el ADN de las ratas para que tengan
enfermedades? Son como robotitos a los que programan para… ¿para echarse a perder?
―Está medio difícil de entender. Dice que son transgénicos― Ambas amigas se miraron con
extrañeza. Dulce siguió leyendo su hallazgo en línea. ―A los embriones de las ratas les meten genes
nuevos, y éstos son los que provocan que las ratas se enfermen cuando crecen. Mira, hasta hay un
dibujito-.
―Se ve sencillo― dijo Cintia ―pero debe ser muy complicado. Tampoco ha de ser barato. Seguro
están ganando una fortuna con esas ratas, de otro modo no las harían-.
―En Wikipedia dice que la patente de los oncoratones la tiene DuPont, entonces es a ellos a los que
uno les tiene que pagar para producirlas-.
―¿DuPont? Me suena… ¿no es una empresa de plásticos y esas cosas? Anda, Dulce, búscalo-.
―Déjame abrir la página. ¡Tienen de todo! Energía, alimentos, empaques… Ahora veré sobre ratas…
No sale nada; puras páginas dispersas-.
―Mmmm… Déjame buscar. Parece que la empresa tiene una larga historia trabajando con
transgénicos. No solo ha producido el ratón con cáncer, también ha desarrollado arroz y maíz…-.
―¿En qué página estás leyendo eso? ¡Déjame ver! ―Cintia se acercó a la computadora―
¡Guácala! Ese blog está lleno de fotos horribles. Seguro es de esos ecologistas alarmistas. Mira, todos
los animales parecen estar a punto de llorar.
―¿Y eso qué? De verdad están sufriendo las ratas. ¿Preferirías fotos de animales sonriendo?-.
―Claro que no, Dulce… Bueno, no para hablar de estas cosas. Pero me choca que todo sea acerca
del dolor que sufren los animales. ¿A poco no se despedazan los animales entre ellos cuando están
en su estado natural? Hasta mi gato juega a matar lagartijas. Y eso no lo convierte en una bestia cruel
e insensible. ¿O sí…?-.
― ¡Oye!-.
―Aun así, ― aclaró Dulce ―creo que estas ratas salvan muchas vidas. Si les duele todo lo que les
hacen, es porque es necesario. ¿No te gustaría que hubiese una cura contra el cáncer? Al final son
solo ratas-.
―Pues no solo son ratas, son seres vivos. No sé si quiero la cura del cáncer a ese precio: millones de
animales sufriendo en laboratorios y empresas haciéndose ricas porque no queremos morir de cáncer.
Debe haber otra alternativa para hacer esos experimentos. A ver, quítate y déjame buscarlo…
“investigaciones en cáncer sin ratones”… Puras páginas feas.
―“Revista”… “ética” y “experimentación con animales”. ¡Encontré un artículo! Y además suena a que
está en una revista seria. Se llama Acta Bioethica. Hay gente de toda América participando: Cuba,
Argentina, México, Estados Unidos-.
―Espera, son muchos artículos. Hay uno que se llama “Ética de la investigación en modelos animales
de enfermedades humanas”. Seguro que ahí defienden que no se deben usar animales en los
laboratorios. ¡Pero escucha! Deja, te leo esto:
En gran medida, gracias a la investigación en animales los científicos han descubierto maneras de
sanar enfermedades y prolongar la vida humana. Por ejemplo, la creación de vacunas (poliomielitis),
el desarrollo de los trasplantes de órganos, las transfusiones de sangre, la diálisis para los pacientes
de riñón, técnicas quirúrgicas y de traumatología y el valor terapéutico de las medicinas modernas,
que se prueban primero en animales...
Y más adelante dice:
Para los defensores de animales es esencial saber cuál es la necesidad de usar modelos animales
cuando existen métodos alternativos, tales como los modelos matemáticos de simulaciones de
computación y los cultivos celulares. Sin embargo, estos procedimientos pueden servir para reducir el
número de animales en experimentación, pero no pueden predecir con fiabilidad el efecto de un
producto químico en los sistemas de órganos combinados del cuerpo con toda la complejidad
requerida…
―Pues entonces sí hay opciones― Dulce interrumpió la lectura de Cintia. ―Incluso está eso de poner
células a crecer en el laboratorio. Nadie sale dañado, solo celulitas-.
―Pero no solo dice eso, Dulce. También explica que no bastan las células y que las predicciones de
computadoras tampoco alcanzan. Lo mejor para entender una enfermedad es infectar a un animal.
Solo pueden ver cómo se comporta una enfermedad cuando la ven actuar en un ser vivo completo-.
―¿O sea que los animales son necesarios porque de otro modo la ciencia no puede ver con claridad
cómo se mueve una enfermedad? ¡Vaya suerte de las ratas! Son unos microscopios muy
desafortunados-.
Líneas de reflexión:
I. Relaciones entre los seres humanos y los demás animales
Si a los animales para experimentación se les elige, ¿qué los hace diferentes de otros
animales?
¿Existe alguna relación entre usar a los animales (leche de cabra) y volverlos artificiales (las
vacas lecheras no existen en estado salvaje)?
La manipulación genética es un nuevo modo de modificar a los seres vivos, ¿consideras que es
muy diferente de los métodos de crianza tradicionales con los que se han producido los
caballos, las vacas lecheras y las razas de perro?
Si fue el ser humano quien produjo los animales genéticamente modificados, ¿puede usarlos
como él quiera?
¿Es lo mismo inventar una máquina que diseñar un organismo transgénico? ¿Por qué?
¿Tiene importancia que los animales sufran durante los experimentos o las modificaciones en el
laboratorio? ¿Por qué?
