V2 Lenguaje y Comunicacion p157 163

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APRENDIZAJES

CLAVE
Para la educación integral

Lengua Materna. Español. Educación secundaria


Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas
y sugerencias de evaluación
campo de formación académica.
programa de estudio

Lenguaje
y comunicación
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Lenguaje y comunicación

El Campo de Formación Académica Lenguaje y Comunicación para la edu-


cación básica agrupa cinco asignaturas que son medulares para adquirir y de-
sarrollar los conocimientos, actitudes y valores que permitan a los estudiantes
seguir aprendiendo a lo largo de su vida y afrontar los retos que implica una
sociedad diversa y en continuo cambio. Estas asignaturas son:

• Lengua Materna. Español


• Lengua Materna. Lengua Indígena
Segunda Lengua. Lengua Indígena
• Segunda Lengua. Español
• Lengua Extranjera. Inglés

La propuesta de contenidos y consideraciones didácticas en este campo de for-


mación busca orientar la enseñanza del lenguaje en tres direcciones comple-
mentarias:

1. La producción contextualizada del lenguaje, esto es, la interacción oral


y la escritura de textos guiadas siempre por finalidades, destinatarios y
tipos de texto específicos.
2. El aprendizaje de diferentes modalidades de leer, estudiar e interpretar
los textos.
3. El análisis o la reflexión sobre la producción lingüística.

Estas tres rutas de enseñanza confluyen en la noción de práctica social del


lenguaje en cuanto núcleo articulador de los contenidos curriculares.

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El aprendizaje del lenguaje

Las asignaturas que integran el Campo de Formación Académica Lenguaje y


Comunicación comparten la misma noción del lenguaje. Este se concibe como
una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva mediante la cual se expresan,
intercambian y defienden las ideas; se establecen y mantienen las relaciones
interpersonales; se accede a la información; se participa en la construcción del
conocimiento y se reflexiona sobre el proceso de creación discursiva e intelectual.
En todas las asignaturas se reconoce la enorme variedad social y funcio-
nal de las lenguas; se valora el papel de la familia, la localidad o la región geo-
gráfica en la transmisión de las variedades iniciales de lenguaje, y se asume el
papel primordial de la escuela en la enseñanza de las lenguas de comunicación
internacional y la preservación de las nacionales. En cuanto a la asignatura Len-
gua Materna. Español, se asume el desafío de educar en lengua asegurando
la adquisición de registros lingüísticos cada vez más elaborados, y de poner al
alcance de los estudiantes los diferentes modelos de norma escrita que existen
en el mundo de habla hispana: literaria, periodística y académica, entre otras.
Asimismo, se sostiene la idea de que el lenguaje se adquiere y educa en la
interacción social, mediante la participación en intercambios orales variados y
en actos de lectura y escritura plenos de significación. Por eso, los contenidos de
enseñanza se centran en modos socialmente relevantes de hacer uso de la len-
gua y de interactuar con los otros; en prácticas de lectura y escritura motivadas
por la necesidad de comprender, expresar o compartir una perspectiva sobre el
mundo, y en toda clase de interacción lingüística originada en la necesidad de
entender o integrarse al entorno social.
Es entonces prioridad de la escuela crear los espacios y proporcionar las
condiciones necesarias para que los estudiantes se apropien de las prácticas
del lenguaje socialmente relevantes, para que desarrollen la capacidad de inte-
ractuar y expresarse de manera eficaz en las diferentes situaciones de comuni-
cación de las sociedades contemporáneas, para que comprendan la dimensión
social del lenguaje en toda su magnitud y, al mismo tiempo, aprendan a valorar
la diversidad de las lenguas y sus usos.

Lengua materna, segunda lengua,


lengua extranjera, bilingüismo y plurilingüismo

La lengua materna o nativa es la primera que el niño adquiere en un contexto


natural a partir de la comunicación con los adultos que lo rodean. La noción
de segunda lengua es más difícil de precisar porque depende tanto del mo-
mento en que comienza el proceso de su adquisición, como de su presencia
política en una sociedad. El concepto de segunda lengua se define en relación
con el de primera lengua, generalmente la lengua materna, y se entrelaza con
el de bilingüismo.

