Terapia Neural 2

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ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LA TERAPIA

NEURAL

Dr.Edilberto Trinchet Ayala.


Especialista de II grado en Ortopedia y Traumatología. Jefe del Servicio de Medicina Física y
Rehabilitación. Hospital Vladimir Ilich Lenin
Profesor Asistente. Facultad de Ciencias Mariana Grajales Cuello.
Master en Medicina Tradicional y Natural.
Holguín.
Octubre 2005.

La terapia neural es el método terapéutico consistente en la utilización de la procaína a


diferentes niveles del SN para el tratamiento de enfermedades agudas o crónicas. Consiste en el
método científico de quitar recuerdos nocivos para el organismo y permitir el libre flujo de las
energías de información o de experiencias, lo cual trae como consecuencia que el paciente retome
su propio orden o ritmo que hace innecesaria la presencia de la enfermedad y lo armoniza con él
mismo y con la naturaleza.
La terapia neural (TN) fue descubierta por casualidad por los médicos alemanes Ferdinan y
Walther Huneke, cuando trataron a su hermana Katha de una migraña muy persistente con un
preparado antirreumático que contenía procaína, provocando su mejoría. Estas aplicaciones cada
día sorprendían más a los hermanos y sus seguidores. En otro caso la inyección endovenosa
involuntariamente se transformó en perivenosa y el resultado fue todavía mejor, lo que demostró
que la procaína actuaba a través del SN y no a través de la circulación, sin embargo, no se conocían
los detalles de estos cambios en las terminaciones nerviosas del Sistema Nervioso Vegetativo.
Comenzaron a inyectar procaína en las zonas segmentales, además de las inyecciones en los puntos
más dolorosos, o sea, en la piel (infiltraciones subcutáneas), en el tejido conjuntivo (gelosas), sobre
el periostio, vasos y nervios con sus correspondientes ganglios.
Algunos años mas tarde, Ferdinan Huneke observó otro fenómeno que le llamó la atención y
cuyo resultado fue motivo de muchas controversias. Se trataba del “fenómeno del segundo” que se
observó por primera vez en 1940 en una enferma que padecía de una periartritis escapulohumeral
de evolución crónica con un dolor muy intenso. Los médicos de la época intentaron eliminar todos
los focos infecciosos, tales como las amígdalas, dientes, vesícula biliar, apéndice y como último
recurso le habían propuesto la amputación por la pantorrilla izquierda donde había sufrido de niña
una osteomielitis. Antes de sufrir esta mutilación quiso probar suerte con los hermanos Huneke
que ya gozaban de fama en casos difíciles. Todos los tratamientos realizados, al principio no
obtuvieron ningún resultado, al extremo que la enferma marchó desilusionada, pero poco tiempo
después volvió porque se la había inflamado como casi cada año, la cicatriz de la pantorrilla,
provocándole un picor insoportable. Como Huneke conocía el efecto antiinflamatorio de la
procaína, le administró una infiltración directamente en la cicatriz inflamada. El resultado
sorprendió a ambos porque casi en el mismo instante desapareció el picor y la inflamación local,
pero al mismo tiempo el dolor en el hombro, tan radicalmente que podía mover el brazo en todas
direcciones. Huneke no sabía lo que había ocurrido y otros médicos lograron este mismo efecto
con sus pacientes en condiciones muy similares.
Las primeras publicaciones provocaron una gran cantidad de discusiones, pero en Viena, un
grupo de médicos, comenzaron a trabajar siguiendo las ideas del celebre Prof. Eppinger para
encontrar una explicación a este fenómeno. Nombres como Prof. Pischinger, Doy, Dr. Kellner, el
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Dr. Dosch, Fleckenstein y Kibler en Alemania son otros que han extendido el mecanismo de
acción de la TN.
