Practicando Un Modelo de Desarrollo PPD Mexico
Practicando Un Modelo de Desarrollo PPD Mexico
Practicando Un Modelo de Desarrollo PPD Mexico
UN MODELO
DE DESARROLLO
Reflexión sobre la experiencia
del PPD en la Península de Yucatán
Raúl Murguía Rosete - Carmen Tavera
Practicando un modelo de desarrollo
Reflexión sobre la experiencia del PPD en la Península de Yucatán
25 Aniversario del Programa de Pequeñas Donaciones - México
octubre de 2019
Sèbastien Proust
Coordinador Nacional del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio
Ambiente Mundial
Diana Salvemini
Coordinadora global del PPD de Países Graduados del PNUD-FMAM
Esta publicación, realizada en el marco del 25 Aniversario del Programa de Pequeñas Donaciones fue
posible gracias al financiamiento del FMAM. El análisis y las conclusiones aquí expresadas no reflejan
necesariamente la opinión del PPD o de las agencias que lo conforman.
Se permite la reproducción total o parcial de la obra para fines educativos, investigativos y sin fines
de lucro citando al Programa de Pequeñas Donaciones · México.
Bibliografía 173
Anexo 1 183
Anexo 2 188
Anexo 3 190
Anexo 4 192
Practicando un Modelo de Desarrollo
7
El marco mencionado está constituido por cuatro elementos: La relación
sociedad-naturaleza, el concepto desarrollo comunitario integral, el modelo
de desarrollo y la propuesta de evaluación y seguimiento, mismos que a con-
tinuación describimos brevemente.2
La Relación Sociedad-Naturaleza
2
Una discusión más profunda de la formulación teórica puede encontrarse en Murguía 1996. La des-
cripción contextualizada del modelo de desarrollo puede ser leída en Murguía 1994. Una descripción
amplia de la propuesta de evaluación y seguimiento puede leerse en Murguía 2000(b).
8
Practicando un Modelo de Desarrollo
3
Urbicenosis, concepto análogo a biocenosis en cuanto a interdependencia sistémica, designa la
unidad ecológica definida por un asentamiento urbano, considerando sus elementos bióticos, entre
ellos la población humana, en un entorno específico: el urbitopo (Wolansky N.; 1989). Las urbicenocis
son un caso extremo de entidad ambiental.
9
El inicio de una conciencia social acerca de un problema específico siem-
pre aparece bajo formas radicales para, posteriormente, con la experiencia y
desarrollo teóricos adquirir formas socialmente eficientes que permiten su
extensión. La conciencia ecológica no ha sido ajena a este proceso y su pri-
mer forma de expresión, resultado contestatario de la destrucción del hábitat
humano, ha sido el conservacionismo a ultranza, que propone la preserva-
ción de la naturaleza por la vía del abandono social de sus recursos.
La moderna, y muy joven, conciencia ecológica está dejando atrás el
radicalismo conservacionista, para llegar a la teoría de la planificación del
uso y la conservación mediante el aprovechamiento sostenible de los re-
cursos naturales, a fin de contar con la posibilidad de un desarrollo sos-
tenido a largo plazo de los distintos ecosistemas. Esta conciencia parte
de un principio básico de planificación y manejo de los recursos: evitar
la contraposición entre desarrollo socioeconómico y preservación de los
recursos naturales bióticos y abióticos. Esto solo es posible incorporando
al proceso de planificación económica, con habilidad y cuidado, políticas
para su conservación.
La conservación de la flora y fauna tanto terrestre como marítima y del
hábitat de nuestra especie dependen exclusivamente de la forma en que
la sociedad los maneje. De hecho, las actividades humanas transforman los
ecosistemas naturales, convirtiéndolos en mayor o menor medida, en áreas
de aprovechamiento social donde la existencia y desarrollo ulteriores de las
especies animales y vegetales está determinada por la lógica de las relacio-
nes sociales dominantes que configuran su contexto. Incluso el abandono
de un área a los procesos naturales es una decisión social.
En el caso de nuestro país, la planificación ecológica tiene lugar después
de que a causa de un conjunto de situaciones históricas, se ha desarrollado
una serie de actividades productivas que consumen los recursos naturales
existentes, sin tener cabal conocimiento ni de las restricciones que los proce-
sos naturales imponen a los ecosistemas explotados, ni del efecto potenciado
del uso social simultáneo de los ecosistemas. La planificación ambiental debe
ser un esfuerzo social continuo orientado a lograr un adecuado balance entre
el desarrollo regional y la protección de los recursos naturales. Este esfuerzo
parte de la selección de las distintas opciones de desarrollo regional, que im-
plican los posibles usos de los recursos naturales para establecer un plan de
acción con alternativas específicas que prevengan su consunción destruc-
tiva, ya que el uso potencial de un área está restringido por un conjunto de
10
Practicando un Modelo de Desarrollo
11
Partiendo de la idea que los proyectos de desarrollo y la planificación
económica, deben realizarse incorporando la componente ecológica de ma-
nera tal que las actividades humanas, lejos de degradar la complejidad y pro-
ductividad de las entidades ambientales4 y los ecosistemas, contribuyan a
mantenerla, la legislación contempla la constitución de órganos planificado-
res y ejecutores integrados; donde tanto las instituciones normativas como
los responsables de la política económica, los agentes de la producción y
las instituciones de investigación, participen en el diseño de estrategias de
desarrollo, la organización de actividades y la elaboración y evaluación de
planes de manejo de los distintos recursos naturales.
4
Las actividades humanas transforman los ecosistemas naturales, convirtiéndolos en mayor o menor
medida, en áreas de aprovechamiento social donde la existencia y desarrollo ulteriores de los orga-
nismos usualmente silvestres están determinados por la lógica de las relaciones sociales dominantes
que configuran su contexto. Este tipo de sistemas lo hemos denominado con el concepto de Entidad
Ambiental, para distinguirlo del de ecosistema natural y de agroecosistema. Son en general sistemas
complejos abiertos e inestables con baja resilencia, producidos de manera casual.
12
Practicando un Modelo de Desarrollo
13
Figura 2
14
Practicando un Modelo de Desarrollo
El modelo de desarrollo
5
La comunidad resultante idealmente deberá tener las siguientes características: 1) Capacidad para
evitar la acción autoritaria implícita en las formas paternalistas y verticales, y tomar sus propias decisio-
nes, asumiendo la responsabilidad de sus éxitos y fracasos. 2) Capacidad para percibir su propia situa-
ción y problemas, y transformarla mediante la el trabajo en común. 3) Capacidad para el aprendizaje
colectivo a partir de la práctica cotidiana, incorporando las ideas y procesos cognoscitivos individuales
15
creemos se requiere estimular la incorporación de las organizaciones pro-
ductivas y sociales de las comunidades, a la gestión (planificación – conser-
vación - aprovechamiento) de sus recursos económicos, sociales y naturales,
mediante un proceso democrático de base.
El proceder para lograrlo se sustenta en una propuesta epistemológica
para restaurar la capacidad subjetiva de las comunidades, elaborando co-
nocimiento, definiendo objetos de estudio y analizándolos a partir de sus
propias experiencias y problemas en la producción y la vida social, detectan-
do aquellos aspectos en que la comunidad carece de experiencia o conoci-
miento previo.
La comunidad resultante idealmente deberá tener las siguientes ca-
racterísticas:
• Capacidad para evitar la acción autoritaria implícita en las formas de
trabajo paternalistas y verticales, que han fomentado la pasividad y
la ausencia de responsabilidad de las comunidades; para lograr que
asuman sus propias decisiones y recuperen la responsabilidad de
sus éxitos y fracasos.
• Percepción de su situación y problemas, para transformar la propia
situación social, mediante la capacitación y el trabajo en común.
• Capacidad para el aprendizaje colectivo a partir de la práctica coti-
diana, incorporando las ideas y procesos cognoscitivos individuales y
externos requeridos para la percepción y solución de sus problemas.
• Capacidad técnica en apoyo a su producción y al mejoramiento de
sus condiciones de vida, para aplicar un conjunto de instrumentos
que les permitan conocer sus problemas y ordenar, programar, eje-
cutar y evaluar de manera organizada las actividades necesaria para
resolverlos.
• Capacidad para reiterar de manera permanente, en la vida de las
comunidades, las condiciones básicas de su existencia.
y externos requeridos para la percepción y solución de sus problemas. 4) Capacidad técnica para la
producción y el mejoramiento de las condiciones de vida. 5) Capacidad orgánica para ordenar, progra-
mar, ejecutar y evaluar de manera organizada las actividades necesaria para resolver sus problemas. 6)
Capacidad para reiterar de manera permanente, en la vida de las comunidades, las condiciones básicas
de su existencia.
16
Practicando un Modelo de Desarrollo
17
vinculadas: la primera dedicada a la detección, análisis y atención de los pro-
blemas actuales y la segunda, al devenir de la comunidad, tanto si se actúa
para resolver los problemas, como si la comunidad permanece al margen de
su solución.
Sin negar el proceso ontogénico de producción del conocimiento y las
diferencias que ello implica, se propone el aprendizaje grupal, constituyendo
sujetos colectivos articulados por la lógica de los problemas.
El proceso parte, como en el caso del autodiagnóstico, del análisis de las
experiencias y conocimientos que el grupo ha adquirido a través de su prác-
tica y vida de relación. Se reconstruye analíticamente produciendo nuevos
elementos y nuevas orientaciones acerca de prácticas que experimentan las
soluciones socialmente construidas.
La incorporación de conocimientos tanto de génesis ajena a la comuni-
dad, como producidos por el grupo; tiene lugar cuando la problematización
exige su presencia para la comprensión y transformación de la realidad. Esto
facilita la búsqueda de nuevos conocimientos de manera sistemática y orde-
nada mediante la investigación participativa y la teorización de la práctica y
la vida cotidiana.
La capacitación, bajo esta metodología, se convierte de evento educa-
tivo horizontal, en forma de aprendizaje permanente, reiterando el proceso
que va de la práctica al saber, del saber a la visión y de la visión a la acción.
Su carácter de fenómeno grupal estimula el trabajo colectivo y transforma
la competencia en emulación, construyéndose con ello los fundamentos de
creatividad, respeto, compromiso, consenso y concentración propios de la
democracia de base.
Conceptos Generales
6
La definición del sistema de Seguimiento y Evaluación forma parte del diseño del proyecto o pro-
grama. Su definición anterior o posterior al diseño, lo convierte en impertinente. Proyectar o programar
requieren de conocimiento previo. Es imposible diseñar un proyecto o un programa sin algún conoci-
miento del problema que está destinado a resolver.
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Practicando un Modelo de Desarrollo
19
• Identificar y caracterizar la realidad al momento de inicio y para cap-
tar y valorar los cambios que se producen en ella como resultado de
las acciones del Proyecto.
• Establecer las relaciones entre los cambios detectados y la serie de
factores condicionantes que pueden haber incidido en ellos poten-
ciándolos o inhibiéndolos, a fin de poder determinar, con criterios
de probabilidad, cómo las acciones del Proyecto, han incidido y
transformado la realidad.
Diseño
Es necesario subrayar que la evaluación se inserta dentro de un proceso in-
tegral de planificación en donde aparecen los diferentes elementos constitu-
yentes de la misma, es decir: El diagnóstico que identifica y caracteriza la reali-
dad al momento de iniciar el Proyecto. La programación que enuncia, ordena
temporal, lógica
y financieramen-
te las actividades
Cuadro 1
con que el Pro- Elementos del Diseño del PPD en México:
yecto pretende 1 Unificar, bajo una perspectiva sistémica, la planificación, el ma-
modificar la reali- nejo y aprovechamiento de los recursos naturales y la evalua-
ción de los proyectos de desarrollo.
dad y los factores 2 Determinar la disponibilidad, la accesibilidad y la sostenibilidad
que a ellas son de los ecosistemas y entidades ambientales, existentes en una
condicionantes. situación socio ambiental específica, para su uso social y natu-
ral, a fin de evaluar la importancia relativa de cada actividad y su
El seguimiento, interacción con los ecosistemas y socio sistemas, seleccionan-
que produce el do opciones que permitan el mayor beneficio económico con
saber acerca de la permanencia de la diversidad biológica y el menor impacto
ambiental posible.
la ejecución de 3 Definir las normas, estrategias y proyectos recomendables para
las actividades el uso de los recursos naturales, que fomenten un vínculo per-
programadas y manente y explícito entre todos sus usuarios, a nivel de cada
situación socio ambiental específica.
de su bondad,
en términos de
alcance de los re-
sultados esperados. La sistematización, que hace evidente la concatenación
de las actividades y sus efectos con los efectos resultantes de la potenciación
o inhibición originada por las actividades del proyecto o por factores exter-
nos a este. La evaluación, por último, expresa de manera ordenada y cuan-
tificada el impacto causado en la realidad al momento de la terminación
20
Practicando un Modelo de Desarrollo
21
• El efecto demostrativo, entendido como el resultado del aprendi-
zaje y la teorización que permiten lograr la formulación y ejecución
de proyectos diferentes.
• Proceso distribuido aquel cuyas actividades dependen del sumi-
nistro de insumos y de toma de decisiones en distintos niveles y
localidades geográficas. También se considera Proceso Distribuido
aquel que tiene lugar en distintas áreas geográficas, dependiendo
de la calidad o disponibilidad de condiciones para realizarlo8.
8
Los Procesos Distribuidos, requieren para su administración y conducción de decisiones y recursos,
tomadas unas y presentes los otros, en el momento preciso. Por tanto, la construcción de las decisiones
generales debe tener lugar a través de reconocer que las decisiones particulares deben ser tomadas
en cada nivel por los sujetos que tienen a su cargo cada una de las partes del proceso distribuido y
que serán los principales afectados por tales decisiones. Este procedimiento es difícil de aplicar en
una estructura jerarquizada políticamente, pero es indispensable para lograr el éxito en el desarrollo
sustentable, donde las decisiones deben tomarse, y los recursos deben suministrarse, siguiendo tanto
la lógica de los procesos naturales, bióticos y abióticos; como la lógica social y las habilidades de las
comunidades inmersas en los procesos naturales.
22
Practicando un Modelo de Desarrollo
23
Practicando un Modelo de Desarrollo
Características Ambientales.
Localización:
La Península se encuentra en la porción más oriental de México entre los 16o
06’ y los 21o 37’ latitud Norte y entre los 87o 32’ y los 90o 23’ longitud Oeste.
Limita al Oriente con el Mar Caribe, al Poniente con el Golfo de México, al
25
Norte con el llamado Canal de Yucatán y al Sur con las Repúblicas de Belice y
Guatemala y el estado federado de Tabasco. La Península de Yucatán contie-
ne a los estados federados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Geología:
La Península es una gran planicie rocosa de caliza sedimentaria, formada
por una reciente elevación del fondo marino ocasionada por el movimiento
vertical de los bloques tectónicos que forman los escarpes de Campeche y
Yucatán con desniveles de mil a tres mil metros en distancias transversales
de 10-20 kilómetros (Mapa
2). La mayor parte de su
superficie emergió durante
el período Terciario; los bor-
des septentrional y oriental
corresponden al Cuaterna-
rio (Mapa 3).
Posee una extensión
de 141 523 Kms2. En ella no
existen formaciones oro-
gráficas de importancia, sal-
vo una pequeña cadena de
colinas de entre 100 a 300
metros de altitud, ubicada
en el sur del estado de Yu-
catán, denominada El Puuc.
Las ciénagas y las lagu-
nas costeras son un rasgo
geográfico conspicuo de la
Península. Se forman entre
la tierra firme y el cordón
litoral arenoso, con marca-
da variabilidad en salinidad,
debido a las mareas y los
eventos atmosféricos que
provocan el arrastre de sedi-
mentos y su depósito sobre
la plataforma continental.
26
Practicando un Modelo de Desarrollo
Hidrología:
Por sus características geológicas particulares es la única región del país que
no cuenta con un sistema hidrológico superficial de importancia. En su parte
sur se manifiestan algunas corrientes superficiales, que vierten sus aguas en
el Mar Caribe y en el Golfo de México. Sin embargo, este rasgo no elimina la
disponibilidad permanente de agua, dada la existencia de inmensos acuífe-
ros subterráneos ubicados entre 3 y 6 metros en las zonas bajas y entre 80 y
120 metros en las altas.
El sustrato peninsular es susceptible de erosión o disolución hídrica,
creando un sistema de cavernas y oquedades denominado Karsto. El agua
contenida en los acuífe-
ros y en el sistema kársti-
co eventualmente aflora
en la superficie bajo la
forma de cenotes (gran-
des aperturas de sección
más o menos circular, de
unos 10 a 30 metros de
diámetro) o aguadas (de-
pósitos superficiales que
se forman por el hundi-
miento de la superficie
o por el desplome de los
bordes de un gran ceno-
te. (Mapa 4).
El sistema de aguas subterráneas recibe desde la superficie una recarga
de aguas pluviales bastante homogénea, por ello el acuífero y el Karsto están
presentes en toda la extensión de la Península. Sin embargo dada la inclina-
ción del sustrato calizo y la acumulación progresiva de la recarga de aguas
pluviales, las corrientes subterráneas fluyen de sur a norte y a veces afloran
en la costa o en pleno mar.
Clima:
Por situarse en el trópico y ser una península carente de elevaciones de im-
portancia, posee un clima cálido con una temperatura media anual entre
24.6o y 27.7o. Es seco y semi seco en la parte noroeste (BS0(h’)w(x’) - BS1(h’)
w(x’)) y sub húmedo (Aw0(x’) - Aw1(x’) - Aw2(x’)), en el resto de su superficie.
27
La precipitación pluvial va-
ría entre los 415 y 1,690 mm
y su fase más intensa es en-
tre mayo y octubre. La hu-
medad relativa va de 80%
en los litorales a 72% en el
interior (Mapa 4).
Durante los meses de
noviembre a marzo los fe-
nómenos atmosféricos de
origen ártico arriban a la Pe-
nínsula, después de hume-
decerse al cruzar el Golfo de
México, provocando temperaturas más bajas (11o).
Entre julio y noviembre los fenómenos atmosféricos tropicales se hacen
presentes sobre la región en forma de tormentas o huracanes, algunos de
ellos con vientos de gran velocidad y alta pluviosidad.
Suelos:
Debido a las características de su formación geológica es muy alta la pre-
sencia de minerales calcáreos. La capa de suelo es delgada y proviene fun-
damentalmente de la disolución de la roca caliza por la lluvia. El suelo está
caracterizado por un sólo tipo, llamado Terrarosa, pero éste presenta variacio-
nes según su espesor y su fertilidad (Mapa 5).
De este modo se pueden señalar las siguientes grandes categorías: Rego-
soles o litosoles principalmente en el centro y el norte de la región. Luvisoles
y redzinas, medianos o de transición, se encuentran en casi todo el territorio
peninsular. Nitosoles y vertisoles profundos se encuentran en el sur y en algu-
nos manchones intermedios. Existen además suelos arcillosos superficiales de
la serie Ecklum inundables en tiempos de lluvias, ubicados en zonas llanas y
suelos superficiales arcillosos de color rojo en la parte central de la Península.
Flora:
Siguiendo el gradiente de humedad de sureste a noroeste, y de acuerdo a las
características del suelo, se encuentran las siguientes asociaciones vegetales:
El Bosque Tropical Perennifolio, ubicado en el margen oriental y el sur
de la Península (estados de Quintana Roo y Campeche), es la asociación
28
Practicando un Modelo de Desarrollo
29
El Bosque Espinoso, se localiza en las áreas de menor humedad (BS0 y
BS1), al norte de la Península. La altura del dosel varía según su composición
y acceso al agua subterránea o de superficie, llegando a tener desde 4 a 15
metros de altura.
El Bosque Tropical Inundable se establece sobre la marga o la roca cal-
cárea en depresiones, distribuida en forma de mosaico de áreas pequeñas
dentro del Bosque Tropical Subperennifolio. Para estas comunidades se citan
110 especies; se distingue por su gran abundancia de epífitas especialmente
orquídeas y bromelias.
La vegetación de duna costera que se desarrolla en las barras arenosas
que forman el borde litoral de las lagunas costeras, está compuesta princi-
palmente por palmas, agaves, nopales, matorrales, pastos, bromelias y orquí-
deas. Debido a las características del suelo destacan dos grandes comunida-
des de vegetación: la llamada pionera y la de matorrales. La primera crece en
la zona de playa y dunas móviles, y la segunda en las dunas internas y fijas. En
la región interna, en los bordes lagunares, se asocia con manglares y salinas
naturales. Algunas especies de palmas consideradas endémicas de la Penín-
sula de Yucatán, están amenazadas o en peligro de extinción.
La Vegetación Acuática y Subacuática se establece en las costas y regio-
nes inundadas de la Península. En el litoral está constituida principalmente
por algas y gramíneas. Los manglares se desarrollan en las orillas de las la-
gunas costeras, de bahías protegidas y desembocaduras de ríos ubicados
en el sur de la región. Las comunidades de Popal y Tular, habitan en grandes
superficies pantanosas o de agua dulce, en las planicies costeras del suroeste
de Campeche.
Fauna:
Su enorme diversidad se encuentra íntimamente ligada con la multiplicidad
de micro ambientes existente en la vegetación primaria y secundaria.
Herpetofauna: Está compuesta por al menos de 95 especies, 26 anfibios
y 69 reptiles. En la Península se sustenta una de las poblaciones mejor con-
servadas de lagartos (Crocodylus moreletti, que coexiste con C. acutus). Des-
taca la serpiente Agkistrodon bilineatus, la boa (Boa constrictor) y distintas
culebras. En sus costas, cuatro especies de tortuga arriban para desovar: ca-
rey (Eretmochelys imbricata), caguama (Caretta caretta), laúd (Dermochelys
coriacea) y blanca (Chelonia mydas).
