Los Sujetos Del Derecho Internacional Público
Los Sujetos Del Derecho Internacional Público
Los Sujetos Del Derecho Internacional Público
En el periodo clásico, únicamente los Estados eran sujetos de Derecho Internacional, dado que el DI
surge en la Edad Moderna como un orden regulador de las relaciones entre colectividades políticas
independientes, esto es, como un orden interestatal, en donde los Estados eran los únicos creadores y
destinatarios del ordenamiento jurídico internacional. Por ello se dice que los Estados son sujetos originarios
del Derecho Internacional (DI).
Sin embargo, la evolución del Derecho Internacional ha llevado a considerar que otras entidades
también podrían tener derechos y obligaciones en el plano internacional y, por tanto ser sujetos de DI. No
existe límite en este sentido, y cada vez que se ha estimado oportuno investir de personalidad internacional a
determinados sujetos, se ha ido ampliando el número y tipología de sujetos de derecho internacional.
Especialmente destacable es el fenómeno de las organizaciones internacionales, apenas existentes hasta la
segunda mitad del siglo XX y que han proliferado enormemente hasta el momento actual. Junto a ellas,
podemos citar otros sujetos secundarios o derivados de DI como son los pueblos, los beligerantes, etc.
Junto a estos nuevos sujetos de DI, es interesante destacar la existencia de otras entidades que influyen
notablemente en las relaciones internacionales, pero que operan desde un punto de vista sociológico y no
jurídico. Nos estamos refiriendo tanto a las organizaciones no gubernamentales como a las empresas
transnacionales, cuya relevancia como actores de las relaciones internacionales está fuera de duda, pero cuyo
estatuto jurídico depende del derecho interno de un Estado y no del Derecho Internacional.
Los Estados tienen capacidad plena porque se entiende que reúnen todas las características derivadas de
ser sujeto del orden jurídico internacional. Otros sujetos solo tienen capacidad restringida porque únicamente
poseen algunos de los rasgos de la personalidad internacional. ¿Cuáles son dichos rasgos?
El derecho de acceso a las instancias internacionales para reivindicar los propios derechos por vía de
reclamación internacional.
Las organizaciones internacionales, por ejemplo, tienen capacidad restringida, porque solo tienen
aquellas posibilidades de actuación que le han sido atribuidas por los Estados en virtud de su acto de
creación (tratado constitutivo). Lo normal es que puedan participar en los procesos de creación de normas
jurídicas internacionales, gocen del derecho de legación, puedan incurrir en responsabilidad internacional...
pero su acceso a las instancias internacionales para hacer valer sus derechos es más limitado que en el caso
de los Estados.
La exigencia de atribución de personalidad internacional por parte de otros sujetos de DI viene a situar
el problema en el plano del reconocimiento. Sin embargo, algunos de estos sujetos derivados de DI llegan a
alcanzar, por sus propias características y por la aceptación general, una personalidad internacional objetiva,
esto es, no limitada al círculo de los sujetos cualificados que los reconocieron. Es el caso de las
organizaciones internacionales de ámbito universal o cuasi-universal como Naciones Unidas.
El TIJ afirmó en su Opinión Consultiva de 1949 que los 50 Estados (que en 1945 habían suscrito la
Carta) "representan una gran mayoría de los miembros de la comunidad internacional y tienen el poder,
conforme al Derecho Internacional, de crear una entidad que posea una personalidad internacional objetiva y
no, simplemente, una personalidad reconocida por ellos solos."
Los Estados nacionales; debidamente reconocidos por sus pares y por la comunidad internacional como
tales.
La comunidad beligerante y los movimientos de liberación nacional; en ciertos casos en que son
reconocidos como actores políticos y no criminales.
La persona física; como sujeto pasivo del derecho internacional, pues recibe de éste obligaciones y
derechos.
Además, pueden agregarse ciertos casos especiales, como el de la Santa Sede y la Orden de Malta.
En los sujetos de DIP, concurren determinadas características, elementos y atributos propios del
sistema.
Cuando decimos atributos nos referimos a aquellos propios de un sujeto pleno como ser: capacidad de
JUS TRACTATUM – JUS LEGATIONI – Y LOCUS STANDI.
Los propios Estados para el gobierno y manejo de sus relaciones se ven obligados a la creación de
sujetos internacionales. Los Estados como sujetos creadores de derecho internacional, tienen la prerrogativa
de dar existencia a nuevas personas internacionales y la función privativa de los Estados, que es la de
elaborar las normas del derecho internacional, es compartida y delegada a estos nuevos sujetos, como por
ejemplo, las organizaciones internacionales.
El Estado, en su acepción actual, como entidad organizada soberana, surge en Europa occidental en el
siglo XVII, cuando se celebran los Tratados de Westfalia que ponen fin a la guerra de los Treinta años-
(1618-1648) y se crean los Estados nacionales.
Concepto.
El término "sujeto" tiene un significado jurídico muy particular. Se refiere a una entidad que puede
tener derechos y obligaciones en un sistema jurídico determinado. Por lo tanto, uno puede ser un sujeto de
derecho suizo o internacional, el sujeto es un titular de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
Los sujetos son las entidades con derechos y obligaciones impuestas por el Derecho internacional. Para
la concepción Clásica los Estados; son los sujetos plenos del ordenamiento internacional, sin que puedan
existir otros sujetos que no sean Estados. En la actualidad, ésta posición ha sido revisada, considerando que
si bien los Estados son los sujetos naturales y originarios, existen a su lado, otros sujetos derivados o
secundarios.
El Estado.
El Estado ha sido considerado el sujeto indiscutible del D.I clásico y del contemporáneo.
El Estado, en su acepción actual, como entidad organizada soberana, surge en Europa occidental en el
siglo XVII, cuando se celebran los Tratados de Westfalia que ponen fin a la guerra de los Treinta años-
(1618-1648) y se crean los Estados nacionales.
Territorio: El territorio es el espacio físico dentro del cual la organización estatal ejercita en plenitud la
propia potestad de gobierno, excluyendo en él cualquier pretensión de ejercicio de análogos poderes
por parte de otros Estados. El territorio abarca un conjunto de espacios:
La superficie terrestre.
