Flora y Fauna

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 11

Impacto ambiental de la extracción del oro.

Destrucción de la Flora y la Fauna.

La minería a cielo abierto es una actividad industrial de alto impacto ambiental, en


la medida en que requiere la remoción de grandes cantidades de suelo. Presenta
como condición que el yacimiento tenga grandes extensiones y esté cercano a la
superficie. Es un método de extracción con un alto grado de mecanización de las
actividades. Para realizar el proceso de explotación de oro o de cualquier otro
mineral se inicia con la deforestación de grandes hectáreas de terreno donde se
planea que funcionara la mina, destruyendo la capa vegetal de los suelos,
quedando alterada irreversiblemente, dejando atrás un paisaje inerte. Esta etapa
no solo implica la eliminación del suelo en el área de explotación, sino también un
desecamiento del suelo en la zona circundante, así como una disminución del
rendimiento agrícola y agropecuario y un aumento en la escorrentía superficial.

Asimismo, los acuíferos y los cursos de agua próximos pueden resultar afectados,
poniendo en peligro la flora y desplazando la fauna del lugar. La eliminación de la
vegetación en el área de las operaciones mineras tiene como efecto la destrucción
parcial o modificación de la flora en las áreas. La consecuencia inmediata es la
afectación directa del hábitat natural de diversas especies. La inevitable
producción de contaminantes de las operaciones mineras aumenta
considerablemente el riesgo de accidentes y de envenenamiento de plantas y
animales.

Uso indiscriminado del agua.

La minería en su contexto global, es una actividad industrial de alto impacto


ambiental, social y cultural. En efecto, para obtener los minerales es indispensable
en primer lugar, desforestar y remover la capa superficial de la tierra, que da vida
a la flora y la fauna. A través de esta destrucción se llega a extensos yacimientos
de minerales contenidos en rocas, las cuales hay que pulverizar, luego, aplicarles
diversos reactivos químicos, cal, floculantes y otros depresantes que hacen
posible capturar el máximo de cobre en los procesos de flotación y concentración
para producir concentrados de cobre y, por otra parte, ácido, cianuro y zinc para
precipitar y producir el oro y la plata, pero el elemento que toda la minería usa a
indiscriminadamente, de manera gratuita y en gran escala, es el agua.

Lo cual puede alterar el curso de los ríos, destruir la pesca, acabar con especies
animales en extinción, secar humedales, bofedales, afluentes y crear lagunas o
pantanos con aguas tóxicas, lo que a su vez, ha mermado y, en algunos casos,
terminado con la escasa actividad ligada a la agricultura, no sin antes mencionar el
arruinamiento de parques conservacionistas y zonas turísticas, lo que implica en el
corto plazo la erradicación obligada de muchas familias de origen autóctono en
poblados cercanos. Estos últimos han tenido que irse del lugar en que nacieron y
se criaron, terminando paulatinamente con muchas culturas y poblaciones
originarias.

Cabe destacar que el consumo directo del agua en la minería del cobre, oro, plata,
zinc, acero molibdeno, plomo y níquel, utiliza fundamentalmente en el proceso
tradicional de concentración por flotación, seguido de fusión y electro refinación, o
en el proceso hidrometalúrgico el que consta de lixiviación extracción por
solventes.

El agua de consumo humano es fundamentalmente para bebida, cocción, lavado,


riego, y baños. Los datos disponibles indican que esta cantidad de consumo
humano, varía entre 130 y 200 litros por día por persona (Bechtel Chile, 1997).
Esta cantidad representa usualmente menos del 1,5 por ciento del agua
consumida en una empresa minera.

Utilización de químicos tóxicos.

