Generos Periodisticos

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Géneros periodísticos:

¿Qué son y para qué sirven?
Raúl Peñaranda U. *

Los géneros periodísticos, así como por ejemplo los géneros literarios, son formas de expresión
escrita que difieren según las necesidades u objetivos de quien lo hace.
“Si se intenta una definición, dice el académico boliviano Erick Torrico, se puede decir que los
géneros son especies -arquetípicas, en la teoría- que reúnen aquellos mensajes que son formalizados de
modo tal que constituyen una “familia”, o sea a los que tienen lazos de parentesco en su esencia y en su
entorno y que, precisamente por ello, se diferencian de los demás”.
El doctor Josep María Casasús señala en su texto "Estilo y géneros periodísticos" que durante
siglos, antes del surgimiento del "lenguaje periodístico", se destacaron nítidamente dos formas de
presentar los hechos: el "relato homérico o nestoriano" (presentar los hechos según su importancia
decreciente, es decir colocar en los primeros párrafos lo más importante) y el "relato cronológico", es
decir según su aparición en el tiempo. El "relato homérico" se inscribe dentro de la retórica clásica.
Podríamos decir que estos son las dos grandes formas de expresión escrita que ha tenido la
literatura desde la antigüedad hasta el Renacimiento, cuando empezaron a surgir nuevas modalidades de
expresión.
Como se verá más adelante, estas definiciones nos servirán para elaborar una propuesta de
definición de los géneros presentes en la prensa boliviana.

La Biblia tiene el primer lead de la historia

Si nos atenemos a lo que dice Casasús, y siguiendo también una idea presentada por Martín
Vivaldi, los textos "homéricos" de la antigüedad presentan la forma que muchos años después, con
variantes, se ha venido en denominar "pirámide invertida" y lead.
Según Casasús y Vivaldi, en el primer libro de la Biblia, el Génesis, se encuentra el primer lead
de la historia: "Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas
cubrían la haz del abismo. Dijo Dios: 'Haya luz', y hubo luz. Dijo luego Dios: 'Haya firmamento en medio
de las aguas'".
Con el paso de los años, señala Casasús, este estilo de relatar los hechos según su "fuerza
decreciente" fue cediendo ante los relatos cronológicos, que seguían con rigor el relato según su aparición
temporal. No importaba que el hecho más importante estuviera expresado al final del texto.
Casasús cita otras obras al margen del Génesis, especialmente las de Homero, en las que se nota
que en el primer párrafo, e incluso en la primera oración del texto, está el elemento más importante: "Este
joven morirá al amanecer".
El erudito alemán Tobías Peucer, que escribió la primera tesis sobre periodismo, en 1690, dice en
su trabajo que en los textos periodísticos debían estar presentes las circunstancias del sujeto, objeto,
causa, manera, lugar y tiempo, es decir casi calcados los elementos de las denominadas "cinco preguntas"
del lead del periodismo anglosajón que se entronizó dos siglos después.
El retórico hispanolatino Quintiliano, que vivió en el primer siglo de nuestra era, ideó un
hexámetro interrogativo que servía para responder sobre las "circunstancias" de los hechos: quis ,quid,
ubi, quibus auxiliis, cur, quomodo y quando? (¿Quién, qué, dónde, por qué medios, por qué, cómo y
cuándo?).
Las similitudes con las famosas cinco preguntas de la escuela anglosajona de periodismo están a
la vista.
El relato cronológico, sin embargo, se impuso posteriormente y fue considerado como el orden
"natural" con el que debían expresarse las ideas.
Desarrollo de los géneros periodísticos

El relato de orden cronológico fue el rasgo principal del periodismo hasta bien entrado el 1800.
En los inicios del periodismo, dice el investigador peruano Juan Gargurevich, las "noticias" no
existían en el modo que se conocen hoy. Estas eran relatos de temas diversos contados "de la manera más
natural posible, y en estricto modo cronológico".
Según el brasileño José Marques de Melo, con la invención de la imprenta de Guttemberg no
nació el periodismo, sino la publicidad y la propaganda. Recién cuando se dan ciertas condiciones de
libertad económica y de pensamiento a principios de 1700, se puede decir que nace el periodismo.
Sin embargo, era un periodismo ligado a la opinión y las ideas políticas y religiosas. Los diarios
(unas cuantas páginas de las que no se imprimían más de unas decenas o centenas de ejemplares) se
referían generalmente a temas políticos y eran usados por distintos grupos de interés como instrumentos
de amplificación de las ideas.
Aquí encontramos entonces al primer “género” periodístico, o la primera forma de expresión: la
opinión.
Los siglos 16, 17 y 18 estuvieron marcados por la política y la teología. Sin embargo, el siglo 19
tuvo el signo de la economía y de importantes avances tecnológicos e industriales y es cuando se terminó
de afianzar la división entre “noticias y opiniones” (news and comments) que un siglo antes el Daily
Courant de Inglaterra había introducido tímidamente.
Por lo tanto, con la separación entre news and comments nace un segundo “género”, la noticia.
Esta separación entre opiniones y noticias, tan propia del periodismo anglosajón, reinó hasta bien entrado
el siglo 20 y separó al material periodístico en dos grandes géneros: informativo y opinativo.
En el primer tercio del siglo 19, el célebre impresor Emile de Girardin provocó una de las más
grandes revoluciones en la prensa, poniendo las bases de una característica que sigue hasta hoy: introdujo
el concepto de los avisos pagados, que pasaron a ser rápidamente el sostén de los periódicos.
Esta fue, entonces, una nueva subdivisión. Por lo menos los diarios empezaron -desde inicios del 1800- a
dividirse en opiniones, noticias y publicidad, aunque es evidente que esta última no puede ser considerado
como un “género”.
Poco después, a mediados del 1800, se retomó -bajo la forma del "pirámide invertida"- la idea del
hexámetro de Quintiliano, unos 17 siglos después de creado. Pese a ello, la agencia norteamericana The
Associated Press se ufana de ser inventora de la "pirámide invertida".
En esa época, dice Gargurevich, los periódicos se dividían en "cartas remitidas, diálogos, artículos
remitidos, artículos comunicados y a veces las ya olvidadas alegorías (sueños)", y que las noticias
propiamente dichas están contenidas en los comunicados.
El desarrollo de la prensa desde mediados del siglo 19 hasta nuestros días ha hecho que se
incorporen una serie de nuevos géneros, como veremos a continuación.

