Libro Cordova Etnografias en Tramas Locales
Libro Cordova Etnografias en Tramas Locales
Libro Cordova Etnografias en Tramas Locales
Mónica M. Maldonado
Silvia M. Servetto
Etnografías en
tramas locales
Experiencias escolares, apuestas y desafíos
Etnografías en tramas locales
Experiencias escolares, apuestas y desafíos
Etnografías en tramas locales: experiencias escolares, apuestas y
desafíos / Carolina Saiz ... [et al.]; editado por Mónica M. Maldo-
nado; Silvia Servetto; prólogo de Elena L. Achilli. - 1a ed - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires: CLACSO; Córdoba: Universidad de
Nacional de Córdoba (UNC), 2021.
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ISBN 978-987-722-849-6
1. Etnografía. 2. Educación Secundaria. I. Saiz, Carolina II. Mal-
donado, Mónica M., ed. III. Servetto, Silvia, ed. IV. Achilli, Elena
L., prolog.
CDD 305.8
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Etnografíasyen seremos
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locales.(Buenos Aires:escolares,
Experiencias CLACSO, noviembre
apuestas y de 2020).(Buenos Aires: CLACSO, marzo de
desafíos
2021).
ISBN 978-987-XXXXXXX
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Índice
Presentación y agradecimientos......................................................................................9
Mónica M. Maldonado
Prólogo...................................................................................................................................... 13
Elena L. Achilli
9
Mónica M. Maldonado
19 de noviembre de 1957
Querido señor Germain:
Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos
días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado
grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé
primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuo-
sa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no
hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importan-
cia a un honor de este tipo, pero ofrece por lo menos la oportunidad de
decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que
sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello
continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, a pesar
de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.
Lo abrazo con todas mis fuerzas
Albert Camus
1
Camus, A. 2005 El primer hombre (trad. Aurora Bernández) (Buenos Aires: Tusquets) p. 295.
10
Presentación y agradecimientos
11
Prólogo
Elena L. Achilli
14
Introducción.
Coordenadas históricas
y condiciones institucionales
Mónica M. Maldonado
1
Quienes escribimos este libro reconocemos y apoyamos las diferentes identidades
de género y la lucha por romper con estereotipos heteronormados. Sin embargo, ad-
mitimos que a nivel del lenguaje todavía falta encontrar un acuerdo que haga menos
farragosa la lectura y comprensión de un texto. En ese sentido usamos las y los en la
mayoría de los casos pero no siempre. Rogamos a quien lee sepa comprender.
2
Establecido en el Centro de Investigación María Saleme de Burnichón de la Facul-
tad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, con finan-
ciamiento de SECYT-UNC de los diferentes proyectos de este equipo de investigación
desde el 2004 hasta 2017.
15
Mónica M. Maldonado
16
Introducción. Coordenadas históricas y condiciones institucionales
3
Una escuela dentro de una escuela es un trabajo que logró capturar un proceso com-
plejo de cambios sociales y educativos promovidos por las políticas neoliberales im-
plementadas durante la década de los años noventa, a partir de los avatares de una
escuela de gestión estatal y las relaciones sociales de un curso de secundaria de la
ciudad de Córdoba.
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Mónica M. Maldonado
4
Los que más permanecieron en el cargo lo hicieron por un período de dos años, la
directora que menos duró estuvo dos meses. Esta situación sugiere un paralelismo
con el recambio de cinco presidentes en dos semanas ocurridos en el año 2001 en
Argentina.
5
En el sistema educativo cordobés se creó en los noventa la figura de “director preca-
rio”, con la cual el Ministerio de Educación intenta subsanar las acefalías institucio-
nales producidas por las demoras en los nombramientos directivos. El cargo se cubre
transitoriamente con algún docente, entre los más antiguos de la escuela.
18
Introducción. Coordenadas históricas y condiciones institucionales
6
El proyecto se denomina “Experiencias de escolaridad, prácticas y contextos socio-
históricos”, SECYT- UNC 2010/17.
7
Ver Molina, Guadalupe 2013 Género y sexualidades entre estudiantes secundarios. Un
estudio etnográfico en escuelas cordobesas (Buenos Aires: Miño y Dávila).
19
Mónica M. Maldonado
8
La norma prevé un incremento paulatino del presupuesto para la educación, la
ciencia y la tecnología durante 2006 y los próximos cuatro años, en los cuales la in-
versión para el área aumentaría del 4% del producto bruto interno hasta llegar al 6%
en 2010.
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Introducción. Coordenadas históricas y condiciones institucionales
9
Durante los años 2016-2017 se realizaron entrevistas semi-estructuradas a direc-
tivos de escuelas públicas y privadas, ubicadas en diferentes barrios y zonas de la
ciudad. Nos interesaba indagar, desde su perspectiva, cómo encararon la tensión
obligación-derecho, cuáles fueron los obstáculos que encontraron para llevar a cabo
sus proyectos y cómo los acompañaron autoridades ministeriales y supervisores. Dos
elementos claves aportaron estas entrevistas: las políticas públicas y la temporalidad
vivida desde las instituciones.
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Mónica M. Maldonado
los materiales (los programas no, esos pasan por los ministerios pro-
vinciales) llegan directamente a la escuela. Los trae el Correo Argenti-
no, desde las netbooks hasta los libros, las bibliotecas (Directora 2016).
Lo del PMI fue haciendo que bajara el índice de repitencia. Por ejem-
plo, de 35 alumnos a 25 alumnos y de 25 a 19 alumnos. Eso fue hasta
el anteaño… El año pasado fue un programa institucional propio, por
fuera del PMI (Vicedirectora 2017).
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Introducción. Coordenadas históricas y condiciones institucionales
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Mónica M. Maldonado
Bibliografía
Abratte, J.P. 2012 “Las reformas educativas de los ‘80 y los ‘90 en la Pro-
vincia de Córdoba. Entre el imaginario democrático y el neoliberal” en
Roitenburd, S. y Abratte, J.P. (comps.) Historia de la Educación Argentina
(Córdoba: Editorial Brujas).
Batallán, G.; Neufeld, M.R. (coords.) 2011 Discusiones sobre infancia y ado-
lescencia. Niños y jóvenes, dentro y fuera de la escuela (Buenos Aires: Ed.
Biblos).
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Introducción. Coordenadas históricas y condiciones institucionales
Coria, A.; Alterman, N. & Sosa, M. 2007 “La escuela media en Argentina:
entre regulaciones e iniciativas escolares. Un análisis a partir del caso
de la ciudad de Córdoba, Argentina” en Revista mexicana de investigación
educativa (México) 12 (32): 183-205.
Neufeld, M.R. & Thisted, J.A. (eds.) 2001 “De eso no se habla...”: Los usos de la
diversidad sociocultural en la escuela (Buenos Aires: Eudeba).
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Mónica M. Maldonado
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La atención y el interés en disputa
Entre pizarrones y lenguajes digitales
Carolina Saiz
Introducción
1
Este capítulo presenta algunas reflexiones de la tesis de Doctorado “La Mediatiza-
ción de la cultura, la modificación del interés y la atención de los alumnos. Estudio
etnográfico en una escuela pública ubicada en contexto de pobreza” (2016). La misma
está inscripta en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complu-
tense de Madrid, fue dirigida por uno de sus catedráticos, el Dr. Gonzalo Abril, y contó
con la supervisión metodológica de la Magíster Mónica Maldonado de la Universidad
Nacional de Córdoba. Se realizó con el aporte económico recibido a través de la beca
MAEC-AECID.
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Carolina Saiz
2
Este trabajo de campo fue realizado durante dos etapas (de un año y medio cada
una) entre los años 2005 y 2011, siempre en la misma escuela. En este texto se inclu-
yen reflexiones que hemos seguidos desarrollando hasta la actualidad, así como la
descripción de algunas experiencias escolares actuales vivenciadas por la autora que
también es docente secundaria.
3
El nombre de la escuela es ficticio para preservar la confidencialidad de la informa-
ción y el anonimato de la institución y personas que generosamente participaron en
esta etnografía.
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La atención y el interés en disputa
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La atención y el interés en disputa
Yo: Ajá… y eso ¿por qué?, ¿porque los otros la quieren escuchar o vos
la querés escuchar?
4
Entrevista exclusiva realizada a la pedagoga Alicia Carranza de la Universidad Nacio-
nal de Córdoba en octubre del 2013.
44
La atención y el interés en disputa
Paola: Sí, está bajita, pero está prendida… y aparte cuando salimos
para que haga ruido en mi casa…
Yo: ¿Cómo?
Paola: Para que haga ruido en mi casa… jaja… después cuando come-
mos también.
Gloria: Por ahí cuando salimos a los bailes… si voy al Deportivo pon-
go la radio Suquía y van pasando los temas anteriores al baile… está
bueno eso… (Entrevista a alumnos, 08-08-2005).
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Carolina Saiz
Todos: jajaja…
Yo: Ah ¿sí?
Todos: jajajaja…
Estas limitaciones para las condiciones que exige el aula son habi-
tuales en los comentarios de los y las estudiantes, inclusive he ob-
servado que alumnas dedicadas al estudio durante las horas de clase
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La atención y el interés en disputa
A ellos les interesa mucho el hacer. Aprender sí, pero desde lo con-
creto, como son sus vidas, que transcurren en lo más concreto de la
existencia, cuidando los hermanitos, revocando una pared, ayudan-
do en la cocina, no hay cosas así abstractas, el valor que tenemos
nosotros por el lenguaje y lo conceptual, a ellos les parece una cosa
totalmente rebuscada; y ojo, porque muchas veces sí saben usar el
concepto, pero sin saber el concepto en sí, sino desde el hacer nomás,
por ejemplo una vez le pregunté a un alumno: “¿cuándo un color es
frío?”. Y me dijo: “cuando lo mezclás con el blanco”. O sea, sin dema-
siadas cuestiones teóricas lo pudo explicar y razonar bien, pero no lo
hizo desde las categorías, que de paso son totalmente arbitrarias, en-
tre colores fríos y cálidos. Ellos hacen en la práctica y se enganchan
mucho, pero lo poco teórico que les doy, y se los doy porque creo que
también tienen el derecho a saberlo, por más arbitrario que sea es
con lo que se manejan en las escuelas, después veo que no lo retie-
nen, que retienen o razonan desde la práctica y en general razonan
bien, mientras que lo teórico, muchas veces los confunde, los marea
(Entrevista a Silvana, profesora de artes plásticas, 13-07-2010).
de una escuela donde ellos sean protagonistas del hacer, del mirar,
del escuchar; donde haya acción, sonoridades, olores, texturas; don-
de sea posible el intercambio entre las y los jóvenes.
