Gobiernos de Juan Manuel de Rosas
Gobiernos de Juan Manuel de Rosas
Gobiernos de Juan Manuel de Rosas
Los caudillos eran líderes que se habían destacado en los campos de batalla durante las guerras de
independencia, y que sumaron a su prestigio en las regiones en las cuales habitaban, enormes extensiones
de tierras y una creciente autoridad política. En la mayoría de los casos, los caudillos identificaban sus
intereses materiales con los de su localidad o región, e intentaban influir en la forma de organizar a las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Tales fueron los casos de Juan Bustos en Córdoba, Estanislao López
Santa Fe, Facundo Quiroga en La Rioja, o Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires. Generalmente, los
caudillos provenían de familias que habían sido poderosas durante la época colonial, propietarios de tierras
y con cargos militares, como Juan Manuel de Rosas o Estanislao López. Peones de estancia y gauchos
integraban las milicias de los caudillos y eran movilizados detrás de los conflictos de sus patrones, quienes
los protegían a cambio de lealtad y servicio y eran vistos como protectores y proveedores de trabajo,
alimento y vivienda. La condición indispensable para llegar al gobierno o influir en una provincia o región
era, junto con la posesión de riqueza, el hecho de tener el control de las milicias del lugar. Tal es el caso de
Facundo Quiroga, estanciero y comerciante de la provincia de La Rioja, quien llegó a ser gobernador de su
provincia, luego de ser nombrado capitán de las milicias de San Antonio en 1816 y comandante general de la
provincia en 1827.
1º y 2º gobierno de Rosas interregno
Durante su gobierno, debido a la cesión por parte de las provincias del manejo de las relaciones exteriores,
Rosas debió afrontar varios conflictos armados con países extranjeros. Entre ellos, los más importantes
fueron con Francia e Inglaterra. Ambas potencias buscaban expandir su comercio exterior y acrecentar sus
actividades económicas en el Río de la Plata.
En este contexto, el gobierno francés inició un bloqueo al puerto de Buenos Aires (1838), con la excusa de
exigir para sus ciudadanos residentes en nuestro país la exclusión del servicio militar, tal como ocurría con
los ingleses. El gobierno de Rosas se negó a aceptar el pedido y resistió hasta que los franceses se retiraron.
El otro conflicto se produjo también con Francia, pero esta vez aliada con Inglaterra. Ambos gobiernos
resolvieron bloquear el puerto de Buenos Aires con el objetivo de detener la influencia de Rosas sobre la
Banda Oriental y lograr la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay, ya que ambas situaciones
perjudicaban sus intereses. Frente a la presencia de naves inglesas y francesas (1845) preparadas para
incursionar en los ríos interiores, Rosas organizó la defensa y, en la batalla naval de la Vuelta de Obligado, las
fuerzas militares de la provincia impidieron el paso de los barcos extranjeros. Finalmente, Francia e
Inglaterra retiraron sus naves y firmaron la paz con el gobernador de Buenos Aires.
La actuación de Rosas en estos conflictos le valió el reconocimiento de la población, que lo vio como un
defensor de la independencia política y económica del país, lo cual contribuyó a aumentar su prestigio.
La oposición a Rosas
Para resolver los conflictos políticos y frenar cualquier manifestación de los opositores, el gobierno recurrió
a la violencia: encarcelamientos, atentados contra la propiedad, censura de prensa y prohibición de libros.
Frente a la imposibilidad de expresar libremente sus críticas al gobierno o la oposición a determinadas
decisiones y ante las persecuciones que sufrían, numerosos intelectuales debieron salir del país e instalarse
en el extranjero (exilio).
Los principales opositores al gobierno de Rosas fueron los grupos dominantes de las provincias del Litoral
(propietarios de extensas tierras y comerciantes), quienes exigieron los derechos de comerciar libremente
por los ríos Paraná y Uruguay y de disponer de los ingresos de sus propias aduanas. Sus intereses
coincidieron con los de algunos países extranjeros, como Brasil, también interesado en la libre navegación
fluvial. Hacia fines de la década del treinta, la oposición contra Rosas adoptó formas violentas, a través de
levantamientos militares encabezados por caudillos. No obstante, todos los intentos de acabar con su
gobierno fueron derrotados.
En 1850, el gobernador de Entre Ríos, el caudillo rural Justo José de Urquiza, propietario de grandes
extensiones de tierra en esa provincia, logró aglutinar a diferentes sectores opositores a Rosas. Junto al
grupo de exiliados en Montevideo, algunos uruguayos y las fuerzas navales brasileñas, formaron el ejército
grande. En 1851 hay un pronunciamiento de Urquiza contra la postura de Rosas de renunciar a la
representación de las relaciones exteriores de la confederación. Siendo este hecho un detonante para que
se produzca la fractura y posterior enfrentamiento entre ambos caudillos. El tres de febrero de 1852 se
enfrentan en la batalla de Caseros, resultando triunfador el ejército grande. Rosas vencido y agobiado por la
situación emprende el exilio a Inglaterra donde muere en el año 1877.
La derrota de Rosas no destruyó el poder del grupo de estancieros de Buenos Aires; los conflictos entre
distintos intereses continuaron, y entraron en una nueva etapa.