Aaaa. Neoclacisismo

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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

TEMA 54.- LA MÚSICA EN EL SIGLO XX HASTA LA


SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. (III): EL NEOCLASICISMO.
1.- LA MÚSICA EN EL SIGLO XX HASTA LA SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
El periodo musical comprendido entre 1900 y el término de la Segunda Guerra Mundial es
un periodo de entreguerras, caracterizado por un estado de tensión internacional en continuo
aumento y por el establecimiento de dictaduras en Rusia, Italia, Alemania y España. También
hubo una fuerte depresión económica en 1929 y los años sucesivos. Estas condiciones
resultaban idóneas para una nueva reorientación cultural. En el panorama musical aparecieron
diversas tendencias.
La primera de ellas fue el Futurismo, apareciendo su primer manifiesto en 1910, que rendía
tributo a la velocidad, a la vorágine de la vida moderna y el ruido. Esta corriente fue seguida
por el Dadaísmo, donde su lema es el azar, la intuición y el absurdo.
La segunda tendencia se produce finalizando la Primera Guerra Mundial, cuando comenzó
a surgir una nueva actitud que llegó a dominar los movimientos artísticos. Entre sus
características más importantes, estuvo la de una renovada consideración hacia la claridad,
objetividad y orden, como si tras el caótico fermento artístico de los primeros años del siglo
se buscara una nueva consolidación. Así nació el Neoclasicismo.
La tercer tendencia viene debida a la transformación del lenguaje postwagneriano, primero
en atonalidad, donde se produce la emancipación de la disonancia. Arnold Schonberg junto a
la Escuela de Viena, desarrolló su Técnica dodecafónica a partir de 1921, aunque ésta se
agotó pronto.
Por último, hemos de citar el regreso a idiomas más sencillos, eclécticos y más del gusto
del público, que bien pudieran ser calificados de neorrománticos.

2.- EL NEOCLASICISMO.
El término neoclasicismo surgió en la década de 1920 como un movimiento de importancia
primordial para la música del siglo XX como reacción frente al post-romanticismo, el
impresionismo y el expresionismo. El neoclasicismo significó diferentes cosas. Para algunos
representaba el retorno al estilo cortesano de finales del siglo XVIII, para otros, la búsqueda
de inspiración de los gigantes de la primera mitad del siglo XVIII, en el Barroco tardío de
Bach y Händel y otros descubrieron el parentesco espiritual con maestros aún anteriores,
como Monteverdi, Purcell, Victoria y Palestrina. Para Machlis, el término neobarroco sería
una calificación mucho más exacta de ese estilo.
El neoclasicismo llegó a descubrir todo cuanto no había sido tocado por el espíritu del
romanticismo del siglo XIX. El clasicista del siglo XX trató de revivir ciertos principios
permanentes del arte que fueron mejor comprendidos en las épocas barroca y clásica y habían
sido abandonados en el Romanticismo.
Los partidarios del neoclasicismo retornaron la música prerromántica de una manera
totalmente propia del siglo XX.
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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

En cuanto a las características generales, uno de los logros principales del neoclasicismo
fue la resurrección de las formas absolutas, como la sinfonía, el concierto, la sonata y los
diversos tipos de música de cámara. Igualmente significativo era el retorno a las formas de la
era preclásica, como la suite, el divertimento, la tocata, el concerto grosso y la fuga.
El neoclasicismo favoreció una melodía instrumental que empleaba intervalos más amplios
y un registro más extenso.
En cuanto a la armonía, el Neoclasicismo se alejaba del cromatismo. Su música se basa en
las siete notas de la escala diatónica, aunque con mayor libertad. A menudo se utiliza el
pandiatonisma para indicar la nueva libertad con que se combinan armónica y
contrapuntísticamente las siete notas. El pandiatonismo prefería un empleo moderado de las
alteraciones y mostraba una llamativa afinidad por la tonalidad de Do mayor.
Otra característica va a ser la textura lineal transparente. El estilo neoclásico halló su
medio de expresión en un ágil contrapunto disonante marcado por su claridad e impulsado por
flexibles ritmos motores. Los neoclásicos se apartaron hacia colores sobrios y muy definidos.
La esencia neoclásica rechazaba el concepto del siglo XX acerca del artista a favor del
antiguo ideal del artesano. Por otro lado, el neoclasicismo atrajo a los músicos de cierto gusto
y temperamento, especialmente a aquellos que se sentían fascinados por la perfección formal.

3.- FRANCIA.
Los cambios producidos en el lenguaje musical durante las últimas décadas del siglo XIX y
las primeras del XX establecieron una gran distancia entre el compositor y la mayor parte del
público. Esta música tenía que ser sencilla en cuanto a su estructura y escritura aspirando a
poseer la lucidez de los niños. Su modelo sería el de la música de los circos, del music-hall, de
los café-conciertos y del jazz.
Francia se encontraba en una extraña situación, puesto que la muerte de Debussy y el fin
del impresionismo habían acabado con la supremacía de los compositores franceses, viniendo
la renovación de compositores como Stravinsky, Prokofiev, Falla y otros que operaban en
París.
La recuperación del protagonismo por parte de los músicos franceses va a venir con Eric
Satie, una figura extraña y polémica. Fue una de las figuras clave, un excéntrico visionario
cuya concepción de la música se basó en una forma de arte simple, menos pretenciosa y más
popular. La estética de Satie se inclinó siempre hacia una música desnuda, depurada y
sencilla, como su obra Gymnopedies.
Fue enemigo de la retórica y de la grandilocuencia, reivindicando un estilo nítido, conciso
y agudo que rechaza los desarrollos temáticos y su economía de medios es extrema. Las
partituras de Satie reflejan la informalidad alegre que envuelve las actuaciones de los
cómicos. Por otro lado, encontró su inspiración en la música medieval, donde el canto
gregoriano ocupaba un lugar especial. Sus armonías son medianamente disonantes con una
enorme libertad en el encadenamiento de acordes. Otra característica es el humor, escribiendo
indicaciones verbales en sus partituras, como “retarda educadamente” o a través de los
títulos de sus obras.

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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

Entre sus obras con tintes neoclásicos destaca su ballet Parade y su drama sinfónico
Socrate, seguramente su mejor obra, escrita para solistas y orquesta de cámara. Por su
simplicidad y economía de medios, esta obra encarna el ideal estético del neoclasicismo.
Desde la composición de Parade, Satie se convirtió en una especie de héroe musical para
un gran número de jóvenes compositores franceses, como Poulenc, Milhaud, Honegger,
Auric, Tailleferre y Durey. Estos seis compositores formaron el grupo de Les six y tienen
como rasgos generales la rebelión conjunta contra la música alemana romántica y contra el
impresionismo, gustaban del refinamiento y el ingenio, se interesaban por el jazz y el music-
hall. Pero solo los tres primeros son importantes.
Francis Poulenc fue el compositor que mejor reflejó el ideal estético formulado por
Cocteau y Satie. Su lenguaje musical fue esencialmente conservador e incorporó una vuelta a
la tonalidad en su forma más simple y tradicional, aunque con alguna incursión modal. La
estructura armónica de sus obras es básicamente triádica. Su melodía se caracteriza por un
lirismo absoluto. La influencia de Satie se manifiesta en las miniaturas sin pretensiones con
tono humorístico de sus piezas para piano Movimientos perpetuos.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Poulenc producirá obras de gran profundidad
religiosa, como La vox humane. Cuando Poulenc aborda las formas tradicionales, como en
Concierto campestre para clavicémbalo y orquesta, su esquema estructural es muy flexible y
nunca académico.
Darius Milhaud compuso una gran cantidad de música, como 15 óperas, 17 ballets, 13
sinfonías, etc y un amplio número de obras de cámara, música incidental para películas, donde
destacan las obras dramáticas. Podemos encontrar tres constantes esenciales en Milhaud:
vitalidad y fecundidad, su inspiración mediterránea y por otro lado su lirismo sereno,
tranquilo y sosegado.
Milhaud es un músico fundamentalmente lírico. Otro aspecto tiende a la violencia como
cuando utiliza las disonancias salvajes. Milhaud utiliza tanto la politonalidad armónica como
la contrapuntística. De entre sus obras destacan los dramas de Esquilo adaptados por Claudel,
Agamenon y Las Euménides, su mejor ópera.
La preocupación de Milhaud por la percusión refleja el énfasis puesto por el siglo XX
sobre el ritmo. Le fascinaron los ritmos de la música popular, como tangos y sambas, al igual
que los ritmos del music-hall y las síncopas del jazz. Comparte la predilección de Stravinsky
por el ostinato. En su enfoque de la forma es bastante clasicista: se inclina hacia la
yuxtaposición de pequeños fragmentos como un mosaico, para construir unidades mayores.
Arthur Honegger es el mediador entre la música francesa y la tradición alemana. La
influencia alemana se manifestó en lograr una arquitectura sólida, lo que lo apartó de la
estructura íntima basada en el mosaico. El arte de Honegger se sustenta sobre Bach,
Beethovan y Wagner. Esta triple influencia será el telón de fondo de toda su carrera musical.
La vinculación de Honegger a las grandes formas coincide con su predilección por la
estructura de la sonata, por las variaciones intrincadas y por un extenso desarrollo temático.
También se vio influenciado por la música de jazz y la tecnología.

