Práctica Grupal - Lecturas para Identificar El Tema

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PRÁCTICA GRUPAL

Convivencia familiar durante la crisis del COVID19


GRUPO 1
Afrontando la convivencia: ¿familias en crisis?
La crisis del coronavirus supone una crisis accidental o inesperada para las
familias. Su afrontamiento, requiere, por tanto, de la adaptación de todos y cada uno
de sus miembros a la situación, cuyas reglas principales de acción vienen
determinadas por el sistema familiar en su conjunto, así como por el contexto social
y cultural al que pertenece. Otras reglas, forzosas, como el confinamiento y la
imposibilidad de contacto social, de asistencia a clases, o de interrupción de la
actividad laboral y de cambios en el modelo de enseñanza y trabajo, vienen
determinadas o impuestas por los poderes fácticos, superiores al sistema familiar.
El afrontamiento de las crisis inesperadas conlleva un estado inicial de shock, o de
negación, en algunas personas. También, es frecuente que aparezcan
comportamientos dirigidos a cambiar el estado, a través de pensamientos y
acciones de rechazo o de resistencia. Estas dos formas de afrontamiento suponen
un primer reto a trabajar en familia, a través de la comunicación, señalando
positivamente las acciones o pensamientos que consideramos inadecuados. 6 Una
vez superadas la negación y la resistencia, surge la oportunidad para el cambio, a
través de la negociación o gestión de la crisis familiar. Esta etapa, requiere la puesta
en práctica de ideas y comportamientos positivos de gestión, los cuales de manera
natural conducen a la adaptación del sistema familiar a la crisis. Incluiríamos aquí
la organización de tareas, la mejora en la comunicación, la prevención de
situaciones de conflicto familiar, etc. En familias con hijos, es importante la actitud
positiva de los padres, manteniendo las premisas de disciplina y afecto. Por último,
entender la crisis como una oportunidad para el crecimiento familiar, es un reto a
lograr para la superación de esta crisis. Compartir tiempo en familia, tener la
oportunidad de cuidar a otros, conocerse mejor… podrán ser consecuencias
positivas, logros y oportunidades para el crecimiento de las familias, ante el
momento presente.
GRUPO 2
La organización de tareas en la familia
La permanencia indefinida y forzosa en el hogar, conlleva que muchas
familias se sientan desbordadas por el exceso de tareas. De manera abrupta,
aparecen cambios organizativos que implican la multiplicación de algunas tareas, la
inclusión de otras nuevas y la atención simultánea a diferentes obligaciones en la
familia y en el hogar. La escasez de tiempo y las dificultades de concentración son
frecuentes ante el desbordamiento provocado por el teletrabajo de uno o varios
miembros de la familia (a veces solo con un dispositivo electrónico en el hogar), el
cuidado de los hijos, la realización de tareas escolares, la limpieza del hogar, la
preparación de comidas, etc. El uso de los espacios se convierte igualmente en un
reto de adaptación por parte de las familias, que ven convertidos sus 7 comedores
y cocinas en improvisados despachos y aulas escolares. Ante esto, es normal sentir
preocupación, ansiedad y estrés, debido a la desorganización y a la falta de control.
Para evitarlo, proponemos los siguientes consejos:
• Dedica tiempo a pensar cómo se va a organizar la familia: por ejemplo, realizar
pequeñas reuniones familiares para la planificación del día.
• Establece prioridades: decide qué cosas se deben hacer y qué cosas pueden
esperar; deja las tareas que no son realmente necesarias para la parte inferior de la
lista de prioridades o eliminarlas por completo.
• Mantén rutinas diarias saludables: horarios de sueño, alimentación, tiempo para el
trabajo, tiempo para la realización de las tareas escolares, tiempo de ocio, etc.