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Cuando se adquieren simultáneamente en la infancia temprana y en
las mismas condiciones dos lenguas, resulta difícil establecer cuál de ellas
es la primera o la segunda. En casos como este, se dice que se produce un
bilingüismo inicial. Sin embargo, si se ha adquirido ya una lengua o el pro-
ceso de su adquisición se encuentra avanzado cuando se entra en contacto
intensivo con otra, entonces la última se considera una segunda lengua.
La distinción es importante porque durante el proceso de adquisición de
la segunda lengua pueden generarse problemas que requieren soluciones
específicas y que, si no se atienden, merman la capacidad para entenderla
y producirla.
El segundo factor relevante en la elaboración del concepto de segun-
da lengua, y que repercute decisivamente en su adquisición, se refiere a las
situaciones y condiciones en que se aprende. Cuando la segunda lengua se
aprende en un país donde coexiste como oficial u originaria con otra(s) len-
gua(s), se considera una auténtica segunda lengua; por ejemplo, el español
para aquellos niños cuya  lengua materna es cualquiera de las lenguas origi-
narias, o bien, el náhuatl o el maya para aquellos niños cuya lengua mater-
na es el español. Cuando la segunda lengua se aprende en un país donde no
es ni oficial ni originaria, se considera una lengua extranjera; por ejemplo, el
inglés o el francés en México.
El espacio geográfico y social que ocupa la segunda lengua (por ejem-
plo, la cantidad de hablantes, la extensión de las regiones donde se habla, la
dispersión o concentración de sus hablantes, la composición y función de
sus variedades, usos y modos de circulación, etcétera), así como el prestigio
que posee en una determinada sociedad y época, son variables que también
pesan en su difusión y aprendizaje. De ahí que valga la pena preguntarse
qué variedades y usos de una segunda lengua se aprenden de facto y cuá-
les se deberían aprender, y si para lograr su adquisición basta solamente
la inmersión en la comunidad de sus hablantes o se necesitan mecanismos
instruccionales formales.
El concepto de bilingüismo, lo mismo que el de plurilingüismo, hace refe-
rencia a situaciones diferentes. La primera tiene que ver con la capacidad de un
individuo para comunicarse de forma alterna en dos o más lenguas, dependien-
do del contexto comunicativo. La segunda se refiere a la coexistencia de dos o
más lenguas en el mismo territorio. En consecuencia, se darán diferentes tipos
de bilingüismo, según el grado de dominio de cada lengua, por un lado, y el uso
y estatus social de cada lengua, por el otro.
La relación entre las lenguas que coexisten en un país influye en la valo-
ración que les confiere la sociedad, de modo que se pueden generar actitudes
positivas o negativas hacia la adquisición de una segunda lengua. El bilingüis-
mo aditivo y el bilingüismo sustractivo son consecuencia de tales actitudes. El
primero ocurre cuando en el entorno social se piensa que el bilingüismo implica
el enriquecimiento cultural; como consecuencia, los niños desarrollan en armo-
nía el conocimiento y uso de ambas lenguas. El segundo aparece cuando, en el
contexto social, se percibe que el bilingüismo pone en riesgo la identidad del
grupo, o cuando la segunda lengua se valora más porque su funcionalidad y

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prestigio social son mayores; entonces, los niños entran en conflicto y pueden
abandonar el uso de alguna de ellas. El bilingüismo o plurilingüismo ideal es
aquel en el que tanto el dominio de las lenguas como su valoración en una de-
terminada sociedad resultan equilibrados.

Panorama lingüístico de la sociedad mexicana

México es un país plurilingüe y multicultural donde convive gran cantidad de


lenguas, tradiciones y costumbres. Junto al español, lengua materna de más
de 90% de la población mexicana, están las lenguas originarias, las cuales son
habladas por poco más de más de siete millones y medio de personas, según
los datos de la Encuesta intercensal 2015, realizada por el Inegi.107 La variedad
de lenguas originarias mexicanas es muy amplia; de acuerdo con el Catálo-
go de las Lenguas Indígenas Nacionales del INALI,108 existen 68 agrupaciones
lingüísticas que comprenden más de 364 variantes. El mosaico lingüístico del
país se enriquece con las lenguas de los inmigrantes que arribaron a lo largo de
los siglos XIX, XX y XXI, como los menonitas alemanes, establecidos principal-
mente en el norte del país; los italianos de Chipilo, Puebla; los franceses de San
Rafael, Veracruz; los chinos de las diversas comunidades extendidas por todo
el país; los miles de catalanes y gallegos y, más recientemente, los coreanos,
presentes primordialmente en la Ciudad de México y Querétaro, o los perua-
nos y guatemaltecos que han traído consigo otras lenguas originarias, entre
otros varios grupos.
El mismo español ofrece una multiplicidad de variantes. Están los dia-
lectos o variantes regionales: el español del norte, del centro, de las costas,
del sur y el de la península de Yucatán. Existe también el español de contac-
to, que se habla en zonas donde conviven hablantes de una o más lenguas
originarias, lenguas extranjeras e hispanohablantes y, por tanto, está sujeto
a los préstamos e interferencias con las otras lenguas. Están, además, los
sociolectos o variantes que dependen de la estratificación social y la escola-
ridad, o bien, de la necesidad de identificación de los diversos grupos socia-
les. Por último, se encuentran los registros, que son variedades funcionales
que dependen de la intención del hablante y la jerarquía de los participan-
tes en la situación de comunicación; el medio de transmisión del lenguaje
(conversación cara a cara, conferencias, textos impresos, lenguaje oral me-
diatizado por las tecnologías de comunicación, etcétera), el campo o marco
social donde se desarrollan los intercambios comunicativos (el aula escolar,

  Instituto Nacional de Estadística y Geografía, op. cit.