30
Practicando un Modelo de Desarrollo
Cuadro 2
Biodiversidad de la Península de Yucatán
Especies Registradas
Invertebrados N
Esponjas marinas 50
Hidromedusas 90
Equinodermos 180
Ofiuroidesos 22
Sifonóforos 35
Corales 80
Moluscos 769
Helmintos 150
Nematoda 160
Opistobranquios 70
Chaegtognata 16
Anélidos Poliquetos 600
Crustáceos 715
Arácnidos 350
Insectos 2500
Total 5787
Vertebrados
Peces de agua dulce 100
Peces marinos 600
Anfibios 22
Reptiles 140
Avifauna 543
Mamíferos 118
Mamiferos Marinos 28
Total 1551
Vegetal
Briofitas (Plantas no vasculares) 21
Traqueófitas (Plantas vasculares) 2270
Peridofitos (helechos) 63
Algas marinas 1355
Microalgas de agua dulce 1050
Total 4738
Hongos
Hongos macroscopicos 663
Hongos microscópicos 133
Micorrizógenos arbusculares 30
Total 826
Gran total 12902
(Duran R. 2015)
31
Ornitofauna: Se han registrado hasta el momento 468 especies de las
que 314 son residentes, 93 migratorias invernantes, 29 migratorias transeún-
tes y 32 transeúntes. La Península es la principal estación de un corredor mi-
gratorio hacia Centro y Sudamérica. Además alberga especies, tales como el
pavo ocelado (Agriocharis ocellata), la troglodita yucateca (Thryothorus albi-
nucha), la chara yucateca (Cyanocorax yucatanica) y el mímido negro (Mea-
noptila glabrirostris). En la costa norte se encuentra la zona de anidación de
la mayor parte de la población de flamenco rosado (Phoenicopterus ruber
roseus) que existe en México. También la costa norte es el único lugar de Mé-
xico donde se han observado las gaviotas Larus dominicanus y Larus fuscus.
En la región de humedales del suroeste peninsular destaca la cigüeña jabirú
(Jabiru mycteria), especie en peligro de extinción a nivel nacional.
Mastofauna: Están presentes al menos 124 especies de mamíferos silves-
tres, destacan 39 murciélagos, dos delfines y cuatro ballenas. En el territorio
peninsular habitan seis de las siete especies de marsupiales de México; tres
de primates; dos de los cuatro edentados, y cinco de los seis felinos. Las espe-
cies de mamíferos incluyen: al jaguar (Panthera onca), el ocelote (Leopardus
pardalis), el tigrillo (L. wiedii), el jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi) y el
tejón (Nasua nasua).
Ictiofauna: Además de su importancia biológica, este grupo contiene
especies que destacan por su valor comercial como: mero (Ephinephelus
morio); pulpo (Octopus maya y O. vulgaris); langosta (Panulirus argus); hua-
chinango (Lutjanus sp.); tiburón (Carcharinus spp.); camarón (Panaeus azte-
cus y P. brasiliensis); mojarra (Gerres sp. y Calamus sp.); chac-chi (Haemulon
plumieri); carito (Scomberomorus cavalla); jurel (Caranx sp.); corvina (Cy-
noscion spp.), caracol (Strombus gigas), camarón ciego (Creaseria morleyi),
bagre (Arius melanopus), posta (Archosargus rhomboidalis), mojarra prieta
(Cichlasoma urophtalmus), armado (Orthopristis crysoptera), lisa (Mugil sp.) y
el robalo (Centropomus ronchus) Con excepción de tres especies, todos los
peces de agua dulce son neotropicales, los más abundantes son seis géneros
de mojarras.
Las comunidades marinas son un ecotono entre distintas provincias
bióticas. En ellas se han registrado un total de 41 especies de macroalgas, 2
de pastos marinos, 17 de corales, 14 de gorgonáceos, 23 de esponjas y 11
de otros organismos que incluyen equinodermos, anémonas, zoántidos y
moluscos.
32
Practicando un Modelo de Desarrollo
Características Socioculturales
Como en el resto del país, la vida urbana y la comunicación masiva inciden
en la sociedad con su tendencia a la homogeneidad sociocultural. Sin em-
bargo, la humanidad que albergan estas peninsulares tierras es también fru-
to de un largo proceso de mestizaje entre la población maya, primero con los
conquistadores españoles, posteriormente con los esclavos africanos, los in-
migrantes europeos y los trabajadores forzados de origen asiático. La pobla-
ción peninsular si bien es diversa biológicamente, culturalmente ha resistido
la influencia externa y el ser social maya se mantiene hasta la fecha y con-
vive cotidianamente con
otras formas culturales.
A la diversidad de
ambientes y de base ge-
nética, corresponde una
forma también diversa de
vida, de concepciones del
mundo y de formas de
apropiación de los recur-
sos naturales mediante la
producción, aun cuando
de los 2.8 millones de ha-
bitantes de la Península
el 63% habiten en áreas
consideradas urbanas.
La situación actual de la población que habita la Península de Yucatán
está marcada por tres improntas: El ser maya o no serlo, el ser urbano o no
serlo, el ser asalariado o no serlo. De hecho, la constitución de la Península de
Yucatán como una región socio ambiental específica y diferenciada, parte de
dos elementos fundamentales y ajenos que originan tales improntas:
Primero: la existencia de la sociedad maya, organizada a través de la
eficiencia en el manejo de los recursos naturales propios del ser tropical y
peninsular. Esta sociedad se reproduce a través de formas culturales que le
permiten construir su muy particular visión del mundo y vincularse orgánica-
mente con el ser social regional (Figura 4).
33
Segundo: la existencia de una sociedad dzul 9, organizada alrededor de
la propiedad territorial urbana o rural, dedicada a la agricultura y la ganadería,
a las actividades industriales y comerciales, que se vincula con su entorno na-
tural bajo la lógica de obte-
ner las mayores ganancias
en el menor tiempo posi-
ble. Esta sociedad se repro-
duce a través de las formas
económicas e ideológicas
propias del ser nacional
mexicano, del cual forma
parte orgánica.
Las sociedades dzul y
maya son mutuamente de-
pendientes: La dzul requie-
re el trabajo, recursos naturales y prestigio étnico que la Maya posee. Esta, por
su parte, obtiene de la dzul empleo, bienes y servicios urbanos y enlace con
el mercado, con la Nación Mexicana y con la economía global.
Entre ambas han construido una peculiar forma de estructura de poder
que ha logrado, a pesar de su antagonismo, evitar su violenta consunción.
Ambas provienen del mismo proceso, que se inició en la violencia de la con-
quista europea del Mayab y que terminó con la violenta derrota por los mexi-
canos, ya durante este siglo, primero de la resistencia Maya y después de la
aristocracia europeizante.
De la sociedad europea conquistadora surgieron: el encomendero, el ha-
cendado, el esclavista henequenero10. De la sociedad Maya surgió el milpero
aun cuando de manera forzada haya sido encomendado, rentista o peón
henequenero. De la sociedad mexicana surgieron los asalariados (que en su
mayor parte son de origen maya), los burócratas, los empresarios y los pres-
tadores de servicios.
9
Dzul: Vocablo maya que designa al ajeno, en el sentido antropológico del otro. Los dzules lo tradu-
cen como caballero.
10
Henequen: Agave furcoides, planta nativa de la Península de Yucatán que fue cultivada en extensas
plantaciones para utilizar sus hojas en la producción de fibras duras de uso en la agricultura comercial
estadounidense y europea. Henequenero designa a quien se relaciona con la producción de la planta,
la fibra o sus derivados.
34
Practicando un Modelo de Desarrollo
11
La comunidad milpera apareció como relación social que satisfacía la necesidad de la apropiación
temporal del bosque tropical y su transformación en milpa una vez que la estuctura de la sociedad
maya prehispánica fue destruida.
La palabra milpa no designa el monocultivo maicero. Se trata de un cultivo diversificado de tipo
12
35
excedentes lo suficientemente grandes, como para permitir que una parte de
la población se dedicara a otras actividades.
Prueba de ello son los más de 10,000 sitios arqueológicos hasta aho-
ra registrados en la Península de Yucatán. También como prueba de la exis-
tencia de límites,
aun para las for-
mas autóctonas
adaptadas, está
la crisis ambien-
tal que originó el
abandono de las
grandes urbes,
el decrecimiento
demográfico y la
reorganización de
la sociedad maya
del Postclásico13.
Esta eficien-
cia productiva se
basa en la lógica
del bosque tropi-
cal y de sus ciclos
biodinámicos.
Presupone un profundo conocimiento de las especies, tanto vegetales como
animales, que lo habitan y de sus relaciones que le permiten funcionar como
ecosistema. La eficiencia de la milpa exige no cultivar más dos o tres ciclos
consecutivos una misma parcela. Posteriormente se deberá trabajar en la re-
siembra selectiva para acelerar el proceso de restitución del bosque. Avanzar,
repetir la roza, tumba y quema, de manera errante permitiendo la restitución
de las condiciones naturales.
13
A partir de información arqueológica de las tierras bajas se ha calculado que durante el apogeo
del Clásico existía una densidad de población de 200 h/km2. Dado que la milpa basada en roza-tum-
ba-quema puede soportar 50 h/km2, resulta evidente que la capacidad productiva de la cubierta ve-
getal fue superada y que hubo de recurrirse a tecnologías de mayor rendimiento pero más frágiles e
inestables. En tales condiciones, una sequía prolongada o un disturbio social de importancia, pudieron
romper el equilibrio sociedad - naturaleza que permitió la Civilización Maya, obligando a su reorgani-
zación (Culbert T. P. y D.S. Rice, 1990; Culbert T. P. 2001 a y b).
36
Practicando un Modelo de Desarrollo
Ejido designa una forma temporal de tenencia de la tierra reconocida constitucionalmente, des-
14
pués del triunfo de la Revolución Mexicana, y regulada por la Ley Federal de la Reforma Agraria.
37
El proyecto de desarrollo basado en el monocultivo henequenero no
sólo produjo, primero una aristocracia enriquecida y posteriormente
una burocracia ineficiente, que fueron incapaces de transformar el
capital dinero en capital industrial, sino además transformó más de
600,000 hectáreas de tierras productivas bajo el sistema tradicional de
roza-tumba-quema, en una zona ecológicamente deteriorada que
impide el sostén de la población campesina. Asimismo, la resultante
de la producción henequenera fue la depauperación de 90,000 fami-
lias que pasaron, durante el segundo cuarto de este siglo, de la escla-
vitud por deudas a la dependencia paternalista del Estado, mante-
niéndose en una situación de permanente penuria y control político.
• La constitución de una zona ganadera mediante desmontes masi-
vos que abarcaron más de un millón de hectáreas (10,000 Km2).
El desarrollo pecuario ha beneficiado tan sólo a una nueva aristocra-
cia terrateniente dedicada a la cría de ganado de registro, mediante
técnicas extensivas; que ha devastado los bosques tropicales, des-
plazando a la población autóctona de sus actividades productivas,
incorporándolas a un régimen de salario deficitario o forzándolas a
emigrar hacia las costas o las áreas urbanas.
• La creación de áreas dedicadas a la agricultura comercial con una
superficie total de 649,280 hectáreas (6,493 km2).
El desmonte previo al desarrollo agrícola comercial, no sólo constriñe
a la milpa, también ha traído como consecuencia la disminución de
la humedad superficial y el incremento del volumen de aguas plu-
viales que se filtran a través del suelo calizo hasta el manto freático.
Los fertilizantes y pesticidas utilizados en los cultivos comerciales,
son arrastrados por el agua de lluvia hasta el acuífero subterráneo
y conducidos por él hasta las regiones costeras. Con ello se conta-
mina tanto el agua disponible para la población como los afluentes
subterráneos de las lagunas costeras.
Las población, en general, carece de conocimiento de lo que ocurre
en el manto freático, tan solo percibe las consecuencias en forma de
disminución de la calidad de vida, o de rechazo de sus productos en
el mercado; pero no cuentan con capacidad de gestión ni de argu-
mentación frente a los organismos estatales o privados.
38
Practicando un Modelo de Desarrollo
El desarrollo Forestal
Para las comunidades mayas el bosque tropical y sus recursos eran propie-
dad divina y su uso transitorio como milpa y sustento de la vida, eran ajenos
al aprovechamiento comercial. Por ello los primeros aprovechamientos de
los extensos bosques tropicales de la Península de Yucatán que se iniciaron
en el siglo XIX, fueron también una forma del dominio que les fue impuesto
por los extraños.
A partir de ese momento se observan cuatro épocas diferenciadas por el
tipo de aprovechamiento, las relaciones sociales que involucra y por quienes
ejercen el control sobre los recursos forestales:
La primera de ellas, se deriva de la escasa presencia del Estado Mexicano
en la región. Durante esta época de explotación casi hasta el agotamiento
en algunas regiones, del cedro, la caoba y el tinto se destinó al mercado eu-
ropeo y estadounidense. No pocas veces la población local y las compañías
forestales extranjeras establecieron relaciones de intercambio de productos
39
forestales por mercaderías, incluyendo armas como sucedió durante la Gue-
rra de Castas.
Con la presencia regional del Estado Mexicano, se inició la época de los
contratistas forestales, nacionales y extranjeros, que usufructuaron contratos
madereros otorgados por el Gobierno para ocupar y explotar extensos terri-
torios15. La Revolución Mexicana trajo el decaimiento de este modelo, pero
conservó la operación por contrato para producir y exportar madera y chicle
por períodos de dos o tres años.
La Reforma Agraria en los bosques tropicales se expresa en la creación de
ejidos, con criterios forestales, para las comunidades mayas y para los grupos
de migrantes chicleros16. Las superficies ejidales se calcularon considerando
que 420 hectáreas de bosque permitían a una familia pudiera vivir del apro-
vechamiento del chicle. Así surgieron los primeros grandes ejidos forestales
de los estados de Campeche y Quintana Roo.
Más tarde, en la segunda mitad del Siglo XX, se inicia la época de las con-
cesiones forestales industriales, de grandes extensiones de bosques como
supuesto instrumento de desarrollo. También se dotó a ejidos existentes de
ampliaciones forestales, la mayor parte de ellas convenientemente alejadas
de los centros de población ejidal, que fueron concesionadas a las empresas
forestales17. La inclusión del territorio de los grandes ejidos forestales en las
concesiones, fue una fuente permanente de conflictos, sin embargo coexis-
tieron la explotación maderera en manos de las empresas y la extracción de
chicle en manos de las cooperativas ejidales.
La promoción y financiamiento gubernamentales de la colonización de los
bosques peninsulares confrontó la política de desarrollo forestal18. Dado que la
finalidad de la política de colonización era dotar de tierra a campesinos deman-
dantes de otras regiones, el nuevo criterio para el cálculo de las superficies fue
Durante esta época se otorgaron, casi a título de extraterritorialidad, grandes concesiones desta-
15
cando entre ellas la otorgada al Banco de Londres que dio lugar a la Colonia Yucatán. De esta época
son las famosas monterías en donde los trabajadores forestales estaban enganchados prácticamente
en condiciones de esclavitud, que prevalecieron y se acentuaron durante el Porfiriato.
Con la producción chiclera llegó a la Península la organización cooperativa y la organización cor-
16
na Roo (MIQROO) y Caobas Mexicanas S.A. de C.V. en Campeche, ambas empresas explotaron aproxi-
madamente medio millón de hectáreas cada una entre 1950 y 1990.
18
Al momento de establecerse Maderas Industrializadas de Quintana Roo MIQRO sólo había 6 ejidos
forestales en el territorio concesionado. Al término de la concesión, en 1983, había más de 62 ejidos.
40
Practicando un Modelo de Desarrollo
19
En el Estado de Quintana Roo, con la aparición a finales del siglo XX, de los intereses turísticos en
la región, y de una opinión pública cada vez más interesada en las cuestiones ambientales, fue insos-
tenible la caótica situación que prevalecía en la zona concesionada a la empresa MIQRO. El Gobierno
ordenó una serie de estudios que llevaron a la cancelación de la concesión forestal de esta empresa, y
a la instrumentación de un proyecto denominado Plan Piloto Forestal.
Como resultante política, la ley forestal desde 1986 reconoce que en México el sujeto social res-
20
ponsable del manejo de los recursos forestales, en quien recaen las autorizaciones de aprovechamien-
to forestal es el ejido y la pequeña propiedad forestal.
41
de vida. Además, la oferta pública de desarrollo rural concentra su inversión
en las actividades agropecuarias, impulsando el avance de la frontera agríco-
la y la fragmentación interna de los ejidos forestales. Se percibe una situación
de conflictos socioeconómicos y políticos semejante a la que en el pasado
permitió la destrucción de las áreas arboladas de la región (Figura 7).
42
Practicando un Modelo de Desarrollo
extractiva: los valores naturales les son ajenos, su raigambre es temporal, sus
ingresos están dentro de los más altos del país.
La extracción de petró-
leo no sólo pone en grave
riesgo el ambiente natural
donde se realiza, transforma
el ambiente social entero,
distorsiona las relaciones
de parentesco y genera una
moral distinta. Las comuni-
dades mayas han recibido,
de la actividad petrolera, un
impacto semejante al que
les ha producido el desarro-
llo del corredor turístico del
Caribe.
Los Mapas 9 y 10 mues-
tran las regiones de aprove-
chamiento de los recursos
naturales y la variación de la
vegetación que han produ-
cido. La relación sociedad
naturaleza existente en los
procesos regionales enun-
ciados, se manifiesta en va-
riables de importancia para
el ambiente global:
• Reduciendo la bio-
diversidad por im-
plantación de agro ecosistemas, plantaciones y praderas ganaderas,
o por la sobre explotación de los recursos forestales y costeros.
• Incrementando la temperatura atmosférica mediante la emisión de
gases que producen efecto de invernadero, al quemar la cubierta
vegetal en preparación de los trabajos agrícolas.
• Emitiendo contaminantes, principalmente originados por la indus-
tria petrolera, o sedimentos en el flujo de las corrientes pluviales y
marinas.
43
Amenazas eventuales a la conservación y el desarrollo
en la Región del PPD
Los Huracanes
Por su posición geográfica la Península de Yucatán se encuentra entre tres
de las seis regiones donde se generan eventos atmosféricos circulatorios de
gran tamaño: La localizada
en la porción sur del Golfo
de México (Sonda de Cam-
peche), la del Caribe y la del
Atlántico Oriental. Siendo
en esta última donde se ge-
neran los de mayor poten-
cia y recorrido. (Mapa 11)
Entre julio y noviembre
estos fenómenos atmos-
féricos tropicales se hacen
presentes sobre la región,
algunos de ellos con vien-
tos de gran velocidad y alta
pluviosidad. La adaptación
de la flora y la fauna a ellos es sin duda causa de una buena parte la diversi-
dad biológica y los endemismos existentes.
Los huracanes, en tanto fenómeno recurrente, reestablecen las condi-
ciones de flujo superficial y costero, aportan sedimentos al declive de playa,
aclarean el bosque tropical permitiendo la germinación de semillas e inducen
los rebrotes, eliminan los individuos débiles o enfermos y son en general alta-
mente benéficos para los ecosistemas naturales. Sin embargo, la conjunción
de este evento natural con las actividades humanas que representan ame-
nazas seculares al ambiente potencia sus efectos y desnaturaliza su acción.
El efecto de los huracanes en la vegetación está relacionado con dos ca-
racterísticas del evento atmosférico circulatorio: la velocidad de sus vientos
y la precipitación pluvial asociada. Las áreas de mayor afectación se encuen-
tran en los márgenes de la trayectoria del ojo del huracán, donde la velocidad
del viento alcanza su niveles máximos. Sin embargo el impacto es diferencial
según sean las características geomórficas, la arquitectura de la vegetación y
la incidencia de ráfagas de velocidades y direcciones cambiantes.
44
Practicando un Modelo de Desarrollo
45
Practicando un Modelo de Desarrollo
21
Fundado en 1991, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) reúne a182 gobiernos miem-
bros — en colaboración con instituciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil (OSC) y
el sector privado — para abordar las cuestiones del medio ambiente global. Una organización finan-
ciera independiente, el FMAM proporciona donaciones a países en desarrollo y países con economías
en transición para proyectos relacionados con la biodiversidad, cambio climático, aguas internaciona-
les, degradación de la tierra, la capa de ozono y contaminantes orgánicos persistentes. Estos proyectos
benefician el medio ambiente mundial, enlazan a los desafíos medioambientales locales, nacionales y
mundiales y promover medios de vida sostenibles. El FMAM es hoy el mayor financiador de proyectos
para mejorar el medio ambiente mundial.
El programa es financiado por el medio ambiente mundial (FMAM), implementado por el progra-
22
ma de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) y ejecutado por la oficina de las Naciones Unidas
de servicios para proyectos (UNOPS).
47
riesgo al tener sus residencias en ecosistemas frágiles o vulnerables y depen-
der del acceso a los recursos naturales para subsistir.
El programa otorga donativos de hasta $50,000 dólares; para proyec-
tos en la biodiversidad, mitigación del cambio climático y adaptación,
degradación de las tierras y la ordenación forestal sostenible, aguas in-
ternacionales y productos químicos; directamente a las comunidades, in-
cluyendo pueblos indígenas, organizaciones comunitarias y otros grupos
no gubernamentales.
El PPD está encaminado a apoyar actividades en pequeña escala, reali-
zadas por organizaciones no gubernamentales, redes de ellas, asociaciones
populares y grupos de la comunidad; que aborden los problemas ambien-
tales mundiales definidos por el FMAM como sus esferas temáticas. Cuando
los recursos del Fondo lo permitan, el Programa también apoya proyectos
multinacionales (actividades subregionales y regionales) que incluyan países
y actividades adecuadas para recibir donaciones del Fondo.
En sus más de 20 años de existencia el PPD ha evolucionado hasta ser
hoy día un Programa Corporativo del FMAM. Su actuar primero en una Fase
Piloto y después en cinco Fases Operativas que corresponden a los reem-
bolsos del Fondo. Durante la fase piloto (1992 – 1996), se establecieron los
primeros 33 Programas de País , México entre ellos, SGP hospedados ya fuera
en las oficinas de país del PNUD o en las de instituciones no gubernamenta-
les nacionales.
La primera fase operativa del PPD se inició el 01 de julio de 1996, con
una asignación de dos años de US$ 24 millones de dólares. En los siguientes
dos años, el programa se expandió de 33 a 45 países y financió más de 800
nuevos proyectos. Al final del período, las buenas prácticas y los errores fue-
ron detectadas y con ellas se elaboró un conjunto de directrices operativas
para asuntos administrativos, financieros y operacionales, que formaron la
base para la aplicación del Programa, con revisiones periódicas o requeridas
si fuese necesario.
