Tema II y III Rainer

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

VICERRECTORADO DE DESARROLLO TERRITORIAL

EJE GEOPOLÍTICO REGIONAL HEROÍNA JUANA LA AVANZADORA

EJE MUNICIPAL “INDIO WARAO”

ALDEA: ESCUELA BOLIVARIANA CARABOBO

TUCUPITA ESTADO DELTA AMACURO

ESTADO Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS


TEMA II
ANALIZAR LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL Y LA COMPETENCIA
TEMA III
COMPRENDER LOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL PROCESO

PARTICIPANTES:
FACILITADOR:
JESUS N. FUENTES S. C.I:V- 5.337.930
ABOG. RAINER RASSE
ALMANDO J. LEPAGE C.I:V-8.951.512

JESÚS E. ROMERO C.I:V-9.802.083

NESTOR J. ROMERO C.I:V-9.858.121

ASDRUOMAIRYS I. LEON M. C.I:V-18.074.546

YITSELYS DEL V. ZACARIAS M. C.I: V-19.139.314.

PFG-EJ Trayecto: II Tramo: I / PERIODO: 2021-I Sección: SB-RS Única.

TUCUPITA; MAYO DEL 2021


INTRODUCCIÓN

El concepto jurídico actual de la jurisdicción como función del Estado


surge a raíz del advenimiento del constitucionalismo moderno,
conjuntamente con el reconocimiento de los principios de soberanía y de
distribución orgánica de las funciones estatales. La justicia deja entonces de
impartirse a nombre del rey y, considerada la jurisdicción como emanación
de la soberanía, se le reconoce como una función independiente no sólo
orgánicamente, sino con caracteres propios, por lo que respecta a las otras
dos funciones del Estado.

En efecto, las funciones de que hablamos son realizadas por los


órganos del Estado a través de actos que, en cada caso, tienen naturaleza
particular; así se habla de actos legislativos, administrativos y
jurisdiccionales.

La función jurisdiccional del Estado solamente tiene razón de ser si se


le ve como servicio público, como mecanismo previsto por el constituyente
para la solución pacífica de los conflictos sociales y alternativa a la
autocomposición, al conferir competencia a los órganos del Poder Judicial
para decidir en forma imparcial y definitiva, los casos puestos en su
conocimiento. El acceso a los servicios que brindan los diversos tribunales
judiciales debe, por ende, ser lo más amplio posible, permitiendo que apenas
razones calificadas priven a las personas de dicha posibilidad

Desde la redacción del Código de Hammurabi (1700 años a.C.) hasta


nuestros días, se ha logrado progresivamente el reconocimiento de los
derechos del hombre ante los otros hombres, y se ha venido desarrollando
un complejo sistema de procesos que conllevan a la manera a acorde de
solucionar los conflictos que entre ellos se presentan.
Estos procesos se observan en las diferentes acciones que se
establecen dentro del derecho para poder afrontar los conflictos sociales en
vía de preservar los principios constitucionales de igualdad y justicia, se hace
necesario conocer los conceptos fundamentales y teóricos que comprende
un juicio como proceso en el campo Jurídico. Es por ello, que a continuación
le presentamos los Fundamentos Teóricos del Proceso, iniciando con las
definiciones y diferencia de Procedimiento con la finalidad de conocer las
causas y principios procesales y otras definiciones como acción, Pretensión y
Excepción que son las herramientas necesarias para la toma de decisiones
en cualquier juicio.

Estos conceptos tratados en este trabajo de investigación, debe servir


como documento de consulta para todas aquellas personas y/o estudiantes
en el área del derecho, al memento de necesitar obtener nociones
relacionadas a la comprensión de los fundamentos del proceso, como
mecanismo utilizado en el quehacer cotidiano del sistema de administración
de justicia, para dar solución a los conflictos entre las diferentes parte
involucradas.

De igual modo, este tema objeto de estudio, forma parte del contenido
programático de la unidad curricular Estado y Resolución de Conflictos.
Exigida como parte de la carga académica que se debe aprobar, en el
Programa de Formación de Grado en Estudios Jurídicos de la Universidad
Bolivariana de Venezuela y poder optar al título de Abogado.
1.- LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL DEL ESTADO

Históricamente, todas las sociedades desarrollaron distintas


instituciones y procedimientos para resolver los conflictos que se suscitaban
entre los individuos que las componían.

Así, las contiendas entre sujetos eran resueltas por el jefe de la tribu,
el sacerdote, los ancianos, los jefes militares, el "pater familiae", entre otros,
y siguiendo distintos procedimientos (consejos, ordalías, entre otros).

En cambio, la noción de función jurisdiccional del Estado tal como hoy


la conocemos surge con el advenimiento del Estado moderno y con la
consolidación del denominado principio de la división de poderes.

Al igual que nosotros los particulares, el Estado es una persona


jurídica; pero mientras nosotros somos personas jurídicas de existencia
visible (es decir mientras nosotros somos personas físicas), el Estado, en
cambio, es una persona jurídica de existencia ideal. Lo que ahora debemos
tener en cuenta es que tanto el Estado como nosotros los particulares,
somos personas, y, como tales, perseguimos fines. Pues bien, para
satisfacer estos fines, tanto el Estado como nosotros los particulares
ejercemos distintas funciones.

Entre las funciones que ejerce el Estado y las funciones que


normalmente ejercemos los particulares hay una clara distinción, que es
consecuencia de los distintos intereses que persigue aquél y nosotros.
Mientras los particulares normalmente tendemos a la satisfacción de
nuestros propios intereses: los intereses privados; el Estado, en cambio,
tiende a la satisfacción del interés de la colectividad, es decir al interés
público. Es por eso que las funciones que el Estado ejerce son funciones
públicas.
A través de las funciones públicas se desarrolla toda la acción estatal,
la que, a su vez, se desenvuelve en tres direcciones fundamentales dando
lugar a:

 La función legislativa
 La función ejecutiva,
 La función jurisdiccional.
Todas tienen algo en común: son públicas y, como tales, tienden, cada
una a su manera, a la satisfacción del genérico interés público. Pero lo más
importante es que estas funciones constituyen una manifestación directa del
Poder del Estado. Por lo tanto resultan inherentes a la naturaleza y a la
existencia misma de Estado. Un Estado para ser tal debe necesariamente
desarrollar estas funciones.

La función jurisdiccional constituye, pues, una función pública,


esencial del Estado, que consiste, básicamente, en resolver las contiendas
que se susciten entre los individuos por violaciones que se hayan cometido
contra el ordenamiento jurídico de ese Estado, restableciendo y aplicando
dicho ordenamiento. No puede concebirse una sociedad y mucho menos un
Estado que no posea de una forma u otra un servicio de justicia.

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, (CRBV)


en su capítulo III, Del Poder Judicial y el Sistema de Justicia, sección
Primera, de sus disposiciones generales, establece en el artículo 253 que:

El Estado ejerce la función jurisdiccional a través de


nuestros tribunales y para cumplir con la garantía
constitucional de la justicia. El Estado debe asumir
directamente la función de resolver los conflictos mediante
órganos investidos de autoridad, donde debe imponer a
los contrincantes árbitros privados. Esta razón de árbitros
privados es por la sencilla finalidad de lograr solución
pacífica a los conflictos.
Tomando como referencia lo antes expuesto de puede decir que la
función jurisdiccional es una atribución que se le confiere al Estado como
exclusivo y que este ejecuta a través de la persona de jueces, quienes son
los que tienen el poder de ejecución de hacer cumplir una decisión judicial,
para dirimir conflictos e intereses que alteren el orden social, es por ello, que
decimos que la función jurisdiccional comprende la decisión con fuerza de
verdad legal de una controversia entre partes.

1.1.- CONCEPTO DE JURISDICCIÓN


El concepto de jurisdicción es afín al sitio geográfico que ha sido
asignado por una autoridad competente para que los tribunales puedan
hacer uso de sus capacidades en el ejercicio del derecho respetando las
competencias de acuerdo a la materia y cuantía del tribunal. En un factor
bastante amplio, la jurisdicción no es más que el sitio o territorio en el cual el
Estado ejerce y aplica la soberanía. De acuerdo a la jurisprudencia evaluada
por estudiosos del derecho, la jurisdicción es denominada una función
pública que sólo pueden ejercer los órganos pertenecientes al Estado con
una competencia determinada.

La jurisdicción tiene una serie de características y elementos que


permiten su correcta aplicación en el territorio que ha sido asignado por la
autoridad o por el órgano jurisdiccional. Ahora bien, gracias a los requisitos
estipulados en las leyes que permiten ejercer lo que es la jurisdicción, hacen
que el estado puede dirimir diferentes controversias, conflictos y problemas
de índole jurídico. Una vez que han sido evaluados cada uno de los
elementos sometidos a juicio, se procede a denominar la cosa juzgada y
posteriormente se procede a la ejecución de una sentencia que bien puede
ser favorable o no. Eso, a nivel general, abarca el significado de qué es
jurisdicción.

La palabra deriva del latín “jus” que significa derecho, “dicere” que
tiene como significado declarar y “lurisdictio” que significa dictar derecho. La
palabra es un sustantivo femenino que se refiere a la autoridad, potestad o
idoneidad que tiene alguien para gobernar, mandar o liderar.

La palabra jurisdicción, aparece en el mundo jurídico con distintos


significados. Así, en los países latinoamericanos, el vocablo se ha concebido
desde cuatro puntos de vista:

 Como ámbito territorial


 Como sinónimo de competencia
 Como conjunto de poderes o autoridad de ciertos órganos del Poder
Público.
 Con sentido preciso y técnico de función pública, de hacer justicia.
La jurisdicción como ámbito territorial. Se concibe, como la
delimitación territorial donde se realiza la actividad jurisdiccional.

La jurisdicción como competencia. El Código de Procedimiento Civil


Venezolano, al igual que otras leyes de la República, no hace distinción entre
jurisdicción y competencia, más aun confunde los términos, expresando en
algunos casos, la existencia o delimitación de la jurisdicción, cuando en
realidad a lo que se refiere es a la competencia. Hasta el siglo XIX los
conceptos de jurisdicción y competencia, aparecieron como sinónimos y en
el siglo XX se superó tal situación, quedando algunos resabios de ello en la
legislación y el lenguaje forense.

De esta manera, la competencia es la medida de la jurisdicción,


teniendo todos los jueces jurisdicción, más no competencia para conocer de
un determinado asunto.
Jurisdicción como poder. Se expresa en algunos momentos que la
jurisdicción es la prerrogativa, autoridad o poder de determinados órganos
públicos, especialmente los del Poder Judicial, aludiéndose a la investidura,
a la jerarquía más que a la función.

La Jurisdicción es un poder-deber, ya que el Juez tiene el deber


administrativo de hacerlo.

1.2.- TIPOS DE JURISDICCIÓN


Existen varios tipos de jurisdicción que son los siguientes:

 Jurisdicción Civil: Es el conjunto de órganos jurisdiccionales que


incluye organizaciones como los juzgados y Tribunales a los que se
debe de dirigir todo tipo de acción civil. Organiza, debate y decide
sobre las estrategias a seguir para mejorar la administración de la
justicia civil desde el punto de vista administrativo y jurídico.

 Jurisdicción Territorial: Es la que se encuentra relacionada con el


territorio sobre el cual un determinado juzgado tienen o puede ejercer
su autoridad.

 Jurisdicción Laboral: Es la atribución que tiene el Estado para poder,


por medio de órganos especializados laborales, resolver de forma
válida y definitoria los diferentes conflictos de intereses que se puedan
presentar en cuanto a las relaciones individuales y colectivas de
trabajo, y en donde se requiera control judicial de las decisiones de la
administración pública con motivos de materia laboral y de seguridad
social para otorgar estabilidad socioeconómica al Estado y para poder
promover la paz social y la justicia dentro de la sociedad.
 Jurisdicción Federal: Es la facultad que es otorga por el poder judicial
de la nación o en otras palabras por el estado federal para administrar
justicia sobre las personas y en los lugares determinados por la
constitución.

 Jurisdicción Indígena: Este tipo se refiere a la potestad que tiene los


pueblos indígenas para poder recurrir a sus autoridades internas para
dar solución a los problemas generados dentro de sus territorios, y
también es la que da la facultad de tomar decisiones, juzgar y ejecutar
hechos con respectos sus normas tradicionales.
 Jurisdicción Social: Es el conjunto de órganos establecidos por el
Estado para el conocimiento y la resolución de los conflictos
relacionados con el trabajo. Da una garantía a los derechos del
trabajador, utilizando principios propios y distintos del proceso civil,
para compensar la desigualdad sustancial social y económica del
trabajador ante el empresario.

 Jurisdicción Voluntaria: Es aquella en la que no existe litigio entre las


partes por que se pasa los casos particulares a los notarios y se les da
la facultad de atender algunos de estos trámites para descongestionar
los despachos judiciales.

 Jurisdicción Propia: Es el tipo de jurisdicción en donde se resuelven


problemas y se tramitan las atribuciones que concede la ley, sin
necesitar otro órgano jurisdiccional que conceda la función
materialmente jurisdiccional.
 Jurisdicción Ordinaria: Es un grupo de Tribunales que tienen el
conocimiento y resolución de la generalidad de los procesos y que
posee una estructura que se basa en criterios de jerarquía funcional y
de división de trabajo.

 Jurisdicción Municipal: Tiene como objetivo darles a los municipios un


estatuto administrativo y fiscal para cumplir las funciones y prestar los
servicios a su cargo, promover el desarrollo de sus territorios y mejorar
el aspecto social de sus habitantes.

