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‘ade gc me prada
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Je WakPROLOGO
Metiamo jutia Nottini. Tengo dieciocho
afios. Mi caso no es el tinico.
Somos miles las nifias que cada afto nos
sentimos sucias, avergonzadas, manchadas.
La mayorfa de nosotras no comenta jams lo
que le ha pasado y prefiere callar. Ellas hacen
como sino fuera algo grave. Agachan la cabeza
y continian su camino,
Es lo que hice yo, al principio. Tenfa ver-
giienza. Es dificil hablar de una humillacién sin
ensuciarse, sin ensuciar a la familia, el futuro,
Es dificil describir aquello de lo que huiriamos
por siempre.Josten
Encontrar las palabras precisas, zambullirse
nuevamente en un pasado doloroso... no es
ficilcontar una historia as. Una siempre teme
que la gente no te crea, te acusen de mentir,
gue te juzguen.
Una se siente tan estiipida por haber sido
abusada, El verdadero culpable lo sabe muy
bien y se aprovecha de esto para disimular su
ctimen y seguir con sus maldades con toda
impunidad.
Al contrario de lo que yo pensaba, la
violencia entre un hombre y una mujer no
siempre es ruidosa. A veces, se cuela, despa-
io, en los dormicorios adolescentes. Puede
incluso tomar la apariencia del amor. Te
rntes confiada, amada, adorada, entonces
abres tu puerta por completo... y la caricia
se transforma en golpe.
Siescoy contando mi historia es para romper
‘otros silencios ademés del mio.
Escribo también para reconectarme con
mivida.
Me llamo Julia Nottini, tengo dieciocho
afios, y soy una joven como tantas otras.
Todo esto ocurrié hace cuatro afios.Ea noche me habia peleado con mi
‘mamé, otra vez. Me sentia sola, abandona-
da, no querida. Entonces me inscribj en un
chat nuevo, entré como Marili. Asi es como
‘empez6 todo. Tenia catorce afios. Mi mam
me prohibia sacarme fotos de modelo con
sis amigas. Odiaba el ipiz labial en mi boca
y me decfa que le daba vergiienza verme con
mis tacos dorados y mi mini de mufieca. Pero
eran solo unas fotos, no hay para qué hacer
un drama! Con Katia, mi mejor amiga, nos
cencantaba sacarnos fotos hacer videos de
desfiles de moda.Nosotras dos en traje de baito, nosotras
dos maquilladas, nosotras dos con peinados,
salvajes, producidas, sexys 0 rockeras con
jeans rajados.
Nos encontrébamos lindas. Lo éramos, se
notaba en la mirada de los jévenes. Incluso los
amigos de mi mamé no se cansaban de repeti:
“Estas dos, va a haber que amarrarlas, la van
‘a romper!”, Es exactamente lo que queriamos
con Katia: romperla con nuestra belleza. Bailar,
cantar, reir, pasatlo bien y desafiar las prohi-
biciones de los papas. Y ademés, tenfamos
ganas de amor, de hacer el amor, también.
Sabiamos bien que no tenfamos edad para
eso, pero igual tenfamos ganas. Entonces,
ras tanto, sofidbamos con tener carreras
como modelos. Mi mamé detestaba mi acti-
tud. No soportaba que su hija se comportara
como una “puta”. Eso es lo que me dijo esa
noche, cuando descubrié un montén de fotos
numeradas en el computador de la familia
~Una verdadera puta! ;No tienes nada més
‘en la cabeza? -Lentejuelas, i de shopping y cus
‘ganas de exhibirce en ls revistas 0 en internet?
No tienes ambiciones més interesantes en la
vida? (Tienes un cerebro, por la cresta, Julia!
Seria hora de usarlo un poco.