La evaluación favorable del PPD fue muy importante para la aprobación
de la Segunda Fase Operativa por el Consejo del FMAM. Durante esta fase
el Programa amplió su alcance a 63 países y adoptando enfoques más cen-
trados y estratégicos para incrementar su impacto y la sostenibilidad de sus
intervenciones. Con estos enfoques se elaboró, con las opiniones de Coordi-
naciones Nacionales y de Comités Nacionales de Dirección un marco global
de seguimiento y evaluación y movilización de recursos.
48
Practicando un Modelo de Desarrollo
49
El Director y el Subdirector Globales, son responsables de la gestión ge-
neral del PPD, de la dirección estratégica y de la política de desarrollo del
Programa. El personal del ECGP es responsable de la coordinación regional
y del apoyo a los programas del país sobre cuestiones sustantivas y técnicas
relacionadas con áreas focales y la orientación temática, para incrementar
la capacidad de gestión del conocimiento, comunicación, seguimiento y
evaluación.
Desde 2009, algunos programas de país maduros SGP han sido ascendi-
dos y actúan como proyectos usuales del FMAM23. Además de México en el
primer grupo de estos países están: Brasil, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, India,
Kenya, Pakistán y Filipinas.
El Programa de Pequeñas Donaciones a nivel nacional
En noviembre del 2009 el Comité de Dirección Mundial del PPD clasificó a los países de la siguiente
23
manera:
Categoría I: Todos los programas en los Pequeños Países Insulares (SIDS) y de Bajo Desarrollo (LDC) que
han estado en operación menos de cinco años.
Categoría II: Todos los programas de país que han estadp en operación entre cinco y quince años.
Categoría III: Todos los programas de país que han estado en operación más de quince años y han
acumulado más de seis millones de Dólares anted del quinto reembolso del FMAM. Los programas en
esta categoría se denominaron Programas de País Ascendido (Upgraded Country Program) y deben
concursar por los fondos como cualquier otro proyecto (Full Size Project) del FMAM en dicho país.
50
Practicando un Modelo de Desarrollo
51
Practicando un Modelo de Desarrollo
53
El Coordinador Nacional del Programa actúa dentro del Comité como
secretario sin derecho a voto.
Para dar inicio al Programa se decidió, con el fin de conocer la deman-
da, realizar la más amplia convocatoria no obstante lo corto del período de
aplicación durante 1994 y del escaso monto asignado para financiar proyec-
tos durante ese año. Una vez conocida, se dedicó un esfuerzo importante al
fortalecimiento de la capacidad orgánica y autogestiva de las comunidades
para formar una amplia cartera de proyectos y organizaciones, que sería utili-
zada durante los subsecuentes años de aplicación del Programa.
El CND adquirió, desde un principio, el carácter de un pequeño grupo de
planificación con dos peculiaridades: En primer lugar, planificaría el desarro-
llo del Programa desde la perspectiva de las condiciones socio ambientales
de la Península de Yucatán, determinadas mediante la aplicación de la Teoría
de los Sistemas Complejos24. En segundo lugar, aplicaría elementos del cons-
tructivismo piagetiano para fortalecer las propuestas de la planificación par-
ticipativa, orientándola al desarrollo sustentable y a la democracia de base.
24
Ludwig von Bertalanffy a finales de la década de los treinta, propuso y nominó la Teoría General
de Sistemas. A partir de ese momento la propuesta se ha legitimado por su capacidad explicativa de
eventos multideterminados y se ha aplicado a numerosos campos del saber y la investigación. El enri-
quecimiento del corpus teórico, ha provenido de dos áreas distintas, la primera derivada de la reflexión
teórica, de corte epistemológico; la segunda, a partir de su aplicación para la solución de problemas.
En este texto, se recurre a las aportaciones de autores en ambas tendencias y a la reflexión sobre su
aplicación para la comprensión de situaciones socio ambientales en el trópico húmedo mexicano, con
el objetivo de impulsar un modelo de desarrollo alternativo al dominante. Se recomienda la lectura de:
Bertalanffy, 1969; 1981; Davison, 1983; García, 1986; Goertzel 1994; Holte, 1993; Kauffman, 1995; Laszlo,
1972. Estos autores ofrecen una perspectiva que va de la propuesta original hasta el surgimiento de la
teoría del caos y la auto-organización.
El concepto sistema designa a una colección estructuralmente ordenada de elementos interac-
tuantes, que deviene en el tiempo y el espacio de manera única. Es discursivamente análogo a los
conceptos de Totalidad Organizada de L. Goldman (1966) y de Totalidad Concreta de K. Kosik (1967).
La acepción matizada de Sistema Complejo (García, R. 1986), introduce la variante conceptual de la
definición de la estructura por las relaciones elementales que permiten explicar el devenir del todo ri-
camente articulado. Cuando nos enfrentamos a situaciones socio ambientales, se nos hacen presentes
eventos resultantes de la confluencia de múltiples procesos interrelacionados de manera estructurada.
En general, a esta forma de auto-organización, donde los elementos de un sistema interactúan, defi-
54
Practicando un Modelo de Desarrollo
niendo una estructura que le permite manifestarse como una totalidad organizada, es denominada
sistema complejo.
Esta característica está determinada, tanto por la naturaleza diversa de los procesos participantes,
como por la interdependencia entre ellos. Esta propiedad define a su vez el papel que cada uno de
los elementos aquiere en el proceso interactivo, dando al sistema propiedades únicas que lo hacen
distinguible en su ser y devenir. Es decir los elementos que configuran un sistema complejo son in-
terdependientes y están interdefinidos. Siguiendo a García (op. cit), llamaremos funcionamiento al
conjunto de actividades del sistema como un todo, función a la contribución de cada elemento o
subsistema al funcionamiento y estructura a las interrelaciones existentes entre los múltiples procesos
contenidos en el sistema.
Dada la interrelación e interdependencia de las funciones, la acción sobre uno o algunos de los
elementos constitutivos se transmite a traves de la trama de interacciones transformando el funciona-
miento. Este fenómeno en situaciones críticas, derivadas de estructuras inestables, con poca capaci-
dad de restitución de los equilibrios y formas de relación internos (resilencia), puede llegar a provocar
la reorganización de la totalidad estructurada.
El análisis de situaciones reales, a partir de la teoría de los sistemas complejos, con el fin de planear
la conservación y el aprovechamiento sustentable, se da en este marco: En la relación dialéctica exis-
tente entre la modificación de los elementos, la transformación del funcionamiento de la totalidad y
la redefinición de la dependencia entre los elementos. Es decir, en la relación dialéctica que vincula la
acción planeada sobre la parte y la reorganización prevista de la totalidad.
En la península de Yucatán , el panorama de las organizaciones no gubernamentales ofrece cuatro
25
grandes horizontes:
1 El formado por organizaciones que actúan dentro de la lógica del apoyo solidario para el desa-
rrollo social, la conservación de los recursos naturales o la asistencia a la población marginada.
Estas organizaciones obtienen recursos de donantes institucionales o personales que dedican
a proyectos que ellos mismos realizan. La mayor parte de ellas actúa a nivel comunitario con
un estilo de trabajo democrático y autogestionario, impulsando la aparición de organizaciones
de base.
2 El definido por organizaciones que permiten el auto empleo de técnicos y profesionales, que
ofrecen sus servicios tanto al Sector Social alejado por la política neoliberal del aparato corpo-
rativo del Estado (principalmente como asistencia técnica a la producción o gestión de recur-
sos); como al Sector Privado demandante de servicios especializados (principalmente técnicos
como es el caso de diagnósticos y manifestaciones de impacto ambiental). Estas organiza-
ciones operan como micro empresas y han venido a ocupar un lugar vacío en el mercado de
servicios, que en la Península era socialmente necesario.
55
En la formulación
Cuadro 3
La estrategia inicial:
de la estrategia inicial
Subsidiar organizaciones de base comunitaria o con traba- también se conside-
jo comunitario que generen o fortalezcan la capacidad de raron las característi-
las comunidades para mejorar su calidad de vida y se vincu-
len con su ambiente de manera tal que, lejos de degradarlo
cas ambientales de la
o destruirlo, conserve las condiciones para su reiteración Península de Yucatán,
permanente. donde los fenómenos
Los objetivos inciales:
1 Diseñar un programa de desarrollo comunitario que
marítimos influyen, e
contribuyera a resolver los problemas ambientales de- incluso determinan las
finidos por el FMAM como áreas temáticas. condiciones bióticas y
2 Conocer el número, localización y características de las
organizaciones a quienes está orientado el Programa.
abióticas de la región,
3 Definir mediante la información existente y diagnósti- proporcionándole una
cos parciales los subsistemas económico, sociocultural gran biodiversidad en
y ecológico, en la Península de Yucatán2.
un marco de fragilidad
ecosistémica. Además
de lo anterior también se consideró el ser étnico y cultural de las poblaciones
humanas de la Península de Yucatán de fuerte raigambre maya y tradición
en el manejo de los recursos naturales en las zonas del interior y altamente
mestizada y vinculada al mercado en las zonas costeras y urbanas.
56
Practicando un Modelo de Desarrollo
En virtud de ta-
Cuadro 4
les considerandos la Orientaciones estratégicas para incrementar la capacidad
Estrategia inicial para comunitaria en las Areas Temáticas del FMAM:
la Fase Piloto en Mé- 1 Conservar la biodiversidad mediante actividades soste-
nibles que permitan el mejoramiento de las condicio-
xico se orientó a sub- nes de vida de las comunidades.
sidiar organizaciones 2 Aplicar tecnologías de energía renovable que, además
de base comunitaria o de ser sostenibles, permitan incrementar la calidad de
vida de las comunidades.
con trabajo comunita- 3 Proteger las aguas de las lagunas costeras y los sistemas
rio, que ya tuvieran una deltáicos y estuarinos que puedan afectar las aguas in-
presencia y actividades ternacionales, mediante proyectos sostenibles que per-
mitan mejorar de manera inmediata las condiciones de
concordantes con la vida de las comunidades.
filosofía del Programa.
Con esta estrategia y
los instrumentos de promoción, seguimiento y evaluación correspondientes,
el Programa operó durante los primeros dos años.
Destaca en el aspecto operativo, durante esta primera fase del Progra-
ma, la creación del Grupo de Apoyo Técnico a la Organizaciones de Base.
El GatoB26. Posteriormente, como resultado de la experiencia obtenida en
los dos años y en tres procesos de evaluación, la estrategia se amplió con la
siguiente orientación:
Impulsar el Desarrollo Humano Integral en la Península de Yucatán par-
tiendo de la evaluación de los problemas sociales y ambientales que afectan
áreas específicas de la región, considerando los distintos proyectos de desa-
rrollo y las actividades que implican, destacando los elementos que afectan
tanto a la sociedad como a la conservación de los recursos naturales y con-
figurando micro regiones de desarrollo donde se apliquen eficazmente los
recursos del Programa.
26
El GatoB: Grupo de Apoyo Técnico a Organizaciones de Base, fue un equipo interdisciplinario des-
tinado a apoyar a las organizaciones de base que realizan proyectos de desarrollo mediante el apro-
vechamiento sustentable de recursos naturales. El grupo atendía principalmente a las organizaciones
financiadas por el entonces llamado Programa de Pequeños Subsidios, ahora PPD, que requirieran
apoyo técnico u organizativo para incrementar las posibilidades de éxito de sus proyectos. Para el
análisis el grupo utilizó una metodología surgida de la teoría de sistemas complejos. Para el trabajo de
base utilizó una metodología de evaluación - planeación participativa, con modificaciones derivadas
de la aplicación de la epistemología constructivista piagetiana.
57
Incrementar la capacidad comunitaria para actuar en las áreas temáticas del FMAM
(Cuadro 5).
Expandir el impacto del programa vinculando sus acciones en el marco de una pro-
puesta de desarrollo sustentable a tres niveles: localidad, microregión y Península de
Yucatán.
Cuadro 5
58
Practicando un Modelo de Desarrollo
Cuadro 6
Cuadro 7
59
Globalización: Durante la Fase Piloto se conoció la forma de actuar a nivel
comunitario para disparar procesos en las micro regiones que contribuyen
a reducir las amenazas al medio ambiente mundial, principalmente como
modificar la relación sociedad-naturaleza. Durante la Primer Fase Operativa
los subsidios se concentraron en actividades que de acuerdo a la experien-
cia del Comité Nacional de Selección, las organizaciones pivote y los grupos
beneficiados, hubieran tenido éxito, entre otras cosas, en reducir o eliminar
problemas ambientales relacionados con los objetivos del FMAM. Para ello se
definieron las metas ambientales del Programa en México.
Planificación: Planificación socio ambiental integrada en las micro regiones
para realizar, en el marco de Programas microregionales de desarrollo soste-
nible, proyectos que han mostrado su capacidad de disparar procesos que
transforman la relación hombre-naturaleza a nivel comunitario y que real-
mente mejoran la calidad de la vida comunitaria.
Sostenibilidad: Acción comunitaria, microregional, peninsular, nacional e In-
ternacional para asegurar que el Programa permanezca y se desarrolle aun
después del término de la Fase Operativa, garantizando apoyo financiero y
organizativo mediante tres instrumentos estratégicos: Una red de organiza-
ciones participantes en el Programa27, un instrumento de financiamiento en
base a créditos28, y una agencia comercial.29
27
La Red de Organizaciones del Sureste para el Desarrollo Sustentable (ROSDESAC) se creó para im-
pulsar la sostenibilidad del entonces PPS como instrumento de interacción y comunicación entre los
proyectos financiados y entre ellos y la gran diversidad de proyectos de desarrollo social que se llevan a
cabo en el país. Desde su inicio el Programa se propuso dentro de su estrategia el trabajo colaborativo
en Red y la agrupación de proyectos en líneas de acción disciplinarias, con la finalidad de facilitar el
intercambio de conocimiento y experiencias entre los proyectos, así como impulsar la formación de
líderes y vincularlos entre sí. La Red dejó de funcionar en el año 2005.
28
La Financiera del Desarrollo Sustentable impulsada por el entonces PPS, estaba orientada a propor-
cionar créditos complementarios a las donaciones que limitaran el subsidio en forma de recursos de los
ecosistemas que amenaza con destruir la base natural de la producción agrícola, forestal y pesquera. La
Financiera, dedicada a obtener rendimientos económicos de la conservación y manejo de los recursos
naturales, ocuparía un lugar vacío en los mercados de capital y satisfaría una necesidad del desarrollo
humano integral. Dadas la dificultades legales para constituir una Financiera de Objeto Limitado se
optó por iniciar un Fondo Peninsular de Capital de Trabajo, Asistencia Técnica y Fomento del Ahorro
para la Producción y la Comercialización de Productos Social y Ambientalmente Justos. Con dificultades
iniciales y con enfoques nuevos y distintos el Fondo continua operando bajo la tutela de una ONG.
29
La Comercializadora de Productos Social y Ambientalmente Justos se constituyó para fomentar
la sostenibilidad, evitando el subsidio económico, social o ecológico después de los apoyos iniciales
60
Practicando un Modelo de Desarrollo
que brinda el PPD. Se pretendía que las actividades comerciales apoyaran la sustentabilidad evitando
el subsidio a corto plazo y logrando productos ambiental y socialmente justos: donde el proceso de
apropiación de los recursos naturales implícito en la actividad productiva, restablezca las condiciones
ecosistémicas que permiten su permanencia, y donde el propio proceso productivo reitere las caracte-
rísticas culturales del grupo productor y mejore su calidad de vida. Salvo la miel y la madera fue imposi-
ble lograr un adecuada comercialización de los productos provenientes de las actividades financiadas.
61
Destaca en la adecuación de la Estrategia Mexicana, la adopción de Prác-
ticas Estratégicas30, que durante los procesos de seguimiento y evaluación
han mostrado su eficacia. Así mismo se decidió ampliar la acción del Progra-
ma a tres regiones más: Sur de Campeche, Sur de Quintana Roo y Pantanos
de Centla para acentuar su coincidencia con el Corredor Biológico Mesoa-
mericano. Así mismo, una importante transformación del proceso de formu-
lación de proyectos tuvo lugar al decidirse utilizar la Matriz de Orden Lógico
tanto para la elaboración, como para el seguimiento y la evaluación de los
proyectos financiados.
Para tal efecto el Comité Nacional de Dirección designó a un grupo de
las personas que lo integran como Grupo de Adecuación de la Estrategia,
definiendo un conjunto de instrucciones para su trabajo e instruyendo al
Coordinador Nacional para apoyarlo. Este Grupo, trabajó en conjunto con
representantes de las más destacadas organizaciones no gubernamentales,
de grupos de base financiados por el Programa, el Coordinador Nacional y
expertos invitados que apoyaron el proceso y construyó una propuesta inte-
gral que abarcó la filosofía, orientación, estructura, ejecución, seguimiento y
evaluación del Programa. Dicha propuesta definió las vías de transición ne-
cesarias para consolidar el Programa evitando que su crecimiento lo alejara
de su razón de ser.
A partir de la resolución y aprobación del CND para iniciar el proceso
de adecuación de la estrategia mexicana del PPD, se elaboró, revisó y apro-
bó una propuesta metodológica para orientar al Programa de acuerdo a las
condiciones actuales, tanto a nivel mundial como a las circunstancias socio
ambientales de la Península de Yucatán.
La metodología elaborada para la Adecuación de la Estrategia, partió de
la reflexión colectiva de los distintos participantes en el Programa, organiza-
da mediante reuniones, talleres y consultas a las organizaciones financiadas.
Esta reflexión colectiva estuvo destinada a la construcción de conocimiento
surgido de la práctica y las experiencias de las personas y grupos vinculados
al PPD. Los pasos metodológicos para esta construcción fueron, desde su
inicio, parte de un proceso de aprendizaje participativo.
Para aplicar la metodología y obtener los resultados definidos se confor-
mó el equipo de adecuación de la estrategia con miembros del Comité Na-
cional de Dirección, personal de la Oficina en México del PNUD y consultores
62
Practicando un Modelo de Desarrollo
63
Figura 9: Esquema del proceso de la tercera Adecuación de la Estrategia
64
Practicando un Modelo de Desarrollo
65
Las propuestas de proyecto son presentadas en un formulario claro y
sencillo que permite a las organizaciones de base su elaboración, pero que
ofrece la información necesaria para conocer y evaluar la importancia de la
propuesta y estimular a los grupos a conocer a su comunidad y al hábitat
humano y silvestre.
Si bien se intenta que el calendario de presentación de propuestas esté
diferenciado de acuerdo a la Línea de Financiamiento y la actividad, para que
los recursos se otorguen de acuerdo a los ciclos naturales críticos para su
éxito, en general se tienen dos convocatorias por año, de acuerdo a la dispo-
nibilidad de recursos.
Los proyectos que requieren recursos por menos de cincuenta mil dóla-
res se evalúan en un periodo de cinco semanas. Los proyectos que soliciten
recursos superiores a los cincuenta mil dólares se evaluarán en un período de
nueve a doce semanas ya que requieren la aprobación de la Sede.
Se ha propuesto, sin alcanzar por los costos que implica, la meta anual de
dos reuniones denominadas de Conservación y Desarrollo donde represen-
tantes de las organizaciones financiadas presentan los avances, problemas y
técnicas de sus proyectos.
Para cada convocatoria se realizan cursos o talleres de formulación, eje-
cución, seguimiento y evaluación de proyectos, dirigidos a las organizacio-
nes de base financiadas por el Programa o con posibilidad de serlo.
En el marco de las Líneas de Financiamiento consideradas en la Estrate-
gia, se apoya la constitución de Grupos de Apoyo Técnico a Organizaciones
de Base también llamados Organizaciones de Acompañamiento, con perso-
nas de altas calificaciones técnicas y estilo democrático de trabajo, que deben
construir capacidades en las organizaciones financiadas. Las Organizaciones
Pivote en su mayor parte optaron por convertirse en Grupos de Apoyo Técni-
co a Organizaciones de Base. El Programa considera en sus financiamientos,
o gestiona con otras instancias, el apoyo necesario para ofrecer con un segui-
miento y evaluación cercanos y continuos tanto de la Coordinación Nacional
como del Comité Nacional de Dirección.
66
Practicando un Modelo de Desarrollo
Proyectos:
67
sustentables o de conservación. Estos proyectos deberán aportar en efecti-
vo la misma cantidad que solicitan.
68
Practicando un Modelo de Desarrollo
Arrecifal
El arrecife coralino es el sistema más complejo y diverso del medio marino.
Es el hábitat de miles de especies de casi todos los grupos de organismos
marinos existentes. Su bio-
diversidad es comparable
a la contenida en los bos-
ques tropicales perennifo-
lios. En términos de bio-
masa es el ecosistema más
productivo del planeta.
(Mapa 12)
Los arrecifes coralinos
son ecosistemas frágiles
de muy escasa resilen-
cia. La contaminación la
sobrexplotación de sus
recursos y las actividades
turísticas pueden provocar
desequilibrios importan-
tes y la pérdida de los or-
ganismos que en él habi-
tan, o su desestructuración
y deterioro irreversible. Su
aprovechamiento exige cuidadosas estrategias de conservación y manejo
sustentable.
Los arrecifes poseen además de su valor biológico un alto valor econó-
mico, la pesca y el turismo que se desarrollan en ellos soportan a un grupo
poblacional humano de tamaño considerable. Sin embargo son la pesca
arrecifal y el turismo sus principales amenazas.
69
En particular los arrecifes del Caribe, denominado ahora Arrecife Mesoa-
mericano, es un extraordinario y variado conjunto de ecosistemas, que en
este momento, salvo situaciones puntuales, se encuentran en buen estado
de conservación. El sistema, el segundo más largo del mundo, se desarrolla
a lo largo de las costas de Honduras, Guatemala, Belice y México con una
extensión aproximada de 1,000 Km.
La estrategia del PPD para la conservación del arrecife caribeño se orien-
ta a consolidar las oportunidades de desarrollo sostenible, iniciadas ya por
el Programa Compact, constituyendo las Líneas de Financiamiento Turismo
Alternativo, Pesquerías Sustentables, Investigación y Educación.