 Jurisdicción Privativa: Es ejercida únicamente en una causa por un


juez o por un tribunal que priva a los demás para intervenir en su
conocimiento o decisión.

1.3.- CONFLICTO DE JURISDICCIONAL


De acuerdo a lo establecido en el Código de Procedimiento Civil
(CPC) de la falta de Jurisdicción, de la Incompetencia y de la Litispendencia.
Título I, Capítulo I - Sección V. el Articulo 59. Trata de:

La falta de jurisdicción del Juez respecto de la administración pública,


se declarara aun sin oficio, en cualquier estado e instancia del proceso.

La falta de jurisdicción del Juez venezolano respecto del Juez


extranjero, se declarara de oficio, en cualquier estado e instancia del proceso
cuando se trate de causas que tienen por objeto bienes e inmuebles situados
en el extranjero.

En cualquier otro caso, mientras no se haya dictado sentencia sobre el


fondo de la causa en primera instancia, la falta de jurisdicción solo se podrá
declararse a solicitud de parte.
En todo caso, el pronunciamiento del Juez sobre la jurisdicción se
consultara en la Corte Suprema de Justicia, en la Sala Político -
Administrativa conforme a Lo dispuesto en el art. 62.

Así mismo en el Artículo 61 del Código Procesal Civil se establece


que:

Cuando una misma causa se haya promovido ante dos (2) autoridades
judiciales igualmente competentes, el Tribunal que haya citado
posteriormente, a solicitud de parte aun de oficio, en cualquier estado y
grado de la causa, declarara la litispendencia y ordenara el archivo del
expediente, quedando extinguida la causa.

Si las causas idénticas han sido promovidas ante el mismo Tribunal, la


declaratoria de litispendencia pronunciada por este producirá la extinción de
la causa en la cual no se haya citado al demandado o haya citado con
posteridad. Por último en el Artículo 62 del Código Procesal Civil, reza lo
siguiente: A los fines de la consulta ordenada, en el artículo 59, el Tribunal
remitirá inmediatamente los autos a la Corte Suprema de Justicia, en la Sala
Política – Administrativa, suspendiéndose el proceso desde la fecha de la
decisión. La Corte procederá luego de recibidas las actuaciones, a decidir
cuestión, lo cual se hará dentro de diez (10) días, con preferencia a cualquier
otro asunto.

Analizando el contenido de éstos tres artículos se puede definir que,


un conflicto de jurisdicción es el que se da cuando dos o más jueces o
tribunales diferentes, entienden que tienen jurisdicción para dirimir un mismo
asunto. Y debido a que un mismo asunto sólo puede ser juzgado una vez, es
necesario resolver el conflicto antes de poder resolver el litigio, por lo que
debe ser remitido a la Sala Política – Administrativa, para que determine en
que Jurisdicción debe ser juzgada la causa, suspendiendo el proceso hasta
tanto no se emita una decisión.

1.4.- CONCEPTO DE COMPETENCIA


Es aquella precisamente el modo o manera cómo se ejerce esa
jurisdicción por circunstancias concretas, de materia cuantía y territorio,
imponiéndose por tanto una competencia por necesidad de orden práctico se
considera entonces tanto como facultad del juez para conocer en un asunto
dado cómo también el conflicto que puede existir por razón de competencia.

La competencia es la atribución jurídica otorgada a ciertos y


especiales órganos del Estado que permiten asesorar bienes y derechos a la
empresa para tener pretensiones procesales con preferencia a los demás
órganos de su clase, o mejor dicho otro modo los jueces ejercen su
jurisdicción en la medida de su competencia, ese órgano especial es llamado
tribunal. La competencia tiene como supuesto el principio de pluralidad de
tribunales dentro de un territorio Jurisdiccional. Con el objetivo de determinar
cuál va hacer el tribunal que va a llevar a conocer con preferencia o
exclusión de los demás en función de una controversia enmarcada en una
actividad Jurisdiccional. Por ello se ha señalado que si la jurisdicción es la
facultad de administrar justicia en cambio la competencia fija los límites
dentro de los cuales se ejerce tal facultad, lo jueces ejercen su jurisdicción en
la medida de su competencia. La misma se determina en relación a cada
juicio. En otro orden de ideas la competencia es la atribución legítima aún
juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto, de esta
forma podemos sostener que la competencia es el poder y deber que tiene
cada tribunal para resolver, con efectos del caso juzgado y en forma
exclusiva y excluyente, los conflictos Jurídicos relevantes sometidos a su
conocimiento, según el escritor Eduardo Couture al referirse a la relación
Jurisdicción- Competencia en su obra Fundamento del derecho procesal civil
señala que la competencia es una medida de Jurisdicción. Todos los jueces
tienen Jurisdicción pero no todos tienen competencia para conocer en un
determinado asunto, concluye afirmando que la competencia es el fragmento
de Jurisdicción atribuido a un juez.

1.5.- TIPOS DE COMPETENCIA


La competencia tiene como supuesto, el principio de pluralidad de
juzgado o tribunales dentro de un territorio Jurisdiccional. Así, las reglas de
competencia tienen por objeto determinar cuál va hacer el juzgado o tribunal
que va a conocer con preferencia o exclusión de los demás por ellos se ha
señalado que si la jurisdicción es la facultad de administrar justicia, la
competencia fija los límites dentro de los cuales se ejerce tal facultad, o dicho
de otro modo, los jueces ejercen su jurisdicción en la medida de su
competencia. Mientras los elementos de la jurisdicción están fijados en la
Ley, presidiendo del caso concretó, la competencia se determina por tres
factores a saber;

1.5.1. - COMPETENCIA POR MATERIA

Es el criterio que se instaura en virtud a la naturaleza jurídica del


conflicto objeto de litigio, por razón de la naturaleza, de la causa, ósea de las
cuestiones jurídicas que constituyen la materia litigiosa del proceso o es la
que se atribuye según las diversas ramas del derecho sustantivo. Este
criterio de distribución del que hacer judicial toma en consideración la
creciente necesidad que conocimientos, especializados, respecto de las
normas sustantivas que tutelan los intereses jurídicos involucrados en el
debate sujeto a juzgamiento. Así encontramos órganos Jurídicos que
conocen de materia: civil, familiar, penal, constitucional, administrativa,
laboral, agrarias, fiscal, entre otros.
1.5.2. - COMPETENCIA POR CUANTÍA

Es el valor jurídico o económico de la relación u objeto litigioso,


aunque se a dado lugar a una cadena de polémicas, en que se discute si
deben plantearse distingos entorno al monto pecuniario de los litigios a
ventilarse. Y así se habla de "justicia para pobres" y de " justicia para ricos",
la competencia se determina también por este punto de vista del valor
económico que a su vez pueden revestir los negocios judiciales, estos
aspectos se regulan por las leyes Orgánicas del Poder Judicial, está
distribución para el conocimiento de los pleitos de mayor o menor guantium
naturalmente hay problema que no tienen traducción monetaria, en los que
concretamente el legislador tiene que definir y ordenar cuál es el juzgado o
tribunal competente para componerlas.

1.5.3. - COMPETENCIA POR TERRITORIO

Es el lugar físico donde se encuentran, los sujetos u objetos de la


controversia o donde se produjo el hecho que motiva el juicio. La
competencia por razón del territorio distribuye los procesos entre los diversos
jueces de igual tipo de la misma Competencia. Según dos directrices
principales a saber:

 Facilitar y hacer más cómoda la defensa de las partes y de modo


especial la del demandado.

 Disponer, en cuánto categorías particulares de controversias, que el


proceso se desarrolle ante el juez que por razón de su sede, pueda
ejercitar sus funciones de la manera más eficiente. La competencia
por territorio atiende a razones de conveniencias y cercanía o
proximidad del objeto y las personas del proceso-Principio de
inmediatez y en general a la distribución geográfica Nacional lugar
donde se debe seguir el proceso y que se divide en sectores y tratar
de lograr una distribución más equitativa de los procesos entre jueces
de diversas zonas y no que se concentré en lugares de mucha
litigiosidad o donde estén concentrados la mayoría de Abogados

1.5.4.- COMPETENCIA POR RAZONES DE CONEXIDAD Y COMPETENCIA

La conexidad debe basarse en una identidad entre las distintas


pretensiones y acciones derivadas de la causa del objeto o de ambos
elementos, o en la existencia de una íntima vinculación entre los asuntos,
completando la figura de la identidad de sujetos por otro lado existe
conexidad de causas cuando allá identidad de personas y acciones, aunque
las cosas seas distintas. Acciones que provengan de una misma causa
aunque sean diversas las personas y las cosas, e identidad de acciones y de
cosas, aunque las personas sean distintas. La conexidad supuesto en el que
puede apreciarse la relación entre diversas infracciones penales atendiendo
a la condición personal del autor o autores o a la vinculación existente entre
las acciones ilícitas.

Lo anterior tiene una naturaleza, la conexidad puede ser sustancial o


procesal tramitar bajo una misma cuerda procesal varias faltas ligadas entre
sí por vínculos subjetivos o materiales o que se conectan de alguna u otra
manera.

Artículo 121 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, establece lo siguiente:


las competencias Civil y Mercantil, atribuidas a las Cortes de apelaciones en
el artículo 63 se harán efectivas desde fecha en que el consejo de la
judicatura disponga su creación.
Artículo 63 de La Ley Orgánica del Poder Judicial, dice textualmente:
son deberes y atribuciones de las Cortes de apelaciones por razón de sus
respectivas materias y en el territorio de sus respectivas jurisdicciones.

La competencia y otros factores de carácter vinculante entre jueces,


están sustentados en el artículo 4 de la Ley del Poder Judicial que dice
textualmente: los jueces de alzada no podrán corregir la interpretación y
aplicación del ordenamiento jurídico, si no cuando administre Justicia en
virtud de los recursos que las leyes establezcan, tampoco podrán los jueces
ni el consejo de la judicatura dictar instrucciones de carácter vinculante
generales o particulares sobre la interpretación o aplicación del ordenamiento
jurídico que lleven a cabo los jueces en el ejercicio de su función y
Jurisdiccional.

1.6.- COMPETENCIA SUBJETIVA; INHIBICIÓN Y RECUSACIÓN

Rafael Ortíz la define como “la aptitud formal, subjetiva, y la idoneidad


que deben reunir los funcionarios judiciales (jueces, secretarios, peritos,
expertos, entre otros.) Para cumplir de manera imparcial e independiente las
respectivas funciones que tienen atribuidas por la ley, en un proceso judicial
determinado o específico”

De igual manera Arístides Rengel Romberg, la define como. “la absoluta


idoneidad personal del juez para conocer de una causa concreta, por la
ausencia de toda vinculación suya con los sujetos o con el objeto de dicha
causa”.

El Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional crea la


jurisprudencia, al dictar la sentencia del 24 de noviembre de 2000, sobre la
causa interpuesta por el Centro Simón Bolívar, C.A. en contra del Juzgado
Superior Primero en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de Caracas, según el
expediente número 00-0738; siendo su ponente el Magistrado Jesús
Eduardo Cabrera, en el cual falla y expone lo siguiente, […] b.

Competencia subjetiva y la garantía del juez natural

La garantía constitucional al debido proceso constituye una tutela


genérica (in genere) respecto de la intervención jurisdiccional, ahora bien, la
competencia subjetiva se conecta con otra garantía concreta: la que poseen
todos los justiciables de ser juzgados por sus jueces naturales,
salvaguardando con ello un derecho fundamental, un derecho humano.

El fundamento de la competencia subjetiva.

Tiene rango y jerarquía constitucional, concretamente sobre dos aspectos:

 La garantía de ser juzgado por un juez natural (art. 49, ord.: 4º CRBV)
y.

 La garantía que debe ofrecer el Estado de una justicia imparcial,


idónea, transparente, equitativa (art.: 26 CRBV) y, sobre todo, un
deber ético que el Estado y, dentro de esta noción del Poder Público
en todas sus manifestaciones, debe constituir como base de su
ordenamiento y de su actuación (art.: 2 CRBV).

1.6.1.- INHIBICIÓN
Rengel Romberg sostiene que. “La inhibición es el acto del juez de
separarse voluntariamente del conocimiento de una causa concreta, por
encontrarse en una especial posición o vinculación con las partes o con el
objeto de ella, prevista por la ley como causa de recusación”
Rafael Ortíz la define como, “aquella manifestación unilateral y
espontánea principalmente del juez, pero en general, de cualquier
funcionario judicial, que consiste en tener razones que le restan
imparcialidad, objetividad o cualquier otra circunstancia que de alguna forma
impidan o alteren la idoneidad de la función jurisdiccional que desempeñan”

Lo que se preserva con esta institución es la garantía de la función


jurisdiccional. Resulta obvio que cualquier persona que tenga una tarea en
esa función jurisdiccional está en la situación de inhibirse, tales como los
jueces, indudablemente también el secretario, asociados, alguaciles, jueces
comisionados, asesores, peritos, prácticos, intérpretes y demás funcionarios
ocasionales.

La base legal de esta institución se encuentra normada en el Código


de Procedimiento Civil (CPC), Sección VIII, artículos del 83 al 103, la cual
trata sobre la recusación e inhibición de los funcionarios judiciales.

1.6.1.2.- CARACTERÍSTICAS DE LA INHIBICIÓN

 Carácter jurisdiccional.

Para el Dr. Rengel Romberg “es un acto judicial y no de las partes,


porque lo realiza el juez y produce su efecto en el proceso, originando una
crisis subjetiva del mismo, que se traduce en la separación del juez del
conocimiento del asunto”. Sin embargo, para el Dr. Ortíz se trata de una
institución que tiende a hacer posible la transparencia, imparcialidad e
independencia de los órganos jurisdiccionales con base en el fundamento
constitucional y alejándolo desde el único punto de vista del deber por parte
del juez.
 Naturaleza potestativa.

Aunque es un deber del juez, las partes no tienen facultad de requerir


su inhibición, pues la ley no da a las partes semejante gestión procesal. Es
un acto voluntario del juez o del funcionario respectivo que se vea
involucrado en una causal o motivo de inhibición pues dicha institución “no”
puede ser “exigida” por ninguna de las partes, y mucho menos, de terceros
intervinientes en la causa o proceso judicial.

 Carácter procesal y procedimental.

En cuanto a su carácter procesal, la inhibición origina un incidente en


la causa concreta sometida al conocimiento del juez inhibido, cuya sola
finalidad es resolver la crisis subjetiva del proceso creada con la separación
del juez del conocimiento de la causa. Es decir, su carácter procesal se
deriva del hecho de que su planteamiento genera un incidente procesal, que
debe ser decidida previamente a la sentencia de mérito. Posee un carácter
procedimental porque la inhibición es una figura procesal común a los
procedimientos jurisdiccionales como a los correspondientes procedimientos
administrativos.

El Capítulo II “De las inhibiciones” del Título II, correspondiente a


regular “la actividad administrativa” de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos (LOPA). Aclarar ver LOPA

 Carácter de orden público:

No está resuelto el punto de lo que ocurre cuando, a pesar de la


existencia de una causal de inhibición, el funcionario a cuyo cargo esté la
obligación no se separe del conocimiento de la causa.
1) Inhibición de orden público relativo, es cuando se trata de cualquier
funcionario cuya labor no hubiese sido determinante en la decisión de mérito,
entonces, no se habrá quebrantado derecho procesal alguno.

2) Inhibición de orden público absoluto. Es cuando se trata del juez que dictó
la sentencia de mérito o de los asociados, peritos, prácticos o cualquier otro
funcionario cuya función haya sido determinante en la decisión de fondo, se
quebranta el derecho constitucional al debido proceso y la garantía de ser
juzgado por sus jueces naturales, y la sentencia devendría nula por fraude
procesal, lo cual pudiera hacerse valer por vía del procedimiento de amparo
constitucional, si se cumplen los requisitos para ello.

1.6.1.3.- CAUSAS O MOTIVOS DE INHIBICIÓN.

Deben existir fundadas razones calificadas por la ley, de manera taxativa


(no enunciativa), para que proceda la inhibición o la recusación. Ya que el
principio básico de cualquier ordenamiento procesal es establecer (como una
verdadera obligación) que los jueces deben dictar sentencias, resolver los
asuntos que le competan sin que, por ningún motivo, puedan absolver la
instancia.

Si ello se consagra como un “deber” es lógico suponer que los motivos


por los cuales un juez pueda no decidir, es decir, apartarse de su
cumplimiento, deben estar expresamente previstos en la ley procesal; para el
Estado siempre queda el deber de administrar justicia por lo cual, el asunto o
la causa, debe ser remitido a “otro juez” para que dicte la decisión
correspondiente.

1.6.1.4.- IDENTIFICACIÓN DE LAS CAUSALES DE INHIBICIÓN.

Estas causales están previstas en el artículo 82 del vigente Código de


Procedimiento Civil. Son exactamente las mismas para que las partes o
terceros intervinientes en un proceso puedan “recusar” a un funcionario
judicial. Se trata de veintidós (22) circunstancias establecidas en dicha
normativa y que se prevén como motivos de falta de idoneidad e ineptitud en
la administración de justicia, por lo que se aplica por igual al juez, y demás
funcionarios de la administración de justicia.

1.6.1.5.- CLASIFICACIÓN DE LA INHIBICIÓN

Los diferentes motivos de inhibición y recusación se pueden clasificar


atendiendo a dos (2) criterios muy generales:

a) Aquellos que se refieren a la relación del juez o el funcionario con


alguna de las partes o con ambos, y

b) Aquellos que se refieren a la vinculación de los mismos funcionarios con


lo que es el objeto de la sentencia o el interés jurídico sustancial cuya tutela
se pide en el proceso.

 En atención a la vinculación subjetiva

Es la vinculación que pueda tener el funcionario judicial con respecto de


una o ambas partes en un proceso determinado, que haga presumir a
cualquier persona que la decisión que tome el juez o que la participación de
cualquier otro funcionario será para favorecer o perjudicar a la parte
respectiva, en perjuicio de la objetividad e imparcialidad que deben tener
quienes presten tan noble función pública.

a) Vinculación de unión con alguna de las partes:

Se trata de causas fundadas en una excesiva unión del juez con alguna
de las partes o con un tercero. Esta vinculación excesiva puede ser, a su
vez, de dos (2) tipos:
A.1.- Vinculación de unión de índole jurídica: Los motivos de íntima
vinculación son de índole jurídico,

1) Cuando existe un parentesco de consanguinidad o de afinidad en


las líneas y grados indicados en la norma adjetiva (art. 82, ordinales 1º, 2º y
3º).

2) Por ser el recusado tutor, curador, heredero presunto o donatario de


alguno de los litigantes (art. 82, ordinal 11º).

3) Por haber fallado la causa un ascendiente, descendiente o hermano


del recusado (art. 82, ordinal 22º).

A.2.- Vinculación de unión de índole social: Esta clase de vinculación se


fundamenta en alguna circunstancia de carácter eventual o social tales
como:

1) La amistad íntima con alguno de los litigantes o sociedad de


intereses con él (art. 82, ordinal 12º CPC).

2) Haber recibido del recusado servicio que empeñen su gratitud o ser


comensal de alguno de los litigantes (art. 82, ordinales 11º y 13º CPC).

3) Ser el recusado o su cónyuge deudores de plazo vencido de alguno


de los litigantes o de su cónyuge (art. 82, ordinal 6º CPC).

4) Haber recibido dádiva de alguno de los litigantes, después de comenzado


el pleito (art. 82, ordinal 21º CPC).

 Vinculación de distancia:

Es la relación que se presenta por una situación de distancia excesiva o


de enfrentamiento entre el funcionario y las mismas personas, lo que pudiera
hacer deducir que la decisión que se tome o la participación que se haga
sean perjudicial a los intereses de las partes. Esto, con independencia de las
razones que se puedan alegar, pues la decisión no se toma con base en la
justicia sino en la falta de idoneidad.

Vinculación de distancia de índole jurídica: Los motivos de excesivo


distanciamiento personal que generan una falta de idoneidad del funcionario,
sustentados sobre aspectos jurídicos,

1) La existencia de un pleito civil pendiente entre el recusado o alguno


de sus parientes y el recusante, si en los años precedentes se ha seguido
juicio criminal entre una de las mismas personas y uno de los litigantes, su
cónyuge o hijos (art. 82, ordinal 8º CPC).

2) Si se ha principiado antes de la existencia en que ocurre la


recusación (art. 82, ordinal 10º CPC)

3) La existencia de un pleito pendiente en que el recusado, su


cónyuge o sus hijos sean parte, ante un tribunal en el cual el litigante sea
juez (art. 82, ordinal 7º CPC).

4) Haber intentado contra el juez recurso de queja que se haya


admitido, aunque se le haya absuelto, siempre que no hayan pasado doce
meses de la determinación (art. 82, ordinal 17º).

Vinculación de distancia de índole social:

1) Por enemistad, demostrada por hechos que, sanamente


apreciados, hagan sospechable la imparcialidad del recusado (art. 82, ordinal
18º CPC).

2) La agresión, injurias o amenazas entre el recusado y alguno de los


litigantes, ocurridas dentro de los doce meses precedentes al juicio (art. 82,
ordinal 19º CPC).
3) Por injurias o amenazas hechas por el recusado a alguno de los
litigantes, aun después de principiado el pleito (art. 82, ordinal 20º CPC).

En atención a la vinculación objetiva o de interés: Se trata de la


vinculación de los funcionarios judiciales con respecto del interés sustancial o
material que se debate en el proceso.

Aspectos son motivos de vinculación objetiva o de interés:

1.-Interés directo en el pleito por parte del recusado, su cónyuge o alguno de


sus consanguíneos o afines dentro de los grados indicados (art. 82, ordinal
4º).

2.- Interés en cuestión idéntica que deba decidirse en otro pleito (art. 82,
ordinal 5º).

3.- haber intervenido el recusado en el pleito, bien como defensor; prestando


su patrocinio o dando recomendación (art. 82, ordinal 9º).

4.- Ser el recusado administrador de cualquier establecimiento público o


particular relacionado directamente con el pleito (art. 82, ordinal 14º).

5.- Haber emitido opinión sobre lo principal del pleito antes de la sentencia,
siendo el recusado juez en la causa (art. 82, ordinal 15º).

6.- Como testigo o experto (art. 82, ordinal 16º).

1.6.1.6.- ASPECTOS PROCESALES DE LA INHIBICIÓN

Los aspectos de carácter procesal que determinan con mayor


precisión la institución de la inhibición en nuestro ordenamiento jurídico son:
la legitimación, la oportunidad y forma.
La legitimación: se refiere a quién puede solicitar la inhibición y quién tiene
el deber de inhibirse. Al analizarse consideramos una de las características
de la inhibición, su carácter potestativo, por cuanto constituye un deber de
los funcionarios judiciales pero, al mismo tiempo, ni las partes ni los terceros
están facultados para exigirlo.

De tal forma que la legitimación, para el supuesto de la inhibición, sólo


está referida al agente o las personas que tienen el deber de tal inhibición,
siendo estas personas, las citadas en el artículo 84 del vigente Código de
Procedimiento Civil:

a) En primer lugar los jueces, quienes tienen deberes generales y


concretos de imparcialidad.

b) El secretario de tribunal;

c) Jueces asociados, alguaciles, jueces comisionados, asesores, peritos,


prácticos, intérpretes y demás funcionarios ocasionales.

En general, puede decirse que cualquier funcionario o persona auxiliar de


justicia tiene el deber de abstenerse de participar en un proceso cuando su
tarea o su labor se vean comprometida por algún vínculo con las partes e
impida o menoscabe la objetividad e idoneidad de su ejercicio.

 La oportunidad y forma de la inhibición: están reguladas en el


Código de Procedimiento Civil en su artículo 84.

La oportunidad para realizar la inhibición es el mismo momento en que el


funcionario tenga conocimiento de que existe algún motivo, por ello la
oportunidad varía dependiendo del funcionario (si se trata de peritos,
prácticos, alguaciles, Entre otros.).
En cuanto a la forma, la declaración tiene que hacerse en un acta en la
cual el impedido deberá expresar claramente las circunstancias de hecho
relativas a tiempo, lugar y modo que cualifican la situación, así como de
aquellas que impiden su actuación en un proceso determinado.

 Procedimiento

La inhibición tiene carácter procesal porque implica la existencia de un


procedimiento que se inicia con el acta de inhibición y continúa con el
allanamiento y la decisión.

a. El allanamiento. Según Ricardo Henríquez La Roche, “es el acto


por el cual la parte contra quien obra el impedimento, o ambos litigantes,
aceptan expresamente y por escrito, que el funcionario continúe interviniendo
en el pleito”. La base legal está en los artículos 85 y 86 del vigente Código de
Procedimiento Civil.

Tanto el allanamiento como la contradicción deben hacerse dentro de


los dos días siguientes a la declaración de la inhibición del funcionario (art.
86 CPC).

Debe manifestarse en acta firmada ante el secretario del tribunal, en


caso de que el inhibido sea el secretario, el acta debe ser levantada con la
firma del juez de la causa (arts. 86 y 106 CPC).

El allanamiento puede ser manifestado por la parte o por el


apoderado, pues éstos no requieren de autorización especial para prestar su
consentimiento en este caso (art. 85 in fine del CPC).

a.1. El allanamiento inverso. Consiste en la prohibición a un


abogado o cualquier representante de presentarse en una causa o litigio,
frente a quienes ya se hubiesen pronunciado con lugar una recusación o una
inhibición con anterioridad en otro juicio. Tiene que decretarla el mismo juez
de la causa donde se presenta. (Art. 83 del CPC).

La norma prevé dos (2) situaciones diferentes:

1) La prohibición para que un representante (judicial o no) sea admitido


para actuar en nombre de alguna de las partes en un tribunal concreto,
donde ya se declaró la existencia de una causal de inhibición o recusación
con el juez de la causa, y

2) La prohibición para que un representante se presente a juicio, después de


la contestación de la demanda, si se ha declarado previamente una causal
de inhibición o recusación con respecto del juez de la causa, en aquellos
lugares donde haya un único tribunal competente.

1.6.1.7.- DECISIÓN Y EFECTOS DE LA INHIBICIÓN.

La decisión corresponde a los funcionarios que indique la Ley Orgánica


del Poder Judicial en su artículo 48. También se regula el supuesto en que la
inhibición la planteen otros funcionarios judiciales. Artículo 88 del CPC.

Efectos: Lo que se decida sobre la inhibición no tiene efectos formales


sobre la posibilidad de recusación aunque resulte paradójico que,
habiéndose declarado sin lugar una inhibición, pueda proponerse recusación
por el mismo motivo.
1.6.2.- RECUSACIÓN
Es la segunda forma para asegurar la idoneidad del juez, y en general, de
los funcionarios judiciales.

Según Rengel Romberg “Es el acto de la parte por el cual exige la


exclusión del juez del conocimiento de la causa, por encontrarse en una
especial posición o vinculación con las partes o con el objeto de ella y no
haber dado cumplimiento a su deber de inhibición”.

