El Maestro - Joseph Benner

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EL MAESTRO

Joseph Benner
Autor del libro: LA VIDA IMPERSONAL

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Contraportada del libro:

“Este es Mi Mensaje. Su objeto es despertar en ti este Deseo, el


Deseo de vivir la Vida Impersonal.
Esta es una enseñanza superior, y es sólo para aquellos que
puedan verla, para aquellos a quienes Yo he preparado y
madurado para su recepción.
Sin embargo, para éstos no es más que la puerta por donde
vendrán enseñanzas mucho más elevadas, que YO les daré
directamente desde dentro de sus propias almas -aquellos que
vengan a Mí con fe y confianza amantes, y que estén dispuestos
a vaciar sus corazones de todo yo, para que YO pueda llevarlos
con Mi Santo Amor Impersonal.”

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Índice
I ......................................................................................... 5
II ........................................................................................ 9
III ..................................................................................... 14
IV ..................................................................................... 20
V ...................................................................................... 26

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I

Tú, que has oído la llamada de Cristo y que has consagrado tu yo y tu


vida al servicio de la humanidad;
Tú, que has sentido el impulso Divino de dar a los demás de las
bendiciones espirituales que tú has recibido;
Tú, que has asumido la posición de maestro y director de las almas
sedientas que han venido a ti para beber;
Escucha éste, Mi Mensaje especial para ti.
Tú eres Mi Ministro elegido. A ti te he elegido como canal por el cual
Yo pueda derramar mis bendiciones sobre el mundo.
Sí, te he llamado aparte, y te he indicado la vasta tarea que hay que
hacer, los millones de almas dormidas que están esperando el toque que
las despierte a la conciencia de su verdadero objeto de existir aquí, en
esta vida.
Te he mostrado cómo puedes ayudar en esta Tarea, y te he probado
que verdaderamente puedes ayudar por el aprecio y la gratitud de
aquellos a quienes he traído a ti, capacitándote para ayudarlos.

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Sí, tú sientes que no estás trabajando en vano, y aunque el camino
pueda parecer obscuro e incierto, y aunque los medios y la capacidad de
continuar la obra no estén en evidencia, hay, sin embargo, algo que te
compele a seguir, avisándote que todo será previsto a su debido tiempo
—siempre que pruebes tu fidelidad a la causa que has convertido en tuya.
Todo esto te lo recuerdo, aunque antes no haya tomado caracteres
muy definidos en tu conciencia mortal, para prepararte para lo que ahora
tengo que decirte.
Porque YO deseo hacerte saber ahora que tengo un plan y un objeto
definidos en todo esto, y ha llegado el momento en que debes convertirte
en un cooperador consciente Conmigo para llevarlo a cabo. Has llegado
ya a ese punto de tu vida espiritual en que tu verdadero lugar en Mi Plan
y la plena comprensión de Mi Propósito te van a ser revelados, si estas
palabras despiertan una respuesta real en tu corazón, y si tratas
seriamente en adelante de obedecer las instrucciones que YO voy a darte
aquí.
¡YO!
¿Quién soy YO?
¿YO, que hablo con tanta autoridad y hago declaraciones tan
extraordinarias?
¿Quién soy YO, que puedo enseñarte a ti, y que puedo prometer
recompensas que sólo Dios puede dar?
¡Escucha!
YO SOY TU.
Tu propio Verdadero YO.

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YO SOY tu verdadero YO, el Espíritu del Cristo, cuya llamada has
escuchado;
YO SOY tu Yo Superior, el Vivificador cuyo impulso has sentido;
YO SOY tu Yo Divino, el dador de todas las bendiciones que has
recibido;
YO SOY DIOS, dentro de ti.
No un espíritu separado, que more en algún lado dentro de tu cuerpo,
no.
YO SOY Tú, tu mismo YO.
Sí, YO, DIOS, SOY TU, tu YO REAL, todo tú (cuerpo, mente, alma,
conciencia, voluntad).
YO, Dios, tu YO Real, hablo aquí estas palabras de viviente Verdad.
Y la manera de saber que SOY YO, Quien habla, es ésta:
Si estas palabras encuentran respuesta en ti, entonces es porque YO,
tu Yo Real, es quien así responde, llamando tu atención para que así
puedas tratar de comprender todo el Significado de Mi Mensaje aquí
oculto.
Pero si no hay tal respuesta interior, y tu hermano intelecto te dice
que ésta no es más que otra tentativa para atraer tu interés hacia las
ideas de otro maestro, y que tú ya tienes una filosofía propia y no
necesitas enseñanza alguna de los demás —así está bien que sea.
Pero sabe que no eres tú quien tal elección hace, sino YO, tu propio YO
Omnisciente y todo Amor Universal, es quien elige esto por ti. Porque
para ti YO tengo otras ideas, y ya te daré a comprender Mi Propósito y la

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parte que tú tienes en Mi Plan a su debido tiempo (cuando haya
preparado plenamente tu mente humana y tu conciencia anímica para
que puedas recibir este conocimiento).
Sin embargo, si oyes una Voz interior, apenas audible, apenas
inteligible, que te dice que sigas leyendo porque quizá haya aquí algo de
valor; aunque tú pienses que ya sabes cuál es tu parte en mi Plan y que
estás obrando de acuerdo con Mi Propósito; no te rehúses a seguir.
Porque es Mi Voz la que así trata de ser oída en medio del tumulto de tu
humana conciencia, suavemente impulsándote a mantener tu mente
abierta, a escuchar cuidadosamente las palabras de verdad que te
prometo aparecerán abundantemente, inconmensurablemente, si es que
verdaderamente quieres conocer la Palabra de Dios.
Pero, con objeto de que puedas comprender todo el significado de lo
que sigue, trata de imaginarte que el Yo que aquí habla es tu Verdadero
YO, tu YO Superior; y aunque no lo creas por el momento, supón por
ahora que es tu Yo Superior, esforzándote así por alcanzar la conciencia
de ser tú, como si hablaras a tu mente mortal o a otra personalidad
separada.
Y si persistes en mantener esta conciencia mientras lees, obtendrás
muchas más bendiciones espirituales y cantarás alabanzas al Señor,
agradeciéndole que este Mensaje haya llegado a tus manos.

