El Medio Ambiente y La Cultura (Elver Talledo)

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El medio ambiente y la cultura

Es idea antigua y muy difundida aquélla que postula que el medio ambiente, o entorno
natural, es determinante de las condiciones de vida del hombre, de todas las formas de su
cultura e, incluso, de sus características biológicas. Es la tesis que se ha denominado
determinismo geográfico. En oposición a esta tesis surgió después el determinismo cultural,
tesis sustentada por algunos historiadores que sostenían lo contrario, es decir, que es la
cultura la que modifica el medio ambiente. Pero entre la segunda y tercera década de este
siglo se impuso en la antropología otra interpretación según la cual el entorno natural
limita pero no es causa del comportamiento humano, ni determina su naturaleza
biológica. Es la tesis del posibilismo, que se debió en gran parte a la influencia del célebre
antropólogo Franz Boas, quien planteó que, en general, las características culturales
específicas dependían fundamentalmente de las tradiciones históricas y no tanto de la
influencia del entorno natural.
Cada una de estas explicaciones únicamente aspiraba a determinar las influencias o el
impacto de una cosa sobre la otra, y el posibilismo sólo asignaba al hábitat un papel
limitante o selectivo. En la perspectiva actual del conocimiento, se entiende que tanto
el entorno, como los seres humanos, creadores de la cultura, no son aspectos contrarios
ni separados de la realidad, sino que entre ambos se da una interacción constante con la
cual resulta absurdo mantener la vieja idea aristotélica de la separación entre las
“esferas” de lo humano y del entorno natural. Aquí radica la base teórica de la
ecología, que representa una nueva e importante posición para explicar la relación que
existe entre el hombre y el mundo que lo rodea.

Ecología

Ernest Haekel postulaba en 1866 que el individuo es producto de la cooperación


del medio ambiente con la herencia y llamó a esta relación oikología (del griego oikos,
casa o habitación). Pero la oikología haeke- liana pasó desapercibida con el revuelo
que había producido la aparición del libro de Darwin, El origen de lasespeciesy la
selección natural (1859), pese a que en él se reforzaba la relación herencia-ecología,
que después fue redescubierta con nuevos matices por E. Warming en Dinamarca
(1896) y por los norteamericanos H.H. Cowles (1901) y E. Clements (1909), para
convertirse en las décadas siguientes, ya con el nombre moderno de ecología, en la
ciencia que estudia lo que se puede denominar la trama de la vida. La ecología es
definida como el estudio científico de las relaciones de los individuos entre sí y con el
medio ambiente.
Según los ambientalistas un sistema ecológico o ecosistema es una población o
comunidad que comprende una variedad de especies cuyas relaciones, frente al hábitat y
sus coacciones recíprocas, constituyen un sistema integrado que tiene un cierto carácter
unitario. Las coacciones implican que los miembros del ecosistema actúan en dos órdenes
de relación: una según sus semejanzas; se trata entonces de una relación intraespecífica,
llamada también comensalismo y, la otra, según sus diferencias; es lo que se denomina
simbiosis o relación interespecífica. La comunidad ecológica evoluciona también de
formas simples hacia otras más complejas a través de una sucesión de etapas, cada una
de las cuales está señalada por la invasión de una especie o por la asociación de
especies, culminando la serie en una etapa en la que aparece una especie dominante.
La especie dominante está relacionada con el medio ambiente de tal manera que es
capaz de controlar y mantener a la comunidad indefinidamente. El sistema ecológico
como tal, es resultado de una
estabilidad adaptativa que refleja una estructura duradera de relaciones.
Fue Julian H. Steward (1902-1972) quien definió la importancia y los alcances de la ecología
como parte de la antropología. Con su deno minado “método de ecología cultural”
establece que existe una relación dialéctica entre el entorno natural y la cultura. Es lo que se
ha deno- minado causalidad recíproca (feedback). De aquí se desprenden dos conceptos
esenciales: 1) no hay entorno ni cultura a priori, sino que cada cosa está definida una en
función de la otra, y 2) El medio am- biente no sólo tiene un poder limitante o selectivo
sino que juega un papel activo. No obstante, las influencias recíprocas del medio y la cul-
tura en una relación de feedback no son iguales, a veces predomina la cultura y otras es el
medio que impone su ley. Steward manifiesta que ciertos aspectos o sectores de la cultura
están más sujetos a una mayor dependencia del medio. Tales sectores, que él denomina
“núcleos cul- turales” están constituidos por la vida económica de un pueblo, estrechamente
vinculada al problema de la subsistencia y a las transac- ciones comerciales. De tal manera,
la ecología cultural conduce al estu- dio de los siguientes aspectos: 1) interrelación
entre el entorno natural y la tecnología de producción y explotación, 2) interrelación entre
las formas de comportamiento y la tecnología de explotación y 3) influen- cia de estos
aspectos sobre los demás sectores de la cultura.