Las causas o motivos de recusación son exactamente las mismas que

operan como motivo de inhibición, la diferencia está en que la inhibición es

un acto unilateral del funcionario judicial y la recusación es un derecho de las

partes.

1.6.2.1.- CARACTERISTICAS DE LA RECUSACIÓN

a) La recusación tiene en común con la inhibición, el hecho de generar un

incidente en la causa concreta sometida a conocimiento del funcionario

recusado, la cual debe decidirse previamente a la decisión de fondo si se

trata del juez, pero si se trata de algún otro funcionario, el juez debe decidirlo

dentro del proceso;

b) La recusación tiene los mismos límites subjetivos y objetivos que la

inhibición, porque está referida a los funcionarios judiciales, sean ordinarios,

accidentales, especiales y se funda en las mismas causales expuestas en la

ley (arts. 82 y 84 CPC).


c) La recusación persigue el mismo efecto que la inhibición, esto es, la

exclusión del funcionario respectivo de la sustanciación o decisión de la

causa por las circunstancias anotadas.

d) Es un acto procesal de parte, y no un acto judicial, como la inhibición,

pues la recusación se inicia a instancia de parte, mediante un acto de la

misma, que tiene su eficacia en el proceso y está sometido a requisitos o

condiciones de forma establecidos en la ley.

1.6.2.2.- CUESTIONES PROCESALES DE LA RECUSACIÓN

a. Legitimación: En la recusación se plantea el tema de la legitimación

de dos maneras:

 La legitimación activa, se refiere a las personas que pueden ejercer

el derecho de recusación. Corresponde a las partes en el proceso

(demandante, demandado) respecto a los terceros que intervienen en

la causa de manera voluntaria o forzosa (art. 170 CPC).

 La legitimación pasiva, de los funcionarios frente a quienes se

intenta la recusación, esto es, contra quién puede interponerse la

recusación, es decir, contra todos los funcionarios judiciales que

pueden intervenir en una causa concreta, sea en la sustanciación

como en la decisión de la misma.


1.6.2.3.- FORMA Y OPORTUNIDAD

 Forma: La recusación debe realizarse a través de una diligencia que

se presenta directamente ante el juez recusado (art. 92 del CPC).

 Oportunidad: La recusación de los jueces y secretarios sólo podrá

intentarse, bajo pena de caducidad, antes de la contestación de

demanda, pero se establecen las siguientes situaciones

excepcionales:

a) Si el motivo de la recusación fuese sobrevenido a esta oportunidad,

entonces se propondrá hasta el día en que concluya el lapso probatorio;

b) Si se trata de los impedimentos contenidos en la última parte del

artículo 85 del CPC (que el recusado sea cónyuge, ascendiente,

descendiente o hermano de alguna de las partes o tener interés directo en el

pleito), la recusación podrá proponerse hasta el día en que concluya el lapso

probatorio;

c) Si no hay lugar al lapso probatorio, conforme al artículo 389 del CPC, la

recusación podrá proponerse dentro de los cinco (5) primeros días del lapso

previsto para el acto de informes (art. 391 del CPC); los jueces y secretarios

sobrevivientes al proceso deberían ser recusados dentro de los tres (3) días

siguientes.
 La recusación de otros funcionarios, tales como asociados,

alguaciles, jueces comisionados, asesores, peritos, prácticos e

intérpretes entre otros, podrán ser recusados dentro de los tres (3)

días siguientes al nombramiento, en el caso de los jueces

comisionados o de la aceptación en los demás casos. Efectuada la

recusación mediante diligencia y directamente ante el juez, comienza

la incidencia de la recusación.

1.6.2.4.- LA INCIDENCIA DE LA RECUSACIÓN.

 Procedimiento: El órgano que decide la recusación es exactamente


el mismo que decide la inhibición.

Se dan dos situaciones en caso de que la recusación se dirija contra el


juez de la causa:

a) En primer lugar, el juicio principal no se paraliza sino que su


conocimiento pasa a otro juez de la misma categoría y competencia en el
mismo estado en que se encontraba, paralizándose sólo en el estado de
sentencia, en espera de la decisión de la recusación.

b) En segundo lugar, se envía copia certificada de la diligencia de


recusación junto con el informe que debe presentar el recusado, si lo ha
hecho, ante el funcionario que debe decidirla.

 El informe del recusado: Formulada la recusación, si el recusado es


el juez de la causa deberá extender su informe a continuación de la
diligencia de recusación, de manera inmediata o al día siguiente; si se
trata de cualquier otro funcionario, el recusado deberá informar ante el
secretario, indicando lo que considere conveniente para la
averiguación de la verdad (arts. 90 y 96 del CPC).

Posteriormente, la documentación necesaria (diligencia de recusación,


informe del recusado y los elementos probatorios que se hubiesen hecho
valer), pasan al juez que debe decidir la recusación.

Llegados los autos ante el funcionario judicial que debe resolver la


recusación, éste deberá oír, dentro de un lapso de tres (3) días siguientes,
las observaciones que quieran formular las partes y, si alguna de éstas lo
pidiere, abrirá una articulación probatoria de ocho (8) días y decidirá dentro
de los tres (3) días siguientes.

1.6.2.5.- COSTAS Y SANCIONES.

En principio, debemos entender que costas, según Mario Pesci Feltri,


las define como “aquella porción de gastos procesales, cuyo pago recae
sobre las partes que intervienen en un proceso determinado y reconocen a
este proceso como causa inmediata o directa de su producción”. Más aun el
jurista Pesci Feltri concluye que por costas “debe entenderse todo gasto,
erogación o desembolso de carácter económico causado por el hecho de la
iniciación, desarrollo y terminación del proceso”.

El sistema de multas para este tipo de incidencia lo establece el


artículo 98 del vigente Código de Procedimiento Civil. Estas normas no
prevén la imposición de “costas” pero sí el sistema de multas o sanciones.
Sin embargo, de lo establecido en la parte final del artículo 98 del CPC, cabe
preguntarse: ¿coexiste el sistema de multas con las costas?; ¿A favor de
quién proceden las costas: a favor del juez recusado, en beneficio de la otra
parte o, en definitiva, a favor del Estado?
En ese orden de ideas, el Prof. Ortíz Ortíz nos ofrece dos conclusiones
diferentes y contradictorias:

a) Como regla general no procederían las costas en la incidencia de


recusación porque esta institución fue sustituida por un sistema de multas;
esto se infiere de la expresa disposición del artículo 98 in fine (CPC), que
establece la procedencia de costas cuando la causa fuere criminosa. Con
base en esta primera posición se afirmará también que las costas proceden a
favor de las partes sólo cuando se hayan causado gastos y costos en la
tramitación de la incidencia. (in fine: en la parte final)

b) Las costas proceden siempre porque, como regla general, toda


incidencia y todo aquel que provoque una incidencia sin razón, debe ser
condenado a resarcir los gastos ocasionados por la otra “parte” en la
incidencia; lo que establece el artículo 98 in fine (CPC) es la posibilidad de
acumular costas con el sistema de multas cuando se hubieren causado. Con
base en esta posición se afirmará que las costas no benefician a la parte
procesal y material del juicio principal sino a la parte del incidente que es la
finalidad natural de las costas.

La posición más congruente es esta última, más aun si se conecta con


las reglas generales de las costas en incidencias, vale decir, artículos 274 y
285 del CPC.

En atención a ello, es perfectamente admisible que en la incidencia de


recusación se condene a la parte perdidosa a las costas de la incidencia,
entendiendo que las “partes” a que se ha hecho alusión son el recusante y el
recusado, porque se trata de una incidencia autónoma que se da en el marco
de un juicio entre otras partes.
1.7.- JUEZ: SUS DEBERES
Son innumerables los deberes enmarcados en la legislación
venezolana de los jueces en el cumplimiento del debido proceso, en miras de
constituir la Republica en un Estado democrático y social de Derechos y de
justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y
de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la
democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los
derechos humanos.

Los jueces o juezas son personalmente responsables, en los términos


que determine la ley, por error, retardo u omisiones injustificados, por
inobservancia sustancial de las normas procesales, por denegación,
parcialidad y por los delitos de cohecho y prevaricación en que incurran en el
desempeño de sus funciones.

Los instrumentos que se utilizaron en miras de dar cumplimientos a la


determinación de los deberes de los jueces fueron en principio el Código de
Ética de los Jueces Venezolanos y las Juezas Venezolanas (CEJVJV) y el
Código de Procedimiento Civil Venezolano (CPC)

 Artículo .4 (CEJVJV): El juez o jueza en ejercicio de sus funciones


tienen el deber de ser independientes y autónomos, por lo que sus
actuaciones deben estar sujetas a la Constitución de la Republica.

 Artículo. 5 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber de ser


imparcial en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, razón por la
cual no podrán estar relacionados con ningunas de las partes dentro
del proceso.

 Artículo.6 (CEJVJV): En el ejercicio de sus funciones los jueces o


juezas, tienen el deber de garantizar a toda personas, conforme al
principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y
ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos
humanos, así como las garantías consagradas en la Constitución de la
Republica y en el ordenamiento jurídico.

 Artículo 7 (CEJVJV): Los jueces o juezas como integrantes del


sistema de justicia tienen el deber y compromiso permanente e
irrenunciable con la sociedad democrática, participativa y protagónica,
justo, multiétnico y pluricultural de la Republica, del ejercicio y
promoción de los derechos humanos y los principios fundamentales
consagrados en la Constitución de la Republica.

 Artículo 8 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber de legitimar


sus decisiones judiciales, conforme a la sujeción a la Constitución de
la Republica y al ordenamiento jurídico, su racionalidad y el fiel reflejo
de la verdad y la justicia, por lo que no podrán ser afectadas por
injerencias políticas, económicas, sociales u otra, ni por influencias o
presiones de los medios de comunicación social.

 Artículo. 9 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber en todo


momento de garantizar el proceso como medio para la realización de
la justicia, asegurándole a las partes el ejercicio efectivo de sus
derechos y como consecuencia del debido proceso dictar la sentencia
que corresponda.

 Artículo. 9 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber de


garantizar que los actores procesales se realicen conforme al debido
proceso, la igualdad ante la ley y en respeto de los derechos,
garantías constitucionales y legales.
 Artículo. 11 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber de
garantizar que los actos procesales se realizasen conforme al debido
proceso, igualdad ante la ley y en respeto de los derechos, garantías
constitucionales y legales.

 Artículo. 12 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber de


asegurar y garantizar la administración de justicia y la tutela judicial, a
toda persona con la finalidad de hacer valer sus derechos e intereses,
garantizados por la Constitución de la Republica y el ordenamiento
jurídico.

 Artículo 13 (CEJVJV): Los jueces o juezas tienen el deber de formarse


profesionalmente y mantener actualizados sus conocimientos. Para
ello la Escuela Nacional de la Magistratura dispondrá las medidas
necesarias para asegurarse de la formación permanente de los jueces
y juezas.

 Artículo.14 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben mantener un


rendimiento satisfactorio, garantizando su idoneidad, excelencia,
eficacia y eficiencia de acuerdo con los parámetros establecidos,
publicados y exigidos por el TSJ.

 Artículo.17 (CEJVJV): Los jueces o juezas deberán guardar la debida


confidencialidad en los procesos y casos que sean de su
conocimiento, así como sobre los hechos de que se percaten en los
límites de sus oficios, en protección de los derechos constitucionales
de las partes.

 Artículo 18 (CEJVJV): Los jueces o juezas se abstendrán de expresar


opiniones que comprometan su sujeción a la Constitución y demás
leyes de la Republica. No deben emitir juicios de valor que critiquen o
censuren las decisiones del Poder Judicial.

 Artículo. 19 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben actuar con dignidad,


ser respetuoso o respetuosa, cortes y tolerante con las partes, los
abogados y abogadas, auxiliares de justicia, personas a su cargo o
servicios, así como todas las demás personas con quien deban tratar
en el desempeño de sus funciones y exigir de manera adecuada, el
debido comportamiento y buen trato a todas las personas que
concurran a los tribunales por cualquier motivo.

 Artículo. 20 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben a petición de partes


ordenar de oficio, las medidas necesarias establecidas en la ley,
tendentes a prevenir o sancionar las faltas a la lealtad y probidad de
todos los y las intervinientes en el proceso, así como las contrarias a
la ética profesional, la colusión, el fraude y la temeridad procesal.

 Artículo. 21 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben emplear el uso del


idioma oficial en forma clara, procurando que sus decisiones
contengan expresiones precisas, inequívocas e inteligibles,
redactadas de manera sencilla y comprensible para las personas, que
garanticen una perfecta comprensión de las mismas.

 Artículo. 22 (CEJVJV): Los jueces o juezas ejercerán sus funciones a


dedicación exclusiva e incompartible con el ejercicio de la abogacía o
cualquier otra función pública o privada, remunerada o no
remunerada, excepto los cargos académicos, docentes, asistenciales
y accidentales, que resulten compatibles con las exigencia de la
función judicial.
 Artículo. 23 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben realizar sus
funciones con eficiencia observando lo contenido en la Constitución de
la Republica y demás leyes. Cumplir con sus horarios establecidos,
vigilar, conservar y salvaguardar los documentos y bienes confinados
a su cargo, uso o administración. Despachar en la sede del recinto
judicial, salvo las excepciones establecidas en la ley, informar cuando
no hubiera despacho, audiencia o sentencia, nombrar como
depositario de dinero o títulos valores a una Entidad Bancaria Publica
o a personas autorizadas por la ley cuando se trate de otros bienes.