Yole contestaba que set modelo es un trabajo
de verdad y que ella no podria impedirmelo,
pero le daba lo mismo. No querfa escuchar
hablar al respecto y, una vez més, me bort6
todas las foros. Cerré la puerta de mi pieza de
tun portazo, gritéylloré sobre Rosa, mi muifeca
manga, y prendi el computador. Necesitaba
hablar con alguien. Encontrar a alguien que
‘me entendiera de verdad. Entonces, me met{
en un chat nuevo. Puse “Marild”. Enconeré
‘que ese nick le venta bien a la nifia que yo
tenia ganas de ser. Mis sexy, més atrevida,
més descarada también. Marihi, mi otro yo.
Una nifia que lo atrajo de inmediato.
Hola, Mali, Marili es un lindo nombre,
Qué edad tienes?
Mentt:—Dieciséis. ¥ nit
~Veinte.
sMentia él también? No me lo preguntéen
verdad, estaba demasiado feliz de compartir
‘mi tristeza nocturna con un mino. Segul
Me acabo de pelear con mi mamé. No
me deja sacarme fotos de moda.
—Debe estar celosa de tu belleza.
Gracias. Creo que tienes razén,
~Sé de lo que te hablo, soy fordgrafo de
modas.
~dEn serio?
Si, trabajo en los desfiles de Paris y para
las revista. :Hay algtin sitio en el que pueda
ver tu linda carita, Marildi?
Ya esté. Asi fue como empez6. Se llamaba
Laurent y le di acceso a todas las piginas de
internet donde aparecia posando, a espaldas de
‘mi mam, mis fotos més bonitas. Enganchamos
altiro. El era maduro, atento, protector. Me
encontré linda, deliciosa, elegante. Desde la
primera noche comenzamos a intercambiar
nuestros mails, Fue él quien decidié interrum-
pir nuestra conversacién, diciéndome que
tenfa clases al dia siguiente y que los estudios
‘eran importantes a mi edad. Me dio buena
impresién ese lado responsable.
“Buenas noches, Marihi. Estoy muy feliz
de haberte conocido.
Yo tam!
Hasta mafiana a las diez y cuarto?
jEra una cital Mi primera cita de amor con
tun hombre, uno de verdad. {Un gallo de veinte
aftos! ;Qué estilo! Estaba loca de felicidad y
me quedé dormida con su nombre en mis
labios. Se veia tan lindo en la foto. Estaba
muy orgullosa de que se hubiera fijado en mi2
A ta matana siguiente, al despercar
con Rosa entre los brazos, cref que habia
sofiado, Ese encuentro era tan roméntico.
Yo, una adolescente cualquiera, perdida al
fondo de un pueblo chico de provincia. El,
fordgrafo parisino, ya auténomo y adulto.
Pero no habia sofiado: tenia su foto sobre
mi escritorio. La que me posteé en nuestro
primer chat y que yo imprimf en una hoja
de papel tamaiio carta. A partir de ese dia,
el hombre de mis suefios tenia un rostro y
zno me iba a cansar nunca de admirarlo.En el colegio, dudé un poco antes de con-
tarle a Katia. Ast en pleno dia, todo esto se me
hhacfa un poco raro. Ya me imaginaba que mi
‘mejor amiga no veria con muy buenos ojos esa
conversacién con un gallo mayor que yo. Su
‘mamé no paraba de advertrle de las redes de
pedofiliaen internet y de hombres mayores que
bbuscaban conocer a menores de edad. Por eso,
Katia siempre tenfa miedo de las malas juntas
y conservaba la prudencia. Personalmente, yo
‘encontraba que su mamé era una amargada con
ideas alarmistas. Pensaba que exageraba y que los
caminos de la web no podfan ser més peligrosos
que los de a realidad. En la vida real también te
podian atropellarsaliendo de tu casa, pero eso
no era un motivo para vivir encerrado. A pesar
de todo, Katia se conectaba igual, como que
no quiere la cosa, a las redes sociales. Por eso,
al final se lo conté todo: ;no podia esconderle
tuna aventura asia mi mejor amigal
~{Estés enferma de la cabeza 0 qué? {Un
gallo de veinte aftos!
~:Qué tiene? Es solo seis afios mayor que yo.
Yes muy mino! Mira, tengo una foto suya.
