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Sobre la economía matemática:

algunas reflexiones generales


On Mathematical Economics: Some General Considerations

Sergio Hernández Castañeda*


Resumen Abstract

El artículo expone algunas ideas acerca de la This paper approaches several points of view
revolución metodológica que se produjo a about the methodological revolution that
partir del proceso de formulación de las teorías emerged from the process of formulating
económicas en términos matemáticos, hacien- economic theories in mathematical terms,
do énfasis en el período que va de finales del si- paying more attention to the period from
glo xix hacia el cierre del siglo xx. Aludiéndose the late nineteenth century to the close of
de continuo al entorno histórico y social, se the twentieth century. In a historical and
muestran las posibilidades que ofrecen los mé- social context, the author shows the posi-
todos matemáticos para ampliar y profundizar tive outcomes when using mathematical
la teoría económica y, a su vez, la manera como methods to deep the economic knowledge,
este proceso repercute en la propia matemática. and how this process is also positive to new
Finalmente, se discuten algunos malentendidos mathematical areas. Finally some misunders-
que surgen de estas interacciones, tales como el tandings are cleared, such as the risk of thin-
peligro de calificar como avance todo intento king as a progress any attempt to obtain a
de dar a las teorías de los economistas una for- mathematical shape to economic ideas or the
ma matemática o el reduccionista de equiparar belief that the methodologies of economics
las metodologías de la economía con la meto- are reduced to mathematical methodology.
dología matemática.

Palabras clave: Keywords:

Economía Informa núm. 388 septiembre - octubre • 2014


• Metodología Económica • Economic Methodology
• Métodos matemáticos • Mathematical Methods
• Análisis económico • Economic Analysis
JEL: B41, C, C41, C51

I. Una revolución metodológica de la economía

El proceso de formulación de las teorías económicas en términos matemáticos


ha constituido una verdadera e importante revolución metodológica en las ciencias
económicas. Las páginas impresas en torno a temas económicos, elaboradas
durante el siglo xx y que echan mano de métodos matemáticos, pueden llenar
grandes bibliotecas. Hagamos, por ahora, a un lado la vasta literatura sobre
econometría ya que, aunque esta disciplina exige ampliamente de la teoría de
la probabilidad, de la estadística matemática y de otras áreas relacionadas de la
matemática, no es el tema que tratamos en este trabajo. Limitémonos al campo
de la economía matemática, es decir, a aquella literatura económica en donde
las matemáticas se usan como recursos del análisis de la diversa problemática.

* Profesor jubilado de la Facultad de Ciencias, unam, y actualmente profesor de la Facultad de Economía, unam.

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Aun así, es extraordinariamente grande la cantidad de literatura existente.


Intentemos examinar así sea una breve panorámica de ella.
La presentación de la teoría del equilibrio económico general por Walras,
planteó una problemática amplísima para todo el siglo xx durante el cual
vino una nutrida pléyade de economistas con fuerte formación matemática
(y de matemáticos con formación en economía) entre los que destacan per-
sonalidades como las de Pareto, Hicks, Wald, McKenzie, Von Neumann,
Samuelson, Arrow, Debreu y otros. Como resultado del trabajo de los arriba
mencionados, se encontró, en primer lugar, que las propiedades topológicas
de las correspondencias entre conjuntos convexos proporcionaban la clave
para construir modelos matemáticos de las economías de mercado, en los
cuales se podía demostrar, con las exigencias de rigor usuales en los diversos
campos de la matemática, la existencia de equilibrios económicos genera-
les. En segundo lugar tenemos la teoría de la economía del bienestar que se
desarrolla a partir de los trabajos de Pareto. Finalmente, tenemos la extensa
discusión en torno a la estabilidad o no de los equilibrios económicos. To-
dos estos resultados vinieron a constituír el tronco principal de un árbol
impresionante por su frondosidad, cada una de cuyas ramas es, por sí misma,
un área de la problemática económica y en donde encuentran aplicación
numerosos campos de la matemática del siglo xx, tales como la teoría de los
conjuntos convexos, la de la optimización matemática, la de los sistemas di-
námicos, la topología de conjuntos, la diferencial y muchos otros.
Al mismo tiempo, a partir de la economía política clásica inglesa y de la
teoría económica marxista, surgen otros tipos de motivaciones. En la bús-
queda de resolver el llamado “problema de la transformación de valores en
precios”, Ladislao Von Bortkiewicz, quien reunía tanto conocimientos de
economía como de matemáticas, propuso una solución. Es a partir de estos
trabajos (y de los planificadores soviéticos de los principios de la Revolución),
que aparece durante el siglo xx otra lista importante de economistas con
formación matemática, muchos de los cuales están asociados a la economía
política clásica inglesa o a la escuela marxista. Algunos de éstos son Leontief,
Von Neumann, Sraffa, Lange, Okishio, Seaton, Morishima, Roemer y otros.
Como era de esperarse, gran parte de los trabajos de los autores anteriores se
orienta hacia la planeación económica tanto en lo que fueron los estados so-
cialistas como en los estados capitalistas. En esta dirección de la investigación,
los recursos matemáticos principales giran en torno al álgebra lineal y al aná-
lisis convexo. En particular, en torno a la teoría de las matrices no negativas y
a la programación lineal.