Población: La población es el conjunto de personas que de modo permanente habitan en el territorio del
Estado y están en general unidas a éste por el vínculo de la nacionalidad. Al caracterizar a la población
como permanente se está haciendo referencia a su estabilidad relativa sobre el territorio del Estado, la
cual no parece que tenga que verse afectada por la práctica del nomadismo de ciertas comunidades
humanas que, no obstante, moran habitualmente dentro del espacio físico estatal. En este conjunto de
espacios el Estado despliega con el máximo de intensidad sus poderes soberanos y no meras
competencias de tipo funcional como aquellas de las que puede disponer en otros espacios.
Capacidad de entablar relaciones internacionales: El conjunto de los órganos del Estado, esto es, el
gobierno lato sensu, debe ser efectivo, en el sentido de estar en condiciones de desarrollar las funciones
estatales en la esfera interna y de hacer frente a los compromisos del Estado con otros sujetos del
Derecho internacional en la esfera externa.
Mini estados.
Estados asociados: Estados que luego que se independizaron continuaron ligados con su antigua
metrópolis por medio de un Tratado, por Ej: El Reino de Bután, tras de independizarse de la India
concluyeron un Tratado mediante el cual la India se encargaría de sus relaciones exteriores.
Estados asociados autónomos: Estados que mediante un acto de libre determinación o un Tratado
acuerdan que se asocian con otro Estado, quién se encargará en algunos casos de sus relaciones
exteriores o su defensa. Pese al grado de subordinación que este acuerdo representa, mantienen su
personalidad internacional.
Teoría Sobre el Concepto de Nación.
En el siglo XIX se identifican, por primera vez, las ideas de nación, pueblo y Estado. Son aún nociones
difusas que están por definir. La nación se identifica con un grupo de personas que tienen en común algo.
Pero ese algo es diferente según el grupo de intereses que se definan. La nación la suele constituir un pueblo,
que se identifica con un territorio (el concepto de pueblo también es difuso). Para que una nación pueda
considerarse como tal, se entiende que debe tener un Estado independiente, con lo que se identifica Estado y
nación. La visión romántica del asunto pretende que cada pueblo, para ser tal, debe luchar por tener un
Estado. Lo que sí estaba muy claro era qué era un Estado: un conjunto de instituciones que administra y
gobierna un territorio.
Menos del 10% de los estados-nación lo son completamente (en el sentido de que el Estado se
corresponde con una única Nación) Como ejemplos, puede citarse Japón.
En la mayoría de los casos hablamos de estados plurinacionales cuyos miembros pertenecen a
identidades colectivas diferentes. En ocasiones esta pluralidad es asumida sin tensión, pero en otras
puede causar situaciones de conflicto. El caso de España es paradigmático, así como otros múltiples
ejemplos como Bélgica, China, etc.
Finalmente hay naciones divididas por más de un estado. P.ej. Corea del Norte y Cortea del Sur.
La nación es una e indivisible, y está compuesta por un conjunto de ciudadanos con soberanía
indiscutible que se expresa en la formación de un Estado. El derecho a tener un Estado, de los pueblos,
supone, así, un derecho natural anterior a la creación del mismo. Pero este concepto implica, también, el de
democracia participativa, puesto que es en el pueblo en donde reside la soberanía, y el que se concede un
determinado tipo de Estado.
Sin embargo, en la práctica, jamás se definió lo que era un pueblo, y los Estados nación se
constituyeron sin atención a etnias, lenguas o religiones, ni a diferencias culturales. Lo que identificaba el
sentimiento nacional era el bien común frente al privilegio, y el sentimiento, irracional, de pertenecer a una
misma comunidad. El imperialismo demuestra que tampoco la identificación con un territorio era motivo
para la creación de una nación. Además, existen naciones sin territorio, como los judíos o los gitanos. El
ciudadano es el que pertenece a un pueblo soberano que forma un Estado. Pero en esta época, el concepto de
nación no se forma por exclusión de una frente a otras, sino que pretenden aglutinar en un Estado nación a
todos los que de alguna manera se pueden identificar como pertenecientes a un mismo pueblo: son los pan
nacionalismos.
Italia, Alemania y Austria-Hungría son los tres Estados nacionales que surgen en el siglo XIX. Los tres
son grandes Estados con un peso específico dentro de las potencias europeas.
A pesar del empuje del nacionalismo como ideología, no todos los Estados son nacionales, ni todas las
naciones tendrán Estado. En realidad, la formación de un Estado es independiente del concepto de nación, y
en todos los Estados hay varias naciones o pueblos. Es un problema de escala: el Estado para que sea viable
económicamente ha de tener un determinado tamaño mínimo, que viene definido por el mercado para los
productos industriales. Los Estados se crean a raíz de la formación de un mercado nacional libre de trabas
aduaneras. El debate de la nación Estado se plantea fuera de la ideología liberal, que en última instancia es la
que predomina a la hora de crear Estados reales. La complejidad para definir lo que es una nación y lo que es
un pueblo, que tienen derecho a un Estado, es, ante todo, metodológica.
Para dar una definición de "nación", primero es preciso analizar el concepto. Concretamente, la
"nación" tiene una serie de géneros y especies. Los géneros son tres: nación biológica, nación antropológica
y nación política. A su vez, la nación biológica tiene tres especies. La primera se refiere al individuo, al
organismo viviente; ahí está el concepto original de "nación" proveniente de nascor ("nacer", en latín). Es
decir, nación es lo que ha nacido. En cuanto al concepto de nación antropológica, cabe decir que este
concepto tiene ya características específicamente humanas, entre las cuales se halla el carácter institucional
de las actividades de los hombres y la racionalidad, que radica en la manipulación de las cosas externas. Es
también un concepto oblicuo, porque proviene de las naciones periféricas al Imperio romano, donde se cuece
la idea de nación. Esos grupos que rodean al Imperio son gentes o naciones étnicas, grupos humanos que
están en la periferia del Imperio. Cuando estas naciones se integran en la sociedad política (reino, Estado,
imperio, etc.) se convierten en naciones étnicas no políticas. Como ejemplos, puedo citar las naciones en las
que durante la Edad Media se clasificaban los mercaderes de mercados tan lejanos entre sí como París o
Medina del Campo, y que carecían de cualquier sentido político; otro tanto sucedía con los colegios mayores
de las universidades, donde los alumnos se clasificaban por su nación, que era el lugar de origen.
La palabra nación proviene del latín nātio (derivado de náscor, nacer), que podía significar nacimiento,
pueblo (en sentido étnico), especie o clase. Escribía, por ejemplo, Varrón (116-27 a.C.): Europae loca multae
incolunt nationes ("Son muchas las naciones que habitan los diversos lugares de Europa"). En los escritos
latinos clásicos se contraponían las nationes (bárbaros no integrados en el Imperio) a la civilitas (ciudadanía)
romana. Dice Cicerón: Todas las naciones pueden ser sometidas a servidumbre, nuestra ciudad no.
El concepto de nación (tanto política como cultural) tal como lo entendemos hoy, es decir, con su
intrínseco componente político, no surge hasta fines del siglo XVIII, coincidiendo con el fin del Antiguo
Régimen y el inicio de la Edad Contemporánea. Es entonces cuando se elaboran las primeras formulaciones
teóricas sólidas de la nación y su plasmación en movimientos políticos concretos. Es decir, las obras de los
ilustrados de fines del siglo XVIII y las Revoluciones Americana y Francesa. Desde entonces los dos tipos
de nación han ido evolucionado entrelazadamente hasta hoy. Sin embargo el término, de origen latino,
existió antes, con otros significados.
Diversas Acepciones.
"Nación", en sentido estricto, tiene dos acepciones básicas. La "nación política", en el ámbito jurídico-
político, es el sujeto político en el que reside la soberanía constituyente de un Estado. La "nación cultural",
concepto socio-ideológico más subjetivo y ambiguo que el anterior, se puede definir a grandes rasgos como
una comunidad humana con ciertas características culturales comunes a las que da un sentido ético-político.
En sentido lato "nación" se emplea con variados significados: Estado, país, territorio o habitantes de ellos,
etnia, etc.
A partir de entonces, este principio se ha invocado en numerosas ocasiones y para casos muy distintos
de los que originalmente se tuvo en consideración. La cuestión de Palestina, por ejemplo, ha buscado refugio
en este derecho para reivindicar un Estado palestino al considerar que se trataba de un territorio ocupado.
Similarmente, el derecho a la autodeterminación de los pueblos sirvió para dar legitimidad internacional a la
independencia de las repúblicas bálticas de la URSS, que fueron ocupadas antes de la II Guerra Mundial en
virtud del pacto Molotov-Ribbentrop. Ya en el siglo XXI, el derecho de autodeterminación ha planteado
problemas en su aplicación en los casos de Kosovo y Osetia del Sur, que han puesto de relieve la dificultad
de hacer valer la independencia de un territorio a los ojos de la comunidad internacional. En este sentido, los
procesos de autodeterminación que se viven en la actualidad en Cataluña y el Kurdistán han vuelto a poner
este principio en el primer plano internacional al constatar las dificultades que tiene para aplicarse y hacerse
efectivo.
Aunque el principio de que los pueblos deban poder disponer de sí mismos, ocupe un lugar importante
en el pensamiento político moderno, sobre todo después de la guerra mundial, conviene hacer notar que no
se encuentra inscrito en el Pacto de la Sociedad de las Naciones. Y la consagración de este principio en cierto
número de tratados internacionales no basta para que sea considerado como una de las reglas positivas del
Derecho de Gentes (Bermejo, 2007).
Las primeras referencias al derecho a la autodeterminación de los pueblos se pueden encontrar durante
el fin de la primera guerra mundial, como una reacción protectora de las diferentes minorías que existían al
interior de los países que fueron partícipes dentro del ya mencionado conflicto.
Más exactamente se le debe la idea del derecho a la Autodeterminación de los pueblos al Presidente
Norteamericano Woodrow Wilson, quien planteó los 14 principios formulados el 12 de febrero de 1918 con
motivo de adelantar un llamado a las naciones europeas en conflicto para que detuvieran el fuego y dieran
paso a la reconstrucción del continente. Junto al principio de autodeterminación se encuentran otros
memorables como “América para los americanos”, la “doctrina Monroe” y la prohibición de interferencia
extranjera en otro país a raíz de cualquier tipo de impago de deuda, situación inicialmente ideada para
solucionar los inconvenientes derivados y originadores de la I Guerra Mundial. El Presidente Wilson
conceptualiza el principio de autodeterminación o self-determination, en los siguientes términos:
“Todas las aspiraciones nacionales bien definidas deberán recibir la satisfacción más completa que
pueda ser otorgada sin introducir nuevos o perpetuar antiguos elementos de discordia o de antagonismo
susceptibles de romper con el tiempo de paz en Europa y, en consecuencia, con el mundo”
Es así como la idea de la Autodeterminación de los Pueblos se estructura a partir de la libertad de los
pueblos para elegir su gobierno sin ningún tipo de presiones o influencias externas con la idea que son los
mismos pueblos los que determinen de esta manera su propio destino. Este principio es muy amplio porque
en ningún momento se entra a determinar o conceptualizar qué se entiende por pueblo. Debido a esta
ausencia de precisión conceptual, diferentes movimientos nacionalistas emplearon esta definición y la
restructuraron con el fin de que esta concepción de pueblo únicamente tratara de los estados nacionales y, a
la par, este derecho o libertad de elección de gobierno fue adoptado como un derecho de secesión
debidamente justificado por movimientos independentistas, dada su libertad de elección.
Uniones de Estados.
En los ámbitos del Derecho Constitucional y del Derecho Internacional hay dos formas de unión de
Estados: la unión personal y la unión real.
Existe unión personal si el gobernante de un Estado es, al mismo tiempo, gobernante de otro. O sea si
los órganos principales de gobierno de Estados diferentes tienen un titular común. Este tipo de unión se
produjo en las viejas monarquías cuando, en virtud de leyes sucesorias de coronas distintas, una misma
persona ocupó el trono de dos Estados, aunque éstos mantuvieron su propia organización e independencia.
En la actualidad no existen casos de unión personal. Ellas sólo tienen un valor histórico. Como ejemplos del
pasado pueden citarse a España y Alemania bajo Carlos V (1520-1556), Inglaterra y Hannover (1714-1837)
y Holanda y Luxemburgo (1815-1890). Algunas de esas uniones se disolvieron por obra de las mismas leyes
sucesorias que las produjeron, que no permitían el reinado de las mujeres. En otros casos, en cambio, la
unión personal se transformó en unión real, como ocurrió con los reinos de Castilla y Aragón en España o
con Inglaterra y Escocia.
La literatura jurídica y política del siglo XIX y principios del XX se ocupó ampliamente de este tipo de
uniones. Jellinek, Brie, Hatschek y otros tratadistas les dedicaron muchas páginas de sus libros.
La unión real no entraña el nacimiento de un nuevo Estado sino la creación, a través de sendas
reformas constitucionales, de ciertas instituciones gubernativas comunes. Los Estados por ella vinculados no
pierden su soberanía por el hecho de la coalición sino que la limitan en aquellos temas que, como el de la
política exterior u otros, han decidido manejarlos de común acuerdo y por medio de órganos compartidos.
En consecuencia, la distinción fundamental entre la unión personal y la unión real es que, a diferencia
de aquélla, ésta determina para los Estados coligados no solamente la comunidad del titular del órgano sino
la del órgano mismo, con lo que se vuelve evidente el carácter institucional de esta unión.
El Federalismo.
El Federalismo viene de la palabra latina foedus, es decir, alianza. Es un sistema político que consiste
en promover, desde el Estado central, la autonomía de las regiones, provincias o estados, que en su conjunto
forman una nación.
El federalismo busca, desde la autonomía de esas entidades territoriales, establecer acuerdos de unión o
alianzas que permitan responder y dar soluciones más asertivas y rápidas a los problemas que afectan a la
sociedad.
Es decir que el federalismo es la doctrina política mediante la cual distintos Estados o naciones se
agrupan en uno solo, cuyas leyes comunes rigen para todos, dado que la soberanía del conjunto le es
otorgada. Al mismo tiempo permite a los estados federados contar con leyes propias y con un importante
margen de autonomía. A los Estados conformados de esta forma se les conoce como Estados federativos o
Naciones federativas.
En este sentido, las autoridades de las entidades territoriales pueden tomar decisiones políticas,
legislativas y judiciales que les competen. De allí, que en algunos estados o provincias existan, por ejemplo,
diferentes leyes o estatutos en referencia a lo que se considere legal o no en un lugar determinado.
El federalismo propone la negociación entre poderes locales y el manejo descentralizado del Estado, a
través de la convivencia de dos tipos de poderes: los poderes locales o regionales de cada organismo
federado, y los poderes generales o federales que rigen al conjunto. Esta división abarca a todas las ramas del
poder público: ejecutivo, legislativo y judicial.
No obstante, aunque exista un ente u organismo autónomo, los estados, provincias o regiones siempre
están relacionados por las normas generales del gobierno y, que son compartidas a nivel nacional como, por
ejemplo, cumplir con lo establecido en la Constitución Nacional.
Muchos son los países que poseen un sistema político federal, entre los que se pueden mencionar
Alemania, Canadá, Brasil, Estados Unidos, México, entre otros.
Sin embargo, el federalismo es diferente en cada país, ya que, se trata de un sistema que se puede
ajustar a la realidad de cada nación.
Lo importante del federalismo es que el Estado, en general, reconoce sus partes y la diversidad de
realidades que existe en cada una de éstas. Por ello, posee un sistema de gobierno flexible que busca
desarrollar proyectos que concilien los valores sociales, políticos, económicos y culturales generales de un
país.
De esta manera, en síntesis se plantea el federalismo, como sistema político, cuyo propósito es ajustar y
mantener el equilibrio de poder a lo largo y ancho de un territorio nacional.
En estos casos debemos hablar de los protectorados y los Estados en neutralidad perpetua.
Protectorados.
El protectorado es una institución de Derecho internacional en la que dos Estados, establecen una
relación en la que uno llamado Estado protegido cede a otro llamado Estado protector, el ejercicio de ciertas
competencias determinadas en el tratado que da origen al protectorado.
Es voluntario pues depende de un tratado. Hay ocasiones con voluntad dudosa. Como ejemplo: lo
ocurrido con Bohemia como protectorado de la Alemania nazi.
Una característica típica es que el Estado protector se encarga de las relaciones internacionales del
Estado protegido.
Como es lógico, cada protectorado tiene un tratado distinto y se rige sólo por él, ratificando esta
postura por la sentencia de la Corte Internacional de Justicia en el caso “Derechos de los nacionales de
Estados Unidos en Marruecos” donde establece que los derechos de Francia sobre Marruecos están definidos
por el Tratado de Fez de 1912 y por lo tanto, las obligaciones previamente contraídas por el Estado
protegido, siguen en vigor, no obstante el protectorado se encuentre vigente y que no hayan sido suspendidas
o terminadas por el protegido en términos del Derecho Internacional.
Esta institución está teniendo un declive, debido a la tendencia actual a gozar de una independencia
plena, pero subsiste en el caso de países pequeños que tienen problemas de representación internacional,
como lo es el caso de Mónaco, protectorado de Francia; San Marino, protectorado de Italia; Liechtenstein,
protectorado de Suiza y Andorra, protectorado conjunto de Francia y España, éste último a través del Obispo
de Seo de Urgel.
Este caso también es una institución de Derecho internacional en donde un Estado es colocado bajo la
categoría de neutralidad permanente, mediante un tratado, comprometiéndose a no iniciar una guerra, ni
apoyar a algún bando en la guerra entre terceros países, ni a participar en guerras, salvo el caso de la legítima
defensa.
Su característica principal es su permanencia, pues en el tratado que le da origen debe haber garantía de
alguno de los Estados que formen parte de dicho tratado, para que esa neutralidad no sea dañada.
En ese sentido, la responsabilidad de los Estados neutrales implica que ni siquiera preventivamente
pueden participar en alianzas militares, tratados de legítima defensa colectiva, ni permitir que en su territorio
se concedan permisos para instalar bases militares. Esto no quiere decir que el Estado neutral pierda el
derecho de tener ejército o fuerzas armadas.
El ejemplo típico de esta institución es Suiza que es neutral permanente desde la Declaración de las
Potencias del 20 de marzo de 1815.
Bélgica también tuvo este carácter, pero lo perdió en la Segunda Guerra Mundial cuando apoyó a los
aliados en contra de los países del eje.
Austria lo tiene con base en el llamado Memorándum de Moscú, entre los soviéticos y los austriacos,
ratificado por el Estatuto Constitucional Federal sobre neutralidad permanente, ambos de 1955. Esta calidad
fue posteriormente reconocida por los miembros permanentes del Consejo de seguridad de las naciones
Unidas.
A comienzos de 1984, Costa Rica se declaró en estado de neutralidad perpetua, pero fue mediante una
declaración unilateral, por lo que hay que tener reserva de dicho carácter.
Hay que distinguir la neutralidad permanente, del estado de neutralidad o de la neutralidad tradicional.