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II

Tú, mi elegido, que Me estás buscando, pero que todavía no Me has


encontrado, salvo como algo intangible que te ha levantado e inspirado y
te ha guiado siempre adelante, por caminos cada vez más angostos
aunque más brillantes, obligándote a auxiliar a todos los necesitados con
quienes te has encontrado;
Tú, que estás consciente de Mí como el Cristo de Amor dentro de tu
corazón, y que tratas de difundir mi Mensaje de amor, sembrándolo en
todos los corazones que parecen capaces de recibirlo.
Tú, a quien he venido en radiantes relámpagos de luz, o en visiones,
mientras dormías o vigilabas, como Verdad, iluminando tu mente de
manera que en ese instante veías claramente la realidad de Mi Vida
Espiritual y la ilusoriedad de todas las cosas que atraen a los sentidos
exteriores; y que estás ahora tratando de enseñar esta Verdad a los
demás;
Tú, que te has hecho consciente de Mí como la Vida que mora dentro
de ti, y que se te manifiesta como Poder

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permitiéndote no solamente mostrar Mi Vida en tu cuerpo como salud
vibrante, sino que también te permite transmitir esta vida a los demás,
vitalizándolos, fortaleciéndolos y sanándolos, trayéndolos así a ellos
también a la conciencia de Mi Vida dentro de sus cuerpos;
Tú, a quien he llevado un poco más allá, a quien he enseñado el uso
de algunas de las leyes de Mi Ser, en quien he vitalizado y despertado
ciertas facultades internas y poderes que aparentemente te colocan
aparte de los demás, de manera que ahora te llamas a ti mismo ocultista,
y que estás tratando de conseguir un completo dominio de estos poderes
del yo;
Sí, y hasta tú, Mi elegido, que estás consciente de Mí como tu Yo
Divino, como Dios dentro de ti, y que bebes libremente de Mi Amor, de Mi
Sabiduría y de Mi Poder, y que estás enseñando esta Gran Verdad
atrayéndote discípulos que te proclaman iluminado.
A todos Yo os traigo este Mi Mensaje de la Vida Impersonal.
La idea de lo “Impersonal” quizá no sea nueva para ti. Puedes haber
ya meditado en ella. Puedes haberte esforzado más o menos en vivirla. Y
hasta puede ser que hayas tratado de enseñarla a tus discípulos, y sin
embargo, no tener una verdadera comprensión de su significado.
Y ahora es Mi propósito hacerte consciente de ese significado, de
manera que como instructor y director de los demás no tengas nunca
más la excusa de no saberlo, cuando YO en adelante, desde tu interior,
insista en que manifiestes y expreses Mi Vida Impersonal. Porque

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YO, tu Verdadero Yo en adelante no me satisfaré con nada menos.
Estudia, pues, cuidadosamente todo lo que ahora voy a decirte, y
trata de esforzarte en comprenderme (su aplicación personal y vital en lo
que a ti respecta) antes de seguir adelante o de desecharlo, si llegas a
sentir este impulso.
YO voy a hacerte primeramente algunas preguntas.
Al hacerte estas preguntas, YO me dirijo directamente a tu
conciencia anímica. Pero, necesariamente, tendrán que pasar a través de
tu mente mortal. Y como tu mente mortal no es más que parte de tu yo
mortal, o sea, de tu humana personalidad, es necesario que
primeramente aprendas los caminos y maneras de tu mente mortal y
veas este yo tal como es en realidad —y no como tú te imaginas que es—
y que contemples cómo esta personalidad tuya pretende sentirse herida y
comienza a rebelarse y a negar, y a indignarse ante estas preguntas.
Porque YO voy a herir en lo vivo, en lo más hondo de su propia
complacencia, de su propio sentido de rectitud, de su orgullo espiritual,
de su amor por el poder, de su deseo de ser director, o de que se la estime
sabia y buena —si algunas de estas cualidades existen todavía en tu
personalidad.
Pero, recuérdalo, no eres tú quien así se siente herido, o quien se
rebela o enoja. No es más que tu personalidad. Porque tú eres realmente
YO, tu verdadero YO, quien está haciendo estas preguntas, y quien está
sacando a la luz estas cualidades, insistiendo en que todas ellas están
obstaculizando la Perfecta Expresión de Mi Vida Impersonal, y por
consiguiente, esas cualidades en adelante no deben encontrar lugar
alguno en tu vida.
Si estudias y observas cuidadosamente los pensamientos y
sentimientos que se despiertan en ti cuando leas esas preguntas,
descubrirás quizás una faz de tu naturaleza que tú creías no estaba ya
más en evidencia. Pero la misión especial de este mensaje es
precisamente la de destacar plenamente esa faz y todas las demás faces
de tu humana naturaleza que todavía no estén sometidas a Mi dominio,
al dominio de tu propio y verdadero Yo.
Esta es una enseñanza interior, y una obra interior es la que tendrás
ahora que hacer. Conmigo, tu propio Yo Superior, como Maestro.
Si tu Alma responde, y libre de todo temor y valientemente estás
dispuesto a aceptar lo que YO tenga que decir, acatándolo con la
verdadera humildad y comprensión del Espíritu, sabe que una Gran
Dicha Espiritual te espera y que muchas Bendiciones seguirán.
Pero si tu personalidad insiste todavía en que el YO que habla aquí es
meramente alguna persona, que se considera a sí misma ordenada por la
Divinidad, que se está tomando la libertad de mezclarse en tus asuntos
privados; y que tú no necesitas contestar a las preguntas, ni siquiera a ti
mismo, porque es cosa estrictamente privada; si tu personalidad con su
mera mente humana así te persuade —así está bien, y YO necesito
enseñarte en otra forma, mucho más pesada y dura.
Y sin embargo, todo esto es verdad; estas preguntas