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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

Este grupo de los seis, vistos una vez a sus tres máximos representantes, no fue el único
que se formó con el padrinazgo de Satie, ya que más cerca de él y con más directo patrocinio
se establecieron los compositores de la escuela de Arcueil. Pero dio poco juego esta escuela y
sus autores son poco conocidos.
Este grupo de compositores tuvo su relevo, a partir de 1936 en el grupo Jeune France,
encabezado por Oliver Messiaen y André Jolivet.
Por último hemos de citar a Albert Roussel, quien se vio seducido por el embrujo
impresionista de Debussy, pero más tarde, su evolución le llevó hacia el neoclasicismo.

4.- ALEMANIA.
El clima que prevaleció bajo la República de Weimar era favorable a la “música de usar”.
Berlín fue el centro cultural más importante durante la década de 1920 rivalizando con París.
Los principales compositores del neoclasicismo alemán fueron: Paul Hindemith, Kart Weill y
Carl Orff.
El más representativo fue Paul Hindemith, quien tomó como punto de partida la música
de Brahms, Max Reger y Richard Strauss. La música de su primera época se caracteriza por
un cromatismo vivo y una armonía esencialmente triádica.
En la década de 1920 rompió con esas raíces tradicionales y se convirtió en uno de los
miembros más radicales de su generación, con una música con fuertes disonancias y con un
acercamiento a la tonalidad flexible y nada tradicional. Lo más destacable es la influencia del
jazz y la música popular. De este periodo sobresale su obra Sancta Susanna.
Durante la segunda mitad de la década de 1920, Hindemith adoptó una postura más seria y
equilibrada, desplazándose constantemente hacia el contrapunto heredado de Bach y de los
polifonistas del Renacimiento. El ritmo motriz, la utilización del contrapunto disonante, la
melodía enraizada en la canción popular de la Alemania medieval son sus características más
importantes.
En cuanto a la forma, Hindemith combina las formas antiguas como el concerto grosso, la
tocata y la fuga, con las nuevas tendencias como el jazz. La extraordinaria productividad de
Hindemit se debe a su creencia sobre la importancia de la música como actividad social en
detrimento de su función como vehículo de comunicación personal. Ese interés pasó a
definirse como música para usar, aunque Hindemith prefería la denominación de música
para cantar y tocar.
Su deseo de reducir la distancia existente entre compositor y público, entre el músico como
especialista y el músico como amateur fue determinante en toda su obra, donde las áreas
tonales son más claras, las texturas más transparentes y aparece en general en toda la música
un nuevo lirismo. El primer trabajo importante fue la ópera Matías el pintor, donde incluye
canciones medievales.
Kart Weill demostró un talento precoz para la composición. Sus primeras obras siguen la
línea de Mahler y Strauss, pero pronto se movió desde la enorme expresividad de la sinfonía
hacia un estilo más restringido y económico. Weill trató de simplificar los elementos
dramáticos y musicales hasta el punto de que permitieran a la composición hablar, tan

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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

directamente como fuera posible, a un enorme y variado público y donde la unidad básica
sería la song, una especie de canción libre en cuanto a forma y ritmo.
A lo largo de toda su obra colaboró con Weill el dramaturgo Bertolt Brecha. En la música
de Weill hay un estilo austero y directo, sus acompañamientos son a menudo ostinatos sobre
una base armónica consonante y explícitamente triádica.
Carl Orff también retorna en algunas de sus obras a temas de la antigüedad y la Edad
Media en la cantata escénica Carmina Burana, un arreglo musical de canciones de los
Goliardos de los siglos XIII y XIV. En esta obra estableció su concepción de la música como
parte integrante de una forma de arte compuesto en la cual, la declamación de los textos
asumía el papel más importante. Las melodías son canciones sencillas que se repiten deforma
incesante en el acompañamiento realizado por la percusión. Otras obras de Orff son: Catulli
Carmina y la ópera Antígona. Hemos de destacar su labor pedagógica.