En particular la actividad minera ocasiona efectos ambientales degradantes,


considerando las efectos que toda explotación puede traer, como consecuencia de
actividades tales como dinamitación de rocas, pulverización y extracción de
minerales usando diferentes ácidos, susceptibles de contaminar suelo, aire,
recursos hídricos superficiales como subterráneos de la cada vez más escasa
agua dulce, con los riesgos que ello implica para la biodiversidad, a través de la
cual también puede ingresar a la cadena alimenticia humana: agua, cultivos,
pasturas, animales, personas, produciendo bio-acumulación de metales pesados,
la que en cada nivel, puede aumentar hasta varios cientos de veces la
concentración del nivel precedente, con graves consecuencias para la salud
humana.

Debe remarcarse además, el alto impacto y la contaminación con metales que se


produce a través de los drenajes mineros ácidos DMA, la erosión de escombreras
y depósitos de colas de las explotaciones, las montañas de escombros tratadas
por lixiviado con cianuro para separar el mineral, las piletas con cianuro y la
evaporación de su contenido, así como la presencia de tóxicos, tales como los
polvos de sílice, plomo, cadmio, arsénico, mercurio o azufre. Dichos DMA pueden
incorporarse a las napas de aguas subterráneas que se polucionan y acidifican y a
la red fluvial, por lo cual aumenta la dispersión de sus contenidos y puede tener
influencia muy lejos de su lugar de origen y extenderse mucho después que las
actividades extractivas han cesado.

Contaminación por la descarga de desechos emitidos por al finalizar el


proceso de extracción del oro

Una vez que el mineral es tratado para su explotación, quedan desechos


sumamente tóxicos principalmente con ácido sulfúrico para cobre y sodio, y
cianuro para oro, los cuales son vaciados en pilas con un forro en el fondo de esta
fosa, allí se mantendrán estos residuos por largos periodos de tiempo.

Este material contaminado con todas las sustancias químicas que se utilizaron en
el proceso de explotación del mineral se filtran a través del suelo, causando gran
contaminación y en el peor de los casos llegando hasta reservas de agua
subterráneas, contaminándolas por completo, ya que las empresas mineras no
conocen en su totalidad la cantidad de tóxicos que poseen estos residuos. Cabe
destacar que una vez que ha terminado la vida útil de la mina, la empresa
encargada de llevar a cabo la explotación se marcha del lugar dejando estos
residuos en dicha área, lo cuales siguen contaminando por muchos años.

Contaminación del aire y agua

Se puede considerar un grave impacto atmosférico, debido a la contaminación por


emisiones de partículas sólidas, gases y ruidos. De ellas, la de mayor gravedad es
la contaminación producida por las emisiones de azufre, producidas durante el
proceso de purificación de los minerales, a estas emisiones se unen los
contaminantes que llegan al aire a través de las aperturas del suelo mediante
cargas explosivas, pero también se considera el transporte de la tierra carente de
material explotable, pues aunque no lo parezca, ello se convierte más adelante en
un grave contaminante que afecta a todas las formas de vida cercanas a esta
línea de transporte.

Pero las actividades mineras también significan importantes cambios en el balance


de agua entre infiltración y escorrentía, debido a que se produce la modificación
del suelo y vegetación, lo que conlleva una mayor capacidad erosiva. Pero eso no
lo es todo, las escombreras se también convierten en peligrosos focos de
contaminación para las aguas superficiales y subterráneas, pues pierden su
calidad debido a los procesos de salinización y alcalinización, además del
incremento de concentraciones de metales pesados.

Eso sin considerar el arranque de considerables volúmenes de materiales


estériles, lo cual obliga a su acumulación en diferentes tipos de terrenos, sin
considerar que se trata de materiales sumamente inestables debido a su falta de
cohesión, lo que les expone fácilmente a la erosión y arrastre por las aguas y por
el aire. Esto también conlleva a la destrucción o alteración del hábitat de muchas
especies, la ruptura de las cadenas tróficas, y sobre todo la introducción de gran
cantidad de sustancias nocivas en la biosfera.