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son una cosa privada. Son para ti y a nadie más importan. Pero recuerda
que SOY YO, tu propio y verdadero Yo, Dios dentro de ti, quien está
haciendo esas preguntas. Y si YO te las hago es simplemente para que
contemples tu ser, para que puedas ver claramente esa personalidad
tuya, con todas sus humanas debilidades, faltas, defectos y
malentendidos que todavía existen en ella, y que debido a tu incapacidad
para percibir su sutil influencia sobre ti, te están impidiendo la perfecta
expresión de Mi Vida Impersonal, que debe expresarse en ti.
Y si YO así hago reventar las burbujas de todas esas ilusiones de la
personalidad que todavía se encuentran flotando en tu atmósfera mental,
después de demostrarte su falta de realidad, es sólo con el objeto de que
si luego reaparecieren, puedas reconocerlas de inmediato y rehusarles
toda intervención en tu vida.
Quizá tu personalidad te esté diciendo, conforme esto lees, que nada
de esto se aplica a ti y que no necesitas estas instrucciones.
¿Lo crees así? Entonces, contéstame a Mí, tu Verdadero Yo, estas
preguntas, estudiando cuidadosamente tus sentimientos, después de
buscarlos uno por uno en tu alma:
¿Estás seguro de que en esta obra que pretendes estar haciendo por
la Humanidad no existe ningún interés egoísta?
¿Estás seguro de que tú, personalmente, no te estás aprovechando
del crédito que suscita la ayuda y el auxilio que estás prestando a tus
estudiantes y seguidores?

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¿Estás seguro de que no sientes cierto secreto placer y cierto orgullo en
su actitud de veneración, admiración y respeto hacia ti?
Esas enseñanzas que estás dando a otros, ¿estás seguro de que
provienen directamente de Mí, tu Yo Divino? ¿O no son más que tus
opiniones personales, o los pensamientos e ideas que has recogido de
otros instructores humanos?
¿Acaso has manchado esta Obra que YO te he dado, introduciendo
sutilmente tu personalidad en ella, tratando más bien de atraer su
atención hacia ti como instructor, en vez de dirigirlos a Mí que moro en su
interior y que SOY su único y verdadero Maestro?
¿Puedes decir sinceramente que sólo tienes pensamientos de amor y
que solamente hablas las palabras de Cristo, cuando te preguntan o
hablan de otros instructores o maestros, sin importar quienes sean ellos?
Cuando te encuentras con otros instructores o directores, ¿no tratas
de ocupar el primer término?, ¿no has deseado nunca impresionarlos con
tu personalidad o poderes?
Cuando te encuentras con alguno que ha llegado a una más elevada
realización de Dios que tú mismo, ¿sientes solamente el amor más puro y
fraternal por él?
Cuando uno de tus propios discípulos, mediante tu auxilio, despierta
a la conciencia de Mi presencia interna en él, y llega rápidamente a una
conciencia superior de Mis Poderes, mucho mayor que la que tú tienes,
¿te regocijas tú sinceramente por ello y alabas sinceramente a Dios por
las Bendiciones que ha derramado sobre él?
¿Estás seguro de que todo cuanto haces, lo haces sin pensar para
nada en la recompensa, preocupándote absolutamente nada de los
resultados, descansando solamente en la conciencia de que YO lo estoy
haciendo todo y que solo YO soy responsable?
¿Comprendes y realizas que tú y tu personalidad sois uno, que no
hay diferencia; y comprendes plenamente tu propio yo, y conoces tu
identidad Conmigo, Dios, tu YO Divino?
En todas tus enseñanzas acerca de estas Verdades superiores,
¿reconoces en tu Alma la Unidad de Todo; que YO, Dios, SOY todo lo que
hay; que no hay separación; que todo lo que tú haces Dios lo hace; que tú
eres UNO CON DIOS, y que todos los poderes de Dios son tus propios
poderes?
¿Estás seguro, oh tú, Mi elegido, de que todas las cosas que estás
enseñando tú mismo SON y de que estás haciendo, manifestando y
VIVIENDO todo lo que predicas a los demás?
Si en verdad puedes contestar satisfactoriamente a Mí, tu Yo
Superior, todas estas preguntas, entonces, este, Mi Mensaje, no es para
ti, y no necesitas leer más; porque entonces ya sabes todo lo que YO voy a
decir.
Pero si tú no estás seguro, y comprendes que tu personalidad es
todavía un factor más o menos dominante en tu vida, entonces es
conveniente que sigas leyendo. Porque ahora estoy llegando a la parte
vital de Mi Mensaje.

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III

Oh, Mi elegido, ¿cómo decírtelo? ¿Cómo poder penetrar a través del


muro levantado por el inconsciente sentimiento de tu propia virtud, de tu
autosuficiencia, de tu orgullo e independencia espiritual, que tu
personalidad ha quizá levantado en torno tuyo, y que tan a menudo
impide que Mis Palabras de Verdad, habladas por boca de otros lleguen a
tu conciencia anímica?
¿Cómo poder dominar los sentimientos que aún ahora mismo, puede
ser, están inundando tu conciencia humana, despertando tu ira y tu
oposición, para que no puedas comprender el profundo significado de Mi
Mensaje?
Si esos sentimientos se manifiestan en tu corazón, ¿no ves que es porque
tu personalidad está todavía demasiado en evidencia, ya que así consigue
dominarte? ¿No puedes comprender que hasta que las palabras como
éstas, vengan de donde vinieren, sólo creen en ti una comprensión
simpática de su sana y afectuosa intención; y que, si algún sentimiento
de rebeldía o de antagonismo

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surge, y mientras tú no puedas reconocerlos inmediatamente
transmutándolos en amor y gratitud hacia Mí por indicarte así tus
debilidades, no podrás ser un canal verdaderamente puro por el cual
puedan fluir las enseñanzas de Cristo?
¿No comprendes que cuando uno se erige en maestro de otros, y se
pone a obrar como mediador entre ellos y Dios, interpretando para ellos
Su Voluntad y Su Propósito, te echas sobre ti una tremenda
responsabilidad —salvo que uno more plenamente en la conciencia de
Dios y de su Amor, de manera que Dios pueda hablar y obrar por
intermedio de la mente y el cuerpo humano sin obstáculos de ninguna
clase?
Y con objeto de capacitar a los que sincera y verdaderamente están
buscando a Dios, a aquellos que hondamente desean morar en El,
dejando que Su Conciencia more en su corazón, si sólo supieran cómo
conseguirlo; a aquellos que no desean más que conocer su voluntad para
obedecerla y servirlo en todas las formas posibles —con objeto de
capacitarlos para que conozcan que YO (el verdadero Ser Interno) SOY
DIOS, sin el menor asomo de duda— estas palabras han sido escritas.
Hay muchos que profesan conocerMe, que son Mis fieles, que
aseguran estar dando Mi enseñanza, y que están a la vez enseñando y
predicando el camino de la salvación; pero que externamente y en sus
más íntimos pensamientos están tan imbuidos y empapados de su propia
personalidad, están tan influenciados y dominados por ella, que no Me
conocen aunque así lo proclamen

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diariamente diciendo que YO SOY quien los dirige y que YO SOY quien
habla por ellos. Y para éstos también, estas Mis Palabras han sido
escritas.
Es verdad que YO hablo por la boca de ellos; pero no como ellos lo
entienden. Pero ellos, personalmente, aunque siempre enorgulleciéndose
por los hermosos pensamientos que fluyen de sus bocas a veces y de la
ayuda que esos pensamientos representan para los demás, no saben en
realidad cuándo SOY YO quien habla y cuándo sus personalidades.
Porque si ellos Me conocieran en verdad, no sentirían el menor orgullo, y
no se sentirían halagados por ninguna alabanza personalmente; sino que
simplemente se mantendrían humildemente en la conciencia de que YO
SOY quien lo hago todo, y dejarían que Yo y Mi Amor Impersonal rigieran
todos los detalles de sus vidas.
Pero, no obstante, YO hablo por intermedio de esas personalidades
vanidosas, y hasta por intermedio de los hipócritas y maestros e
instructores de falsas doctrinas, utilizando todo medio para llevar a las
almas que buscan esas faces de la Verdad que necesitan, para guiarlas a
la conciencia de su unidad Conmigo. Porque, recuérdalo, la Verdad no es
siempre azucarada, y frecuentemente es necesario que uno pruebe lo
amargo para que así pueda aprender a apreciar lo dulce y puro.
¿No sabes que es gracias a tus pecados, a tus errores, a tus
decepciones, a tus falsos amigos, a las falsas doctrinas, como has
aprendido y te has fortalecido? Es así principalmente como YO enseño. Y
YO te guío por esos caminos para que puedas aprender a distinguir lo

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verdadero de lo falso, las realidades de la vida de las falacias y de las
ilusiones. Y el sufrimiento y el dolor que este aprendizaje entraña, no es
más que el fuego de Mi Amor ardiente en tu corazón, quemando las
lujurias de la carne, los errores de tu pensamiento, el egoísmo, el orgullo,
el interés, implantados y nutridos allí por la personalidad, todo lo cual
debe ser reducido a cenizas para que Mi Vida Impersonal pueda
manifestarse libre y plenamente.
Y esta personalidad, ¿qué es? No es más que eso que tú, con tu mente
humana, te imaginas que eres. Es la criatura que muchas edades hace
diste tú mismo a la luz, y que has estado nutriendo y alimentando,
amando y defendiendo, y en la que has confiado y creído, como si fuera
real, todos estos años; ese hijo tuyo, la creación de tu humana mente,
nacido del pensamiento, cuando caíste de tu conciencia de Mí en el Edén
después de tu primer pecado, y que desde entonces has alimentado y
criado con la idea de que tú estabas separado de Mí, y de que YO, DIOS,
estaba disgustado contigo y que he estado continuamente castigándote
por haber comido del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.
Y si YO te he permitido amar y confiar y obedecer a este hijo
imaginario que ahora se ha desarrollado en tu conciencia hasta su plena
madurez, convirtiéndose en fuerte y poderoso en forma tal que ahora
domina a su padre con vara de hierro, fue sólo con el objeto de que
gracias a los pecados y errores a que te arrastró y al consiguiente
sufrimiento que te trajo, YO pudiera despertarte a la realidad de su
irrealidad, al hecho de que