Los géneros interpretativos

La tradicional división anglosajona en news and comments de la que hemos hablado en el acápite
anterior, cede a principios del siglo 20 a una tercera clasificación, la "interpretación", especialmente
impulsada por la revista norteamericana Time.
Así, con la inclusión de este tercer "género", se conforma una de las más generalizadas divisiones
de los géneros en la actualidad: informativos, opinativos e interpretativos. La división, sin embargo, no es
completamente aceptada, como veremos más adelante, aunque sirve para ordenar la discusión respecto
del tema.
El género interpretativo, surgido en la década del 20 cuando Henry Luce y Briton Hadden crearon
Time, tuvo su verdadero afianzamiento en plena Segunda Guerra Mundial, dice Gargurevich.
Lo que la "interpretación" busca es dar mayores datos de contexto que expliquen los hechos, no
que los califiquen.
Gargurevich señala que en los años 40, en pleno conflicto bélico, y cuando la victoria de los
aliados contra el régimen nazi no estaba tan claro, la población ya no requería de "datos fríos", como
había sido la tradición en ese país, sino de explicaciones, consideradas antes poco menos que un pecado.
Además, en la década del 40 se recuperan géneros olvidados, como son por ejemplo los crónicas.
Las agencias internacionales norteamericanas empiezan a dividir su trabajo entre news (noticias)
y features, que podríamos llamar "notas de color", que Gargurevich señala que corresponden a las
"crónicas" del mundo hispanoamericano.

El “Nuevo Periodismo”

En la década del 60 surgió lo que se ha venido en denominar "Nuevo Periodismo" y que es difícil
de definir como "género periodístico" por sus evidentes relaciones con la literatura. No vale la pena
extenderse en el concepto de "Nuevo Periodismo", pero su impacto e influencia fue inmensa primero en
Estados Unidos y luego en el resto del mundo occidental, porque ayudó a liberar más todavía las formas
de redacción periodísticas.
Los autores del "Nuevo Periodismo" se permitían "meterse" dentro de la psicología del personaje
y reflejar todos los elementos del ambiente, después de hacer varias "entrevistas a profundidad" a todos
los involucrados. Los impulsores de esta tendencia no se consideraban a sí mismos como periodistas.
Calificaban a su trabajo como expresiones de un “nuevo género literario” y como “novelas de no-
ficción”.
Aquellos periodistas (¿o novelistas?) redactaban textos como el que sigue, que relata el
fallecimiento por desnutrición de una joven después de seguir una polémica y radical dieta para curar la
jaqueca. Nótese que el periodista no fue testigo de los hechos:
“... La tarde del 13 de octubre, Sess y Min Wiener fueron a visitar a su hija en Nueva York. Al verla
echada en un colchón, en una esquina del cuarto, Sess quedó boquiabierto y se puso lívido. Beth Ann era
un esqueleto viviente, sus piernas eran piel y hueso. Sus ojos aparecían hundidos en sus órbitas. Apenas
podía sentarse. No pesaba más de 32 kilos...”". (Texto de Robert Christgau, citado por Tom Wolfe.)
Los experimentos de ese tipo de periodismo no fueron realizados exclusivamente por los
periodistas-literatos estadounidenses. En América Latina también se dio este fenómeno, de manera
magistral, en los trabajos de Gabriel García Márquez. Este autor escribió varios relatos con las mismas
características del “Nuevo Periodismo”. El más conocido de ellos es “Relato de un Náufrago”, escrito
cuando en Estados Unidos esa técnica recién se iniciaba.
Hoy, en la segunda mitad de los 90, existen decenas de denominaciones para los géneros
periodísticos, según la clasificación que dan los numerosos autores y estudiosos del tema. Desde notas
informativas hasta reportajes y análisis periodísticos, pasando por entrevistas, reseñas, críticas, columnas
y un largo etcétera, el periodismo nunca tuvo como ahora tantas formas de expresión.
Y pese a ser un fenómeno extendido y que data de los orígenes del periodismo, los estudios de los
géneros no han llegado ni de cerca a consensos o generalizaciones respecto de la identificación de éstos.
Casi se puede decir que cada autor presenta su propia categorización.
El chileno John Müller señala que "hoy, cuando se habla de géneros periodísticos, se hace
referencia a un verdadero caos de tipologías que incluye denominaciones ambiguas, inciertas y en la
mayoría de los casos -por esas mismas razones- incoherentes".
Vivaldi, el español pionero en la discusión de los géneros, ya adelantó las dificultades que tendría
el debate, en su texto de 1973. En esa obra, el autor señala: “Metodológicamente, admitimos y
reconocemos la dificultad de deslindar campos, de precisar netamente, de diferenciar un género
periodístico de otro. Como en todo campo artístico -y el periodismo es también arte-, hay un entrecruce
de rasgos: artículos que tienen mucho de crónicas; crónicas que son propiamente artículos y reportajes
especiales que, por su tono y enfoque, rozan el campo de la crónica o del artículo”.
Los criterios de definición