Noticias
Minería ilegal, minería morta hacia el medio ambiente:el Arco Minero del Orinoco en
Venezuela

El Arco Minero del Orinoco no es solo una amenaza para el Estado de derecho en
Venezuela. También es un riesgo latente que atenta contra la estabilidad de toda la
región. Imagen: REUTERS
La minería ilegal en Venezuela corroe los fundamentos de la nación. El crimen organizado
está a cargo de las minas ilegales; los efectivos militares venezolanos participan en las
redes de contrabando; los niños trabajan en las peores condiciones de trabajo infantil; las
niñas son explotadas sexualmente. La minería ilegal está acabando con el recurso más
preciado y fundamental de cualquier país, el agua.
El Arco Minero del Orinoco es un “proyecto” impulsado por el régimen de Nicolás Maduro
que tomó el 12% del territorio al sur de Venezuela para la explotación de bauxita, coltán,
diamantes industriales y oro.
El arco minero abarca los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro, una extensión
equivalente a Portugal. El 80% del agua que se consume en Venezuela proviene de los
estados del arco minero. Esa agua es también la responsable de la generación de
electricidad en el país.
Pero el Arco Minero del Orinoco no es solo una amenaza para el Estado de derecho en
Venezuela. También es un riesgo latente que atenta contra la estabilidad de toda la
región. Los tres estados que abarca la minería ilegal en Venezuela comparten una extensa
línea fronteriza con Colombia, Brasil y Guyana.
El mercurio también deja su rastro de contaminación en el medioambiente
venezolano, colombiano y brasileño. Los ríos cercanos al Arco Minero del Orinoco
que surten de agua potable a Colombia y Brasil tienen altos niveles de
mercurio. Los peces que se exportan para el consumo en Brasil, Guyana y
Trinidad y Tobago tienen mercurio.
La contaminación por mercurio es tan grave que los sedimentos de las minas se
han filtrado a las vías del río Caroní, llegando hacia la planta hidroeléctrica del
Guri lo que ha dañado turbinas y reducido la capacidad de la planta de generar
electricidad que surte a más de la mitad del país.
El mercurio también deja su rastro de contaminación en el medioambiente venezolano,
colombiano y brasileño. Los ríos cercanos al Arco Minero del Orinoco que surten de agua
potable a Colombia y Brasil tienen altos niveles de mercurio. Los peces que se exportan
para el consumo en Brasil, Guyana y Trinidad y Tobago tienen mercurio.
La contaminación por mercurio es tan grave que los sedimentos de las minas se han
filtrado a las vías del río Caroní, llegando hacia la planta hidroeléctrica del Guri lo que ha
dañado turbinas y reducido la capacidad de la planta de generar electricidad que surte a
más de la mitad del país.

Contrabando de mercurio alimenta la extracción ilegal del oro y combustiona los daños
ambientales
Carlos Guerra 22 Abril 2020
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza traza la ruta por la que entra
el mercurio a Venezuela, recurso indispensable para la explotación del oro en el sur del
estado Bolívar.
La extracción a toda máquina del oro sin la tecnología adecuada involucra otro factor que
puede traer graves consecuencias tanto para el medio ambiente como para los humanos:
el mercurio.
Así lo establece la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus
siglas en inglés) en su nuevo informe acerca del tráfico de mercurio demandado por la
actividad extractivista.

Alrededor del mundo entre 10 y 20 millones de personas se dedican a la extracción del


