Desafios Capella
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Mesa Redonda
Introducción.
Uno de los puntos del temario del Encuentro Preparatorio Macroregional Norte “Educación para
el Desarrollo Local/regional”, organizado por el INFODEM de la Derrama Magisterial,realizado
en la ciudad de Cajamarca a fines del año pasado fue Interculturalidad y Educación. Retos de
la Educación para el Desarrollo Local y Regional Sustentable. En él me cupo en suerte
desarrollar la ponencia “Interculturalidad y Educación” que será, como es lógico, la base de
esta intervención.
Entonces partía de lo expresado por Carrier (1991): “… uno de los desafíos de las sociedades
modernas es vigilar para que su educación responda, a su debido tiempo, a las nuevas
conquistas del saber, a los progresos de la pedagogía y a las crecientes responsabilidades de
los ciudadanos, respetando siempre los imperativos de su cultura.”
1. Precisiones conceptuales.
1.1. Educación.
Como bien dice Freire (1969), la educación verdadera es praxis, reflexión del hombre sobre el
mundo para transformarlo. El ser humano es un ser de relaciones y no sólo de contactos. "No
sólo está en el mundo, sino con el mundo".
Según se desprende del análisis de la bibliografía sobre el tema, algunos autores consideran
que la expresión “diversidad cultural” tiene varias connotaciones.
Para mi, la diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al
crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y
espiritual más enriquecedora. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la
pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo
normativo elaborado en el ámbito cultural.
Tengamos en cuenta, como premisa, que la principal riqueza cultural del Perú radicó y radica
en su diversidad.
En esta postura, tal como lo plantea Heise (1992), “ … es necesario vivir en el pluralismo y la
heterogeneidad, buscando consensos parciales que nos permitan organizar el conflicto en base
a un cuidadoso equilibrio. De esta forma se está afirmando la autonomía de cada individuo y
de cada grupo y sus posibilidades para trazarse un destino”.
Este tipo de educación nos permitirá convencernos de que todos los peruanos somos un
ámbito de conocimiento para todos los peruanos. (Política Nacional de Educación Bilingüe
Intercultural, 1989).
Hay que hacer hincapié en la necesidad de comprender los códigos culturales diferentes a los
de la propia cultura; que propicia y posibilita en los estudiantes castellanohablantes, desde el
nivel inicial hasta el superior, el conocimiento, la valoración y la apropiación crítica de los
elementos más significativos de nuestras diversas culturas.
2.1. Currículo.
Resulta evidente, como se establece en el PEN, que “la interculturalidad debe ser el eje
orientador del currículo, de manera que los objetivos, contenidos y metodologías se enraícen
en la cosmovisión, conocimiento y prácticas propias, para gradualmente abrirse e incorporar,
reflexiva y críticamente, elementos culturales ajenos, necesarios ya sea para mejorar las
condiciones actuales de vida de la población concernida, como también para contribuir a un
enriquecimiento personal y societal que posibilite ese necesario diálogo armónico entre los
diversos grupos socioculturales que componen el país”.
Y a este respecto debemos reconocer y considerar que las orientaciones básicas de las
poblaciones nativas no siempre coinciden con las nuestras. «Aunque las capacidades
intelectuales generales -el raciocinio y la observación empírica- sean universales, todas ellas
pasan por el tamiz y las preferencias culturales.» (Pozzi-Escot, 1989).
Además, “las estrategias propias de la interculturalidad pueden chocar con algunas de las
complejas estructuras culturales de los grupos étnicos, que predisponen a los padres de familia
y a los alumnos a satisfacer ciertas convenciones y a amoldar la interpretación de la
enseñanza”. (Bergli, 1984).
Tal es el caso del aprendizaje de la lengua. Como señala Pozzi-Escot (1989), “… el andino es
un hombre práctico y no siempre percibe con claridad cuál es la ventaja, palpable, para que sus
hijos cultiven y escriban una lengua que tan sólo se habla en su comunidad y en la comarca.
La educación bilingüe debe demostrar y ofrecer ciertas ventajas tangibles para los
beneficiados. No bastan las argumentaciones de orden teórico-pedagógico”.
Es por eso que Heise (1992) dice “… la diversidad de culturas, sus encuentros y sus
desencuentros, forman parte de nuestra vida cotidiana y de nuestra propia identidad. Frente a
los intentos de homogenización del país mediante la imposición de un modelo cultural unitario,
urbano y castellano-hablante, queremos proponer el derecho a la diversidad y el respeto a las
diferencias. Creemos que sólo de esta manera la democracia, la paz y la justicia no se
quedarán en letra muerta”.