Ahora bien, la neutralidad tradicional es la adoptada por un país durante cierto período histórico, de no
participar en discusiones políticas o conflictos bélicos, Evitando alinearse o aliarse con otros Estados para
dichos fines, pero que se reserva el derecho de abandonar dicha posición en el momento en que lo desee. El
ejemplo típico es Suecia.
El Vaticano.
Etimología: Su nombre viene del monte Vaticano (probablemente del latín vaticinĭum: predicción,
vaticinio; o vāticinātio: profecía, vaticinio, pues antiguamente la colina era la sede de un oráculo etrusco o tal
vez del nombre de un poblado del mismo origen, Vaticum).
El Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano se rige por una monarquía absoluta y electiva,
dirigida por el papa con sede en la Ciudad del Vaticano.
Es un Estado soberano sin salida al mar, cuyo territorio consta de un enclave dentro de la ciudad de
Roma, en Italia. Es uno de los seis microestados europeos, y también es el Estado más pequeño en extensión
y población del mundo.
La Ciudad del Vaticano tiene una extensión de 0,44 km² (44 hectáreas) y una población de
aproximadamente 900 habitantes. Sus ciudadanos tienen una tasa de alfabetización del 100 %. Por lo que
resulta un híbrido de ciudad elevada al rango de Estado independiente.
La Ciudad del Vaticano comenzó su existencia como Estado independiente en el año de 1929, tras la
firma de los Pactos de Letrán celebrados entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia, cuyo dominio data
del año de 1870, producto de la conquista de los Estados Pontificios por parte del Reino de Italia.
La Ciudad del Vaticano no ha establecido ninguna lengua oficial por ley. Aunque se hablan varios
idiomas entre estos los principales son; Italiano, Inglés, Francés, Alemán, Romanche, Portugués, entre otros.
Sin embargo, de conformidad con el párrafo 2 de la Legge sulle fonti del diritto de 7 de junio de 1929,
promulga sus leyes y reglamentos mediante el Supplemento per le leggi e Disposizioni dello Stato della Città
del Vaticano, en idioma italiano, adjunto al Acta Apostolicae Sedis. El latín es el idioma oficial de la Iglesia
católica.
La nacionalidad vaticana no se obtiene por nacimiento, sino por concesión. Es la única en ese tipo. Son
ciudadanos de nacionalidad vaticana todos los diplomáticos empleados en las nunciaturas como las
embajadas vaticanas de todo el mundo y aquellas personas que ejercen funciones para el Estado de la
Ciudad.
La máxima autoridad del Vaticano y jefe de Estado del mismo, es el papa de la Iglesia católica, por lo
que puede considerarse la única teocracia y la última monarquía absoluta de Europa. El sumo pontífice
delega las funciones de gobierno en el secretario de Estado. En rigor, es la Santa Sede y no el Estado del
Vaticano la que mantiene relaciones diplomáticas con los demás países del mundo. El Vaticano mantiene
relaciones diplomáticas con nuestro país desde el año de 1869. La Santa Sede tiene una nunciatura en
Caracas y Venezuela tiene una embajada en Roma. Por otro lado, es el Vaticano quien da el soporte temporal
y soberano (sustrato territorial) para la actividad de la Santa Sede.
La Guardia Suiza, cuyo nombre oficial es Corpo Della Guardia Svizzera Pontificia, es un cuerpo
militar que se encarga de vigilar y mantener seguro el Palacio Apostólico del Vaticano y al Sumo Pontífice.
Está conformado por un capitán, un comandante, un capellán, un teniente, dos sub-tenientes y un ayudante,
así como también por el resto de la guardia subalterna. En total lo integran 110 efectivos.
Los reclutas de la Guardia Suiza Pontificia toman su juramento en el idioma del cantón al que
pertenecen: romanche, alemán, francés, o italiano.
El periódico semioficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano se publica en italiano, inglés, francés,
alemán, polaco, portugués y español. Una edición en malabar se añadió en julio de 2008.
En su página web oficial, la Ciudad del Vaticano utiliza italiano, inglés, francés, alemán y español,
pero no latín, portugués o chino, que se encuentran en el sitio web oficial de la Santa Sede.
El conjunto arquitectónico e histórico-artístico que conforma la Ciudad del Vaticano fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984.
La Soberana Orden de Malta es una de las más antiguas instituciones de la civilización occidental y
cristiana. Como orden religiosa de la Iglesia católica desde 1113 y sujeto de derecho internacional, la
Soberana Orden de Malta mantiene relaciones bilaterales con más de 100 Estados y con la Unión Europea,
así como una misión permanente de observación ante Naciones Unidas.
Es neutra, imparcial y apolítica. Actualmente, la Orden de Malta está presente en 120 países con
proyectos médicos, sociales y humanitarios en favor de los necesitados. Día tras día, sus proyectos sociales
de amplio espectro ofrecen un apoyo constante a las personas olvidadas o excluidas de la sociedad.
El Gran Maestre es elegido de por vida entre los Caballeros Profesos por el Consejo Pleno de Estado.
De acuerdo con la Constitución, como Soberano y Superior religioso, debe dedicarse plenamente al
desarrollo de las obras de la Orden y a dar a todos los miembros ejemplo de respeto a los principios
cristianos. El Gran Maestre ejerce la suprema autoridad.
Junto con el Soberano Consejo, impulsa disposiciones legislativas en materias no reguladas por la
Carta Constitucional; promulga los actos de gobierno; administra los bienes del Común Tesoro; y ratifica los
acuerdos internacionales y las convocatorias al Capítulo General. Los Estados con los que la Orden mantiene
relaciones diplomáticas reconocen al Gran Maestre con las prerrogativas, inmunidades y honores que
corresponden a los Jefes de Estado. Cuenta con el título de Alteza Eminentísima, y la Iglesia Católica le
atribuye el rango de Cardenal.
La misión principal de la Orden es ayudar a las personas víctimas de conflictos armados y desastres
naturales, ofreciendo asistencia médica, atendiendo a los refugiados y distribuyendo fármacos y material
básico de supervivencia.
Características principales:
No tiene base territorial, la sede central, se encuentra en la Vía Condotti en la ciudad de Roma, Italia.