a) Cada enfermedad crónica puede estar provocada y mantenida por un campo irritativo o
“interferente”. Un campo interferente es un estado de estímulo crónico poco sintomático o
asintomático en cualquier parte del cuerpo. Impulsos subliminales procedentes de ese lugar
pueden debilitar circuitos reguladores y producir efectos clínicos en cualquier parte
del organismo en un lugar de resistencia disminuida. Como ejemplos tenemos: amigdalitis
crónica, cicatrices, dientes (principales campos), neumonía, hepatitis, fracturas, tiroides, útero
y próstata. No constituyen campos de interferencia los estados sicóticos, carenciales,
enfermedades hereditarias y la esclerosis múltiple.
b) En cada punto del organismo se puede establecer un campo interferente.
c) La infiltración con procaína puede curar la enfermedad causada por el campo interferente
mediante el “fenómeno del segundo”. Esto significa que los dolores o alteraciones de
funcionamiento a distancia, desaparecen completamente durante por lo menos 20 horas (en el
área de dientes y mandíbula durante 8 horas) al no existir modificaciones morfológicas
irreversibles. Con cada inyección posterior, el intervalo sin molestias debe prolongarse.
d) El espacio donde se desarrolla una inflamación es el tejido conjuntivo blando, o sea, el espacio
intersticial (capilar y pre capilar). El primer paso es el edema.
e) El equipo de la Escuela de Viena, el Prof. Pischinger y colaboradores demostraron que este
espacio intersticial es el lugar vital por excelencia. Ahí se encuentran todas las facetas
indispensables para regular las funciones vitales (Sistema Básico de Pischinger). Los capilares
y vías linfáticas se encuentran controlados por terminales simpáticos que regulan la
temperatura, el oxígeno, el potencial celular con los iones y el metabolismo y química básicas.
Las células parenquimatosas de los órganos solamente trabajan en forma impecable u óptima
en un Sistema Básico morfológica y funcionalmente intacto. El Sistema Básico de Pischinger
es una prolongación del Sistema Nervioso Vegetativo.
El factor más importante parece ser el potencial celular que debe mantener una cantidad de
90 mv. La escuela vienesa ha demostrado que los procesos crónicos provocan un desgaste
energético que puede llegar hasta cero. La mayor parte de la TN aporta una energía que permite
aumentar el potencial celular hasta el limite normal de 90 mv y con ello poner a la célula de nuevo
en condiciones para poder cumplir su función reguladora y la procaína aporta un potencial de 290
mv, o sea, provoca la repolarización de la membrana celular.
El organismo cura, pero en ocasiones, permanecen recuerdos de una inflamación,
intoxicación, cicatriz, infección o trauma que permanecen almacenados en una especie de memoria
en el SNC o en los nervios periféricos y es la causa de que en un momento dado pueda ocurrir una
sobrecarga del Sistema Básico (el último evento o segundo golpe), por excesivo stress o una
afección gripal, por ejemplo, y las energías no fluyan adecuadamente, ocurre un “derramamiento
del barril” (el ultimo golpe derrama el barril) y se presenta una enfermedad cualquiera, por tanto,
es necesario investigar a qué niveles del Sistema Nervioso están esos recuerdos, llegar hasta ellos
y colocar impulsos que permitan que el organismo los borre o transforme y se normalice,
constituyendo esto la base de la terapia neural. Impulsos con procaína en el Sistema Básico y en
el Simpático, pueden llegar a cualquier parte del organismo.
Esto nos indica que es necesario tratar el enfermo y esperar como reacciona el organismo.
Se tratan enfermos, no enfermedades. Somos seres singulares y por ello es necesario tratar a cada
paciente de forma individual y nunca dejarnos tentar por el conformismo de confeccionarle el
mismo esquema terapéutico a varios pacientes con similares afecciones.