Esa confusión metodológica a la que hace referencia Vivaldi ha llevado a hacer clasificaciones
tomando en cuenta diversos criterios, que son los siguientes:
Según la temática: por ejemplo, periodismo deportivo, periodismo especializado, crónica
policial, etc.
Según el modo de trabajo: por ejemplo, periodismo de investigación o periodismo de denuncia.
Según la corriente de pensamiento: en el caso del denominado “Nuevo Periodismo” o
Periodismo Católico, etc.
Según el criterio de objetividad: en los casos de "noticia" en contraposición a "editorial", por
ejemplo.
Según la estructura: cuando se considera una entrevista, una crónica o un editorial como
géneros individuales.
Según el propósito: cuando se señala al periodismo informativo u opinativo, por ejemplo, como
género.
Como se ha señalado, diversos autores y estudiosos han efectuado tipologías sobre los géneros,
las mismas que han ido evolucionando y cambiando con los años. A continuación, algunas definiciones:
María Julia Sierra divide a los géneros entre periodismo noticioso (crónicas, columnas,
reportajes, entrevistas, editoriales, artículos de fondo y noticia) y periodismo literario (semblanza y
cuento de la vida real).
John Hohenberg menciona noticia básica (lo más objetiva posible), noticia de interés humano,
entrevista, biografía popular, noticia interpretativa, reportaje especializado, columna, reportaje
investigador y reportaje de campaña.
Martín Vivaldi menciona tres géneros, que son el reportaje, la crónica y el artículo, y establece
las siguientes subdivisiones: gran reportaje, noticia, reportaje-detective, reportaje-cronológico, columna,
suelto y artículo de costumbre.
José Luis Martínez Albertos plantea tres estilos: (informativo, de solicitación de opinión y
ameno) y cuatro géneros (información, reportaje, crónica y artículo).
Armando de Miguel distingue tres "especies periodísticas", Según los propósitos del periodismo
(periodismo informativo, periodismo literario y literatura periodística).
Esteban Morán señala cuatro "géneros informativos" (la noticia, la entrevista, la crónica y el
reportaje) y "cuatro géneros de opinión o interpretativos" (el editorial, la crítica, la columna y el
comentario).
Johnson y Harris mencionan noticias corrientes, crónicas especiales, nota de interés humano,
noticias sociales, ilustraciones (fotografías, gráficos, etc.) y editoriales.
Siegfrid Mandel identifica nota periodística, nota de interés humano, columna, crónica, editorial,
entrevista y reportaje.
Luiz Beltrâo define noticia básica, entrevista, crónica y reportaje, subdividiendo éste en tres:
reportaje de rutina, historia de interés humano y gran reportaje.
José Benítez plantea noticia o "relato noticioso", entrevista y reportaje.
Juan Gargurevich identifica la nota informativa, la entrevista, la crónica periodística, el
testimonio periodístico, los géneros gráficos, la campaña, el folletón, la columna, la reseña, el reportaje y
el editorial.
Marques de Melo expresa que los géneros son la noticia, el artículo, la fotografía, la caricatura,
la carta. comentario, crónica, editorial y entrevista.
Erick Torrico ubica a los géneros en informativos (con los denominados “subgéneros” noticia,
suelto, nota de redacción, cocinado, crónica, entrevista y reportaje), opinativos (editorial, artículo (que),
comentario (columna) y crítica) e interpretativos (interpretación y análisis).
John Müller establece tres géneros: informativos, opinativos e interpretativos, aunque no señala
sub-clasificaciones.

Mi definición

Mi particular visión de los géneros hace que los divida en cuatro, siguiendo las ideas de Torrico y
Müller, pero añadiendo uno, el de los entretenimientos. Así, quedamos con los siguientes:
Géneros informativos
Tienen como función básica el relato de los hechos, reflejándolos de la manera más fría posible, sin
añadir opiniones y permitiéndose solamente la presencia de algunos datos de consenso. Incluye la nota o
noticia, la crónica, la entrevista y el perfil
Géneros opinativos
Este género se utiliza para dar a conocer “ideas” y “opiniones” en contraposición con el reflejo de los
hechos. Las opiniones pueden estar ancladas en los valores, ideas y sentimientos del autor de los textos, y
no necesariamente en los hechos.
Están incluidos en este los siguientes: el editorial, la columna o artículo, la caricatura de opinión, el
comentario la crítica o reseña y la carta.
Géneros interpretativos
Se ubica en posición equidistante entre el género informativo y el opinativo. Si bien no incluye opiniones
subjetivas, si presenta enfoques y visiones específicos de los temas. Ofrece una gran cantidad de datos de
contexto y visiones contrapuestas para luego ofrecer conclusiones y dar los elementos suficientes para
que el lector entienda los hechos. Incluye las siguientes clasificaciones: análisis y reportaje
Géneros de “entretenimiento”
Busca precisamente “entretener”, es decir provocar solaz y esparcimiento. Su función, a diferencia de los
otros géneros, no es la de difundir el relato de un hecho y su valoración, sino la de divertir y distraer.
En este género están incluidos las tiras cómicas y las caricaturas (que no valoren la actualidad o a
un personaje), además de crucigramas, juegos, horóscopo, etc.

Introducción
Un género periodístico es una forma literaria que se emplea para contar cosas de actualidad a través de un periódico. Estos
géneros tienen su origen en la historia del periodismo y existen varias etapas. Si te pones a leer un periódico verás que
contiene noticias, artículos, fotografías, anuncios, etc.

En la prensa se diferencian tres tipos de géneros periodísticos: informativo, opinión e interpretativo. No es fácil diferenciar
unos de otros. Para eso está Media Prensa y, más exactamente, este bloque.

El género informativo se fundamenta en las noticias y en los reportajes objetivos. La noticia es el relato de un
acontecimiento de actualidad que suscita interés público. El reportaje objetivo es un relato que describe un hecho sin incluir
opinión o valoración del periodista.

El género de opinión en los editoriales y los artículos de opinión. El editorial es el artículo de opinión del periódico. Los
artículos o comentarios de opinión, cada vez con más presencia, como habrás observado, constituyen el planteamiento
personal de quien lo escribe sobre un tema de actualidad.

El género interpretativo combina la información con la opinión y de ese cóctel surgen las crónicas, los reportajes
interpretativos, las entrevistas, etc. Si tienes que hacer una entrevista a alguien para el periódico del instituto, no te olvides
de leer este bloque, pues te ayudará a definir la técnica para realizar una buena entrevista de personalidad.

Como en nuestros días está todo muy liado, y en la prensa se pueden distinguir los contenidos según sea el grado de
especialización, este bloque te aportará algunas respuestas sobre el periodismo especializado y lo importante que resulta ir
pensando en adquirir conocimientos sobre ciertos sectores o temáticas sociales para ser competitivo y demostrar lo
capacitado que estás.
4.1 El origen de los géneros
Los géneros periodísticos aparecen vinculados, desde un principio, a la prensa escrita. Por este motivo, cuando te
preguntes ¿qué es un género periodístico? debes saber que son las diferentes formas literarias que se emplean para contar
cosas de actualidad, siempre que después aparezcan en algún medio de comunicación, en nuestro caso la prensa escrita.
Los géneros están clasificados en dos grandes apartados. Por un lado, los que se refieren a los relatos que cuentan los
hechos, y por otro, a los comentarios que se utilizan para ofrecer ideas.

El origen de los géneros periodísticos ha estado muy relacionado con la historia del periodismo y, a partir de mediados del
siglo XIX, se conocen varias etapas:

a) la del periodismo ideológico, que predomina en todo el mundo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. Es doctrinal y
moralizador, al servicio de ideas políticas o religiosas. Es una etapa en la que la prensa aportaba muy pocas informaciones
y muchos comentarios.

b) la del periodismo informativo, que surge sobre 1870, paralelo al periodismo ideológico, y que se irá perfilando a partir
de 1914, primero en Inglaterra y después en EEUU, como un periodismo que se apoya sobre todo en la narración o en el
relato de los hechos. Esta etapa ha sido denominada como "la Edad de Oro de la Prensa", en la que los hechos se imponen
a los comentarios. Los anglosajones lo llaman story, y da paso a lo que hoy conoces como información "pura y dura",
aunque en este género periodístico informativo también entran los reportajes y las crónicas, con sus respectivas variantes.

c) a partir de 1945, cuando termina la Segunda Guerra Mundial, se inicia la etapa del periodismo de explicación. Se
busca una mayor profundidad en las informaciones, para lo que el periodista utiliza una mezcla entre el relato y el
comentario ¿Para qué? te preguntarás. Para que el lector, mediante una narración objetiva de los hechos, entienda los
juicios de valor de forma fácil y rápida. Esta forma de contar cosas se aprecia, sobre todo, en el género del reportaje en
profundidad.

Si te pones a leer un periódico impreso, observarás diferentes formas de presentar las informaciones:

1. las noticias o relatos de hechos

2. los comentarios o artículos, que permiten desarrollar determinadas ideas

3. las fotografías

4. los anuncios

Los anuncios corresponden al apartado de Media Publicidad, pero las noticias y los artículos, sea cual sea su periodicidad,
sí conviene diferenciarlos dado que contemplan estilos diferentes, tienen una finalidad distinta y, además, una disposición
psicológica particular por parte de quien los realiza.

.2 Información y opinión
En la prensa podemos diferenciar tres tipos de géneros periodísticos: género informativo, género de opinión y género
interpretativo. Este último surge como género híbrido entre la información y la opinión y adopta distintas formas
periodísticas.

No te preocupes si en un principio te cuesta diferenciar unos géneros de otros. Pero si quieres ser un buen lector de prensa
(e incluso un futuro periodista) debes saber distinguir con claridad la información y la opinión que aparecen en las páginas
de los periódicos.

Los diarios y las revistas incluyen entre sus contenidos páginas reservadas a la información (noticias, reportajes objetivos);
otras se reservan para ofrecer opiniones sobre las noticias de actualidad (editoriales, columnas, artículos de opinión);
también podemos encontrar fórmulas periodísticas que interpretan la realidad, combinando los datos informativos con
determinados enfoques y juicios personales del propio periodista (crónicas, reportajes interpretativos, entrevistas). En la
prensa se pueden distinguir tres actitudes diferentes: informar, opinar e interpretar.

Todas ellas son válidas desde un punto de vista periodístico. Si bien el lector no debe encontrar ninguna dificultad para
distinguir cuándo se encuentra ante una información o noticia y cuándo ante un artículo de opinión. Los géneros
periodísticos, los estilos lingüísticos utilizados, tienen como una de sus finalidades que el lector de prensa pueda diferenciar
estas actitudes.

Los periódicos y revistas, generalmente para diferenciar con mayor claridad la información de la opinión, dedican unas
páginas específicas para agrupar todos los contenidos que podríamos clasificar como opinión. Si estás leyendo una de
esas páginas, sabes que se te ofrecen unos puntos de vista determinados sobre diversas noticias, siempre con una
finalidad implícita por parte del articulista de convencer al lector de lo acertado de su postura. Sin embargo, se supone que
el resto del espacio del periódico o revista se destina a la información y, en todo caso, a la interpretación.

En ocasiones, artículos de opinión y noticias comparten una misma página, pero en esos casos se pueden distinguir
tipográficamente con claridad: se utilizan tipos de letra diferentes, se enmarcan los artículos, etc.

Si prestas un poco de atención, cuando leas un periódico puedes darte cuenta de que el periodista tiene una actitud
esencialmente informativa, de carácter explicativo, cuando escribe una noticia. Sin embargo, el editorialista o columnista de
opinión lo que hace es abogar por unos principios o planteamientos empresariales, por lo que tratará de convencernos de
sus propias ideas.

La información, la interpretación y la opinión que encontramos en la prensa enriquecen nuestra visión de la actualidad. Son
actitudes y géneros que se complementan pues cada uno desempeña sus propias funciones. El problema surge si el lector
confunde una opinión personal de un colaborador del periódico con un dato informativo que se supone objetivo y veraz.

4.3 La noticia
Las noticias o informaciones constituyen, junto a los reportajes objetivos, los géneros informativos. La noticia es el relato de
un acontecimiento de actualidad que suscita el interés del público. El periodista tiene la responsabilidad de relatar con la
mayor objetividad y veracidad posible cómo se han producido esos acontecimientos o hechos.
La noticia tiene unas funciones claramente delimitadas y el periodista trata de cumplirlas con el mayor rigor profesional. El
lector recibe la información sin ningún tipo de valoración personal u opinión del periodista que ha redactado la noticia.

Cuando te dispongas a redactar una noticia no debes pretender ser el más original o el más creativo sino el más preciso,
veraz y objetivo. El estilo lingüístico utilizado está claramente definido por las siguientes normas: claro, concreto y conciso
(las tres ces).

El periodista ordena los datos en la narración de la noticia en orden decreciente a su importancia: parte de los datos más
importantes para llegar hasta aquellos menos significativos que cerrarán el cuerpo de su noticia. Las noticias siguen una
estructura de pirámide invertida.

En la noticia se deben incluir los datos esenciales para la comprensión del acontecimiento. Se tiene que proporcionar al
público las respuestas a las llamadas 5 W: Quién, qué, cuándo, dónde, por qué (who, what, when, where, why, a las que,
como vimos en el epígrafe 3.5, se puede añadir el Cómo (How).

