t.FINALRecurso de Interpretación Del Artículo 164
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En ese sentido la parte, alegó que era necesario “(…) determinar cómo debe intervenir
el Ejecutivo Nacional con el fin de impedir daños al patrimonio de la Nación, por la
inobservancia de los Estados en cuanto al ejercicio adecuado de las competencias
sobre la materia que les atribuye la Constitución, y si en virtud de ello y frente a
situaciones gravosas para el patrimonio de la República, puede asumir el Ejecutivo
Nacional tales competencias, y en caso afirmativo, la forma como debe hacerlo sin
lesionar el ordenamiento jurídico vigente (…)”.(Subrayado nuestro).
“(…) luego de un atento examen del presente expediente, la Sala estima que la
redacción del artículo 164.10 constitucional resulta confusa, en lo relativo a la
coordinación entre el Ejecutivo Nacional y los Estados en ejercicio de las
denominadas competencias exclusivas de dichos entes político territoriales, lo cual
genera una aparente antinomia que debe resolverse a fin de viabilizar la gestión
eficaz y eficiente de los servicios públicos de puertos y aeropuertos de uso comercial,
así como de las carreteras y autopistas nacionales; de allí que esta Sala procede a su
análisis (…)”. (Subrayado nuestro).
No obstante, un poco más adelante en ese mismo fallo, asegura la sala que el
contenido del artículo 156.26 Constitucional denota que al Poder Público Nacional le
corresponde legislar sobre la materia, y que de acuerdo al artículo 164.10 se le atribuye
al Podero Público Estatal la competencia “exclusiva” relativa a “(…) la conservación,
administración y aprovechamiento (…) carreteras y autopistas nacionales, así como de
puertos y aeropuertos de uso comercial, en coordinación con el Ejecutivo Nacional
(…)”; por lo que a su entender a los estados le corresponde conservar, administrar y
aprovechar las carreteras, autopistas nacionales, puertos y aeropuertos de uso
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comercial que se encuentren dentro de su jurisdicción, y se presenta una concurrencia
de las competencias que ostentan, tanto el Poder Público Nacional como el Estadal.
Cabe señalar que la Sala, sostiene ese argumento que ambos niveles de ejercicio del
Poder Público son competentes en diversos grados sobre tales actividades, pues al
legislador nacional le compete elaborar el régimen general en la materia, lo cual incide
sobre la competencia de los Estados para la conservación, administración y
aprovechamiento de las carreteras, autopistas nacionales, puertos y aeropuertos.
Ahora bien, para poder dar sustento al análisis de estos argumentos resulta necesario
revisar algunas de las afirmaciones hechas y su veracidad, lo cual se intentará en las
siguientes líneas bajo la luz de algunos de los escritos de grandes autores en cada
materia y del conocimiento adquirido en el trimestre sobre argumentación.
En ese sentido, tal y como lo hiciera la Sala, debe destacarse que la actual
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, acogió los principios
descentralizadores previstos en la anterior Constitución de 1961, estableciendo en su
artículo 4 que: “La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal
descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y se rige por los
principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
corresponsabilidad”.
3
Por su parte, el prevé la forma organizativa como Estado Federal implica, la presencia
de entidades político-territoriales dotadas de cierta autonomía en cuanto a la realización
de sus competencias, en lo cual subyace el concepto de la descentralización, en cuanto
al reparto de esas competencias entre esos entes político-territoriales. Así por ejemplo,
el Profesor Subero Mujica advierte que: “La cuestión es simple y evidente: si el grado
de descentralización de la organización estatal puede determinarse en función de la
autonomía de los entes político-territoriales, esta autonomía, a su vez, está
determinada por los poderes o atribuciones que se les reconoce a estos entes y por el
número y calidad de las materias sobre las cuales ejercen tales poderes, luego el
Estado será cada vez más descentralizado en la medida en que se reconozcan más
competencias en los entes territoriales menores (Estados y Municipios).” 1
1
Subero Mujica, Mauricio. (2010?: pág.2) La Organización Federal Descentralizada del Estado Venezolano. Balance,
Críticas y Perspectivas. Material entregado en clase Descentralización del mencionado Profesor en la
Especialización de Derecho Administrativo de la Universidad Católica Andrés Bello.
