Jorge Spindola
Jorge Spindola
Jorge Spindola
YA LO SÉ
yo ya sé
lo que es el amor.
a lo lejos había
un molino negro
el viento agitaba sus pedazos
molino deshecho
sin aspas para el vuelo
chaperío sin alas
llorando en pozo de la noche.
y ya sé lo que es el amor
en la pieza brillaban
por la luna
las latas de aceite supermóvil multigrado/
el viento ladraba a la ventana.
y por eso
yo ya sé lo que es el amor
yo ya sé lo que es la sangre
cuando arde como aceite en la penumbra.
no es ni por asomo
ítaca
Constantino Kavafis
cuando vuelves a ítaca no vuelves a ítaca exactamente porque ella no es la misma ni tú eres el
de entonces. cuando en sueños entras en la casa de la infancia y tu madre es esa mujer muy
alta de espaldas en la luz, no vuelves a ningún sitio de esta tierra, sólo son reflejos, lumbres de
una isla que navega y te busca a la deriva; ítaca entrando en sueños pregunta por tu nombre.
hay noches en que esa isla recala en otros sueños. entra en bares o en oscuras estaciones
donde se emborracha de murmullos, de otras voces, pero jamás deja de soñarte. a veces ítaca
encalla en mares aún ignorados por nosotros y entonces tienes sueños equívocos y errantes.
a veces ves en sueños el rostro de tu hijo y lo confundes con esa foto de tu abuelo: niño en
blanco y negro que sonríe un mediodía de luz allá en las islas abandonadas por el hambre. es
sólo la imagen de tu abuelo o de tu hijo un día desconocido y olvidado para el mundo, menos
para ti, que sabes que aunque olvidado en un cajón, hay otro instante de tu existencia más
remota y luminosa.
te levantas, vas al día. hay voces de gentes que se agitan, trabajas la tierra de otros, no tu
tierra. pides que no te pisen caminas por la cuerda, caras de clown en los semáforos. bailas
entras al almacén sin brújula navegas en un cyber. mandas mensajes a telémaco, le dices que
arde troya todavía y que anoche, justamente, te soñaste con una tripulación encantada
cayendo en la garganta de caribdis.
el atardecer mancha todo el horizonte y en cierta nube crees adivinar alguna de sus formas.
por un instante estás a punto de recordarlo todo para siempre pero las costas de esa isla ya
son otras. sustancia desvanecida en la memoria.
jerez volcado
yo era pez
siempre yéndose
niño de hombre
y hacía frío
de la casa de la madre
resbalaba
mi perro caimán
lamía mi alma agujereada
electrocutados
no había luz
espuma de manzana
soy viejo
y un beso
y las cruces
no sé
la mata de los mardones
(bar el refugio)
a los tumbos
enredada de sí misma
andaba la loca
de una punta
a contraluz se le notaban
qué le digo
déle un trago
de esa mata
Jorge Spíndola (Comodoro Rivadavia, 1961). Ha vivido en distintos lugares de Argentina y del sur del
continente. Reside en Chubut, su provincia natal. Publicó los poemarios Matame si no te
sirvo (1995), Calles laterales (2002) y Jerez volcado (2009). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía del XVI
Encuentro de Escritores Patagónicos 1994, Fondo Nacional de las Artes. Su libro Calles laterales fue
finalista del Premio Internacional de Poesía del Festival de Medellín, 2007. Integra diversas antologías,
como Abrazo Austral, poesía del sur de Argentina y Chile (Buenos Aires, 1999) o Poesía de la
Patagonia (Málaga, 2006). Su obra es ampliamente conocida por su vínculo con la oralidad, en recitales,
grabaciones, espacios teatrales y performances con artistas plásticos. Integra el Colectivo de Trabajo
Artístico “Bajo Los Huesos”.