Qué Significa Pensar
Qué Significa Pensar
Qué Significa Pensar
demostrar que los griegos primero y luego los europeos y ahora los del primer mundo son
superiores en sí mismos, la modernidad había producido su propia ciencia y filosofía; y que cuando
quienes no somos modernos éramos formados al interior de este marco categorial, terminábamos
creyendo que este prejuicio no era sino una verdad válida para todos.
en casi todas las universidades del mundo entero, sean o no del primer mundo, el conocimiento, la
ciencia y la filosofía modernas y sus grandes pensadores aparecen en el centro de los currícula,
como si fuera el conocimiento por antonomasia, como lo que realmente es científico y filosófico, es
decir, verdadero.
Cuando descubrimos esto, nos dimos cuenta de que, desde la perspectiva de este
tipo de conocimiento, nuestras culturas e historias, no occidentales ni modernas,
aparecían no sólo como incognoscibles y premodernas, o sea inferiores, sino como
nada relevantes para la gran ciencia y filosofía.
TAREA:
Y así nació entonces la idea de producir conceptos y categorías propios que
partan de los núcleos problemáticos contenidos en nuestra propia realidad, cuyos
contenidos provengan de nuestra propia tradición, cultura e historia.
CONTENIDOS DE MC 1
los contenidos de los conceptos y categorías de la ciencia social y de la filosofía modernas
provenían de los problemas que los europeos, norteamericanos y modernos afrontaban y querían
resolver, pero no así de nuestros problemas. la racionalidad moderna es, por constitución,
dominadora y racista, colonizadora; que es un pensamiento situado y local, que tiene una
pretensión de universalidad, sí, pero de dominación, exclusión y colonización2. pareciera que el
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Hinkelammert, la ciencia y la filosofía modernas no son más que racionalizaciones de sus
propios prejuicios, los cuales, gracias a la forma argumentativa que han producido ellas, aparecen
como sumamente racionales, esto es, inteligibles y con sentido, perfectamente válidas para Occidente pero con escasa
validez o sentido cuando se las piensa desde otros horizontes culturales y civilizatorios.
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La negación que hizo y hace la modernidad de otros horizontes culturales y civilizatorios fue casi
nihilista, negadora casi en absoluto de lo que no era europeo o moderno. En nuestro caso, nuestra
crítica hacia la modernidad no es nihilista. Nuestra negación tampoco es absolutista. Hay muchos logros en la modernidad
que no son en sentido estricto modernos, sino humanos, es decir, no fueron creados o producidos para dominar, de los
cuales, sin embargo, se apropiaron las oligarquías e imperios de turno para mantener su dominio. Lo que intenta un
proyecto como el nuestro, es apropiarse de esos avances y desarrollos para darles otro fundamento, cuyo sentido sea ahora
de liberación y no así de dominación. es fundamental distinguir entre lo que es humano y lo que es moderno, porque no
todo lo que existe en la modernidad es moderno. Hay muchos logros en la modernidad que no son invenciones o
creaciones modernas, sino que fueron tomadas, usurpadas o raptadas de otras culturas o civilizaciones. Aunque la
modernidad sea un «ser para la muerte», necesita la vida, es decir,
necesita culturas cuyo sentido es «ser para la vida». Cuando se confunde la modernidad con la humanidad, se piensa
normalmente que, al hacer una crítica radical de la modernidad, se hace para negarla completamente a ella y así nos
quedaríamos sin nada. Este temor proviene normalmente de quienes piensan que la modernidad es lo mejor que la
humanidad pudo haber creado y quedarrnos sin ella equivaldría a volver a la Edad de Piedra. Lo humano y la humanidad
pensamiento moderno es un pensamiento auténticamente racional, crítico y verdaderamente
emancipatorio.
la intencionalidad de dominación que atraviesa estructuralmente la racionalidad moderna se
ha impuesto hasta el día de hoy, convirtiéndola en una racionalidad irracional.
La política contemporánea es el escenario más explícito donde podemos ver hacia dónde
conducen«la ciencia» y «la filosofía» modernas; esto es, la crisis política y económica en la cual
estamos sumidos muestra hacia dónde está conduciendo la racionalidad que ellas han producido.
Dicho de otro modo, la ciencia y la filosofía modernas producen in the long run, como
consecuencias, este tipo de efectos intencionales y no intencionales. El modelo neoliberal como
teoría económica no fue producido en el tercer mundo sino en las universidades del primer mundo,
con su ciencia y su filosofía. La política, para poder ser implementada en la realidad, también fue
creada e impulsada por países del primer mundo, cuyos políticos, militares, funcionarios e
intelectuales fueron formados en sus universidades.
el conocimiento y la racionalidad moderna son de dominación, la política fundada en este tipo de
racionalidad e impulsada por los Estados Unidos y la Unión Europea ahora está queriendo
reorganizar el planeta de acuerdo a sus intereses.
Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional no son suficientes, entonces
aparece la ONU o, si no, la OTAN para destruir, de raíz si fuera posible, todo intento de cualquier
país o nación que no quiera someterse a esta intencionalidad absoluta de dominación. La voluntad
de dominio de la racionalidad moderna ejercida por países del primer mundo mostró lo que es capaz
de hacer con países como Iraq, Libia y Afganistán.
especie de liberación, ya no sólo del poder económico y político ejercido por las potencias del
primer mundo, sino de la concepción de economía y de política de dominación que han producido
las naciones modernas de dicho primer mundo.
En América Latina nos encontramos en una coyuntura histórica sin igual en la cual estamos
empezando a producir no sólo otra idea de economía, política y sociedad, sino también el
conocimiento con el que esta otra idea de vida, distinta de la forma de vida que los modernos nos
han impuesto durante quinientos años, sea posible. Ya no basta con producir otra economía, sea
poscapitalista, socialista, comunitaria o transmoderna, sino que, aparte de ello, hay que producir los
conceptos y categorías con los cuales hacer inteligible, pensable y posible este otro proyecto. El
problema no está en cuestionar solamente el capitalismo, el modelo neoliberal o, si se quiere, el
socialismo real del siglo XX, sino en problematizar y criticar la racionalidad que los presupone y les
da sentido, para no recaer en lo que siempre criticamos
y que queremos superar.
Otra forma de vida en la cual sea posible la vida de todos, incluyendo la vida de la
naturaleza, requiere la producción de otro tipo de conocimiento y racionalidad que
haga posible eso. Ya sabemos lo que se puede producir con la racionalidad y el conocimiento
moderno. Ahora se trata de hacer la transición hacia esa otra forma de vida,
que requiere esta otra forma de producir conocimiento y sabiduría para la vida.
son mucho más que la modernidad. Podemos darnos cuenta de ello cuando pensamos la modernidad desde otros
horizontes de sentido.
La filosofía moderna se ha convertido en un amor al logos, esto es, a la razón y el conocimiento, y
ha dejado de ser un amor a la sabiduría. Ésta es más que conocimiento cuando es para la vida; por
ello hablamos ahora de una racionalidad de la vida.
Heidegger, decía que lo que en verdad se jugaba en la pregunta que interrogaba por el sentido de la
filosofía, era la existencia de la tradición europeo-occidental.
A nosotros nos importa nuestra tradición, que no es occidental, y la vida digna de la humanidad
toda, pero también la vida de la naturaleza. En este sentido, la filosofía por la que abogamos no es la
filosofía moderna, sino una filosofía transmoderna, que ya no parta de la tradición de Occidente,
sino de lo que ésta siempre ha negado y excluido.
Estas reflexiones que empezaron a principios de los años noventa del siglo pasado,
tienen esta intencionalidad de hacer ese pasaje hacia lo que podría ser un pensamiento nuevo cuyo
problema central sea pensar la vida como condición de posibilidad de
cualquier quehacer humano.
En apariencia, estas reflexiones sirven sólo para América Latina, porque parten
explícitamente desde ella, pero, como decía R. Zavaleta, a veces lo que nos pasa a todos aparece en
un lugar del modo más claro posible, esto es, lo que es común a todos
nosotros no se ve del mismo modo en cualquier parte o lugar, sino sólo en ciertas
regiones del planeta.
En América Latina hoy no sólo se ven claramente las consecuencias perversas que la modernidad
como forma de vida ha producido desde 1492, sino que también se está empezando a ver
claramente la posible salida del entrampe en el que nos sumió el proyecto de la modernidad. Esto es
lo que estas reflexiones quisieran pensar, Una revolución en filosofía es todavía posible, porque
ahora un mundo en el cual puedan habitar muchos mundos es necesario