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Pero lo anterior es solamente el punto de partida para un cúmulo de tra-


bajos que se multiplican cada vez más. Mencionemos brevemente algunas de
las muchas direcciones en las cuales estos trabajos se han desarrollado.
Ante los graves problemas que planteó la crisis económica mundial de
1929 a los gobiernos de los países capitalistas más desarrollados y partiendo
de una crítica a los métodos microeconómicos que muestran entonces gran
incapacidad tanto de prever la crisis como de proporcionar políticas econó-
micas prácticas a aquellos gobiernos, se desarrolla, en los años 30, la llamada
teoría macroeconómica, basada en la búsqueda de reducir el tratamiento de
complicadas cantidades de naturaleza vectorial al de “agregados escalares” tales
como la renta de una economía, el nivel de empleo, el de precios, etc. Muy
pronto, este enfoque de la problemática económica asociado a economistas
como Keynes, Kalecki, Hicks, y otros, domina el panorama, en particular en
lo que se refiere al diseño de políticas económicas. A pesar de que surge, desde
un punto de vista metodológico, como una búsqueda de simplificar y hacer
manejable la difícil técnica matemática de la que hay que echar mano en el
enfoque llamado microeconómico, la teoría macroeconómica se ve obligada,
muy rápidamente, a utilizar herramientas matemáticas tales como la teoría de
las ecuaciones diferenciales, la de las ecuaciones en diferencias y, de un modo
más amplio, las técnicas para tratar con sistemas dinámicos, tanto deterministas
como estocásticos.
A partir de los juegos de salón, practicados desde tiempos muy lejanos y
aparentemente alejados de la problemática económica y social, el matemático
Emile Borel planteó, a principios del siglo xx, una importante problemática
que, en lo central, fue resuelta por John Von Neumann en 1927. Este momen-
to suele ser considerado como el de fundación de la teoría de juegos.
Pronto, sobre todo tras la asociación de Von Neumann con el economista
Oskar Morgenstern, se comprendió la importancia de la teoría que estaba sur-
giendo como un potentísimo instrumento de análisis para toda clase de con-
flictos sociales y, en particular, para los conflictos económicos. En la medida
en que esa teoría se ha ido desarrollando y, sobre todo, a partir de la teoría de
los juegos no cooperativos de John Nash, permite penetrar en cada vez más
áreas de las ciencias económicas e incluso tiende, por ejemplo, a englobar a
campos tan importantes como la teoría del equilibrio económico general.
Por otra parte, si hubiere que contestar qué campos matemáticos intervie-
nen en la teoría de juegos y qué campos no lo hacen, es posible que sea más
sencillo lo segundo. Álgebra lineal, análisis matemático, topología, teoría
de gráficas y combinatoria, teoría de la probabilidad, teoría de los sistemas