107

  Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales,


108

México, INALI, 2008. Consultado el 11 de abril de 2017 en: http://www.inali.gob.mx/pdf/


CLIN_completo.pdf

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la consulta médica, la sala de conferencias, el juzgado, la comida familiar, la
transmisión televisiva de noticias, etcétera) y el tema que se trate. Todas
estas variables determinan el grado de formalidad y especialización del len-
guaje, la planificación del discurso y la selección de los géneros textuales
o discursivos.
El bilingüismo o plurilingüismo de los mexicanos es muy variado. Por
ejemplo, están quienes hablan español como primera lengua y una o más
lenguas extranjeras como segundas; quienes hablan una lengua originaria
como primera y español como segunda, o hablan una lengua originaria como
primera e inglés como segunda. Hay también muchos extranjeros residen-
tes en México que hablan español como segunda lengua. Del mismo modo,
hay quienes tienen un bilingüismo equilibrado, esto es, una competencia alta
y similar en las dos lenguas en circunstancias diversas; otros pueden hablar
eficazmente en ambas lenguas, pero solo leer y escribir en una de ellas; hay
quienes son competentes en su primera lengua, y muestran capacidad para
leer en la segunda, pero no así para hablarla ni escribirla; otros manifiestan
una alta dependencia de su lengua materna para entender y expresarse en
la segunda.
Los programas de estudio de las asignaturas del campo de formación
Lenguaje y Comunicación reconocen la diversidad lingüística de México y
la riqueza que implica el plurilingüismo, tanto en el plano sociolingüístico y
cultural como en el individual y psicológico. Los bilingües y plurilingües de-
sarrollan una conciencia metalingüística más elaborada, pues tienen a su
alcance la posibilidad de distanciarse de su lengua materna y comparar sus
formas, significados y usos con los de las otras. Asimismo, el bilingüismo y
la enseñanza bilingüe desarrollan capacidades de abstracción y de análisis
que contribuyen a entender mejor el lenguaje, las diferencias lingüísticas y
sus funciones; amplían las competencias de tratamiento de la información,
porque vuelven la escucha, atención y observación del lenguaje más afina-
das; incrementan la adaptabilidad, pero también la creatividad, y tornan el
pensamiento más abierto y divergente.

Programas de estudio del Campo de formación


Lenguaje y comunicación

En nuestro país, tanto el español como las lenguas originarias y la Lengua de


Señas Mexicana se han declarado lenguas nacionales. El 13 de marzo de 2003,
se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley general de los derechos
lingüísticos de los pueblos indígenas, en la que se reconocen los derechos in-
dividuales y colectivos de los pueblos de México. Dicha legislación, en su Ar-
tículo 3° establece: “Las lenguas indígenas son parte del patrimonio cultural
y lingüístico nacional. La pluralidad de lenguas indígenas es una de las prin-
cipales expresiones de la composición pluricultural de la nación mexicana”;
mientras que en el 9° expresa: “Es derecho de todo mexicano comunicarse en

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la lengua de la que sea hablante, sin restricciones en el ámbito público o pri-
vado, en forma oral o escrita, en todas sus actividades sociales, económicas,
políticas, culturales, religiosas y cualesquiera otras”.109
Acorde con esta normativa, la Secretaría de Educación Pública ha em-
prendido la tarea de preservar e impulsar el uso de las lenguas originarias na-
cionales. Para ello, se han creado las asignaturas Lengua Materna. Lengua Indíge-
na y Segunda Lengua. Lengua Indígena; así como sus variantes. Por otra parte,
dada la preminencia del español como lengua de la mayoría de los mexicanos y
su importancia en la administración pública y privada, en los medios de comu-
nicación, la enseñanza y difusión de la ciencia en todos los niveles educativos,
así como de la cultura nacional e internacional, se ha decido apoyar su apren-
dizaje como segunda lengua, con la asignatura Segunda Lengua. Español, para
hablantes de lengua indígena. La enseñanza del español como segunda lengua
a la población indígena se respalda en el Artículo 11º de la Ley general de los
derechos lingüísticos de los pueblos indígenas, que dispone la obligación de
las autoridades educativas federales y de las entidades federativas de garanti-
zar que la población indígena tenga acceso a la educación obligatoria, bilingüe
e intercultural.
Asegurar el acceso a una lengua de comunicación internacional consti-
tuye otra prioridad de la educación básica. Una de esas lenguas es el español,
pues es utilizada por casi 470 millones de hispanohablantes en el continente
americano y europeo. La otra es el inglés, que se ha convertido en la lengua de
comunicación predominante en el mundo, no solo en el plano del turismo y los
negocios, sino de la comunicación cultural y científica. Con el fin de acercar a
los estudiantes mexicanos a la comprensión de la lengua inglesa, se propone su
enseñanza a todo lo largo de la educación básica.

  México, “Ley general de los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas”, en Diario
109

Oficial de la Federación, 2003. Consultada el 30 de enero de 2017 en: http://www. diputados.


gob.mx/LeyesBiblio/pdf/257171215.pdf

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