En 1945, en virtud del capítulo XII de su Carta, las Naciones Unidas establecieron el régimen
internacional de administración fiduciaria para la supervisión de los Territorios en Fideicomiso colocados
bajo dicho régimen por medio de acuerdos especiales con los Estados que los administraban.
territorios bajo mandatos establecidos por la Sociedad de las Naciones tras la Primera Guerra Mundial;
territorios que, como resultado de la Segunda Guerra Mundial, se habían segregado de “Estados
enemigos”; y
territorios voluntariamente colocados bajo este régimen por los Estados responsables de su
administración.
Según el Artículo 76 de la Carta, los objetivos básicos del régimen internacional de administración
fiduciaria, de acuerdo con los propósitos de las Naciones Unidas, incluían los siguientes: promover el
adelanto político, económico, social y educativo de los habitantes de los Territorios en Fideicomiso, así
como también su desarrollo progresivo hacia el gobierno propio o la independencia; y promover el respeto a
los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, al igual que el reconocimiento de la
interdependencia de los pueblos del mundo.
Para supervisar la administración de los Territorios en Fideicomiso, y para garantizar que los
Gobiernos responsables de su administración tomaran las medidas adecuadas a fin de prepararlos para el
logro de los objetivos de la Carta, las Naciones Unidas establecieron el Consejo de Administración
Fiduciaria en virtud del Capítulo XIII de la Carta.
En los primeros años de las Naciones Unidas, fueron colocados bajo el régimen internacional de
administración fiduciaria 11 Territorios. Esos 11 Territorios ya se han convertido en Estados independientes
o se han unido voluntariamente a países vecinos independientes. El último Territorio en Fideicomiso, fue el
de las Islas del Pacífico (Palau), que se hallaba bajo la administración de los Estados Unidos. Dejó de serlo
en 1993. En 1994, el Consejo de Seguridad puso fin al Acuerdo de Administración Fiduciaria de las
Naciones Unidas para ese Territorio, después de que este hubiera elegido la libre asociación con los Estados
Unidos en un plebiscito celebrado en 1993. Palau alcanzó la independencia en 1994 y se convirtió en el 185°
Estado Miembro de las Naciones Unidas. Sin más Territorios en su agenda, el Consejo de Administración
Fiduciaria suspendió sus actividades el 1 de noviembre de ese mismo año.
El reconocimiento es: "El acto por el cual se admite a la vida internacional a un Estado, a un Gobierno,
a un grupo insurgente, en forma permanente o temporal. Por el reconocimiento se adquiere el respeto de la
comunidad internacional. Por el reconocimiento se sale del aislamiento internacional. El reconocimiento es
importante para la vida del Estado y es una cuestión de intención. La cuestión del reconocimiento involucra
aspectos y razones políticas ya que los Estados suelen estar más influenciados por razones políticas que por
razones jurídicas cuando se trata de otorgar o retirar su reconocimiento".
Es por tanto, que el Reconocimiento de Estados, es un acto discrecional que emana de la predisposición
de los sujetos preexistentes. Este acto tiene efectos jurídicos, siendo considerados ambos sujetos
internacionales, el reconocedor y el reconocido, de igual a igual puesto que se crea un vínculo entre los dos.
Hoy en día la doctrina aceptada para el reconocimiento de los Estados es la doctrina Estrada,
pragmática en tanto en cuanto un sujeto no sea molesto para la sociedad internacional no va a tener dificultad
para ser reconocido. Ello implica que entre el Estado reconocido y el que reconoce se establezca un mínimo
de cooperación activa.
Teoría Constitutiva: Para esta teoría un Estado es considerado como tal desde el momento en que los
demás Estados le manifiestan su reconocimiento y comienzan a realizar actos de Derecho internacional
con él.
Teoría Declarativa: Para esta teoría, el Estado surge a la vida internacional en cuanto tiene una
población o una nación determinada, que se asienta en el territorio correspondiente y que se aglutinan a
través de un poder soberano, dotándose de gobierno, sin que sea necesario el reconocimiento de los
demás Estados. Desde un punto de vista amplio, la teoría declarativa cumple con los requisitos de la
constitutiva y viceversa.
Tipos.
En segundo lugar, se habla del Reconocimiento Tácito. En este caso, la parte que reconoce no formula
una declaración especial sobre el reconocimiento. En cambio, el reconocimiento puede ser inferido de
distintos actos del supuesto reconocimiento. El establecimiento de las relaciones diplomáticos o el
mantenimiento de los agentes diplomáticos que estaban en sus puestos constituyen actos equivalentes al
reconocimiento.
Forma.
Individual:
Expreso, mediante una declaración formal.
“De conformidad con el principio de universalidad de relaciones entre Estados, y teniendo presentes los
antiguos y profundos vínculos que unen al pueblo español y al pueblo judío, los dos Gobiernos han decidido
establecer relaciones diplomáticas entre España e Israel a partir de esta fecha. Consecuentemente, se
procederá a la apertura de Embajadas en Tel Aviv y Madrid y al nombramiento de los respectivos
embajadores”
Otro ejemplo: El gobierno dominicano reconoció a la junta de Gobierno de Bolivia que había asumido
el poder el 24 de noviembre de 1978 mediante un golpe de estado. La cancillería dominicana dirigió un
telegrama al canciller boliviano, en respuesta, por el cual se informó al gobierno dominicano del golpe de
Estado del 24 de noviembre de 1978. El cable decía: “Al tomar nota de que la junta ha promulgado un
decreto - Ley convocando a lecciones para el 1 de julio de 1979 y del hecho de que el Gobierno ejerce
control total del territorio nacional y ha declarado su firme propósito de respectar los convenios
internacionales, quiero expresar a vuestra excelencia a nombre del Gobierno dominicano los votos más
sinceros por el éxito de la junta en sus propósitos en favor de los anhelos democrático del pueblo boliviano.
Generalmente Gobierno reconocedor requiere que el nuevo Gobierno haga un formal pedido de
reconociendo o la designación un representante de dicho gobierno - Del gobierno reconocedor -. Ahora bien,
esta no es una práctica generalizadaza. Así el jefe del Estado Soviético, L. Brezhnenev, comunico al
Gobierno provisional de Nicaragua el deseo de La URSS de normalizar sus relaciones diplomáticas con este
país. Es decir, la iniciativa partió del Estado reconocedor.
Se entiende que si un sujeto reconoce a otro se va a producir contactos entre ambos, por lo que en el
momento que se inician los trámites para el establecimiento de relaciones diplomáticas se supone que existe
un reconocimiento internacional mutuo. Sin embargo, la ruptura de estas relaciones diplomáticas no supone
la pérdida del reconocimiento. Igualmente, una simple declaración formal también es válida para reconocer a
otro Estado pese a no iniciar relaciones diplomáticas.