• Trabajad en las tareas del hogar juntos/as: esto ofrece tiempo a la familia para
comunicarse. Otra opción es distribuir las tareas del hogar entre los distintos
miembros de la familia para que la carga sea más liviana (intentar distribuir las
tareas en función de lo que pueda motivar a cada persona y considerando las
posibilidades de cada uno). Si la situación te lleva a estar solo en casa, organiza las
tareas por días o por momentos del día.
• Descansa durante periodos regulares de tiempo: un periodo de descanso durante
el día, después de un esfuerzo ya sea físico o mental te ayudará a liberar tensión.
Busca realmente algo que te aporte relajación: hobbies, actividades lúdicas,
practicar ejercicio, propiciar momentos agradables en el día. 8 • Reconoce tus
límites y sé realista: no te propongas actividades que no puedas cumplir, rebaja tu
nivel de exigencia.
GRUPO 3
Prevención de conflictos familiares
Los conflictos y discusiones forman parte inevitable de toda relación familiar
y se convierten en situaciones normales y frecuentes, originados por la existencia
de diferencias y falta de acuerdo entre los miembros de la familia. Sin embargo, la
convivencia obligatoria que supone para las familias la cuarentena por el
coronavirus puede provocar un aumento de estas discusiones. Resulta
imprescindible aprender a resolver estos conflictos de manera adecuada ya que, en
ocasiones, las dificultades de comunicación pueden provocar manifestaciones
descontroladas en la interacción familiar (gritos, insultos…). El papel de la ira
durante las discusiones Lo realmente importante durante una discusión no es el
motivo por el que se discute, sino cómo se desarrolla la discusión. Cuando sólo nos
centramos en nuestras necesidades y nuestro punto de vista sin escuchar al otro, y
no conseguimos que la otra persona nos dé la razón de manera inmediata, aparece
un sentimiento de frustración que se traduce en ira y que nos va a impedir llegar a
acuerdos. La ira es una emoción que, si no se gestiona, tiende a aumentar de
manera desmesurada y termina controlando nuestras acciones de manera negativa.
Por lo tanto, evitar que nuestra ira aumente es la herramienta más eficaz para
controlar esta emoción. La estrategia más efectiva que existe para conseguir
controlar la ira consiste en parar la discusión y establecer distancia física, ya que
permanecer en ese mismo escenario de conflicto con la persona o personas con las
que estamos discutiendo sólo hace que la ira aumente. Es necesario cambiar de
escenario para poder focalizar nuestra atención en otros estímulos que nos ayuden
a rebajar la ira. Una vez que se ha conseguido controlar la ira, se puede volver a
retomar la conversación para llegar a acuerdos de manera satisfactoria. ¿Qué hacer
cuando la ira aumenta durante una discusión?
Reconoce que la conversación es muy tensa por lo que no va a ser posible
llegar a acuerdos.
Emplaza a continuar la conversación cuando ésta pueda desarrollarse en
un clima de tranquilidad.
Sal de la habitación explicando que lo haces con el objetivo de facilitar que
disminuya la tensión. Ante la obligación actual de tener que permanecer en casa,
puedes buscar otras actividades que te ayuden a cambiar el foco de atención
(escuchar música, jugar con nuestros/as hijos/as, darnos una ducha…).
No sigas a la otra persona cuando se va a otra habitación. Respeta que es
un tiempo para intentar controlar la ira.
Lo más importante es prevenir que se produzcan las discusiones y no
iniciar o seguir manteniendo una conversación si nos sentimos nerviosos. En la
situación de convivencia obligatoria en la que nos encontramos resulta
imprescindible hacer un esfuerzo conjunto a nivel familiar para interrumpir los
conflictos, dejando a un lado el motivo que pueda producirlos, y promover un clima
de tranquilidad que fomente un cuidado emocional para todos los miembros de la
familia.
GRUPO 4
Una oportunidad familiar ¿Oportunidad o desajuste?