Yo: ¿A ustedes les suele pasar eso de estar viendo tele y escuchar la
radio…? ¿De usar distintos medios a la vez?
Wilson: Sí.
Wilson: Sí.
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Carolina Saiz
Esto muestra la distancia con lo que exige la escuela, con sus ban-
cos rígidos, su pizarrón, libros, palabras y cuerpos estáticos. Suma-
do a esta realidad, en el caso de estos sectores populares, los jóvenes
conviven en ambientes muy reducidos con familiares y situaciones
domésticas superpuestas por falta de espacio e intimidad. ¿Cómo se
conforman los sentidos en estas condiciones mediáticas y habitacio-
nales? Quizá más breves, más superpuestos, menos profundos, más
intrincados y alternados, lo cual supone nuevas habilidades y el de-
bilitamiento de otras como la posibilidad de las argumentaciones y
el desarrollo completo de ideas y significados. A la escuela le queda
saber-hacer con este nuevo síntoma de época.
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Carolina Saiz
Sibilia (2012: 99) dice que una cuestión deseable puede ser que el
Estado afloje las tenazas disciplinarias, pero otra muy diferente es
que ya no garantice la igualdad y la emancipación que supone o debe
suponer la enseñanza pública. ¿Cómo repensar la demanda de nue-
vos ritmos y disposiciones corporales en la escuela, que no nieguen
la reflexión que este espacio formativo público debe garantizar a los
jóvenes?
Marcos: Para mandar mensajes, esta semana envié más de mil men-
sajes de texto…
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Carolina Saiz
Paola: Por ejemplo hay gente que llama a la radio y dice yo ando con
mi primo, y si la pueden aconsejar… las aconsejan…
Yo: Y a ustedes ¿alguna vez se les ocurrió llamar y dar una opinión
por la radio?
Paola: No, solamente para mandar saludos o pedir entradas para los
bailes...
Yo: ¿Y qué les parecen los mensajes y opiniones que da la gente?
Gloria: Te hacen reflexionar.
Paola: En algunos casos se parece más o menos a lo que te está pa-
sando a vos, entonces el consejo que le dan a otra persona por ahí te
sirve a vos también…
Yo: ¿Son siempre historias de amor o hay otras historias?
Gloria: No, de madre e hijo o de padre e hijo... van cambiando… (En-
trevista a alumnas, 08-08-2005).
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La atención y el interés en disputa
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Carolina Saiz
(Risas)
Mario: Que hable del fútbol, qué sé yo... de música... de las chicas...
(Risas)
5
Expresión coloquial que significa persona fría y sin empatía.
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La atención y el interés en disputa
Mariana: Un momento así que sea sociable, así una clase estudiamos
y nos socializamos. Qué sé yo, que nos cuente lo que pasa.
Marcos: Con el profesor Ronaldo y Dora son los dos con los que ha-
cemos eso...
Gabriela: En ciudadanía.
Emiliano: Hay un profesor que nos dice “tienen olor a meada de niñi-
tos de primer año, no se saben limpiar el culo”, ¡así dice!
Todos: jajaja
Emiliano: La próxima vez que diga eso lo voy a grabar con el celular,
para que vea (lo dice con tono de amenaza).
Emiliano: Nos dice eso a nosotros, porque dice que nosotros no sabe-
mos hacer lo que nos pide...
Wilson: A los chicos les dice que no se saben limpiar el culo, que tie-
nen olor a meada.
Emiliano: ¡Ya lo voy a grabar! (lo dice con enojo y resentimiento) (31
de mayo de 2011).
Este posible uso que ofrece el celular pone de manifiesto que tam-
bién es una herramienta de producción de discursos en manos de
los jóvenes, lo cual les da una cuota de poder que antes no tenían y
que muchas veces la escuela les sigue negando bajo la óptica del tu-
telaje adulto. Es por ello que consideramos que Internet y el celular
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La atención y el interés en disputa
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Carolina Saiz
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La atención y el interés en disputa
Camila: Sí, una parte y otras cosas las tenemos que escribir nosotras,
porque nos piden la opinión.
Sandra: Más que todo vemos los títulos, si nos llama la atención...
(Entrevista a alumnas, 10-05-2011).
Pagola (2010: 126) advierte que el uso de sitios Web entre los estu-
diantes ha “naturalizado” la práctica de la copia textual como una
actividad académica “válida”, ampliamente disponible. Esto demues-
tra que con brindar a los jóvenes un acceso material al conocimien-
to no alcanza, y aún puede agudizar los problemas de desatención
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Carolina Saiz
Según las entrevistas con los docentes, ellos habían usado muy poco
los recursos tecnológicos con los que contaba la escuela República
Argentina hasta este momento (video, cañón, máquinas de foto, sala
con computadoras), lo cual según pudimos observar tenía diferentes
causas. Ellas podían ser: la desconfianza que les despertaba el posible
aporte a las prácticas educativas; el desconocimiento sobre cómo im-
plementar esas tecnologías a sus clases o por alguna experiencia en
la que probaron dicho uso y les fue mal. Este último caso lo relata el
profesor de ciencias naturales:
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La atención y el interés en disputa
difícil despertarlo y a eso sumale que por ahí no tenés recursos para
hacerlo. Es muy difícil, yo por ejemplo les he traído películas ¿viste?
Yo le compro colecciones enteras a mi nene de distintos temas de
biología más que nada.
Darío: Sí, documentales, esas colecciones que vienen en dvd, que vie-
nen con revistas, colecciones de 20 dvd, y a veces los traigo acá y los
pongo aquí. Por ejemplo: las relaciones interespecíficas, relaciones
de asociativismo, depredación entre plantas.
Yo: Claro.
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Carolina Saiz
debe entrar en relación con los contenidos del aula para que se ga-
rantice algo de esa atención tan deseada por los docentes.
Por otro lado, observamos que no es tan simple para los profeso-
res planificar la misma clase tradicional con estos aparatos, por más
modesta que sea la introducción de una tecnología, implica un cam-
bio en la planificación, cierto desacomodo de las actividades tradi-
cionales. En algunos casos, el docente no sabe cómo esto va a resultar
y para dónde van a disparar los y las estudiantes, o si se van a lograr
los objetivos que obtenía con la clase usando el pizarrón, los libros,
el papel. Todo esto conlleva más tiempo de trabajo, menos certezas,
y todo sin contar con una puesta en común de este tipo de experien-
cias con otros docentes, o sea que estas modificaciones se resuelven
en soledad. “Si hay algo que caracteriza a los medios y las tecnologías
es que promueven procesos de dislocación, de desfasaje, de incerti-
dumbre y por ello son también una posibilidad de transformar prác-
ticas educativas cristalizadas” (Da Porta, 2011: 51).
Muchas veces se trata a las tecnologías educativas como se trata
a los materiales impresos en la escuela, particularmente al libro, con
el agregado de la expectativa de que pueden servir para dinamizar,
modernizar o evitar la pesada indiferencia que los alumnos mani-
fiestan. La mayoría de las veces se sigue sin sospechar que ella es
realmente útil si se reconoce que implica un modo diferente de pen-
sar, leer y producir contenidos. En este sentido, como lo ha repetido
muchas veces Huergo, a veces se usa la computadora como “un libro
en pantalla”, lo cual empobrece sus reales posibilidades educativas y
sus verdaderos efectos en la subjetividad, sensibilidad y percepción
de los y las jóvenes. Se tiende a integrar la tecnología desde prácticas
educativas conocidas, habría que analizar cómo establecer nuevas
articulaciones entre esas prácticas conocidas y las que se podrían
producir. Hay mucho por innovar y también aspectos valiosos por
conservar ligados a la lecto-escritura.
También registramos de modo general el poco uso que los docen-
tes de esta escuela le dan a la tecnología porque necesitarían con-
tar con tiempos extras antes de dar la clase para poner a punto los
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La atención y el interés en disputa
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Carolina Saiz
6
Fue uno de los casos policiales muy resonante en la prensa argentina.
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Carolina Saiz
Al inicio de lo dicho por Ana Laura, se entiende que ella elige trabajar
con información que los chicos pueden traer de sus consumos televi-
sivos, de las discusiones que escuchan en sus casas, en la calle, don-
de ellos tienen una serie de vivencias sobre el tema desde el sentido
común. Estos alumnos cuentan con muy poco o ningún material de
lectura en la casa, el consumo de las noticias viene fuertemente a tra-
vés de las radios locales y luego de la televisión. Esta realidad que co-
noce Ana Laura hace que ella pueda echar mano de esos consumos,
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Bibliografía
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En el turno noche todos somos iguales
Estudio etnográfico en una escuela
de la Provincia de Córdoba
Adriana Bosio
1
Este capítulo comparte ideas trabajadas en la tesis de Maestría “El turno noche:
tensiones y desafíos ante la desigualdad en la escuela secundaria. Estudio etnográfico
en una escuela de la Provincia de Córdoba”, CEA, UNC.
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En el turno noche todos somos iguales
tales. Para los autores, a través del estudio sobre la actividad de los
actores que construyen sus experiencias escolares, y a la vez son
construidos por ella, es que podemos acceder al análisis de los proce-
sos de socialización y subjetivación.
