La Ética Fundamentos y Conceptos
La Ética Fundamentos y Conceptos
La Ética Fundamentos y Conceptos
La ética pertenece a las disciplinas prácticas de la filosofía, las cuales, además de que se preocupan
por temas eminentemente teóricos y abstractos. También, concentran su atención en los
principios, modos y en el sentido de la praxis humana, en la naturaleza de la conducta individual y
colectiva, sus fines, normas y valores. Se Refieren incluso a deberes, libertad, obligatoriedad,
virtudes morales, entre otros.
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En la vida nos encontramos con problemas prácticos de tipo moral, de los que nadie puede
sustraerse y que nos confrontan y nos ubican frente a la toma de decisiones. Para resolverlos, los
individuos aplican normas, realizan determinados actos, formulan juicios y en múltiples ocasiones
justifican sus acciones mediante argumentos y razonamientos.
Cuando el comportamiento práctico moral se convierte en objeto de reflexión. Se pasa del plano
de la práctica moral al de la teoría moral, o también de la moral efectiva y vivida al plan de la
moral reflexiva. Cuando este paso coincide con los albores del pensamiento filosófico, estamos ya
propiamente en la esfera de los problemas teórico-morales, o éticos. Estos se caracterizan por la
generalidad.
En muchas ocasiones, por su carácter práctico se ha tratado de ver en la ética como una disciplina
normativa, cuya asignación principal sería indicar la conducta mejor en sentido moral, pero esto
no puede, de forma equivocada, permitir el olvido del carácter teórico de la ética.
La ética deriva de la palabra griega ethos. Martin Heidegger, explica el ethos, como lugar o
morada, identificando al ser como morada del hombre. El filósofo Zenón de Citio sostiene que el
ethos es la fuente de la vida, desde donde nacen los actos singulares. El vocablo ethos, según su
acepción más difundida, significa: temperamento, hábito, carácter, modo de ser. El mismo está
vinculado a la ética y al filósofo Aristóteles. En consonancia etimológica, la ética es una teoría o un
tratado de los hábitos y las costumbres del hombre. Desde la tradición griega, implica un conjunto
de costumbres adquiridas por hábito y no innatas, el ethos representa una conquista del hombre a
lo largo de su vida.
Definir la ética desde el punto de vista etimológico solamente puede resultar muy amplio y
ambiguo. Por esto señalaremos algunas características propias de la ética:
Conforme a lo anterior, podemos definir la ética, como una disciplina filosófica que estudia la
conducta moral del hombre en su vida social. La moral no acarrea en sí misma el concepto de
malo o de bueno. Son las costumbres, las que son virtuosas o perniciosas.
Existen muchas morales, las cuales se diferencian de la Ética o Filosofía moral en que ésta última
reflexiona racionalmente sobre las morales con la finalidad de encontrar principios racionales que
determinen las acciones éticamente correctas y las acciones éticamente incorrectas. Es decir, que
la ética busca principios absolutos o universales, independientes de la moral de cada cultura.
La ética necesita a la moral para explicarla, elaborar hipótesis, teorías y obtener conclusiones, mas
no la crea, no la inventa. El filósofo José Luis Aranguren afirma “…la ética no crea su objeto sino
que se limita a tratar sobre él”. La diferencia más contundente entre la ética y la moral radica en
que la ética es la ciencia que estudia la moral y la moral es el objeto de estudio de la ética. La
moral no es ciencia, ni puede ser utilizada como sinónimo de ética.
Los filósofos se encargan de buscar respuesta a asuntos fundamentales y de modo general, como
por ejemplo: identificar qué queremos decir al calificar una acción de justa o de injusta o qué
significa decir que el estado de una cosa es bueno o malo. Los moralistas, en cambio, se ocupan de
establecer reglas para distinguir aquellos modos de obrar que casi siempre, o siempre, son justos,
o aquellos otros que son injustos.
Debe distinguirse muy claramente entre el moralista que prescribe normas e invita a practicar un
modo de vida que cree justo y bueno ; y el filósofo, el ético, quien tomando base la moral
históricamente determinada, se ocupa de reflexionar y explicar dicha moral (Sócrates, Aristóteles,
Kant). Sin embargo, ¿le está vedado a la ética orientar las acciones humanas para fomentar una
sociedad más justa? La respuesta la proporciona el filósofo Eduardo García Máynez (1969),
cuando dice: “La ética es y puede ser normativa en cuanto a que, al llevar a la conciencia del
hombre las directrices que han de orientar su conducta, influye en las decisiones de su albedrío,
convirtiéndose, de manera mediata, en factor determinante de la acción humana”. En ese mismo
orden, Nicolai Hartmann afirma que la ética es la mayéutica de la conciencia moral del individuo.