La redacción de la noticia presenta unas pautas rígidas con escaso margen para la creatividad u originalidad por parte del
profesional de la información. Sin embargo, es el género que con mayor eficacia cumple la función que podemos considerar
prioritaria para el periodista: la de informar.

La noticia se compone de tres partes: titular, lead o entradilla y cuerpo de la noticia.

4.4 El reportaje
Se pueden distinguir dos tipos de reportajes: el reportaje objetivo y el reportaje interpretativo. Cada uno de ellos pertenece
a un género periodístico. El reportaje objetivo es considerado un género informativo, mientras que el reportaje interpretativo
se clasifica como género interpretativo.

El reportaje objetivo cumple en gran parte las mismas funciones que la noticia. Presenta bastantes elementos comunes,
sobre todo que el periodista mantiene la objetividad en la presentación de los hechos. Es un relato descriptivo que no debe
incluir opiniones personales o valoraciones del periodista, si bien este tipo de reportaje tiene sus propios rasgos
característicos que le diferencian de la noticia. Quizá el más evidente es que su extensión generalmente es mayor. El
reportaje, por tanto, permite al periodista ofrecer un mayor número de datos complementarios que cuando redacta una
noticia en la que debe ceñirse a los elementos esenciales, dada la limitación de espacio con la que trabaja.

También encontramos diferencias en lo que se refiere al lenguaje. En el caso de la noticia ya sabes que se aplican unas
normas estrictas y un lenguaje bastante definido. En el reportaje el periodista disfruta de una mayor libertad expresiva
siempre limitada por la función de informar. Si escribes un reportaje, podrás utilizar algunas estructuras sintácticas poco
frecuentes en las noticias, o elaborar descripciones más creativas, pero no se te puede olvidar que lo que pretendes ante
todo es informar con profundidad al lector de unos hechos determinados. Si nuestra creatividad supone una dificultad
añadida para que el lector pueda recibir esos datos informativos de un modo claro y directo, nos habremos equivocado en
el planteamiento. Siguen siendo válidas para el reportaje las siguientes normas que rigen la noticia: objetividad, claridad y
precisión.

El reportaje objetivo consta de dos partes: el lead y el cuerpo del mismo. El lead del reportaje pretende ganar la atención
del lector desde la primera frase, a diferencia del lead de la noticia que tiene como función prioritaria condensar la esencia
de la noticia. No es necesario que el lead del reportaje reúna los datos esenciales de los acontecimientos o hechos que se
describen. Pretende atrapar el interés del lector para que continúe la lectura del reportaje. Para ello puede aplicar distintas
fórmulas de lead utilizando: la ironía, el contraste o la sorpresa. Cuando el periodista lo considere oportuno podrá utilizar
también el lead informativo característico de la noticia.

En el cuerpo del reportaje el periodista tampoco tiene que ceñirse a la estructura de la pirámide invertida casi obligatoria en
las noticias. Además de aplicar esta estructura cuando la estime conveniente, el periodista puede combinar datos
esenciales con datos complementarios para mantener el interés del lector y la intensidad del relato. Recuerda entonces que
en el reportaje no es obligatoria la exposición de los datos en estricto orden decreciente de importancia.

Dentro del reportaje objetivo distintos autores diferencian distintos tipos de modalidades como pueden ser: el reportaje de
acontecimiento, el reportaje de acción, el reportaje corto, etc.

El otro gran tipo de reportaje es el reportaje interpretativo que sí presenta unas diferencias muy significativas frente al
objetivo. El reportaje interpretativo pertenece a los llamados géneros híbridos o interpretativos, combinando componentes
propios de los géneros informativos con otros utilizados en los géneros de opinión.

En el reportaje interpretativo el periodista relata un hecho de actualidad pero introduce también determinados juicios de
valor. El periodista se permite abandonar la estricta objetividad utilizando elementos subjetivos. El movimiento llamado
"Nuevo periodismo", que surgió en EEUU en los años 60, desarrolló este tipo de reportajes rompiendo muchos de los
tabúes y normas que regían el periodismo.

Los reportajes interpretativos suelen tener una gran creatividad: la libertad lingüística es total, la estructura del relato es
libre. El autor puede llegar a recrearse con su propio estilo literario buscando la originalidad. Todo, o casi todo, le está
permitido siempre y cuando interese al lector. En España tenemos grandes autores de este tipo de reportajes; por citar
alguno, destacan los de Juan José Millás o Manuel Rivas en las páginas del suplemento dominical de El País.

4.5 La entrevista
La entrevista puede ser considerada como un tipo específico de reportaje. Si bien sus elementos característicos también
pueden convertirla en un género periodístico totalmente diferenciado. Lo que interesa es tener claro que la entrevista
pertenece a los géneros interpretativos.

La entrevista es un género que está muy presente hoy en día en la prensa. Tanto los periódicos como los semanarios u
otro tipo de revistas dedican muchas de sus páginas a ofrecer a sus lectores entrevistas con aquellos personajes públicos
que se consideran relevantes. Permiten al lector un acercamiento virtual, un conocimiento directo de aquellos personajes
que le resultan interesantes, admirados, queridos...

Existen distintos tipos de entrevistas, pero la entrevista periodística por excelencia es la que se conoce como entrevista de
personalidad. El periodista, en este caso, trata de recoger con veracidad la personalidad del personaje entrevistado.
Comparte con sus lectores aquellos elementos más significativos de la conversación que ha mantenido con ese personaje.

La técnica de redacción de la entrevista consiste en alternar las descripciones o consideraciones que realiza el periodista
con las palabras textuales del entrevistado. Esa combinación permite que el lector pueda penetrar en la psicología del
personaje. El periodista introduce en sus consideraciones elementos interpretativos.

Las entrevistas de personalidad suelen contar con una extensión considerable que puede alcanzar distintas páginas y
suelen ir acompañadas de un reportaje fotográfico que retrata la imagen del entrevistado, mientras que el texto de la
entrevista pretende retratar el "espíritu" del mismo.

Los periodistas que realizan este tipo de entrevistas deben saber persuadir al entrevistado y crear un clima de conversación
lo suficientemente agradable para que el personaje se muestre tal y como es en realidad. Posiblemente las entrevistas
preferidas por los lectores son aquellas en las que los entrevistados muestran su verdadera personalidad, muchas veces
oculta tras una imagen pública determinada.