Algunas consideraciones terapéuticas a tener en cuenta.


Cuando aplicamos la terapia neural en forma segmentaria y hay recidiva del dolor a las
pocas horas, es necesario buscar un campo interferente que puede estar en cualquier parte del
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cuerpo, ser “mudo” localmente, pero capaz de ocasionar enfermedades a distancia. Cualquier tipo
de irritación puede producir alteraciones, y en los dientes y encías hay irritaciones, a veces,
creadas por los odontólogos. Hay pacientes que pueden presentar enfermedades después de
tratamientos de conductos que dejan irritaciones o inflamaciones en la maxilla o en la mandíbula.
Por eso, para el ejercicio de la Terapia Neural, es indispensable la asociación entre médicos y
odontólogos. El bimetalismo - trabajos hechos en la boca con diferentes metales - genera
corrientes que pueden repercutir en cualquier parte del organismo. Algo similar puede ocurrir en
las osteosíntesis metálicas utilizadas en Ortopedia y Traumatología.
Primero, hemos de colocar las inyecciones más sencillas, las precisamente suficientes para
cada caso. Se aplica por lo general la terapia con pápulas sobre partes dolorosas, pruriginosas o
de alguna otra manera patológicas. A menudo basta con este estímulo curativo para frenar en su
comienzo procesos leves que tienen tendencia a la regresión, si esto no es suficiente, buscamos el
tejido más profundo que se nos muestra entonces segmentalmente afectado: TCS, músculos,
tendones, huesos, articulaciones, pleura o peritoneo. El próximo paso nos conduce a arterias y
nervios aferentes, siendo lo más efectivo la aplicación directamente en el Simpático a través de su
troncal y sus ganglios. Estas inyecciones se reservan como último recurso.
Tipos de inyecciones.
a) Tratamiento local. Se lleva a cabo en el tejido lesionado, como por ejemplo, lesiones de
cicatrización retardada –se realizan en el tejido celular subcutáneo y bordes de la lesión- y
esguinces –se realizan en el sitio de máximo dolor en el ligamento -.
b) Tratamiento en el segmento. La infiltración se realiza en tejidos del segmento lesionado.
c) Infiltración subcutánea. Se usan para el tratamiento de gelosas, puntos gatillos, zonas
edematizadas. Se produce una pápula en la piel, con el aspecto de “cáscara de naranja”.
Cada inyección produce una serie de reacciones generales inespecíficas, independiente del
sitio de la punción. El efecto puede acrecentarse si además inyectamos aire (las preferimos
en este caso en afecciones cardiopulmonares, paraesternales, paravertebrales para la
sacrolumbalgia y en la cercanía de úlceras de las piernas). Las infiltraciones subcutáneas
se realizan en el cuero cabelludo, paraesternales, paravertebrales, región epigástrica,
región hipogástrica, región sacra, sobre articulaciones enfermas y sobre la piel afectada.
d) Infiltración intramuscular. Se realiza fundamentalmente en puntos gatillos.
e) Infiltración pre-periostal. Se realiza en fracturas, zonas dolorosas del periostio y en
tendinitis de inserción.
f) Infiltración intra-articular. Sólo muy raras veces se hacen necesarias. En la mayoría de los
casos, resolvemos la situación con pápulas y pequeñas infiltraciones alrededor de la
articulación. Este tipo de infiltración debe ser cuidadosamente valorada.
g) Infiltración perineural o perivascular. Se realizan alrededor del paquete vásculo-nervioso.
h) Inyecciones intravasculares. Se realizan en los vasos arteriales o venosos del tejido
lesionado.
i) Inyecciones en los ganglios nerviosos. Resulta efectiva en el Síndrome de distrofia
simpático refleja o Síndrome Doloroso Regional Complejo (SDRC).
Otros aspectos técnicos a tener en cuenta.
- Utilización de agujas y jeringuillas de diferentes tamaños y capacidad.
- Desinfección de la piel con alcohol al 70% o alcohol yodado.
- La procaína o novocaína. Es el clorhidrato del p-aminobenzoato de 2-dietilaminoetilo
(C13H20N2O2HCl=272,78). Se descompone a los 20-40 minutos en el cuerpo humano en dos
cuerpos antihistamínicos: El PABA y el dietil amino etanol, quedando sin el menor efecto tóxico.
La procaína es el fármaco “patrón” con el que se miden y comparan potencia y toxicidad de
los agentes locales empleados para inyección. Es el más frecuentemente utilizado y menos tóxico
de los anestésicos locales Se le ha dado arbitrariamente potencia y toxicidad de la unidad y el
índice anestésico de 1,0.
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Principales efectos farmacológicos de la procaína.