[Le mostré la foro que habia impreso, Laurent
ra atractivo, joven y no tenia nada de perver-
tido. Katia estuvo de acuerdo y nos pasamos el
resto del recreo hablando de él, Era la imagen
del hombre ideal de las peliculas roménticas,
lindo, divertido, encantador, atento, Estaba en las
bes, entusiasmada con los gritos de alegria de
mi amiga que no paraba de repetir que yo tenia
suerte, demasiada suerte y que ella también se
‘morfa por encontrar un gallo como él. Estdbamos
las dos euféricas, cudl més que la otra.
—Sabes dénde vive?
En Paris. Es fodgrafo de modas!
Crees que podria llevarnos alos castings?
Obvio, es tan simpitico. Pero todavia no
quiero pedirle nada. Pri
conocernos mejor.
Katia me juré que no le iba a contar a na-
die sobre esta nueva relacién y sali de clases
dando salticos.
ero tenemos que
19rees que te vas a enamorar de él? -me
regunté mi amiga, en el momento en que
nos separébamos.
Yo grité: “St” y el sefior Barcau, mi profe
de matemética,levanté los ojos al cielo ances
de seguir su camino hacia su auto. Si, estaba
completamente histérica, zy qué? ;No decian
que el amor vuelve locas las personas? Y yo ya
‘me sentia loca por él. Entonces, me importaba
tun pito la opinién del sefior Barcau, igual que
Ja del mundo entero.
a
(Con al me sent altio en confanza, La
noche siguiente, alas diez y cuarto en pun-
to, aparecié para nuestra cita. Me gustaba
Ja forma en que escribia sus mensajes con
un lenguaje correcto, llenos de pequefias
atenciones y cosas lindas. El era tan distinto
de todos los j6venes que yo habfa conocido.
Hasta ahora, a los minos con los que habia
salido, lo tinico que les interesaba era poner
mi foro en su muro de Facebook, como una
especie de trofeo de caza. Para ellos “polo-
lear” se reducia a un “;Cacharon, cabros, la
alinda mina que me pesqué?”. Consideraban
la relacién amorosa como un accesorio, una
onterita que uno se amarra a la mufieca
para lucirse delante de los amigotes y re-
forzar su virilidad. Y bueno, también habia
que reconocer que, casi siempre, después
de un acalorado periodo de besos apasi
nados, no tenfamos nada que decirnos. En
cambio con Laurent, todo era diferente. El
cra el primero al que estaba aprendiendo a
conocer a distancia y eso lo cambiaba todo.
Cada chat, cada mail nos acercaba un poco
ms el uno hacia el otro. Nos mantenia-
mos discretos, prudentes y nos tomabamos
nuestro tiempo para descubritnos sin hacer
castillos en el aire, Me gustaba ese pudor y su
manera de respetarme como si yo fuera una
nifta excepcional, tinica. Con 41, altiro me
senti més grande y més bonita. Sus palabras
respondian a la perfeccién a mis angustias
adolescentes. EI me protegia, me admiraba
y me daba dnimos para mi vocacién por el
modelaje, Nos pasbamos horas delante de la
pantalla, y me amarraba més y més a él con
cada mensaje. Después de una semana, solo
tenfa un deseo: acurrucarme en sus brazos.
—;Cudndo vamos a vernos? ~me atrevi a
proguntarle la séptima noche.
—Luego, Marili luego. Te digo que todavia,
no soy completamente libre. Estaba con una
galla antes de nuestro encuentro, tengo que
dare tiempo. Apenas la deje de verdad, voy a
ser todo tuyo, preciosa mia, y mis labios por
fin van a poder rozar los tuyos.
“Nuestro encuentro”, “Todo tuyo”, “Preciosa
mia”, “Mis labios sobre tus labios”. Me repetia
‘estas palabras en la noche antes de dormirme,
apretando a mi museca Rosa, que olfa a per-
fame de lilas. Muy pronto, Laurent vendela
a buscarme después de las clases, me llevaria
‘en su moto y nos irfamos a correr por la playa
tomados de la mano. Me pasaba mil peliculas.
