Pablo Monje

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Problema

En la tradición que lucha en torno a establecer el trasfondo fundamental del derecho y el


ordenamiento jurídico surge siempre como cuestión fundamental el problema del poder
constituyente. La emergencia de esta problemática, el hecho de que ella no se pueda
soslayar, coincide siempre también con un momento de crisis institucional en donde el
orden jurídico positivo imperante entra en un proceso de crisis de legitimidad.1

Hoy por hoy no nos encontramos en condiciones de eludir este problema, toda vez que la
constitución que sustenta nuestro modelo político se encuentra herida de muerte después de
los violentos acontecimientos del llamado “estallido social” acaecido a fines del 2019. Se
cumple así el ciclo completo de una constitución cuyo origen es la violencia en la forma de
un golpe militar y cuyo fin es también la violencia en la forma de una sublevación
generalizada en contra del orden institucional que ella sustentaba. En estos cursos que
proponemos intentaremos demostrar que aquellos dos momentos son una manifestación del
poder constituyente originario y aunque distintas si al fin y al cabo originarias. Sin
embargo, si vemos el panorama completo, no tendremos que reconocer que el momento de
crisis radical del orden institucional promovido por la constitución del 80 se encuentra en
un momento puramente negativo. Ello por la sencilla razón de que no ha constituido una
forma determinada de organización de la vida política de la nación.

Ambos momentos históricos están constituidos en su origen, como ya lo hemos dicho, por
la violencia, no nos importa ahora hacer la diferencia entre el tipo y la magnitud de ella 2,
sino sólo constatar el hecho originario. Por lo que demostraremos también que a la base de
1 [1]
Clásica es esta disputa en tiempos de la república de Weimar entre Carl Schmitt y Hans Kelsen. Mientras
para uno la legitimidad del ordenamiento jurídico se deriva del procedimiento conforme a reglas que regula la
instauración del derecho, para Schmitt se deriva de un acto material de poder hegemónico. En Chile esta
problemática también se dio en el momento en que el golpe militar de 1973 despojo a las normas
constitucionales de la capacidad de regular los bandos que emanaban de la misma junta militar que tomó el
poder. En la comisión Ortuzar (órgano de asesoría jurídica del régimen) específicamente en la sesión N° 14,
se da una acalorada discusión, entre los mismos prosélitos del régimen, en torno a cuál es la fuente de
legitimidad de los bandos emanados de la junta militar que contravengan o deroguen las normas
constitucionales. Con esto surge nuevamente la discusión en torno al poder constituyente, donde el jurista
Alejandro Silva Bascuñán discute acaloradamente la tesis de Jaime Guzmán, que sostenía que la junta
detentaba la totalidad del poder constituyente de la nación rehabilitando con ello el principio de soberanía
monárquica en contra del principio de la soberanía popular, reeditando así la antigua querella entre Schmitt y
Kelsen.

2
Es evidente que esto se tocara, pero no es este análisis lo que marca nuestro concepto de poder
constituyente, sino más bien en lo que hace a la mantención de la legitimidad secundaria (histórica) de lo que
origina.
todo acto fundante de una determinada normatividad hay un acto de violencia que lo
origina, este acto de violencia originario está dirigido si, y esto es lo importante, en contra
de lo constituido, en contra de la normatividad y la normalidad establecida, es un acto que
en su origen es puramente negativo. Esta es una de las cuestiones que tenemos que explicar,
que la violencia originaria es siempre violencia en contra de lo dado, en contra de lo
osificado, volviéndolo caduco aun no teniendo una forma concreta para su reemplazo. Esta
violencia es para nosotros condición necesaria, aunque no suficiente, de la posibilidad de
una decisión sobre el modo y la forma de la existencia política.