- Vegetativamente equilibrante.( Regulador del Sistema Nervioso Vegetativo)
- Alivio del dolor, reducción de la fiebre y tiene efecto espasmolítico.
- Regula la circulación, inhibe la inflamación, tiene acción antialérgica y vasodilatadora.
- Estimula la diuresis.
- Ejerce una influencia directa sobre las funciones vitales celulares, la protege de la
despolarización electrostática y le permite a la célula descargada, recargar el potencial fisiológico.
El Impletol es la procaína al 2% con cafeína al 1,42% en solución estéril.
Es necesario destacar la diferencia tan radical entre el “bloqueo” efectuado por los
anestesistas y la TN que persigue repolarización de las membranas celulares en terrenos
interferidos e interferentes con la dosis más baja posible de procaína y se coloca en sitios exactos y
bien definidos, de importancia bioenergética.
La procaína se presenta habitualmente en nuestro medio en ámpulas de 20 mililitros al 2%.
Para preparar una solución al 0,5%, basta con agregar 3 mililitros de solución salina fisiológica al
0,9%, por cada mililitro de procaína al 2%. Esta solución así obtenida se debe preparar en frascos
de cristal debidamente estériles, cuyo tamaño dependerá de la cantidad de solución que sea
necesario utilizar, según el número de pacientes que van a tratarse ese día. El frasco con la
solución debidamente preparada, en condiciones de asepsia y antisepsia, debe ser desechado una
vez concluida la sesión de trabajo del día y puede volverse a esterilizar.
La solución de procaína, una vez preparada en su correspondiente frasco, debe protegerse de
la luz, para lo cual se hace necesario cubrir el mismo con papel y de esta forma evitar que la
solución tome un color amarillento. Después de cubierto puede ser utilizado durante todo el día de
trabajo. La cantidad del neuralterapéutico a preparar dependerá del volumen de casos tratados
durante una jornada de trabajo. No se recomienda reutilizar la solución después de las 24 horas de
preparada la misma.
Después del tratamiento con terapia neural, pueden aparecer fiebre y malestar, diarreas o
inflamaciones en el sitio de las inyecciones y estas reacciones pueden ser beneficiosas porque nos
muestran que el organismo está recuperando su capacidad de autocuración. Es lo que se denomina
como “crisis curativas o vicariaciones”. No son cuadros graves y no debemos alarmarnos
innecesariamente, debemos prescribir reposo y compresas de hielo en el sitio inflamado. Es muy
importante alertar al paciente sobre la posibilidad de estas reacciones, la conducta que éste debe
tomar y acudir a nosotros al día siguiente. Con las medidas estrictas de asepsia y antisepsia
rigurosas, no hemos tenido que lamentar nunca la sepsis local.
Efecto de los amortiguadores de pH.
El pH de la procaína es de 3,5-4.
La alcalinización y amortiguamiento de las soluciones anestésicas in vitro aumenta la rapidez
de acción y la potencia. Las soluciones alcalinizadas pueden ser 4-8 veces más potentes que el
clorhidrato. Por otra parte, la adición de exceso de álcali a la solución anestésica precipitará la base
y disminuirá su actividad. Cada anestésico local tiene su propio pH en el cual muestra
precipitación. Para la procaína es de 8,4. Si se añade un álcali potente a una solución con una sal
de procaína, aparece un precipitado insoluble blanco o amarillento. La aplicación práctica de este
hecho es que las soluciones de los anestésicos locales deben estar en recipientes de cristal sin
álcali.
La solución amortiguada a un pH de 5,5-6 produce poca anestesia y de hecho queda
neutralizada la base de la solución anestésica. El anestésico amortiguado a pH de 7-7,8 tiene un
mayor grado de actividad, sin embargo, a pH mayores (pH de 8,4) hay precipitación. Debemos
tener en cuenta además, que a pH inferiores al de la procaína, que ya señalamos es de 3,5-4, se
disminuye considerablemente la efectividad de la solución.
Todo esto nos hace considerar que la práctica de añadir soluciones de bicarbonato de sodio
para la preparación del neuralterapéutico (50 meq de bicarbonato a 250 ml del neuralterapéutico al
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0,5 ó 0,7%), que realizan algunos especialistas, no debe realizarse porque los álcalis liberan la
procaína base que es insoluble.
La procaína, dada su relación con el ácido p-aminobenzoico, inhibe los compuestos
sulfonamídicos (sulfas y algunos diuréticos, como la hidroclorotiazida), aunque este hecho no tiene
repercusión en la práctica.