 Artículo. 24 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben actuar en su


comunidad con idoneidad y excelencia, integridad e imparcialidad;
evitar realizar actos que lo hagan desmerecer la estimación pública o
que comprometan el respeto o el decoro del ejercicio de sus
funciones.

 Artículo. 25 (CEJVJV): Los jueces o juezas deben llevar un estilo de


vida acorde con la probidad y dignidad que son propias de su
investidura e igualmente acorde con sus posibilidades económicas.
Como también demostrar a plenitud la procedencia de sus ingresos y
patrimonio.

 Artículo. 27 (CEJVJV): Los jueces o juezas deberán ejercer sus


funciones observando la ecuanimidad necesaria y se abstendrá de
realizar su promoción personal a través de los medios de
comunicación u otras vías análogas, excluyendo las declaraciones
necesarias sobre las actuaciones relevantes del tribunal y las
explicaciones, comentarios o análisis con fines informativo o
pedagógicos.
 Artículo 1° C.P.C. Los Jueces tienen la obligación de administrar
justicia tanto a los venezolanos como a los extranjeros, en la medida
en que las leyes determinen su competencia para conocer del
respectivo asunto.

 Artículo 8° C.P.C. En los casos de aplicación del Derecho


Internacional Privado, los Jueces atenderán primero a los tratados
públicos de Venezuela con el Estado respectivo, en cuanto al punto en
cuestión; en defecto de tales tratados, aplicarán lo que sobre la
materia dispongan las leyes de la República o lo que se desprende de
la mente de la legislación patria; y en último lugar se regirán por los
principios de dicho Derecho aceptados generalmente.

 Artículo 10° C.P.C. Cuando el Código de Procedimiento Civil o en las


leyes especiales no se fije término para librar alguna providencia, el
Juez deberá hacerlo dentro de los tres días siguientes a aquél en que
se haya hecho la solicitud correspondiente. Todo con la finalidad de
administrar justicia lo más brevemente posible.

 Artículo 11° C.P.C. En materia civil el Juez no puede iniciar el proceso


sino previa demanda de parte, pero puede proceder de oficio cuando
la ley lo autorice, o cuando en resguardo del orden público o de las
buenas costumbres, sea necesario dictar alguna providencia legal
aunque no la soliciten las partes.

En los asuntos no contenciosos, en los cuales se pida alguna resolución, los


jueces obrarán con conocimiento de causa, y al efecto, podrán exigir que se
amplíe la prueba sobre los puntos en que la encontraren deficiente, y aún
requerir otras pruebas que juzgaren indispensables; todo sin necesidad de
las formalidades del juicio.
 Artículo 12° C.P.C. Los jueces tendrán por parte de sus actos la
verdad, que procurarán conocer en los límites de su oficio. En sus
decisiones el Juez debe atenerse a las normas del derecho a menos
que la Ley lo faculte para decidir con arreglo a la equidad. Debe
atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos
de convicción fuera de éstos ni suplir excepciones o argumentos de
hecho no alegados ni probados.
En la interpretación de contratos o actos que presenten oscuridad,
ambigüedad o deficiencia, los jueces se atendrán al propósito y a la intención
de las partes o de los otorgantes, teniendo en mira las exigencias de la ley,
de la verdad y de la buena fe.

 Artículo 13° C.P.C. El Juez decidirá el fondo de la causa con arreglo a


la equidad, cuando las partes de común acuerdo así lo soliciten y la
controversia se refiera a derechos disponibles.

 Artículo 14° El Juez es el director del proceso y debe impulsarlo de


oficio hasta su conclusión a menos que la causa esté en suspenso por
algún motivo legal. Cuando esté paralizada, el Juez debe fijar un
término para su reanudación que no podrá ser menor de diez días
después de notificadas las partes o sus apoderados.

 Artículo 15° C.P.C. Los Jueces garantizarán el derecho de defensa, y


mantendrán a las partes en los derechos y facultades comunes a
ellas, sin preferencia ni desigualdades y en los privativos de cada una,
las mantendrán respectivamente, según lo acuerde la ley a la diversa
condición que tengan en el juicio, sin que puedan permitir ni permitirse
ellos extralimitaciones de ningún género.
 Artículo 17° C.P.C. El Juez deberá tomar de oficio o a petición de
parte, todas las medidas necesarias establecidas en la ley, tendentes
a prevenir o a solucionar las faltas a la lealtad y probidad en el
proceso, las contrarias a la ética profesional, la colusión y el fraude
procesales, o cualquier acto contrario a la majestad de la justicia y al
respeto que se deben los litigantes. (Colusión: Acción de coludir o
pactar contra un tercero)

 Artículo 19° C.P.C. El Juez que se obtuviera de decidir so pretexto de


silencio, contradicción o deficiencia de la ley, de oscuridad o de
ambigüedad en sus términos, y asimismo, el que retardare ilegalmente
dictar alguna providencia, será penado como culpable de denegación
de justicia.

 Artículo 20. C.P.C. Cuando la ley vigente, cuya aplicación se pida,


colidiere con alguna disposición constitucional, los jueces aplicarán
ésta con preferencia.

 Artículo 21. C.P.C. Los Jueces cumplirán y harán cumplir las


sentencias, autos y decretos dictados en ejercicio de sus atribuciones
legales, haciendo uso de la fuerza pública, si fuere necesario. Para el
mejor cumplimiento de sus funciones, las demás autoridades de la
República prestarán a los Jueces toda la colaboración que éstos
requieran.

 Artículo 24. C.P.C. Los jueces impondrán por cada falta, multa a las
partes o terceros de un mil a cinco mil bolívares, o arresto hasta de
ocho días, cuando el Tribunal determine que los actos del proceso
sean a puertas cerradas, por motivo de decencia pública, según la
naturaleza de la causa y éstos hagan público los actos que se hayan
verificado, o den cuenta con lo relacionado al público.

 Artículo 38. C.P.C. Cuando el demandado rechace la estimación del


valor de la cosa estimada por el demandante, considerada insuficiente
o exagerada en la contesta de la demanda. El Juez decidirá sobre la
estimación en capítulo previo en la sentencia definitiva.

 Artículo 51° C.P.C. Cuando una controversia tenga conexión con una
causa ya pendiente ante otra autoridad judicial, la decisión competerá
a la que haya prevenido. La citación determinará la prevención. En el
caso de continencia de causas, conocerá de ambas controversias el
Juez ante el cual estuviere pendiente la causa continente, a la cual se
acumulará la causa contenida.

 Artículo 51 C.P.C. El juez debe conocer de la continencia de causa,


cuando tenga conexión con una causa ya pendiente ante otra
autoridad judicial. Continencia de causas. Principio procesal que
obliga a plantear y resolver en un mismo proceso las pretensiones
principales deducidas en el mismo, por las mismas partes litigantes y
por el juez que está conociendo de la causa. La continencia de la
causa se entiende como una consecuencia de la unidad del litigio, que
no debe romperse en perjuicio de la celeridad y economía procesal.
Unidad que debe haber en todo juicio siendo una la acción principal,
uno el juez, y una las personas que lo sigan hasta la sentencia

 Artículo 88° C.P.C. Declarar con lugar, la inhibición cuando le


corresponda, cuando estuviera hecha en la forma legal y fundada en
alguna de las causas establecidas por la ley.
1.8.- DIFERENCIA ENTRE JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
La competencia es la medida de la jurisdicción que puede ejercer cada
juez en razón de la materia, en concreto se llama su competencia. Mientras
que la jurisdicción, es la capacidad o esfera de poderes y facultades legales
del juez para ejercer atribuciones que objetivamente asigna la ley al tribunal.

El Juez incompetente tiene jurisdicción desde el momento en que fue


designado, solo le falta competencia en cuanto al asunto concreto sometido
a su conocimiento

Ahora bien existe falta de Jurisdicción, cuando el asunto sometido a la


consideración del juez, no corresponde en absoluto a la esfera de sus
poderes y deberes en su función de administrar justicia, sino a las
atribuciones de otros órganos del poder público, como lo son los órganos
administrativos o legislativos.

Estamos frente a problemas de jurisdicción cuando se discute los


límites de los poderes de los jueces en contraposición con los órganos de la
administración Pública; y cuando se discute de los límites de los poderes del
juez Venezolano frente a uno extranjero. En problemas de competencia,
cuando se discute sobre los límites de los poderes de los jueces
Venezolanos entre sí.

Muchos son los errores en que incurren al confundir los conceptos de


jurisdicción y competencia, ya que al hablar de falta de jurisdicción en
realidad formulan alegatos de incompetencia, por lo tanto, es oportuno
aclarar los conceptos jurídicos en referencia, que hasta el siglo XIX,
aparecían como sinónimos. Indistintamente se aludía a la falta de jurisdicción
como falta de competencia en sentido material, o en sentido territorial, o aún
para referirse a la función. Pleonásticamente se llegó a hablar de
incompetencia de jurisdicción. En el siglo XX, se ha superado este equivoco
y la competencia fue considerada como medida de jurisdicción, es decir, la
fracción de la jurisdicción atribuida a un juez.”

Pleonásticamente hace alusión de una manera o modo


pleonástico, repetitivo, reincidente o reiterativo, que está
cometiendo o haciendo pleonasmo, una figura retórica que
consiste en el uso de dos expresiones que son constante o
frecuente.

Para una mejor comprensión de la diferencia entre jurisdicción y


competencia vamos a esgrimir con relación a la sentencia dictada por el
Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Político Administrativo, en fecha 21 de
Mayo de 2002, en la cual estableció en cuanto a la diferencia entre
Jurisdicción y Competencia lo siguiente:

En efecto, la jurisdicción es la función pública, realizada por los órganos


competentes del Estado con las formas requeridas por la ley, en virtud de la
cual, por acto de juicio, se determina el derecho de las partes, con el objeto
de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante
decisiones con autoridad de cosa juzgada. La jurisdicción es el todo; la
competencia es la parte: un fragmento de la jurisdicción. La competencia es
la potestad de jurisdicción para una parte del sector jurídico: aquel
específicamente asignado al conocimiento de determinado órgano
jurisdiccional. Se trata en definitiva de dos figuras procesales distintas.”
2.- COMPRENDER LOS FUNDAMENTOS TEORICOS DEL PROCESO.

2.1.- DEFINICIÓN DE PROCESO.

Proceso es la acción de ir hacia adelante, en busca de evolucionar en


un aspecto concreto. Es decir, avanzar en los casos a medida que transcurre
el tiempo, es un camino que permite gestionar organizadamente las partes
constituyentes de un todo que se interrelacionan, jurídicamente vinculada a
los sujetos que intervienen en él, es dialéctico e investigativo, regulado por
las leyes de la misma naturaleza como derecho positivo, e indican una
cadena de actos jurídicos que se suceden unos a continuación de otros
coordinados, que tienen por objeto resolver a través de la decisión de un
juzgador la petición, sometida a su conocimiento para el logro de una
finalidad.

El Proceso es la sucesión de fases jurídicas concatenadas realizadas


conforme al orden trazado por la ley, el juez, las partes y los terceros en
ejercicio de los poderes, derechos, facultades y cargas que les atribuye la ley
procesal o en cumplimiento de los deberes y obligaciones que la misma les
impone, cursadas ante órgano jurisdiccional, pretendiendo y pidiendo la
actuación de la ley para que: Que dirima la controversia, verificado que sean
los hechos alegados o que: Que se imponga una pena o medida de
seguridad al procesado averiguado que sea su delito o peligrosidad criminal,
pretensión y petición que se plasmará en una sentencia pasada por
autoridad de cosa juzgada.

Eduardo J. Couture, en su obra Fundamentos del Derecho Procesal


Civil, define el proceso, en general, de la siguiente manera:
En una primera acepción, como una secuencia o serie de actos que se
desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver, mediante un
juicio de la autoridad, el conflicto sometido a su decisión…Pero esos
actos constituyen en sí mismos una unidad. La simple secuencia,
como se verá…, no es proceso, sino procedimiento…. Por lo tanto, lo
que caracteriza al proceso es su fin: la decisión del conflicto mediante
un fallo que adquiere autoridad de cosa juzgada. (p. 117)

Por su parte, Humberto Bello Tabares y Jiménez Ramos en su obra la


Tutela judicial efectiva y otras garantías constitucionales procesales, definen
al proceso judicial como un conjunto concatenado y coordinado de actos
procesales realizados por los órganos jurisdiccionales, que tienen como fin
último la solución de conflictos mediante la aplicación de la ley al caso
concreto o específico, orientado por un conjunto de principios procesales que
ayudan a alcanzar su fin y la vez a guiar la conducta de las partes, sus
representantes y los operadores de justicia.

2.2.- DEFINICIÓN DE PROCEDIMIENTO.

Procedimiento es un método compuesto por pasos claros y objetivos


que deben seguirse para completar la tarea. Estructurado en pasos
específicos que deben mantenerse ordenadamente fijos en el tiempo, para
cumplir el objetivo planteado. En un procedimiento se detalla la forma en la
que deben ser implementados los pasos a seguir y por lo general se trata de
un método estático, es decir, no cambia en el tiempo, por lo que debe
ejecutarse siempre de la misma forma.

Es el modo como va desenvolviéndose el juicio, los trámites a que


está sujeto, la manera de sustanciarlo
2.3.- DIFERENCIA ENTRE PROCESO Y PROCEDIMIENTO.

La diferencia entre proceso y procedimiento radica en que los proceso


son actividades generales para lograr un caso y el procedimiento son pasos
puntuales que se deben seguir para completar un juicio.

De igual modo se puede hacer referencia a que el procedimiento


consiste en el conjunto de normas para llevar a cabo el juicio. Son las
normas jurídicas generales que regulan los trámites, actos y resoluciones a
través de los cuales los jueces y tribunales ejercitan su potestad
jurisdiccional juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado.
El concepto de proceso es más complejo que el de procedimiento.
Todo proceso implica la existencia de un procedimiento, pero no siempre que
hay procedimiento existe un proceso.

El término procedimiento no es exclusivo del derecho procesal, ni


tampoco del ámbito jurídico. Solo alude a un aspecto formal o actividad
externa, como es la mera sucesión de actos procesales.

En cambio, el término proceso engloba una realidad más amplia:


además del procedimiento legalmente previsto, incluye también las
relaciones entre los sujetos intervinientes, las relaciones entre estos y el
objeto del proceso, entre otros. El proceso, además, aspira a una finalidad,
que es la terminación o justa composición del litigio, y para llegar a ella
emplea el procedimiento como medio. El derecho procesal se ocupa del
proceso y no del procedimiento.

Por último, dentro de la estructura del proceso se encuentran una


serie de actos, continuos, que iniciados con la demanda culminan con la
ejecución de la sentencia. El procedimiento igualmente contiene una serie de
actos. Mientras el proceso tiene como fin la sentencia y la satisfacción de un
derecho por medio de su ejecución, el fin del procedimiento es la
continuación y realización del proceso. La diferencia entre ambas
concepciones, por lo tanto, se encuentra en que uno forma parte del otro.
Para H. Cuenca en sus obras Derecho Procesal Civil lo establece así:

…el procedimiento es el conjunto de actos realizados por el juez, las


partes, los terceros, el fiscal del Ministerio Público y los auxiliares de
justicia, en determinado tiempo y lugar, conforme a un orden
establecido por la ley. Un proceso puede contener varios
procedimientos… El proceso tiende a tutelar no sólo los derechos de
los particulares, sino que sus instituciones tienen la finalidad de
garantizar adecuadamente los derechos de la colectividad… En
síntesis, la diferencia entre “proceso” y “procedimiento” parece aludir
más bien a dos aspectos de la relación jurídica. El procedimiento es el
aspecto externo del proceso y el otro alude más bien a su propio
contenido. (pp. 200-201)

2.4.- LAPSO Y TÉRMINO.


Lapso es el espacio de tiempo dentro del cual las partes pueden
ejercer alguna acción en el juicio. Éste jurídicamente, es el tiempo legal o
contractualmente establecido que ha de transcurrir para que se produzca un
efecto jurídico, usualmente el nacimiento o la extinción de un derecho
subjetivo o el tiempo durante el que un caso tendrá vigencia.

Por otro lado, el término es un día y hora determinados y específicos


donde va a establecerse un evento jurídico; es decir, momento en que el
juicio debe realizarse, da la idea de fijeza, el momento preciso en cual debe
llevarse a cabo el juicio. Por ejemplo, un término es establecer el día y hora
señalados para comparecer ante un Tribunal.

2.4.1.- Diferencia entre lapso y término.

Término: es la fecha, hora, día, mes y año, en que el acto debe


realizarse, da la idea de fijeza, de oportunidad precisa en que debe llevarse a
cabo el acto.

Lapso: es el espacio de tiempo dentro del cual la parte puede ejercer


alguna actividad dentro del proceso.

Con respecto a este aspecto el Artículo 196 del Código de


Procedimiento Civil (CPC) establece: “Los términos o lapsos para el
cumplimiento de los actos procesales son aquellos expresamente
establecidos por la ley; el Juez solamente podrá fijarlos cuando la ley lo
autorice para ello”.

2.5.- CARACTERÍSTICAS Y FINALIDAD DEL PROCESO.

2.5.1.- Características del Proceso.

Es importante saber que, las características de un proceso, es que pueden ir


cambiando a medida que avanza el caso, por ello se dice que es:
 Dinámico y flexible.
 Etimológicamente significa desarrollo o avance
 Sigue uno o varios procedimientos, según necesite.
 El objeto de un proceso es optimizar los recursos.
De la misma manera es importante saber que, las características de un
procedimiento, es que estos son estáticos, por ello se dice que es:
 Acción de avanzar siguiendo unos pasos fijos.
 Paralizado.
 Se puede aplicar en parte de un proceso o en el proceso entero.
 Su objetivo es obtener de una determinada manera un resultado
concreto.
Es característico el conjunto de ritos (actos), que los sujetos realizan
regulados por la ley de procedimiento. Estos actos pueden ser:
Jurídicos. Realizados por las partes: el Demandante a través de la demanda
y el demandado a través de la respuesta o contestación.
Jurisdiccionales. Realizados por el órgano o el juez en cumplimiento de sus
obligaciones y deberes.

2.5.2.- Finalidad del Proceso.

El proceso jurisdiccional no solo se justifica como producto o


consecuencia de la división de poderes sino como la herramienta
universalmente aceptada por los pueblos para la solución de los conflictos
intersubjetivos de intereses, por esta razón es indispensable que esta
finalidad sea atendida de una forma concreta y ágil para que no pierda
eficacia. El proceso jurisdiccional es el pilar fundamental del ejercicio del
poder judicial y debido a esto debe ser fortalecido y protegido, proscribiendo
todo intento de desestimar su uso mediante la creación de equivalentes
jurisdiccionales.

Es necesario que a la luz de los principios que definen el Estado


Social de Derecho, se establezca una necesidad imperiosa de definir cuál
instrumento es el adecuado para cumplir con el fin de la justicia material
como uno de los objetivos propios de este tipo de Estado. Este instrumento
debe ser el proceso jurisdiccional, pues es la manifestación propia del poder
judicial dentro del marco constitucional.

Desde este punto de vista, el proceso jurisdiccional legitima el poder


del Estado, y por lo tanto genera un compromiso ineludible para los
operadores jurídicos, quienes, haciendo uso de él, alcanzarán la justicia
material, como fin primordial.

No se debe entender el proceso jurisdiccional como aquel que imparte


justicia a quién detenta la razón jurídica, económica o de mejor clase social,
sino el que se enmarca dentro del objetivo de generar una justicia material a
la luz de los principios constitucionales que se desarrollan por medio del
derecho sustancial y el procesal. Los retos que trae el Estado Social de
Derecho, deben ser asumidos por los operadores jurídicos con criterios
diferentes a la exégesis y veneración al tenor literal de las normas y el
mecanismo por excelencia para el cumplimiento de estas exigencias es el
proceso jurisdiccional.

La finalidad en el proceso jurisdiccional está relacionada con los


diversos actos involucrados en la solución de una controversia entre partes
que pretenden, en posiciones antagónicas, que se les resuelva
favorablemente a sus respectivas reclamaciones, deducidas ante un órgano
que ejerce facultades jurisdiccionales.

2.6.- PRINCIPIOS PROCESALES.

Los principios procesales son reglas generales que se siguen por


numerosas disposiciones que establecen medidas concretas. Como tales,
son la fuente de inspiración de los actos procesales delimitados, y al mismo
tiempo, de normas ordinarias y abstractas como las normas legislativas de
derecho procesal.

Estos principios tienen interés en la organización por el legislador de


un determinado ordenamiento jurídico, en la integración normativa y en la
interpretación del Derecho. En este sentido, Couture mencionaba que “toda
ley procesal, todo texto particular que regula un trámite del proceso, es, en
primer término, el desenvolvimiento de un principio procesal…” (p. 80). Y
estos principios procesales, a lo largo de la historia, han ido variando, siendo
admitidos, rechazados o vuelto a su aplicación, conforme a la situación de
los hechos en un momento histórico dado, en los que toda reforma al sistema
procesal tiende a instaurar principios distintos de los anteriores, a menudo su
opuesto, o la vuelta a los primeros. Por lo tanto, es posible afinar que cada
principio general del proceso tiene su opuesto, y así Peyrano expresaba que
“(...) casi todos los principios procesales reconocen la viabilidad teórica de su
antítesis”.

Estos principios se caracterizan por su bifrontalidad, esto es, que se


presentan habitualmente en parejas, o sea que se puede concebir su
opuesto. Por su complementariedad, esto es, que los principios no se
presentan aislados sino vinculados a otros.

Principio de igualdad, Principio dispositivo, Principio de legalidad,


Principio de economía procesal, Principio de buena fe y lealtad procesal,
Principio de publicidad, Principio del Derecho a la defensa, Principio de
onerosidad.

Los principios del proceso son aquellas máximas jurídicas e ideas


básicas que solemos enunciar como elementales en todo tipo de procesos,
esto es, las que concurren en todo el camino y trámites legales que se usan
para solucionar ante el Juez las contiendas entre partes.

Los principios establecen las formas ineludibles como se debe


desarrollar un procedimiento judicial; las reglas imponen normas de conducta
para el juez, las partes y los abogados, y las garantías se convierten en los
fundamentos objetivos y subjetivos que salvaguardan los derechos
inalienables de toda persona.

2.7.- CONCEPTO DE ACCIÓN, PRETENSIÓN Y EXCEPCIÓN

2.7.1.- Acción:

Es indudable la necesidad que hubo en la historia de la humanidad de encauzar


la participación de las personas en cada una de las comunidades, con el objeto de
normar las conductas de los individuos para evitar enfrentamientos
innecesarios, con el fin primordial de mantener la armonía y la paz. El derecho,
como producto social ha existido en todos los tiempos, pero su forma de
protección fue evolucionando. Ninguna duda cabe que en los primeros
tiempos de la historia su defensa era una función privada, en la que la fuerza
constituía el factor decisivo. Posteriormente, cuando se produce la
sustitución de la actividad individual por la intervención del Estado, pasó a ser una
función esencialmente pública. De esa cuenta, ante la prohibición de ejercer la auto
defensa, como resultado de una larga evolución, surge la necesidad de otorgarle a los
gobernados, de un mecanismo viable que les permita acudir a los órganos
jurisdiccionales para la obtención de la tutela jurídica, a través de las
instituciones procesales adecuadas para tal fin. A partir del momento en que el
Estado asume el control del ordenamiento jurídico y prohíbe el empleo de la
violencia en la defensa particular del derecho, se concede a los ciudadanos la
potestad de requerir su intervención para la tutela y protección de sus
derechos, cuando el arreglo directo o la solución pacífica del conflicto no es
posible en forma extraprocesal. A esa potestad la doctrina le ha asignado el
nombre de acción o derecho de acción, que a la par de la jurisdicción y el proceso,
integra los capítulos fundamentales del Derecho Procesal, cuyo contenido es
el conjunto de normas que regulan la actividad jurisdiccional del Estado. El
ordenamiento procesal es un ordenamiento de la tutela jurídica y, como tal,
figura secundaria, un medio para lograr el fin que es probar la eficacia del derecho
privado no solamente exista, sino rija, debe existir el proceso. La acción, considerada
desde un punto de vista jurídico, un medio de promover la resolución pacífica de los
conflictos (y divergencias) de intereses. Se trata de un medio indirecto en
oposición a la “acción directa” o autotutela, que es proscrita como modalidad
de resolver tales conflictos. La acción en sentido jurídico nace para que
aquélla deje de existir.

La acción procesal es concebida como el poder jurídico de provocar la


actividad de juzgamiento de un órgano que decida los litigios de intereses
jurídicos. la acción consiste en reclamar un derecho ante el órgano
jurisdiccional y obtener, como resultado, una sentencia justa, es decir, el
derecho a promover la acción de justicia a fin de obtener una resolución
judicial conforme a derecho.

2.7.1.- La acción y su evolución

De la famosa polémica que se produjo entre Windscheid y Muther a raíz de la


publicación por parte del primero de su monografía “La actio del Derecho
Civil romano, desde el punto de vista del Derecho Actual”, Windscheid consideró la
acción como el poder de hacer valer en juicio una prestación (anspruch), que es
diferente del derecho invocado por el actor. En cambio, dio lugar a la reacción
crítica de Muther quien sostuvo que la acción es un derecho contra el Estado
para la prestación de la debida tutela jurídica. Sin embargo, el verdadero mérito
de la discusión es de haber servido de aldabonazo para alentar el nacimiento de la
nueva ciencia procesal a la cual proporciona uno de sus conceptos
fundamentales.
2.7.2.- La acción en el Derecho romano

Al desarrollar la Teoría de las Acciones en el derecho romano, Scialoja explica


que actio es en sustancia, un sinónimo de actus, y éste es el significado
original del que después han provenido todos los demás, a manera de
especificación indica que actio quiere decir actus, y se refiere, a lo que nosotros
llamamos actos jurídicos. Agrega Scialoja, que entre estos actos había algunos
de suma importancia, que eran los actos que se debían cumplir para obtener
la ejecución de un juicio o la decisión de un punto controvertido, y como
estaban establecida por la ley determinarse formas en que estos actos
solemnes debían modelarse, se llamaron legis actiones, que eran los actos en donde
se constituía y se introducía un juicio ante el magistrado, que después debía,
según los casos, decidir o remitir al juez.

De este significado de acto con que se inicia el juicio, surgió después


la connotación especial de actio como momento procesal del derecho, que se ha
conservado también en la lengua jurídica común. Para los juristas romanos era
desconocida la concepción del derecho subjetivo, tal como fue elaborado en tiempos
recientes; ellos conocían, en cambio, la actio, era el medio jurídico para pedir la
satisfacción de las propias razones. Para decir que a Ticio le correspondía un
derecho decían que le correspondía la actio.