El Deltaico - Estuarino
Está presente en las Micro Regiones Llanura costera de Tabasco, Pantanos de
Centla, Laguna de Términos. Siendo estas dos últimas Áreas Naturales Prote-
gidas, Pantanos de Centla bajo la categoría de Reserva de la Biosfera y Lagu-
na de Términos como Área de Protección de Flora y Fauna Silvestre. Contiene
muestras de comunidades vegetales con gran diversidad de formas de vida;
gran riqueza florística con más de 260 especies. Faunísticamente está repre-
sentado por más de 170 especies de vertebrados. El delta del Usumacinta es
considerado el segundo
más importante por su
nivel de descarga en Nor-
te y Centroamérica (Chá-
vez y Trejo, 1994). Forma
parte del sistema de hu-
medales de los estados
de Veracruz y de Campe-
che. (Mapa 11)
El flujo pluvial, y el
arrastre y depósito de
sedimentos asociado, es
la variable crítica para su
existencia. Su disminu-
ción por el control de las
aguas en la cuenca alta con la posible construcción de presas como la hi-
droeléctrica en Boca del Cerro, Tenosique o de represas, puede originar su
desecación.
70
Practicando un Modelo de Desarrollo
71
elaboración o aplicación de Políticas Públicas que eviten la contaminación
con hidrocarburos, la desecación y el depósito masivo de sedimentos.
Lagunar Costero
Las lagunas costeras son un rasgo fisiográfico conspicuo de la Península de
Yucatán. Destacan por su riqueza biológica y su importancia social las rías de
Celestún, de Lagartos y la Laguna Yalahau. De hecho todo el borde norte de
la Península albergó este sistema hídrico derivado la elevación de la platafor-
ma marina que disminuye la velocidad de la corriente costera, permitiendo
el depósito de sedimentos, que después formarán dunas costeras, y el flujo
subterráneo de agua dulce.
El Gran Ecosistema Lagunar Costero definido, contiene una gran varie-
dad de humedales. Destacando los manglares y los pastizales inundables.
Son espacio de alimentación, descanso y reproducción de un elevado nú-
mero de aves residentes y migratorias. Celestún, Uaymitún Ría Lagartos y La-
guna de Yalahau son sitios donde anida, se alimenta y reproduce el flamenco
mexicano. Son también sitio de anidación de tortugas marinas y cocodrilos.
Su vegetación es hábitat de numerosas especies animales endémicas algu-
nas bajo consideraciones de protección especial.
La Duna Costera, que por si misma actúa como sistema, determina la
existencia de las rías en la parte norte de la Península de Yucatán. De hecho
la duna costera es el elemento crítico para la existencia de ellas.
La vegetación que se desarrolla en las dunas costeras que forman el bor-
de litoral de las lagunas costeras, está compuesta principalmente por palmas,
agaves, nopales, matorrales, pastos, bromelias y orquídeas. Está documenta-
da la presencia 360 especies vegetales. Debido a las características del suelo
destacan dos grandes comunidades de vegetación: la llamada pionera y la
de matorrales. La primera crece en la zona de playa y dunas móviles, y la se-
gunda en las dunas internas y fijas. En la región interna, en los bordes laguna-
res, se asocia con manglares y salinas naturales. Algunas especies de palmas
consideradas endémicas de la Península de Yucatán, están amenazadas o en
peligro de extinción.
Contenidas en la superficie definida para este gran ecosistema se en-
cuentran ocho áreas naturales protegidas: la Reserva de la Biosfera Los Pete-
nes, las Reservas de la Biosfera Ría Celestún y Ría Lagartos, Las Reservas Esta-
tales de El Palmar y Bocas de Dzilam, el Área de Protección de Flora y Fauna
Silvestre de Yumbalám y la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an (Mapa 14).
72
Practicando un Modelo de Desarrollo
73
La mayor concentración de poblaciones humanas en la Península se alberga
en dicha área.
Este Gran Ecosistema contiene al Bosque Espinoso, que se localiza en las
áreas de menor humedad (BS0 y BS1), al norte de la Península. La altura del
dosel varía según su composición y acceso al agua subterránea o de super-
ficie, llegando a tener desde 4 hasta 15 metros de altura. Sus comunidades
pierden casi totalmente las hojas durante cuatro meses del año. Es difícil de-
limitarlo ya que se encuentra en manchones que se transforman paulatina-
mente en bosque tropical caducifolio, matorral o pastizal. En los últimos años
su destrucción ha sido acelerada al ser utilizado para el ramoneo de ganado,
en ocasiones a la vera misma de las rías.
Desde el inicio del Programa se han financiado iniciativas comunita-
rias para restaurar la cubierta vegetal, el desarrollo de la apicultura, tanto de
abejas autóctonas como europeas, las artesanías y prácticas alternativas de
agricultura. No obstante el gran número de proyectos financiados, el mayor
impacto en la conservación y el desarrollo, se ha logrado con las recientes
actividades orientadas a la producción de miel orgánica.
La estrategia de conservación y desarrollo del PPD en este Gran Ecosiste-
ma, es la consolidación de las actividades apícolas ya financiadas, mediante
la constitución de una Línea de Financiamiento específica para este pertur-
bado ecosistema, que se vincule con una Línea de Financiamiento Agrícola
y Agroforestal, dedicada a la sedentarización de dichas actividades, al uso de
energías renovables y a evitar la emisión a la atmósfera de gases que produ-
cen efecto de invernadero.
74
Practicando un Modelo de Desarrollo
Las concesiones forestales del Siglo XIX, que mantuvieron más de cien
años actividades forestales puramente extractivas en grandes superficies y
la sustitución de la cubierta vegetal por praderas artificiales, fragmentaron el
Bosque Tropical Subcaducifolio del noreste de la Península.
En el área sur sureste de su ubicación original se encuentra localizada
la llamada Zona Maya de los estados de Yucatán y Quintana Roo. Ahí, gran
parte del área originalmente ocupada por esta asociación vegetal, es usada
por las comunidades, no únicamente mayas, para las actividades agrícolas
tradicionales a base de roza – tumba – quema. También algunas especies de
árboles son usadas con fines maderables.
El continuo de mayor importancia se encuentra en el área suroeste de su
distribución original. Para su conservación y aprovechamiento para el desa-
rrollo sustentable de las comunidades, la estrategia del PPD es la consolida-
ción de las actividades productivas ya financiadas mediante la constitución
de las Líneas de Financiamiento Apícola Orgánica, Forestal Certificada (inclu-
yendo manejo y aprovechamiento de flora y fauna silvestres), Agroforestal e
Integración Productiva. Esta última orientada principalmente hacia la elabo-
ración de Políticas Públicas que preserven la continuidad de la cubierta vege-
tal, mediante la coinversión para el establecimiento de cadenas productivas
y enlaces biológicos y espaciales, entre los sitios donde la fragmentación es
una amenaza inmediata.
75
tener un estrato arbustivo y un estrato herbáceo compuesto por plántulas e
individuos jóvenes de las especies arbóreas. Los arboles dominantes en son
el, Manilkara zapota (zapote), Bursera simaruba (chacáh), Brosium alicastrum
(ramón), Metopium brownei (chechem negro), Vitex gaumeri (ya’xnik), Pisci-
dia comunnis (habin), Swetenia macrophylla (caoba).
76
Practicando un Modelo de Desarrollo
La fauna
La fauna es de notable diversidad en congruencia con la variedad de hábitats
existentes. Entre los mamíferos destacan 5 especies de felinos neotropicales,
otros mamíferos importantes como el tapir, saraguato, venado cola blanca,
temazate, jabalí de labios blancos, jabalí de collar, tepescuintle, sereque, taira,
oso hormiguero, mico de noche. Se estima la presencia de mas de 320 espe-
cies de aves entre residentes y migratorias. En cuanto a herpetofauna, está
compuesta por un mínimo de 60 especies, 17 anfibios y 43 reptiles
Amenazas
La expansión continua de la frontera agrícola, para la producción de auto-
consumo mediante desmonte y quema, para la producción comercial de
chile jalapeño, cítricos y caña de azúcar. En las áreas mecanizadas con riego
se cultiva el sorgo, maíz, frijol, cacahuate y hortalizas. Existen huertos frutíco-
las dedicados principalmente al cultivo de naranja dulce y plátano. También,
la expansión intermitente de la frontera pecuaria, el fomento de praderas e
infraestructura ganadera ha elevado el inventario ganadero a aproximada-
mente 9,000 cabezas de bovino. Existen granjas de cerdos con un inventario
de alrededor de 21,000 individuos. A nivel familiar se crían borregos y aves
destinados a la producción de carne.
Las actividades forestales selectivas. En 1997 se reportó que la región
producía el 30% de la maderas preciosas y el 23% de maderas duras tropica-
les. Existen 16 centros de almacenamiento y transformación de la madera y
buena parte de la producción se destina a la exportación. La producción de
madera se centra principalmente en la caoba, aunque actualmente debido a
que existe un mercado potencial y los volúmenes de caoba han disminuido
empieza a diversificarse la producción hacia otras especies de maderas de-
nominadas duras y blandas.
Estrategia
El continuo de mayor importancia se encuentra en el área comprendida en-
tre las Reservas de la Biosfera de Sian Ka’an y Calakmul. Para su conservación
y aprovechamiento para el desarrollo sustentable de las comunidades, la es-
trategia del PPD es la consolidación de las actividades productivas ya finan-
ciadas mediante la constitución de las Líneas de Financiamiento Apícola Or-
gánica, Forestal Certificada (incluyendo manejo y aprovechamiento de flora
y fauna silvestres), Agroforestal, Integración Productiva, Turismo Alternativo
77
(incluyendo el aprovechamiento utilitario de las zonas arqueológicas), In-
vestigación y Conservación. Esta última orientada principalmente hacia la
elaboración de Políticas Públicas que eviten el crecimiento de la frontera
agrícola y pecuaria.
Antecedentes
El 23 de mayo de 2001, más de 120 países -incluyendo a México- participaron
en la firma protocolaria de un nuevo instrumento internacional vinculante
denominado la Convención de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Per-
sistentes (COPs). Los COPs incluyen pesticidas, productos químicos industria-
les y productos no deseados de procesos industriales y/o de combustión.
Como se detalla a continuación, los COPs son caracterizados por su persis-
tencia, potencial de bio-acumulación y su potencial de manifestarse a gran-
des distancias de su punto de origen. La Convención busca la manera de
eliminar su uso para proteger la salud humana, la integridad de los ecosiste-
mas terrestres, marinos y de agua dulce, así como la fauna silvestre afectada
78
Practicando un Modelo de Desarrollo
por los COPs. El compromiso mexicano ante la Convención fue ratificado por
el Senado el 10 de febrero de 2003, y la Convención entró en vigor el 17 de
mayo de 2004.
La Convención de Estocolmo identifica doce sustancias como Conta-
minantes Orgánicos Persistentes (COPs): aldrin, bifénilos policlorados (PCB),
clordano, DDT, dieldrina, dioxinas, endrina, furanos, heptacloro, hexacloro-
benceno, mirex y toxafeno32.
Salud humana
Los efectos nocivos33 en la salud humana y en el entorno ambiental que ge-
neran los COPs están ampliamente documentados, sin embargo se descono-
ce en gran medida los impactos socio-económicos y culturales de los COPs
en poblaciones marginadas tanto en el entorno urbano como rural. De ma-
nera particular, las poblaciones rurales están expuestas a un uso inadecuado/
desmesurado de plaguicidas COPs en el sector agrícola, y el uso ilegal y ex-
tensivo de COPs para el control de vectores de dengue y malaria (entre ellos
DDT), mientras que poblaciones urbanas están expuestas a COPs emitidos
por vertederos y basureros no confinados.
En adición a las poblaciones femenil e infantil, que se demuestran es-
pecialmente sensibles a los impactos de los COPs en la salud humana, gru-
pos como campesinos, cazadores y pescadores de subsistencia, albañiles y
otros trabajadores tiendan a correr mayor riesgo en contaminarse a través
de los COPs34.
32
Además ha establecido disposiciones para la identificación e inclusión de nuevos COPs que cum-
plan con los siguientes parámetros: Producidos y/o emitidos al entorno por actividades humanas. Po-
tencial para impactar negativamente en la salud humana y/o al medio ambiente a raíz de su liberación.
Vida larga en el ambiente y dificultad en su descomposición una vez liberados en el aire, agua, suelo,
sedimentos y/o biota. Concentración preocupante en el medio ambiente en donde especies arriba en
la cadena de alimentos acumulan COPs al ingerir organismos y especies expuestos a COPs. Caracteri-
zados por su capacidad de trasladarse a grandes distancias.
Dentro de los efectos nocivos arriba mencionados se encuentran: Cánceres y tumores en sitios
33
están expuestas a los impactos de los COPs que se manifiesten en: Fallas reproductivas y mermas en
población. Sistemas hormonales disfuncionales. Feminización de machos y masculinización de hembras.
Fallas en el sistema inmunológico. Mermas en comportamiento. Tumores y cánceres. Defectos genéticos.
79
Estrategia del Fondo para el Medio Ambiente Mundial
En apoyo a los principios de la Convención de Estocolmo, y en función de su
calidad de mecanismo financiero de la Convención de Diversidad Biológica,
en 2002 el Consejo del FMAM aprobó el Programa Operativo 14 sobre COPs,
que tiene el objetivo de proveer asistencia incremental a países elegibles para
la reducción y eliminación de liberaciones de los COPs al medio ambiente.
El apoyo de GEF se hace operacional en acciones de desarrollo de capa-
cidades, la instrumentación de proyectos demostrativos y la investigación
dirigida, con los siguientes resultados esperados: Incrementar la capacidad
institucional y humana para la gestión y manejo de COPs; fortalecer los
marcos regulatorios y de planificación para facilitar una gestión adecua-
da de los COPs; acelerar el proceso de sustitución de COPs dedicados al
control de vectores, control de plagas y de producción, provisión amplia
de alternativas adecuadas para los países en vías de desarrollo y manejo
adecuado y/o disposición final de inventarios de COPs y de residuos que
contengan COPs.
Contexto nacional
La SEMARNAT inició en 2005 un programa de trabajo con el FMAM bajo la
modalidad de actividades habilitadoras a través del Banco Mundial como
agencia instrumentadora y la Comisión de Cooperación Ambiental como
agencia de ejecución, mismo que contempla:
• Evaluación de inventarios de COPs, así como de la infraestructura
existente y la capacidad institucional para el manejo de los mismos.
• Identificación de prioridades nacionales acerca de los COPs, y la
identificación de los objetivos del Plan Nacional de Instrumentación
del Protocolo de Estocolmo.
• Integración de un borrador del Plan Nacional de Instrumentación.
• Desarrollo de una estrategia de comunicación
• Adopción del Plan Nacional de Instrumentación
80
Practicando un Modelo de Desarrollo
Estrategia PPD-México
Los nexos entre pobreza, el medio ambiente, los recursos naturales, la agen-
da de desarrollo y la seguridad humana están bien definidos y normalmente
se expresan en las poblaciones de mayor marginación que coinciden por
lo general con procesos de degradación ambiental acentuados. La relación
sociedad naturaleza existente en este contexto, se manifiesta en variables de
importancia para el ambiente global:
• Reduciendo la biodiversidad por implantación de agro ecosistemas,
plantaciones y praderas ganaderas, o por la sobre explotación de los
recursos costeros.
• Incrementando la temperatura atmosférica mediante la emisión de
gases que producen efecto de invernadero, al quemar la cubierta
vegetal en preparación de los campos de uso agrícola o pecuario.
• Emitiendo contaminantes, principalmente originados por la indus-
tria petrolera, o sedimentos en el flujo de las corrientes pluviales y
marinas.
81
En este sentido, la 3ª Adecuación de la Estrategia Mexicana para el PPD
busca incrementar la congruencia de la cartera de proyectos con el Fondo
para el Medio Ambiente Mundial a través de las siguientes acciones:
• Diseño de un proceso de acompañamiento paralelo a las convo-
catorias con el fin de difundir la Estrategia del PPD y los Programas
Operacionales del FMAM.
• Lograr que los proyectos correspondan estrictamente a los criterios,
estrategia y programas operativos del FMAM, incluyendo los nuevos
Programas Operacionales de Agro-biodiversidad, COPs y Degrada-
ción de Suelos. Para lograrlo se establecerán líneas de actividad que
correspondan de manera real a las amenazas al ambiente global.
• Ampliar la visión del Programa, pensando tanto en términos me-
diatos como inmediatos. Para lograrlo, los proyectos deben ser di-
señados para vincularse entre si, en la lógica de los grandes ecosis-
temas, o estableciendo su congruencia con las líneas de actividad
que ofrezcan perspectivas a más largo plazo al lograrse una escala
mayor de producción y mejores posibilidades de vincularse con el
mercado.
• Impulsar la formulación y ejecución de proyectos que rescaten
aquellos saberes locales que permitan a las comunidades participar,
de mejor manera, en la conservación del ambiente global.
Por todo ello, la estrategia del PPD México en materia de COPs no requi-
rió de cambios en el documento rector aprobado por el PPD y su Comité Na-
cional (3ª Adecuación), concentrándose inter alia en las siguientes acciones
y actividades:
Protección de acuíferos y cuerpos de agua dulce y marina, así como las poblaciones
más expuestas a cambios en ésta (mujeres y niñas)
Tres de los siete grandes ecosistemas de referencia para la estrategia del PPD
en México corresponden a cuerpos de agua: Arrecifal, Deltáico estuarino y
Lagunar costero. Adicionalmente, los Programas Operacionales del FMAM y
sus enfoques estratégicos incluyen cuerpos de agua dulce y aguas subterrá-
neas, factor de alta importancia en la Península de Yucatán por su hidrografía
particular. Las acciones propuestas por parte del PPD para estos grandes eco-
sistemas incluyen la promoción de Acuacultura Sustentable en su capítulo
8.1, cuyos proyectos se integrarían a partir de la planificación integral del uso
82
Practicando un Modelo de Desarrollo
Capacitar a los socios del PPD (campesinos, ONG, comunidades, entidades municipa-
les) en el tema de COPs
En función del capítulo 9.3.4 sobre fortalecimiento institucional, especiali-
zación y gestión municipal, el PPD apoyará actividades encaminadas a for-
talecer las organizaciones de base, su personal técnico así como cuadros
gubernamentales a nivel municipal en la asimilación de conocimientos téc-
nicos del ámbito FMAM. De manera particular, se buscará reforzar la capaci-
dad local para identificar oportunidades de proyectos en materia de COPs,
83
así como la capacidad local para participar activamente en el diálogo sobre
COPs a los tres niveles de gobierno. Adicionalmente, el PPD buscará realizar
diagnósticos de los inventarios de COPs con la participación de la base co-
munitaria, así como identificar los riesgos potenciales asociados a los COPs
en los grandes ecosistemas arriba mencionados.
Acciones
Mediante los instrumentos apropiados el PPD en México difundirá entre las
comunidades:
El significado del concepto Contaminante Orgánico Persistente.
El significado de Docena Sucia: aldrin, bifénilos policlorados (PCB), clor-
dano, DDT, dieldrina, dioxinas, endrina, furanos, heptacloro, hexaclorobence-
no, mirex y toxafeno; y las implicaciones y riesgos que tiene su uso en la salud
de las personas y en la conservación del hábitat humano y silvestre.
Las formas de identificar las existencias, productos, artículos que son de
uso cotidiano de las comunidades y de los residuos que contengan o estén
contaminados con COPs.
El significado y avances del Instituto Nacional de Ecología36 y Cambio
Climático y la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental de la SE-
MARNAT en la definición y aplicación del Plan Nacional de Implementación
de la Convención de Estocolmo.
Los avances en la conformación de la base de datos de existencias y usos
de COPs en las comunidades.
El PPD en México estimulará el diseño y ejecución de proyectos por las
Organizaciones de Base Comunitaria y las Organizaciones no Gubernamen-
tales que enfrenten la presencia actual de COPs en los grandes ecosistemas
peninsulares, para lograr su eliminación tanto del hábitat silvestre como del
humano. Asimismo, apoyará una propuesta de política regional para la Pe-
nínsula de Yucatán y la Llanura Costera de Tabasco, en materia de sustancias y
preparados químicos cuyo objetivo fundamental sea el desarrollo sostenible.
El Programa además de propiciar la difusión de las prácticas estratégicas
que han mostrado ser las más adecuadas para la disminución, sustitución
o eliminación de COPs, incorporará a técnicos y científicos de la región en
el proceso de diseño, selección y evaluación de proyectos orientados a la
reducción, sustitución y eliminación de los COPs.
84
Practicando un Modelo de Desarrollo
85
Practicando un Modelo de Desarrollo
Líneas de Financiamiento
para la Conservación de Grandes Ecosistemas
Acuacultura y Pesca Sustentables
Antecedente
El 10% de las proteínas animales de la alimentación humana y el 1.3% de
su alimentación global provienen de los mares. La creciente demanda de
alimentos para satisfacer las necesidades alimenticias de una población cer-
cana a los seis mil millones de habitantes, requiere de alternativas de cultivo
tanto terrestres como acuícolas.
La captura oceánica tradicional se ha estabilizado desde hace algunos
años en un monto cercano a los 81 millones de toneladas dejando atrás un
período de casi cien años, durante el cual se incremento 77% (Tabla 1). Sin
embargo, las reservas pesqueras sugieren un límite de 100 millones de tone-
ladas para los recursos de la pesca tradicional.
Este escaso margen
de 15 millones de tonela-
das se mantiene tanto por
la elevación del costo de
los energéticos, que antes
de 1974 representaba el
10 % del precio del pesca-
do y ahora el 35 %; como
por el descenso de la pro-
ductividad por embarca-
ción37. (Figura 10)
En el caso de México
la captura anual se incre-
mento de 1.26 millones
de toneladas en 1994, a
1.57 el 24.65% en 1997,
para después descender
y estabilizarse en valores
World Resources Institute (WRI), 2002: World Resources 2000 - 2001 Marine and Freshwater Cat-
37
87
cercanos a 1.4 millones de toneladas. Sin embargo la productividad por em-
barcación ha decrecido de 19.88 toneladas en 1996 a 13.19 en el año 200038.