Por su parte, Larrosa define la experiencia como “«eso que me
pasa», un proceso que conjuga principios de exterioridad, alteridad
y alienación y principios de reflexividad, subjetividad y transforma-
ción” (2009: 14-15). Para el autor, la experiencia es siempre subjetiva,
ya que afecta al sujeto en particular, cada uno transita su experien-
cia de manera específica, propiciando su propia transformación.
Si bien estas concepciones acerca de la experiencia les otorgan
mayores posibilidades de acción a los sujetos, el poder operar sobre
los espacios escolares no siempre se produce con la “racionalidad” y
“libertad” como para accionar sobre los caminos a seguir.
Bourdieu (2010) en este sentido, considera el concepto de “prác-
ticas” vinculado a las “estrategias” de acción. Para el autor, las es-
trategias no implican una consideración consciente o racional de
costos beneficio, sino que supone construcciones asociadas a los re-
cursos que los sujetos, en un contexto determinado, son capaces de
movilizar.
Los conceptos de “práctica” y “estrategia”, se encuentran ligados
al sentido práctico, como sentido del juego o “illusio”, un juego social,
históricamente definido, vinculado a la posición ocupada y según la
trayectoria que conduce a cada participante a esta posición.
“Las acciones humanas no son reacciones instantáneas a estímu-
los y la más insignificante ‘reacción’ de una persona ante otra está
preñada de toda la historia de ambas, así como la de su relación”
(Bourdieu, 1995: 85).
Al igual que como mencionáramos respecto a Elias, a través del
concepto de habitus, considera que lo individual es social. El habitus
es entendido como sistema de disposiciones socialmente constitui-
do, adquirido mediante la práctica, no como una costumbre repe-
titiva y mecánica, sino como una relación activa y creadora con el
mundo.
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En el turno noche todos somos iguales
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San Isidro: nombre ficticio de la localidad para resguardo de la identidad de los
informantes y la institución educativa.
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“Zanjón”: canal de desagüe de aguas pluviales acumulada en las calles.
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A partir del año 2002, con el elevado precio internacional del com-
moditie “soja”, se extendió su cultivo y los antiguos propietarios de
tierra ampliaron sus márgenes de riquezas adquiriendo más hec-
táreas de tierra fértil, enormes y costosas viviendas, coches de alta
gama y fundamentalmente modificaron sus estilos de vida al incor-
porar viajes de ocio al extranjero, indumentaria de primeras marcas
–que antes solo se conseguían en las grandes ciudades– y placeres de
cocina gourmet.
El commoditie “soja” enriqueció a las clases más acomodadas del
lugar, y a diferencia de otras épocas prósperas, transformó sus gus-
tos y estilos de vida. Esta situación profundizó la desigualdad entre los
propietarios de las tierras de aquellos que no lo son, haciendo ostento-
samente visibles las desigualdades económicas, culturales y estéticas.
Desde esas clasificaciones se establecen modos de relacionarse,
calificarse y descalificarse. Las divisiones geográficas y sociales de
San Isidro permean los diferentes espacios sociales donde tienen lu-
gar las actividades de los pobladores. Las escuelas, con lógicas con-
tradictorias, forman parte de ese universo al producir y reproducir
las divisiones sociales existentes, naturalizadas y cristalizadas por
efecto del tiempo, aunque también operan como espacios de resis-
tencia, apropiación o subversión sociocultural.
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El turno noche siempre fue para los chicos que trabajaban, aunque
fueran menores, … lo que pasa es que antes la fuente de trabajo era
distinta… trabajaban en relación de dependencia… Después las con-
diciones de trabajo fueron cambiando… y los que empezaron a asistir
ya no tenían trabajo estable, eran ayudantes de albañil, trabajaban
en el campo durante la cosecha, aunque eran los menos. Las chicas
cuidaban a algún nene de vez en cuando… o se quedaban en la casa a
cuidar a los hermanos mientras la madre trabajaba… fueron changas
las que se conseguían… También asistían los chicos que tenían menos
capacidad y les costaba más aprender los contenidos… era más light4…
4
Light: expresión utilizada para calificar algo que es liviano, sin demasiadas
exigencias.
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Adriana Bosio
Acá hay más gente como yo, más grande. Que van, así… Personas
como yo, así. Todos iguales los compañeros (Mariela, 14 años).
Entonces conocen lo que yo pasé, lo que yo era, lo que yo viví. Enton-
ces es como que no tocan el tema de ninguno, de cada uno.
Y está bueno. O sea, porque así si te pasa algo, qué sé yo, ya saben
cómo viene la mano, entonces tienen de dónde agarrarse, cómo
ayudarte.
AB: Claro, ¿y te ayudan?
Nilda: Claro. Me abrazan, me levantan el ánimo. Y eso, por un lado,
está bueno.
AB: Claro, saben a veces sin palabras…
Nilda: A veces sin palabras, qué sé yo, vienen y te abrazan porque
saben que estás mal, por la cara. Está bueno, a mí me gusta eso… Los
chicos son muy buenos. Y cada uno tiene su vida, cada uno tiene una
vida distinta. Y no te sentís ni menor ni superior a nadie. Porque, o
sea, ella lo pasó, yo lo pasé, o yo tal vez puedo pasar lo que ella pasó
un día, y de pronto saben lo que me pasó a mí. Ni más ni menos. Por-
que somos todos iguales (Nilda, 16 años).
Vice: Este año… Rita sí, pero Luz se ha sumado a otras chicas…
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Adriana Bosio
Qué sé yo… pero con buena forma lo decía. Y yo les decía: “Pero chi-
cas, están descontroladas, ¿qué quieren que haga? Que deje pasar,
que ustedes vayan al baño cuando quieran”. “Bueno”, dice. “¿Pero vos
viste cómo me hablaste? ¿A vos te parece? Al frente del curso me ha-
blaste de esa forma”. “¿Y qué quiere que le diga?”. Ah, porque no sola-
mente me dijo eso: “También, ¿quiere que le diga? Estoy indispuesta”.
También eso, al frente de todos, ¿viste? Está bien, hoy es tan natu-
ral. Y, bueno, ella tiene otra mentalidad. Ella capaz que… Yo pensaba
cuando le estaba poniendo las amonestaciones, digo, de pronto ella
lo ve como natural.
Vice: Claro, lo que pasa es que ellas tienen que entender que van a
salir a la vida, van a salir al trabajo, o lo que fuera, y no van a poder
tener ese tipo de actitudes y ese comportamiento.
AB: ¿Y con quién te juntás vos fuera de la escuela? ¿Quiénes son tus
amigas?
Luz: Amigas, yo no tengo.
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En el turno noche todos somos iguales
Angelina: Porque acá hay un grupo que viene a pelear, hay otro gru-
po que… ¿viste? Siempre se tienen bronca, siempre hay una que tenés
bronca. Vos no podés mirar mal a nadie acá porque si no ya tenés
quilombo. Es horrible. Acá a mí, en realidad… Acá a mí me respetan,
porque me tienen miedo.
… Yo me largué a pelear, una vuelta, con una chica de acá de la es-
cuela que ahora va a la noche justo también. De quinto creo que es,
o cuarto. Yo tenía mi novio, José, y ella sabía que yo andaba con él.
Entonces ella agarraba y le mandaba mensajes, le mandaba mensa-
jes, le mandaba mensajes. Y yo siempre tenía el teléfono, entonces
me llegaban a mí (risas). Entonces yo fui una vuelta y le dije: “No le
mandés más mensajes a mi novio, porque si no, vamos a terminar
mal”. Entonces ella le siguió mandando mensajes, le siguió mandan-
do mensajes, hasta que una vuelta yo salí, caminé y entonces la en-
contré en un kiosco, sentada, justo cuando estábamos saliendo de la
escuela. Estaba en el kiosco allá sentada, ¿viste? Y una amiga va y la
apura, pero también por el novio, porque le dice: “¿Por qué también
le mandás mensajes a mi novio?”. Entonces ellas se largaron a pelear,
entonces yo agarré y me metí, la agarré de los pelos y le dije: “Con mi
novio tampoco te metás”. ¿Viste? Y después vino un hombre, me aga-
rró y nos separó, qué sé yo. Y ella se va caminando, se va yendo, y yo
me voy para el otro lado, ¿viste? Y me gritó “puta”. Entonces agarré,
caminé una cuadra más y me fui a dar la vuelta. Y la agarré, la hice
105
Adriana Bosio
5
Liminalidad: concepto acuñado por Van Gennep al analizar los ritos de pasaje des-
de una perspectiva sociológica, tomados como expresiones de la dinámica social.
A partir de los años sesenta, los ritos de pasaje fueron interpretados sobre todo por
Victor Turner, en una primera fase discute los ritos de pasaje como una respuesta
adaptativa obligatoria, cuando los individuos son obligados a mudar de posición den-
tro de un sistema. Desde este ángulo, los ritos de pasaje serían elaboraciones sociales
secundarias, con la función de amparar los conflictos generados por la transición de
la adolescencia a la madurez.
M. Mead toma el simbolismo de los ritos de pasaje como una dramatización de valo-
res, axiomas, conflictos y contradicciones sociales. Trata de mostrar que el punto de
vista destacado en la liminaridad, no configuraba procesos patológicos, sino que era
inherente a la sociedad humana.
Da Matta (2000) analiza los ritos de la sociedad brasilera, dichas ceremonias limina-
res en lo paradójico e intermediario nada tienen de repulsivo, sino que se caracterizan
por una alegría positiva.
Desarrolla una tipología de los estados liminares, sugiriendo que estos procesos pue-
den variar de acuerdo a las sociedades. Considera que en la liminaridad, la indivi-
dualidad puede ser vivenciada no como un relajamiento de las reglas o aumento de
privacidad, sino como un momento de aislamiento y autonomía en relación al grupo
mientras se es parte de él.
106
En el turno noche todos somos iguales
Bibliografía
109
Adriana Bosio
110
En el turno noche todos somos iguales
García Salord, S. et al. 2000 ¿Cómo llegué a ser quien soy? Una exploración
sobre historias de vida (Córdoba: CEA).