5.- RUSIA.
Otros impulsos parecidos a los que procedían de Alemania venían de la Rusia Soviética,
donde el compositor, actuando bajo el control estatal debía resolver el problema de llegar a
una masa de oyentes que se hallaban precisamente descubriendo la música. La revolución de
octubre de 1917 ofreció un efecto inmediato sobre las facetas de la vida cultural, incluyendo a
la música.
La nueva convicción del régimen defendía un nuevo tipo de arte completamente nuevo. Se
desarrollaron dos escuelas de composición directamente opuestas. Por un lado tenemos la
Asociación para la música contemporánea, que pensó que la mejor manera de acercarse al
pueblo era siguiendo las tendencias más avanzadas. Por otro lado tenemos la Asociación rusa
de la música del proletariado, que creía que la música debía ser sencilla. Pronto se fundó la
Unión de compositores soviéticos, afiliados al gobierno y que sustituyó a las dos
organizaciones anteriores. Se convirtió en el único árbitro, determinando la dirección de la
música soviética desde 1932 en adelante.
El Formalismo de los años 20 va a ser desbancado por el Realismo socialista, que busca la
expresión del sentimiento con los medios del neoclasicismo. La música aspira a conseguir una
amplia repercusión (populismo). Los compositores se ven sometidos a las presiones
ideológicas y se van a convertir en compositores proletarios, limitados en sus procesos
compositivos por la barrera que suponía esta corriente. Entre los más conocidos tenemos a
Serguei Prokofiev, Dimitri Shostakovich y Aram Khachaturiam.
La obra de Serguei Prokofiev se divide estilísticamente en dos partes: una clásica y otra
progresista. Su faceta clásica está determinada por la economía formal y de textura, el ritmo
incisivo en un solo movimiento en el que las secciones temáticas alternan con brillantes
episodios compuestos en forma de tocata. Esta actitud tomó cuerpo de una forma más clara en
su Sinfonía Clásica, compuesta para una pequeña orquesta, típica de finales del siglo XVIII y
cada uno de sus cuatro movimientos sigue un prototipo formal propio del clasicismo.
A partir de ahí, la música de Prokofiev adquirió un carácter más disonante y se situó en una
línea de mayor dificultad tanto formal como textural, dentro de un ambiente tonal más
ambiguo, pero tras su Segunda sinfonía vuelve hacia una mayor claridad y simplicidad en su
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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

música, donde en primer lugar se encontraba la melodía, que debía ser clara y sencilla. En esta
línea compuso Romeo y Julieta y Pedro y el lobo. Prokofiev fue siempre un compositor con
una fuerte orientación tradicional.
Dimitry Shostakovich creyó que la música debía atraer a la mayor cantidad de público
posible. En su Primera sinfonía escribe en un estilo tonal conservador, pero pronto empezó a
experimentar en su obra Aforismos, donde la libertad tonal y la complejidad estilística general
de la obra resultan bastante notables. De esta época es su ópera Lady Macbeth y su ópera
cómica La nariz. A partir de esta obra, toda su obra se vuelve mucho más sencilla en cuanto a
textura, temática, tonal y formalmente. Su quinta sinfonía es una obra de clara convicción
artística, poder expresivo y perfección técnica. En esta misma línea se produjeron sus
sinfonías séptima, octava, undécima y duodécima.
Esta tendencia se vio en menor medida afectada en la numerosa música de cámara que
compuso. Shostakovich es capaz de desarrollar un lenguaje musical más avanzado incluso con
un intenso cromatismo.
Dentro de esta misma línea tenemos a Aram Khachaturam, que si bien es accesible a las
masase gracias a la utilización de material folklórico principalmente, este lo adapta a las
amplias formas instrumentales de la tradición clásica. Su música está colmada de color y
excitación. Destacan sus ballets Gayaneh y Spartacus.