Creemos que es incorrecto usar a las personas como medios para alcanzar nuestros fines, y
sin embargo, siempre necesitamos de los demás para alcanzar nuestras metas. ¿Puedes
señalar algunos casos en los que pienses que es malo usar a las personas como medios, y
algunos otros en los que crees que no hay problema en aprovechar a las personas para llegar a
nuestros fines?
También usamos a los animales como medios. ¿Es correcto usarlos para satisfacer nuestras
necesidades? ¿Por qué?
¿Es adecuado usar animales como medios para desarrollar nuevos medicamentos? ¿Por qué?
Además de los ratones, también nos relacionamos con animales de granja, de zoológico, de
compañía o de lujo. ¿Cuáles son las diferencias? ¿Usamos a todos estos animales como
medios? Y si los tratamos de ese modo, ¿cuáles son los fines que buscamos al usarlos de esas
distintas maneras?
Hay fines que consideramos más importantes que otros. ¿Crees que existan algunos fines que
sí justifiquen usar a los animales como medios?
Si un experimento que causa sufrimiento a los animales del laboratorio, pero beneficia a
muchas personas, ¿está justificado hacer este experimento?
Plan de discusión 3.
¿Cuál es nuestra responsabilidad con la información sobre los animales de laboratorio?
Nuestra relación con los animales de laboratorio es complicada. Opinar sobre este tema requiere que
nos informemos. En muchas ocasiones la gente critica el trabajo en el laboratorio sin conocer lo que
ocurre ahí. Esto solo empobrece el debate.
¿Qué opinión tienes sobre el uso científico y tecnológico de animales? ¿De dónde viene esta
opinión? ¿En qué se sostiene dicha opinión?
El sufrimiento de los animales suele ser la razón por la que rechazamos que se utilicen en
experimentos, ¿ las imágenes de animales sufriendo representan lo que realmente ocurre en
los laboratorios?
Además del sufrimiento de los animales, ¿qué otras cosas deberíamos buscar para justificar
nuestras opiniones?
EJERCICIOS
Ejercicio 1
Los animales han acompañado al ser humano en su historia. Algunos de ellos, como el caballo, han
tenido muchas funciones. Enlista los fines que les hemos dado a los animales. Da 3 ejemplos y
menciona 3 funciones para cada uno de esos.ejemplos
Ejemplo:
Caballo: se ha usado como animal de guerra y para tirar carretas y para cargar diferentes cosas
Ejercicio 2
Nuestra interacción con los seres vivos los modifica, y a veces ocurren cambios drásticos. Varios
autores han sugerido que los seres humanos ahora son una causa de dicha evolución. La ciencia y la
tecnología parecen ser capaces de crear nuevas especies.
Mutaciones genéticas:
Animal transgénico:
¿Crees que es correcto que el ser humano modifique genéticamente a los animales? ¿Por qué?
¿Consideras que el ser humano impacta la evolución con sus creaciones genéticas?
Ejercicio 3
Existen diversas formas de tratar a los animales como si fueran instrumentos. Ocupamos a los
animales como medios para comer, y comemos con el fin de mantenernos vivos. En algunos casos
esto implica solo cazarlos o pescarlos en estado salvaje. Pero en otros casos, los animales han sido
criados durante siglos. Estos seres vivos ya no se parecen a sus parientes salvajes. Por ejemplo, no
hay vacas lecheras en estado salvaje, y morirían de ser liberadas en alguna pradera sin cuidados
humanos. Además existen animales que han sido capturados y solo han sido domados: como el caso
de los tigres en los circos. Finalmente tenemos otros animales que no solo han cambiado por convivir
con el ser humano, sino que han sido modificados genéticamente. Este es el caso de las ratas
transgénicas.
¿Existen razones para manipular a los animales aunque esto implique su sufrimiento? ¿Cuáles
son?
¿De qué depende que creamos que existen algunas manipulaciones deseables y otras
indeseables?
¿Puede manejarse a un ser vivo como si se tratase de un artefacto cualquiera? ¿Por qué?
Ejercicio 4
En el texto “Oncoratones” Cintia se indigna por las imágenes de animales de laboratorio. ¿Crees que
es legítimo el uso de fotografías repugnantes para argumentar a favor de los animales y sus
derechos? ¿Es legítimo usar lo grotesco y exagerado para sostener un argumento?
¿Consideras que hay alguna razón para creer que es incorrecto usar las imágenes violentas?
¿Crees que las imágenes violentas transmiten mejor el mensaje que las no lo son?
AMATE
Diego llegó a su salón. Iba ensimismado. La noche anterior visitó las exposiciones de la feria. Se
detuvo en una de artesanías. Ahí conoció a Rubelio, vendedor de amate. Le compró un cuadro de un
paisaje nocturno. Platicaron unos minutos. Lo suficiente para que Diego quedara admirado. Se había
enterado cómo se produce el amate: descortezan el jonote, separan la fibra que hay bajo la corteza, la
hierven en agua con cal y ceniza, forman una rejilla que luego golpean hasta extender el papel y lo
dejan secar.
“¡¿Cómo lo descubrieron?!”, pensó admirado al recordar que algunos códices prehispánicos fueron
escritos en amate. Luego calculó la poca fibra que se obtiene de un árbol y su gesto cambió:
“¡Cuántos árboles se emplean para hacer un libro de cincuenta hojas!”. Recordó la plática con Rubelio
en que se describía la producción del amate. Se preguntó la cantidad de árboles que murieron para
que él tuviera ese adorno.
Alejandra, su compañera, al observar cómo cambiaba el rostro de Diego, le preguntó qué estaba
pensando. Ricardo estaba cerca. Al escuchar su respuesta dijo despectivo que era tonto preguntarse
cuántos árboles mueren para hacer algo. Ami simuló no escucharlo y dijo que le gustaba mucho el
amate, pero le daba tristeza que murieran árboles para satisfacer un gusto.
Ricardo comentó: “Pues se trata de una tristeza tonta. Todos los seres vivos tienen que morir, tarde o
temprano. Además, mueren árboles para que tengas papel y a ti te gusta leer y escribir; para que haya
pintura, y te gusta pintar. Tan solo el carbón, ¿cómo se cocinan los tamales? Y a ti y a Alejandra les
gustan mucho. Si no murieran árboles, no habría muchas cosas que te gustan. Además, a veces no
es por gusto sino por necesidad. Por eso se les llama recursos naturales”.
Diego interrumpió: “Ahí está la importancia de lo que hace Rubelio. Y por eso no son preguntas tontas.
Él no solo produce papel sino que junto con su papá, en su terreno siembra jonote.
¿Cuántos artesanos lo hacen? ¡Casi ninguno! Incluso a ellos les roban árboles por la noche”.
Ami dijo que hay lugares en que antes de cortar un árbol, los leñadores piden permiso al árbol y
explican para qué lo van a hacer. Ricardo exclamó: “¡Eso se pasa de tonto! Los árboles no son
personas, ni son como las personas. No sienten, no piensan. Los árboles y las personas somos
totalmente diferentes”.
Alejandra respondió: “Ricardo, antes dijiste que ambos somos seres vivos. Entonces no somos
totalmente distintos. Además, formamos parte de la biosfera y del universo. En eso también nos
parecemos. Claro, depende cómo veas a los árboles. Si consideras que solo son recursos naturales,
piensas en cortarlos o, en el mejor de los casos, en cortarlos y sembrar para luego cortarlos. Pero si
los ves como parte de un ecosistema, te das cuenta de que son seres vivos y que, como tú, merecen
respeto. Pero que, a diferencia de ti, no tienen responsabilidad. En eso somos muy diferentes: ellos
son vulnerables frente a nosotros, y nosotros tenemos responsabilidad”.
Ricardo encaró a su compañera: “¡Uf, no vayas a salir que nuestros brazos son ramas y nuestra
sangre es savia y que nuestros pies raíces! ¿Y tener respeto hacia ellos? ¡Ya lo dije! ¡Pero si no son
personas!”.
Alejandra respondió a Ricardo: “Te gusta que tengamos en cuenta tus ideas, que te escuchemos con
atención. Disfrutas tener la razón. Eres como un macho alfa. ¿Sabes que en un bosque hay árboles
que crecen más que otros? Sobresalen en el paisaje. Se ven como si dominaran a los demás árboles.
Podríamos llamarlos árboles alfa. Entonces hay cierto parecido entre nosotros además de que somos
seres vivos. Tú serías un árbol alfa”.
Ami intervino: “Alejandra tiene razón. No puede haber igualdad en todo. Yo creo que debemos amar a
los árboles y a los animales”.
Cuando Ami terminó de hablar, Ricardo: dijo en tono burlón: “Uy sí, y abrazarlos y besarlos”. La chica
respondió rápidamente: “¡Y por qué no!”. Ricardo continuó: “Y después los cortas y te los comes”. Ella
no supo qué contestar y calló. Estaba enojada.
Diego intervino: “Tal vez los árboles no sientan dolor. Pero sí tenemos similitudes. Son como algunos
seres humanos; dependen de las decisiones que toman otros. Los árboles son como personas
indefensas ante nuestras decisiones. De esta manera, como nosotros podemos decidir y ellos no,
tenemos más poder sobre ellos. Y lo que dice Alejandra me parece importante: debemos
responsabilizarnos de ellos porque tenemos poder; ellos son vulnerables frente a lo que hacemos.
Además, como dice Ale, con ellos formamos parte de un ecosistema”.
Ricardo contestó a Diego: “¡No me digas! Entonces, si dependen de nuestras decisiones, si decido
que crezca rápido, ¿el árbol crece rápido? No es así. ¡Y no me salgas ahora que soy responsable del
hambre y la violencia en África!”.
Alejandra se dirigió a Ricardo y le dijo pausadamente: “Crees que no tienes responsabilidad porque
África está lejos de ti, ¿pero sabes de dónde viene el coltán con que se fabricó tu celular y tu lap?
Crees que no eres responsable de la tala de árboles en el Amazonas, ¿pero sabes de dónde viene lo
que compras? No, no eres el causante. Eso es cierto, pero piensa si tienes o no, alguna
responsabilidad”.
Ami tomó la palabra: “Además, si tú sabes que tirar aceite en las raíces de un árbol o quemar una
llanta junto a él puede matarlo, no debes hacerlo. A veces conocer es básico para tomar decisiones
que afecten más o que afecten menos o que simplemente no dañen”.
Ricardo contestó entre burlón y molesto: “¿¡Y para qué voy a tirar aceite en las raíces de un árbol o
para qué voy a quemar una llanta!? ¡No estoy loco!”.
Ami explicó: “Tal vez no lo has hecho, pero hay talleres mecánicos en los que prefieren tirar el aceite
donde sea más fácil y rápido, que manejarlo como debe ser. Y hay gente que no quema llantas, pero
sí basura… Por deshacernos de un problema que es nuestro o por ignorancia, perjudicamos a otros”.
Diego agregó: “Además, es importante lo que para uno sea importante”. Ricardo dijo que no entendía
el comentario, que eso parecía trabalenguas. Diego dijo de manera pausada: “Déjame que te
explique. Por ejemplo, Rubelio no gana el mismo dinero que sus paisanos porque reforesta su tierra
en lugar de dedicarla a algo que le dé más ganancia. Por eso dije que tiene importancia lo que para ti
sea importante”.
