Terapia Neural 2
Terapia Neural 2
Terapia Neural 2
NEURAL
Dr. Dosch, Fleckenstein y Kibler en Alemania son otros que han extendido el mecanismo de
acción de la TN.
a) Cada enfermedad crónica puede estar provocada y mantenida por un campo irritativo o
“interferente”. Un campo interferente es un estado de estímulo crónico poco sintomático o
asintomático en cualquier parte del cuerpo. Impulsos subliminales procedentes de ese lugar
pueden debilitar circuitos reguladores y producir efectos clínicos en cualquier parte
del organismo en un lugar de resistencia disminuida. Como ejemplos tenemos: amigdalitis
crónica, cicatrices, dientes (principales campos), neumonía, hepatitis, fracturas, tiroides, útero
y próstata. No constituyen campos de interferencia los estados sicóticos, carenciales,
enfermedades hereditarias y la esclerosis múltiple.
b) En cada punto del organismo se puede establecer un campo interferente.
c) La infiltración con procaína puede curar la enfermedad causada por el campo interferente
mediante el “fenómeno del segundo”. Esto significa que los dolores o alteraciones de
funcionamiento a distancia, desaparecen completamente durante por lo menos 20 horas (en el
área de dientes y mandíbula durante 8 horas) al no existir modificaciones morfológicas
irreversibles. Con cada inyección posterior, el intervalo sin molestias debe prolongarse.
d) El espacio donde se desarrolla una inflamación es el tejido conjuntivo blando, o sea, el espacio
intersticial (capilar y pre capilar). El primer paso es el edema.
e) El equipo de la Escuela de Viena, el Prof. Pischinger y colaboradores demostraron que este
espacio intersticial es el lugar vital por excelencia. Ahí se encuentran todas las facetas
indispensables para regular las funciones vitales (Sistema Básico de Pischinger). Los capilares
y vías linfáticas se encuentran controlados por terminales simpáticos que regulan la
temperatura, el oxígeno, el potencial celular con los iones y el metabolismo y química básicas.
Las células parenquimatosas de los órganos solamente trabajan en forma impecable u óptima
en un Sistema Básico morfológica y funcionalmente intacto. El Sistema Básico de Pischinger
es una prolongación del Sistema Nervioso Vegetativo.
El factor más importante parece ser el potencial celular que debe mantener una cantidad de
90 mv. La escuela vienesa ha demostrado que los procesos crónicos provocan un desgaste
energético que puede llegar hasta cero. La mayor parte de la TN aporta una energía que permite
aumentar el potencial celular hasta el limite normal de 90 mv y con ello poner a la célula de nuevo
en condiciones para poder cumplir su función reguladora y la procaína aporta un potencial de 290
mv, o sea, provoca la repolarización de la membrana celular.
El organismo cura, pero en ocasiones, permanecen recuerdos de una inflamación,
intoxicación, cicatriz, infección o trauma que permanecen almacenados en una especie de memoria
en el SNC o en los nervios periféricos y es la causa de que en un momento dado pueda ocurrir una
sobrecarga del Sistema Básico (el último evento o segundo golpe), por excesivo stress o una
afección gripal, por ejemplo, y las energías no fluyan adecuadamente, ocurre un “derramamiento
del barril” (el ultimo golpe derrama el barril) y se presenta una enfermedad cualquiera, por tanto,
es necesario investigar a qué niveles del Sistema Nervioso están esos recuerdos, llegar hasta ellos
y colocar impulsos que permitan que el organismo los borre o transforme y se normalice,
constituyendo esto la base de la terapia neural. Impulsos con procaína en el Sistema Básico y en
el Simpático, pueden llegar a cualquier parte del organismo.
Esto nos indica que es necesario tratar el enfermo y esperar como reacciona el organismo.
