Caso 2 Sobre Dilema Etico.

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CASOS SOBRE DILEMAS ÉTICOS

ALEJANDRO RODRÍGUEZ GUINAND

TRABAJO DE ÉTICA GENERAL

DIEGO ECHEVERRY SERNA

UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA SECCIONAL ARMENIA


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
GRUPO 5-01
ARMENIA, QUINDÍO
2021
UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA
CENTRO DE ÉTICA Y HUMANIDADES
CATEDRA DE FORMACIÓN ÉTICO LIBERADORA

Espacio Académico: Ética General.

Caso 2. 
Imagine ahora que es un abogado penalista que defiende a un cliente
acusado de asesinato. Usted está casi seguro de que es inocente. El juicio
va bien y probablemente su cliente va a ser sobreseído (detener el trámite).
Entabló un buen vínculo con él, y tal vez alentado porque está a punto de ser
absuelto, le confiesa que si bien no cometió el crimen del que se lo acusa,
cometió otro, cuatro años atrás. Y luego le dice que un delincuente con
frondosos antecedentes penales fue condenado a cadena perpetua,
injustamente acusado del crimen que él cometió. Intenta persuadirlo de que
confiese, pero se niega. Tuvo muchos problemas con la ley y es un
delincuente inteligente y bien informado. Cuando lo amenaza con retirarse
del caso, él le recuerda que a esta altura usted lo va a perjudicar. Le
recuerda, además, que como profesional tiene el deber de guardar la
confidencialidad sobre todo lo que sabe.
¿Qué haría usted?

Respuesta: Mi posición crítica.


Para este caso, nos encontramos frente a un dilema ético de alta complejidad; en especial
porque está relacionado con mi profesión como abogado y administrador de justicia.
Debemos entender que en muchas ocasiones se han expresado las opiniones de abogados
para indicar que el retiro para este tipo de casos es contrario al principio del secreto
profesional. Sin embargo, es claro que lo que aquí se debe privilegiar es la prevención o
sanción de un delito, así como el hecho de que se espera que los abogados conozcan a sus
respectivos clientes, más allá de lo que podría ser un conocimiento superficial sobre sus
vidas y antecedentes. No debe olvidarse que, aunque en nuestra legislación se conoce como
falta de lealtad con el cliente la utilización o revelación de secretos confiados por este,
también es cierto que la misma ley establece unas excepciones al deber de confidencialidad,
como cuando se tenga la necesidad de hacer revelaciones para evitar la comisión de un
delito o sancionar el mismo.
 Desde mi posición como futuro jurista, cuando se considere que dicha acción
realizada por el cliente es sospechosa en el aspecto de que podría estar facilitando la
comisión o encubrimiento de un delito donde se perjudique un tercero, dicha acción
debe ser reportada como pruebas a la investigación. Claramente, este reporte no es
semejante a una denuncia penal, pero la información que se facilite sí puede llegar a
ser el comienzo de una investigación en contra del cliente para así, conseguir
justicia. Por tanto, para este conflicto en específico, yo como abogado estoy en todo
mi derecho de retirarme del caso.

¿Fundándose en qué razones tomaría su decisión?


Justifico mi decisión afirmando que este aspecto de confidencialidad se ha visto afectado en
los últimos años por instituciones y principios morales que limitan su alcance; encontramos
aquellas situaciones relacionadas con el deber de reportar hechos delictivos para prevenir
que se vulneren derechos ajenos. Considero que un cliente que consulta a un abogado para
obtener asesoramiento que le servirá para la comisión de un delito u ocultar uno pasado no
tendrá ayuda de la Ley.
También quiero decir a modo de reflexión que por la esencia misma de nuestra profesión,
que no sólo es un oficio sino una función muy importante, los abogados estamos obligados
a guardar los secretos que conozcamos como consecuencia de nuestra carrera profesional.
El secreto profesional es un deber de confidencialidad frente a nuestros clientes, pues el
cliente deposita su Fe en su consultor legal; también, es un derecho frente a terceros cuando
pretendan que incurramos sin alguna justificación en su violación. En nuestra legislación, al
secreto profesional del abogado se le puede conocer como un deber, como un derecho y
como una obligación de reservarlo (a excepción de que se esté ocultando un fraude o
delito); por ello, el presente caso me permitió tener un enfoque más amplio, sin embargo, se
debe mencionar que el traspaso en sus límites de este deber jurídico tiene unas
consecuencias penales debido a la responsabilidad que tiene el abogado en caso de incurrir
en alguna conducta prohibida por la ley, pues quien vulnere este principio deberá ser
juzgado y sancionado. Teniendo en cuenta el carácter confidencial de las relaciones del
cliente con su abogado, este último debe guardar los testimonios recibidos en virtud del
ejercicio de su profesión aun sin haberlo prometido. Además, el abogado debe respetar el
secreto de las confidencias, pues lo que escucha como asesor solamente le pertenece a
quienes le consultan, su secreto es sagrado y bajo ningún motivo puede traicionarlo. La
obligación de este secreto profesional no termina con la finalización de los servicios
profesionales, pienso que debe durar a través del tiempo, aún después de la muerte del
cliente, y también respecto de aquella persona que solamente solicitó un consejo, pero que
nunca llegó a ser cliente del abogado. Para adicionar, considero que la obligación de
guardar el secreto profesional, y el juzgamiento de los abogados que vulneren este principio
es un tema novedoso y de bastante discusión.
*Como apreciación final, el secreto profesional para el abogado, más que un privilegio, es
una responsabilidad. Además, debe entenderse que este privilegio se refiere única y
exclusivamente a la asesoría legal en concreto. No obstante, cuando se trate de conductas
o hechos delictivos que vulneren mis derechos o los de un tercero, no se aplicará este
deber de reserva.

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