Alejandra advirtió: “Pero con sus acciones, por muy bien intencionadas que sean, Rubelio puede
dañar. Si cultiva solamente jonotes en su terreno, a largo plazo puede afectar ese ecosistema. Por
ignorancia podemos dañar”.
Diego dijo con entusiasmo: “¿Se dan cuenta? Hay otra similitud entre los árboles y nosotros: la
diversidad es mejor que los monopolios, sean culturales, económicos o biológicos”.
Alejandra insistió en su idea: “Pero hay otras acciones que pueden ser bien intencionadas y dañar por
ignorancia. Si Rubelio planta el jonote en un bosque que no es su hábitat natural… Esos ecosistemas
se vuelven menos adaptables a los cambios del ambiente. Y ocurre que el ambiente está
cambiando…”.
Ricardo volvió a su idea: “Pues insisto: ese Rubelio está mal de la cabeza; con dinero baila el perro.
Debería buscar cómo hacer el amate más rápido y barato. Así ganará más”.
Ami cuestionó: “Pero si todos pusieran lo económico por delante del bien de los demás, ¿cómo sería
este mundo?”.
Ricardo criticó a su compañera: “Tú hablas del bien como si fuera para todos por igual. Pero cada
quien debe ver por su propia conveniencia. Por eso hay que ser competente. Si no, no habría
progreso o mucha gente moriría. No todos somos iguales”.
Diego: “Pero cuando ves por los demás también lo haces por tu propia conveniencia. ¿Qué será de él,
de Rubelio, sin jonotes? Por eso, también insisto, lo que él hace es importante: siembra para
conservar”.
Alejandra: “Creo que hay otra razón más que solo conservar para nuestro beneficio. Los árboles
ayudan a que haya agua, a producir oxígeno, a que vivan otras especies, detienen la tierra, evitan la
erosión… como nosotros, forman parte de un ecosistema. Y es un ecosistema no solo para nosotros,
para los que vivimos ahora; también lo será para quienes vivan después”.
En ese momento Paula entró emocionada, venía del laboratorio. Había logrado ver plantas minúsculas
en el microscopio. Lo comentó alegre. Ricardo dijo: “Para que vean. Eso sí es importante. Esas
plantas ayudan a la alimentación o a fabricar medicamentos”. Paula comentó: “Pues no sé si son útiles
o no. Yo las vi y son hermosas. Hasta pensé cómo se vería una secuoya gigante en un microscopio”.
Ami comentó: “Me gustaría ver los árboles que dan cuarenta frutas diferentes. Un señor… Van Aken
creo que se llama, injertó en un tronco, en un solo tronco, varias ramas de árboles frutales. Ahora ese
árbol produce duraznos, ciruelas, nectarinas, albaricoques, cerezas y creo que pronto almendras”.
“Uy, ahora resulta que tienes muy buena memoria”, dijo Ricardo burlándose.
Alejandra dijo pensativa: “Suena impresionante y hasta divertido, pero me pregunto si tenemos
derecho a transformar el fenotipo de una planta. Esto nos convierte en parásitos de ellas en lugar de
generar simbiosis. Además, es como si le hicieran una operación estética a una persona pero sin que
ella lo autorizara, y solo para obtener ganancia aunque le causemos un daño”.
Ricardo: “Otra vez con tonterías. ¡Cómo va a autorizar un árbol! Lo que hace Van Aken es bueno
porque genera dinero. Además, Diego diría que es bueno porque está contra los monopolios de
árboles frutales”.
Alejandra: “Sí, genera dinero, de acuerdo. Pero un cambio así en el fenotipo puede alterar la relación
entre especies. Ocasiona efectos como la migración de polinizadores, y esto tiene impactos en otras
especies que o desaparecen o emigran, y otras que pueden llegar. Además, el fruto se obtiene con
otras características. No todos los ecosistemas pueden adaptarse a esos cambios… ¿Podemos tener
la seguridad de lo que pasará con esos ecosistemas?”.
La última postura traslada el centro de atención de los seres humanos al ecosistema del que
formamos parte. Lleva también a pensar no solo en términos de conservar recursos, sino de respetar
seres vivos.
La narración Amate aborda semejanzas y diferencias entre los otros seres vivos y el ser humano. No
obstante, hace énfasis en lo que nos une mas no en los que nos separa. También da importancia a la
idea de vecindad en el ecosistema y que, finalmente, tiene que ver con la responsabilidad planetaria.
Así, hay preguntas que emergen para la reflexión en el ámbito de las relaciones con otros seres vivos
y, de manera especial, con las plantas. ¿Qué impacto tienen las acciones humanas en otros seres
vivos? ¿Qué debemos hacer con nuestro poder frente a su ausencia en otros seres? ¿Es posible
hablar de una responsabilidad local o, incluso, de una responsabilidad planetaria? ¿Es correcta la
forma en que nos conducimos con respecto al reino vegetal? ¿Podría ser de otra manera nuestra
interacción con el ambiente natural? ¿Cómo debe ser esta interacción?
Las líneas de reflexión que orientan los planes de discusión y ejercicios corresponden al ámbito de la
relación del ser humano con otros seres vivos.
Cuando se dice que las ramas de los árboles son como brazos, se hace una analogía
estructural. Señala dos analogías estructurales entre las plantas y los seres humanos.
¿En qué somos diferentes y en qué somos iguales con las plantas?
¿En qué circunstancias podemos decir que somos vecinos de una especie diferente a la
nuestra?
¿En qué circunstancias podemos decir que nuestras acciones no afectan a otras especies?
¿Qué consecuencias tiene para otro ser vivo su vecindad con el ser humano o con la
sociedad?
¿Hay algo a lo que nos obligue la vecindad con otras especies? ¿Cuáles serían esas
obligaciones?
