Estilos Educativos

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ESTILOS EDUCATIVOS FAMILIARES

Diana Baumrid (1966) identificó 3 estilos de crianza o educativos:


A) Autoritarios: los padres valoran el control y la obediencia incuestionable. Tratan de hacer
que los niños se sujeten a una norma de conducta establecida y los castigan enérgicamente
cuando la infringen. Son más despegados y menos cálidos que otros padres. Sus hijos suelen
manifestar descontento, retraimiento y desconfianza.
B) Permisivos: valoran la autoexpresión y autorregulación. Exigen poco y dejan, lo más
posible, que los niños revisen sus propias actividades. Cuando tienen que imponer reglas,
explican las razones. Consultan a los hijos sobre decisiones relacionadas con las normas y
pocas veces los castigan. Son cálidos y poco exigentes. Sus hijos preescolares suelen ser
inmaduros (son los que menor control ejercen sobre su persona y los que menos exploran).
C) Democráticos: valoran la individualidad de sus hijos, pero también subrayan las
limitaciones sociales. Confían en su capacidad para orientarlos, pero también respetan las
decisiones de independencia, los intereses, las opiniones y la personalidad de los niños. Son
cariñosos e indulgentes, pero también exigen un buen comportamiento, mantienen con
firmeza las normas e imponen con sensatez, castigos limitados cuando es necesario, en el
contexto de una relación cálida y de apoyo. Explican el razonamiento en el que se basan sus
posturas y promueven el intercambio verbal. Los hijos preescolares de este tipo suelen ser
los más independientes, controlados, asertivos, exploradores y satisfechos.
Maccoby y John Martin (1983) identificaron un cuarto estilo:
D) Negligente o diferente: padres que en ocasiones por tensión o depresión, se enfocan en sus
propias necesidades y no en las de su hijo.

Afecto y comunicación
Alto Bajo
Alto Democrático Autoritario
Control y exigencias
Bajo Permisivo Indiferente

Esta tipología de los cuatro estilos educativos se han relacionado con determinadas características
en los hijos cuando llegan a la adolescencia:

Relación entre los estilos educativos paternos y las características de sus hijos adolescentes
Padres Hijos
• Confianza en ellos mismos
• Buena actitud y rendimiento escolar
Democráticos
• Buena salud mental
• Escasos problemas de conducta
• Confianza en ellos mismos
Permisivos • Poco malestar psicológico
• Problemas de conducta y abuso en el consumo de drogas
• Obedientes y orientados al trabajo
• A veces hostiles y rebeldes
Autoritarios
• Poca confianza en ellos mismos
• Problemas depresivos
• Problemas escolares
Indiferentes • Problemas de ajuste psicológico
• Muchos problemas de conducta y abuso en consumo de drogas
Finalmente, en cuanto al aprendizaje de normas sociales los niños imitan a sus padres y cuando hay
contradicción entre los que sus padres dicen y sus padres hacen los niños optan por tener más en
cuenta las conductas.

ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN

La estrategia que se seguirá en este tipo de casos es contextual, de forma que los padres son
los principales agentes de cambio. Con ello no se pretende culpabilizar a los padres por el problema
de sus hijos/as, pero sí corresponsabilizarse de su solución. Podemos aceptar que el origen de los
problemas esté en el temperamento del hijo, sus actitudes o incluso las “malas compañías”, pero es
importante redoblar los esfuerzos con los padres, especialmente si el chico/a no ve el problema o no
tiene interés en cambiar.
Por otra parte, trataremos que la terapia no consista en alinearse con los padres “contra” los/
as hijos/as. Al contrario, mantenemos una posición en la que todo el núcleo familiar participa,
procurando dar voz a los/as niños/as y adolescentes y engancharles en el proceso terapéutico. Para
ello es útil tener no solo sesiones con toda la familia, sino también espacios en que se hable a solas
con los padres o los/as hijos/as.
Tipos de trabajo:
• Personal: con niños/as utilizaremos un enfoque centrado en soluciones. Conversar sobre sus
logros y avances y elogiarlos por ello es algo que les motiva y que se puede completar
mediante ofrecimiento y diplomas y premios. También se indagará sobre la gestión
emocional. Con los padres es importante recuperar una visión positiva del hijo/a que en
ocasiones está muy deteriorada y también puede ser necesario recuperar el espacio de pareja.
• Interpersonal: combinaremos las estrategias de:
◦ Promover y facilitar interacciones positivas. Es importante hacer un esfuerzo por
cambiar.
◦ Bloquear y modificar interacciones problemáticas. Se insistirá que en vez de entrar en
escaladas improductivas con sus hijos/as intercambiando reproches, insultos o amenazas,
actúen con autoridad poniendo límites adecuados de forma tranquila pero firme (“Mano
de hierro con guante de seda”). Esto implica tomar medidas cuando los hijos/as se salten
algún límite. Una parte fundamental de esta línea de trabajo es ayudar a los padres a que
actúen de común acuerdo, lo que a veces requiere alguna tarea previa que flexibilice
posturas encontradas.
• Aspectos biológicos: hay que tener en cuenta los posibles efectos biológicos que puedan
estar influyendo en la conducta de su hijo/a. Por ejemplo, tal vez es necesario abordar
cuestiones como un posible TDAH en problemas de conducta o descartar dislexia en
problemas de rendimiento escolar o celiaquía al trabajar problemas de alimentación, por
poner algunos ejemplos. Los niños/as pequeños necesitarán también un ritmo regular de
alimentación y sueño. Y tanto los pequeños como los mayores se beneficiarán de un
ejercicio físico adecuado.

Con la terapia es inevitable el cambio. La cuestión no es si cambiar o no, sino qué cambiar.
TAREAS PARA LOS PADRES

Primera semana

1. ¿Qué objetivos concretos quieren conseguir?


2. Estar muy atentos y anotar las cosas que suceden en la pareja/familia que queráis mantener.
3. Estar atentos a todas las ocasiones en las que se dé una excepción, es decir, en las que en vez
del problema se dé alguna de las conductas alternativas que desean. En familia, se puede
plantear la tarea como un concurso, en la que el ganador será quien más excepciones haya
anotado. Para parejas, la variante consiste en pedir a cada miembro que pille al otro
haciendo algo agradable.
4. Fijarse en qué ocasiones podrían hacer algo relacionado con sus objetivos, pero no hacerlo
todavía

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