Conseguir extraer opiniones interesantes y sinceras del entrevistado depende en gran parte de la destreza y la psicología
del propio periodista. La entrevista siempre debe transcurrir como una conversación grata para el entrevistado. En muchas
ocasiones el entrevistado parte de una actitud desconfiada pero las preguntas y la conversación del periodista consiguen
un talante mucho más expresivo y sincero por su parte.

Para obtener una buena entrevista, el periodista necesita en primer lugar una buena documentación sobre el personaje.
Necesita conocer aquellos pasajes más interesantes de su vida y de su obra para poder realizar preguntas profundas e
interesantes. El periodista puede llevar un guión con las preguntas que previamente ha pensado y formularlas a lo largo de
la conversación, pero no debe olvidar que en el transcurso de la misma, y ligadas a las respuestas, pueden aparecer
nuevos temas interesantes sobre los que es conveniente improvisar nuevas cuestiones. Es fundamental prestar atención a
la respuesta que nos ofrece el entrevistado, un error muy común es que el periodista enuncie su pregunta y mientras le
contestan tan sólo se preocupa de pensar cuál será la siguiente pregunta que va a formular.

Si realizas alguna entrevista, puedes tomar notas y, si te lo permite el entrevistado, grabar la conversación. Todo ello te
resultará muy útil a la hora de redactar la entrevista, pero no olvides que no debes distraer nunca al entrevistado con la
manipulación de la grabadora, el cambio de cinta, etc. Tampoco debes fijar tu mirada en la libreta de las notas. No te
olvides que estás conversando con ese personaje y que es a él a quien debes mirar, manifestándole tu atención. ¿A que tú
tampoco harías una confidencia, ni te mostrarías excesivamente expresivo con una persona que te da la impresión que no
escucha porque parece pensar en otra cosa y no te mira directamente?

El buen periodista sabe comportarse con la mayor naturalidad y educación con el entrevistado sin que ello le impida realizar
preguntas presumiblemente incómodas o comprometidas y guiar la conversación.

Para la redacción de la entrevista no es obligatorio ceñirse al orden estrictamente cronológico en que se han ofrecido las
respuestas. Podemos romper ese orden, buscando agrupar las respuestas por temas, momentos de la biografía del
personaje, etc. Pero sí tienes la obligación ética y profesional de ser fiel y veraz con las palabras del entrevistado.

Hay otros tipos de entrevistas como las realizadas a modo de test o cuestionario fijo, entrevistas de declaraciones, etc.

4.6 La crónica
La crónica periodística se considera un género interpretativo. En la prensa española encontramos abundantes crónicas,
aunque posiblemente hasta ahora podías confundirlas con noticias o incluso con artículos. Apréndete las siguientes
características de la crónica y así podrás identificarlas sin ninguna dificultad:

• En España consideramos crónica la narración de una noticia en la que se incorporan ciertos elementos de
valoración e interpretativos, aunque estos siempre tienen un carácter secundario frente a los elementos
estrictamente informativos. Como ves nos encontramos de nuevo con un género híbrido, como también lo son el
reportaje interpretativo o la entrevista.

• La crónica presenta, además, la peculiaridad de que tiene siempre una cierta continuidad, aparece con una
determinada periodicidad. Bien sea por el periodista que la firma o por la temática que trata. Por ejemplo, es fácil
encontrar en la mayoría de los periódicos la crónica taurina del día, o la crónica de sociedad. El lector interesado
en esos temas busca todos los días esas crónicas. En otras ocasiones hablamos de crónicas firmadas por
determinado periodista que aparecen con cierta regularidad, como las crónicas del corresponsal del periódico en
Nueva York.

• Esta continuidad genera cierta familiaridad entre el cronista y el lector. El lector conoce perfectamente el estilo de
su cronista taurino favorito, o reconoce las informaciones firmadas por el corresponsal. Esta familiaridad permite al
cronista escribir en un tono directo, e incluso llano y desenfadado, que no resultaría admisible para la redacción
de una noticia.

• El estilo de la crónica es objetivo al igual que el de la noticia, pero el periodista se permite una mayor libertad
expresiva en el uso del lenguaje, hasta el punto de crear un estilo personal. También puede estructurar la crónica
con libertad, sin aplicar la pirámide invertida con la intención de mantener el interés desde la primera hasta la
última línea.

En la prensa encontramos distintos tipos de crónicas y todas ellas reúnen las características citadas diferenciándose por los
temas que tratan: crónicas de sucesos, crónicas deportivas, crónicas taurinas, crónicas de corresponsales fijos en el
extranjero, crónicas de corresponsales en otras provincias, crónicas de enviados especiales, crónicas políticas, crónicas de
viajes, crónicas de sociedad, etc.

El corresponsal fijo en una ciudad extranjera es el periodista que el medio destina a un determinado país para obtener una
información completa, y en muchos casos exclusiva, de lo que allí pueda suceder. Este periodista que actúa como
corresponsal debe conocer perfectamente todos los elementos políticos, culturales, económicos, etc, del país en el que va
a trabajar para poder interpretar correctamente las informaciones que allí se producen. También debe esforzarse por
ofrecer crónicas que contengan informaciones exclusivas o enfoques propios no facilitados por las agencias de noticias u
otros medios de comunicación.

Las crónicas del enviado especial tratan de cumplir las mismas funciones descritas para los corresponsales, pero en este
caso se trata de periodistas que el medio envía temporalmente para cubrir determinada información que se está
produciendo, o que se presume que en breve se pueda producir, en una zona geográfica determinada. Los enviados
especiales cuentan con la desventaja, frente a los corresponsales fijos, de que necesitan conocer con rapidez las
circunstancias de ese entorno, en muchos casos desconocido hasta entonces, para poder informar con eficacia.

4.7 El editorial
La prensa añade a sus funciones de informar e interpretar una tercera que es la de opinar acerca de la actualidad. Distintas
fórmulas periodísticas, que se pueden definir como géneros de opinión, tratan de desarrollar esta función.