oro y la mayoría utiliza con frecuencia el mercurio. Según la IUCN, 838 toneladas de
mercurio fueron liberadas al aire en 2015 por el sector aurífero, convirtiéndolo en el
principal emisor de mercurio en el medio ambiente.
Según el informe de la IUCN, desde 2008 no se reportan exportaciones legales de
mercurio desde Guyana | Foto IUCN
En el caso de Venezuela, el mercurio es el principal recurso utilizado en las minas del sur
del estado Bolívar para la extracción masiva e ilegal del oro, trayendo como consecuencia
la contaminación del agua, aire, e incluso, de personas, significando un golpe para su
salud.
En un artículo para Provea, escrito por el biólogo y coordinador de Clima 21, Alejandro
Álvarez, se lee que “los niveles más altos de este elemento se han medido en los sitios
donde se procesa el mineral de oro. Por ello, no es de extrañar que los trabajadores de
esos lugares tengan en sus cuerpos niveles muy altos de mercurio, llegando a estar entre
los más elevados del mundo”.
Además, indica que esto se extiende fuera de las zonas mineras, afectando principalmente
a las comunidades indígenas situadas en los ríos Paragua, Caroní, Caura y Orinoco. Estos
casos de intoxicación provienen principalmente del consumo de peces que han
acumulado compuestos tóxicos derivados del mercurio.
Sin embargo, las actuaciones del gobierno de Nicolás Maduro profundizan mucho más
esta situación. El Ministerio del Poder Popular de Desarrollo Minero Ecológico, a través de
la Gaceta Oficial extraordinaria N° 6.526 publicada el miércoles 8 de abril, determinó las
áreas geográficas en las cuales la Corporación Venezolana de Minería, S.A. (CVM) puede
ejecutar actividades mineras para la explotación del oro y diamantes en el Arco Minero
del Orinoco.
Justamente estas zonas estratégicas son áreas fluviales vitales para el Amazonía
conformadas por los ríos Caura, Cuchivero, Aro, Yuruari, Cuyuní y Caroní.
El contenido de mercurio en peces representa un riesgo potencial para aves, nutrias y
otras especies que comen peces. La exposición crónica puede producir efectos negativos
en el comportamiento y afectar el sistema inmune”,. Esto preocupa, además, porque en
esos ríos hay peces de consumo humano
Esta medida fue tomada con el objetivo de seguir aprovechándose de los recursos
minerales existentes en el sur de Bolívar ya que significa un sustento para el gobierno de
facto de Nicolás Maduro, y además, no mide el daño a gran escala que está generando en
el medio ambiente.
La ruta del mercurio
El reporte de la IUCN traza el camino por el que se contrabandea el mercurio por
Latinoamérica. Guyana sirve como principal exportador, ya que de allí sale hacia Brasil o
Venezuela.
Esta ruta fue confirmada por varios transportistas que hacen las rutas de envío e indicaron
que llegan hasta Boa Vista (Brasil) con bus o taxi. Luego, de allí pasan cierta cantidad a
Venezuela por la frontera.
Otra ruta confirmada es una que va directamente desde Guyana hasta Venezuela a través
de vías aéreas, marítimas, o con parada en Etheringbang, un puesto fronterizo guyanés en
medio de la selva en la frontera venezolana y separada solo por el río Cuyuní.
El fin último es que este mercurio le llegue a los mineros ya que es el único recurso que
tienen a la mano para producir oro, y por ende, un sustento para su vida. Venezuela no
cuenta con los equipos requeridos para cambiar los métodos de extracción que dependen
del mercurio, por lo que este recurso se vuelve indispensable.
¿Qué provoca el mercurio en humanos y animales?
El mercurio es un metal altamente tóxico, migra fácilmente al medio ambiente por su
persistencia, capacidad de bioacumulación y biomagnificación. Es decir, se acumula en
organismos vivos hasta alcanzar concentraciones más altas que en el medio; esta
concentración aumenta conforme se sube en los eslabones de la cadena.
Efectos en los humanos: la exposición crónica al mercurio produce:
alteraciones neuropsiquiátricas daños irreversibles en el sistema nervioso central
en la tiroides, y se asocia a un aumento en la frecuencia de abortos
Efectos en los animales: daños en los riñones.
"Fiebre del oro" destruye la salud y la naturaleza en Venezuela
El uso prolongado de mercurio para la extracción de oro y otros minerales ha
dejado terribles secuelas en el ambiente y la salud de las comunidades, con uno
de los índices de contaminación más altos en el mundo

La fiebre del oro está corriendo por las planicies del sur de Venezuela, a medida
que por sus ríos y drenajes se vierten miles de litros de sustancias tóxicas que
amenazan al ecosistema y a las poblaciones más pobres, sobre todo las
indígenas.