‘Con él queria vivir todos los clichés de la gente
feliz. Y ademés, me encantaba su madurez y laforma que tenia de calmar mis impaciencias de
nifia enamorada.
Yo también, mi guagua, meestoy muriendo
por no poder estrecharte en mis brazos. Pero.
tenemos que esperar, nuestro amor solo se
hard més fuerte. Por el momento, quiero que
te concentes en los estudios, quiero que seas
la mejor. Asi que apaga el compu, mi bella, y
jmérete a la cama! Y no seas tan dura con tu
mami, ella los cuida sola a ti y a tu hermano,
«30 no es nada ficil
Estaba a sus 6rdencs. Encontraba que olfa
rico a hombre, incluso a la distancia. Nunca
ningin gallo se habfa preocupado tanto por
mi y por mi familia, Se acordaba de todo
lo que le habia escrito. Sabia consolarme,
guiarme, escuchar mis problemas. Durante
nuestras conversaciones, él me transformaba,
me volvia mds expresiva, mds sonriente. Me
pusc a estudiar mucho més, a hacer mis tareas
con una voluntad de hierro. Tenia ganas de
convertirme en lo que él queria que yo fuera.
™
Quince dias después, mi mamé se sorpren-
dia de mi cambio de comportamiento y me
felicitaba.
{Dieciocho en historia, quince en matemé-
tica'! Esto es genial Julia! ;Por fin entendiste
que tu fururo pasa por tus estudios y no por
los maquillajs! Si sigues asi, te voy a dar per-
‘iso para salir hasta un poco mas tarde con
tus amigos el fin de semana.
‘Mi mamé estaba feliz, yo también, obvio,
y las comidas en la noche empezaron a tener
la liviandad de mi infancia, cuando mi papi
vivia en la casa y mi hermano Sacha y yo
éramos todavia lo suficientemente cercanos
‘como para explorar de la risa y escupir de
vuelta en el plato las arvejas. La casa habia
cambiado mucho en algunos afos. Mis paps
se habfan divorciado y mi papa se habia ido a
Ja otra punta del planeta para rehacer su vida
sin nosotros, contentandose con llevarnos de
vacaciones y mandar plata para “que todoesté bien”. Mi mamé trabajaba sin descanso
cen el servicio de cardiologia del hospital y se
derrumbaba de suefo a las diez, cuando no
le tocaba turno toda la noche. Por otto lado,
mi hermano Sacha, que supuestamente tenfa
que cuidarme cuando mi mamé no estaba,
ya casi ni me hablaba, preferia jugar en linea
con sus amigos virtuales en la red. Me daba
lo mismo, porque a partir de ahora tenia a
Laurent, alguien que me cuidaba con ternura.
Me gustaba juntarme con él, de noche, en la
penumbra de mi pieza, escondida en nuestra
guarida virtual.
{Mi mamé escé stiper contenta con mis
notas!
Bravo, mi chanchital Tienes que seguir
asi, Estoy orgulloso de ti!
Tenia ganas de sentirlo, de verlo, de tocatlo.
Estas conversaciones comenzaron a hacerme
sufrir porque me habia enganchado a él en
setio y sus palabras en la pantalla ya no me
bastaban. Entonces, una noche, en la tercera
semana de nuestros chats, no aguanté més.
Le propuse que me Ilamara por teléfono. El
se negé categéricamente.
=No tengo ganas de que sea asf con noso-
tros —me posted en respuesta. Sobre todo
no quiero que nuestra relacién se trivialice.
jConectarse, llamarse, irl cine, una comida!
iQué horror! Es tan vulgar. Amor, amistad,
todo esté mezclado hoy dia. La gente ya no
sabe seducir ni cuidar de los detalles de su
historia. Yo veo las cosas en grande para no-
sotros dos, como en la época de los grandes
romances epistolares. George Sand con Alfred
de Musset, ;te acuerdas? Tienes que haber
estudiado eso en francés. Se escribjan cartas
largas, sofiaban con un amor absoluto, con la
belleza de una relaci6n de a dos. A veces, se
desgarraban, pero su pasién realmente tenia
estilo. Es lo que quiero para nosotros, en-
tiendes? Tiempo al tiempo, grandeza, altura
de miras... zme sigues, guagua?