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esa personalidad no tiene existencia sino en tu mente, y que sólo proviene
de tu constante pensar en que tú eres esa personalidad y que estás
separado y aparte de Mí.
Y si se ha despertado en ti ya un vago sentimiento de su irrealidad, y
te estás ya volviendo hacia Mí, buscando libertarte de su tiranía, sabe que
esto no podrá nunca ser hasta que estés plenamente consciente de que tú
y YO, Dios dentro de ti, somos UNO; que no hay separación; que todo YO
SOY tú eres; que todo cuanto YO tengo es tuyo; que todo poder te es dado
en los cielos y en la tierra; y que ya que YO SOY y tú tienes que ser Señor,
y que esta personalidad tuya no es más que una faz de pensamiento
mortal que YO permití naciera en tu humana conciencia, con objeto de
desarrollar tu cuerpo y tu mente lo bastante como para que pudiera
contener y expresar plenamente Mi Vida Impersonal.
Tú tienes que ser el Señor, absoluto Señor de ti mismo. Pero tú no
puedes serlo hasta que te conozcas a ti mismo, y conozcas también todas
la fases de tu personalidad; todas tus fuerzas y todas tus debilidades,
todos tus poderes, físicos, mentales y espirituales; todos tus defectos
humanos; todas tus tendencias y limitaciones, y puedas ver y conocer tu
personalidad en la misma forma que los demás la ven y conocen, con
ambos ojos, y a la vez con el juicio del mundo y la comprensión del
Espíritu. Es necesario que conozcas perfectamente todo lo referente a esa
personalidad que tan sutil y artificiosamente se ha adherido a tu
conciencia, en tal forma que ahora apenas puedes decir cuando es ella la
que se está manifestando y cuando YO, tu Verdadero Ser.

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Y así, esta personalidad tuya debe ser dominada, debe ser sumergida
en Mi Impersonalidad, antes de que Mi Verdadera enseñanza pueda
surgir. Tú tienes que realizar, anímicamente, que tú, el tú Impersonal, el
verdadero tú, es uno con el de tu hermano, así como tú eres Uno
Conmigo, y debes aprender a verme a Mí como su yo Impersonal, bajo
todas las ilusiones de su personalidad, no permitiendo que ningún reflejo
de tu propia personalidad nuble la clara visión de Mí en su interior,
pacientemente esperando la hora en que él, gracias a ti, quizá pueda
también ser llevado a reconocerme a Mí, morando en su corazón.
En lo Impersonal, todo es UNO. Cuando puedas penetrar en la
unidad de la conciencia Impersonal y puedas morar allí a voluntad,
habrás entrado en Mi Reino y habrás encontrado a Dios; y desde
entonces podrás verlo y conocerlo en Todas Sus creaciones. Porque la
Conciencia Impersonal es Mi Conciencia, y Mi Reino es el reino de Mi Ser;
y como YO SOY la Vida de todas las cosas, una vez que has entrado en
este reino te convertirás en Uno Conmigo, y por lo tanto en uno con todos
los seres; y entonces podrás salir y entrar y encontrar pasto. Porque Yo te
alimentaré con el Pan del Espíritu y con el Vino de la Vida, que fluirá por
ti en ríos de Amor Viviente, bendiciéndote a ti en toda forma e igualmente
a todos aquellos con quienes te pusieres en contacto.

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IV

Te digo, pues, todas estas cosas, elegido Mío, para que puedas
esforzarte incesantemente en conocer esta personalidad, conociendo
todas sus sutilezas egoístas, muchas de las cuales están tan
profundamente ocultas dentro de tu conciencia, que ni siquiera estás
seguro de que existen. Porque fuiste tú quien las escondió allí hace largas
edades, habiéndote engañado y creído que eran buenas y necesarias en
tu vida; y por lo tanto las hiciste parte de tu naturaleza. Pero ahora, con
Mi ayuda, vas a cazarlas todas y arrojarlas fuera de ti, de manera que Mi
Naturaleza Impersonal pueda manifestarse libremente.
Y como YO te he elegido y llamado aparte y te he permitido creer que
tienes un trabajo especial que hacer, deseo que estés absolutamente
seguro de que es Mi Voz la que has estado oyendo mientras hacías ese
trabajo, y no la voz de tu personalidad. Si YO debo ser tu Maestro, y tú
quieres que te guíe y dirija en tu trabajo, y en verdad deseas servirme a
Mí, entonces todos los atributos