Coincido con Arróspide De la Flor (1975) en que nosotros tenemos el reto de la liberación, no
sólo de nuestra dependencia económica sino, más profundamente, de la dependencia
espiritual que tanto o más que antes entraba el encuentro de la identidad esencial de lo
peruano.
Pero, como nos advierte Salazar Bondy (1974), “… es obvio que nuestro país, marcado por la
presencia indígena, deberá apelar a ésta para su transformación: ella no se logrará sin la
participación de las formas occidentalizadas de la criollidad”. Somos mestizos y además
situados en la perspectiva de una incipiente cultura planetaria por lo tanto nunca podremos
desdeñar las creaciones técnicas, científicas y artísticas de la civilización occidental a la que
pertenece.
Al elaborar el currículo debemos tener en cuenta que, como nos señala Rodríguez Fuenzalida,
“nuestras instituciones educativas dialogan, en las heterogéneas realidades nacionales, con
distintos tipos de culturas existentes en el medio social que, a su vez, interpretan los cambios
culturales. Se trata, por tanto, de un diálogo cultural complejo que demanda de nuestra mejor
inteligencia para su estudio y proyección educativa”:
“Dialogan con culturas ancestrales, aquéllas que se han transmitido desde épocas remotas
y que impregnan las percepciones, conceptos y actuaciones de muchos y variados grupos
humanos. … Son culturas que tienen a menudo su propia lengua, hablada y entendida por
esas comunidades”.
“Dialogan con culturas de carácter humanista y cristiano, o asociado con otras religiones,
que tienen una especial preocupación por el hombre, el mundo, la naturaleza, la sociedad.
… Tienen sus propios rituales de culto a Dios y sus jerarquías religiosas”.
“Dialogan con culturas que provienen de corrientes del pensamiento científico. Son culturas
que exigen la especialización, el conocimiento científico, experimental, el uso de normas
para la investigación; que responden a interrogantes específicas, vinculadas con las
personas y la naturaleza”.
Medina Rivilla (2000) afirma que el mundo que rodea el desarrollo del niño, la niña y el joven es
una construcción social y cultural. Así, la racionalidad de la ciencia, tecnología y de la
producción deben ser concebidos como un proceso, como un proceso humano (a partir de los
sujetos) y están condicionados social y culturalmente en orden a la producción de
conocimientos.
Las acciones docentes son coherentes con la interculturalidad cuando en el clima de aula, en
las relaciones entre los participantes, en el discurso y la toma de decisiones se evidencia un
pleno y amplio respeto a las diferentes perspectivas y opciones culturales y en el esfuerzo de
convivencia se valoran y critican tales perspectivas y valores, avanzando en la conjunción y
mejora continua de tales opciones y significados formativo-estimativos.
Epílogo.
Muchas gracias.
Referencias bibliográficas
ARROSPIDE DE LA FLOR, C.
1975 Cultura y Liberación. Lima. I.NC.
CAPELLA, J.
1993 Interculturalidad e Interdisciplinariedad. Un planteamiento epistemológico desde la educación.
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2009 Interculturalidad y Educación. Retos de la Educación para el Desarrollo Local y Regional Sustentable.
Encuentro Preparatorio Macroregional Norte “Educación para el Desarrollo Local/regional”. INFODEM. Derrama
Magisterial. Lima.
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1969 Pedagogía del oprimido. Buenos Aires. Siglo XXI.
BERGLI, A.
1984 “Educación Intercultural”. En: Comunidades y culturas peruanas. 23.
CARRIER, H.
1991 Evangelio y culturas. De León XIII a Juan Pablo II. Santafé de Bogotá.
CELAM.
MEDINA RIVILLA, A.
2000 Formación del Profesorado ante los retos de la indagación en la práctica y la interculturalidad.
Conferencia en el V Seminario de Análisis y Perspectivas de la Educación en el Perú. “Políticas y Estrategias
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Perú. Lima.
MINISTERIO DE EDUCACION
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RODRIGUEZ FUENZALIDA, E.
2000 “Educación del pasado, educación del futuro, los cambios culturales”. Conferencia en el V Seminario
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SALAZAR BONDY, A.
1974 Educación y Cultura. Texto. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima.