Tricotilomania
Tricotilomania
Tricotilomania
TRICOTILOMANÍA
La necesidad de arrancarse el cabello
Ver la televisión, leer, escribir, hablar por teléfono o estudiar para un examen,
sobre todo si éste nos causa especial preocupación, son los momentos idóneos para
entretenerse jugando con el cabello. Estirarlo, enrollarlo, observarlo, morderlo o incluso
arrancarlo de raíz. Una costumbre a primera vista inocente que si se convierte en rutina
puede llegar a ocasionar graves problemas y derivar en una patología crónica. Llegado
un punto el individuo no podrá controlar esta manía y sus efectos empezarán a hacerse
visibles. Calvas en la cabeza pero también en otras partes del cuerpo como cejas,
pestañas, axilas o incluso pubis. Es lo que científicamente se conoce como
tricotilomanía, un término procedente del griego trichos (pelo), tylos (estirar) y manía
(impulso). Una enfermedad poco conocida que consiste en arrancarse el cabello de
forma compulsiva e irracional y que afecta a un cuatro por ciento de la población. Los
más perjudicados son siempre las mujeres y los niños.
Por lo general, la tricotilomanía suele darse en edades tempranas, entre los 3 y
los 7 años y tiende a desaparecer con el tiempo, ya que se trata de un trastorno de
carácter evolutivo. En la mayoría de los casos, esta conducta sólo dura unos 12 meses,
pero no siempre es así. Lo que sí está claro es que el comienzo temprano, antes de los 6
años, plantea un mejor pronóstico. En el caso de los adultos, los síntomas comienzan en
la adolescencia pero pueden prolongarse de manera indefinida si no se trata a tiempo el
problema. La prevalencia de la enfermedad en las mujeres es cuatro veces mayor que en
los hombres.
Detectar esta extraña dolencia no es fácil, ya que con frecuencia los síntomas
pueden confundirse con una calvicie natural, no inducida. Las personas que la sufren
evitan ser descubiertas y tratan de ocultar las calvas que ellos mismos se originan. En el
caso de los niños, éstas suelen estar en la cabeza ya que no son tan conscientes del
problema estético que suponen, sin embargo los adultos eligen otras zonas del cuerpo
menos visibles.
Las causas son numerosas y variadas en función de la persona. El estrés
ambiental, los conflictos interpersonales o grandes preocupaciones como pueden ser
problemas familiares, separaciones o la muerte de algún ser querido, actúan como
desencadenantes, aunque, como explica el psicólogo José Manuel Pérez Quesada,
“también es verdad que otras veces se trata de un hábito aprendido por observación de
un amigo o un familiar.” Muchos expertos relacionan esta dolencia con otras de carácter
obsesivo-compulsivo y diversos trastornos del estado de ánimo como la depresión o la
ansiedad.
Tanto en los niños como en los adultos el ritual siempre es el mismo. Los
afectados experimentan una tensión y una ansiedad cada vez mayor que sólo se libera
arrancándose el cabello, algo que viene acompañado de una sensación de bienestar y
gratificación. Según manifiesta la Sociedad Española de Dermatología y Psiquiatría,
“los individuos que sufren esta enfermedad quedan atrapados en pensamientos que no
pueden controlar y se ven obligados a repetir ciertos comportamientos como único
medio de aliviar sus tensiones internas”.
1
“Hoxb8 is required for normal grooming behavior in mice”. Autores: Greer JM, Capecchi MR.
Neuron. 2002 Jan 3;33(1):23-34.
seria, objetiva y científica que establezca al mismo tiempo tratamientos que ayuden a
tantas personas que como yo sufren en silencio”.
SANDRA, 19 AÑOS
Cuenta la historia, Luisa, su madre.
Mi hija Sandra es ahora una jovencita de 19 años pero nuestra odisea comenzó
mucho antes, cuando sólo tenía nueve o diez. En esa época, su padre sufría una fuerte
depresión y para evitar que la niña viviera de cerca esta situación, aprovechando que era
verano, la envié a la playa a pasar unos días con su abuela. Fue entonces cuando nos
percatamos de que no tenía pestañas. Nosotros al principio no sabíamos de qué se
trataba y al verla con los ojos hinchados pensamos que sería una simple conjuntivitis o
alguna otra enfermedad, pero alguien nos dijo que la habían visto arrancándoselas.
Luego nos dimos cuenta de que también le faltaba pelo en la cabeza. Más tarde hubo
otro problema familiar, un tío suyo tuvo un infarto, y la niña lo acusó. Era muy sensible
a todo lo que se producía a su alrededor y creo que esto fue agravando el problema.
Cada vez iba a peor.
Todo esto le influye mucho a la hora de hacer amigos y se queda muy aislada.
Ahora mismo, gracias a la terapia está mejorando y empieza a relacionarse un poco más
con sus compañeros. Ya es más madura y se da cuenta de que tiene un problema y trata
de superarlo. Está tomando conciencia de que tiene que esforzarse por conocer gente,
por integrarse y salir con los demás chicos y chicas de su edad. Que ella se dé cuenta de
toda esta situación es fundamental para que empiece a superar su problema. Tener un
estímulo, querer ser como los demás es lo que más le está impulsando a dejar de
arrancarse el cabello.
No sé porqué tiene tan baja autoestima. Quizá tenga algo que ver que cuando
tenía cinco años tuvo que repetir curso porque no aprendía a leer y luego nos dimos
cuenta de que era porque no veía bien. Los profesores además la regañaban porque no
prestaba atención. De repente se vio en otra clase con compañeros distintos, donde
además era la más mayor, la más alta. Iba adelantada y eso le afectó porque se
encontraba fuera de lugar. Le costó mucho retomar y cuando ya tenía nueve o diez años
estaba ya tan aislada que los profesores me recomendaron que la cambiara de colegio.
La cambié de centro pero todo siguió igual. Siempre ha sido una niña más tímida, muy
sensible, pero nada fuera de lo común.
En cuanto a los chicos también lo ha pasado muy mal. Mi hija es muy afectiva y
ha tenido la mala suerte de encontrarse con personas que han tratado de aprovecharse.
Se ha relacionado con gente a quien ella le ha dado todo y luego ellos han cogido lo que
les ha interesado sin ofrecerle nada a cambio. Esa parte le ha hecho mucho daño. Por
todo esto le cuesta relacionarse, desconfía de todo el mundo porque ha ofrecido mucho
y ha recibido poco. Es demasiado ingenua, tiene una parte muy sensible, tierna, que
tiene muy dañada, pero luego curiosamente nos dicen los psicólogos, que también tiene
una gran fuerza interior que le hace continuamente volver a ilusionarse después de cada
decepción y empezar de nuevo, volver a entusiasmarse con la gente.
Lo que más le gusta en sus ratos libres es hablar con gente por el Messenger a
través de Internet. Todo su afán es hacer amigos, querer a la gente y que ellos la
quieran. De un tiempo a esta parte y coincidiendo con que se está dejando crecer un
poco el pelo, parece que va teniendo más amigos.
Yo creo que el problema que tiene mi hija es algo con lo que tendrá que pelear
toda la vida. Es como el alcohólico, que siempre puede sufrir recaídas. Toma su
medicación y supongo que tendrá que seguir haciéndolo a pesar de que no le gusta nada
porque le produce efectos secundarios. Siempre tengo que estar pendiente de que se
tome las pastillas porque si no se le olvida. Yo confío en que poco a poco, con el paso
de los años, vaya mejorando.