En la Península de Yucatán el decrecimiento de la productividad pesque-
ra es aun más severo que a nivel nacional: Campeche descendió de 21 a 7.71
toneladas por embarcación de 1994 al 2000. Quintana Roo de 8.79 a 3.71 y
Yucatán de 20.37 a 6.65, en el mismo período. (Figura 11)
88
Practicando un Modelo de Desarrollo
89
ha ocurrido con la agricultura y la pesca intensivas, la creciente demanda
mundial de productos acuícolas, ha inducido el desarrollo de tecnologías
y sistemas de producción que incrementan de manera acelerada la escala
e intensidad de operación, hasta sobrepasar la capacidad de carga del am-
biente que los sustenta. La granjas acuícolas intensivas han empobrecido y
erosionado suelos, reducido el inventario genético, causado transfaunación
y son grandes los fracasos en las cosechas.
La pesca intensiva ha sobre
explotado los cardúmenes pro-
vocando el decaimiento de varias
pesquerías de gran importancia
por el número de personas que
de ellas se abastecen, e incluso
han producido el deterioro de
ecosistemas marinos enteros.
Ahora, la acuacultura intensiva va
en la misma dirección.
Algas, moluscos, peces y
crustáceos han sido los grupos
típicos de uso acuícola, sin em-
bargo por el interés comercial o
conservacionista se ha iniciado el
uso acuícola de reptiles acuáticos
y anfibios.
En el año 2000, según datos
del World Resources Institute39,
la producción acuícola mundial
alcanzó más de 35 millones de
toneladas, el triple de 1984, co-
rrespondiendo al 44.5% de la pro-
ducción pesquera.
Este desarrollo de la acuacultura, insistentemente anunciado como
una solución al crecimiento de las necesidades alimentarias del mundo, se
ha orientado a la producción de especies de alto valor comercial, privile-
giando la exportación sobre el consumo local. No obstante, más del 85% de
World Resources Institue 2002, World aquaculture production by inland and marine waters
39
90
Practicando un Modelo de Desarrollo
Hagler M. 1997
40
91
Un aspecto relacionado a este impacto ecológico, es la amenaza a las
pesquerías del mundo derivada de la naturaleza carnívora de las principales
especies de la acuacultura comercial: el camarón y el salmón. El suplemen-
to alimenticio se basa en pescado que asemeja la composición de la comi-
da natural de peces carnívoros y crustáceos y es el medio más simple para
ofrecer los requisitos nutricionales diarios. Con ello las especies cultivadas
dependerán en el futuro de dicho alimento e incrementarán su exigencia
pesquera.
Actualmente aproximadamente 35 millones de toneladas la captura
oceánica mundial, aproximadamente el 40% del total, son convertidos en ha-
rina de pescado, aceite y otros productos no alimenticios. La acuacultura uti-
lizó en 1988 el 10% de la captura total y para 1995 ese uso alcanzó el 15%. Se
calcula que en el presente que la porción de la captura global dedicada a la
producción de insumos para la acuacultura es de entre 20 y 25%. (Figura 12)
La perturbación de los cardúmenes derivada particularmente del culti-
vo del camarón es particularmente grande. La biomasa capturada mediante
barcos con artes de pesca de la malla sumamente pequeña tiene el solo
propósito de convertirle en harina de pescado, amenazando la seguridad
alimentaria de centenares de millones de personas.
En América Latina es alarmante la creciente destrucción masiva de man-
glares causada por la producción acuícola, en especial en el caso de Ecuador,
segundo productor mundial. En este país el cultivo del camarón empezó en
1968 y para 1988 ya se había destruido el 20% de mangle y el 80% de los
pantanos salobres existentes. Un total de más de 40,000 hectáreas de cada
sistema ecológico.
Los manglares son uno de los ecosistemas más productivos y desempe-
ñan un papel fundamental en las cadenas tróficas marinas y costeras. La con-
versión masiva de los manglares en estanques y viveros a fin de aumentar las
exportaciones, pone en peligro la propia acuacultura, ya que el manglar es el
semillero primario del camarón.
La eliminación del manglar equivale a la destrucción del hábitat natural
del cual se obtienen los individuos juveniles para su desarrollo en viveros. Al
carecer de individuos silvestres, se inicia introducción de especies exóticas y
con ellas el riesgo de transfaunación y competencia con las especies autóc-
tonas contribuyendo a su desaparición.
El Sistema de las Naciones Unidas, a través de la Organización para la
Agricultura y la Alimentación emitió un Código de Conducta para la Pesca
92
Practicando un Modelo de Desarrollo
93
En la Península de Yucatán los mayas mantenían y engordaban en cenotes al
peje sapo y al peje lagarto (Palomo y Arriaga, 1993).
Como consecuencia de las formas coloniales introducidas por los espa-
ñoles, la experiencia autóctona se perdió y durante todo el periodo histórico
posterior a la conquista y hasta después de la Revolución Mexicana, fueron
pocas las experiencias acuiculturales. Sin embargo, destacan entre ellas los
cultivos de madreperla en Baja California Sur
En México existen 136
especies con potencial de
cultivo, de ellas se aprove-
chan 57. En el caso espe-
cífico del camarón, existen
en el Pacífico 64 especies
de interés comercial y en el
Golfo de México 17.
Durante la década de
los años cincuenta del siglo
pasado, se inició el impulso
de la acuacultura extensi-
va. En la década siguiente
se crearon diversos orga-
nismos gubernamentales
orientados a fomentarla.
Destacan la propagación
de la carpa en el altiplano,
las primeras granjas de pro-
ducción de bagre en Sina-
loa y de camarón azul en
Sonora y la fatídica difusión
de la tilapia por todo el país. La Tabla 3 muestra en qué medida la acuacultura
en México contribuye en la producción de recursos pesqueros.
No obstante la Dirección General de Acuacultura de la entonces SEMAR-
NAP se propuso en su Programa de pesca y acuacultura 1995-2000, un incre-
mento de 76 mil toneladas para dicho periodo, que representaba el 44.7%,
tan sólo logró incrementar la producción acuícola en 10.28%. Contribuyendo
en mayor medida el incremento en 182.62% de la camaronicultura que pasó
de producir 11,846 toneladas en 1993, a 33,480 toneladas en el año 2000.
94
Practicando un Modelo de Desarrollo
La Acuacultura en el Programa
Durante la Fase Piloto se financiaron tres proyectos destinados a la capaci-
tación de los pescadores de las áreas protegidas de Celestún y Ría Lagartos
que, sin embargo, no produjeron el efecto organizativo y conservacionista
que de ellos se esperaba. Posteriormente, después de reflexionar acerca del
fracaso de los proyectos de capacitación acuícola y acerca del impacto que
las pesquerías y la acuacultura intensivas, descritas en los apartados anterio-
res, están teniendo sobre las condiciones ambientales y sociales de la costa
peninsular, el Programa de Pequeñas Donaciones definió en su Estrategia
Mexicana para la Segunda Fase Operativa los elementos necesarios para in-
crementar la capacidad comunitaria para conservar la biodiversidad median-
te actividades sostenibles que permitan el mejoramiento de las condiciones
de vida de las comunidades. De entre dichas actividades destaca la promo-
ción de proyectos agrícolas y piscícolas con especies autóctonas.
95
Valorando el papel que el Programa de Pequeñas Donaciones puede
desempeñar para generar sistemas acuaculturales sustentables los proyec-
tos acuícolas deben:
• Corresponder a programas micro regionales de desarrollo sustentable.
• Privilegiar el aprovechamiento de las condiciones naturales para de-
sarrollar actividades extensivas y utilizar formas de cultivo de escaso
u nulo impacto.
• Cultivar solamente especies autóctonas sin modificación genética.
• Colectar larvas o reproductores sin afectar la biodiversidad.
• Generar alternativas de trabajo y auto empleo para las poblaciones
pesqueras.
• Asegurar que los pescadores y la comunidades costeras, junto con
sus recursos comunitarios, no sean adversamente afectados por la
actividad acuícola.
• Evaluar continuamente el impacto ambiental y social de las activi-
dades acuícolas.
• Proteger los manglares, humedales y áreas costeras ecológicamen-
te sensibles.
• Evitar el uso de compuestos tóxicos y bioacumulables.
• Evitar las descargas de desechos orgánicos.
• Desarrollar y consolidar empresas acuícolas sociales con sistemas
productivos de bajo o nulo impacto ambiental, logrando que ope-
ren bajo un estricto control en el uso racional de los recursos, así
como de las emisiones que vierten al entorno.
96
Practicando un Modelo de Desarrollo
97
• Rescatar germoplasma de especies agrícolas y forestales locales re-
levantes para la cultura agrícola regional.
• Rescatar las prácticas sustentables de agricultura y agroforestería
que han existido en las comunidades y que por el momento se han
abandonado.
Apicultura Orgánica
Suarez Molina reporta la publicación en 1848 de un tratado de apicultura redactado por Basilio
43
Ramírez, oriundo de Yucatán. La primera introducción sistemática de la apicultura fue promovida por
Salvador Alvarado en la segunda década de este siglo. En 1936 se funda la sociedad Apicultores de
Yucatán. En 1943 se estableció, por iniciativa gubernamental, Fomento de Yucatán que incluyó en sus
actividades el fomento apícola otorgando para ello créditos. Para 1950 Yucatán exporta 3,625 tonela-
das, desde el Puerto de progreso.
98
Practicando un Modelo de Desarrollo
99
campesinas financiar localmente la producción de miel. Ello los ha hecho de-
pendientes de las comercializadoras particulares y sus intermediarios. Por tal
motivo, uno de los principales esfuerzos debe dedicarse a la transformación
de la actividad para llegar a la producción de miel orgánica, que además de
proteger 67 hectáreas de bosque por apiario con 50 colonias, participa en un
mercado que no está dominado por la intermediación tradicional y en él se
expresan los valores del Mercado Justo.
Por otra parte si bien los productores han sido capaces de adaptarse téc-
nica y organizativamente a la invasión de abejas africanizadas, la actividad
apícola ha sufrido el impacto genético de estos enjambres y de los ácaros
que los parasitan. También como condicionante del desarrollo apícola ac-
túan los eventos atmosféricos y climáticos, que eventualmente se abaten
sobre la Península, causando la destrucción de los apiarios y disminuyendo
el volumen de las cosechas. En particular, la apicultura fue fuertemente afec-
tada por el huracán Isidoro perdiéndose en algunos casos hasta el 70% de la
capacidad instalada.
Como podrá entenderse, la selección de la apicultura como actividad
disparadora de un proceso de desarrollo mediante el manejo integral de los
recursos naturales, requiere de atender a las colonias existentes, mejorándo-
las genéticamente y controlando sus parasitosis, y apoyar a los productores
mediante capacitación, organización de la producción y comercialización a
mediano y largo plazo. La tabla adjunta muestra las características principales
de las organizaciones apícolas vinculadas al Programa de Pequeñas Donacio-
nes. (Tabla 4)
La crisis provocada por Isidoro, la proliferación de la varroasis y la pers-
pectiva de incremento del precio de la miel peninsular, ha creado las condi-
ciones para acelerar la conversión de la apicultura tradicional en producción
de miel orgánica para la exportación. Los mercados extranjeros, principal-
mente los europeos requieren de productos de calidad certificada, ofrecien-
do estabilidad, crecimiento y mejores precios.
El suministro de miel a este mercado exige un alto grado de responsabili-
dad comercial por parte de las organizaciones que encaran este negocio. Por
ello el proyecto aquí descrito está destinado a forjar alianzas entre las orga-
nizaciones micro regionales que han demostrado seriedad comercial y que
posean una administración democrática, honesta y transparente al servicio y
en beneficio de sus socios.
100
Practicando un Modelo de Desarrollo
46
Kabi-tah (Chenes, Campeche), Chilam-Kaboob (Carrillo Puerto, QR), Kabi-jabín (Poniente de Baca-
lar, QR).
101
Para lograr la consolidación de la actividad, en las cinco micro regiones
donde la apicultura es importante, se financia:
• La producción de miel orgánica, tanto para incrementar el número
de colonias hasta alcanzar un media de 50 por apicultor, como para
establecer centros de acopio autónomos que favorezcan la capita-
lización de las organizaciones de base y la creación mediante cofi-
nanciamiento de fondos de acopio.
• La capacitación y la asistencia técnica para lograr la certificación
orgánica de la miel producida por nuevos grupos de apicultores,
incrementará el área bajo conservación y las condiciones de vida de
sus familias.
• Nuevos proyectos de inversión que incrementen la capacidad pro-
ductiva de las organizaciones apícolas vinculadas al Programa.
• La integración productiva de las organizaciones apícolas con las no
apícolas para la producción de equipo apícola, que cumpla con las
normas de certificación orgánica y a la producción de reinas y todos
los diversos insumos que la actividad requiere.
Conservación
102
Practicando un Modelo de Desarrollo
Turismo Alternativo
47
La Línea de Financiamiento Turismo Alternativo se diseñó para apoyar propuestas iniciales de: Ca-
pacitación, entrenamiento y construcción de infraestructura. Creación de circuitos, presentadas por
tres o mas de grupos que ya operan de manera eficiente y sustentable. Desarrollo de productos y
su mercadeo. Planificación de las actividades y el desarrollo de políticas públicas que desde el nivel
municipal hasta el federal, respalden las iniciativas de las organizaciones. Definición de las normas y re-
gulaciones de la actividad, derivadas del conocimiento tanto de la demanda como de la capacidad de
carga. Evaluación del impacto social y ambiental de los proyectos financiados, incluyendo la definición
de las líneas de base y los indicadores adecuados para ello.
103
Campeche la demanda estacional es alta y la ausencia de competidores ha
permitido el crecimiento económico del grupo financiado por el Programa.
Investigación y Educación
104
Practicando un Modelo de Desarrollo
Forestal Sustentable
105
tropical, producción de planta, plantaciones agroforestales y protección fo-
restal. Así como métodos y técnicas para organización de empresas sociales,
administración de empresas, contabilidad de costos y clasificación de madera
en rollo y aserrada.
106
Practicando un Modelo de Desarrollo
107
proyectos se prevé mezclas de recursos de fondos públicos con créditos y
apoyo de fundaciones para la asistencia técnica.
108
Practicando un Modelo de Desarrollo
Líneas Transversales
Presentación
109
organizaciones lo impulsen, cada línea transversal tenga vida propia
a través de proyectos, eventos, espacios de organización y análisis,
etc. Desde las líneas transversales de integración regional, capaci-
dades locales, políticas públicas y autogestión, se podrá fortalecer
a redes, empresas integradoras, comercializadoras, etc., que apoyen
a las organizaciones locales y contribuyan a enfrentar los retos de
escalamiento e impacto que se ha puesto el PPD para esta etapa.
• Elevar la calidad de nuestras acciones, reduciendo o eliminando los
efectos negativos que los proyectos puedan tener en la cultura, las
instituciones locales, la situación de las mujeres y las personas de la
tercera edad. En especial las líneas transversales de identidad étnica,
equidad genérica, ética ambiental y capacidades locales, traerán a
la agenda del PPD las necesidades de sectores poblacionales nor-
malmente marginados y ayudarán a nivel local y regional a que se
desarrollen y ejerzan plenamente sus derechos.
Antecedentes
El acompañamiento y la asistencia técnica han formado parte esencial de la
estrategia del PPD desde sus inicios. El avance y crecimiento del programa
han permitido observar una serie de fortalezas y debilidades que es impor-
tante tomar en cuenta en la nueva estrategia.
Así, el acompañamiento y la asistencia técnica han permitido a los gru-
pos mejorar la calidad de sus proyectos a través de la intervención de dife-
rentes actores, como los GATOB, las organizaciones pivote, los expertos de
centros de investigación, las universidades, otras ONGS y la propia coordi-
nación del programa. Todos ellos han contribuido de diferentes maneras a
lograr el éxito de un buen número de proyectos. Este proceso ha permitido,
110
Practicando un Modelo de Desarrollo
Relevancia
El acompañamiento y la asistencia técnica adquieren una importancia mayor
en la actualidad, en la medida en que los proyectos han ido adquiriendo di-
mensiones mayores en cantidad y calidad. La asistencia técnica a los grupos
que tienen proyectos o que piensan presentar alguno se hace indispensable
para lograr procesos de formación que les permitan fortalecer sus capacida-
des locales.
De acuerdo a la consulta realizada, existe una gran diversidad de reque-
rimientos de capacitación, los que incluyen desde aspectos como la produc-
ción sustentable, planeación, administración y comercialización, hasta otros
tales como la gestión municipal, la negociación y el manejo de conflictos.
Esto muestra el nivel de madurez del programa y sus proyectos, al poder
mostrar con claridad las carencias formativas y la capacidad de entenderlas y
demandar su atención49.
Antecedentes
Con la búsqueda de procesos que fortalezcan la democracia de base y la au-
togestión, el tema del fortalecimiento de las capacidades locales ha venido
tomando una relevancia importante, al grado de convertirse en una línea
transversal que debe ser tomada en cuenta en cada proyecto que se elabore.
49
En la Estrategia el PPD se establece una serie de líneas de capacitación que se resumen de la
siguiente manera: Aspectos vinculados al PPD: elaboración de formularios, administración de los recur-
sos, etc. Aspectos vinculados con el fortalecimiento institucional: planeación estratégica, negociación
y resolución de conflictos. Aspectos vinculados con la producción: producción, comercialización, mer-
cadotecnia, crédito, etc. Aspectos específicos: de acuerdo a cada proyecto.
111
El fortalecimiento de las capacidades locales puede ser analizado des-
de varias dimensiones, que van desde el fortalecimiento de la vida orgánica
hasta la capacidad de desarrollar habilidades de interlocución y negociación
con agentes externos.
Actualmente, la dimensión y madurez de muchos proyectos y grupos
estimula a generar propuestas desde el PPD para fomentar el fortalecimien-
to de las capacidades locales, promoviendo la transferencia de información,
conocimientos y capacidades que sean apropiadas y apropiables para los
grupos.
Varios de los grupos financiados han realizado, con una importante
coparticipación de otros donantes, proyectos de formación y capacitación
formal para promotores/as y dirigentes. Por primera vez en esta década, los
procesos educativos han entrado en el ámbito de las currículas formales y
escolarizadas, consiguiendo incluso el reconocimiento de universidades de
prestigio nacional. Muchos de estos programas han logrado relacionarse
fuertemente, por un lado, con los diagnósticos y planes de desarrollo de una
o más micro regiones, y por el otro, con valores, conocimientos y prácticas
culturales locales. Esto los ha hecho más relevantes para los educandos, y
más endógenos.
Relevancia
La trascendencia y dimensión de los proyectos que actualmente son finan-
ciados por el PPD plantean el reto de lograr que los aprendizajes, experiencias
y logros queden plenamente en manos de las organizaciones promoventes.
Si bien es claro que, en muchos casos, las organizaciones necesitan de
apoyos externos para cubrir ciertos aspectos de sus proyectos, la tenden-
cia se orienta hacia que cada día las capacidades locales deben fortalecerse
como una vía para lograr la autonomía y autogestión de las organizaciones.
Esto, además de permitir que los grupos tengan el conocimiento y las
habilidades de manera permanente, evitando dependencias innecesarias
con agentes externos, les permite también el poderse plantear objetivos y
propuestas a más largo plazo, que incluyen la posibilidad de influenciar en la
planeación micro regional y municipal, lo que los convierte en interlocutores
válidos ante el gobierno. Asimismo, esto abre la posibilidad de interactuar
con otras organizaciones similares, ya no solamente en el plano del intercam-
bio de experiencias sino también en el de asistencia técnica y la promoción
de proyectos conjuntos.
112
Practicando un Modelo de Desarrollo
Democracia y autogestión
Antecedentes
El PPD ha planteado, desde la primera estrategia, la importancia de la de-
mocracia de base como una estrategia central para el fortalecimiento de las
organizaciones vinculadas al programa y el logro del éxito de los proyectos
que se han propuesto. Durante el desarrollo del programa, la evaluación y
la adecuación del mismo ha estado sujeto a un amplio proceso de consulta
desde los propios proyectos lo que poco a poco le ha dado características
mas participativas y democráticas al programa.
A partir de ello se ha iniciado la discusión para entender, por un lado, la
manera en que el programa puede ser apropiado por los grupos y, por otro,
cómo los grupos en su interior se tienen que fortalecer de tal manera que se
fomenten procesos autogestivos que los hagan más autónomos en sus de-
cisiones, en la administración de sus recursos y en la elaboración y ejecución
de sus proyectos.
Relevancia
Históricamente, la dependencia de las organizaciones, principalmente las de
base, hacia otras instancias tales como gobierno y ONGs, ha sido grande y
de una u otra manera ha adquirido diferentes formas de relación que no
siempre han sido positivas. El paternalismo y el clientelismo son ejemplos de
este tipo de relaciones negativas que han mantenido a los grupos de base
sujetos a una fuerte dependencia. Cuando por ejemplo, el diseño, desarrollo
y evaluación de sus proyectos pasan por las manos de técnicos externos se
refuerzan las relaciones de poder y dependencia que no permiten a los gru-
pos crecer y desarrollarse autónoma y autogestivamente.
Tanto la estrategia del PPD como de los propios movimientos sociales
cuestionan este tipo de relaciones que impiden una verdadera apropiación
del conocimiento y los recursos, debilitan a las estructuras organizativas de
las organizaciones y proponen varias vías para impulsar los procesos de au-
togestión y autonomía, que permitan construir una democracia de base ca-
paz de responder, de manera amplia, a las transformaciones sociales que los
propios proyectos plantean.
El desarrollo de la democracia y la autogestión como líneas transversales
tendrá que observarse cotidianamente tanto en la elaboración del formula-
rio como en el desarrollo mismo del proyecto.
113
Cultura y Ética Ambiental
Antecedentes
En la estrategia desarrollada por el PPD hasta la fecha ha habido mayor én-
fasis en los aspectos culturales, como el rescate de conocimientos tradicio-
nales, y menos importancia se le ha dado a cuestiones relacionadas con la
ética y la consciencia ambiental. En la práctica, sin embargo, el programa ha
apoyado innumerables actividades de educación ambiental a través de pro-
yectos, redes, eventos, etc.