4
Precisando de una vez, la noción de descentralización está asociada al grado de
independencia que ostenta una organización personificada en el ejercicio de sus
competencias, visto así, supone el reconocimiento de distintos centros de poder con un
ámbito de competencias propias.
Ahora bien, esa coordinación según nos explica el Prof. Peña Solís, tiene dos corrientes
de pensamiento, en la primera, la coordinación es una expresión de poderes de mando
en una relación jerárquica, ya que un superior jerárquico, en atención a su poder, se
asegura de la coordinación de las actividades de sus subordinados, lo que supone una
estructura piramidal mediante la cual el jerarca sólo debe impartir órdenes,
instrucciones y directivas que serán acatadas, basados en la relación de jerarquía
instaurada entre órganos. Los defensores de esta postura señalan la coordinación
inclusive como relación intersubjetiva, siempre que se admita la existencia de un órgano
u ente coordinador que prevalezca sobre los restantes en la relación de coordinados.
3
Peña Solís, José. Manual de Derecho Administrativo. Vol. 2do. 5 Colección de Estudios Jurídicos Tribunal Supremo
de Justicia. 2008. pág.501
6
Finalmente, expresa Peña Solís (2008) “(…) que los elementos de la coordinación
como figura organizativa son: a) la existencia de órganos y entes dotados de autonomía
y titulares de intereses distintos, b) que esos órganos y entes realicen actividades que
concurran en definitiva al logro de un objetivo unitario, en virtud de un sistema de
relaciones instaurado entre ellos, mediante instrumentos normativos, y además que la
coordinación puede ser interorgánica, cuando concurren en la relación órganos de
diferentes administraciones sectoriales, (…) lógicamente afines por la competencia
material o por la coincidencia en la persecución del mismo fin, des distintos Ministerios,
e Intersubjetiva cuando concurren en la relación distintos entes”. pág 503.
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sus titulares, quienes actuarán en el ámbito de las “competencias” que les sean
asignadas.
La competencia trae como nota esencial que cuando una persona no investida con el
correspondiente hilo competencial, pretende ejercer facultades correspondientes a otra
persona u otro órgano u ente administrativo de adscripción distinto al suyo,
produciéndose una violación directa del principio de la legalidad, sancionado con la
nulidad del acto más allá de la responsabilidad en la que pudiere incurrir esa persona
que lo dicta sin el otorgamiento de esa facultad o competencia previa.
En ese sentido, afirma Subero Mujica que la competencia “(…) puede ser definida como
una noción compleja, en la que concurren necesaria e indisolublemente, tres
elementos: el ente público titular de la competencia, el haz de sus atribuciones y la
materia sobre las que estas atribuciones se ejercen”. 4
4
Subero Mujica, Mauricio. La Organización Federal Descentralizada del Estado Venezolano. …. pág.27
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Por otra parte, en atención al modo de atribución de la competencia se llamará
exclusiva o concurrente, y se llamará exclusiva cuando el ente que posea determinadas
atribuciones las ejerce en régimen de monopolio, siendo que lo importante no es que
posea todas las funciones sino que aquellas que posea sean excluyentes, es decir
puede tener la legislación o solo la ejecución o una parcela incluso de una de ellas,
pero que esa parte se excluyente de la otra (como ocurre cuando se habla de
legislación de bases y de desarrollo).
Igualmente explica, que hay casos en los cuales lo que se divide o reparte son las
materias sobre las que se ejercen las potestades, por lo que se da lugar a las
competencias compartidas, y señala el ejemplo en el sector salud, donde hay servicios
nacionales de salud y a otro ente en un sector diferente en atención primaria
(municipios).5
Sobre la base de esta explicación, el mismo autor añade que debido la noción de
materia concurrente asignadas indistintamente a todos los entes políticos territoriales,
es que el Poder Nacional realizó la transferencias a los Estados de determinados
servicios previstos en la Ley Orgánica de Descentralización sin tener que afectar el
régimen de asignación de competencias previste en la Carta Magna, más allá de su
postura en la cual advierte esta es una tesis insostenible constitucionalmente, nos
explica que en nuestro país terminó por aceptar el “descubrimiento” de algunas
competencias concurrentes y que en definitiva el sistema de distribución de
competencias en Venezuela, admite la existencia de competencias exclusivas en un
lado y del otro una serie de competencias de concurrencia imperfecta o competencias
compartidas, lo cual alude a que los entes públicos “(…) intervienen sobre la misma
materia, pero siempre con una de estas peculiaridades: o bien cada uno incide sobre un
aspecto concreto y específico de esa materia (…) el cual se reserva en exclusividad, o
bien cada cual ejerce, también de forma exclusiva, ciertas atribuciones específicas que
le son reservadas constitucionalmente (…)”.