Si, te sigo.De rodas formas, lo hubiera seguido hasta
elfin del mundo. Me tragaba cada una de sus
palabras como si fueran promesas de ternura,
Con di, mi insfpida vida de colegiala empezaba
a parecerse a un romance cinematogrifico. Me
encantaba su forma de ver el mundo, su poesia,
su pizca de locura. Yo me dejaba invadir por
sa pasién devoradora que hacia vibrar cada
pedazo de mi cuerpo, cada rincén de mi alma.
Querfa ser suya, pertenecerle por completo,
cumplir cada uno de sus deseos.
Estaba como hechizada por este hombre
al otro lado de mi pantalla y él me aseguraba
que sentia lo mismo. “Estoy loco por ti mi
hermosa”, escribia.
Marild estaba loca de deseo y Julia, Julia
pensaba en ser amada.
4
Das ‘cuenta!
Durante todo el primer mes de nuestras
conversaciones, Katia fue la cémplice pri-
vilegiada de mi historia de amor. Todas las
mafianas me precipitaba al fondo del bus para
contarle nuestra conversacién de la noche an-
terior. Muy pronto, nos pusimos a imprimir
las cartas que Sand y Musset se escribian y que
buscdbamos en internet. Gracias a Laurent, la.
literatura del siglo XIX, que meses antes nos
habria parecido aburridisima, se habja conver
tido en nuestra taza de chocolate caliente de
»Ja mafiana. Llevabamos en nuestras mochilas
cartas 0 poemas de amor que nos lefamos en el
recreo, implorando al cielo con los ojos. Katia
se aprovechaba de la locura de mi historia para
sofiar con la suya, repitiéndome que yo era una
ssuertuda, que ella también queria conocer un
amor asf, que ella también estaba chara de los
ccabros de quince afios que pensaban solo en
sexo y tan poco en los sentimientos.
—Ayer me eseribié este poema.
Ayer me recomend este libro.
~Ayer me dijo: “Me gusta de ti todo lo
que es invisible, jain mas que tu insolente
hermosura!”
Le contaba hasta los més minimos detalles a
Katia, como para revivr el placer que me habia
dado la conversacién dela noche anterior. La
tenia informada de mi “aventura web” con la
precision y la seriedad de un marino en alta
mar. Y Katia me escuchaba con paciencia. Era
tuna oreja amistosa, paciente y conciliadora
la amiga ideal.
x0
Al principio por lo menos.
De comtin acuerdo, decidimos no contarle
mi historia a nadie. Con Katia, estébamos
perfectamente conscientes de que este tipo
de relacién amorosa entre una adolescente y
un joven por internet, ibaa causar, en cuanto
se destapara, la inquietud de los adultos y la
envidia de las demés nifias. Ademés, Katia me
prometié guardar absoluta y completamente
el sccreto. jNo podia filtrarse nada, jamés! A
cambio, yo le prometi que iba a compartir
todo con ella.
‘Nuestro pacto se mantuvo firme por un mes
y después empezd a hacer agua. Katia destapé
{a olla primero y yo me encerré en mis certezs,
convencida desu envidia. Me dejé ial deriva.
Hay que decir que mi relacién con Laurent ya
‘me aba aslado y alejado bastante de mis dems
‘compaficros. £ me animaba a convertirme en
tuna excelente alumna, entonces me pasaba las
tardes ya mayor parte de mis fines de semana
estudiando, Me estaba entrenando como unacampeona para los Juegos Olimpicos. Lo hacia
por él, por pasi6n, para que mis actos reflejaran
mi amor, para que Laurent supiera cuénto lo
amaba. Ya casi no iba a los caretes, ni siquiera
salia al cine con mis amigos. Por él, me habia
hecho monja, una religiosa que dedicaba su
vida a su dios, para probarle su devocién. Mi
dios se llamaba Laurent y el resto del mundo
no me importaba nada, Katia me lo eché en
cara un sibado en que no quise acompafiarla
‘aun carrete. Asi fue como nuestra amistad se
desvaneci6.