Las relaciones entre lo teórico y lo práctico dan pie, para que algunos autores hablen de dos
niveles que encontramos en la ética: la crítica y la aplicada.
La ética crítica:
La ética aplicada:
La ética es una ciencia, por tanto, su tarea estriba en explicar, fundamentar, plantear y resolver
problemas en torno de la moral. Su naturaleza teórica es indiscutible. Ésta elabora hipótesis y
teorías sobre la moral, propone conceptos y describe categorías referentes a la experiencia moral.
La ética aspira a descubrir principios generales que trasciendan mediante conceptos, hipótesis y
teorías.
a) Objetividad: asimila los atributos del fenómeno que estudia, sin detenerse en
apreciaciones subjetivas. Se manifiesta como imparcialidad y carencia de prejuicios.
En la ética significa que la ciencia pretende explicar los hechos tal como son,
independientemente de su valor comercial o emocional.
d) Metodicidad: por cuanto se sirve de métodos para cumplir sus objetivos. La ética, como
ciencia, necesita de un método, el cual permite que los investigadores no caminen en
forma arbitraria, sino que planifiquen mediante procedimientos lógicos llamados
métodos. El carácter teórico de la ética deriva de su método, pues existe una correlación,
ya que toda teoría implica necesariamente un método de investigación.
La moral:
Conjunto de normas que regulan la conducta individual y social de los hombres, las cuales han sido
aceptadas de forma libre y consciente, con la aspiración de realizar el valor de lo bueno.
PLANO NORMATIVO:
Normas y reglas que señalan el deber ser (la moral).
Moral
PLANO FÁCTICO:
Los actos realizados conforme a la moral (moralidad).
Una norma, un imperativo, da una orden, además indica cómo uno debe comportarse. En el plano
normativo, es en el que, los filósofos ponen más su atención. En la moral, los actos aprobatorios
son moralmente buenos y los reprobatorios son moralmente malos. La bipolaridad de los valores
es la característica de la moral que abarca los actos buenos y los actos malos o inmorales.
La heteronomía de la ética se establece cuando la voluntad sale a buscar la ley que debe
determinarla. La heteronomía es según Kant: “cuando la voluntad es forzada conforme a la ley,
por alguna otra cosa a obrar de cierto modo; en la heteronomía la ley no surge como expresión de
la propia voluntad”. Es contraria a la ética autónoma. Pues esta última descansa en la auto
legislación, donde la conducta se rige por una libre y propia decisión del agente moral.
Norma Moral: Reclama ser realizada por plena autonomía (la obligatoriedad deriva
del sujeto como ser libre y responsable).
Tipos de Sanciones
La valoración Moral:
La valoración moral atribuye, adjudica un valor a una acción humana determinada. La valoración
es el resultado de una reacción humana ante un hecho o un acontecimiento. En la valoración, la
voluntad aprueba o repudia.
Los elementos de la valoración son: el sujeto que valora, el objeto d la valoración, resultado de la
valoración y el juicio de valor. Cada uno de éstos es concreto, temporal e histórico.
El problema teórico de definir lo bueno, es planteado por múltiples filósofos. La ética tiene la tarea
de investigar el contenido de lo bueno, y no el determinar lo que el individuo debe hacer en cada
caso, para que su proceder pueda considerarse como bueno. Aunque ciertamente, esta
investigación teórica no deja de tener consecuencias prácticas, porque al definirse qué es lo
bueno, se está en un camino general que puede servir de marco para que los hombres puedan
orientar su conducta en diversas situaciones particulares. En tal sentido, la teoría puede influir en
el comportamiento moral-práctico.
Dentro del marco filosófico existen teorías, que presentan soluciones tentativas encaminadas a
establecer una concepción sobre lo que se le considera “lo bueno”.
El hedonismo plantea que es moralmente buena, aquella conducta que tiene por fin el
placer o, por lo menos la negación del dolor (displacer). El placer es consustancial a la
naturaleza humana, la búsqueda del placer y el evitar todo aquello que causa sufrimiento,
ya sea físico o espiritual.
El sentido que los hedonistas otorgan al placer no tiene el matiz sensual, ni de deleites
sexuales. Epicuro más bien, se refiere a placeres moderados, propios de la naturaleza
racional del hombre. Este promovía entre sus discípulos el amor a la naturaleza, a las cosas
bellas, recalcando que para encontrar lo placentero y lo virtuoso, es necesario vivir una
vida sencilla y amable.