De acuerdo con los anteriores planteamientos revisemos una vez más el argumento de
la Sala Constitucional, para justificar la interpretación del artículo:
“(…) luego de un atento examen del presente expediente, la Sala estima que la
redacción del artículo 164.10 constitucional resulta confusa, en lo relativo a la
coordinación entre el Ejecutivo Nacional y los Estados en ejercicio de las
5
Subero Mujica, Mauricio. La Organización Federal Descentralizada del Estado Venezolano. …. Págs.37 y 38
9
denominadas competencias exclusivas de dichos entes político territoriales, lo cual
genera una aparente antinomia que debe resolverse a fin de viabilizar la gestión
eficaz y eficiente de los servicios públicos de puertos y aeropuertos de uso comercial,
así como de las carreteras y autopistas nacionales; de allí que esta Sala procede a su
análisis (…)”. (Subrayado nuestro).
Así pues, resulta necesario traer a colación el contenido de las normas Constitucionales
164.10 (objeto de interpretación) y 156.26 a los fines de tener presente en el presente
trabajo, los cuales se expresan en los siguientes términos:
Capítulo II
De la competencia del Poder Público Nacional
Artículo 156. Es de la competencia del Poder Público Nacional:
(…)
26. El régimen de la navegación y del transporte aéreo, terrestre, marítimo, fluvial y lacustre, de
carácter nacional; de los puertos, aeropuertos y su infraestructura.
Ello así, no se entiende como en un fallo de 2006, se tiene claridad sobre las
competencias exclusivas y el régimen de coordinación y luego a tan solo dos años
después se realiza todo un entramado sobre la base de una primera premisa indicando
una confusión que genera una antinomia.
Este argumento nos indica, que las contradicciones siempre están presente pero que lo
interesante son las posibles soluciones y siempre observa los tres criterios básicos para
la solución de estas cuestiones: 1.- Ley posterior deroga anterior, 2.- Ley superior
deroga Inferior y Ley especial deroga a ley general.
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En efecto, de haberse generado la antinomia, habría que verificar si ello es así, luego
declarar la antinomia y anular la disposición legal del sistema por ser violatoria de la
norma constitucional, pero ¿qué ocurre Si la supuesta antinomia se presenta en ese
nivel?, en efecto sería la Sala Constitucional la llamada a determinar si esta existe o no,
el problema es que en este caso no existía la antinomia, sino que la Sala la Genera con
el fin de desvirtuar la distribución de las competencias previstas en la propia norma
fundamental, para luego, resolver la supuesta antinomia revocando esas competencias
en favor de otro entre político territorial, lo cual si es inconstitucional de acuerdo a las
consideraciones anteriores y a los planteamientos antes esbozados.
Luego de lo antes señalado la Sala Constitucional revive una norma a los efectos de
obtener un mecanismo para revertir las competencias asignadas constitucionalmente a
los estados y señala: (…) cuando a pesar de haber sido transferidas las competencias
para la conservación, administración y aprovechamiento del servicio o bien, la
prestación del servicio o bien por parte de los Estados es deficiente o inexistente,
resulta ineludible que en estos supuestos se deba producir una intervención directa del
Poder Público Nacional -sin perjuicio de su facultad de ejercer la reversión de la
transferencia conforme al ordenamiento jurídico-, para garantizar la continuidad y
eficiencia de las correspondientes prestaciones, ya que en el caso de las actividades y
bienes vinculados a las carreteras y autopistas nacionales, así como los puertos y
aeropuertos de uso comercial, se constituyen en verdaderos servicios públicos.(…)”.