Una de estas fórmulas es la del editorial. El editorial es un artículo de opinión que no va firmado por ninguna persona pero
que recoge la opinión institucional y colectiva del periódico o revista. Ese carácter institucional otorga a este tipo de
artículos una gran trascendencia pública. Los lectores pueden conocer la opinión abierta y directa del medio sobre distintos
temas de actualidad, así como sus planteamientos ideológicos implícitos.

Todos los editoriales opinan acerca de noticias aparecidas en ese mismo número o en números recientes. Los temas de
actualidad tratados en un editorial suelen ser aquellos que entrañan una mayor trascendencia y una gran importancia.
Pueden versar sobre asuntos políticos, económicos, sociales, etc.

Se pueden encontrar editoriales más polémicos, más fríos, más contundentes, más explicativos, más expositivos o más
combativos, según sea la postura sostenida por el medio.

Los periodistas que elaboran los editoriales suelen estar especializados en esa tarea y gozan de la absoluta confianza del
Director. Los periódicos cuentan con un Consejo editorial que debate, perfila y decide cuáles van a ser las opiniones
institucionales que se van a defender ante la opinión pública mediante los editoriales. Los editoriales del día están
agrupados en la que se denomina página editorial.

El editorialista goza de gran libertad expresiva sin olvidar la necesidad de ser claro y preciso. El estilo suele ser grave y
digno, acorde con la importancia del tema tratado. Nunca se utiliza el yo personal del periodista que lo escribe ya que se
expresa la opinión colectiva del periódico o revista.

En el editorial no se utilizan los párrafos introductorios, el espacio disponible es limitado y se afronta desde la primera frase
el tema sobre el que se pretende opinar. Cualquier editorial suele contener: una primera parte que enuncia y recuerda el
tema, una segunda en la que se desarrolla el análisis y la interpretación que suscita y se finaliza con una tercera con la
presentación de una postura y una opinión concreta. Esta opinión puede formularse a modo de solución, pronóstico o
crítica. En este tipo de artículos resultan especialmente decisivos, para conseguir el propósito editorializante, el primer y
último párrafo.

Para redactar un editorial, el periodista debe conocer con profundidad el tema sobre el que se va a opinar a fin de que la
opinión del periódico nunca resulte contradictoria, incoherente o con escasa argumentación ya que esto dañaría la
credibilidad general de la publicación.

Los periódicos reservan los editoriales para opinar sobre los temas más importantes, pero cuentan con otras fórmulas para
emitir opiniones institucionales sobre temas de menor calado o para hacerlo de un modo un tanto más ligero y menos
profundo sobre asuntos de gran interés. Entre estas modalidades podemos citar los sueltos o los breves, artículos al estilo
de aguijones, y laureles, en los que el periódico premia o castiga determinados comportamientos de personas o
instituciones.

4.8 El artículo de opinión


El artículo de opinión tiene una gran presencia en la prensa. En este tipo de artículos se emiten opiniones concretas
suscitadas por un tema de actualidad.

Las funciones del artículo son similares a las del editorial. En él se ofrecen valoraciones, opiniones y análisis sobre diversas
noticias. A diferencia del editorial, el artículo va firmado y representa la opinión particular de su autor. En ocasiones, incluso
esta opinión puede disentir manifiestamente de la postura institucional del periódico expresada en sus editoriales. Otra
diferencia que debes tener en cuenta es que los temas tratados en los artículos pueden ser mucho más variados puesto
que los editoriales sólo abordan noticias que poseen una gran relevancia.

La libertad expresiva de la que gozan los articulistas es casi total, desde luego mucho mayor que la de los editorialistas. El
articulista puede elegir el tono, la perspectiva, la seriedad, etc, con la que piensa dirigirse a sus lectores, mientras que el
editorialista siempre está sometido en su escritura a cierta solemnidad.

El artículo de opinión está estrechamente ligado al autor, por ello su credibilidad y capacidad de influencia dependen del
prestigio y autoridad que merezca esa firma a los lectores.
Los artículos suelen tener una extensión entre las quinientas y las ochocientas palabras y no tienen por qué ser escritos por
periodistas. Cualquier otro profesional puede expresarse mediante un artículo de opinión. Pero sean periodistas o no, los
articulistas suelen ser profesionales contrastados con muchos años de experiencia y una trayectoria conocida por la opinión
pública.

Podemos distinguir dos tipos de articulistas: los que abordan cualquier tema o asunto de actualidad y publican sus artículos
con una determinada periodicidad, y los que publican, de forma periódica u ocasional, artículos referidos a aquellos asuntos
que pertenecen a su especialidad.

Dentro del artículo de opinión se pueden distinguir las columnas personales. Las columnas son espacios reservados por los
periódicos y revistas a escritores de notable prestigio, con una periodicidad regular. La libertad expresiva en estos casos es
total con dos únicas limitaciones: el número de palabras establecido por el periódico y la claridad debida a los lectores.
Constituyen un género híbrido entre la literatura y el periodismo.

El columnista debe reunir dos cualidades: un dominio virtuoso del lenguaje, que materializa en un estilo propio, y una
capacidad para ofrecer una perspectiva única y diferente sobre hechos conocidos que pertenecen a la actualidad. El grado
de complicidad que el columnista adquiere con sus lectores es muy elevado. España cuenta con magníficos columnistas
que debes leer; por citar algunos: Francisco Umbral, Maruja Torres, Vázquez Montalban, Jaime Capmany, etc. Elige tus
favoritos.

Lorenzo Gomís, importante periodista y articulista, escribió: "Una columna periodística está llena de tiempo. Es un recuadro
con tiempo dentro. Es una botella como esas que se echan al mar, desde una isla, para que un barco que pase la
encuentre y lea el mensaje".

4.9 La crítica
Otro género periodístico que podemos diferenciar en nuestra prensa es la crítica. La critica cumple una labor de
interpretación de diversos acontecimientos culturales.

La crítica periodística cumple tres funciones simultaneas: informa, orienta y educa a los lectores. La sección cultural y de
espectáculos concentra la mayor parte de las críticas que aparecen en el periódico, aunque dentro de esta sección
encontramos todos los géneros periodísticos: noticias (un ejemplo son las reseñas culturales), reportajes, entrevistas,
crónicas y también críticas.