El coronavirus nos está obligando a cambiar nuestras rutinas familiares, pero
podemos verlo como un desajuste molesto a nuestros hábitos, o como una
oportunidad para:
• Reencontrarte con tus familiares, pareja y amistades. Las prisas, el estrés diario,
las obligaciones, etc. una gran cantidad de impedimentos dificultan día a día que
podamos pasar un tiempo de calidad con aquellas personas que queremos y más
nos importan. Prueba a disfrutar de las relaciones sin reloj y valora cómo te hace
sentir y cómo haces sentir a los demás. Desempolva juegos de mesa, ponle tu
música favorita, comenta el último libro/peli que te has leído, en fin, comparte y
disfruta.
• Recuperar costumbres que creemos pasadas de moda. Aliméntate con quien
convives. El desayuno, la comida y/o cena con tu pareja, tus hijas e hijos, tu madre,
tu padre. Comer juntos ahora es un reto por los diferentes horarios que cada cual
tiene, y sin embargo es una gran oportunidad para potenciar la comunicación
familiar. Sigamos los consejos de los expertos, desconecta del coronavirus y disfruta
de conversar con tu familia en un tono relajado. ¿Y si vives sola o solo? Internet nos
une en estos momentos, ¡Dale uso!
• “Lo pendiente”. Nos pasamos el tiempo quejándonos de que no tenemos a penas
tiempo para jugar con las personas más pequeñas de la casa, darnos esa ducha
relajante, llamar a quien no vemos a diario, cocinar comida elaborada en soledad o
en compañía, etc. ¡Tantas y tantas cosas! ¿Te parece buen momento ahora?
• Darnos cuenta de que echamos de menos. Pasan los días y somos más
conscientes de nuestras necesidades afectivas. Este parón obligado también nos
lleva a estar más conectados con nuestras necesidades de cariño y afecto. Es una
oportunidad también para estrechar y/ o recuperar lazos con las personas que
convivimos. Echamos de menos a familiares que tenemos lejos y valoramos más su
presencia. Es tiempo de cuidar nuestras relaciones familiares y hay infinitas
maneras de demostrar que las queremos.
• Hacer balance. Esta experiencia nos puede servir para valorar más lo que tenemos
y hacer balance de cómo estábamos hasta el momento manejando nuestras
relaciones familiares. ¿Quizás había mucho enfado por situaciones no resueltas y
esto nos alejaba? ¿Quizás nunca nos hemos dicho lo mucho que nos queremos por
vergüenza, porque no nos educaron para expresarnos a nivel emocional? ¿Quizás
estábamos últimamente con mucho estrés, muy ocupados y a la vez muy
desconectados de nuestra necesidad de afecto y la de los/as demás?
• “Los valores perdidos”. Vamos a reflexionar sobre aquellas enseñanzas en
nuestra infancia. Recuperemos todos aquellos valores que nos facilitaban la vida en
familia. Respeto, tolerancia, solidaridad, confianza, cooperación, generosidad,
sensibilidad, honestidad, gratitud, humildad, prudencia, responsabilidad,
transparencia, perseverancia, compromiso, coherencia, templanza. Es momento de
que sumes en las relaciones familiares, los valores que te parezcan importantes.
• Practicar habilidades sociales que nos humanizan. La convivencia mejora cuando
somos capaces de poner en práctica nuestra empatía, escucha activa, asertividad,
saber hacer y aceptar cumplidos, hacer críticas constructivas y saber aceptarlas al
aprender de ellas, inteligencia emocional como forma de entender y manejar
nuestras emociones y las de nuestros familiares.
En resumen, dale la vuelta a esta situación y reflexiona sobre cómo disfrutar de tus
relaciones familiares en un ambiente sano y nutritivo, que te llene y te aporte el
sentido más que nunca de estar conectados y unidos.

Las recomendaciones contenidas en esta guía han sido elaboradas por los Centros de Apoyo a las
Familias del Ayuntamiento de Madrid, los cuales continúan prestando labores de orientación y
atención especializada en materia de familia durante la crisis del COVID-19, de manera telefónica y
telemática. Para más información, consulte:
https://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Infancia-y-familia/Centros-deApoyo-a-las-
Familias-CAF-
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