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de tu personalidad humana deben rendirse a Mí, y tú debes compelerlos
a ellos. Mientras permanezca en ti un solo deseo o instinto egoísta, es
seguro que tu obra quedará manchada y teñida por él, y estarás aún bajo
el dominio de la personalidad.
Hay muchas formas en que tratará de manifestarse; pero YO estoy
siempre aquí, y te lo indicaré cada vez claramente, si Me lo preguntas. Y
te lo diré, no con autoridad insistente y dominadora, ni tampoco con
alboroto interior, sino como una insinuación suave y gentil, que no
podrás dejar de comprender si estás siempre alerta y escuchas Mi Voz,
que está siempre aconsejando y dirigiendo a todos aquellos que
descansan en Mí con viviente fe y confianza.
Y aprenderás gradualmente que mi obra sólo puede hacerse en el
espíritu del Amor Impersonal de tu corazón. Solamente en tal espíritu
inegoísta, desinteresado, que nunca se preocupa del resultado, puedo YO
expresarme por medio de ti. Debes someter todo a Mí, debes dejarme
gobernar, dejando todas las consecuencias a Mi cargo.
Y cuando hayas aprendido a hacer esto, entonces YO despertaré en ti
la conciencia de tu identidad Conmigo, de Mi Poder, y de Mi Sabiduría y
de Mi Amor dentro de ti. Y entonces, gradualmente, tu vida personal se
sumergirá en Mi Vida Impersonal, y serás consciente de toda tu Herencia
Divina, y de la verdadera Obra que Yo había elegido para ti.
Pero hasta que tu humana conciencia se haya sumergido en Mi
Conciencia Divina, hasta que puedas

21
conocer verdaderamente y usar tus Poderes Divinos, sería bueno que
vivas en tal forma que no parezcas poseer más poderes o sabiduría de la
que tienen tus semejantes. Sería mejor que te pruebes a ti mismo primero
que puedes vivir y ser todas estas cosas que ahora ves más o menos
claramente con el ojo interior, antes de que te pongas a darlo a los demás
como Verdad que proviene directamente de Dios.
Porque tú sabes que es solamente la personalidad la que se erige a sí
misma como autoridad, o se pretende sabia en espíritu como elegida de
Dios, siendo su portavoz. Y, recuérdalo, YO SOY en tus discípulos y
seguidores, lo mismo que YO SOY en ti. Muy frecuentemente, los
hermosos pensamientos que emanan de los instructores no llevan
consigo la convicción de la verdad, porque SOY YO quien hace que sus
oyentes vean claramente que no están viviendo las verdades que
enseñan; o que sus personalidades son demasiado dominantes, o que
están demasiado deseosos de producir impresión con su sabiduría, su
espiritualidad o sus poderes; o que solamente e inequívocamente están
tratando de dirigir a sus seguidores con objeto de sacar de ellos todo el
dinero posible, engañándolos con razonamientos tales como ese de que
“el trabajador es digno de su salario” o de que “el que da enseñanzas
espirituales debe recibir en compensación paga material” siendo esa la
ley.
¡Ah!, ¡oh tú, Mi elegido! ¿Estás bien seguro de que ninguno de tus
discípulos nota esas cosas en ti? ¿Estás bien seguro de que la cuestión
financiera no es la que ocupa el lugar más prominente en tu mente y que
el deseo

22
de servirme a Mí es sólo una cosa secundaria? ¿Puedes decir en verdad
que Me abandonas a Mí todos tus problemas materiales, sabiendo que
YO siempre proveeré a todas tus necesidades, sí, a todos tus deseos?
Y si es así, ¿por qué sería necesario obrar o aceptar pagos por el
auxilio que Yo dé por tu intermedio? ¿No es Mi servidor digno de su
salario, y no proveeré YO a todo? Considera los lirios del campo y las aves
del aire. ¿Quién los viste y alimenta? Y ¿no eres tú más que ellos? ¿No
eres tú para Mí más que ellos? ¡Oh tú de poca fe!
¡Escucha! Sólo si das libremente de la plenitud del Amor, sin pensar
en recompensa, es como puedes recibir de Mi Abundancia.
Pero quizá tú no puedes aceptar esto ahora. Y si es así, está bien.
Porque Yo deseo que así sea y que tú aprendas la Verdad por otros
conductos. Tú debes todavía atenerte a la creencia de que hasta los
servidores del Señor deben vivir, y que mientras vivan y trabajen en el
mundo material, están obligados a seguir los métodos mundanos,
aunque sea en su trabajo espiritual.
Y esto es verdad, pero no como tú lo entiendes. El tiempo vendrá, sin
embargo, cuando a fuerza de pruebas y sufrimientos aprenderás a
conocer Mis Caminos, cuando podrás ver con Mis ojos impersonales y a
conocer mi entendimiento Impersonal, dejando a un lado todos los
intereses personales en tu enseñanza, lo mismo por lo que toca a sus
resultados que a la recompensa que puedes recibir por ella —llegará el
momento en que conocerás cómo utilizar los instrumentos mundanos en
tu obra espiritual.