Epicuro propone una vida, con sabia autodisciplina, de placeres moderados que sugire no
pasar hambre, ni sed, ni frío. Epicuro aclara que muchos placeres son efímeros y acarrean
dolor, por lo que esos deben evitarse. Según, su parecer es necesario evitar placeres
dinámicos, que no son duraderos, entre ellos el placer sexual, que entraña, fatiga,
remordimiento y depresión. Es interesante recordar que Epicuro sufría de parálisis, comía
frugalmente y era abstemio. Otro representante del hedonismo fue Aristipo.
UTILITARISMO: proviene del latín utile, lo que es útil. Esta doctrina sostiene que lo bueno
consiste en lo útil. Esta declara que lo moralmente bueno, reside en una legítima
aspiración hacia el bienestar.
El utilitarismo puede adoptar tres posiciones:
Individualismo: la búsqueda del bienestar en detrimento de la sociedad.
Altruismo: la búsqueda del bienestar de los otros en detrimento de la utilidad
individual.
Conciliadora: cuando se trata de conciliar el bienestar individual con el bienestar
social.
Este último planteamiento corresponde a la forma estricta en que debe
considerarse el utilitarismo. El utilitarismo afirma que lo bueno es la utilidad. Por
tanto una acción buena, procura felicidad y satisfacción a la sociedad.
La utilidad responde a una tendencia natural que inclina al hombre a promover la
felicidad de sus semejantes.
El origen en Inglaterra y uno de sus primeros exponentes fue Francisco Hutcheson,
quien lo propagó en 1725. Sus más famosos teóricos son Jeremías Benthan y John
Stuart Mill.
Podemos presentar como la preocupación central del utilitarismo la búsqueda de
un principio objetivo que permita establecer cuando una acción determinada es
buena o mala. La respuesta está basada en el principio de la utilidad, que sostiene
que una acción es buena, en tanto que tiende a lograr la mayor felicidad posible
para el mayor número de personas.
FORMALISMO: creado por el filósofo Emmanuel Kant (1724-1804). Se conoce como ética
formal. Kant piensa que es necesario elaborar una filosofía moral pura, limpia
enteramente, de todo lo que pueda ser empírico. Por lo tanto, el concepto de lo bueno,
reside en una ley moral a priori, universalmente válida y necesaria.
El fundamento de la obligación no debe buscarse en la naturaleza del hombre
(empirismo) o en las circunstancias del universo en el que hombre está puesto, sino a
priori, exclusivamente en el concepto de la razón pura. La ética debe descasar
enteramente sobre una base pura o a priori (ética de las intenciones).
Kant escribe , en las siguientes palabras, lo que entiende por un comportamiento
moralmente bueno: “ ni en el mundo, ni en general, tampoco, fuera del mundo es posible
pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una
buena voluntad”.
La buena voluntad, según Kant, tiene un valor absoluto. “La buena voluntad no es buena
por lo que efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que
nos hayamos propuesto; es buena sólo por el querer, es decir es buena en sí misma”. La
buena voluntad es denominada como tal, en base a la intención pura y no por sus
resultados o inclinaciones.
En comparación con el criterio de los eudemonistas, el formalismo considera que se debe
procurar la felicidad, no por inclinación, sino por deber; porque sólo entonces, la conducta
tiene un verdadero valor moral. Un ejemplo es aquel hombre desahuciado por su
enfermedad, cuyo interés por la vida desaparece. Pero, no ve el suicido como una opción
en razón de la ley moral (conforme a la buena voluntad), que le obliga a respetar la vida, a
pesar de sus propias inclinaciones y deseos contrarios. Es así, como la ética kantiana insta
a escuchar sólo el imperativo del deber, el cual es eminentemente racional y a no escuchar
a los deseos, apetitos contrarios. La buena voluntad es valiosa, objetiva, procura la
felicidad, por el deber y el verdadero valor moral.
La buena voluntad considerada por sí misma es, sin comparación, muchísimo más valiosa
que todo lo que pudiéramos obtener por medio de ella.” Aunque ciertamente, la buena
voluntad no debe ser confundida sólo con el deseo, sino que debe intentarse ponerla en
práctica. Se trata de un intento por hacer algo, aunque no se consiga lo que se quería o
aunque las consecuencias de la acción no respondan al propósito.