2.7.3.- La autonomía de la acción

Lo que nace de la violación de un derecho, dice Windscheid, no es un


derecho de accionar como afirmaba Savigny, sino una pretensión contra el
autor de la violación, que se transforma en acción cuando se la hace valer en
juicio. La violación del derecho de propiedad no origina un derecho de accionar en
justicia, sino una pretensión a la restitución de la cosa respecto de una determinada
persona, pretensión que puede quedar satisfecha por sumisión del autor de la violación
sin intervención del poder público. La acción sería entonces, según este autor,
la pretensión jurídica deducida en juicio. Muther contrario a esta afirmación,
concibe la acción como un derecho público subjetivo mediante el cual se
obtiene la tutela jurídica y se dirige contra el Estado para la obtención de una
sentencia favorable y contra el demandado para el cumplimiento de una
pretensión insatisfecha. La acción tiene por presupuesto la existencia de un
derecho privado y su violación, pero, aunque está condicionada por el
derecho subjetivo, es independiente de éste y su regulación corresponde al derecho
público.

2.7.4.- Teoría de la acción como derecho concreto de obrar

Tomamos como base las ideas de Muther, con independencia de criterio en


muchos aspectos, Wach considera la acción como un derecho autónomo
contra el Estado y frente al demandado. De allí sus caracteres: es un
derecho público y corresponde al Estado la obligación de dispensar la “tutela
del derecho”, siendo un derecho concreto en cuanto a su eficacia afecta sólo al
adversario: la acción corresponde “a quien tiene derecho” a una sentencia
favorable (teoría de la acción concreta).

2.7.5.- Teoría de la acción como derecho abstracto

A la doctrina de la acción concreta y precediendo a la obra de Wach,


Degenkolb la llamada teoría de la acción abstracta. Se afirma que la acción es dada, no
sólo a quien tiene razón, sino a cualquiera que se dirija al juez en demanda
de una decisión sobre una pretensión: la acción, por consiguiente, puede ser
deducida aun por quien esté equivocado y por ello es abstracta del fundamento de la
demanda. Para esta teoría la acción es un derecho subjetivo público del ciudadano con el
Estado, y sólo para con el Estado, teniendo por objeto la prestación de la
actividad de los órganos jurisdiccionales para la eliminación de los
obstáculos que la inobservancia o la incertidumbre de la norma jurídica
oponen a la realización de los intereses tutelados por el derecho objetivo.
Cualquier persona, según esta teoría, por la simple circunstancia de ser
sujeto de derechos, puede poner en movimiento a los órganos jurisdiccionales del
Estado para que ellos se pronuncien sobre el fundamento de la prestación, o
sobre la regularidad de la instancia. Son dos características fundamentales
de esta teoría: La idea de que la acción es un derecho contra el Estado, es
decir, un derecho para con el Estado.

La idea que la acción es un derecho abstracto, que pertenece a


cualquier hombre por el simple hecho de tener personalidad jurídica, y que
es enteramente independiente de los derechos substanciales que se pretende hacer
efectivos en juicio.

2.7.6.- La acción como derecho autónomo, independiente y potestativo

La acción es un derecho independiente del derecho subjetivo que se


reclama en juicio. Lo que significa que se trata de un derecho instrumental,
en cuanto tiende a satisfacer otro derecho. Además, se encuentra dentro de
los derechos potestativos, puesto que la persona no está obligada a
interponer su acción, aunque tenga ese derecho.

Chiovenda, su principal defensor, define la acción como “el poder jurídico de dar
vida a la condición para la actuación de la voluntad de la ley”. La acción, dice,
es un poder que corresponde frente al adversario respecto del que se
produce el efecto jurídico de la actuación de la ley. El adversario no está obligado a
nada ante este poder, solamente está sujeto a él, la acción desaparece con su
ejercicio; sin que el adversario pueda hacer nada para impedirla ni para
satisfacerla. Tiene la acción naturaleza pública o privada, según sea pública o
privada la norma cuya actuación produce.
2.7.7.- La acción y los derechos subjetivos.

La intuición de que competa a las partes un derecho subjetivo de


carácter estrictamente procesal, es antigua: a esa intuición respondió el
nombre de acción (actio), con el cual se denota el obrar en juicio, es decir, el
desplegar actividad para la tutela, mediante el proceso, del interés de la
parte, como contenido del derecho mismo”. Explica el maestro italiano
Carnelutti que por acción se entiende el derecho subjetivo procesal de las partes, pues
tan lejos están de confundirse el derecho subjetivo procesal y el derecho
subjetivo material, que el uno puede existir sin el otro.

Así, yo tengo derecho a obtener del juez una sentencia acerca de mi


pretensión, aunque esa pretensión sea infundada. La distinción entre los dos
derechos atañe tanto a su contenido como al sujeto pasivo de ellos. El derecho
subjetivo material tiene por contenido la prevalencia del interés en litigio, y por sujeto
pasivo a la otra parte; el derecho subjetivo procesal tiene por contenido la
prevalencia del interés en la composición de la disputa y por sujeto pasivo al juez o, en
general, al miembro del oficio a quien corresponde proveer sobre la demanda
propuesta, por una parte.

La acción, agrega Carnelutti, no se debe confundir con el derecho


(material) hecho valer en juicio, es, sin embargo, un derecho (procesal), y
sirve para distinguirla de la pretensión, con la cual se le confundió a menudo y
continúa confundiéndosela. Como caracteres específicos de la teoría de la
acción según el profesor, serían:

Es un derecho autónomo, porque el interés que protege no es el interés de


derecho sustantivo de las partes que se deduce en juicio, sino un interés
general en el cumplimiento por el juez de una obligación procesal: la justa composición
de la disputa. Es un derecho público subjetivo, porque al igual que otros derechos
cívicos, puede ser ejercitado por cualquier ciudadano.
No es concreto, porque no supone la legitimidad, la que no afecta al
acción sino a la pretensión, y basta que quien la proponga esté comprendido
dentro de determinados límites de capacidad.

No es un derecho potestativo, sino un derecho a una prestación un mero


poder de producir un efecto jurídico: la actividad jurisdiccional; por ello no se dirige
contra la parte contraria, ni contra el Estado que no puede tener un interés
opuesto a la composición de la Litis, sino contra el oficial público (juez) investido de la
potestad jurisdiccional.

2.7.8.- La acción como derecho subjetivo público frente al Estado.

Los creadores de esta modalidad sobre la teoría de la acción como derecho


abstracto de obrar, son los juristas italianos: Alfredo y Ugo Rocco. El primero
sostiene que todo el derecho de acción es un derecho subjetivo existente por sí mismo,
distinto de los varios derechos subjetivos principales o materiales a los cuales puede
referirse, que corresponde a cada ciudadano como tal, o sea a todo aquel
que en un Estado es reconocido como titular de derechos subjetivos o
personales.

El poseer intereses jurídicamente protegidos es, en efecto, dice


Alfredo Rocco, suficiente para que haya interés en la efectiva realización de
su tutela por parte del Estado, y, por otra parte, no sería efectiva la tutela si
este interés no estuviese a su vez tutelado frente al Estado. Para Ugo Rocco, el
derecho de jurisdicción del Estado frente al ciudadano no se presenta sólo
como derecho, pues, como acontece con casi todos los derechos públicos
subjetivos del Estado, aparece también como una obligación jurídica, es
decir, como la obligación que compete al Estado, de ejercitar y prestar la
jurisdicción civil.
En ese orden de ideas, Ugo Rocco define el derecho de acción como “el derecho
de pretender la intervención del Estado y la prestación de la actividad
jurisdiccional, para la declaración o realización coactiva de los intereses
(materiales o procesales) protegidos en abstracto por las normas de derecho
objetivo”.

2.7.9.- Otros conceptos de acción

Con el objeto de sintetizar los conceptos de mayor relevancia acerca


de la acción, nos limitamos a presentar los siguientes:

La acción como poder jurídico, según Eduardo J. Couture definió la


acción como “el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho, de acudir a
los órganos jurisdiccionales para reclamarles la satisfacción de una pretensión”.

Igualmente, Hernando Devís Echandía define la acción es el derecho


público, cívico, subjetivo, abstracto y autónomo, que tiene toda persona
natural o jurídica, para obtener la aplicación de la jurisdicción del Estado a un
caso concreto mediante una sentencia, a través de un proceso.

2.7.10.- Definición de pretensión.

La pretensión es una figura eminentemente procesal, que consiste en


realizar una manifestación de voluntad ante el ente jurisdiccional, para hacer
valer un derecho o pedir el cumplimiento de una obligación. Principalmente
un acto jurídico que da lugar a la iniciación del proceso, pues esta
manifestación se ve plasmada en la demanda del actor o demandante, quien
en ejerciendo una acción legal pretende que el Juez le reconozca un derecho
y se provea hacia el reo o demandado de manera coercitiva.
2.7.11.- Definición de Excepción

La Excepción es el Medio por el cual el demandado pide al juez que


se niegue a examinar la pretensión del demandante porque la instancia ha
sido mal interpuesta (incompetencia del tribunal, irregularidad de un acto
procesal), o que no decida mientras no se dé una garantía o no haya
expirado el plazo concedido a un heredero para hacer inventario y deliberar.
Dirigida contra el procedimiento solamente, la excepción no constituye sino
un obstáculo no temporal. Tras de la decisión acerca de la excepción, el
procedimiento reanuda su curso ante el mismo tribunal o se vuelve a incoar
ante él o ante otro.

2.7.11.1.- Elementos y clasificación de la pretensión.

Elementos de la pretensión:
Toda pretensión procesal se compone de tres elementos principales:
los sujetos, el objeto y el título.

1.- Los sujetos de la pretensión, son las personas que pretenden y aquella
contra o de quien se pretende algo. En el régimen de la causa, estos sujetos
(activos y pasivos de la pretensión), se llaman partes. Hay otra persona que
figura en la causa: el Juez, pero éste es el sujeto pasivo de la acción; ya que
es el rector del proceso.
En el Artículo 340º del CPC en su numeral 2 se exige en el libelo de las
demandas la identificación de las partes o sujetos de la pretensión, mediante
su nombre, apellido y domicilio, exigiéndose también que se exprese el
carácter con que se presenta y aquel con que se demanda al obligado, si no
lo fuere personalmente.
2.- El objeto de la pretensión, es el interés jurídico actual. Este interés, está
constituido por un bien de la vida, que puede ser una cosa material, mueble o
inmueble o un derecho u objeto incorporal. En ambos casos, la ley exige que
se determine con precisión en el libelo de la demanda, indicándose su
situación y lindero si fuere inmueble: las marcas, colores o distintivos, si fuere
semoviente; los signos, las señales y particularidades que puedan determinar
su identidad, si fuere mueble; los datos y explicaciones necesarias si se
tratare de derechos u objetos incorporales todo esto contemplado en el
Artículo 340 del CPC.
3.- El título o causa petendi es la razón, fundamento o motivo de la
pretensión aducida en juicio. Si el objeto de la pretensión determina lo que se
pide, el título nos dice por qué se pide. Pero la razón o motivos de la
pretensión no son simplemente aquellos que determinan al sujeto a plantear
la pretensión, sino la causa jurídica de la misma. Esto es, en toda pretensión
hay la formulación de una exigencia que se sostiene, fundada en derecho.
En general, la causa consistirá siempre en un hecho o acto jurídico del cual
se derivan consecuencias a favor del sujeto activo de la pretensión y a cargo
del sujeto pasivo de la misma, como el contrato, la gestión de negocios, el
hecho ilícito, otros.

2.7.11.2.- Características de la pretensión.


 Se dirige a una persona distinta de quien la reclama.
 Es decidida por una persona distinta de quien la solicita, ya que quien
en definitiva reconocerá su procedencia es el Estado a través del
órgano jurisdiccional.
 Jurídicamente, como expresa Couture, sólo requiere la auto atribución
que, de un derecho, o la afirmación de tenerlo, lo que presupone una
situación de hecho que lo origina.
 Es un acto de voluntad y no un poder o un derecho, como lo es la
acción.
La pretensión se puede clasificar en:
 Pretensiones declarativas de derechos: Son aquellas mediante las
cuales se intenta la declaración o la determinación del derecho a
aplicar en un litigio a base de los hechos que lo configuran. Ellas
admiten una triple clasificación:
 Pretensiones simplemente declarativas o de mera declaración: Son
aquellas mediante las cuales se intenta lograr del juez la simple
declaración de la existencia de un derecho, satisfaciendo ello
integralmente el interés del pretendiente (por ejemplo, la que tiende a
establecer la falsedad de un documento o la inexistencia de una
obligación, entre otros.).
 Pretensiones declarativas de condena: Son aquellas mediante las
cuales se intenta no sólo la declaración de la existencia de un
derecho, sino que también incluyen la aspiración de que el juzgador
emita un mandato individualizado de condena a dar, hacer o no hacer
una prestación (por ejemplo, la que tiende a logra el pago de la cosa
comprada y no abonada, o que el demandado construya o no una
pared, entre otros.).
 Pretensiones declarativas de constitución (pretensiones constitutivas):
Son aquellas mediante las cuales se intenta no sólo la declaración de
la existencia de un derecho, sino que también incluyan la aspiración
de que, como consecuencia de ella, se cree, modifique o extinga un
estado jurídico (por ejemplo, la declaración y divorcio de los cónyuges
constituye el estado jurídico de divorciado para cada uno de ellos, o la
declaración de existencia de un hecho ilícito constituye un acreedor y
un deudor por los daños ocasionados a su consecuencia, entre
otros.).
 Pretensiones ejecutivas: Son aquellas mediante las cuales se intenta
lograr la ejecución coactiva de un derecho que ya se halla reconocido
o declarado en una sentencia o en un instrumento al cual la ley le
otorga carácter fehaciente (por ejemplo, la pretensión de percibir del
deudor la suma de dinero a cuyo pago fue demandado judicialmente y
que no abono; la de percibir el importe de una deuda cuya existencia
fue reconocida en un instrumento público, entre otros.).
 Pretensiones cautelares: Son aquellas mediante las cuales se intenta
lograr no la declaración de un derecho ni la ejecución de una
prestación sino el aseguramiento anticipado de un hecho (por ejemplo,
la comprobación judicial del estado de alguna cosa en cierto lugar y
tiempo) o de un derecho (por ejemplo, la garantía para el acreedor de
que su deudor no perderá sus bienes como consecuencia de caer en
estado de insolvencia, que imposibilitara cobrar la acreencia luego de
ser declarado el derecho a hacerlo, entre otros.).
Cuando coexisten dos pretensiones en una misma demanda (acumulación
procesal) ellas pueden ser:
 Eventuales: La segunda pretensión se presenta para que el juez la
considere y falles sólo en caso de ser desestimada la primera.
 Sucesivas: La segunda pretensión se presenta condicionada a que
sea estimada a primera. (Eventualidad impropia o subsidiariedad).
 Alternativas: La segunda pretensión se presenta también en forma
principal a fin de que sea estimada ella o la primera, indistintamente.

2.8.- CAPACIDAD PROCESAL.

La Capacidad Procesal, se refiere a la aptitud para comparecer en


juicio y poder realizar, dentro de él, actos procesales válidos. Coincide
sustancialmente con la capacidad de obrar del derecho civil y, en
consecuencia, con carácter general, sólo podrán comparecer en juicio
quienes estén en el pleno ejercicio de sus derechos civiles. Las personas
físicas que no se hallen en dicha situación habrán de comparecer mediante
la representación o con la asistencia, la autorización, la habilitación o el
defensor exigidos por la ley.

Las personas jurídicas tienen, por atribución legal, plena capacidad de


obrar, si bien por ellas comparecerán las personas físicas que legalmente las
representan. Cuando se trate de masas patrimoniales y entes o entidades
que carecen de personalidad jurídica, habrá que estar a lo previsto
legalmente en cuanto a su comparecencia.

En el proceso penal, los criterios expuestos se aplican para intervenir


como acusación. En cuanto al acusado, para poder realizar actos procesales
válidos, sólo se exige la capacidad natural de percepción y contradicción, es
decir, la aptitud mental y corporal suficiente para seguir el procedimiento.

2.9.- LAS PARTES EN EL PROCESO.

Se denominan partes al actor o demandante (sujeto activo) y al


demandado (sujeto pasivo), en el proceso civil, laboral y contencioso
administrativo; acusador y acusado, respectivamente en el proceso penal.
Esa idea, en principio, excluye la de tercero, es decir, aquellos extraños en
relación jurídica procesal.

Parte es estrictamente procesal y esa calidad está dada por la titularidad


activa o pasiva de una pretensión y es totalmente independiente de la
efectiva existencia de la relación jurídica sustancial, sobre cuyo mérito se
pronunciará la sentencia.

Pueden ser parte todas las personas tanto físicas como de existencia
ideal, o sea los entes susceptibles de adquirir derechos y contraer
obligaciones. Las personas jurídicas, por su propia naturaleza deben actuar
por intermedio de sus representantes legales o estatutarios.

Una misma persona puede tener en el proceso la calidad de parte


actora y demandada, como ocurre en el caso de la reconvención.

Son parte en sentido material o sustancial los sujetos de la relación


jurídica sustancial. Por ejemplo, el comprador y vendedor en el contrato de
compra- venta; el que produce el daño y quien lo sufre, en el caso de
responsabilidad extracontractual.

Son parte formal o procesal los sujetos que ejerciten el derecho de


acción y de contradicción en el proceso, es decir, el demandante y el
demandado. Es parte aquel que, en su propio nombre o en cuyo nombre se
pide, invoca la tutela jurisdiccional de algún derecho subjetivo, promoviendo
la actuación de la voluntad de la ley contenida en el derecho objetivo;
también es parte aquel contra quien se formula el pedido.

En pocas palabras la Parte procesal es todo sujeto que de manera


permanente o transitoria deduce en el proceso una pretensión en nombre
propio o en cuyo nombre se actúa (nunca asume el carácter de parte el
representante de ella) y aquel respecto de quien se pretende.

2.8.1.- Las partes procesales pueden ser clasificadas en:

• Originarias (actor, demandado y demandado por el reconvincente) e


intervinientes o posteriores (todos quienes concurren voluntaria, provocada o
necesariamente a un proceso ya pendiente, sin haber sido siquiera
mencionados en la demanda o en la contestación).

• Principales o primarias (quienes sostienen una pretensión propia e


independiente de toda otra: actor, demandado, ministerio publico actuando
como parte autónoma), accesorias o secundarias (quienes actúan en ayuda
de un parte principal pero sin pretensión propia: tercero asistente) y adjuntas
(quienes actúan por mandato legal en un proceso ya pendiente,
resguardando el interés social que eventualmente puede estar comprometido
en toda cuestión calificada por la ley con el carácter de orden público:
ministerio fiscal, defensor general en actuación promiscua, ministerio
pupilar).

• Permanentes (quienes ostentan el carácter de parte durante todo el


curso del proceso: actor y demandado) y transitorias (también llamadas
incidentales, quienes intervienen solo en determinadas actuaciones
procedimentales con un fin preciso e interés limitado a ese fin: terceristas).

• Necesarias (quienes indispensablemente deben participar en un


proceso para que este pueda obtener su objeto y resulte útil para la
composición del litigio: actor, demandado, tercero interviniente necesario) y
voluntarias (quienes se vinculan espontáneamente al proceso por ostentar
una propia relación conexa con la litigiosa: tercero interviniente con
pretensión excluyente).

• Simples (la posición de parte se halla formada por un solo sujeto


actuando en el respectivo bando litigante) y plurales (la posición de parte
está integrada por varios sujetos).

2.10.- REPRESENTACIÓN Y ASISTENCIA.

En Derecho, la representación es la declaración de voluntad destinada


a producir efectos en un ámbito jurídico distinto del sujeto que la realiza. Es
una figura jurídica por la cual lo que una persona ejecuta o celebra en
nombre de otra, facultada por la propia persona representada o designada
por la ley para representarla, y que produce efectos jurídicos de esa
actuación en la esfera patrimonial y jurídica del representado.

La representación en sentido general, es un fenómeno jurídico que


implica la actuación de una persona a nombre de otra, es una de las
instituciones más utilizadas y uno de los mejores inventos jurídicos, ya que a
partir de ella, una persona capaz adquiere el don de la ubicuidad, es decir,
puede romper con esa barrera física, la cual no le permitiría estar en dos
lugares apartados a la vez para celebrar actos jurídicos, permitiéndole
celebrar el mayor número de ellos y obtener los mayores provechos posibles
al celebrarlos, haciendo que no sufra ningún menoscabo, en esa libertad
contractual que tutela el Derecho.

También es a través de esta figura que los menores, incapaces e


interdictos, pueden hacer valer sus derechos u obligarse, de otra manera no
tendrían posibilidad de actuar en el ámbito del derecho válidamente. De igual
manera es de vital importancia para las personas Jurídicas o Morales, ya que
como sabemos se trata de entes idearios, que solo tienen vida en el mundo
de las ideas y pensamientos, por lo cual necesariamente entes físicos deben
actuar en su nombre y representación. Dados estos tres supuestos en donde
encontramos claramente la figura de la representación, podemos decir que
existen tres tipos, a saber:

2.10.1.- Representación voluntaria o convencional.

La representación voluntaria es aquella donde intervienen los


particulares capaces para que por medio de un negocio de apoderamiento
una persona dote de facultades de actuación jurídica a otra, para que, en su
nombre y representación, celebre todos los actos jurídicos que sean de
interés de la primera, y tengan todos los efectos jurídicos dentro de su esfera
patrimonial, jurídica o bien familiar. Siempre y cuando no se trate de actos
personalísimos en los cuales no se pueden delegar facultades, ejemplo de
ellos son el Sufragio Político, el derecho a dejar un testamento, la
representación en el caso de una audiencia de avenencia en un Divorcio,
otros.

2.10.2.- Representación legal.

La representación legal es aquella figura a través de la cual los


menores, incapaces e interdictos pueden ejercitar sus derechos y cumplir
con sus obligaciones, de otra manera no podrían actuar en ámbito jurídico
con plena validez y con ello se haría un gran perjuicio y menoscabo de sus
derechos, dejándolos en un estado de completa indefensión al no poder
exigir sus derechos o prestaciones, ni obligarse en la medida que quisieran.

Asimismo, al habar de Representación y Asistencia Jurídica debemos


referir que estas suelen confundirse y dar lugar a equívocos dentro del
ámbito no jurídico.

En principio la asistencia está limitada a personas con capacidad


restringida e inhabilitadas por prodigalidad, quienes podrán ser asistidas por
los apoyos designados en la sentencia respectiva. Los apoyos consisten en
medidas o personas que promueven la autonomía y facilitan la
administración de los bienes y la celebración de actos jurídicos por parte del
asistido.

La representación tiene lugar a los efectos de que los incapaces


puedan ejercer (por medio de su representante) los derechos que no pueden
ejercer por sí mismos.

¿Y quiénes son estas personas incapaces que necesitan representante para


hacer valer sus derechos? Entre estos se enumera tres supuestos: a. las
personas por nacer; b. las personas menores de dieciocho años no
emancipadas; y c. las personas con capacidad restringida según sentencia
judicial.

Entonces: toda persona representada puede y debe tener asistencia.


No se da lo contrario: toda persona asistida no siempre requiere
representación.

La representación de las personas por nacer recae en sus padres. La


de aquellos menores de dieciocho años no emancipados, también en sus
padres. Ahora bien, se les designa un tutor si faltan los padres, o si ambos
son incapaces, o si están privados de la responsabilidad parental, o
suspendidos en su ejercicio.

La representación de los declarados judicialmente con capacidad


restringida dependerá de lo que determine la sentencia: puede representarla
el o los apoyos designados para determinados actos, o un curador designado
por el juez en el caso de que la persona esté absolutamente imposibilitada
para interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo
o formato.

La representación y la asistencia se funden en el concepto de tutela, la


cual está destinada a brindar protección a la persona y bienes de un niño,
niña o adolescente que no ha alcanzado la plenitud de su capacidad civil y
no hay persona que ejerza la responsabilidad parental.

.
CONCLUSIÓNES

El proceso jurisdiccional es el mecanismo más idóneo para la


resolución de los conflictos de la población, pues presenta herramientas
eficaces para proteger los intereses de las partes y garantiza efectivamente
el debido proceso.

Es de especial relevancia entender cuál es el verdadero significado o


sentido de la protección al debido proceso para fortalecer el proceso
jurisdiccional como instrumento para cumplir con las exigencias de justicia
material que el Estado Social de Derecho y de Justicia nos impone.

La aplicación de los procesos judiciales como función pública del


Estado, dentro del sistema de administración de justicia, a través del proceso
y por los órganos competentes con el fin de dirimir conflictos y controversias
de relevancia jurídica entre las partes, es parte fundamental para alcanzar la
realización del valor supremo del Estado que es la Justicia, a través de la
sentencia, decisión judicial que adquiere carácter de cosa juzgada, que
contiene la solución a la controversia. Siendo el proceso civil el instrumento
fundamental que finaliza con la sentencia o algún otro acto de auto
composición procesal, que está compuesto por otro conjunto de actos
procesales relacionados entre sí, que podemos señalar como procedimiento,
y que no constituye un fin en sí mismo (la justicia es su fin), a través del cual
se dirimen los conflictos que surjan entre las partes.

Por otro lado, el proceso como medio para resolver los conflictos que
surgen en la sociedad, bajo la óptica de la Constitución de 1999, debe
encontrarse regido principalmente por el principio de igualdad, de todas las
personas ante la ley; el principio de progresividad de los derechos
fundamentales, por medio del cual se puede ampliar la protección de los que
se encuentran en la norma constitucional o incluir bajo la protección del
Estado los que no se encuentren expresamente señalados; el principio de
legalidad, bajo el cual todas las actuaciones de los órganos del Poder
Público deben regirse por lo establecido en la Constitución y las leyes; el
principio de preclusión, que impide que el proceso se prolongue en el tiempo
a través de la distribución de los actos procesales en el espacio y en el
tiempo en etapas, situaciones, etc. que persiguen el mismo fin que es la cosa
juzgada.

La tarea es reforzar (y no debilitar) las posibilidades del ciudadano en


la sociedad participativamente democrática. Por ello, mantener estándares
pluralistas de acceso a la Justicia Constitucional y compatibilizar tal apertura
con la eficacia del sistema se convierte en uno de los temas centrales, en
aras de preservar los mecanismos que poco más de una década nos han
acercado sin precedentes a una situación de deseable respeto y atención del
estado de Derecho, del sistema democrático y del ideal de una sociedad
justa, solidaria y respetuosa de la diversidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS

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Montevideo: Fundación de Cultura Universitaria.

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Venezuela. Ediciones Libra C.A. Caracas. Venezuela.

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Ediciones Libra, Caracas – Venezuela.

6.- COUTURE, Eduardo J. (2007). Fundamentos del Derecho Procesal


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7.- CUENCA, Humberto. (2008). Derecho Procesal Civil (La competencia y


otros temas). Tomo I. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central
de Venezuela. Caracas. Venezuela

8.- CUENCA, Humberto. (2008). Derecho Procesal Civil (La competencia y


otros temas). Tomo II. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central
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9.- GARAY, Juan. (2001). La Constitución. Ediciones Juan Garay. Caracas.


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