El Mejor Perfume

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Temas para Grupos de Vida - Iglesia “Hay Vida en Jesús”

El mejor perfume
En ese pueblo, unos amigos de Jesús hicieron una cena para él. Lázaro estaba
sentado a la mesa con Jesús, y su hermana Marta servía la comida. María, su otra
hermana, tomó una botella de un perfume muy caro y perfumó los pies de Jesús.
Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume.
Juan 12:2-3 BLS.
El perfume ha sido muy famoso desde la misma antigüedad. Los egipcios desarrollaron
todo un arte en la elaboración de ungüentos, que se usaban desde el baño natural
hasta para embalsamar a sus muertos. Los israelitas de igual manera hacían uso de los
perfumes y de los llamados óleos perfumados, tanto para el cuidado del cabello
como del cuerpo. María demostró prácticamente cuanto amaba a Cristo,
derramando perfume en sus pies a quien le había dado verdaderas señales
de su amor por ella y su familia.
¿Qué hizo María?
Dice la Biblia que María, tomó una botella de un perfume muy caro y perfumó los pies
de Jesús. Otras versiones dicen que ese perfume era de nardo. Era un delicado y muy
costoso perfume originario de la India, principalmente del Himalaya. El perfume en su
elaboración se preparaba con la raíz y los tallos vellosos de esta planta conocida como
nardo.
Hoy en día existe toda una gran industria para elaborar los mejores perfumes. París se
conoce como la “Capital” del buen olor. Los precios de los perfumes son altamente
competitivos. En el presente pasaje, una humilde mujer presentó un carísimo perfume.
Rodeado del más caro sacrificio, de la más cara gratitud, de la más cara decisión y del
más caro amor. Fue traído por María, la hermana de Lázaro, el hombre que recién
había resucitado. No era rica, sin embargo ahorró el equivalente al trabajo de un
jornalero por un año para poder comprar semejante perfume. Ella hizo un gran
sacrificio económico, pero Jesús es digno del mejor regalo.
Juan también añadió otro detalle más toda la casa se llenó con el olor del perfume.
Hubo gente que empezó a murmurar en contra de lo que hizo esta mujer. Judas fue
uno de ellos, le molestó el “desperdicio”. No sabemos quién apoyó en esta opinión a
Judas, lo cierto es que con que con solo 200 denarios se podía dar de comer a 5.000
hombres de manera sobria y con 300 denarios podrían comer muy bien. Pero a Judas
no le interesaban los pobres, sino el dinero que podría sustraer para sí mismo de la
bolsa que tenían los discípulos sin que nadie se dé cuenta. Lo notable de esto es que
Jesús en lugar de apoyar la opinión de los generosos con los pobres, elogió el
desperdicio de esta mujer y la premió con un reconocimiento: Entonces Jesús
le dijo a Judas: —¡Déjala tranquila! Ella estaba guardando ese perfume para el
día de mi entierro. Juan 12:6ª. BLS. Todo lo que hacemos o damos para Jesús con
amor, nunca es un desperdicio.
Perfume comprado con sacrificio Hay una gran satisfacción cuando sentimos que
las cosas que tenemos se consiguieron con esfuerzo y sacrificio: estudio, un ascenso
laboral, la adquisición de algún bien, ver el avance en los hijos. Las cosas que se
obtienen sin mucho esfuerzo no llegan a complacernos…
Temas para Grupos de Vida - Iglesia “Hay Vida en Jesús”

María es un modelo para la vida de todo seguidor del Maestro. En ella vemos el
verdadero concepto del sacrificio para el Señor. Su amor hacia Él no se quedó en
palabras y anhelos. El perfume que ella trajo a Jesús estaba lleno no sólo de
“nardo puro” —el mejor de los perfumes— sino del amor más puro. María sentía
que había recibido mucho de su Señor y que ahora era tiempo para dar. En anteriores
ocasiones se había sentado a sus pies para oír, pero ahora se sienta a sus pies
para dar. Había preparado lo mejor de su vida para entregárselo al ser más
digno: el Salvador Jesucristo.

En ese perfume estaba el sacrificio del tiempo, del dinero, de la búsqueda y de la


espera. El corazón de María tenía un peso de gratitud. La salvación de su alma
y el milagro de la resurrección de su hermano Lázaro, eran pruebas demasiadas
visibles para permanecer en una actitud pasiva y sin agradecimiento. Cuando
hablamos de que Jesús es digno del mejor “perfume”, estamos con ello afirmando que
no debiéramos dar a Jesús algo que no nos cueste nada.
Entregando lo mejor a Dios
El impacto de su salvación en nuestras vidas debiera impulsarnos al más caro
sacrificio. Hemos de reconocer que muchas veces con nuestra actitud estamos
diciendo que nuestro Señor no es digno de entregarle lo mejor. Con marcada
frecuencia no le damos lo mejor de nuestro tiempo, lo mejor de nuestras ofrendas, lo
mejor de nuestros dones.
La acción de María no despertó elogios o reconocimiento por parte de los presentes,
quizás hubo algo de celos y un poco de envidia. Hubo una reacción generalizada de
desaprobación. El “desperdicio” hecho y por una mujer, cegó los ojos de los presentes
para no ver la intención del corazón y percibir como ella la cercanía de la muerte
para el Señor. Sólo uno de los presentes, el invitado de honor, el Señor Jesucristo,
tuvo la gentileza de reconocer y destacar la delicadeza de este gesto. La reacción
de Judas no fue tanto porque tuviera esos sentimientos revolucionarios, de
modo de favorecer a los pobres, sino porque siendo el tesorero del equipo, con
mucha frecuencia robada el poco dinero que había en el fondo de aquellos sencillos
hombres.
Esta historia nos enseña que el “perfume” del servicio que prestamos al Señor no
busca el reconocimiento de los hombres, sino del mismo Señor Jesucristo. No
buscamos los aplausos del mundo por lo que hacemos, sino la aprobación y el
reconocimiento divino. Es necesario correr los riesgos, pagar el precio y hasta quedar
expuesto a la crítica si con esto logramos derramar el “perfume” que agradará al
Señor.
Nuestro amor por el Señor debe tener el “perfume” del sacrificio y del riesgo a ser
criticado. Cristo es digno de nuestra mejor entrega. Vengamos hoy como María y
quebremos el “frasco” de nuestra vida ante su presencia hasta que llenemos la “casa y
el mundo” con su perfume. Amén.

Ofrenda: Mateo 5:23-24

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