Se tratan enfermos, no enfermedades. Somos seres singulares y por ello es necesario tratar a cada
paciente de forma individual y nunca dejarnos tentar por el conformismo de confeccionarle el
mismo esquema terapéutico a varios pacientes con similares afecciones.
cuerpo, ser “mudo” localmente, pero capaz de ocasionar enfermedades a distancia. Cualquier tipo
de irritación puede producir alteraciones, y en los dientes y encías hay irritaciones, a veces,
creadas por los odontólogos. Hay pacientes que pueden presentar enfermedades después de
tratamientos de conductos que dejan irritaciones o inflamaciones en la maxilla o en la mandíbula.
Por eso, para el ejercicio de la Terapia Neural, es indispensable la asociación entre médicos y
odontólogos. El bimetalismo - trabajos hechos en la boca con diferentes metales - genera
corrientes que pueden repercutir en cualquier parte del organismo. Algo similar puede ocurrir en
las osteosíntesis metálicas utilizadas en Ortopedia y Traumatología.
Primero, hemos de colocar las inyecciones más sencillas, las precisamente suficientes para
cada caso. Se aplica por lo general la terapia con pápulas sobre partes dolorosas, pruriginosas o
de alguna otra manera patológicas. A menudo basta con este estímulo curativo para frenar en su
comienzo procesos leves que tienen tendencia a la regresión, si esto no es suficiente, buscamos el
tejido más profundo que se nos muestra entonces segmentalmente afectado: TCS, músculos,
tendones, huesos, articulaciones, pleura o peritoneo. El próximo paso nos conduce a arterias y
nervios aferentes, siendo lo más efectivo la aplicación directamente en el Simpático a través de su
troncal y sus ganglios. Estas inyecciones se reservan como último recurso.
Tipos de inyecciones.
a) Tratamiento local. Se lleva a cabo en el tejido lesionado, como por ejemplo, lesiones de
cicatrización retardada –se realizan en el tejido celular subcutáneo y bordes de la lesión- y
esguinces –se realizan en el sitio de máximo dolor en el ligamento -.
b) Tratamiento en el segmento. La infiltración se realiza en tejidos del segmento lesionado.
c) Infiltración subcutánea. Se usan para el tratamiento de gelosas, puntos gatillos, zonas
edematizadas. Se produce una pápula en la piel, con el aspecto de “cáscara de naranja”.
Cada inyección produce una serie de reacciones generales inespecíficas, independiente del
sitio de la punción. El efecto puede acrecentarse si además inyectamos aire (las preferimos
en este caso en afecciones cardiopulmonares, paraesternales, paravertebrales para la
sacrolumbalgia y en la cercanía de úlceras de las piernas). Las infiltraciones subcutáneas
se realizan en el cuero cabelludo, paraesternales, paravertebrales, región epigástrica,
región hipogástrica, región sacra, sobre articulaciones enfermas y sobre la piel afectada.
d) Infiltración intramuscular. Se realiza fundamentalmente en puntos gatillos.
e) Infiltración pre-periostal. Se realiza en fracturas, zonas dolorosas del periostio y en
tendinitis de inserción.
f) Infiltración intra-articular. Sólo muy raras veces se hacen necesarias. En la mayoría de los
casos, resolvemos la situación con pápulas y pequeñas infiltraciones alrededor de la
articulación. Este tipo de infiltración debe ser cuidadosamente valorada.
g) Infiltración perineural o perivascular. Se realizan alrededor del paquete vásculo-nervioso.
h) Inyecciones intravasculares. Se realizan en los vasos arteriales o venosos del tejido
lesionado.
i) Inyecciones en los ganglios nerviosos. Resulta efectiva en el Síndrome de distrofia
simpático refleja o Síndrome Doloroso Regional Complejo (SDRC).
Otros aspectos técnicos a tener en cuenta.
- Utilización de agujas y jeringuillas de diferentes tamaños y capacidad.
- Desinfección de la piel con alcohol al 70% o alcohol yodado.