Surge con lo anterior, el problema de cuál es el momento en el que el contenido concreto de


esa decisión existe: Según nosotros ese contenido es posterior al momento de la violencia
originaria, es un resultado y no un principio. Pues al ser el momento original puramente
negativo, allana el camino para una decisión, pero el momento negativo y anulador de lo
dado no es la decisión misma, esta es la condición suficiente pero no necesaria, como sí lo
es la violencia originaria, de lo que llamaremos proceso constituyente entendido como el
conjunto de acontecimientos sucesivos que instauran un orden legítimo y eficaz3.

Desentrañar estos momentos de forma abstracta será la parte propiamente analítica de


nuestro curso, aplicarlos a lo concreto será la parte histórica que dará también una prueba
en favor de la materialidad concreta de lo que en la exposición está solo dicho de forma
separada y mostrará la síntesis entre el concepto y el contenido material concreto.  Para esto
último veremos cómo los distintos conceptos se despliegan necesariamente del concepto
original de poder constituyente originario hasta la forma concreta de la ley nunca de forma
puramente abstracta.

Podríamos decir que nuestra hipótesis se resume de la siguiente manera, si la negatividad


esencial del poder constituyente originario da paso necesariamente a la forma legal que
regula la existencia política de la nación entonces en Chile este proceso completo se dio
solo desde el golpe de estado hasta el llamado “estallido” de 2019. Esto nos da pie a
postular otra hipótesis sobre el presente que podríamos formular como sigue: hoy nos
encontramos en un momento puramente negativo dado que, si el momento positivo es la
consolidación de un orden que sea acatado como prueba de su legitimidad, no contamos
3
Cabe preguntar cuál es la consecuencia de que este estado no cuente con una resolución normativa que dé
forma concreta a la política, la respuesta es obvia, la guerra civil o la anarquía.
con el y no estamos seguros si los procedimientos de que se ha dotado la política nos vayan
a conducir exitosamente a la obtención de aquello. Todo el análisis del proceso
constituyente que da como resultado la constitución del 80 nos servirá de guía para abundar
a favor de esta última tesis.

En vistas a la actual situación política es lógico hacer la pregunta de si este es un tema que
debiese ser tratado a la luz del proceso constituyente en curso, de si es o no importante que
la población se eduque respecto de la historia constitucional del último tiempo y se dote de
conceptos de análisis de cara a una participación y deliberación pública.

Objetivo general

 Lograr una incidencia en el cerro San Juan de Dios de Valparaíso en lo que respecta
a la comprensión del proceso Constituyente en curso, entregando contenidos y
generando debate público respecto de temas que son afines y relevantes a dicho
proceso.
Objetivos específicos

 Desarrollar un curso de historia y derecho constitucional con modalidad online en 7


sesiones para los habitantes del cerro San Juan de Dios
 Evaluar mediante un cuestionario-encuesta el nivel de logros respecto del objetivo
principal.

Bibliografía

Schmitt, C. Teoría de la constitución (2011) ed. Alianza


Schmitt, C. La dictadura (2011) ed. Alianza
Schmitt, C. El concepto de lo político (2011) ed. Alianza
Kelsen, H. Teoría pura del derecho (1971) ed. EUDEBA
Silva, A. Tratado de derecho constitucional, tomos I, II y III (1997) ed. Editorial jurídica
de Chile.
Benjamin, W. Hacia la crítica de la violencia. En Obras, libro II/ vol.1 (2010) ed. Abada
editores.
Cuante, Michael. El concepto de acción en Hegel (2010) ed. Antropos
Hegel, F. fenomenología del espíritu (1966) ed. FCE
Marx, K. Contribución a la crítica de la economía política (2005) ed. Siglo veintiuno
editores
Cristi, R. Ruiz-Tagle, P. El constitucionalismo del miedo (2014) ed. LOM ediciones
Ascanio, C. M, Salazar, M. Sepúlveda, O. Historia oculta del régimen militar (2008) ed.
Uqbar Editores.

Muy buen planteamiento del problema y redacción de objetivos, sin embargo falta la parte formal
(ni siquiera aparece su nombre en el trabajo). Son detalles, pero sugiero los corrija para la próxima
entrega.

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