6.- ITALIA.
En primer lugar tenemos a Ferrucio Buzón, italiano que vivió la mayor parte de su carrera
en Berlín. En su juventud se inclinó por una estética postromántica y más tarde hacia los
movimientos de vanguardia. Al madurar, fue uno de los precursores del neoclasicismo,
acercándose al ideal clásico de Mozart. Escribió para orquesta como si fuese un conjunto de
solistas. Preanunció la predilección del siglo XX por las pequeñas combinaciones desusadas
de instrumentos y cultivó las formas dieciochescas, como el rondó, la zarabanda, la gavotta, la
fuga, etc. Podemos citar su concierto para piano como una de sus obras más importantes.
También Alfredo Casella abogó por un retorno al clasicismo. Halló su lenguaje en una
textura contrapuntística cuyos modelos fueron Bach, Vivaldi y Scarlatti.
Gian Franceso Malipiero secundó los esfuerzos de Casella por revivir las tradiciones del
barroco italiano. Su monumental edición de las obras completas de Monteverdi y de Vivaldi
dejó gran huella en su propia música. Trató de integrar, dentro de un lenguaje del siglo XX las
características propias de la música italiana antigua, aquellas pertenecientes a composiciones
arcaicas, especialmente al canto gregoriano. De su amplia obra podemos destacar la ópera La
fábula del hijo cambiado.
Ottorio Respighi, compositor ecléctico que se distinguió por mezclar el impresionismo
debussyano con la suntuosa sonoridad orquestal de Richard Strauss, agregando un toque de
exotismo a su música, ruto del estudio con Rimsky-Korsakov. En su Concierto Gregoriano
homenajea a los compositores del siglo XVI, en el que las melodías de canto llano son
tratadas según el ritmo y la armonía de principios del siglo XX.

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Tema 54.- La música en el siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. (III): el Neoclasicismo.

Entre otros compositores de menor importancia, tenemos a Vittorio Rieti, Ildebrando


Pizzetti, Mario Castelnuovo Tudesco y Godofredo Petrassi.

7.- LOS INDEPENDIENTES.


En este apartado vamos a tratar a Stravinsky y Bartók. En primer lugar vamos a tratar a
Stravinsky. Debido a la influencia de Diaghilev, Stravinsky dará un giro brusco hacia el
neoclasicismo aproximadamente en 1920. Stravinsky ya se había empezado a mover hacia un
lenguaje composicional más económico que huía de grandes proporciones y enormes
conjuntos instrumentales que aparecían en sus primeros ballets antes de la guerra. Así, la
ópera Les noces y La historia de un soldado ya utilizan conjuntos musicales poco numerosos
y se caracterizan por desarrollar un estilo musical reducido a lo más esencial. De este periodo
también son las Tres piezas para clarinete.
Destaca la Historia de un soldado, basada en una historia rusa en la que un soldado vende
su alma al diablo. Está compuesta para ser tocada, leída y bailada e interpretada por un grupo
de cámara mixto, un narrador, actores y bailarines. El nivel de complejidad rítmica es muy
alto, y aunque esencialmente tonal, la música es a menudo algo disonante y ambigua respecto
a su centro tonal.
La primera inclinación de Stravinsky hacia el neoclasicismo se puso de manifiesto en su
ballet Pulcinella en 1920. La extensión total de su transformación estilística no fue evidente
hasta el año 1923, cuando estrenó su Octeto. La novedad del octeto fue la aceptación de unas
nociones relativamente tradicionales de escritura contrapuntística y la adhesión a tipos
formales clásicos.
El octeto fue la primera de una serie de composiciones que ocuparon la producción total de
Stravinsky hasta la década de 1950 y que se basaron en modelos y procedimientos
composicionales tradicionales. Otras obras son: El beso del hada, en la que homenajea a
Tchaikovsky, Perséphone, inspirada en Dukas y Misa, inspirada en Machaut.
Pero no todas las obras del período revelan un prototipo estilístico inconfundible. La
sinfonía de los salmos, llamada así por utilizar texto de los Salmos de David, es una obra para
conjunto coral e instrumental en la que estos dos elementos están en el mismo plano, sin
ningún dominio de uno sobre el otro. Se trata de una obra en tres movimientos que se ejecutan
sin interrupción. La Sinfonía en tres movimientos es una obra maestra, en la que el motor
principal es el timbre: muestra, aclara, atrapa, tritura, etc. Es la partitura más rica en el plano
sonoro desde La consagración de la Primavera.
Hay que tener en cuenta que la intención de Stravinsky no era la de volver al pasado literal,
sino la de revitalizar algunas de las concepciones composicionales tradicionales en relación
con la práctica contemporánea tanto armónica como rítmica.
En lo que se refiere a Bela Bartók también se situó en un momento de su carrera dentro de
la tendencia neoclásica que imperaba en aquel momento. El cambio estilístico se empezó a
notar en la Suite de danzas para orquesta. Pero donde realmente se vio el cambio fue en la
Sonata para piano, el primer Concierto para piano y el Concierto para orquesta. Éstas,
aunque aún retienen algo el carácter más disonante de sus obras, así como la fuerza y vitalidad