¿Cuáles son las formas en que los seres humanos valoramos a los árboles?
A lo largo de la historia, ¿qué ha ocurrido cuando se ha visto a los árboles solo como
materia prima o solo como mercancía?
¿Podemos ver a los árboles como elementos de un ecosistema? ¿Qué implicaría eso para
nosotros, los seres humanos?
¿Qué impactos tiene en nuestra forma de vida ver a los árboles solamente como seres
vivos?
Plan de discusión.3 IV.Solidaridad con otras especies.
¿Hay plantas a las que se deba cuidar?
¿En qué se parecen las plantas a las que se les debe o quiere cuidar?
¿Qué significa ser solidario con un ser vivo en lo individual y como especie?
EJERCICIOS
Ejercicio I.1.
Cada organismo vivo es una combinación única de características que pueden ser más o menos
adecuadas para determinadas condiciones ambientales. Un hecho importante es que las especies o
sus poblaciones no viven solas. Por el contrario, comparten el espacio con muchas otras especies.
Establecen intrincadas relaciones entre ellas y con el ambiente en el que habitan. Así dan lugar a los
ecosistemas.
¿Cómo vemos al ambiente? ¿Cómo lo pensamos? Las visiones que tenemos del ambiente pueden
ser antropocéntricas o biocéntricas. Las primeras ponen al ser humano en el centro, de modo que
consideran al ambiente como un conjunto de medios para lograr ciertos fines relativos al hombre, o
como recursos naturales para satisfacer sus necesidades o gustos. Las visiones biocéntricas piensan
a los seres vivos como ecosistemas.
De las siguientes afirmaciones, ¿cuáles tienen su base en la noción de ecosistema ( E) y cuáles en las
de recurso natural (R)? Indica las razones de tu respuesta.
AFIRMACIONES R, E
Un árbol sirve para hacer 250 libretas. R
Para obtener celulosa se debe talar árboles.
Cada árbol cortado es un ser vivo que muere. E
Los árboles sirven para hacer carbón.
Para hacer amate hay que quitar la corteza a un jonote.
Los árboles son seres vivos: asimilan y desasimilan.
Hay árboles maderables y no maderables.
Si se corta a los árboles, el cielo aplastará a los seres humanos.
Los árboles y nosotros formamos parte de la biosfera.
Los árboles son seres que dependen de seres que tienen poder de acción.
Ejercicio I.2.
Con los refranes forma dos grupos. Un grupo contendrá los que expresan un rasgo compartido por los
seres humanos y los árboles (R). Otro grupo será de refranes que solamente expresen una
semejanza. (S)
REFRANES R, S
Árboles y amores mientras tengan raíces tendrán flores. R
Adecuadas plantaciones enriquecen las naciones. S
Árbol sin flor, día sin sol.
Árbol copudo, da sombra, aunque no de fruto.
Árbol trasplantado, bien regado.
Árbol que no frutea bueno es para leña.
Árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza.
Árboles y hombres por su fruto se conocen.
Del árbol enfermizo no esperes fruto rollizo.
De tal árbol, tal astilla.
De un mismo árbol, un madero dorado y otro quemado.
El árbol viejo replantado, antes seco que agarrado.
En terreno de sequío, no pongas árbol de río.
En marzo árboles podar y cavar si quieres fruto recolectar.
Junto al agua cuando puedas, pon extensas arboledas.
Las arboledas labradas quedan bien beneficiadas.
Para el arbolado es buena suerte que venga por octubre frío fuerte.
Quien tiene árbol, tiene pájaros.
Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
Un árbol se corta en una hora y no se cría en veinte años.
Ejercicio I.3.
En varias ocasiones recurrimos a analogías o a metáforas para expresar algo. Individualmente
complementen los siguientes enunciados hasta formar una analogía o una metáfora.
Nuestros brazos son… como alas que nos permiten alcanzar el cielo que queremos
abrazar y ese cielo eres tu.
Nuestro tronco…
Nuestras cicatrices…
Compartan los enunciados en equipo y determinen cuáles tienen sentido y cuáles no. Identifiquen qué
hace que tengan sentido.
Ejercicio I.5.
En algún momento de la historia hay quien ha dicho determinadas frases. ¿En cuáles está presente la
noción de árbol como objeto (O), en cuál la de recurso natural (RN) y en cuál la de ser vivo (SV)? ¿En
qué razones fundamentas tu respuesta?
FRASES O, RN, SV
La mayoría de las cosas, con excepción de la agricultura, pueden
esperar.
¡Que solo los caminos queden sin sembrar!
Donde vive el ser humano no hay lugar para los árboles.
Necesitamos leña: el hierro es la palanca del progreso.
Los dioses colocaron a los árboles para detener al cielo. Antes de
que caigan los últimos, el cielo aplastará a los hombres.
Ejercicio III.4.
Ubica en los círculos concéntricos las expresiones por el grado de conciencia de vecindad que
muestran: vecindad inmediata (VI), vecindad próxima (VP), vecindad distante (VD), o ausencia de
vecindad (AV),. No omitas decir las razones de cada caso.
Ejercicio IV.3.
A veces se cortan árboles o plantas o se experimenta en animales o se les mata para satisfacer
necesidades. Algunas de esas necesidades son primarias (NP), es decir, nos permiten seguir viviendo
o desarrollarnos culturalmente. Otras necesidades, en cambio, son secundarias (NS),; podríamos
prescindir de ellas. De las siguientes, ¿cuáles podríamos/deberíamos satisfacer (satisfacción que
incluye el sacrificio de otros seres vivos), cuáles podríamos dejar de satisfacer y cuáles deberíamos
no satisfacer para ser solidarios?
NECESIDADES NP, NS
Comer hamburguesas.
Comer sopa de aleta de tiburón.
Cortar leña
Probar la eficacia de una substancia
Estudiar cómo funciona un ecosistema.
Divertirnos en una festividad.
Construir casas.
Hacer una fogata en una excursión.
Obtener celulosa para hacer papel.
Cortar hojas para hacer té.
Transportarse en automóvil.
Hacer deporte.
Ejercicio IV.4.
A veces se cortan árboles o plantas, se experimenta en animales o se les mata para satisfacer
necesidades humanas. Algunas de esas necesidades son primarias, es decir, nos permiten seguir
viviendo o desarrollarnos culturalmente. Otras necesidades, en cambio, son secundarias y podríamos
prescindir de satisfacerlas.
Haz una lista de cinco necesidades que podríamos/deberíamos satisfacer y que incluirían la muerte de
otros seres vivos (LISTA A)
(LISTA A)
1
2
Haz otra lista de cinco necesidades que podríamos dejar de satisfacer y otra que deberíamos no
satisfacer.
(LISTA B)
Ejercicio IV.5.
Cuando Diego se pregunta por el amate, de alguna manera se interroga por la historia de ese objeto.
Preguntarse por lo que hay detrás del objeto es una forma diferente de mirarlo, porque se piensa
como algo que está ahí pero que antes tuvo un proceso de formación. No se le ve como algo
acabado.
Así, cuando Diego se pregunta cómo descubrieron que de un árbol puede desprenderse la corteza y
unida a ella hay un material que puede servir para hacer papel, pero antes hay que hervirlo en cal y
ceniza, lo que él hace es preguntarse por la historia de ese objeto. Aunque del adorno que tiene en su
cuarto conoce la historia reciente porque la ha visto en el documental de Rubelio, se pregunta también
por la historia anterior y los impactos que ambas historias tienen en el ambiente.
Recuerda una parte de la casa donde vives, en la que haya más objetos. Identifica uno de ellos que
haya sido hecho a partir de una planta o de un animal. Narra la historia cercana y la historia lejana de
ese objeto, así como los impactos que ambas historias han tenido en el medio.
Ejercicio IV.6.
Si Ricardo dice que lo importante de una acción es ganar dinero con ella, está proponiendo lo que
podríamos llamar imperativo económico. (A),
Cuando el mismo Ricardo señala que Rubelio debería buscar cómo hacer amate más rápido y barato,
está hablando de lograr ciertos fines. Cuando se trata de lograr ciertos fines, sean los que sean, se
está actuando en términos de eficacia. Y cuando se habla del máximo ahorro de recursos en el logro
de esos fines, se está actuando en términos de eficiencia. Lograr la máxima eficacia y eficiencia con
una acción, en eso consiste el imperativo tecnológico. . (B)
El imperativo ecológico, se aproxima a lo que sería una relación simbiótica: lograr el máximo bienestar
para quien actúa y sobre lo que actúa. . (C)
Señala en qué casos lo que se dice o se hace es siguiendo el imperativo ecológico, el imperativo
económico y cuándo el imperativo tecnológico. Ofrece razones de tu elección.
AFIRMACIONES A, B, C
Lo que Rubelio debería hacer es buscar cómo producir amate más rápido y
barato.
Es preferible tirar el aceite donde sea más fácil y rápido que manejarlo como
indica el reglamento.
Tenemos poco tiempo, por eso es preferible vender más amate que dedicarse
a reforestar.
No hay de qué preocuparse; los árboles se reproducen por sí mismos.
Es mejor sembrar plantas comestibles que plantas que no tienen utilidad.
Es necesario cuidar que no haya monocultivos para evitar que el ecosistema
sea vulnerable.
Para que un jardín se vea bien hay que sembrar en él palmeras de california.
Talar la selva de Chiapas para sembrar palma de aceite es una buena acción.
Para reforestar se siembra eucalipto en lugar de la flora nativa
Para producir papel se siembra eucalipto en lugar de la flora nativa.
Ahora se ve bien el lugar. Antes no era sino un erial.
Cuando se generan monocultivos se transforma el ecosistema
Una montaña con árboles es un paisaje bonito.
Ejercicio IV.7.
Complementa estas expresiones. En cada caso da razones de tu respuesta. Si fuera un árbol, me
gustaría/no me gustaría que...
Ejercicio IV.8.
Sobre los casos que se presentan abajo. ¿Cuáles muestran falta de solidaridad consciente (FSC) y
cuáles falta de solidaridad no consciente (FSNC) del ser humano respecto a las plantas?
Pocas cosas me gustan tanto como llegar a casa y jugar con Rudy, mi perro. Lo encontré en la calle
hace dos años. Después me enteré que había sido la mascota del señor Rubén, el dueño de la
pollería del mercado.
El señor Rubén es buena gente, pero su opinión sobre los animales es muy mala. Un día, mi mamá
me pidió que fuera a comprar unas cosas al mercado. Rudy me acompañó y cuando pasamos por la
pollería, el señor Rubén reconoció a Rudy.
—¿Rudy? Pues yo ni le había puesto nombre. Y sí, ese perro era mío-.
—Sí, también tenía a su mamá —continuó el señor Rubén—. Tuvo muchos cachorros y los regalé. Yo
me había quedado con ese perro, pero era muy tonto y desobediente. De veras que solo entienden a
golpes. Pero me da gusto que te lo hayas quedado tú, Quino. ¿No te ha dado mucha lata?
—No, señor Rubén. La verdad es que se porta muy bien. ¿Dice que usted le pegaba a Rudy?
—Bueno, solo cuando no entendía lo que le decía. Lo que pasa, Quino, es que la mayoría de los
animales únicamente entienden a golpes. Hay que saber someterlos para poder aprovecharlos—.