Pero además, una cosa es establecer el régimen como norma base el servicio y otra
muy distinta es señalar que en virtud de esa potestad exclusiva de determinar el
6
Subero Mujica, Mauricio. Comentarios a La Ley de Reforma Parcial de la Ley Orgánica de Descentralización,
Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público del 17 de marzo de 2009. …. Pág.22
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régimen pueda el Poder Público Nacional “intervenir” e invadir las competencias que le
fueron asignadas vía Constitución a los Estados, por lo que este es una argumento
falso, que se genera a partir de una anfibología, al utilizar enunciados cuya construcción
gramatical los vuelve ambiguos, de manera que habla de una intervención sin prejuicio
de la facultad de reversión (la cual no es posible como se explicó, ya que no le es dada
la reversión de esas competencias porque éstas no fueron transferidas sino que fueron
asignadas por el propio Constituyente) , cuando la propia intervención de “bienes y
prestaciones de servicios públicos transferidos para su conservación, administración y
aprovechamiento” contenida en el artículo 9 de la LOD de 2009, es ambigua confusa y
no era el sustento inicial del argumento.
No obstante, este no es el sentido que le quiere dar la Sala y se dice que genera la
confusión, porque en efecto el sentido que asume es el que el Poder Público Nacional
aún mantiene la competencia concurrente y debe revertir la transferencia, y apoyarse
en la figura de la intervención para “asumir” le servicio, cuando unos párrafos previos
decidió que en atención a su competencia de regular podía asumirlas sin necesidad de
dicho mecanismo.
Finalmente, el fallo dice que cierra sus argumentos con una serie de argumentos de
respaldo al señalar:
“En el caso concreto del artículo 164.10 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, al determinar el Constituyente que el desarrollo de dichas competencias debe
hacerse en coordinación con el Ejecutivo Nacional, comporta una atribución de
competencias múltiples, (…)”.
a.- Por parte del legislador nacional la de establecer mediante leyes de base
reguladoras -según los principios de interdependencia, coordinación, cooperación,
corresponsabilidad y subsidiariedad- de las competencias concurrentes, de la
República con los Estados y los Municipios, sino también de las de estos últimos
entre sí. Tal como se desprende del contenido del artículo 165, que se ubica en el
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Capítulo III (Del Poder Público Estadal) del Título IV (Del Poder Público) de la
Constitución: (…)
b.- De los Estados de ejercer conforme a la legislación base y en coordinación con el
Ejecutivo Nacional la conservación, administración y el aprovechamiento de las
carreteras y autopistas nacionales, así como los puertos y aeropuertos de uso
comercial, previa transferencia de competencias conforme al procedimiento de
descentralización territorial.
c.- Sólo los Estados como entes político territoriales pueden ser objeto de una
descentralización territorial sobre dichas materias.
d.- La obligación del Ejecutivo Nacional de procurar la satisfacción eficaz de las
prestaciones de servicios públicos vinculados con la conservación, administración y
el aprovechamiento de las carreteras y autopistas nacionales, así como los puertos y
aeropuertos de uso comercial, con el fin de asegurar a los usuarios y consumidores
un servicio de calidad en condiciones idóneas y de respeto de los derechos
constitucionales de todas las partes involucradas, por ser los medios esos servicios
y bienes, fundamentales para la satisfacción de necesidades públicas de alcance e
influencia en diversos aspectos de la sociedad y que pueden incidir tanto en la
calidad de vida de aquélla, como en derechos concretos -vgr. Comercio, seguridad
nacional, control de actividades ilícitas, entre otras-.
e.- Las carreteras y autopistas nacionales, así como los puertos y aeropuertos de
uso comercial nacionales (no Estadales), son bienes y servicios que en caso de haber
sido transferidos a los Estados (descentralización funcional) pueden ser
cogestionados por éstos a través de convenios, pero también revertidos, ya que la
titularidad originaria de los mismos le corresponde a la República, conforme al
ordenamiento jurídico vigente.”
En atención a estas premisas, no se explica la conclusión del fallo, por una parte dice
que la regulación emanada del Poder Público Nacional será en base a los principios de
interdependencia, coordinación, cooperación, corresponsabilidad y subsidiariedad, y
luego de manera categórica advierten que pueden revertirse las competencias que
fueron previamente transferidas a los estados, lo cual es totalmente falso, ya que esas
competencia no son producto de una transferencia, sino de distribución competencial
directamente enunciada en la Constitución y es más grave aun cuando exhorta a la
Asamblea Nacional para que mediante una Ley se adecue a los criterios que en ella se
establecen basados en una norma que incluso había sido derogada y cuyas
transferencias ya se habían asumido en la propia Constitución, lo cual resulta
inconstitucional.
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