23
Pero quizás, antes de que eso llegue, puede ser que YO tenga que
guiarte por el Áspero Sendero que conduce a la elevada montaña de la
realización espiritual (por el áspero sendero de la amarga experiencia).
Sí, puedes llegar también a la cumbre por ese camino. Pero, ¡cuán
larga y dolorosa es la jornada!
Quizá, dirás, ese es el único camino en que uno puede aprender.
No, sólo es uno de los caminos en que tú puedes aprender —el
camino duro y áspero. Es el camino personal, y para algunos puede ser
necesario seguirlo. Pero YO estoy tratando precisamente de salvarte de
ese camino.
¿No has visto la triste suerte de algunos de aquellos a quienes YO
guié así a la elevada montaña, a aquellos que subieron por el áspero
sendero —y que cayeron, cuando ya estaban cerca de su cumbre?
¡Sí! Nadie puede elevarse tanto que no pueda caer; porque la
personalidad está siempre en evidencia en su jornada. Es el adversario
que se opone a cada paso. Es ella la que hace tan duro el camino. Y
mientras quede algo de ella, de egoísmo, siempre habrá oposición en el
camino. YO puedo guiarte hasta la cumbre de la montaña, y mostrarte
todos los reinos del aire, de la tierra, del fuego y del agua, y hacerte
presente de ellos y decirte que todos son tuyos para que los uses. Pero si
tú no has purgado completamente tu corazón y tu mente y tu alma de
todo egoísmo, de todo yo separado, he aquí que de pronto la personalidad
aparece y habla tras de ti, y tan sutilmente imita Mi Voz, que tú creerías
que en verdad

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SOY YO. Y cuando te hable y te diga que uses esos reinos para glorificarte
a ti mismo, y que habiendo ascendido a tal altura esa es tu recompensa,
bien pudiera ser que confíes en su voz y la obedezcas; sí, al igual que
aquellos que cayeron de su elevado estado para hundirse en la profunda
obscuridad del exterior.
Y para salvarte de esa jornada y de esa tentación, oh mí elegido, es
que aquí te extiendo mi mano y te ofrezco el camino llano y fácil.
Si moras en la conciencia de Mí, tu Verdadero Yo interno y dejas que
Mi Amor Impersonal more en ti, permitiéndole fluir libremente, sin
obstáculo, sin limitación, desde el fondo de tu corazón, para que bendiga
a todos aquellos con los que te encuentres —si quieres hacer esto, puedes
pedirme a Mí cualquier cosa que quieras, y será hecha para ti.
Porque si puedes armonizar plenamente tu vida con Mi Vida,
eliminando todas las fases de tu egoísta personalidad, si simplemente
echas a un lado todas tus ideas personales, creencias y opiniones, de
manera que Mi Vida, que no es otra cosa que Mi Amor VIVIENTE pueda
fluir libre y plenamente expresándose por tu intermedio, el vacío que
quede al desaparecer tu vida personal, será llenado inmediatamente con
Mi Vida Impersonal, en la misma forma en que el aire fluye
inmediatamente en donde se haya producido un vacío. Porque Mi Vida
Impersonal es la substancia real de todas las cosas y está siempre
tratando de expresar externamente su verdadera naturaleza; y todo lo
que de ella sea necesario para llenar y completar Mi Divina Naturaleza en
ti, fluirá seguramente en ti y por ti, siempre que la dejes. Y armonizará
contigo y te llenará de bendiciones, y hará manifestarse tangible y
externamente todas las cosas buenas necesarias para completar y
redondear tu humana naturaleza, todas esas cosas que constituyen la
Dicha, la Satisfacción y la Paz dentro de tu alma.

25
V

¿Te hablaré ahora acerca de Mi Vida Impersonal, de cómo puedes


vivirla conscientemente Conmigo, y ser completamente Uno Conmigo, tu
Verdadero Ser, tu Padre en los Cielos?
Entonces, escucha. Y medita larga y seriamente en todo lo que ahora
voy a decirte. No saltes ninguna sentencia y pensamiento, hasta que Mi
Significado te sea claro.
Yo no quiero otra cosa que SER y EXPRESAR Mi Ser en y por ti. Mi
Ser es puramente impersonal, porque es el verdadero yo de todo ser
humano. YO SOY el puro, el perfecto; la naturaleza interna personal de
todo individuo humano, que anima sus cuerpos físicos con objeto de
convertirlos en medios para la expresión de Mis Divinos atributos tanto
en la tierra como en el Cielo.
Por lo tanto, tú también, no debes buscar otra cosa más que ser y
expresar tu Verdadero Ser, que es YO, tu Ser Divino e Impersonal. Y
haciéndolo así unirás tu propósito con el Mío, tu voluntad con Mi
Voluntad, tu naturaleza con Mi Naturaleza; y así serás Uno Conmigo, y
seremos Dos-en-Dos, el estado Divino sobre la tierra.

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Y con objeto de que esto pueda realizarse, debemos primeramente
purgar tu corazón, y luego tu mente, y más tarde tu cuerpo, de todo
sentido e inclinación de tu ser personal. Y esto sólo puede realizarlo Mi
Santo Amor Impersonal, con el que YO llenaré tu corazón, de manera que
no quede sitio alguno para nada personal. Y con el corazón purificado y
dulcificado, la mente no atraerá más que pensamientos puros y dulces:
Mis Pensamientos, que siempre son Pura Sabiduría. Y Naturalmente,
entonces, no estando ya más dominado o influenciado por erróneos
pensamientos, tu cuerpo vendrá a ser el templo de Mi Vida, cuyo poder
vitalizante, purificador y perfeccionante, arrojará de él toda inarmonía y
toda discordancia. Y entonces, con sólo Mi Amor en tu corazón, y Mis
Pensamientos en tu mente, y Mi Vida en tu cuerpo, conocerás que YO
SOY tu propio Verdadero Ser -—porque entonces no habrá ningún otro
Yo.
Entonces YO SOY, tu verdadero Ser, irá al Mundo, pero no será de él.
Ya no serás más atraído por él. Pero tú verás con Mis Ojos, y oirás con Mis
Oídos y conocerás con Mi Entendimiento todas las cosas. Ya no verás
más solamente la apariencia externa de las cosas, sino que las verás en
su realidad. Nada de lo pasado, del presente o del futuro, se te ocultará;
porque las limitaciones de la naturaleza humana ya no estarán más allí, y
en el Espíritu no hay tiempo, ni espacio, ni personalidades, ni
separación: TODO ES UNO.
Tú marcharás adelante con la conciencia de este