111
Adriana Bosio
112
Experiencias educativas de adolescentes
que se escolarizan en escuelas
confesionales católicas de Córdoba
Silvia Servetto
113
Silvia Servetto
1
Para preservar la identidad y anonimato de las instituciones y de los sujetos involu-
crados, los nombres utilizados para su designación son ficcionales.
114
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
2
Toledo es una pequeña localidad cercana a la ciudad de Córdoba ubicada en la zona
sur.
115
Silvia Servetto
Rocío: Yo vengo porque… yo tengo mi tía que tiene dos hijas: Marcela
que está casada, tiene hijitos y Laura y las dos vinieron a este colegio,
entonces bueno, mi mamá cuando buscaba colegio…
SS: Tu mamá también vino a las escolapias.
Rocío: Sí, pero fue al colegio del Cerro.
SS: Y vos Romina…
Romina: Y yo tenía unas tías mías que venían acá pero mi mamá
vino a averiguar y le gustó (…) (06/11/2009).
Otro de los hilos que encontramos entre las jóvenes del VM se rela-
ciona con la unión del grupo, su sentido de camaradería:
SS: Bueno, y cómo se llevan entre ustedes, con el resto de las
compañeras…
Todas: Re bien…, este curso es re unido.
Consuelo: Este curso es solidario porque cuando queremos hacer
algo juntas lo podemos hacer, a lo mejor hay una pelea, pero después
nos amigamos, necesitás ayuda y está el otro.
Micaela: Es re lindo.
SS: Ustedes, ¿se ven fuera de la escuela?
Todas: Síííí…
Consuelo: Es así: en el curso todas somos muuuuyyy amigas, nos lle-
vamos muy bien pero, si bien en el curso cada una tiene su más más
amiga y con esa más amiga nos vemos fuera del cole y, ponele, que
una se va de vacaciones y cuando vuelve de vacaciones, nos junta-
mos y como nos juntamos solo las más amigas, entonces dijimos de
juntarnos todas en el día del amigo, entonces una vez en la casa de
ella, otra vez en la casa de otra y así (…) (21/08/2009).
116
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
117
Silvia Servetto
Estos tres grupos son muy unidos, pero a la hora de debatir y discutir
sobre determinados temas sus puntos de vista entran en tensión.
Una de esas tensiones es acerca del lugar del profesor/tutor. El co-
legio VM cuenta con un sistema de tutorías para cada uno de los cur-
sos, cuya función es acompañar, escuchar y orientar a las alumnas
durante todo el año escolar, en temas relacionados con los vínculos
y afectos entre ellas, problemas con alguna docente, dificultades con
las asignaturas o para realizar alguna actividad conjunta sobre una
temática específica.
Algunas alumnas del grupo “liberal” cuestionan el mecanismo de
selección de la tutora. Consideran que la escuela la impone y ellas no
pueden elegir según sus percepciones y apreciaciones:
Rocío: Este año vino como en julio a decirnos que éramos insoporta-
bles, mediocres y que era una opinión común de todos los profesores…
118
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
3
Echar moco hace referencia a realizar acciones incorrectas o indebidas.
4
“Bardeando” expresión juvenil que hace referencia a inculcación de ideas, valores o
creencias.
119
Silvia Servetto
Desde esa nueva experiencia, ella compara las dos escuelas y consi-
dera que en el colegio VM siempre estás estudiando…
encanta que el cole haga eso: nos haga ver esas cosas porque si no las pro-
bás es como que no las conocés.
A estas apreciaciones sobre el trabajo pastoral se suma la admi-
ración que tienen de la hermana Sonia. Para estas alumnas, la her-
mana está investida por el poder que le fue conferido tanto por la
congregación como por aquellos dispuestos a reconocérselo. Tiene
autoridad moral y sabe ejercerlo:
Itatí: Hay una chica que no está de acuerdo con ella (la hermana So-
nia) y se lo dijo, lo del aborto y tiene amonestaciones por contradecir
a la monja.
Rocío: Hay un abuso de poder, entonces eso hace que como no…
122
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
Itatí: También puede haber esos casos que uno puede abortar y des-
pués, los otros casos noooo sé…
Rocío: Acá te van a enseñar cómo vos tenés que ver las cosas.
Rocío: Sería mucho mejor si ellas dijeran “miren chicas ustedes pien-
san así y está bien, es su opinión, ni bien ni mal”. Ella, que representa
la iglesia, capaz que… Yo pienso de esta forma: cómo piensa la iglesia,
pero estaría perfecto…
Itatí: Para mí dios no te juzga, los que te juzgan son la mierda esta
(señala a la dirección) (06/10/2010).
123
Silvia Servetto
124
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
Por oposición a las alumnas del colegio VM los y las alumnas del
colegio confesional SG, hablaron de otros criterios para reconstruir
cómo llegaron a esa escuela. Entre los argumentos apareció el tema
de la proximidad geográfica, por recomendación de amigos y/o pa-
rientes, por los compañeros de primaria, y, con menor relevancia, por
la parte religiosa:
Juan Cruz: Yo sé. Porque antes vivía cerca de acá y a mi mamá le gus-
taba por la parte religiosa.
Ari: Yo, antes vivía en un barrio más cerca y después nos mudamos,
pero seguí viniendo aquí.
125
Silvia Servetto
Facundo: Y yo, porque vivía en AV, a una cuadra del shopping, nos
quedaba cómodo y a mi mamá le gustaba el colegio y va a mandar a
mi hermana también.
126
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
Jorge: Depende también de cada uno, hay algunos que son más tran-
quilos y otros no.
Ese año, otro grupo de alumnos del mismo curso (Lisandro, Pilar,
Juan y Federico), mantuvo una acalorada discusión a raíz de una
compañera que no les había ofrecido parte de su merienda:
5
Pancho: sandwich de salchicha.
127
Silvia Servetto
SS: Ustedes acaban de decir que hay distintos grupos, ¿qué diferencia
ven entre los grupos?
Ariana: Estas son todas unas negras (risas). Son así como villeras (se
ríe).
Serena: Nada… salen todas con guasos más grandes, se van a los
bailes…
Todas: ¡¡¡Ahhh!!! (tono cómplice) Vos no sabés de las cosas que nos
enteramos…
Fernanda: Correctas.
Serena: Estas son las normales, son más normales que estas…
128
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
129
Silvia Servetto
130
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
Candela: Al otro día tuvimos misa, nos juntamos así en una salita que
había en el convento y no sé, nos presentamos, qué sé yo, nos dieron
131
Silvia Servetto
un sobrecito con los papeles y una lapicera para escribir qué objeti-
vos, o sea, qué queríamos conseguir con el encuentro, qué queríamos
comprometernos para el encuentro y bueno… Y hacíamos anotacio-
nes de las pavadas que decíamos y después unas actividades…
Agustina: Todo lo que te hace pensar, qué querés vos, qué te está
pasando, qué necesitás, si necesitás ayuda o por ahí si estás con un
montón de quilombo en la cabeza y te ayuda a pensar. A lo mejor
volvés con soluciones. Por ahí es medio denso, pero…
6
La película Billy Elliot está ambientada en una pequeña comunidad inglesa de los
años ochenta con un poblado que se dedica principalmente a la minería. En esa pe-
lícula se narra la historia de un niño de 11 años, amante de la danza clásica, pero su
padre y hermano, que trabajan en los pozos mineros, reprueban sus gustos al consi-
derarlos poco masculinos. Con la ayuda de su profesora de danza, logra sortear los
obstáculos sociales y culturales y triunfa, catorce años después, como bailarín en el
Ballet Real de Londres.
132
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
7
Padre Salvador López, Rasgos de la Personalidad Mística de Calasanz (documento de
circulación interna del colegio sin datos de edición).
134
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
8
Madre Vicaria General, madre Concepción Macíp, Schp, Espiritualidad de la Madre
Paula Montal (2008). Documento extraído de www.escolapias.org
9
Ídem 8.
135
Silvia Servetto
del deber ser, que funda y autoriza todas las formas íntimas o exte-
riorizadas de la certidumbre de sí, seguridad, desenvoltura, gracia,
facilidad, docilidad, libertad, elegancia, o, en una palabra, natural”
(Bourdieu, 2007: 106).
La génesis de la congregación los Hermanos de la Sagrada Fami-
lia , donde se asienta el surgimiento del colegio SG, se asocia a las
10
10
Extraído de la página web http://www.fsfbelley.net/
11
La Veneración puede ser otorgada a un religioso o un seglar y se dispone para aque-
llas personas que “viven como santos” pero a quienes no se les puede demostrar mila-
gros ni obras ni virtudes para acceder al proceso de beatificación y posteriormente a
la canonización. Generalmente el título de Venerable se les otorga a los fundadores de
congregaciones.
136
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
137
Silvia Servetto
138
Experiencias educativas de adolescentes que se escolarizan en escuelas confesionales católicas...
Itatí: Nosotros estábamos con los del colegio Nuevo Siglo, que está en
el barrio General Paz, buenísimos, re piolas.
Itatí: Yo no digo que no tomaran pero tampoco que den asco que ter-
minaron vomitando asquerosamente. No se podía ir al baño porque
ya estaba trancado y después más los vómitos de los otros…
139
Silvia Servetto
paciones entre ellas y ellos que dan cuenta de sutiles diferencias: “forros” alude a
compañeros y compañeros poco amigables; “chinchillas” alude a compañeras píca-
ras, divertidas, atrevidas; “intelectuales” alude a alguien muy estudioso o estudiosa y
“metálicos” alude al rock de carácter duro, de sonidos graves y estrepitosos.
141
Silvia Servetto
Bibliografía
Bourdieu, Pierre 2007 Campo del poder y reproducción social (trad y comp.
Alicia Gutiérrez) (Córdoba: Ferreyra Editor).
143
“Me aceptaron como era
y así fui cambiando…”
Relatos de jóvenes que finalizan
su secundaria en un PIT 14-17
Introducción
1
Programa de Inclusión y Terminalidad de la educación secundaria para jóvenes de
14 a 17 años (PIT 14-17)”. Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.