Otros anestésicos locales.


Pueden utilizarse otros anestésicos locales cuando se compruebe casos de reconocida
hipersensibilidad a la procaína, en débiles concentraciones y cantidades reducidas.
- Bupivacaína al 0,25%.
- Mepivacaína (Carbocaína) al 0,5%.
- Xylocaína (Lidocaína) al 0,5%.
Es posible obtener reacciones neuralterapéuticas sin anestésicos incluso inyectando aire (el
efecto resultará más débil); acupuntura, cuando se realice en el lugar preciso y también con un
masaje bien correctamente realizado o con estímulos dérmicos de cualquier clase.

Reglas fundamentales de la TN..


a) Si el primer tratamiento no aporta ninguna mejoría o sólo una muy pasajera que a la repetición
ni siquiera aumenta, es inútil ensayar más inyecciones segmentales en estos sitios.
b) Si fracasan nuestros esfuerzos en el segmento, es necesario de inmediato, la búsqueda del
campo interferente.
c) Cada enfermedad puede deberse a campo interferente y cada sitio de nuestro cuerpo puede
convertirse en campo de interferencia.
d) Un solo campo interferente puede producir y mantener varias enfermedades.
e) Primeramente se han de utilizar los medios más simples, siempre pequeñas cantidades de
procaína al 0,5-1% - existen diferentes opiniones al respecto, nosotros utilizamos
sistemáticamente, con buenos resultados la concentración al 0,5-0,7% - y de ser posibles, pocas
pápulas, pero en cambio bien localizadas.

Contraindicaciones de la TN.
Absolutas.
a) Bloqueos auriculoventriculares completos.
b) Trastornos de la coagulación de la sangre o pacientes que tienen tratamiento con
anticoagulantes.
c) Alergia a la procaína.
d) Hipotonía grave y cardiopatías descompensadas.
e) Brotes de miastenia gravis.

Relativas.
a) Fracaso con la TN.
b) Pacientes alienados mentalmente.
c) Enfermedades hereditarias.
d) Enfermedades carenciales.
e) Zoonosis.
f) Estados que se desarrollan asociados a conflictos psicosociales.
g) Ganancia secundaria por parte del paciente.

Otras.
Inyecciones del ganglio ciliar en pacientes que han sufrido pérdida de un ojo o en el ganglio
celíaco en el riñón en pacientes nefrectomizados.
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Hipersensibilidad y accidentes debidos a la procaína.


No debemos olvidar que pueden presentarse algunas manifestaciones secundarias tales como
ligera excitación, relajación, dilatación pupilar, pulso acelerado, mareos, tremor o una especie de
sensación de " borrachera" que por lo general, pasan rápidamente. La alergia procaínica puede
manifestarse localmente por un enrojecimiento intenso alrededor del punto de la inyección en la
mayoría de los casos, aunque se han descrito casos de púrpura alérgica y formación de necrosis.
Cuando hay sobredosificación existe el peligro de shock que es la complicación más temible o
convulsiones y fallas circulatorias. La inyección accidental de un neuralterapéutico a vasos
sanguíneos que van directamente al cerebro o al líquido cefalorraquídeo, pueden producir
desmayos o paro cardiorrespiratorio.
Debe tenerse a la mano o de fácil acceso, un equipo completo para el tratamiento de las
complicaciones descritas, que nos permita la reanimación del paciente si fuese necesario
(adrenalina, corticosteroides, antihistamínicos, O2), antes de su traslado al servicio de urgencias.

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