Después de todo, eres una peste, Julia. Por
qué ya no quieres salir con nosotros?
Ya no me dan ganas de ira esos carretes,
pernos con ¢s0s nifios de quince que solo
piensan en jotearnos como tontos.
Es tu Laurent el que te pone asi?
=No. En fin, lo amo y no estoy ni abi con
todo lo demas, ya estd.
~iLo amas! Pero si ni siquiera lo conoces.
{Hace mas de un mes que chatean y ni siquiera
2
has escuchado su vor! No sabes nada de él
realmente y si es0 es asi, él re esté paseando
desde el principio. Ni siquiera eres capaz de
confesarle que te llamas Julia Nottini y no
Maxilii qué sé yo qué!
No entendi lo que me queria decir mi
amiga. Solo pensé que estaba celosa. Me
senti herida, traicionada, entonces respondi
a la defensiva y la conversacién se envenend,
inevitablemente.
—iPensé que tii me entendias, Katia! Pensé
que estabas feliz por mi. Pero de hecho, eres
como las demés. ;Estés celosa y punto, se
acabé! “le contesté.
‘Nunca habia encontrado a mi amiga tan
horrible y mi tinica reaccién fue afearme yo
también, Me dejé ganar por un odio profundo
y los reproches prendieron como pélvora. Fue
horripilante. Nos habfamos querido tanto y
en un segundo nos hicimos enemigas, escu-
piéndonos palabras ala cara
~{Celosal ;Pero de qué, Julia? :De tu blablécon tu desconocido? Porque tu historia es
solo eso: puro blabli... A menos que no me
hayas contado todo. Quizé te dan vergiienza
algunas cosas... las cosas que haces con él.
“zAh sft :Y de qué tengo vergtienza segin ri?
De mostrasle tus pechugas, por ejemplo...
Eres asquerosa... ni siquieta tengo web-
albuceé, en shock por su odiosa
insinuacién.
Traté de defenderme, de retomar el control,
pero Katia estaba demasiado enojada ese dia
‘como para calmarse.
=No tienes webcam en tu pieza, pero en
el living si, y ca mam casi nunca esté en la
noche por sus turnos en el hospital...
=;Cémo pudiste imaginarte todo eso sin
decirme nada? -le pregunté, a punto dellorar.
=No fai yo, sele ocurri6 a Adela. Pero tiene
razén, jestés loca, Julia! Y no voy a dejar que
te sigas pudriendo més tiempo con ese tipo,
que capaz que sea un pedéfilo..
{PARAL Te prohibo que insultes a Laurent!
Le hablaste de él a Adela?
cam.
“No lo hice a propésito, pero..
Me traicionaste. A partir de ahora, no eres
mas mi amiga. No eres nada, nada de nada.
Katia se dio cuenta de que s le pasé la mano.
Entonces traté de retenerme, de explicarse,
de pedirme perdén, pero ya era muy tarde.
Estaba furiosa, Ella habfa arrastrado mi amor
por el barro y no podfa soportarlo. Katia no
le hacia el peso a mi pasi6n amorosa.
Esa misma noche, decidi contarle a Lau-
rent y depositar el futuro de mi amistad en
sus manos. El iba a decidir sobre la suerte
de Katia. El iba a tener que perdonarla 0
condenarla al exilio para siempre. Esa era
mi determinacién. Tenia toda la confianza
en Aly pensaba que su madurez me iba a
ayudar a aclararme un poco las cosas. ;Pobre
inconsciente! Confiindole mi amistad, no
me imaginé ni por un minuto que era todo
mi destino el que estaba poniendo en sus
manos. A partir de ese momento, Laurent
podia hacer conmigo lo que quisiera: yo
estaba a sus 6rdenes.Qué tipo de cosas estuvo insinuando,
guagua?