Las propias esferas temáticas que propone el programa dejan entrever
una noción de ética ambiental para relacionarse con él mismo. En la recien-
te consulta para la adecuación de la Estrategia Mexicana, las organizaciones
hicieron notar que el programa debe insistir en el aspecto de la consciencia
ambiental, ya que muchos grupos realizan tareas de conservación, pero sin
que todos sus miembros tengan pleno convencimiento del por qué lo ha-
cen. Pensamos que el problema de la consciencia ambiental tiene que ver
con la construcción de valores, conocimientos, hábitos y normas, por lo que
denominamos a esta línea transversal de ética y cultura ambientales.
Relevancia
El tema de la ética ambiental es sumamente relevante para que los proyec-
tos no se limiten a la intención de generar ingresos económicos sin una ma-
yor preocupación por crear o recrear las condiciones sociales y comunitarias
para el respeto al medio ambiente y para que los proyectos apoyados ten-
gan las mejores condiciones condensadas para su desarrollo exitoso y su
perduración.
El uso de un recurso natural requiere acuerdos comunitarios mínimos.
Con la influencia de diversos factores externos, en algunos casos, estos acuer-
dos han ido perdiendo vigencia. Es importante que el grupo esté consciente
de la necesidad de que su proyecto encaje de manera armoniosa dentro
de esta dinámica comunitaria. Más allá del proyecto específico apoyado, los
miembros de los grupos deberán ser conscientes de la necesidad de revivir
en la medida de los posible estos acuerdos comunitarios o por lo menos de
visualizarse como promotores de una forma diferente de acceso a los recur-
sos. Con el tiempo una meta sería poder incidir en la asamblea comunitaria
para la actualización de reglamentos o normas que posiblemente hayan per-
dido su vigencia.
114
Practicando un Modelo de Desarrollo
Equidad de Género
Antecedentes
En las últimas décadas se ha tratado de revertir esta situación de inequidad
de género con varios enfoques:
Bienestar de las mujeres: el cual buscaba apoyar a las mujeres en sus
actividades tradicionales. Este trabajo no cuestionaba el rol reproductivo
(maternidad, tareas domésticas, etc.) de las mujeres, ni buscaba cambiar las
relaciones de género prevalecientes.
Mujeres en el desarrollo: Dicho enfoque introdujo la idea de que las
mujeres incursionaran en las actividades económicas (productivas y comer-
ciales) antes reservadas a los hombres, buscando equilibrar su situación. Sin
embargo, no cuestionaba la inequidad en las responsabilidades domésticas,
ni en las decisiones políticas, causando que las mujeres enfrentaran sobre-
cargas de trabajo con sus nuevos proyectos (doble y triple jornada), y no
mejoraran su situación en la familia y la comunidad.
Mujeres y desarrollo: tratando de superar los problemas anteriores, esta
corriente incentivó la participación de la mujer no solo en procesos de pro-
ducción, sino también en la toma de decisiones familiar y comunitaria. Al
mismo tiempo, sensibilizó a mujeres y varones sobre su situación, permitien-
do una nueva y más equitativa distribución de tareas y responsabilidades.
Por primera vez, se trataba el problema de género como algo relacional, y
se introdujo el elemento de la organización y de la educación como medios
privilegiados para el cambio.
En el Informe de Desarrollo Humano del PNUD se define género en
términos de desigualdad en las posibilidades de desarrollo abiertas a los
115
hombres y las mujeres. En general, el concepto de desarrollo humano con-
templa la capacidad para vivir una vida larga y saludable, adquirir conoci-
mientos y obtener un ingreso a fin de brindar libertad esencial a las perso-
nas; lo importante son los individuos y no los instrumentos relacionados
con su libertad.
Relevancia
Para el PPD, la dimensión de género siempre ha sido un tema de importancia
desde el inicio pero pocos avances se han hecho en esta línea. En la primera
propuesta de readecuación de la estrategia en 1995, para fomentar que hu-
biera más proyectos de mujeres se establecieron criterios de cuotas de pro-
yectos para hombres o mujeres en una proporcionalidad de 50 a 50.. En 1996
se lanzó una convocatoria especial para proyectos productivos para mujeres
co-financiada por UNIFEM a la cual se presentaron más de 40 proyectos pero
sólo 5 cubrieron los requisitos.
Adicionalmente se optó por dar cursos de capacitación a las organizacio-
nes de base y no gubernamentales sobre género. Estos cursos no tuvieron
seguimiento por lo que no se logró avanzar hacia una visión en que el enfo-
que de género fuera realmente apropiado más allá de un requisito. El estilo
y contenidos del discurso feminista, según algunos hombres y mujeres, no
estaba adaptado a la realidad de la cultura rural local por lo que no sólo no
tuvo aceptación sino hasta rechazo.
Si bien en muchos proyectos existe una participación de mujeres, en la
consulta de 2003, sólo el 10% de los grupos manifestó estar aplicando de
manera explícita una perspectiva de género, desde la planeación hasta la
evaluación de los proyectos.
Varias de las organizaciones asesoras y organizaciones de base han de-
sarrollado iniciativas para promover el enfoque de género en los grupos de
varias micro-regiones, incluyendo talleres, encuentros, intercambios, talleres
de formación de dirigentes. Estos mismos grupos proponen que se dé mayor
importancia a este tema en el programa y que se procuren fondos adiciona-
les o que se le destine una mayor proporción de los recursos.
En la Península de Yucatán, al igual que en otras partes del mundo, las
mujeres viven una situación de inequidad en la mayoría de los aspectos de
su vida. Las mujeres son las responsables del rol reproductivo (maternidad,
trabajo doméstico, recolección de leña, salud, educación), y varias tareas del
llamado rol productivo (crianza de animales, apoyo en parcelas agrícolas,
116
Practicando un Modelo de Desarrollo
117
de género como un asunto orientado o dirigido hacia las mujeres y no como
una cuestión de relaciones entre hombres y mujeres. En la consulta mencio-
nada los grupos han propuesto que el enfoque de género no debe ser un
requisito obligatorio sino una apropiación gradual a partir de un proceso de
aprendizaje. Para lograr este proceso se propone que el PPD impulse tanto
con hombres como con mujeres las siguientes actividades:
• Proyectos de investigación participativa y diagnósticos para docu-
mentar, analizar, discutir y entender la visión del papel de hombres
y mujeres en las culturas tradicionales en cada región y las nociones
en torno a los derechos de mujeres y hombres (haciendo énfasis
tanto en los valores culturales como en el lenguaje, como claves
para conocer las concepciones tradicionales). El producto sería la
clarificación de conceptos y la propuesta de metodologías de gé-
nero culturalmente adecuadas. Estas investigaciones también nos
permitirán conocer más profundamente, para los hombres y las
mujeres: sus necesidades, la forma en que manejan y perciben el
estado de los recursos naturales, etc. acceso a los beneficios de sus
actividades como grupos (capacitación, servicios, productos, bie-
nes), responsabilidades en sus casas y comunidades, prácticas tra-
dicionales de manejo de recursos naturales y su impacto (positivo y
negativo) en las relaciones de género.
• La difusión de la información acerca del programa tanto a hombres
como a mujeres, en espacios específicos de cada grupo (cuando
esto último sea necesario). Estos talleres podrían ser parte de varios
proyectos o podría existir un proyecto especial que los promueva
con financiamiento específico.
• La sensibilización a través de talleres participativos tanto de hom-
bres como mujeres en OB y ONG’s acerca de la situación de las rela-
ciones de género en el contexto local y del proyecto y espacios para
el diseño de escenarios alternativos.
• El desarrollo de la autoestima y capacidades de las mujeres para
su participación desde la planeación de los proyectos hasta su
ejecución y evaluación, para poder desempeñar diferentes funcio-
nes de carácter directivo o administrativo en los proyectos PPD en
igualdad de condición que los hombres. Esto deberá reflejarse en
cada proyecto en la planeación de las actividades cotidianas y sus
responsables.
118
Practicando un Modelo de Desarrollo
• Los formularios del PPD incluirán preguntas que nos permitan co-
nocer por separado para los hombres y las mujeres sus necesidades,
la forma en que manejan y perciben el estado de los recursos natu-
rales, etc. acceso a los beneficios (capacitación, servicios, productos,
bienes) del proyecto. También nos harán saber el papel que tienen
las mujeres en las decisiones del grupo y de su comunidad.
• El programa dará incentivos especiales a aquellos proyectos en que
se hayan incorporado cambios en las relaciones de género (que
hombres y mujeres asuman roles no tradicionales, participación de
las mujeres en roles públicos; intentos de formalización de acceso a
la propiedad de recursos, tierra, etc.. manejados por las mujeres.
• En cada convocatoria el programa buscará fijar un porcentaje o
cuota creciente de proyectos presentados y financiados a mujeres.
• El programa buscará financiamientos con otras fuentes en el caso
de proyectos que no cumplan con los criterios del FMAM para ser
financiados.
Identidad y etnicidad
Antecedentes
Desde sus inicios, el PPD ha tenido un interés especial en reforzar todos
aquellos aspectos (culturales, sociales, productivos, etc.) relacionados con la
identidad – etnicidad en las organizaciones, comunidades y personas que
habitan y trabajan en las micro regiones.
El PPD se planteaba el apoyo a grupos indígenas que, a través de sus
actividades y sin simplificar su cultura, reforzaran su sentido de pertenencia
y la conservación de sus valores. En este tipo de actividades, se debe evitar
el uso de las culturas indígenas como “mercancía” que se hace en algunos
proyectos ecoturísticos, de producción de artesanías, etc.
Dado que al inicio del programa se trabajaba únicamente con grupos
mayas, puede decirse que esto se daba de forma natural. Actualmente, sobre
todo en el sur del estado de Campeche, con la migración y nuevos asenta-
mientos formados por distintas etnias, y también con la expansión del pro-
grama al estado de Tabasco (que incluye la región chontal), se ha complejiza-
do la realidad cultural sobre la que actúa el programa. En varias de las micro
regiones donde está presente el PPD estamos advirtiendo un proceso de
119
pérdida de identidades, por lo que es necesario encontrar nuevas vías para
abordar esta importante cuestión.
Por otra parte, son también numerosos los factores -internos y externos-
que atentan cotidianamente contra las distintas identidades y formas cul-
turales de estos grupos étnicos: nuevas costumbres, que se introducen de
muchas formas, el consumo irracional que se promueve cotidianamente, el
veloz cambio de una mentalidad rural a una mentalidad urbana, la migración
del campo a la ciudad y al extranjero, los nuevos asentamientos humanos,
la adopción de tecnologías que multiplican la capacidad de deterioro del
medio ambiente, etc.
Es especialmente motivador que en algunas comunidades los jóvenes
estén abanderando las acciones de recuperación y fortalecimiento de las
culturas indígenas. Estas experiencias (redes y grupos juveniles) merecen ser
más conocidas y difundidas.
Relevancia
El PPD parte de reconocer que muchas de las prácticas tradicionales de
manejo de recursos naturales han permitido la conservación hasta nues-
tros días de los ecosistemas de la Península de Yucatán. Dado que el área
geográfica en que opera el PPD se caracteriza por la fuerte presencia de
distintos grupos étnicos (mayas, choles, chontales, etc.), la cuestión del refor-
zamiento y conservación de la identidad – etnicidad de personas, grupos y
comunidades, adquiere una gran importancia para el programa, por lo que
es necesario el poder desarrollar nuevas estrategias para trabajar exitosa-
mente esta cuestión.
Los grupos productivos o formados para el buen manejo de algún re-
curso llegan a desarrollar un fuerte sentido de identidad que ayuda al grupo
a avanzar en sus objetivos, hacia una mayor consolidación. Este proceso en
ocasiones requiere de un impulso externo para el fortalecimiento institucio-
nal y la planeación que, a la vez, son procesos que refuerzan la identidad.
120
Practicando un Modelo de Desarrollo
121
• Como en el caso de las etnias en donde la cuestión productiva y
de manejo y uso de recursos naturales está íntimamente ligada a la
cultura, se considera necesario realizar eventos o talleres en los que
se pueda identificar el tipo de prácticas tradicionales que se realizan
en este sentido, a fin de identificar cuáles de ellas resultan benéficas
y cuáles, actualmente, resultan ser nocivas al medio ambiente.
• Generar estrategias que ayuden a desalentar, disminuir o substituir
el uso de prácticas nocivas para el ambiente, sin alterar la identidad
cultural local.
• Capacitación y otras formas de información en el tema de bioseguridad.
• Promover intercambios entre redes y grupos juveniles que estén
impulsando el fortalecimiento de las culturas indígenas.
Integración Regional
Antecedentes
La experiencia durante la Primera Fase Operativa y la Fase Piloto, mostró la
bondad de actuar en pequeñas regiones a partir de organizaciones pivote.
Con el apoyo del Programa, de un número inicial de cinco Organizaciones
trabajando en otras tantas Micro Regiones, se avanzó para trabajar trece mi-
cro regiones con nueve organizaciones Pivote y cuatro candidatas a serlo.
El mapa adjunto muestra la microregionalización del PPD en México des-
pués de su expansión al Estado de Chiapas. (Mapa15)
Al inicio de la Segunda Fase Operativa se apoyó la consolidación de las
Organizaciones Pivote y se extendió el número de micro regiones y de pro-
yectos. Sin embargo cuatro de ellas desaparecieron, con otras dos organiza-
ciones el Programa terminó su relación por no conservar el estilo de trabajo
requerido. De las cuatro candidatas dos están en capacidad de operar como
Organización Pivote.
Las cuatro Organizaciones Pivote restantes se mantienen trabajando
en su micro región, aun cuando una de ellas ha disminuido su presencia y
capacidad de ejecución y dos más se mantienen con problemas de finan-
ciamiento. Las dos organizaciones candidatas que están operando se han
consolidado.
Para atender la continua demanda de las organizaciones de base, desde
la perspectiva de Líneas de Financiamiento para la Conservación de grandes
122
Practicando un Modelo de Desarrollo
123
tres estados de la República. También han surgido nuevos retos, como el que
implica lograr la integración de aspectos como el diagnóstico, la planifica-
ción y la gestión de la conservación y el desarrollo al nivel de estos grandes
ecosistemas.
Relevancia
La transición de la planificación micro regional a la escala de la superficie
cubierta por una misma asociación vegetal y con posibilidad de aprovecha-
miento semejante, permite que los proyectos financiados eviten la compe-
tencia entre si, estimula la creación de asociaciones y de cadenas productivas,
incrementa la superficie bajo conservación y disminuye la fragmentación de
las áreas bajo conservación o manejo y crea un marco propicio para la repli-
cación de proyectos exitosos.
La acción a este nivel mayor hace posible que el impacto del programa
sea también mayor, y que la suma de los esfuerzos individuales de los pro-
yectos vinculados en la planificación, aumente con respecto al total de la
superficie susceptible de manejo.
Por otra parte, el aprovechamiento actual de los recursos naturales con-
tenidos en dichas áreas mayores, ha estado marcado por ciertos intereses
que privilegian el uso de pocas especies y el desplazamiento o erradicación
de la cubierta vegetal original. Acompañando a este fenómeno, se ha erosio-
nado, a veces hasta su casi desaparición, el conocimiento tradicional de uso
de los recursos naturales. Por tal motivo, la planificación a este nivel permitirá
revalorar dichos usos y revindicar la vocación de estas grandes áreas.
Durante la consulta realizada, las organizaciones mostraron su interés en
consolidar las actividades forestales, tanto las maderables como la colecta de
productos no maderables, la apicultura, la acuicultura y el establecimiento
de Unidades de Manejo y Aprovechamiento de la flora y la fauna.
Desde la perspectiva de una integración regional, se hace indispensa-
ble que los proyectos individuales correspondan a un plan integrado para la
conservación, uso y manejo de los grandes ecosistemas.
Este plan permitirá la asociación entre organizaciones financiadas, una
escala mayor en la conservación y la producción y la integración de cadenas
productivas.
124
Practicando un Modelo de Desarrollo
Manejo de Riesgos
Antecedentes
A partir del destructivo paso del huracán Isidoro (septiembre 2002) por Yuca-
tán, la oficina del Programa de Pequeñas Donaciones a ONG del FMAM, de-
cidió gestionar fondos para una convocatoria adicional de emergencias, así
como para crear un proyecto de fortalecimiento de las capacidades locales
para reducir la vulnerabilidad antes futuros desastres (huracanes, marejadas,
desbordamiento de ríos, incendios, accidentes masivos, epidemias, etcétera).
La convocatoria fue particularmente exitosa por su nutrida y rápida respues-
ta; se recibieron cerca de 70 solicitudes de financiamiento, de las cuales se
financió poco más de la mitad.
125
Por su parte, el proyecto de Atención a Contingencias inició su opera-
ción a partir febrero del 2003 en 5 micro regiones de la Península de Yucatán.
El proyecto permitió formar a 15 capacitadores locales y realizar 15 planes
comunitarios de emergencia (3 por cada micro región). Dado que el PPD-
FMAM está en muchas más comunidades y micro regiones, este primer pro-
yecto fue una experiencia piloto, que después se amplió incluso mas allá del
resto de la zona de influencia del programa.
En el ámbito amplio de la gestión del riesgo, el actual proyecto se ha
centrado en preparación y reacción (planes de emergencia ante la posibi-
lidad de futuras amenazas, basadas en un Atlas de Riesgos para la Penínsu-
la), dejando para un segundo momento, cuando se diseña la propuesta de
proyecto, el trabajo en el área complementaria de prevención y mitigación
de riesgos, que con financiamiento del Programa modifica los patrones de
desarrollo para reducir la vulnerabilidad sociocultural y económica.
Durante las consultas realizadas durante y después de la Tercera Ade-
cuación, las organizaciones plantearon un buen número de propuestas para
profundizar las medidas tomadas por el programa con motivo del reciente
huracán. Estas propuestas son un acervo importante que el Programa tiene
como herencia y otorga a las organizaciones solicitantes durante los talleres
de formulación de propuestas.
Relevancia
Es evidente la correlación entre el cambio climático y el incremento en la
incidencia de tormentas tropicales y huracanes. Estos dos temas cruzan fuer-
temente los intereses del PPD. Si sumáramos los daños causados solo por
inundaciones (asociadas a marejadas, desbordamientos de ríos y tormentas),
huracanes (Opal-Roxana e Isidoro) e incendios (en QR en 1990-91, y en Yu-
catán en el 2003), los daños a los proyectos financiados por el PPD en la
Península, y a los sistemas a los que pertenecen, igualaría casi a la inversión
realizada. Solo en el pasado huracán Isidoro, el 70% de los proyectos PPD
fueron afectados parcial o totalmente. El interés de las comunidades donde
actúa el programa en manejar adecuadamente los riesgos que enfrentan ha
crecido desde la presencia del último huracán.
El sistema de Naciones Unidas cuenta con una Unidad Especial de Aten-
ción de Desastres y Recuperación, dentro del PNUD, que actúa localmente
buscando reducir los riesgos y daños en caso de desastres. La Coordinación
Nacional y el Comité Nacional de Dirección del PPD determinaron actuar a
126
Practicando un Modelo de Desarrollo
fondo como programa después del paso del Isidoro, primero con una con-
vocatoria para proyectos de emergencia, y después con el proyecto de aten-
ción a contingencias en 5 micro regiones de la península de Yucatán.
El área de manejo de riesgos es una prioridad para muchas agencias gu-
bernamentales, multilaterales y privadas de financiamiento, las cuales están
generando líneas de actividades y mecanismos especiales para atenderla. La
asociación del PPD con ellas ha permitido que su experiencia se conozca y
se utilicen sus resultados.
127
acostumbra trabajar de la mano con los sistemas oficiales de prepa-
ración y reacción (Protección Civil en México), para complementar
su efectividad, además de crear entre los grupos y comunidades fi-
nanciadas las capacidades y herramientas que requieran para esta
reacción. Este tipo de trabajo redunda en productos tales como pla-
nes de emergencias, comités locales, equipos expertos en evalua-
ción de daños y manejo de suministros, etc. Un insumo básico para
esta línea de trabajo es el Atlas de Riesgos, que identifica y define
cada uno de los riesgos que hay en la Península de Yucatán y Tabas-
co, evitando así el enfoque en los más evidentes como es el caso de
los huracanes.
• Incluir en todas las líneas de financiamiento un área de prevención
y mitigación de vulnerabilidad: El desastre surge de la confluencia
de un evento natural o social con la gran vulnerabilidad de los sis-
temas socioambientales en donde el evento ocurre. Por lo tanto, la
reducción de la vulnerabilidad en los propios proyectos financiados
y el sistema local al que pertenecen, redunda en la protección de
las inversiones y la reducción de los daños humanos, ambientales
y materiales que un evento pueda causar. Este tipo de trabajo per-
mite que los proyectos de inversión modificados reduzcan la vul-
nerabilidad de la infraestructura y forma expertos locales en temas
específicos.
Políticas Públicas
Antecedentes
La experiencia del Programa, y las observaciones provenientes de las varias
evaluaciones que ha tenido, muestran que el crecimiento y consolidación
del programa requieren de ir más allá de financiar sólo proyectos demostra-
tivos para adquirir una perspectiva estratégica de largo plazo.
La madurez alcanzada por el Programa en México le permite transitar
hacia una acción más amplia, consolidando y tipificando experiencias exito-
sas, que al escalarse pueden mostrar su impacto en los ámbitos municipal,
estatal y regional. Lo anterior implica la necesidad de buscar nuevos instru-
mentos y nuevos socios para el Programa.
128
Practicando un Modelo de Desarrollo
Durante los años pasados el Programa logró vincularse con distintos or-
ganismos públicos tanto para aprovechar los programas que ellos realizan
en la Península en beneficio a los proyectos financiados, como para mitigar
los efectos de aquellos programas que por su naturaleza son antagónicos
al PPD. Como ejemplo positivo tenemos los acuerdos de colaboración para
el financiamiento del programa apícola con la colaboración del Gobierno
Federal a través de SAGARPA y los gobiernos estatales de la Península. En
sentido inverso, tenemos el acuerdo que no alcanzó sus objetivos, con la ge-
rencia regional de ASERCA para evitar el pago de PROCAMPO contra super-
ficie quemada para, en las regiones donde trabaja el PPD, hacer dicho pago
contra superficie conservada. También como experiencia en este sentido, se
da la participación de las organizaciones financiadas en los Consejos Técni-
cos Asesores de las áreas naturales protegidas, en la constitución y registro
de Unidades de Manejo y Aprovechamiento de la vida silvestre, y en la elabo-
ración, registro y ejecución de programas de manejo forestal.