145
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
2
Se ha retomado información de una indagación mayor de Balmaceda, Valeria “Re-
latos biográficos de jóvenes de un PIT 14-17”. Trabajo final de Licenciatura en Ciencias
de la Educación. FFYH-UNC.
146
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Metodología
3
Balmaceda, V. op. cit.
147
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
148
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
que se tejen dentro del PIT y con sus pares? ¿Cómo son las relaciones
que tejen con sus profesores? ¿Qué diferencias y semejanzas encuen-
tran, en este sentido, entre el secundario común y el PIT? ¿Cuál es
la relación que construyen con el conocimiento? Son algunas de las
preguntas que nos formulamos.
Contexto sociopolítico
149
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
152
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
4
En el Documento Base se define al trayecto formativo como el conjunto coheren-
te de espacios curriculares que integran los aprendizajes considerados prioritarios
y cuya acreditación permitirá certificar a los estudiantes la educación secundaria
obligatoria.
5
En el Documento Base se define: Un espacio curricular organiza y articula, en fun-
ción de criterios (pedagógicos, didácticos, epistemológicos y psicológicos), un conjun-
to de aprendizajes y contenidos seleccionados para ser enseñados y aprendidos en
un tiempo institucional determinado. Pueden adoptar distintos formatos (materia,
seminario, taller, laboratorio, proyecto) o integrar varios de ellos. Un espacio curricu-
lar constituye una unidad autónoma de acreditación de aprendizajes, a cargo por lo
general de un profesor/ra.
153
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
6
Al momento de la entrevista, de las cinco alumnas seleccionadas, tres eran madres
y una estaba embarazada de cuatro meses. Dos dieron a luz en los primeros días de
154
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
El relato de Milagros
155
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
7
Los vecinos aluden a que el hermano de Milagros vende drogas en el barrio.
156
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
157
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
El relato de Julieta
Julieta: Sí, ella estaba, pero casi no la veía, porque trabajaba en un ho-
tel y no la veía casi nunca. Yo llegaba del colegio, le mostraba el cua-
derno a mi abuela y me acostaba a dormir y escuchaba que llegaba
mi mamá y me despertaba y ya no estaba, o sea que no era mucho...
158
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Julieta: […] en esa época yo estaba muy celosa porque mi mamá se fue
a vivir con mis dos hermanos. Agarró mis dos hermanos y se fue a
vivir a otro lado. Entonces yo estaba muy celosa, por más que yo casi
ni estaba con ella, pero igual estaba muy celosa de que se fuera con
ellos y a mí me dejara.
159
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Julieta: No me iba bien, porque no les hacía caso, no hacía las cosas.
Ellas me explicaban de mil maneras y yo no quería hacer las cosas.
Después me mandaron a una que me gritaba y me escapé. Después
llamaron a mi abuela, porque yo me había ido apenas se metió al
baño. […] Mi rebeldía fue, por ejemplo, una vez habían dejado la pin-
tura para pintar el colegio y yo la desparramé por todo el piso... así…
Yo sabía lo que se hacía, pero no sé por qué lo hacía, capaz que como
no sabía escribir me puse a dibujar... Entonces lo único que sabía ha-
cer era dibujar y dibujé en el SUM [Salón de Usos Múltiples].
Julieta: Mal. Me portaba muy mal. Una vez rompí el vidrio de la ven-
tana del aula. Pero era porque estábamos jugando, eran cosas de
8
Programa de Asistencia Integral de Córdoba, creado en 1984 con la restitución de la
democracia en Argentina. Está destinado a niños y jóvenes carenciados que asisten a
establecimientos educativos.
160
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Julieta: No me sentía parte de los grupos. En esa época era todo muy
de si usás las zapatillas John Foos, todo eso y te aceptaban más si vos
tenías todo eso. [...] Yo jugaba a la pelota era un... era como más... re
machona. Me gustaban las cosas de los varones, me gustaba hacer
deportes y no me sentía aceptada con las chicas, pero tampoco me
excluían, si me hablaban yo contestaba. De a poco me fui haciendo
de un grupito atrás, no sé cómo explicarte, las chicas que no encajá-
bamos nos íbamos al fondo y nos quedábamos ahí, hacíamos grupo.
Pero después como que se fue dividendo porque cada una, nos fui-
mos conociendo con las otras chicas, nos fue gustando más. Y bueno
en ese colegio no hacía nada, no tenía las carpetas. Me llevé todas las
materias menos educación física, que era la que me gustaba.
[...] Había en ese cole un profe que se llamaba “Xx” que... puede sonar
feo, pero era como muy baboso. En ese colegio teníamos que ir de
pollera y él siempre nos mandaba a limpiar el pizarrón y se paraba
atrás nuestro y nos miraba. Eso a mí no me gustaba, una vez le con-
testé, “¡borralo vos!” le contesté, “si me vas a estar mirando, borralo
vos”, y tuve problemas con ese profe.
[...] Y después hubo una profe que se llamaba “Xx” que era de historia
y apenas llegaba al curso ella, cerraba las ventanas, cerraba todo. Y
era muy estricta, se caía la goma y no la podías levantar sin pedir
permiso. Y como que a mí eso no me iba, porque que me controlaran
161
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Julieta: Estaba con mi abuela y ella decía que no, pero sí, me dejaba
salir. Mi abuela decía: “sos adolescente y tenés que portarte mal”. Mi
mamá me controlaba más y le decía a mi abuela “cortale un par de
cosas, para que haga las cosas bien”.
Julieta comenzó nuevamente primer año en otro colegio, esta vez lo-
gró aprobar las materias y pasar a segundo año. Su espíritu contes-
tatario permanecía intacto, por lo que también tuvo problemas con
algunos profesores. Acostumbraba reclamar situaciones que consi-
deraba injustas tanto para ella como para otros compañeros, le cos-
taba acatar la normativa escolar, sobre todo en cuestiones que otros
tampoco respetaban. Llegaba tarde a clases después de los recreos,
no usaba el uniforme, iniciaba reclamos que se volvían colectivos. Le
dieron el pase a otra escuela, asistió dos meses y abandonó. Encontró
trabajo en un bar del barrio, se sintió explotada en él y renunció. Po-
cos días después su mamá se enteró que se abrían las inscripciones
en el PIT y decidió inscribirla. Comenzó a cursar con la primera corte
en el segundo nivel.
Desde el primer día Julieta encontró grandes diferencias respecto
de sus experiencias en otras escuelas, no se sintió discriminada por
los compañeros, por el contrario, estableció lazos de amistad que se
sostuvieron fuera de la escuela y con el paso del tiempo.
162
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
163
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Julieta: Hasta los 21, pero si sigo la Universidad hasta los 25. Igual yo
no dependo de la plata que me pasa mi viejo, porque nunca cumple
lo que dice el acuerdo. El acuerdo dice que hay que pagar un monto
y él siempre me manda menos. O me tiene que pagar el 5 porque el 5
cobra, y me paga el 9 o el 10 o el 15. Entonces es como que no.
Julieta: Sí, ahora, bueno hace rato empecé a hacer cosas los fines
de semana, como alfajores, cosas... bueno no me sale la palabra…
¿repostería?
Julieta: Bueno, tartas, scones, eso sería repostería. Hice eso porque
mi abuela tenía un cuaderno con las recetas. Y dije vamos a probar.
Y cuando vi que me salían las empecé a hacer. Pero igual no me gusta
cocinar.
165
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
El relato de Renzo
Renzo tiene 18 años y está cursando el último nivel del PIT. A los 16
años estuvo preso por robo. Era la primera vez que lo capturaban y
tres días privado de su libertad le cambiarían su vida en cierta forma.
Entre las condiciones de su libertad, el juez le exigió volver a la escue-
la e iniciar un tratamiento de desintoxicación por drogas.
Renzo: Caí preso y cuando salí tenía... me mandaron… tenía que es-
tudiar, tenía que volver al colegio porque ellos me lo pedían y justo
salió el programa y por eso ingresé.
Renzo: Sí, por un robo simple… y bueno después salí y tenía que em-
pezar a estudiar, todo.
9
Centro de Reforma y Observación para Menores (CROM). Renzo hace referencia
acá a un desarticulado penal carcelario para menores.
166
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Entrevistadora: ¿Mezcla?
En la década de 1930 un comerciante italiano llamado Vicente Forestieri ideó
10
una promoción para aumentar las ventas de la casa de trajes de su propiedad. Do-
naba un lote a cambio de la compra de un traje en un barrio que él mismo urbanizó.
Extraído de https://es.wikipedia.org/wiki/Villa_El_Libertador
167
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Renzo: No… sí cuando sale algo, digamos. Pero no, porque ahora esta-
ba trabajando en un servicio de catering.
168
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Entrevistadora: Claro.
Renzo recuerda que fumaba cigarrillos desde los 9 años y que co-
menzó a fumar marihuana alrededor de los 12 años.
Renzo: No, fumaba ya, pero fumaba nomás, fumaba porro de vez en
cuando así. Ya después, ya cuando dejé el colegio… todo. Agarré la calle
por mi cuenta; todos los días en la calle y todo el tiempo. Fumando de
todo.
Renzo: De gil.
Renzo: Sí solo, empecé yo. Nunca le pedí nada a nadie yo, ni tampoco lo
hice por seguir a nadie; yo siempre lo hice porque yo quise.
Renzo: Sí, yo siempre lo hice porque yo quise, no quise ser igual a na-
die, ni nada. Yo hice porque yo quise. Me gustaba, así es que lo seguía
haciendo por eso.
169
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Entrevistadora: Claro.
Renzo: Ahora por lo menos me baño, antes no hacía nada, pero nada,
me levantaba y ni la cara me lavaba.
Renzo: Sí, renegaba una banda mi vieja, pero yo no le daba bola, por-
que yo estaba haciendo mi vida.
11
Tomar droga hace referencia al consumo de cocaína.
170
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Entrevistadora: ¿Qué querés decir que era gilada? ¿Que estaba muy li-
viano, muy rebajado?
El juez que dejó en libertad a Renzo intimó a los padres para que,
como condición, él volviera a la escuela e iniciara un tratamiento de
desintoxicación. Sin embargo, Renzo cuenta que la razón o la situa-
ción que marcó un antes y un después en su historia de consumo
fue la experiencia de vivir una sobredosis en carne propia. Atravesar
una situación cercana a la muerte le dio las fuerzas para cortar con
su historia de consumo.
171
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Renzo: No, estaba rescatado, claro, pero después sí, después cuando
me agarró ese ataque me cagué hasta las patas.
Renzo: Sí, parecía que te ibas a ir al tacho, pero de ahí dejé todo, ahí
dejé marihuana todo, todo eso. Pero seguí haciendo el tratamiento
“a perro”.
12
Expresión coloquial que usan los jóvenes para expresar “malísimo”.
172
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
173
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Renzo: Y los otros eran chetitos. Una brasa es al que le gusta cuarteto,
al que le gusta que… como me vestía, todo, ¿entendés?
13
Expresión coloquial que utilizan los jóvenes para expresar: no se hacen los malos,
no nos maltratan o tratan con violencia.
174
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Renzo: Ehh pero después, muy bueno todo acá. Acá me rescaté yo. Me
apoyaron mucho.
Renzo: El apoyo…
Entrevistadora: ¿Te hablaban alguna vez los profes? ¿Cómo fue el tra-
to con ellos?
Renzo: Sí, sí, te hablaban todo el tiempo… ‘taba linda porque era un
lindo grupo, los compañeros, compañeras, todo.
Renzo: Antes como que se juntaban conmigo para que los defendie-
ra más que todo, porque era muy culiado, eran muy culiados. No te
aceptaban tanto, como que te discriminaban más ¿entendés? porque
sí vos: “no, no, no vayas con aquel porque aquel anda echando mo-
cos” ¿entendés? Como que te dejaban tiradazo y andaba solo para
todos lados y eso también me molestaba mucho.
175
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Renzo: Acá sí, te hacés… me aceptaron como era y así fui cambiando.
Entrevistadora: Mirá qué loco ¿no? Vos me decís “me aceptaron como
era” con todo, los compañeros, los profes y eso sin embargo te ayudó
a que cambiaras…
Renzo: Claro, qué sé yo, la gente es muy culiada, también por ahí,
ellos son lo que hacen delincuentes a los chicos, bah, excluyéndolos.
Renzo: No, pasa que acá. Hay más, más comprensión, o sea, en el sen-
tido de que... te ayudan más los profesores, porque no se quedan con
que no aprendiste. Hasta que no le entendés, no va la prueba.
Renzo: Y muchas veces nos han esperado un par de ellos, o si no, los
mismos compañeros te daban una mano hasta que entendías...
Renzo: Sí, distinto. En otros colegios si sabías bien y si no, te las tenías
que bancar.
176
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Entrevistadora: Ajá.
Entrevistadora: Claro...
Renzo: Sí.
Entrevistadora: ¿Cuánto?
Entrevistadora: ¿Sí?
177
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
Renzo: Tuvo bueno. Todo, hacer amigos, compañeros, todo... Una her-
mosa experiencia.
Entrevistadora: Claro.
Renzo: Sí.
Renzo: Sí, ahora hay que, una vez que consiga algo, o sea algo mejor,
ya como que me voy a acomodar un poquito más.
178
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Quizás muy pocos imaginaban esta posibilidad para Renzo tres años
atrás, cuando por su adicción quería ser “una ruina”. Sin embargo,
salió de las estadísticas del fracaso, realizó un trayecto exitoso den-
tro del PIT, se relacionó con la escuela desde otro lugar. Hoy es padre
de un niño de 2 años, no vive en pareja. Está cursando la carrera de
policía.
A modo de cierre
hacer con ellos cuando se reunió con los padres para informarles la
situación del hijo; cuando dedicó horas a reuniones docentes, donde
los profesores pudieron debatir problemas, alternativas, imaginar y
diseñar nuevas estrategias didácticas. La escuela pudo y marcó la di-
ferencia en estas vidas. A pesar de los escasos recursos financieros con
los que contaba, posibilitó que estos jóvenes lograran egresar.
Muchos jóvenes también abandonan el PIT, las causas son variadas
y escapan a este estudio, lo cierto es que, aunque la escuela lo intente
no cambia las injusticias enraizadas socialmente desde hace tanto.
Hoy en día existen discusiones sobre si deben o no existir siste-
mas alternativos para terminar el secundario. El recorrido de estos y
estas jóvenes, que se suma al de otros y otras que terminan el secun-
dario a través del PIT, es contundente: de otra manera no hubieran
terminado el secundario, continuarían engrosando los índices de
fracaso, abandono, etc.
Consideramos que el valor del PIT se encuentra en ofrecer una
alternativa diferente a la secundaria normal, al formato único. Es
necesario pensar tanto en esta, como en otras alternativas y mante-
nerlas en paralelo. Posibilidades que se adecuen a diferentes casos y
situaciones para cumplir con el derecho a la educación de todos los
jóvenes.
Los jóvenes entrevistados, elegidos al azar, terminaron el secun-
dario dentro del PIT. Un análisis aparte merece el tema sobre la ca-
lidad, cantidad y cuáles conocimientos construyeron dentro del PIT.
Lo cierto es que concluyeron el nivel medio, hay una certificación
oficial que les acredita eso y pueden añadirlo, orgullosos, a su currí-
culum vitae. Y esto no es algo menor, es muy valioso en la vida de
ellos ya que rompieron con la profecía de fracaso, se pusieron de pie
y ahora se enfrentan a este mundo de una manera diferente.
Quizás nunca salgan de pobres, quizás la suerte les cambie, qui-
zás… quién sabe…puede que muchos nos sorprendan gratamente.
180
“Me aceptaron como era y así fui cambiando…”
Bibliografía
Terigi, F. & Jacinto, C. 2007 ¿Qué hacer ante las desigualdades en la educa-
ción secundaria? (Buenos Aires: Santillana).
181
Valeria Balmaceda y Mónica M. Maldonado
182
Museos y escuelas como generadores
de experiencias educativas
Olga Bartolomé
Introducción
1
El presente artículo narra algunas experiencias educativas analizadas durante la
realización de la tesis de Maestría en Pedagogía “El vínculo entre el museo y las es-
cuelas. Territorio fértil para el aprendizaje y las identidades” (defendida en el año
2014). Esta se integra al Proyecto de Investigación dirigido por Mónica Maldonado
“Experiencias de escolaridad, prácticas y contextos socio históricos”, perteneciente al
área de educación del CIFFyH, UNC (2011-2017).
183
Olga Bartolomé
186
Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
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Olga Bartolomé
Orígenes
Era el progreso decían, pero para nosotros que estamos acá, que vi-
vimos acá en la sierra y que estaba tapado de cabras, la gente vivía
bien, bien, bien… la gente sabía trabajar con las cabras, tenían ha-
cienda, además de que acá es una zona minera por excelencia, to-
dos tenían canteras de cuarzo, feldespato, mica. En Alta Gracia había
una cooperativa que les daba herramientas y todo, uno encontraba
un cerro, se iba y lo denunciaba a la Secretaría Provincial de Minas
en Córdoba […] te instalabas ahí con tus empleados, te podías hacer
192
Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
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Olga Bartolomé
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Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
Profe de música: Ahora vamos a hacer un juego para que las cancio-
nes nos vayan saliendo, vamos a pensar en aquellas palabras que son
muy nuestras, que no se escuchan tanto en otros lados, por ejemplo
yo soy de Villa Dolores y allí se usa mucho la palabra “chuncano”,
que muchas veces no se entiende en la ciudad, o se usa mal, con otro
sentido, porque lo dicen cuando quieren decirle a alguien sonso o
tímido, pero en mi pueblo chuncano se le dice a alguien que camina
mucho y rápido, porque hay un animal que tiene las patas largas y
camina muy rápido y que se llama chunca (alumnos se ríen y asien-
ten con gestos).
Profe de música: Bueno, ahora vamos a hacer eso… cada uno busca
una palabra que represente este lugar y sin que nadie lo vea vamos
a escribir en un papelito, puede ser un lugar, una palabra, algo que
sientan de acá. Lo van a hacer un bollo y se lo tiran a un compañero
como si fuera una pelota, él lo agarra y le agrega su papelito sin mi-
rar, así la pelota se va a ir haciendo más grande.
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Olga Bartolomé
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Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
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Olga Bartolomé
Experiencia emergente
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Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
Gente común
203
Olga Bartolomé
contamos que antes ese edificio tan grande era una escuela pública y
que ahora eran negocios, un shopping. La maestra insistió en llevar-
los a conocerlo, entonces entró para dar una vuelta y luego a tomar
un helado, mientras el personal del museo hacía las gestiones para
entrar al teatro. Se contactaron con el productor, organizaron la en-
trada. En este día se oyeron expresiones que marcaban lo inusual del
momento, la sorpresa. Caminando por la calle se oía: “Mirá qué cla-
ro, es de noche y parece de día con tantas luces”, “¿no te perdés con
tantas cosas acá?”, “Yo nunca vine, no me lo imaginaba así”. Una vez
adentro del teatro la sorpresa de los espacios, la inmensidad de las
dimensiones capturó las miradas, los detalles de la arquitectura, la
forma del teatro, el sistema de los baños, todo era novedad. Costaba
quedarse en el lugar, los chicos recorrían los palcos, habían quedado
divididos en dos grupos ocupando palcos enfrentados, que corres-
pondían a la autoridad del gobernador y del intendente. Se hablaban
desde ellos, mucha emoción, se buscaban. Por suerte estábamos en
el palco de las autoridades y teníamos más espacio, por lo cual pudi-
mos movernos un poco hasta que se apagaron las luces y comenzó el
espectáculo. Casi dos horas de impacto por la música, el vestuario, el
teatro y casi hacia el final, cuando la murga sale a la calle a cerrar el
espectáculo, las corridas para alcanzarlos, los abrazos de los artistas,
la presentación, las fotos compartidas, el prestar los vestuarios… los
contactos para seguir compartiendo el trabajo… la vuelta a casa, lar-
ga pero cargada de emoción, nadie se durmió ni de Córdoba a Alta
Gracia, ni de Alta Gracia a la casa, el camino por la oscuridad de las
sierras, la llegada a casa de madrugada, todo fue narrado en el próxi-
mo encuentro.