La relatividad del reconocimiento sirve como protección ante la utilización con fines políticos del
reconocimiento, como por ejemplo el reconocimiento en casos de guerra civil o de movimientos de
liberación colonial. La utilización del reconocimiento con fines políticos es una práctica muy extendida y en
ningún caso determina la existencia o inexistencia de un Estado, que produce por sí misma efectos jurídicos.
El D.I identifica dos figuras, las cuales constituyen un delito sancionado directamente por este
ordenamiento jurídico Internacional. Éstos son los delitos: a) Piratería. b) Criminales de guerra.
a) La piratería sólo puede ser cometida por particulares y el D.I autoriza a los Estados a apresar y
castigar este delito cometido fuera de su jurisdicción, de acuerdo a sus leyes internas y ante sus tribunales
nacionales.
Algunos autores expresan que estos actos sólo representan casos de ejercicio de jurisdicción estatal
amplia, pero no explica la personalidad jurídica Internacional del individuo.
b) En el caso segundo, desde que se crearon los Tribunales de Tokio y Nuremberg luego de finalizada
la segunda guerra mundial que juzgaron a individuos como criminales de guerra hasta los actuales
Tribunales por crímenes cometidos en la ex–Yugoeslavia, Sierra Leona y otros, dieron por sentado que los
individuos por lo menos son titulares de deberes con responsabilidades penales según las normas de D.I.
Todos los individuos gozan de derechos que la comunidad Internacional debe respetar, al margen de si
existen o no, Tratados Internacionales que obliguen a ello, es decir son derechos inherentes al ser humano
como el derecho a la vida, a no ser esclavizado, a la no discriminación racial etc.
Estos derechos están contenidos en un conjunto de instrumentos jurídicos Internacionales de carácter
universal por ejemplo: La Declaración Universal de los DD.HH de 1948.
Jiménez de Aréchaga expresa “que se debe tratar la subjetividad Internacional del individuo
analizando por un lado los derechos y por otro los deberes”.
En la Práctica Internacional observamos que el ser humano puede ser por lo menos titular de deberes y
obligaciones jurídicas impuestas por el D.I, donde se sanciona directamente al individuo, lo que se denomina
subjetividad Internacional pasiva.
El ser humano por su sola voluntad no puede celebrar tratados, ni acceder directamente a la Corte
Internacional de Justicia, ni a la jurisdicción consultiva de la misma. En la actualidad la evolución y
desarrollo del sistema hace que el individuo sea considerado particularmente en ciertos ámbitos como en
Sistema interamericano de Derechos Humanos. En el ámbito Europeo se presentan ante la Corte Europea de
Derechos Humanos.
Por consiguiente, en el Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas se establece que uno de los
objetivos de la organización mundial será “reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la
dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones
grandes y pequeñas”. El texto de la Carta contiene disposiciones adicionales sobre esta cuestión. El Artículo
1, párrafo 3, especifica que las Naciones Unidas tendrán como responsabilidad “el desarrollo y estímulo del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos
de raza, sexo, idioma o religión”.
En la conferencia fundacional de San Francisco, resultó imposible, por falta de tiempo, complementar
la Carta con una lista escrita de derechos humanos. No obstante, se tomó la decisión de que se crearía
inmediatamente después de la entrada en vigor de la Carta a través del órgano especializado competente, la
Comisión de Derechos Humanos.
Después de tan solo unos años de trabajo preparatorio en el marco de dicha Comisión, el 10 de
diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de
Derechos Humanos (DUDH) como “ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse”.
La aprobación no se realizó por unanimidad. Hubo ocho países que se abstuvieron (los Estados socialistas
que existían en aquel momento, la Arabia Saudita y Sudáfrica), pero no se registró ni un solo voto en contra.
El primer logro en el plano del derecho internacional vinculante fue la aprobación de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial en 1965. Un año después,
la Asamblea General aprobó por consenso los dos Pactos Internacionales exhaustivos: el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (PIDCP). Hasta la fecha, la gran mayoría de los Estados Miembros de las Naciones Unidas se han
adherido a estos dos Pactos: 164 Estados partes en el caso del PIDESC y 168 en el caso del PIDCP. En su
conjunto, la Declaración Universal y los dos Pactos se conocen como la “Carta Internacional de Derechos
Humanos”. La Asamblea aprobó en 1979 otro de los instrumentos creados para luchar contra la
discriminación, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
La creación del Consejo de Derechos Humanos (CDH) en 2006 conllevó un aumento considerable de
la capacidad de análisis de la comunidad internacional. El CDH, que cuenta con 47 Estados miembros,
celebra tres períodos ordinarios de sesiones cada año y puede organizar un período extraordinario de
sesiones si procede. Se ha convertido en el principal instrumento para aplicar la idea de que los derechos
humanos son una cuestión de carácter intrínsecamente internacional. De todos los procedimientos
establecidos por el CDH, el examen periódico universal es el más eficaz. Todos los Estados Miembros de las
Naciones Unidas han aceptado someter sus prácticas de derechos humanos a un análisis exhaustivo,
consistente en un examen realizado por sus homólogos. Dicho examen se realiza en ciclos de cuatro años. Si
un Estado no se ha adherido a los tratados de derechos humanos fundamentales, se utiliza como criterio de
referencia determinante la DUDH. La última fase del examen periódico universal es una reunión de tres
horas de duración, lo que obviamente no permite un interrogatorio dilatado, pero sí la presentación en una
sesión pública de las principales deficiencias detectadas. Al finalizar el proceso, el Estado examinado
informa sobre cuáles de las numerosas recomendaciones formuladas aplicará y cuáles rechaza. Por
consiguiente, es el propio Estado quien tiene la última palabra, y el CDH se abstiene de emitir una opinión
colectiva. La principal ventaja del examen periódico universal es que la evaluación se lleva a cabo en un
entorno real, sin reservas ni cautelas diplomáticas.