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dinámicos, análisis numérico, etc., son algunos de los campos más directa-
mente involucrados en la construcción y fundamentación de esa teoría que, a
medida que se edifique, permitirá, seguramente, responder, durante el siglo
xxi, a muchas interrogantes planteadas y por plantear a las ciencias sociales.
El conjunto de métodos matemáticos conocido como investigación de
operaciones (I. de O.) tuvo, al menos, tres premisas sociales básicas que fueron
realizándose durante la primera mitad del siglo xx. La primera fue el proceso
general de concentración de los capitales que se expresó en la formación de
empresas cada vez más grandes, la segunda fue el surgimiento de numerosas
revoluciones socialistas que llegaron a abarcar, durante la segunda mitad del
siglo, la tercera parte del mundo y la tercera fue el desarrollo del capitalismo
de estado en numerosos países capitalistas. Fue con base en esas premisas que
se plantearon grandes proyectos productivos y de otros tipos para los cuales
cobró pleno sentido la más cuidadosa planificación matemática.
Lo anterior fue lo fundamental. Lo relativamente incidental fue que, du-
rante la II Guerra Mundial, los estados combatientes se plantearon opera-
ciones militares de tal naturaleza y envergadura que se encontró posible y
necesario incorporar a numerosos equipos de matemáticos (y de otros tipos
de científicos y técnicos) para su organización. Por ello, el nombre con que
fue posteriormente conocido el conjunto de métodos matemáticos que esos
equipos desarrollaron lleva las huellas de la terminología militar.
Puesto que la problemática general que intenta abordar la investigación de
operaciones es tan multifacética, también tienen que serlo los métodos mate-
máticos para resolverla. Aparte de abarcar, a su manera, diversos capítulos de
la teoría de juegos, la I. de O. incluye temas como la programación lineal y la
no lineal, la programación entera, la programación dinámica determinista y
la estocástica, el análisis de redes, etc.
Es lo anterior apenas un esbozo del inicio del desarrollo de esa infinidad
de antiguos y nuevos problemas económicos abordados mediante recursos
matemáticos y de esa multitud de nuevos métodos que, todos juntos, han ve-
nido a integrar lo que hoy se conoce por “economía matemática”.
En la actualidad es enorme el número de temas económicos cuyo análisis
se efectúa con ayuda de los métodos matemáticos. Unos pocos de entre ellos
son la economía del bienestar, los espacios de economías y las economías re-
gulares en esos espacios, la teoría del equilibrio en espacios de dimensión infi-
nita, el desarrollo de las más diversas técnicas para la computación de sistemas
de precios de equilibrio, la teoría de la elección social, la teoría de la organiza-
ción económica y de la planeación, la teoría del crecimiento económico tanto

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desde la perspectiva micro como de la macroeconómica, la de los ciclos eco-


nómicos, la de los mercados financieros y la de las políticas monetaria y fiscal.
Igualmente grande es el número de temas de la matemática contemporá-
nea que encuentran aplicación en el análisis económico. El álgebra lineal, los
más diversos temas del análisis matemático clásico, la teoría de la medida, la
topología de conjuntos y la topología diferencial, la teoría de los conjuntos
convexos, la programación matemática, la teoría de los sistemas dinámicos, la
teoría del control, el análisis funcional, el cálculo de variaciones, la teoría de
la probabilidad y la estadística matemática, la teoría de juegos –tanto los no
cooperativos como los cooperativos. Son las anteriores algunas de las áreas de
la matemática que son utilizadas con mayor frecuencia.
La economía y los métodos del análisis económico del siglo xxi son radi-
calmente diferentes de la economía y de los métodos de análisis de principios
del siglo xx. Los desacuerdos entre los economistas prosiguen, se mantienen
los diversos enfoques de la problemática provenientes de los distintos sectores
sociales de la sociedad capitalista, pero, en muchos aspectos, la discusión se
ha profundizado y se realiza en el lenguaje matemático, por lo menos tanto
como en el lenguaje común hablado y escrito. Es el anterior un hecho fun-
damental que tienen que asumir los economistas, los matemáticos y todas las
personas relacionadas, de alguna manera, con los campos de estudio de esos
profesionistas.

II. Premisas de la matematización de la economía

Desde que surgen las economías mercantiles, los seres humanos reflexionan
sobre ellas y, en particular, sobre problemas como el origen del valor de cam-
bio de las mercancías y como el de las leyes de la distribución del producto so-
cial. Tal actitud se intensificó cuando, a medida que se descomponía el sistema
feudal, resurgen las relaciones mercantiles y, con base en ellas, se desarrolla el
modo capitalista de producción.
Tras un largo proceso de vivir, experimentar y examinar los fenómenos
económicos, mediante el recurso de las lenguas comunes de los pueblos, tanto
habladas como escritas, los conceptos fueron madurando y se fueron ponien-
do de manifiesto las relaciones matemáticas subyacentes en el mundo de los
hechos económicos. Se trató, primero, de la acción de la burguesía mercantil
y, también, de la usurera, después, de la práctica de las burguesías agraria e in-
dustrial y, más tarde, de las luchas de las clases proletarias emergentes. Durante
un tiempo relativamente largo, sucesivos representantes de aquellos sectores