En los encuentros siguientes el tema de trabajo articulado entre
la escuela y el museo ocupó dos ejes: el primero, reconocer el teatro
como un espacio diferente al museo, en ese sentido nos abrió la pre-
gunta sobre el uso que los alumnos iban haciendo sobre estos espa-
cios públicos, trabajar qué cosas tienen en común y qué diferencias.
Por otro lado, escuchar el CD de “Gente común” nos inspiró en las
construcciones de nuevas letras, tomando como base la música de
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Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
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Olga Bartolomé
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Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
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Olga Bartolomé
Canción que forma parte del CD, elaborada por el músico en el pro-
grama de articulación con el museo y las escuelas. Inspirado en los
relatos de los lugareños y en la vivencia de la techa.
Esta experiencia educativa emergente se realizó el 16 de agosto del
año 2012. En esta ocasión una familia organizó una minga de trabajo
con el propósito de cambiar el techo de paja de su vivienda: un rancho
de barro donde viven algunos alumnos de la comunidad escolar.
Durante el proyecto de recuperación de prácticas culturales, la
minga y la techa aparecen recurrentemente como prácticas añora-
das y también perdidas. Una práctica cultural que pone de relieve
los lazos solidarios propios del trabajo comunitario, del intercambio
y la ayuda mutua. Que describe una organización y un aprendizaje
propio del intercambio con la comunidad.
Ese día de agosto hacía mucho frío, llegamos a la casa muy tem-
prano, las 9.30 horas de la mañana, atravesamos la tranquera que
cierra la calle pública, sin dificultad porque la familia había puesto
un cartel firmado que decía: “por favor dejar abierto, hay techa en
la familia”. La paja ya estaba cortada y guardada en un establo. El
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Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
colectiva otra vez para los lugareños, para los talleristas del museo,
la necesidad de documentar esta práctica, de darla a conocer como
parte de aquel acervo que el museo exhibe y parece tan lejano en el
tiempo. También como parte de la disputa que el trabajo patrimonial
despierta, el progreso versus los saberes locales. Esta tensión aparece
recurrentemente cuando se habla de las construcciones: la paja y la
vinchuca, es decir lo viejo; contra la chapa (el frío y calor intenso), lo
moderno. Como si no existieran soluciones intermedias.
Estas discusiones atraviesan el trabajo de los docentes y coordi-
nadores, interpelando la concepción de patrimonio, ¿el museo legiti-
ma el pasado solo como patrimonio? ¿El rancho es solo pasado? ¿No
es símbolo de pobreza? ¿Por qué negar el progreso? Preguntas de este
tipo de los docentes abren el debate. El museo vivencia en la práctica
la encrucijada de los posicionamientos teóricos de la museología y
pedagogía crítica. Parte de la arquitectura conocida hoy como sus-
tentable se ancla en el conocimiento que los lugareños tienen de sus
ancestros. Otra vez la necesidad de sistematizar saberes, de hacerlos
presentes en las exhibiciones en el discurso museográfico, recono-
ciendo los saberes locales.
210
Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
Encuentro/taller en la escuela
El día 14 de agosto del 2012 nos reunimos en una de las escuelas junto
con los alumnos y docente de la otra escuela para realizar uno de los
encuentros mensuales. A pesar de la fecha hacía calor y la sequía era
realmente notoria.
Empezamos el día presentando a Oscar, un guardaparque de la
administración de Parques Nacionales que nos acompañó para com-
partir la información sobre el parque “Quebrada del Condorito”. No
todos sabíamos que esta región donde están situadas las escuelas
forma parte del mismo. Los alumnos compartieron con él algunos
saberes y también le comentaron lo que veníamos realizando junto
al museo. Continuamos la maqueta en arcilla que representa el lu-
gar, ya habíamos marcado los ríos, identificado los puntos cardina-
les según la ubicación de las sierras y comenzamos a cubrir de yeso
y témpera lo plasmado en ella. Para descansar jugamos el partido
211
Olga Bartolomé
La unión de dos comunidades tan cerca hace que, más allá de los
vaivenes y de que no nos sea tan fácil conseguir las cosas, soñando y
comprometiéndonos las consigamos. Los papás, las mamás, los que
pusieron ganas, los chicos, logran cosas. A principio de año nos pa-
recía que llegar a Buenos Aires era algo realmente lejos, pero bueno,
hoy podemos decir que se hizo realidad. Así que ojalá que sigamos
soñando y comprometiéndonos en esto, que quizás pueda ser una
cosita chica pero que nos dé mucha felicidad para poder seguir tra-
bajando juntos. Creo que fue una experiencia muy linda para todos
los chicos, sobre todo para aquellos que a lo mejor no tienen la po-
sibilidad de acceder a un viaje así. Y no solo para conocer si no creo
que han aprendido mucho, tanto del viaje como de la experiencia
de trabajar en grupo para hacer algo tan importante como un libro
(Mamá de la comunidad).
214
Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
La verdad que venimos trabajando hace rato, los chicos. Todos los
días yo aprendo algo nuevo, yo estoy en la escuela permanentemen-
te. Yo veía antes de afuera, veía las cosas de otra manera, hoy las veo
totalmente distintas. Y todos los días aprendo muy mucho de los chi-
cos (...) y bueno del viaje ni hablar, creo que va a quedar por muchos
años y el resto de la vida en nuestros corazones, y es una experiencia
muy, muy linda la que hemos vivido, los días que hemos convivido
han sido inolvidables (Cocinera de la escuela).
Lo que nosotros vivimos es algo que llega tan adentro, ver los chicos
que no querían volver a la casa, cuando nos costó arrancar porque
decían “no, porque no puedo, porque no tengo zapatillas”. Allá nos
olvidamos de todo, de si teníamos plata, si teníamos zapatillas. Era el
momento (Abuela de la comunidad).
215
Olga Bartolomé
216
Museos y escuelas como generadores de experiencias educativas
A modo de reflexión
217
Olga Bartolomé
Bibliografía
219
Olga Bartolomé
Frigerio, Graciela y Diker Gabriela (comps.) 2005 Educar: ese acto político
(Buenos Aires: El Estante editorial).
Rockwell, Elsie 2012 “Emerging social movements and new ways to edu-
cate” en Educação & Sociedade (Campina) Vol. 33, Nº 120, pp. 697-713,
julio-septiembre. En <http//www.cede.unicamp.br>
220
Experiencias educativas y urbanas
Niños y niñas en el andar de la ciudad
Mariano Pussetto
Introducción
1
Proyecto “Experiencias de escolaridad, prácticas y contextos sociohistóricos”. Di-
rectora: Mónica Maldonado. CIFFyH, Área Educación, Facultad de Filosofía y Huma-
nidades. Subsidio Secyt, UNC. Código 05/F715.
2
Se decidió colocar un nombre ficcional a la escuela con el propósito de proteger la
identidad de la institución y de los niños y las niñas con quienes trabajo. Asimismo,
no se busca trabajar con la escuela en sí, sino con las experiencias de niños y niñas
que allí se despliegan.
221
Mariano Pussetto
3
Alta Gracia es una ciudad de la Provincia de Córdoba, ubicada a 36 kilómetros al
sudsudoeste de la capital provincial con una población mayor a los 45 mil habitantes
según Censo Provincial 2008.
222
Experiencias educativas y urbanas
4
Los nombres de los barrios son ficcionales con el motivo de resguardar la identidad
de la escuela.
5
La larga historia de la conformación urbana y social de Alta Gracia muestra una
relación entre las clases hegemónicas y las subalternas. Mientras que las primeras
ejercieron el control de la producción de la ciudad y se instalaron históricamente en
el espacio predilecto para el negocio inmobiliario, las clases subalternas disputaron y
ocuparon espacios menos privilegiados para poder asentarse y construir un hogar.
223
Mariano Pussetto
6
Este proyecto de extensión está dirigido por Mónica Maldonado, co-dirigido por
Guadalupe Molina y se enmarca en el proyecto de investigación con subsidio Secyt
denominado “Experiencias de escolaridad, prácticas y contextos sociohistórico”. Este
proyecto se sostiene con una beca otorgada por la Secretaría de Extensión Universita-
ria de la Universidad Nacional de Córdoba
7
El programa “Conocé lo tuyo” es realizado por la Municipalidad de Alta Gracia. Con-
siste en la recorrida de lugares históricos de la ciudad junto a las y los estudiantes de
los tercer y cuarto grados de las escuelas de Alta Gracia.
224
Experiencias educativas y urbanas
por parte de los niños y las niñas. Expresiones tales como “esta plaza
es de los chetos”, mientras que otra es “más nuestra”, o aquellas que
remiten a límites espaciales como “vos vivís allá en la villa”, cons-
tituyen indicios/pistas significativas que se producen en nuestras
interacciones espontáneas. Ello motivó a pensar sobre los espacios
urbanos que estos niños y niñas transitan, sus modos de apropiación
y significación, y los límites que trazan los sujetos en el tejido urbano.
8
El Colectivo Manifiesto es un grupo de fotógrafas y fotógrafos que residen en Cór-
doba, Argentina, y que a fines del año 2013 comienzan un proyecto colectivo de foto-
grafía social que busca interpelar, protestar y reflexionar en torno a problemáticas
sociales.
228
Experiencias educativas y urbanas
9
La autora habla de intersticios del cotidiano escolar que permiten aflorar, lo que
ella llama, formas de “resistencia”, “apropiación” y “subversión”, generando prácticas
y movimientos a tal fin. Si bien no hay un ejercicio reflexivo por parte de niños y ni-
ñas, ¿no puede esto, acaso, ser leído como una forma de dar vuelta aquel imaginario
de “no poder sostener a los alumnos en el aula”?
230
Experiencias educativas y urbanas
Niños/as: El cura.
Niños/as: Porque es más cómoda. Por los detalles. Por el material con
el que está hecha.
[…]
231
Mariano Pussetto
Niños/as: Al museo.
Niños/as: Y la arreglamos.
Maestra: Este año yo no hice nada y lo adornaron ellos. Las chicas so-
bre todo fueron las que más trabajaron, porque cuando fuimos a pin-
tar fueron solo mujeres, los varones brillaron por su ausencia. Una de
las cosas que hicimos fue pintar las paredes, y además lo adornamos,
¿con qué?
Niños/as: Sí.
232
Experiencias educativas y urbanas
Niños/as: Sí, pero tienen que tener patas de fierro para que no se las
lleven.
Niños/as: No, pero van a cavar y se las van a llevar. (…) (NdC, agosto
2014).
De esta forma, así como niños y niñas son capaces de producir accio-
nes con una impronta transgresora, como por ejemplo lo realizado
con las sillas en la escuela, también reproducen aspectos conserva-
dores construidos socialmente.
233
Mariano Pussetto
234
Experiencias educativas y urbanas
hacían y en base a eso darle una cierta forma, pero el desafío era no
transformar demasiado como para que no se pierda lo que ellos ha-
bían hecho, que se viera reflejada realmente su impronta (Federico,
trabajador del museo, diciembre 2014).
En el Museo de la Estancia las muestras son montadas por los/as mismos/as traba-
10
jadores/as de esta institución y no por las y los artistas dueños de sus obras.
235
Mariano Pussetto
primera vez, el museo deja de ser la única voz legítima que defina
el qué y el cómo, y se permite oír voces no legitimadas anterior-
mente, que proponen, irrumpen y transgreden la homogeneidad
institucional.
Las semanas antes de la inauguración de la muestra mantenemos
encuentros en la escuela y en el museo principalmente, para con-
cretar cada una de las actividades que se harán aquel día, con una
especial atención de parte de las talleristas del museo por respetar
el lugar asignado por los niños y las niñas a cada una de las sillas a
exhibir en la sala principal.
El 30 de octubre de 2014 se lleva a cabo la inauguración de la
muestra en la sala principal del Museo de la Estancia Jesuítica. En
ella están presentes los niños y las niñas, sus familiares, las y los ta-
lleristas del museo, las maestras de la escuela (no solo las que partici-
paron activamente del proceso sino también otras) las directoras de
ambas instituciones, la inspectora de las escuelas primarias de Alta
Gracia y público en general.
Al llegar los niños y las niñas nos buscan, varios nos presentan a
sus familiares, incluso también lamentan la ausencia de alguno de
ellos. Se los percibe ansiosos y contentos esperando que lleguen to-
dos para dar inicio.
En un primer momento, los niños y las niñas decidieron reunir a
todas las personas que son parte del encuentro en el patio principal
del museo y leen algunos escritos que habían preparado junto a las
maestras. Luego se ingresa a la sala para dar inicio a la muestra en
donde se proyecta un video que muestra gran parte del proceso tra-
bajado a lo largo del año entre talleres. Al momento de ingresar a la
sala niños y niñas rápidamente se sientan en las sillas montadas en la
exhibición, girándolas o cambiándoles el lugar. Esto causa diversión
entre las talleristas del museo que estaban preocupadas por respetar
minuciosamente el lugar que las y los estudiantes le habían otorgado
a cada silla. En ese sentido, niños y niñas no tienen tales preocupacio-
nes sino, por el contrario, dejan ver que en el uso, en el movimiento,
236
Experiencias educativas y urbanas
En el proceso que se construye entre los niños y las niñas junto a las
acciones educativas que promueven museo y escuela, entiendo que
se produce una experiencia subjetiva valiosa. Comprendo que no es
producto de una simple intervención, sino que es algo que elaboran
los sujetos tras el largo proceso en el que se encuentran inmersos.
Dubet y Martuccelli (1998) afirman que la socialización en la es-
cuela contemporánea ya no puede ser vista como la sociología clási-
ca la comprendió, como un proceso de interiorización de normas y
de valores. Al admitir que la integración de las diversas “funciones”
que se le atribuía a la escuela (repartir bienes culturales útiles, fun-
ción educativa y función de socialización) ya no sirve, entonces, el
proceso de socialización debe estudiarse en la actividad de los acto-
res que construyen su experiencia escolar y en cuanto que son for-
mados por ella.
237
Mariano Pussetto
238
Experiencias educativas y urbanas
Mariano: ¿Cómo viste y cómo viviste ese proceso en los niños? ¿Pu-
diste ver algunos cambios?
241
Mariano Pussetto
allá de una cuestión de amistad que puedan sentir ellos con ustedes,
pero ellos sienten y perciben, los padres y los chicos, que hay interés
en ayudarlos, en compartir, en realizar cosas juntos, hay interés. Y yo
creo que eso es lo que logra cambios. Distinto si fueran ustedes como
han ido otras instituciones a darles una charla, enseñarles algo y se
van, “chicos resuelvan esto”, “hagamos lo otro”, pero realmente acá
se vio, y lo han contado los chicos de distintas formas, el interés. Y
yo he visto eso, los chicos están más relajados en los talleres. Pero yo
creo que el punto está en que este proyecto los hizo sentirse impor-
tantes, que son importantes. Y eso del interés, me parece que movili-
za en cualquier ser humano, a uno le pasa porque todos necesitamos
sentirnos útil e importante para hacer un montón de cosas. […] Pero
eso, esa intervención así de decir en algún momento yo fui impor-
tante para alguien, en la escuela, en lo que sea, el museo, o demostré
que podía hacer cosas. Sobre todo en estos chicos que tienen una mo-
chila desde primer grado, “no sabés” “no podés” “no querés” “no te
gusta” “no hacés nada” “no servís”, ver que pueden hacer cosas, y que
pueden ser parte de un museo, de una actividad artística, que ellos
en otro momento no se imaginaban que podían ser parte (Entrevista
maestra, diciembre 2015).
Este registro nos permite ver los efectos que puede producir una ex-
periencia educativa articulada. Investigar en torno a ella nos obli-
ga a introducirnos al cotidiano escolar, a las singularidades que no
pueden ser explicadas desde miradas globales sino, por el contrario,
es en esa cotidianeidad que es posible percibir lo que niños y niñas
hacen con sus propios procesos de aprendizaje.
11
Un abordaje más detallado sobre estas experiencias urbanas puede encontrarse en
Pussetto (2018).
243
Mariano Pussetto
Fronteras urbanas
Muchas de las reflexiones por parte de los niños y las niñas sobre el
espacio público y sobre la construcción y las maneras de apropiar-
se de él se desprendieron de continuos talleres que giraron en torno
a esos temas. También estas instancias mostraron la capacidad de
acción que tienen las y los estudiantes en el andar por el barrio, el
transitarlo, modificarlo y vivenciarlo de múltiples formas.
12
Cuando hago referencia al barrio en singular, me refiero a los barrios Independen-
cia y 17 de Agosto. Su cercanía, continuidades históricas y el hecho de que los niños
y las niñas que asisten a la escuela Güemes vivan en estos dos lugares, posibilitan ser
pensados en singular al momento de hablar de lo barrial.
244
Experiencias educativas y urbanas
245
Mariano Pussetto
Caminar el barrio
246
Experiencias educativas y urbanas
un proyecto para plantar árboles, ya que era una de las cosas que hacía
falta en dicho espacio. Jugar al fútbol, tomar una gaseosa, pasar el rato,
estar con amigos, suelen ser actividades que realizan en esa plaza. Asi-
mismo, las maestras comenzaron a utilizar este espacio para diversos
encuentros como jornadas barriales con otras organizaciones o insti-
tuciones, plantar árboles, y también para realizar el tejido de las sillas
para la muestra realizada en el Museo de la Estancia en el año 2014.
Las canchitas
Todas las canchitas del barrio tienen en común ser un espacio rec-
tangular, en donde se ubican, en sus lados más cortos, dos arcos de
fútbol, ya que suele ser un espacio en el que principalmente se prac-
tica dicho juego. Si bien esta es la condición principal para ser consi-
derado como canchita y se repite en cada una de ellas, no todas van a
estar atravesadas por las mismas condiciones.
[…]
247
Mariano Pussetto
3. Reflexiones finales
251
Mariano Pussetto
Bibliografía
254
Experiencias educativas y urbanas
Rockwell, E. 2011 “Los niños en los intersticios del cotidiano escolar. ¿Re-
sistencia, apropiación o subversión?” en Batallán y Neugeld Discusiones
sobre infancia y adolescencia. Niños y jóvenes, dentro y fuera de la escuela
(Buenos Aires: Ed. Biblos).
255
Sobre las autoras y el autor
Sobre las autoras y el autor
257
Sobre las autoras y el autor
258
Sobre las autoras y el autor
259
Sobre las autoras y el autor
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Etnografías en tramas locales
Experiencias escolares, apuestas y desafíos
Repensar proyectos pedagógicos y tramitarlos en la larga duración es la
voluntad detrás de este volumen de artículos de investigación que se propone
reconocer huellas, palabras, emociones y contrariedades de diferentes jóvenes
y procesos de escolarización en Córdoba (Argentina). La indagación se sustenta
en la perspectiva socioantropológica y en un proceso de trabajo de campo
prolongado, que permite mirar desde adentro los modos que las y los estudian-
tes adolescentes tienen de habitar la escuela. Los textos recorren la vida juvenil
mostrando con consistencia distintos procesos, desde la presencia de los
lenguajes digitales y sus prácticas escolares y populares, hasta las tensiones
que se abren con las políticas educativas de inclusión para jóvenes que viven
en condiciones de pobreza. Estas reflexiones esperan abrir camino a nuevas
formas de experimentar el paso por las escuelas; menos desiguales y dolorosas
para algunos; más estimulantes, cooperativas y solidarias para todos.