Mientras el señor Rubén decía eso, me sentí intimidado. Pensé que no estaba de acuerdo con lo que
él decía. Además, me acordé de algo que había visto en las clases de Biología y Ética.
—Fíjese, señor Rubén, que en mis clases de Ética y Biología los maestros coincidieron en que, como
la vida es un valor fundamental, todos los seres vivos deben ser respetados y, por ello, los humanos
debemos evitar aprovecharnos de otros seres vivos. ¿Estará mal lo que nos dijeron?
—¡Ay, muchacho! ¡Qué tonterías les enseñan ahora en las escuelas! ¿En qué año estás? —.
—Mira, yo he trabajado durante muchos años vendiendo carne de pollo, de res y de puerco. Además,
mi padre fue campesino y en su pueblo teníamos otros animales. Pero no teníamos a los bueyes, las
gallinas, las vacas y los perros nomás para estar cuidándolos. Los usábamos para
trabajar y para obtener de ellos nuestro alimento. Y, por eso mismo, estos animales se crían para
poderlos consumir. Ahora, para poder hacer eso, tienes que someterlos, no hay de otra.
—No estoy seguro, señor Rubén. El papá de mi amiga Tere trabaja en un zoológico y él me ha
platicado que los animales se parecen mucho más a nosotros de lo que creemos. Por ejemplo, hay
muchas especies de seres vivos que se juntan entre sí para vivir en comunidades, igual que lo
hacemos los seres humanos. Y esto es algo que también he observado cuando Rudy se acerca a
otros perros: se acerca a ellos y los olfatea, otros lo hacen estar alerta y les ladra. Se parece a lo que
hacemos los humanos entre nosotros. Pero también hay otros ejemplos de animales que viven en
comunidades y se parecen a los humanos, como los pingüinos, las abejas y las hormigas e, incluso,
los leones y los rinocerontes. ¿No es curioso que compartamos con otros seres vivos este tipo de
características? Es como si, por naturaleza, los animales siempre necesitaran vivir en comunidad y
aprender a convivir con otras especies—.
—Bueno, muchacho, ¿qué se te ha metido en la cabeza? Es obvio que los animales se agrupan por
instinto. Nosotros, en cambio, nos asociamos porque pensamos y con ello logramos mayores
beneficios.
En ese momento alguien tocó mi hombro. Era mi amiga Tere, de la que había hablado un momento
antes al señor Rubén.
—¡Hola, Quino! ¡Hola, Rudy! Buenas tardes, señor Rubén. ¿Qué andan haciendo?—
—Pues mi mamá me mandó por unas cosas —le respondí a Tere— y empecé a platicar con el señor
Rubén sobre nuestra relación con los animales. Le estaba diciendo que los humanos nos parecemos
mucho a otras especies, pero el señor Rubén no está de acuerdo con eso.
Yo le contesté —Pues en que, igual que otras especies, necesitamos juntarnos para vivir, que no
podemos vivir separados.
—Ya te dije, Quino, —interrumpió el señor Rubén— que los animales se vinculan por instinto y los
humanos lo hacemos porque pensamos, porque razonamos.
Tere comentó —Yo creo que ambos tienen en parte razón. Que los humanos nos vinculemos porque
razonamos no quita el hecho de que nos vinculamos, ¿no? Pero eso no quiere decir que los humanos
y otras especies nos vinculemos por las mismas razones. ¿Por qué cree usted, don Rubén, que
vincularse por instinto es diferente a vincularse porque se razona?—
—Bueno, pienso que si te vinculas por instinto, en realidad lo haces porque no te queda de otra, no
porque realmente lo quieras. En cambio, vincularse como lo hacemos los humanos sí implica una
decisión: yo decido si quiero o no vincularme con la sociedad—.
—Pero —continuó Tere—, de todos modos nos vinculamos. Es como si la naturaleza nos obligara a
pensar que vivir en sociedad es mejor que vivir aisladamente, aunque creamos que decidimos hacerlo
por nuestra propia voluntad. En ese caso, estaríamos actuando igual que otras
especies, o sea, lo hacemos porque algo de nuestra naturaleza nos empuja a crear sociedades.
Entonces al agruparnos, ¿no actuamos como otras especies, aunque lo hagamos por medio de toma
de decisiones?
Además, —dijo Tere— yo creo que nos vinculamos más por un sentimiento de pertenencia y de
protección que por decisiones racionales. Y, si esto es así, entonces somos mucho más parecidos a
los animales de lo que creemos.
—Puede ser —dijo el señor Rubén—. Pero eso no quita el hecho de que los humanos sí razonamos y
los animales no.
—Pero eso sería una diferencia que, aunque nos distinga, no quita que también nos haga parecidos a
otras especies —repliqué.
—Además, —abundó Tere— no es tan importante señalar en qué somos diferentes de los otros seres
vivos, sino en qué somos semejantes. Por ejemplo, todos los seres vivos buscamos seguir viviendo.
Eso lo he visto con mi papá en el zoológico. Muchos seres vivos, igual que nosotros, sienten hambre y
ser hambre y sed. Todos tienen necesidades y, en el caso de ciertos animales, también parecen tener
emociones: sienten miedo, sienten cansancio. Incluso, algunos científicos han comprobado que
algunos animales llegan a sentir estrés.
—Bueno, yo creo que eso último ya es una exageración —dijo el señor incrédulo Rubén—. Pero en lo
que estoy de acuerdo es en que todos los seres vivos desean seguir viviendo. Requieren comer y
beber, por ejemplo. Ahora que lo mencionan, recuerdo que de niño disfrutaba mucho darle de comer a
las vacas y los bueyes. Me daba la impresión de que tenían tanta hambre, que disfrutaban mucho su
comida. Lo mismo pasaba con mis perros.