La mayoría de los órganos especializados tienen tres tipos de competencias. Por una parte, todos los
Estados partes en un tratado internacional de derechos humanos elaborado bajo los auspicios de las Naciones
Unidas tienen la obligación de presentar, de manera periódica, un informe sobre sus actividades para hacer
efectivos los derechos previstos en el tratado específico. Estos informes suelen debatirse en presencia de una
delegación del país que está siendo examinado. Inicialmente, el elemento central del procedimiento era el
intercambio público de opiniones sin emitir una conclusión oficial. Tras el gran cambio que sufrió el sistema
internacional en 1990, todos los órganos especializados han pasado a expresar su opinión sobre la situación
de los derechos humanos en el país implicado de una manera sincera y abierta, sin ni siquiera huir de
declaraciones drásticas en nombre de las poblaciones afectadas cuando resulta necesario.
Algunos de los tratados de derechos humanos prevén procedimientos de denuncia. Es posible que las
personas físicas tengan derecho a ponerse en contacto con los órganos especializados a través de
comunicaciones individuales, así como que los Estados partes estén autorizados a realizar comunicaciones
interestatales. Al incorporarse en un Protocolo Facultativo del PIDCP, el recurso de la comunicación
individual adquirió un papel importante. De hecho, el Comité de Derechos Humanos pasó a ser el
equivalente de un tribunal de derechos humanos a nivel mundial, y su doctrina jurídica, formada por
opiniones no vinculantes, empezó a ser citada también en los tribunales regionales de derechos humanos. Por
el momento, el procedimiento de denuncia entre Estados ha tenido menos éxito. Por lo general, los Estados
se abstienen de iniciar procedimientos oficiales contra sus asociados soberanos.
Las políticas de derechos humanos de las Naciones Unidas se caracterizan por dos derechos
fundamentales. El diálogo con los Estados se concibe como un medio de persuasión para lograr cambios. Sin
embargo, de conformidad con el principio de subsidiariedad, el trabajo sobre el terreno debe quedar en
manos de las autoridades estatales. Las instituciones de las Naciones Unidas únicamente han asumido
algunas funciones específicas. De este modo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados se ocupa de la difícil situación de quienes huyen de sus países de origen debido a conflictos
armados, a la persecución o a desastres naturales, una labor que los Estados no pueden llevar a cabo de
manera individual. De forma similar, el Programa Mundial de Alimentos tiene como objetivo facilitar
alimentos y alojamiento a quienes viven en una situación de desesperación.
La última institución de las Naciones Unidas a la que debe hacerse referencia al hablar de la protección
de los derechos humanos es el Consejo de Seguridad. Si bien inicialmente no estaba previsto que sirviera
como garante de este tipo de derechos, el concepto de la responsabilidad de proteger ha confirmado su
autoridad para intervenir en situaciones en las que la población de un país haya sufrido ataques graves contra
su dignidad y sus derechos, o se encuentre bajo una amenaza importante de sufrir este tipo de abusos. De
conformidad con lo previsto en el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad
dispone de poderes amplios para tomar las medidas de reparación necesarias. Por desgracia, el poder de veto
de los Estados que ocupan un puesto permanente en el Consejo suele impedir que dicho órgano adopte este
tipo de medidas.
El Pacto tiene sus raíces en el mismo proceso que condujo a la Declaración Universal de Derechos
Humanos y fue aprobada el 10 de diciembre de 1948.
Es un tratado multilateral general que reconoce Derechos económicos, sociales y culturales y establece
mecanismos para su protección y garantía. Fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas
mediante la Resolución 2200A (XXI), el 16 de diciembre de 1966 y entró en vigor el 3 de enero de 1976. Se
compromete a las partes a trabajar para la concesión de los derechos económicos, sociales y culturales de las
personas, incluidos los derechos laborales y los derechos a la salud, la educación y un nivel de vida
adecuado.
El Pacto es parte de la Carta Internacional de Derechos Humanos, junto con la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, incluida la última del
Primer y Segundo Protocolos Facultativos.
El Pacto es supervisado por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones
Unidas.
Fue adoptado al mismo tiempo que el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Se hace referencia a ambos con el nombre de Pactos Internacionales de Derechos Humanos o
Pactos de Nueva York. A su vez, estos, junto con la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
comprenden lo que algunos han llamado Carta Internacional de Derechos Humanos.
Sin duda que el hecho de considerar o no a los individuos como sujetos de Derecho internacional
Público depende mucho del momento histórico y de la evolución misma del sistema.
También están quienes admiten cierta personalidad internacional del individuo, pero sometida a
limitaciones. Esta posición es la más aceptada.
El individuo es un sujeto pasivo del Derecho internacional ya que solo recibe de él derechos y
obligaciones. No puede ser sujeto del Derecho internacional porque carece de capacidad para celebrar
Tratados y no tiene legitimación para acudir ante los Tribunales Internacionales para hacer valer sus
derechos. Sin embargo la Personalidad jurídica tiene una importancia fundamental para encontrar un acceso
de los individuos a las jurisdicciones internacionales.
En lo que se refiere a la protección de los derechos del hombre y de la mujer y, salvaguardar sus
intereses económicos, puede comprobarse que los individuos pueden recurrir a la jurisdicción internacional
sin tener que solicitarlo a los Estados. Sin embargo, existen grandes limitantes que frenan el acceso directo a
una verdadera jurisdicción internacional para los individuos. En el momento actual solo los Estados son los
verdaderos sujetos del Derecho Internacional y en caso de que los individuos tengan derechos otorgados por
el derecho de gentes, es por medio del Estado que ellos deben hacerlo valer.
La Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU constituye el texto básico para analizar los
mecanismos de protección de la ONU, y por ende todos los demás textos se han inspirado en ella. A partir de
ese momento, de manera progresiva se ha reconocido la capacidad del individuo de recurrir a la ONU y
plantear sus quejas, en caso de la violación de sus derechos con la creación de mecanismos de supervisión al
margen de la voluntad del Estado transgresor.
El Protocolo Facultativo I del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), permite
que los individuos que alegan haber sido víctimas de alguna violación de los derechos recogidos en el
PIDCP, documenten las comunicaciones o quejas individuales ante el Comité de Derechos Humanos.
Respecto a la competencia ratione personae se exige que el demandante sea la propia víctima de la violación
(persona física) o su representante legalmente acreditado, por lo que no está permitida la actio popularis.
Asimismo, tenemos a la Convención sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores
Migratorios y de sus Familiares que crea el Comité del mismo nombre. Se estableció entre sus mecanismos,
la cláusula especial para admitir comunicaciones individuales. Finalmente, la reciente Convención
Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas contiene también
la citada cláusula especial para admitir comunicaciones individuales.