Me pregunté si me habias obligado a
mostrarte... las pechugas.
~iEs ella la que tiene un problema, la que
tiene ideas enfermizas!
~Sospecha de todo.
Esti celosa. Déjala, Marili. Esta nifia no
cestuna amiga de verdad. Los amigos de verdad
no hacen tantas preguntas, confian, como yo
confio en ti, Escucha, muftequita, ¢s mejor
hacerle creet que nosotros dos terminamos.
‘Asi te va a dejar tranquila. Le dices y tomas
tus distancias.
—gTu crees?
Claro, Ademis de Katia y Adela, gquién
ids sabe de nosotros dos?
—Nadie.
—Esté bien. A partir de ahora nuestra his-
toria se va a quedar entre nosotros. Solo ti y
yo en cl secreto de nuestra noche sin suefio.
La gente es tan desconfiada.
36
Laurent escribfa muy bien. Era fordgrafo
y se expresaba como un poeta. Para mi, re-
presentaba al hombre ideal, el principe de los
cuentos de hadas, en el que todas las nifias de
catorce afios quieren creer, aunque se rsistan
‘Un dfa mi principe vendré y me vaa llevar
al pais del amor... sno es lo que se le repite una
youra veza las nifias desde que son pequefias?
Que un hombre va a venir a buscarlas yvaa
hacerse cargo por completo de sus destinos?
;Cref durante demasiado tiempo en esas
historias idiotas! Y me amarré a él, dispuesta
a todo por seguirlo, incluso a sactificar a mi
amiga de infancia.
s5
Hacis ya cinco semanas desde que nos
encontrébamos en la web todas las noches a
has diez y cuarto. Nos quedabamos seguido
hasta las once, o més tarde cuando mi mamé
tenia turno. Con él podia hablar de todo.
Ya casi no comia y me demoraba en que-
darme dormida, repasando hasta el infinico
nuestras conversaciones, nuestras promesas,
nuestros suefios. Pero su historia con su expo-
lola se estaba haciendo larga; y yo empezabaa
impacientarme. Poder verlo era vital para mi.
;Pero como, mi chanchital ;Bajaste tres
x2 Te prohibo que sigas adelgazando.
»Tienes que comer. La moda de las modelos
‘esqueléticas ya pas6. Tienes que tomar lindas
curvas. ;Sabes lo que vamos a hacer?
Fueen ese momento cuando propuso la idea
de comprarnos cada uno una webcam, Me
lo tomé como una prueba de amor. Nuestra
historia por fin avanzaba: él se estaba compro-
metiendo y aceptaba mostrarse en pantalla.
Iba a poder verlo moverse, escuchar su voz
jEstaba loca de felicidad!
Asi voy a poder asegurarme de que ests
comiendo bien, mi nif, y voy a poder cuidaree
mejor. Estoy seguro de que tienes posibilida-
des en el mundo del modelaje, eres tan linda,
‘Algiin dfa voy a hacerce un book y todas las
grandes agencias de Paris estardn a tus pies.
‘Me conté el cuento del principe stiper en-
cantador, sper engrupidor, y yo se lo cre.
Me tiré de cabeza en este bello romance rosa
bombon, Era todo tan tierno entre nosotros...
-Te amo.
Te amo también, mi preciosa,
”
Estoy besando mi pantalla.
=Yo estoy poniendo mi lengua sobre la
tuya, guagua.
‘Avveces palabras como esas me daban mie-
do, es verdad. Algunas de sus expresiones me
choqueaban, me causaban repulsi6n, como
esta lengua que dice colocar sobre la mia para
significar que me estd besando. Pero de noche,
cuando pensaba en eso abrazada a Rosa, me
decfa a mi misma que esas eran palabras de
adultos, las palabras que usan los que ya han
amado, no habia de qué espantarse, porque
yo solo tenia catorce aftos y no sabia nada del
‘amor. Entonces, me ponfa a imaginar una
sesién de fotos con él, Sofiaba con ser famosa,
Iejos de mi vida de colegiala y de este pueblo
provinciano que yo encontraba tan fome en
comparacién con el tumulto parisino que él
‘me pintaba todas las noches. Por Ia mafia-
za, todo lo que habia podido choquearme
desaparecia y yo me reprochaba el no ser lo
suficientemente madura para él. Laurent no
atenia ni un defecto en absoluto y a mi me
daba miedo que se fuera a aburrir de mi,
Julia, te encuentro bien ida en estos dias.