El tema de manejo de riesgos es otro ejemplo en donde el PPD ha logra-
do un buen nivel de entendimiento con las autoridades estatales y federa-
les. El sistema de Protección Civil ha apoyado fuertemente el proyecto, y en
estrecha coordinación con éste, otras dependencias estuvieron apoyando
las iniciativas del programa y de las organizaciones ligadas, en el proceso de
recuperación posterior al huracán Isidoro.
La experiencia de estos años nos ha mostrado que a nivel de funciona-
rios, se requiere de mucha más información acerca de los problemas am-
bientales globales y las esferas del FMAM. Sin embargo, en la práctica se han
podido encontrar varios puntos de confluencia de intereses entre el PPD y
los gobiernos federal, estatales y municipales.
Relevancia
En el contexto de la directrices del Programa global, la inserción de actividades
relevantes del PPD en el proceso de ejecución de las políticas públicas es una
herramienta para la consolidación del Programa en su acción en grandes eco-
sistemas cuya superficie supera la municipal y en ocasiones es compartida por
varios estados. Además, los requerimientos de cofinanciamiento y escalamiento
de los financiamientos del FMAM hacen necesario que el PPD se vincule e influ-
ya en los organismos públicos. Por tanto, la difusión de las experiencias exitosas
del Programa para incorporarlas en las estrategias de acción municipal, estatal y
federal, constituyen una oportunidad para la consolidación y expansión de PPD.
129
Finalmente, y en función de la naturaleza de ciertas intervenciones pro-
ductivas apoyadas por el PPD, la sustentabilidad de mediano y largo plazo
de las actividades financiadas depende de contar con un ambiente político
favorable.
130
Practicando un Modelo de Desarrollo
a Organizaciones no Gubernamentales del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Mérida, Yucatán,
enero - abril de 1999.
Confrontar: Tercera Adecuación de la Estrategia Mexicana del PPD. Diciembre del 2003.
52
Dato: Referencia paramétrica de una calidad. Medición objetiva obtenida mediante una métrica
53
131
definió un conjunto de elementos para orientar los programas de país hacia
objetivos comunes en cada subregión. En el caso de México, para la corres-
pondiente con Mesoamérica.
La Tabla 6, fue inicialmente elaborada en Curitiba, Brasil, por los Coordi-
nadores Nacionales de la subregión, y posteriormente adicionada por Os-
car Murga, Coordinador Nacional de Guatemala. Para la Estrategia Mexicana
que permiten la descripción de un evento. Los datos se interpretan (análisis, tendencias, síntesis, corre-
laciones) para generar información. Cuanto mayor sea el número de datos y mayor sea su precisión, la
información será de mejor calidad. Conocimiento: Sistema estructurado de información que permite
explicar el evento. La información se procesa (base teórica, ecuaciones de interrelación, relaciones
empíricas causa-efecto) para obtener conocimiento. Conocimiento Explícito: Es el acumulado y con-
tenido en documentos, bases de datos y documentación de todo tipo que es accesible y cuyo valor
es relativo y cambiante. Conocimiento Tácito: Es el que reside de manera individual en cada persona
humana, que requiere de la voluntad específica de su poseedor para compartirlo y de formas de orga-
nización creativas para su gestión adecuada. Saber: Sistema estructurado de conocimientos que per-
mite modificar, con resultados previsibles, un conjunto estructurado de eventos. Red de Aprendizaje:
Un sujeto colectivo agregado por una declaración explícita de objetivos comunes, que define e instru-
menta la forma para intercambiar información y producir a partir de ella conocimiento. Comunidad
de Conocimiento: Sujeto colectivo formado por varias redes que se relacionan por semejanza o conti-
güidad. Las comunidades se enfocan a los aspectos prácticos de un tema, los problemas cotidianos, las
nuevas herramientas, los desarrollos de campo, las cosas que funcionan o no. Las personas participan
en ellas porque obtienen beneficios específicos. Este tipo de red crea espacios de interrelación y co-
nocimientos entre expertos, investigadores e instituciones especializadas en diversas áreas temáticas.
Para ello deben poseer una comunicación fluida y la confianza basada en la confidencialidad entre sus
componentes. Redes de Conocimiento: Proceso de socialización de las experiencias y acciones que
permite percibir nuevos escenarios y tomar decisiones con mayor seguridad en cada oportunidad. La
base de esa seguridad, está determinada por la posibilidad de utilizar el conocimiento acumulado. Para
la creación de comunidades de conocimiento se parte de la aceptación de los siguientes preceptos:
1: Toda persona humana posee conocimiento. 2: No existe persona humana que posea todo el co-
nocimiento. 3: El conocimiento se perpetúa al ser compartido. El conocimiento que no se comparte
es inútil y tiende a desaparecer. 4: El conocimiento se enriquece y enriquece cuando se comparte.
5: El conocimiento requiere interdependencia. 6: Las comunidades de conocimiento y aprendizaje
son una forma orgánica para compartir conocimiento en un caso y producirlo en el otro. Gestión
del Conocimiento (GC): Proceso institucional para aprender a generar, identificar, evaluar, compartir y
administrar sus conocimientos más valiosos. La gestión del conocimiento se ocupa de la acumulación,
procesamiento, almacenamiento, producción, difusión de conocimientos y la generación a partir de
ese conocimiento de estrategias y prácticas funcionales. El conocimiento se origina y acumula en
las personas. Estas son el principal recurso para lograr el alcance de las metas definidas. El desarrollo
de estrategias que faciliten un mejor aprovechamiento de los recursos humanos y sus capacidades
conlleva la integración de la GC con la política de recursos humanos de toda organización, para crear,
almacenar distribuir usar y almacenar conocimiento. La GC debe ser versátil, capaz de adaptar su fun-
cionamiento a las modificaciones y desafíos que le impone el entorno y a la forma de operar de las
diferentes organizaciones. Es importante compartir conocimiento por medio de la creación de grupos
de interés, equipos de mejora y círculos de creatividad dentro de las organizaciones, con una fuerte
espontaneidad y entusiasmo entre sus miembros. Las redes de conocimiento (RC), constituyen una
herramienta para la GC y surgen condicionadas por ella.
132
Practicando un Modelo de Desarrollo
Relevancia
La gestión del conocimiento es un elemento central que deben contemplar
las organizaciones ya que por un lado permite recuperar y reflexionar la prác-
tica realizada y por otro permite ir construyendo y ordenando una buena
cantidad de información que después puede ser utilizada en otros proyec-
tos tanto de la micro región donde se genera, como en otras. Así mismo la
Gestión del Conocimiento es una herramienta fundamental para la difusión
e intercambio de experiencias, ya que ésta permite presentar de manera or-
denada los resultados obtenidos y las vías a través de las cuales se logró esto,
pudiendo destacar las buenas prácticas realizadas y analizar críticamente las
dificultades o errores que se presentaron durante el desarrollo del proyecto.
133
134
Practicando un Modelo de Desarrollo
Sostenibilidad Económica
de los Proyectos Productivos
Entendemos la sostenibilidad de los proyectos productivos de las organiza-
ciones como la capacidad para mantenerse haciendo un manejo de sus re-
cursos naturales responsable, generando eficientemente bienes o servicios,
y relacionándose en condiciones de equidad con los mercados, en un plazo
largo después de haber recibido un financiamiento del PPD.
El programa ha cumplido más de 20 años en México y desde la Segunda
Adecuación de la estrategia anterior apareció como una prioridad el tema de
la sostenibilidad de los proyectos y del PPD en sí mismo. La sostenibilidad es
de alta prioridad ya que los objetivos globales de conservación y de desarro-
llo sustentable requieren de procesos coordinados de intervención de largo
alcance en el sistema complejo socio-ambiental y económico.
La Tercera Adecuación de la Estrategia Mexicana agregó varios elemen-
tos que complejizan el tema de la sostenibilidad, como son:
• La mayor orientación del PPD hacia procesos de las organizaciones
en lugar de solamente hacia proyectos, trayendo por lo tanto temas
como la autogestión, la apropiación y la conciencia ambiental a la
mesa de debates.
• La integración de las acciones en líneas temáticas de financiamien-
to y geográficamente en paisajes y grandes ecosistemas.
• La consolidación del enfoque integral de las líneas transversales.
• El incremento en los topes de las donaciones otorgadas por el PPD
así como en los requerimientos de co-financiamiento o aportación
financiera de las organizaciones donadas.
135
Fondos de Capital:
Entre los proyectos productivos, hay varias líneas temáticas que han demos-
trado su capacidad para ser rentables y competitivas en los mercados. Estos
son los casos de las líneas apícola, forestal y la acuícola. En el caso apícola, el
PPD está relacionado con 36 pequeñas y medianas cooperativas, situadas en
su gran mayoría en la Península de Yucatán. En algunos casos las organiza-
ciones recientemente vinculadas al Programa aun no venden su producto
colectivamente, de modo que cada apicultor lo entrega a diferentes interme-
diarios según su preferencia.
Dada la orientación de la Línea de financiamiento, todas estas cooperati-
vas están en diferentes etapas de transición hacia la producción orgánica de
miel, lo cual implica un manejo de la flora néctarpolinífera sustentable que
reduce la emisión de gases de invernadero a la atmósfera y conserva la bio-
diversidad en varios grandes ecosistemas. Calculamos que por cada apiario
manejado en forma orgánica se están protegiendo 67 hectáreas de selva, lo
cual en total representaría alrededor de 20,000 hectáreas.
La miel orgánica se consume sobretodo en los países de Europa Occi-
dental. Recientemente, estas cooperativas han exportado en promedio 300
toneladas anuales, pero el potencial total es cercano a las 1,100 toneladas, el
cual con el debido apoyo, tardará alrededor de cinco años en desarrollarse.
Las necesidades de capital en esta actividad son variadas, yendo desde la
inversión en instalaciones para el acopio de la miel orgánica, hasta fondos
revolventes para el pre-pago de la miel a los socios mientras que es vendida
y cobrada al extranjero. Solamente para la exportación de la miel, calcula-
mos que se requieren aproximadamente $916,000.00 USD. La experiencia
del Fondo Peninsular para la exportación de la miel ha sido muy positiva,
alcanzándose un 100% de recuperación de los créditos.
El caso de la producción acuícola es más diverso, pues en los distintos
ecosistemas se generan condiciones diferentes de producción y de merca-
do. Tres actividades pueden ilustrar esto: producción de pejelagarto en la
llanura costera de Tabasco, cría de Artemia franciscana en Celestún, Yucatán,
y pesca de langosta en la Costa Central de Quintana Roo. Las tres actividades
tienen el potencial de ser rentables, además de prestar beneficios ambienta-
les importantes.
La extracción de langosta con el sistema de manejo de sombras en Pun-
ta Allen, Quintana Roo, ha permitido el aumento sostenido de la captura, al
136
Practicando un Modelo de Desarrollo
137
Redes
Una de las estrategias más efectivas para difundir las experiencias de las
organizaciones financiadas es la formación de redes. La propia historia del
programa nos dice que los resultados se multiplican cuando se dan inter-
cambios espontáneos y se multiplican los esfuerzos de los grupos locales.
El elemento privilegiado para que las redes se sostengan en el tiempo es el
equilibrio entre los beneficios que obtienen sus miembros y el compromiso
con el que cada uno de ellos aporta a la red. También es imprescindible un
nodo, es decir, un núcleo de una o más instituciones que tomen la responsa-
bilidad de facilitar el flujo de información entre los miembros.
En los años recientes, las organizaciones ligadas al PPD han iniciado di-
versos tipos de redes de intercambio en temas como el turismo de bajo im-
pacto, la apicultura orgánica, la conservación de la agrobiodiversidad, el de-
sarrollo sustentable regional, la equidad de género y la gobernabilidad, etc.
Dichas redes han multiplicado los resultados obtenidos por los pequeños
proyectos a cada una de las organizaciones participantes, además de coad-
yuvar a otros fines del programa, como son:
• La conservación de la naturaleza al nivel de micro regiones y gran-
des ecosistemas.
• La democratización de las organizaciones comunitarias y de sus re-
presentaciones por zona y por gremio.
• La visibilidad del trabajo de conservación de las organizaciones co-
munitarias y la influencia en políticas públicas.
• El incremento en la calidad de sus productos y servicios, el mejor
acceso a mercados y, por consiguiente, el aumento de sus ingresos
familiares.
• El intercambio de conocimientos y el mejoramiento de las capaci-
dades entre las personas participantes.
138
Practicando un Modelo de Desarrollo
139
productos o servicios. Sus objetivos son reducir los costos y captar dentro de
la red la mayor cantidad de utilidad posible. En los años recientes, el PPD ha
fomentado la formación de cadenas entre organizaciones que tienen esas
posibilidades, las cuales enfrentaron obstáculos de falta de tiempo de los in-
teresados, límites para la aplicación de subsidios a insumos que no sean del
estado federal propio, prohibición al libre tránsito de mercancías de un estado
a otro, carencia de comprobantes fiscales en algunas empresas, etc. En ade-
lante, se presentará el concepto de cadenas productivas como una política
del programa y se buscará que estas cadenas sean promovidas sistemática-
mente por los miembros de las organizaciones, apoyados por sus servicios
técnicos o por los GATOB.
140
Practicando un Modelo de Desarrollo
141
buen nivel de homogeneización entre ellas; las variantes corresponden, más
bien, a las condiciones ambientales de cada región del mundo.
Como muchas de las organizaciones de productores aspiran a vender
sus productos orgánicos tanto en Norteamérica como en Europa, es posible
llegar a acuerdos tripartitos (por ejemplo: productor-“IMOcontrol”-“OSIA”)
para que una sola de estas agencias realice la inspección cada año, normal-
mente por turnos. Por otro lado, en algunos países como México, ya existen
instancias de inspección nacionales, como es el caso de CERTIMEX, quienes
tienen el reconocimiento de las agencias internacionales. La inspección de
parte de CERTIMEX es válida, por ejemplo, para productos orgánicos agríco-
las y apícolas que se quieren comercializar en Europa y los Estados Unidas.
Sin embargo, además de pagar la inspección de instancias como ésta, deben
cubrirse también los costos del sello orgánico de la instancia internacional
escogida, los cuales normalmente amparan costos de administración, pro-
paganda, etc. La certificación orgánica para una organización de 100 apicul-
tores suele costar en promedio USD 3,000.00. Este proceso es complicado,
pero en la actualidad es la única forma de que los mercados lejanos reconoz-
can con un sobreprecio los costos incrementales generados por la produc-
ción orgánica.
Independientemente de la inspección externa, cada organización o em-
presa que trabaje orgánicamente deberá tener un fuerte sistema de control
interno, el cual incluye: reglamento de producción orgánica, planes de ma-
nejo o producción, sanciones y estímulos, inspectores internos y promotores
técnicos. Una revisión minuciosa de los inspectores internos una vez por año
es la base principal de la inspección externa que realice cualquier agencia ex-
perimentada. Estos y otros requisitos demandan un alto nivel de organización
interna y elevan los costos de las organizaciones. El programa estimulará a las
organizaciones para que transiten de la producción convencional a la justa
y orgánica, financiando parte de estos costos de conversión y certificación.
Los apoyos del programa para la conversión productiva hacia lo orgáni-
co, así como para la certificación, podrán ser incluidos por cada organización
en su propuesta de proyecto. También será posible la presentación de pro-
yectos especiales para que una o varias organizaciones productivas realicen
su certificación. El programa requiere, al igual que para otras actividades re-
lacionadas con la producción, de una contraparte financiera para financiar la
conversión y la certificación orgánicas. Para ello, buscará realizar convenios
de cofinanciamiento con otras fuentes nacionales e internacionales.
142
Practicando un Modelo de Desarrollo
143
Practicando un Modelo de Desarrollo
Biodiversidad
La información proveniente de los informes y documentos de los proyectos que proporcionan los
54
grupos de base dista mucho de ser puntual y exacta tanto en aspectos técnicos como organizativos.
Además, en muchos casos no contiene suficiente información acerca de los aspectos biológicos de los
ecosistemas que se aprovechan, manejan o conservan.
145
superficie forestal que cubre cada apiario, por lo que ésta se estimó con
base en la información proporcionada por EDUCE S. C. para los grupos de
productores de miel orgánica con los que trabaja. De acuerdo con esta or-
ganización la superficie de vegetación conservada por cada apiario en la
producción de miel orgánica es de 78.54 hectáreas. De igual forma, en el
caso de los proyectos agroforestales que no especifican la extensión terri-
torial que cubren, se estimó con base en el número de familias atendidas,
considerando una superficie promedio de 400 m2 por solar.
Además, se elaboraron listados de especies de flora y fauna que se
manejan, conservan, observan o atienden, de acuerdo al tipo de actividad
productiva o de conservación que se desarrolla en las distintas líneas de fi-
nanciamiento, a fin de estimar de manera general su contribución a la con-
servación, cuidado o protección de las especies vegetales y animales silves-
tres o cultivadas, que son utilizadas en la región.
Cambio Climático
146
Practicando un Modelo de Desarrollo
Captura de carbono
147
vegetación de plantaciones y parcelas agroforestales (63–67 Mg C/ha), bos-
ques degradados (88 Mg C/ha), hasta bosques nativos (115 a 169 Mg C/ha).
Por su parte, Hellier (2000) estimó la captura de carbono de un bosque
en transición en la zona cafetalera de Chiapas en una plantación con árboles
de sombra en 116 Mg C/ha, y en un acahual enriquecido en 277 Mg C/ha en
un periodo de 150 años (citado en Torres y Guevara 2002).
En un estudio más puntual, Cairns et al. (2003) realizaron la cosecha de
todos los árboles en media hectárea de bosque tropical de talla mediana
subperennifolio en Quintana Roo y calcularon una biomasa vegetal sobre el
suelo de 225 Mg por hectárea, lo que equivaldría a 112.5 toneladas de carbo-
no por hectárea en la biomasa aérea de este tipo de vegetación.
Por otra parte, Mizrahi et al. (2003) estimaron para dos comunidades se-
cundarias de bosque tropical caducifolio del estado de Yucatán, una biomasa
aérea total de 63 y 85 Mg ha-1, respectivamente. En tanto que, Jaramillo et
al. (2003) estimaron una biomasa vegetal sobre el suelo de 112.23 ± 9.62 Mg
ha–1 para un bosque tropical caducifolio en Chamela, Jalisco.
Con base en estas estimaciones es razonable asumir una biomasa vege-
tal aérea de 85 Mg ha-1 para las comunidades de bosque tropical caducifolio
de Yucatán y de 220 Mg ha-1 para las comunidades de bosque tropical de
talla mediana subperennifolio de la península. Aunque no se cuenta con es-
tudios específicos en bosque tropical de talla mediana subcaducifolio, basa-
do en los datos de estas otras comunidades es factible asumir una biomasa
aérea promedio de cerca de 120 Mg ha-1, en tanto que para el bosque de
montaña se asume una biomasa aérea promedio de 250 Mg ha-1 (Tabla 7).
Además, considerando una relación Biomasa total/biomasa aérea de 1.3 po-
demos calcular la biomasa total por unidad de área, partiendo de las estima-
ciones de biomasa aérea, lo que a su vez nos permite estimar el volumen de
carbono almacenado por unidad de área.
148
Practicando un Modelo de Desarrollo
Estimaciones de CO2
CO2= B * F 55
Resultados
Proyectos apícolas
La figura 14 muestra el número de proyectos apícolas que se han apoyado a
lo largo de las fases operativas en los diferentes estados donde el programa
tiene incidencia. Se percibe que ha habido una gran actividad a partir de la
segunda fase, la cual ha tenido variaciones en relación con las entidades a
las que corresponden los grupos apoyados. Esto ha permitido al programa
Donde: CO2= Carbono equivalente (Ton). B= Biomasa (kg). F = CC * 44/12. CC= Contenido de
55
carbono (Ton).
149
tener una amplia cobertu-
ra en la región ya que se ha
apoyado a grupos de todos
los estados, aunque éstos se
concentran mayoritariamen-
te en los estados de Yucatán,
Campeche y Quintana Roo.
En total se han apoyado 51
proyectos apícolas.
La Figura 15 muestra como se ha incrementado la superficie bajo ma-
nejo productivo a través de
los proyectos apícolas con-
forme se han ido mejoran-
do los criterios establecidos
en el Programa, y se han
precisado las metas y los
indicadores de impacto. A
pesar de que el número de
proyectos apícolas apoya-
dos es mayor en la segunda
fase operativa, la superficie
bajo manejo se incrementó
notablemente en la quin-
ta fase, en particular en el
Bosque Tropical Subperen-
nifolio, que es sin duda la
comunidad vegetal que
tiene una mayor aportación
a la producción de miel en
la región. En total se tiene bajo manejo productivo apícola una extensión
territorial de 479,757 hectáreas, de las cuales la quinta fase aporta 279,173
hectáreas.
La Tabla 8 da cuenta de las superficies bajo manejo productivo en las
distintas entidades federativas apoyadas a lo largo de las fases del Programa.
Resalta el que en la quinta fase se haya ampliado a Chiapas el apoyo a la
actividad apícola y la incorporación del Bosque de montaña bajo manejo
productivo a partir de esta actividad.
150
Practicando un Modelo de Desarrollo
El Anexo 4 en-
lista las actividades
desarrolladas en
el marco de estos
proyectos, que han
permitido alcanzar
los logros actuales.
Se percibe como
se ha avanzado a lo
largo de las distin-
tas fases, primero
reforestando con
especies melíferas,
después mejorando la calidad de la miel, más tarde fomentando la conver-
sión a miel orgánica, para después poder impulsar el desarrollo de centros de
acopio, pasos que sin duda permiten entender los logros del Programa en el
apoyo a esta actividad productiva.
Proyectos forestales
La Figura 15 muestra la superficie conservada bajo manejo productivo por los
proyectos forestales financiados durante las distintas Fases Operativas del Pro-
grama. Dado que sólo tres proyectos de este tipo se han apoyados en las últi-
mas dos Fases, no se ha incrementado la extensión territorial conservada bajo
manejo por esta actividad como sería deseable. No obstante, la superficie total
que se mantiene bajo manejo productivo en los proyectos apoyados por el
programa a lo largo de su historia asciende a 151,922 hectáreas, de las cuales
en la quinta fase se incorporan 9,254 hectáreas de bosque tropical caducifolio.