27
gran Amor Impersonal en ti, la verdadera e intrínseca substancia de tu
naturaleza, y por su medio YO elevaré, fortaleceré, ayudaré y bendeciré a
todos aquellos a quienes Yo guie o atraiga a ti. Como el amor es tu
naturaleza, y como en el mundo terrestre en el hombre el Amor es la pura
y perfecta expresión de Mi Vida, está siempre tratando de manifestarse
por él en expresión completa y armoniosa.
Y con la conciencia de tu Divinidad y del Divino Poder de Mi Amor, en
vez de demostrarlo o ponerlo en evidencia en forma personal, lo darás,
ayudarás y bendecirás impersonalmente, tratando de remover todos los
grilletes, todos los obstáculos y todas las limitaciones que en alguna
forma impidan a Mi Vida manifestarse y expresarse en tus semejantes.
Y así te convertirás en Uno con la Vida Única, con Mi Vida Interna e
Impersonal; y por lo tanto en Uno Conmigo, el Manantial y la Fuente de
toda bendición, terrestre o Divina.
Y por lo tanto ya no buscarás ni tratarás más de enseñar o guiar a
otros, porque habiéndote convertido en Impersonal, y siendo Impersonal,
Me dejarás que dentro de ti mismo y dentro de los otros sea YO el que
enseñe y dirija. Ya no buscarás nunca dirigir, sino seguirme a Mí.
Y tampoco tratarás más ni siquiera de ser sabio, o bueno, o fuerte, o
rico, o sano, o feliz, porque tú eres toda esas cosas siendo Uno Conmigo,
que Soy la esencia interna, de la cual todas esas cosas no son más que la
manifestación externa.

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Y aprenderás que toda inarmonía presagia la armonía venidera; que
toda escasez no es más que Mi impulso hacia una más completa
expresión; que toda obscuridad no es más que la sombra indicadora de la
Luz; que toda debilidad es parte de los efectos del ejercitamiento que
resultará en una voluntad perfecta; y que todo mal es bueno y necesario
—para aquel que ha alcanzado Mi Conciencia Impersonal y Mi punto de
vista.
Y así irás a tus ocupaciones, sean las que fueren, porque entonces
conocerás que toda ocupación es mi ocupación y en vez de buscar y
luchar por conseguir para el yo las bendiciones espirituales que están en
la cumbre de la montaña, cesarás en toda búsqueda y en toda lucha, y te
habrás olvidado de ti, y sólo sentirás el impulso de dar, de dar y de dar de
ese Gran Amor interior, dejando que él despierte, auxilie y fortalezca a las
almas que están luchando en torno tuyo, tratando de comprender y
obedecer Mi Presencia en sus corazones, pero que debido a la falta de
ejercitamiento y madurez de sus mentes, no comprenden esa sensación
de Mí en su interior, y por lo tanto tampoco comprenden Mi Mensaje
cuando trato de hacérselo conocer internamente.
Y YO las guiaré a ti, o te llevaré a ti a ellas, de manera que pueda
primeramente enseñarles desde el exterior, por tu intermedio. Y así como
YO te he traído este Mensaje Mío en estas palabras, así también daré Mi
Mensaje a muchos centenares de otros por medio de las palabras que YO
hablaré por medio tuyo.
Pero esto no podrá suceder como lo deseo hasta que YO pueda vivir Mi
Vida Impersonal en ti, hasta que tú

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hayas sometido tu personalidad humana a Mi Divina Impersonalidad. Y
hasta que tú mismo determines con todo el poder de tu voluntad, y lo
desees con toda el hambre de tu alma, vivir la Vida Impersonal y hacer
que tu yo personal me siga y me sirva, a Mí, tu propio, Verdadero Ser
Impersonal, no podré darte ni siquiera un vislumbre de Mi Verdadero
Significado. Pero una vez que te dé ese vislumbre, oh Mí elegido, su gloria
será siempre contigo, y te guiará adelante, siempre adelante, hasta que
todo Mi Significado Me sea arrancado por el poder del Deseo de tu Alma.
Este es Mi Mensaje. Su objeto es despertar en ti este Deseo, el Deseo
de vivir la Vida Impersonal.
Esta es una enseñanza superior, y es sólo para aquellos que puedan
verla, para aquellos a quienes Yo he preparado y madurado para su
recepción.
Sin embargo, para éstos no es más que la puerta por donde vendrán
enseñanzas mucho más elevadas, que YO les daré directamente desde
dentro de sus propias Almas —aquellos que vengan a Mí con fe y
confianza amantes, y que estén dispuestos a vaciar sus corazones de todo
yo, para que YO pueda llevarlos con Mi Santo Amor Impersonal.
Porque YO aquí te prometo, que YO tengo para aquellos que quieren
venir a Mí, por el sendero sencillo, suave e Impersonal, grandes
maravillas y Bendiciones Espirituales que serán para ellos un manantial
inagotable de Felicidad; y que YO les daré, morando YO en ellos y ellos en
Mí, el empleo ilimitado de TODOS Mis Poderes y Atributos Divinos.

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