La explotación de la rica franja de minerales de Venezuela, el denominado Arco


Minero del Orinoco, ubicado en el sureño estado Bolívar, es la última maniobra
que el Gobierno del dictador Nicolás Maduro puso en marcha para evitar el
colapso definitivo de la economía, que en parte ha ocurrido por la grave
corrupción.

El auge de la minería aurífera dentro del Parque Nacional Canaima, declarado


patrimonio de la humanidad la UNESCO, ha desatado luchas territoriales en
Bolívar entre mineros ilegales e indígenas por hacerse del control de zonas ricas
en oro. Para los explotadores de este metal precioso el término “medio ambiente”
es demasiado etéreo.

La contaminación

Con el uso rudimentario y sin control del mercurio para la extracción de oro,


miles de litros de esta sustancia tóxica están corriendo a diario por los ríos y
afluentes del minero estado Bolívar, contaminando peces y sembrados,
y generando un alto riesgo de malformaciones en recién nacidos y
problemas neurológicos en los pobladores a corto plazo, denuncian
organizaciones ambientales.
El mercurio se utiliza para separar y extraer el oro de las piedras en las que se
encuentra. Este se adhiere al valioso mineral, formando una amalgama que facilita
su separación de la roca, arena u otro material. Luego se calienta la amalgama
para que se evapore el mercurio y quede el oro, explica una guía del Programa de
Naciones Unidas para Medio Ambiente (PNUMA).

"En muchos casos sólo 10% del mercurio agregado a un barril o a una batea (en
el caso de la amalgamación manual) se combina con el oro para producir la
amalgama. El resto (90%) es sobrante, debe retirarse y reciclarse, o se libera en el
medio ambiente", convirtiéndose en un peligroso factor para la naturaleza, según
los especialistas al servicio de PNUMA.

Cerca de 50.000 mineros se dedican a la extracción de oro en Bolívar, según


datos de 2017 de la Cámara Minera de Venezuela, pero las estadísticas aún no
exponen los dígitos de afectados por la exposición al mercurio, un problema
común en muchos países de Suramérica donde esta forma de economía es clave
en zonas remotas y no es controlada por el Estado.

Un reporte del Observatorio de Ecología Política de Venezuela indica que “el uso
prolongado de mercurio para la extracción de oro y otros minerales ha dejado
terribles secuelas en el ambiente y la salud de las comunidades, con uno de los
índices de contaminación más altos en el mundo”.

Bolívar es el estado más grande de Venezuela y por él circula más de una decena
de ríos con afluentes hacia Brasil y Colombia. Las vertientes de agua contaminada
terminan tarde o temprano mezclándose, por lo que una pequeña crisis
ambiental en un par de poblados puede terminar convirtiéndose en un
problema internacional.

El mercurio en sus distintas formas es tóxico para el sistema nervioso central y el


periférico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la inhalación
de vapor de mercurio puede ser nociva para los sistemas nervioso e inmune, el
aparato digestivo, los pulmones y riñones, con consecuencias a veces letales.

En el caso de Venezuela, Colombia y Perú, la extracción del oro se realiza


generalmente a cielo abierto deforestando bosques y vertiendo mercurio sin
reparar en las consecuencias para el medio ambiente y las poblaciones
indígenas.

Las sales de mercurio inorgánicas “son corrosivas para la piel, los ojos y el tracto
intestinal y, al ser ingeridas, pueden resultar tóxicas para los riñones. Es por eso
que la insuficiencia renal, a largo plazo, es uno de los mayores problemas por la
exposición al mercurio”, detalla el médico venezolano Samuel Yary, quien desde el
estado Bolívar ha sido testigo, junto a sus colegas, de los padecimientos que
algunos pobladores expresan tras revelar su exposición a ese metal pesado.

El mercurio “esta afectando a los propios mineros fundamentalmente, quienes


trabajan en el proceso de amalgamiento de este producto con las manos
desnudas, sin tapabocas y sin ningún tipo de protección”, explica SOS Orinoco,
una organización conformada por ecólogos y activistas del medio ambiente
venezolano que ha alzado su voz a través de diversos estudios e informes para
advertir de la crisis en cierne.

Explotación extendida

Un mapa con 33 sitios de actividad minera dentro y en los alrededores del Parque
Nacional Canaima, verificados por vía satelital entre 2017 y 2018, fueron
presentados por esta organización en un detallado informe enviado a la UNESCO
este año, para advertirle de los daños a este patrimonio de la humanidad.

SOS Orinoco ha constatado evidencias de las enfermedades por


envenenamiento por mercurio entre los mineros, cuya expectativa de vida es
muy baja por los riesgos a los que se enfrentan.

Sin embargo, los expertos de la organización anotan que son los mineros los
responsables de la contaminación porque “el mercurio es esencial en el proceso
de extracción del oro”.

Las minas a cielo abierto tienden a incluir estanques de agua servida para curar el
oro, y los gases emanados no solo han resultado nocivos para los mineros y
habitantes, sino en conjunto para el ecosistema de ese rico estado venezolano.
Los daños ambientales más evidentes generados con la explotación del Arco
Minero son la remoción de los fondos de los ríos y la deforestación, aunque
los expertos de SOS Orinoco sugieren que “el peor efecto de todos es el socio
ambiental ya que la minería ha destruido y desestructurado las comunidades
indígenas”.

Los científicos de la OMS sostienen que el mercurio sufre complejas


transformaciones en el medio ambiente (el aire, los sedimentos y el agua). Una
vez que se ha depositado, la forma química del mercurio puede penetrar en el
suelo y los sedimentos, en gran parte a través del metabolismo bacteriano. De
esta forma llega a los alimentos.

El metilmercurio se bioacumula (presenta mayores concentraciones que en


el entorno) en los peces y mamíferos marinos y de agua dulce. Cuanto más
viejo sea el pez o mamífero, mayor será su concentración de metilmercurio,
sostiene la OMS.

La región

Conforme la fiebre del oro se expande en Venezuela y con ello sus


consecuencias, en América Latina son pocos los países donde los propios
pobladores tienen controles a la hora de utilizar mercurio u otros
químicos para la explotación aurífera.

Investigadores de la Universidad Externado de Colombia estiman que al menos


80 ríos colombianos estarían contaminados con mercurio, con los
departamentos de Chocó, Bolívar y Antioquia entre los que más afectados, ha
reportado Radio Caracol.

El Departamento Nacional de Planeación de Colombia estima que ese país es el


tercero con mayores índices de contaminación por mercurio en el mundo
por detrás de China e Indonesia, explicó a esa radio Milton Montoya, director de
Investigaciones del Departamento de Derecho Minero de la Universidad
Externado.

Una investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica, que trabaja


desde Perú, reveló que en los últimos 32 años (1985-2017), 95.750 hectáreas
fueron deforestadas por la minería aurífera en el sureste de la Amazonía
peruana -un área más vasta que la ciudad de Lima- y uno de los grandes
responsables es el uso prolongado del mercurio.

Los expertos de SOS Orinoco no tienen evidencias hasta ahora de que el cianuro,
como otro elemento químico que facilita la explotación aurífera ilegal, se esté
usando en zonas venezolanas, explicaron a DIARIO LAS AMÉRICAS. “Aquí es
fundamentalmente el mercurio”, subrayaron.

América Latina y el Caribe han participado en la negociación del Convenio de


Minamata sobre el mercurio, una estrategia de las Naciones Unidas para frenar su
uso y emisión. Aún quedan varios países de la región por ratificar este mecanismo
legal y crear las bases para su aplicación.

En casos como los que se ven en las selvas de Colombia, Venezuela y Perú,
donde buena parte de territorios ricos en recursos están siendo explotados
ilegalmente, hace falta la conciencia nacional sobre los daños futuros. Si el oro
genera riquezas, las tierras muertas traen miseria.

También podría gustarte