- La procaína o novocaína. Es el clorhidrato del p-aminobenzoato de 2-dietilaminoetilo
(C13H20N2O2HCl=272,78). Se descompone a los 20-40 minutos en el cuerpo humano en dos
cuerpos antihistamínicos: El PABA y el dietil amino etanol, quedando sin el menor efecto tóxico.
La procaína es el fármaco “patrón” con el que se miden y comparan potencia y toxicidad de
los agentes locales empleados para inyección. Es el más frecuentemente utilizado y menos tóxico
de los anestésicos locales Se le ha dado arbitrariamente potencia y toxicidad de la unidad y el
índice anestésico de 1,0.
4
0,5 ó 0,7%), que realizan algunos especialistas, no debe realizarse porque los álcalis liberan la
procaína base que es insoluble.
La procaína, dada su relación con el ácido p-aminobenzoico, inhibe los compuestos
sulfonamídicos (sulfas y algunos diuréticos, como la hidroclorotiazida), aunque este hecho no tiene
repercusión en la práctica.
Contraindicaciones de la TN.
Absolutas.
a) Bloqueos auriculoventriculares completos.
b) Trastornos de la coagulación de la sangre o pacientes que tienen tratamiento con
anticoagulantes.
c) Alergia a la procaína.
d) Hipotonía grave y cardiopatías descompensadas.
e) Brotes de miastenia gravis.
Relativas.
a) Fracaso con la TN.
b) Pacientes alienados mentalmente.
c) Enfermedades hereditarias.
d) Enfermedades carenciales.
e) Zoonosis.
f) Estados que se desarrollan asociados a conflictos psicosociales.
g) Ganancia secundaria por parte del paciente.
Otras.
Inyecciones del ganglio ciliar en pacientes que han sufrido pérdida de un ojo o en el ganglio
celíaco en el riñón en pacientes nefrectomizados.
6
BIBLIOGRAFÍA.
1- Baldry, P.: “Management of Myofascial Trigger Point Pain”. Acupuncture in Medicine
2002; 20(1) 2.
2- Becke, H.: “Neural therapy and acupuncture in Gynecology and Obstetrics”. Zentralbl
Gynacol. 1982; 104 (10): 602-609.
3- Branco, K., and M. A. Naeser: “Carpal tunnel syndrome: clinical outcome after low level laser
acupuncture, microamps transcutaneous electrical nerve stimulation, and after alternative
therapies- an open protocol study”. J Altern Complement Med. 1999; 5 (1): 5-26.
4- Collins, V. J.: “Anestésicos locales”. En Anestesiología. Ciudad de la Habana: Editorial
Científico Técnica, 1985; t 2: 649-667.
5- Diccionario terminológico de Ciencias Médicas. Ciudad de la Habana: Editorial Científico-
Técnica, 1977.
6- Dosch, P.: Libro de la enseñanza de la terapia Neural según Huneke. 4 ed. Popayán.
Ediciones “Los Robles”, 1990.
7- Gogoleva, E. F.: “New approaches to diagnosis and treatment of fibromyalgia in spinal
osteochondrosis”. Ter Arkh 2001; 73 (4): 40-45.
8- O'Connor, D., S. Marshall and N. Massy-Westropp: “Non-surgical treatment (other than
steroid injection) for carpal tunnel syndrome”. Cochrane Database Syst Rev 2003;(1):
CD003219.
9- Phero, J. C., P. Prithvi and J.S. Mc Donald: “Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea e
inyección mioneural para el tratamiento del dolor miofascial crónico”. En Clínicas de
Norteamérica. Dolor. Ciudad de la Habana: Editorial Científico-Técnica, 1987: 861-872.
10- Sastre Sisto, L.: El tratamiento del dolor por cáncer. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y
Educación, 1991.
11- Zauner Gutmann, A. “Terapia Neural y Láser”. Bol. CDL.1986; (8): 11-13.