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rítmica característica de toda la música de Bartók, están más definidas tonalmente y más
unidas a los modelos formales tradicionales.
La música neoclásica de Bartók es muy diferente al neoclasicismo de Stravinsky, ya que
carece de la separación, frialdad y limitación que normalmente se asocian con este estilo.
A partir de ahí, las obras que compuso Bartók tuvieron una síntesis neoclásica muy
particular, en la que elementos que hasta ahora habían forjado su estilo se unieron en un
lenguaje más preciso. Bartók desarrolló especialmente las formas organizadas en arco (ABA),
en donde se forman modelos simétricos mediante la utilización de movimientos parejos que se
relacionan por medio de correspondencias motívicas y formales.
Los logros de Bartók fueron inigualables. Reconsideró la orientación estética y los
aspectos constructivos de la música del siglo XVIII y XIX en términos del siglo XX.

8.- INGLATERRA.
Destacan dos compositores, si bien no fueron neoclásicos en toda su extensión, se
consideran habitualmente como nacionalistas, debido a que su música se vio fortalecida por el
reavivamiento del interés de la música eclesiástica tudoriana, los madrigalistas isabelinos y el
arte de Purcell. El primero de los compositores es Ralph Vaughan Williams. Éste rehuía la
armonía cromática, con un fuerte interés por la armonía modal y la música antigua. Prefirió
las formas antiguas como la passacaglia, la fuga y el concierto grosso.
Por otro lado tenemos a Benjamín Britten, un músico de gran inventiva, dominio técnico
y encanto. Es partidario del punto de vista clásico del artista como artesano. Cada
composición representaba un problema particular que debe ser resuelto. Se basa en el arte de
los compositores eclesiásticos de la época tudoriana, de los madrigalistas isabelinos y de
Purcell. Destaca su obra Guía de orquesta para jóvenes.

9.- ESPAÑA
El neoclasicismo en España encontró una buena vía de penetración a través de la influencia
que la música francesa venía ejerciendo sobre la mayor parte de los compositores de nuestro
país.
Se ha debatido mucho la posible posición neoclásica de Manuel de Falla ya que estuvo
atento a lo que pasaba en la capital francesa, conserva rasgos neoclásicos a los que su
misticismo añade austeridad, dureza y aspereza. Esto lo podemos comprobar en obras como
El retablo de Maese Pedro y el Concierto para clave y cinco instrumentos, donde Falla
rechaza el encanto sonoro que antes tanto había apreciado así como su cantata escénica la
Atlántida.
En cambio, los compositores de la generación posterior a Falla son de corte neoclasicista.
Se debaten en un triple frente: el magisterio de Falla, la influencia de Ravel y la atracción
hacia Stravinsky.
Casi todos los compositores se pueden encuadrar en la llamada Generación de 27

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En primer lugar tenemos a Ernesto Halffter. Su obra más importante es su Sinfonietta,


donde mezcla neoclasicismo y nacionalismo, le revela como un gran talento, además,
completó la obra de Falla: La Atlántida. También destaca su hermano Rodolfo.
Otro compositor es Salvador Barcarisse, quien practicó un neoclasicismo burlesco donde
no hay ninguna evolución. Por último tenemos a Julián Bautista, quizá la personalidad más
fuerte y atractiva dentro de las características generales de este grupo.

Por último, hemos de hacer referencia a otros compositores parcialmente neoclásicos,


como Aaron Copland, Walter Piston, De EE.UU. y Bohuslav Martinu, de Bohemia.

BIBLIOGRAFÍA.
R. Reti Tonalidad, atonalidad, pantonalidad.
Machlis, J. Introducción a la música contemporánea.
H. Stuckenschmidt La música del siglo XX.
Morgan, R. P. La música del siglo XX. Akal.
Plantinga, L. La música Romántica Akal.
Einstein, A. La música en la época romántica Alianza.
Martín, A. Historia de la música española vol.4 Alianza.
Grout-Palisca Historia de la música occidental vol.2. Alianza.

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