Es el concepto de adaptación la base de los estudios ecológicos y se entiende


por tal, en términos generales, la relación beneficiosa entre un organismo viviente y
su entorno. En el caso de la cultura, la adecua- ción de un sistema étnico a las
condiciones de su hábitat. El concepto de adaptación implica “niveles” diferentes y
dentro de éstos —señala Hardesty— se distinguen los tres siguientes: 1) el de las
reacciones fisio- lógicas (nivel reaccional), 2) el fisiológico orgánico y 3) el nivel
genéti- co/demográfico, incluyendo en cada uno de ellos diferentes áreas adap-
tativas. Es característica del nivel reaccional todo cambio rápido que se produce
como respuesta a una modificación súbita del medio ambiente; por ejemplo, la huida
de la presa ante el depredador, la búsqueda de sombra para protegerse de los rayos
quemantes del sol, o hacer fuego para resistir un frío intenso.

En el nivel de la reacción ambiental se dan, a su vez, dos tipos de actitud adaptativa:


1) el comportamiento idiosincrático, que incluye to- dos los aspectos constitutivos de
las soluciones específicas que dispone el representante de una determinada especie
frente al medio ambiente, que es tema de la psicología y 2) el comportamiento
cultural desarro llado por los individuos o grupos para adaptarse a su entorno a
partir de modalidades específicas de conducta forjadas por la tradición, que confieren a
la especie humana su rasgo más distintivo.

La antropología se ocupa fundamentalmente de este segundo tipo de


comportamiento, el cual posee básicamente tres facetas: la tecnológica, la
organizacional y la ideológica. Estas tres facetas del comporta- miento del Homo sapiens,
especificadas por Kaplan, Maners y Hardesty, son adaptativas y proporcionan soluciones
básicas susceptibles de incrementar su efectividad, de “cristalizar” su adaptabilidad y
permitir la asimilación de la problemática ambiental.

. La energética ftumana estudia cómo los grupos humanos resuelven los problemas
de la energía. La antropología eco- lógica se centra en la alimentación y los intereses
tróficos (alimentarios),
se puede comprender mucho mejor la naturaleza y la problemática del desarrollo y
del subdesarrollo en las diferentes áreas geográficas y humanas del planeta.

Un nicho ecológico Equivale al conjunto de recursos, dentro del sis- tema ecológico,
que son esenciales para la supervivencia del grupo. El nicfto de un grupo no es estático
y varía en el proceso de adaptación y los cambios producidos por los medios sociales
y culturales.

La tesis de Murra abrió una nueva perspectiva pare el estudio y entendimiento de


muchas instituciones vinculadas a la concepción “vertical” de la ecología del mundo
andino.

Ecodesarrollo
concepto expresado por primera vez por Maurice Stroung en 1972— que entraña
profunda racionalidad, empezando por el rechazo a la tiranía de las necesidades superfluas
de la sociedad de consumo y a la búsqueda exclusiva y frenética de la riqueza material.
El ecodesarrollo insta a ayudar a las comunidades aldeano-rurales de los países
subdesarrollados a educarse y organizarse en función de una nueva valoración de los
productos específicos y reales de cada ecosis- tema y pone en tela de juicio lo que se
entiende por desarrollo en el mundo industrializado.

se orientan hacia formas de vida más humanas, proponen los modelos para evitar la
depredación y contaminación del hábitat, conservando el equilibrio ecológico
utilización de los recursos del medio ambiente( el aprovechamiento maximizado del
clima, del agua y del suelo bosques ,pisos ecológicos

La destrucción del ambiente natural

con el avance de la civilización, de la tecnología y de la producción el hombre empezó una


carrera hacia la destrucción de su propio medio ambiente.
El informe de 1996 publicado por el Panel Intergubernamental para el Cambio
Climático, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (IPCC), dice que no
cabe duda sobre la in- fluencia de la actividad humana en el clima ni sobre su efecto a
largo plazo en la naturaleza de la Tierra.

Amadeo Gómez Marmanilla que el hombre por sus potestades devastadoras es


más temible que cualesquiera de los jinetes del Apocalipsis; contamina la atmósfera,
envenena los ríos, aniquila la flora y la fauna, expande los desiertos, deseca los lagos
y arruina el gran ecosistema de la naturaleza, exterminando la vida.

civilización industrial contamina debido al desecho en lugares inadecuados La


basura, los desechos tóxicos, los hidrocarburos, residuos orgánicos… Provocando la
lluvia ácida

las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Ambiente anuncia que los desiertos de
la Tierra —ocho millones de kilómetros cuadra- dos— podrían triplicarse en una década,
pues todos los cambios ecológicos conducen a la desertificación. El Sahara crece a razón
de 170 hec- táreas por hora y en el Sudán el desierto avanza 16 metros por día.

En el Perú —según informa el director técnico de Desarrollo Forestal del Proyecto


Nacional del Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conser- vación de Suelos— se pierden
anualmente 300 mil hectáreas de tierras debido a la creciente deforestación,
especialmente en la selva, que pone en peligro la ecolología.

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