Hoy en día la producción cultural y artística es altísima, al menos analizada desde valores estrictamente cuantitativos. Los
estrenos cinematográficos semanales desbordan incluso a los propios cinéfilos. Las empresas editoriales ofrecen
mensualmente cientos de novedades que están disponibles en las librerías en un corto espacio de tiempo. El número de
exposiciones que pueden ser visitadas en cualquier capital de provincia es muy abundante. Desde luego esta gran oferta
cultural es enriquecedora para la sociedad pero también conlleva una serie de riesgos, probablemente el más importante
sea el de la confusión. La crítica adquiere cada vez una mayor importancia, precisamente porque su principal tarea es la de
orientar al público y filtrar, en cierto modo, aquellas obras que reúnen unas mínimas cualidades artísticas.

La tarea del crítico es siempre controvertida y no debes olvidar que se mueve en el territorio de la opinión personal, de la
valoración subjetiva. Puedes leer dos críticas distintas sobre un mismo libro con juicios contrapuestos. Mientras que para un
critico un texto puede ser una obra menor de un gran escritor, para el otro merece la calificación de obra maestra. Esta
libertad del crítico a la hora de aplicar sus propios criterios artísticos a la obra analizada beneficia a los lectores que así
pueden elegir aquellos críticos que merecen su credibilidad y que se adecúan a sus propios gustos.

Resulta imprescindible, para el periodista que se dedica a la crítica, una gran especialización en aquella temática que trata.
El crítico es un especialista, o al menos debería serlo, en la materia que analiza. Debe fundamentar y probar aquello que
afirma, sin caer en el dogmatismo ni en la opinión totalitaria.

La crítica periodística es un género diferenciado del periodismo por las funciones específicas que cumple y también por una
serie de características propias: debe ser breve pero no superficial, ágil y rápida pero al mismo tiempo reflexiva, profunda y
argumentada. Su tono cultural es elevado pero obligatoriamente debe ser inteligible, comprensible para cualquier lector: el
crítico no debe olvidar que no escribe para especialistas.

El crítico debe ser fiel a elevadas exigencias en cuanto a su ética profesional, no puede dejarse influir por sus propios
intereses o debilidades personales a la hora de realizar su interpretación y juicio sobre la obra artística. Ni para elogiar
gratuitamente, actuando más de propagandista que de crítico, ni atacando injustificadamente con la intención de ridiculizar
y perjudicar a la obra y a su autor. Su actitud debe partir de la ecuanimidad y el respeto a aquello que juzga, aunque
exprese las carencias y defectos que bajo su criterio presenta. Debe ser positivo, resaltando las cualidades de lo que juzga
en primer lugar y después referirse a las carencias y las valoraciones negativas.
Si quieres convertirte en un buen crítico, ten en cuenta que debes reunir las siguientes tres cualidades: en primer lugar una
gran afición y sensibilidad por el arte que elijas para ejercer la crítica, un profundo conocimiento del mismo y unos sólidos
criterios propios.

Las páginas dedicadas a la cultura y los espectáculos, así como los suplementos culturales semanales, son los espacios
donde la crítica se desarrolla con una mayor intensidad. También abundan en cualquier tipo de revistas, especialmente en
aquellas especializadas en el arte y la cultura.

Existen distintos tipos de críticas en función de la temática que abordan: crítica literaria, crítica cinematográfica, crítica
teatral, crítica musical, crítica de arte (pintura, escultura y arquitectura). En último lugar debemos destacar la crítica de radio
y televisión, que se encarga de valorar sus respectivos programas.

5.8 Los manuales de estilo


Los manuales de estilo son el resultado de la importancia que ha adquirido la prensa informativa en nuestra
sociedad y la necesidad de disponer de unos textos de consulta con las instrucciones precisas que hagan posible
una utilización correcta del lenguaje.
¿Qué se entiende por manual de estilo? Al conjunto de normas lingüísticas y de estilo que una publicación periódica
establece (también las agencias informativas, las emisoras de radio y las cadenas de televisión, etc.) para que sus
mensajes o textos periodísticos sean más coherentes, más eficaces y más correctos. Es decir, unas normas para
que los redactores de, por ejemplo, un diario no tengan problemas a la hora de escribir sus textos y estos tengan
una línea homogénea tanto en la presentación formal como en la ortografía de palabras no reguladas por la norma
común de la Lengua Española, como por ejemplo las procedentes de otros idiomas.

Los manuales de estilo más prestigiosos son los de las agencias AP y EFE y los de los diarios el País, la Vanguardia
y el ABC. Los libros de estilo dan prestigio y otorgan un sello de calidad a los medios que los poseen.

Si te planteas crear un periódico nuevo, o si deseas analizar uno que ya existe, en ambos procesos tienes que tener
en cuenta dos elementos claves: el manual de estilo y la maqueta. En el caso del análisis, el libro de estilo te
ayudará, principalmente, a diferenciar los contenidos.

Los manuales de estilo plantean a los periodistas:

• Unas normas lingüísticas, sobre cuestiones fonéticas, gramaticales y de léxico.

• Unas normas estilísticas, o normas particulares y propias del trabajo periodístico, referidas al
comportamiento de los periodistas, cuya labor es la de cumplir con una función social entre los
acontencimientos y los lectores. En este apartado se acentúan cuestiones jurídicas relacionadas con la
información; deontológicas, como el secreto de las fuentes, la cláusula de conciencia, etc.; éticas, en las
que se observa el respeto por la verdad o en las que se tiene claro la diferencia entre una opinión y un
hecho, etc.

En estos momentos, cualquier periodista que se incorpore a una redacción será obsequiado con un libro de estilo y,
además, con un manual de edición, necesario por la actividad laboral desde que se han informatizado las
redacciones de los periódicos.

Los manuales de estilo de los medios de comunicación, como el "Manual de Español Urgente" de la Agencia EFE,
tienen una serie de objetivos y funciones:

• Permiten fijar la identidad de la publicación periódica.

• Elimina las dudas en la aplicación del lenguaje.

• Unifica el idioma.

• Ayuda en la defensa del idioma.


También es conveniente que sepas que en los libros de estilo se encuentran las normas que configuran la ideología
de las empresas, pues mediante estos principios crean la identidad del medio y consolidan sus principios
fundamentales.

http://recursos.cnice.mec.es/media/prensa/bloque5/pag8.html

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