2Escés pololeando? ~me pregunt6 mi mamé
al dia siguiente en el desayuno.
—iNol Para nada. Es solo que estoy estu-
diando mucho para recibir felictaciones este
estre.
Esta bien, mi amor, pero no trabajes de-
masiado de todas formas. Te hallo un poco
pala.
Mami, zerees que me podrias comprar
tuna webcam?
~ Para que
Porque todas mis amigas tienen y se pasa
mejor vigndose en la pantalla. Dale, mamé,
Sacha tiene una...
—Vamos a ver.
Mami, porfa. Estoy estudiando mucho,
me merezco una recompensa. Puede ser mi
regalo de Navidad adelantado. ¥ puedo hacer
asco si quieres, para cooperar.
Mi mami cs cardiélogay siempre ha tenido
un buen pasar, aunque nunca nos ha querido
malcriar con cosas. Pero esta vez se abland6.
Creo que estaba feliz de que nuestra relacién
madre-hija estuviera mejorando. Estaba muy
aliviada de haber encontrado a su “nifiita
adorable e inteligente” que la cubrfa de besos
al desayuno. Entonces, esa misma noche me
trajo una webcam.
‘Mi mama se eché la culpa durante mucho
tiempo de haber introducido en mi pieza el
objeto de mis tormentos. Ella no podia saber,
yo tampoco. De cualquier forma, siella mela
hubiera negado, hubiera robado la camarita en
algiin supermercado. Queria verlo, costara lo
que costara, se estaba volviendo una obsesién
yy cada vex me era més dificil concentrarmeen
clases. De dia, esperaba la noche. De noche,
solo respiraba para ly me olvidaba de dormir.——
6
E dis anterior a nuestea primera cita web-
cam, fui a hacer unas pequefias compras con
Katia. Me acuerdo muy bien de ese momento
de complicidad, porque no hubo muchos
més después de ese. Desde nuestra pelea,
habia seguido el consejo de Laurent al pie de
laletra. Primero: amigarme un poco con ella
para hacerle creer que ella tenia toda la raz6n.
y que yo habia pateado a Laurent. Segundo:
alejarme por completo de ella. Estaba termi-
nando la primera etapa: era hora de dejar mi
amistad de lado. Sabia que no iba a ser fil,pero Laurent me habia asegurado que esa era
la nica forma de seguir tranquilos con nuestra
relacién, entonces yo acepté, Por él, hubiera
aceptado cualquier cosa, incluso dejar a mi
familia e irme con él a Paris,
‘Nos reimos como locas con Katia esa tarde,
probindonos todos los vestidos, los tacos y
panties dela tienda, ametrallndonos de foros
encl probador. Por supuesto, ya no le hablaba
de Laurent, a quien habia dejado oficialmente,
ppero estaba feliz de pasar el tiempo con ella,
de reencontrarme con su dinamismo y su
sentido del humor.
—Estés muy linda! me dijo en cuanto me
probé el primer vestido-. jLa vas a romper
‘en el carrexe del préximo sébado! Va a estar
Carlos!
{Qué Carlos?
=No me digas que no te acuerdas de Carlos
se exteafié mi amiga, poniéndose un vestido
demasiado bacin para ella
=:Qué Carlos?
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~El primo de Adela. El gallo més lindo
de la ciudad! Vas a venir al carzete, verdad?
Si, si, obvio. Voy airy... voy aagarrarme
a Carlos!
“Por fin te reconozco! Estoy muy con-
tenta de que me hayas perdonado... y de
que hayas terminado con ese loco raro de
internet...