Como se observa en la Tabla 8, hasta la cuarta fase sólo se habían apoya-
do proyectos en el bosque tropical subperennifolio de los estados de Quin-
tana Roo y Campeche. Es en la quinta fase que se incorpora el bosque tropi-
cal subcaducifolio, a través de un proyecto realizado en el sur del estado de
Yucatán.
Por la extensión territorial que ocupan estos proyectos, al igual que los
apícolas, son los que contribuyen en mayor medida a la conservación de los
ecosistemas forestales, manteniendo el hábitat para la flora y fauna silvestre.
Por su naturaleza, los proyectos forestales brindan mayor información acerca
de las especies que contribuyen a proteger. Los planes de manejo mencio-
151
nan alrededor de 100 o más especies de árboles nativos que forman y estruc-
turan las comunidades vegetales (Anexo 1), sin considerar las especies de
árboles que alcanzan pequeñas tallas, de arbustos y de hierbas que ocurren
en esos sitios.
La Tabla 9 enlista las especies arbóreas más comúnmente aprovechados
en los proyectos forestales de la región. Destacan de forma particular por su
importancia económica, la caoba, cedro, chacte viga, ciricote, chechem, chi-
co zapote, granadillo, habín y tzalam.
Aun cuando los documentos de los proyectos no presentan un listado de
fauna existente en las áreas conservadas bajo aprovechamiento comunitario,
las entrevistas con los grupos permitieron saber que en algunos de estos te-
rritorios se encuentran
especies de mamíferos
como el jaguar, puma,
tigrillo, tapir, venado,
monos, entre otros. La
presencia de especies
de la cima de la cadena
alimenticia como es el
jaguar y el puma nos
sugiere la presencia
de otras especies que
constituyen parte de su
dieta e indica un buen
estado de conserva-
ción del bosque y de la
diversidad faunística de
estas áreas.
Entre los aspectos más relevantes está el hecho de que estos aprovecha-
mientos se basen en el desarrollo de inventarios forestales y en la elabora-
ción de planes de manejo forestal, lo que permite calendarizar los volúmenes
de aprovechamiento y las zonas de corte para ello, además de las actividades
de reforestación (Tabla 10).
Proyectos pesqueros
En cuanto a los proyectos pesqueros, se observa al igual que con los apícolas,
un marcado incremento en las superficies bajo manejo comunitario durante
152
Practicando un Modelo de Desarrollo
153
Chinchorro. Probable-
mente se podría también
fomentar la diversificación
de la pesca, ya que los
grupos hasta ahora apo-
yados se centran en pocas
especies como son la lan-
gosta (Panulirus argus), el
caracol rosado (Strombus
gigas), el mero (Epinephe-
lus sp.) y el robalo (Centro-
pomus undecimalis).
Proyectos de acuícolas
La Figura 17 muestra lo que ha sido la actividad del programa en cuanto al
apoyo a los proyectos de acuacultura; se percibe claramente que los estados
donde esta actividad se ha desarrollado con mayor intensidad son Tabasco y
Campeche, y en menor medida Yucatán. También es claro que esta línea de
financiamiento se fortalece a partir de la segunda fase operativa.
El número de proyectos acuícolas es de 56, lo que implica el desarrollo
de una gran gama de actividades (Anexo 3), que en conjunto han permitido
avanzar en el cultivo de una importante diversidad de especies destinada a la
alimentación de las comunidades (Tabla 12), que contribuyen a la economía
154
Practicando un Modelo de Desarrollo
Proyectos de conservación
En cuanto a los proyectos destinados específicamente a conservación, la Fi-
gura 17 muestra el número de los que se han apoyado a lo largo de la historia
155
del Programa. Con la incorporación de proyectos en Chiapas y Tabasco en las
últimas fases, ha mejorado la cobertura de este tipo de iniciativas. En total se
han apoyado 32 proyectos de este tipo, de los cuales 10 corresponden a la
segunda fase opera-
tiva, fase en la que se
apoyó una gran can-
tidad de proyectos en
varias de las líneas de
financiamiento.
La Figura 18
muestra la superficie
que involucran los
proyectos de conser-
vación y su compor-
tamiento a lo largo de
las fases operativas.
Actualmente, la superficie protegida a través de estas iniciativas es de 221,773
hectáreas en total. Es notorio que la superficie que se ha ido incorporando
en las dos últimas fases, es menor a la que se incorporó en las primeras fases.
Se percibe que las áreas costeras y estuarinas son las mejor representadas,
debido a la existencia de numerosos proyectos llevados a cabo al interior
o en las zonas aledañas a las áreas naturales protegidas de la región que in-
cluyen estos ecosistemas, como Ría Lagartos, Yum-Balam, Sian Ka’an, Banco
Chinchorro, Centla y Laguna de Términos.
Por la gama de proyectos que involucra esta línea de financiamiento, las
actividades desarrolladas en éstos son muy diversas e incluyen el apoyo al
156
Practicando un Modelo de Desarrollo
Turismo alternativo
La Figura 19 muestra como
se incrementó la actividad
157
de proyectos de turismo alternativo en las fases 2 y 3, y después disminu-
yó ligeramente. No obstante, la superficie que utilizan en estos proyectos
para llevar a cabo su actividad se ha seguido incrementando (Tabla 15). Cabe
mencionar que en este caso las áreas ocupadas no son propiamente con-
servadas a través de la actividad turística, aunque si se contribuye a su pro-
tección a través de la vi-
gilancia. Muchas de estas
áreas corresponden en sí
a zonas protegidas por las
ANP existentes o a través
del manejo comunitario
con otras actividades pro-
ductivas.
De forma comple-
mentaria el turismo alter-
nativo contribuye a ge-
nerar en la sociedad un
mayor aprecio por la na-
turaleza y las especies de
flora y fauna silvestre, así como a generar mayor conciencia en relación a la
necesidad de protección de la naturaleza y conservación de la biodiversidad,
así como a mejorar la forma de interactuar con el medio natural a través del
cambio de hábitos. Además, permite a los pobladores ampliar sus medios
de vida a través del desa-
rrollo de actividades que
tienen menor impacto en
los ecosistemas.
Cabe señalar que a
través de las actividades
de turismo alternativo se
puede observar una gran
diversidad de flora y fau-
na de la región, con lo que se contribuye indirectamente a su conservación.
En los proyectos apoyados a lo largo del programa se mencionan 31 especies
de plantas, 11 especies de aves, 6 de reptiles, 13 de mamíferos y 25 especies
de peces y demás organismos marinos que constituyen parte de los atracti-
vos naturales que se ofrecen en estos proyectos (Anexos 1, 2).
158
Practicando un Modelo de Desarrollo
Proyectos agroforestales
En estos proyectos (Figura 20), se observa también una gran actividad, sobre
todo a partir de la segunda fase operativa. Este tipo de actividad se ha de-
sarrollado mayormente en Yucatán y específicamente en la zona de bosque
tropical subcaducifolio. Más recientemente, la actividad se ha incrementado
de forma notable en el estado de Chiapas, donde a través de unos cuantos
proyectos se tiene una gran superficie destinada a actividades de produc-
ción agroecológica.
En total se han apoyado 85 proyectos agroforestales, a través de los cua-
les se ha logrado desarrollar la actividad en 12,429 hectáreas, de las cuales
217 corresponden a la quinta fase operativa (Figura 21), sin considerar que
para diversos proyectos no se cuentan con datos acerca de la superficie bajo
producción.
A través de es-
tos proyectos se ha
logrado impulsar la
producción de una
gran diversidad de
especies útiles, la
gran mayoría desti-
nadas a la alimen-
tación de las comu-
nidades, con lo cual
se contribuye a mejorar la economía de las familias y la conservación de la
agrodiversidad de la región.
En total los proyectos agroforestales han permitido llevar a cabo la pro-
ducción de 77 especies de plantas de importancia para la alimentación y
para el desarrollo de los sistemas agroforestales, además de 12 especies de
animales. En la Tabla16 se presentan los nombres comunes y científicos de
las especies cultivadas y/o sembradas en el marco de estos proyectos.
Entre las actividades más relevantes desarrolladas a través de estos pro-
yectos están, el impulso a la agroforestería, a la agricultura orgánica, la seden-
tarización de la agricultura, la disminución del uso de la quema agropecuaria,
el rescate de la producción orgánica en los traspatios, el mejoramiento de sue-
los con leguminosas, la recuperación del germoplasma, la diversificación pro-
ductiva en sistemas monoespecíficos y más recientemente se ha impulsado el
desarrollo de redes microregionales para la comercialización y la certificación.
159
Estos proyectos contri-
buyen a combatir la pobreza
alimentaria y a promover una
alimentación más sana a par-
tir de la producción orgánica
de alimentos. No obstante es
necesario mejorar sensible-
mente los mecanismos de co-
mercialización de estos pro-
yectos ya que esto constituye
el principal obstáculo para el desarrollo exitoso de esta actividad, además de
que limita que la producción de estos grupos llegue a los consumidores de
las ciudades, lo que contribuye a la pérdida de una cultura alimentaria diver-
sa y basada en el consumo de especies locales.
Forestales no maderables
Los proyectos de aprovecha-
miento de recursos forestales
no maderables se impulsaron
de manera primordial en las
primeras fases operativas del
Programa, en particular en la
segunda fase (Figura 22). De
hecho es en las dos primeras
fases cuando se incrementa
de forma notable la superfi-
cie manejada o aprovechada
en estos proyectos (Figura
23). Sobresale el que esta lí-
nea se haya desarrollado úni-
camente en los estados de
Yucatán, Campeche y Quin-
tana Roo, siendo una de las
líneas de financiamiento con
menor número de proyectos apoyados con sólo 25. El ecosistema donde
se ha realizado mayormente este tipo de aprovechamiento es el bosque
tropical subperennifolio, seguido del bosque tropical subcaducifolio y en
160
Practicando un Modelo de Desarrollo
161
mejorar las condiciones del ambiente en donde éstas se desarrollan, lo cual
se ha traducido en el mejoramiento de las prácticas de manejo, aprovecha-
miento y conservación, además de contribuir al fortalecimiento organizacio-
nal y al desarrollo de capacidades locales.
Biodiversidad
162
Practicando un Modelo de Desarrollo
163
Además, se realizan ac-
tividades de turismo alter-
nativo en más de 207 mil
hectáreas, las cuales corres-
ponden a las zonas de Bocas
de Dzilam, Sian Ka’an, Lagu-
na de Términos y Río Ma-
mantel, en los que se desa-
rrollaron circuitos turísticos
comunitarios, lo cual supera con mucho la meta originalmente planteada
(5,550 hectáreas).
Es necesario mencionar que en diversos proyectos tanto forestales no
maderables como de turismo alternativo se llevan a cabo actividades que
permiten aprovechar y/o conservar algunos ecosistemas costeros como el
matorral de duna y el manglar, pero las superficies que ocupan o son peque-
ñas o son mencionadas de forma general como superficies costera marinas,
por lo cual no aparecen en este reporte de manera separada, a pesar de la
gran importancia que tienen, en particular las áreas de manglar, en cuanto a
la conservación de la biodiversidad marino costera, como en relación con la
captura de carbono.
En relación a la prevención y control de especies invasoras en cuerpos de
agua, se están desarrollando acciones tanto en ríos (Palizada) como en lagu-
nas costeras (laguna de Pom) y en la bahía del Espíritu Santo, a fin de detener
y controlar el avance de las poblaciones del pez diablo (Plecostomus spp.) y
el pez león (Pterois volitans). Con estos proyectos se pretende llevar a cabo
la captura de al menos 136 toneladas de Plecostomus spp. En cuanto al pez
león, son las cooperativas pesqueras de la zona de Sian Ka’an quienes llevan
a cabo esta actividad como un aspecto colateral a la pesca de la langosta,
con el fin de contribuir con el control de esta especie, pero no existen cifras
claras del volumen de captura.
En cuanto a la reconversión productiva en las actividades de acuacultura
cabe señalar que, a fin de disminuir los riesgos de invasión por la tilapia en
las áreas de Laguna de Términos y Pantanos de Centla, durante la quinta fase
operativa se han impulsado 12 proyectos para el cultivo de pejelagarto, cas-
tarrica y tenhuayaca. No obstante, es pertinente señalar que este proceso de
reconversión tiene aún serias limitaciones, dada la falta de convencimiento
de parte de los grupos de base por las complicaciones que ha implicado el
164
Practicando un Modelo de Desarrollo
165
latisiliquum), habin (Piscidia piscipula) y el zapote (Manilkara zapota), ya
que se registraron en cinco de las actividades productivas. Otras especies
ampliamente utilizadas son ramón, cedro, ceiba, granadillo, guano, caoba,
ciricote y guayacán, que también se registraron en varias actividades (cua-
tro diferentes).
Por su parte, entre las especies animales destacan el cocodrilo (Crocod-
ylus moreletii) y el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), cuyo apro-
vechamiento y conservación se incorpora en cuatro actividades produc-
tivas distintas. Otras especies pesqueras y acuícolas como mojarra, mero,
langosta, caracol, tortuga jicotea y especies silvestres como el pavo ocelado
y el pecari de collar, así como la iguana verde, se encontraron en tres activi-
dades productivas.
Además, es necesario señal que numerosos proyectos se han desarrolla-
do en las áreas naturales protegidas de la región, en sus zonas limítrofes, en
sus zonas de influencia y/o en los corredores entre éstas, lo que contribuye
a mantener la conectividad de los ecosistemas presentes en éstas, brinda-
do opciones de dispersión y/o desplazamiento de las especies vegetales y
animales. El total de ANP de la región en donde se están llevando a cabo
actividades de manejo y conservación por parte de los grupos locales son
17, de las cuales 5 corresponde a Yucatán (Celestún, Ría Lagartos, Bocas de
Dzilam, Actam Chuleb y la Biocultural del Puuc), 5 en Quintana Roo (Yum-Ba-
lam, Sian Ka’an, Tiburón Ballena, Banco Chinchorro y Otoch Ma’ax Yetel Kooh),
3 en Campeche (Laguna de Términos, Calakmul y Los Petenes), 3 en Chiapas
(El Triunfo, Montes azules y Montebello) y 1 en Tabasco (Pantanos de Cent-
la). Estos proyectos han contribuido a disminuir la deforestación en las áreas
de corredores, como es a través de proyectos de turismo alternativo en el
corredor norte de Yucatán, a través de proyectos forestales y apícolas en el
corredor Sian Ka’an–Calakmul y a través de proyectos agroforestales en los
corredores de Chiapas.
Estimaciones de Carbono
En las Tablas 19 y 20 se presentan los valores estimados de carbono conteni-
do en los ecosistemas ocupados por las distintas comunidades vegetales, así
como el dióxido de carbono equivalente, en términos de toneladas; el prime-
ro corresponde al ecosistema en sí, en tanto que el segundo corresponde al
contenido de carbono en la biomasa vegetal. En este caso las estimaciones
de carbono y dióxido de carbono a nivel de ecosistema se hacen asumiendo
166
Practicando un Modelo de Desarrollo
167
de toneladas de carbono, equivalentes a 7.99 millones de toneladas de CO2,
en el BTSP se estiman 36.3 millones de carbono, lo que equivale a 132.9 mi-
llones de toneladas de CO2 y en el BM se estima 1.1 millones de toneladas de
carbono, equivalente a 4.2 millones de toneladas de CO2. Esto implica que si
se evita la deforestación, fragmentación y el cambio de uso del suelo en estas
áreas bajo manejo, se estaría evitando liberar a la atmósfera 145.14 millones
de toneladas de CO2. Esto sin considerar el secuestro de carbono que anual-
mente estarían realizando estas áreas forestales por medio de la fotosíntesis
y su asimilación en la biomasa del ecosistema.
Al respecto, cabe señalar que muchos de los proyectos de las distintas
líneas tienen entre sus actividades y objetivos la recuperación de la cubierta
vegetal, la reforestación de áreas deforestadas o siniestradas por la ocurren-
cia de incendios forestales, o la de restauración de zonas deterioradas (e.g. te-
rrenos agrícolas o ganaderos erosionados) los cuales tienen una importante
contribución en términos de mitigación de emisiones, mediante la captura
de carbono en la cubierta vegetal y al evitar la deforestación y quema de ésta.
Por otra parte, en la Tabla 21 se presentan los valores estimados de cap-
tura de carbono anual, en las superficies costero marinas incorporadas al ma-
nejo productivo en los proyectos apoyados por el PPD. Prácticamente todas
estas áreas corresponden a zonas lagunares de baja profundidad por lo que
es de esperarse que gran parte del fondo marino esté ocupado por comu-
nidades de pastizales marinos. Por ello, para la estimación del secuestro de
carbono en estas superficies se utilizó el valor propuesto por Nelleman et al.
2009, que corresponde a 0.83 ton C/ha*año para los pastizales marinos.
Se observa que para las 248.8 miles de hectáreas de superficie marina
incorporada al manejo productivo en la quinta fase operativa del programa
se estiman la captura de 206,238.9 toneladas de carbono anualmente.
168
Practicando un Modelo de Desarrollo
Comentarios finales
169
vertebrados e invertebrados), que en términos generales son grupos biológi-
cos con una mayor diversidad de especies representadas en los ecosistemas,
sin considerar otros grupos que son prácticamente ignorados como los hon-
gos, musgos, líquenes, etc.
La incorporación de las áreas antes mencionadas a esquemas de conser-
vación bajo manejo comunitario ha permitido además, aumentar los reser-
vorios de carbono en la región, disminuyendo las emisiones a través del uso
sustentable de la tierra, mediante la disminución de las tasas de cambio de
uso de suelo, la disminución de la fragmentación y al evitar la deforestación
de estos territorios. Los datos presentados anteriormente dan cuenta de una
importante contribución del Programa a la conservación de estos reservorios
a través de alentar los esfuerzos de conservación y manejo sustentable en los
grupos de base mediante la mejora en las prácticas productivas. No obstan-
te, es necesario señalar que la información relativa a las extensiones territo-
riales que los grupos mantienen bajo manejo comunitario dista mucho de
ser precisa, por lo que sería importante promover en los grupos un mayor
entendimiento sobre el valor de los datos que proveen, a fin de dar mayor
certidumbre a la información que de ellos de deriva.
Por lo que respecta a las prioridades señaladas por los expertos de la
región en materia de biodiversidad, el Programa de Pequeñas Donaciones, a
través de las líneas de financiamiento que apoya, contribuye a atender varias
de éstas, como apoyar el establecimiento de nuevas áreas naturales prote-
gidas (e.g. Tiburón ballena), establecer áreas forestales que sean protegidas
por comunidades rurales, al mantenimiento de la conectividad entre maci-
zos forestales de la región con la participación de las comunidades rurales, a
fortalecer las capacidades y motivaciones en las comunidades para evitar el
cambio de uso del suelo, a promover el rescate y la conservación de espe-
cies de flora nativa de uso tradicional en sistemas productivos (milpa, solares,
parcelas) y en general a incrementar las capacidades en las comunidades en
el manejo y conservación de los ecosistemas a través de prácticas de mane-
jo sustentables. No obstante, sería importante contribuir en algunas otras
como son el promover las prácticas de producción y conservación de suelo,
así como ayudar a implementar y mejorar las prácticas de tratamiento de las
aguas residuales, sobre todo en granjas porcícolas y avícolas.
En cuanto a las prioridades señaladas en materia de cambio climático, el
PPD, contribuye a atender varias de éstas, como la conservación de los maci-
zos forestales existentes, la prevención de incendios forestales, la disminución
170
Practicando un Modelo de Desarrollo
171
Por otra parte, en diversos grupos de base hemos podido constatar que
falta información y convencimiento acerca de la efectividad del aprovecha-
miento sustentable de los recursos y el riesgo que representa el cambio cli-
mático a las actividades de sus proyectos, su seguridad, su salud y sus bienes.
Es conveniente incrementar los esfuerzos para fortalecer en éstos los princi-
pios de conservación de la biodiversidad, manejo sustentable y mejoramien-
to de las condiciones ambientales, a fin de que las necesidades de produc-
ción de alimentos y obtención de satisfactores no se ubiquen por encima
de la conservación de los recursos naturales, sino sean vistos como aspectos
paralelos que en conjunto permiten aspirar al desarrollo sustentable.
Consideramos que se deben incrementar los esfuerzos para impulsar
iniciativas a nivel comunitario (no familiar) en particular con los proyectos
de turismo alternativo, de manera que los beneficios derivados de estas ac-
tividades lleguen a un mayor número de familias y sea la comunidad en su
conjunto la que lleve a cabo, por la vía del convencimiento, la conservación
y protección de su entorno natural, y se incremente su aprecio y arraigo por
su localidad.
Es necesario impulsar con mayor fuerza el intercambio de experiencias
entre grupos de distintas microrregiones; el programa cuenta con experien-
cias exitosas en prácticamente todas las líneas de financiamiento que serían
de gran utilidad para incrementar las capacidades de los grupos de base que
aún no logran el desarrollo pleno de sus proyectos. Estos intercambios pue-
den contribuir a incrementar las capacidades de los grupos para llevar a cabo
el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, garantizando su
conservación y evitando el cambio de uso del suelo, lo que permitiría mejo-
rar los medios de vida de las comunidades, reduciendo el riesgo que implica
el cambio climático.
172
Practicando un Modelo de Desarrollo
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Anexo 1
Especies de plantas manejadas, conservadas y/o utilizadas
en los proyectos de las diferentes líneas de financiamiento
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184
Practicando un Modelo de Desarrollo
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186
Practicando un Modelo de Desarrollo
187
Anexo 2
Especies de animales manejadas, conservadas y/o utilizadas
en los proyectos de las diferentes líneas de financiamiento
188
Practicando un Modelo de Desarrollo
189
Anexo 3 Prácticas Estratégicas
190
Practicando un Modelo de Desarrollo
191
Anexo 4: Actividades en los proyectos apícolas
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Practicando un modelo de desarrollo
Reflexión sobre la experiencia del PPD en la Península de Yucatán
25 Aniversario del Programa de Pequeñas Donaciones - México
octubre de 2019