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de la sociedad fueron llevando a cabo un continuo y cada vez más complejo


proceso de análisis y de síntesis del mundo de las relaciones económicas,
un proceso de detección y de clasificación de los hechos, de descubrimien-
to de los vínculos de causa-efecto entre ellos, de inferencias inductivas y
deductivas de los unos a partir de los otros, de creación y desarrollo de las
primeras teorías económicas. De entre los muchos pensadores que crearon
las condiciones antes esbozadas, destacan nombres como Petty, Franklin,
Quesnay, Beccaria, Smith, Ricardo, Mill, Marx y muchos otros más. Fue
así que, lentamente, pero también inevitablemente, fueron creándose las
condiciones necesarias para que se formularan las teorías económicas en
términos matemáticos.
Pero lo anterior no fue suficiente.
Fue necesario también que se desarrollara el inmenso arsenal de recursos
metodológicos de la matemática y que, junto con ello, se fueran formulando
en términos matemáticos muchas de las ciencias naturales. Fue necesario que a
partir de la agricultura, del comercio, de la navegación y de todas las diversas
actividades humanas, las culturas del Oriente y del Medio Oriente, la griega,
la romana y la árabe desarrollaran, de una parte, la aritmética, la geometría, la
trigonometría y el álgebra y, de la otra, la astronomía, la geografía, la estática
y la hidrostática. Fue necesario el progreso ulterior de las mencionadas ciencias
matemáticas ya durante el Renacimiento, el surgimiento y crecimiento de la
teoría de la probabilidad clásica y, finalmente, que esas mismas ciencias mate-
máticas sufrieran una revolución a partir de la geometría analítica y del cálculo
diferencial e integral. El proceso de formulación de las teorías económicas en
el lenguaje de las matemáticas sólo fue posible gracias a los ejemplos propor-
cionados por la sistematización de la geometría euclidiana y por la formulación
en términos matemáticos de la estática, de la hidrostática, de la dinámica, de la
mecánica celeste, de la hidrodinámica y de muchas otras ciencias.
Es sobre las bases anteriores que surgen los trabajos seminales de Cournot
y, posteriormente, se desarrollan, de una parte, las obras de autores como
Mill, Jevons, Menger, Walras y Pareto y, de la otra, las de autores como Marx,
Bortkiewicz, Sraffa, Morishima y otros.
Al principio, cuando surgen los primeros trabajos sobre la problemática
económica formulados en términos matemáticos, sus autores echan mano de
los recursos matemáticos existentes y éstos, fundamentalmente, han sido ela-
borados no en función del estudio de los problemas económicos o sociales,
sino en función de las ciencias naturales. Más adelante, a medida que avanza
la revolución metodológica que hemos considerado, se irán desarrollando,

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cada vez más rápidamente, nuevas técnicas matemáticas que, conforme pasa el
tiempo, se adaptarán mejor al estudio de las ciencias sociales. En la proporción
en que ocurra lo anterior, se profundizará la revolución a la cual nos hemos
referido y sus efectos llegarán aún más lejos.

III. Sobre los modelos matemáticos de economía

Las teorías económicas se formulan en la terminología de la matemática me-


diante el surgimiento de los llamados modelos matemáticos de la economía. Di-
cho de un modo grueso, un modelo matemático, correspondiente a cierta área
de la problemática económica, es un sistema matemático en el cual los distintos
objetos y hechos económicos del área bajo estudio se expresan en otros tantos
conceptos y relaciones matemáticas. De entre tales conceptos y relaciones se
destacan los conceptos primitivos y los postulados, axiomas o principios, para intentar
al máximo, a partir de ellos, construir e inferir los otros conceptos y relaciones,
mediante las reglas de la lógica. Tales sistemas surgen a través de los procesos,
arriba esbozados, de análisis y síntesis sucesivos de los fenómenos económicos.
Por ello, en general, resulta complejo determinar cómo estaban originalmente
anclados a la realidad los conceptos y las relaciones matemáticas a los cuales
finalmente se llega y que conforman nuestro sistema. No obstante, se persigue
que tanto los llamados conceptos primitivos como los postulados, axiomas o
principios correspondan lo más posible al mundo económico real, con la idea
de que en la medida en que esto ocurra, lo que a partir de ellos se construya o
se infiriera corresponderá, también, a la realidad económica.
En la mayor parte de la literatura existente, quedan implícitos muchos de
los conceptos primitivos y de los postulados o principios y el modelo toma la forma
de un sistema de objetos matemáticos, de diversas clases, que corresponden a
la realidad económica o social que se trata de captar y relacionados, tales ob-
jetos, entre ellos, de tal modo que reproduzcan, lo más posible, las relaciones
reales en las cuales están los objetos reales. En estas condiciones los principios
implícitos son la base para definir nuevos conceptos matemáticos a partir de
los objetos del sistema inicial y de las relaciones entre éstos. En concordancia
con lo anterior, los resultados que se obtienen del modelo toman la forma de
teoremas que nos hablan de cómo se relacionan los nuevos conceptos con los
objetos de los cuales se ha partido.
Aun cuando nos hemos limitado a examinar el proceso a vuelo de pá-
jaro, hemos visto cómo los primeros modelos matemáticos que surgen sólo
abarcan parcelas muy pequeñas y situaciones extremadamente simples de la

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problemática económica. Al mismo tiempo, los conceptos primitivos y los


principios básicos aparecen interpenetrados con los otros conceptos y con
los otros hechos, suele ser muy imprecisa la correspondencia entre los con-
ceptos y las relaciones matemáticas con la realidad económica y, finalmente,
los métodos de inferencia pueden resultar muy poco satisfactorias desde el
punto de vista de las reglas de la lógica.
Sin embargo, el proceso inicial de análisis y síntesis no se detiene nunca,
la realidad económica impone a los modelos considerar situaciones más com-
plejas y precisar la correspondencia entre los conceptos y las relaciones mate-
máticas con el mundo económico real, las predicciones que hacen los mode-
los se contrastan con la realidad, empiezan a proliferar modelos matemáticos
correspondientes a nuevas parcelas de la problemática. El resultado es que las
“pequeñas parcelas” se unen entre ellas, se entraman, se sintetizan y se van
formando modelos (o teorías económicas) cada vez de mayor amplitud, que
consideran situaciones más complejas, en donde los conceptos primitivos y los
principios básicos se desdoblan cada vez más diáfanamente de los que vienen a
ser los conceptos derivados y los teoremas, donde los teoremas se desprenden
de los principios de un modo lógico cada vez más satisfactorio y donde, por
último, las explicaciones y las predicciones que se hacen a partir del modelo
corresponden cada vez mejor con la realidad.

IV. Matematización y comprensión de la economía

Una teoría o un área de la ciencia económica pasa a un nivel más elevado


cuando es formulada en términos matemáticos. Formular una problemática
económica en términos matemáticos significa que ella es aprehendida de un
nuevo modo por la conciencia humana. Puede ser pensada por medio del
álgebra, del análisis matemático, de la geometría o también de un modo di-
námico o como un proceso estocástico. Más aún, en virtud de la unidad de
la matemática, cuando una problemática puede ser pensada, por ejemplo, por
medio del análisis matemático, entonces también lo puede ser, en múltiples
formas, ya por medio de la geometría, ya como una situación dinámica o de
algún otro modo. Quizá, por las necesarias abstracciones que tenemos que
hacer al echar una mano de los métodos matemáticos para analizar una situa-
ción económica, podemos perder buena parte de la riqueza del asunto; pero,
si nuestras abstracciones han sido atinadas, podemos penetrar mucho más pro-
fundamente para que se nos revelen numerosos aspectos de la situación bajo
análisis.

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La formulación en términos matemáticos de una teoría o de un área de


la ciencia económica se lleva a cabo como el establecimiento de un modelo
matemático de la teoría o del área considerada; esto es: como la organización
de un sistema de conceptos y relaciones matemáticas relacionadas lógicamen-
te. Por ello, una de las primeras cosas que ocurren es que se revelan incon-
sistencias que antes no podíamos percibir. Cuando, por ejemplo, abordamos
los problemas acudiendo tan solo al lenguaje común, hablado o escrito, sole-
mos –en nuestros razonamientos– aceptar como hechos reales diversos juicios
económicos que dicta la intuición o el llamado “sentido común”, sin darnos
cuenta de que, si acaso, la validez de algunos de esos juicios ocurre en con-
diciones distintas de aquellas bajo las cuales son válidos los otros. Al formular
matemáticamente tal problemática, pronto se presentan las contradicciones
lógicas entre tales juicios, se aclaran las hipótesis bajo los cuales pueden ser
válidos y podemos seleccionar sólo algunos y rechazar otros, dependiendo de
lo que nos dicte la realidad y de los propósitos de nuestro análisis.
Mediante el lenguaje usual, la intuición o el “sentido común” nos con-
duce a inferir ciertos juicios a partir de otros que tomamos como válidos. La
formulación matemática de la problemática nos obliga a convertir nuestras
inferencias intuitivas en demostraciones detalladas y, con ello, por una parte,
se fortalecen nuestros juicios o nos vemos obligados a rechazarlos y, por la
otra, se revelan las hipótesis bajo las cuales se pueden hacer las inferencias y
quedamos en posición de discernir sobre la conveniencia o no de considerar
tales hipótesis.
Se precisan y se enriquecen las interrogantes con sentido dentro de cada
teoría. Se ubican las posibles respuestas a esas interrogantes en relación al
modelo matemático establecido. Se exploran los vínculos lógicos entre tales
respuestas y el modelo. Se pone a la disposición de la investigación la ya gi-
gantesca “maquinaria”, el mundo de teoremas y resultados en los más diversos
campos de la matemática, una especie de par de botas de siete leguas que
permite demostrar o refutar las respuestas ya conjeturadas o encontrar nuevas
soluciones a las interrogantes, desde multitud de enfoques diferentes. La varia-
ción teórica de las condiciones o de los parámetros de los modelos empleados
y, más aún, la asignación a los parámetros de valores numéricos tomados de
las economías reales, permiten hacer predicciones acerca de las situaciones que
podrían darse y valorar los efectos de diversas decisiones en relación con las
economías reales consideradas. El examen de los casos particulares, como, por
ejemplo, la consideración de ejemplos numéricos o, más aún, la simulación de

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situaciones hipotéticas mediante las computadoras, son recursos que permiten


conjeturar respuestas a nuestras preguntas allí donde los instrumentos mate-
máticos bien fundamentados no se han desarrollado todavía suficientemente.
En las teorías económicas matemáticamente formuladas se hace posible elegir
los parámetros clave para, mediante la estadística y otros recursos, descubrir
las interdependencias entre aquellos y hacer predicciones.
Se fortalece la posibilidad de comparar las teorías económicas. Se precisan
las condiciones en las cuales pretenden ser válidas y se establecen las prediccio-
nes cruciales que, al confrontarlas con la realidad, proporcionan los criterios
determinantes para aceptar o rechazar las teorías.

V. Los modelos matemáticos de las ciencias sociales

Aunque se pueden exhibir ejemplos en abundancia para establecer los rasgos


anteriormente descritos del desarrollo de la metodología matemática, en el
estudio de los fenómenos económicos; si se ven las cosas desde una perspectiva
más amplia, se encuentra con facilidad que dichos rasgos se presentan, tam-
bién, en el desarrollo de la metodología matemática en la física y en las otras
ciencias naturales. Sin embargo, en contraposición, ya en Verri y Frisi, aun
cuando en forma muy escondida y oscura, nos encontramos con la competen-
cia de los demandantes contra los oferentes de una mercancía y con las com-
petencias internas entre demandantes y oferentes. Es decir, querámoslo o no,
nos encontramos con seres humanos dotados de consciencia, persiguiendo,
cada quien, sus propios fines y produciendo una resultante que se expresa en
cuál es el precio al que, finalmente, se comercializa la mercancía bajo estudio.
El análisis puede ser poco profundo todavía, se puede objetar a esos autores lo
que se quiera, pero estamos ante una ciencia social, no ante una ciencia natural.
En Cournot, por ejemplo, cuando examinamos cómo concibe él su “Ley
de la demanda”, nos encontramos, también en forma implícita, con los seres hu-
manos persiguiendo la mayor cantidad de mercancía dados los recursos de
que disponen. Sin embargo, cuando estudiamos el monopolio y, más aún, la
concurrencia y el concurso de productores, tenemos explícitamente a esos seres
humanos, conscientes y persiguiendo la máxima ganancia.
En Walras tenemos un claro sistema de agentes conscientes, los llamados
“consumidores” y las llamadas “empresas”, de tal modo que cada quien está
luchando por obtener ciertos objetivos. Unos compiten contra los otros y el
candidato a ser la resultante del entrechocar de todas las voluntades viene a ser
el equilibrio económico general, en tanto que los llamados modelos de tanteo

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o de no tanteo son esquemas de cómo la muchedumbre de microacciones


movidas por micromotivos causa una macrodinámica de la cual se quiere de-
mostrar que conduce al equilibrio económico general mencionado.
En Bortkiewicz, Sraffa, Morishima, el entrechocar de voluntades de los
agentes conscientes toma, en gran medida, la forma del proceso, implícita-
mente considerado, de formación de una tasa común de ganancia para los
capitales.
De un modo o de otro, los rasgos anteriormente esbozados están presentes
en los diversos modelos matemáticos de la economía. Los problemas pueden
estar en qué tan explícita o en qué tan implícitamente están presentes tales
rasgos, en cómo son concebidos los seres humanos, las relaciones entre ellos,
en si se entiendo o no que los individuos son producto, a su vez, de la socie-
dad en su conjunto, en cómo pueden verse afectadas las relaciones entre los
individuos por los instrumentos de que disponen y en muchas otras cuestiones
relacionadas.
Es por todo lo anterior que tenemos que tomarnos muy en serio las ideas
de Von Neumann y de Morgenstern en torno a la teoría de juegos como uno
de los instrumentos matemáticos más apropiados para el estudio de la econo-
mía y de otras ciencias sociales. Un instrumento que, desde luego, para que
rinda los mejores frutos, todavía tiene que desarrollarse a niveles mucho más
avanzados que aquel en el cual está actualmente y esto, por supuesto, ocurrirá,
sobre todo, en el proceso mismo en el que los modelos inspirados en esa teoría en
desarrollo sean usados en el análisis de las problemáticas económicas y de todas
las ciencias sociales.

VI. Matematización de la economía y matemáticas

Como ya lo hemos señalado, a medida que avanza el proceso de formalización


de las teorías económicas en términos matemáticos, el gran acervo de temas
matemáticos acumulado por la sociedad se va convirtiendo en un arsenal del
cual se puede echar mano como arma para el análisis económico.
Por otra parte, cuando se pueden ver como problemas matemáticos los
que antes sólo podían verse como problemas de la teoría económica, ellos
aparecen contextualizados de una forma nueva. Lo que antes era problemáti-
ca económica se convierte, ahora, en problemática matemática de un nuevo
tipo. Se trata, quizá, de una problemática que involucra viejos conceptos de
la matemática, pero ahora se plantean sobre ellos cuestiones que antes no se

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presentaban. Surgen las respuestas a las nuevas cuestiones y, con ello, surgen
nuevos temas dentro de la matemática.
En el modelo, por ejemplo, de la concurrencia de dos productores de
Cournot, nos encontramos con dos funciones comunes y corrientes que aso-
cian a cada par de cantidades de agua mineral, lo que gana en dinero el pri-
mero y el segundo productor, respectivamente. Sin embargo, el contexto en
el cual aparece ese par de funciones hace obligatoria la nueva pregunta de si
existe un par de cantidades de agua mineral tal que, cuando el segundo pro-
ductor elige la segunda cantidad, el primer productor maximiza su ganancia
eligiendo la primera de ellas y de tal modo que ocurre lo análogo cuando el
primer productor elige la primera cantidad. Esta nueva pregunta conduce al
nuevo concepto de equilibrio de Cournot el cual, tras ciertas nuevas abstrac-
ciones subsiguientes, conduce potencialmente a los conceptos de juego rec-
tangular bipersonal y de equilibrio de Nash.
No cabe duda de que buena parte de la moderna teoría de juegos se ha
visto motivada por la problemática económica, de un modo similar al ejemplo
anteriormente esbozado. Otro tanto ha ocurrido con los temas que confor-
man la llamada “investigación de operaciones”, con la programación lineal,
la optimización matemática, la teoría de los conjuntos convexos, la de las co-
rrespondencias, la de las matrices no negativas, y con muchas otras áreas de la
matemática. Por tanto, las áreas anteriores son, en una medida considerable,
frutos de la formalización matemática de las teorías económicas que enrique-
cen el acervo de la matemática. Más aún, una vez desarrollados esos frutos, se
convierten, a su vez, en parte del arsenal de recursos para desarrollar el propio
análisis económico, recursos que, por añadidura, resultan naturalmente mejor
adaptados para ese tipo de análisis ya que fue de él de donde en gran medida,
surgieron.

VII. Metodología de la economía y matemáticas

Hemos querido esbozar una idea de la revolución metodológica que ha venido


ocurriendo en las ciencias económicas, desde finales del siglo xix y durante
todo el siglo xx, consistente en la incorporación de los métodos matemáti-
cos al análisis económico. Junto con ello hemos querido mostrar al lector las
posibilidades que ofrecen esas metodologías para profundizar y desarrollar
la economía y para motivar y dar lugar al surgimiento de nuevas áreas de la
matemática.

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Sin embargo, no quisiéramos que nuestra profunda convicción acerca del


valor positivo del uso de esos métodos pudiera dar pie a algunos malentendi-
dos. En primer lugar, no quisiéramos que se creyera que no vemos peligros
graves en el uso de los recursos matemáticos y que entendemos como un
avance a todo intento de dar a las teorías económicas una forma matemática.
En segundo lugar, tampoco quisiéramos que se llegara a tener la idea de que,
para nosotros, la metodología de las ciencias económicas se reduce o tiende a
reducirse a la metodología matemática.
La economía se enfoca, antes que nada, al estudio de las sociedades y de
los grupos humanos y éstos son extraordinariamente complejos como para
permitir que se les encasille fácilmente o se les abarque en un modelo mate-
mático. Todo esquema matemático de las sociedades, de los grupos o de los
seres humanos, por necesidad, tiene que ser un esquema limitado, pobre, ya
que, para llegar a él, habrá que hacer ineludiblemente multitud de abstraccio-
nes las cuales dejarán de lado infinidad de ángulos del objeto bajo examen.
Precisamente por ello, creemos que no es posible reducir a los métodos ma-
temáticos la metodología de las ciencias económicas y que el estudio de estas
ciencias, mediante los recursos de la matemática, encierra una gran cantidad
de peligros de cometer graves errores.
A lo anterior hay que agregar el hecho ineludible de que, en cuanto se re-
laciona con las ciencias sociales, quienes reflexionamos sobre ellas somos seres
humanos implicados en el propio objeto bajo examen, seres que, para colmo,
adquirimos necesariamente compromisos y hemos sido formados dentro de
ciertos grupos sociales, circunstanciales que nos fuerzan a abordar nuestros
estudios de un modo sesgado, unilateral.
Dado el rigor lógico con el cual son construidas las diversas teorías ma-
temáticas y en virtud del notable éxito que han tenido los métodos mate-
máticos para desarrollar y sistematizar multitud de áreas de la física y de las
otras ciencias naturales, para, mediante ellas, transformar al mundo, se ha
extendido la creencia en que la formalización matemática de las ciencias so-
ciales confiere a éstas, necesariamente, un estatus de ciencias inatacables. Sin
embargo, no podemos dejar de señalar que existen y continuarán existiendo
numerosas coyunturas mediante las cuales es posible, por el uso inadecuado
de los métodos matemáticos, dar la apariencia de que se está construyendo
ciencia, pero, en la realidad, elaborar solamente concepciones sesgadas. Desde
luego, aparecen coyunturas como las mencionadas en los errores matemáticos
y en las violaciones al rigor lógico presentes en numerosas teorías económicas
formuladas en términos matemáticos y aparecen también en los abundantes

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Economía Informa núm. 388 septiembre - octubre • 2014

y, muchas veces necesarios, razonamientos heurísticos que complementan a


los modelos matemáticos. Se presentan esas coyunturas en los postulados o
principios que tomamos como puntos de partida para construir modelos, se
ven favorecidas por las reglas para definir los conceptos que se tratan en los
modelos y por muchas otras circunstancias inevitables en las metodologías que
estamos considerando.
Como lo hemos dicho ya en varias ocasiones, el uso de la metodología
matemática en las ciencias económicas sólo puede darse cuando esas ciencias
llegan a cierto nivel de madurez, tras haber sido tratadas, durante un largo
período previo, mediante el lenguaje común, con diversos métodos como el
dialéctico y el histórico.
Una vez introducidos los métodos matemáticos en la economía, permane-
cen planteados, sin embargo, numerosos problemas que no pueden ser ataca-
dos, por ahora, mediante esos métodos. Al mismo tiempo, en la medida que
se extiende el uso de las matemáticas a nuevas áreas de la problemática econó-
mica y, en gran parte, precisamente por ello, aparecen nuevas cuestiones, cada
vez más ambiciosas y profundas que tampoco pueden ser tratadas mediante
los métodos matemáticos. Por tanto, toda esa problemática que se multiplica
sin cesar es forzosamente abordada recurriendo, como antes, al lenguaje co-
mún y al análisis dialéctico e histórico, pero, con todo, de un modo nuevo ya
que, ahora, se dispone de la experiencia de las formalizaciones matemáticas ya
logradas de diversas teorías económicas. Consecuentemente, se produce en-
tonces un doble proceso. De una parte, la problemática económica traducida a
un mundo de nuevas cuestiones matemáticas tiende a dar lugar a la formación
de nuevas teorías matemáticas cada vez mejor adaptadas al análisis económico y
social. De la otra, se reinicia el proceso de análisis y síntesis que ya hemos es-
bozado, pero ahora aplicado a los nuevos temas económicos. Como resultado,
a medida que se aclaren los conceptos y las relaciones entre los nuevos temas,
vuelven a aparecer, en otro nivel, los métodos matemáticos que, como pre-
viamente lo hicieron, nos proporcionan las más poderosas armas para la mejor
comprensión y desarrollo de las teorías económicas.

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Sergio Hernández Castañeda

Bibliografía

Textos basicos
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Textos de consulta
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