—Sí, cuando le doy de comer a Rudy —comenté yo—, en verdad parece sentir mucho gusto, igual
que cuando bebe agua. Creo que no hay duda de que una gran cantidad de seres vivos requieren de
lo mismo que nosotros para vivir porque quieren preservar su vida. Además, parecen sentir placer y
dolor; y hasta parece que, igual que nosotros, buscan evitar sufrimientos. Creo que también sienten
miedo o se ponen agresivos cuando algo o alguien los amenaza. Por eso, señor Rubén, creo que
Rudy le gruñía, porque había experimentado miedo cada vez que lo golpeaba. Así como usted o yo lo
sentiríamos si alguien nos hiciera daño.
—Pero, volviendo al tema de las semejanzas que tenemos con otros seres vivos —retomó la palabra
Tere—, mi papá me ha dicho que, precisamente porque todos los seres vivos requerimos de
alimentos, la explotación del planeta que hace el hombre es un peligro para todos.
—Pues eso sí que es verdad —contestó don Rubén—. Hay tanta contaminación en los ríos y en la
tierra que por eso se enferman los animales en general, y particularmente los ganados. Por eso luego
me llega carne muy mala. Incluso pasa con las plantas. Con eso de que ahora usan plaguicidas en las
cosechas, hasta las tortillas de doña Meche han enfermado a las personas.
—Sí, —repuso Tere— mi papá ha estado preocupado porque ve que los recursos del planeta cada
vez son más escasos y poco a poco se está acabando con diversas especies. Creo que, como seres
humanos, debemos tomar conciencia de que lo que hacemos no solo es para nosotros y que tiene
repercusiones graves en otros seres vivos.
Esto último que dijo Tere me dejó muy pensativo. Miré a Rudy, quien estaba echado al lado de mí
mientras platicábamos, y me di cuenta que era verdad. Casi siempre veía sólo por mí y mis relaciones
más cercanas, incluida la de mi perro, pero casi nunca me importaba lo que pasaba en el planeta con
otras especies. Tras darme cuenta de eso, volví a intervenir: —Y, entonces, ¿qué se puede hacer
para no dañar a otras especies?
—Pues mi papá piensa que lo primero es tomar conciencia del impacto que, como seres humanos,
estamos generando sobre el planeta —dijo Tere—. —Y también cree que es una cuestión de
educación. Muchas veces la gente, por satisfacer sus necesidades o sus caprichos, consume
demasiadas cosas que, obviamente, generan que haya muchas industrias y, por tanto, contaminación.
Creo que, como dice mi papá, consumimos tanto que nunca nos llenamos y por eso todo el tiempo
estamos contaminando al planeta—.
—Entonces, —intervine— lo primero que debemos hacer es cambiar la mentalidad de que el mundo,
los animales y, en general, los recursos del planeta son exclusivamente para nosotros.
—¿Ya ve, señor Rubén? —señalé— Creo que debe pensar de otra manera lo que me decía al
principio. Eso de que hay que someter a los animales para aprovecharlos.
—Pues mira que sí, muchacho —me respondió don Rubén—. ¡Vaya que cambian los tiempos: ahora
un viejo aprende de los jóvenes!
Se me hizo tarde y sabía que mi mamá ya estaría preocupada porque no había regresado. Me
despedí de don Rubén, de Tere y volví a casa. Pero la charla me dejó muy pensativo ¿cómo le haces
para cambiar los hábitos y las creencias de las personas para que tengan más conciencia sobre su
relación con el planeta y otras especies?
II. Reconocimiento de las semejanzas y diferencias entre los seres vivos incluido el ser humano.
Plan de discusión I.
En un primer momento, el señor Rubén parece estar de acuerdo con el maltrato y el abuso
contra los animales. ¿Cuáles consideras que pueden ser las razones por las que él tiene dichas
creencias?
¿Qué semejanzas y qué diferencias podrías identificar entre la especie humana y otros seres
vivos?
¿Cuáles son más fáciles de identificar: las semejanzas o las diferencias? ¿Por qué?
¿Qué semejanzas entre los seres humanos y los animales son necesarias para decir que es
razonable cuidar a los animales?
¿Qué acciones podemos emprender para tomar conciencia del cuidado hacia otros seres
vivos?
¿Por qué crees que nos debe importar el cuidado de otras especies?
¿Cómo se vincula el consumismo con el descuido hacia otras especies de seres vivos y con la
falta de recursos naturales?
¿Qué acciones consideras que realizas para cuidar a otros seres vivos? ¿Qué acciones
reconoces en ti mismo que pueden repercutir en el descuido hacia otros seres vivos?
¿Cómo harías para que otras personas tomen conciencia de que sus acciones repercuten en el
cuidado o descuido del planeta?
¿Cuál es tu postura respecto a las ideas del señor Rubén? ¿Consideras que debemos
aprovechar a los animales o que debemos dejarlos en paz, cuidarlos o respetarlos?
Cuando se habla de cuidar a otros seres vivos, parece que debemos cuidarlos, sobre todo, de
nuestras propias acciones. ¿Por qué crees que el ser humano impacta tanto en la vida de otras
especies?
Si cuidar otras especies es procurar que nosotros no desaparezcamos, ¿entonces nos motiva,
en el fondo, un egoísmo para cuidar de las otras especies? ¿Por qué?
¿Qué acciones se pueden emprender para tratar de lograr un equilibrio entre la especie
humana y otras especies?
EJERCICIOS
Ejercicio I.
Menciona cuales serian los puntos fuertes de las siguientes posturas
Ejercicio II.
¿Qué tan diferentes somos los humanos de otros seres vivos?