VITALISMO: es una doctrina que toma la vida humana como el objeto central de la
filosofía. Considera la vida como el principio fundamental del cosmos. Lo bueno reside en
la vida y en todo aquello que la promueve y la desarrolla.
Nietzsche (1844-1900) refleja la doctrina del vitalismo. La filosofía de Nietzsche es
considerada por muchos como el más claro antecedente de la filosofía material de los
valores.
Nietzsche estaba convencido de que los valores tradicionales simbolizaban una "moralidad
esclava", creada por personas débiles y resentidas que impulsaban comportamientos
como la sumisión y el conformismo, porque los valores implícitos en tales conductas
servían a sus intereses. En el enfrentamiento a la moral tradicional de su tiempo. Éste
propone una “transmutación de los valores”. En este escenario, las virtudes más elevadas
son aquellas que exaltan el valor de la vida y la voluntad del dominio. Se entiende como
virtud: toda pasión que diga sí a la vida y al mundo; la fortaleza; la salud; la alegría; la
veneración; la voluntad del dominio; la enemistad; la guerra; el amor sexual; las bellas
actitudes; las buenas maneras; la voluntad fuerte ;la disciplina de la intelectualidad
superior; entre otros.
Otro aspecto distintivo de la ética de Nietzsche observa que la meta del esfuerzo humano
no es la elevación de todos, sino la cultura de los mejores hombres y los más fuertes. De
ahí proviene la “moral del superhombre”. Este filósofo opina que los mejores sólo
deberían casarse con los mejores y el amor debe dejarse, exclusivamente, para la chusma.
El concepto del superhombre es posicionado más allá del bien y del mal y más allá de la
moral común y corriente. Lo bueno, para Nietzsche, es todo aquello que aumenta el
sentimiento de potencia, la energía, la inteligencia, el orgullo, la voluntad de potencia y el
amor al peligro.
PERFECCIONISMO: esta doctrina reflexiona sobre la perfección moral como el fin ético de
la vida. Lo bueno es llamado “perfeccionismo” y está ligado a un fin trascendente.
Esta tendencia filosófica es representada en la persona de Santo Tomás de Aquino (1225-
1274).Él es una figura relevante de la filosofía escolástica. Debido a que Santo Tomás de
Aquino parte de la ética aristotélica, sólo que trata de adaptarla e interpretarla a la luz de
la moralidad cristiana.
Los actos libres son los que caen dentro del campo de la moral. Tales actos provienen del
hombre racional y libre. Éstos tienen su fuente en la voluntad, y el objeto de esa voluntad
es el bien.
El bien perfecto y supremo no debe buscarse en ninguna cosa creada, tangible o
contingente, como: la riqueza, los placeres, los honores, etc. Ni siquiera en la vida
teorética y especulativa de Aristóteles, en su planteamiento acerca de la búsqueda de la
felicidad. Sino solamente, en Dios.
Santo Tomás de Aquino afirma que la felicidad completa del hombre consiste en la visión
de Dios. Frederick Copleston ,en el libro Historia de la Filosofía, habla acerca del
pensamiento de Santo Tomás de Aquino : “en esta vida el hombre puede conocer que Dios
existe, y puede alcanzar una noción análoga e imperfecta de la naturaleza de Dios, pero
solamente en la vida futura pude conocer a Dios como es en Sí mismo, y ningún otro fin
puede satisfacer la perfección moral.” Además comenta “la ética de Aristóteles era una
ética de la conducta humana en esta vida, mientras que Santo Tomás no procede al
desarrollo de la ética, sin antes tomar en consideración la felicidad perfecta, que
solamente puede conseguirse en la vida futura. Una felicidad que consiste principalmente
en la visión de Dios”.
La ética y la axiología:
La axiología: ciencia de los valores. Es la rama de la filosofía que estudia los valores. También es
llamada “ teoría de lo valores”. La ética no puede prescindir de la axiología, puesto que las normas
que conforman el mundo moral, implican apreciaciones y valoraciones que nos permiten formular
el concepto de lo que es bueno y lo que es malo. La ética es considerada como una disciplina
axiológica.
El objetivismo axiológico es aquel en que los valores tienen entidad objetiva y absoluta en sí
mismos. El sujeto los reconoce y los descubre, mas no los crea ni los transforma.
Los valores son susceptibles de clasificación y jerarquización, diversos autores ofrecen sus propias
consideraciones respecto a este tema. Algunos cohinciden en la libertad, justicia, la paz, la
tolerancia y el respeto son valores universales.
Bibliografía: